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A Friend's Dream

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Mensaje por Vero1D Vie 08 Mar 2013, 5:44 pm

Hola hermosaaas, ¡¿como estan?! Aqui les traigo un capppp.
Les informo: Hay 5 capitulos de especial, este es el primero.
Son capitulos especiales porque los narraran los chicos y no las chicas.
¡Ojala les guste el cap!

CAPÍTULO 15. La enana irritante.
Narra Harry.
La van iba en completo silencio, nadie omitía comentario alguno. Lo único que se notaban eran las guerras de miradas entre todos, las miradas llenas de amor y las miradas embobadas predominaban. Excepto las miradas entre Madison y yo, que eran mil cuchillos arrojándose a distancia.
-Llegamos.- anunció Louis al fin.
-Gracias por todo.- sonrió Alessa.
-No tienen nada que agradecer.- se apresuró a decir Liam.
-Tengo una idea. ¿Qué tal si vemos todos juntos una película de terror en nuestra casa?- propuso Paola.
-¡No! No, no y ¡NO! Me resigno a ver a ese tarado mas tiempo.- masculló Madison.
-Mejor cierra tu boquita, enana. Que a mí tampoco me emociona seguir viéndote.- reproché.
Madison me dedicó una mirada asesina, se levantó y me propinó un zape monumental en toda la frente, luego se bajó de la van y salió corriendo hacia la casa.
Odiaba tratar mal a las chicas, la verdad que sí. Pero había algo en Madison que me sacaba de mis casillas, y yo sabía que era. Estaba tan acostumbrado a que las chicas cayeran rendidas a mi pies que cuando ella me rechazó me dolió. Pero eso no cambiaba el hecho de que me seguía pareciendo una hermosa chica, pero no era como las demás chicas, ni se acercaba a las demás chicas. Madison era especial.
Pero no podía comportarme bien cuando estaba con ella, simplemente me daba rabia no poder gustarle, y sus comentarios hacia a mí me hacían que mi rabia creciera. Ella era tan irritable, no podía creer que un cuerpo tan pequeño cupiera un carácter tan bipolar e irritablemente confuso.
Maldecí en todos los idiomas posibles cuando los chicos me obligaron a disculparme, pero aun así deje que las chicas (algo resentidas conmigo) me guiaran hasta su habitación. Me quede allí solo, imaginando un montón de discursos de disculpas sin tratar de incluir palabras insultantes. Respire profundamente y abrí la puerta.
Ahora si era un tarado, pero un tarado bien imbécil. ¡Tuve que tocar la puerta! ¡No abrirla de golpe!
La escena que me encontré era en parte agradable a mis ojos, Madison me veía incrédula y terriblemente enfadada. Pero yo no le prestaba atención, si no que estaba embobado viendo su figura, si, estaba en ropa interior. No es por nada, pero Madison esta como uno quiere. Su delgada y esbelta figura, pálida como el papel, tenía cada curva en su lugar; su cabello estaba suelto y caía libremente hasta la mitad de su espalda, liso y ondulado… en mi mente se borraron todos los discursos que había pensado, ¡al diablo! Lo único que quería hacer ahora era violarla.
-¡GRANDISIMO TARADO!- chilló ella mientras se colocaba con rapidez una camisa que llegaba hasta la mitad de sus muslos.
-Perdón.- me sonrojé.
-¡Vete al infierno!- wow, que amable.
-Solo venía a pedirte…- rodé los ojos contrariado. –A pedirte perdón por mi comportamiento en el auto.- mascullé con dificultad.
-Oh muchas gracias, tarado.- agitó sus manos en señal de fastidio.
-Aun así sigues siendo una enana irritante.- agregué.
-Ya hiciste un terrible esfuerzo al pedirme perdón, ahora voltéate, a cinco pasos encontraras la puerta, sal y ciérrala detrás de ti.- me indicó.
Me acerqué a ella y la acorralé contra la pared, ella intento zafarse, pero la apreté hacia mí. Miré sus ojos, grises como una tormenta electica, me quedé embobado durante un segundo.
-No puedo negar que eres malditamente hermosa, y hay algo que quiero que entiendas, enana. Serás mía, mía. Porque sé que cometí un error ese día en la pizzería, cometí el error de dejarte ir. Pero quiero que sepas que no me daré por vencido. Tú, la enana irritante, serás mía. Y no descansare hasta transformar todo tu odio hacia mí en amor.- le susurré.
Luego, la solté y salí tranquilamente de la habitación. Sonreí a medias, estaba decidido a lograr que esa enana fuera mía, porque yo ya sentía que la quería.


¿Creen que Harry lograra conquistar a Madds?
Vero1D
Vero1D


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Mensaje por king.kylie Vie 08 Mar 2013, 10:54 pm

Oh dios que emocion que pasara? Siguelaaa
Siguelaaaaaaa siguelaaa verito si :-)
Besitoss
king.kylie
king.kylie


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Mensaje por JuliValen13 Vie 08 Mar 2013, 11:10 pm

ME ENCANTO BONBON LA AME!!!! AHHHHHHH ya siguelaaaa!!! que pasara con los otros chicos???? Ahhhhh te quiero siguela cuando puedas, besitos
JuliValen13
avatar


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Mensaje por Vero1D Jue 28 Mar 2013, 6:09 pm

HOLA CHICAS. ¿Como estan? Perdon por la tardancia... PERO AQUI LES TENGO UNNNNNN CAAAPPPPPP.

CAPÍTULO 16. El primer beso.
Niall.
-Así que, ¿Qué película vemos?- pregunta Liam.
-¡Una de terror!- grita Paola emocionada.
-No, de terror no.- murmura Alessa.
La observo fijamente. Esta acurrucada a mi lado en el gran sofá de la sala, su rostro brilla en la oscuridad y sus hermosos ojos verdes tienen un destello inocente, un destello de niña pequeña, un hermoso destello que me tenía completamente embobado. ¿Qué me había hecho Alessa? ¿Por qué tenía esa extraña sensación de querer protegerla? ¿Me estaba enamorando? Suspiro y sigo observándola, imaginando mariposas y mariquitas.
-¿El ascensor del diablo?- propone Madds bajando las escaleras.
Harry se ríe para sí mismo cuando la ve bajar y ella lo fulmina con sus ojos grises, lanzadores descargas de electricidad.
-Me parece bien.- asiente Zayn.
-Veremos esa entonces.- sonríe Louis viendo a Paola saltar de felicidad.
A mitad de la película tengo a Alessa escondida en mi cuello, temblando de miedo y maldiciendo en todos los idiomas a Madison. Acaricio su suave cabellera y aspiro el arma dulce e hipnotizante.
-¿Quieres caminar?- murmuro en su oreja.
Ella asiente y se levanta de un salto corriendo hacia la puerta. Me rio y ruedo los ojos, no solo tiene mirada de niña, se comporta como una.
-Iremos a caminar.- les anuncio a los chicos.
-Sí, si, como sea.- masculla Melanie.
-¡Apártate! Que no veo, duende.- se queja Louis lanzándome palomitas.
Ruedo los ojos y salgo en busca de Alessa.
-Le temes a las pellicas de terror.- le digo cuando la veo afuera.
Ella se sonroja –Las detesto con toda mi alma.
Empezamos a caminar y yo me dedico a ver su perfecto perfil, imaginándome besándola…
Sacudo la cabeza.
-Así que, ¿Directioner?
-Directioner.- asiente.
-Yo soy tu favorito.- sonrío.
-¿Es un interrogatorio, Sr. Horan?- alza una ceja.
-Si fuera un interrogatorio ya sabría hasta su color favorito.- me rio.
-Morado.- dice ella sonriendo.
-¿Comida?
-Pizza.
-¿Tienes novio?
-Mi vida morosa es patética.- se queja Alessa.
¿Patética? ¡Genial! ¡Es soltera!
-¿Patética?- pregunto alzando ambas cejas.
-No he besado a nadie en mi vida, bueno, si restamos tu poster y debo afirmar que sabes a papel.- se sonroja.
-¿A papel?- frunzo el ceño.
-Oh sí.
-Tengo muy buen sabor a menta según Harry.- alzo mis cejas.
Ella se ríe, -¿Cómo puedo saberlo?
-¿Quieres saberlo?
Sonrió con malicia y la acorralo en un árbol que estaba en pleno camino, la miro pidiéndole permiso y cuando ella asiente, yo presiono mis labios sobre los de ella. Sus labios son dulces y delicados, me acerco a ella y coloco mis manos en su cintura, y ella acaricia mi cabello, ¿Puedo estar enamorándome? ¡Al diablo!
-A menta.- sonríe Alessa.
Me sonrojo, -¿Ves? Pero tú sabes a chocolate.- me rio.
-¿Chocolate?- alza una ceja.
-Oh, no se…. Tendré que probar de nuevo.- sonrío.
Ella se ríe y me besa antes de que yo reaccione. Este momento es uno de esos de los que quieres guardar por el resto de tu vida.

OJALA LES GUSTEEEE.
Vero1D
Vero1D


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Mensaje por king.kylie Jue 28 Mar 2013, 10:56 pm

Alessa y Niall iiiih saben a menta y chocolate jajaja
El asdensor del diablo! Es la que es un elevador que se van muriendo no? Si es asi la amoooo!
Xhsjjhdjsjjdjs
Tienes que seguirla vero sisisisisisi
MARATOOOOON SISISSI

bueno besos byeee ;-)
king.kylie
king.kylie


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Mensaje por Vero1D Sáb 13 Abr 2013, 9:19 pm

HOLA HERMOSAS. ¡Les traigo una sorpresaaaaaaaaa! MARATON DE 4 CAPSSSSSSSSSS.

CAPÍTULO 17. El plan.
Narra Louis.
La casa estaba silenciosa, cosa muy extraña en la Mansión Direction. ¿Dónde están los chicos? Vale, han sido unos tres meses lindos, extraños y alocados para todos. Más que todo para el pobre Harry, que trataba de ‘arreglar’ la situación con la enana irritante, pero al final los dos terminaban discutiendo o ella lo golpeaba en sus partes. Los demás, estaba muy bien, Alessa y Niall, Liam y Melanie, Zayn y Valeria y Paola y yo.
-¡HOY ES SAN VALENTIN!- y se acabó el silencio.
-¡No grites tarado!- le grita Madison a Harry… un minuto, ¿Madds?
Bajo las escaleras y me encuentro con otra pelea más, ya estábamos acostumbrados. Así que, los ignoro y me dirijo hacia Paola, la saludo con un beso en los labios y los dos miramos la pelea con una sonrisa.
-¡No me tienes que gritar tú!- espeta Harry.
-Oh por Dios, un tarado que tiene oídos sensibles.- se burla Madds.
-Por lo menos tengo altura y NO parezco hermano perdido de los siete enanitos.- contraataca nuestro amigo.
-¿Por qué pelean esta vez?- un Niall adormilado baja los escalones.
-Vete a saber.- le dice Zayn, que ve una película con Valeria.
-¿Y Liam y Mel?- pregunta Alessa, que venía detrás de Niall.
-Salieron al supermercado o algo así.- frunce el ceño Paola.
-Oh ya veo, ¡traerán comida!- sonríe el rubio.
-¿Más comida?- se impresiona Valeria.
-Sí, hoy habrá una gran fiesta al estilo One Direction. Como es San Valentín… ¡haremos la mejor fiesta de todas!- ríe Harry.
-Primera vez que te veré haciendo algo, tarado.- murmura Madison.
Harry la ignora olímpicamente.
-Lo que significa que ustedes cuatro se irán a arreglar y todas esas cosas de chicas, y no entraran a esta casa hasta las ocho de la noche.- alza una ceja Liam, entrando en la casa.
-¿Nos están echando?- Paola se hace la ofendida.
-Nope, solo estamos diciendo que vayan de compras.- sonrío.
-¡DE COMPRAS!- grita Alessa.
-¡NOOOOOOOOOOOOOO!- las demás nos lanzan una mirada asesina mientras son arrastradas por Alessa hacia su casa.
-¿Listos?- ríe Niall.
-¡Listos!- respondemos.
-Louis, ¿podemos hablar?- me pregunta Harry antes de que me vaya.
-Oh, claro amor, ¿Qué necesita mi ruloso y sexy?
-Ayúdame, ¡estoy completa y ridículamente enamorado de esa… enana!- me dice desesperado.
Lo miro extrañado y empiezo a reírme como desquiciado, las risotadas me hacen llorar y aunque no puedo respirar, sigo riendo. Y riendo, y riendo, y riendo…
-Si vuelves a reírte te mataré.- me sisea mi mejor amigo
-¿Cómo… puedes estar… enamorado de alguien… al que le dices… enana irritante?- le pregunto entre risitas.
Él me fulmina con la mirada –Créeme que si supiera la respuesta de esa pregunta… Te la diría.- baja la cabeza.
Woah, este no es el mismo Harry caza-mujeres-con-tan-solo-mirarlas, este parecía un Harry soy-tan-patético-que-necesito-la-ayuda-de-alguien. Lo miro y veo la desesperación marcada en sus ojos, ¿tan enamorado está? Un plan entre romántico y malvado comienza a maquinarse en mi retorcida mente.
-Tengo un plan.- le sonrío.
Sus ojos se iluminan -¿Me ayudarás?
-¡Claro que sí! Solo acepto que me engañes con Madds, ¡con nadie más! ¿Eh?- lo acuso.
-¡Si señor esposo!- dice riendo.
-Bueno, primero harás esto…- comienzo a contarle mi plan maestro. –Solo necesitaras algunas, bueno, muchos tulipanes, y necesitas buscar la historia sobre el significado del amor eterno en los tulipanes, y no me mires así, en épocas antiguas los tulipanes rojos significaban amor eterno…
>>Dejarás algunos de ellos como rastros y la guiarás al parque, el cual tu y yo organizaremos con cosas románticas y estúpidas. Cuando ella este ahí solo debes intentar algo para besarla y ¡BUM! Todo listo.- recupero el aire perdido y lo miro expectante.
-¡Es perfecto, Lou!- admite dando saltitos.
-Lo sé, soy un genio.
***
-¡Cuidado te caes, Harold!- le grito.
-¡NO ME LLAMES HAROLD!- grita más fuerte.
Alzo una ceja, pero me obligo a no moverme. Harry esta sobre mis hombros, colgando las ultimas luces que irán en el parque, el cual es donde se desarrollara nuestro plan. Desde adentro se pueden oír los gritos de los chicos, que están atareados tratando de acomodar todo antes de que lleguen los invitados, ¿Cuánto falta? Me estiro un poco y veo mi reloj.
-¡No imbécil! ¡ME CAEERÉ!- y todo pasa rápido.
Me tambaleo y lo que recuerdo a continuación es tener el trasero de Harry en mi cara, su cabeza esta en mi… lugar de producción masculina y yo he perdido la capacidad de respirar.
-Ahhh.- balbuceo, mis hermosas partes.
-¿Louis? ¿Dónde estás?- pregunta Harry.
-¡Debajo de ti, grandísimo idiota!- digo con voz aguda.
-Oh, lo siento.- se levanta y me mira apenado.
Yo decido quedarme un rato en el suelo, por lo menos hasta que pueda respirar más y no sienta el trasero de Harry en mi rostro. Pero en eso entra Niall corriendo y nos grita que ya es hora de cambiarnos, por lo cual, soy arrastrado por él y por Harry hasta mi habitación, y mientras me llevan pienso que lo más probable es que haya quedado infértil de por vida.
Cuando estoy en mi cama, ya puedo respirar mejor, así que me levanto y me cambio con muchísimo cuidado, evitando hacerme más daño. ¿Y el regalo de Paola? ¡Oh mierda! ¿Dónde lo deje? Me vuelvo loco mientras lo busco, hasta que lo veo en mi mesita de noche, el collar está perfectamente, suspiro aliviado y bajo.
¡Todo listo! Solo faltan las chicas y los demás invitados.
-¡Niall Horan! No te comas toda la comida aun.- Liam reprende a Niall
-¡Por Dios! ¿Dónde están los demás tulipanes rojos?- Harry corretea de aquí para allá.
-Soy sexy…- dice Zayn mirándose en el espejo.
-¡Solo una pizza y ya!- pide Niall.
Adiós al hermoso silencio de esta mañana, me digo para mí mismo mientras pienso que sin estos chicos yo sería un fracasado.
CAPÍTULO 18. El regalo perfecto.
Narra Liam.
El timbre suena y todos nos apresuramos a abrir la puerta, de inmediato quedaos decepcionados ya que no eran las chicas, si no que eran Josh, Dan, John y Sandy, junto a sus respetivas novias.
-¡Hola chicos! ¿Qué tal?- nos saludamos.
El timbre vuelve a sonar, y todos corremos como demonios a abrir la puerta…
-¿Mamá?- frunce el ceño Niall.
-¡Hola cariño!- mi madre me salta encima mientras me envuelve en un abrazo de oso.
Me quedo helado durante un momento, ¿nuestras madres? ¿Aquí? Luego de un rato me obligo a reaccionar y abrazo a mi madre con todas mis fuerzas, ¿desde cuándo no la veo? ¿Cinco meses? Oh mamá, me aferro a ella, y sonrío como niño pequeño.
-¿Qué hacen por aquí?- les pregunto.
-Era parte de una sorpresa que las chicas y nosotras maquinamos… y, ¡eres un tonto, Harold!- Anne golpea a su hijo.
-¡Auch!- se queja el ruloso.
-¿Llamando a una mujer enana irritante? ¡vaya que te hacía falta!- le reprende su madre.
Todos estallamos en risotadas y el DJ Malik se pone en acción, los invitados (han llegado todos y son como cien) se ponen a bailar. ¿Dónde estarán las chicas y por qué no han llegado? El timbre suena, respondiendo a mis preguntas.
Soy el último en llegar, por lo cual, solo Mel me espera. Me quedo embobado, un vestido corto y ajustado cubre su figura, es de color morado oscuro, lo cual resalta su pálida piel, u cabello esta suelto y completamente liso, con algunas onditas al final. Tiene una sonrisa deslumbrante y está ligeramente sonrojada.
-Estás wow.- es lo único que puedo decirle.
Ella me sonríe tímidamente y se acerca a mí, yo la sostengo en mis brazos con delicadeza, para mí, ella es una muleca de porcelana que puede romperse en cualquier momento si no la proteges y la quieres como se lo merece.
Ella enrosca sus manos en mi cuello y yo me acerco y planto un dulce, suave y tierno beso en sus delicados labios.
-Tengo una sorpresa para ti.- le susurro.
-¿Si? Oh Liam, sabes que no era necesario.- me reprocha.
-No era necesario que maquinaras planes y gastaras un millón de dólares para que mi madre y la de los chicos viniera.- contraataco.
Ella rueda sus ojos marrones. –Touché.
Me rio y la conduzco hacia el porche. La decoración allí es sencillas, lámparas de con velitas adentro iluminan el camino hacia el estacionamiento, hay pequeñas estrellitas doradas que cuelgan del techo y se mueven con la brisa de la noche, que inunda el lugar. La luna brilla en todo su esplendor y las chicharras cantan una melodía alegre, hinchando nuestros corazones.
Saco la bolsita de mi bolsillo y se la entrego a Melanie.
Ella frunce el ceño y abre la bolsa, en ella hay una pulsera, la cual tiene un corazón, una llave, una nota musical, una camiseta, una pequeña pizza y la palabra forever. Miro detenidamente a mi novia, sus ojos están llenos de lágrimas y tiene una sonrisa en su rostro.
-¡Es… hermoso!- murmura entre sollozos.
-No llores.- me acerco a ella y dejo un beso en su frente.
-¿Me la pones?- me pregunta infantilmente.
Me rio y asiento, tomo la pulsera y la coloco en su mano derecha. Le queda perfecta.
-Es el mejor regalo que me han dado.- me dice.
-Tu eres es el mejor regalo que he podido tener.- confieso.
Ella se sonroja –Tu también eres MI mejor regalo…
Y nos besamos bajo la estrellada noche de San Valentín.
CAPÍTULO 19. El baile perfecto.
Narra Zayn.
Desde la mesa del DJ puedo ver a Valeria que se acerca hasta mí. Me quedo petrificado y creo que repito la canción que acababa de poner. Esta hermosa, su cuerpo está cubierto por un vestido un poco largo, ajustado al busto y suelto desde ahí para abajo, es de color rojo intenso. Su cabello está recogido con algunos mechones sueltos, no tiene mucho maquillaje (cosa que amo) y está sonriéndome con timidez.
Le dejo la mesa del DJ encargada a Josh y salgo a su encuentro, cuando la tengo cerca, la abrazo por detrás y aspiro su aroma, coco y chocolate, el mismo de siempre, el mismo que me volvía loco.
-¿Me permite un baile Srta.?- le susurro en su oreja.
-No lo sé Sr., es que estoy violándome mentalmente al DJ que estaba hace un rato, pero creo que es gay, ¿usted qué piensa?- se ríe.
Ahogo una risita y le doy la vuelta, haciendo que ella quede mirándome, me agacho un poco, por la diferencia de altura y la apego hacia a mí.
-No lo sé, Srta., ¿le parezco gay?- alzo una ceja.
-No lo sé, es usted muy misterioso.- se burla.
Me rio de nuevo y me acerco hacia su rostro, mi mano se desliza por su mejilla, acunándola y la beso, sus labios suaves y delicados, se mueven junto a lo míos.
-Gracias por traer a mi mamá.- le digo.
-Oh no fue nada.- dice restándole importancia pero con una gran sonrisa en su rostro.
-Yo tengo otra sorpresa para ti.- le digo.
-No era…- la callo con un beso antes de que hable.
-Toma.- le entrego la pequeña cajita.
Los chicos y yo nos habíamos puesto de acuerdo y habíamos mandado a hacer pulseras con dijes diferentes. Esta pulsera tenía un pequeño contenedor de basura, un corazón, unas alas de ángel, una pizza, unas manos entrelazadas y un forever escrito.
Miro a Valeria y sonrío, su expresión esta suave y hermosa, una sonrisita cubre su rostro y unas pequeñas lágrimas se resbalan por sus mejillas. Ella me da la pulsera y yo se la coloco, luego se lanza sobre mis brazos y me da un enorme y sonoro beso en la mejilla.
-Venga, bailemos.- le sonrío.
Una canción lenta comenzó a sonar, la identifique como The Don’t Know About Us de nosotros, mis manos se colocan en la cintura de Valeria y ella se aferra a mi cuello. Comenzamos movernos al ritmo de la canción y de repente nos estamos besando tiernamente, y me doy cuenta que la canción tiene un significado para mí ‘Ellos no saben lo feliz que ella me hace’. Y sostengo a mi novia fuertemente, porque sé que nunca la dejaré ir.
CAPÍTULO 20. La sorpresa más grande y perfecta.
Narra Madison.
Me miro en el gran espejo por última vez, ¿estoy bien así? El vestido es un poco largo, ajustado a mi pecho y suelto de ahí hasta dos dedos más arriba de mis rodillas, es de color negro y tiene un escote en la espalda que llega hasta mi espalda baja. Mi cabello está recogido con algunos mechones sueltos y no llevo ningún tipo de maquillaje en mi rostro aparte del brillo labial.
¿Le gustara esto a él? ¿¡Pero qué piensas, Madds!? ¡Él es un tarado contigo! Me sonrojo, ¿Cómo puedo estar enamorada de alguien que me dice enana irritante? El Universo esta en mi contra.
-¡Venga Madds! ¡Vámonos!- me grita Alessa desde abajo.
Suspiro y bajo las escaleras hasta la sala, ¡pero que amigas! Ninguna me esperó, suelto un bufido y salgo de la gran casa, ¿no me puedo quedar y ver películas de amor mientras como un gran pote de helado de fresa? Según Paola, esa no es una acción digna de mí.
Camino a zancadas hasta la casa y veo un tulipán rojo colocado misteriosamente en el suelo, junto a la entrada de la Mansión Direction. Me agacho con delicadeza y lo tomo, debajo de el hay una nota.
Frunzo el ceño y veo el escrito ‘Si sigues el camino, sabrás de quien soy’. Suspiro resignada y comienzo a caminar, en busca de más tulipanes rojos, cuando veo uno, lo tomo, me guían hasta la entrada de la Mansión. Entro y veo a todos bailar, se ven relajados con sus parejas y yo me debo de ver tan patética en una fiesta de San Valentín sin pareja.
Un tulipán rojo llama mi atención, está en la pista de baile, zigzagueo entre las parejitas felices y lo sostengo victoriosa, después, veo otro, y otro, y otro. De un momento a otro ya tengo un enorme ramo de tulipanes rojos en mis brazos.
-¿Y ese ramo, Madds?- me pregunta Louis.
-No lo sé, es una extraña pista que debo seguir.- me quejo.
El suelta una risita misteriosa –Hey, allí esta Paola, ¡suerte, Madds!- y desaparece entre la multitud.
Frunzo el ceño y sigo el camino de tulipanes hasta que llego al gran jardín de la Mansión. Me quedo boquiabierta, pequeñas luces de color plateado brillan y cuelgan de las enredaderas, burbujas se elevan en el aire, pequeñas flores con luz iluminan el lugar, dándole un brillo especial, la luna brilla en todo su esplendor y el frio de la noche recorre mi cuerpo, ¿Qué demonios es esto?
Sigo el camino de tulipanes rojos y llego hasta el centro del gran parque, ahí está un chico de espaldas. Sus anchos hombros están cubiertos por una chaqueta negra, con jeans del mismo color y una camiseta blanca, su sombra revela que tiene cabello largo y alborotado en rulos. Me quedo patidifusa, ¿Tarado?
-¿Harry?- susurro.
Él se gira y puedo ver como sonríe, tiene un tulipán rojo en sus manos, y me mira embobado.
-Es la primera vez en meses que dices mi nombre, Madds.- dice.
Me sonrojo, ¿debo huir ya? Es el primer pensamiento que pasa por mi cabeza, pero Harry se acerca hacia a mí, me quita el gran ramo de tulipanes rojos y los deja en un banco. Luego, toma mis manos y me acerca a él. El último tulipán rojo es colocado en una de mis manos, y lo sostengo con firmeza mientras miro a Harry.
-Cuenta la leyenda, que hace cien años, había un muchacho pobre y una princesa, se enamoraron. Era un amor prohibido, pero aun así, ellos siguieron con su aventura. Se reunían detrás de los establos del castillo y solían pasar horas allí…- Harry me mira fijamente y aparta un mechón de mi frente. –Paso el tiempo y el Rey se enteró de tal amorío, decidió separar a la pareja, antes de que eso pasara, el chico le dio a la princesa un tulipán rojo, y le prometió amor eterno. Esa promesa logro que el Rey los dejara estar juntos y desde ese día los tulipanes rojos significan amor eterno.- culmina la historia.
Me sonrojo y lo miro, sus ojos verdes brillan y escanean los míos.
-Aun eres un tarado.- le susurro.
Él se ríe –Para mí eres una enana, MI enana hermosa e irritante.
-¿Qué intentas hacer?- le pregunto.
El me mira –Me enamore de ti, eres la persona más importante que ha existido en mi mundo, nunca quise herirte ese día en la pizzería. Tú me rechazaste y me hiciste dar de cuenta que no puedo obtener todo, pero ahora solo te quiero a ti, eres la única, Madison.
Me quedo mirándolo y sonrío.
-Eres un tarado muy cursi.- le digo a final, enroscando mis manos en su cuello.
-Cállate y bésame.- me ordena.
Me acerco hasta el, y me coloco de puntillas. Mis escasos un metro sesenta no puede combatir con su metro ochenta, por lo que el se agacha y nuestros labios se tocan. Es un beso dulce pero a la vez apasionado, donde el odio queda a un lado para dar paso al amor, al amor que acaba de nacer y que por ahora ambos queremos que sea eterno, como el de la historia.
-Un tarado que besa bien.
-Sh, ¡ah sí! ¡Te traje un regalo!- Harry me sonríe y me da una cajita.
La tomo y saco el brazalete, veo los dijes, un bañito, un contenedor de basura pequeño, una pizza, un corazón partido por la mitad, unas alas negras y una palabra escrita: forever.
-Eres mi ángel negro caído del cielo.- se ríe Harry.
-Me gusta más ser la enana.- me rio con él.
-¿Quieres ser mi enana?- me pregunta Harry.
-Sí, Harry. Quiero ser tu enana.
Él me besa de nuevo, esta vez con más fuerza que antes… La enana y el tarado juntos.

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Mensaje por Vero1D Sáb 13 Abr 2013, 9:26 pm

Mis chicas, les aviso que escribiré la novela de esta forma: Sera cada dos semanas, pero siempre serán maratones de cuatro o cinco capítulos. Así se me es mucho mas fácil y así ustedes tienen bastantes capítulos. También he pensado sobre cuando durara la novela y por ahora creo que será un pocito larga. ¿Habrán mas novelas después de esta? Probablemente.
¡Disfruten leyendo! y espero que les guste y por favor comenten sus opiniones.
LAS ADORO A TODAS.- Ronie.
Vero1D
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Mensaje por king.kylie Dom 14 Abr 2013, 12:32 pm

Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis
soy yo PAOLA!
En tu novela es San Valentín! dkrjvckih!
y los chicos nos darán regalos muchos regalos! jaja
vero me encantaron los caps
y me encanto la idea de cada 2 semanas subirás pero serian maratones!

Besos y abrazos
king.kylie
king.kylie


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Mensaje por Vero1D Dom 14 Abr 2013, 7:22 pm

PaolaStylinson escribió:Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis
soy yo PAOLA!
En tu novela es San Valentín! dkrjvckih!
y los chicos nos darán regalos muchos regalos! jaja
vero me encantaron los caps
y me encanto la idea de cada 2 semanas subirás pero serian maratones!

Besos y abrazos

AY PAOOOOOOO, he estado desconectada de este foro... ¡PIDO DISULPAS SI NO HE COMENTADO EN TU NOVE! perdonameeeee, ¡y vendrán muchisiiimas sorpresaaaaaas!
Vero1D
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Mensaje por king.kylie Dom 14 Abr 2013, 9:13 pm

Vero1D escribió:
PaolaStylinson escribió:Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis
soy yo PAOLA!
En tu novela es San Valentín! dkrjvckih!
y los chicos nos darán regalos muchos regalos! jaja
vero me encantaron los caps
y me encanto la idea de cada 2 semanas subirás pero serian maratones!

Besos y abrazos

AY PAOOOOOOO, he estado desconectada de este foro... ¡PIDO DISULPAS SI NO HE COMENTADO EN TU NOVE! perdonameeeee, ¡y vendrán muchisiiimas sorpresaaaaaas!


No he subido nadaaa en la novela, me siento enfrente de la compu intentando hacer un cap y no sale nda de mi tonta cabezotaaaa! Tengo bloqueo pero si o si subire el fin de semana o en esta semana

Besos veritoo
Byee:-)

Pd: y Juli ya no se a pasado por la otra novela esta bien?
king.kylie
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Mensaje por Vero1D Miér 22 Mayo 2013, 6:09 pm

¡Hola hermosas y sexys lectoras! ¿Cómo están? Vale, sé que me tardé tres semanas en subir... ¡Así que les traigo los cinco capítulos más otros dos! Soy la mejor, lo sé. Asfg, ¡bueno! Aquí estaaan.

CAPÍTULO 21. ¿Vacaciones con One Direction?
Narra Alessa.
Los rayos de luz penetran en una habitación que podría jurar que no es la mía, siento una extraña presión en mi cintura y cuando me volteo…
-¡AHHHHH!- chillo.
El chico rubio abre sus ojos y me mira confundido.
-¿Por qué gritas, Ales?- pregunta bostezando.
-¿Qué hago aquí, que haces aquí?- pregunto.
-Anoche fue la fiesta de San Valentín, ¿recuerdas? Ustedes se quedaron después de llevar a nuestras madres al aeropuerto.- explica mirándome sonriendo.
-Oh, ya.- suspiro.
-¿Pensabas que yo te había violado?- Niall comienza a reírse.
Yo me sonrojo –Bobo.- bufo.
-Hey, ¿no me darás un besito de buenos días?- hace un puchero con sus labios.
-Es imposible resistirse a ti si usas esas… técnicas.- me quejo y me acerco hacia él.
Nuestros labios se tocan suavemente y la puerta se abre de golpe.
-¡HEY USTEDES DOS! Venga, ya el desayuno está listo.- Louis interrumpe nuestro casi beso.
-Eh, ¿no sabes tocar?- se queja Niall.
-Hey, si quieres robarle la virginidad a una chica, al menos hazlo de una manera romántica.- y dicho esto, el castaño huye de mis garras.
-¡TE VOY A ARRANCAR ESE TRASEROTE TUYO!- le grito mientras lo persigo escaleras abajo.
El vestido que usé anoche ondea al aire y mis descalzos pies sienten el frio del suelo. Cuando pierdo a Louis de vista, camino hacia el comedor. Todos están ahí, menos mi novio, Harry y Madison discuten sobre el cereal de una manera decente, Liam y Melanie están tirándose la comida entre risas, Zayn y Valeria hacen un concurso de: ‘Quien se tome cincuenta litros de jugo sin orinar, gana’. Y Louis y Paola intentan cocinar un huevo.
-¡Buenos días!- sonrío y me siento en el comedor.
-¡Hola dormilona! ¿Quieres jugar con nosotros?- me pregunta Zayn.
Los miro con los ojos entrecerrados y niego.
-Tengo mucha hambre, Zayn. Comeré primero.- les digo.
-Les tenemos una noticia.- anuncia mi novio mientras baja el último escalón.
Eso bastó para que la mesa quedara en completo silencio.
-¿Cuál noticia?- pregunta Harry.
Louis lo golpea.
-Tarado.- le sisea Louis.
-¡Hey! Roba insultos.- se queja Madds, riendo.
-Vengan, digan ya la noticia.- la impaciencia es la visible en el rostro de Paola.
-Ya que estamos de vacaciones, queríamos aprovechar de estar un tiempo con ustedes y…- comienza Liam.
-¡Oh por Dios! ¿Harán que vivamos con ustedes?- exclama Valeria, como siempre, precipitándose a las cosas.
Zayn la mira con las cejas arqueadas –¿Te gustó tanto mi cama que deseas quedarte?
La aludida adquiere un color tomate.
-Mejor digan ya la noticia- digo yo.
-¿Quieren venir de vacaciones con nosotros?- de repente los cinco chicos hacen un puchero de perrito perdido.
-¿De vacaciones…?- balbucea Melanie.
-¿Con ustedes?- susurra Valeria.
Y ese momento, todas miramos a Madds.
-¿¡Qué!?- masculla ella.
-Eres la más responsable y eso, así que tú decides.- le dice Paola.
Los chicos miran a Madison, suplicándole, ella se cubre el rostro con las manos, apenada y totalmente roja.
-¡Por favor, por favor, por favor!- le decía Harry, haciendo pucheros y poniendo una vocecita de bebé.
-¡Está bien!- acepta ella.
Los chicos pasaron por tres fases: 1era, incredulidad. Miraron a Madison totalmente inmóviles y después nos examinaron a cada una de nosotras. 2da, felicidad. Comenzaron a saltar en todos los lugares que tenían cerca y tumbaron unos tres o cuatro floreros. 3era, agradecimiento. Se quedaron en silencio y todos corrieron hacia Madds y le cayeron encima.
Cinco segundos después, Liam comenzó a regañarlos por casi matar a Madds y por romper los floreros, la seriedad le duró poco porque Zayn le pegó un zape y comenzó otra pelea.
Aprovechando la situación, me escabullo por la puerta trasera, los pensamientos invaden mi mente, haciéndome recordar y sonreír de vez en cuando, no se cuando llego al gran árbol donde había sido mi primer beso con Niall; bueno mi primer y último primer beso.
-¿Escapándote de mí?- la suave voz de Niall en mi mejilla hace que me estremezca y pegue un saltito.
Está apoyado en el tronco del árbol, mirándome divertido y con expresión dulce. A veces me doy cuenta de lo hermoso que es y siento que mi autoestima disminuye, y echa a correr por ahí, abandonando mi cuerpo y dándole espacio a la inseguridad.
-¿Tengo algo?- se sonroja el rubio, dándose cuenta de mi penetrante mirada sobre él.
Le sonrío. –No tienes nada aparte de una belleza sobrenatural que me hace pensar que soy un bichito raro, pero con una suerte de perlas.
Niall ríe y frunce el ceño, se sienta junto a mí y alza mi barbilla colocando sus dedos en ésta, es un gesto que me hizo sonrojar y mirarlo directamente a sus ojos azules.
Hoy estaba increíblemente más guapo que ayer. Niall, a pesar de nunca haber pisado el gimnasio en su vida, estaba lleno de músculos y era fuerte. Su piel era pálida, casi como el papel, pero ahora estaba más bronceada, cosa que lo hacía parecer un modelo recién salido de una revista; su cabello estaba alborotado, formando un mar de hermosos mechones rubios en su cabeza.
-Eres muy hermosa, Alessa. Demasiado, eres tan hermosa que opacas al sol.- me dice, sonrojado y sonriendo.
-Cursi.- lo acuso, riéndome y tratando de ocultar el rojizo oscuro de mis mejillas.
-Te quiero…, no. No te quiero, eso es poco. Te amo.- afirma y sus labios ocupan los míos.
Yo pensaba que algún día iba a olvidar los nervios cada vez que él me basaba, abrazaba, tomaba mi mano o me tocaba. Pero estaba completamente equivocada. Empiezo a temblar ligeramente cuando el beso se vuelve más profundo, pero no me importa, porque confío en Niall más que en mi misma.
-Te amo, Nialler.- le susurro cuando me recuesto en su hombro.
Y aunque no lo veo, sé que sonríe.
-Te va a encantar Hawái.- dice después de un rato.
-¿Hawái?- exclamo.
El baja la cabeza y me mira con ternura.
-¿Pensabas que nos íbamos a quedar en casa?- ríe.
Oh, dioses benditos. Iremos a Hawái… Con One Direction.
CAPÍTULO 22. El jet privado y otro famoso.
Narra Valeria.
Mi situación era esta, estaba escondida detrás del sofá, junto con Paola. ¿Por qué me había escondido? Ah, sí. Madison estaba completamente estresada y cada vez que miraba a Alessa y a Melanie meter mucho más ropa en sus maletas, empezaba a tirar almohadas por todos lados.
-¡Ahí están!- suspira Madison después de un rato de estar gritando. –Vayan a dormir.
-Pero…- comienzo a quejarme.
-¡A dormir!- la interrumpe Melanie, haciéndonos señas de que huyéramos de ahí a la velocidad de la luz.
-¡Son las 12:00am! Y hay que levantarse temprano.- dice Alessa, haciéndole muecas raras por detrás a Madds.
-Oh claro… Ah, y Valeria. No pienso sentarme junto a ti mañana en el avión.- me grita Paola antes de empezar a subir.
Maldita sea. El avión. Lo había olvidado.
Cuando me tiro en mi cama, los nervios y las náuseas comienzan a fastidiarme, ¿por qué tenían que existir los aviones? ¿No era mejor ir en barco? En el avión hay mil probabilidades de morir, ¿y si se cae? ¿O explota? ¿O se rompe un ala? ¿O…? ¡Ya! Me obligo a cerrar los ojos y me arrastro hacia el mundo de los sueños.
***
-Pareces…- comienza a decirme Melanie.
-Un mapache en peligro de extinción, lo sé. Ya Paola me lo dijo.- mascullo.
-¿No dormiste nada?- me reprende Alessa.
-Tuve una pesadilla. Sobre una ballena gigante y voladora que se traga en avión y moríamos masticados por ella.
-¿Una ballena?- alza una ceja Mel.
-Que vuela y nos come.- se ríe Paola.
-Venga, Vale. Ponte esto.- Madison llega y me da unos lentes de sol.
-Gracias.- le gruño.
Suena el timbre y ya siento que me voy a desmayar.
-¿Listas?- pregunta Liam, sonriéndole a Paola.
-Listas.- le dice ella, devolviéndole la sonrisa.
-Oh Dios, mátame ahora.- murmuro colocándome los lentes, rogando para que cubran mis ojeras.
-Amor.- siento que Zayn me abraza por la cintura.
-Hola.- le sonrío aunque no me vea. -¿Cómo dormiste?
-Por lo que veo, mejor que tú.- me dice mirándome preocupado.
Me sonrojo. Él continua examinado mi rostro, cuando intenta quitarme los lentes me separo un poco y lo beso de lleno en la boca.
-Parezco un mapache.- digo cuando nos separamos.
-Mapache o no, te amo.- se encoge de hombros y me quita los lentes.
Suspiro resignada.
-¿Lista?
-¿Es muy tarde para decir que le temo a los aviones?- lo miro con inocencia.
-Ay Valeria.
Después de que Zayn me diera una charla sobre lo seguros que eran los aviones, decidí montarme en la Van junto a él. Aún sigo nerviosa, pero por lo menos trato de recordar lo que él me dijo sobre las salidas de emergencia.
Harry conduce hasta el aeropuerto, Madds va de copiloto y ambos tienen sus manos entrelazadas. Sonrío.
-¿A dónde nos llevas, Harold?- pregunta Alessa después de un rato.
Frunzo el ceño y miro la ventana, habíamos pasado el lugar de embarque y nos dirigamos hacia una pista que tenía un cartel de prohibido. Los chicos ahogan una carcajada e ignoran nuestras preguntas.
-Llegamos.- anuncia Louis al poco rato.
Giro la cabeza y me quedo mirando el sitio como una idiota, ¿Qué demonios? ¿Un avión privado? Y yo sabía que no podría ser cualquier avión, era increíblemente lujoso. Era de color negro, muy grande, demasiado para mi gusto.
-¿Están de broma?- masculla Melanie.
-¡No podemos pagar un avión privado!- exclama Madison.
-Jet privado.- la corrige Niall-.
-¡Al diablo con el nombre!- siseo yo.
-Ni aunque trabajemos prostituyendo a Madds podríamos pagar eso.- chasquea Alessa.
-No van a prostituir a Madison.- reprocha el ruloso.
-Ni pagarán nada.- agrega Liam.
-¿Y si prostituimos también a Valeria?- sugiere Paola.
-¡NO!- saltamos Zayn y yo.
-Nadie prostituirá a nadie.- afirma Louis.
-Hola chicos.- saluda un chico, esta con la cabeza baja pero lo reconocería en cualquier lugar…
-Gracias por llevarnos hasta Hawái.- sonríe Niall.
-¡OH POR DIOS!- grito.
-¿Estás loca de remate?- me regaña Madds, Zayn se ríe, maldito.
El chico alza la cabeza.
-Es… es…- balbucea Paola.
-¡JUSTIN BIEBER!- gritamos todas.
Y me le lanzo encima.
CAPÍTULO 23. Celos.
Narra Paola.
Justin no se enfadó.
Ni cuando Valeria se le lanzó encima y lo tumbó al piso, o cuando Alessa le balbuceó cosas, o cuando Melanie empezó a cantar –con voz de gato resentido– una de sus canciones, o cuando Madison le besó toda la cara o cuando yo lo abracé con mucha fuerza. Ese chico tenía una paciencia completamente envidiable.
Pero eso no me importaba ahora, el único problema que tengo, tiene nombre y apellido. Y es muy celoso. Louis Tomlinson.
Al parecer, cuando Justin nos dio a las chicas y a mí su número, Lou se molestó y comenzó a tener un ataque de celos tan fuerte que ha logrado ignorarme en todo el camino del aeropuerto de Hawái hasta el centro de la ciudad playera.
Y yo, por mi estúpido orgullo femenino, no le miro. ¿Cómo es que es tan celoso? ¡Solo fue un número! ¡En un papel sanitario! Arrg, y la situación se ponía peor al estar rodeada de parejitas felices y besuconas, derrochan azúcar, muchísima azúcar. Provoca mojarles.
-Oh, llegamos.- anuncia Liam, que termina de atragantarse con Melanie.
-Genial.- murmuro, rodando los ojos.
La Van se detiene en un complejo de cabañas que está en una playa cerrada. El agua es del color azul del cielo, completamente limpia y brillosa por la luz del sol. Las cabañas están justo al frente de la playa, son un conjunto de cinco cabañitas grandes; se ven modernas y amplias por fuera, con sillas de madera y hamacas, hay butacas para tomar el sol y una gran piscina en el medio de las cabañas.
-No pagaremos esto, ni prostituyendo a mi madre. Y mi madre es mega sexy.- masculla Melanie, abriendo la boca en su totalidad.
-¿Qué les dije sobre eso de prostituir?- reclama Harry.
-Al diablo, los prostituiremos a ustedes, nos haremos más ricas que la Reina de Inglaterra.- apunta Alessa.
-Pero…- se queja Niall.
-¿Qué esperas para entrar, Paola?- Louis me habla con tono amargo.
Me duele tanto su tono de voz, que casi le saco el dedo, pero decido ignorarlo. Tomo mis maletas con todo el orgullo del mundo y entro en una de las cabañas.
Me quedo en la entrada con la baba saliendo de mi boca, ¿cabaña? ¡JAJAJÁ! Mansión en miniatura; hay un televisor pantalla plana en el centro de una sala de estar, la sala tiene una chimenea pequeña y dos sofás blancos del tamaño de mi propia cama. La cocina está muy cerca de la sala, está equipada con todo, horno, refrigerador, comida…
Hay un pasillo, por lo cual, camino con dificultad hacia este debido a mis maletas. Abro la única puerta que hay, una habitación matrimonial gigante. Hay una cama con dosel y sabanas del color oro, tiene como cinco almohadas, otro televisor pantalla plana y una gran ventana con vista a la playa.
Dejo las maletas y abro la última puerta que hay, el baño. Tiene un jacuzzi del tamaño de una piscina de niños, un lavamanos y un inodoro más blancos que el cielo mismo. Las toallas son del mismo color que las sabanas de la cama.
-Uhm… ¿Lindo, no?- masculla Louis, detrás de mí.
-¿Se puede saber que mierda te pasa?- cierro las manos en forma de puños y me giro lentamente hacia donde él está.
Estaré enfadada con él, pero sigue siendo sexy y hermoso. Sus rasgos finos ligeramente fruncidos, ojos electrizantes y que lanzan chispas, pelo castaño revuelto e incontrolable.
-¿A mí? Nada, ¿por qué no mejor llamas a Justin y le dices que qué le pasa?- ironiza.
-¿Es por eso? ¡Pero por Dios, Louis! ¡Solo nos, NOS dio su número en un pedazo de papel sanitario! ¿Qué tiene eso?- exclamo.
-Mejor veo que tal es la piscina.- murmura dándose la vuelta y dejándome sola en el baño.
Suspiro, golpeo una toalla y salgo de ahí.
***
-Louis es muy celoso.- me dice Niall en mitad de la cena.
-Uhjum.
El idiota ese no ha aparecido en todo el día, no es que estuviese preocupada ni nada… bueno, quizás si lo esté, solo un poquito. Vale, sí, estoy que me muero de la preocupación.
-¿Qué tal si vamos a bailar un poco en una discoteca de por aquí?- propone Zayn, mirando a Valeria como quien no quiere la cosa.
-Me parece bien.- acepta Madds encogiéndose de hombros.
-Oh, ya les tengo la ropa perfecta.- Alessa sonríe con malicia.
-Yo me quedo.- digo de golpe.
Todos me miran
-¿Ah, sí?- alza una ceja Valeria.
-Sí, es que estoy cansada y un poco mareada.- no mentía, estaba mareada de la preocupación.
-Oh bueno, en ese caso…- murmura Mel.
-¿Segura que no deseas acompañarnos?- pregunta Harry.
-Segura, estaré bien.- les sonrío.
Una hora después, estoy sola en mi cabaña. Me encamino hacia uno de los sofás y enciendo el gran televisor y veo que están pasando Titanic, suspiro y empiezo a devorar el gran helado de chocolate como si no hubiera mañana.
Narra Louis.
Me había parecido buena idea caminar, si no me hubiera perdido. Lo único que veo es playa, y playa, y playa… ¡ah! También veo arena. Suspiro, esto no está saliendo como me lo esperaba.
Vale, me había comportado como un completo inútil con Paola, y perderme había hecho que pensara demasiado, incluso más de lo que pensaba en un año entero. Quizás Justin no había coqueteado con Paola, quizás yo era demasiado celoso para compartirla con alguien, quizás ella me amaba más de lo que merecía justo ahora.
Me duelen los pies, tengo calor y parezco un helado derretido. También recuerdo haber visto ese montículo de arena hace media hora, pero sigo caminando, guiado por el ruido de la ciudad, aunque esté más lejos que mí casa
-Oiga Sr., ¿está usted perdido?- una voz a mis espaldas me sobresalta.
-Estoy perdido depende de quién pregunte.- digo.
Oigo una risita.
-Solo camine derecho, dentro de poco verá unas cabañas, ahí hay gente.- dice la voz.
-¡Gracias!- exclamo.
Me volteo, pero no hay nadie. Diablos, ¿y si es un fantasma pervertido que quiere violarme? De acuerdo, eso no fue bonito pensarlo. Comienzo a correr rápidamente hasta que veo las cinco cabañitas en frente de la misma playa.
-¡Casita, hermosa y dulce casita!- sonrío.
Entro en ella, aliviado por el aire acondicionado y porque llegué antes de que anocheciera completamente. Unos sollozos rompen por completo mi felicidad, entro en la sala y veo que están dando una escena de Titanic, esa donde se muere congelado Jack.
Hay un bulto envuelto en mantas y con un pote de helado, el bulto tiembla y emite sollozos débiles.
-¿Por qué… se tiene que morir?- murmura, comiendo más helado.
-¿Paola?
-¿Qué?- exclama, soltando el pote de helado y apagando el aparato.
Se voltea y me mira, sus mejillas están rojas al igual que su pequeña nariz, se ve muy tierna, tan delicada como una flor.
-Yo… eh. Quería decirte que soy un…
Ella me interrumpe -¿Idiota? ¿Imbécil? ¿Celoso?
-Los tres.- digo al fin. –Sentía celos de Justin, porque él es guapo y pensé que te gustaba, y cuando vi que te dio su número exploté y descargué todo sobre ti, lo lamento mucho.
Paola sonríe. –Eso era todo lo que quería escuchar.
Sin previo aviso se lanza sobre mí y estampa sus labios contra los míos. Sorprendido por su atrevimiento, suspiro en mitad del beso, acerco su cuerpo al mío y acaricio su largo y sedoso cabello.
-¿Recuerdas esa escena del carruaje en la película?- sonrío con picardía.
-¿Cuál?
-Si quieres te la enseño.
Nos tiramos en el sofá, besándonos como si la vida dependiera de ello. Y es verdad, mi vida depende de Paola.
CAPÍTULO 24. La discoteca y más celos.
Narra Melanie.
La discoteca está llena de chicos borrachos y apunto de violarse entre ellos mismos. En ese preciso instante me arrepiento de haber llevado un short tan corto; pero la mano de Liam está en mi cintura, acercándome a él, protegiéndome de las miradas indebidas.
La música resuena por todo el lugar, aturdiéndome un poco, haciendo que mi cabeza hiciera soniditos raros y que mi ceño se frunciera a medida que me acostumbraba al sonido. Caminamos hasta una barra, la cual tiene como cien vasitos llenos, a medio llenar e incluso vacíos sobre ella; la barra está completamente desierta, restando al empleado que babea mientras observa a una chica rubia bailar provocativamente.
En otras ocasiones la hubiera ignorado, incluso le hubiera sonreído. Pero esta miraba fijamente a mi novio, lanzándole miraditas y sonrisitas estúpidas.
-Las perras dominan el mundo.- gruño por lo bajo, soltando la mano de Liam y apoyándome en la barra de mala gana.
Escucho a Valeria bufar –Y son obvias.
Examino a mis amigos fijamente, Zayn sostiene a Valeria por la cintura, sonriéndole con tranquilidad, como si lo demás no existiera, pero más allá, había una chica pelirroja observando a Zayn con descaro. Y hay miles de perras mirando a los chicos.
-Uhm, ¿quieres bailar, Madds?- le pregunta Harry a su novia, está decaído pero al ver a Madison sonríe ampliamente.
-Cualquier cosa que me aleje de este olor.- dice ella arrugando la nariz.
Harry se ríe y ambos desaparecen entre la pista de baile, seguidos por los demás, dejándonos solos a Liam y a mí.
-Así que eres celosa…- me acusa sonriendo.
-Te miran como si quisiesen acostarse contigo.- mascullo.
-Eso se debe a que soy extremadamente guapo.- dice manteniendo su sonrisa.
Le doy un golpe en el hombro mientras ruedo mis ojos, no soy celosa, siempre he pensado que para tener una relación la confianza debe ser primordial. Pero eso no se aplica si tu novio es una de las cinco personas más famosas de Inglaterra, es bello, canta y tiene millones de fans.
De repente estoy entre las piernas de Liam, que está sentado en un banco, me veo más baja gracias a la altura que le da el banco, pero sus manos están en mis mejillas, acariciándolas con ternura. Alzo la cabeza para mirarlo, pero me quedo hipnotizada ante sus ojos color avellana, ¿es posible estar celosa en un minuto y después estar completa y patéticamente enamorada al otro?
-Melanie Evans, ellas me miran a mí. Pero yo siempre, siempre, siempre te miro a ti.- susurra Liam después de un rato en silencio.
Me sonrojo, pero él está completamente tranquilo, sonriéndome, haciendo que en su rostro se formen esas arruguitas hermosas que te acompañan cuando estas feliz.
-Vamos a mostrarles a esas perras como se besa.- sonrío.
Me acerco a Liam, buscando la suavidad de sus labios, y cuando la encuentro, me aferro a ellos. Sus labios se amoldan a los míos con perfección, mis manos en su cabello, las de él en mi cintura, todo desapareciendo, el sonido de nuestras respiraciones rápidas entre beso y beso…
-Ehm, ¿no han escuchado sobre las ‘habitaciones’ o los ‘dormitorios? ¿O la privacidad?
-Niall.- dice Liam groseramente, apartándose de mí.
Me sonrojo de nuevo, mirando al rubio, que agarra cuatro bebidas de la barra y nos mira divertido y sonrojado también.
-Largo.- le espeta Liam.
-Oh pero yo también te quiero.- masculla Nialler antes de irse a reunir con Valeria, Zayn y Alessa.
Regreso mi mirada hacia Liam, que también esta sonrojado y jadeante.
-¿Has visto a Madds y a Harry?- pregunto para cambiar el tema.
-Nope, ¿dónde estarán?- se extraña mi novio.
-Espero que estén bien…- suspiro.
-Venga, Mel. Bailemos un poco.- Liam me sonríe de nuevo, extendiendo su mano.
La tomo y ambos nos encaminamos hasta la pista, que está completamente llena, pero Liam Payne integrante de One Direction va a bailar con una chica, así que todos se alejan lentamente, dejándonos a Liam y a mí en el centro.
Una canción lenta comienza a sonar, de un momento a otro las manos de Liam están en mi cintura, atrayéndome más hacia su cuerpo, mis manos terminan en su pecho. Nuestras miradas fijas en el otro, alejando lo demás.
-También te miran a ti, algunos chicos. Pero sé que tú siempre me miras a mí.- dice Liam cuando comenzamos a bailar el ritmo de la melodía.
-Siempre te miré, te miro y te miraré a ti, Liam.- le aseguro.
Sonreímos, nuestros labios vuelven a encontrarse, esta vez en un beso más tierno, más suave, más dulce. Un beso que no necesita ser apasionado para demostrar lo que uno siente.
CAPÍTULO 25. Conociendo el infierno.
Narra Madison.
Siempre he odiado el olor del alcohol, sea bebida o del otro. Con tan solo aspirar un poquito del olor que estos emanaban, terminaba mareada o vomitando. Cuando en mitad de una canción un tanto obscena, Harry nota mi rostro verde como el de Hulk, me saca de la discoteca y comenzamos a caminar por la orilla de la playa.
Mi hombros al descubierto se llevan la peor parte cuando empieza a hacer frío, haciéndome temblar y maldecir por lo bajo. Pero en ningún momento suelto la mano de Harry, que está aferrada a la mía, guiándonos por el camino.
Es de noche y las estrellas brillan en lo alto del cielo, iluminando el lugar; la luna se refleja en el océano, dándole un tono parecido al acero oscuro. Las olas rompen el silencio, haciendo que todo se note más tranquilo, tan diferente a la ruidosa Londres.
Mi hombro y el de Harry chocan, cosa que me hace sentir segura y calma las náuseas que antes había ocasionado el desagradable olor del alcohol. De un momento a otro, Harry se detiene y suelta mi mano con brusquedad.
Me detengo junto a él y lo miro con el ceño fruncido, ¿qué le ocurre? Desde hace unos días ha estado extraño, distante, nervioso… ¿Será que ya no quiere estar conmigo? Reprimo ese pensamiento, porque de algo estoy segura y es de mi relación con Harry. Confío en él más que en mi misma.
-¿Qué ocurre, Hazza? ¿Te sientes bien? Últimamente has estado algo raro.- le pregunto cuando él me mira.
-Soy tu novio, Madds. Prácticamente soy el novio de un ángel, pero yo no soy un ángel. Soy como el infierno, he hecho tantas cosas malas y yo… No te merezco.- dice haciendo una mueca.
-No lo capto, Harry.- frunzo el ceño.
Él sonríe de lado, el reflejo de la luna en su rostro lo hace ver más perfecto que nunca.
-Madison, yo no soy ningún ángel. He hecho muchas cosas malas, hice llorar a personas y no soy inocente. En cambio tú… Eres tierna, inocente, sonríes siempre, haces sentir mejor a los demás. Eres un ángel y yo soy el infierno.
Lo miro fijamente, tratando de entender sus palabras. Tratando de entender a la persona que era arrogante e imbécil, tratando de descifrar sus palabras. Pero no lo logro, porque a mis ojos, Harry es el ser humano más perfecto, hermoso, tierno y gentil que ha existido; el chico que amo, el único chico que he amado alguna vez.
Mi mirada se vuelve tierna, me acerco un poco hacia él, ignorado su quejido de advertencia y tomo su mano, ésta se acopla a la mía perfectamente, cada dedo encaja en el otro, las palmas están perfectamente juntas y no hay nada que pueda separarnos.
-Harry Edward Styles Cox, no me importa tu pasado, o lo que hayas hecho. Me importas tú, y que te amo.- le digo.
Se aleja.
-Sólo conóceme, por favor. Sólo quiero que conozcas al infierno en el cual te estas metiendo.
Suspiro pesadamente, pero su mirada es intranquila y preocupada, sus labios están fruncidos y no quiero verlo así.
-Venga, di lo que quieras. Pero te amo y eso no cambiará nada.
-He tenido muchas novias, siempre pensé que el amor se buscaba no que se esperaba. Pensaba que si salía con muchas chicas encontraría la adecuada, la que me hiciera sentir mariposas en el estómago, la que me hiciera sonreír. Pero no pasó como pensaba, ninguna era la indiciada, pero no me importó, seguí buscando y buscando –ríe amargamente–. Después experimenté algo nuevo, más físico. Pensé que haciendo… eso, iba a conseguir el amor más rápido. Pero no fue así, Madds. Pero aun seguí haciendo lo que hacía, pensando que estaba bien. Incluso no me importaba herir a las chicas, solo pensaba que si no eran las indicadas no tenía que darles esperanza. No me importaba nada. Hasta que llegaste tú.
Me examina con la mirada, buscando indicios de rechazo, pero no los encuentra.
-Estoy aquí, Hazza. No me iré.- murmuro.
-Pero ahora te veo –continúa él–, Y me siento un depravado, porque te imagino siendo mía, haciéndote daño. Pero soy egoísta, Madds. Soy egoísta porque no me puedo alejar de ti, me enamoré de ti. No me importa como haya empezado todo, pero te amé desde el principio, y pensaba que tenías que ser mía, pero ahora… Sólo tengo miedo a herirte, a hacerte daño.
El silencio es una barrera entre ambos, pero no me evita acercarme, colocar mi mano en su mejilla, atraerlo hacia mí. Mirar su rostro, acariciar sus rizos, sus pómulos, su nariz recta, sus labios, su mentón, su pecho… Me recuesto en éste y me quedo ahí, escuchando los latidos de su corazón acelerarse ante mi cercanía.
-Te amo, tarado. Podrás ser el infiero y yo podré ser un ángel, pero me enamoré de ti, y créeme que no hay forma de alejarme de ti. Siempre te amé, y siempre te amaré, Harry.- le susurro.
Harry me separa un poco de él, para mirarme fijamente. Está sonriendo ligeramente, sus ojos verdes se ven azulados gracias al reflejo de la luna, pero aun así sigue siendo mi Harry. El tarado egocéntrico de siempre.
-Madison –murmura, siento que mi nombre es una oración para él–. Te amo, enana, te amo, te amo, te amo…
Me apego más a Harry, mi mano regresa hacia su mejilla, atrayéndolo a mis labios, dejando que ellos cobren vida propia, acercándose más, rozándose…
-Madds, no miento cuando digo que me siento un depravado cuando te me acercas así.- me dice antes de besarnos.
Me sonrojo de pies a cabeza, pero no me alejo.
-Uhm, pues tendrás que aguantarte, tarado.
Lo beso, él se queja al principio pero termina cediendo, y sus labios se mueven contra los míos. El agarre de Harry en mi cintura en tan fuerte que terminamos cayendo en la arena, jadeando y riendo. La arena esta fría y el agua de la playa nos moja suavemente, haciéndonos reír aún más.
Estoy a horcajadas sobre Harry, observándolo fijamente, como si él fuera una especie de luz mágica que le da brillo al mundo, haciéndolo ver más bonito de lo que ya es.
-Estás conociendo al infierno, Madds.
-Y lo peor es que creo que el infierno me gusta.
Se ríe, me ayuda a levantarme y seguimos caminando. Siempre mirando hacia adelante, nuestros hombros chocan y nuestras manos están entrelazadas. ¿Será así para siempre? Harry me apega a él, respondiendo la pregunta en mi mente, sonriéndome de nuevo.
CAPÍTULO 26. La playa.
Narra Alessa.
Me despierto en la habitación de mi cabañita, los rayos del sol perturban mi visión y mi cabeza palpita. Siento unas terribles nauseas que van disminuyendo poco a poco, hasta desaparecer. ¿Cómo diablos llegué aquí? No recuerdo nada de la noche anterior, salvo que íbamos a una discoteca. Lo demás está en blanco.
Estoy enredada entre las sabanas del color oro, me volteo, esperando encontrarme con Niall, pero no hay nadie. El espacio donde él debería dormir está ocupado por unas almohadas apiladas y desordenadas. El olor a tocino y huevos me hace suspirar de alivio, después de todo no estoy sola.
Me levanto de la cama a regañadientes, obligándome a ir al baño y a quitar el desagradable sabor del vodka de mi boca. Me miro en el espejo del lavabo, sigo siendo yo, pálida, cabello marrón enmarañado y ojos verdes como la esmeralda.
Me cepillo cinco veces los dientes antes de asegurarme de que no quedaba ningún sabor extraño en mi boca, ato mi cabello en un rodete y aliso el camisón rosado pálido que llevo puesto… Salvo que no me lo coloqué yo, me sonrojo porque sé quien fue.
Salgo de la habitación en busca del olor del desayuno y sonrío cuando veo a mi novio esperándome en el comedor con la comida servida. Huevos revueltos, tocino, café y frutas.
-Buenos días, dormilona. ¿Se te pasó la resaca?- sonríe Niall.
-¿Resaca?- pregunto.
-Oh si… Estabas ebria, muy ebria.- suelta una risotada.
-¿Tanto así?- me sonrojo.
-Me llamaste pony volador, me pediste que te violara e intentaste besar a Zayn. Estabas demasiado ebria.- alza una ceja.
Me dejo caer en la silla y cubro mi rostro con las manos, tratando de evitar que Niall mirar mis mejillas del color carmesí. Pero él se acerca, quita las manos de mi rostro y me besa.
-Me gusta cuidarte, Ales.
-¿Aunque esté ebria y te diga pony volador?
-Aunque estés ebria y me digas pony volador.- afirma.
Empezamos a desayunar mientras Niall me cuenta lo que pasó la noche anterior, haciéndome sonrojar más y toser de vez en cuando, ¿cómo es que cuando estas ebria te crees invencible?
-Oye, los chicos llamaron hace media hora, quieren que vayamos hoy a la playa a darnos un buen chapuzón.- me informa antes de devorarse su tercer plato de huevos
-¡Genial! Hace un calor de muerte.- mascullo.
Quince minutos después me hallaba en la sala, esperando que Niall metiera la décima bolsa de patatas fritas, increíblemente el rubio había conseguido meter casi todas las bolsas en una mini cava donde también llevaba sodas y limonadas.
-Venga ya, Niall.- le llamo, esperando que abandone la cocina.
-¡Ya voy! Es que aun caben más patatas.- se excusa.
Cuando aparece en la sala, me quedo mirándolo embobada de nuevo. No lleva camiseta, así que sus hombros anchos y su abdomen están al descubierto, dejando ver algunos músculos y haciéndome sonrojar de nuevo.
-¿Qué? ¿Tengo algo?- es su turno de sonrojarse.
-Belleza.- mascullo yo por lo bajo. Como la primera vez que nos conocimos.
-Roba piropos –ríe–. Pero, hablando del presente… ¿Irás así?
-¿Así como?
Me miro de pies hasta el pecho; tengo un biquini de color morado oscuro en mi piel pálida, al mismo tiempo tengo un vestido playero con estampado floreado colocado en mi cuerpo, cubriendo las áreas que el bikini no cubre.
-Estás muy sexy, demasiado para que los demás te vean así.- comenta haciendo un puchero.
-Eres un celoso.- replico tomando su mano y jalándolo hacia afuera.
La luz y el calor impactan en nuestros cuerpos, poniéndolos rojos al instante. Miro hacia arriba, hay buen clima, nubes blancas y esponjosas en lo alto del cielo y el sol en el centro de ellas, brillando más que nunca.
Caminamos hasta la playa, que está ocupada por los chicos, que corretean de aquí para allá inundando de risas el lugar. Liam tienen a Mel en su espalda, cargándola de caballito mientras huyen de Louis que tiene cargada a Paola de la misma forma. Harry tiene a Madison sobre sus hombros mientras le da vueltas y ríen a carcajadas. Valeria está tumbada en la arena con Zayn durmiendo profundamente en su pecho.
-¡Oh! ¡Mírame, Harry! Parezco un camarón.- protesta Madison. Y tiene razón.
Está más roja de lo que yo lo estoy, sus mejillas –normalmente tan blancas como la nieve–están más rojas que la sangre, sus hombros, brazos, cuello y espalda están del mismo color rojo.
-Esto te dolerá mañana.- le digo con una sonrisa burlona.
-Esto es la guerra.- me acusa, riendo y apretando sus piernas al pecho de su novio que la sostiene con fuerza y ternura.
-¡Pelea de… mujeres montadas en hombros!- grita Niall.
Y antes de que me dé tiempo de pensar o moverme, me está levantado y montando en su cuello como si yo fuera una especie de peluche de oso que no pesa nada. Todo se ve más alto y lejos que antes, pero sonrío cuando tengo a Madds a mí misma altura.
-¿Pelea de…
-…Cosquillas?
-¿De qué?- exclama Harry.
Niall suelta una carcajada y se acerca hacia Harry, dándome la ocasión perfecta para hacerles cosquillas a Madds, esta se retuerce entre risitas y contraataca, haciéndome reir a mí también. No pasan diez segundos cuando los cuatro estamos en el suelo, jadeando y soltando risotadas.
-Ustedes están locos.- nos grita Paola antes de ser ahogada por Liam.
-¡JA! Gané.- le dice éste.
Todos corremos a la playa –menos Valeria y Zayn que duermen plácidamente– y nos metemos en el agua, aliviando el extremo calor del sol, riendo y bromeando entre nosotros mismos. Pensando que las vacaciones y las risas son infinitas.

CAPÍTULO 27. Miedo a perderlo.
Narra Valeria.
En el sueño estoy caminando en un aeropuerto –irónico, ya que amo los aviones–, estoy completamente sola y hace muchísimo frío. El sonido del aire acondicionado invade el lugar, haciéndolo ver más solitario de lo que ya está, haciéndome temblar y que las frías lágrimas de desesperación comiencen a caer por mis mejillas.
-¿Zayn?- pregunto, ahogándome con mis propios sollozos.
-Lo siento, Valeria… Debo irme.- me dice él, apareciendo súbitamente a mis espaldas.
Me volteo, está sereno, completamente sonriente. Me mira fijamente, ojos mieles contra ojos chocolates. Comienza a alejarse de mí, huyendo de mi mano, que trata de aferrarse a la suya.
-¡No te vayas!- le grito, mi voz suena desgarrada y ronca.
-Lo siento, ya no puedo estar cerca de ti. No así, sabiendo que me iré pronto. No quiero amarte, Valeria.- me dice, desapareciendo.
Me dejo caer en el piso del aeropuerto, bañada en lágrimas y temblando. Completamente sola…
Me despierto sudando y jadeando. Mi respiración es irregular, igual que los latidos de mi corazón. En mi pecho está Zayn, profundamente dormido, su respiración me hace cosquillas en el cuello, me aferro a él con fuerza, evitando las lágrimas.
-¿Valeria?- murmura adormilado.
-Perdón por despertarte…- le sonrío, tratando de olvidar la pesadilla.
-Tranquila, ¿es de tarde?- dice frunciendo el ceño y levantándose de la arena, llevándome consigo.
-¡Se despertó la parejita feliz! ¿Qué tal un chapuzón?- nos grita Louis, que está metido en el agua, junto a los demás.
-¡Quizás más tarde!- le grita Zayn, riendo.
Me quedo mirándolo, su piel bronceada brilla bajo la luz del sol, haciéndole parecer un ángel caído del cielo; su cabello esta alborotado y cubierto de arena. Por impulso propio, me acerco a él y le sacudo el cabello, quitando un poco de la arena.
-¿Tenías una pesadilla?- me pregunta abrazándome por la cintura y respirando en mi frente.
-Sí, ¿te diste cuenta?- me sonrojo.
-Gritabas mi nombre, pidiéndome que no me fuera…- su mirada de color miel es penetrante, completamente impasible mientras escanea la mía.
-Te ibas –susurro–. Me dejabas sola y me decías que no deseabas amarme.
Acaricia mi mejilla suavemente.
-Valeria, no te dejaría jamás. Eres parte de mi corazón, una parte muy grande de mi corazón y te amo, te amo más de lo que me amo a mi mismo.
Me rio –Entonces debo ser muy importante.
No le da tiempo de reir, porque entre Liam y Louis nos llevaron pataleando hasta la playa, donde nos lanzaron a la parte mas profunda. El agua me impide respirar, metiéndose por mi nariz. Gracias a Dios que sé nadar, me impulso hacia arriba, escupiendo agua y maldiciendo por lo bajo.
-¡Imbéciles! No… se… nadar.- grita desesperadamente mi novio, que se hunde graciosamente en el agua.
Entre siras, todos nos lanzamos hacia donde él está, pero yo llego antes. Lo mantengo en mis brazos, casi cargándolo, peri curiosamente pesa menos que una pluma. Zayn da arcadas, escupiendo agua y maldiciones que nunca había escuchado en mi vida.
-Oops, habíamos olvidado que el malote de Zayn no sabe nadar.- se ríe Louis.
-¡Lo siento, Zayn!- se disculpa Liam.
-Eres un idiota.- se burlan Niall y Harry.
-Oh pobre DJ Malik, ¿estás bien?- exclaman las chicas.
-¿Lo vieron? Parecía un tiburón perdido.- Louis se ahogaba de la risa.
-¿Sabes qué, amor? Venga, ahógame de nuevo. A ver si así se callan.- masculla mi novio, mirándome enfadado.
-Ay Zayn, son tus amigos.
-Yo no los conozco.
Ruedo los ojos, me acerco a su rostro y lo beso. No me importa que tan lejos pueda llegar a irse alguna vez, o si me deja sola. De alguna forma u otra, lo amo más que a mi propia vida, y eso me aterra.


Y... ¡FIN DE LOS CAPS!
¡Subiré dentro de dos semanas! MUAJAJA, se vienen cosas... Inquietantes.
COMENTEN. Las quiero.
Vero1D
Vero1D


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Mensaje por king.kylie Jue 23 Mayo 2013, 6:57 pm

Veroooooooooo, Holissss como estas?
Cada vez me dejas mas enganchada con tu novela c:
Alessa cuando despertó a lado de Niall! Jaja pensó que habían tenido emm..ya tu sabes
Hoy no tuve clases! wuwuwu
Cuando Justin estaba ahi en el Jet madre santa! Que no le aría yo a Justin Bieber me lo violo en frente de todos............cuando Louis se puso celoso! -.- y me dejo y se fue a la playa y se perdió A Friend's Dream - Página 4 167695056 cuando leí eso me di un susto pero luego el Fantasma pervertido jaja le dijo por donde fuera jajajaja como me reí con eso, como sabes que lloro cuando Jack muere congelado? bueno quien no llora en esa parte :( , pero el Louis pícaro me va a enseñar la parte del camarote *levanta arriba y abajo las cejas* 1313 fkgjvrgnvjmnv!!

Las putaaaaaaaaaas de la discoteca! aaaaaaaaaaj pero bien lindo Liam awwwwwwwwwwwww bebe cuero!
El sueño de Valeria kgmvkhv!, cuando a Zayn lo lanzan al agua JAJA pobresito mi bebe turro, son unos malotes Liam y Louis

Bueno verito me encantaron los capítulos nos vemos en 2 semanitas
Chao chaooo!
king.kylie
king.kylie


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Mensaje por Vero1D Vie 12 Jul 2013, 9:29 am

Lo sé, lo sé, ¡me tardé mucho para subir! 
Pero es que el estúpido colegio me tenía horriblemente estresada y no había tenido mucho tiempo hasta hoy, que pude subir.
¡Espero que les guste! 
Nos vemos pronto.
Ro.


CAPÍTULO 28. La noticia.
*Narra Paola*
Estamos en la cabañita de Melanie y Liam, la luz de la gran pantalla del televisor alumbra la sala, hace frío y las palomitas de maíz se acabaron hace media hora. ¿En qué estaba pensando cuando acepté ver esa película de terror?
Aunque estoy entre los brazos de Louis, siento que esa niña va a llamarme y va a decirme que me moriré sin haberme casado, sin hijos y que lanzará mi cadáver al río Támesis. Puedo escuchar como tiembla Alessa y a Niall tratando de calmarla.
-¡No! ¡No entres ahí!- le grita Valeria a la pantalla.
De un momento a otro, suenan los cinco teléfonos de los chicos al mismo tiempo, rompiendo la calma del lugar. Me giro para ver la expresión de Louis, está pálido y evita mirarme cuando se levanta y sale de la salita con los chicos pegados a sus talones.
Melanie apaga el televisor, y todas pegamos la carrera hacia la puerta trasera de la cabañita, llegamos a ella y cada una coloca la oreja en la puerta para tratar de escuchar la conversación de los chicos.
-¿Ahora? Pero si ustedes…- susurra Harry.
-Sí, si habíamos acordado la gira del Take Me Home, pero no para…- reprocha mi novio.
-No, no estamos diciendo eso…- mascullaba Niall por lo bajo.
-¡NO PAUL!- gritaron Liam y Zayn.
-¡Mel, me estás pisando!- se queja Valeria.
-Perdón, es que Paola está muy pegada a mí.- se defiende la aludida.
-Hey, no es mi culpa.- digo rodando los ojos.
-¡Cállense!- nos reprende Madison.
-¡Oh por Dios! ¡Es una cucaracha!- exclama Alessa pegando un brinco.
-¿¡Qué!? ¿¡Dónde!?- chilla Madds.
Todo se arruina ahí mismo. Madison dio tal salto que la puerta se cayó llevándose consigo a Melanie y a Valeria, y como Alessa y yo estábamos apoyadas en ellas, terminamos cayéndoles encima y ellas gritan y tratan de zafarse de nosotras. Los chicos nos miran divertidos, con las cejas alzadas y los teléfonos en la mano.
-Ehm, hablamos después.- dicen los cinco al mismo tiempo antes de que nosotras comenzáramos a correr.
-Conque espiando, ¿uh?- me grita Louis persiguiéndome.
Emito un gritico y salgo a todo dar de la cabañita. El frío de la noche me hace trastabillar, la neblina rodea las cabañas, impidiendo que vea hacia donde voy, así que por instinto propio corro hacia la derecha y termino tropezándome con algo duro, firme y que respira.
-Te tengo, Mel.- me dice la voz de Liam a la vez que sus brazos se cierran en mi cintura.
-¡Confusión de pareja, compadre!- me excuso quitándomelo de encima.
-¡Perdón, Pao!- se disculpa Liam antes de irse a vete a saber dónde.
Continuo corriendo entre risas, sé que Louis viene detrás porque puedo escuchar el sonido de su respiración a mis espaldas y su risita cansada es mi guía por la arena mientras corro en busca de nuestra cabañita.
¡Al fin! Encuentro el pomo de la puerta y la abro desesperadamente. Entro en la cabaña, agradecida por la luz y porque la calefacción está encendida. Puedo escuchar a Louis acercándose, así que miro a mi alrededor en busca de un escondite y cuando me decido por el baño, siento sus manos en mi cintura. Su respiración esta contra mi cuello, enviando olas de temblor y nerviosismo a mi sistema.
-Te tengo.- susurra en mi oído.
Chillo por lo bajo y trato de salir del agarre de sus manos en mi cintura; pero mi novio es extremadamente fuerte y me tiene apretada muy cerca de él, de un momento a otro estoy mirándolo fijamente, sus ojos azules son un mar de electricidad que paraliza mi cuerpo. 
Pero hay algo más en sus ojos. Preocupación, y antes de que pueda preguntarle, sus labios están atacando los míos sin piedad. Me quedo sin respiración, pero mis labios se mueven al compás de los suyos, puedo sentir que es un beso desesperado, un beso lleno de preocupación y temor.
Me separo de Louis con brusquedad.
-Dime… –jadeo–. ¿Qué… tienes?
Louis me mira de nuevo, su mirada es triste y lejana. Sus brazos se cierran en mi cuerpo y entierra su nariz en mi cuello.
-Me iré –murmura, su abrazo es más fuerte–. One Direction se va de gira. Me iré.
Y mi mundo se desmorona.
CAPÍTULO 29. El ultimo día.
*Narra Melanie*
La cama esta cómoda, me había quedado dormida en los brazos de Liam y sollozando en silencio; la noticia de que los chicos se iban de gira no había sido la mejor que he tenido, y cuando Liam me lo dijo, nos quedamos toda la noche encerrados en la habitación, yo había comenzado a llorar y él me había sostenido en sus brazos, calmándome. 
El frío se colaba por la ventana, no hay rastros de sol y se pueden escuchar los sonidos inquietantes de los relámpagos y truenos. Me acerco más a Liam y lo descubro mirándome.
-Hola.- le digo, forzando una sonrisa.
-Hola.- murmura, sus labios se posan en mi frente, enviando choques de tranquilidad a mi piel.
Nos miramos por un largo tiempo, el frío nos obliga a acercarnos más, nuestros cuerpos pegados en su totalidad. Ambos temblamos, y aunque deseo levantarme y encender la calefacción, no puedo alejarme de Liam. No quiero alejarme de Liam.
-Te amo, Mel, ¿lo sabes?
Sonrío débilmente.
-Lo sé, Liam. Te amo demasiado, tanto, que duele.
Sus labios buscan los míos, uniéndose en un beso tierno que demuestra todo lo que sentimos. Las lágrimas comienzan a resbalarse por mis mejillas, Liam se aferra a mí, sus brazos rodean mi cintura, su cuerpo cubre el mío, amortiguando los sollozos.
-Lo siento… -balbuceo, tratando de zafarme de su agarre-. Lo siento.
-Sh.- murmura, acariciando mi rostro.
Bajo la cabeza, evitando mirarlo. Respiro varias veces, calmándome; el teléfono suena cuando las lágrimas se detienen. Liam me suelta a regañadientes, agarra el aparato y comienza a hablar.
-Ah, hola, Nialler. Si, si le dije. No, no creo que ninguna… ¿En la playa? Pero si se está desatando el infierno allá afuera… Espera, ¿¡qué!? Pero ellos dijeron que teníamos una semana. Está bien. Si, ya salgo.- corta la llamada con el rostro pálido.
-¿Qué pasa?- pregunto sentándome en la cama y dándole la espalda, para así no comenzar a llorar de nuevo.
-Mel, la gira comienza en dos días. Nos tenemos que ir mañana a Londres.- me dice, puedo sentir su postura tensarse.
Cierro los ojos con fuerza y me muerdo el labio, reprimiendo las lágrimas. Me levanto de la cama bruscamente y corro hacia afuera, paso la sala y salgo hacia la lluvia. El agua cae con fuerza, cada gota de agua quema mi piel, pero el dolor es soportable comparado con el de mi corazón. Más allá, las olas de la playa son descomunales, rompiendo sin piedad contra las rocas y haciéndome temblar.
Los truenos resuenan, llevándose mi grito lejos, ahogando mi voz. Caigo de rodillas y me acurruco entre la arena, sintiéndome sola y vacía. Me quedo ahí, porque sé que no pueden verme. Veo el cielo gris, las nubes revueltas en lo alto, ocultando al sol y tragándose la luz.
-¿Melanie?- pregunta la voz de Alessa.
Me giro, sin levantarme del suelo y la veo sentada detrás de mí. Se ve horrible, su cabello está enmarañado y mojado, tiene ojeras y la nariz roja, ojeras rodean sus ojos verdes, llevándose la belleza que los caracteriza. La veo, y pienso que me debo ver peor.
-¿Qué haces aquí?- le pregunto con voz ronca, acercándome a ella.
-Sólo quería huir, no puedo ver a Niall sin echarme a llorar.- me dice, mirando para otro lado.
-Este es nuestro último día con los chicos.- murmuro.
-Sí, y en vez de aprovecharlo, estamos lloriqueando.- masculla frunciendo los labios.
Nos quedamos en silencio, mi mirada viaja hasta más allá de la playa, vislumbrando la neblinosa ciudad. Suspiro y me levanto, llevándome a Alessa conmigo.
-Venga, Ales –digo, caminando hacia su cabañita–. Vamos a emborracharnos en el último día con el amor de nuestras vidas.
*** 
Vale, mentía con respecto a lo de emborracharse. 
Estamos en la cabañita de Madison, la calefacción está encendida y la tormenta está terminando. La gran mesa está llena de comida, cubiertos, vasos y miradas tristes. Niall devora su pollo frito mientras observa a Alessa.
-¿Y Valeria?- pregunto, mirando a Zayn.
-En el baño.- responde este, mirando su plato con renovado interés.
Se hace el silencio. Mi mano esta sobre la de Liam, puedo sentir su pulso bajo el mío, calmándome y haciendo que sonría débilmente. Hacemos bromas y chistes, tratando de reírnos, o de mostrar una sonrisa, pero estas no llegan con sinceridad.
-He traído esto.- anuncia Valeria, irrumpiendo en las sala.
Tiene en sus manos diez lápices, diez encendedores y diez retazos de papeles. Camina con paso decidido hacia la cabecera de la mesa, deja los materiales y suspira.
-De pequeña, mi madre decía que si escribías algo que querías con todo tu corazón y lo quemabas, se hacía realidad. Y eso es lo que vamos a hacer ahora.- nos mira acusadoramente.
Cada uno recoge un lápiz, una hoja y un encendedor. Busco en mi mente, buscando lo que más deseo y sonrío cuando lo encuentro. Escribo con letra clara y afincada, casi rompiendo el papel. 
‘Deseo estar con él para siempre’
Agarramos el encendedor al mismo tiempo, quemando el papel. Y mientras este se vuelve pequeñas partículas, todos nos miramos, sonriendo de nuevo. Sé que todos pedimos lo mismo, porque cuando ya no queda nada que quemar, nos abrazamos. Y si esto no es amor, ¿qué puede ser?
CAPÍTULO 31. Última noche.
Narra Madison.
Hacía calor en Hawái, así que cuando llegamos a Londres y nos encontramos con la ciudad llena de una extraña pero hermosa nieve, todos nos quejamos. Estoy temblando, hace un frío de muerte y la nieve me impide caminar rápido. Siento la mano de Harry entrelazarse con la mía, suspiro y aprieto el agarre, buscando el calor que necesito.
-Pareces un reno, Madds. –me dice, burlándose de mí.
Sonrío, alejando los pensamientos tristes que quieren invadir mi mente.
-Calla, tarado. –le digo.
Caminamos hasta su auto, cada quien se va en el suyo, buscando privacidad. Harry me abre la puerta y le sonrío con ternura, revuelvo su cabello y entro. El calor me alivia y me hace suspirar, Harry entra en el asiento del conductor, su mano vuelve a buscar la mía y se la doy.
-Hoy vamos a cenar tú y yo, en la casa, solos. –informa relajado.
-¿¡Qué!? ¿Solos? –exclamo.
-Sip, los chicos han reservado habitaciones con las chicas y planean pasar la tarde con ellas, me han dejado la casa. –sonríe divertido ante mi nerviosismo.
-Uhm.
Centro mi atención en la vía, tratando de olvidar que será una despedida, que no veré a mi novio por seis meses. El pensamiento hace que me den ganas de llorar de nuevo, muerdo mi labio y miro hacia arriba, tratando de creer que el techo tapizado del auto me llama la atención. Hay nieve en los lados de la vía, nieve en el parabrisas y nieve cayendo con rapidez. Parece Navidad.
-¿Qué le pediste a Santa? –bromea Harry.
Me rio entre dientes. Miro a Harry de reojo, evitando sus ojos, porque sé que si los miro comenzaré a llorar de nuevo.
-Madds, debo pedirte algo en la cena. –susurra, incómodo.
-Oh, ¿no me vas a dejar, cierto?
-La cuestión es al revés. –dice, acelerando.
Llegamos a mi casa en cuestión de segundos, Harry me deja en el frente y se estaciona en el garaje de la Mansión Direction, me lanza un beso y se mete en la casa.
Ruedo los ojos mientras camino hacia la entrada, la casa está vacía y huele a soledad. Suspiro mientras arrastro mi maleta hasta la sala, la dejo en un mueble y camino hacia la cocina. Hay cuatro notas en la nevera, son de las chicas, sonrío. 
´Madds, salí con Liam. Me dijo que te ibas a quedar en lo de Harry, así que te deseo suerte. Regresa virgen. –Melanie.´
´ ¡Hey tú! Louis me ha secuestrado, soy rehén en un hotel raro. Me dijo que estarías con Harry y pasé a dejarte una nota para que no te vuelvas paranoica. Por favor, usen condón. –Paola.´
‘Hey, Madds. Me fui con Zayn a vete a saber dónde. No te preocupes, te quiero y por favor, no me hagan tía tan rápido. –Valeria.’
´El rubio me ha secuestrado. Volveré mañana por ti para que vayamos al aeropuerto a despedirlos. ¿Vas a lo de Harry? Por favor, usen condón, y todo eso. Recuerda lo que siempre nos dices: Ser virgen es bueno. –Alessa.’
Resoplo cuando termino de leer todas las notas, mis amigas son condenadamente pervertidas. Abro la nevera y veo que me han dejado comida, les agradezco mentalmente y tomo una banana. Arrastro los pies hasta el sofá y enciendo el televisor. 
Empiezo a llorar en algún momento del canal de noticias, ahí anuncian la nueva gira de los chicos. Las lágrimas caen con rapidez por mis mejillas, los sollozos son agudos y me hacen temblar. Apago el televisor cuando la reportera comienza a decir lo mala que son las relaciones a larga distancia. 
Mi teléfono suena cuando ya no me quedan lágrimas y cuando ya me he comido seis bananas. 
-¿Hola? –digo, con voz ronca.
-Enana, ya está casi listo todo, puedes ponerte más hermosa de lo que eres y dejar de llorar porque los ángeles no lloran. –me dice Harry, puedo sentirlo hacer una mueca.
Fuerzo una sonrisa –Ya, me voy a dar un baño, me arreglo y te espero.
-Te amo, Madds. –murmura antes de cortar la llamada.
Subo las escaleras con otra banana en la mano y llego a mi habitación, está llena de un poco de polvo, pero sigue siendo la misma. Los posters inundan mi pared y me hacen sentir más calmada. Entro en el baño y dejo que el agua caliente se lleve el frío, cada gota que cae me hace sentir más fuerte, lo suficientemente fuerte como para despedirme de Harry. 
Cuando salgo, ya puedo ver la luna alzarse en lo alto del cielo oscuro. Después de husmear en mi armario, me decido por algo cómodo y normal, si Harry se enamoró de mi por llamarlo tarado egocéntrico, no me va a dejar de amar por colocarme algo aburrido. Me deslicé en unos pantalones, eran negros y se ajustaban a mis piernas; me pongo una camisa blanca ajustada que dice: ‘I need coffee’ y mis converses blancas. Me dejo el cabello mojado suelto y salgo de la habitación.
Bajo las escaleras arrastrando los pies y veo que dejé el televisor encendido. Ahora pasan un especial de los chicos, ¡fantástico! Cada vez que deseaba que pasaran uno, no lo pasaban, y ahora que deseo lanzarme en mi cama y olvidarme de ellos, lo pasan. Gruño y apago el televisor de mala gana.
Salgo de la casa y me dejo caer en los escalones de la entrada, la nieve comienza a caer. Miro al cielo con interés, ¿nieve en febrero? Me imagino que la Navidad se ha adelantado este año. Hace mucho frío, mi cuerpo se congela, pero no quiero moverme de ahí. Desde donde estoy puedo ver las luces encendidas en la Mansión Direction, deseo que Harry me busque ya, quiero pasar todo lo que pueda con él.
Mi teléfono vuelve a sonar.
-Diga –murmuro con voz ronca, maldita sea, se nota que he llorado.
-¡Madds! ¿Cómo está todo, hija mía? –dice la voz de mi madre.
-Mamá, bien, bien… -miento, esperando que me crea.
-Arrugas la nariz cuando mientes, Madison. Puedo sentirte arrugando la nariz.
-¡Mamá! –me quejo, riendo–. Vale, no estoy bien, es solo que Harry se va de gira y yo me enamoré de él y… -comienzo a llorar de nuevo.
-Madison –noto la ternura en la voz de mi madre–. El amor duele, y cuando duele, es buena señal. Eres fuerte, siempre has sido la fuerte, querida. El amor es capaz de soportarlo todo, si es real, es capaz de vencer la distancia, ¿lo amas con todo tu corazón?
-Sí. –sollozo.
-Entonces no debes estar triste, debes estar feliz porque él cumple su sueño de cantar a otras personas. Así como también se ha cumplido tu sueño de ser novia de él. –ríe ella.
-Gracias, mamá.
-Te extraño, querida. Estarás bien, siempre lo has estado. Te llamaré mañana, para comprobar si sigues siendo virgen.
-¡MAMÁ! –exclamo, sonrojándome.
-Vale, vale. Pero usas condón. –ríe de nuevo.
-Adiós mamá, te amo. 
La llamada se corta y yo borro el rastro de lágrimas de mis mejillas. De repente, unas manos remplazan las mías, que están en mis mejillas, las yema de los dedos de Harry siguen limpiando mis lágrimas. Alzo la cabeza y me encuentro con los grandes ojos verdes de Harry.
Me quedo hipnotizada en el verde profundo de ellos, aunque brillan con tristeza, brillan con la belleza que los caracteriza. Siento las típicas mariposas en mi estómago y me sonrojo de la nada, mi cuerpo tiembla y agradezco a la nieve, así tengo una excusa de que es frío y no nervios.
-Los ángeles no lloran, ¿no te lo dije antes? –susurra.
-Hay excepciones, ¿no? –sonrío.
Harry rueda los ojos y me levanta de los escalones. Toma mi mano y comenzamos a caminar hacia la Mansión, los nervios crecen en mi interior a medida que nos acercamos a la entrada. La mano de Harry estrangula la mía, pero me siento más segura a su lado, como si todo desapareciera.
Él abre la puerta de la casota y entramos en ella. Me quedo sin aliento al ver el lugar. Pequeños tulipanes están acomodados en el piso, haciendo un camino hasta una mesa para dos en el centro de la sala. En la mesa hay unas velas que brillan, mas tulipanes están en un florero en el centro de la mesa, en el medio de las velas. Camino hacia la mesa y me siento en ella, admiro todo lo que Harry ha hecho por mí y una gran sonrisa se forma en mi rostro.
-¿Comemos, Enana? –pregunta, sonríe.
-Claro, tarado. –le digo, mirándolo fijamente.
*** 
Cuando ya hemos cenado, nos tiramos en el sofá y encendimos el televisor. Están pasando una película de acción, de esas en la que le disparan al protagonista unas cincuenta veces y este queda vivo. Pero no vemos la película, mis labios son atacados por los de Harry. No puedo respirar, pero le sigo el beso con pasión. Sus manos están en mi cintura, atrayéndome más hacia él. 
Comienzo a ponerme nerviosa, mis manos tiembla en el pecho de Harry. Él se separa de mí y me mira como si yo fuera la cosa más tierna del Universo. Sus manos suben hasta mis mejillas y me acuna suavemente, su frente se pega a la mía, nuestras respiraciones chocan y él une su nariz con la mía, haciéndome cosquillas.
-No pienso hacer nada que tu no quieras hacer, Madison –me dice–. Te amo, y sabes muy bien que no soy inocente. No quiero hacerte nada, eres lo único que más amo en este mundo. Confía en mí cuando digo que no está en mis planes hacerte daño.
-Y-yo -balbuceo–. Me pongo nerviosa cuando estás conmigo, te amo tanto, Harry.
-¿Recuerdas que dije que te iba a decir algo? –pregunta.
-Uhjum.
Besa mi frente, mis mejillas y labios. Luego se separa de mí y me mira seriamente.
-Madison, yo… Soy gay.
Lo miro con los ojos muy abiertos y mi boca cae al suelo. Comienzo a temblar y siento que quiero llorar.
-¡Oye! ¡No es verdad! ¡No llores! –exclama Harry, riendo.
-¡Eres un tarado! –mascullo, riendo en contra de mi voluntad.
-Lo que en verdad deseo decirte o más bien pedirte es que… No quiero que me dejes, nunca. No quiero que cuando me vaya, me olvides y me dejes. Quiero ser siempre el deño de tu corazón, quiero que seas mía y de nadie más. Quiero saber que estarás aquí, esperándome y que me amarás aún más de lo que yo te amo ahora mismo. Eres lo único que quiero tener en mi vida, eres lo que necesito para poder respirar. Eres mi corazón, eres mi vida entera. Te amo, y te amaré por un millón de años. –él comienza a arrodillarse–. No es lo que crees… Sé que somos jóvenes para casarnos, pero quiero darte una alianza. Es más fuerte que un compromiso, ¿ves este pequeño anillo? Será nuestro anillo de bodas, yo… Quiero que lo lleves en tu pecho, colgado en este collar, quiero saber que serás mía por el resto de nuestras vidas y yo…
Me lanzo encima de él, ahogando sus palabras en un beso, un beso tierno y lento. De esos que muestran que el amor es fuerte, y que no puede ser roto.
-Seré tuya siempre, Harry. Lo fui desde el primer momento en el que nuestras miradas se cruzaron. –le digo.
Él sonríe y saca de su bolsillo un par de collares. De ellos cuelgan dos anillos plateados, uno es grueso y tiene grabado mi nombre en letras corridas; el otro es fino y tiene grabado el nombre de Harry. Ambos anillos brillan bajo las manos de Harry.
-Son unas alianzas, significan que soy tuyo y que eres mía. –murmura deslizando el collar en mi cuello. Donde va a estar por un largo tiempo.
Le pongo el suyo y noto que me encanta como se ve en su cuello. Nuestros labios se encuentran y me doy cuenta de que esto es solo el comienzo.
CAPÍTULO 32. Despedida.
Narra Alessa.
La mano de Niall presiona mi cintura. Estamos envueltos bajo las mantas del hotel, refugiándonos del frío. Ya ha amanecido, y aunque es un día soleado, la nieve sigue cayendo en las calles, llenándolo todo de un inmaculado blanco. Miro el techo mientras siento la respiración lenta y acompasada de Niall, es como música para mis oídos.
Saber que faltan horas para que él se aleje de mí, hacen que a mi corazón le cueste latir. Me doy la vuelta y miro a mi novio dormir, su rostro se ve calmado y pasivo, como si estuviera soñando con un ángel o algo así.
-¿Cuánto llevas despierta, Ales? –me pregunta de repente.
-No mucho. –murmuro, acercándome todo lo que puedo hacia él.
-Te amo, ¿lo sabes?
-No, pero me gusta que me lo recuerdes. –le digo, juntando nuestros labios.
-Te amo. Te amo. Te amo.
Me rio y lo beso con más fuerza, alejando todo lo malo, pegándome a él como si mi vida dependiera de él. 
-No quiero irme. –susurra.
-Lo sé, pero debes cumplir tu sueño.
-Tú eres mi sueño.
Me quedo en silencio, perdida en el mar azul que son sus ojos, nos miramos por largo rato, esperando que el otro diga algo. Pero las palabas sobran, los sentimientos hablan por sí mismos y terminamos besándonos de nuevo, y juro que si pudiera grabar este instante, lo haría.
*** 
-¡¿Qué ya no eres qué?! ¡Después de decirme toda esa porquería de que ser virgen es bueno y de que me cuidara de Harry! ¿Vienes a perderla tu primero? ¡Al diablo con ustedes, pervertidas! –me grita Madison cuando la arrastro hacia mi habitación, dejando a los dos chicos solos abajo, esperándonos.
-¡Cállate! ¡¿Quieres que Obama se entere?! –la reprendo mientras me pongo otra camisa.
-Es que todas me han llamado, ¡todas han perdido la virginidad esta noche! ¡Soy la única que sigue manteniéndose pura y deseable! ¡Y después de todas esas advertencias! ¡Son unas condenadas! –exclama ella.
-¿No lo hicieron? –me impresiono.
-No, yo tengo OTRAS manera de pasar una noche linda. Por ejemplo: ¡Dormir en una cómoda cama, con ropa y con mi novio!
-Ya entendí, Madds… -me quejo, saliendo de la habitación y bajando las escaleras de dos en do.
-Me van a escuchar cuando estén todas. –resopla ella detrás de mí.
Los chicos están acomodados en el sofá. Están mirando un canal de deportes con fingido interés, Harry está hablando por mensaje con alguien, posiblemente Louis y Niall se ve en su propio mundo, con una sonrisa grande en el rostro. Me sonrojo, ya me imagino lo que piensa.
Madison se sienta en las piernas de Harry, este se ríe y aparta el teléfono, se miran durante largo rato, Madds le susurra algo y él vuelve a reír. Luego, ella mira al rubio y le da un empujón a Niall. 
-¡Oye! ¿Y eso viene a qué? –se queja él cuando ella le da un zape en la cabeza.
-A nada, Nialler, a nada. –ríe ella.
Miro para otro lado mientras maldigo a Madison por lo bajo.
-Ya hay que irnos. –anuncia Harry de mala gana.
-¿Tan rápido? –digo con voz rota.
Niall se levanta del sofá y se acerca a mí, miro hacia otro lado porque sé que si le veo a los ojos, terminaré llorando de nuevo. Y sé que él no me quiere ver llorar. Su mano agarra la mía, en símbolo de que está conmigo. Suspiro mientras comenzamos a dirigirnos a la entrada, camino al auto que nos llevará al aeropuerto.
Harry se desliza en el asiento del conductor sin omitir palabra alguna, Madds me mira con tristeza y se mete en el asiento del copiloto. Niall me abre la puerta, sonrío y entro, hace calor en el auto, nada comparado con el frío de muerte que hace afuera. Cuando mi novio está acomodado en el asiento a mi lado, Harry pisa el acelerador y nos vamos a paso de tortuga hacia la carretera.
Me recuesto en el hombro de Niall, e intento aspirar su aroma. Menta. Mientras la fragancia entra por mis fosas nasales, ruego porque se mantenga ahí siempre, para recordarlo cuando ya no esté. La respiración de Niall es calmada, trato de unir nuestras respiraciones para distraerme, pero el dolor en mi pecho no se va con tanta facilidad.
En un momento del camino, suena el teléfono de Madds, ella lo contesta sin soltar la mano que está fuertemente entrelazada entre la de Harry.
-¿Hola?, ah mamá, si estoy bien. ¡MAMÁ! Si, sigo siendo virgen, ¿¡por qué todos piensan que no!? Vale mamá, sí, sí. ¡Adiós!
-¿Todo bien, Enana? –se burla Harry, soltando una risita.
-Tarado. –murmura ella, conteniendo una.
Niall me mira y se sonroja, me rio y lo beso en los labios. El aeropuerto está justo delante de nosotros, frunzo los labios mientras Harry se estaciona en el mismo lugar de antes. Nos bajamos de auto, nadie dice nada, la mano de Niall es la que me guía hacia el gran avión donde ellos se irán. Puedo verlos a todos, las chicas colgadas en un abrazo con sus novios, escucho risas, risas que ocultan la tristeza.
-Chicos, cinco minutos –anuncia alguien.
-No… -murmuro.
Niall se voltea y me mira, de un momento a otro, sus labios presionan con fuerza sobre los míos. Puedo sentir la desesperación con la que agarra mi cintura y me aprieta hacia él. Y lo único que puedo hacer es enroscar mis manos en su cuello y devolverle el beso con la misma intensidad. 
-Te amo, Alessa. Y te juro por nosotros que volveré a por ti. –me dice en el oído antes de besarme de nuevo.
-Te amo. –susurro, besándolo de vuelta.
Lo abrazo con todas mis fuerzas, la cabeza de Niall se entierra en mi cuello y la mía se apoya en la de él. Y nos quedamos así durante ese tiempo, agarrándonos el uno al otro, dándonos el último abrazo por mucho tiempo. No sé en qué instante lo separan de mí, pero empiezo a llorar cuando su figura desaparece en la puerta del avión.
Las chicas se acercan y nos agarramos de la mano, un símbolo de hermandad tan profundo. Las puedo escuchar llorar y en mitad de mi llanto sonrío. Niall se ha llevado mi corazón consigo y él me ha dejado el suyo en mis manos. Y sé que lo voy a cuidar hasta que nos veamos.
CAPÍTULO 33. No es lo que esperaba.
Narra Valeria.
Estar en cama no es tan malo. 
Había pasado un mes desde que la gira había empezado. Ninguna de nosotras hacíamos nada más que: Universidad en la mañana, almuerzo juntas al mediodía, trabajo en la tarde y cena en la casa en la noche. Desde ahí, nos lanzábamos en la cama de alguna y mirábamos el techo en completo silencio, al final acabamos dormidas y el ciclo se repetía al amanecer.
Estaba empezando a enloquecer. 
Mi teléfono comienza a sonar cuando siento el primer mareo. Es como si la cama entera se sacudiera, la habitación daba vueltas y todo parece de un extraño y enfermizo color negro. El sonido del teléfono me aturde y me hace chillar.
-¿Valeria? ¿Qué tienes? –pregunta alguien.
-Yo… Me mareé. –le digo a un rostro que es borroso.
Y eso fue lo último que dije antes de sucumbir bajo la oscuridad.
*** 
Estaba comenzando a acostumbrarme al color negro cuando sentí que me sacudían. No quiero abrir los ojos, porque siento que si lo hago, comenzaré a marearme de nuevo y no quiero eso. Me duele la cabeza, es un dolor punzante y fastidioso; como si martillaran lo que me queda de cerebro. 
-Parece en coma. –susurra alguien.
-¡Calla, tonta! –replica otra voz.
Sólo deseo que se callen. Cada sonido es como si me golpearan con más fuerza con ese martillo. Gimo cuando mis parpados comienzan abrirse sin permiso. Una luz cegadora se lleva la oscuridad y me hace fruncir los labios para evitar quejarme.
Estoy en una superficie plana, cómoda y calientita. Unas pesadas mantas cubren mi cuerpo y me hacen sentir en casa. Paredes de un inmaculado blanco me rodean, haciendo que extrañe la oscuridad de antes.
-¡Despertó! –exclama la voz de Melanie.
-Uhm… -digo incoherentemente. 
-Pareces un bicho raro. –me dice Alessa, con una gran sonrisa burlona.
-¡Alessa! –la reprende Madison.
-¿Qué diablos… me pasó? –pregunto, haciendo una mueca. Pensar me marea, que novedad.
-Ehm, cariño –me dice Paola mientras emplea su tono tierno–. Te desmayaste… y…
-¿Y qué? –escupo con brusquedad, me va a doler la cabeza de nuevo.
-Te trajimos al hospital… -sigue diciendo Melanie.
-Yo sigo –la interrumpe Madison, mirándome seria. Oh mierda, ¿qué tengo?–. Hace tres semanas, las cuatro decidieron entregar su virginidad. Cosa que no está mal, ya que los chicos no son capaces de hacerles daño. Pero no saben tomar precauciones, o no las tomaron. Valeria, ¿has tenido retraso?
El pánico comienza a subir por mis venas, enviando choques eléctricos a mis nervios y haciendo que tiemble. El conteo empieza a hacerse en mi cabeza mientras las lágrimas luchan por resbalar de mis mejillas. Siento las miradas de las chicas sobre mí, pero yo sé que ellas saben la respuesta. 
-Tengo una semana de retraso. –anuncio.
Madison suspira, pero no es de alivio. –Valeria…
-No. –digo, negando con la cabeza, comenzando a llorar.
-Tienes tres semanas de embarazo. 
-¿¡Cómo es posible!? Si yo… Si yo… ¡Cumplí diecinueve años hace cinco meses! ¡Y mi novio, mi novio…! –la desesperación hace que agarre mi cabello y tire fuertemente de él.
-¡Valeria Gómez! ¡Cálmate! –chilla Alessa, apartando mis manos y mirándome con sus ojos verdes. Pero esos no son los ojos que deseo ver.
-Tienes que calmarte. ¿Recuerdas la llamada de teléfono? Era Zayn, él se preocupó por ti, nos llamó a todas. No supimos qué decirle y… Valeria, Zayn viene en camino. Solo. Viene a por ti. –me dice Paola, mirándome fijamente.
La oscuridad que tanto deseaba volver a sentir me lleva en sus brazos de nuevo.
*** 
-¿Val? ¿Amor, me escuchas? Despierta, por favor… Te necesito, ¿vale? –suplica la voz de él.
Gimo con desesperación, rogando que la oscuridad se vaya. Pero esta no me suelta, solo puedo sentir la mano de Zayn acariciando mi mejillas, bajando por ellas hasta mi cuello y llegando hasta mi hombro. Quiero verlo, pero no puedo.
-No sé qué está ocurriendo, nadie me dice nada. Las chicas se fueron, diciendo que no podían meterse en esto. Estoy preocupado por ti, no sé qué haría sin ti… Por favor, despierta, ¿sí? 
Mis manos no se mueven, pero siento el peso en mis parpados, indicándome que puedo abrir los ojos. Comienzo a abrirlos con lentitud, entregándome a la luz de la habitación del hospital. Mi visión se enfoca en el familiar cabello negro y alborotado de mi novio, sus ojos están puestos sobre los míos, mirándome con preocupación.
Tengo un mes sin verlo, y está más perfecto que nunca. Mi corazón se hincha de felicidad y deseo lanzarme y protegerme en sus brazos, sintiéndome suya de nuevo. Pero no estoy segura de lo que va a pasar. 
Zayn está comenzando su carrera de artista y una novia embrazada no puede ser bueno, requiere atención y… Voy a arruinar su vida. Empiezo a temblar de nuevo y muerdo mi labio para evitar llorar.
¿Qué es lo que voy a hacer? ¿Irme? ¿No dejar que se entere nunca?
No, no puedo hacer eso.
¿Perder al bebé? Tampoco es una opción.
Siento que tengo una criaturita hermosa creciendo dentro de mí y la amo, la amo con todas mis fuerzas. Soy su madre y no voy a perderlo. Voy a tenerlo y a encargarme de él o ella. Pero amo tanto a Zayn, ¿y si me deja? ¿Cómo voy a hacerlo sin él?
-Despertaste. –sonríe Zayn, mirándome fijamente.
-¿Qué haces aquí? –digo bruscamente.
-Las chicas me avisaron que estabas mal y vine a por ti. Te amo, Valeria, y, me preocupo por ti. –me dice, sonriendo.
-Vas a odiarme cuando sepas qué me pasa. –murmuro, mirando hacia un lado.
-No te odiaría ni aunque fueras una doble agente de la CIA que quiere robar mi belleza. –asegura, manteniendo su sonrisa.
-Zayn, yo… Estoyembarazadaylosientonoqueríaarruinartucarrerateamo. –suelto rápidamente.
-A ver, respira y dímelo de nuevo, porque no entendí- -alza una ceja con diversión.
-Estoy embarazada, Zayn…
Se hace el silencio, nos miramos fijamente durante un largo tiempo. Siento que mi mejillas se vuelven a llenar de lágrimas. Observo la expresión dura e ilegible de mi novio, me mira sin verme, como si yo no existiera. 
-Yo puedo encargarme de esto. Puedo tenerlo sola, digo, las chicas me pueden ayudar… No quiero arruinar tu carrera, sé lo que dirán, como te tratarán y lo difícil que será todo para ti. No quiero arruinar tu vida. Te amo y quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo. Yo en verdad… Te juro que puedo sola. Pero por favor, por favor… Si vas a dejarme, no vuelvas, no podría soportar vivir sin ti y yo…
-¡¿PUEDES CERRAR LA MALDITA BOCA?! –me interrumpe Zayn, me mira con asombro, como si no hubiera sido yo la que acabara de decir todo eso–. ¡¿QUE NO VES QUE VOY A SER PAPÁ?! ¡POR DIOS! ¡SERÉ PAPÁ! ¡PAPÁ!
Lo miro aturdida mientras comienza a besarme con fuerza, apretándome hacia él. Sus labios siguen siendo suaves y gruesos, le devuelvo el beso un tanto confundida y cuando él se separa, me sonríe.
-Gracias, gracias, gracias. Te amo, Valeria. ¿Crees que te dejaría? No, me acabas de decir lo que más quería escuchar en toda mi vida… -susurra.
-¿En verdad no te irás? –murmuro, mirándole fijamente.
-No. Jamás.
Su mano vuela hasta mi barriga y lo acaricia suavemente.
-Nuestro hijo… -susurra.
-Zayn, ¿cómo le diremos a nuestros padres? –exclamo aterrorizada, alejándome un poco.
-Oh, no pensé en eso.
Ahora es cuando se comienza a desatar infierno.
Vero1D
Vero1D


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Mensaje por king.kylie Sáb 03 Ago 2013, 5:15 pm

Holaaaaaaaaaaaaaaa Vero, acabo de ver los capítulos ¡Madre Santa! Que Valeria ¿Queeeee? Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah está embarazada cuero Zayn askfjersiijgijregvjkgv!, pero los chicos están en Gira Louisssssssssssssss te extraño :c, Vero como fueron tus vacaciones? en Venezuela están de vacaciones?, bueno en México si y pues digamos que mis vacaciones fueron Calor y calor y mas calor D: bueno sigueñaaaaaaaaa pronto sisi c:
Besos xx
king.kylie
king.kylie


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