TRUST ME. (Harry Styles, Zayn Malik)

Elizabeth le miró sin saber muy bien que decir o que hacer, simplemente quería llegar a su casa y tirarse también en su cama a llorar o a hacer cualquier otra cosa menos tener que quedarse allí a hablar con Liam.
-Effy... - comenzó el chico, luego se rascó la nuca - ¿Sabes lo que te vendría bien? Hoy ha sido un día muy duro y bueno, celebran una fiesta en casa de un amigo y bueno, creo que estaría bien que vinieras.
-No tengo demasiadas ganas de ir Liam... - le respondió la rubia - De verdad, no me encuentro bien.
-Oh venga, que también vendrá Niall. Será genial.
Elizabeth miró la cara de perrito abandonado que estaba poniendo Liam y no pudo negarse, sonrió levemente y luego suspiró.
-Está bien... iré - le respondió - Pero solo un ratito.
-¡Eres la mejor! - gritó él abrazándola.
En aquel momento deseó que Zayn fuera tan bueno y amable como lo era Liam. Nunca ponía una mala cara a nadie, ni mucho menos daría una mala contestación. Liam era simplemente el novio que cualquier chica querría.
Cualquier chica menos ella, que como siempre, iba al revés del mundo.

Cuando el chico se fue, subió a su habitación y se dio una rápida ducha de agua caliente, Jack ya estaba durmiendo y sus padres veían una película en el salón. Ya no se sentía tan bien estando alrededor de sus padres, era como si todas sus sospechas fuera ciertas y ya no los sintiera como sus padres biológicos.
Negó con la cabeza y puso el grifo lo más frío que pudo, ¿pero que tonterías estaba pensando? claro que eran sus padres, le habían dado todo el amor del mundo y la habían tratado fenomenal. No tenía derecho a pensar así.
Salió de la ducha, se secó el pelo todo lo que pudo con la toalla y luego comenzó a vestirse. ¿Que debía ponerse para esa fiesta? Se decidió por un vestido negro algo ajustado, medias oscuras y sus inseparables converse.
Se maquilló los ojos de negro como siempre hacía y nada de carmín, lo odiaba. Colonia, cartera, llaves y bolso.
Picaron al timbre justo cuando bajaba las escaleras, por lo que se despidió de sus padres y luego salió afuera. Niall le sonrió y luego le dio un abrazo a la chica.
-Alegra esa cara - le dijo - ¡Nos vamos de fiesta!
Effy rió mientras caminaba con el rubio hacia el coche, una vez entraron dentro, saludó a Liam - quien conducía - y a su novia, Emma, quien estaba sentada justo al lado.
Ambos le regalaron una amplia sonrisa y ella se la devolvió.
-¿Lista para bailar hasta que se rompa la pista? - le preguntó Emma con su sonrisa.
-No suelo bailar demasiado, pero bueno... - le respondió.
Siguieron hablando durante el resto del camino hasta la casa dónde se celebraba la fiesta. Entraron y la música sonaba a todo volumen, Emma y Liam desaparecieron al poco de llegar así que Niall se dedicó a invitar a Effy a chupitos. Sobretodo de tequila.
Al cabo de unos pocos, Effy reía por cualquier tontería y bailaba con Niall. O eso creía ella.
Seguía riendo mientras salía de la casa y corría hacia la parte de atrás con aquel chico del que no recordaba el nombre. Era alto, de pelo castaño y con una sonrisa bonita.
Los labios de él se juntaron con los suyos y ella siguió el beso sin saber porqué. No quería besarse con otro que no fuera Zayn, pero su cuerpo no decía lo mismo.
Comenzó a asustarse cuando la mano del aquel chico se coló por debajo de su vestido, así que intentó apartarse de él.
-Yo no... no quiero acostarme contigo - le dijo mientras seguía intentando apartarle.
Aquel chico rió.
-Lo siento nena... pero no vas a dejarme así - le respondió volviendo a besarla y tocándola por debajo del fino vestido.
-Te he dicho que no quiero - Effy intentó volver a empujarle - No me toques, ¡suéltame!
-Verás, vamos a hacer esto por las buenas o por las malas, así que será mejor que te mantengas calladita - le dijo él.
Elizabeth le empujó de nuevo, poniéndose cada vez más nerviosa. Iba a violarla allí mismo. Cuando consiguió separarle de ella echó a correr pero iba demasiado borracha por lo que terminó cayendo al suelo. Aquel chico no tardó en colocarse encima de ella.
Gritó con todas sus fuerzas pero aquel chico le tapó la boca, pataleó sin resultados y cuando ya las lágrimas habían comenzado a salir de sus ojos y su cuerpo se preparaba para lo peor, aquel chico salió, literalmente volando de encima de ella.
Aún en shock, se sentó en el césped y intentó centrar la vista.
El corazón le comenzó a palpitar a toda velocidad cuando vio que era él, el chico de sus sueños; el chico de los ojos verdes. Mantenía al castaño cogido del cuello levantado varios palmos del suelo, al parecer ya le había pegado en la cara puesto que estaba sangrando y también tenía una herida en el cuello.
Cuando por fin le soltó, el chico salió corriendo y el chico de los ojos verdes se acercó a ella caminando lentamente, aunque parecía que volaba.
Le tendió la mano y ella se levantó del suelo. Era fría pero fuerte, le miró y divisó un pequeño rastro de sangre desde su labio, bajando por su barbilla y alargó la mano para limpiarle, sin dejar de mirarle a los ojos.
Effy tenía la respiración agitada, estaba nerviosa pero tranquila a la vez; se sentía segura.
-Gracias - susurró.
-¿Estas bien? - la chica asintió, él pasó una de sus grandes manos por su pelo, haciéndola estremecerse - No volverá a tocarte.
-¿Quién eres? - le preguntó ella, sin podes creérselo aún. Nunca se hubiera imaginado que tuviera una voz tan... ronca. - ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Harry y puedo ser quien tu quieras.
Effy sonrió, él también lo hizo. Luego agachó la mirada con las mejillas coloradas.
-Me encantaría conocerte - le dijo, por fin. Harry rió un poco.
-Si quieres... puedo llevarte a cenar mañana por la noche, ¿te apetece?
-Claro, sería... sería genial - le respondió ella.
Aquella situación era de lo más extraña. Le había estado viendo en sueños durante meses, le había visto en su ventana, en sueños y ahora él la estaba invitando a cenar. Aquello definitivamente no podía ser real.
-A las seis en la pastelería de la esquina - le respondió él.
Luego apartó sus ojos verdes de ella para centrarlos en otro lugar, al parecer había oído algo, pero Elizabeth ya no escuchaba nada más que no fuera él. Ya no veía a nadie más que a él y por supuesto, ya no quería estar con nadie más. Solo él.
-Tengo que irme - le dijo.
-¿Qué? No, no, no. No te vayas - le pidió la chica agarrando su mano helada de nuevo.
-Nos veremos mañana, manténte a salvo.
Y dicho eso, Harry se acercó a ella, posó sus fríos labios en su frente y desapareció como si todo hubiera sido una visión, una proyección de su mente y allí no hubiera estado nadie más. Solo ella.
-¡Elizabeth! - escuchó segundos después y también pasos rápidos - ¡Effy! ¿Estás bien?
Se giró para divisar a Niall corriendo, tenía la cara roja por el alcohol y detrás de él venían Liam y Emma. Ella simplemente asintió con una sonrisa; estaba mejor que bien.