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Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
Capitulo XXXIII
La analicé un segundo antes de volver a responderle. Su cabello estaba perfectamente ondulado y caía suavemente sobre sus hombros, sus labios con un toque de brillo, se veían extravagantes y delicados.
Mi mano formó un puño intentando contener los celos y las ganas de echarla de “nuestra casa”.
- Louis, Louis William Tomlinson.-dijo ella.
-Sí, se quien es mi novio.-le dije. Su sonrisa se hizo aún mas amplia y mis ganas de darle un puñetazo, crecieron.- ¿Quién eres?-enarqué una ceja.
-Lucy.-dijo sin que su sonrisa se esfumara.
-¿Y cómo entraste?-pregunté. Hizo una cara de fastidio y posó su mano sobre su cintura.
-¿Dónde esta Louis?-preguntó. Largué una risa mientras mi rostro demostraba enojo y furia.
-No se encuentra en casa.-respondí.- ¿Cómo entraste?
-Disculpa nena.-su sonrisa se esfumó.- No estoy como para cuestionarios tuyos.
-Pues deberías estar para mis cuestionarios porque estas en mi casa.
-No, no, no.-movió su dedo de un lado al otro.- Esta es la casa de Louis.
Crucé mis brazos y la miré amenazadoramente. Hizo mi mismo gesto y me sacó la lengua. ¡Que aniñada resulto ser! Sonreí con ironía y luego abrí la boca para echarla de casa.
-No es solo la casa de Louis.-dije.- También es mía. Es mi novio.-dije lento y claro. Largó un bufido.
-¿Eres ______?-preguntó arqueando una ceja. Asentí sin bajar la guardia.
-¿Cuál es tu problema y de dónde sabes mi nombre?-pregunté rápido.
-Primero, no tengo ningún problema y estoy cansada porque acabo de llegar de España y segundo, se tu nombre porque Louis te ha nombrado una que otra vez.-largó al descuido.
Las llaves del otro lado de la puerta se hicieron sentir y ambas dirigimos nuestra mirada hacía allí. Siendo las once y media de la noche, Louis atravesaba la puerta principal de la casa.
-______ ya…-dejó de hablar cuando se dio cuenta de nuestra presencia.- llegué.-hizo una mueca al terminar su oración.
-¿Quién es esta?-pregunté a Louis. El sonrió y miró a Lucy.
-¡Lucy!-gritó con emoción, acto seguido, la abrazó.- ¿Cómo has estado?-preguntó aún en sus brazos.
Pintada, tal cual una pintura sobre la pared, con la diferencia que si hubiera sido una pintura de un cuadro, me hubieran apreciado. Los miré atónita y me dediqué a controlar mis notables celos. Mis ojos vagabundearon por la sala y me decidí por irme a dormir en vez de ver a estos dos abrazarse.
-Hey, ______. ¿A dónde vas?-preguntó desde el pie de la escalera.
-A dormir.-respondí secamente y seguí mi paso hacía arriba.
-¿Ya se han conocido?-seguía hablándome a mí, porque me gritaba para que pudiera oírle.
-Si y créeme que no ha dado una buena impresión.-dijo la rubia como al descuido. Paré en seco y la fulminé con la mirada.- ¿Puedes creer me hizo un cuestionario?-le dijo a Louis, él alzó los hombros y brindó una leve carcajada.
-¿Por qué no te vas por donde has venido?-dije realmente enojada.- No se cómo rayos ha entrado y encima se atreve a tratarme mal en la casa de mi propio novio.-dije. Louis sonrió al escucharme, acto que colmó mi paciencia.
-Esta loca.-dijo Lucy en una risotada.
-No digas eso.-le dijo Louis serio. Ella volvió a reír.
Hice caso omiso a eso y caminé hasta la habitación. Abrí la puerta y me introduje allí. Tomé mi pijama y pronto ya estaba por irme a dormir. Sentí las risas de Louis y Lucy en el pasillo. Esa era una perra que iba a robármelo.
-¿Se puede?-preguntó Louis golpeando la puerta.
-Si, adelante.-dije de mala gana mientras me quitaba el maquillaje.
-¿Te has enojado?-preguntó desde la habitación. Lo miré por la puerta abierta del baño e hice como que no lo escuchaba.- Hey, ______.
-Me dejó allí, como una estúpida.-dije enojada.- Encima tú no le dices nada.
-Es que es absurdo.-suspiró.- ¿Huele a celos?-hizo una mueca y se sacó la remera.
-No, creo que huele a sudor así que colócate desodorante.-dije. Rió.
-No te enojes.-dijo tiernamente y se colocó su remera de dormir.- Ni siquiera me has saludado.-entró al baño, sitio, donde estaba yo.
-No te mereces que te salude.-terminé de quitar mi maquillaje y tomé el cepillo de dientes.- Tú ni siquiera me has defendido.
-Porque no era necesario.-dijo. Lo fulminé con la mirada y terminé de cepillarme los dientes.
-¿Crees que no era necesario? Le hice una y mil preguntas porque cuando llegué al living la vi ahí parada mirando el lugar, no se quién es, qué hace aquí y odio que te abracé.-salí del baño. Me siguió.
-¿Qué fue lo último que dijiste?-preguntó sonriendo. Lo mire mal.
-Que odio que te abrace.-repetí. Su sonrisa se explayó.
-¿Por qué odias que la abrace?-preguntó mientras me tomaba de la cintura.
- Louis, responde tú primero.-dije bajando la mirada.
-¿Qué quieres saber?-preguntó.
-¿Quién es? ¿Qué hace aquí? ¿De dónde la conoces? ¿Esta durmiendo aquí en casa?
-Es mi prima, viene a nuestra boda, de toda la vida y sí, en la habitación de huéspedes.-respondió en orden a todas mis preguntas.
Abrí los ojos quedando perpleja ante las respuestas a mis absurdas preguntas. Louis me sonrió y le devolví la sonrisa con una leve carcajada de ironía. Todos mis celos se esfumaron y fueron reemplazados por la vergüenza de haber tratado así a la chica.
-Yo, no sabía.-dije titubeando. Louis me sonrió.
-Me he dado cuenta.-dijo.- Esta bien, le dije que hablaría contigo.
-No Louis, he sido una completa inmadura.
-No amor, eso se llaman celos.-me dijo sonriente. Me alejé de él y le dediqué una no muy agradable mirada. Rió.- ¿Vas a dormir conmigo?
-¿Dónde más?
-Capaz querías ir al sillón.-rió y entró al baño.
Me acomodé bajo las sabanas y me coloqué de costado para ver el costado vacío donde Louis todavía no estaba.
-Oh, cierto que te da miedo.-siguió diciendo cuando salía del baño.
-Cállate.-dije en una tierna risa. Se acostó a mi lado y me miró.
-¿Vamos a dormir?
-La regaste.-le dije y dí la vuelta, dándole la espalda.
-Preguntaba.-rió.- Pensé que íbamos a hablar.
-No mientas y me dejes como la que piensa mal todo.-dije y volvió a reír.
-Date la vuelta.-casi que me exigió.- Hablemos, no te he visto en todo el día.
-No quiero hablar contigo.-dije con enojo. Él apagó la luz.
-Vamos, no me obligues a portarme mal.
Abrí mis ojos a todo lo que daban y miré la ventana cubierta por la fina tela de la cortina. Di media vuelta y lo miré. Me sonrió.
-Buena chica.-rió.
-Cállate.
-Hey, no estés tan a la defensiva.-me dijo.
-Bueno.
-¿Compraste el vestido?-preguntó cambiando de tema.
-Si, se lo ha dejado tu madre para que tú no lo vieras.
-Oh, que emoción.-dijo y le di una leve patada bajo las sabanas.
-Si, ni te imaginas.-agregué con ironía.
-Bueno, pero… ¿has fingido?
-Más de lo que debería.-dije bostezando.
-¿Qué le has dicho de mi?
-Que eres el chico más encantador, que siempre me cuidas de todo, que se ha ganado la lotería teniéndote como hijo y que estoy muy feliz de casarme contigo.-hice una estúpida sonrisa.
-Wow tú si que sabes fingir.-sonrió.
-Lo se Louis.-reí- Cree que te portas como cuando eras un niño, encantadoramente bien.
-Y no se equivoca.-me dijo en un bostezo.
-Oh, no claro que no. Si tan solo supiera que me quieres en tu cama todo el día.-dije. Rió.
-Pero es más que obvio que eso va a cambiar, las personas crecen y por lo tanto sus hormonas se revolucionan.
-Ya, cállate.-dije. Carcajeó algo que no pude comprender.- Me gusta el hecho de que nos llevemos mejor.
-A mi también.-admitió.- Ya encargué lo que restaba de la fiesta, ahora solo falta que digamos el “si, acepto” y tema resuelto.
-Si, tema resuelto para ti.-dije. Enarcó una ceja.- Luego de que nos cacemos veras a tu hermana y yo seré una pobre mujer atada a Louis William Tomlinson
-Cierra los ojos y duerme. Y mañana recuerda disculparte con Lucy.
-Lo se, lo se.-me di la vuelta.
-Hasta mañana.-me deseó y se removió entre las sábanas.
Tres y media de la mañana, mis ojos se abrieron a más no poder y mis ganas de dormir se esfumaron. Mi cabello revuelto sobre la almohada y la respiración tranquila de Louis hacía que me pusiera sumamente nerviosa al saber que yo no iba a pegar un ojo hasta dentro de dos horas o más.
Me coloqué de costado y sostuve mi peso sobre mi codo. Miré a Louis con sumo detenimiento. El movió la boca y se acomodó en su almohada.
El aburrimiento, junto con las ganas de escaparme de casa, me llevaron a sacar conclusiones que nunca querría haber sacado.
1- Louis no era del todo espantoso. Era atractivo. Tenía buen cuerpo y sus ojos resaltaban hermosamente en su rostro, un intenso color azul se apoderaba de ellos y hacía que su mirada se profundizara y fuera más intensa de lo usual. Sus labios, rosados y apetecibles invitándote a besarlos suavemente para tu propio placer.
2- Luego de habernos casado, Louis y yo, podríamos llevarnos mejor. Él no era la bestia que había aparentado ser y, yo no era la frágil mujer que él había conocido tres semanas atrás
3- No teníamos una habitación de huéspedes, o eso creía yo. Louis me había mentido y no piadosamente, al haberme dicho que teníamos que dormir juntos debido a que no había otra habitación.
4- ¿Qué sería de mi vida si mis padres estuvieran vivos? No hubiera conocido a Louis y sería feliz junto a ellos dos. Viviríamos en una pequeña casa cerca del lago, como anteriormente lo hacíamos, y mi sonrisa nunca se hubiera borrado del mapa.
Dejé mis conclusiones de lado para mirar la hora que marcaban las agujas del reloj. Cinco cincuenta de la mañana y mis ojos no amagaban a cerrarse para conciliar el sueño. Louis, tranquilamente, respiraba y su pecho se inflaba al ritmo del aire correr por sus pulmones.
Opte por ponerme las enormes pantuflas de Louis y bajar al living a ver televisión para mi propio entretenimiento. Sin hacer ruido, abrí la puerta, bajé al living y encendí las luces necesarias para poder iluminar mi camino.
Abrí la nevera y saqué una botella de jugo, tomé un vaso limpio y vertí el jugo sobre este. Un ruido sobresaltante me hizo prestar atención a las escaleras. Abrí un poco la puerta de la cocina para llevarme por delante a una persona. El vaso de cristal resbaló de mis manos para quedar hecho trisas sobre el suelo de la cocina.
-Oh lo siento mucho.-me dijo con una voz chillona.
-Descuida, esta todo bien.-le dije y metí la botella de jugo dentro de la nevera.
-Te ayudo a limpiarlo.-se ofreció y luego buscó con la mirada algo- ¿De dónde saco un fregador?-preguntó acomodando su pijama celeste.
-No tengo la menor idea.-respondí sinceramente y ella hizo una sonrisa estúpida.
-¿En tu propia casa?-preguntó. Hice una mueca.- Oye, lo de hoy, no hablaba en serio cuando decía que estabas loca.
-Esta bien, Lucy , me comporté como una niña y no me tomé la molestia de preguntar quien eras antes de juzgarte.
-¿Pensaste que Louis y yo…?-hizo una mueca.
-Fui una estúpida.-suspiré.
-Estamos a mano.-sonrió.
-¿Qué hacen levantadas y haciendo ruido a estas horas?-preguntó una adormilada voz entrando en la cocina.
-¡Louis!-sonrió su prima.- Nos encontramos aquí en la cocina y a ______ se le cayó el vaso, nada de que preocuparse.-explicó brevemente la rubia a mi lado.
-Okay.-se frotó los ojos.- Límpialo ______.-dijo casi en una orden.
-Lo haría si supiera donde están las cosas de limpieza.-le dije pasando una mano por mi cabello.
-Donde esta el control de luz.-me dijo. ¿Entendí? No.
-¿Cómo voy a saber donde está?-pregunté siendo obvia. Lucy rió.
-Está donde fui ayer por la noche cuando se fue la luz.-dijo y dio media vuelta.- Por favor, déjenme dormir.-abrió la puerta para retirarse y coloqué una de mis manos sobre su hombro.
-Cuando te levantes, vas a explicarme lo de la habitación de huéspedes.-le dije. Me miró confusamente y segundos después rió.- Es enserio Louis.-alcé mis cejas.
-Como digas.-carcajeó y quitó mi mano de su hombro.- Hasta enseguida.-nos dijo a ambas y ambas, sonreímos.
-¿Qué ocurrió?-me preguntó con diversión.
-Nada en especial.-fingí una risa. Me sonrió.- Debo limpiar esto.-le informé.
-Ha sido mi culpa, deja que lo limpie yo.-dijo apoyando una de sus manos sobre la mesada.
-No, no, eres la invitada y no voy a dejarte limpiarlo.
-¡Pero ha de ser mi culpa!-exclamó insistente.
-Enserio, Lucy , yo lo hago.-le dije. Asintió resignada y se sentó a observar mis movimientos.
Fui por un fregador para limpiar el jugo derramado en el suelo. Mientras yo fregaba, ella me contaba algunas de sus anécdotas de cuando era pequeña. Cuando acabé con la limpieza, dejé el fregadero en su lugar y me senté a su lado. Aprendí, que ella tiene veintiséis años, está de novia y por ahora no piensa en matrimonio. Y que es sobrina de Jay, la mamá de Louis.
-¿Es enserio?-pregunté riendo.
-De verdad.-carcajeó.- Siempre se hacía pis encima cuando lo asustábamos con Nolan.
-Voy a molestarlo con eso.-reí.- Va a matarte si se entera que me has contado.
-Lo se, pero es divertido molestarlo. Se pone casi rojo como un tomate y luego grita hasta que se encierra, y por último, vuelve más tranquilo y pide perdón por el escándalo.-reímos juntas.
-¿Quién es Nolan?-pregunté suavizando mis carcajadas.
-Mi hermano.-respondió sonriente.- Louis y él, parecían mejores amigos. De pequeños se llevaban tan bien que pasaban noches en carpa en casa de la abuela.-rió.
-Es tierno.-sonreí.- Louis, ahora, es más…-moví mis manos nerviosamente.- ¿duro?-pregunté.
-No lo se.-alzó los hombros.- Hace más de un año que no lo veía.-añadió y respiró para seguir hablando.- De todas maneras, es un amor y siempre, pero siempre…-dijo en tonos divertidos.- intenta ocultar sus sentimientos mediante maltratos o cosas por el estilo.
-Oh, si, me he dado cuenta.-sonreí.
Luego de hablar más de una hora con la chica que al principio parecía mi enemiga, tomamos el desayuno juntas y fuimos a ver televisión.
-Buenos días.-dijo Louis. bajando las escaleras.
Ambas, en pijama, dimos la vuelta y le miramos. Lucy volteó su cabeza y me miró haciendo una cara, seguramente, se había acordado de las cosas que me había comentado por la madrugada. Ambas explotamos en risas haciendo que Alice intentara ocultar una risa mientras servía el desayuno de Louis. .
-¿Qué es tan gracioso?-preguntó mientras se sentaba en una silla.
-Tu cara de bobo.-respondió Lucy riendo.
-¿Qué has dicho pequeña?-dijo divertido.
-Que eres un bobo.-reiteró y dio la vuelta para toparse con la televisión encendida.
-¿Ya han desayunado?-preguntó.
-Si, hace más de dos horas.-le dije sonriente. Me devolvió la sonrisa y siguió con lo suyo.- ¿ Louis. ?-llamé su atención.
-¿Qué ocurre?-me preguntó ojeando el diario.
-¿Crees que puedas llevarnos de compras?
-_____, ese tema ya lo hemos hablado.-me dijo sin mirarme.- Y hoy te necesito de secretaria en la empresa.
-Hey, no te lleves a mi única amiga aquí en Nueva York.-alargó Lucy mientras se ponía de pie.
-Lo siento prima.-rió y me miró.- Hablo enserio _______, papá se ha ido y necesito que me ayudes.- asentí.
-Oh, gracias Louis. .-le dijo Lucy y se sentó a su lado.- ¿No puedo ayudarte yo también?-preguntó haciendo su labio inferior hacía afuera.
-No, tú te quedas aquí.-dijo. Reí.
-Es enserio Tomlinson.-se cruzó de brazos.- _______ es la única persona que conozco aquí, aparte de ti.-alzó sus hombros.
-No puedes Lucy, ella es mi novia y ya la conocen allí, a ti, no.-explicó. Ella hizo puchero y lo miró con ternura. Reí.- Disculpa.
-Bueno, gracias por ser el mejor primo del mundo.-le dijo irónica.
-Ayer me has dicho que Logan iba a llegar hoy e ibas a ir a verlo.-le dijo tomando café.
-Si, pero me he arrepentido de verle.-rió.- ¿Puedes llevarme?
-No.-le dijo y rió.
-Vamos Louis, no seas tan malo.-dijo arrastradamente.
-No Lucy, he dicho que no.
-Malo.-le dijo cruzándose de brazos.
-No soy malo, tú tienes a tu novio, dile que te lleve de compras y déjame con mi novia.
-Lo hubieras dicho antes.-dijo y besó su mejilla.- Voy a darme una ducha y le diré a Logan que venga por mi, ya esta tarde me voy al hotel, así que no se preocupen que no molestaré más aquí.-sonrió y comenzó a subir las escaleras.
-Lucy, no nos molestas.-le aclaré. Sonrió y tiró un beso antes de seguir su paso hacía arriba.
-¿Hablaste con ella?-me preguntó Louis.
-Sí, anoche cuando me llevé un susto y derramé todo en el suelo.
-Tú siempre te caes, rompes y te asustas.-rió. Apagué el televisor y me puse de pie.
-Cállate.-le dije risueña y me senté a su lado.
-Has roto un florero y un vaso en México, un vaso aquí y te has lastimado la barbilla y la nariz.-rió. Reí estúpidamente y le saqué un pedazo de torta de chocolate de su plato.-
-Soy algo…. torpe.-reímos.
-¿Quieres saber los planes de hoy?-preguntó. Asentí.- Primero, me acompañas a la empresa y me ayudas.-enumeró con sus dedos.- Luego, vamos a almorzar juntos, si tú quieres.-me miró atento.
-Claro, pero vamos a Mc. Donalds.-condicioné. Rió.
-Si tu dices.-alzó los hombros.- Me encanta ese lugar.-sonrió.
-Vamos, ¿y luego?-pregunté.
-Y luego vamos por los pasajes a París.-sonrió.
-¿Vamos a ir?-pregunté abriendo mis ojos al tope de estos.- No pensé que ibas a hacerme caso.
-Claro que si, vamos porque tu lo has pedido.-me sonrió. Le devolví el gesto.
-Gracias.-le dije.
-Gracias a ti ______, solo diciendo que aceptas ser mi esposa haces que mi vida sea más feliz.
Pero esa última oración, ciertamente, no me hacía feliz. Él lo decía porque iba a ver a su hermana, no porque iba a casarse conmigo. Contuve las lágrimas y sonreí ante lo que había dicho.
Siempre, siempre, siempre iba a tener que ser fuerte y lo cierto era que estaba ocurriendo lo que menos quería que pasara, me estaba enamorando.
La analicé un segundo antes de volver a responderle. Su cabello estaba perfectamente ondulado y caía suavemente sobre sus hombros, sus labios con un toque de brillo, se veían extravagantes y delicados.
Mi mano formó un puño intentando contener los celos y las ganas de echarla de “nuestra casa”.
- Louis, Louis William Tomlinson.-dijo ella.
-Sí, se quien es mi novio.-le dije. Su sonrisa se hizo aún mas amplia y mis ganas de darle un puñetazo, crecieron.- ¿Quién eres?-enarqué una ceja.
-Lucy.-dijo sin que su sonrisa se esfumara.
-¿Y cómo entraste?-pregunté. Hizo una cara de fastidio y posó su mano sobre su cintura.
-¿Dónde esta Louis?-preguntó. Largué una risa mientras mi rostro demostraba enojo y furia.
-No se encuentra en casa.-respondí.- ¿Cómo entraste?
-Disculpa nena.-su sonrisa se esfumó.- No estoy como para cuestionarios tuyos.
-Pues deberías estar para mis cuestionarios porque estas en mi casa.
-No, no, no.-movió su dedo de un lado al otro.- Esta es la casa de Louis.
Crucé mis brazos y la miré amenazadoramente. Hizo mi mismo gesto y me sacó la lengua. ¡Que aniñada resulto ser! Sonreí con ironía y luego abrí la boca para echarla de casa.
-No es solo la casa de Louis.-dije.- También es mía. Es mi novio.-dije lento y claro. Largó un bufido.
-¿Eres ______?-preguntó arqueando una ceja. Asentí sin bajar la guardia.
-¿Cuál es tu problema y de dónde sabes mi nombre?-pregunté rápido.
-Primero, no tengo ningún problema y estoy cansada porque acabo de llegar de España y segundo, se tu nombre porque Louis te ha nombrado una que otra vez.-largó al descuido.
Las llaves del otro lado de la puerta se hicieron sentir y ambas dirigimos nuestra mirada hacía allí. Siendo las once y media de la noche, Louis atravesaba la puerta principal de la casa.
-______ ya…-dejó de hablar cuando se dio cuenta de nuestra presencia.- llegué.-hizo una mueca al terminar su oración.
-¿Quién es esta?-pregunté a Louis. El sonrió y miró a Lucy.
-¡Lucy!-gritó con emoción, acto seguido, la abrazó.- ¿Cómo has estado?-preguntó aún en sus brazos.
Pintada, tal cual una pintura sobre la pared, con la diferencia que si hubiera sido una pintura de un cuadro, me hubieran apreciado. Los miré atónita y me dediqué a controlar mis notables celos. Mis ojos vagabundearon por la sala y me decidí por irme a dormir en vez de ver a estos dos abrazarse.
-Hey, ______. ¿A dónde vas?-preguntó desde el pie de la escalera.
-A dormir.-respondí secamente y seguí mi paso hacía arriba.
-¿Ya se han conocido?-seguía hablándome a mí, porque me gritaba para que pudiera oírle.
-Si y créeme que no ha dado una buena impresión.-dijo la rubia como al descuido. Paré en seco y la fulminé con la mirada.- ¿Puedes creer me hizo un cuestionario?-le dijo a Louis, él alzó los hombros y brindó una leve carcajada.
-¿Por qué no te vas por donde has venido?-dije realmente enojada.- No se cómo rayos ha entrado y encima se atreve a tratarme mal en la casa de mi propio novio.-dije. Louis sonrió al escucharme, acto que colmó mi paciencia.
-Esta loca.-dijo Lucy en una risotada.
-No digas eso.-le dijo Louis serio. Ella volvió a reír.
Hice caso omiso a eso y caminé hasta la habitación. Abrí la puerta y me introduje allí. Tomé mi pijama y pronto ya estaba por irme a dormir. Sentí las risas de Louis y Lucy en el pasillo. Esa era una perra que iba a robármelo.
-¿Se puede?-preguntó Louis golpeando la puerta.
-Si, adelante.-dije de mala gana mientras me quitaba el maquillaje.
-¿Te has enojado?-preguntó desde la habitación. Lo miré por la puerta abierta del baño e hice como que no lo escuchaba.- Hey, ______.
-Me dejó allí, como una estúpida.-dije enojada.- Encima tú no le dices nada.
-Es que es absurdo.-suspiró.- ¿Huele a celos?-hizo una mueca y se sacó la remera.
-No, creo que huele a sudor así que colócate desodorante.-dije. Rió.
-No te enojes.-dijo tiernamente y se colocó su remera de dormir.- Ni siquiera me has saludado.-entró al baño, sitio, donde estaba yo.
-No te mereces que te salude.-terminé de quitar mi maquillaje y tomé el cepillo de dientes.- Tú ni siquiera me has defendido.
-Porque no era necesario.-dijo. Lo fulminé con la mirada y terminé de cepillarme los dientes.
-¿Crees que no era necesario? Le hice una y mil preguntas porque cuando llegué al living la vi ahí parada mirando el lugar, no se quién es, qué hace aquí y odio que te abracé.-salí del baño. Me siguió.
-¿Qué fue lo último que dijiste?-preguntó sonriendo. Lo mire mal.
-Que odio que te abrace.-repetí. Su sonrisa se explayó.
-¿Por qué odias que la abrace?-preguntó mientras me tomaba de la cintura.
- Louis, responde tú primero.-dije bajando la mirada.
-¿Qué quieres saber?-preguntó.
-¿Quién es? ¿Qué hace aquí? ¿De dónde la conoces? ¿Esta durmiendo aquí en casa?
-Es mi prima, viene a nuestra boda, de toda la vida y sí, en la habitación de huéspedes.-respondió en orden a todas mis preguntas.
Abrí los ojos quedando perpleja ante las respuestas a mis absurdas preguntas. Louis me sonrió y le devolví la sonrisa con una leve carcajada de ironía. Todos mis celos se esfumaron y fueron reemplazados por la vergüenza de haber tratado así a la chica.
-Yo, no sabía.-dije titubeando. Louis me sonrió.
-Me he dado cuenta.-dijo.- Esta bien, le dije que hablaría contigo.
-No Louis, he sido una completa inmadura.
-No amor, eso se llaman celos.-me dijo sonriente. Me alejé de él y le dediqué una no muy agradable mirada. Rió.- ¿Vas a dormir conmigo?
-¿Dónde más?
-Capaz querías ir al sillón.-rió y entró al baño.
Me acomodé bajo las sabanas y me coloqué de costado para ver el costado vacío donde Louis todavía no estaba.
-Oh, cierto que te da miedo.-siguió diciendo cuando salía del baño.
-Cállate.-dije en una tierna risa. Se acostó a mi lado y me miró.
-¿Vamos a dormir?
-La regaste.-le dije y dí la vuelta, dándole la espalda.
-Preguntaba.-rió.- Pensé que íbamos a hablar.
-No mientas y me dejes como la que piensa mal todo.-dije y volvió a reír.
-Date la vuelta.-casi que me exigió.- Hablemos, no te he visto en todo el día.
-No quiero hablar contigo.-dije con enojo. Él apagó la luz.
-Vamos, no me obligues a portarme mal.
Abrí mis ojos a todo lo que daban y miré la ventana cubierta por la fina tela de la cortina. Di media vuelta y lo miré. Me sonrió.
-Buena chica.-rió.
-Cállate.
-Hey, no estés tan a la defensiva.-me dijo.
-Bueno.
-¿Compraste el vestido?-preguntó cambiando de tema.
-Si, se lo ha dejado tu madre para que tú no lo vieras.
-Oh, que emoción.-dijo y le di una leve patada bajo las sabanas.
-Si, ni te imaginas.-agregué con ironía.
-Bueno, pero… ¿has fingido?
-Más de lo que debería.-dije bostezando.
-¿Qué le has dicho de mi?
-Que eres el chico más encantador, que siempre me cuidas de todo, que se ha ganado la lotería teniéndote como hijo y que estoy muy feliz de casarme contigo.-hice una estúpida sonrisa.
-Wow tú si que sabes fingir.-sonrió.
-Lo se Louis.-reí- Cree que te portas como cuando eras un niño, encantadoramente bien.
-Y no se equivoca.-me dijo en un bostezo.
-Oh, no claro que no. Si tan solo supiera que me quieres en tu cama todo el día.-dije. Rió.
-Pero es más que obvio que eso va a cambiar, las personas crecen y por lo tanto sus hormonas se revolucionan.
-Ya, cállate.-dije. Carcajeó algo que no pude comprender.- Me gusta el hecho de que nos llevemos mejor.
-A mi también.-admitió.- Ya encargué lo que restaba de la fiesta, ahora solo falta que digamos el “si, acepto” y tema resuelto.
-Si, tema resuelto para ti.-dije. Enarcó una ceja.- Luego de que nos cacemos veras a tu hermana y yo seré una pobre mujer atada a Louis William Tomlinson
-Cierra los ojos y duerme. Y mañana recuerda disculparte con Lucy.
-Lo se, lo se.-me di la vuelta.
-Hasta mañana.-me deseó y se removió entre las sábanas.
Tres y media de la mañana, mis ojos se abrieron a más no poder y mis ganas de dormir se esfumaron. Mi cabello revuelto sobre la almohada y la respiración tranquila de Louis hacía que me pusiera sumamente nerviosa al saber que yo no iba a pegar un ojo hasta dentro de dos horas o más.
Me coloqué de costado y sostuve mi peso sobre mi codo. Miré a Louis con sumo detenimiento. El movió la boca y se acomodó en su almohada.
El aburrimiento, junto con las ganas de escaparme de casa, me llevaron a sacar conclusiones que nunca querría haber sacado.
1- Louis no era del todo espantoso. Era atractivo. Tenía buen cuerpo y sus ojos resaltaban hermosamente en su rostro, un intenso color azul se apoderaba de ellos y hacía que su mirada se profundizara y fuera más intensa de lo usual. Sus labios, rosados y apetecibles invitándote a besarlos suavemente para tu propio placer.
2- Luego de habernos casado, Louis y yo, podríamos llevarnos mejor. Él no era la bestia que había aparentado ser y, yo no era la frágil mujer que él había conocido tres semanas atrás
3- No teníamos una habitación de huéspedes, o eso creía yo. Louis me había mentido y no piadosamente, al haberme dicho que teníamos que dormir juntos debido a que no había otra habitación.
4- ¿Qué sería de mi vida si mis padres estuvieran vivos? No hubiera conocido a Louis y sería feliz junto a ellos dos. Viviríamos en una pequeña casa cerca del lago, como anteriormente lo hacíamos, y mi sonrisa nunca se hubiera borrado del mapa.
Dejé mis conclusiones de lado para mirar la hora que marcaban las agujas del reloj. Cinco cincuenta de la mañana y mis ojos no amagaban a cerrarse para conciliar el sueño. Louis, tranquilamente, respiraba y su pecho se inflaba al ritmo del aire correr por sus pulmones.
Opte por ponerme las enormes pantuflas de Louis y bajar al living a ver televisión para mi propio entretenimiento. Sin hacer ruido, abrí la puerta, bajé al living y encendí las luces necesarias para poder iluminar mi camino.
Abrí la nevera y saqué una botella de jugo, tomé un vaso limpio y vertí el jugo sobre este. Un ruido sobresaltante me hizo prestar atención a las escaleras. Abrí un poco la puerta de la cocina para llevarme por delante a una persona. El vaso de cristal resbaló de mis manos para quedar hecho trisas sobre el suelo de la cocina.
-Oh lo siento mucho.-me dijo con una voz chillona.
-Descuida, esta todo bien.-le dije y metí la botella de jugo dentro de la nevera.
-Te ayudo a limpiarlo.-se ofreció y luego buscó con la mirada algo- ¿De dónde saco un fregador?-preguntó acomodando su pijama celeste.
-No tengo la menor idea.-respondí sinceramente y ella hizo una sonrisa estúpida.
-¿En tu propia casa?-preguntó. Hice una mueca.- Oye, lo de hoy, no hablaba en serio cuando decía que estabas loca.
-Esta bien, Lucy , me comporté como una niña y no me tomé la molestia de preguntar quien eras antes de juzgarte.
-¿Pensaste que Louis y yo…?-hizo una mueca.
-Fui una estúpida.-suspiré.
-Estamos a mano.-sonrió.
-¿Qué hacen levantadas y haciendo ruido a estas horas?-preguntó una adormilada voz entrando en la cocina.
-¡Louis!-sonrió su prima.- Nos encontramos aquí en la cocina y a ______ se le cayó el vaso, nada de que preocuparse.-explicó brevemente la rubia a mi lado.
-Okay.-se frotó los ojos.- Límpialo ______.-dijo casi en una orden.
-Lo haría si supiera donde están las cosas de limpieza.-le dije pasando una mano por mi cabello.
-Donde esta el control de luz.-me dijo. ¿Entendí? No.
-¿Cómo voy a saber donde está?-pregunté siendo obvia. Lucy rió.
-Está donde fui ayer por la noche cuando se fue la luz.-dijo y dio media vuelta.- Por favor, déjenme dormir.-abrió la puerta para retirarse y coloqué una de mis manos sobre su hombro.
-Cuando te levantes, vas a explicarme lo de la habitación de huéspedes.-le dije. Me miró confusamente y segundos después rió.- Es enserio Louis.-alcé mis cejas.
-Como digas.-carcajeó y quitó mi mano de su hombro.- Hasta enseguida.-nos dijo a ambas y ambas, sonreímos.
-¿Qué ocurrió?-me preguntó con diversión.
-Nada en especial.-fingí una risa. Me sonrió.- Debo limpiar esto.-le informé.
-Ha sido mi culpa, deja que lo limpie yo.-dijo apoyando una de sus manos sobre la mesada.
-No, no, eres la invitada y no voy a dejarte limpiarlo.
-¡Pero ha de ser mi culpa!-exclamó insistente.
-Enserio, Lucy , yo lo hago.-le dije. Asintió resignada y se sentó a observar mis movimientos.
Fui por un fregador para limpiar el jugo derramado en el suelo. Mientras yo fregaba, ella me contaba algunas de sus anécdotas de cuando era pequeña. Cuando acabé con la limpieza, dejé el fregadero en su lugar y me senté a su lado. Aprendí, que ella tiene veintiséis años, está de novia y por ahora no piensa en matrimonio. Y que es sobrina de Jay, la mamá de Louis.
-¿Es enserio?-pregunté riendo.
-De verdad.-carcajeó.- Siempre se hacía pis encima cuando lo asustábamos con Nolan.
-Voy a molestarlo con eso.-reí.- Va a matarte si se entera que me has contado.
-Lo se, pero es divertido molestarlo. Se pone casi rojo como un tomate y luego grita hasta que se encierra, y por último, vuelve más tranquilo y pide perdón por el escándalo.-reímos juntas.
-¿Quién es Nolan?-pregunté suavizando mis carcajadas.
-Mi hermano.-respondió sonriente.- Louis y él, parecían mejores amigos. De pequeños se llevaban tan bien que pasaban noches en carpa en casa de la abuela.-rió.
-Es tierno.-sonreí.- Louis, ahora, es más…-moví mis manos nerviosamente.- ¿duro?-pregunté.
-No lo se.-alzó los hombros.- Hace más de un año que no lo veía.-añadió y respiró para seguir hablando.- De todas maneras, es un amor y siempre, pero siempre…-dijo en tonos divertidos.- intenta ocultar sus sentimientos mediante maltratos o cosas por el estilo.
-Oh, si, me he dado cuenta.-sonreí.
Luego de hablar más de una hora con la chica que al principio parecía mi enemiga, tomamos el desayuno juntas y fuimos a ver televisión.
-Buenos días.-dijo Louis. bajando las escaleras.
Ambas, en pijama, dimos la vuelta y le miramos. Lucy volteó su cabeza y me miró haciendo una cara, seguramente, se había acordado de las cosas que me había comentado por la madrugada. Ambas explotamos en risas haciendo que Alice intentara ocultar una risa mientras servía el desayuno de Louis. .
-¿Qué es tan gracioso?-preguntó mientras se sentaba en una silla.
-Tu cara de bobo.-respondió Lucy riendo.
-¿Qué has dicho pequeña?-dijo divertido.
-Que eres un bobo.-reiteró y dio la vuelta para toparse con la televisión encendida.
-¿Ya han desayunado?-preguntó.
-Si, hace más de dos horas.-le dije sonriente. Me devolvió la sonrisa y siguió con lo suyo.- ¿ Louis. ?-llamé su atención.
-¿Qué ocurre?-me preguntó ojeando el diario.
-¿Crees que puedas llevarnos de compras?
-_____, ese tema ya lo hemos hablado.-me dijo sin mirarme.- Y hoy te necesito de secretaria en la empresa.
-Hey, no te lleves a mi única amiga aquí en Nueva York.-alargó Lucy mientras se ponía de pie.
-Lo siento prima.-rió y me miró.- Hablo enserio _______, papá se ha ido y necesito que me ayudes.- asentí.
-Oh, gracias Louis. .-le dijo Lucy y se sentó a su lado.- ¿No puedo ayudarte yo también?-preguntó haciendo su labio inferior hacía afuera.
-No, tú te quedas aquí.-dijo. Reí.
-Es enserio Tomlinson.-se cruzó de brazos.- _______ es la única persona que conozco aquí, aparte de ti.-alzó sus hombros.
-No puedes Lucy, ella es mi novia y ya la conocen allí, a ti, no.-explicó. Ella hizo puchero y lo miró con ternura. Reí.- Disculpa.
-Bueno, gracias por ser el mejor primo del mundo.-le dijo irónica.
-Ayer me has dicho que Logan iba a llegar hoy e ibas a ir a verlo.-le dijo tomando café.
-Si, pero me he arrepentido de verle.-rió.- ¿Puedes llevarme?
-No.-le dijo y rió.
-Vamos Louis, no seas tan malo.-dijo arrastradamente.
-No Lucy, he dicho que no.
-Malo.-le dijo cruzándose de brazos.
-No soy malo, tú tienes a tu novio, dile que te lleve de compras y déjame con mi novia.
-Lo hubieras dicho antes.-dijo y besó su mejilla.- Voy a darme una ducha y le diré a Logan que venga por mi, ya esta tarde me voy al hotel, así que no se preocupen que no molestaré más aquí.-sonrió y comenzó a subir las escaleras.
-Lucy, no nos molestas.-le aclaré. Sonrió y tiró un beso antes de seguir su paso hacía arriba.
-¿Hablaste con ella?-me preguntó Louis.
-Sí, anoche cuando me llevé un susto y derramé todo en el suelo.
-Tú siempre te caes, rompes y te asustas.-rió. Apagué el televisor y me puse de pie.
-Cállate.-le dije risueña y me senté a su lado.
-Has roto un florero y un vaso en México, un vaso aquí y te has lastimado la barbilla y la nariz.-rió. Reí estúpidamente y le saqué un pedazo de torta de chocolate de su plato.-
-Soy algo…. torpe.-reímos.
-¿Quieres saber los planes de hoy?-preguntó. Asentí.- Primero, me acompañas a la empresa y me ayudas.-enumeró con sus dedos.- Luego, vamos a almorzar juntos, si tú quieres.-me miró atento.
-Claro, pero vamos a Mc. Donalds.-condicioné. Rió.
-Si tu dices.-alzó los hombros.- Me encanta ese lugar.-sonrió.
-Vamos, ¿y luego?-pregunté.
-Y luego vamos por los pasajes a París.-sonrió.
-¿Vamos a ir?-pregunté abriendo mis ojos al tope de estos.- No pensé que ibas a hacerme caso.
-Claro que si, vamos porque tu lo has pedido.-me sonrió. Le devolví el gesto.
-Gracias.-le dije.
-Gracias a ti ______, solo diciendo que aceptas ser mi esposa haces que mi vida sea más feliz.
Pero esa última oración, ciertamente, no me hacía feliz. Él lo decía porque iba a ver a su hermana, no porque iba a casarse conmigo. Contuve las lágrimas y sonreí ante lo que había dicho.
Siempre, siempre, siempre iba a tener que ser fuerte y lo cierto era que estaba ocurriendo lo que menos quería que pasara, me estaba enamorando.
NoWayGirl
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
Capitulo XXXIV
Me puse esto: http://www.polyvore.com/beauty_beast/set?id=69349293 y corrí escaleras abajo. Louis, junto con Lucy , reían a carcajadas.
-Me llamas si necesitas algo.-le dijo. Ella asintió.- Ha sido un placer tenerte aquí en casa, primita.-sonrió con simpatía. Lucy le devolvió el gesto.
-Lo se Louis, para todos es un placer tenerme en sus casas.-rió, Louis se unió a las carcajadas.- Nos vemos el día de la boda.-sonrió.
-Claro que si.-le dijo él, con la misma sonrisa.
-Nos vemos _______.-dijo casi en un grito al verme bajar, escalón por escalón.
-Nos vemos Lucy.-le sonreí y la estreché en mis brazos.- Nuevamente, disculpa por las acusaciones y gracias por divertirme esta mañana cuando no pude pegar un solo ojo.- ella rió.- Es enserio, espero verte luego de la boda, también.
-Oh, claro. Dalo por hecho, linda.-sonrió.- Y te debo una disculpa y también.-nos separamos y ella acomodó su cabello.- He sido una estúpida, debí presentarme antes de que sacaras esas conclusiones.-rió. Le sonreí al igual que Louis lo hacía.
-Nos vemos en tres días Lucy.-le dijo Louis. Ella golpeó el hombro del chico y se montó en el taxi.
El vehículo encendió su motor y pronto comenzó a andar por la calle. Louis tomó su celular y tecleó algo. Yo, por mi parte, acomodé mi falda y luego lo miré.
-¿Nos vamos?
-Claro.-sonreí.
-Ya, vamos.-me dio un leve empujón por la cintura.
Juntos, subimos al auto y nos abrochamos los cinturones. Louis encendió el motor y en menos de diez segundos ya habíamos comenzado a andar hacía la empresa.
-¿Pongo música?-preguntó. Asentí y el encendió la radio.
-¿ Louis?-pregunté con curiosidad.
-Dime…
-¿Por qué me has dicho que no teníamos habitación de huéspedes?
-Porque se me ha ocurrido.-rió.
-Oh, tu ocurrencia ha sido genial.-dije irónica mientras causaba su risa.
-De todos modos, no he conseguido lo que quería.-dijo y volteó a la siguiente calle.
-No lo obtendrás, nunca Louis, nunca.
-Como digas.-rió.- Pero te has quedado a dormir dos noches junto a mí.
-Pero porque tenía miedo.-me excusé.
-Si, claro.-dio rienda suelta a una carcajada.- ¿Y no se te ha ocurrido inspeccionar un poco más la casa?
-Ciertamente, no.
-Bueno, pues, ese, ha sido tu error.-aparcó el auto mientras hablaba.
-Ya cállate.-me desabroché el cinturón de seguridad y bajé.
-Toma mi mano ______.-dijo corriendo tras de mi.
-No.
-Vamos, hey, recuerda lo que hemos hablado.
-Okey, okey, ven y tómame la mano.-me quedé quieta y el pasó por mi lado, llevándome junto con él.
-Eres muy liviana.-rió.
-Y tú, eres muy imbécil.-dije. Besó mi mejilla.
-Ahora, tienes que amarme.-sonrió.
Entramos en ese edificio, que yo, había conocido tan solo un mes atrás. Louis firmó unos papeles a la entrada y luego nos metimos en el elevador. Tan pronto como este llegó arriba, salimos y comenzamos a caminar.
-Vas a hacer lo mismo que has hecho la vez anterior, con la diferencia, que estarás conmigo, en mi oficina.
-Okey, como tú digas.-dije y dejé que él me llevara consigo hasta su oficina.
Varias miradas se posaron sobre su jefe y la chica que llevaba de la mano, osea yo. Louis se apoyó en el escritorio de una rubia y la inspeccionó un rato, acto que, hizo que mis cabellos se erizaran por completo con ganas de pegarle una buena patada en su entrepierna.
-Hola Katie.-le sonrió Louis. Ella levantó la mirada y le correspondió la sonrisa.
-Buenos días señor Tomlinson.-le dijo amablemente y bajó la mirada para luego levantar unos papeles.- Son estos.
-Gracias Katie.-tomó los papeles que ella le entregaba.
-¿Ella es ______?-le preguntó apuntándome con su lapicera. Louis bajó la lapicera con sus dedos para luego, hablar.
-Si, ella es _______, mi futura esposa.
-Oh, wow, hace tanto que quería conocerte.-admitió la chica que se hacía llamar Katie.- Louis habla siempre de ti.-sonrió.
-Gracias.-le devolví el gesto. Louis tensó los músculos de su cara y volteó la mirada.
-No hay de que, linda.-dijo con emoción.
-Bueno, ya. El deber llama.-dijo Louis llevándome casi a rastras hasta la puerta de su oficina.
-¡Que grosero eres!-dije soltando su mano mientras el abría la puerta, que estaba con llave.
-No soy grosero, debo trabajar.-dijo excusándose.- Vamos, entra allí.-abrió la puerta y me introduje en la oficina.
- Louis, es en serio, no vuelvas a hacer eso.- Lo regañé
-_______, vamos a poner algunas condiciones cuando vengas aquí.-me dijo con enojo y encendió el ordenador.
-Vamos, dime Tomlinson.-dije sentándome enfrente suyo.
-No quiero que hables con nadie y menos, con hombres.
-Como tú digas.-dije fastidiada.
-Segundo, si te hablan, respondes pero cortante.-añadió. Comencé a recorrer el lugar con la vista.
-¿Qué pasa si me preguntan por qué no hablo?-dije sin siquiera mirarlo.
-Dices que estas cumpliendo órdenes.
-Voy a decir que Louis William Tomlinson es el chico más celoso que he conocido y que pone las reglas más inmaduras que jamás haya escuchado.
-Ya, has silencio y sella estos papeles.- me pasó dos carpetas.
- Louis, tú dijiste que iba a hacer lo mismo que hice la vez pasada y eso no es lo mismo.
-Vamos, ¿vienes a ayudarme o a fastidiar?
-Okey, ya dame eso y no me fastidies por un buen rato.-se los quité de la mano y tomé el sello negro.
La ventana abierta nos brindaba una leve brisa dentro de la oficina del quinto piso. Louis, quien no apartaba la vista del ordenador, respiraba densamente y hacía gestos de fastidio cada vez que la voz de Katie avisaba que tenía una nueva reunión y mails pendientes. Yo, por mi parte, sellaba y leía un poco de cada papel que sostenía en mis manos. Nombres de empresas, números importantes, abogados con poder.
-¿Tienes hambre?-preguntó echando su cuerpo hacía el respaldo del asiento.
-No.-respondí secamente.
-¿Segura?-insistió. Asentí y tomó el teléfono en sus manos.- Katie, por favor, tráeme un capuchino y algo para comer porque estoy muriendo.-respiró con pesadez.- Lo más rápido posible.
-Si, señor.-respondió la voz de la chica a través del mini parlante.- Intentare llevárselo en menos de veinte minutos.
-Gracias.-respondió Louis y colgó con brutalidad.- ¿No hablas?-preguntó. Negué.- ¿Por qué?
-No se me da la gana.-dije y presione la madera con tinta sobre un papel.
-¿Estas enojada?
-No.
-¿Por qué no me hablas bien?-preguntó insistente.
- Louis, concéntrate en lo que hacías hace un instante y no me molestes.-dije fastidiada. Bufó y me quitó el sello de las manos.- ¿Qué haces?
-Vas a tratarme bien, ¿entiendes?
-Dame eso.
-Te estoy hablando ______ Jarrel.-dijo casi gritando.
-¿Puedes dármelo por favor?-pregunté corriendo un mechón de cabello de mi rostro.
-No voy a darte nada hasta que no me digas por qué me contestas así.-lo dejó a un costado del escritorio, fuera de mi alcance.
-Me has pedido que no hable con nadie, menos con hombres. Estoy cumpliendo ordenes Tomlinson.-dije. Rió irónico.
-Siempre llevas todo a un extremo o al otro. Sabes que me refería a otras personas, no a mi.-hizo un gesto de enojo y se llevó las manos al cabello. Se despeino.- Voy a llevarte a casa y luego me regreso aquí.
-No quiero irme a casa.-dije cruzándome de brazos.
-Vienes a fastidiar, así que, prefiero que te vayas a casa. Toma tus cosas y vamos.
-No quiero.-insistí.
-A casa dije.-elevó la voz.
-Vete tú.-le grité.
La puerta se abrió y Katie, con un café en mano, bajó la cabeza apenada. Louis, bufó fastidiado y se levantó de su silla.
-Has como que no has escuchado nada y sigue trabajando.-le dijo enojado y le quitó el café de las manos.
- Louis, ¿por qué no aprendes a tratar a una mujer?-dije desde mi asiento. Me fulminó con la mirada y terminó de tomar entre sus manos, lo que Katie traía.- Pareciera que no te han enseñado modales.
-¿Por qué no cierras la boca?-me dijo casi en un grito. Katie abrió los ojos con impresión y cubrió su boca con una de sus finas manos.- Tú, -dio la vuelta y la miró a ella.- no has visto, ni escuchado nada, ¿entiendes?
-Si.-asintió con notorio nerviosismo.
-Pídeselo bien.-dije casi como una orden. Louis rió con ironía.
-Tú no vas a decirme que debo hacer y que no, ¿entiendes o debo explicártelo con manzanas?
-No me trates así Tomlinson.
-Si siguen con estos gritos va a venir el guardia.-dijo la rubia asustada. Louis la miró por un segundo y volvió su mirada a mí.
-Déjala que se vaya.-le dije. Hizo un puño con su mano y luego señaló hacía las afueras de la oficina.
Katie, sin pensarlo dos veces, salió disparada de la oficina. Louis cerró la puerta, de un portazo bien fuerte, y se sentó enfrente de mí. Lo miré desafiante y luego desvié la mirada. Suspiró haciéndose notar en el espacio y luego se acomodó la chaqueta.
-Perdón.-dijo finalmente.- No debí hablarte así.- dijo con un tono de culpabilidad.
-Como digas.-hablé y luego me llevé las uñas a la boca.- ¿A qué hora podemos irnos?
-¿Quién te entiende mujer?-preguntó fastidiado.
Una vez más, se estaba pasando de tono.
-Acabas de decirme que no quieres irte a casa.-añadió.
- Louis, me has dicho que íbamos a pasar por los pasajes a París, ¿Qué no recuerdas?-dije mirándolo con enojo. Cerró los ojos y contuvo su respiración por un segundo.
-Vamos, muévete.-se levantó del asiento y apagó el ordenador.- Volveré mas a la tarde. Gracias a ti, no he podido terminar mi trabajo.
Hice caso omiso a sus palabras y abrí la puerta de madera que dirigía al largo pasillo lleno de puertas hacía distintas oficinas y otros lugares. Louis no me siguió, por lo que, pensé, saldría en un rato.
Comencé a caminar por el pasillo hasta toparme con el escritorio de Katie. Ella, tranquilamente leía un documento mientras tomaba de su café. Me acerqué a la rubia, e intentando no asustarla, me apoyé en su escritorio.
Levantó su mirada y pronto se enderezó en su asiento. Sonrió intentando ocultar la incomodidad que había causado Louis hacía tan solo unos minutos.
-¿ Louis la ha mandado a pedirme algo?-preguntó con voz temblorosa.- Porque si es así, puede comunicarse por el teléfono interno y pue…-interrumpí con suma sutilidad.
-No me ha mandado nadie.-respondí a su primera pregunta.- Estoy esperando que él salga de su oficina así ya nos vamos.-suspiré.- Vengo a pedirte perdón por el incidente de hace un instante, Louis es muy grosero cuando está enojado.-alcé los hombros.
-No te hagas drama _______.-dijo con suma confianza, la cual, me agradó.
-Gracias por comprender.-dije acomodando mi cabello.
-No hay de que.-me sonrió. Le devolví el gesto y volteé al sentir pasos en el largo pasillo.
-Luego nos vemos.-le dije. Ella asintió y siguió con lo que hacía.
-¿Ya nos vamos?-preguntó tendiéndome la mano.
-Claro.-no la tomé y comencé a caminar.
Sentí como bufaba y luego una risa traviesa de parte de Katie. Llamé al elevador, teniendo a Louis al lado, y juntos subimos. Sin decir una sola palabra, bajamos en planta baja y salimos por la gran puerta. Caminamos hasta el auto de Louis y allí nos montamos en el.
-Es algo lejos de aquí.-me advirtió. Abroché mi cinturón de seguridad.
-Como digas, solo enciende el motor- Le dije algo molesta
Holaa: Hice doble caap porque me dejaron unos comentarios increíblemente hermosos, y porque soy muy buena xD
Muchas graacias por todo, espero que les gussten los capítulos. Y también espero sus comentarios
Muchas gracias y no olviden pasar por mis otras noves
Saludatte
NoWayGirl
Me puse esto: http://www.polyvore.com/beauty_beast/set?id=69349293 y corrí escaleras abajo. Louis, junto con Lucy , reían a carcajadas.
-Me llamas si necesitas algo.-le dijo. Ella asintió.- Ha sido un placer tenerte aquí en casa, primita.-sonrió con simpatía. Lucy le devolvió el gesto.
-Lo se Louis, para todos es un placer tenerme en sus casas.-rió, Louis se unió a las carcajadas.- Nos vemos el día de la boda.-sonrió.
-Claro que si.-le dijo él, con la misma sonrisa.
-Nos vemos _______.-dijo casi en un grito al verme bajar, escalón por escalón.
-Nos vemos Lucy.-le sonreí y la estreché en mis brazos.- Nuevamente, disculpa por las acusaciones y gracias por divertirme esta mañana cuando no pude pegar un solo ojo.- ella rió.- Es enserio, espero verte luego de la boda, también.
-Oh, claro. Dalo por hecho, linda.-sonrió.- Y te debo una disculpa y también.-nos separamos y ella acomodó su cabello.- He sido una estúpida, debí presentarme antes de que sacaras esas conclusiones.-rió. Le sonreí al igual que Louis lo hacía.
-Nos vemos en tres días Lucy.-le dijo Louis. Ella golpeó el hombro del chico y se montó en el taxi.
El vehículo encendió su motor y pronto comenzó a andar por la calle. Louis tomó su celular y tecleó algo. Yo, por mi parte, acomodé mi falda y luego lo miré.
-¿Nos vamos?
-Claro.-sonreí.
-Ya, vamos.-me dio un leve empujón por la cintura.
Juntos, subimos al auto y nos abrochamos los cinturones. Louis encendió el motor y en menos de diez segundos ya habíamos comenzado a andar hacía la empresa.
-¿Pongo música?-preguntó. Asentí y el encendió la radio.
-¿ Louis?-pregunté con curiosidad.
-Dime…
-¿Por qué me has dicho que no teníamos habitación de huéspedes?
-Porque se me ha ocurrido.-rió.
-Oh, tu ocurrencia ha sido genial.-dije irónica mientras causaba su risa.
-De todos modos, no he conseguido lo que quería.-dijo y volteó a la siguiente calle.
-No lo obtendrás, nunca Louis, nunca.
-Como digas.-rió.- Pero te has quedado a dormir dos noches junto a mí.
-Pero porque tenía miedo.-me excusé.
-Si, claro.-dio rienda suelta a una carcajada.- ¿Y no se te ha ocurrido inspeccionar un poco más la casa?
-Ciertamente, no.
-Bueno, pues, ese, ha sido tu error.-aparcó el auto mientras hablaba.
-Ya cállate.-me desabroché el cinturón de seguridad y bajé.
-Toma mi mano ______.-dijo corriendo tras de mi.
-No.
-Vamos, hey, recuerda lo que hemos hablado.
-Okey, okey, ven y tómame la mano.-me quedé quieta y el pasó por mi lado, llevándome junto con él.
-Eres muy liviana.-rió.
-Y tú, eres muy imbécil.-dije. Besó mi mejilla.
-Ahora, tienes que amarme.-sonrió.
Entramos en ese edificio, que yo, había conocido tan solo un mes atrás. Louis firmó unos papeles a la entrada y luego nos metimos en el elevador. Tan pronto como este llegó arriba, salimos y comenzamos a caminar.
-Vas a hacer lo mismo que has hecho la vez anterior, con la diferencia, que estarás conmigo, en mi oficina.
-Okey, como tú digas.-dije y dejé que él me llevara consigo hasta su oficina.
Varias miradas se posaron sobre su jefe y la chica que llevaba de la mano, osea yo. Louis se apoyó en el escritorio de una rubia y la inspeccionó un rato, acto que, hizo que mis cabellos se erizaran por completo con ganas de pegarle una buena patada en su entrepierna.
-Hola Katie.-le sonrió Louis. Ella levantó la mirada y le correspondió la sonrisa.
-Buenos días señor Tomlinson.-le dijo amablemente y bajó la mirada para luego levantar unos papeles.- Son estos.
-Gracias Katie.-tomó los papeles que ella le entregaba.
-¿Ella es ______?-le preguntó apuntándome con su lapicera. Louis bajó la lapicera con sus dedos para luego, hablar.
-Si, ella es _______, mi futura esposa.
-Oh, wow, hace tanto que quería conocerte.-admitió la chica que se hacía llamar Katie.- Louis habla siempre de ti.-sonrió.
-Gracias.-le devolví el gesto. Louis tensó los músculos de su cara y volteó la mirada.
-No hay de que, linda.-dijo con emoción.
-Bueno, ya. El deber llama.-dijo Louis llevándome casi a rastras hasta la puerta de su oficina.
-¡Que grosero eres!-dije soltando su mano mientras el abría la puerta, que estaba con llave.
-No soy grosero, debo trabajar.-dijo excusándose.- Vamos, entra allí.-abrió la puerta y me introduje en la oficina.
- Louis, es en serio, no vuelvas a hacer eso.- Lo regañé
-_______, vamos a poner algunas condiciones cuando vengas aquí.-me dijo con enojo y encendió el ordenador.
-Vamos, dime Tomlinson.-dije sentándome enfrente suyo.
-No quiero que hables con nadie y menos, con hombres.
-Como tú digas.-dije fastidiada.
-Segundo, si te hablan, respondes pero cortante.-añadió. Comencé a recorrer el lugar con la vista.
-¿Qué pasa si me preguntan por qué no hablo?-dije sin siquiera mirarlo.
-Dices que estas cumpliendo órdenes.
-Voy a decir que Louis William Tomlinson es el chico más celoso que he conocido y que pone las reglas más inmaduras que jamás haya escuchado.
-Ya, has silencio y sella estos papeles.- me pasó dos carpetas.
- Louis, tú dijiste que iba a hacer lo mismo que hice la vez pasada y eso no es lo mismo.
-Vamos, ¿vienes a ayudarme o a fastidiar?
-Okey, ya dame eso y no me fastidies por un buen rato.-se los quité de la mano y tomé el sello negro.
La ventana abierta nos brindaba una leve brisa dentro de la oficina del quinto piso. Louis, quien no apartaba la vista del ordenador, respiraba densamente y hacía gestos de fastidio cada vez que la voz de Katie avisaba que tenía una nueva reunión y mails pendientes. Yo, por mi parte, sellaba y leía un poco de cada papel que sostenía en mis manos. Nombres de empresas, números importantes, abogados con poder.
-¿Tienes hambre?-preguntó echando su cuerpo hacía el respaldo del asiento.
-No.-respondí secamente.
-¿Segura?-insistió. Asentí y tomó el teléfono en sus manos.- Katie, por favor, tráeme un capuchino y algo para comer porque estoy muriendo.-respiró con pesadez.- Lo más rápido posible.
-Si, señor.-respondió la voz de la chica a través del mini parlante.- Intentare llevárselo en menos de veinte minutos.
-Gracias.-respondió Louis y colgó con brutalidad.- ¿No hablas?-preguntó. Negué.- ¿Por qué?
-No se me da la gana.-dije y presione la madera con tinta sobre un papel.
-¿Estas enojada?
-No.
-¿Por qué no me hablas bien?-preguntó insistente.
- Louis, concéntrate en lo que hacías hace un instante y no me molestes.-dije fastidiada. Bufó y me quitó el sello de las manos.- ¿Qué haces?
-Vas a tratarme bien, ¿entiendes?
-Dame eso.
-Te estoy hablando ______ Jarrel.-dijo casi gritando.
-¿Puedes dármelo por favor?-pregunté corriendo un mechón de cabello de mi rostro.
-No voy a darte nada hasta que no me digas por qué me contestas así.-lo dejó a un costado del escritorio, fuera de mi alcance.
-Me has pedido que no hable con nadie, menos con hombres. Estoy cumpliendo ordenes Tomlinson.-dije. Rió irónico.
-Siempre llevas todo a un extremo o al otro. Sabes que me refería a otras personas, no a mi.-hizo un gesto de enojo y se llevó las manos al cabello. Se despeino.- Voy a llevarte a casa y luego me regreso aquí.
-No quiero irme a casa.-dije cruzándome de brazos.
-Vienes a fastidiar, así que, prefiero que te vayas a casa. Toma tus cosas y vamos.
-No quiero.-insistí.
-A casa dije.-elevó la voz.
-Vete tú.-le grité.
La puerta se abrió y Katie, con un café en mano, bajó la cabeza apenada. Louis, bufó fastidiado y se levantó de su silla.
-Has como que no has escuchado nada y sigue trabajando.-le dijo enojado y le quitó el café de las manos.
- Louis, ¿por qué no aprendes a tratar a una mujer?-dije desde mi asiento. Me fulminó con la mirada y terminó de tomar entre sus manos, lo que Katie traía.- Pareciera que no te han enseñado modales.
-¿Por qué no cierras la boca?-me dijo casi en un grito. Katie abrió los ojos con impresión y cubrió su boca con una de sus finas manos.- Tú, -dio la vuelta y la miró a ella.- no has visto, ni escuchado nada, ¿entiendes?
-Si.-asintió con notorio nerviosismo.
-Pídeselo bien.-dije casi como una orden. Louis rió con ironía.
-Tú no vas a decirme que debo hacer y que no, ¿entiendes o debo explicártelo con manzanas?
-No me trates así Tomlinson.
-Si siguen con estos gritos va a venir el guardia.-dijo la rubia asustada. Louis la miró por un segundo y volvió su mirada a mí.
-Déjala que se vaya.-le dije. Hizo un puño con su mano y luego señaló hacía las afueras de la oficina.
Katie, sin pensarlo dos veces, salió disparada de la oficina. Louis cerró la puerta, de un portazo bien fuerte, y se sentó enfrente de mí. Lo miré desafiante y luego desvié la mirada. Suspiró haciéndose notar en el espacio y luego se acomodó la chaqueta.
-Perdón.-dijo finalmente.- No debí hablarte así.- dijo con un tono de culpabilidad.
-Como digas.-hablé y luego me llevé las uñas a la boca.- ¿A qué hora podemos irnos?
-¿Quién te entiende mujer?-preguntó fastidiado.
Una vez más, se estaba pasando de tono.
-Acabas de decirme que no quieres irte a casa.-añadió.
- Louis, me has dicho que íbamos a pasar por los pasajes a París, ¿Qué no recuerdas?-dije mirándolo con enojo. Cerró los ojos y contuvo su respiración por un segundo.
-Vamos, muévete.-se levantó del asiento y apagó el ordenador.- Volveré mas a la tarde. Gracias a ti, no he podido terminar mi trabajo.
Hice caso omiso a sus palabras y abrí la puerta de madera que dirigía al largo pasillo lleno de puertas hacía distintas oficinas y otros lugares. Louis no me siguió, por lo que, pensé, saldría en un rato.
Comencé a caminar por el pasillo hasta toparme con el escritorio de Katie. Ella, tranquilamente leía un documento mientras tomaba de su café. Me acerqué a la rubia, e intentando no asustarla, me apoyé en su escritorio.
Levantó su mirada y pronto se enderezó en su asiento. Sonrió intentando ocultar la incomodidad que había causado Louis hacía tan solo unos minutos.
-¿ Louis la ha mandado a pedirme algo?-preguntó con voz temblorosa.- Porque si es así, puede comunicarse por el teléfono interno y pue…-interrumpí con suma sutilidad.
-No me ha mandado nadie.-respondí a su primera pregunta.- Estoy esperando que él salga de su oficina así ya nos vamos.-suspiré.- Vengo a pedirte perdón por el incidente de hace un instante, Louis es muy grosero cuando está enojado.-alcé los hombros.
-No te hagas drama _______.-dijo con suma confianza, la cual, me agradó.
-Gracias por comprender.-dije acomodando mi cabello.
-No hay de que.-me sonrió. Le devolví el gesto y volteé al sentir pasos en el largo pasillo.
-Luego nos vemos.-le dije. Ella asintió y siguió con lo que hacía.
-¿Ya nos vamos?-preguntó tendiéndome la mano.
-Claro.-no la tomé y comencé a caminar.
Sentí como bufaba y luego una risa traviesa de parte de Katie. Llamé al elevador, teniendo a Louis al lado, y juntos subimos. Sin decir una sola palabra, bajamos en planta baja y salimos por la gran puerta. Caminamos hasta el auto de Louis y allí nos montamos en el.
-Es algo lejos de aquí.-me advirtió. Abroché mi cinturón de seguridad.
-Como digas, solo enciende el motor- Le dije algo molesta
Holaa: Hice doble caap porque me dejaron unos comentarios increíblemente hermosos, y porque soy muy buena xD
Muchas graacias por todo, espero que les gussten los capítulos. Y también espero sus comentarios
Muchas gracias y no olviden pasar por mis otras noves
Saludatte
NoWayGirl
NoWayGirl
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
Hahaha Nah Louis Es De Todas Pero En Especial De ____ haha XD !! Síguela !! :)x
YanaiTomlinson
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
Omggggggggg rayis se esta enamorando de Lou. Omgggggg
Porq suele ser tan groserooooooo aiish pero siempre lo arregla todooooo
Siguela siguelaaaa
Ya sabes que amo tu noveeeee
Besitos
Porq suele ser tan groserooooooo aiish pero siempre lo arregla todooooo
Siguela siguelaaaa
Ya sabes que amo tu noveeeee
Besitos
natalee horan styles
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
YanaiTomlinson escribió:Hahaha Nah Louis Es De Todas Pero En Especial De ____ haha XD !! Síguela !! :)x
Claaro, lo podemos compartir :DD Si, la seguiré
NoWayGirl
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
natalee horan styles escribió:Omggggggggg rayis se esta enamorando de Lou. Omgggggg
Porq suele ser tan groserooooooo aiish pero siempre lo arregla todooooo
Siguela siguelaaaa
Ya sabes que amo tu noveeeee
Besitos
Al fin lo reconocio :DDD esperemos que se lo confiese pronto a Louuuuuuuuu *-*
Claaro que la sigo, si.. lo sé :cherry:
NoWayGirl
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
Siguela siguela sigula estoi enamorada de tu novela :oops:
Besitosssss :cherry:
Besitosssss :cherry:
Diana*
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
Diana* escribió:Siguela siguela sigula estoi enamorada de tu novela :oops:
Besitosssss :cherry:
La sigo, laaa sigo :DD
NoWayGirl
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
AMO la nove , es perfecta , Me gustan las peleas que tienen entre ellos pero a la vez me hace enojar la reaccion de louis x'D dios x'D
jajajaj
en fin , siguela :D me encanta ♥
jajajaj
en fin , siguela :D me encanta ♥
__ILoveLarryStylinson__
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
AHHHHHHH!!!!! Q GENIAL!!!!! Hmmmmm conq se está enamorando!!!! Hahahahaha siguela está muy........... Genial!!!!! Adoro tu nove!!!!!! Y ya se quien es la rubia!!!!!! Hahahahahahaha!!!
paoliss
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
Total después de tantos celos era la prima .........Que malo Louis no pudo llevarlas a centro comercial...Siguela pliz me encanta!!
Besos xx
Besos xx
Jennifer☺!
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
__ILoveLarryStylinson__ escribió:AMO la nove , es perfecta , Me gustan las peleas que tienen entre ellos pero a la vez me hace enojar la reaccion de louis x'D dios x'D
jajajaj
en fin , siguela :D me encanta ♥
:DD Me alegra q te gusste .. Sus peleas son geniales, aunque Louis es bastante malo ¬
Claaro que la sigoo
NoWayGirl
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
paoliss escribió:AHHHHHHH!!!!! Q GENIAL!!!!! Hmmmmm conq se está enamorando!!!! Hahahahaha siguela está muy........... Genial!!!!! Adoro tu nove!!!!!! Y ya se quien es la rubia!!!!!! Hahahahahahaha!!!
Sii, al fin admite que eesta enamorada de Louisss, me muero de ternura*-*
Si, la rubia era la prima... Rayis celosa xD Sipi, la seguiré :cherry:
NoWayGirl
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
Jennifer! escribió:Total después de tantos celos era la prima .........Que malo Louis no pudo llevarlas a centro comercial...Siguela pliz me encanta!!
Besos xx
Si, peero bueno.. una nunca sabe, no? Louis malo ¬¬ Si, pronto la sigo ;)
NoWayGirl
Re: Beauty and the beast (Louis Tomlinson y tu)
Capitulo XXXV
No tenía por qué, pero estaba nerviosa. A tan solo un día de mi boda, la cual, no sabía como iba a ser. Louis no había estado en casa los últimos dos días, o por lo menos, no habíamos hablado casi nada.
Las empleadas iban y venían por toda la casa, gente que arreglaba el jardín, personas que colocaban adornos. Jay y Matt se la pasaban en casa, cuidando detalle por detalle, dando ordenes sin cesar, intentando que todo fuera lo más perfecto posible.
Louis, llegaba a las once de la noche y pasaba directo a la ducha, luego, a la cama. Sin cenar en casa, sin almorzar en casa, sin hablarme más que para desearme un buen día o dulces sueños.
Ya no compartíamos cama, pues luego de haber descubierto la habitación de huéspedes, no iba a permitir que Louis me retuviera en su habitación.
Estaba todo listo, solo faltaba el sí de ambos y Louis sería feliz para siempre.
-¿Estas despierta?-preguntó una voz adormilada. Me senté en la cama y miré la puerta entreabierta de la habitación.
-Si, pasa.-dije sabiendo que era Louis quien estaba del otro lado de la madera.
-¿No duermes?
-¿Me ves dormir?-dije divertida. Rió y entró en la habitación.- No puedo, no se por qué.
-Yo se.-dijo y se puso de pie junto a mi pequeña cama.- ¿Me haces un hueco contigo?-preguntó acomodando su pantalón a cuadros.
Sin responder a esa pregunta, me hice a un lado y el se sentó a un costado.
La escasa luz de la luna iluminaba la habitación. Louis y yo, dominados por el nerviosismo, sin poder dormir, juntos, a las tres y media de la mañana.
-¿Por qué?-pregunté intentando no mirarlo a los ojos.
-Porque ambos estamos nerviosos.-respondió sin siquiera mirarme. Ambos, mirábamos a la pared celeste de la habitación, que en estos momentos, se veía blanca, gracias a la escasez de luz.
-No estoy nerviosa.-mentí. Chasqueó la lengua y pasó uno de sus brazos por encima de mis hombros. Besó mi mejilla.- Es en serio Louis.-tragué saliva sonoramente. Rió.
-Perdona.-susurró.
-¿Qué?-pregunté sin comprender.
-Que me perdones ______.-susurró de nuevo.
-He escuchado pero no se a qué te refieres.
-Solo perdóname, no preguntes por qué. Perdóname.-su voz sonaba sincera y sus besos sobre mi mejilla no me dejaban pensar más que, eso salía de su corazón.- ¿Puedes perdonarme?
-No puedo perdonar algo que no se que estoy perdonando.-dije confusamente.
-No preguntes _______, pero perdóname.-insistió.
-Te perdono Louis .-dije serena y acaricie su rostro.
Acomodó su cabeza sobre mi hombro derecho y sentí su respiración sobre mi cuello. Tomó una de mis manos y la entrelazó con una de las suyas. Brindó leves caricias a mis finos dedos y luego dio un suave besó sobre la palma de mi mano. Alzó la mirada con suma delicadez y me sonrió.
-Mañana veras a mi hermana.-dijo.
Finalmente, comprendí.
Él no estaba nervioso por la boda, si no, por ver a su pequeña hermana. Sus nervios se debían a algo que a él de verdad le importaba, no a pararse en el altar y pronunciar un simple “si” para toda la vida. Él amaba a su hermana y quería tenerla cerca. No me amaba a mí, era solo su pase a la vista de Louis a su pequeña hermana.
-Tú también la veras.-dije sonriente.
Ocultar las lagrimas, no siempre es fácil.
-Claro que si.-dijo emocionado.- Imagínate lo hermosa que estará.-sonrió de nuevo. Desvié la mirada.- ¿No te emociona?-preguntó.
-Si, obvio que si, Louis .-dije intentando sonar feliz.
-Que bien.-dijo y suspiró.- ¿Puedo dormir contigo?
Esa pregunta resonó una y mil veces en mi cabeza. Pensé en decirle que sí, pero luego, mis ganas de llorar volvieron y sí él estaba en la habitación, no podría desahogarme con la almohada.
-¿Qué necesidad de dormir conmigo tienes?-pregunté.- De mañana en adelante, estoy obligada a dormir contigo.
-Eso es cierto.-dijo y vi como cerraba sus ojos.- Pero una noche más, no le hace mal a nadie.
Pero en eso, Louis se estaba equivocando. A mí si me hacía mal, me hacía ilusionarme con cosas que nunca ocurrirían, me hacía sentirme utilizada, sin valor alguno.
-No.-dije secamente. Abrió sus ojos y volvió a mirarme.
-¡Que mala eres!-exclamó con suma tranquilidad.- Te he tratado bien.
-Solo ahora. No me has tratado bien ni tampoco mal, simplemente, no me has tratado.-alcé los hombros y con ellos, la cabeza de Louis.- No has estado en casa por días.-dije casi quejándome.
-No te enfades, linda.-dijo divertido.
-No me enfado Tommo.-le dije.
-Hacía mucho no me decías así.-levantó su cabeza de donde yacía y me sonrió.- No dormiré contigo pero mañana, no te salvas.-se puso de pie.- Supongo que tampoco querrás regalarme un beso.-me dijo y se rascó la nuca.
-Supones mal.-murmuré.
-¿Oí lo que creo que oí?
-No se que has oído, pero si oíste lo que he dicho, es cierto.-sonreí de costado. Bajó unos centímetros y me besó.
-De nuevo, perdona.-me dijo. No comprendí, nuevamente.
-No se por qué, pero voy a perdonarte. Hasta hoy más tarde.-le dije. Rió.
-Hasta más tarde.-me secundó y salió por la puerta de mi habitación.
Parpadee tres veces seguidas sin poder creer que Louis y yo nos estábamos llevando bien. Alcé mi mano y la coloqué sobre mis labios. Él acababa de besarme, recordé con entusiasmo. Me introduje entre las verdes sabanas y apoyé mi cabeza sobre la almohada.
De algún modo, tenía que conciliar el sueño.
-Arriba linda, no querrás ir desarreglada.-dijo una dulce voz quitándome el acolchado que cubría mi cuerpo. Me enredé en las sabanas.- Vamos, tenemos muchas cosas por hacer.-dijo la misma voz.
-¿Todavía duerme?-preguntó una mujer, que al parecer, venía entrando.
-¿Ella es ______ Jarrel?-dijo otra de voz más fina.
-Si, es ella y si, aún no se levanta.-dijo la misma que me había despojado de lo que me hacía sentir cómoda y tibia.
-Vamos, arriba.-dijo una de las voces en tono imperativo.- Simple _____, abre los ojos, sabemos que nos escuchas.-dijo.
Finalmente, me rendí.
-Ya, déjenme en paz.-volteé la almohada y seguí durmiendo.
-No, no vamos a dejarte en paz porque son las doce y media de la mañana y tienes turno en la peluquería a la una y diez.-dijo una voz enojada.
Me senté en la cama y estiré mis brazos. Pronto, abrí mis ojos. Tres mujeres me miraban intensamente y esperaban que me levantara.
-No me vean de esa manera.-dije. Las tres voltearon a la vez y se dedicaron a mirar la pared.- ¿Qué hacen?
-Privacidad.-dijo una de ellas.
-Okey.-dije entendiendo que padecían de algún problema mental.- ¿Puedo darme una ducha?-pregunté.
-Claro que si. Iremos a preparar su desayuno.-dijo una de ellas y codeó a las demás para salir con rapidez del cuatro.- No se demore mucho.-gritó desde afuera.
Hice una mueca torcida y me puse de pie. Iba a obedecer. Tomé una toalla y entré a la ducha. Tan pronto como estuve lista, me coloque esto: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=69685642&.locale=es y bajé mientras me revolvía el cabello. Las tres me miraron y luego desviaron la mirada. Eran raras.
-He aquí, su jugo de naranja y su manzana.
-¿Por qué debo desayunar esta escasez?-pregunté enarcando una ceja.
-Porque debe desayunar liviano.-sonrió una.
-Oh, claro, es que puedo engordar en tan solo seis horas.
-Eso es muy poco tiempo y en veinte minutos debemos estar en la peluquería. Por favor, apúrese.-dijo una impaciente castaña a mi lado.
Comencé a desayunar lo poco que me habían servido. Y como era de esperarse, cinco minutos después acabe, debido a que no tenía mucho que comer o tomar.
-Ya, vamos.-dijo con emoción la castaña.
Las cuatro, juntas, subimos a un automóvil negro que estaba aparcado al frente de la casa. En menos de quince minutos llegamos a la peluquería, que para mi asombro, no había casi nadie.
-Discúlpenos, sentimos llegar tarde.-dijo una de ellas.
-No hay problema, ¿Cuál es la novia?-preguntó la mujer con múltiples broches en el cabello.
-Yo.-dije levantando mi mano levemente.
Antes de poder seguir hablando, la mujer de broches, me llevó hasta donde se suponía, lavarían mi cabello. Y aunque insistí varias veces con que me acababa de duchar y no necesitaba lavar mi cabello nuevamente, ella lo lavó como si fuera más delicado que la porcelana.
-¿Te peino a mi manera?-preguntó.
-No, tiene que ser un buen peinado que quede para el vestido que ha elegido ella.-opinó una de mis “damas de compañía”, mientras leía una revista de moda.
-Descríbanme el vestido, por favor.-dijo con felicidad la pelirroja mientras secaba mi cabello con un enorme secador.
La chica que se hacía llamar “Jenni”, describió mi vestido a la perfección. Lo cierto era que me sonaba extraño porque ella nunca lo había visto, o eso creía yo hasta hace diez segundos.
Luego de que la pelirroja con distribuidas pecas por el rostro terminara de secar y planchar mi cabello, me llevaron a una especie de salón de belleza.
-Vamos a hacer un maquillaje algo sutil y delicado, solo resaltaremos las partes más bellas de mi rostro.
-Es bella.-opinó una de las chicas del salón de belleza.- Vas a tener que resaltar todo.-sonrió luego. Le devolví el gesto.
-Gracias.
-No hay de que, linda.-me dijo y volteó para abrir algunos cajones y sacar algunas cremas.
-Ahora, solo déjate llevar por la magia del maquillaje que solo Bárbara y yo, sabemos hacer.-sonrió.
Me indicaron que cerrara los ojos y no me dejaron verme en el espejo hasta que el maquillaje hubiera estado finalizado. Bárbara, colocó todo tipo de cremas sobre mi rostro, limó mis uñas (pies y manos) y luego comenzó con el esmaltado de estas. Cuando terminó con eso, ambas, comenzaron con el maquillaje de mi rostro.
Pinceladas por aquí, pinceladas por allá.
-Lista.-dijo luego de media hora.
-¿Puedo abrir los ojos?-pregunté.- Me estoy por quedar dormida.-añadí y ellas rieron al unísono.
-Ábrelos y obsérvate.-dijo Bárbara.
Abrí mis ojos y vi a una _______ completamente distinta a mi.
-¿No te gusta?-preguntó la otra al ver que me analizaba mucho.
-Oh, claro que si.-dije sonriente.
-Listas para ir a casa y que te vistas.-dijo Jenni poniéndose de pie.
Estaba molesta con esas tres chicas que me habían perseguido toda la mañana y la tarde. Me atendían demasiado y para mi gusto, eran cargosas. Las cuatro juntas nos subimos de vuelta al auto negro y partimos hacía la casa.
-Debemos entrar por la puerta trasera.-dijo una de ellas.- Louis dijo que a esta hora habría gente en la casa.-nos comentó. Las demás escucharon atentas.
-Habrá música para cuando lleguemos.-dijo Jenni.
-Oh, genial.-agregó la otra.- ¿Estas nerviosa _______?-preguntó tomando mis dos manos. Las aparté de ella.
-Claro que si.-dije sonando lo más convencida posible, pero luego me di cuenta, que si estaba nerviosa.- Voy a casarme, ¿tú que crees?
-Tienes suerte.-dijo Jenni cruzándose de brazos.- Louis es perfectamente perfecto.
Mentalmente, coincidí con ella.
-Es todo, tiene dinero.-añadió otra.
-¿Tu nombre?-le pregunté.
-Macy.-me dijo. Asentí.
-El dinero no lo es todo, Macy.-le dije. Jenni y la otra rieron.- ¿Tú? ¿Cómo te llamas?-le pregunté a la restante.
-Dina.-me dijo.
-Nombre de perro.-agregaron Jenni y Macy al unísono.
-Oye.-dijo Dina ofendida. Reí.
-Ya, basta. Es un lindo nombre.-le dije. Sonrió.
Cuando el auto aparcó frente a la casa, la música resonó en nuestros oídos. Dina, Macy y Jenni se emocionaron y bajaron rápido del auto.
-No debe verte nadie.-dijo Macy. Asentí.- Vamos por detrás.-añadió.
Corrimos por el jardín, hasta llegar a la puerta trasera y allí entramos a la casa. Dina inspeccionó el comedor y cuando estuvimos seguras de que no había nadie que pudiera verme, corrimos escaleras arriba.
-¿Dónde esta Louis?-pregunté cuando nos encerrábamos en la habitación de mi casi esposo.
-No esta aquí, ya lo veras, no seas ansiosa.-dijo Jenni golpeando mi hombro.
-Okey, solo quería saber.
-Creo que mencionó algo de que se vestiría en el apartamento de Niall.-gritó Macy desde el vestidor.
-¿Desde cuando conocen a Louis?-pregunté.
-De la universidad.-respondió Dina y abrió la caja de mis tacones.
-Nos pidió ayuda y aceptamos.-sonrió Jenni.
Macy entró nuevamente a la habitación, con mi vestido en manos. Lo admiré, no me arrepentía de haber gastado semejante cantidad de dinero en ese hermoso vestido, aunque el dinero, era de Louis.
-Buena elección ______.-dijo Jenni sentándose en la cama.
-Gracias.-me senté a su lado.
-Bueno, vamos a ayudarte con el vestido y los tacones. No puedes despeinarte.-dijo Macy. Asentí.
-Ponte de pie.-me ordenó Dina.
Me quedé en ropa interior frente a ellas, después de todo, eran mujeres y no había nada que ellas no hubieran visto jamás, pero la vergüenza no me abandonó hasta que estuve con el vestido puesto. Me miré al espejo y me sorprendí al verme así:
-Ajusta allí atrás.-le dijo Jenni a Macy mientras ella chequeaba que mi cabello estuviera sano y salvo.- Genial.-sonrió.
Dina corrió a su bolso y sacó un pequeño frasco de perfume con forma de manzana.
-Es especial y delicioso.-sonrió con emoción.- Se que te dará suerte.-dijo antes de presionarlo y las gotas chocaron en mi cuello.
-Estas hermosa ______.-dijo Jenni.
-Gracias.
-Faltan los tacones y pronto podré decir que estas lista.-dijo Macy. Dina sonrió.
Me senté en la cama y cómodamente me coloqué ambos tacones. Eran de gran altura, pero no perdían comodidad.
-Ahora si, lista.-sonrió Macy.
-Hagamos una foto.-dijo revolviendo su bolso.- Aquí.-sonrió y sacó la cámara de fotos.
Corrió y colocó la cámara sobre un estante del armario, puso el temporizador y volvió a correr hacía nosotras.
-1, 2 ,3.-gritó Dina y el flash salió disparado.
-Esta muy linda.-dijo Jenni tomando la cámara entre sus manos.
-¿Se puede?-dijo una voz desde afuera de la habitación. Era una mujer.
-Si, adelante.-dijo Macy acomodando las cajas y las cosas que habíamos desordenado.
-Oh, _______, estas hermosa.-dijo una tierna voz maternal.
-Oh, mi Dios.-me tapé la boca con ambas manos.- Rosalie, hacía tanto que no te veía.-casi grité antes de correr a abrazarla.
Me tomó sutilmente entre sus brazos y sonrió. Estaba mas corpulenta y tenía un cortes distinto. Me separé de ella y le sonreí.
-Estas… muy, muy linda.-le dije. Sonrió y examinó mi vestido.
-Si te digo que estas linda, me quedo corta.-me halagó.
-Gracias.
-No hay de que, pequeña.-dijo acomodando su maquillaje.- Louis me ha pedido que venga por ti, dice que puedes bajar cuando quieras pero que no tardes.-sonrió con emoción.
-Okey, ya enseguida bajo.-dije y puse mi mano sobre su hombro.- Te eché mucho de menos.-expresé con mi más sincero sentimiento.
-Y yo a ti.-me dijo y volteó para retirarse.- Nos vemos en unos minutos, iré a buscar un buen lugar para ver el beso más de cerca.-dijo y sonrió.
La vi salir de la habitación y volteé a ver a las tres chicas que me sonreían.
-Y bueno, ya debes bajar.-dijo Macy.- Y nosotras, debemos correr a vestirnos para, por lo menos, verte entrar al camino de flores.-sonrió.
-Claro que si.-la secundó Jenni.- Vamos, Dina, camina. Y las tres, salieron de la habitación sin decir más nada.
Me quedé sola, sin compañía. Ya no había escapatoria, era bajar, poner mi mejor cara y decir “si, acepto”. De seguro Louis estaba hermoso, más de lo habitual. Sonreí y me senté en la cama. Estaba más que nerviosa e iba a llorar si no me contenía un poco.
Era hora de bajar y estaba convencida de que si quería dar el “si”, casarme con el, pero no a esta altura de mi vida, no con dieciséis años, no con obligación, si no, más adelante, con mayor edad y porque ambos quisiéramos.
El reloj de la mesa de luz, marcó las siete, ya era hora de estar abajo. De seguro, todos sentados, esperando a la novia. No podía no aparecerme. Tomé valor y me puse de pie. Giré el picaporte y caminé haciendo sonar mis tacones por todo el pasillo. Llegué a la escalera y miré los escalones que debería bajar para llegar a la puerta del jardín y así, estar en la boda. Tomé el barandal de la esca y comencé a bajar.
El próximo capitulo es la boda, sssssssssi :cherry:
Si pueddo subiré el cap de la boda hoy en la noche y sino deberán esperarse hasta mañana ¬
Bueeno, espero que les guste y graacias por sus comentarios.
No olviden pasar por mis novelas
Saludatte
NoWayGirl
No tenía por qué, pero estaba nerviosa. A tan solo un día de mi boda, la cual, no sabía como iba a ser. Louis no había estado en casa los últimos dos días, o por lo menos, no habíamos hablado casi nada.
Las empleadas iban y venían por toda la casa, gente que arreglaba el jardín, personas que colocaban adornos. Jay y Matt se la pasaban en casa, cuidando detalle por detalle, dando ordenes sin cesar, intentando que todo fuera lo más perfecto posible.
Louis, llegaba a las once de la noche y pasaba directo a la ducha, luego, a la cama. Sin cenar en casa, sin almorzar en casa, sin hablarme más que para desearme un buen día o dulces sueños.
Ya no compartíamos cama, pues luego de haber descubierto la habitación de huéspedes, no iba a permitir que Louis me retuviera en su habitación.
Estaba todo listo, solo faltaba el sí de ambos y Louis sería feliz para siempre.
-¿Estas despierta?-preguntó una voz adormilada. Me senté en la cama y miré la puerta entreabierta de la habitación.
-Si, pasa.-dije sabiendo que era Louis quien estaba del otro lado de la madera.
-¿No duermes?
-¿Me ves dormir?-dije divertida. Rió y entró en la habitación.- No puedo, no se por qué.
-Yo se.-dijo y se puso de pie junto a mi pequeña cama.- ¿Me haces un hueco contigo?-preguntó acomodando su pantalón a cuadros.
Sin responder a esa pregunta, me hice a un lado y el se sentó a un costado.
La escasa luz de la luna iluminaba la habitación. Louis y yo, dominados por el nerviosismo, sin poder dormir, juntos, a las tres y media de la mañana.
-¿Por qué?-pregunté intentando no mirarlo a los ojos.
-Porque ambos estamos nerviosos.-respondió sin siquiera mirarme. Ambos, mirábamos a la pared celeste de la habitación, que en estos momentos, se veía blanca, gracias a la escasez de luz.
-No estoy nerviosa.-mentí. Chasqueó la lengua y pasó uno de sus brazos por encima de mis hombros. Besó mi mejilla.- Es en serio Louis.-tragué saliva sonoramente. Rió.
-Perdona.-susurró.
-¿Qué?-pregunté sin comprender.
-Que me perdones ______.-susurró de nuevo.
-He escuchado pero no se a qué te refieres.
-Solo perdóname, no preguntes por qué. Perdóname.-su voz sonaba sincera y sus besos sobre mi mejilla no me dejaban pensar más que, eso salía de su corazón.- ¿Puedes perdonarme?
-No puedo perdonar algo que no se que estoy perdonando.-dije confusamente.
-No preguntes _______, pero perdóname.-insistió.
-Te perdono Louis .-dije serena y acaricie su rostro.
Acomodó su cabeza sobre mi hombro derecho y sentí su respiración sobre mi cuello. Tomó una de mis manos y la entrelazó con una de las suyas. Brindó leves caricias a mis finos dedos y luego dio un suave besó sobre la palma de mi mano. Alzó la mirada con suma delicadez y me sonrió.
-Mañana veras a mi hermana.-dijo.
Finalmente, comprendí.
Él no estaba nervioso por la boda, si no, por ver a su pequeña hermana. Sus nervios se debían a algo que a él de verdad le importaba, no a pararse en el altar y pronunciar un simple “si” para toda la vida. Él amaba a su hermana y quería tenerla cerca. No me amaba a mí, era solo su pase a la vista de Louis a su pequeña hermana.
-Tú también la veras.-dije sonriente.
Ocultar las lagrimas, no siempre es fácil.
-Claro que si.-dijo emocionado.- Imagínate lo hermosa que estará.-sonrió de nuevo. Desvié la mirada.- ¿No te emociona?-preguntó.
-Si, obvio que si, Louis .-dije intentando sonar feliz.
-Que bien.-dijo y suspiró.- ¿Puedo dormir contigo?
Esa pregunta resonó una y mil veces en mi cabeza. Pensé en decirle que sí, pero luego, mis ganas de llorar volvieron y sí él estaba en la habitación, no podría desahogarme con la almohada.
-¿Qué necesidad de dormir conmigo tienes?-pregunté.- De mañana en adelante, estoy obligada a dormir contigo.
-Eso es cierto.-dijo y vi como cerraba sus ojos.- Pero una noche más, no le hace mal a nadie.
Pero en eso, Louis se estaba equivocando. A mí si me hacía mal, me hacía ilusionarme con cosas que nunca ocurrirían, me hacía sentirme utilizada, sin valor alguno.
-No.-dije secamente. Abrió sus ojos y volvió a mirarme.
-¡Que mala eres!-exclamó con suma tranquilidad.- Te he tratado bien.
-Solo ahora. No me has tratado bien ni tampoco mal, simplemente, no me has tratado.-alcé los hombros y con ellos, la cabeza de Louis.- No has estado en casa por días.-dije casi quejándome.
-No te enfades, linda.-dijo divertido.
-No me enfado Tommo.-le dije.
-Hacía mucho no me decías así.-levantó su cabeza de donde yacía y me sonrió.- No dormiré contigo pero mañana, no te salvas.-se puso de pie.- Supongo que tampoco querrás regalarme un beso.-me dijo y se rascó la nuca.
-Supones mal.-murmuré.
-¿Oí lo que creo que oí?
-No se que has oído, pero si oíste lo que he dicho, es cierto.-sonreí de costado. Bajó unos centímetros y me besó.
-De nuevo, perdona.-me dijo. No comprendí, nuevamente.
-No se por qué, pero voy a perdonarte. Hasta hoy más tarde.-le dije. Rió.
-Hasta más tarde.-me secundó y salió por la puerta de mi habitación.
Parpadee tres veces seguidas sin poder creer que Louis y yo nos estábamos llevando bien. Alcé mi mano y la coloqué sobre mis labios. Él acababa de besarme, recordé con entusiasmo. Me introduje entre las verdes sabanas y apoyé mi cabeza sobre la almohada.
De algún modo, tenía que conciliar el sueño.
-Arriba linda, no querrás ir desarreglada.-dijo una dulce voz quitándome el acolchado que cubría mi cuerpo. Me enredé en las sabanas.- Vamos, tenemos muchas cosas por hacer.-dijo la misma voz.
-¿Todavía duerme?-preguntó una mujer, que al parecer, venía entrando.
-¿Ella es ______ Jarrel?-dijo otra de voz más fina.
-Si, es ella y si, aún no se levanta.-dijo la misma que me había despojado de lo que me hacía sentir cómoda y tibia.
-Vamos, arriba.-dijo una de las voces en tono imperativo.- Simple _____, abre los ojos, sabemos que nos escuchas.-dijo.
Finalmente, me rendí.
-Ya, déjenme en paz.-volteé la almohada y seguí durmiendo.
-No, no vamos a dejarte en paz porque son las doce y media de la mañana y tienes turno en la peluquería a la una y diez.-dijo una voz enojada.
Me senté en la cama y estiré mis brazos. Pronto, abrí mis ojos. Tres mujeres me miraban intensamente y esperaban que me levantara.
-No me vean de esa manera.-dije. Las tres voltearon a la vez y se dedicaron a mirar la pared.- ¿Qué hacen?
-Privacidad.-dijo una de ellas.
-Okey.-dije entendiendo que padecían de algún problema mental.- ¿Puedo darme una ducha?-pregunté.
-Claro que si. Iremos a preparar su desayuno.-dijo una de ellas y codeó a las demás para salir con rapidez del cuatro.- No se demore mucho.-gritó desde afuera.
Hice una mueca torcida y me puse de pie. Iba a obedecer. Tomé una toalla y entré a la ducha. Tan pronto como estuve lista, me coloque esto: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=69685642&.locale=es y bajé mientras me revolvía el cabello. Las tres me miraron y luego desviaron la mirada. Eran raras.
-He aquí, su jugo de naranja y su manzana.
-¿Por qué debo desayunar esta escasez?-pregunté enarcando una ceja.
-Porque debe desayunar liviano.-sonrió una.
-Oh, claro, es que puedo engordar en tan solo seis horas.
-Eso es muy poco tiempo y en veinte minutos debemos estar en la peluquería. Por favor, apúrese.-dijo una impaciente castaña a mi lado.
Comencé a desayunar lo poco que me habían servido. Y como era de esperarse, cinco minutos después acabe, debido a que no tenía mucho que comer o tomar.
-Ya, vamos.-dijo con emoción la castaña.
Las cuatro, juntas, subimos a un automóvil negro que estaba aparcado al frente de la casa. En menos de quince minutos llegamos a la peluquería, que para mi asombro, no había casi nadie.
-Discúlpenos, sentimos llegar tarde.-dijo una de ellas.
-No hay problema, ¿Cuál es la novia?-preguntó la mujer con múltiples broches en el cabello.
-Yo.-dije levantando mi mano levemente.
Antes de poder seguir hablando, la mujer de broches, me llevó hasta donde se suponía, lavarían mi cabello. Y aunque insistí varias veces con que me acababa de duchar y no necesitaba lavar mi cabello nuevamente, ella lo lavó como si fuera más delicado que la porcelana.
-¿Te peino a mi manera?-preguntó.
-No, tiene que ser un buen peinado que quede para el vestido que ha elegido ella.-opinó una de mis “damas de compañía”, mientras leía una revista de moda.
-Descríbanme el vestido, por favor.-dijo con felicidad la pelirroja mientras secaba mi cabello con un enorme secador.
La chica que se hacía llamar “Jenni”, describió mi vestido a la perfección. Lo cierto era que me sonaba extraño porque ella nunca lo había visto, o eso creía yo hasta hace diez segundos.
Luego de que la pelirroja con distribuidas pecas por el rostro terminara de secar y planchar mi cabello, me llevaron a una especie de salón de belleza.
-Vamos a hacer un maquillaje algo sutil y delicado, solo resaltaremos las partes más bellas de mi rostro.
-Es bella.-opinó una de las chicas del salón de belleza.- Vas a tener que resaltar todo.-sonrió luego. Le devolví el gesto.
-Gracias.
-No hay de que, linda.-me dijo y volteó para abrir algunos cajones y sacar algunas cremas.
-Ahora, solo déjate llevar por la magia del maquillaje que solo Bárbara y yo, sabemos hacer.-sonrió.
Me indicaron que cerrara los ojos y no me dejaron verme en el espejo hasta que el maquillaje hubiera estado finalizado. Bárbara, colocó todo tipo de cremas sobre mi rostro, limó mis uñas (pies y manos) y luego comenzó con el esmaltado de estas. Cuando terminó con eso, ambas, comenzaron con el maquillaje de mi rostro.
Pinceladas por aquí, pinceladas por allá.
-Lista.-dijo luego de media hora.
-¿Puedo abrir los ojos?-pregunté.- Me estoy por quedar dormida.-añadí y ellas rieron al unísono.
-Ábrelos y obsérvate.-dijo Bárbara.
Abrí mis ojos y vi a una _______ completamente distinta a mi.
-¿No te gusta?-preguntó la otra al ver que me analizaba mucho.
-Oh, claro que si.-dije sonriente.
-Listas para ir a casa y que te vistas.-dijo Jenni poniéndose de pie.
Estaba molesta con esas tres chicas que me habían perseguido toda la mañana y la tarde. Me atendían demasiado y para mi gusto, eran cargosas. Las cuatro juntas nos subimos de vuelta al auto negro y partimos hacía la casa.
-Debemos entrar por la puerta trasera.-dijo una de ellas.- Louis dijo que a esta hora habría gente en la casa.-nos comentó. Las demás escucharon atentas.
-Habrá música para cuando lleguemos.-dijo Jenni.
-Oh, genial.-agregó la otra.- ¿Estas nerviosa _______?-preguntó tomando mis dos manos. Las aparté de ella.
-Claro que si.-dije sonando lo más convencida posible, pero luego me di cuenta, que si estaba nerviosa.- Voy a casarme, ¿tú que crees?
-Tienes suerte.-dijo Jenni cruzándose de brazos.- Louis es perfectamente perfecto.
Mentalmente, coincidí con ella.
-Es todo, tiene dinero.-añadió otra.
-¿Tu nombre?-le pregunté.
-Macy.-me dijo. Asentí.
-El dinero no lo es todo, Macy.-le dije. Jenni y la otra rieron.- ¿Tú? ¿Cómo te llamas?-le pregunté a la restante.
-Dina.-me dijo.
-Nombre de perro.-agregaron Jenni y Macy al unísono.
-Oye.-dijo Dina ofendida. Reí.
-Ya, basta. Es un lindo nombre.-le dije. Sonrió.
Cuando el auto aparcó frente a la casa, la música resonó en nuestros oídos. Dina, Macy y Jenni se emocionaron y bajaron rápido del auto.
-No debe verte nadie.-dijo Macy. Asentí.- Vamos por detrás.-añadió.
Corrimos por el jardín, hasta llegar a la puerta trasera y allí entramos a la casa. Dina inspeccionó el comedor y cuando estuvimos seguras de que no había nadie que pudiera verme, corrimos escaleras arriba.
-¿Dónde esta Louis?-pregunté cuando nos encerrábamos en la habitación de mi casi esposo.
-No esta aquí, ya lo veras, no seas ansiosa.-dijo Jenni golpeando mi hombro.
-Okey, solo quería saber.
-Creo que mencionó algo de que se vestiría en el apartamento de Niall.-gritó Macy desde el vestidor.
-¿Desde cuando conocen a Louis?-pregunté.
-De la universidad.-respondió Dina y abrió la caja de mis tacones.
-Nos pidió ayuda y aceptamos.-sonrió Jenni.
Macy entró nuevamente a la habitación, con mi vestido en manos. Lo admiré, no me arrepentía de haber gastado semejante cantidad de dinero en ese hermoso vestido, aunque el dinero, era de Louis.
-Buena elección ______.-dijo Jenni sentándose en la cama.
-Gracias.-me senté a su lado.
-Bueno, vamos a ayudarte con el vestido y los tacones. No puedes despeinarte.-dijo Macy. Asentí.
-Ponte de pie.-me ordenó Dina.
Me quedé en ropa interior frente a ellas, después de todo, eran mujeres y no había nada que ellas no hubieran visto jamás, pero la vergüenza no me abandonó hasta que estuve con el vestido puesto. Me miré al espejo y me sorprendí al verme así:
-Ajusta allí atrás.-le dijo Jenni a Macy mientras ella chequeaba que mi cabello estuviera sano y salvo.- Genial.-sonrió.
Dina corrió a su bolso y sacó un pequeño frasco de perfume con forma de manzana.
-Es especial y delicioso.-sonrió con emoción.- Se que te dará suerte.-dijo antes de presionarlo y las gotas chocaron en mi cuello.
-Estas hermosa ______.-dijo Jenni.
-Gracias.
-Faltan los tacones y pronto podré decir que estas lista.-dijo Macy. Dina sonrió.
Me senté en la cama y cómodamente me coloqué ambos tacones. Eran de gran altura, pero no perdían comodidad.
-Ahora si, lista.-sonrió Macy.
-Hagamos una foto.-dijo revolviendo su bolso.- Aquí.-sonrió y sacó la cámara de fotos.
Corrió y colocó la cámara sobre un estante del armario, puso el temporizador y volvió a correr hacía nosotras.
-1, 2 ,3.-gritó Dina y el flash salió disparado.
-Esta muy linda.-dijo Jenni tomando la cámara entre sus manos.
-¿Se puede?-dijo una voz desde afuera de la habitación. Era una mujer.
-Si, adelante.-dijo Macy acomodando las cajas y las cosas que habíamos desordenado.
-Oh, _______, estas hermosa.-dijo una tierna voz maternal.
-Oh, mi Dios.-me tapé la boca con ambas manos.- Rosalie, hacía tanto que no te veía.-casi grité antes de correr a abrazarla.
Me tomó sutilmente entre sus brazos y sonrió. Estaba mas corpulenta y tenía un cortes distinto. Me separé de ella y le sonreí.
-Estas… muy, muy linda.-le dije. Sonrió y examinó mi vestido.
-Si te digo que estas linda, me quedo corta.-me halagó.
-Gracias.
-No hay de que, pequeña.-dijo acomodando su maquillaje.- Louis me ha pedido que venga por ti, dice que puedes bajar cuando quieras pero que no tardes.-sonrió con emoción.
-Okey, ya enseguida bajo.-dije y puse mi mano sobre su hombro.- Te eché mucho de menos.-expresé con mi más sincero sentimiento.
-Y yo a ti.-me dijo y volteó para retirarse.- Nos vemos en unos minutos, iré a buscar un buen lugar para ver el beso más de cerca.-dijo y sonrió.
La vi salir de la habitación y volteé a ver a las tres chicas que me sonreían.
-Y bueno, ya debes bajar.-dijo Macy.- Y nosotras, debemos correr a vestirnos para, por lo menos, verte entrar al camino de flores.-sonrió.
-Claro que si.-la secundó Jenni.- Vamos, Dina, camina. Y las tres, salieron de la habitación sin decir más nada.
Me quedé sola, sin compañía. Ya no había escapatoria, era bajar, poner mi mejor cara y decir “si, acepto”. De seguro Louis estaba hermoso, más de lo habitual. Sonreí y me senté en la cama. Estaba más que nerviosa e iba a llorar si no me contenía un poco.
Era hora de bajar y estaba convencida de que si quería dar el “si”, casarme con el, pero no a esta altura de mi vida, no con dieciséis años, no con obligación, si no, más adelante, con mayor edad y porque ambos quisiéramos.
El reloj de la mesa de luz, marcó las siete, ya era hora de estar abajo. De seguro, todos sentados, esperando a la novia. No podía no aparecerme. Tomé valor y me puse de pie. Giré el picaporte y caminé haciendo sonar mis tacones por todo el pasillo. Llegué a la escalera y miré los escalones que debería bajar para llegar a la puerta del jardín y así, estar en la boda. Tomé el barandal de la esca y comencé a bajar.
El próximo capitulo es la boda, sssssssssi :cherry:
Si pueddo subiré el cap de la boda hoy en la noche y sino deberán esperarse hasta mañana ¬
Bueeno, espero que les guste y graacias por sus comentarios.
No olviden pasar por mis novelas
Saludatte
NoWayGirl
NoWayGirl
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