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Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
Demi es... es... :imdead:
yo me enojaria ocultar algo asi :gasp:
tsss no inventes me quede sin que decir
tienes que seguila pronto no la dejes en lo mero bueno!!!
que va a pasar en el duelo!!!
yo me enojaria ocultar algo asi :gasp:
tsss no inventes me quede sin que decir
tienes que seguila pronto no la dejes en lo mero bueno!!!
que va a pasar en el duelo!!!
DanieladeJonas
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
aaaaaaahhhhh!!!!!..... que sorpresaaaa!!!!!...... aaaaaaahhhh!!!!!!..... Demii!!!!!..... no lo puedo creeeerrr!!!!!..... cielos !!!!..... seran amiguis inseparables por la eternidad!!!!!..... y que pasara en el duelo!!!!!????..... porfis pon otrooo
chelis
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
no la has seguido T_T
DanieladeJonas
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
chicas no eh tenido tiempo de colocar capitulo x q la universidad me tiene loca y entretenida de seguro mañana colocare mas capítulos vale y disculpen la demora
ElitzJb
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
no te preocupes
con saber que no nos has abandonado soy feliz *.*
con saber que no nos has abandonado soy feliz *.*
DanieladeJonas
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
:bye: :bye:
okiiiiiisss
okiiiiiisss
chelis
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
IV Temporada Finale
Capitulo 34
Yo no llevaba nada más que zapatos deportivos, pantalones cortos y
una camiseta sin mangas cuando me encontré con Joe temprano
a la mañana siguiente en un terreno rocoso de la costa. Era lunes, la
fecha límite de Pepper. También era un día de escuela. Pero no podía
preocuparme por ninguna de esas cosas ahora. Entrenar primero, estrés
más tarde.
Envolví mis manos con vendas, anticipando que la versión de
entrenamiento de Joe pondría en vergüenza al entrenamiento de Dante.
Mi cabello estaba recogido en una trenza francesa apretada, y mi estómago
estaba vacío salvo por un vaso de agua. No había ingerido devilcraft desde
el viernes, y se notaba. Tenía un dolor de cabeza del tamaño de Nebraska, y
mi visión se volvía borrosa cuando movía mi cabeza abruptamente. Mi
estomago rugía de hambre. El dolor era tan intenso, que no podía
recuperar el aliento.
Manteniendo mi promesa a Joe , había tomado el antídoto el sábado
por la noche justo después de confesar mi adicción, pero al parecer la
medicación tomaba un tiempo para surtir efecto. Probablemente no ayudó
que consumiera grandes cantidades de devilcraft la semana pasada.
Joe vestía vaqueros negros y una camiseta a juego que se
moldeaba perfectamente a su cuerpo. Apoyó sus manos en mis hombros,
frente a mí.
—¿Lista?
A pesar de mi nefasto estado de humor, sonreí, y troné mis nudillos.
—¿Lista para luchar con mi guapo novio? Oh, me gustaría decir que
estoy lista para eso. —Mis palabras suavizaron sus ojos, los cuales me
miraron con diversión—. Voy a tratar de controlar a mis manos, pero en el
calor de la batalla, ¿quién sabe lo que podría pasar? —añadí.
Joe sonrió.
—Suena prometedor.
—Correcto, entrenador. Hagamos esto.
Ante mis palabras, la expresión de Joe se volvió centrada y
profesional.
—No has sido entrenada en la esgrima, y supongo que Dante ha
tenido bastante práctica a lo largo de los años. Él es tan antiguo como
Napoleón, y probablemente salió del vientre de su madre agitando la
espada. Tu mejor opción es despojarlo de su espada con anterioridad y
actuar con rapidez en el combate de cuerpo a cuerpo.
—¿Cómo voy a hacer eso?
Joe tomó dos varas cerca de sus pies, las que había cortado a
aproximadamente a una longitud de una espada normal.
Lanzó una a través del aire, y la atrapé.
—Saca tu espada antes de comenzar la lucha. Se necesita más tiempo
para sacar una espada que para agarrarla.
Fingí sacar mi espada de una vaina invisible en mi cadera, y la
sostuve en la mano.
—Mantén tus pies separados y alineados a la anchura de tus
hombros en todo momento —instruyó Joe , combatiendo conmigo en un
lento y relajado ambiente—. No es conveniente que pierdas el equilibrio y
caigas. No debes mover tus dos pies al mismo tiempo, y siempre mantén la
espada cerca de tu cuerpo. Si te estiras o inclinas demasiado, será mucho
más fácil para Dante golpearte.
Practicamos un juego de piernas y equilibrio durante varios minutos,
el choque improvisado de las espadas imitaba al movimiento contundente
de las olas de la costa.
—Mantente atenta y alerta a los movimientos de Dante—dijo
Joe —. Él seguirá una técnica ya preparada, y comenzarás a aprender sus
movimientos cuando comience a atacar. Cuando lo haga, lanza un ataque
preventivo.
—Correcto. Tendré que asumir un rol defensivo para este combate.
Joe avanzó hacia mí rápidamente, blandiendo su espada en la mía,
con tanta fuerza que el palo vibró en mis manos. Antes de que pudiera
recuperarme, él hizo un segundo golpe rápido, lanzando la espada lejos de
mis manos.
Recogí mi espada, me limpié la frente y dije: —No soy lo
suficientemente fuerte. No creo que sea capaz de hacerle eso a Dante.
—Podrás, una vez que lo debilites. El duelo tendrá lugar mañana al
salir el sol. Siguiendo la tradición, será en las afueras, en algún lugar
remoto. Vas a forzar a Dante a posicionarse en un lugar donde el sol llegue
a sus ojos. Incluso si trata de revertir sus posiciones, él es lo
suficientemente alto como para protegerte de los rayos del sol y estos no
interferirán en tu visión. Utiliza su altura como un punto a tu favor. Es más
alto que tú, y expondrá sus piernas. Un fuerte golpe a cualquiera de sus
rodillas lo desequilibrará. Tan pronto como él pierda su orientación, atacas.
Esta vez, imité el movimiento anterior de Joe , forzándolo a perder
el equilibrio con un golpe en la rótula, seguido por una rápida sucesión de
puñetazos y golpes. No lo despojé de su espada, pero deslicé la punta de la
mía contra su torso descubierto. Si pudiera hacerle eso a Dante, sería el
punto decisivo del duelo.
—Muy bien —dijo Joe —. El duelo entero probablemente durará
menos de treinta segundos. Cada movimiento cuenta. Sé prudente y
sensata. No dejes que Dante te incite a cometer un error imprudente. Tus
mejores defensas serán esquivar y escabullirte, especialmente en un
terreno abierto. Tendrás espacio suficiente para esquivar la espada de
Dante.
—Dante sabe que es un millón de veces mejor que yo. —Arqueé las
cejas—. ¿Algunas palabras sabias de consejo para hacer frente a la falta
total y absoluta de confianza?
—Deja que el miedo sea tu estrategia. Finge estar más asustada de lo
que estás para engañar a Dante y darle un falso aire de superioridad. La
arrogancia puede ser mortal. —Las comisuras de su boca se curvaron en
una sonrisa—. Pero tú nunca me escuchaste decir eso.
Coloqué mi vara-espada sobre mis hombros como un bate de béisbol.
—Así que, básicamente, el plan es despojarlo de su espada, asestarle
un golpe mortal, y reclamar el lugar que me corresponde como líder de los
nephilim.
Él asintió con la cabeza.
—Dulce y sencillo. Otras diez horas de esto, y serás una profesional.
—Si vamos a entrenar durante diez horas más, voy a necesitar un
poco de incentivo para mantener la motivación.
Joe enganchó su codo alrededor de mi cuello, y me atrajo hacia él
en un beso.
—Cada vez que tires mi espada al suelo, te debo un beso. ¿Qué te
parece?
Me mordí el labio para no reírme.
—Eso suena realmente sucio.
Joe movió sus cejas.
—Mira quién tiene la mente sucia. Dos besos por cada caída. ¿Alguna
objeción?
Puse una cara inocente.
—Ninguna en absoluto.
Joe y yo no dejamos de combatir hasta el atardecer. Habíamos
demolido cinco pares de espadas, y solo nos detuvimos para almorzar y
para que yo recibiera mis besos, algunos duraron lo suficiente como para
llamar la atención de los turistas de la playa y un par de corredores. Estoy
segura de que parecíamos dementes, lanzándonos sobre las rocas
escarpadas mientras blandíamos nuestras espadas de madera entre sí, con
la suficiente fuerza para dejar moretones y, muy probablemente, una que
otra hemorragia interna. Sangrar por suerte, con mi curación acelerada
significaba la menor de las lesiones y no interfería en nuestro
entrenamiento.
Al anochecer, estábamos cubiertos de sudor y completamente
agotados. En poco más de doce horas, tendría un duelo de verdad contra
Dante. No con espadas improvisadas, sino más bien espadas de acero lo
suficientemente capaces de cortar una extremidad. La idea hizo que mi piel
se erizara.
—Bueno, lo hiciste —felicité a Joe —. Estoy tan entrenada como
nunca lo estaré, lo que significa que seré una experta en el combate a
espada. Debería haberte hecho mi entrenador personal desde el primer día.
Una sonrisa pícara, lenta y mala apareció en su cara.
—Nadie se iguala a Joe .
—Mmm —estuve de acuerdo, levantando la vista hacia él con
timidez.
—¿Por qué no vas a mi casa para tomar una ducha, y yo recogeré algo
de comida para llevar del Borderline?
—sugirió Joe mientras
caminábamos desde la rocosa orilla hacia el estacionamiento.
Lo dijo casualmente, pero las palabras hicieron que mis ojos se
dirigieran directamente hacia él. Joe había trabajado como ayudante de
camarero en el Borderline la primera vez que nos conocimos. No podía
pasar por ese restaurante sin dejar de pensar en él. Me conmovió que
recordara y que también tuviera un recuerdo especial del restaurante. Me
obligué a alejar cualquier idea o pensamiento acerca del duelo de mañana o
las pocas posibilidades de éxito de Pepper, esta noche quería disfrutar de
la compañía de Joe sin preocuparme de lo que sería de mí, nosotros, si
Dante ganara el duelo.
—¿Puedo pedir tacos? —le pregunté en voz baja, recordando la
primera vez que Joe me enseñó a hacerlos.
—Leíste mi mente, Ángel.
Entré en casa de Joe . En el baño, me deshice de mi ropa y
desenredé mi trenza. El cuarto de baño de Joe era magnífico. Profundas
baldosas azules y toallas negras. Una bañera independiente en la que
fácilmente cabrían dos. El jabón de barra olía como la vainilla y la canela.
Me metí en la ducha, dejando que el agua se ciñera sobre mí. Pensé
en Joe , de pie en esta misma ducha, sus brazos apoyados contra la
pared, mientras el agua caía sobre sus hombros. Me lo imaginé con perlas
de agua pegadas a su piel. Pensé en él usando las mismas toallas en las que
estuve a punto de envolver mi cuerpo. Pensé en su cama, a pocos metros
de distancia. En cómo sus sabanas mantendrían su perfume. Una sombra
se deslizó a través del espejo del baño.
La puerta del baño estaba agrietada, la luz se filtraba desde el
dormitorio. Contuve la respiración, esperando ver a otra sombra,
esperando un rato antes de decirme a mí misma que había imaginado ver
alguna. Este era el hogar de Joe . Nadie más lo sabía. Ni Dante, ni Pepper.
Había tenido cuidado, nadie me había seguido esta noche.
Otra sombra oscura se deslizó a través del espejo. El aire crujía con
una energía sobrenatural.
Cerré la llave del agua y anudé una toalla alrededor de mi cuerpo.
Busqué un arma: mis opciones eran un rollo de papel higiénico o una
botella de jabón para manos.
Tarareé suavemente, sin abrir mi boca. No había razón para que el
intruso supiera que estaba tras ellos.
El intruso se acercó a la puerta del baño; su poder sacudió mis
sentidos con electricidad, el vello de mis brazos se colocó en alerta como
banderas rígidas26. Seguí tarareando. Por el rabillo de mi ojo, vi a la vez que
el pomo de la puerta giró, había terminado mi espera.
Empujé mi pie desnudo contra la puerta con un gruñido de esfuerzo.
Se partió, rompiendo las bisagras mientras estas volaban hacia el exterior,
golpeando a quien sea que estuviese detrás. Me lancé a través de la
entrada, con mis puños levantados, listos para atacar.
El hombre en el suelo se curvó en un ovillo para proteger su cuerpo.
—No —dijo con voz ronca—. ¡No me hagas daño!
Lentamente, bajé mis puños. Incliné mi cabeza hacia un lado para ver
mejor.
—¿Blakely?
ElitzJb
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
IV Temporada Finale
Capitulo 35
¿Qué estás haciendo aquí? —demandé, subiendo mi toalla
para cubrirme—. ¿Cómo encontraste este lugar?
Un arma. Necesitaba una. Mis ojos recorrieron la
meticulosa habitación de Joe . Blakely podría verse inofensivo ahora, pero
había estado manipulando devilcraft durante meses. No confiaba en que él
no tuviera algo afilado y peligroso, y teñido de azul, escondido bajo su
abrigo.
—Necesito tu ayuda—dijo, levantando sus manos mientras avanzaba.
—No te muevas —espeté—. De rodillas. Mantén tus manos donde
pueda verlas.
—Dante intentó matarme.
—Eres inmortal, Blakely. Y también eres compañero de equipo con
Dante.
—Ya no. Ahora que he desarrollado suficientes prototipos de
devilcraft, él quiere que me vaya. Quiere tener el control exclusivo del
devilcraft. Utilizó una espada mejorada específicamente para matarte, e
intentó usarla en mi contra. Apenas pude escapar.
—¿Dante te ordenó hacer una espada para matarme?
—Para el duelo.
Aún no sabía cómo terminaría el juego de Blakely, pero no podía
pasar por alto que Dante utilizaba métodos prohibidos, y letales, para
ganar el duelo.
—¿Es tan buena como dices? ¿Podría matarme?
Blakely me miró directamente a los ojos.
—Sí.
Intenté procesar esta información con calma. Necesitaba una manera
de descalificar que Dante usara su espada. Pero primero lo primero.
—Más.
—Sospecho que Dante está trabajando para los ángeles caídos.
No me inmuté.
—¿Qué te hace decir eso?
—Todos estos meses, y él no me ha permitido hacer un arma que
pueda asesinar a ángeles caídos. Más bien, he desarrollado una serie de
prototipos que supuestamente tienen como objetivo matarte. Y si te
pueden matar, pueden matar a cualquier nephilim. Entonces si los
enemigos son los ángeles caídos ¿Por qué hemos desarrollado armas que
pueden herir a los nephilim?
Recordé mi conversación con Dante en el Rollerland, hace una
semana.
—Dante me dijo que con el tiempo suficiente, serías capaz de
desarrollar un prototipo bastante fuerte como para matar a un ángel caído.
—No lo sabía. Nunca me dio la oportunidad.
En una jugada arriesgada, decidí ir limpiamente con Blakely. Todavía
no confiaba en él, pero si le daba algo de confianza, él podría darme un
poco a mí. Y ahora, necesitaba saber todo lo que fuera posible.
—Tienes razón. Dante está trabajando para los ángeles caídos. Sé que
es un hecho.
Por un momento él cerró sus ojos, asimilando la dura verdad.
—Nunca confié en Dante, no desde el principio. Traerlo a bordo fue
idea de tu padre. No pude convencer a Hank de que no lo hiciera, pero
puedo vengar ahora su nombre. Si Dante es un traidor, le debo a tu padre
el matarlo.
Así sin nada más, tenía que darle crédito a Hank por inspirar lealtad.
Dije: —Dime más acerca de la súper bebida devilcraft. Si Dante está
trabajando para los ángeles caídos ¿Por qué él te haría desarrollar algo que
pudiera ayudar a nuestra raza?
—Él nunca le distribuyó la bebida a los otros nephilim como dijo que
lo haría. Eso solo lo está fortaleciendo. Y ahora tiene todos los prototipos.
También el antídoto. —Blakely entrecerró sus ojos—. Todo por lo que he
trabajado… él se lo robó.
Mi cabello húmedo se pegaba a mi piel, y agua fría goteaba por mi
espalda. Se me puso la piel de gallina por el frío y por las palabras de
Blakely.
—Joe estará aquí en cualquier momento. Si fuiste lo
suficientemente inteligente para encontrar su casa, supongo que lo estás
buscando.
—Quiero arruinar a Dante. —Su voz vibró con convicción.
—Quieres decir que necesitas que Joe lo arruine por ti. —¿Qué les
estaba pasando a los malos intentando contratar a mi novio como un
mercenario? Está bien, había trabajado como uno en el pasado, pero esto
comenzaba a volverse ridículo… e irritante. ¿Qué pasaba con eso de
ocuparse de sus propios asuntos?—. ¿Qué te hace pensar que él lo hará?
—Quiero que Dante viva el resto de su vida en la miseria. Aislado del
mundo, torturado hasta que ya no lo soporte. Joe es el único en que el
confió para hacerlo. El precio no es un problema.
—Joe no necesita dinero. —Me detuve, analizando el pensamiento.
Una idea se me acababa de ocurrir, y era tan retorcida como manipuladora.
No quería aprovecharme de Blakely, pero por otra parte, él apenas había
tenido compasión de mí. Recordé que cuando estuve en peligro, él me
había apuñalado con un cuchillo con devilcraft profundamente, llevándome
a una adicción toxica.
—Joe no necesita tu dinero, pero necesita tu testimonio. Si aceptas
confesar los crímenes de Dante en el duelo de mañana, frente a Lisa Martin
y otro nephilim influyentes. Joe matará a Dante por ti.
El hecho de que Joe ya hubiera prometido matar a Dante por
Pepper no quería decir que no pudiéramos aprovecharnos de las
circunstancias y posicionarnos para ganar algo de Blakely también. La
expresión “dos pájaros de un solo tiro” no había salido de la nada, después
de todo.
—Dante no puede ser asesinado, encarcelado eternamente, sí, pero
no asesinado. Ninguno de los prototipos funciona contra él. Es inmune
porque su cuerpo…
—Es un trabajo que Joe puede manejar —contesté lacónicamente—
. Si quieres a Dante muerto, considéralo hecho. Tienes tus conexiones, y
Joe las suyas.
Blakely me estudió con una mirada pensativa y exigente.
—¿Él sabe de un arcángel? —supuso a lo último.
—No lo escuchaste de mí. Una cosa más Blakely. Es importante.
¿Tienes la suficiente influencia con Lisa Martin y otros poderosos nephilim
para ponerlos en contra de Dante? Porque si no, ambos estaremos muy mal
mañana.
Él solo vaciló un minuto.
—Dante encantó a tu padre, a Lisa Martin, y a varios de los otros
nephilim desde el principio, pero él no tiene la historia que yo tengo con
ellos. Si lo llamo traidor, escucharán. —Blakely buscó dentro de su bolsillo
y me ofreció una pequeña tarjeta—. Necesito sacar algunos elementos
importantes de mi casa, antes de me mudarme a un sitio seguro. Esta es mi
nueva dirección. Dame ventaja, luego lleva a Joe . Trabajaremos en los
detalles esta noche.
Joe llegó minutos después de que Blakely se fuera. Las primeras
palabras que salieron de mi boca fueron: —No vas a creer quien acaba de
pasar por aquí. —Con esa cautivadora introducción, me lancé en la historia,
relatándole a Joe cada palabra de mi conversación con Blakely.
—¿Que tú hiciste qué? —inquirió Joe cuando terminé.
—Creo que Blakely es nuestra última esperanza.
—¿Confías en él?
—No. Pero es enemigo de tu enemigo…
—¿Le hiciste jurar que tenía que testificar mañana?
Mi corazón se hundió. No había pensado en ello. Fue un error
involuntario, esto me hacía preguntarme su alguna vez sería una líder
digna. Sabía que Joe no esperaba perfección de mí, pero lo quería
impresionar, de todos modos. Una idiota voz dentro de mi cabeza se
preguntaba si Dabria habría cometido el mismo error. No lo creía.
—Cuando nos encontremos esta noche será la primera cosa de la que
me encargaré.
—Tiene sentido que Dante quiera tener el control exclusivo del
devilcraft —reflexionó Joe —. Y si Dante piensa que Blakely sospecha que
está trabajando para los ángeles caídos, podría matarlo para mantener su
secreto a salvo.
Dije: —¿Piensas que Dante me contó lo del devilcraft ese día en el
Rollerland porque anticipaba que te lo diría, y tú irías detrás de Blakely?
Siempre me he preguntado por qué me lo dijo. Pensándolo bien, parece
casi como una estrategia: para que pudieras agarrar a Blakely y enterrarlo
de la luz del día, dejando a Dante solo para controlar el devilcraft.
—Lo cual era exactamente lo que había planeado. Hasta que Marcie
se entrometió en esos planes.
—Dante ha estado usándome desde el principio —me di cuenta.
—Ya no. Tenemos el testimonio de Blakely.
—¿Eso significa que nos reuniremos con él?
Joe había puesto las llaves de su motocicleta sobre el mostrador de
la cocina no hacían cinco minutos, y ya las había agarrado de nuevo.
—Nunca un momento aburrido, Ángel.
La dirección que Blakely me había dado nos llevó a una casa con
ladrillos rojos, de un único piso, en un vecindario antiguo. Dos vidrios
polarizados flanqueaban la puerta principal. La extensa propiedad parecía
tragarse toda la casa.
Joe dio vuelta a la manzana dos veces, con los ojos bien abiertos,
luego se estacionó en la calle, fuera del alcance de las farolas. Dio a la
puerta tres golpes sólidos. Una luz ardía detrás de la ventana de la sala,
pero no había otras señales de que alguien estaba en casa.
—Quédate aquí —me dijo Joe —. Voy a mirar por detrás.
Esperé en el porche, mirando detrás de mí en la calle. Hacía
demasiado frío para que los vecinos salieran a pasear al perro, y ni un solo
coche pasaba.
La cerradura de la puerta delantera se desplomó, y Joe abrió la
puerta desde el interior.
—La puerta trasera estaba abierta. Tengo un mal presentimiento —
dijo.
Entré, cerrando la puerta detrás de mí.
—¿Blakely? —llamé suavemente. La casa era lo suficientemente
pequeña para que elevar mi voz fuera innecesario.
—Él no está en el primer piso —dijo Joe —. Pero hay unas escaleras
que conducen a un sótano.
Bajamos las escaleras y se convirtió en una sala iluminada. Contuve
el aliento mientras mis ojos se centraban en el rastro de líquido rojo
manchando la alfombra. Huellas de manos rojas pintadas en la pared y
dirigidas en la misma dirección… a una habitación oscura al frente. En las
sombras borrosas, solo podía distinguir la silueta de una cama y el cuerpo
de Blakely derrumbado a su lado.
El brazo de Joe inmediatamente salió disparado bloqueándome
—Ve arriba —ordenó.
Sin pensar, me metí bajo el brazo de Joe y corrí hacia Blakely.
—¡Está herido!
La parte blanca de los ojos de Blakely chisporroteaba un etéreo azul.
La sangre goteaba de su boca, balbuceando mientras trataba sin éxito de
hablar.
—¿Dante hizo esto? —le preguntó Joe , siguiéndome directamente
detrás de mí.
Me agaché a revisar los signos vitales de Blakely. El latido de su
corazón palpitaba débilmente y de forma errática. Lágrimas picaron en mis
ojos. Yo no sabía si lloraba por Blakely, o por lo que su muerte significaba
para mí, pero sospechaba, egoístamente, que era lo último.
Blakely tosió sangre, su voz rasposa.
—Dante sabe… las plumas de los ángeles caídos.
Le di un apretón entumecedor a la mano de Joe . «¿Cómo puede
saber Dante acerca de las plumas? Pepper no se lo diría. Y nosotros dos
somos los únicos que sabemos».
«Si Dante sabe de las plumas, va a tratar de interceptar a Pepper en
su camino de vuelta a la tierra, respondió Joe tenso. No podemos dejar
que tenga las plumas».
—Lisa Martin… aquí… pronto —jadeó Blakely, cada palabra en una
lucha.
—¿Dónde está el laboratorio? —le pregunté a Blakely—. ¿Cómo
podemos destruir los suministros de Dante de devilcraft?
Dio una sacudida a su cabeza con fuerza, como si le hubiera
haciendo la pregunta equivocada.
—Su espada… él… no sabe. Mintió. Mátalo… también. —Se atragantó
con voz ronca, más sangre derramándose en sus labios. La sangre se había
vuelto del color rojo al azul ardiente.
—Está bien, lo entiendo —le dije, acariciando su hombro para
consolarlo—. La espada con la que va a ir al duelo mañana lo matará
también, solo que él no lo sabe. Esto es bueno Blakely. Ahora dime, ¿dónde
está el laboratorio?
—Traté… de decírtelo —dijo con voz ronca. Sacudí los hombros de
Blakely.
—No me lo dijiste. ¿Dónde está el laboratorio? —Yo no creía que
destruir el laboratorio cambiaría el resultado del duelo de mañana… Dante
tendría mucho devilcraft en su sistema cuando lucháramos pero no
importaba lo que pasara conmigo, si Joe podía destruir el laboratorio, el
devilcraft desaparecería de una vez por todas.
Me sentía personalmente responsable de traer los poderes del
infierno de vuelta, así que, al diablo.
«Tenemos que irnos, Ángel», habló Joe a mis pensamientos. «Lisa
no nos puede ver aquí. No se ve bien».
Sacudí a Blakely más fuerte.
—¿Dónde está el laboratorio?
Sus manos se relajaron. Sus ojos, vidriosos de ese escalofriante tono
azul, miraron distraídamente hacia mí.
—No podemos perder más tiempo aquí —dijo Joe —. Tenemos que
asumir que Dante va detrás de Pepper y las plumas.
Me sequé los ojos con la palma de mis manos.
—¿Solo vamos a dejar a Blakely aquí?
El sonido de un coche deteniéndose sonó en la calle afuera de la casa.
—Lisa —dijo Joe . Abrió la ventana del dormitorio, me pasó por ella
y saltó a mi lado—. Cualquier último respeto al muerto debería decirse
ahora.
Dando una triste mirada atrás a Blakely, simplemente dije: —Buena
suerte en la próxima vida.
Tuve la sensación de que la iba a necesitar.
Salimos a toda velocidad a través de las boscosas carreteras
secundarias en la motocicleta de Joe . La luna nueva en Jeshván había
comenzado hace casi dos semanas, y ahora colgaba como un fantasmal
orbe sobre nuestras cabezas, un ojo que todo lo ve, del que no podíamos
escapar. Me estremecí y me apreté más contra Joe . Él se disparó
alrededor de las curvas estrechas tan rápido que las ramas de los árboles
comenzaron a desdibujarse en destellos de dedos esqueléticos que querían
enlazarme.
Dado que gritar por encima del rugido del viento era poco práctico,
recurrí al habla mental.
«¿Quién le podría haber dicho a Dante de las plumas?», pregunté a
Joe .
«Pepper no se arriesgaría».
«Nosotros tampoco».
«Si Dante sabe, podemos asumir que el resto de los ángeles caídos
también. Ellos van a hacer todo lo posible para impedirnos conseguir esas
plumas, Ángel. Ningún curso de acción debe ser descartado».
Su advertencia vino claramente. No estábamos a salvo.
«Tenemos que advertir a Pepper», dije.
«Si le llamamos, y los ángeles lo interceptan, nunca conseguiremos las
plumas».
Miré la hora en mi celular. Once. «Le dimos hasta media noche. Es casi
fuera de tiempo».
«Si no llama pronto, Ángel, asumiremos lo peor y tendremos que salir
con un nuevo plan».
Su mano bajó a mi muslo, apretando. Yo sabía que estábamos
compartiendo el mismo pensamiento. Habíamos agotado cada plan. El
tiempo pasaba. O conseguíamos las plumas o la raza nephilim perdería
más que la guerra. Serían esclavos de los ángeles caídos por toda la
eternidad.
ElitzJb
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
IV Temporada Finale
Capitulo 36
Un débil tintineo sonó en mi bolsillo. Joe inmediatamente dirigió la
motocicleta al borde de la carretera y contesté a la llamada con un
rezo en mi corazón.
—Tengo las p-p-plumas —dijo Pepper, su voz era aguda y
temblorosa.
Exhalé con alivio y di a Joe un “choca esos cinco”, entrelazando los
dedos entre los suyos y juntando nuestras manos. Teníamos las plumas.
Teníamos la daga. El duelo de mañana por la mañana ya no era necesario…
los oponentes muertos no esgrimían espadas, encantadas o de ninguna
otro manera.
—Buen trabajo, Pepper —dije—. Ya casi has terminado. Necesitamos
que entregues las plumas y la daga, entonces podrás dejar esto atrás. Joe
matará a Dante tan pronto como él consiga la daga. Pero necesitas saber
que Dante está detrás de las plumas también. —No había tiempo para
soltarlo gentilmente—. Las quiere tanto como nosotros. Él te está
buscando, así que no bajes la guardia y no le dejes obtener las plumas o la
daga.
Pepper sollozó.
—Estoy a-a-asustado. ¿Cómo sé que Dante no me encontrará? ¿Y si
los arcángeles notan que las plumas ya no están? —El volumen de su voz
se elevó a un chillido—. ¿Y si averiguan que fui yo?
—Cálmate. Todo estará bien. Vamos a hacer el intercambio en el
Parque de Atracciones Delphic. Podemos encontrarnos en
aproximadamente cuarenta y cinco minutos…
—¡Eso es casi en una hora! ¡No puedo tener las plumas tanto tiempo!
Tengo que deshacerme de ellas. Ese era el trato. Nunca dijeron nada sobre
cuidarlas. ¿Y qué hay acerca de mí? Dante viene por mí. Si quieres que
conserve las plumas, entonces quiero que Joe vaya tras Dante ¡y se
asegure de que no es una amenaza para mí!
—Expliqué eso —dije impaciente—. Joe matará a Dante tan pronto
como tengamos la daga.
—¡De mucho me va a servir eso si Dante me encuentra primero! Veo
a Joe allí afuera, en este momento, yendo tras Dante. De hecho, ¡no voy a
darte la daga hasta que tenga pruebas de que Joe tiene a Dante!
Separé el teléfono para salvar mis tímpanos de los gritos histéricos
de Pepper.
—Él se está quebrando —le dije a Joe con preocupación.
Joe me sacó el teléfono.
—Escucha, Pepper. Lleva las plumas y la daga al Parque de
Atracciones Delphic. Voy a hacer que dos ángeles caídos te encuentren en
las puertas. Ellos van a procurar que llegues a salvo a mi estudio. Solo no
les digas lo que llevas.
La respuesta de Pepper crujió a través del teléfono.
Joe dijo: —Pon las plumas en mi estudio. Entonces quédate allí
hasta que lleguemos.
Un fuerte gemido.
—No dejes las plumas sin vigilancia —discutió Joe , cada palabra
era respirada con intenciones homicidas—. Vas a sentarte en mi sofá y
asegurarte de que todavía están allí cuando lleguemos.
Más chillidos frenéticos.
—Deja de lloriquear. Voy a cazar a Dante ahora, si eso es lo que
quieres, luego iremos a buscar la daga, sobre la cual vas a sentarte hasta
que te encuentre en el estudio. Ve a Delphic y haz exactamente lo que te
dije. Una cosa más. Deja de llorar. Estás desprestigiando a todos los
arcángeles.
Joe colgó y me devolvió el teléfono.
—Cruza los dedos para que esto funcione.
—¿Crees que Pepper se quedará con las plumas?
Se pasó las manos por su rostro y un sonido que sonó entre una risa
áspera y un gemido, se escapó de su garganta.
—Vamos a tener que separarnos, Ángel. Si Dante nos caza juntos,
corremos el riesgo de dejar las plumas desprotegidas.
—Ve a buscar a Dante. Me ocuparé de Pepper y las plumas.
Joe me estudió.
—Sé que lo harás. Pero aun así no me gusta la idea de dejarte sola.
—Voy a estar bien. Voy a proteger las plumas y llamaré a Lisa Martin
de inmediato. Le diré lo que tengo y ella me ayudará a ejecutar nuestro
plan. Vamos a ponerle fin a esta guerra y a liberar a los nephilim. —Apreté
la mano de Joe de modo tranquilizador—. Esto es todo. El final está a la
vista.
Joe frotó su mandíbula, claramente infeliz, pensando profundamente.
—Para mi propia paz mental, lleva a Kevin contigo.
Una sonrisa irónica se arrastró hasta mi boca.
—¿Confías en Kevin ?
—Confío en ti —respondió con una voz ronca que me hizo sentir
algo cálido y escurridizo en mi interior.
Joe me apoyó en un árbol y me besó, con fuerza.
Recuperé el aliento.
—Chicos de todas partes, tomen nota: Eso fue un beso.
Joe no sonrió. Sus ojos se oscurecieron con algo que no podría
identificar, pero puso un peso en mi estómago. Su mandíbula se cerró, los
músculos a lo largo de sus brazos se tensaron visiblemente.
—Vamos a estar juntos al final de esto. —Una nube de inquietud
pasó por su expresión.
—Si tengo algo que decir al respecto, sí.
—Pase lo que pase esta noche, te amo.
—No hables de esta manera, Joe —susurré, la emoción capturando
mi voz—. Me estás asustando. Vamos a estar juntos. Encontrarás a Dante,
luego nos veremos en el estudio, donde terminaremos esta guerra juntos.
No hay nada más sencillo.
Me besó otra vez, delicadamente sobre cada párpado, cada mejilla, y
finalmente, un suave sello sobre mis labios.
—Nunca seré el mismo —dijo en un tono grave—. Tú me has
transformado.
Crucé mis brazos alrededor de su cuello y apreté mi cuerpo con
fuerza contra el suyo. Me aferré a él, intentando expulsar la frialdad que
golpeaba mis huesos.
—Bésame de una manera que nunca olvidaré. —Atraje su mirada
hacia mí—. Bésame de una manera que permanezca conmigo hasta que te
vea otra vez. —«Porque nos veremos pronto».
Los ojos de Joe me apaciguaron con un calor silencioso. Mi reflejo
se arremolinaba en ellos, cabello rojo y labios inflamados. Estaba
conectada a él por una fuerza que no podía controlar, un pequeño hilo de
mi alma se ataba a la suya. Con la luna a sus espaldas, sombras tenues
pintaban los huecos debajo de sus ojos y pómulos, haciéndolo lucir
increíblemente guapo y diabólico por igual.
Sus manos tomaron mi rostro, sosteniéndome ante él. El viento
enredaba mi cabello alrededor de sus muñecas, entrelazándonos. Sus
pulgares se movían a través de mis pómulos en una caricia lenta e íntima.
A pesar del frío, una constante quemazón se arremolinaba dentro de mí,
vulnerable a su toque. Sus dedos hacían un recorrido hacia abajo, más
abajo, dejando a su paso un dolor caliente y delicioso. Cerré los ojos y mis
articulaciones se fundieron. Él me encendió como una llama, luz y calor
quemando a una profundidad que nunca antes había entendido.
Su pulgar acarició mi labio, una provocación suave y seductora. Di un
agudo suspiro de placer.
«¿Te beso ahora?», preguntó.
No podía hablar; un mínimo asentimiento fue mi respuesta.
Su boca, caliente y atrevida, encontró la mía. Había abandonado todo
el juego y me besaba con su propio fuego negro, profundo y posesivo,
consumiendo mi cuerpo, mi alma, y arrasando todas las nociones pasadas
de lo que significaba ser besada.
ElitzJb
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
se siente como despedida!!!!!...... Aaaaaaahhhhh sigue poooorrfiisss!!!!.....
Ojala y no le pase nada a joe!!!!!...
Ojala y no le pase nada a joe!!!!!...
chelis
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
ahhh que belloo!!!!
que romantico pero la amenaza de morir es peor T_T
hayy ya no se que esperar me estoy muriendo aqui!!
siguela porfis!!! no quiero que muera nadie D:
que romantico pero la amenaza de morir es peor T_T
hayy ya no se que esperar me estoy muriendo aqui!!
siguela porfis!!! no quiero que muera nadie D:
DanieladeJonas
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
ah chicas pasen x esta nueva trilogía Dulces Mentiras y Amargas Verdades
ElitzJb
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
:bye: :bye: okiiiiissss
chelis
Re: Un Angel Caido y Un Amor Prohibido (Finale IV Temporada) Joe y _Tn. (TERMINADA)
Capitulo 37
Oí el Barracuda de Kevin retumbar en el camino hacia mí mucho
antes de que las luces brillaran en la turbia oscuridad. Le hice señas
y giró en el asiento del pasajero.
—Gracias por venir.
Maniobró el coche en reversa y lo dejó hacia la misma dirección de la
que había venido.
—Fuiste muy breve cuando llamaste. Dime lo que necesito saber.
Le expliqué la situación lo más rápido, aun ampliamente, como era
posible. Cuando terminé, Kevin dejó escapar un silbido de asombro.
—¿Pepper tuvo todas las plumas de ángel caído, siempre?
—Surrealista, ¿cierto? Se supone que debe reunirse con nosotros en
el estudio de Joe . Él no dejaría las plumas sin vigilancia —murmuré
principalmente a mí misma.
—Puedo hacerte llegar a salvo por debajo de Delphic. Las puertas del
parque están cerradas, así que vamos a entrar en los túneles usando los
ascensores de carga. Después de eso, vamos a tener que usar mi mapa. Yo
nunca he estado en la casa de Joe .
Con los «túneles» se refería a una red subterránea de pasadizos
laberínticos complicados, que operaban como las calles y barrios debajo de
Delphic. No tenía idea que existían hasta que conocí a Joe . Servían como residencia principal de los ángeles caídos que viven en Maine, y hasta hace
poco, Joe había vivido entre ellos.
Kevin dirigió el Barracuda por un corto camino de acceso a la entrada
principal del parque. El camino abierto a una plataforma de carga con
rampas de camiones, y un almacén. Entramos en el almacén por una puerta
lateral, atravesamos un espacio abierto apilado pared a pared con cuadros,
y por fin llegamos a los ascensores de carga. Una vez dentro, Kevin
ignorando los botones normales que indican pisos uno, dos y tres, y
presionó un pequeño botón, sin marcas de color amarillo en la parte
inferior del panel. He sabido que había entradas a los túneles en todo
Delphic, pero ésta era mi primera vez usando ésta en particular.
El ascensor, que era casi tan grande como mi habitación, resonó más
y más, finalmente chirriando hasta detenerse. La pesada puerta de acero se
elevó, y Kevin y yo salimos a un muelle de carga. El suelo y las paredes eran
de tierra, y la única luz provenía de la única bombilla arriba oscilando
como un péndulo.
—¿Por dónde? —pregunté, mirando hacia el túnel por delante.
Estaba agradecida de tener a Kevin como un guía a través de las
entrañas del Parque de Atracciones Delphic. De inmediato fue evidente que
recorría los túneles con regularidad; nos condujo a un ritmo apresurado,
recorriendo los húmedos corredores como si los hubieran memorizado
hace mucho tiempo. Nos guiamos por el mapa, usándolo para hacer
nuestro camino bajo el Arcángel, la montaña rusa más nueva de Delphic. A
partir de ahí, me hice cargo, echando un vistazo por los pasillos al azar,
hasta que por fin llegamos a lo que reconocí como la entrada a la vieja
vivienda de Joe .
La puerta estaba cerrada por dentro. La golpeé.
—Pepper, es (_Tn) Grey. Abre. —Le di unos momentos, y luego volví a
intentarlo—. Si no estás abriendo porque sientes a otra persona, es Kevin . Él
no va a darte una paliza. Ahora abre la puerta.
—¿Está solo? —preguntó Kevin en voz baja.
Asentí.
—Debería estarlo.
escépticamente, inclinando su oído a
la puerta.
—Apúrate, Pepper —grité.
Todavía sin respuesta.
—Vamos a tener que romper la puerta —dije a Kevin —. A la cuenta de
tres. Uno, dos… tres.
Al unísono, Kevin y yo descargamos contundentes patadas a la
puerta.
—Una vez más —gruñí.
Continuamos conduciendo nuestras suelas en la madera,
golpeándola hasta que se astilló y la puerta se golpeó hacia el interior.
Crucé el vestíbulo y a la sala, buscando a Pepper.
El sofá había sido apuñalado varias veces, arrojando relleno de cada
incisión. Los marcos que habían decorado las paredes una vez yacían
destrozados en el suelo. La mesa de centro de vidrio estaba inclinada sobre
su costado, con una grieta ominosa en el centro. Ropa del guardarropa de
Joe había sido sacada y desparramada como confeti. Yo no sabía si esto
era evidencia de una lucha reciente, o sobrantes de la salida precipitada de
Joe hacían casi dos semanas, cuando Pepper había contratado matones
para destruir el lugar.
—¿Puedes llamar a Pepper? —sugirió Kevin —. ¿Tienes su número?
Marqué el número de Pepper en mi teléfono, pero no contestó.
—¿Dónde está él? —exigí airadamente a nadie en particular. Todo
estaba montado en su parte del trato. Yo necesitaba esas plumas, y las
necesitaba ahora—. ¿Y qué es ese olor? —pregunté, frunciendo la nariz.
Me acerqué más en el salón. Efectivamente, detecté un olor
desagradable y acre flotando en el aire. Un olor a podrido. Un olor casi
como alquitrán caliente, pero no del todo.
Algo se estaba quemando.
Corrí de una habitación a otra, tratando de encontrar las plumas. No
estaban aquí. Yo abrí la puerta del viejo dormitorio de Joe y fui
abrumada inmediatamente por el olor de la quema de material orgánico.
Sin detenerme a pensar, corrí a la pared del fondo de la habitación, la
que se abrió para revelar un pasadizo secreto. En el momento en que abrí
la puerta corrediza, un nubarrón de humo negro rodó en la habitación. El
hedor grasiento y carbonizado era insoportable.
Sellando mi boca y nariz con el cuello de mi camisa, le grité a Kevin :
—Voy a entrar.
Él caminó por la puerta detrás de mí, batiendo el humo con su mano.
Yo había estado por el pasadizo una vez antes, cuando Joe había
detenido momentáneamente a Hank Millar antes de que yo lo matara, y
traté de recordar el camino. Cayendo de rodillas para evitar lo peor del
humo, me arrastré rápidamente, tosiendo y teniendo arcadas cada vez que
respiraba.
Por fin mis manos golpearon una puerta. Buscando a tientas por la
manija, tiré de ella. La puerta se abrió lentamente, enviando una nueva ola
de humo ondulante al pasillo.
La luz de una hoguera atravesaba el humo, las llamas saltando y
bailando como un exquisito espectáculo de magia: bronce, dorado y
naranja fundido y grandes plumas de humo negro. Un horrible crujido y
chasquido resonó en mis oídos mientras las llamas devoraban la colina
masiva de combustible debajo de ella. Kevin sujetó mis hombros
protectoramente, forzando su cuerpo delante del mío como un escudo. El
calor del fuego abrasando nuestros rostros.
Solo me tomó un momento aullar de terror.
ElitzJb
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