Loco por Ella [Zayn Malik & Tu] Adaptada.

Perdon, perdon, perdon, perdon, perdooon!
Se que prometo que subiria el Jueves, el Domingo y hoy.
Pero definitivamente no habia tenido el tiempo, y luego, con mi otra novela, y con el monton de trabajos que me estan mandando ultimamente, no he podido hacer lo que es NADA!
En serio, perdonenme!
Si quieren comunicarse conmigo pueden hacerlo a traves de twitter (@ImYouFoot) y ask (ask.fm/TheeTenderness)

Ahi me encontraran SEGURO!
Bueno, se me acabo el tiempo!
De verdad, espero que me comprendan...
Intentaré subirles caps mañana, depende de cuanto me tarde.
Ahora si, me voy.
Besoos :) x

Patricia escribió:Ok! no hay problema :D Ya quiero que la subas encerio esta muy buena!!! :D Te quise agregar a Twiiter pero no te encuentro :(

¡Que raro!
Tengo una fto de Ed Sheeran, casi siempre me consiguen.
Bueno, dame tu user y yo te sigo y te mando una mencion que soy yo :p
Besoos!
No! Ya se en que me equivoque! Es @ImYourFoot. Me falto la R x.x

Empieza la maraton!
Por favor no comenten hasta que les avise!

Loco por Ella

Capítulo VIII.

Despertó sintiendo una extraña seguridad que para él era totalmente desconocida. La sonrisa prominente que se había tatuado en su boca al acostarse se volvió a formar al recordar la noche. Toda tan simple y sin embargo tan especial… Giró el rostro hacia un lado y se fijo en la hora que marcaba su despertador; no es muy temprano para llamarla, se dijo al recordar que _____ se levantaba antes de las ocho de la mañana. Se sentó en la cama, tomó su celular junto al reloj despertador y buscó en sus contactos el número de la pelirroja; habían sonado solo dos timbrazos antes de verse embelesado por la voz de esa diosa pelirroja con ombligo sexy… sí, le tenía loco esa mujer. Se mordió la lengua con fuerza para evitar un grito de júbilo al apenas escucharla aceptar su ofrecimiento de entrenar con ella ese día; la buena racha, al parecer, había decidido andar un poco a su favor.

Permitiéndose exclamar por el éxito al colgar la llamada, se levantó de un salto de la cama. El corazón le empezó a brincar con prisa al saber que ese día también vería a la chica de sus sueños, esa bellísima joven que sin esfuerzo alguno se había inmiscuido en sus sueños y fantasías. Debía estar listo en un santiamén, pues le había prometido a _____ verse frente a Gambol & Japes, la tienda de artículos para bromas en el Callejón Diagon, en menos de media hora. Se metió al baño dispuesto a darse una rápida ducha y a lavarse los dientes, mas algo que no había previsto en lo absoluto le hicieron querer ser tragado por un basilisco.

¡Y pensar que la buena racha estaba -supuestamente- caminando hacia él!

- ¡Qué suerte, idiota! – se dijo acercándose al espejo del baño. – Por qué, por qué, por queeé… - hablaba restregándose la cara con ambas manos. Quizá había una conspiración contra él… se miró el rostro con repulsión y de nuevo se lo restregó con fuerza, deseando que las palmas de sus manos tuviese un antídoto mágico para los barros. En la noche se había acostado con apenas un bultito rojo cerca del cuero cabelludo, mas ahora unos cuantos granos no más grandes que una lenteja le cubrían casi toda la frente.

¿A quién en el universo le caía mal? Estaba exagerando, pero en varios meses no había sufrido del acné. Quizá uno que otro barrito mínimo le había fastidiado, pero no se le había brotado la cara de esa manera desde hacia tiempo. ¡Y debía pasar precisamente ese día! Justo cuando iba a tener su segunda cita con ______ Tomlinson.

- No, no, no… - exaltado, buscó en el botiquín un par de cremas que había comprado en una farmacia muggle, descartando la loción que se había aplicado la noche anterior, pues ésta al parecer había empeorado todo.

Era un tonto al creer que esas cremas funcionarían. Rápidamente, buscó su varita y trató de recordar un hechizo de belleza que Alexandra le había leído de la revista Corazón de Bruja. Unos chispazos salieron desde la punta de su varita y al estos entrar en contacto con la piel de su rostro, una comezón se le desarrolló en la cara. Los barritos de la frente empezaron a expedir un ligerillo hilo de humo y, cuando pensó que desaparecerían, se multiplicaron hasta extenderse por sus mejillas.

- ¡Maldición! – bramó con fuerza y arrojando la varita en una rabieta. Había pasado días con la cara como una pizza en su adolescencia, podía vivir estando así, mas no lo quería para verse con _______… no, no, no… porque, ¿qué haría si a la chica le causaban asco los granos? Era una joven amable pero no podía decir que la conocía del todo tan sólo por una salida. ¿Si repugnaba a la gente con acné? No lo creía, mas no podía estar seguro. Además, con ese físico flacucho y desgarbado que nadie le envidiaba, mínimo se merecía un cutis de bebé.

Llamó a Alexandra y, sin darle tiempo a la castaña de decir una palabra, le suplicó que fuese en ese instante a su departamento. La bruja más lista que conocía debía saber aplicar bien el hechizo para eliminar esos granos. Era su única esperanza.

Azorada por la urgencia con la que Zayn le había hablado, Alexandra se apareció en su departamento en un dos por tres. Aún estaba en piyama y su cabello era una maraña aún más desordenada de lo normal.

- ¿Por esto me has hecho venir? – preguntó la mujer señalándole la frente. - ¡Pensé que te había pasado algo terrible, Harry!

- Lo siento, pero... necesito que me ayudes con esto. Hoy me veré con _____ y…

- Aguarda ahí, ¿te verás con ____hoy? – Alexandra sonrió con amplitud y miró al moreno curiosamente.

- Me ofrecí a ayudarle a entrenar para las audiciones de Quidditch que hará – Zayn sonrió, los ojos empezaron a brillarle. – Ayer fuimos juntos al cine, Alexandra, y fue…

- Te dije que podías con esto – dijo la castaña, emocionada por su amigo. Nada quería más que ver a Zayn feliz, mejor si esa felicidad se debía a una chica que bien podía merecerlo.

- No quiero que me vea así– el moreno volvió la atención de ambos hacia su problema con los barros. – la crema que me diste no funcionó, así que me apliqué el hechizo de Corazón de bruja, pero…

- ¡Ese hechizo no funciona!

- ¡Tú misma me lo dijiste!

- Te lo leí de Corazón de Bruja. ¿Acaso no sabes que no debes creer en todo lo que dice esa revista?

- ¿Entonces por qué la lees?

- Hay cosas que pueden ser ciertas.

- ¡Alexandra!

- De acuerdo, tranquilízate – la castaña se acercó a él y le tomó el rostro. – Tú tienes la piel sensible, no puedes andar haciéndote hechizos que no conoces y tampoco utilizar cualquier cosa, ¿no recuerdas cuando estábamos en Hogwarts? – habló conforme sacaba su varita del borde de sus pantalones de dormir. – Spinnicust – murmuró, y Zayn sintió cosquillas en su frente y mejillas. – No las elimina del todo, pero se hacen más pequeñas y menos rojas. Podremos cubrirlas con maquillaje.

Harry corrió hacia el espejo del baño y se fijó en su rostro. Sí, los granitos aún estaban ahí, mas ahora eran diminutos, unos puntitos rojo claro, como marquitas de varicela.

- ¡No se qué haría sin ti, Alexandra! – gritó para que su amiga lo escuchara.

- Exageras mucho por unos simples granos. Dudo que a _____ le importe si sufres o no de acné.

- ¿Me prestas tu maquillaje? – salió hacia la sala.- ¡Por favor! Sólo me quedan veinte minutos para estar listo, Alexandra. - La castaña suspiró y, después de blanquear los ojos, desapareció para buscar su maquillaje. Zayn aprovechó para ducharse con una velocidad admirable y escoger unos jeans desgastados con una camisa cualquiera. Hacía frío ese día, por lo que llevaría siempre puesta su chaqueta.

Alexandra volvió en un parpadeo y en menos de cinco minutos ya había hecho invisible las pequeñas marquitas en el rostro de él.

- Te debo una – habló Zayn viéndose por última vez en el espejo.

- Me debes demasiadas. – Alexandra le observó, dándole el visto bueno. – Aún me tienes que contar cómo estuvo la cita de ayer.

Cita… Zayn parpadeó varias veces, el pensar que había tenido una cita -su primera cita, prácticamente- le hacía sentirse extraño. ¡Y ahora iba por la segunda! Quizá el cosmos no lo odiaba tanto.

- Me tengo que ir – con un Accio, su escoba voló hacia él.

- Ah, Zayn, recuerda aplicarte el Spinnicust cada tres horas, de lo contrario, los barros pueden volver a pronunciarse, ¿de acuerdo?

-Ajá. Gracias. Nos vemos después. – desapareció, dejando a Alexandra sola en su departamento.

En cuestión de minutos se vio junto a la joven pelirroja frente a Gambol & Japes. Estaba, nuevamente, preciosa, con unos pantalones deportivos color lila y un grueso chaquetón beige cubriéndola. Zayn adoraba su cabello suelto, pero verla con una cola de cabello le fascinó, así podía apreciar mejor su lindo rostro.

- Lamento si te hice esperar – dijo como saludo, sonriendo, confiado, sin indicios del tic y absolutamente tranquilo. Todo sería más sencillo.

- Descuida, hace poco que llegué – ____ sonrió y, asiendo la escoba con su mano derecha, caminó junto al moreno. - ¿No te importa tomarnos un chocolate antes de ir a jugar? Me gusta tomarme algo dulce antes de entrenar.

- Me parece una gran idea.

- Yo invito esta vez – _____ le sonrío amistosamente. Llegaron a una diminuta pastelería ubicada a una esquina del callejón, cerca de Ollivanders, y como la noche anterior, pidieron dos enormes tazas de chocolate, además de un par de bizcochitos de azúcar para acompañar.

- ¿Dónde planeaste entrenar hoy? – preguntó Zayn después de acabarse su bizcocho.

- Cerca de mi hogar hay un terreno perfecto para jugar al Quiddicth, pero Niall y Harry se adueñaron de él apenas desperté. Están experimentando con nuevos trucos y fuegos artificiales, por lo que estar en la Madriguera hoy no es nada seguro. Así que iremos a Godric's Hollow, a un parque amplio e invisible ante la vista de muggles. ¿Lo conoces?

Harry sintió como un huequito incómodo se formaba en el centro de su estómago. Por supuesto que conocía Godric's Hollow, lo conocía muy bien.

Capítulo IX.

- No quiero que tomes a mal esto que te voy a decir, pero creí que serías un… mejor oponente – habló _____ antes de beber de su lata de gaseosa. – Alexandra me dijo que en Hogwarts eras un gran jugador, ¿por qué hoy…? – se calló al notar la poca atención que su compañero le prestaba. - Zayn… – le llamó tocándole el hombro.

El moreno le oía pero no la escuchaba. Su mirada se paseaba por cada rincón del lugar con una sensación melancólica en el pecho. Su mente atajaba varios recuerdos y ahora se veía haciendo esfuerzos sobrehumanos para que no se le aguasen los ojos.

- ¿Estás bien? – la pelirroja le sacudió levemente. La observó atento y sonrió dando una disculpa. Miró la mano que reposaba aún sobre su hombro y un estremeciendo le sacudió el cuerpo, eran cosas inevitables.

- Lo siento, sólo…

- Has estado distraído desde que llegamos – quitó la mano de su hombro y Zayn lamentó no haber estado atento al cien por ciento de ese pequeño contacto. - ¿Seguro estás bien? – quizá había notado la incomodidad puesta en sus ojos.

- Sólo… este lugar… no sabía que querías entrenar aquí y yo… - guardó silencio y miró a su alrededor. Tenía meses sin visitar ese parque. – De pequeño jugaba aquí hasta hartarme. En realidad…. mi padre… jugábamos hasta que nos doliera cada hueso del cuerpo. Y estar acá… sólo… - los ojos se le humedecieron. Trató de evitarlo en vano, ¡ahora quedaría frente a la chica como un completo llorón!

- Discúlpame – _____ tomó su mano y esa vez Zayn sí prestó más atención. – Hubiese escogido otro lugar para entrenar, no sabía…

- Descuida. Sólo… es sentimentalismo, debes creer que soy un idiota.

- ¡Nada que ver! Si yo perdiese a mis padres estaría… lo siento – dijo de pronto. Zayn le prestó atención, observándola fijamente. – Alexandra nos contó pero… no quiso entrar en detalles. Es algo totalmente tuyo y no tienes que hablar de eso si no lo deseas. Mejor… vamos a otro sitio, ¿te parece? – hizo ademan de levantarse, mas él no quería irse aún. Haló la mano de la chica hasta hacerla sentar nuevamente en el césped, sobre la gruesa manta que habían conjurado para protegerse de la humedad de la tierra.

- Quisiera quedarme otro rato, si no te molesta – no soltó la mano de la joven, por el contrario, se la apretó un poco más. Quizá _____ pensaría que se debía a la tristeza que sintió por unos segundos, daba igual. Tampoco esperaba inspirar lástima aunque poco le importaba si la chica creía que sí. Tan sólo quería mantener ese tacto tibio entre sus dedos, esa leve caricia inmóvil que le hacía sentir cosquillas en la palma de su mano. Menos mal hacía frío, de lo contrario ya hubiese empezado a sudar. – ¿O quieres irte ya? – se atrevió a preguntar después de ya verla acomodarse junto a él.

- No, me agrada este parque. Es bastante relajante sin tanta gente alrededor.

- Discúlpame por no haber sido un verdadero adversario en el Quiddicth.

- No te preocupes – Zayn la miró y ella le sonrió de esa forma que siempre hacía. – Habrá revancha, no creas. – el moreno rió. – No es divertido ganarle a un hombre en un deporte si éste no está lo bastante atento como para sentir la derrota.

- Estás muy segura de tus habilidades.

- Dejando la modestia a un lado, soy una de las mejores – aseguró con tono altanero, aunque luego realizó una mueca que le dieron a entender que estaba bromeando. Rió de nuevo.

- ¿Qué puesto quieres ocupar en el equipo?

- Cazadora, creo que es lo mejor que se me da. En una ocasión, jugando con mis hermanos, fui golpeadora. ¡Casi le parto las piernas a Niall! ¡Y era de mi equipo! – Zayn no se contuvo en reír nuevamente.

- Lograrás entrar.

- Será difícil si no entreno como es debido – le miró con los ojos levemente entrecerrados. Zayn se maravilló, es que era tan bonita… - Le reto, señor Malik, y espero sea todo un desafío vencerle. A usted y a su equipo.

- ¿Equipo? – _____ se levantó de la manta, soltando su mano. Fue algo que lamentó de verdad. La vio tomar su lata de gaseosa y su escoba.

- ¿Quieres venir a la madriguera? Seguramente Niall y Harry terminaron con sus experimentos. Les encantará jugar un tres contra tres, si tenemos la suerte de que estén Bill y Louis también.

Zayn aún no entendía del todo ese sentimiento que le estaba saltando en el pecho. La chica de sus sueños le estaba invitando a su casa y, si bien era toda una invitación inocente de amigos, él se sentía como si le hubiese propuesto ser novios allí mismo.

De acuerdo, quizá exageraba con todo, pero una mujer no invitaba a su casa, con su familia, a un hombre que le fuera indiferente, ¿verdad?

Amigo mío, es difícil no pensar en lo casi imposible.

- ¿Vamos? – ______ le instó a ponerse en pie. – La victoria es aún mejor cuando se le restriega en la cara a tres hombres al mismo tiempo.

-Eso está ya por verse – Zayn se levantó de un salto y, tomando su escoba, caminó junto con _____ hacia las afueras de Godric's Hollow.

Es difícil no pensar en lo casi imposible.

- Dame la mano – Zayn no tardó ni dos segundos en obedecer a la chica; habían llegado a una pequeña esquina solitaria cerca de una estrecha calle bordeada por un montón de casas idénticas.

Ambos jóvenes cerraron los ojos y, al abrirlos de nuevo, la estrecha calle bordeada por varias casas pasó a ser un verde campo en el cual flotaba un ligero vientecillo que traía el aroma picoso de varias plantas silvestres. Zayn detuvo la mirada en una casa de dos piso que se levantaba bajo la colina en la cual habían aparecido. Todo ese gran terreno servía como patio para los que habitaban ahí; sí, era perfecto para el Quiddicth.

- ¿Qué te dije? – _____ señaló con el dedo una ligerilla nube de humo que volaba sobre dos cabezas pelirrojas. – Desastre, es el sinónimo de estos dos. Vamos. – Caminaron colina abajo hasta verse a unos pasos de los gemelos Weasley. Harry los recordaba, no habían cambiado en nada.

- Y dichosos sean nuestros ojos…

-… que ven a nuestra hermana llegar hasta acá. ¡______! ¿Podrías ponerte esto en la cara y decirnos si sientes como si te caminaran millones de insectos? – Harry Tomlinson le tendió a la pelirroja un frasquito transparente el cual estaba lleno de un líquido verde moco.

- No me pondré nada que ustedes hayan creado en la cara. ¡Mucho menos con ese color mocoso!

- Se dice verde moco.

- Niall…

- Es color verde moco, no color mocoso.

- ¡Da igual!

- ¿Tú quieres probarlo? – Harry le tendió el frasquito a Zayn. Éste lo observó con atención, desconfiado y preparado para negar con la cabeza. - ¡Vamos! Quizá te ayude con esos barrotes que tienes.

- ¡Harry!

Zayn, tan rápido que pareció una bofetada para sí mismo, llevó ambas manos hacia sus mejillas para cubrirlas; había enrojecido y ahora sentía como si el parpado izquierdo quisiera salir corriendo.

¡Qué maldito problema!

Capítulo X.

Si la vergüenza matara hacía mucho que ya estuviese bajo tierra. ¡Tanta mala suerte! ¡Tanta, tanta mala suerte!

Pensó en tomar el frasquito con la sustancia color verde moco que Harry aún le ofrecía, estaba desesperado y quizá eso sí le ayudaría. Estiró el brazo y, cuando sus dedos aprisionaron la pequeña botella, Ginny dio una palmada sobre su mano que hizo que soltara la creación de los gemelos. La botellita se quebró apenas tocó la tierra y al momento un desagradable olor, como al de la comida cuando ya está mohosa y podrida, se expandió alrededor de los cuatro jóvenes.

- ¡Por Dios! – _____ se tapó la nariz con una de sus manos y el resto no tardo en hacer lo mismo. - ¿Qué cochinada es esa? ¡Dios! E ibas a ponerte eso en la cara – miró a Zayn con los ojos entrecerrados. Éste se alzó de hombros y miró a los gemelos agacharse y observar de cerca, sin quitarse la mano del rostro, lo que había ocasionado el líquido verde moco al suelo debajo de él.

- ¡Le has salvado, Ginny! Esto está cuajando a la tierra y mira… - Niall señaló el orificio que poco a poco se abría.

- Como si fuese ¿ácido? – habló Harry. – Bien. Creo que debemos hacer algunos cambios a la fórmula, Niall.

- Totalmente, Harry – ambos pelirrojos se levantaron. Zayn notó que el olor nauseabundo se esfumaba. Se quitó la mano de la nariz y, queriendo nuevamente que la tierra lo tragase, notó como los ojos de ambos chicos se posaban en él. – Y, ¿tú eres?

- Oh, él es Zayn, Zayn Malik. Zayn, Niall y Harry– _____ no tardó en presentarlos.

- Zayn Malik…

- El amigo de Alexandra – acotó _____.

- Por supuesto. Un placer, Zayn – Niall le tendió la mano, al igual que Harry. – También estudiaste en Hogwarts, ¿cierto?

- Así es. – No le extrañaba que no se acordasen de él. En realidad, nunca fue popular; muchos chicos de su generación debían, seguramente, ignorar su existencia.

- Bien. Lamentamos haberte ofrecido algo que, probablemente, te desfiguraría el rostro.

- Te dije los locos que son estos dos – ______ se paró junto a sus hermanos.

- Y brillantes. Debes acotarlo, hermana – Harry le pasó un brazo por los hombros a la menor de los Tomlinson. - ¿Qué hacen aquí? Tú, ¿no entrenarías para tu audición mañana?

- Estábamos en eso, Zayn me ayudaba jugando un uno contra uno, pero pensé que sería una mejor práctica si fuésemos tres contra tres, ¿se animan?

- No es mala idea darte unas lecciones que te servirán.

- Seguro – _____ blanqueó los ojos y le sonrió al moreno. Zayn se perdió ahí, en ese gesto, olvidándose por unos momentos de los gemelos e incluso de los barros que aún estaban en su piel. – ¿Están Bill y Louis en casa?

- Llegaron hace una hora, hoy es el día en el cual mamá prepara estofado de cordero, ¿lo olvidaste?

- ¡Cierto! ¿Querrán jugar antes de la comida?

- Seguro que sí, vamos – Los tres hermanos se encaminaron hacia la casa. Zayn se quedó quieto, tímido. No estaba seguro de poder seguir más de ahí en adelante. La inseguridad había regresado y le hacían sentirse como un tarado otra vez; además, no recordaba el bendito hechizo que había hecho Alexandra para disminuir los barros de la cara.

A _____ no le importaron los barros, amigo.

_______ Tomlinson debió darse cuenta de sus barros desde hacía rato, pues no había aplicado el hechizo desde que Hermione lo había hecho en la mañana, hacia más de cinco horas. Los barros debieron adquirir su tamaño verdadero estando en Godric's Hollow, pero ______ no lo mencionó, no dijo nada, simplemente ignoró ese detalle y continuaron su ¿cita? Como si nada.

No le importaron los barros.

- ¡Zayn! – la chica lo llamó desde la verja que separaba el campo de la casa. Él le hizo una seña con la mano y fue hacia ella. No se detendría por algo como el acné, no esa vez. Esos bultos en su piel ya le habían apañado muchas cosas en la adolescencia. - ¿Te sientes bien? – le preguntó apenas la tuvo al frente. No sabía si lo preguntaba por el sentimentalismo que tuvo estando en el parque o porque su piel ahora estaba roja y con bultos hinchados. Igual, asintió con la cabeza. – Eso es lo malo del Spinnicust, debes estar pendiente de aplicártelo a cada momento – dijo la chica viéndole el rostro.

- ¿Ah? – le miró levemente sorprendido. - ¿Cómo sabes…?

- La forma en la que se hicieron visibles. No quería decirte nada para no incomodarte, pero los gemelos son tan… da igual. Es tonto avergonzarse por algo como el acné, ¿no crees?

Era tonto, tonto y superficial.

- Tengo una poción bastante útil para estas cosas que conseguí estando en Escocia, es fabulosa. Te daré un poco si… - sus ojos se entrecerraron con picardía y Zayn sintió un jaloncito curioso en la base de su estómago. – si logras vencerme en el juego de Quiddicth.

- Es…

- ¿Aceptas o no?

Zayn la observó elevando una de sus cejas. Se había dicho ya que no permitiría que los barros le arruinaran el día. Los había aceptado en los pasados cinco minutos y, si a _____ no les molestaba en lo absoluto, a él muchísimo menos.

- De acuerdo – dijo con una sonrisa. - Pero, si tú ganas…

- Lo más seguro…

- ¿Qué puedo darte yo?

Cualquier cosa que ella quisiese.

- Un descuento en la tienda de escobas, ¿te parece?

- Me parece – sonrió. Tendió la mano hacia la pelirroja y ésta se la estrechó con fuerza sin dejar de sonreír también.

- Bien – cruzaron el jardín. – Bienvenido a la Madriguera – habló _____ mientras entraba delante de él a la casa. Era un lugar curioso, pequeño, con ese aire hogareño que cobijaba a cualquiera. Había por todo lados un delicioso aroma que procedía de la cocina ubicada a un lado de las escaleras que daban al segundo piso.

Un sofá descansaba frente a la chimenea; ahí pudo ver como Louis Tomlinson y otro hombre pelirrojo, seguramente Bill, jugaban una partida de ajedrez. Los gemelos bajaban del segundo piso con un par de escobas cada uno.

- ¿Y bien? ¿Jugamos? – Harryle arrojó a Louis una Barredora 11 y a Bill una Flecha de Plata.

- ¡Andando! Nunca está de más un buen partido de Quiddicth antes de la comida. – Bill Tomlinson se levantó raudamente del sofá.

- Y menos cuando tu hermano te está despedazando en el ajedrez – le siguió Lou sonriendo altaneramente. – Zayn, ¿qué tal?

- No nos conocemos.

- Después siguen las presentaciones – interrumpió _____ a Bill mientras se ajustaba su cola de caballo y tomaba con fuerza su Moscarda. Zayn notó como sus ojos chocolate brillaban con emoción, como si estuviese a punto de experimentar un instante épico. Ahí confirmó lo importante que era el Quiddicth para _______ Tomlinson. Era buena jugadora, tenía que suponerlo.

- Mañana es el gran día, ¿no, pequeña? – Bill miró a su hermana.

- Y debo arrasar, ¿no crees?

- Lo harás.

- Vamos a jugar.

Lo notó apenas salieron al terreno y los vio volar desde su escoba; sería un juego rudo, y lo perdería si no dejaba de mirar a _______ como un baboso-tarado-idiota-embelesado; y es que su cabello se había soltado de la coleta y ahora volaba tras ella radiante, vivo y flameante. Sus ojos se perdían en la retaguardia de la chica y, cuando la tenía lo suficientemente cerca, apreciaba con detalles las expresiones que tomaban sus finos rasgos cuando observaba la jugada de sus hermanos, el sonrosado color que tenía en las mejillas hacía que sus pecas se acentuaran y…

- ¡Cuidado!

Vio sus ojos abrirse exageradamente observándolo a él y… ¡Joder!

La había cagado nuevamente.

¡Hasta aqui la maraton!
Se que ha sido corta, pero ya no tengo casi tiempo, y tambien tengo que escribir cap en mi otra novela.
Comenten muuucho! Nos vemos despues!