Jugando a la mamá y al papá. -Harry Styles.

Capitulo numero uno.




El sol apenas se colaba entre las gruesas cortinas de mi habitación, mis suaves sabanas de seda y plumas me protegían del frió infernal que había en mi habitación.

Habitación de Stella kardashian.

Reposaba en la tranquilidad de la inconsciencia, cuando sentí mi cama vibrar. Abrí los ojos bruscamente, busque mi iphone entre las almohadas y conteste la llamada.

Iphone5 de Stella kardashian.

No quería perturbarme mucho con lo que me diría Harry por lo que al instante que salí de la ducha me ocupé en combinar a la perfección mi atuendo del día. Por ser una figura publica debía estar bien vestida siempre, aunque, sinceramente no importaba ser una Kardashian o una chica normal.

Atuendo del día de Stella Kardashian.

Para ese entonces vivía con Kim, mi hermana mayor, ella era mi prototipo de mujer perfecta. Era tan sexy y perfecta, adoraba a Harry y, eso era suficiente para mi. El resto de mis hermanas decían que el era un niño en cuerpo de hombre y otro tipo de comentarios. No me importaban. Debido a ese tipo de comentarios que decía mi familia respecto a Harry deje la casa mayor y me fui con Kim o como yo le digo: Kimmy.

Kim Kardashian.


Después que estuve vestida arreglé mi cabello y me maquille.

Cabello del día de Stella Kardashian.

Eché mis libros en mi cartera, algunos marcadores, lapices y la calculadora nueva. ¡Oh no!... Mi estuche de maquillaje no entraba. Fácil, saqué dos libros y entró perfectamente. Era una adicta al maquillaje y, no por querer ser superficial si no porque me gustaba verme linda, tampoco recargaba mucho mi rostro, usaba lo básico para mi edad; Pero lo que mas usaba, y lo que mas comprara eran brillos labiales. Harry amaba adivinar diariamente el sabor de mis brillos labiales.

Retoqué por ultima vez mi BL—brillo labial— y bajé.


Kim estaba en su bata de dormir como sonámbula, tenia en su mano derecha una taza de café recién colado y en su otra mano su ipad. Al verme despierta tan temprano se sorprendió. Era muy temprano.

Harry normalmente era muy lento en decir algunas cosas, pero su lentitud en ese momento estaba exagerada.

Cerré los ojos, respire profundo, intenté no gritar. Pero fue imposible, para una gritona de nacimiento como yo.

Inhalé y exhale un par de veces.

Asentí.

Quería ordenar mis ideas y tomar la mejor decisión pero no podía lograr concentrarme. Necesitaba tiempo para pensar.

Por suerte ya habíamos llegado al instituto.