Loco por Ella [Zayn Malik & Tu] Adaptada.

me encanta, siguela!

Loco por Ella
Maraton 1/4

Capítulo IV

- ¡Soy tan idiota, Alexandra! Todo iba bien, estaba lográndolo. Inhalé y exhalé y de verdad lo estaba logrando. Pero… ¡maldición! – Zayn se dejó caer en el sofá. – Soy tan estúpido – susurró para sí. Ya habían pasado dos días desde aquel incidente en la cafetería, mas el joven moreno aún refunfuñaba y maldecía, azorado, sobre lo ocurrido.

- El que seas algo torpe no quiere decir que seas estúpido. De hecho, hay chicas que piensa que la torpeza en un hombre es algo… tierno.

- No trates de consolarme, Alexandra – pidió al mismo tiempo que rodaba los ojos.

- No pasó nada grave, fue un accidente. ______ ni siquiera se molestó – Alexandra se sentó junto a él.

- Debe creer que soy el ser más… ¿inútil? ¡Patético! – al menos no se había orinado en los pantalones. ¡Gracias a Dios!

- Exageras, Zayn – La castaña le miró con una sonrisa que al joven mago le causó cierta curiosidad.

- ¿Qué sucede?

- Ayer, ______ me dio esto – le tendió un pequeño papelito con un número escrito en él. – Me dijo que te lo diera.

¿Acaso su amiga le estaba jugando una broma? Seguramente, pues no se imaginaba que una mujer como _______ Tomlinson le diera su número telefónico a alguien como él, menos si se tomaba en cuenta lo que ocurrió en el café. No, imposible.

- Me estás tomando el pelo, ¿verdad? ¡No lo esperaba de ti! No creí que fueras capaz de burlarte de mí con…

- ¡Por favor, Zayn! ¿De verdad piensas que haría algo así? ¡Me conoces!

- Pues…

- Me dijo que te lo diera, lo juro. Ahora, si no lo quieres… - hizo ademan de arrugar el papelito, aunque no lo haría realmente. Zayn se movió hacia ella, sobresaltado, y le quitó el número de las manos. – Deberías llamarla e invitarla a tomar algo, como recompensa por lo que pasó con la limonada.

- No sé. Yo…

- Ella pretendía dártelo en el taxi después de la merienda, pero nos entretuvimos tanto conversando que se le pasó por alto.

De regreso del café los cuatro jóvenes compartieron un taxi. Tal era la pena de Zayn que había pensado irse él solo en autobús, se sentía tan tonto y avergonzado… no se atrevía ver la cara de _____. ¿Se habría dado cuenta de cómo la detallaba? Le fue difícil contralar su mirada, y es que esa chica era toda fascinación; con su perfecto cabello, su plano abdomen, su sensual ombligo, las pecas de su pecho… sus ojos se desviaron hacia más abajo y lo que logró admirar le había dejado sin la capacidad de respirar por varios segundos. No quería estar cerca de ella, le aturdía de sobremanera y temía cometer alguna otra idiotez, mas la insistencia de Alexandra para que fuera en el taxi había logrado su cometido. Viajó en el asiento del copiloto, luchando con las ganas de virar la cabeza hacia el asiento trasero.

- Y bien, Zayn, ¿la llamarás?

- No creo que…

- ¡Anímate! Le caíste bien, algo me lo dice.

Tratándose de ______ Tomlinson, para Zayn "caerle bien" no era suficiente. Aunque por algo se iniciaba, ¿no era así? No podía pretender gustarle a la chica de un sopetón y menos viéndose como se veía y siendo un tonto de primera categoría.

- Debo irme a casa, quedé de verme con mis padres para ir al teatro.

- ¿Louis no se molestó al ver que decidiste subir a mi departamento ese día? Lo vi algo incómodo en el café. – Zayn consideró esos celos bastante absurdos. Louis era un hombre, claro está, pero incluso el sexo masculino lograba percibir el aroma de perdedor a distancia. Debía saber que alguien como Alexandra no tendría una aventura amorosa con alguien como él.

¡Ush! Arrugó el rostro al imaginarse tal cosa.

- No – sonrió la joven. – Ya sabe que te adoro como a un hermano y que tú sientes lo mismo, se lo dejaste muy claro. Además, él confía en mí – se levantó del sofá y tomó su bolso. – Quería que fuera hoy al teatro con nosotros, así se relaciona un poco más con mis padres, pero tenía un compromiso con los gemelos. Parece que van a abrir un negocio en el Callejón Diagon. Por lo que me contó, llevan años ahorrando para eso. – caminó hacia la puerta. – Nos vemos luego, Zayn.

El moreno la despidió con la mano sin querer levantarse para acompañarla a la puerta, entre ellos existía esa confianza que les permitía no ser tan educados el uno con el otro. Miró el papelito y no supo qué hacer; ¿llamarla o no llamarla? La mano le temblaba y su corazón daba brincos desmesurados. ¿Por qué ____ quería que tuviese su número? ¿Acaso…? ¿Sería posible? No quería hacerse ilusiones, además, le costaba creerse que la chica sintiera alguna especie de atracción hacia él. Pero, ¿por qué el número?

Llámala y descúbrelo, Zayn. ¿Si de verdad…? Invítala a tomar algo y veremos qué sucede. ¿Acaso no añorabas la oportunidad? ¡Ahí la tienes! ¡Tómala!

Suspirando, dejó el papelito sobre el sofá, cerca de su teléfono celular. Si decidía llamarla ¿qué le diría? ¿Se atrevería a invitarla a tomar algo? ¿Sería capaz? No debería hacérsele tan difícil, puesto que no la tendría frente a frente; su perfume no le distraería y, si llegaba a sufrir del tic, ella no lo vería. Pero si aceptaba… ¿qué haría? ¿Cómo actuaría estando a solas en una cita con ella?

- No llames… - se decía constantemente. Tomó un baño y esa noche se acostó temprano.

No llames, no llames, no llames…

Repetírselo entre sueños aumentó aquella curiosidad referente a lo que podría suceder. Igualmente, tenía deseos de escuchar esa voz. Se imaginaba sus ojos chocolate observándolo conforme su boca degustaba ese trozo de pastel que se le había antojado. Quería ver nuevamente aquel ombligo decorado, le tenía loco. Si pudiese, le sacaría una foto y la pondría como fondo de pantalla en su celular… no se había percatado de lo atractivo y erótico que le parecían los piercing en esa zona, y es que a _____ se le veía tan bien… tenía un abdomen bonito, pagaría lo que fuese por poder al menos rozarlo con la yema de los dedos.

- Estás mal, Malik – se despeinó los cabellos al mismo tiempo que se levantaba de la cama y apagaba el despertador. Sus sueños habían consistido en la imagen de una hermosa pelirroja nadando en bikini dentro de una piscina llena de… ¿acaso había sido limonada? No estaba seguro, sin embargo, la presión tediosa que tenía bajo su ropa interior no era sólo por la típica necesidad fisiológica de cada mañana. Esa bebida fría había causado la imagen más sexy que hubiese visto en su vida, así de sencillo.

- No llames, no llames, no llames… – Se dijo al ver el papelito en el sitio donde lo había dejado la noche anterior. – No llames…

¡Llámala!

Sin pensarlo por más tiempo, tomó su teléfono celular y marcó los números, seguidamente, sin analizarlo y sin saber con exactitud qué decir cuando le contestara. ¿Qué hora era? ¿Y si aún dormía? Le iba a odiar si arruinaba su descanso, quizá hasta lo insultaría… mejor colgaba y…

- Aló… - ¡La linda voz! No parecía adormilada, quizá era madrugadora.

- Lo siento, no te desperté, ¿cierto?

- ¿Quién habla?

- Soy Zayn, Zayn Malik… - Respira, así.

- ¡Zayn! ¡Hola! No, descuida. Estando en Escocia tomé la costumbre de levantarme antes de las ocho de la mañana.

- Muy bien. Yo…

- Sé por qué llamas.

El moreno sintió un vuelco en el corazón.

- ¿Sí?

- ¡Por supuesto! Alexandra te dijo que me avisaras cuando llegara el pedido de las escobas.

¡Las escobas! ¡Claro, claro! El que _____ le mandara su número se debía a que quería que le avisara cuando tuvieran las escobas… ¡las estúpidas escobas! ¿Cómo no se lo imaginó?

- Así que ya las tienen, ¿no? fabuloso. Llegaron antes de tiempo, ¡y justo cuando estoy por dar una audición de Quiddicth acá en Londres! Eso se llama tener buena racha, ¿no crees? Iré a la tienda en cuanto yo…

- ¡Qué idiota! – Se gritó a sí mismo y colgó la llamada, sin cuestionarlo, simplemente colgó. No fue un acto nada inteligente pero… ¡que estúpido! ¿Por qué Alexandra no le había mencionado lo de las escobas? Lo peor, ¿por qué se había hecho ideas sobre una posible atracción de _____ hacia él? Porque sí, muy en el fondo se había imaginado una que otra fantasía la cual se podría hacer realidad, lo admitía. ¡JÁ! Iluso... No había ser más zopenco en la tierra que él mismo. Era tan…

- ¡Estúpido! ¡Estúpido! ¡Estúpido! – Pateó un lado del sofá, irritado. – ¡Merlín! ¡Soy un idiota! Bramó tomándose los mechones de cabello despeinado.

Primero, había bañado a la mujer de sus sueños con limonada helada, y ahora le había colgado el teléfono mientras le hablaba y… ¡No! Seguro pensó que el insulto iba dirigido a ella. ¡Mierda!

La buena racha estaba, indiscutiblemente, bastante lejos de él.

Capítulo V
Maraton 2/4

- ¡Buenos días, Zayn! – la entusiasta voz de su compañera de trabajo le hizo dar un sobresalto tras el mostrador.

- Buenos días, Gaby– saludó, volviendo su atención hacia El Profeta. – Llegas tarde.

- ¿Algo interesante en la prensa? – Gabriella, un año menor que Harry, era una joven bastante extrovertida, alegre. Al moreno le caía bien, aunque la creía un poco loca. Era una chica alta, con la piel morena y unos avispados ojos color café.

- No, más de lo mismo.

- ¿Me prestas la sección de deportes?

Justo por esa sección Zayn había comprado el diario. Había toda una página dedicada a las próximas audiciones de Quiddicth en Londres, en las cuales _____ participaría.

- ¿Me permites? – Gabriella le arrebató el diario de las manos.

- ¡Hey! Estaba leyendo.

- ¿Acaso harás las audiciones para algún equipo? Sería raro, tomando en cuenta que son sólo equipos femeninos.

- Una amiga las hará y quería ver cuándo serían – Zayn tomó su varita y, murmurando un simple hechizo, hizo que un viejo trapo limpiara las vidrieras de la tienda.

- Ah, así que una amiga, ¿he?

- Una amiga.

- Interesante – Gabriella sonrió y ojeó por encima los artículos del periódico. – ¿Puedo pedirte un pequeño favor? – dejó a un lado el diario. – Tengo planes para esta tarde y…

- Quieres salir más temprano, ¿no?

- ¡Por favor! Mi novio tocará una de sus canciones en un pequeño café bohemio de Londres y quiero verlo.

- ¿Tocará Rock and Roll en un café bohemio?

- ¿Qué? O, no. Drew era el cantante de Rock; terminé con él la semana pasada, ¿no te lo dije? – Zayn blanqueó los ojos, Gabriella cambiaba de novios con tanta frecuencia… - Ahora estoy saliendo con Kyle, toca la guitarra y es guapísimo. ¡Míralo! – la joven saltó frente a él y le mostró la fotografía que decoraba la pantalla de su celular. – Es mucho mejor que el tonto de Drew.

- Bueno, al menos no utiliza delineador.

- Y canta lindísimo – Gaby miró su teléfono y besó la pantalla.

- Es genial. Gaby, ¿podrías por favor, ir a la bodega y traer un par de Saetas del año pasado?

- En seguida – La chica rodeó el mostrador y fue a la parte trasera del local.

El moreno tomó nuevamente el diario y miró las fechas para las audiciones de Quiddicth. Las primeras serían en dos días, y serían para ingresar a las Arpías de Holyhead. Uno de los datos que le había suministrado Alexandra con relación _____ Tomlinson era sobre el Quiddicth; las Arpías era su equipo favorito.

¿Acaso podría verla audicionar? No le saludaría, ni siquiera pensaría en acercarse, no después de la grandísima metida de pata que había cometido el día anterior; pero si pudiese verla al menos de lejitos… sí, podría conformarse con eso. No llegaría más lejos, debía admitirlo.

Su teléfono vibró dentro del bolsillo de su pantalón, indicando la llegada de un mensaje de texto. Supuso que sería de Alexandra, pidiéndole (por enésimas vez) una disculpa por no haberle mencionado lo de las escobas. Aunque, claro está, ella jamás se hubiese imaginado que Zayn le colgaría el teléfono a la pelirroja así como así, y menos se imaginaba que la insultaría antes de cortar la llamada. Pero, ¡el insulto no era para ella! Se había llamado idiota a él, a él, sólo a él.

Y es que era un tremendísimo idiota, y más ahora que antes. Sí, y había creído eso imposible.

- Sólo nos queda una Saeta en la bodega, Zayn – Melanie depositó la escoba sobre el mostrador.

- Deben llegar más en el próximo pedido.

La campanilla de la puerta de entrada sonó, indicando la llegada de un cliente. El mago tomó la Saeta y la colocó en su respectivo lugar mientras Gabriella se disponía a atender a la persona.

- ¿Qué tipo de escobas buscas?

- En realidad yo… - Zayn, sin querer, dejó caer un par de Nimbus 2001 que estaban de muestra al tropezar con una estantería. Un traspiés hizo que se le doblara el tobillo y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba con su trasero dolorosamente apoyado en el suelo.

- ¿Estás bien?

- No te preocupes, le ocurre con mucha frecuencia – Gabriella rió conforme le ayudaba a levantarse. – Torpe Malik – la chica se carcajeó, divertida.

- Yo no… - cada vez que veía a esa mujer pelirroja, creía notarla más bonita. – Lo siento, _____, yo no…

- Viene por el nuevo modelo de Saetas. Lo siento – Gabriella habló dirigiéndose a _____. – Estarán aquí en un par de semanas.

- Bien, yo…

- _____… - sacando el valor quién sabía de dónde, Zayn se plantó frente a ella. – Lo siento, yo…

- ¿Se conocen? – Gaby observaba a la pareja con curiosidad.

- Es un amigo de mi cuñada. Zayn, ¿cómo estás?

- Bien, _____, lamento mucho lo del teléfono – la pelirroja arqueó una ceja. – Digo, no te estaba llamando idiota a ti. Sólo… había tropezado con la pata de la mesa, y me había lastimado. Colgué el celular sin darme cuenta y… - La risa de Gabriella le interrumpió.

- Es fácil imaginárselo – rió con ganas. – Lo dije, Torpe Malik. – Zayn enrojeció. En ese momento daría lo que fuese por hacer desaparecer a la bocona de su compañera.

- En fin. ______, lo siento. Si pensaste que…

- Ya, descuida, Zayn – La joven sonrió. – Supuse que algo te había pasado para cortar la llamada así. No te considero uno de esos cretinos que insultan a las mujeres por teléfono. No te preocupes.

- De acuerdo.

- Bien – la pelirroja sonrió nuevamente, y Zayn sintió como sus piernas comenzaban a temblar como gelatina sin cuajar. – Y como ahora sé que las escobas aún no han llegado, ¿para qué me llamabas? – preguntó, curiosa. El moreno trataba de calmar su respiración, la cual empezaba ya a alterarse.

- Quería… - respiró. – Quería pedirte disculpas por lo de la limonada. Fue un accidente, yo no…

- ¿Aún te preocupas por eso? ¡Relájate! De mi parte eso ya está olvidado. –______ le hizo un gesto de desinterés con la mano y se giró para observar la tienda. Zayn tragó con fuerza, y caminó tras ella. Luchaba para no acercarse tanto, no quería asustarla. – Los gemelos adquirieron un local a una cuadra de aquí. ¿No es genial? Vine a ayudarlos con algunos asuntos de remodelación, así que decidí pasar por acá. – Se detuvo frente al único modelo de Saeta que quedaba del año pasado. – Las nuevas duplican la velocidad de la Saeta Original – comentó para sí, hablando de la escoba. – Quería tenerla antes de la audición, pero veo que será imposible. ¿En cuánto está ésta? – _____ la examinó de cerca. – No, no debería comprarla. Llevo ahorrando para la nueva desde hace más de tres meses. Creo que podré esperar un poco más.

- ¿Qué tipo de escoba utilizas ahora? – Zayn se había parado junto a ella.

- Una Moscarda.

- Es buena.

- Lo sé, pero ansío algo un poco más veloz. Tú me entiendes. – le miró, sonriente, y Zayn sintió su pecho llenarse con algo nuevo. – Bien, debería volver con mis hermanos. Ha sido un placer verte de nuevo, Zayn. Adiós – Se dirigió a Gabriella. Dio un último vistazo a su alrededor y caminó hacia la puerta principal. El mago la miraba, atento, sin siquiera parpadear.

- Invítala a salir.

- ¿Qué? – se había olvidado de la presencia de Gabriella en el lugar. La chica había empezado a empujarle del brazo con insistencia.

- Torpe, te gusta. Invítala a salir.

- ¿Cómo…? ¡No! – la campanilla sonó al _____ manipular la puerta.

- Malik, ¡la miras como un baboso! ¿Sabes? Podrás ser terrible con las mujeres, pero si no logras controlar ese problema, terminarás como una anciana con veinte gatos. Y créeme, un hombre con veinte gatos resulta ser aún más patético.

- Gaby…

- Invítala, invítala, invítala… - en su mente, la voz de Alexandra se había unido a la de Gabriella, y a éstas se agregaba la de su propia cabeza, esa fastidiosa e insistente voz; invítala, invítala, invítala…

- Es… ¡_____! – Salió tras la joven, azorado. _____ tan sólo había dado tres pasos al salir de la tienda. La alcanzó al instante. – _____… - respiró con profundidad.

- ¿Ocurre algo?

- Sólo… - Invítala. Invítala… ¡Invítala!

Al volver, sorprendió a Gabriella utilizando una Cometa 260 dentro de la tienda. La joven lo miró desde su altura, rozaba el techo con su cabeza.

- ¿Y bien?

- Hoy cerraremos temprano.

Y, embriagado por un extraordinario éxtasis que antes desconocía, saltó de felicidad.

Capítulo VI.
Maraton 3/4

En tan sólo unas pocas horas uno de sus sueños más anhelados (y reciente, se debe acotar) estaba por cumplirse. ¡Tendría una cita con _____ Tomlinson! Aún le costaba un poco creérselo. Estaría a solas con la pelirroja que irrumpía con descaro en sus sueños desde el día que la conoció…

Se pellizcó varias veces, asegurándose de estar en la realidad. ¡Se sentía increíble!

- ¿A dónde la llevarás? –Gabriella colocó el aviso de "cerrado" en la puerta principal de la tienda. - ¿A cenar? ¿Al cine?

- Pues… - No lo tenía pensado. – no se trata de una cita como tal. Es decir, sí es una cita pero… no una en sí, o…

- Zayn, ¿acaso no la invitaste a salir?

- Sí, pero… - No podía llevar a cabo un plan netamente romántico. – Saldremos en plan de amigos. No creo que ella esté pensando que tendrá una cita romántica conmigo. Seguramente aceptó porque aún no conoce a mucha gente, estuvo en Escocia un buen tiempo y…

- Igual, Zayn – interrumpió la chica conforme tomaba su bolso del mostrador y se disponía a buscar su estuche de maquillaje. - ¿A dónde la llevarás?

- No lo sé – El moreno se encogió de hombros y cerró la caja registradora después de acabar de sacar la cuenta de las ventas del día, las cuales no fueron muchas.

- ¿No te parece el cine ideal para flirtear la primera vez? – sugirió la joven después de aplicarse brillo labial. Zayn la miró, dudoso en seguir los consejos que su compañera podría brindarle. – Diste el primer paso y te fue mejor de lo que esperabas, no deberías temer ir un poco más allá. Recuerdo mi primera cita…

Ahí va… se dijo el moreno.

- John, también era músico y estaba buenísimo, seguro lo sigue estando. Me llevó al cine a ver una película súper aburrida, me estaba durmiendo en la butaca así que él empezó…

- Lamento interrumpirte, pero creo que ya deberíamos irnos – Habló Zayn, colgándose la mochila en el hombro. En realidad quería evitar cualquier cosa que Gabriella pudiese decirle con relación a sus novios pasados, o con relación a su cita con ______. ¡Ya estaba lo suficientemente nervioso!

- ¡Tienes razón! Kyle me espera frente a Honeydukes – la chica se miró una vez más en su pequeño espejo del polvo compacto.- Bien… ¡Muchisísima suerte, Torpe Malik! Seguramente la chica terminará adorándote – Gaby le pellizcó ambas mejillas antes de dirigirse a la puerta dando saltitos. – ¡Nos vemos mañana!

Zayn apagó las luces y cerró la tienda cinco minutos después de haberse ido Gabriella. Necesitaba darse un baño y menguar los nervios que empezaban a aflorar dentro de él. Debía tranquilizarse, sólo se trataba de una cita con _____.

- Oh, mi Dios – Murmuró, exhalando profundamente. ¿En qué se había metido? Ya había hecho el ridículo frente a la mujer más de una vez, ¿no le había sido suficiente?

¿Por qué creer que harás el ridículo? ¡Vamos! Todo saldrá bien.

Pensó en llamar a Alexandra; su amiga le daría ánimos y quizá podría ayudarle a elegir un buen atuendo. Sacó su teléfono cuando apareció en la sala de su pequeño departamento y marcó el número de la castaña con rapidez, al instante escuchó el buzón para mensajes de voz.

- Genial – Cerró los ojos y respiró hondamente. – Tranquilo, relajado. Sólo es una cita con _____. ¡Por Dios! – No se trataba de cualquier cosa, ¡era una cita con la mujer de sus sueños!

Se duchó, deseando que el agua disipara un poco los nervios que sentía. Con la toalla en la cintura, se miró en el espejo; tenía una camisa en cada una de sus manos, aún sin saber cual usar. Aunque, pensaba, ¿por qué enrollarse para escoger un atuendo? Cualquier ropa que se pusiese lo hacía verse exactamente igual; paliducho, flaco… quizá debía empezar a hacer ejercicio.

Recuerda no caminar encorvado, ¡recuérdalo!

No queriendo perder más tiempo, se colocó la camisa que sujetaba su mano derecha, la cual era una sencilla camiseta de mangas cortas de color gris, y se vistió con unos jeans azul oscuro. Trató de peinarse el cabello sin utilizar gel fijador, mas le era imposible. Se aplicó una refrescante colonia que le había obsequiado Gaby la pasada navidad y se miró nuevamente en el espejo. ¡Lo que daría por tener a Alexandra! Necesitaba una opinión femenina.

Se pasó las manos por el cabello, ahora seco, y notó un enorme grano que no había visto antes a un lado de su frente, cerca de la línea de inicio del cuero cabelludo.

- ¡Maldición! – Fue hacia el botiquín del baño, buscando una crema facial que Alexandra le había facilitado hacia unos meses, y se colocó una pequeñísima porción sobre el bulto rosa que sobresalía en su blanca piel. Sabía que el grano no desaparecería ese día, por lo que se dejó el cabello despeinado, tapando casi por completo toda su frente.

Respiró hondo y miró su reloj de pulsera, aún tenía unos quince minutos. Se tranquilizó, sabiendo que los nervios sólo harían que la cita fuese un fiasco tremendo. Debía relajarse y dejarse llevar con naturalidad, ser él mismo.

La mujer le fascinaba y nada deseaba más que al menos agradarle de verdad. Podían empezar siendo buenos amigos y luego…

- No te emociones, Malik – se dijo, sacudiendo la cabeza. Su teléfono vibró y supo que era el momento de encontrarse con la chica en el callejón Diagon.

Adelante.

Era nuevo todo eso que le estaba sucediendo. Nunca en su vida había experimentado tal emoción en su pecho. Si tan sólo ____ sintiera…

- No te emociones…

- ¡Zayn! – La pelirroja llegó tras él, sobresaltándolo por la sorpresa. El moreno la observó y sintió su boca secarse; estaba preciosa, como siempre.

¡Maldición! Si fuese al menos un poco fea, quizá todo sería más sencillo. Es… ¡el tic, amigo!

Se frotó los ojos tras las gafas en un gesto rápido y observó a la chica que le miraba con una sonrisa, aguardando.

- ¿Te apetece ir al cine?

Estar en un lugar discreto y oscuro, con ella… bien, quizá no se daría cuenta del maldito tic.

Capítulo VII.
Maraton 4/4

Creyó que debía agradecerle a Gaby la idea del cine. Por supuesto, no pensaba hacerle… cositas, a ____ si a ésta le aburría la película, pero al menos podría mantener controlado su problema con el sudor. Por los momentos todo estaba yendo bastante bien. El filme era interesante aunque no le estaba prestando la atención debida. Quizá era su imaginación pero toda la sala parecía estar impregnada con ese perfume floral que utilizaba la chica… a donde sea que volteara el rostro, ese agradable y fresco aroma parecía penetrar con más intensidad dentro de su nariz. El tic no se había desarrollado por completo, mas debía, de vez en cuando, pasar su dedo índice sobre su ojo para evitar unos leves temblores que insistían en fastidiarle la noche.

- ¿Un dulce? – Le acercó a la chica la cajita de golosinas que habían comprado antes de entrar a la sala. _____ negó con una de sus manos y se mantuvo concentrada en la trama de la película.

El moreno suspiró. Aún faltaba al menos una media hora para que el filme finalizara, ¿qué hacer cuando acabara? La noche era joven y simplemente no quería despedirse de ______ tan pronto salieran del cine. No, no podía dejar pasar esa oportunidad que se le brindó así como así. Ya había controlado los nervios, no estaba sudando como un condenado y los espasmos de su ojo izquierdo parecieron rendirse al fin ante la batalla. ¡Sí, era su oportunidad! En definitiva.

- ¡Adoro el cine Muggle! – exclamó la pelirroja, cual niña pequeña, al abandonar la sala. – Sólo había venido un par de veces antes. Gracias por invitarme. ¡Y la película! Fue una buena opción, ¿no es así? Y ese actor… ¿cómo es que se llama?

- Jonny Deep – Zayn sonrió al verla tan emocionada por una simple película.

- Jonny Deep, sí. Es excelente. Y esta película me ha llegado. ¡Me gustaría volver a verla! – Se detuvieron al verse en la acera. Ya había oscurecido, las luces de las tiendas y de los faroles iluminaban las calles transitadas. _______ se ajustó el abrigo que cargaba encima y miró al moreno con atención.

Zayn la observaba fijamente, mudo y como un tarado. Debía ponerse las pilas, debía abrir la boca y decir algo, asegurándose de no meter la pata. No quería que todo terminase ahí, en ese momento. No, deseaba prolongar esa cita lo más que pudiese.

Como amigos, terminar como buenos amigos. ¡Pero mírala! Es imposible verla y no desear ser algo más que amigos.

- ¿Te apetece un chocolate caliente? Es una noche fría – Habló el moreno, seguro y con una tranquilidad que le sorprendió de sobremanera. Sonrió al verla asentir con la cabeza.

- Me has leído el pensamiento. Vamos.

Caminaron unas dos cuadras antes de verse en un pequeño café pintoresco y poco concurrido. Tomaron asiento cerca de un enorme ventanal que daba a la calle y ordenaron dos enormes tazas de chocolate caliente con pequeños malvaviscos flotando en la superficie.

- Debo agradecerte por esta noche, Zayn – ______ le sonrió y Zayn agradeció estar sentado, pues sintió sus rodillas temblar con vigor. – Desde que regresé de Escocia he salido poco de casa. Necesitaba una noche al aire libre en Londres. – El moreno asintió y bebió de su chocolate, el corazón le brincaba con demasiada prisa y lo sentía en la base de la garganta. Necesitaba calmarse un poco antes de hablar.

- Gracias a ti por aceptar acompañarme. ¿Te gustó la película?

Excelente.

- Muchísimo. Como te dije, adoro el cine muggle, aunque sólo haya disfrutado de él unas tres veces, contando esta noche. Y, como seguro viste, soy de las que se pierde en la trama apenas empieza todo.

- Podemos repetirlo, si lo deseas.

- Sería divertido. – El moreno sintió que algo le saltaba con alegría en el estómago.

Bebieron el chocolate y hablaron de cosas triviales.

Sí, Zayn Malik estaba hablando con una mujer hermosa y, en los veinte minutos que llevaban sentados en la mesa, no había metido la pata al abrir la boca, no había sufrido del tic en el ojo y no había empezado a sudar cual corredor participando en una maratón. Notó que hablar con ______ Tomlinson era sencillo. La chica tenía una opinión para todo y sacaba cada tema de conversación que, más de una vez, le hicieron reír con diversión.

- ¡Son hilarantes! – exclamó ______ alzando los brazos y riendo junto con el moreno. – De verdad, un solo día conviviendo con Niall y Harry Tomlinson es suficiente para hacerte reír hasta sufrir un accidente. – rieron de nuevo.

- Los recuerdo.

- Deberías ir un día a casa - ¿Había escuchado bien o era la felicidad que sentía lo que le hacía entender mal? – Siempre que invitamos a un amigo a cenar, ambos hacen algo que es de verdad para el recuerdo. ¿Alexandra no te contó lo que planearon cuando fue por primera vez? ¡Lamenté no haber estado presente!

Zayn, sinceramente, no recordaba si la castaña le había contado o no sobre esa noche. En realidad, le costaba recordar cualquier cosa pasada cuando el presente era tan ameno y agradable. ¡Por Merlín que ______ lo tenía todo! Era preciosa, graciosa, lista y agradable. Todo lo genial dentro de ese delgado cuerpo de diosa…

- ¿Qué hora es? – preguntó la chica de pronto. Zayn, volviendo en sí rápidamente, miró su reloj de pulsera.

- Van a dar las nueve de la noche.

- Debería irme a casa. Quiero levantarme mañana temprano y practicar para las audiciones de Quiddicth – _____ se acomodó un mechón de cabello rojo que le molestaba sobre la frente y le sonrió al moreno. Zayn sabía que no debía hacerse ilusiones, pero esa chica ya le había sonreído demasiado. Sacó la billetera de su pantalón y pagó las dos tazas de chocolate. – Gracias de nuevo, la he pasado muy bien. – le dijo la joven conforme él le sostenía la puerta del café al salir.

- De nuevo, gracias a ti.

Caminaron unas cuantas manzanas lejos del café antes de detenerse frente a un callejón oscuro que les pareció ideal para desaparecer. Zayn, lamentando que el momento hubiese terminado, se despidió de la joven con la mano antes de que ésta desapareciera frente a sus ojos. Se decepcionó al instante, pues se había imaginado a ambos besándose desenfrenadamente en ese oscuro callejón… bueno, al menos un piquito, un roce de niños, cualquier cosa... ¡Já! Exigía mucho para una primera vez.

Exhalando con fuerza, cerró los ojos y se vio en su departamento al abrirlos de nuevo. Todo resultó fabuloso y no podía quejarse ni insultarse por nada ocurrido durante esa cita.

¡Por Dios que la satisfacción era grande! Tenía una sonrisa más grande que todo el continente europeo sobre su boca y el corazón le bailaba con regocijo. Había iniciado y no se iba a detener.

Llamaría a Gabriella y le daría el día libre mañana. Algo mucho mejor que abrir la tienda había cruzado por su cabeza.

Listo! El Maraton ha terminado, les deje 4 capitulos mas...
La cosa se esta poniendo interesante, no?
Quiien sabe que pasara? ____ le dara una oportunidad a Zayn?
Alexandra (yo) ayudara a Zayn a que ____ lo quiera mas?
Alexandra le dira a Louis que a Zayn le gusta su hermana?
Niall y Harry llegaran a aparecer?
Seguire haciendo preguntas estupidas?
Algunas cosas y mas, se sabran en los proximos capitulos, no se los pierdan!

Okno, sone como de comercial.
Buaaaaaaaaaaaano, ya me tengo que ir.
Nos vemos luego, BYE!

me encanta tu novela, siguela porfa!

Bueno, bueno, he visto que se han preguntado si ya no la seguire!
La verdad, es que ¡Si la seguire!
Pero no pude hacerlo antes por que estaba de viaje
Justo mañana empiezo clases y tambien lecciones de guitarra.
Mi tiempo se reducio y junto con la otra novela, pues, pocas veces podre subir.

Hagamos algo, subire:
Sabados, Lunes, Miercoles y Viernes, aqui.
y Domingos, Martes y Jueves en mi otra novela.

La razon de por que escribire mas aqui, es por que es adaptada y la quiero terminar ¡Rapido!
Comenten, Mañana les subire unos 2 o 3 capitulos
Adioooooooooooooooooooooos!