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Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
Nombre:
Cuando la serpiente se enamoró.
Autor:
Lali Mellark.
Adaptación:
Sí, de Harry Potter.
Género:
Generales.
Advertencias:
-
Otras páginas:
potterfics.
[...] A la mañana siguiente, el joven de ojos esmeralda se levantó temprano. Se sorprendió al ver todo verde a su alrededor y recordó que había quedado en la casa de Salazar Slytherin. Sus compañeros de habitación todavía no estaban despiertos y eso le intrigaba. ¿Era de madrugada? Decidió tomarse una ducha antes de que sus cavilaciones lo inundasen y se dirigió al baño, una vez allí, se impresionó al visualizar que casi todo era del color del césped, pero se dijo que con el tiempo se acostumbraría. Abrió la canilla de agua caliente y se dio una ducha de más o menos, quince minutos. Cuando salió, se vistió con el uniforme, y le chocó un poco ver la corbata de Gryffindor que su tío Ronald le había dado un día antes de entrar a Hogwarts. «Seguro serás un gran Gryffindor como tu padre lo ha sido» le había dicho, o más bien, amenazado pues luego le dijo que dejaría de ser un Weasley si no quedaba en dicha casa, pero ya era demasiado tarde para recordarlo.
Porque él era un Slytherin, aunque no lo quisiera.
Cuando la serpiente se enamoró.
Autor:
Lali Mellark.
Adaptación:
Sí, de Harry Potter.
Género:
Generales.
Advertencias:
-
Otras páginas:
potterfics.
[...] A la mañana siguiente, el joven de ojos esmeralda se levantó temprano. Se sorprendió al ver todo verde a su alrededor y recordó que había quedado en la casa de Salazar Slytherin. Sus compañeros de habitación todavía no estaban despiertos y eso le intrigaba. ¿Era de madrugada? Decidió tomarse una ducha antes de que sus cavilaciones lo inundasen y se dirigió al baño, una vez allí, se impresionó al visualizar que casi todo era del color del césped, pero se dijo que con el tiempo se acostumbraría. Abrió la canilla de agua caliente y se dio una ducha de más o menos, quince minutos. Cuando salió, se vistió con el uniforme, y le chocó un poco ver la corbata de Gryffindor que su tío Ronald le había dado un día antes de entrar a Hogwarts. «Seguro serás un gran Gryffindor como tu padre lo ha sido» le había dicho, o más bien, amenazado pues luego le dijo que dejaría de ser un Weasley si no quedaba en dicha casa, pero ya era demasiado tarde para recordarlo.
Porque él era un Slytherin, aunque no lo quisiera.
Algunas veces pienso que la gente no comenta porque tiene ese ridículo pensamiento «Mejor que lo haga otra persona», pero, ¿qué sucedería si todos los lectores que leen la historia tienen el mismo pensamiento? ¡El fic no terminaría recibiendo ninguna crítica! Por eso cada uno tiene que aportar con su granito de arena y así ese escritor que criticaron, pueda crecer como persona e ir mejorando día a día.
El colmo del escritor. james_lily_harry
El colmo del escritor. james_lily_harry
hemmo.
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
{#} i n t r o d u c i n g m e:
» Soy Lali, tengo trece y es mi primer fan fic sobre Albus Potter de la tercera generación. Lo subo también en Potterfics (al igual que todo lo que escribo) y espero que les guste.
Intenté hacer una especie de prólogo, pero terminé copiando un fragmento del primer capítulo.
Solo para aclarar, es un Albus/Emily (ustedes) Albus/Rose & Rose/Scorpius porque realmente amo esta última pareja y creo que a muchos/as de ustedes les gusta también. Ahora voy a subir el primer capítulo, y me gustaría que comentasen, así, como puse arriba, extraído de 'el colmo del escritor' pueda mejorar como escritora. -gracias por leer.
» Soy Lali, tengo trece y es mi primer fan fic sobre Albus Potter de la tercera generación. Lo subo también en Potterfics (al igual que todo lo que escribo) y espero que les guste.
Intenté hacer una especie de prólogo, pero terminé copiando un fragmento del primer capítulo.
Solo para aclarar, es un Albus/Emily (ustedes) Albus/Rose & Rose/Scorpius porque realmente amo esta última pareja y creo que a muchos/as de ustedes les gusta también. Ahora voy a subir el primer capítulo, y me gustaría que comentasen, así, como puse arriba, extraído de 'el colmo del escritor' pueda mejorar como escritora. -gracias por leer.
hemmo.
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
{#}capítulo uno.
s l y t h e r i n
s l y t h e r i n
— ¡Cartwright, Emily! -gritó el profesor Longbottom. La niña de once años, cuyo cabello anaranjado se movía como una llama, se sentó en el taburete y el sombrero no tardó en gritar… ¡Slytherin! Albus comenzó a comerse las uñas con desesperación, después de ella, unos cuantos más pasaron y llegó el turno de un rubio platinado que fue apuntado en la casa verde. Nine, Nott, Parkinson, Pelletier, Perak, Potter… -¡Potter, Albus Severus! -era su turno. Albus caminó, temeroso, hacia el taburete en dónde había un desgastado sombrero. En Slytherin no, en Slytherin no… rogó para sus adentros. Tomó asiento y el profesor de Herbología se lo puso en la cabeza.
— Uhm, mente brillante. -el mediano de los Potter escuchaba atentamente cada palabra que aquél extraño sombrero le decía. -Audacia, astucia, inteligencia, sin dudas, no eres como los demás Potter. Podrías encajar en Ravenclaw, pero, no… no irás ahí. ¿Te parece bien Slytherin? Si te mando a Gryffindor tanto tú como yo, nos arrepentiremos. Eres un perfecto… ¡SLYTHERIN! -chilló en voz alta, para que todos en el gran comedor pudiesen oírlo, claro, a menos que alguien allí se encontrara bajo un Muffliato.
Albus abrió los ojos mareado. ¿Estaba en Slytherin? ¿Acaso eso era verdad? ¿Era una maldita serpiente rastrera, como James había dicho tantas veces? Albus suspiró, con desgano, esbozó una sonrisa falsa para su prima y caminó a la casa de las serpientes, se sentó al lado de un chico al que reconoció como Scorpius Malfoy, tanto él, como Scorpius, no sabían que diantres hacían allí. En la cabeza del azabache las dudas lo perseguían como un león a una liebre. ¿Será que él era malo? ¿Había hecho algo totalmente erróneo? ¿Se convertiría en un mago tenebroso, al igual que muchos Slytherins? ¿Podría ser alguien como Voldemort? La simple idea lo estremeció y lo hizo suspirar. El joven que estaba a su lado le preguntó si estaba bien, a lo que Potter aludió diciéndole que se encontraba en 'perfectas condiciones' aunque él sabía que no era así.
Rose Weasley fue llamada a seleccionar, el sombrero tardó tres minutos en decidirse si enviarla a Slytherin o a Ravenclaw, finalmente lo resolvió mandándola a ésta última. La mesa de la casa de las águilas la vitoreó y Rose se desplomó en el primer asiento que encontró, le echó una mirada furtiva a su primo y le sonrió, dándole apoyo, ya que ambos habían roto la tradición Weasley de estar en Gryffindor, aunque, claro, Dominique lo había hecho primero al haber estudiado en Beauxbatons. Y la selección finalizó después que Zabini, Robert fue enviado a la misma casa que Albus.
En la mesa de los leones, nadie entendía que acababa de suceder. Estaban viviendo casi la misma situación de hacía unos años, cuando Dominique anunció que iría a vivir a Francia con su tía Gabrielle, y unos años más tarde, cuando reveló su cambio de orientación sexual. Un desentendido James balbuceaba cosas a su primo, Fred Weasley II, la hermana de éste, Roxanne, también participaba de la conversación expresando su soporte a James, que todavía no podía digerir que su único hermano varón hubiese ido a parar a la casa que más odiaba, a la que todas sus bromas iban a parar, a la que solía burlarse, a la que tenía a la chica que le gustaba desde que empezó su primer año. La bonita prefecta Caroline Harvey estaba hablando con su hermano, felicitándolo por haber entrado a la casa que había vencido en los últimos cuatro años en la copa de las Casas.
— Y como te decía, James, no es tan malo que tu hermano haya quedado en Slytherin, podemos hacerle bromas e incluso entrar en la sala común de ellos, utilizando a Albus. ¿No crees? -interrogó Roxanne, cuya piel bronceada, ojos azules, y cabello negro con mechas rojas la hacían ver como una de las chicas más hermosas de Hogwarts, y como una Weasley diferente. Chasqueó la lengua al ver que su primo favorito no le estaba prestando atención. — En el expresó, hablé con Harvey y me dijo que te daría una oportunidad, claro, si ella no estuviese en quinto, y tú en tercero.
Su hermano soltó una carcajada que se escuchó por toda la mesa Gryffindor, y por la de Ravenclaw también, que estaba justo al lado. Fred se levantó y caminó hacia la mesa contigua para hablar con su prima Rose, llevaba con él una copa de jugo de calabaza del mismo color de su cabello, naranja chillón. Se podría decir que el gemelo de Roxanne era idéntico a su padre (al igual que su hermana, sólo que ella tenía la piel y el cabello de su madre, Angelina Johnson) tenía la piel ligeramente bronceada, ojos azules, cabello pelirrojo y pecas, muchas pecas por todo su rostro en especial en el puente de la nariz. Mucha gente solía decir que Fred era el hermano mayor de Rose, ya que ésta compartía muchas de sus características física, tales como el cabello, las pecas y los ojos, su piel era ligeramente más clara y no era precisamente alta, igual que el resto de su familia.
— ¿Y cómo se siente estar en el año de la revolución de las casas? -le preguntó a Rosie, una vez que se hubo sentado a su lado, empujando a un par de niños para que le cedieran el lugar. -Me refiero a… tu entiendes, eres una Ravenclaw. Se supone que irías a Gryffindor, como James, Vic, Ted, Molly, Lucy, Lou, Rox, y yo. Ninguno de nosotros esperaba que estés aquí, con todos estos sabelotodo. Pero tienes genes Granger, eh Rosie. Solo te digo, que porque eres mi prima favorita al igual que Dominique, tu casa está salvada de posibles bromas por parte de los merodeadores. -Fred sonrió y le dio un sonoro beso en la mejilla de su prima. -Sin embargo, dile a Albus que queda desterrado de la familia Weasley y que jamás de los jamases podrá volver a pisar la Madriguera, ¿Entiendes? -bromeó, pero Rose permanecía circunspecta. -Ahora sí, me vuelvo a mi mesa, la tuya es demasiado silenciosa. ¡Gryffindor manda!
Por otro lado, en un ambiente elegante, un niño de cabellos azabaches y ojos verdes al igual que las esmeraldas, conversaba animadamente con un niño rubio de ojos grises. Scorpius y Albus recién comenzaban una amistad que se extendería por los años, ambos jóvenes no sabían porqué estaban en esa casa, aunque el pequeño Malfoy creía que era por su ascendencia. "Todos han estado en Slytherin, no podía ser la excepción" le mencionó a Albus en una parte de su charla, y su nuevo amigo le respondió citando a Rose, cuya familia había estado en Gryffindor desde la fundación del colegio y ella había ido a parar a Ravenclaw, junto a los 'cerebritos'.
Por más ridículo que parezca, los hijos de los enemigos en su época escolar, Draco Malfoy y Harry Potter, olvidaron los prejuicios que siempre hubo entre Potter, Malfoy y Weasley (recordemos que, la familia de Ginny siempre odió a los Malfoy) y decidieron hacer un borrón y cuenta nueva. Los dos Slytherins hablaban de trivialidades, como si se conociesen de toda la vida, olvidando que esta amistad estaría mal vista por cualquiera que supiese los enfrentamientos entre los progenitores de ambos niños. A la par de Scorpius, había dos niñas, la más próxima al descendiente de Lucius Malfoy, era su prima. Rosalie Nott era hija de Theodore y Daphne Nott, ésta última, hermana de la madre de Scorpius. La pequeña tenía la piel clara, el cabello castaño lacio y unos hermosos ojos grises verdosos, la chica de al lado, poseía una cabella anaranjada que flameaba como las llamas de un buen fuego, la tez pálida, los labios rosados y los ojos azules, su nombre era Emily Cartwright, y era hija de una jugadora de Quidditch francesa, Charlotte Pelletier y de un muggle, Samuel Cartwright, también tenía un hermano gemelo; al contrario de Rosalie, que tenía dos hermanas más pequeñas; y éste había sido sorteado en Hufflepuff.
— Scor. -musitó la heredera Nott a su primo, él se volteó a verla y se encontró con la mirada metálica de su prima y la lapislázuli de una desconocida, a quién Rosalie señalaba. -Ella es Emily Cartwright, es francesa.
— Un gusto. -Malfoy le tendió la mano, arrastrando las palabras con un deje de arrogancia. La joven la aceptó, aunque a regañadientes, ya que su nueva amiga le había dicho que debía ser amable y la había obligado a conocer a su primo-Soy Scorpius Malfoy.
— Gracias, Scogpius. Mi nombge eg Emily Cagtwrgight. -su pronunciación le provocó gracia, pero se contuvo de largarse a reír allí mismo. Albus, que había empezado una plática con Robert Zabini, se dio vuelta al escuchar tan gracioso acento que le recordaba a Dominique y a su tía Fleur. Observó como su amigo estaba conteniéndose de no soltar unas carcajadas allí y reprimió una risa, pero no fue muy discreta porque en ese momento la fría mirada de la francesa se posaba en él. -Soy Emily Cagtwgight, ¿y tú como te llamag? -articuló, intentando que su acento francés no se notase tanto. Congelado, Albus reaccionó un minuto después.
— Albus Severus Potter. -contestó casi al instante. Se fijó en los rasgos de la chica, parecía ser unaveela sólo que con el cabello pelirrojo y los ojos fríos y profundos, como una boca de lobo. Recordó a Dominique y a su tía Fleur, por instinto, le preguntó: -¿Eres pariente de algún Delacour?
— Gabrielle Delacoug es mi tía segunda, es pgima de mi madge. -dijo con desdén. Albus supo que debía callar, pues la actitud arrogante de la hermosa joven no le gustaba para nada. -¿Pog qué lo pgeguntag? -inquirió después de un largo rato, el mediano Potter murmuró un inconcluso 'nada' y cada uno volvió a sus conversaciones, la de Albus, Scorpius y Robert, consistía en burlarse del divertido acento francés de Emily, ya que ésta ni siquiera podía pronunciar muy bien su apellido. Rosalie y la francesa hablaban de lo descortés que habían sido los muchachos y de Quidditch. Ambas prometieron que el próximo año entrarían al equipo de Quidditch como golpeadoras.
Al otro lado del comedor, dos pelirrojos hablaban con un rubio. Rose y Fred Weasley platicaban con Louis Weasley Delacour, hijo de Bill y Fleur Weasley. Él era el único Weasley rubio, o cómo el mismo se había bautizado, 'El Weasley veelo' haciendo honor a su apellido y a su ascendencia veela por parte de su madre, tenía los ojos azules y los rasgos de un Delacour, con muchas pecas, claro. Era explosivo, divertido e inteligente, tenía mayor afinidad con Rose y con Lucy, la hija de Percival, ya que ella iba a su mismo año y le gustaba leer, como a él. Sí bien, Louis también se llevaba de maravillas con el grupo de Merodeadores, James, Fred, y Roxanne, no compartía muchas opiniones con ellos. Era prefecto y no se llevaba bien con su hermana más grande Victoire, ni con su prima más pequeña, Lily Luna, porque ambas jóvenes eran, en su totalidad, unas superficiales a las que le interesaba la apariencia y no lo de adentro de una persona.
— Entonces, Lou, tú vas a ayudarnos a entrar a la casa de las serpientes, ¿Verdad? -indagó después de un rato el hijo de George y Angelina. El veelo asintió con una sonrisa y la pequeña Weasley Granger negó con la cabeza. -Vamos, Rosie, tú si quieres que le hagamos una broma a los Slytherins. ¿No recuerdas a tu papá advirtiéndote sobre Malfoy? El tío Ron de decepcionará si sabe que no nos ayudas con tu bendita inteligencia. -antes que la joven interrumpiera, el heredero de Sortilegios Weasley habló. -No quiero que digas nada, ya no eres una Weasley. Me acuerdo que el tío Ron te dijo perfectamente que no debías quedar en otra casa que no sea Gryffindor, ¿acaso el sombrero no pensó lo mismo?
Rose recordó lo que unas horas antes había pasado. Ella caminaba temerosa hacia el taburete, era la penúltima. El sombrero le dijo que podía ser una gran Slytherin, pero que era más adecuada a la casa Ravenclaw. No la envió a Gryffindor porqué no era lo suficientemente valiente como para estar allí, pero en el fondo, ella no quería pertenecer a esa casa como toda su familia, por el simple hecho de que quería ser la excepción. Esbozó una sonrisa inconsciente, justo en el momento en el que la profesora McGonagall se levantó de su asiento para dar por finalizado el Banquete de Bienvenida.
Los alumnos se levantaron de sus asientos y caminaron hacia sus salas comunes, los de primer año de Slytherin fueron guiados por los prefectos Caroline Harvey y Thomas Flint. Scorpius y Albus conversaban con ánimo mientras seguían a los delegados de su casa. Caminaron hasta llegar a las mazmorras que se encontraban debajo del lago negro, el que habían atravesado para llegar al Castillo de Hogwarts. El ambiente era frío, y al encontrarse con la entrada, muchos no sabían que hacer. Albus, por ejemplo, sabía que en Gryffindor la Dama Gorda custodiaba la entrada y debían dar una contraseña, o que en Ravenclaw tenían que responder un acertijo. Se preguntó cuál sería la clave de Slytherin y de Hufflepuff, ya que no conocía a nadie que hubiese estado en esas casas. Su duda fue resuelta por Caroline.
— Mi nombre es Caroline Harvey, y soy la prefecta de este año, junto a Thomas. -indicó, tomó una boconada de aire y continuó. - Bienvenidos a Slytherin, la mejor casa ya que ha ganado durante cuatro años la copa de las casas, y espero que así siga siendo hasta que ustedes se retiren de Hogwarts. Antes de que los seleccionasen, seguro el profesor Longbottom les explicó lo de las copas, y espero que ustedes lo hayan entendido lo bastante bien como para seguir las reglas. Nuestra sala común está debajo del lago negro, como habrán notado, y para entrar sólo deben decir una contraseña que se cambia cada dos semanas. Nuestro emblema es una serpiente, y nuestra casa lleva el apellido de nuestro fundador, Salazar Slytherin.
» Supongo que están cansados, así que les daré dos recomendaciones y los acompañaré a sus habitaciones. Primero, la clave es "Sangre Limpia" y nadie que no sea de Slytherin ha entrado a nuestra sala común en ochocientos años. La entrada de Gryffindors, Ravenclaws y Hufflepuff está vetada, y lo segundo, si tienen algunas dudas, podrán comunicarse con algún prefecto o con nuestro jefe de casa que es el profesor de Pociones, Slughorn. Ahora, sin más, acompáñenme. -prosiguió después de unos segundos. -Las chicas vengan conmigo, Flint, acompaña a los chicos. -musitó a su acompañante que asintió con la cabeza. Nerviosos, Albus y Scorpius caminaron hacia su habitación que se encontraba bajando unas escaleras del lado izquierdo. Al llegar a su cuarto, se presentaron con sus compañeros de habitación por los próximos siete años: Robert Zabini, Patrick Perak y Jasen Nine. Cada uno se acomodó en una cama que tenía sus nombres y se durmieron, esperando el próximo día.
A la mañana siguiente, el joven de ojos esmeralda se levantó temprano. Se sorprendió al ver todo verde a su alrededor y recordó que había quedado en la casa de Salazar Slytherin. Sus compañeros de habitación todavía no estaban despiertos y eso le intrigaba. ¿Era de madrugada? Decidió tomarse una ducha antes de que sus cavilaciones lo inundasen y se dirigió al baño, una vez allí, se impresionó al visualizar que casi todo era del color del césped, pero se dijo que con el tiempo se acostumbraría. Abrió la canilla de agua caliente y se dio una ducha de más o menos, quince minutos. Cuando salió, se vistió con el uniforme, y le chocó un poco ver la corbata de Gryffindor que su tío Ronald le había dado un día antes de entrar a Hogwarts. «Seguro serás un gran Gryffindor como tu padre lo ha sido» le había dicho, o más bien, amenazado pues luego le dijo que dejaría de ser un Weasley si no quedaba en dicha casa, pero ya era demasiado tarde para recordarlo.
Porque él era un Slytherin, aunque no lo quisiera.
"Los comentarios y opiniones son el alimento de la imaginación de los escritores" -ZAVS
hemmo.
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
Primera lectora.
Me encanta adjsasfksdjk, tienes que seguir lo más pronto posible.
Me encanta adjsasfksdjk, tienes que seguir lo más pronto posible.
Kit Walker
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
Segunda lectora!
Me encanto! Tienes que continuarla C:
Me encanto! Tienes que continuarla C:
Lotti ∞
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
¡Tercera Lectora!
Adoré el primer capítulo c: Espero que los próximos sean incluso mejores(si es posible).
¿Los próximos capítulos tendrán más de Emily? ¿Su acento siempre será así de gracioso? Jaja
¡Casi me olvido!
Mi nombre es Paula -podés decirme Pau-, soy de Buenos Aires y mi edad es irrelevante c:
Espero que la sigas pronto
Adoré el primer capítulo c: Espero que los próximos sean incluso mejores(si es posible).
¿Los próximos capítulos tendrán más de Emily? ¿Su acento siempre será así de gracioso? Jaja
¡Casi me olvido!
Mi nombre es Paula -podés decirme Pau-, soy de Buenos Aires y mi edad es irrelevante c:
Espero que la sigas pronto
carstairs.
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
Little bird. escribió:Primera lectora.
Me encanta adjsasfksdjk, tienes que seguir lo más pronto posible.
¡Aw! Bienvenida primera lectora :)
Gracias por tu comentario, ya la seguiré.
Por cierto... ¿Cómo es tu nombre?
Dark Neverland escribió:Segunda lectora!
Me encanto! Tienes que continuarla C:
¡Bienvenida!
Aw, que alivio que te encantase, a mí no me gustó mucho porque lo escribí rápido y repetí demasiado las palabras xd'. ¡Gracias por comentar!
Otra vez... ¿Cómo te llamas?
Looney escribió:¡Tercera Lectora!
Adoré el primer capítulo c: Espero que los próximos sean incluso mejores(si es posible).
¿Los próximos capítulos tendrán más de Emily? ¿Su acento siempre será así de gracioso? Jaja
¡Casi me olvido!
Mi nombre es Paula -podés decirme Pau-, soy de Buenos Aires y mi edad es irrelevante c:
Espero que la sigas pronto
¡Bienvenida, Pau!
je, gracias por tu crítica, créeme que a mí no me gustó mucho el capítulo y al subirlo no estuve del todo convencida, porque lo escribí rápido, repetí demasiado las palabras, e incluso algunas cosas han quedado inconclusas.
Ayer estuve escribiendo el próximo capítulo, si bien el segundo no tiene mucho de Emily y más Rose/Scor, Albus/Scor, tiene una gran participación para los próximos. Y no, el acento se le irá cambiando con el pasar de los capítulos y de su estancia en Inglaterra (incluso, Albus le enseñará un poco de inglés)
Bueno, Pau, yo soy Lali, pero de Tucumán, Argentina y tengo trece(? jajaja.
Un beso, gracias por tu comentario.
hemmo.
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
Ya lo espero!
Yo soy Patri, de España C:
Yo soy Patri, de España C:
Lotti ∞
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
{c a p í t u l o. d o s }
Tres años después.
Ya habían pasado tres años desde la fatídica noche en la que Albus Potter fue nombrado en Slytherin y Rose Weasley fue a parar en Ravenclaw. Ambos jóvenes se habían hecho un pequeño grupo de amigos conformado por Emily Cartwright, Rosalie Nott, Nicholas Brown, y Scorpius Malfoy, todos ellos de la misma casa que Albus, a excepción de Nicholas, que era Ravenclaw al igual que Rose. La mayoría allí se llevaba bien, aunque Scorpius y Rose vivían enfrentados, pues los dos eran tan diferentes y parecidos a la vez que chocaban, Albus se las arreglaba para mantenerlos unidos, por más que ellos se peleasen por su orgullo tan grande. Eran conocidos como el trío dorado de su generación, porque siempre estaban juntos a pesar que no pertenecían a la misma casa y que dos de los tres integrantes no se llevasen de maravilla.
Rose se había destacado en la mayoría de las asignaturas, y, para su desgracia, Scorpius Malfoy también lo había hecho, y con su mismo promedio. Ellos solían competir por la atención de los profesores en las, gracias a Merlín, pocas clases que compartían juntos, como Transformaciones y Herbología. Aunque, claro, el profesor Longbottom prefería siempre a Rosie, porque la conocía de por vida y porque Scorpius simplemente no le agradaba. Para su suerte, Albus había heredado el ingenio de su padre, haciendo que únicamente le fuese bien en Defensa contra las Artes Oscuras, y Cuidado de las Criaturas Mágicas, materia que se le facilitaba demasiado puesto que Hagrid, el semi-gigante, era quien la daba, además de ser su padrino. Aunque Rose nunca estuvo de acuerdo con que Albus fuese algo así como… el enchufado del profesor, pero ella no podía quejarse, pues era la preferida de la directora McGonagall, del profesor Flitwick y de la mayoría del profesorado del castillo.
También había otras rivalidades entre el rubio y la pelirroja: Quidditch, ajedrez mágico, invitaciones y ranas de chocolate. Sí bien, esto último era una idiotez, ambos competían por comprar la mayor parte de ranas de chocolate cada vez que estaban en el expreso de Hogwarts, y era sólo para que el otro no pudiese comprar y se quedase con las ganas de comer. Albus, por ejemplo, había sido víctima de eso miles de veces: ya que casi nunca llegaba a tiempo para comprar una buena ración de ranas de chocolate. En el Quidditch, la disputa era porque la pelirroja era guardiana de su casa, y su contrincante era, sólo para hacerla enojar, un cazador, al igual que el intermediario Albus. En el ajedrez Rose ganaba siempre, pero de vez en cuando, el hermano de ésta, decidía darle lecciones a su amigo Scorpius cuando se enojaba con ella, así él pudiese ganarle, porque nadie más que Hugo y Ronald Weasley pudieron ganarle en el ajedrez a Rose alguna vez. Las invitaciones… a Hogsmeade, a bailes, a salidas, a dar la vuelta al jardín, a escaparse a hurtadillas al bosque prohibido… cualquier clase de salidas contaba como una invitación para ellos; que trataban de salir con la mayoría de personas posibles, sin importar quien fuese.
Y esa relación de odio-amistad no sólo le molestaba al mediano de los Potter, sino también a la prima de Scorpius, Rosalie, y a la mejor amiga de ésta, Emily. ¿La razón? Ellas eran buenas en Adivinación, y habían presagiado que ellos terminarían juntos. Las dos juraban que eso pasaría, incluso, se lo habían dicho a la profesora Trelawney, «vieja loca» como le dijo una vez Scor a Rose en clase, y la mujer que rozaba los setenta, les dio la razón, para mala suerte de Scorpius y Rose, o ScoRose, como habían inventado las dos jóvenes. Incluso Nicholas, un buen amigo de Rosie, y del que Scorpius estaba celoso, les había afirmado. Sin embargo, a Albus no le causaba gracia aquella idea. «Rose es muy… perfecta para ti» había confesado a su mejor amigo, una vez en Hogsmeade, pero Scorpius seguía con su máscara de que la pelirroja no le importaba en lo más mínimo, aunque él sabía que no era así.
La noche del banquete de bienvenida de su cuarto año, el trío se encontraba conversando, con tensión por parte de la Weasley y el Malfoy, animadamente en la mesa de Slytherin, dónde Rose acostumbraba a sentarse, porque la regla de que cada uno debía sentarse en su respectiva mesa había sido rota desde que James Potter y Fred y Roxanne Weasley había pisado Hogwarts, exactamente seis años antes. Si bien, los jóvenes hablaban como regularmente hacían, había algo que inquietaba a Scorpius, y eso era que durante el verano había dejado de ver a Rose como un rival, para pasar a verla como la prima de su mejor amigo.
— Supongo que esta vez Ravenclaw volverá a ganar la copa de las Casas. –dijo con burla la joven pelirroja, pero al ver que su ‘amigo-enemigo’ la miraba embobado, y su primo no le prestaba atención, decidió decir una pequeña mentirilla piadosa. –Scorpius, hablé con Thalía Henderson hoy en el expreso, me dijo que tal vez te de una oportunidad si dejas de stalkearla en los entrenamientos de Hufflepuff. –Al mencionar ‘Thalía Henderson’ el rubio reaccionó y una imagen de una chica un año menor de él, de cabellos dorados y ojos mieles se le vino a la mente. Sonrió inconscientemente, Rose bufó. –Serás idiota, Malfoy, ten cuidado que podrás inundar el gran Comedor con la baba que sale de tu boca.
Albus soltó una risotada que se escuchó por gran parte de la mesa de las serpientes, y contagió a sus amigos. Los tres se reían divertidos, hasta que un joven de cabellos pelirrojos y ojos azules, cuyas facciones eran delicadas y suaves, y lo hacían ver como una persona dulce e intelectual, se paró frente a ellos. Ese adolescente de su mismo curso era Edmund Cartwright, el francés hermano de Emily que había estudiado en Beauxbatons durante su tercer año. Él iba a Hufflepuff y no se llevaba muy bien con el grupo de amigos de su gemela, sin embargo, los respetaba.
— Hola. –saludó a Rosie, quien lo miró con los ojos bien abiertos. No lo veía hacía un año, y estaba tan cambiado que no parecía el mismo. Ambos sonrieron. –Quegia pegigte si pogias venig a sentagte conmigo en la mesa de Hufflepug. –propuso, medio nervioso. La pelirroja esbozó una sonrisa y se levantó del medio de sus celosos amigos, los saludó con la mano y caminó hacia la mesa de los tejones, sin reparar que sus acompañantes la miraban mosqueados. Cuando llegaron, cada uno tomó asiento y Edmund comenzó a hablar: -¿Sabes? Eges de las chicas más bonitas de Hogwagts, y no sólo lo eges pog fuega, eges también una excelente pegsona según lo que tengo entendido. Emily me habla mucho de ti, y bueno, yo me pgeguntaba si tú… -tomó aire. Desde la mesa Slytherin, dos jóvenes lo miraban con odio, pues le estaba quitando a su chica. –Quegias ig al próximo paseo de Hogsmeade, cuando den la fecha exacta.
Rose lo miró y suspiró, con felicidad. –Claro que iré contigo, Ed. –exclamó, se fijó en cómo sus recelosos amigos la observaban y soltó un bufido. –Será mejor que me vaya, los otros dos idiotas están matándonos con la mirada. –rió mientras se levantaba del asiento. –Gracias por la invitación, Edmund. A propósito, tienes un acento sexy. –agregó, sonriéndole y guiñándole un ojo, para luego irse hacia la mesa en dónde un rubio y un azabache la miraban de brazos cruzados, sin embargo, eso no irrumpió contra su buen humor. Frunció el ceño al verlos, ya que ambos le dirigían una mirada asesina. -¿¡Qué les pasa, idiotas!?
— ¿Qué nos pasa? ¿¡Qué nos pasa!? –chilló Scorpius, fuera de sus casillas. -¡Esto nos pasa! Te vas dos segundos y ya tienes un nuevo novio. ¡Queremos protegerte, Rosie! –bufó molesto, pero a la Weasley le fastidió aún más que la hayan llamado «puta», e incluso más que le hayan dicho Rosie. Se contuvo de abofetear a Malfoy en ese momento, sin embargo, la profesora McGonagall decidió dar un anuncio justo en ese instante, como sabiendo de antemano que la joven hija de Hermione Granger y Ronald Weasley iba a echarle algún maleficio al primogénito de Draco Malfoy, porque podía escuchar los gritos desde su asiento. La mujer de edad avanzada se levantó de su asiento y les dirigió una cálida mirada a todos los alumnos.
— Bienvenidos a un nuevo año en Hogwarts. –empezó. Rose se sentó al lado del rubio y le dio la espalda. –Espero que el banquete haya sido de su agrado. Podrán pasar a sus respectivas habitaciones cuando termine estos breves pero importantes anuncios. Primero, ningún alumno. –echó a una furtiva mirada al grupo de los Merodeadores, los jóvenes pertenecientes a éste conjunto, miraron significativamente a otro lugar. La profesora continuó. –podrá entrar al Bosque Prohibido, porque, como lo dice su nombre, está prohibido. Segundo, los nuevos alumnos no tienen permiso para tener una escoba propia, y tercero, las salidas a Hogsmeade se realizarán a partir de tres semanas, al igual que las audiciones para participar del equipo de Quidditch. Ahora, pueden retirarse. –exclamó. Los alumnos, entusiastas, se levantaron de sus asientos y caminaron hacia sus salas comunes.
Rose ignoró a Scorpius, y eso no le hizo ninguna gracia al rubio de ojos grises. Albus se mantenía al margen de la riña entre su prima y su mejor amigo, no obstante, apoyaba a su pelirroja favorita (claro, después de su mamá). Por otro lado, los franceses Emily y Edmund Cartwright hablaban sobre la última temporada que habían tenido en Beauxbatons, la profesora McGonagall los había elegido para intercambiarlos porque ambos tenían conocimientos de Beauxbatons, sabían manejar a la perfección el francés, ya que era su lengua materna, y eran excelentes estudiantes (aunque nada comparados con Rose & Scor)
— Supongo que egte año nos igá megog. –prorrumpió la joven de cabellos anaranjados, y esbozó una sonrisa. –Egpego que egte año traigan a alguien de Beauxbatons. –la difícil pronunciación del inglés, hizo que Rosalie Nott soltase una carcajada, provocando miradas indiscretas por parte de su mejor, y divertida, amiga. –No te gías, Gosalie. Eg extraño comenzag un nuevo año en un colegio inglég cuando tú sólo sabeg Francés. –agregó. Edmund Cartwright asintió con la cabeza, dándole la razón a su querida gemela. –A Edmung le ha ido de magavilla el año antegiog. En Beauxbatons son mucho mag exigentes. –aclaró. Los tres jóvenes se separaron, Edmund partió rumbo a su sala común, la de Hufflepuff mientras las dos muchachas se encaminaron hacia la de Slytherin, en el trayecto se encontraron con Scorpius Malfoy y Albus Potter, que unos minutos antes habían dejado a una enojada Rose cerca de su sala común. -¡Scog, Al! –exclamó la hermosa joven de ojos lapislázuli, al momento que corría a abrazar a sus mejores amigos.
— ¡Em, Sally! –profanó el chico de cabello azabache. -¿Qué tal las vacaciones? –preguntó, la bonita chica le sonrió.
— Han sido geniales, he estado todo el año en Fgancia y me gencontgé con mi familia mategna. –le respondió la francesa con su acento divertido. – Nos hemos visto todas las vacaciones, Alby. –agregó la castaña, que lo miraba entre severa y divertida, Emily soltó una risa y miró a Scorpius, quién parecía distante. Nott habló: -¿Y tú, primo idiota que no saluda? ¿Ah? ¿Ah?
— Sally, nos hemos visto todas las vacaciones. –citó. –Eres increíblemente pegajosa y aún más molesta que Rose, oh, cierto, tienen un nombre parecido, debe ser por eso que eres así. –La aludida lo observó de forma reprobatoria, y esperó que él continuase hablando. –Pero, han estado normales. ¿Ya conté que Rosie y yo volvimos a pelearnos? ¡Ella saldrá con tu hermano, Em! O sea, ¿Qué demonios tiene tu hermano que yo no tenga? ¿Podrías respondérmelo? Porque, siendo muy sincero, no lo entiendo, soy Scorpius Malfoy, y no acepto un no por respuesta, nunca. –exclamó sobresaltado, la pequeña Cartwright lo miró dubitativa y su amiga fue más próxima en responder.
— Querido Scorpius, eso que tienes, se llaman ‘celos’ y si celas de esa manera a nuestra Rosie, quiere decir que lo que presagiamos con mi querida amiga francesa, se cumplirá. Lo sé, lo sé, porque yo nunca fallo en mis predicciones. Y con respecto a tu duda, queridísimo primo, Edmund Cartwright es el chico más caliente de todo Hogwarts, es… hermoso. ¿Has visto su cabello? Es tan anaranjado como el jugo de calabazas, y sus ojos son tan azules como el emblema de Ravenclaw, y su acento. ¡Es igual que el de Emily! Además… su piel es aterciopelada y muy suave, y trata a todas las chicas como reinas. De verdad, Rosie tiene demasiada suerte de que Eddy la haya invitado a salir. ¡Yo quisiera ser ella!
— Bueno, si puedo integumpig, me halaga que pienses que mi hegmano es de los más calientes del colegio, pero, déjame decigte que no pensagías eso cuando lo ves todas las mañanas en calzoncillos comiendo ganas de chocolate solo paga encontgag cgomos de Cigce. Ah, y tus compagaciones han sido hegmosas, no sabía que nuestgo cabello es tan pagecido al jugo de calabazas. –declaró. Rosalie se sonrojó notablemente. –Espego que lo hayas notado, pego somos gemelos. –Scor soltó una carcajada, y Albus se mantuvo al margen, fijándose en las delicadas facciones de veela que la hermosa joven tenía. Los Slytherins no repararon que ya habían llegado a la entrada de la sala común. Sally, o Rosalie, dio la contraseña y éstos pasaron, no sin antes saludarse para luego ir a sus respectivas habitaciones.
•••
En una de las torres más altas del castillo, una apuesta pelirroja yacía sobre un sofá azul cielo mientras leía un pesado tomo de Pociones. A su lado, una rubia de ojos castaños se encontraba hojeando un libro de Historia de la Magia, que le había pertenecido a Hermione Granger en su adolescencia. Las dos Ravenclaws se encontraban en un silencio puro que era, cada tanto, obstruido por el sonido de las hojas al pasarse. Rose Weasley, y su, si podía llamarse así, mejor amiga, Cindy Hussein, se encontraban estudiando para las clases del próximo día. Todavía faltaban unos minutos para que el reloj diese la medianoche, sin embargo, a las jóvenes no les importaba, porque estaban muy interesadas en lo que se encontraban leyendo.
— ¿Y? –cuestionó la de cabellera dorada. Rose la miró sin entender. –Todo el mundo sabe que saldrás con Edmund Cartwright, el hermano de Em. Él es un bombón y tú lo tendrás sólo para ti. ¡Envidia!
— Saldré con Ed porque me cae bien, no porque sea extremadamente hermoso. –soltó en respuesta. Cindy sonrió. –Y no, no saques hipótesis antes de tiempo. Incluso Scorpius lo hizo, y créeme que no le fue muy bien que digamos.
— Oh, bonita… ¿Sabes que a Scor le gustas? Desde el verano, lo he notado cuando estuvimos en la Madriguera. Ah, y sólo para que lo sepas, James está buenísimo. –comunicó, para luego levantarse e irse a dormir, en la misma habitación que compartía con su mejor amiga desde hacía cuatro años. Rose decidió imitarla y ambas se fueron a acostar, el próximo día sería, muy posiblemente, demasiado agotador para dos chicas que se habían pasado las vacaciones jugando Quidditch, y yendo a fiestas hasta después del amanecer.
Cuando el despertador sonó, cinco Ravenclaws se levantaron exaltadas. Lisset Pelletier, la prima de Emily y Edmund Cartwright, fue la primera en saltar de la cama para reanimar a sus amigas, Alisa Banks y Valkiria Boot, y también a sus compañeras, Rose y Cindy. Al momento que las cinco se hubieron despabilado, la impaciente Alisa corrió hacia el baño, en dónde pasó los siguientes quince minutos. Valkiria y Lisset ya se habían preparado y se encontraban peinando sus lacios y brillosos cabellos castaños, al contrario de Rose, que luchaba por mejorar su enmarañado cabello rojo, un poco más oscuro que el del resto de su familia, pero, gracias a Merlín, Valkiria le obsequió un poco de poción alisadora para que pudiese peinarse un poco y «esté más bonita» como le dijo. Cindy aún no podía colocar, de manera perfecta, sus ya formados bucles rubios.
Alisa salió del baño y las restantes se turnaron para pasar. Unos minutos después, las chicas bajaron a su sala común y se separaron: Boot, Banks y Pelletier se fueron por un lado, mientras las sobrantes se bajaron hacia el gran Comedor, en dónde se encontraron con el grupo de Slytherins que más les agradaba: Scor, Al, Em y Sally, aunque también estaba Jasen Nine, un chico de su mismo año que acosaba, cada vez que podía, a la rubia amiga de la Weasley.
— ¡Buenos días! –saludó ésta, con una sonrisa ladeada. -¿Cómo han amanecido? –interrogó, al ver que Scorpius iba a contestar, lo interrumpió. –No me interesa lo que digas, Scorpius, olvidé que estaba enojada contigo y con Albus por sus malditos celos. –cortó, y luego se levantó, enfadada, a la mesa de los Hufflepuff, para encontrarse con el hermano de Emily, Edmund.
Tres años después.
Ya habían pasado tres años desde la fatídica noche en la que Albus Potter fue nombrado en Slytherin y Rose Weasley fue a parar en Ravenclaw. Ambos jóvenes se habían hecho un pequeño grupo de amigos conformado por Emily Cartwright, Rosalie Nott, Nicholas Brown, y Scorpius Malfoy, todos ellos de la misma casa que Albus, a excepción de Nicholas, que era Ravenclaw al igual que Rose. La mayoría allí se llevaba bien, aunque Scorpius y Rose vivían enfrentados, pues los dos eran tan diferentes y parecidos a la vez que chocaban, Albus se las arreglaba para mantenerlos unidos, por más que ellos se peleasen por su orgullo tan grande. Eran conocidos como el trío dorado de su generación, porque siempre estaban juntos a pesar que no pertenecían a la misma casa y que dos de los tres integrantes no se llevasen de maravilla.
Rose se había destacado en la mayoría de las asignaturas, y, para su desgracia, Scorpius Malfoy también lo había hecho, y con su mismo promedio. Ellos solían competir por la atención de los profesores en las, gracias a Merlín, pocas clases que compartían juntos, como Transformaciones y Herbología. Aunque, claro, el profesor Longbottom prefería siempre a Rosie, porque la conocía de por vida y porque Scorpius simplemente no le agradaba. Para su suerte, Albus había heredado el ingenio de su padre, haciendo que únicamente le fuese bien en Defensa contra las Artes Oscuras, y Cuidado de las Criaturas Mágicas, materia que se le facilitaba demasiado puesto que Hagrid, el semi-gigante, era quien la daba, además de ser su padrino. Aunque Rose nunca estuvo de acuerdo con que Albus fuese algo así como… el enchufado del profesor, pero ella no podía quejarse, pues era la preferida de la directora McGonagall, del profesor Flitwick y de la mayoría del profesorado del castillo.
También había otras rivalidades entre el rubio y la pelirroja: Quidditch, ajedrez mágico, invitaciones y ranas de chocolate. Sí bien, esto último era una idiotez, ambos competían por comprar la mayor parte de ranas de chocolate cada vez que estaban en el expreso de Hogwarts, y era sólo para que el otro no pudiese comprar y se quedase con las ganas de comer. Albus, por ejemplo, había sido víctima de eso miles de veces: ya que casi nunca llegaba a tiempo para comprar una buena ración de ranas de chocolate. En el Quidditch, la disputa era porque la pelirroja era guardiana de su casa, y su contrincante era, sólo para hacerla enojar, un cazador, al igual que el intermediario Albus. En el ajedrez Rose ganaba siempre, pero de vez en cuando, el hermano de ésta, decidía darle lecciones a su amigo Scorpius cuando se enojaba con ella, así él pudiese ganarle, porque nadie más que Hugo y Ronald Weasley pudieron ganarle en el ajedrez a Rose alguna vez. Las invitaciones… a Hogsmeade, a bailes, a salidas, a dar la vuelta al jardín, a escaparse a hurtadillas al bosque prohibido… cualquier clase de salidas contaba como una invitación para ellos; que trataban de salir con la mayoría de personas posibles, sin importar quien fuese.
Y esa relación de odio-amistad no sólo le molestaba al mediano de los Potter, sino también a la prima de Scorpius, Rosalie, y a la mejor amiga de ésta, Emily. ¿La razón? Ellas eran buenas en Adivinación, y habían presagiado que ellos terminarían juntos. Las dos juraban que eso pasaría, incluso, se lo habían dicho a la profesora Trelawney, «vieja loca» como le dijo una vez Scor a Rose en clase, y la mujer que rozaba los setenta, les dio la razón, para mala suerte de Scorpius y Rose, o ScoRose, como habían inventado las dos jóvenes. Incluso Nicholas, un buen amigo de Rosie, y del que Scorpius estaba celoso, les había afirmado. Sin embargo, a Albus no le causaba gracia aquella idea. «Rose es muy… perfecta para ti» había confesado a su mejor amigo, una vez en Hogsmeade, pero Scorpius seguía con su máscara de que la pelirroja no le importaba en lo más mínimo, aunque él sabía que no era así.
La noche del banquete de bienvenida de su cuarto año, el trío se encontraba conversando, con tensión por parte de la Weasley y el Malfoy, animadamente en la mesa de Slytherin, dónde Rose acostumbraba a sentarse, porque la regla de que cada uno debía sentarse en su respectiva mesa había sido rota desde que James Potter y Fred y Roxanne Weasley había pisado Hogwarts, exactamente seis años antes. Si bien, los jóvenes hablaban como regularmente hacían, había algo que inquietaba a Scorpius, y eso era que durante el verano había dejado de ver a Rose como un rival, para pasar a verla como la prima de su mejor amigo.
— Supongo que esta vez Ravenclaw volverá a ganar la copa de las Casas. –dijo con burla la joven pelirroja, pero al ver que su ‘amigo-enemigo’ la miraba embobado, y su primo no le prestaba atención, decidió decir una pequeña mentirilla piadosa. –Scorpius, hablé con Thalía Henderson hoy en el expreso, me dijo que tal vez te de una oportunidad si dejas de stalkearla en los entrenamientos de Hufflepuff. –Al mencionar ‘Thalía Henderson’ el rubio reaccionó y una imagen de una chica un año menor de él, de cabellos dorados y ojos mieles se le vino a la mente. Sonrió inconscientemente, Rose bufó. –Serás idiota, Malfoy, ten cuidado que podrás inundar el gran Comedor con la baba que sale de tu boca.
Albus soltó una risotada que se escuchó por gran parte de la mesa de las serpientes, y contagió a sus amigos. Los tres se reían divertidos, hasta que un joven de cabellos pelirrojos y ojos azules, cuyas facciones eran delicadas y suaves, y lo hacían ver como una persona dulce e intelectual, se paró frente a ellos. Ese adolescente de su mismo curso era Edmund Cartwright, el francés hermano de Emily que había estudiado en Beauxbatons durante su tercer año. Él iba a Hufflepuff y no se llevaba muy bien con el grupo de amigos de su gemela, sin embargo, los respetaba.
— Hola. –saludó a Rosie, quien lo miró con los ojos bien abiertos. No lo veía hacía un año, y estaba tan cambiado que no parecía el mismo. Ambos sonrieron. –Quegia pegigte si pogias venig a sentagte conmigo en la mesa de Hufflepug. –propuso, medio nervioso. La pelirroja esbozó una sonrisa y se levantó del medio de sus celosos amigos, los saludó con la mano y caminó hacia la mesa de los tejones, sin reparar que sus acompañantes la miraban mosqueados. Cuando llegaron, cada uno tomó asiento y Edmund comenzó a hablar: -¿Sabes? Eges de las chicas más bonitas de Hogwagts, y no sólo lo eges pog fuega, eges también una excelente pegsona según lo que tengo entendido. Emily me habla mucho de ti, y bueno, yo me pgeguntaba si tú… -tomó aire. Desde la mesa Slytherin, dos jóvenes lo miraban con odio, pues le estaba quitando a su chica. –Quegias ig al próximo paseo de Hogsmeade, cuando den la fecha exacta.
Rose lo miró y suspiró, con felicidad. –Claro que iré contigo, Ed. –exclamó, se fijó en cómo sus recelosos amigos la observaban y soltó un bufido. –Será mejor que me vaya, los otros dos idiotas están matándonos con la mirada. –rió mientras se levantaba del asiento. –Gracias por la invitación, Edmund. A propósito, tienes un acento sexy. –agregó, sonriéndole y guiñándole un ojo, para luego irse hacia la mesa en dónde un rubio y un azabache la miraban de brazos cruzados, sin embargo, eso no irrumpió contra su buen humor. Frunció el ceño al verlos, ya que ambos le dirigían una mirada asesina. -¿¡Qué les pasa, idiotas!?
— ¿Qué nos pasa? ¿¡Qué nos pasa!? –chilló Scorpius, fuera de sus casillas. -¡Esto nos pasa! Te vas dos segundos y ya tienes un nuevo novio. ¡Queremos protegerte, Rosie! –bufó molesto, pero a la Weasley le fastidió aún más que la hayan llamado «puta», e incluso más que le hayan dicho Rosie. Se contuvo de abofetear a Malfoy en ese momento, sin embargo, la profesora McGonagall decidió dar un anuncio justo en ese instante, como sabiendo de antemano que la joven hija de Hermione Granger y Ronald Weasley iba a echarle algún maleficio al primogénito de Draco Malfoy, porque podía escuchar los gritos desde su asiento. La mujer de edad avanzada se levantó de su asiento y les dirigió una cálida mirada a todos los alumnos.
— Bienvenidos a un nuevo año en Hogwarts. –empezó. Rose se sentó al lado del rubio y le dio la espalda. –Espero que el banquete haya sido de su agrado. Podrán pasar a sus respectivas habitaciones cuando termine estos breves pero importantes anuncios. Primero, ningún alumno. –echó a una furtiva mirada al grupo de los Merodeadores, los jóvenes pertenecientes a éste conjunto, miraron significativamente a otro lugar. La profesora continuó. –podrá entrar al Bosque Prohibido, porque, como lo dice su nombre, está prohibido. Segundo, los nuevos alumnos no tienen permiso para tener una escoba propia, y tercero, las salidas a Hogsmeade se realizarán a partir de tres semanas, al igual que las audiciones para participar del equipo de Quidditch. Ahora, pueden retirarse. –exclamó. Los alumnos, entusiastas, se levantaron de sus asientos y caminaron hacia sus salas comunes.
Rose ignoró a Scorpius, y eso no le hizo ninguna gracia al rubio de ojos grises. Albus se mantenía al margen de la riña entre su prima y su mejor amigo, no obstante, apoyaba a su pelirroja favorita (claro, después de su mamá). Por otro lado, los franceses Emily y Edmund Cartwright hablaban sobre la última temporada que habían tenido en Beauxbatons, la profesora McGonagall los había elegido para intercambiarlos porque ambos tenían conocimientos de Beauxbatons, sabían manejar a la perfección el francés, ya que era su lengua materna, y eran excelentes estudiantes (aunque nada comparados con Rose & Scor)
— Supongo que egte año nos igá megog. –prorrumpió la joven de cabellos anaranjados, y esbozó una sonrisa. –Egpego que egte año traigan a alguien de Beauxbatons. –la difícil pronunciación del inglés, hizo que Rosalie Nott soltase una carcajada, provocando miradas indiscretas por parte de su mejor, y divertida, amiga. –No te gías, Gosalie. Eg extraño comenzag un nuevo año en un colegio inglég cuando tú sólo sabeg Francés. –agregó. Edmund Cartwright asintió con la cabeza, dándole la razón a su querida gemela. –A Edmung le ha ido de magavilla el año antegiog. En Beauxbatons son mucho mag exigentes. –aclaró. Los tres jóvenes se separaron, Edmund partió rumbo a su sala común, la de Hufflepuff mientras las dos muchachas se encaminaron hacia la de Slytherin, en el trayecto se encontraron con Scorpius Malfoy y Albus Potter, que unos minutos antes habían dejado a una enojada Rose cerca de su sala común. -¡Scog, Al! –exclamó la hermosa joven de ojos lapislázuli, al momento que corría a abrazar a sus mejores amigos.
— ¡Em, Sally! –profanó el chico de cabello azabache. -¿Qué tal las vacaciones? –preguntó, la bonita chica le sonrió.
— Han sido geniales, he estado todo el año en Fgancia y me gencontgé con mi familia mategna. –le respondió la francesa con su acento divertido. – Nos hemos visto todas las vacaciones, Alby. –agregó la castaña, que lo miraba entre severa y divertida, Emily soltó una risa y miró a Scorpius, quién parecía distante. Nott habló: -¿Y tú, primo idiota que no saluda? ¿Ah? ¿Ah?
— Sally, nos hemos visto todas las vacaciones. –citó. –Eres increíblemente pegajosa y aún más molesta que Rose, oh, cierto, tienen un nombre parecido, debe ser por eso que eres así. –La aludida lo observó de forma reprobatoria, y esperó que él continuase hablando. –Pero, han estado normales. ¿Ya conté que Rosie y yo volvimos a pelearnos? ¡Ella saldrá con tu hermano, Em! O sea, ¿Qué demonios tiene tu hermano que yo no tenga? ¿Podrías respondérmelo? Porque, siendo muy sincero, no lo entiendo, soy Scorpius Malfoy, y no acepto un no por respuesta, nunca. –exclamó sobresaltado, la pequeña Cartwright lo miró dubitativa y su amiga fue más próxima en responder.
— Querido Scorpius, eso que tienes, se llaman ‘celos’ y si celas de esa manera a nuestra Rosie, quiere decir que lo que presagiamos con mi querida amiga francesa, se cumplirá. Lo sé, lo sé, porque yo nunca fallo en mis predicciones. Y con respecto a tu duda, queridísimo primo, Edmund Cartwright es el chico más caliente de todo Hogwarts, es… hermoso. ¿Has visto su cabello? Es tan anaranjado como el jugo de calabazas, y sus ojos son tan azules como el emblema de Ravenclaw, y su acento. ¡Es igual que el de Emily! Además… su piel es aterciopelada y muy suave, y trata a todas las chicas como reinas. De verdad, Rosie tiene demasiada suerte de que Eddy la haya invitado a salir. ¡Yo quisiera ser ella!
— Bueno, si puedo integumpig, me halaga que pienses que mi hegmano es de los más calientes del colegio, pero, déjame decigte que no pensagías eso cuando lo ves todas las mañanas en calzoncillos comiendo ganas de chocolate solo paga encontgag cgomos de Cigce. Ah, y tus compagaciones han sido hegmosas, no sabía que nuestgo cabello es tan pagecido al jugo de calabazas. –declaró. Rosalie se sonrojó notablemente. –Espego que lo hayas notado, pego somos gemelos. –Scor soltó una carcajada, y Albus se mantuvo al margen, fijándose en las delicadas facciones de veela que la hermosa joven tenía. Los Slytherins no repararon que ya habían llegado a la entrada de la sala común. Sally, o Rosalie, dio la contraseña y éstos pasaron, no sin antes saludarse para luego ir a sus respectivas habitaciones.
•••
En una de las torres más altas del castillo, una apuesta pelirroja yacía sobre un sofá azul cielo mientras leía un pesado tomo de Pociones. A su lado, una rubia de ojos castaños se encontraba hojeando un libro de Historia de la Magia, que le había pertenecido a Hermione Granger en su adolescencia. Las dos Ravenclaws se encontraban en un silencio puro que era, cada tanto, obstruido por el sonido de las hojas al pasarse. Rose Weasley, y su, si podía llamarse así, mejor amiga, Cindy Hussein, se encontraban estudiando para las clases del próximo día. Todavía faltaban unos minutos para que el reloj diese la medianoche, sin embargo, a las jóvenes no les importaba, porque estaban muy interesadas en lo que se encontraban leyendo.
— ¿Y? –cuestionó la de cabellera dorada. Rose la miró sin entender. –Todo el mundo sabe que saldrás con Edmund Cartwright, el hermano de Em. Él es un bombón y tú lo tendrás sólo para ti. ¡Envidia!
— Saldré con Ed porque me cae bien, no porque sea extremadamente hermoso. –soltó en respuesta. Cindy sonrió. –Y no, no saques hipótesis antes de tiempo. Incluso Scorpius lo hizo, y créeme que no le fue muy bien que digamos.
— Oh, bonita… ¿Sabes que a Scor le gustas? Desde el verano, lo he notado cuando estuvimos en la Madriguera. Ah, y sólo para que lo sepas, James está buenísimo. –comunicó, para luego levantarse e irse a dormir, en la misma habitación que compartía con su mejor amiga desde hacía cuatro años. Rose decidió imitarla y ambas se fueron a acostar, el próximo día sería, muy posiblemente, demasiado agotador para dos chicas que se habían pasado las vacaciones jugando Quidditch, y yendo a fiestas hasta después del amanecer.
Cuando el despertador sonó, cinco Ravenclaws se levantaron exaltadas. Lisset Pelletier, la prima de Emily y Edmund Cartwright, fue la primera en saltar de la cama para reanimar a sus amigas, Alisa Banks y Valkiria Boot, y también a sus compañeras, Rose y Cindy. Al momento que las cinco se hubieron despabilado, la impaciente Alisa corrió hacia el baño, en dónde pasó los siguientes quince minutos. Valkiria y Lisset ya se habían preparado y se encontraban peinando sus lacios y brillosos cabellos castaños, al contrario de Rose, que luchaba por mejorar su enmarañado cabello rojo, un poco más oscuro que el del resto de su familia, pero, gracias a Merlín, Valkiria le obsequió un poco de poción alisadora para que pudiese peinarse un poco y «esté más bonita» como le dijo. Cindy aún no podía colocar, de manera perfecta, sus ya formados bucles rubios.
Alisa salió del baño y las restantes se turnaron para pasar. Unos minutos después, las chicas bajaron a su sala común y se separaron: Boot, Banks y Pelletier se fueron por un lado, mientras las sobrantes se bajaron hacia el gran Comedor, en dónde se encontraron con el grupo de Slytherins que más les agradaba: Scor, Al, Em y Sally, aunque también estaba Jasen Nine, un chico de su mismo año que acosaba, cada vez que podía, a la rubia amiga de la Weasley.
— ¡Buenos días! –saludó ésta, con una sonrisa ladeada. -¿Cómo han amanecido? –interrogó, al ver que Scorpius iba a contestar, lo interrumpió. –No me interesa lo que digas, Scorpius, olvidé que estaba enojada contigo y con Albus por sus malditos celos. –cortó, y luego se levantó, enfadada, a la mesa de los Hufflepuff, para encontrarse con el hermano de Emily, Edmund.
hemmo.
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
me ha salido horrible, pero tengo que aprovechar que tengo internet :|
hemmo.
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
No es verdad! Me gustó mucho C:
Ya espero el siguiente!
Ya espero el siguiente!
Lotti ∞
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
NUEVA LECTORAAAAAAAA! :cheers:
Que increible encontrarme una novela de Albus Severus and me!*-*
Asi que la leere siempre!!! :bounce: :o
gooosh ame los capitulos que has subido, te quedaron perfectos
ya quiero saber como continua todo!! :D
PD: Me llamo May :)
Que increible encontrarme una novela de Albus Severus and me!*-*
Asi que la leere siempre!!! :bounce: :o
gooosh ame los capitulos que has subido, te quedaron perfectos
ya quiero saber como continua todo!! :D
PD: Me llamo May :)
TheGirlImpossible
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
Dark Neverland escribió:No es verdad! Me gustó mucho C:
Ya espero el siguiente!
Gracias por tu comentario :)
ya actualizo.
hemmo.
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
Maay·Wright·Jonas escribió:NUEVA LECTORAAAAAAAA! :cheers:
Que increible encontrarme una novela de Albus Severus and me!*-*
Asi que la leere siempre!!! :bounce: :o
gooosh ame los capitulos que has subido, te quedaron perfectos
ya quiero saber como continua todo!! :D
PD: Me llamo May :)
Hey, May!
Soy Lali xddd'. bueh, para mi estuvieron malísimos -.
Ahora actualizo.
hemmo.
Re: Cuando la serpiente se enamoró. {Albus Severus & tú}
{#}capítulo tres.
e n n a ' s t h i n g
e n n a ' s t h i n g
{to:ss}
— No sé que diablos le sucede. Sé que siempre ha sido así de irascible, pero… No entiendo por qué lo es ahora, ni siquiera hemos comenzado el año y ya… -comenzó a quejarse Scorpius a sus amigos, que lo miraban de mala manera. -Sólo digo, tal vez, ella debería ser un poco más tolerable, yo lo he sido con ella todos estos años. ¿No crees, Al? -el azabache asintió, con farsa, porque sabía que eso no era verdad. -Entonces… no la entiendo, es más, no entiendo a ninguna mujer, ni siquiera a mi mamá. Cuando sea más grande no voy a casarme ni voy a tener hijos. -prometió, pero él no sabía que luego se arrepentiría.
Albus sonrió cuando lo dijo, a lo mejor, él podría tener posibilidades con su Rosie, con su prima favorita, con su mejor amiga… Pero… ¿Qué demonios le estaba pasando? ¿Por qué pensaba en Rose como su Rose? ¿Estaba él metiéndose en una relación incestuosa? No, el conocía perfectamente las consecuencias de una relación entre primos, como que sus hijos saldrían con alguna enfermedad, también estarían los enfrentamientos entre las familias, y las negaciones. Lo había vivido unos años antes cuando Lily confesó que adoraba a su primo Louis y que lo besó, aunque el de ascendencia francesa le dijo que él nunca, nunca podría estar con su prima, y también con Teddy y Victoire, eran casi primos y sin embargo, de esta relación si hubo frutos, ya que Victoire estaba comprometida con el metamorfomago. Pero Rose, la tan adicta a las reglas, la de comportamiento perfecto… ella se opondría, en su totalidad, a una relación que incluyese el incesto. Albus se castigó mentalmente por haber estado pensando estas cosas, y por haber dejado de ver a Rose como una prima, para verla como su prima. Estaba seguro que James le pegaría una bofetada si hubiese sabido sus cavilaciones tan desubicadas.
Y justo hablando del rey de Roma, por la puerta se asoma. El merodeador entró por la puerta del gran comedor seguido por su séquito: Fred y Roxanne Weasley, y John Morris, éste último perteneciente de la casa de los Leones. El cuarteto hablaba en susurros y se encaminaba a su mesa, saludaron a un par de personas que se les cruzaban en su camino y desayunaron, echando miradas furtivas a la mesa de los Tejones, dónde podían visualizar a una embobada Rose charlando con efusividad con, el francesito, Edmund Cartwright. A los merodeadores no les caía nada bien el Hufflepuff, pues decían que era un mujeriego, y que engañaba a las chicas, además, conocían a su hermana y sabían cómo era realmente. Roxanne habló:
— Yo creo que nuestra próxima broma debería ser a Enna Klaus, quinto año y Hufflepuff, salía con Toby Vanderwaal, quien, como ustedes saben, fue mi novio. Planeo algo que tiene que ver con la pirotecnia, todos ustedes saben la obsesión de mi querido ex con eso. Además, Klaus se ha burlado de mi cabello, dice que parece una zanahoria podrida. ¡Zanahoria podrida!
— Ese es bueno. -masculló James, riendo. -La verdad yo quería ser pelirrojo, pero es culpa de mi papá que tenga este color sin vida en el cabello. -confesó, sonrojándose. Rox y John lo miraron incrédulos. -¿Qué? Yo también tengo derecho a no estar conforme con mi imagen, ¿No les parece?
Los jóvenes continuaron su conversación, ideando una broma lo suficientemente horrorosa en contra Enna Klaus y unas chicas más de Hufflepuff, tales como Wendy Smith, y Thalía Henderson, que no les caían bien, pues eran las más cotillas de Hogwarts y también, las más regaladas. Las tres chicas habían formado un grupo en contra a los merodeadores, en dónde decían que Roxanne era una zanahoria podrida, por el color de su piel y de su cabello, que Fred era el peor comediante de todos los siglos, que John era sólo un aficionado por las bromas de los Merodeadores, y que James era el mujeriego más grande que alguna vez había pisado Hogwarts, y ellas tenían razón.
A sus dieciséis años, James Sirius había salido con más chicas que cualquier otro estudiante en el Castillo, y Scorpius Malfoy era el segundo en potencia. El Potter dirigió su vista a su hermano, que hablaba con el rubio, con la hermosa Emily Cartwright y con la aún más bella, Rosalie Nott. Sí había alguna chica que lo había rechazado en algún momento de su vida, era Sally, quien había adquirido ese apodo cuando veía una película muggle, «Cuando Harry conoció a Sally». Porque él era demasiado mujeriego y ella no sería una más, cómo le dijo alguna vez. A James se le iluminaron los ojos al ver su cabellera castaña y lacia, siendo ligeramente movida por la brisa que corría por el gran Comedor, y se encaminó hacia ella, dejando a sus amigos con las palabras en la boca.
— Hola, Rosalie. -la saludó, sonriente. Sally gimió. -Estás hermosa, como siempre, y tú también, Emily. -agregó al ver como la amiga de su adorada castaña soltaba una risa. Cartwright siempre se había negado a los encantos del Potter mayor, porque su corazón ya estaba ocupado por uno de esa familia. -Bueno, Al, y Scorpius, les aclaro que vi a Rosie hablando con tu hermano, Em, pero no se preocupen, los Hufflepuffs la sufrirán con los Merodeadores 3.0 -sonrió y en ese momento una bonita chica que reconoció como Lila McKenley, apareció justo en frente de él, entregándole los horarios a todos los Slytherins. James se despidió y caminó hacia su mesa, en donde sus compañeros le entregaron sus horarios. Sensacional, tenía Historia de la Magia en sólo quince minutos.
Por otro lado, Rose conversaba con Edmund mientras leían sus programas, para su suerte, Ravenclaw compartía con Hufflepuff casi todas las asignaturas, a excepción de Transformaciones, Herbología y Adivinación, que tenía con Slytherin. Ed le propuso a Rose que se sentasen juntos en la primera clase que tenían; Pociones con el viejo profesor Slughorn, y la pelirroja, con obviedad, aceptó encantada. Cuando ya fue hora de que partiesen a su clase, los jóvenes, tomados de la mano, caminaron hacia las mazmorras, hablando de trivialidades y cosas sin sentido, ambos jóvenes se sentían libres de poder contarse cualquier cosa, sabiendo que el otro no diría nada.
Edmund había encontrado la libertad que no tenía en su casa: Emily era entrometida en sus cosas, su madre, Charlotte, no estaba casi nunca, al igual que Samuel, su padre. Para muchos, los Cartwright eran los típicos yo-vivo-una-vida-perfecta-y-tú-no, pero en realidad, no estaban ni cerca de serlo. Las constantes peleas entre los miembros de su familia lo hacían desesperarse y casi siempre se refugiaba en un universo increíble, en un universo perfecto… se refugiaba en los indestructibles libros. Él tenía demasiado conocimiento como para estar en Hufflepuff, pero la razón por la que era de esa casa, era simple: él siempre estaba dispuesto ayudar a los demás, a dar una mano, como muy pocos lo habían hecho con él.
Siempre se vio opacado por su hermana, Emily. Ella era la expectativa de todos: bonita, inteligente, astuta, increíble, y además, estaba en el equipo de Quidditch. Edmund siempre había sido la sombra de Em, algo por lo que su madre le reclamaba cada vez que podía, pero ella no entendía: él, era un hombre y quería hacer lo que se le cantase, Emily, en cambio, podía soportar el estar encadenada a una reputación que tenían que mantener de alguna u otra forma, y además, podía sacar frutos de esto. Ed jamás había tenido agallas para hacer algo audaz y precipitoso, era tranquilo y nunca se había arriesgado a algo que podría traerle problemas. Sí bien eran gemelos, Edmund y Emily no se parecían en nada. Incluso, cuando Samuel se enteró que sus dos hijos eran magos, creyó que Emily destacaría más por su tendencia a llamar la atención, y no se equivocaba.
En otro lado, mientras Edmund y Rose caminaban hacia las mazmorras donde Slughorn impartía Pociones; Emily, Scorpius, Albus y Rosalie cruzaban a grandes zancadas el comedor, porque estaban llegando tarde a la clase de Adivinación, que estaba en la torre más alta del castillo, claro, después de la de Astronomía. Los cuatro jóvenes corrían por los desiertos pasillos tratando de encontrar algún pasadizo (que habían encontrado desde su primer año en Hogwarts) que los hiciera evitar un poco de recorrido, pero no vieron ninguno y tuvieron que ir por el camino largo. Sally iba conversando con Scorpius, sobre la tarea de Historia de la Magia que el profesor Binns les dio antes de las vacaciones de verano, y que ella no había hecho porque no tenía ganas, y Albus intentaba empezar una plática con la pelirroja, pero ésta iba sumida en sus pensamientos, y, claro, éstos tenían que ver justamente con él. Con Albus Severus Potter.
Durante su estancia en Beauxbatons, Emily y Edmund habían hecho nuevos amigos y se reencontraron con sus primos, aunque ellos tenían una en Hogwarts con la que no se llevaban muy bien, y también, habían hecho nuevos amoríos. Em conoció a un bonito francés que tenía quince, y se llamaba Jaime Bennett y salieron un par de veces, a pesar de todo, su hermano no estaba del todo convencido de que ese chico pudiese ser bueno para ella. Y Emily estaba más que segura de que él tenía razón, ya que ella llevaba desde primero enamorada, aunque no se había dado cuenta, de un chico que la conocía muy bien, y que ella conocía muy bien.
Ella nunca había reparado en enamorarse de Albus Potter.
Y aún menos con todas las chicas que suspiraban por él.
Aunque ella también tenía una ligera ventaja que le había dicho James una noche de segundo grado, cuando él la vio llorar en la torre de Astronomía porque Albus había comenzado una… relación con una chica de Ravenclaw, «a los Potter sólo nos gustan las pelirrojas, pero no le hacemos ascos a ninguna» comentó, y sin haberse percatado que acababa de revivir el corazón de la astuta serpiente. Desde ese día, Emily tenía más confianza en sí misma, en que algún día podría enamorar al Potter mediano, y sólo esperaría a que ese día llegase, aunque fuese tarde o temprano.
Hablando de James, el azabache se encontraba en su clase de Historia de la Magia, mandándose cartas con su prima Roxanne mientras planeaban su próxima broma a los Hufflepuffs, más específicamente a Enna y a su séquito de idiotas, aunque también iba para el francesito Edmund Cartwright por tocar a la prima-casi-hermana-favorita de Fred, y, por qué no, para la jefa de la casa, la profesora Phoenix Cavanaught, que impartía Transformaciones. Su divisa era simple: dejar en claro que nadie, nadie podía burlarse de los Merodeadores 3.0, o si no, sufriría las consecuencias. Cuando una pequeñísima bola de papel cayó en las manos de James, él dirigió su vista la joven de piel bronceada y cabello negro con mechones rojos, que le hacía señales para que mirara a Lila McKenley, que dormía plácidamente en el hombro de su hermano. James rió y leyó el papel.
"La cosa de Enna, así se llamará. ¿Te gusta? Me parece que podría llamarse así, porque con lo de enumerar bromas hemos fallado. ¿En cuál vamos, en la 15394 o en la 24760? La cosa es que me perdí y me agrada ese nombre, porque Enna es una cosa, y nadie la soporta, sólo quiere llamar la atención con su trasero inflado por los cirujanos muggles. ¡Maldita perra! Bueno, Jamsie, fíjate en la McKenley, es exactamente igual que la idiota de Cartwright. ¿La soportas? No entiendo como puede ser amiga de Albus, y menos de Rose. Ah, y… Fred le ha pedido una cita a Issie, la de séptimo de Ravenclaw, y la muy tarada ha aceptado. ¡Sí supiera…! Bueno, te he escrito demasiado, contesta rápido, Binns no se da cuenta de nada. Conjura el WL, y envíamelo por detrás de Tucker, que duerme como si no hubiese mañana. Ah, y con respecto a la cosa de Enna… ¿La semana que viene? A propósito, si algo sale mal, ya sabes… creo que esto es demasiado, incluso para ella, así que, deberíamos ser cuidadosos y que nadie nos vea, y estar justo cerca de algún prefecto así McGonagall no nos rete. Quiero una respuesta de esta extensión, torpe.
Te quiero, Rox-Rox."
James rió, tratando de no levantar mucho la voz, cuando leyó por segunda la vez la carta que su prima le había escrito. Ella era totalmente sincera hacia sus sentimientos por las demás chicas, había criticado a Lila, a Enna, a Issie, a Emily e incluso a Mica Tucker, una chica de su mismo año de Slytherin, que era hija de muggles y tenía una gran melena rizada de la cual John se burlaba. «¿Qué sabrá esconder ahí? ¿Drogas?» masculló una vez, mientras los Merodeadores se reían de la observación que había hecho. Potter decidió responder la carta de su prima, y comenzó.
"La cosa de Enna, me agrada… me agrada. Supongo que en la 19521, creo que John las enumera según el mes, habrá que preguntárselo cuando despierte. Me parece que es natural, un Potter sabe diferenciar un buen trasero natural de uno hecho por cirugía, sólo digo… Lila es amigable, y Emily es increíble, no entiendo como no te llevas bien con ella. Al y Rosie si saben elegir sus amigos (lo digo por Rosalie) ¿Issie? Realmente no la recuerdo, pero bueno. Supongo que sabes lo que Fred hará, ¿cierto? Eres nuestra merodeadora, y por lo tanto, la protegida también. La verdad, es algo raro tener un profesor fantasma que ni siquiera se dio cuenta cuando se murió. Lo haré, lo hemos hecho desde segundo año ¿recuerdas? Supongo que sí, la semana que viene estaría bien, pero primero tenemos que tener más suministros que tu papá (y el mejor tío) nos entregará el viernes. Tucker no es la única que duerme así, ¿Has visto a John? Parece que ya se nos ha ido. Bueno, te plantearé lo que quiero hacer hoy a medianoche, en la sala de menesteres. Te iré a buscar a tu habitación, ¿Quieres? No acepto un no como respuesta. Responde cuando puedas.
Te quiero mucho más… JS."
Conjuró un Wingardium Leviosa y la carta levitó hacia Roxanne, que la esperaba con ansias. El reloj sonó quince minutos después, anunciando que la clase doble de Historia de la Magia había terminado. James y Roxanne se habían enviado, más o menos, unas siete cartas en todo ese tiempo y estaban deseosos de poder llevar a cabo la cosa de Enna cuanto antes, porque esto significaba que su conocimiento en la pirotecnia, en Transformaciones y Encantamientos había mejorado notablemente con el paso de los años. Para ellos, perpetuar esta broma significaría que habían llegado más lejos que muchos de los mejores magos (los Gemelos Weasley, los Merodeadores…) y por eso, anhelaban que cada minuto pasase con rapidez extrema, para que puedan, por fin, convertirse en los mejores Merodeadores que alguna vez habían pisado Hogwarts.
•••
Arriba, en la torre de Adivinación, Scorpius y Albus hablaban sobre lo que serían las salidas a Hogsmeade el presente año, ya que Albus había sido, con mucha anticipación, invitado unas catorce veces aquél día y Scorpius sólo unas diez, y ambos se habían negado, diciendo que irían con sus mejores amigos, y con eso, desilusionando a muchas chicas. Hannah Monroe, de tercero, había llorado con el rechazo del azabache y Scor tuvo que consolarla, ya que su amigo se negaba de manera rotunda a hacerlo. Al final, Albus terminó con un ojo morado por la pequeña, pero poderosa muchacha. Y eso sólo demostraba una cosa: no había que juzgar a las personas por sus apariencias.
En una mesa, con una bola de cristal, Rosalie presagiaba lo que, posiblemente, pasaría en el próximo partido de Quidditch, que sería entre Ravenclaw y Gryffindor, y en dónde la buscadora de la casa de las águilas, Sophie Mellark, se lesionaría quince minutos antes de que el partido comenzara y Rose debería poner al idiota de Toby Vanderwaal como buscador, y al final, terminarían ganando, haciendo que Sophie le diese un beso a Toby, en agradecimiento por haber ganado. Conmocionada, la profesora Trelawney dijo que debían mantenerlo en secreto, para ver que tal era el potencial de su alumna favorita puesto que realmente era buena en Adivinación.
Emily miraba la escena entre severa y divertida. A decir verdad, le gustaba esta asignatura pero no era su favorita, ni siquiera se comparaba con la admirable profesora Cavanaught que daba Transformaciones y que hacía que aquella materia fuese su favorita entre todas las que tomaba. En Beauxbatons, había pocas materias: Transformaciones, Pociones, Encantamientos, Artes Oscuras (que vendría a ser como DCAO), Vuelo, Criaturas Extraordinarias (Algo así como CCM, que impartía Hagrid), Formación para la Comunidad Mágica (era una mezcla entre Estudios Muggles, Aritmancia, Runas Antiguas, y la mayoría que se estudiaba para Leyes mágicas) Lenguajes (runas antiguas, y lenguajes que hablaban los seres mágicos), y Videncia (astronomía y adivinación, juntas) y muchas de ellas eran algo complicadas, en Artes Oscuras, había que saber a fondo los maleficios imperdonables y en Videncia tenías que conocer de pies a cabezas cada Constelación. Sin embargo, Emily había aprendido todo lo que pudiese y su esfuerzo valió la pena, porque en Hogwarts estaba segurísima que no bajaría de los Extraordinarios o Supera las Expectativas, y que, trataría de hacerle frente a Rosie para que ambas pudieran ser prefectas el próximo año, y rendir bien en sus Matrículas de Honor en Brujería.
La pelirroja sonrió con sus pensamientos, ella quería ser una gran bruja y no dedicarse sólo al Quidditch como había hecho su madre. De pronto, la imagen de Albus como jugador de aquel deporte de magos la invadió. Ella sabía que los Potter eran buenos en el Quidditch, y si ella tenía posibilidades con Al, se preguntaba cómo sería la reacción de su familia, ya que… tal vez ellos querían sólo jugadoras de Quidditch profesionales para sus hijos o una conocida gerente de algún departamento del Ministerio, o si para Lily buscarían algún joven de riquezas grandes, tales como la de los Malfoy, pero tachó esa hipótesis rápidamente, ella tenía algún que otro conocimiento sobre como los Weasley odiaban a la familia de Scorpius.
Desde el otro extremo del salón, un adolescente pensativo reflexionaba sus últimos actos y cavilaciones. Albus sabía que había estado pensando en su prima de manera indecorosa y estaba al corriente de que eso no era nada bueno. Cuando Lily confesó su amor secreto por Lou, todos se lo recriminaron en la cara, en especial la tía Fleur, que se encargó de que nadie estuviese a su favor y lo logró, Albus creía, al igual que Rose, que si Fleur Delacour hubiese estado en Hogwarts, de seguro habría parado en Slytherin, por lo sagaz que era. Y la francesa también lo pensaba, era prepotente, cautelosa, bonita y audaz, y además de eso, calculaba demasiado sus movimientos. Por ejemplo, después de que Lily declarara aquél terrible secreto, Fleur primero fue con Ronald a lavarle la cabeza, y luego, éste vino y le advirtió a Harry: «sí James o Albus se revelan y dicen que aman a Rose, date por muerto, amigo.» Albus aún recordaba esas palabras como si estuviesen grabadas a fuego en su mente, porque, en ese momento, Albus Severus Potter se había revelado contra sí mismo… Y había admitido que amaba a Rose Weasley, en secreto.
3000 palabras :)
hemmo.
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