Airplanes (Harry Styles & tú) Parte I

Apreté fuertemente mis puños tratando de mantener la calma. Lo peor era que sabía que ella tenía razón. Que tenía toda la razón, yo era el que tenía novia, no ella. Y siempre había sido culpa mía, porque yo era el primero en besarla, a excepción de esta noche. Pero inconscientemente o no sabía que lo que acaba de pasar en el sofá iba a suceder o mejor dicho yo quería que sucediera por eso la invité a tomar unas cervezas, por lo tanto, seguía siendo culpa mía.
Yo era el culpable de todo, y debía hacerme cargo de la situación, debía hacer algo ante esto que se me estaba yendo de las manos. ¿Pero qué hacer? Ahí estaba el quid de la cuestión. ¿Qué hacer cuando estás tan confundido?

Narra Zayn.

Salí aquella noche del trabajo y me monté en mi coche. Cler me había llamado para decirme que quería que pasara la noche con ella, y obviamente no pude decirla que no. ¿Cómo decirla que no si amaba pasar tiempo con ella? Mil y mil veces más le había dicho que se viniera vivir con nosotros a casa y así no tendríamos que pasar todas las noches separados, cada uno durmiendo solo en su cama. Hasta ______ se lo había dicho un montón de veces pero ella no cedía. Decía que no quería molestar y que no quería ser un incordio en nuestra familia. ¿Cuándo iba a entender que ella jamás iba a molestarme? Ya formaba parte de la familia.

- Hola – dije al verla abrir la puerta de su departamento - ¿qué tal? – dije besándola.
- Hola – dijo ella haciéndose a un lado para que yo pasara dentro.
- ¿Cómo ha estado tu día? – pregunté sentándome en el sofá
- Bastante aburrido ¿y el tuyo? – dijo sentándose a mi lado.
- Demasiado largo, porque estaba deseando venir aquí – dije subiéndola encima de mí.
- Te he echado de menos – me dijo.
- Si no te negaras a venirte a vivir conmigo - dije con burla – esto no pasaría.
- No empieces Zayn, sabes lo que pienso – dijo.
- Y tú ya sabes lo que pienso yo – le dije pegándola más a mí – no sé porque te niegas tanto, yo soy tu novio, _____ es tu mejor amiga, no veo nada malo en que vengas con nosotros.
- Solo no quiero ser una carga para nadie.
- Pero es que no eres una carga para nadie Cler – dije yo – tú tienes tu trabajo, ambos nos encargaremos de pagar las cosas a medias.
- No hablo de eso Zayn, está claro que no dejaría que me pagaras ni un solo euro.
- ¿Entonces? – dije confundido.
- No quiero agobiarte eso es todo – dijo levantándose de encima de mí – y ahora vamos a cenar, sino se va a quedar frío.
- Me levanté yo también – no consigo entenderte Cler, ¿agobiarme por qué? – le pregunté.
- Pues agobiarte Zayn, no quiero ser pesada, sé que necesitas tú espacio y si yo estoy en esa casa no vas a poder tenerlo – dijo hablando rápido, atropellándose con sus propias palabras.
- ¿De qué hablas? ¿Por qué dices eso? – dije yo – Yo solo quiero pasar tiempo contigo, no necesito espacio ni ninguna otra cosa.
- No quiero que te canses de mí Zayn – dijo cabizbaja.

Agarré una de sus manos con la mía y tiré de ella hacía mí para quedar pegado a ella. Agarré su cara entre mis manos obligándola a mirarme a los ojos.

- ¿Cansarme de ti? – le dije – Eso es imposible, nunca me cansaría de ti – dije mirándola a los ojos – No tendrás esa suerte Cler, jamás podría cansarme de ti. Te quiero mucho, no sabes cuánto.
- Yo también te quiero – dijo ella con ojos cristalizados. Eliminé el espacio que había entre nosotros y la besé. El beso duró hasta que nuestros pulmones se vaciaron por completo.
- Entonces… ¿te vienes a vivir conmigo? – dije.
- No corras tanto vaquero – dijo está separándose de mi – Antes tengo que ver algunas cosas, y como poder vender este departamento.
- ¿Eso quiere decir que es un ‘dentro de poco vivirás conmigo’? – pregunté.
- Eso quiere decir que viviré contigo dentro de poco – dijo con una sonrisa.
- ¡Eso es genial! – dije y la abracé – te quiero. Podré abrazarte todas las noches, y hacerte el amor cuando me apetezca y…
- Eh, eh, eh – dijo ella frenándome – que no se te olvidé que vives con tu hermana pequeña y ahora también está tu mejor amigo en tu casa.
- Da igual, que se entretengan solos – dije besando su cuello.
- ¡Zayn! – dijo ella riendo.
- Vámonos a tu habitación – dije sin despegar mis labios de su precioso cuello – total la cena ya está congelada qué más da que se congele un poco más.
- Tienes razón – dijo ella a la vez que enrollaba sus piernas alrededor de mis caderas.

Narra Harry.

Había pasado exactamente una semana después de lo ocurrido con _____ y las cosas no estaban mejor de lo que acabaron aquella noche. ____ y yo apenas nos hablábamos, nada más que para las cosas indispensables. Zayn por supuesto que se había dado cuenta de que estábamos enfadados pero prefirió mantenerse al margen y yo se lo agradecí, porque sinceramente no tenía la más mínima gana de inventarme una excusa para decirle.

Sinceramente, estaba hecho mierda. Evitaba todas las llamadas de Whitney y le mandaba mensajes inventándome excusas para no hablar con ella por teléfono. Me sentía mal, sabía que tenía que hacer algo con aquella situación, pero no sabía el qué.

Salí de mi habitación en dirección al baño. Necesitaba una ducha fresca. Entre el calor que hacía y el lío que tenía dentro de mi cabeza, no podía pensar en otra cosa mejor que darme una ducha refrescante. Entré, me desvestí y me dirigí a la ducha. Deje que el agua resbalara desde mi cabeza hasta mis pies, dejando por un momento la mente en blanco. Cosa que duró poco.

Nunca pensé que el venir de vuelta a Londres me supondría tales cosas. Tenía un lio de sentimientos dentro de mí, que ni yo mismo lo entendía. Salí negando con la cabeza, sabiendo que debía de hacer algo para solucionar esto, quizás irme a casa de mis padres el resto de las vacaciones, pero eso supondría que Zayn se daría cuenta que algo malo pasaba con ____. Y no quería que se enterara de más de lo que ya sabía, o sea que los dos estábamos enfadados. No quería que se enterara de lo que estuvo a punto de pasar en el sofá el día que él se fue con Cler.

Enrollé una toalla en torno a mi cintura, ya totalmente seco. Agarré el mango de la puerta para salir, pero algo me freno. Volví a intentarlo y nada. Miré si había quitado el seguro de la puerta, pero todo estaba en orden. Lo intenté por una tercera vez y ocurrió lo mismo. Me había quedado encerrado en el baño.