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Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)

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Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA) - Página 47 Empty Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)

Mensaje por ElitzJb Lun 04 Nov 2013, 5:09 pm

Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA) - Página 47 Iuu8

IV Temporada Finale

Capitulo 38


Lancé mis mis pies primero, obviamente hacia el corazón, cargué el
fuego mientras las chispas caían como fuegos artificiales. Clavé las
uñas impotentemente en la montaña de plumas con pánico. Solo
quedaban dos de las plumas de Joe  como arcángel. Una pluma la
sostuve para cuidarla. La otra había sido meticulosamente tomada y
guardada por los arcángeles cuando desterraron a Joe  del cielo. Esa
pluma estaba en algún lugar del montón delante de mí.

La pluma de Joe  podría estar en cualquier parte. Tal vez ya la
habían quemado. Había tantas. E incluso había manchas de cenizas que
flotaban como pedazos de papel quemado alrededor del fuego.

—¡Kevin ! ¡Ayúdame a encontrar la pluma de Joe ! ―Pensar. Tenía
que pensar. La pluma de Joe . La había visto antes―. Es negra, toda negra
―exclamé―. Empieza a buscar, iré a buscar mantas para apagar el fuego.
―Corrí de vuelta al estudio de Joe , con el humo formando una pantalla
a través de mis ojos. De repente, observé la silueta de un cuerpo delante de
mí. Parpadeé contra el humo que picaba mis ojos.

—Es demasiado tarde —dijo Marcie. Tenía el rostro hinchado de
llorar, y la punta de su nariz estaba roja—. No puedes apagar el fuego.

—¿Qué has hecho? —le grité.

—Soy heredera legítima de mi padre. Yo debería de liderar a los
nephilim.

—¿Heredera legítima? ¿Te estás escuchando? ¿Quieres hacer este
trabajo? Yo no, ¡tu padre me obligó!

Su labio tembló.

—Él me amaba más. Me hubiese elegido. Me robaste esto.

Le dije: —No quiero este trabajo, Marcie. ¿Quién te metió esas ideas
en la cabeza?

Las lágrimas cayeron por sus mejillas y su respiración se hizo
entrecortada.

—Fue idea de mi mamá que me mudara con ustedes, ella y sus
amigas nephilim querían que te vigilara. Estuve de acuerdo en hacerlo
porque pensaba que sabías algo sobre la muerte de mi padre que no me
estaban diciendo. Si me acercaba a ti, pensé que tal vez... ―Por primera
vez, me di cuenta de la daga perlada que sostenía en sus manos. El blanco
brillante, brillaba como si los rayos del sol estuviesen atrapados bajo la
superficie. Solo podía ser la daga encantada de Pepper.

El idiota no había sido lo suficientemente cuidados, y permitió que
Marcie lo siguiera ahí. Entonces, él tiró las plumas y la daga, y corrió
dejándola en posesión de Marcie.

Me acerqué a ella.

—Marcie…

—¡No me toques! ―gritó ella―. Dante me contó que tú mataste a mi
padre. ¿Cómo pudiste hacerlo? ¿Cómo pudiste? Estaba segura que había
sido Joe , ¡pero fuiste tú! ―gritó histéricamente.

A pesar del calor, un miedo escalofriante recorrió mi columna
vertebral.

—Pu-puedo explicártelo. —Pero pensé que no podría. La expresión
de Marcie se volvió salvaje, sobre excitada, y me dio a entender que entró
en shock. Dudaba que a ella le importara saber que su padre había forzado
mi mano cuando había intentado enviar a Joe  al infierno.

—Dame la daga.

—¡Aléjate de mí! ―Se empujó fuera de alcance―. Dante y yo vamos a
contarles a todos. ¿Qué te harán los nephilim cuando sepan que tú mataste
a la Mano Negra? ―La estudié cuidadosamente. Dante debía haberse
enterado hacía poco que yo había matado a Hank, de lo contrario, le
hubiera dicho a los nephilim hace mucho tiempo. Joe  no había dicho mi
secreto ni a Pepper. De alguna manera, Dante lo había descubierto.

—Dante tenía razón. ―espetó Marcie con rabia fría burbujeando en
su voz―. Me robaste mi título, se suponía que era mío. Y ahora he hecho lo
que tú no podías, liberé a los nephilim. Cuando ese fuego acabe, cada ángel
caído en la tierra será encadenado al infierno.

—Dante trabaja para los ángeles caídos ―le dije, con un tono
cortante de frustración.

—No —dijo Marcie—. Tú lo haces.

Ella pasó rozando la hoja de la daga de Pepper sobre mí, y salté hacia
atrás tropezando. El humo oscureció mi visión.

—¿Tiene Dante idea que quemaron las plumas? ―le grité a Marcie,
pero ella no dio respuesta. Se había ido.

¿Habría Dante cambiado su estrategia? Después de una inesperada
ganancia de cada pluma de ángeles caídos, y por lo tanto una victoria
segura para los nephilim, ¿había decidido estar del lado de su raza después
de todo?

No había tiempo para debatir, había perdido demasiado en valioso
tiempo. Tenía que ayudar a Kevin  a encontrar la pluma de Joe .

Corriendo de regreso al corredor ardiente, tosí y cubrí mi camino
hacia la entrada.

—Todas se están volviendo negro por la ceniza ―me gritó Kevin  por
encima de mi hombro―. Todas lucen iguales. —Sus mejillas brillaban color
escarlata.

Las llamas, giraban en torno a él, amenazándolo con incendiar su
cabello que se había llenado de hollín.

—Tenemos que salir de aquí. Si nos quedamos más tiempo, vamos a
quemarnos.

Corrí hacia él en cuclillas, tratando de evitar el implacable calor.

—Primero encontramos la pluma de Joe . —Lanzaba las plumas en
un montón de plumas ardiendo detrás de mí. Kevin  tenía razón. Un hollín
negro y grasiento untaba en cada pluma. Hice un sonido de desesperación.

—Si no la encontramos, arderá en el infierno.

Dispersé puñados de plumas, rezando tenerla a la vista. Rezando por
que no se hubiese quemado ya.

No quería que mi pensamiento se dirigiera a lo peor. Haciendo caso
omiso del humo, que me lastimaba los ojos y los pulmones, busqué entre
las plumas con más urgencia. No podía perder a Joe . No iba a perder a
Joe . No así, no en mi guardia.

Mis ojos se humedecieron, con las lágrimas desbordándose. No podía
ver con claridad. El aire estaba demasiado caliente para respirar. La piel en
mi rostro parecía derretirse, y mi cuero cabelludo se sentía como si
estuviera en llamas. Hundí mis manos en el montón de plumas,
desesperada por encontrar una pluma de color negro sólido.

—No te voy a permitir que te quemes —dijo con gran dificultad Kevin ,
por encima del crepitante zumbido de las llamas. Rodó de vuelta sobre sus
rodillas, arrastrándome con él. Arañé despiadadamente sus manos.

«No sin la pluma de Joe ».

El fuego clamaban en mis oídos, y mi concentración se estaba
marchitando sin suficiente oxígeno. Pasé el dorso de mi mano por mis ojos,
solo para aplicar más hollín. Busqué a tientas las plumas, mis brazos
sintiéndose como si estuvieran unidos a cien libras de peso. Mi visión
osciló. Pero me negué a salir hasta que tuviera la pluma de Joe .

—Joe  —murmuré, justo cuando una brasa cayó sobre mi manga,
encendiendo la tela. Antes de que pudiera levantar la mano para apagarla,
la llama saltó a mi codo. El calor quemó mi piel, tan brillante y agonizante
que grité y me tiré hacia un lado. Fue entonces cuando vi que mis
pantalones también estaban en llamas.

Kevin  gritó órdenes a mis espaldas. Algo sobre salir de la habitación.
Quería cerrar la puerta y atrapar el fuego dentro.

No podía dejarlo. Tenía que salvar la pluma de Joe .

Perdí mi sentido de la orientación, tropezando ciegamente hacia
adelante. Brillantes lamidas de fuego eclipsaban mi visión.

La voz de Kevin , tan urgente, se disolvió en nada.

Incluso antes de que abriera mis ojos, sabía que estaba en un coche
en movimiento. Sentí el golpe irregular de los neumáticos rebotando sobre
los baches, y un motor rugía en mis oídos. Me senté encorvada contra la
puerta del coche, mi cabeza apoyada en la ventana. Había dos manos
desconocidas en mi regazo, y me sorprendió cuando se movieron a mi
mando. Las giré lentamente en el aire, mirando al extraño papel negro
rizándose fuera de ellas.

Carne ennegrecida.

Una mano apretó mi brazo en consolación.

—Está bien ―dijo Kevin  desde el asiento del conductor de su
Barracuda―. Va a sanar.

Sacudí mi cabeza, dando a entender que él había entendido mal.
Lamí mis labios resecos.

—Tenemos que volver. Gira el auto. Tenemos que salvar a Joe .

Kevin  no dijo nada, solo me dirigió una mirada de soslayo de
incertidumbre.

No.

Era una mentira. Un profundo e inimaginable miedo me tragó. Mi
garganta se sentía espesa y resbaladiza y caliente. Era una mentira.

—Sé que te preocupabas por él —dijo Kevin  en voz baja.

«¡Lo amo! ¡Siempre lo amaré! ¡Le prometí que estaríamos juntos!»,
grité dentro de mi cabeza, porque las palabras eran demasiado irregulares
para empujarlas fuera. Ellas raspaban como clavos en mi garganta.

Volví mi atención a la ventana. Me quedé mirando la noche, a la falta
de definición de los árboles y campos y cercas, aquí un momento, e idos al
siguiente. Las palabras en mi garganta se enrollaban en un grito, todos los
bordes filosos y dolor helado. El grito colgaba allí, hinchando y dañando
mientras mi mundo se deshacía e iba a la deriva fuera de órbita.

Una pila de metal retorcido bloqueaba la carretera.

Kevin  se desvió para perderlo, frenando mientras pasábamos. No
esperé a que el auto se detuviera; me lancé fuera, corriendo. La moto de
Joe . Golpeada y maltratada. La miré boquiabierta, parpadeando una y
otra vez, tratando de ver una imagen diferente. Con el metal demolido,
retorcido sobre sí mismo, parecía como si el conductor hubiera corrido a
toda velocidad y luego saltado a través de un agujero en el viento.

Apreté las palmas en mis ojos, esperando que la terrible imagen se
aclarara. Busqué en la carretera, pensando que debía haberse estrellado. En
el impacto, su cuerpo debió haber sido lanzado una distancia. Corrí más
lejos, un poco más lejos, buscando en la zanja, la mala hierba, las sombras
de los árboles. Podría estar ahí delante. Llamé su nombre. Paseé de arriba a
abajo por la orilla del camino, mis manos temblando mientras las pasaba a
través de mi pelo.

No oí a Kevin  venir detrás de mí. Apenas sentí sus brazos alrededor
de mis hombros. Dolor y angustia me sacudían, una presencia viva, tan real
y aterradora. Me llenó de tal frío, dolía al respirar.

—Lo siento —dijo él con voz ronca.

—No me digas que se ha ido —espeté—. Chocó su moto y siguió
caminando. Dijo que iba a reunirse conmigo en el estudio. Él no rompería
su promesa. —Dije las palabras porque tenía que escucharlas.

—Estás temblando. Deja que te lleve de regreso a mi casa, tu casa, su
lugar, donde quieras.

—No —ladré―. Vamos a volver al estudio. Él está allí. Ya lo verás. —
Me empujé fuera de su abrazo, pero me sentí insegura. Mis piernas se
arrastraban con un paso entumecido tras otro. Un salvaje e imperdonable
pensamiento se apoderó de mí. ¿Qué si Joe  se había ido?

Mis pies vagaron de vuelta a la moto.

—¡Joe ! —grité, cayendo de rodillas. Extendí mi cuerpo sobre su
moto, extraños y poderosos sollozos estallaron desde el fondo de mi
pecho. Yo estaba resbalando, deslizándome en la mentira.

Joe .

Pensé su nombre, esperando, esperando. Sollocé su nombre,
oyéndome hacen ruidos incontrolables de angustia y desesperación.

Lágrimas rodaban por mis mejillas. Mi corazón pendía de un hilo. La
esperanza a la que me había aferraba se desató, yendo a la deriva fuera del
alcance. Sentí a mi alma romperse, pedazos irreparables de mí volando
hacia afuera.

La poca luz que quedaba dentro de mí, se apagó.
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ElitzJb
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Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA) - Página 47 Empty Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)

Mensaje por ElitzJb Lun 04 Nov 2013, 5:15 pm

Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA) - Página 47 Kck1

IV Temporada

Capitulo 39


Me entregué a dormir. Los sueños eran el único lugar que donde
podría alcanzar a Joe . Aferrarme a un recuerdo fantasma de
él era mejor que vivir sin él. Acurrucada en su cama, rodeada de
un olor que era claramente suyo, convoqué su recuerdo para
atormentarme.

Nunca debí haber confiado en Pepper para obtener las plumas.
Debería haber sabido que metería la pata. No debería haber subestimado a
Dante. Sabía que Joe  rechazaría mi culpa de una vez, pero me sentía
responsable de lo que le había sucedido. Si hubiera llegado a su estudio
diez minutos antes. Si hubiera detenido a Marcie de encender la cerilla…

—Despierta, (_Tn).

Demi  se inclinó sobre mí, su voz apresurada y cargada.

—Hay que prepararse para el duelo. Kevin  me contó todo. Uno de los
mensajeros de Lisa Martin vino mientras dormías. El duelo es a la salida del
sol en el cementerio. Tienes que ir a patear el trasero de Dante hasta
Júpiter. Alejó a Joe  de ti, y ahora él está fuera por tu sangre. Te diré lo
que pienso sobre eso. Diablos, no. No, si tenemos algo que decir al
respecto.

¿Duelo? La idea parecía casi ridícula. Dante no tenía necesidad de
enfrentarme con espadas para robar mi título, tenía más que suficientes
municiones para estallar mi credibilidad y reputación. Cada último ángel
caído había sido encadenado en el infierno. Los nephilim habían ganado la
guerra. Dante y Marcie tomarían crédito, explicando cómo habían intimidado a un arcángel para que les diera las plumas, y cómo disfrutaron
cada momento de verlas arder.

La idea de Joe  encarcelado en el infierno envió una nueva oleada
de dolor a través de mí. No sabía cómo iba a mantener mis emociones bajo
control mientras los nephilim aplaudían frenéticamente sobre su triunfo.
Nunca sabrían qué pasó hasta el último momento, que Dante había estado
ayudando a los ángeles caídos. Los nephilim lo llevarían al poder. Todavía
no sabía lo que significaba eso para mí. Si se abolía el ejército, ¿significaría
que perdía el control de dirigirlo? En retrospectiva, mi juramento había
sido demasiado vago. No había planeado esto.

Pero tenía que asumir que Dante tenía planes para mí. Al igual que
yo, él sabía que en el momento en que fallase en dirigir el ejército, mi vida
había terminado. Pero en nombre de cubrir sus espaldas, lo más probable
es que me arrestara por el asesinato de la Mano Negra. Antes de que
terminara el día, yo estaría siendo ejecutada por traición, o en el mejor de
los casos, encarcelada.

Yo estaba apostando a ser ejecutada.

—Es casi el amanecer. Levántate —dijo Demi —. No vas a dejar a Dante
salirse con la suya.

Abracé la almohada de Joe , respirando el olor persistente de él
antes de que desapareciera para siempre. Me aprendí de memoria los
contornos de su cama y me acurruqué en la huella de su cuerpo. Cerré los
ojos e imaginé que estaba allí. A mi lado. Tocándome. Me imaginaba sus
ojos negros suavizándose mientras acariciaba mi mejilla, sus manos
calientes, fuertes y reales.

—(_Tn) —advirtió Demi .

La ignoré, optando por permanecer con Joe . El colchón
hundiéndose mientras se acercaba más. Él sonrió y deslizó sus manos
debajo de mí, rodándome encima de él.

«Estás fría, Ángel. Déjame calentarte».

«Pensé que te había perdido, Joe ».

«Estoy justo aquí. Prometí que estaríamos juntos, ¿no?»

«Pero tus plumas…»

«Shh», me tranquilizó. Su dedo selló mis labios. «Quiero estar
contigo, Ángel. Quédate aquí conmigo. Olvídate de Dante y el duelo. No voy
a dejar que te haga daño. Voy a mantenerte a salvo».

Las lágrimas ardían en la parte posterior de mis ojos. «Llévame lejos.
Como tú prometiste. Llévame muy lejos, solo los dos».

—Joe  odiaría verte así —reprendió Demi , claramente tratando de
apelar a mi conciencia. Empujé las mantas hacia arriba hasta formar un
toldo secreto encima de Joe  y yo, y me reí en su oído. «Ella no sabe que
estás aquí».

«Es nuestro truco-secreto», estuvo él de acuerdo.

«No voy a dejarte, Joe ».

«Yo no te dejaré». En un rápido movimiento, cambió nuestras
posiciones, sujetándome al colchón. Se inclinó sobre mí. «Intenta escapar
ahora».

Yo fruncí el ceño ante la mirada de hielo azul que parecía estar al
acecho debajo de la superficie de sus ojos. Parpadeé para aclarar mi visión,
pero cuando mis ojos se enfocaron, yo era muy consciente del azul
candente que rodeaba su iris. Tragando, dije: «Tengo que tomar un poco de
agua».

«Voy a conseguírtela», insistió Joe . «No te muevas, permanece en
la cama. Solo será un segundo». Lo sostuve, tratando de zafarme de debajo
de él.

Joe  agarró mis muñecas. «Dijiste que no te irías».

«Solo estoy consiguiendo una bebida», objeté.

«No voy a dejar que te vayas, (_Tn)». Las palabras resonaron como un
gruñido.  Sus  facciones  se  contorsionaron,  retorciéndose  y
transformándose, hasta que vi destellos de otro hombre. La piel oliva de
Dante, con el mentón hendido, y esos ojos encapuchados que expiaban el
tiempo, y que realmente había creído que eran hermosos, aparecieron
ante mí. Me di la vuelta lejos, pero no lo suficientemente rápido.

Los dedos de Dante se clavaron dolorosamente en mis hombros,
empujándome de nuevo bajo él. Su aliento se sentía caliente en mi mejilla.
«Se acabó. Renuncia. He ganado».

—Aléjate de mí —le susurré.

Su toque se disolvió, con el rostro asomándose brevemente sobre el
mío como una neblina azul antes de que desapareciera.

Agua helada golpeó mi rostro, y me disparé en posición vertical con
un jadeo. El sueño se hizo añicos; Demi  estaba al alcance de un brazo de
distancia, sosteniendo una jarra vacía.

—Es hora de irnos —dijo ella, agarrando la jarra como si se preparara
para utilizarlo como arma de defensa si era necesario.

—No quiero —gruñí, demasiado miserable para enojarme por el agua.
Mi garganta se apretó, y me temía que iba a llorar. Yo solo quería una cosa,
y él se había ido. Joe  no iba a volver.

Nada de lo que hiciera podía cambiar eso. Las cosas por las que
pensaba que valía la pena luchar, las cosas que ardían y rugían dentro de
mí, incluso superando a Dante y destruyendo devilcraft, habían perdido su
fuego sin él.

—¿Y Joe ? —exigió Demi —. Te has dado por vencida contigo misma,
pero, ¿también te has dado por vencida con él?

—Joe  se ha ido. —Apreté mis dedos dentro de mis ojos hasta que
empujé las ganas de llorar.

—Se ha ido, no está muerto.

—No puedo hacer esto sin Joe  —le dije, mi aliento atascado.

—Entonces, encuentra una manera de traerlo de vuelta.

—Está en el infierno —le espeté.

—Mejor eso que en la tumba.

Saqué mis rodillas e incliné la cabeza contra ellas.

—Maté a Hank Millar, Demi . Joe  y yo lo hicimos juntos. Dante lo
sabe, y él me va a arrestar en el duelo. Me va a ejecutar por traición. —Mi
mente evocaba un retrato muy real. Dante haría mi humillación tan
pública como fuera posible. A medida que sus guardias me sacaran del
duelo, sería escupida, llamada un sinnúmero de nombres viles. En cuanto a
la ejecución, a cómo él iba a poner fin a mi vida...

Usaría su espada. La que Blakely había mejorado con devilcraft para
matarme.

—Es por eso que no puedo ir al duelo —concluí. El silencio de Demi  se
prolongó.

—Es la palabra de Dante en contra de la tuya —dijo al fin.

—Eso es lo que me preocupa.

—Sigues siendo la líder de los nephilim. Tienes algo de credibilidad.
Si trata de arrestarte, lo desafías. —La convicción brilló en sus ojos—. Pelea
hasta el final. Puedes hacer que sea fácil para él, o puedes cavar en tus
tacones y hacer que trabaje por ello. —Sorbí mi nariz, limpiándomela en
la parte posterior de mi mano.

—Estoy asustada, Demi . Muy asustada.

—Lo sé, nena. Pero también sé que si alguien puede hacerlo, esa eres
tú. Yo no te digo esto a menudo, y tal vez nunca te lo he dicho, pero
cuando sea grande, quiero ser como tú. Ahora, por última vez, sal de la
cama antes de que te empape de nuevo. Irás al cementerio. Y vas a dar a
Dante la pelea de su vida.

Lo peor de mis quemaduras había curado, pero me sentía agotada y
debilitada, no obstante, yo no había sido nephil el tiempo suficiente como
para conocer la mecánica detrás de mi curación rápida, pero me imaginé
que sin darme cuenta había gastado mucha energía en el proceso. No había
comprobado el espejo antes de salir del lugar de Joe , pero tenía una idea
bastante buena de lo miserable y oprimida que me veía. Un vistazo hacia
mí, y Dante proclamaría su victoria.

A medida que Demi  y yo paramos en el aparcamiento de grava que
daba al cementerio, repasé mi plan. Después de que Dante anunciara que
había desterrado a los ángeles caídos en el infierno y ganado la guerra, lo
más probable es que me acusara de asesinar a Hank y se proclamara como
mi remplazo. En ese momento, yo no daría un paso a un lado y renunciaría
a mi título. Demi  estaba en lo cierto, lucharía.

En contra todos los pronósticos, lucharía. Dante lideraría los nephilim
por encima de mi cadáver… literalmente.

La mano de Demi  se cerró sobre la mía.

—Ve a proteger tu título. Resolveremos el resto después.

Me tragué una risa de incredulidad. ¿Después? No me importaba lo
que sucediera después de esto. Sentía un frío desapego hacia mi futuro. No
quería pensar en una hora a partir de ahora. No quería pensar en el
mañana. Con cada momento que pasaba, mi vida se desviaba más lejos del
camino que Joe  y yo habíamos caminado juntos. Yo no quería seguir
adelante. Quería volver atrás. Dónde pudiera estar con Joe  otra vez.


—Kevin y yo estaremos ahí, en la multitud—declaró Demi
firmemente—. Solo… ten cuidado, (_Tn).

Las lágrimas llenaron mis ojos. Esas eran las palabras de Joe . Lo
necesitaba aquí ahora, asegurándome que podía hacer esto.

El cielo estaba todavía oscuro, con la luna emanando luz blanca
sobre el paisaje fantasmal. Una pesada escarcha hacía al pasto crujir bajo
mis pies mientras caminaba lentamente colina abajo hacia el cementerio,
dándole a Demi  una ventaja. Las lápidas parecían flotar en la niebla, junto
con las cruces de piedra blanca y los obeliscos delgados. Un ángel con alas
astilladas estiraba dos brazos rotos hacia mí. Un sollozo se atoró en mi
garganta. Cerré mis ojos, conjurando las características fuertes y hermosas
de Joe . Dolía imaginarlo, sabiendo que nunca lo vería de nuevo. No te
atrevas a llorar ahora, me reprendí. Desvié la mirada, temiendo no superar
esto si permitía que cualquier emoción diferente de una fría determinación
llegar a mi corazón.

Cientos de nephilim estaban reunidos en el cementerio. El enorme
tamaño de sus números hizo que mi paso tropezara. Como los nephilim
dejaban de envejecer el día que juraban lealtad, la mayoría eran jóvenes,
quizá hasta diez años mayores que yo, pero vi unos pocos hombres y
mujeres ancianos agrupados entre ellos. Sus caras estaban brillantes con
expectación. Los niños se esquivaban entre ellos alrededor de las piernas
de sus padres, jugando al “tú la traes”, antes de que fueran tomados por
los hombros y fijados en su lugar. Niños. Como si el evento de esta mañana
fuera un entretenimiento familiar: un circo o un juego de pelota.

Mientras me acercaba más, noté que doce nephilim usaban túnicas
negras que les llegaban hasta los tobillos, con las capuchas puestas. Tenían
que ser los mismos poderosos nephilim que había conocido a la mañana
siguiente de la muerte de Hank. Como líder de los nephilim, debería haber
sabido lo que las túnicas significaban. Lisa Martin y sus seguidores
deberían haberme dicho. Pero ellos nunca me recibieron en su círculo.
Nunca me habían querido desde el principio. Estaba segura que las túnicas
significaban posición y poder, pero había tenido que averiguarlo por mi
cuenta.

Uno de los nephilim empujó su capucha hacia atrás. La propia Lisa
Martin. Su expresión era solemne, sus ojos tensos con anticipación. Ella me
entregó una túnica negra, como si fuera más un asunto de obligación que
un signo de aceptación. La túnica era más pesada de lo que esperaba,
hecha de grueso terciopelo que se sentía resbaladizo en mis manos.

—¿Has visto a Dante? —me preguntó en voz baja.

Deslicé la túnica por mis hombros pero no respondí.

Mis ojos cayeron sobre Kevin  y Demi , y mi pecho se aflojó. Tomé mi
primer respiro profundo desde que dejé la casa de Joe . Luego vi que
estaban tomados de la mano, y una extraña soledad me invadió. Mi propia
mano vacía cosquilleaba en la brisa. Cerré el puño para evitar que temblara.
Joe  no iba a venir. Nunca otra vez entrelazaría sus dedos con los míos, y
un suave gemido escapó de mi garganta al darme cuenta.

La salida del sol.

Una banda dorada iluminó el horizonte gris. Al cabo de unos
minutos, rayos de luz se filtrarán por los árboles y quemarán la niebla.
Dante vendría, y los nephilim sabrán de su victoria. El miedo de jurar
lealtad y terror al Jeshván se convertirán en relatos escritos en la historia.
Ellos se regocijarán, aplaudiendo salvajemente y aclamando a Dante como
su salvador. Los llevarían en sus hombros y cantarían su nombre. Y luego,
cuando tuviera su aprobación unánime, me llamará para que salga de la
multitud…

Lisa caminó al centro de la reunión. Ella amplificó su voz para decir:

—Estoy segura que Dante llegará dentro de poco. Él sabe que el duelo
está estrictamente establecido para el amanecer. No es común en él llegar
tarde, pero en cualquier caso, tal vez tengamos que retrasar algunos…

Su observación fue interrumpida por un retumbo que parecía
ondular por la tierra. Vibraba a través de las plantas de mis pies,
haciéndose más fuertes. Una inquietud instantánea se fijó como un golpe el
estómago. Alguien venía. Y no solo alguien, sino que eran varios.

—Ángeles caídos —susurró una nephilim, el miedo enhebrando su
voz.

Ella tenía razón. Su perceptible poder, aún a la distancia, hacía cada
terminación nerviosa en mi cuerpo cosquillear. Mis cabellos se erizaron,
tiesos con aversión. Estimaba sus números como cientos. ¿Pero cómo?
Marcie había quemado sus plumas… yo la había visto.

—¿Cómo nos encontraron? —preguntó otro nephilim, el terror
sacudía su familiar voz. Miré de lado bruscamente, viendo la boca de
Susanna Millar fruncirse con desconcierto debajo de los pliegues de su
capucha.

—Así que han venido al fin —siseó Lisa, con una brillante sed de
sangre resplandeciendo en sus ojos—. ¡Rápido! Escondan a sus niños y
reúnan las armas. Iremos contra ellos, con o sin Dante. La batalla final
termina aquí.

Su comando se esparció por la multitud, seguida por llamadas de
orden. Los nephilim se tambalearon y empujaron en apuradas y
desorganizadas filas. Algunos tenían cuchillos, otros recogieron rocas,
botellas rotas y cualquier otro escombro que pudieron encontrar para
armarse. Corrí hacia Demi  y Kevin . Sin desperdiciar el aliento, dirigí mis
primeras palabras a Kevin .

—Saca a Demi  de aquí. Vayan a algún lugar seguro. Los encontraré
cuando esto haya acabado.

—Estás loca si crees que nos iremos sin ti —declaró Demi  firmemente.

—Dile, Kevin . Levántala y llévala de aquí si tienes que hacerlo.

—¿Cómo es que los ángeles caídos están aquí? —me preguntó Kevin ,
buscando en mi rostro por una explicación. Juntos habíamos visto las
plumas quemarse.

—No lo sé. Pero planeo averiguarlo.

—Tú crees que Joe  está ahí. De eso se trata, ¿verdad? —dijo Demi ,
viendo en la dirección del distante retumbo que hacía la tierra debajo de
nosotros temblar.

La miré a los ojos.

—Kevin  y yo vimos las plumas quemarse. O fuimos engañados o
alguien ha abierto las puertas del infierno. Mi instinto me dice que la
última es una mejor apuesta. Si los ángeles caídos están escapando del
infierno, tengo que asegurarme de que Joe  salga. Y luego tengo que
cerrar las puertas antes de que sea demasiado tarde. Si no termino esto, no
habrá otra oportunidad. Es el último día que los ángeles caídos pueden
poseer los cuerpos de nephilim, pero creo que eso ya no significa nada
para los ángeles caídos. Piensen en el devilcraft. En su poder… Creo que
tienen los recursos para esclavizarnos indefinidamente… Eso si no nos
matan primero.

Demi  asintió lentamente, digiriendo el peso de mis palabras.

—Entonces te ayudaremos. Estamos en esto juntos. Esta es tanto mi
pelea y la de Kevin  como es tuya.

—Demi … —comencé en tono de advertencia.

—Si esta realmente es la pelea de mi vida, tú sabes que voy a estar
ahí. Ya sea que tú lo digas o no. No rechacé esas últimas rosquillas para
llegar aquí a tiempo, y solo para regresar e irme —me dijo Demi , pero había
algo casi tierno en el modo que lo dijo. Ella creía en cada palabra.
Estábamos en esto juntos.

Tenía un nudo en la garganta.

—Está bien —dije al final—. Vamos a cerrar de golpe las puertas del
infierno de una vez por todas.
ElitzJb
ElitzJb


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Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA) - Página 47 Empty Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)

Mensaje por ElitzJb Lun 04 Nov 2013, 5:20 pm

Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA) - Página 47 Idfd

IV Temporada Finale

Capitulo 40


El sol se ponía contra el horizonte, en contraluz con las siluetas
interminables de ángeles caídos cargando a través de los terrenos
del cementerio. En la temprana e inclinada la luz, sus sombras
proyectaban un azul incandescente, como un océano rugiente oleando
hacia la orilla. Un hombre, un nephilim, corrió al frente del ejército,
blandiendo una espada azul brillante. Una espada creada para matarme.
Incluso desde esta distancia, los ojos de Dante parecían cortar a través de
toda distracción, buscándome.

Me preguntaba cómo las puertas del infierno se habían abierto, y
ahora tenía mi respuesta. El halo de color azul oscuro flotando por encima
de los ángeles caídos me dijo Dante había empleado devilcraft.

Pero, ¿por qué había permitido que Marcie quemara las plumas?, solo
para liberar a los ángeles caídos, eso no lo sabía.

—Tengo que llegar Dante sola —le dije a Kevin  y Demi —. Él también me
está buscando. Si pueden, guíenlo al estacionamiento sobre el cementerio.

—No tienes un arma —dijo Kevin .

Señalé hacia delante, al ejército creciente. Cada ángel caído llevaba
una espada que parecía tirar de su mano como una llama brillante azul.

—No, pero ellos sí. Solo tengo que convencer a uno de ellos para que
haga una donación.

—Se están extendiendo —dijo Kevin —. Van a matar a todos los
nephilim en este cementerio, y luego invadirán Coldwater.

Agarré sus manos, luego las de Demi . Por un momento, formamos un
círculo irrompible, y me dio fuerzas. Me gustaría estar sola cuando me
enfrente a Dante, pero Demi  y Kevin  no estarían lejos… recordaría eso.

—Pase lo que pase, nunca voy a olvidar nuestra amistad.

Kevin , atrajo mi cabeza contra su pecho, sosteniéndome
fervientemente, entonces me besó en la frente con ternura. Demi  echó los
brazos alrededor de mí, abrazándome el tiempo suficiente para que mis
ojos amenazaran con arrojar más lágrimas de lo que ya había derramado

Apartándome, corrí.

El terreno del cementerio ofrecía múltiples escondites, y subí
rápidamente en las ramas de un pino que crecía fuera de la colina que
conducía al estacionamiento. A partir de aquí, tenía una vista sin
obstáculos, viendo como hombres y mujeres nephilim desarmados,
superando en número de veinte a uno, cargaban a la pared de los ángeles
caídos. En cuestión de segundos, los ángeles caídos descendieron sobre
ellos como una nube, cortándolos, como si no fueran nada más que malas
hierbas.

En la parte inferior de la colina, Susanna Millar estaba encerrada en
una lucha con un ángel caído cuyo pálido cabello rubio azotaba sus
hombros mientras las dos mujeres golpeaban por el control. Susanna
arrojó un cuchillo de entre los pliegues ocultos de su capa y la lanzó en el
esternón de Dabria. Con un alto gruñido de rabia, Dabria tomó con las dos
manos la espada, resbalando por la hierba mojada mientras se balanceaba
en represalia. Su lucha las llevó hasta detrás del laberinto de lápidas y
fuera de la vista.

Más lejos, Kevin  y Demi  luchaban espalda contra espalda, con ramas de
árboles para defenderse de los cuatro ángeles caídos que les habían
rodeado. A pesar de su superioridad numérica, los ángeles caídos se
alejaban de Kevin , cuya gran fuerza y tamaño le daba la ventaja. Él los llamó
de nuevo con la rama de un árbol, y luego la utilizó como un mazo para
golpearlos y dejarlos sin sentido.

Recorrí el cementerio buscando a Marcie. Si ella estaba allí, no podía
verla. No era una suposición creer que deliberadamente había evitado la
batalla y elegido la seguridad sobre el honor. La sangre teñía la hierba del
cementerio. Nephilim y ángeles caídos por igual patinaban en ella, parte de
la sangre era de color rojo puro, en gran parte manchada azul con
devilcraft.

Lisa Martin y sus amigos de túnicas corrían a lo largo del perímetro
del cementerio, humo negro flotando de las antorchas que llevaban. A un
ritmo apresurado, se trasladaban de un árbol y arbusto a otro,
prendiéndoles fuego. Las llamas estallaron, consumiendo el follaje y
estrechando el campo de batalla, formando una barrera alrededor de los
ángeles caídos. El humo, brumoso y espeso, se extendía por el cementerio
como la sombra de la noche. Lisa no podía quemar ángeles caídos hasta la
muerte, pero había comprado la cobertura adicional nephilim.

Un ángel caído surgió del humo, caminando penosamente por la
ladera, sus ojos alerta. Tuve que creer que me sentía. Su espada irradiaba
fuego azul, pero la forma en que la sostenía ocultaba su rostro. Sin
embargo, podía ver claramente que era desgarbado, un partido fácil para
mí.

Se arrastró hacia el árbol, mirando los oscuros espacios situados
entre las ramas con cautela. En cinco segundos, estaría directamente
debajo de mí.

Cuatro, tres, dos…

Bajé del árbol. Lo golpeé por la espalda, el peso de mi impacto
empujándolo hacia adelante. La espada voló de su mano antes de que
pudiera robarla.

Rodamos varios pies, pero tenía la ventaja de la sorpresa.
Poniéndome de pie rápidamente, me puse sobre su espalda, lanzando
varios golpes demoledores a las cicatrices del alas antes de que se pusiera
de pie de nuevo, barriendo las piernas de debajo de mí. Rodeé lejos,
perdiendo la baja perforación de un cuchillo que había extraído de su
bota.

—¿Nick ? —dije, sorprendida al reconocer el rostro pálido y las
características duras del ex mejor amigo de Joe  mirándome. Joe  había
encadenado a Nick  personalmente en el infierno después de que él había
tratado de sacrificarme para obtener un cuerpo humano.

—Tú —dijo.

Estábamos frente a frente, con las rodillas flexionados, listos para
saltar.

—¿Dónde está Joe ? —me atreví a preguntar.

Sus ojos pequeños y brillantes se aferraron a los míos entrecerrados
y fríos.

—Ese nombre no significa nada para mí. Conocido es que el hombre
está muerto para mí.

Ya que no se abalanzó hacia mí con el cuchillo, me arriesgué a hacer
otra pregunta.

—¿Por qué dejan los ángeles caídos que Dante los lidere?

—Él nos ha obligado a hacer un juramento de lealtad hacia él —dijo
él, sus ojos se estrecharon en dos rendijas—. Era eso o quedarse en el
infierno. No muchos se quedaron.

Joe  no se quedaría atrás. No si había una manera de volver a mí.
Había hecho el juramento a Dante, por mucho que él prefiera arrancar el
cuello del nephilim, y luego repetir el procedimiento con cada otro
centímetro cuadrado de su cuerpo.

—Voy tras Dante —le dije a Nick .

Él se rió, un silbido entre los dientes.

—Puedo reclamar un premio por cada cuerpo nephilim que arrastre
de regreso a Dante. No te maté antes, y ahora voy a hacerlo bien.

Al mismo tiempo, echamos mano a la espada, a varios pies de
distancia. Nick  llegó primero, rodando ágilmente sobre sus rodillas y
cortando transversalmente la espada hacia mí. Me agaché, precipitándome
en su sección media antes de que pudiera golpear de nuevo. Le golpeé la
espalda contra el suelo sobre sus cicatrices de las alas. Aprovechando su
breve inmovilidad, lo desarmé, arranqué la espada de su mano izquierda y
el cuchillo de su derecho.

Entonces pateé su cuerpo y hundí el cuchillo profundamente en sus
cicatrices de las alas.

—Mataste a mi papá —dije—. No lo he olvidado.

Me impulsé hacia arriba, hacia el estacionamiento, mirando hacia
atrás para ver que no me estaban siguiendo. Tenía una espada, pero
necesitaba una mejor. Recordando mi entrenamiento con Joe , repetí cada
maniobra “espada de desarme” que habíamos practicado juntos. Cuando
me encontrara con Dante en el estacionamiento, me robaría la espada. Y lo
mataría.

Cuando doblé la colina, Dante estaba esperando. Él me miraba,
deslizando su dedo indolentemente hacia atrás y adelante sobre la punta
de su espada.

—Linda espada —dije—. Escuché que la habías hecho especialmente
para mí.

Su labio inferior se curvó ligeramente.

—Solo lo mejor para ti.

—Has matado a Blakely. Una manera bastante fría de decir gracias
por todos los prototipos que desarrolló para ti.

—Y mataste a Hank. Tu propia carne y sangre. Un poco como decir
que la olla es negra, ¿no? —bromeó—. Pasé meses infiltrándome en la
sociedad secreta de sangre de Hank y ganando su confianza. Tengo que
decirte, levanté un brindis por mi buena suerte el día que murió. Hubiera
sido mucho más difícil destronarlo a él que a ti.

Me encogí de hombros.

—Estoy acostumbrada a ser subestimada.

—Yo te entrené. Sé exactamente de lo que eres capaz.

—¿Por qué liberaste a los ángeles caídos? —le pregunté sin rodeos,
ya que parecía susceptible a los secretos compartidos—. Tú los tenías en el
infierno. Podrías haber desertado y gobernado a los nephilim. Ellos nunca
hubieran conocido la verdad acerca de tus lealtades cambiantes.

Dante sonrió, sus dientes afilados y blancos. Él parecía más animal
que hombre, una bestia morena y salvaje.

—He superado ambas razas —dijo con una voz tan práctica que era
difícil pensar que realmente no lo creyera—. Les daré a los nephilim que
sobrevivan al ataque de mi ejército de esta mañana, con una opción similar
a la que les di a los ángeles caídos: jurarme fidelidad o morir. Un solo
gobernante. Indivisible. Con el poder y el juicio sobre de todo. ¿Desearías
haber pensado esto antes?

Mantuve la espada de Nick  cercana a mi cuerpo, balanceándome
sobre las puntas de los pies.

—Oh, hay varias cosas que desearía en este momento, pero eso no es
una de ellas. ¿Por qué los ángeles caídos no han poseído a los nephilim
este Jeshván? Supongo que lo sabes, y no lo tomes como un cumplido.

—Les ordené que no lo hicieran. Hasta que matara a Blakely, no lo
quería sustituyendo  mis órdenes y distribuyendo la súper bebida
devilcraft para los nephilim. Él lo habría hecho, si los ángeles caídos
hubiesen venido contra los nephilim. —Una vez más, tan práctico. Tan
superior. Él no temía a nada.

—¿Dónde está Joe ?

—En el infierno. Me aseguré que su rostro nunca pasara a través de
las puertas. Él estará en el infierno. Y solo cuando sienta que ya abusé y
atormenté brutalmente a alguien, conseguirá un visitante.

Me abalancé hacia él, oscilando mi espada letalmente a su cabeza. Él
saltó desde su franja, contrarrestándome con varios de sus propios golpes
explosivos. Con cada bloqueo defensivo, mi espada vibraba hasta mis
hombros. Apreté mis dientes para combatir el dolor. Él era muy fuerte; No
podía esquivar sus poderosos golpes por siempre. Tenía que encontrar una
forma de despojarlo de su espada y perforar su corazón.

—¿Cuándo fue la última vez que tomaste devilcraft? —preguntó
Dante, usando su espada como un machete para cortarme.

—Ya termine con devilcraft. —Bloqueé sus golpes, pero si no paraba
de jugar a la defensiva pronto, él me estaba apoyando en la cerca.
Agresivamente, me abalancé a apuñalar su muslo. Me evitó, mi espada
conduciendo hacia el aire y casi desbalanceándome.

«Mientras más te inclines o separes, más fácil será para Dante
tumbarte». La alerta de Joe  sonó en mi cabeza tan claramente como él
había hablado ayer. Asentí para mí misma. «Eso es, Joe . Mantente
hablándome».

—Se nota —dijo Dante—. Esperaba que tomaras suficiente del
venenoso prototipo que te di para pudrir tu cerebro.

Así que ese había sido su plan inicial: Conseguir que me hiciera
adicta al devilcraft y dejar que me matara silenciosamente.

—¿Dónde estás almacenando el resto de los prototipos?

—Donde pueda explotar su poder cuantas veces quiera —respondió
con aire de satisfacción.

—Espero que los escondieras bien, porque si hay una cosa que haré
antes de morir, es destruir tu laboratorio.

—El nuevo laboratorio está dentro de mí. Los prototipos están ahí,
(_Tn), reproduciéndose más y más. Soy el devilcraft. ¿Tienes alguna idea
que se siente ser el hombre más poderoso del planeta?

Me agaché justo a tiempo para pasar por alto un corte en mi cuello.

Acelerando mis pasos y hundiendo mi espada hacia delante, apunté a
su estómago, pero él bailó hacia un lado otra vez, y la cuchilla pellizcó la
carne encima de su cadera en cambio. Líquido azul escurrió de la herida,
floreciendo a través de su blanca camisa.

Con un gruñido gutural, Dante voló hacia mí. Corrí, saltando la
muralla de piedra encajonando el estacionamiento.

El rocío adornaba el césped, y mi equilibrio vaciló; me resbalé y
deslicé colina abajo. Justo a tiempo rebusqué la parte de atrás de una
lápida; la espada de Dante atravesó el césped donde había aterrizado. Él
me persiguió a través de las lápidas, oscilando su espada en cada
oportunidad, el acero tintineando con cada choque contra el mármol y la
piedra.

Corrí detrás del primer árbol que vi, poniéndolo entre nosotros.
Estaba en llamas, estallando y crepitando mientras las llamas lo devoraban.

Ignorando el calor explotando en mi rostro, fingí salir, pero Dante no
estaba de humor para juegos. Él me persiguió alrededor del árbol,
sosteniendo su espada sobre su cabeza como si estuviera pretendiendo
rebanarme en la mitad, de la cabeza a los pies. Escapé de nuevo,
escuchando a Joe  en mi cabeza.

«Usa su altura para tu ventaja. Expone sus piernas. Un duro golpe en
cualquiera de sus rodillas, entonces roba su espada».

Me agaché detrás del mausoleo, aplastándome a mí misma contra la
muralla. Enseguida Dante se movió dentro de mi línea de visión, salí de mi
lugar de escondite, dirigiendo mi espada dentro de la carne de su muslo.
Acuosa sangre azul salió a chorros de la herida. Él había consumido tanto
devilcraft, que sus venas literalmente fluían con ello.

Antes que pudiera retractar mi espada, Dante se balanceó hacia mí.
Despejé su espada, pero haciendo eso, tuve que dejar mi propia pierna
enterrada. El vacío en mis manos de pronto se sintió muy real, y tragué el
pánico.

—Olvidé algo —se burló Dante, presionando sus dientes mientras
jalaba la cuchilla fuera de su pierna. Él arrojo mi espada sobre el techo del
mausoleo.

Me arrojé fuera, sabiendo que la herida de su pierna podría
desacelerarlo, hasta que curara. No escapé lejos antes de que un
agonizante calor rasgara dentro de mi hombro izquierdo y dispersara mi
brazo abajo. Trastrabillé con mis rodillas con un llanto. Eché una mirada
atrás, tan solo para ser capaz de ver la perlada daga blanca de Pepper
profundamente alojada en mi hombro. Marcie debió dársela a Dante la
pasada noche. Él cojeaba detrás de mí.

El blanco de sus ojos crepitó azul con el devilcraft. Sudor azul
estallaba desde su frente. El devilcraft goteaba desde su herida. Los
prototipos que él había robado a Blakely estaban dentro de él. Los había
consumido todos, y de algún modo había transformado su cuerpo en una
fábrica de devilcraft. Un plan brillante, excepto por un pequeño detalle. Si
yo pudiera matarlo, cada prototipo sobre la Tierra se iría con él.

Si pudiera matarlo.

—Tu gordo amigo arcángel reconoció encantar esa daga
específicamente para matarme —dijo él—. Fracasó, y Joe  lo hizo también.

Sus labios se curvaron en una sucia sonrisa.

Desgarré una lápida de mármol de la tierra y la arrojé hacia él, pero
la bateó lejos como si le hubiera lanzado una pelota de béisbol.

Me moví unos centímetros atrás, apoyándome en mi brazo bueno
para arrastrarme. Muy lento.

Ensayé un apresurado truco-mental. «¡Deja caer la espada y
congélate!», grité dentro del subconsciente de Dante.

El dolor se astilló a través de mi pómulo. El desafilado borde de su
espada arremetiendo contra mi muy fuerte, saboreé sangre.

—¿Te atreviste a usar un truco mental en mí?

Antes de que pudiera retroceder, me levantó por el cuello y me
arrojó salvajemente contra un árbol. El impacto lanzó una niebla sobre mi
visión y me quitó el aliento. Traté de equilibrarme sobre mis rodillas, pero
el suelo se meció.

—Déjala ir.

La voz de Kevin . ¿Qué estaba haciendo él aquí? Mi aturdida sospecha
duró solo un momento. Vi la espada en sus manos, mi ansiedad cayó
disparada hacia cada esquina de mi cuerpo.

—Kevin  —advertí—. Sal de aquí ahora.

Sus estables manos rodearon el puño.

—Hice un juramento a tu padre para protegerte —dijo él, nunca
bajando su mirada de evaluación de Dante.

Dante inclinó su cabeza atrás, riendo.

—¿Un juramento a un hombre muerto? ¿Cómo haces ese trabajo?

—Si tocas a (_Tn) de nuevo, considérate muerto. Ese es mi juramento
a ti.

—Apártate, Kevin  —ladró Dante—. Esto no es sobre ti.

—Ahí es donde te equivocas.

Kevin  embistió hacia Dante, los dos batallando en una nube de
rápidos golpes. Kevin  relajó sus hombros, apoyándose en su poderoso
físico y gracia atlética para compensar la experiencia de Dante mejorada
por el devilcraft. Kevin  mantuvo la ofensiva, mientras Dante pasaba
alrededor ágilmente hacia el lado. Un brutal arco de la espada de Kevin  
cortó la mitad inferior del brazo izquierdo de Dante. Kevin  atravesó el
miembro y lo retuvo.

—Tantas piezas como sea necesario —maldijo Dante, cortando
descuidadamente su espada a Kevin  con su brazo disponible. El repiqueteo
de la colisión de sus cuchillas crepitaba en el aire matutino,
ensordeciéndome. Dante forzó a Kevin  atrás hacia una elevada cruz de
piedra, y grité mi advertencia en mi mente.

«¡Lápida directamente detrás!»

Kevin  saltó hacia un lado, evitando fácilmente una caída mientras
simultáneamente bloqueaba un ataque. El sudor chorreaba de los poros de
Dante, pero si se daba cuenta, no lo hizo notar.

Él sacudió el húmedo cabello de sus ojos y continuó cortando y
picando en trocitos, su buen brazo visiblemente exhausto. Sus duros
golpes se volvieron desesperados. Vi mi oportunidad para rodearlo por
detrás, atrapándolo entre Kevin  y yo, donde uno de nosotros pudiera
liquidarlo.

Expresó, con un gruñido, un llanto que me detuvo en mi camino. Me
volteé justo cuando Kevin  se resbalaba sobre el húmedo césped, cayendo
sobre una rodilla. Sus piernas se desparramaron torpemente como si
intentara recuperar su postura. Él rodó sin percances lejos de la espada de
Dante que cayó en picada, pero no tuvo tiempo de subir a sus pies antes de
que Dante se abalanzara de nuevo, esta vez conduciendo su espada
profundamente dentro del pecho de Kevin .

Las manos de Kevin  se encresparon débilmente alrededor de la
espada de Dante, atravesada en su corazón, tratando sin éxito de
desprenderla. Ardiente devilcraft azul bombeó de su espada dentro de su
cuerpo; su piel volviéndose oscura hacia un espantoso azul. Él débilmente
graznó mi nombre.

«¿(_Tn)?»

Grité. Paralizada por la conmoción y la pena, observé cómo Dante
terminaba su ataque con una limpia torcedura del cuchillo, hendiéndose en
el corazón de Kevin .

Trasladé toda mi atención a Dante, temblando con un odio que no
había sentido antes. Una ola de violento odio onduló a través de mí. El
veneno inundó mis venas. Mis manos se encresparon dentro de puños de
roca, y una voz de furia y venganza gritó en mi cabeza.

Alimentado por esa profunda, constante furia, lo usé en mi poder
interior. No desmotivada o apresuradamente, o con una falta de confianza.
Convoqué cada gota de coraje y determinación que poseía y la desaté hacia
él. No lo dejaría ganar. No de esta forma. No con devilcraft. No por matar a
Kevin .

Con toda la fuerza de mi convicción mental, invadí su mente y
destrocé los impulsos que se disparaban desde y hacia su cerebro.

De igual modo rápidamente, bloqueé en un inquebrantable dominio:
«Deja caer la espada. Deja caer la espada, no vales la pena, tramposo,
hombre maligno».

Oí el tintineo del acero en el mármol.

Clavé mi mirada encolerizada hacia Dante. Clavó su mirada con
expresión aturdida dentro del espacio distante, como si estuviera mirando
por algo perdido.

—Irónico, ¿no fuiste tú quien destacó mi mayor fortaleza? —dije,
cada palabra goteando aborrecimiento.

Había jurado que nunca usaría el devilcraft de nuevo, pero esa era
una circunstancia donde gustosamente sometería las reglas. Si mataba a
Dante, devilcraft se iría también.

La tentación de robar el devilcraft de mi misma osciló a través de mi
mente, pero despejé la idea lejos. Era más fuerte que Hank, más fuerte que
Dante. Más fuerte, incluso, que el devilcraft.

Lo enviaría de nuevo hacia el infierno por Kevin , quien dio su vida por
cuidar la mía. Solo había recogido la espada de Dante cuando su pierna fue
en contra, pateando mis manos.

Dante se lanzó con fuerza a si mismo sobre la parte superior de mí,
sus manos alojándose en mi cuello. Rastrillé mis uñas hacia sus ojos.
Arañé su rostro.

Abrí mi boca. No había aire. Su fría mirada brilló con triunfo.

Mi mandíbula se abrió y cerró inútilmente. El cruel rostro de Dante se
volvió arenoso, como un viejo cuadro de televisión. Sobre sus hombros, un
ángel de piedra me miraba con interés.

Quería reír. Quería llorar.

Así que esto significaba morir. Rendirse.

No quería rendirme.

Dante pinchó mi vía respiratoria con su rodilla, estirándolas hacia un
lado para recoger su espada. La punta se centró sobre mi corazón.

«Poséelo», parecía ordenarme el ángel de piedra calmadamente.
«Poséelo y mátalo».

«¿Joe ?», pregunté casi como en sueños.

Adhiriéndome a la fuerza que venía de creer que Joe  estaba cerca,
observándome, me detuve combatiendo a Dante. Bajé mis dedos arañando
y relajé las piernas. Sucumbí a él, aun cuando me sentía como una cobarde,
concediendo algo. Enfoqué mis pensamientos sobre gravitar hacia él.

Una extraña frialdad arañó sobre mi cuerpo.

Parpadeé, clavando los ojos al mundo a través de los ojos de Dante.
Miré hacia abajo. Su espada estaba en mis manos.

En algún lugar enterrado dentro de mí, sabía que Dante estaba
rechinando sus dientes, pronunciando escalofriantes ruidos, aullando
como un animal miserable.

Volví la espada para enfrentarme. Me apunté hacia mi corazón. Y
entonces hice una cosa sorprendente.

Caí sobre el cuchillo.
ElitzJb
ElitzJb


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Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA) - Página 47 Empty Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)

Mensaje por ElitzJb Lun 04 Nov 2013, 5:24 pm

Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA) - Página 47 Lmli

IV Temporada

Capitulo 41



El cuerpo de Dante me expulsó rápidamente, sentí como si hubiera
sido arrojada desde un automóvil en movimiento. Mis manos se
agarraron a la hierba, en busca de algo sólido en un mundo que
giraba, volcándose y rondando sobre sí mismo. A medida que el mareo se
desvanecía, miré a mí alrededor buscando a Dante, lo olí antes de verlo.

Su piel se había oscurecido como el color de un moretón, su cuerpo
empezaba a inflarse. Su cuerpo purgaba fluidos, su sangre con devilcraft se
filtraba en la tierra como algo vivo, como algo que se escondía lejos de la
luz solar. La carne desapareció, deteriorándose como el polvo. Después de
pocos segundos todo lo que quedaba de Dante era sus huesos secos y
aspirados.

Estaba muerto. El devilcraft se había ido.

Lentamente me empujé sobre mis pies mis pies. Mis pantalones
estaban hecho jirones y manchados, con franjas de hierba esparcida en mis
rodillas. Lamí la herida de mi boca, degustando la sangre y el sabor salado
del sudor. Caminé hacia Kevin , con pasos pesados y lágrimas calientes en
mi rostro, mis manos flotaron inútilmente por su cuerpo en
descomposición acelerada.

Cerré los ojos obligándome a recordar su sonrisa de medio lado. Y
no a sus ojos vacíos. En mi mente reproducía su risa burlona. No el
gorgoteo, a los jadeos que había hecho antes de morir. Recordé su calor en
los toques accidentales y los golpes juguetones, sabiendo que su cuerpo se
pudría incluso mientras me aferraba a los recuerdos.

—Gracias —tartamudeé, diciéndome que en algún lugar cercano, él
podría escuchar mi voz—. Salvaste mi vida. Nunca te olvidaré, ese será mi
juramente para ti. Nunca —le prometí.

La niebla se cernía sobre el cementerio, con el dorado y el gris
fundiéndose, mientras los rayos del sol los separaba. Ignoré el ardor
arañando en mi hombro mientras sacaba la daga de Pepper, salí
tambaleándome de la agrupación de lapidas y entré al campo abierto del
cementerio.

Bultos extraños cubrían el cementerio, y mientras me acercaba vi lo
que realmente eran, cuerpos de ángeles caídos, o lo que se podría decir que
quedaba de ellos. Al igual que Dante su carne desaparecía en segundos.

Un líquido azul manaba de sus cadáveres, e inmediatamente era
absorbido por la tierra.

—Lo hiciste.

Me di la vuelta, instintivamente endureciendo mi agarre en la daga. El
detective Basso metió sus manos en los bolsillos, con una sonrisa triste
jugando en su boca. El perro negro que había salvado mi vida solo hace
unos días estaba sentado incondicionalmente en sus tobillos. Los salvajes
ojos amarillos del perro me miraban pensativamente. Basso se agachó,
frotando la piel sarnosa entre las orejas.

—Es un buen perro —dijo Basso—. Una vez que me haya ido, él
necesitará un buen hogar.

Di un cauteloso paso hacia atrás.

—¿Qué está pasando aquí?

—Lo hiciste —repitió—. El devilcraft ha sido erradicado.

—Díme que estoy soñando.

—Soy un arcángel. —Las comisuras de su boca se torcieron, casi,
pero no del todo, solo tímidamente.

—No sé que se supone que deba decir.

—He estado en la tierra durante meses, trabajando de encubierto.
Sospechábamos que Chauncey Langeais y Hank Millar, estaban pidiendo
devilcraft y mi trabajo era mantener una estrecha vigilancia sobre Hank
Millar, sus relaciones, su familia… incluyéndote.

Basso. Arcángel. Trabajando de encubierto. Sacudí mi cabeza.

—Todavía no estoy segura de lo que está pasando aquí.

—Has hecho lo que estaba tratando de hacer. Deshacerme del
devilcraft.

Digerí esto en silencio. Después de lo que había visto en las últimas
semanas, esto no debería de sorprenderme tanto. Pero ciertamente lo hizo.
Era bueno saber que todavía no estaba completamente hastiada.

—Los ángeles caídos se han ido, sin embargo no va durar para
siempre, pero podemos disfrutarlo mientras podamos ¿no? —gruñó—. Voy
a cerrar este caso y regresar a casa. Felicitaciones.

Mi cerebro apenas lo escuchó. Los ángeles caídos se han ido. Se
fueron. Las palabras se abrían dentro de mí como un agujero sin fin.

—Buen trabajo, (_Tn). Oh y creo que te gustará saber que tenemos en
custodia a Pepper, y estamos lidiando con él. Sigue alegando que tú lo
pusiste a robar las plumas, pero voy a pretender que no escuché eso. Y una
última cosa. Considera esto una especie de agradecimiento: Dale un corte
bonito y limpio al centro de la marca en tu muñeca —dijo, cortando su
propia muñeca con el costado de la otra mano para hacer una
demostración.

—¿Qué?

Me dio una sonrisa complacida.

—Por una vez, confía en mí.

Y se fue.

Me recosté contra un árbol, tratando de ralentizar el mundo lo
suficiente como para encontrarle sentido. Dante estaba muerto. El
devilcraft destruido. Ya no había guerra. Y había cumplido con mi
juramento. Y Kevin . Oh Kevin . ¿Cómo se lo contaría a Demi ?

¿Cómo podría ayudarla a superar la pérdida, la angustia, la
desesperación? En un futuro ¿cómo la animaría a seguir adelante, cuando
no tenía planes ni para mí? Intentar remplazar a Joe  —incluso
intentando encontrar la felicidad, por pequeña que sea, con otra persona—
sería una mentira. Ahora era una nephilim, bendecida a vivir por siempre, y
condenada a hacerlo sin Joe .

Unos pasos crujieron hacia adelante, presionando el césped, con un
familiar sonido. Me puse rígida, lista para atacar, mientras una silueta
oscura emergía de la bruma. Los ojos de la figura rastrillaron el suelo,
claramente buscando algo. Se puso en cuclillas con cada cuerpo,
inspeccionándolos con un fervor acelerado, luego dio una patada a un lado
con una maldición impaciente.

—¿Joe ?

Inclinado sobre un cuerpo en descomposición, se congeló. Giró la
cabeza hacia arriba, con los ojos entrecerrados, como si no creyera lo que
había escuchado. Su mirada se cruzó con la mía, y algo indescifrable se
movió en sus oscuros ojos. ¿Alivio? ¿Consuelo? Liberación.

Me encontré en un frenesí por correr los últimos metros que nos
separaban, y lanzarme en sus brazos, hundir mis dedos en su camisa y
enterrar mi rostro en su cuello.

—Qué esto sea real. Qué seas tú. No me dejes ir. No vuelvas a
dejarme ir —empecé a llorar libremente—. Luché contra Dante. Lo maté.
Pero no pude salvar a Kevin . Está muerto. El devilcraft ha desaparecido,
pero le fallé a Kevin .

Joe  murmuró cosas suaves en mi oído, pero le temblaban las
manos mientras me sujetaba. Me guío para que me sentara en un banco de
piedra, pero nunca me soltó, sosteniéndome como si tuviera miedo de que
me escurriera entre sus dedos como arena. Sus ojos, cansados y tristes me
dijeron que había estado llorando.

«Sigue hablando», me dije. «Haz que el sueño continúe. Cualquier
cosa por mantener a Joe  aquí».

—Vi a Nick .

—Está muerto —dijo Joe  sin rodeos—. Al igual que ocurrió con el
resto de ellos. Dante nos liberó del infierno, pero no antes de conseguir
nuestro juramento de lealtad y nos inyectó con un prototipo de devilcraft.
Era la única manera de salir. Salimos del infierno con eso nadando en
nuestras venas, en nuestras almas, en nuestro cuerpo. Cuando destruiste el
devilcraft, cada ángel caído que estaba sustentado con eso, murió.

Esto no podía ser un sueño. Debía serlo y al mismo tiempo, era real.
Su toque, tan familiar, causando que los latidos de mi corazón se elevaran
y mi sangre se derritiera, yo no podía crear una respuesta tan poderosa a
un sueño de él.

—¿Cómo sobreviviste?

—No hice el juramento a Dante, y no dejé que me inyectará
devilcraft. Poseí a Nick  solo el tiempo suficiente para escapar del infierno.
No confiaba en Dante o el devilcraft. Confiaba en ti para que acabaras con
ambos.

—Oh, Joe  —dije con mi voz temblando—. Te habías ido. Vi tu
motocicleta. Nunca regresarías. Pensé… —Mi corazón se retorció, con un
dolor tan profundo que llenó mi pecho—. Cuando no salvé tu pluma… —La
pérdida y la devastación se deslizaron dentro de mí como el frío invierno,
implacable y adormecedor. Me acurruqué más cerca de Joe , temiendo
que pudiera desaparecer en mis manos.

Me subí a su regazo, sollozando en su pecho. Joe  me acurrucó en
sus brazos, meciéndome.

«Ángel», murmuró en mi mente. «Estoy aquí. Estamos juntos. Se
acabó y nos tenemos el uno al otro».

El uno al otro. Juntos. Regresó por mí; y todo lo que importaba es
que estaba aquí. Joe  estaba justo aquí.

Sequé mis ojos con las mangas de la blusa, me puse de rodillas, y me
senté a horcajas en su cadera. Con mis dedos peiné su cabello oscuro,
mirando sus rizos entre mis dedos y acercándome más a él.

—Quiero estar contigo—dije—. Te necesito cerca, Joe . Necesito
todo de ti.

Lo besé, frenética y audazmente, mi boca aplastando la suya con
fuerza. Presioné más profundo, ahogándome en su sabor.

Sus manos se apretaron en mi espalda, empujándome más cerca.

Moldeando mis manos sobre sus hombros, sus brazos, sus muslos,
sintiendo sus músculos trabajar, tan real, tan fuerte y tan vivo. Su boca
encerraba la mía, tan viva, tan apremiante.

—Quiero despertar contigo cada mañana y dormir a tu lado cada
noche —dijo Joe  con seriedad—. Quiero cuidarte, valorarte y amarte de
tal manera que ningún otro hombre, jamás, podría hacer. Quiero mimarte,
y que cada beso, cada caricia y cada pensamiento sean para ti. Quiero
hacerte feliz. Voy a hacerte feliz todos los días. —La banda antigua, casi
primitiva, que sostenía entre sus dedos captó la luz del sol, haciéndola
brillar de color plateado—. Encontré este anillo después de haber sido
expulsado del cielo. Lo guardé para recordarme cuál era mi sentencia sin
fin, cómo es que una elección tan pequeña podía ser eterna. Lo guardé por
mucho tiempo. Y quiero que lo tengas tú. Rompiste mi sufrimiento. Me has
dado una nueva eternidad. Sé mi chica, (_Tn). Sé mi todo.

Mordí mi labio, enganchando una sonrisa que amenazaba con dividir
mi rostro. Miré hacia el suelo para asegurarme de que no estaba flotando.

—¿Joe ?

Él rozo el borde áspero del anillo con la palma de su mano, creando
un fino rastro de sangre.

—Te juro, (_Tn) Grey, que este día, de ahora y para siempre, me
entregaré a ti. Soy tuyo. Mi amor, mi cuerpo y mi alma, los pongo en tu
poder y protección. —Me tendió el anillo, una oferta única de una promesa
vinculante.

—Joe  —susurré.

—Y si no cumplo mi juramento, mi propia miseria y pena serán mi
castigo sin fin. —Sus ojos cubrieron los míos con una sinceridad desnuda
en su mirada. «Pero no voy a fallarte, Ángel. No lo haré».

Acepté el anillo, a punto de cortarme con el otro lado del borde la
mano de la misma manera en que Joe  lo había hecho. Y entonces recordé
la misteriosa advertencia de Basso. Levanté el anillo, corté como un lápiz el
símbolo en la parte inferior de la muñeca con la marca con la que había
nacido: la marca de mi herencia nephilim. Brillante sangre roja manchó mi
piel. Mi incisión encajó perfectamente con la de la mano de Joe , y sentí
alfileres y agujas cálidas donde nuestra sangre se mezcló.

—Joe  te prometo guardar tu amor y cuidarlo. Y a cambio, mi
cuerpo y mi corazón, todo lo que poseo, te lo doy. Soy tuya. Total y
completamente. Ámame. Protégeme. Cúmpleme. Y te prometo hacer lo
mismo.

Empujó el anillo en mi dedo.

Joe  se sacudió inesperadamente, como si un voltaje muy fuerte
hubiera recorrido su cuerpo.

—Mi mano —dijo en voz baja—. Mi mano está…

Sus ojos se encontraron con los míos.

Una confusión que se cocía a fuego lento llenando su expresión.

—Mi mano está hormigueando donde mezclaste tu sangre.

—Lo sientes —dije demasiado asustada como para pensar que fuera
verdad. El miedo elevaba mis esperanzas. Estaba aterrorizada de que el
truco se despareciera, y su cuerpo una vez más excluyera el mío.

Pero no. Este era el regalo que Basso me había dado.

Joe , un ángel caído, podía sentir. Todos mis besos, todas mis
caricias. Mi calor, la profundidad de mi respuesta hacia él.

Hizo un sonido que estaba atrapado en medio de una risa y un
gruñido. El asombro iluminó sus ojos.

—Te siento.

Sus manos recorrieron mis brazos, explorando apresuradamente mi
piel, capturó mi rostro. Me besó, duro. Se estremeció con placer.

Joe  me tomó en sus brazos, y grité de alegría.

—Salgamos de aquí —murmuró, con el deseo ardiendo en sus ojos.

Envolví mis brazos alrededor de su cuello y situé mi cabeza en la
curva de su hombro. Su cuerpo era una garantía sólida, un contrapunto
cálido. Y ahora él también podía sentirme. Un rubor de anticipación
quemaba bajo mi piel.

Eso era todo. Juntos. Por siempre. Mientras dejábamos todo atrás, el
sol calentaba mi espalda, e iluminaba el camino delante de nosotros.
No conocía un mejor presagio.
ElitzJb
ElitzJb


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Mensaje por DanieladeJonas Lun 04 Nov 2013, 7:14 pm

ahhhh demasiadas emociones!!!
primero Marcie maldita!!! XC
hay no creo poder perdonarla
y luego Joe ya me iba a morir yo
sufri con la rayis D:
y Demi que la levanta esas son las amigas :')
igual cuando ell y Kev se quedan a su lado awww
Dante maldito que bueno que lo mato T_T
ahhhh Kevin!!! porque de todos el?!!!! 
Basso es un arcangel!! nadie es normal aqui!!!
Joe regreso y siente!!!!!! ahhhhhhhh lloroooooo
fue bellisima esa escena!!!!
algo me dice que esto ya se va a acabar D:
siguela!!!
DanieladeJonas
DanieladeJonas


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Mensaje por chelis Lun 04 Nov 2013, 9:16 pm

noooooo!!!!....... Kevin murió!!!!!!..... Y aaaaaaahhhh lllorooooo!!!!....... Joe esta vivo y basso le regalo lo mas presiado!!!!!!....
chelis
chelis


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Mensaje por DanieladeJonas Miér 20 Nov 2013, 6:24 pm

siguela porfis porfis!!!
DanieladeJonas
DanieladeJonas


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Mensaje por chelis Miér 20 Nov 2013, 6:54 pm

SIII QUEREMOSS UN CAAPIISSS!!!... CREO QUE SERA EL ULTIMOOO!!!
chelis
chelis


http://www.twitter.com/chelis960

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Mensaje por ElitzJb Miér 27 Nov 2013, 6:53 am

Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA) - Página 47 3skm


IV Temporada Finale

Epílogo


Tres años después en el Valle Hodder, Lancashire, Inglaterra.


Bien, tú ganas —suspiré saltando de mi silla y mirando
fijamente a Demi  con admiración mientras entraba en la
sacristía de la iglesia llevando el dobladillo de su vestido
kilométrico de seda plateada. Las luces de la vidriera parecían fijar el
tejido ardiente con un color brillante y metálico.

—Sé que dije que te quedaba mejor el tradicional blanco pero estaba
equivocada. Demi , estás impresionante.

Se giró, haciendo alarde de sus botas militares que no había visto
desde el instituto.

—Algo viejo —dijo Demi .

Me mordí mi labio.

—Creo que voy a llorar.

—Vas a coger mi ramo, ¿verdad? ¿Y luego me lo devolverás cuando
nadie esté mirando así lo puedo secar profesionalmente y enmarcar, y
luego puedes burlarte de mí el resto de mi vida por ser tan inocente?

—Soy un nephilim. Tendré esas flores en mis manos antes de que los
cerebros de tus otras amigas se hayan enterado de que lo has arrojado.

Demi  me dio un suspiro feliz.

—Cariño, estoy tan feliz de que vinieras.

—Se necesitarían más de tres mil millas para evitar que asistiera a la
boda de mi mejor amiga —sonreí provocativamente—. ¿Dónde es tu luna
de miel?

—Gavin no lo contó. Es su gran secreto. Lo tiene todo planeado. Le
dije que solo tenía una petición: un hotel con donas en el menú del servicio
de habitación. Estaremos fuera diez días. Cuando regresemos ambos
empezaremos a buscar trabajos.

—¿Ni si quiera has pensado en regresar?

—¿A Coldwater? ¡Ni hablar! Inglaterra me viene bien. Estos británicos
adoran mi acento. La primera vez que Gavin me pidió salir fue solo por
escucharme hablar. Afortunadamente para él es una de las cosas que mejor
hago. —Todas las bromas dejaron sus ojos—. Demasiados recuerdos para
volver a casa. No puedo conducir calle abajo sin pensar que veo a Kevin  en
la multitud. ¿Crees que hay una vida después de la muerte? ¿Crees que es
feliz?

Mi garganta se apretó, demasiado áspera para hablar. No había
pasado un solo día desde la muerte de Kevin  que no me hubiera tomado un
momento pequeño y tranquilo para enviarle mi gratitud por su sacrificio.

—Debería estar aquí. Deseo como el infierno que él estuviera —dijo
Demi , inclinando su cabeza y despostillando sus uñas recién pintadas.

—Yo también —apreté sus manos.

—Tu madre me dijo que Marcie murió hace un par de meses.

—Vivió más tiempo de lo que nadie esperaba.

—¿Una manzana podrida hasta el final?

—Mi madre fue a su entierro. Cinco personas en total, incluyendo la
madre de Marcie.

Demi  se encogió de hombros, indiferente.


—Karma, vivito y coleando.

Las arqueadas puertas de roble de la habitación se abrieron y mi
madre asomó su cabeza en ella. Había volado hacía una semana para jugar
a co-planificadora del matrimonio junto a la mamá de Demi , y creo que
estaba deleitándose secretamente en el papel.

Finalmente había aceptado que Joe  y yo, una pareja a la que le
había cogido cariño a lo largo de los años, habíamos jurado nuestros votos
bajo el cielo, lo sellamos en sangre y nunca íbamos a tener una gran boda
de blanco, y esta era su oportunidad. La ironía de todo esto. ¿Quién hubiera
adivinado que Demi  recorrería un camino más tradicional que yo?

Mi madre sonrió abiertamente hacia nosotras.

—Séquense los ojos, mis queridas niñas, ya casi es hora.

Me centré en arreglar el peinado de Demi  cardándole unos cuantos
mechones sueltos para enmarcar su rostro y cubrir con jazmines
aromáticos la tiara. Cuando terminé, Demi  arrojó sus brazos a mí alrededor,
balanceándome adelante y atrás en un animado abrazo, cuando ambas
escuchamos un rasgón de la costura.

—¡A la mierda todo! —dijo Demi , girándose para examinar la costura
rasgada de su vestido—. Pedí una talla más pequeña, planeando perder
unos cinco kilos para la boda. No me llamaría gorda, pero podría estar lista
para perder la corpulencia de un nephilim. El problema era que nunca
había una escasez de Twinkies en mi despensa.

No pude evitarlo, estallé en un ataque de risa tonta.

—Veo como es. Voy a tener que caminar delante de toda esa gente
con mis bragas ondeando en el aire y a ti ni si quiera te importa —dijo Demi ,
pero ella, también se estaba riendo tontamente. Cogió una tirita de su
bolso y la pegó sobre la tela rasgada.

Nos reímos tan fuerte que el rostro se nos volvió rojo, jadeando por
aire.

La puerta se abrió una segunda vez.

—¡A sus lugares! ¡Deprisa! —dijo mi madre conduciéndome hacia
fuera. La música del órgano fluía de la capilla. Me arrastré hacia la parte de
detrás de la línea de las damas de honor quienes llevaban todas idénticos
vestidos amarillos de tafetán de corte sirena y acepté mi ramo de lirios
blancos del hermano de Demi , Mike. Demi  tomó su sitio a mi lado y aspiró
profundamente.

—¿Lista? —pregunté.

Me guiñó un ojo.

—Y dispuesta.

Los asistentes se colocaron a ambos lados de las enormes puertas
esculpidas y las empujaron para abrirlas. Brazo con brazo, Demi  y yo
caminamos al interior de la capilla.

Después de la boda nos sacamos unas fotografías fuera. Un brillante
sol de la tarde derramaba la luz sobre los pastos verdes con pintorescas
ovejas pastando en la distancia. A pesar de todo, Demi  resplandecía,
pareciendo más serena y radiante de lo que nunca la había visto. Gavin
sujetó su mano, la acarició la mejilla y la susurró en su oído. Demi  no me
dijo que él era humano pero lo supe de inmediato. Desde que Demi  no había
jurado lealtad, envejecerían juntos. No sabía exactamente como funcionaría
su envejecimiento o el mío, si vamos al caso, ya que hasta ahora era
inaudito para un nephil vivir indefinidamente sin estar obligados a jurar
lealtad.

De cualquier forma, ella era inmortal. Algún día, Gavin moriría, sin
saber nunca que su mujer no le seguiría al siguiente mundo. No reservaría
la omisión de Demi  en contra suya. La admiraba por forjarse recuerdos
felices y punto. No me había encontrado con Gavin antes de hoy, pero su
adoración y amor por ella era obvio, y de verdad, ¿qué más podía pedir yo?

La recepción también estaba fuera, bajo una gran carpa blanca. Con
el flash de las cámaras todavía saltando detrás de mis ojos, hice mi
recorrido hacia el bar y pedí agua con gas. Las parejas estaban bailando
con la orquesta en directo pero apenas las noté. Mi atención se volvió
particularmente en Joe .

Se había arreglado para la boda, llevando un esmoquin negro a
medida y su mejor sonrisa depravada. El esmoquin enmarcaba su atlético
cuerpo y la sonrisa ponía una inyección de adrenalina en mi corazón. Me
miró también, sus ojos negros ardiendo con cariño y deseo. Un rubor de
anticipación quemaba debajo de mi piel. Me había separado de él más de
un día y ahora lo quería. Mucho.

Joe  abrió su camino, bebiendo de una copa de vino. La chaqueta de
su esmoquin estaba colgada sobre su hombro, su cabello
desenfadadamente rizado por la humedad.

—Hay una posada justo abajo en la calle. Un granero detrás de esos
árboles de allí, por si comienzas a tener sentimientos juguetones —dijo,
claramente sin tener dudas sobre la dirección de mis pensamientos.

—¿Acabas de decir “juguetones”?

Las manos de Joe  cayeron sobre mis caderas, acercándome más.

—Sí. ¿Necesitas una demostración? —Me besó una vez. Luego otra,
alargándolo con unas cuantas maniobras inventivas de su lengua—. Te
amo.

—Palabras que nunca me cansaré de escuchar.

Quitó mis rizos otra vez fuera de mi cara.

—Nunca imaginé una vida tan completa. Nunca pensé que tendría
todo lo que quiero. Eres todo para mí, Ángel.

Sus palabras rebosaron de felicidad mi corazón. Le quería de una
forma que nunca sería capaz de expresar con palabras. Él era parte de mí.
Y yo era parte de él. Atados juntos para el resto de la eternidad. Me incliné
y le besé.

—Debería aceptar tu oferta. ¿Una pintoresca posada rural, dices?

«El Cadillac está aparcado en frente o tengo una moto atrás», habló
Joe  en mis pensamientos. «¿Salida tradicional o fuga?»

Personalmente había tenido suficiente tradición por un día.

«Fuga».

Joe  me alzó en sus brazos, y chillé con alegría mientras me cargaba
hacia la parte de atrás de la iglesia. Nos dirigió hacia su motocicleta y
salimos disparados hacia la carretera, volando sobre las colinas verdes
hacia la posada.

Dentro de nuestra habitación privada y acogedora, extendí mi mano
y tiré de su corbata de seda deshaciendo el nudo.

—Te vistes para impresionar —dije con aprobación.

—No, Ángel. —Se inclinó con sus dientes rozando suavemente mi
oreja—. Yo me desnudo para impresionar.


Fin
ElitzJb
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Mensaje por ElitzJb Miér 27 Nov 2013, 7:13 am

Carta Perdida de Joe  a (_Tn)


Mi Ángel:

Mi más grande esperanza es que nunca tengas que leer esto. Demi  sabe que
debe darte esta carta sólo si mi pluma es quemada y soy encadenado al infierno, o si
Blakely desarrolla un prototipo de la droga devilcraft lo suficientemente fuerte para
matarme. Cuando la guerra entre nuestras razas inicie, no sé lo que será de nuestro
futuro. Cuando pienso en ti, y en nuestros planes, siento un dolor desesperante. Nunca he
deseado tanto que las cosas resulten bien como lo hago ahora.

Antes de que abandone este mundo, necesito asegurarme de que sabes que todo mi
amor te pertenece a ti. Eres lo mismo para mí ahora a lo que eras antes de que hicieras el
juramento de transformación. Eres mía. Siempre. Amo la fuerza, el coraje, y la gentileza
de tu alma. También amo tu cuerpo. ¿Cómo puede alguien tan sexy y perfecta ser mía?
Contigo tengo un propósito, alguien a quien amar, apreciar y proteger.

Hay secretos de mi pasado que pesan en tu cabeza. Has confiado lo suficiente en
mí para no preguntar, y es tu fe la que me ha hecho un mejor hombre. No quiero dejarte
con nada escondido entre nosotros. Te dije que fui desterrado del cielo por enamorarme de
una chica humana. La manera en que lo expliqué, de que lo arriesgué todo para estar con
ella. Dije esas palabras porque simplificaban mis motivaciones. Pero no eran la verdad.
La verdad es que me había desencantado con las metas cambiantes de los arcángeles y
quería rechazarlos y a sus reglas por igual. Esa chica fue una excusa para dejar una
antigua forma de vivir y aceptar un nuevo viaje que eventualmente me llevaría a ti. Creo
en el destino, Ángel. Creo en que cada decisión que he tomado me ha acercado cada vez
más a ti. Ya te buscaba desde hace mucho tiempo. Me habré caído del cielo, pero caí
enamorado sólo de ti.

Haré todo lo que tenga que hacer para asegurarme de que ganes esta guerra. Los
nephilim saldrán victoriosos. Cumplirás tu juramento hacia Mano Negra y estarás a
salvo. Ésta es mi prioridad incluso si el costo es mi propia vida. Sospecho que leer esta
carta te hará enojar. Será difícil perdonarme. Prometí que estaríamos juntos al final de
esto, y te resentirás conmigo por no cumplir mi voto. Quiero que sepas que hice todo lo
posible por mantener mi palabra. Mientras escribo esto, voy más allá de cualquier
posibilidad de que nos veremos a través de esto. Espero encontrar una manera. Pero si la
elección que tengo que tomar, se reduce a elegir entre tú o yo, te escojo a ti.

Siempre te he escogido.

Con todo mi amor,


Joe

mis chicas fue un gran placer haber compartido la nove con ustedes ojala y les allá fascinado como a mi espero verlas en mis otras adaptaciones besitos son la mejores lectoras del mundo
ElitzJb
ElitzJb


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Mensaje por chelis Miér 27 Nov 2013, 12:00 pm

:wut: :wut:
chelis
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Mensaje por chelis Miér 27 Nov 2013, 12:04 pm

aaame este hermoso ffinal!!!!!..... Demi siguio adelante!!!!!.... tambien estoy triste por kev. pero fue un heroe!!!!!..... y la carta de joe aaaaaaaahhhhhh.....
quisiera encontrar a alguien como el!!!!!!....

gracias por la nove!!!!!... y si me veras en tus otras adaptaciones!!!!!.....
chelis
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Mensaje por DanieladeJonas Jue 28 Nov 2013, 5:46 pm

por dios no puedo creer que ya haya terminado!!!!
:wut: 
la ame de principio a fin!!! 
es hermosa!!!
por todo lo que pasaron y al fin juntos!!
owww Demi aun sufre por kev... creo que todos :lloro: 
ame a Joe es tan dulce!!!!
que sera de mi ahora sin esta historia?
sera raro no estar esperando capi D:
te agradezco muchooo a haberla subido
un besooo :bye: :aah: :enamorado:
DanieladeJonas
DanieladeJonas


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