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Un regalo a su puerta (Nick y tu) TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Un regalo a su puerta (Nick y tu) TERMINADA
ahh!!!... por un minuto pensé lo peor......yei!!! los dos se aman :love: .. no puedo esperar a leer el siguiente capitulo... SÍGUELA!!!
PD. respecto a lo de tu siguiente novela.. una ROMÁNTICA!!!
PD. respecto a lo de tu siguiente novela.. una ROMÁNTICA!!!
Mar_Smile
Re: Un regalo a su puerta (Nick y tu) TERMINADA
HOLIIIIIII que hacen bueno les dejo el PENULTIMO CAPITULO de la novela espero lo disfruten el 30 o 31 de Diciembre es subo el ultimo y el rologo y/o primer capitulo de la otra novela como regalo de fin de año.
Respecto a la otra novela Mar_Smile es la unica que a puesto sobre que la pongo y dijo una romantica asi que todavia esta a desicion de ustedes bueno ya es dejo la nove Bss, Bss y mas Bss
Pd1:No me odien por el cap.
Pd2:Falta un cap para que se acabe.
Pd3:Las amo
_____________________________________________________________________________________
Capítulo Once PENULTIMO
No había sido tanto el fuego como el humo. Uno de los vecinos se había dejado una cacerola con agua y cuando ésta se había evaporado, el humo había disparado las alarmas. Unas horas más tarde, los bomberos dejaron a todos los vecinos regresar a sus casas.
Con la adrenalina todavía bombeándole en la sangre, Nicholas miró por la ventana del salón mientras _____ acostaba a la niña.
Miró las luces de neón de la ciudad e intentó calmarse.
Todo el mundo estaba bien y no había ocurrido ninguna tragedia. Aunque, pensó con una leve sonrisa, Alba Butler no volvería a ser la misma. Había tenido conectado el estéreo con los auriculares y no había oído las alarmas. Nicholas todavía no entendía cómo, por fin, le había oído a él aporrear la puerta, pero nunca olvidaría su expresión cuando le había comunicado que había fuego en el edificio.
Se había visto sometida a tener que aceptar que la llevaran en brazos, porque incluso con su orgullo, había tenido que reconocer que era demasiado lenta.
Distraído, se rozó la mejilla donde ella le había dado un beso cuando la había dejado a salvo fuera.
Inhalando con fuerza, apoyó las dos manos en el alféizar y apoyó la frente contra el cristal.
No debería sentirse tan inquieto como estaba. ¿Por qué no se había calmado ahora que su familia estaba a salvo?
La puerta de la habitación de _____ se abrió despacio y él volvió la cabeza. Ella estaba contra el marco de la puerta. La tenue luz de la lámpara de la esquina recortaba su silueta. Por sus ojos ensombrecidos tenía la sensación de que se estaba distanciando de él.
______ apartó la vista. Todavía tenía las emociones demasiado a flor de piel y no quería que él pudiera ver el conflicto que batallaba en su interior.
-¿Está bien Estrella? -murmuró él con voz ronca.
-Sí, está dormida.
–Bien, porque tenemos que hablar.
-Ahora no.
–No puedes aplazar esto –dijo él avanzando hacia ella. _____ se apartó con rapidez dirigiéndose a la cocina.
Tenía que mantenerse ocupada, pensó. Hacer café, fregar los platos. Lo que fuera.
-¿No ha habido ya bastante actividad para una noche? –preguntó ella despacio.
-No. Maldita sea, _____ -explotó él siguiéndola a la diminuta cocina-. Quédate quieta y escúchame.
Ella sacudió la cabeza negándose a darse la vuelta. Mirarlo a los ojos sólo pondría las cosas más difíciles.
Pero Nicholas no pensaba dejarse ganar. Se acercó a ella por detrás, la asió de los brazos y la volvió. _____ se encontró con sus ojos chocolatados y sintió un temblor de advertencia por la espina dorsal.
–_____ -dijo él con mucha más suavidad–. Lo que ha pasado esta noche me ha dado un susto de muerte.
Con el corazón partido, _____ declaró: -Nos lo ha dado a todos.
-Ya sé que tú también estabas asustada –sus manos se deslizaron por sus brazos-. Pero el miedo también me ha hecho pensar.
-Nicholas. No... -suplicó sabiendo que ya era demasiado tarde.
El amor brillaba en sus ojos. La determinación marcaba sus rasgos y ella comprendió que no había forma de escapar a la declaración que sabía estaba a punto de escuchar.
_____ sabía que estaba siendo una tonta. Debería sentirse feliz de que un hombre como aquél la amara.
-Tengo que decirte una cosa. Lo de esta noche me ha hecho comprender que lo que tenemos es demasiado frágil como para darlo por sentado –la soltó de forma brusca y se apartó medio paso de ella antes de bajar la voz–. Pensé que tenía todo el verano para convencerte.
No, no lo tenía, pensó ella con tristeza. Pero eso él no lo sabía.
-Ahora sé que no puedo correr el riesgo de esperar -se encogió de hombros con impotencia-. Por lo que sé, podría salir a la calle mañana y acabar atropellado por un camión.
_____ contuvo el aliento. Los recuerdos de aquel accidente de largo tiempo atrás la asaltaron.
Nicholas se acercó a ella y le rodeó la cara con las manos deslizando los dedos hasta sus sienes.
-No quiero esperar un sólo día más para decirte que te amo.
A _____ se le llenaron los ojos de lágrimas y parpadeó para contenerlas. Lo que hubiera dado en ese momento por poder decirle que ella también lo amaba. Dos cortas palabras. ¿Cómo podían aterrorizarla de aquella manera?
-Ya sé que no quieres oír esto -prosiguió Nicholas apresurado–, pero, _____. La vida es demasiado frágil como para no decir las cosas que son importantes para los dos.
El pánico le atenazó la boca del estómago. Ella sí que sabía lo frágil que podía llegar a ser la vida y no quería arriesgar de nuevo sus sentimientos para que el destino los despedazara una vez más.
-Quiero que te cases conmigo -espetó Nicholas antes de sonreír–. Dios, eso es algo que creía que nunca diría.
_____ abrió mucho los ojos. Asustada de repente de que al decirlo hubiera conjurado la mala suerte, susurró:
–No vuelvas a decir eso.
Alargó los dedos entonces hacia sus labios para acallarlo.
Nicholas le besó los dedos, pero se negó a callar.
-Voy a decirlo y tendrás que escuchar. Esta noche he comprendido que no podría arriesgarme a perderte, _____ –bajó la voz emocionado–. Eres importante para mí. Ni siquiera puedo imaginar vivir sin ti. Pensé que podría esperar. Darte
tiempo. Pero no puedo. Necesito un compromiso entre nosotros, _____. Necesito estar casado contigo.
_____ hizo acopio del valor que le quedaba para decir:
–Estar casado no es una garantía, Nicholas.
-No he dicho que necesitara garantías. Sólo te necesito a ti.
Pero ella sí necesitaba garantías. Necesitaba que alguien le dijera que esa vez todo saldría bien. Que esa vez, el hombre al que amaba viviría para siempre. Pero como no podía obtener aquella promesa, no se arriesgaría de nuevo.
Iba a empezar a hablar cuando Nicholas la cortó.
-No contestes todavía. Piénsalo. Piensa en nosotros. Y en Estrella -deslizó una mano por su vientre plano-. Podrías estar embarazada, _____. Piensa en eso también –cerró los ojos y apretó la frente contra la de ella–. Te quiero, _____. Y sé que tú también nos quieres, a Estrella y a mí. Ninguno de los dos habíamos planeado que sucediera esto. Pero ya sabes lo que tú misma dijiste acerca de adaptarse a los cambios de la vida.
Ella asintió con rigidez y recordó los ocho largos años en que se había escondido del mundo.
Los brazos de Nicholas la rodearon atrayéndola.
-Podríamos ser felices juntos, _____. Los tres. Cielos, quizá hasta los cuatro. Pero creo que eso ya lo sabes.
Sí, podrían ser felices. Si sólo el riesgo no fuera tan grande. Y en cuanto a la posibilidad de estar embarazada, no quería preocuparse aún. Todavía le quedaba otra semana.
Sin embargo, la idea de que el hijo de Nicholas estuviera creciendo dentro de ella era de alguna manera reconfortante.
–Ámame, _____ –dijo agachando la cabeza para darle un beso–. Y déjame amarte.
Ella se apoyó contra él. La instantánea ráfaga de calor le llegó hasta el alma. Esa noche se abandonaría a las increíbles sensaciones que Nicholas despertaba en ella. Podrían pasar otra noche juntos. Al menos eso se lo merecían.
_____ se estiró, le rodeó el cuello con los brazos y cuando él la alzó en brazos, suspiró contra su boca. Nicholas la llevó rápidamente a la habitación y al instante su ropa estuvo desparramada por el suelo.
Las manos de Nicholas parecieron estar por todo su cuerpo a la vez. La chupó y su lengua pareció evaporar la sombría soledad que le atenazaba el corazón. Le atrajo la cabeza hacia sí pidiéndole en silencio más.
Y él se lo dio. Adoró sus senos con sensualidad, uno tras otro, mientras sus manos se movían por su piel excitándola hasta lo mas hondo.
Cuando se deslizó a lo largo de su cuerpo, _____ gimió con suavidad. Los labios y la lengua de Nicholas trazaron un sendero por toda su piel. Ahora, las ráfagas de placer ascendían hasta la superficie lentamente.
Cada beso era una promesa. Cada caricia una bendición.
Por fin, Nicholas se movió para situarse entre sus muslos.
Ansiosa por sentirlo dentro de ella, _____ alzó los brazos para asirlo, pero él no hizo ningún gesto de ir a colocarse sobre ella.
-Nicholas – susurró–. ¿Qué estás haciendo?
Con los ojos nublados de pasión, la miró con fijeza.
-Amarte -respondió antes de bajar la cabeza.
_____ gimió en alto cuando su boca llegó al centro de ella. Enroscó los dedos en la sábana buscando algún soporte para aquella espiral creciente de sensaciones.
La lengua de Nicholas giró y rotó alrededor del diminuto botón sensibilizado. _____ se retorció y no pudo contener el aullido de placer que se le escapó de la garganta.
Nicholas alzó la cabeza y le sonrió. Deslizando las manos por debajo de su trasero, le levantó primero una de las piernas y después la otra hasta colocarlas sobre sus hombros.
Ella lo miró atrapada en el brillo de sus ojos. Hechizada siguió mirándole mientras lenta y sensualmente, él la cubría con su boca de nuevo. _____ cerró los ojos un instante y los abrió enseguida. Suspendida en el aire, no podía hacer otra cosa que sentir. _____ contempló cómo la tomaba. Las sensaciones eróticas le cosquilleaban por todo el cuerpo mientras él le daba los más íntimas caricias con la lengua.
Con las caderas alzadas y las rodillas clavadas en su espalda, se agitó inestable cuando su boca la llevó a unas alturas con las que ni siquiera había soñado.
Entonces Nicholas deslizó un dedo dentro de ella y _____ perdió el último ápice de compostura. Le asaltaron demasiadas sensaciones a la vez. Con la respiración jadeante agitó las caderas una y otra vez.
El mundo alrededor de ella se agitó cuando la sacudieron los primeros espasmos. Los labios y la boca de Nicholas se movieron entonces con más rapidez apremiándola. Los ojos se le cerraron cuando una última sacudida de placer la desbordó.
Nicholas la tendió con suavidad en el colchón y estiró la mano hacia la mesilla para alcanzar el preservativo que tanto necesitaba. Cuando estuvo listo, la penetró haciéndola lanzar un gemido de placer.
Casi con un deseo frenético, se lanzó hacia la plenitud y con una última sacudida, se unió a ella en el otro lado de la pasión.
Poco tiempo después, _____ se desperezó de sus sueños y se dio la vuelta en los brazos de Nicholas. Él murmuró algo adormilado y la apretó más contra sí.
Medio desvelada, _____ echó un vistazo al reloj de la mesilla. Eran las dos de la mañana, la noche casi se había ido y ellos lo estaban desaprovechando durmiendo.
Se deslizó sobre él para darle un beso en el torso y después deslizó la lengua por uno de sus pezones planos. Nicholas suspiró con pesadez.
Un velo de lágrimas le nubló la visión, pero parpadeó para despejarlas. No se permitiría a sí misma llorar. Al menos en ese momento. Ya habría mucho tiempo para las lágrimas. En los meses y años vacíos a que se enfrentaría sin él.
Alzando la cabeza, bajó la vista hacia él memorizando cada uno de sus rasgos, grabándolos en el corazón. Si las cosas fueran diferentes....
Si ella tuviera más valor... Si él tuviera un trabajo menos peligroso o hubiera garantías...
No, no más si. Ella ya había tomado la decisión. No era una fácil y Dios sabía que ya sentía arrepentimientos. Pero la verdad era que no tenía otra elección. No podía enfrentarse a una vida entera de preocupación y miedo.
Inclinó la cabeza y le besó en la comisura de los labios. Nicholas abrió los ojos y le dirigió una sonrisa que la perseguiría siempre.
Aquello tenía que ser suficiente, se dijo _____. Al menos tendría aquella noche con Nicholas.
Al día siguiente se iría.
Hacia el medio día de la mañana siguiente, el cielo estaba encapotado y gris como su estado de ánimo.
El teléfono sonó justo cuando estaba cerrando la cremallera de su maleta.
_____ se enderezó y lo miró. Si era Nicholas, no quería hablar con él. Tenía miedo de que adivinara por el tono de su voz que pasaba algo. Sería mejor... más fácil que no lo descubriera hasta que fuera demasiado tarde.
Por otra parte, si decidía volver a casa a ver por qué no contestaba al teléfono...
Al instante, se apresuró a descolgar.
-¿Hola?
-Hola –murmuró él con voz ronca e íntima–. ¿Por qué has tardado tanto?
–En... Estaba cambiando a Estrella.
-Dale un beso de mi parte.
-Lo haré –prometió ella con el corazón roto.
-Y otro para ti también.
_____ apretó más el receptor.
-¿Va todo bien?
-Sí -contestó después de aclararse la garganta-. Todo va bien. Voy a dar un paseo con Estrella de un par de horas, así que si llamas, no estaré aquí.
–No te preocupes –pero _____ notó un tono de preocupación en su voz–. Que te diviertas.
–Lo haré.
–_____...
Ella contuvo un suspiro.
-¿Sí?
–Acerca de lo de anoche...
Ella no quería pensar en la noche anterior. No podía. No cuando iba a abandonarle.
-Nicholas -espetó con brusquedad-. Tengo que irme antes de que Estrella se ponga nerviosa.
-Claro. Ya hablaremos más tarde.
-Más tarde. Bien
_____ asintió para sí misma. Más tarde ella ya no estaría.
–Te quiero, _____.
Ella parpadeó y cerró los ojos. Con un suspiro contestó:
-Ya lo sé.
Colgó y acarició distraída el receptor antes de darse la vuelta. Recogió el bolso y la maleta del sofá y echó un vistazo al sobre que había dejado en la mesita para Nicholas. Entonces empujó el cochecito de Estrella hacia el pasillo, donde le esperaba el resto de sus bolsas.
La puerta de Alba estaba abierta y la anciana en el pasillo contemplándola.
-Te agradezco que cuides a la niña esta tarde, Alba.
Ella asintió y escudriñó a _____ con aquellos agudos ojos suyos.
-Me encantará. Aunque creo que cometes un grave error.
-No puedo quedarme -aseguró _____ cerrando la puerta de Nicholas con firmeza–. La nueva niñera estará aquí mañana. Ya he hablado con la directora de una agencia muy respetable y me ha asegurado que sus niñeras están todas muy cualificadas y me garantiza que Estrella estará en buenas manos.
–Estás siendo una completa tonta –dijo Alba en voz baja.
_____ alzó la mirada hacia la anciana. -¡Oh, Nicholas Jonas, no es una joya, de acuerdo, pero es un hombre bueno! Deberías estar corriendo hacia él, no en dirección contraria a esconderte.
-Alba, no es tan sencillo.
-El amor es siempre sencillo. Es la gente la que lo pone difícil.
-La vida es la que lo hace difícil -susurró _____.
-Y escaparse no lo pone más fácil -dijo Alba con un tono de comprensión en la voz–. Descubrirás que no puedes correr lo bastante rápido ni lo bastante lejos como para dejar atrás lo que sientes.
Alba se acercó a darle una torpe palmada en el brazo.
-¿Por qué no te quedas un poco más? Dale otro día o así.
–Tengo que irme. Mi avión...
–Espero que sepas lo que estás haciendo, chica.
–Lo sé –susurró ella.
Era lo único que podía hacer.
-Uno de estos días lo sabrás. Pero vas a arrepentirte de esto. Y mucho.
_____ esbozó una débil sonrisa.
-En eso te equivocas, Alba. Ya estoy arrepentida.
Respecto a la otra novela Mar_Smile es la unica que a puesto sobre que la pongo y dijo una romantica asi que todavia esta a desicion de ustedes bueno ya es dejo la nove Bss, Bss y mas Bss
Pd1:No me odien por el cap.
Pd2:Falta un cap para que se acabe.
Pd3:Las amo
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Capítulo Once PENULTIMO
No había sido tanto el fuego como el humo. Uno de los vecinos se había dejado una cacerola con agua y cuando ésta se había evaporado, el humo había disparado las alarmas. Unas horas más tarde, los bomberos dejaron a todos los vecinos regresar a sus casas.
Con la adrenalina todavía bombeándole en la sangre, Nicholas miró por la ventana del salón mientras _____ acostaba a la niña.
Miró las luces de neón de la ciudad e intentó calmarse.
Todo el mundo estaba bien y no había ocurrido ninguna tragedia. Aunque, pensó con una leve sonrisa, Alba Butler no volvería a ser la misma. Había tenido conectado el estéreo con los auriculares y no había oído las alarmas. Nicholas todavía no entendía cómo, por fin, le había oído a él aporrear la puerta, pero nunca olvidaría su expresión cuando le había comunicado que había fuego en el edificio.
Se había visto sometida a tener que aceptar que la llevaran en brazos, porque incluso con su orgullo, había tenido que reconocer que era demasiado lenta.
Distraído, se rozó la mejilla donde ella le había dado un beso cuando la había dejado a salvo fuera.
Inhalando con fuerza, apoyó las dos manos en el alféizar y apoyó la frente contra el cristal.
No debería sentirse tan inquieto como estaba. ¿Por qué no se había calmado ahora que su familia estaba a salvo?
La puerta de la habitación de _____ se abrió despacio y él volvió la cabeza. Ella estaba contra el marco de la puerta. La tenue luz de la lámpara de la esquina recortaba su silueta. Por sus ojos ensombrecidos tenía la sensación de que se estaba distanciando de él.
______ apartó la vista. Todavía tenía las emociones demasiado a flor de piel y no quería que él pudiera ver el conflicto que batallaba en su interior.
-¿Está bien Estrella? -murmuró él con voz ronca.
-Sí, está dormida.
–Bien, porque tenemos que hablar.
-Ahora no.
–No puedes aplazar esto –dijo él avanzando hacia ella. _____ se apartó con rapidez dirigiéndose a la cocina.
Tenía que mantenerse ocupada, pensó. Hacer café, fregar los platos. Lo que fuera.
-¿No ha habido ya bastante actividad para una noche? –preguntó ella despacio.
-No. Maldita sea, _____ -explotó él siguiéndola a la diminuta cocina-. Quédate quieta y escúchame.
Ella sacudió la cabeza negándose a darse la vuelta. Mirarlo a los ojos sólo pondría las cosas más difíciles.
Pero Nicholas no pensaba dejarse ganar. Se acercó a ella por detrás, la asió de los brazos y la volvió. _____ se encontró con sus ojos chocolatados y sintió un temblor de advertencia por la espina dorsal.
–_____ -dijo él con mucha más suavidad–. Lo que ha pasado esta noche me ha dado un susto de muerte.
Con el corazón partido, _____ declaró: -Nos lo ha dado a todos.
-Ya sé que tú también estabas asustada –sus manos se deslizaron por sus brazos-. Pero el miedo también me ha hecho pensar.
-Nicholas. No... -suplicó sabiendo que ya era demasiado tarde.
El amor brillaba en sus ojos. La determinación marcaba sus rasgos y ella comprendió que no había forma de escapar a la declaración que sabía estaba a punto de escuchar.
_____ sabía que estaba siendo una tonta. Debería sentirse feliz de que un hombre como aquél la amara.
-Tengo que decirte una cosa. Lo de esta noche me ha hecho comprender que lo que tenemos es demasiado frágil como para darlo por sentado –la soltó de forma brusca y se apartó medio paso de ella antes de bajar la voz–. Pensé que tenía todo el verano para convencerte.
No, no lo tenía, pensó ella con tristeza. Pero eso él no lo sabía.
-Ahora sé que no puedo correr el riesgo de esperar -se encogió de hombros con impotencia-. Por lo que sé, podría salir a la calle mañana y acabar atropellado por un camión.
_____ contuvo el aliento. Los recuerdos de aquel accidente de largo tiempo atrás la asaltaron.
Nicholas se acercó a ella y le rodeó la cara con las manos deslizando los dedos hasta sus sienes.
-No quiero esperar un sólo día más para decirte que te amo.
A _____ se le llenaron los ojos de lágrimas y parpadeó para contenerlas. Lo que hubiera dado en ese momento por poder decirle que ella también lo amaba. Dos cortas palabras. ¿Cómo podían aterrorizarla de aquella manera?
-Ya sé que no quieres oír esto -prosiguió Nicholas apresurado–, pero, _____. La vida es demasiado frágil como para no decir las cosas que son importantes para los dos.
El pánico le atenazó la boca del estómago. Ella sí que sabía lo frágil que podía llegar a ser la vida y no quería arriesgar de nuevo sus sentimientos para que el destino los despedazara una vez más.
-Quiero que te cases conmigo -espetó Nicholas antes de sonreír–. Dios, eso es algo que creía que nunca diría.
_____ abrió mucho los ojos. Asustada de repente de que al decirlo hubiera conjurado la mala suerte, susurró:
–No vuelvas a decir eso.
Alargó los dedos entonces hacia sus labios para acallarlo.
Nicholas le besó los dedos, pero se negó a callar.
-Voy a decirlo y tendrás que escuchar. Esta noche he comprendido que no podría arriesgarme a perderte, _____ –bajó la voz emocionado–. Eres importante para mí. Ni siquiera puedo imaginar vivir sin ti. Pensé que podría esperar. Darte
tiempo. Pero no puedo. Necesito un compromiso entre nosotros, _____. Necesito estar casado contigo.
_____ hizo acopio del valor que le quedaba para decir:
–Estar casado no es una garantía, Nicholas.
-No he dicho que necesitara garantías. Sólo te necesito a ti.
Pero ella sí necesitaba garantías. Necesitaba que alguien le dijera que esa vez todo saldría bien. Que esa vez, el hombre al que amaba viviría para siempre. Pero como no podía obtener aquella promesa, no se arriesgaría de nuevo.
Iba a empezar a hablar cuando Nicholas la cortó.
-No contestes todavía. Piénsalo. Piensa en nosotros. Y en Estrella -deslizó una mano por su vientre plano-. Podrías estar embarazada, _____. Piensa en eso también –cerró los ojos y apretó la frente contra la de ella–. Te quiero, _____. Y sé que tú también nos quieres, a Estrella y a mí. Ninguno de los dos habíamos planeado que sucediera esto. Pero ya sabes lo que tú misma dijiste acerca de adaptarse a los cambios de la vida.
Ella asintió con rigidez y recordó los ocho largos años en que se había escondido del mundo.
Los brazos de Nicholas la rodearon atrayéndola.
-Podríamos ser felices juntos, _____. Los tres. Cielos, quizá hasta los cuatro. Pero creo que eso ya lo sabes.
Sí, podrían ser felices. Si sólo el riesgo no fuera tan grande. Y en cuanto a la posibilidad de estar embarazada, no quería preocuparse aún. Todavía le quedaba otra semana.
Sin embargo, la idea de que el hijo de Nicholas estuviera creciendo dentro de ella era de alguna manera reconfortante.
–Ámame, _____ –dijo agachando la cabeza para darle un beso–. Y déjame amarte.
Ella se apoyó contra él. La instantánea ráfaga de calor le llegó hasta el alma. Esa noche se abandonaría a las increíbles sensaciones que Nicholas despertaba en ella. Podrían pasar otra noche juntos. Al menos eso se lo merecían.
_____ se estiró, le rodeó el cuello con los brazos y cuando él la alzó en brazos, suspiró contra su boca. Nicholas la llevó rápidamente a la habitación y al instante su ropa estuvo desparramada por el suelo.
Las manos de Nicholas parecieron estar por todo su cuerpo a la vez. La chupó y su lengua pareció evaporar la sombría soledad que le atenazaba el corazón. Le atrajo la cabeza hacia sí pidiéndole en silencio más.
Y él se lo dio. Adoró sus senos con sensualidad, uno tras otro, mientras sus manos se movían por su piel excitándola hasta lo mas hondo.
Cuando se deslizó a lo largo de su cuerpo, _____ gimió con suavidad. Los labios y la lengua de Nicholas trazaron un sendero por toda su piel. Ahora, las ráfagas de placer ascendían hasta la superficie lentamente.
Cada beso era una promesa. Cada caricia una bendición.
Por fin, Nicholas se movió para situarse entre sus muslos.
Ansiosa por sentirlo dentro de ella, _____ alzó los brazos para asirlo, pero él no hizo ningún gesto de ir a colocarse sobre ella.
-Nicholas – susurró–. ¿Qué estás haciendo?
Con los ojos nublados de pasión, la miró con fijeza.
-Amarte -respondió antes de bajar la cabeza.
_____ gimió en alto cuando su boca llegó al centro de ella. Enroscó los dedos en la sábana buscando algún soporte para aquella espiral creciente de sensaciones.
La lengua de Nicholas giró y rotó alrededor del diminuto botón sensibilizado. _____ se retorció y no pudo contener el aullido de placer que se le escapó de la garganta.
Nicholas alzó la cabeza y le sonrió. Deslizando las manos por debajo de su trasero, le levantó primero una de las piernas y después la otra hasta colocarlas sobre sus hombros.
Ella lo miró atrapada en el brillo de sus ojos. Hechizada siguió mirándole mientras lenta y sensualmente, él la cubría con su boca de nuevo. _____ cerró los ojos un instante y los abrió enseguida. Suspendida en el aire, no podía hacer otra cosa que sentir. _____ contempló cómo la tomaba. Las sensaciones eróticas le cosquilleaban por todo el cuerpo mientras él le daba los más íntimas caricias con la lengua.
Con las caderas alzadas y las rodillas clavadas en su espalda, se agitó inestable cuando su boca la llevó a unas alturas con las que ni siquiera había soñado.
Entonces Nicholas deslizó un dedo dentro de ella y _____ perdió el último ápice de compostura. Le asaltaron demasiadas sensaciones a la vez. Con la respiración jadeante agitó las caderas una y otra vez.
El mundo alrededor de ella se agitó cuando la sacudieron los primeros espasmos. Los labios y la boca de Nicholas se movieron entonces con más rapidez apremiándola. Los ojos se le cerraron cuando una última sacudida de placer la desbordó.
Nicholas la tendió con suavidad en el colchón y estiró la mano hacia la mesilla para alcanzar el preservativo que tanto necesitaba. Cuando estuvo listo, la penetró haciéndola lanzar un gemido de placer.
Casi con un deseo frenético, se lanzó hacia la plenitud y con una última sacudida, se unió a ella en el otro lado de la pasión.
Poco tiempo después, _____ se desperezó de sus sueños y se dio la vuelta en los brazos de Nicholas. Él murmuró algo adormilado y la apretó más contra sí.
Medio desvelada, _____ echó un vistazo al reloj de la mesilla. Eran las dos de la mañana, la noche casi se había ido y ellos lo estaban desaprovechando durmiendo.
Se deslizó sobre él para darle un beso en el torso y después deslizó la lengua por uno de sus pezones planos. Nicholas suspiró con pesadez.
Un velo de lágrimas le nubló la visión, pero parpadeó para despejarlas. No se permitiría a sí misma llorar. Al menos en ese momento. Ya habría mucho tiempo para las lágrimas. En los meses y años vacíos a que se enfrentaría sin él.
Alzando la cabeza, bajó la vista hacia él memorizando cada uno de sus rasgos, grabándolos en el corazón. Si las cosas fueran diferentes....
Si ella tuviera más valor... Si él tuviera un trabajo menos peligroso o hubiera garantías...
No, no más si. Ella ya había tomado la decisión. No era una fácil y Dios sabía que ya sentía arrepentimientos. Pero la verdad era que no tenía otra elección. No podía enfrentarse a una vida entera de preocupación y miedo.
Inclinó la cabeza y le besó en la comisura de los labios. Nicholas abrió los ojos y le dirigió una sonrisa que la perseguiría siempre.
Aquello tenía que ser suficiente, se dijo _____. Al menos tendría aquella noche con Nicholas.
Al día siguiente se iría.
Hacia el medio día de la mañana siguiente, el cielo estaba encapotado y gris como su estado de ánimo.
El teléfono sonó justo cuando estaba cerrando la cremallera de su maleta.
_____ se enderezó y lo miró. Si era Nicholas, no quería hablar con él. Tenía miedo de que adivinara por el tono de su voz que pasaba algo. Sería mejor... más fácil que no lo descubriera hasta que fuera demasiado tarde.
Por otra parte, si decidía volver a casa a ver por qué no contestaba al teléfono...
Al instante, se apresuró a descolgar.
-¿Hola?
-Hola –murmuró él con voz ronca e íntima–. ¿Por qué has tardado tanto?
–En... Estaba cambiando a Estrella.
-Dale un beso de mi parte.
-Lo haré –prometió ella con el corazón roto.
-Y otro para ti también.
_____ apretó más el receptor.
-¿Va todo bien?
-Sí -contestó después de aclararse la garganta-. Todo va bien. Voy a dar un paseo con Estrella de un par de horas, así que si llamas, no estaré aquí.
–No te preocupes –pero _____ notó un tono de preocupación en su voz–. Que te diviertas.
–Lo haré.
–_____...
Ella contuvo un suspiro.
-¿Sí?
–Acerca de lo de anoche...
Ella no quería pensar en la noche anterior. No podía. No cuando iba a abandonarle.
-Nicholas -espetó con brusquedad-. Tengo que irme antes de que Estrella se ponga nerviosa.
-Claro. Ya hablaremos más tarde.
-Más tarde. Bien
_____ asintió para sí misma. Más tarde ella ya no estaría.
–Te quiero, _____.
Ella parpadeó y cerró los ojos. Con un suspiro contestó:
-Ya lo sé.
Colgó y acarició distraída el receptor antes de darse la vuelta. Recogió el bolso y la maleta del sofá y echó un vistazo al sobre que había dejado en la mesita para Nicholas. Entonces empujó el cochecito de Estrella hacia el pasillo, donde le esperaba el resto de sus bolsas.
La puerta de Alba estaba abierta y la anciana en el pasillo contemplándola.
-Te agradezco que cuides a la niña esta tarde, Alba.
Ella asintió y escudriñó a _____ con aquellos agudos ojos suyos.
-Me encantará. Aunque creo que cometes un grave error.
-No puedo quedarme -aseguró _____ cerrando la puerta de Nicholas con firmeza–. La nueva niñera estará aquí mañana. Ya he hablado con la directora de una agencia muy respetable y me ha asegurado que sus niñeras están todas muy cualificadas y me garantiza que Estrella estará en buenas manos.
–Estás siendo una completa tonta –dijo Alba en voz baja.
_____ alzó la mirada hacia la anciana. -¡Oh, Nicholas Jonas, no es una joya, de acuerdo, pero es un hombre bueno! Deberías estar corriendo hacia él, no en dirección contraria a esconderte.
-Alba, no es tan sencillo.
-El amor es siempre sencillo. Es la gente la que lo pone difícil.
-La vida es la que lo hace difícil -susurró _____.
-Y escaparse no lo pone más fácil -dijo Alba con un tono de comprensión en la voz–. Descubrirás que no puedes correr lo bastante rápido ni lo bastante lejos como para dejar atrás lo que sientes.
Alba se acercó a darle una torpe palmada en el brazo.
-¿Por qué no te quedas un poco más? Dale otro día o así.
–Tengo que irme. Mi avión...
–Espero que sepas lo que estás haciendo, chica.
–Lo sé –susurró ella.
Era lo único que podía hacer.
-Uno de estos días lo sabrás. Pero vas a arrepentirte de esto. Y mucho.
_____ esbozó una débil sonrisa.
-En eso te equivocas, Alba. Ya estoy arrepentida.
ana_pau
Re: Un regalo a su puerta (Nick y tu) TERMINADA
PE... PEROOO POR QUEEE HIZOO ESOOO??
AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!! NICK REGRESAA RAPIIDOOO!!!
AAIII CIELOOSSSS!!!
ALBA TIENE RAAAZOOONN!!!!!!
AAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!
BUENO Y CON REFERENCIA A LA NOVE!!!!
PUES YO QUIERO UNA ROMANTICA PERO DIVERTIDA!!!!
JEJEJEJEJ
AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!! NICK REGRESAA RAPIIDOOO!!!
AAIII CIELOOSSSS!!!
ALBA TIENE RAAAZOOONN!!!!!!
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BUENO Y CON REFERENCIA A LA NOVE!!!!
PUES YO QUIERO UNA ROMANTICA PERO DIVERTIDA!!!!
JEJEJEJEJ
chelis
Re: Un regalo a su puerta (Nick y tu) TERMINADA
no!!!.....pf.. si se va se arrepentirá todo su vida :(..... por favor SÍGUELA.... Y.... FELIZ AÑO NUEVO!!!
Mar_Smile
Re: Un regalo a su puerta (Nick y tu) TERMINADA
LO SIENTO MUCHO
Perdon por no haberles subido el ultimo caap pero es que tuve problemas y no me dio tiempo :sad: enserio lo siento bueno, Gracias por haber leeido mi primer novela por ustedes seguire subiendo mas y mas y mas y se que ustedes siempre me van estar acompaando con cada novela que llegue a subir al foro las amo Bss ah se me olvidava les dejo cap y el link de la nueva nove :P
Mensaje en una botella (Nick y tu)
_____________________________________________________________________________________
Capítulo Doce ULTIMO CAP
Nicholas mantuvo el ramo de flores tras la espalda cuando abrió la puerta principal. Quizá fuera una tontería, pero quería pillar la mirada de sorpresa de _____ cuando se las regalara.
–No está aquí.
Frunciendo el ceño se dio la vuelta para encontrase con Alba Butler. A sus ojos asomó la simpatía, pero Nicholas la ignoró.
-¿Qué? ¿Dónde está?
-Se ha ido.
Asombroso el efecto que tres simples palabras podían causar en el sistema nervioso de un hombre. Con la boca seca, Nicholas consiguió preguntar.
-¿A dónde?
–A su casa.
A su casa. Parecía que él había sido el único en considerar el apartamento la casa de los dos.
-¿Y la niña?
-Dentro -hizo un gesto hacia su propio apartamento-. Dormida.
Nicholas asintió en silencio y apretó el celofán que envolvía el ramo.
-Dijo que te había dejado una nota.
-Una nota.
Después de la noche que habían compartido.
Después de haberle propuesto matrimonio. Le había dejado una nota y había desaparecido.
Un profundo vacío se abrió dentro de él.
Maldición. Él había sentido que algo iba mal. Cuando habían hablado por teléfono había notado un temblor en su voz que le había preocupado. Pero se había convencido a sí mismo de que todo iba bien. Que lo hablarían todo en cuanto volviera a casa.
Nunca había imaginado que simplemente se largaría.
-¿Nicholas? ¿Estás bien?
Miró a la mujer mayor.
Era extraño que su antigua enemiga pareciera ahora su única amiga.
–Ahora mismo iré a recoger a la pequeña.
-No hace falta que te des prisa. Tómate tu tiempo.
Nicholas entró en su apartamento y cerró la puerta tras él. Nada le recibió. Ni un olor interesante desde la cocina. Ni los gorgoritos felices de Estrella en su silla ni _____ canturreando al bebé.
La vaciedad de su alma empezó lentamente a llenarle de rabia. ¿Cómo podía haberse ido sin una sola palabra?
Entonces se acordó. La nota.
Apretando los dientes, deslizó la mirada por la habitación y la vio casi al instante.
Se le contrajo un músculo en la mandíbula y lo rasgó con rapidez.
Querido Nicholas:
Estrella está con Alba y lo he arreglado para que mañana vaya una nueva niñera a cuidarla. No quería que fuera así, Nicholas, pero no puedo casarme contigo. Por favor, entiéndelo y no me sigas. Siempre me acordaré de Estrella y de ti. Amor, _____.
-¿Amor, _____? -repitió él en voz alta.
Mirando a la nota que tenía en la mano, la arrugó hasta hacer una bola con ella.
–No es tan fácil, _____–dijo furioso–. Si vas a dejarme, vas a tener que decírmelo a la cara.
Todavía gruñendo, se dirigió al teléfono y marcó enseguida el número de Kenia.
Su her¬mana sabría donde encontrarla
A la quinta llamada, su hermana respondió sin aliento.
-Kenia, soy yo.
–Pensé que enseguida me llamarías.
-¿Por qué? ¿Has hablado con _____?
–Sí. Hace un par de horas.
–Me ha dejado, Kenia.
Su hermana suspiró con pesadez.
–Lo sé. Le dije que era un error.
Nicholas se rascó el cuello y echó un vistazo al ramo de margaritas y rosas que había dejado en el sofá.
-¿Por qué está haciendo esto?
–Supongo que tendrá sus razones –se evadió su hermana con cortesía.
–¿Como cuáles? ¿Qué razones puede tener para salir corriendo como una maldita adolescente?
-Eso es una idea. ¿Por qué no habláis los dos en vez de usarme a mí como intérprete?
Nicholas inspiró con intensidad. Tenía razón. Cualquier respuesta que necesitara, tenía que obtenerla de _____. Maldición, al menos se merecía eso.
-Por eso te he llamado. Necesito su dirección.
-Bien -dijo Kenia con rapidez-. Pensé que ibas a dejarla irse así.
-De ninguna manera -susurró él más para sí mismo que para ella.
-¿Tienes un bolígrafo?
Después de anotar su dirección, Nicholas arrancó la hoja de papel y se la metió en el bolsillo.
-¿Crees que podrías cuidar a Estrella mientras hablo con ella?
–Me encantaría –entonces alzó la voz–. ¡Adam! ¡Deja a Whiskers en el suelo! ¡Se supone que los gatos no vuelan!
-Te llamaré antes de llegar -dijo -. Y mientras esté ahí mantén a ese niño alejado del bebé.
-Sí, sí. Tengo que dejarte -murmuró Kenia apresurada antes de colgar.
Nicholas colgó y se quedó mirando al vacío. Tardaría unos días en dejar solucionados algunos proyectos en la base y en arreglar el viaje. Pero, para el final de la semana, estaría mirando a _____ a los ojos retándola a que se atreviera a negar que lo amaba.
_____ entró en su apartamento y le recibió la radio que había dejado puesta antes de irse al mercado. Había deshecho las maletas cuatro días antes. Deslizó ahora la mirada por el lugar al que había llamado casa durante ocho años. Sólo había muebles atestados de cosas, alfombras raídas, suelos de madera abrillantados y cortinas de encaje agitándose bajo la brisa.
Aquel sitio le había producido tanto placer... Había creído que era acogedor. Casero. Y ahora sólo le parecía vacío y solitario. ¡Qué no hubiera dado por encontrarse un chupete por el suelo! O aquel tonto conejo de ganchillo rosa.
Las lágrimas le empañaron los ojos y se las secó con el dorso de la mano. Ya había llorado océanos de lágrimas y no había encontrado ningún alivio para el dolor que la embargaba día y noche.
Lo echaba de menos. Lo echaba de menos tanto que sentía un dolor constante en el corazón roto. Su único consuelo era que aquel dolor no era nada comparado con lo que habría sufrido si se hubiera atrevido a quedarse para luego perderlo.
Lentamente cruzó la habitación hasta la cocina. Al vaciar la bolsa de la compra sintió otro velo de lágrimas. Ni papilla ni pañales. Sólo comidas simples precocinadas. Y tampones.
_____ se llevó la mano al vientre. No había un niño creciendo allí. Debería haber sentido alivio, pero no lo sentía. Ahora no sólo tendría que vivir sin Nicholas, sino que había perdido su última oportunidad de tener una familia. Niños.
Estaba sola.
Nicholas examinó el papel que tenía en la mano y recorrió el pasillo hasta el final. Se detuvo frente a la puerta de su apartamento y se quedó mirando a la puerta cerrada frente a él.
Cuatro días sin ella y sentía que había pasado una maldita eternidad. ¿Qué le había hecho pensar que simplemente podía recoger sus cosas y largarse de su vida de aquella manera?
La rabia le asaltó. Maldición. Ella lo amaba. Lo sabía. Levantó una mano para llamar, pero se detuvo con una ansiedad que borró la rabia con la que había vivido los cuatro últimos días.
¿Qué haría si se negaba a volver con él?
Se mordió los dientes con tanta fuerza que podría habérselos partido.
-¿Quién es?
Cerró los ojos ante el sonido de su voz. El dolor y la rabia le asaltaron. Le parecía que habían pasado siglos desde la última vez que la había visto y oído. Desde la última vez que la había abrazado.
Inspirando con fuerza, abrió los ojos de nuevo para prepararse mentalmente para aquella batalla.
–¿_____? –dijo con su tono de voz más profesional y autoritario-. Soy yo. Abre la puerta.
Hubo una larga pausa antes de que ella contestara:
-Vete.
-No pienso irme a ningún sitio hasta que diga lo que he venido a decir -gritó. Distraído, Nicholas escuchó abrirse un par de puertas en el pasillo, pero las ignor
-. ¿Quieres que grite para que lo oiga todo el inundo? ¿O vas a abrirme?
Nicholas esperó lo que se le hizo como una eternidad y entonces vio el pomo de la puerta girar. _____ abrió la puerta y salió al pasillo como si su delgado cuerpo pudiera mantenerlo fuera.
Tenía un aspecto abatido y Nicholas sintió una oleada de esperanza. Unas ojeras de color púrpura le enmarcaban los ojos y estaba pálida. El vestido de color azul turquesa sin mangas le hacía parecer aún más blanca de lo que él recordaba.
Nicholas sintió que el corazón se le encogía de dolor. Se moría por rodearla en sus brazos y no pudo evitar abrazarla y atraerla hacia sí antes de tomar su boca. El beso fue largo, duro y profundo. Vagamente, creyó oír un gemido y le pareció sentir que sus manos se deslizaban por sus musculosos antebrazos antes de dejarlas caer.
Nicholas saboreó sus lágrimas y el suave y dulce aroma de ella como un ahogado respirando aire por última vez.
-Me has dado un susto de muerte -le dijo sombrío–. No vuelvas a desaparecer así.
-Te dejé una nota.
-Maldita sea tu nota. Y maldita seas tú por hacerme enamorarme de ti para luego irte.
_____ se puso pálida y al ver las caras de curiosidad en el pasillo se apartó a un lado. –Entra. Esto es privado.
Con la sangre ardiente, Nicholas pasó por delante de ella hasta llegar a la pared de enfrente. Cuando _____ cerró la puerta y se dio la vuelta hacia él, le espetó:
-¿Dónde está el bebé?
-¿Te importa? –casi gritó él.
-Por supuesto que me importa.- _____ se frotó los ojos con el dorso de las manos.
Nicholas inhaló con fuerza para calmarse. –Está con Kenia. No quería ninguna interrupción en nuestra conversación.
Ella asintió con rigidez y se cruzó de brazos.
–Hubiera venido antes, pero tenía responsabilidades. Simplemente no puedo tomarme tiempo libre cuando me apetezca.
_____ parpadeó, pero no podía decir nada.
Y Nicholas esperó. Un minuto. Dos. Cuando se hizo evidente que ella no iba a contestar, él sólo lanzó dos palabras:
-¿Por qué?
_____ tragó saliva y evitó su mirada.
-Al menos me debes una explicación. ¿Por qué diablos te fuiste? Te pedí que te casaras conmigo, maldita sea.
–Ya lo sé –gritó ella apretando los brazos con más fuerza alrededor de su vientre–. Por eso me fui.
Nicholas lanzó una carcajada amarga y dio dos pasos rápidos hacia ella antes de detenerse en seco.
–Un simple “no” hubiera sido suficiente.
-¿Y hubieras aceptado mi negativa?
Nicholas ni siquiera tenía que pensarlo.
–Probablemente no, pero podríamos haber hablado de ello.
–Hablar no hubiera cambiado nada.
-Ni tampoco escapar - sintió la satisfacción de verla dar un respingo–. Dime por qué estás haciendo esto, _____. Dime por qué quieres apartarnos de tu vida.
Ella lo miró entonces. Sus ojos estaban cargados de tanta pena que a Nicholas le dolió mirarlos, pero se endureció para no sentir simpatía por ella y debilitarse.
Pasó un largo momento silencioso.
–Porque no puedo pasar por esto de nuevo.
-¿Qué?
Como si hubiera llegado al punto de rotura, las palabras le salieron a borbotones. Le contó todo acerca de Bill y de su muerte dos semanas antes de la boda. Todo acerca del dolor con el que había vivido y que por fin había superado. Y todo acerca de sus miedos.
-¿Es que no lo entiendes? -gritó _____ por fin-. Te quiero más de lo que he querido a nadie en mi vida. Si te perdiera como perdí a Bill, esta vez el dolor me mataría.
–¿Quieres garantías? -preguntó él.
-Sí, maldita sea. Prométeme... no, júrame aquí y ahora que no te morirás. Que si nos casamos, vivirás para siempre.
–No puedo hacer eso.
-Entonces no puedo casarme contigo.
-¿Me estás castigando porque Bill se muriera? Increíble.
-No te estoy castigando.
-Entonces, ¿cómo lo llamas?
-Auto protección.
–Estupideces.
-¿Qué?
_____ lo miró como si estuviera hablando en una lengua desconocida.
–He dicho que eso es un montón de basura. Te estás escondiendo, _____. Intentando cavar un gran hoyo para desaparecer dentro de él.
-No sabes lo que pasé...
Nicholas la interrumpió plantando ambos pies en el suelo como si estuviera librando la batalla más importante de su vida.
-Mentira. Yo lo sé todo acerca de la muerte. La he visto tan cerca como para olerla. Y sé que lo más importante que la muerte puede enseñarnos es a vivir. Vivir cada momento como si fuera el último. Estrujar cada maldita gota de vida que podamos. Disfrutar cada minuto como el regalo que es.
-Tú no lo entiendes.
–Sí, lo entiendo. Y tú has estado tan ocupada en intentar no morir, que te has olvidado de vivir.
_____ reaccionó como si la hubiera abofeteado. Echando la cabeza hacia atrás, lo miró con los ojos empañados en lágrimas.
–No tengo miedo de morir –susurró llevándose las manos a la garganta-. Sólo no quiero verte morir a ti.
-¿Preferirías que me fuera de tu vida?
–¡Sí! Hazlo ahora. Por favor.
_____ dio un paso atrás para mantener la distancia entre ellos.
–Intentar esconderte no te ha servido de nada, ¿verdad? Tú no querías amarme. Ni a Estrella. Pero no has podido evitarlo.
_____ miró a lo profundo le aquellos ojos y no pudo negar la verdad.
–De acuerdo, sí. Te quiero. Os quiero a los dos. Pero no puedo dejar que ese amor tome decisiones por mí. No pienso exponerme a un tipo de dolor como ese de nuevo.
-Estás llorando ya.
_____ levantó una mano para frotarse los ojos.
-¿Qué dolor has evitado al dejarme?
-Esta pena pasará -dijo con la voz atenazada-. Pero si nos hubiéramos convertido en una familia y te hubiera pasado algo a ti o a Estrella... -sacudió la cabeza-. Ese tipo de agonía me mataría.
Nicholas lanzó un gemido tortuoso. Acortando el espacio entre ellos, la asió por los antebrazos y la sacudió con suavidad. Después la miró con furia a los ojos antes de explotar:
-No puedo creer que estés deseando tirar algo que yo ni siquiera creía que conseguiría en la vida.
_____ bajó la cabeza.
-Maldita sea, _____. Te quiero. ¿Es que no entiendes el milagro que es eso? Y sí, el amor es arriesgado, complica la vida y da miedo. Maldición, yo tampoco sé lo que va a pasar mañana -su mirada se clavó en ella y _____ leyó el desesperado amor que brillaba en sus ojos-. No puedo darte garantías, _____. Sólo puedo decirte que vivir sin ti hace que el mundo sea vacío y frío.
Nicholas subió las manos hasta su cara y le apartó las lágrimas con los pulgares.
Entonces _____ sintió el calor y la ternura que habían llegado hasta los rincones más oscuros de su alma.
-Sé lo que es la vida sin ti –prosiguió él–. Y no quiero volver a ello. Quiero amarte. Quiero tener hijos contigo.
_____ levantó la mano para cubrirse el abdomen.
-¿_____? -preguntó de repente–. ¿Estás...?
–No -admitió ella sintiendo un vacío dentro que amenazaba con tragársela.
Nicholas parecía decepcionado, pensó ella. Y cuando habló, se lo confirmó.
-Lo siento. Había tenido esperanzas -sacudió la cabeza de nuevo-. _____, ven conmigo. Crea una familia conmigo. Nicholas. Una familia.
Era lo que siempre había deseado. Todo en su interior le impulsaba a apartar sus miedos y aceptar.
-Si siquiera... -susurró-. Si al menos supiera que esta vez todo va a salir bien...
Nicholas se inclinó y la besó en la frente. El amor por ella lo embargaba de tal forma que pensaba que podría arder.
-Ah, dulzura -dijo con ternura-. Eso no puedo prometértelo. Nadie puede. Lo único que puedo garantizar es que te amaré siempre –le apartó el pelo de la cara sin dejar de mirarla a los ojos-. Eso es lo único que puedo decir. Nuestras vidas están en nuestras manos, _____.
Más asustado de lo que había estado nunca en un campo de batalla, Nicholas contuvo el aliento y la miró mientras _____ deslizaba la vista a su alrededor.
_____ inspiró para calmarse. Las manos de Nicholas en su cara le calentaban todo el cuerpo. En silencio, reconoció que esa era la primera vez que no había sentido un frío mortal desde que había escapado del lado de él y de Estrella. Desde que había dado la espalda al regalo del amor. Aquellos días sin él habían estado vacíos. Tan vacíos como lo estaría su vida si seguía viviendo asustada.
Sin embargo, sabía que el miedo de perderlo probablemente nunca desaparecería por completo. Y la perspectiva del dolor le aterrorizaba. Pero, comprendió al volver a mirar al hombre al que amaba, la realidad de vivir sin Nicholas Jonas en su vida era mucho más aterradora.
Lentamente, alzó las manos para cubrir las de él. Cuando habló, la voz le salió quebrada:
-Hace ocho años, pensé que mi vida se había acabado.
Nicholas contuvo el aliento y frunció la frente con preocupación.
-Pero no fue así, Nicholas –dijo acariciándole la cara antes de besarlo–. Era sólo el principio –se detuvo para mirarlo con ternura-. Tú eres el amor de mi vida. ¿Te casarás conmigo?
–Sí –una lenta sonrisa de alivio le surcó la cara–. Y no me importa decir que me has tenido asustado a muerte por un tiempo.
-A mí también –admitió ella antes de arrojarse a sus brazos.
Nicholas cerró los brazos alrededor de ella y se sintió como si hubiera vuelto a su hogar.
Se quedaron abrazados unos minutos saboreando sólo la felicidad de estar juntos de nuevo.
-¿Recuerdas... -dijo él de repente-, que te había dicho que quería haber sido el general más joven del cuerpo?
Ella asintió contra su pecho y él la abrazó con más fuerza.
-He decidido perseguir una promoción mejor.- _____ladeó la cabeza para mirarlo.
-¿Qué?
–Ia de ser el mejor marido y padre que hayas visto en tu vida.
–Tienes mi voto, Marine -dijo poniéndose de puntillas para recibir su beso.
¡FIN!
:wut: PD: Arriba tienen el link de la nueva novela ;)
ana_pau
Re: Un regalo a su puerta (Nick y tu) TERMINADA
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!!
LA FUE A BUSCAAAAARRRR Y LA CONVENCIOOOOO!!!!!
QUE LINDA NOOOVEEE!!!
ME VERAS EN LA OTRAAAAA!!!!
LA FUE A BUSCAAAAARRRR Y LA CONVENCIOOOOO!!!!!
QUE LINDA NOOOVEEE!!!
ME VERAS EN LA OTRAAAAA!!!!
chelis
Re: Un regalo a su puerta (Nick y tu) TERMINADA
la ame, la ame, la ame.... es una muy bonita novela :).....gracias por compartirla :D.. ya me paso por tu otra nove
Mar_Smile
Página 3 de 3. • 1, 2, 3
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