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Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
Nombre: Viviendo una pesadilla
Autor: Dannie Everlark Swift ♥
Adaptación: Historia basada en el Best Seller “Los Juegos del Hambre” escrito por Suzanne Collins
Género: Ciencia Ficcion,Acción y algo de romance
Advertencias:[color=FloralWhite]
①Este fanfic puede contener escenas violentas y sangrientas.
②Trabajo mejor si me están presionando,así que si desean mas capítulos ¡Comenten!♥
③ Puede que tarde un poco en subir capitulos,generalmente,por motivos escolares
④Mi fanfic NO parte de inmediato con el día de la cosecha o los Juegos,asi que tendran que esperar unos cuantos capítulos para que ¡Comienzen los quincuagesimo sextos Juegos del Hambre!
Otras páginas: Finnick Odair en Calzoncillos! [Gαℓєяια]
By Sidhe for Source Code
[i]
Autor: Dannie Everlark Swift ♥
Adaptación: Historia basada en el Best Seller “Los Juegos del Hambre” escrito por Suzanne Collins
Género: Ciencia Ficcion,Acción y algo de romance
Advertencias:[color=FloralWhite]
①Este fanfic puede contener escenas violentas y sangrientas.
②Trabajo mejor si me están presionando,así que si desean mas capítulos ¡Comenten!♥
③ Puede que tarde un poco en subir capitulos,generalmente,por motivos escolares
④Mi fanfic NO parte de inmediato con el día de la cosecha o los Juegos,asi que tendran que esperar unos cuantos capítulos para que ¡Comienzen los quincuagesimo sextos Juegos del Hambre!
Otras páginas: Finnick Odair en Calzoncillos! [Gαℓєяια]
Viviendo una pesadilla
Prólogo
De un momento a otro, la pantalla del televisor se encendió y la música del himno de Panem resonó por toda la casa. Todos los que estaban allí reunidos dejaron de lado lo que estaban haciendo por unos instantes para atender al mensaje que vendría a continuación .Nadie hablaba, sólo observaban expectantes y nerviosos al escudo del Capitolio que comenzaba a tomar forma en la pantalla
--¿Qué sucede?-pregunto la joven algo asustada sentándose junto a su esposo con la pequeña bebé entre sus brazos
--No lo sé, Charlotte-respondió el casi en un susurro, mientras tomaba su mano y la acariciaba cuidadosamente para tranquilizarla-Por cómo van las cosas, es difícil esperar algo bueno.
--No seas tan pesimista, Adam-dijo la mujer de mayor edad, uniéndose a ellos con el mellizo de la bebé contra su pecho.
El himno acabó y mientras las ultimas notas de la melodía flotaban en el aire, la voz del presentador habló:
--Ciudadanos de Panem, lamentamos interrumpir su programación habitual pero consideramos estrictamente necesario entregarles este mensaje. A continuación vuestro presidente Coriolanus Snow, se dirigirá a ustedes con la información
Poco a poco el sello del capitolio comenzó a desvanecerse, dejando por breves segundos la pantalla completamente a oscuras .En la habitación no se escuchaba ni un solo ruido; ni siquiera el de sus respiraciones. Casi se podía palpar la tensión en el ambiente. De pronto la mirada amenazadora del Presidente Snow apareció tras la pantalla. Estaba vestido como siempre. Un impecable traje negro y una rosa increíblemente blanca en la solapa de la chaqueta
--Saludos, ciudadanos de Panem-dijo con su habitual tono frio y profundo--Como ustedes bien lo saben durante los últimos meses, se han producido multiples desordenes a lo largo de nuestros distritos. Desordenes que han afectado de manera considerable en la tranquilidad, seguridad y productividad de nuestro país. Poco a poco nuestros Agentes, con mucho esfuerzo y sacrificio, han logrado controlar las acciones de los bandos rebeldes, que habrían sido incitados por un grupo de mentores de Los Juegos del Hambre. Es mi deber informarles que, a altas horas de esta tarde seis de los veinticuatro ex- mentores fugitivos han sido capturados por un grupo de Agentes en los distritos 11,3,7,5 y 12—hizo un pausa antes de continuar, sin apartar sus penetrante e intimidante mirada ni un segundo-Luego de una reunión con el Supremo Consejo de Panem; se ha decidido que los ex mentores:Huron Grey,Apple Aubergine,Roderick Zucker,Schía Coleen,Byres Wyatt y Dellia Fields…serán ejecutados mañana por la tarde.
--¿¡Que!? ¡No, no pueden hacerlo!—exclamo Charlotte desconcertada
--Quiero hacer un llamado a la calma en los distritos; nos estamos encargando de normalizar la situación lo más rápido que nos es posible. También--su tono de voz se volvió aun más fuerte y autoritario--Exijo que, cualquier sospecha de acciones revolucionarias o el conocimiento de el paradero de alguno de los incitadores fugitivos, deberá ser inmediatamente denunciada a los Agentes del Capitolio-hizo un pausa nuevamente-- Agradezco su atención. Los mantendremos informados a la brevedad. Buenas Noches.
La pantalla del televisor comenzó a oscurecerse lentamente y la palabra FUGITIVOS tomo posición en su centro. Luego de unos segundos, la fotografía y el nombre de cada uno de los veinticuatro mentores aparecieron en pantalla. Seis de ellos ya habían sido capturados, pero aun dieciocho de ellos continuaban ocultos y escapando de las garras del Capitolio; cualquier movimiento en falso o error que cometiesen, significaría su detención y ejecución inmediata.
Entre aquello dieciocho se encontraban Charlotte Sumerlight y Adam Blackwood. Ambos vencedores se conocieron mientras preparaban a sus tributos para Los Juegos. Sus vidas se cruzaron cuando el, un vencedor del distrito 4, tenia dieciocho años y ella, una vencedora del distrito 8, tan solo dieciséis .Cada año ambos se veían obligados a revivir lo que alguna vez experimentaron en carne propia dentro de la Arena. Preparaban a niños y jóvenes inocentes para un viaje que muchas veces les guiaba por un camino sin retorno: la muerte. Era demasiado para ellos, demasiado para dos jóvenes que ya habían pasado por el mismo sufrimiento, demasiado para dos personas que solo buscaban escapar de su más grande pesadilla…Pero había algo que los hacía mantenerse fuertes…algo que los hacía levantarse luego de cada caída. Se tenían el uno al otro. Con el pasar de los años, el amor fue creciendo entre ellos al igual que su odio y sed de venganza hacia el Capitolio y sus sádicos Juegos. Los problemas recién estaban comenzando cuando ambos decidieron contraer matrimonio. Ese mismo año, el caos y la destrucción se desato en Panem. En ese entonces, Charlotte cargaba en su vientre a un bebe de seis meses.
Todo estaba resultando como los rebeldes junto a los incitadores lo planeaban y en menos de tres semanas, más de la mitad de los distritos se encontraban en pleno proceso de rebelión. Fue allí cuando el Capitolio decidió tomar las riendas del asunto y comenzó a atacar a los distritos, acabando con la vida de rebeldes y ciudadanos inocentes. A pesar de ello, no estaban dispuestos a rendirse y mantuvieron la lucha contra las fuerzas opresoras del Capitolio, las cuales incrementaban tanto en fuerza como en número cada día. La situación comenzó a empeorar en el distrito cuatro en donde Charlotte y Adam se encontraban, así que en vez de quedarse allí y poner en riesgo sus vidas y la de su bebe que venía en camino, decidieron escapar al distrito más cercano, el 3, del cual tuvieron que escapar días más tarde, ya que el Capitolio estaba tras ellos. En Panem todo eras caos. Poco a poco los distritos comenzaron a caer rendidos. La gente estaba malherida, algunas personas incluso desaparecidas y sobretodo muy asustados
Adam, junto a su esposa encontraron refugio justo a tiempo en el distrito 6,uno de los pocos que se había mantenido al margen de los desordenes, pero que de igual manera se vio afectada por los efectos de la rebelión. Una humilde mujer se ofreció a esconderlos en su hogar hasta que todo hubiese vuelto a la calma.
Al cabo de un mes, Charlotte finalmente dio a luz. Todos se llevaron una sorpresa al descubrir que no se trataba de un solo bebe…sino de mellizos. Ambos, niño y niña nacieron sanos y sin complicaciones, lo que resulto ser una luz de esperanza y alegría para la familia. Tan solo pasaron cinco días desde el nacimiento de los bebes, cuando recibieron esta noticia…Seis de sus amigos y compañero, seria ejecutados.
--¿Qué haremos?—Dijo Charlotte, cuyos ojos estaban llenos de lagrimas— ¡Debemos ayudarlos, no podemos abandonarlos en estas circunstancias!—sentencio algo exasperada.
--Lo sé, lo sé—respondió Adam, mientras se paseaba, inquieto por la habitación—Pero… ¿Qué podríamos hacer nosotros? La gente está asustada y dudo que si iniciásemos un rescate, nos ayuden. Sería demasiado arriesgado
--¿Y qué haremos entonces?¿eh?-dijo Charlotte colapsando--¿quedarnos de brazos cruzados mientras nuestros compañeros son asesinados? Estamos todos juntos en esto ¡Cuando iniciamos los levantamientos, prometimos permanecer juntos y no abandonarnos!
--Charlotte, entiende por favor…En este momento nos encontramos indefensos. El Capitolio esta buscándonos y si nos encuentran, sin duda, nos asesinarán.—Adam se acerco a ella y tomo su rostro entre sus manos, acariciando su mejilla con el pulgar—No quiero que nada le suceda a la Señora Laureth, ni a nuestros hijos, ni a ti…Si ya los encontraron a ellos, nosotros podemos ser los siguientes—Charlotte asintió en silencio, mientras que las lagrimas caían por su pálido rostro
--Tranquila, preciosa—dijo la Señora Laureth, entregándole un vaso con agua y sentándose junto a Charlotte—Toda esta pesadilla acabara pronto
--Si…habrá acabado una vez que nos vean a todos nosotros muertos—respondió ella abatida
--No, no pienses así—dijo la mujer—Todo problema tiene solución, ya lo verás
--Eso espero—respondió ella dirigiéndole una rápida mirada a Adam— A veces pienso que todo esto fue una mala idea.—El se llevo las manos a la cabeza, tratando de controlar la impotencia.la rabia que sentía por dentro y que luchaba por salir.
--Perdóname, Charlotte… Yo conocía los costos que esta estúpida idea traía consigo y aun así no lo detuve antes. Todo se me ha escapado de las manos y ahora todos estamos condenados por mi culpa. Jamás debía haberlos convencido que iniciar un levantamiento sería buena idea, sabía que si no vencíamos todo el país terminaría hundido en el caos y la destrucción… justo como ahora. Jamás debí haberte involucrado en esto.
--Yo también lo sabía, era consciente del riego que implicaba aceptar la misión. Era vencer, derrotar al Capitolio o perder y aceptar el castigo que vendría después. Todos sabíamos que nuestras vidas estaban entrando en juego junto con la rebelión. El problema es que en ese momento estábamos tan cegados por la idea de triunfar esta batalla, que no hicimos bien los cálculos. Todos tenemos algo de culpa en esto. No solo tú, Adam. —Adam alzo la vista del piso encontrándose con los ojos azules de su esposa.
--Estamos y estaremos siempre juntos en esto, pase lo que pase. Lo prometo—dijo el arrodillándose frente a ella, tomando su delgada mano entre las suyas. Justo en ese instante, su pequeña hija, comenzaba a abrir sus somnolientos ojos.
--Hola pequeña—dijo su padre tomándola entre sus brazos—Miren que hermosa es…Igual que se madre
--Y qué decir de este pequeñito—dijo la Señora Laureth, entregándoselo cuidadosamente a Charlotte—Tiene el sueño pesado, igual que su padre
--Y es igual de gruñón cuando tiene hambre—añadió ella, sonriendo por primera vez en mucho tiempo.--¿Por qué no….De pronto algo la interrumpió. Tres golpes en la puerta fueron suficientes para inquietar a todos
--¿Quién puede ser?—Pregunto la Señora Laureth en un susurro, como si se tratase de un secreto
--A estas horas—respondió Adam con voz apenas audible—Solo pueden ser…
--Agentes del Capitolio—completo la joven con la mirada fija en la puerta mientras los golpes se reanudaban.
--Tienen que esconderse—dijo la Señora Laureth, nerviosa--Rápido, síganme—continuo ella, guiando a la pareja hasta una habitación en el fondo de la casa. Una vez allí, corrió una descolorida alfombra, dejando a la vista una pequeña puerta. Ella la abrió rápidamente y luego se dirigió a Charlotte y Adam—Escúchenme…deben entrar allí y no salir a menos de que yo vuelva y les asegure que todo está en orden—Hizo una breve pausa; el miedo se notaba claramente en su mirada—Si algo sucede...solo huyan, huyan lo más lejos que puedan…Ahora ¡Entren!
--Pero ¿Qué sucederá con usted?—pregunto Charlotte con voz trémula.
--Yo estaré bien, querida. Sé cómo defenderme--le respondió la mujer colocando su mano sobre el hombro de la joven, brindándole una caricia algo tranquilizadora y maternal—Vamos, no hay más tiempo ¡entren!
Una vez que Charlotte y Adam estaban dentro, la Señora Laureth cerró la pequeña puerta y volvió a colocar disimuladamente la fea alfombra sobre ella. Nuevos golpes volvieron a oírse en la puerta, mientras que la mujer se dirigía hasta ella. Inspiró profundamente, armándose de valor y abrió la puerta. Frente a ella, se encontraban dos hombres altos y fornidos utilizando el traje blanco que caracterizaba a los Agentes del Capitolio. Tenía miedo. Miedo por lo que podía sucederle a continuación. Miedo a que descubriesen a la pareja, a que los torturasen y los matasen a todos cuando los encontraran. Pero trato controlarse y de disimular lo mas que pudo aquel sentimiento que la hacia temblar.
--Buenas Noches—les dijo, fingiendo un tono de voz somnoliento, como el que se tiene cuando se acaba de despertar de una siesta muy larga.
--Buenas noches, señora—respondió uno de ellos con voz autoritaria, mientras sacaba una tarjeta de identificación de el bolsillo superior de su traje con el sello del Capitolio en ella –Soy el Agente Hadley y junto a mi compañero se nos ha enviado en una misión de rastreo especial desde el Capitolio, con el objetivo de capturar a los provocadores del desorden en Panem. Esta tarde se nos ha dado el aviso de que dos o incluso tres de los fugitivos se encontrarían refugiados en el sector noreste del distrito seis--dijo, mientras presionaba un botón del extraño dispositivo que traía puesto en la muñeca, del cual segundos después se proyectó un holograma con las imágenes de cuatro de los fugitivos, entre los cuales se encontraban Charlotte y Adam--Dígame, señora--continuo el Agente con voz acusadora--¿Conoce usted el paradero de alguno de ellos?
--No, no…lo lamento—respondió ella luego de unos segundos
--Entonces no le molestara que revisemos su casa ¿O sí?—dijo el Agente dando un paso hacia adelante mientras sacaba un arma del cinturón de su traje
--Cla…Claro que no—dijo ella palideciendo al ver la pistola entre los guantes blancos de aquel hombre—Adelante, pase usted—continuo ella, quitándose de la entrada para dejarle pasar.
Los Agentes ingresaron a la casa seguidos por la nerviosa y pálida Señora. Ellos comenzaron a registrar cada espacio, removiendo muebles y abriendo armarios, sin encontrar nada. Charlotte y Adam, quienes seguían escondidos podía escuchar cada palabra, cada paso y cada golpe que los Agentes daban. Estaban aterrados bajo aquella pequeña y oscura fortaleza.
--Señora, dígame ¿Vive usted sola?—pregunto Hadley
--Si—respondió ella—Sola. Jamás contraje matrimonio y nunca tuve hijos—dijo mirando directamente a los crueles ojos del Agente.
--¿Se podría saber por qué?—inquirió él, arqueando una ceja
--Por una razón bastante simple—dijo ella con su voz llena de odio—No habría soportado ver a mis propios niños pasar hambre y miedo en este miserable país. La sola idea de que ellos tuviesen que pasar por ello o peor aún, para ser seleccionados para los estúpidos Juegos del Hambre, me llenaba de dolor e impotencia. No estaba dispuesta a traer a este mundo a inocentes criaturas para que luego se convirtiesen en la entretención de los ciudadanos del Capitolio—sentenció ella finalmente
--Bueno, usted sabe que los Juegos fueron creados para recordar a los distritos lo ocurrido en los Días Oscuros--dijo el inexpresivo—Para recordarles a los desagradecidos ciudadanos que decidieron iniciar un periodo de caos y rebelión quien tenía en realidad el control sobre las cosas, ¿no es así, señora?
--Pero al parecer en estos momentos el Capitolio ha comenzado a perder aquel control ¿No?—dijo ella imitando el tono de voz desafiante del Agente.
--No, se equivoca rotundamente—respondió él, riendo—Nosotros siempre vamos un paso más adelante que ustedes.
--¿Puede demostrarlo?—pregunto ella
--Si—dijo el secamente—Nosotros sabemos a quién esta escondiendo.
--No se dé que hablan—respondió la señora, dando media vuelta, pero el Agente la tomo fuertemente por el brazo, obligándole a mirarlo a la cara.
--Sabemos que usted está ocultando a dos de los fugitivos
--Charlotte Summerlight y Adam Blackwood ¿le suenan familiares esos nombres?—dijo el otro Agente, uniéndose a su compañero por detrás
--No, no los conozco
--Vamos señora—dijo Hadley, acorralándola contra la pared—Si coopera con nosotros—dijo en un susurro amenazador—Quizás el Capitolio podrá perdonarla…De lo contrario, nos veremos en la obligación de tomar medidas drásticas con usted
--Suélteme— gimió ella tratando de zafarse, inútilmente, del fuerte agarre del brazo de Hadley.
--¡No lo hare hasta que nos diga en donde están!—gritó él, perdiendo la paciencia y estrellando un golpe en la pared, justo a un lado del rostro de la mujer. Ella estaba aterrada y sus piernas temblaban tanto que dudaba poder mantenerse en pie durante más tiempo
--¡Vamos! ¡Hable de una vez por todas!—exigió Hadley
Luego de un breve momento de silencio, la mujer recobro nuevamente el habla y con la voz cargada de odio y rabia dijo:
--Jamás….Jamás les diré – dijo elevando la voz—Hagan lo que hagan conmigo, no lograran obtener lo que buscan
--Bien—dijo el luego de unos segundos, enfurecido—Usted quiso que esto fuese así—mientras decía esto descolgó las esposas de su cinturón y las coloco alrededor de las delgadas muñecas de la mujer—En el Capitolio buscaran alguna forma de obtener tan valiosa información—continuo el con tono algo burlesco. Luego llamo a su compañero--¿Agente Grantt?
--¿Qué es lo que necesita?—preguntó él como un buen subordinado, volviendo desde una de las habitaciones con el arma entre las manos
--¿Ha encontrado algo?
--Negativo. No hay rastro de los fugitivos en ningún sector de la casa.
--No pueden haber escapado—dijo Hadley dirigiéndole una mirada iracunda a la asustada Señora Laureth—Ve inmediatamente a darle aviso al escuadrón de búsqueda C-64. Reúnanse aquí lo más pronto posible. Registren nuevamente esta casucha y sus alrededores ¿Entendido?
--Entendido—respondió Grantt, realizando un saludo a su comandante antes de retirarse
--¡Hey, espera!—dijo Hadley—Una última instrucción. Destruyan esta vivienda, hayan o no hayan encontrado a los fugitivos. Así no tendrán donde refugiarse si desean volver—finalizó,con una sonrisa perversa y maliciosa.
--Como usted ordene—respondió Grantt. Luego salió rápidamente por la puerta.
--Vamos señora, camine. Aun tenemos asuntos pendientes que resolver. ¡Rápido! Tiene una cita en el Edificio de Justicia—Ordenó el Agente, dirigiendo bruscamente a la mujer, quien no tenía otra opción más que obedecer a sus instrucciones, a la salida.
Charlotte y Adam, quienes había escuchado todo lo sucedido desde su escondite se mantuvieron allí durante unos minutos más para cerciorase de que nadie continuaba dentro de la casa. Al cabo de un rato. Adam abrió rápidamente la puerta, saliendo y posteriormente sacando a Charlotte con los bebes lo más aprisa que pudo
--Rápido. Tenemos que Salir de aquí—dijo él con urgencia, tomando un par de viejas mantas que había sobre la cama de la habitación, entregándole una a Charlotte—Nos vamos del distrito.
--Adam, si salimos, nos atraparán—dijo ella asustada, mientras cubría a ambos bebes con las mantas
--Y si nos quedamos aquí, también lo harán—dijo el tomando al niño entre sus brazos--¿Acaso no los escuchaste? ¿Eh?—continuo el exasperado—Vamos; conozco una salida—dijo estrechando la mano libre de sus esposa, guiándola hasta la salida trasera de la casa.
--¿Qué sucederá con la señora Laureth?—pregunto Charlotte con la voz quebrada
Adam se detuvo en seco y apretó los dientes, pero no respondió. Sólo se aferro mas a la mano de Charlotte y con paso rápido y firme se dirigió a la salida.
Una vez fuera, la fría brisa nocturna los golpeó de lleno helándoles el rostro; a lo lejos se podía oír el murmullo del viento entre las hojas, mezclado con el ruido de un grupo de pisadas aproximándose hacia donde ellos estaban. Rápidamente y sin soltarse de las manos, Adam y Charlotte comenzaron a desplazarse sigilosamente entre los oscuros callejones del distrito. Reiteradas veces tuvieron que detenerse para poder ocultarse, con las espaldas pegadas contra una pared o las rodillas en el suelo tras los arbustos, de algún grupo de Agentes que inspeccionaban el sector con armas y linternas en las manos, seguramente buscándolos. Una vez que estos desaparecían del perímetro, Charlotte y Adam, retomaban la huida, hasta que al cabo de una hora, la pareja se encontraba frente a frente con la estación ferroviaria del distrito seis. A pesar de ya ser muy tarde por la noche, aún había actividad en la estación: Trabajadores cargando y descargando pesadas cajas y algunos Agentes de la Paz supervisando la faena. El bullicio y el movimiento que había entorno a la estación indicaba que estaban ya, a escasos minutos de partir. Adam no deseaba arriesgarse a ser descubierto por alguno de los Agentes que vigilaban la estación, así que en vez de caminar directamente junto a las vías del tren, se desvió hacia un sector que quedaba a unos metros de la línea, junto al bosque, era una especie de zanja cubierta de frondosa vegetación, la cual les serviría de protección y camuflaje para llegar hasta el final de tren sin ser vistos. Mientras avanzaban, sus pies quedaban constantemente enterrados en el fangoso terreno por el cual caminaban y sus rostros se iban llenando pequeños de cortes, producto de las espinosas ramas de los arbustos que colgaban de la orilla. A pesar de encontrarse cansados y fatigados por la carrera, no daban señal de querer rendirse. Estaban cruzando el último tramo antes de llegar a los últimos vagones del tren, cuándo la Chaqueta de Charlotte quedo fuertemente enchanchada en una rama. Fue en ese mismo instante en que a lo lejos se escucho a una voz masculina gritar a todo pulmón: ¡PARTIMOS EN CINCO MINUTOS! Adam volteo de inmediato y se encontró con el aterrado rostro de su esposa, quien tenía los ojos abiertos de par en par.
—No lo lograremos—susurro Charlotte intentando liberarse, lo que le resultaba difícil, por el hecho de estar cargando a su hija entre sus brazos
—Si lo haremos—dijo el decidido—Aférrate fuerte a mi mano, voy a jalarte—Ella asintió, tomando aun más fuerza la mano de su esposo. Él tiro fuertemente de ella logrando quebrar la rama que la tenia prisionera. Luego continuaron con su camino, corriendo lo más rápido que sus pies se lo permitían. Debía quedarles menos de dos minutos cuando lograron llegar al último vagón del tren. Un vagón de carga, repleto de polvorientas cajas y extraños artilugios.
—Charlotte—dijo el apresuradamente, soltando su mano—sube, rápido. Se acaba el tiempo
—¿Donde iras tu?—pregunto ella, algo desconcertada
—Si vamos los dos juntos habrá más posibilidades de que nos encuentren—continuó el
—No pienso dejarte—dijo ella atropelladamente mientras la lagrimas comenzaban a inundar sus ojos
—Prometo tomar el próximo tren
—¿Qué sucederá si te atrapan? No quiero ir sola. Tengo miedo—Las lagrimas comenzaron a caer por sus pálidas mejillas llenas de cortes—Tengo miedo por ti, por nuestro hijos, por mi.
—Tranquila querida—dijo el tratando de no quebrarse. Estaba tratando de ser fuerte por ella, por el. Por ambos. Pero el peso de la situación era demasiado y parecía estar aplastando su ya trisado espíritu. —Todo esto abra acabado pronto—Se acerco y la beso en la frente, tratando de calmarla—
—Laureth dijo lo mismo y mira lo que ha sucedido con ella. La han capturaron a ella, a nuestros compañeros, a parte mi familia y…y no quiero que suceda lo mismo contigo. Ustedes son lo único que tengo. No quiero perder a nadie más.
— Por mí no temas…Yo…Yo estaré bien, al igual que el—dijo mirando al pequeño que traía entre sus brazos—Prométeme que buscaras un lugar seguro en donde esconderte—Ella asintió suavemente en silencio y sin dejar de llorar se aproximo hasta su esposo y lo beso en los labios.
—Te amo Adam—dijo ella separándose tristemente
Nuevamente, la misma voz masculino gritó:¡TODO LISTO,ADELANTE!
—Yo igual te amo. Te amo a ti y a mis dos bellos hijos—dijo acercándose a la pequeña que Charlotte traía entre sus brazos, depositando un beso en su delicada cabeza—Ahora, sube. El tren partirá en cualquier minuto—finalizo él con amargura ayudándole a subir.
¿Nos volveremos a ver?—pregunto ella.
El asintió, cerrando la puerta del vagón segundos antes de que el tren comenzara a moverse —Hasta luego—susurro el observando como el tren abandonaba la estación. Luego desapareció entre los arbustos cercanos a la línea, como si la oscuridad de la noche lo hubiese tragado sin dejar rastro alguno.
A penas el tren comenzó a andar, Charlotte se escondió entre unas cajas con la niña que dormía profundamente, contra su pecho. Allí sola y en silencio, Charlotte lloro amargamente hasta caer en un intranquilo sueño.
Cuando ella despertó ya era de día. El tren seguía en movimiento, dirigiéndose hacia algún lugar del sureste del distrito seis. Charlotte se encargo de su pequeña hija que ya estaba despierta. La amamanto y luego la hizo dormir, arrullándola suavemente entre sus brazos. El día paso lento ante los ojos de la joven y cuando comenzó a caer la noche, el tren finalmente se detuvo. Todo se mantuvo unos minutos en completo silencio, hasta que las voces de un par de funcionarios entraron en su campo auditivo. Discutían sobre una falla técnica cerca del último vagón. Ella se mantuvo inmóvil y tensa en donde estaba, planeando mentalmente una posible maniobra de escape en caso de emergencia. De pronto, el ruido metálico de la puerta del vagón al abrirse la saco de sus pensamientos y dos hombres, un Agente y un funcionario del tren, ingresaron al carro en el que ella se encontraba. Ambos hombres ni siquiera notaron la presencia de pasajera infiltrada y sin sospechar nada, se dirigieron hasta el fondo del otro extremo del vagón, buscando, según lo que Charlotte podía escuchar, una caja de herramientas con sus potentes linternas entre las manos. Aterrorizada por la idea de que los hombres fuesen a buscar la caja al lugar en que ella estaba y la descubriesen, espero hasta que estuviesen totalmente distraídos con la búsqueda de la caja, se puso de pie silenciosamente y con sigilo logro saltar del vagón.
El impacto del salto fue suficiente para despertar a su pequeña hija, quien emitió un gemido asustado
—¿Qué fue eso?—pregunto una voz masculina bastante cerca de donde se encontraba la joven—¿Quién anda ahí?—Se escucho preguntar a una segunda voz, acercándose con paso firme.
Charlotte, quien estaba desorientada e inquieta, no tuvo más opción que, correr en dirección hacia el bosque que se extendía imponente frente a ella, lo más rápido que sus cansados pies lo permitían.
—¡Hey! ¡TÚ!¡Vuelve aquí!—Oyó gritar a unos hombres tras su espalda—¡Detente ahí!—La joven siguió corriendo desesperadamente sin voltear atrás. A pesar de que ya iba varios metros por delante de quienes venían tras ella, podía oír como las fuertes pisada y gritos se acercaban cada vez más y mas, amenazando con pisar sus talones. Luego de largos minutos de carrera a través del bosque, logró dejarlos lo suficientemente lejos como para detenerse unos momentos a recuperar el aliento. Al hacerlo, cayó en la cuenta de lo desorientada y perdida que estaba en medio de aquel oscuro y húmedo bosque, lejos de cualquier rastro de civilización en metros a la redonda, no obstante, trató de mantener la calma. Cubrió a su pequeña hija lo más firme que pudo con la manta y continuo en movimiento, acompañada solamente por el ulular de los búhos y la débil luz de la luna abriéndose paso por entre las oscuras nubes que se cernían sobre su cabeza.
A medida que los días pasaban, Charlotte se debilitaba de manera considerable. El hambre, el frio y el clima no hacía nada más que empeorar su situación. Cada paso le suponía gran dolor y esfuerzo a sus agarrotados músculos. Pero ella estaba decidida a buscar un lugar seguro, tal y como se lo había prometido a Adam. Ella solía ser ese tipo de persona que no se daban por vencida fácilmente. Su paso por los Juegos lo había dejado más que claro a los ciudadanos de Panem y a quienes en ese entonces no confiaban en sus habilidades, solo por el hecho de provenir del distrito ocho, un distrito del cual pocas veces se logra sacar a un tributo vivo de la arena . En el Capitolio se le conocía como la chica de titanio, por el carácter inquebrantable y duro con el que se desenvolvió en los Juegos. Nada, ningún tipo de arma o ataque por parte de sus adversarios parecía poder derribar a la fuerte Charlotte Sumerlight en aquellos días. Pero en estos momentos parecía más una piedra al borde de un terreno empinado. Cualquier movimiento, por muy pequeño que fuese, parecía tener la capacidad de tirarla colina abajo. Estaba cansada y su fortaleza interna estaba tan quebrada como un trozo de cristal que ha caído al suelo. Rota, destrozada en millones de pequeñas piezas que no podrían volver a unirse ni con el más eficaz de los pegamentos. Inservible y derrotada en su propia batalla.
La madrugada del sexto día de caminata sin rumbo, el día de la cosecha para los Juegos del Hambre según lo que ella podía calcular, a través de lo desconocido, oyó los primeros truenos que anunciaban la tormenta. Con todas sus fuerzas se levanto del lugar en el cual descansaba y continuo abriéndose paso por medio del bosque. Los signos del cansancio se hacían cada vez más visibles en su magullado cuerpo: Las ojeras bajo sus ojos azules, las mejillas hundidas y su dificultosa respiración podía evidenciarlo. De un momento a otro la lluvia comenzó a caer, empapando sin piedad su esquelética figura y la tierra por la cual avanzaba. El barro comenzó a dificultar su avanze, haciéndola resbalar y tropezar con las raíces ocultas por la tierra. La pequeña bebe lloraba sin consuelo sobre el pecho de su madre, quien con cuidado se quito la chaqueta y la coloco sobre la niña para evitar que continuara mojándose. Trato de apresurar la marcha pero en el intento, tropezó con una gran piedra, cayendo de rodillas al suelo. Intentó incorporarse de alguna forma, pero no conseguí levantar sus piernas del suelo. Estaba demasiado débil para hacerlo.
—Se acabó. Estoy condenada a morir aquí—pensó ella mientras su mano izquierda se enterraba en el barro y sus mejillas se llenaban de ardientes lágrimas por la frustración. — He fallado. No lo lograre—Charlotte miro a su hija con pesar, pidiéndole perdón por su debilidad en silencio y luego, lentamente, alzo la vista: A menos de dos metros de distancia desde donde ella se encontraba diviso el brillo plateado de la alambrada que separaba el espeso bosque de las inmediaciones del distrito once—No es demasiado lejos…puedo hacerlo—pensó ella algo mas esperanzada y guiada por la idea de encontrar un lugar seguro para su hija, se aferro con toda las fuerza que su brazo izquierdo le permitía, del tronco del árbol mas cercano. Luego de largos minutos de batalla contra el lodo y la lluvia, Charlotte consiguió ponerse de pie. Se detuvo un momento contra el tronco del árbol para descansar y a paso lento comenzó a caminar hacia la alambrada. Una vez allí, buscó un lugar seguro por el cual ingresar. Tenía que hacer esto rápido antes de que algún Agente de la Paz o incluso algún ciudadano del distrito la descubrieran y la delatara. Así que sigilosa al igual que un gato por la noche, comenzó a deslizarse por las húmedas y oscuras calles de la ciudad. De pronto algo llamo su atención: Una modesta y acogedora casa de ladrillos con la chimenea encendida y una débil, pero cálida luz escapando entre las cortinas. La joven miro a su hija con tristeza y comenzó a caminar hacia la entrada de la vivienda. Algo en su interior le decía que en aquel lugar, su hija estaría en bunas manos.
Charlotte se coloco de rodillas frente a la puerta de la casa, sosteniendo a la pequeña contra su pecho mientras la lagrimas nuevamente brotaban de sus ojos y se abrían paso por entre sus sucias y demacradas mejillas.
—La suerte siempre estará a tu favor, mi pequeña—le dijo antes de besarla en la frente. Luego, con sumo cuidado la envolvió bien dentro de su chaqueta y la deposito en el suelo, frente a la puerta.
—Tu padre hubiese querido que lo conservaras—susurro mientras se llevaba las manos al cuello y descolgaba de él una fina cadenita de oro con algo colgando en medio de ella y la colocaba, sonriendo con amargura, alrededor del cuello de la niña.
La joven se puso de pie, golpeó fuertemente la puerta y sin mirar atrás se retiro corriendo hasta perderse nuevamente, en la espesura del bosque.
Aquella casa pertenecía a los Tregarthen una humilde familia de agricultores del distrito. La madre de la familia al oír los goles en la puerta, no dudo en ir hasta ella y abrirla, encontrándose con la indefensa bebe en la entrada de su hogar. El hecho de ver a la bebe abandonada en ese lugar conmovió profundamente a la mujer, quien sin pensarlo dos veces, tomó a la niña entre sus brazos y la llevó hacia la cálida seguridad de su hogar.
--¿Qué sucede?-pregunto la joven algo asustada sentándose junto a su esposo con la pequeña bebé entre sus brazos
--No lo sé, Charlotte-respondió el casi en un susurro, mientras tomaba su mano y la acariciaba cuidadosamente para tranquilizarla-Por cómo van las cosas, es difícil esperar algo bueno.
--No seas tan pesimista, Adam-dijo la mujer de mayor edad, uniéndose a ellos con el mellizo de la bebé contra su pecho.
El himno acabó y mientras las ultimas notas de la melodía flotaban en el aire, la voz del presentador habló:
--Ciudadanos de Panem, lamentamos interrumpir su programación habitual pero consideramos estrictamente necesario entregarles este mensaje. A continuación vuestro presidente Coriolanus Snow, se dirigirá a ustedes con la información
Poco a poco el sello del capitolio comenzó a desvanecerse, dejando por breves segundos la pantalla completamente a oscuras .En la habitación no se escuchaba ni un solo ruido; ni siquiera el de sus respiraciones. Casi se podía palpar la tensión en el ambiente. De pronto la mirada amenazadora del Presidente Snow apareció tras la pantalla. Estaba vestido como siempre. Un impecable traje negro y una rosa increíblemente blanca en la solapa de la chaqueta
--Saludos, ciudadanos de Panem-dijo con su habitual tono frio y profundo--Como ustedes bien lo saben durante los últimos meses, se han producido multiples desordenes a lo largo de nuestros distritos. Desordenes que han afectado de manera considerable en la tranquilidad, seguridad y productividad de nuestro país. Poco a poco nuestros Agentes, con mucho esfuerzo y sacrificio, han logrado controlar las acciones de los bandos rebeldes, que habrían sido incitados por un grupo de mentores de Los Juegos del Hambre. Es mi deber informarles que, a altas horas de esta tarde seis de los veinticuatro ex- mentores fugitivos han sido capturados por un grupo de Agentes en los distritos 11,3,7,5 y 12—hizo un pausa antes de continuar, sin apartar sus penetrante e intimidante mirada ni un segundo-Luego de una reunión con el Supremo Consejo de Panem; se ha decidido que los ex mentores:Huron Grey,Apple Aubergine,Roderick Zucker,Schía Coleen,Byres Wyatt y Dellia Fields…serán ejecutados mañana por la tarde.
--¿¡Que!? ¡No, no pueden hacerlo!—exclamo Charlotte desconcertada
--Quiero hacer un llamado a la calma en los distritos; nos estamos encargando de normalizar la situación lo más rápido que nos es posible. También--su tono de voz se volvió aun más fuerte y autoritario--Exijo que, cualquier sospecha de acciones revolucionarias o el conocimiento de el paradero de alguno de los incitadores fugitivos, deberá ser inmediatamente denunciada a los Agentes del Capitolio-hizo un pausa nuevamente-- Agradezco su atención. Los mantendremos informados a la brevedad. Buenas Noches.
La pantalla del televisor comenzó a oscurecerse lentamente y la palabra FUGITIVOS tomo posición en su centro. Luego de unos segundos, la fotografía y el nombre de cada uno de los veinticuatro mentores aparecieron en pantalla. Seis de ellos ya habían sido capturados, pero aun dieciocho de ellos continuaban ocultos y escapando de las garras del Capitolio; cualquier movimiento en falso o error que cometiesen, significaría su detención y ejecución inmediata.
Entre aquello dieciocho se encontraban Charlotte Sumerlight y Adam Blackwood. Ambos vencedores se conocieron mientras preparaban a sus tributos para Los Juegos. Sus vidas se cruzaron cuando el, un vencedor del distrito 4, tenia dieciocho años y ella, una vencedora del distrito 8, tan solo dieciséis .Cada año ambos se veían obligados a revivir lo que alguna vez experimentaron en carne propia dentro de la Arena. Preparaban a niños y jóvenes inocentes para un viaje que muchas veces les guiaba por un camino sin retorno: la muerte. Era demasiado para ellos, demasiado para dos jóvenes que ya habían pasado por el mismo sufrimiento, demasiado para dos personas que solo buscaban escapar de su más grande pesadilla…Pero había algo que los hacía mantenerse fuertes…algo que los hacía levantarse luego de cada caída. Se tenían el uno al otro. Con el pasar de los años, el amor fue creciendo entre ellos al igual que su odio y sed de venganza hacia el Capitolio y sus sádicos Juegos. Los problemas recién estaban comenzando cuando ambos decidieron contraer matrimonio. Ese mismo año, el caos y la destrucción se desato en Panem. En ese entonces, Charlotte cargaba en su vientre a un bebe de seis meses.
Todo estaba resultando como los rebeldes junto a los incitadores lo planeaban y en menos de tres semanas, más de la mitad de los distritos se encontraban en pleno proceso de rebelión. Fue allí cuando el Capitolio decidió tomar las riendas del asunto y comenzó a atacar a los distritos, acabando con la vida de rebeldes y ciudadanos inocentes. A pesar de ello, no estaban dispuestos a rendirse y mantuvieron la lucha contra las fuerzas opresoras del Capitolio, las cuales incrementaban tanto en fuerza como en número cada día. La situación comenzó a empeorar en el distrito cuatro en donde Charlotte y Adam se encontraban, así que en vez de quedarse allí y poner en riesgo sus vidas y la de su bebe que venía en camino, decidieron escapar al distrito más cercano, el 3, del cual tuvieron que escapar días más tarde, ya que el Capitolio estaba tras ellos. En Panem todo eras caos. Poco a poco los distritos comenzaron a caer rendidos. La gente estaba malherida, algunas personas incluso desaparecidas y sobretodo muy asustados
Adam, junto a su esposa encontraron refugio justo a tiempo en el distrito 6,uno de los pocos que se había mantenido al margen de los desordenes, pero que de igual manera se vio afectada por los efectos de la rebelión. Una humilde mujer se ofreció a esconderlos en su hogar hasta que todo hubiese vuelto a la calma.
Al cabo de un mes, Charlotte finalmente dio a luz. Todos se llevaron una sorpresa al descubrir que no se trataba de un solo bebe…sino de mellizos. Ambos, niño y niña nacieron sanos y sin complicaciones, lo que resulto ser una luz de esperanza y alegría para la familia. Tan solo pasaron cinco días desde el nacimiento de los bebes, cuando recibieron esta noticia…Seis de sus amigos y compañero, seria ejecutados.
--¿Qué haremos?—Dijo Charlotte, cuyos ojos estaban llenos de lagrimas— ¡Debemos ayudarlos, no podemos abandonarlos en estas circunstancias!—sentencio algo exasperada.
--Lo sé, lo sé—respondió Adam, mientras se paseaba, inquieto por la habitación—Pero… ¿Qué podríamos hacer nosotros? La gente está asustada y dudo que si iniciásemos un rescate, nos ayuden. Sería demasiado arriesgado
--¿Y qué haremos entonces?¿eh?-dijo Charlotte colapsando--¿quedarnos de brazos cruzados mientras nuestros compañeros son asesinados? Estamos todos juntos en esto ¡Cuando iniciamos los levantamientos, prometimos permanecer juntos y no abandonarnos!
--Charlotte, entiende por favor…En este momento nos encontramos indefensos. El Capitolio esta buscándonos y si nos encuentran, sin duda, nos asesinarán.—Adam se acerco a ella y tomo su rostro entre sus manos, acariciando su mejilla con el pulgar—No quiero que nada le suceda a la Señora Laureth, ni a nuestros hijos, ni a ti…Si ya los encontraron a ellos, nosotros podemos ser los siguientes—Charlotte asintió en silencio, mientras que las lagrimas caían por su pálido rostro
--Tranquila, preciosa—dijo la Señora Laureth, entregándole un vaso con agua y sentándose junto a Charlotte—Toda esta pesadilla acabara pronto
--Si…habrá acabado una vez que nos vean a todos nosotros muertos—respondió ella abatida
--No, no pienses así—dijo la mujer—Todo problema tiene solución, ya lo verás
--Eso espero—respondió ella dirigiéndole una rápida mirada a Adam— A veces pienso que todo esto fue una mala idea.—El se llevo las manos a la cabeza, tratando de controlar la impotencia.la rabia que sentía por dentro y que luchaba por salir.
--Perdóname, Charlotte… Yo conocía los costos que esta estúpida idea traía consigo y aun así no lo detuve antes. Todo se me ha escapado de las manos y ahora todos estamos condenados por mi culpa. Jamás debía haberlos convencido que iniciar un levantamiento sería buena idea, sabía que si no vencíamos todo el país terminaría hundido en el caos y la destrucción… justo como ahora. Jamás debí haberte involucrado en esto.
--Yo también lo sabía, era consciente del riego que implicaba aceptar la misión. Era vencer, derrotar al Capitolio o perder y aceptar el castigo que vendría después. Todos sabíamos que nuestras vidas estaban entrando en juego junto con la rebelión. El problema es que en ese momento estábamos tan cegados por la idea de triunfar esta batalla, que no hicimos bien los cálculos. Todos tenemos algo de culpa en esto. No solo tú, Adam. —Adam alzo la vista del piso encontrándose con los ojos azules de su esposa.
--Estamos y estaremos siempre juntos en esto, pase lo que pase. Lo prometo—dijo el arrodillándose frente a ella, tomando su delgada mano entre las suyas. Justo en ese instante, su pequeña hija, comenzaba a abrir sus somnolientos ojos.
--Hola pequeña—dijo su padre tomándola entre sus brazos—Miren que hermosa es…Igual que se madre
--Y qué decir de este pequeñito—dijo la Señora Laureth, entregándoselo cuidadosamente a Charlotte—Tiene el sueño pesado, igual que su padre
--Y es igual de gruñón cuando tiene hambre—añadió ella, sonriendo por primera vez en mucho tiempo.--¿Por qué no….De pronto algo la interrumpió. Tres golpes en la puerta fueron suficientes para inquietar a todos
--¿Quién puede ser?—Pregunto la Señora Laureth en un susurro, como si se tratase de un secreto
--A estas horas—respondió Adam con voz apenas audible—Solo pueden ser…
--Agentes del Capitolio—completo la joven con la mirada fija en la puerta mientras los golpes se reanudaban.
--Tienen que esconderse—dijo la Señora Laureth, nerviosa--Rápido, síganme—continuo ella, guiando a la pareja hasta una habitación en el fondo de la casa. Una vez allí, corrió una descolorida alfombra, dejando a la vista una pequeña puerta. Ella la abrió rápidamente y luego se dirigió a Charlotte y Adam—Escúchenme…deben entrar allí y no salir a menos de que yo vuelva y les asegure que todo está en orden—Hizo una breve pausa; el miedo se notaba claramente en su mirada—Si algo sucede...solo huyan, huyan lo más lejos que puedan…Ahora ¡Entren!
--Pero ¿Qué sucederá con usted?—pregunto Charlotte con voz trémula.
--Yo estaré bien, querida. Sé cómo defenderme--le respondió la mujer colocando su mano sobre el hombro de la joven, brindándole una caricia algo tranquilizadora y maternal—Vamos, no hay más tiempo ¡entren!
Una vez que Charlotte y Adam estaban dentro, la Señora Laureth cerró la pequeña puerta y volvió a colocar disimuladamente la fea alfombra sobre ella. Nuevos golpes volvieron a oírse en la puerta, mientras que la mujer se dirigía hasta ella. Inspiró profundamente, armándose de valor y abrió la puerta. Frente a ella, se encontraban dos hombres altos y fornidos utilizando el traje blanco que caracterizaba a los Agentes del Capitolio. Tenía miedo. Miedo por lo que podía sucederle a continuación. Miedo a que descubriesen a la pareja, a que los torturasen y los matasen a todos cuando los encontraran. Pero trato controlarse y de disimular lo mas que pudo aquel sentimiento que la hacia temblar.
--Buenas Noches—les dijo, fingiendo un tono de voz somnoliento, como el que se tiene cuando se acaba de despertar de una siesta muy larga.
--Buenas noches, señora—respondió uno de ellos con voz autoritaria, mientras sacaba una tarjeta de identificación de el bolsillo superior de su traje con el sello del Capitolio en ella –Soy el Agente Hadley y junto a mi compañero se nos ha enviado en una misión de rastreo especial desde el Capitolio, con el objetivo de capturar a los provocadores del desorden en Panem. Esta tarde se nos ha dado el aviso de que dos o incluso tres de los fugitivos se encontrarían refugiados en el sector noreste del distrito seis--dijo, mientras presionaba un botón del extraño dispositivo que traía puesto en la muñeca, del cual segundos después se proyectó un holograma con las imágenes de cuatro de los fugitivos, entre los cuales se encontraban Charlotte y Adam--Dígame, señora--continuo el Agente con voz acusadora--¿Conoce usted el paradero de alguno de ellos?
--No, no…lo lamento—respondió ella luego de unos segundos
--Entonces no le molestara que revisemos su casa ¿O sí?—dijo el Agente dando un paso hacia adelante mientras sacaba un arma del cinturón de su traje
--Cla…Claro que no—dijo ella palideciendo al ver la pistola entre los guantes blancos de aquel hombre—Adelante, pase usted—continuo ella, quitándose de la entrada para dejarle pasar.
Los Agentes ingresaron a la casa seguidos por la nerviosa y pálida Señora. Ellos comenzaron a registrar cada espacio, removiendo muebles y abriendo armarios, sin encontrar nada. Charlotte y Adam, quienes seguían escondidos podía escuchar cada palabra, cada paso y cada golpe que los Agentes daban. Estaban aterrados bajo aquella pequeña y oscura fortaleza.
--Señora, dígame ¿Vive usted sola?—pregunto Hadley
--Si—respondió ella—Sola. Jamás contraje matrimonio y nunca tuve hijos—dijo mirando directamente a los crueles ojos del Agente.
--¿Se podría saber por qué?—inquirió él, arqueando una ceja
--Por una razón bastante simple—dijo ella con su voz llena de odio—No habría soportado ver a mis propios niños pasar hambre y miedo en este miserable país. La sola idea de que ellos tuviesen que pasar por ello o peor aún, para ser seleccionados para los estúpidos Juegos del Hambre, me llenaba de dolor e impotencia. No estaba dispuesta a traer a este mundo a inocentes criaturas para que luego se convirtiesen en la entretención de los ciudadanos del Capitolio—sentenció ella finalmente
--Bueno, usted sabe que los Juegos fueron creados para recordar a los distritos lo ocurrido en los Días Oscuros--dijo el inexpresivo—Para recordarles a los desagradecidos ciudadanos que decidieron iniciar un periodo de caos y rebelión quien tenía en realidad el control sobre las cosas, ¿no es así, señora?
--Pero al parecer en estos momentos el Capitolio ha comenzado a perder aquel control ¿No?—dijo ella imitando el tono de voz desafiante del Agente.
--No, se equivoca rotundamente—respondió él, riendo—Nosotros siempre vamos un paso más adelante que ustedes.
--¿Puede demostrarlo?—pregunto ella
--Si—dijo el secamente—Nosotros sabemos a quién esta escondiendo.
--No se dé que hablan—respondió la señora, dando media vuelta, pero el Agente la tomo fuertemente por el brazo, obligándole a mirarlo a la cara.
--Sabemos que usted está ocultando a dos de los fugitivos
--Charlotte Summerlight y Adam Blackwood ¿le suenan familiares esos nombres?—dijo el otro Agente, uniéndose a su compañero por detrás
--No, no los conozco
--Vamos señora—dijo Hadley, acorralándola contra la pared—Si coopera con nosotros—dijo en un susurro amenazador—Quizás el Capitolio podrá perdonarla…De lo contrario, nos veremos en la obligación de tomar medidas drásticas con usted
--Suélteme— gimió ella tratando de zafarse, inútilmente, del fuerte agarre del brazo de Hadley.
--¡No lo hare hasta que nos diga en donde están!—gritó él, perdiendo la paciencia y estrellando un golpe en la pared, justo a un lado del rostro de la mujer. Ella estaba aterrada y sus piernas temblaban tanto que dudaba poder mantenerse en pie durante más tiempo
--¡Vamos! ¡Hable de una vez por todas!—exigió Hadley
Luego de un breve momento de silencio, la mujer recobro nuevamente el habla y con la voz cargada de odio y rabia dijo:
--Jamás….Jamás les diré – dijo elevando la voz—Hagan lo que hagan conmigo, no lograran obtener lo que buscan
--Bien—dijo el luego de unos segundos, enfurecido—Usted quiso que esto fuese así—mientras decía esto descolgó las esposas de su cinturón y las coloco alrededor de las delgadas muñecas de la mujer—En el Capitolio buscaran alguna forma de obtener tan valiosa información—continuo el con tono algo burlesco. Luego llamo a su compañero--¿Agente Grantt?
--¿Qué es lo que necesita?—preguntó él como un buen subordinado, volviendo desde una de las habitaciones con el arma entre las manos
--¿Ha encontrado algo?
--Negativo. No hay rastro de los fugitivos en ningún sector de la casa.
--No pueden haber escapado—dijo Hadley dirigiéndole una mirada iracunda a la asustada Señora Laureth—Ve inmediatamente a darle aviso al escuadrón de búsqueda C-64. Reúnanse aquí lo más pronto posible. Registren nuevamente esta casucha y sus alrededores ¿Entendido?
--Entendido—respondió Grantt, realizando un saludo a su comandante antes de retirarse
--¡Hey, espera!—dijo Hadley—Una última instrucción. Destruyan esta vivienda, hayan o no hayan encontrado a los fugitivos. Así no tendrán donde refugiarse si desean volver—finalizó,con una sonrisa perversa y maliciosa.
--Como usted ordene—respondió Grantt. Luego salió rápidamente por la puerta.
--Vamos señora, camine. Aun tenemos asuntos pendientes que resolver. ¡Rápido! Tiene una cita en el Edificio de Justicia—Ordenó el Agente, dirigiendo bruscamente a la mujer, quien no tenía otra opción más que obedecer a sus instrucciones, a la salida.
Charlotte y Adam, quienes había escuchado todo lo sucedido desde su escondite se mantuvieron allí durante unos minutos más para cerciorase de que nadie continuaba dentro de la casa. Al cabo de un rato. Adam abrió rápidamente la puerta, saliendo y posteriormente sacando a Charlotte con los bebes lo más aprisa que pudo
--Rápido. Tenemos que Salir de aquí—dijo él con urgencia, tomando un par de viejas mantas que había sobre la cama de la habitación, entregándole una a Charlotte—Nos vamos del distrito.
--Adam, si salimos, nos atraparán—dijo ella asustada, mientras cubría a ambos bebes con las mantas
--Y si nos quedamos aquí, también lo harán—dijo el tomando al niño entre sus brazos--¿Acaso no los escuchaste? ¿Eh?—continuo el exasperado—Vamos; conozco una salida—dijo estrechando la mano libre de sus esposa, guiándola hasta la salida trasera de la casa.
--¿Qué sucederá con la señora Laureth?—pregunto Charlotte con la voz quebrada
Adam se detuvo en seco y apretó los dientes, pero no respondió. Sólo se aferro mas a la mano de Charlotte y con paso rápido y firme se dirigió a la salida.
Una vez fuera, la fría brisa nocturna los golpeó de lleno helándoles el rostro; a lo lejos se podía oír el murmullo del viento entre las hojas, mezclado con el ruido de un grupo de pisadas aproximándose hacia donde ellos estaban. Rápidamente y sin soltarse de las manos, Adam y Charlotte comenzaron a desplazarse sigilosamente entre los oscuros callejones del distrito. Reiteradas veces tuvieron que detenerse para poder ocultarse, con las espaldas pegadas contra una pared o las rodillas en el suelo tras los arbustos, de algún grupo de Agentes que inspeccionaban el sector con armas y linternas en las manos, seguramente buscándolos. Una vez que estos desaparecían del perímetro, Charlotte y Adam, retomaban la huida, hasta que al cabo de una hora, la pareja se encontraba frente a frente con la estación ferroviaria del distrito seis. A pesar de ya ser muy tarde por la noche, aún había actividad en la estación: Trabajadores cargando y descargando pesadas cajas y algunos Agentes de la Paz supervisando la faena. El bullicio y el movimiento que había entorno a la estación indicaba que estaban ya, a escasos minutos de partir. Adam no deseaba arriesgarse a ser descubierto por alguno de los Agentes que vigilaban la estación, así que en vez de caminar directamente junto a las vías del tren, se desvió hacia un sector que quedaba a unos metros de la línea, junto al bosque, era una especie de zanja cubierta de frondosa vegetación, la cual les serviría de protección y camuflaje para llegar hasta el final de tren sin ser vistos. Mientras avanzaban, sus pies quedaban constantemente enterrados en el fangoso terreno por el cual caminaban y sus rostros se iban llenando pequeños de cortes, producto de las espinosas ramas de los arbustos que colgaban de la orilla. A pesar de encontrarse cansados y fatigados por la carrera, no daban señal de querer rendirse. Estaban cruzando el último tramo antes de llegar a los últimos vagones del tren, cuándo la Chaqueta de Charlotte quedo fuertemente enchanchada en una rama. Fue en ese mismo instante en que a lo lejos se escucho a una voz masculina gritar a todo pulmón: ¡PARTIMOS EN CINCO MINUTOS! Adam volteo de inmediato y se encontró con el aterrado rostro de su esposa, quien tenía los ojos abiertos de par en par.
—No lo lograremos—susurro Charlotte intentando liberarse, lo que le resultaba difícil, por el hecho de estar cargando a su hija entre sus brazos
—Si lo haremos—dijo el decidido—Aférrate fuerte a mi mano, voy a jalarte—Ella asintió, tomando aun más fuerza la mano de su esposo. Él tiro fuertemente de ella logrando quebrar la rama que la tenia prisionera. Luego continuaron con su camino, corriendo lo más rápido que sus pies se lo permitían. Debía quedarles menos de dos minutos cuando lograron llegar al último vagón del tren. Un vagón de carga, repleto de polvorientas cajas y extraños artilugios.
—Charlotte—dijo el apresuradamente, soltando su mano—sube, rápido. Se acaba el tiempo
—¿Donde iras tu?—pregunto ella, algo desconcertada
—Si vamos los dos juntos habrá más posibilidades de que nos encuentren—continuó el
—No pienso dejarte—dijo ella atropelladamente mientras la lagrimas comenzaban a inundar sus ojos
—Prometo tomar el próximo tren
—¿Qué sucederá si te atrapan? No quiero ir sola. Tengo miedo—Las lagrimas comenzaron a caer por sus pálidas mejillas llenas de cortes—Tengo miedo por ti, por nuestro hijos, por mi.
—Tranquila querida—dijo el tratando de no quebrarse. Estaba tratando de ser fuerte por ella, por el. Por ambos. Pero el peso de la situación era demasiado y parecía estar aplastando su ya trisado espíritu. —Todo esto abra acabado pronto—Se acerco y la beso en la frente, tratando de calmarla—
—Laureth dijo lo mismo y mira lo que ha sucedido con ella. La han capturaron a ella, a nuestros compañeros, a parte mi familia y…y no quiero que suceda lo mismo contigo. Ustedes son lo único que tengo. No quiero perder a nadie más.
— Por mí no temas…Yo…Yo estaré bien, al igual que el—dijo mirando al pequeño que traía entre sus brazos—Prométeme que buscaras un lugar seguro en donde esconderte—Ella asintió suavemente en silencio y sin dejar de llorar se aproximo hasta su esposo y lo beso en los labios.
—Te amo Adam—dijo ella separándose tristemente
Nuevamente, la misma voz masculino gritó:¡TODO LISTO,ADELANTE!
—Yo igual te amo. Te amo a ti y a mis dos bellos hijos—dijo acercándose a la pequeña que Charlotte traía entre sus brazos, depositando un beso en su delicada cabeza—Ahora, sube. El tren partirá en cualquier minuto—finalizo él con amargura ayudándole a subir.
¿Nos volveremos a ver?—pregunto ella.
El asintió, cerrando la puerta del vagón segundos antes de que el tren comenzara a moverse —Hasta luego—susurro el observando como el tren abandonaba la estación. Luego desapareció entre los arbustos cercanos a la línea, como si la oscuridad de la noche lo hubiese tragado sin dejar rastro alguno.
A penas el tren comenzó a andar, Charlotte se escondió entre unas cajas con la niña que dormía profundamente, contra su pecho. Allí sola y en silencio, Charlotte lloro amargamente hasta caer en un intranquilo sueño.
Cuando ella despertó ya era de día. El tren seguía en movimiento, dirigiéndose hacia algún lugar del sureste del distrito seis. Charlotte se encargo de su pequeña hija que ya estaba despierta. La amamanto y luego la hizo dormir, arrullándola suavemente entre sus brazos. El día paso lento ante los ojos de la joven y cuando comenzó a caer la noche, el tren finalmente se detuvo. Todo se mantuvo unos minutos en completo silencio, hasta que las voces de un par de funcionarios entraron en su campo auditivo. Discutían sobre una falla técnica cerca del último vagón. Ella se mantuvo inmóvil y tensa en donde estaba, planeando mentalmente una posible maniobra de escape en caso de emergencia. De pronto, el ruido metálico de la puerta del vagón al abrirse la saco de sus pensamientos y dos hombres, un Agente y un funcionario del tren, ingresaron al carro en el que ella se encontraba. Ambos hombres ni siquiera notaron la presencia de pasajera infiltrada y sin sospechar nada, se dirigieron hasta el fondo del otro extremo del vagón, buscando, según lo que Charlotte podía escuchar, una caja de herramientas con sus potentes linternas entre las manos. Aterrorizada por la idea de que los hombres fuesen a buscar la caja al lugar en que ella estaba y la descubriesen, espero hasta que estuviesen totalmente distraídos con la búsqueda de la caja, se puso de pie silenciosamente y con sigilo logro saltar del vagón.
El impacto del salto fue suficiente para despertar a su pequeña hija, quien emitió un gemido asustado
—¿Qué fue eso?—pregunto una voz masculina bastante cerca de donde se encontraba la joven—¿Quién anda ahí?—Se escucho preguntar a una segunda voz, acercándose con paso firme.
Charlotte, quien estaba desorientada e inquieta, no tuvo más opción que, correr en dirección hacia el bosque que se extendía imponente frente a ella, lo más rápido que sus cansados pies lo permitían.
—¡Hey! ¡TÚ!¡Vuelve aquí!—Oyó gritar a unos hombres tras su espalda—¡Detente ahí!—La joven siguió corriendo desesperadamente sin voltear atrás. A pesar de que ya iba varios metros por delante de quienes venían tras ella, podía oír como las fuertes pisada y gritos se acercaban cada vez más y mas, amenazando con pisar sus talones. Luego de largos minutos de carrera a través del bosque, logró dejarlos lo suficientemente lejos como para detenerse unos momentos a recuperar el aliento. Al hacerlo, cayó en la cuenta de lo desorientada y perdida que estaba en medio de aquel oscuro y húmedo bosque, lejos de cualquier rastro de civilización en metros a la redonda, no obstante, trató de mantener la calma. Cubrió a su pequeña hija lo más firme que pudo con la manta y continuo en movimiento, acompañada solamente por el ulular de los búhos y la débil luz de la luna abriéndose paso por entre las oscuras nubes que se cernían sobre su cabeza.
A medida que los días pasaban, Charlotte se debilitaba de manera considerable. El hambre, el frio y el clima no hacía nada más que empeorar su situación. Cada paso le suponía gran dolor y esfuerzo a sus agarrotados músculos. Pero ella estaba decidida a buscar un lugar seguro, tal y como se lo había prometido a Adam. Ella solía ser ese tipo de persona que no se daban por vencida fácilmente. Su paso por los Juegos lo había dejado más que claro a los ciudadanos de Panem y a quienes en ese entonces no confiaban en sus habilidades, solo por el hecho de provenir del distrito ocho, un distrito del cual pocas veces se logra sacar a un tributo vivo de la arena . En el Capitolio se le conocía como la chica de titanio, por el carácter inquebrantable y duro con el que se desenvolvió en los Juegos. Nada, ningún tipo de arma o ataque por parte de sus adversarios parecía poder derribar a la fuerte Charlotte Sumerlight en aquellos días. Pero en estos momentos parecía más una piedra al borde de un terreno empinado. Cualquier movimiento, por muy pequeño que fuese, parecía tener la capacidad de tirarla colina abajo. Estaba cansada y su fortaleza interna estaba tan quebrada como un trozo de cristal que ha caído al suelo. Rota, destrozada en millones de pequeñas piezas que no podrían volver a unirse ni con el más eficaz de los pegamentos. Inservible y derrotada en su propia batalla.
La madrugada del sexto día de caminata sin rumbo, el día de la cosecha para los Juegos del Hambre según lo que ella podía calcular, a través de lo desconocido, oyó los primeros truenos que anunciaban la tormenta. Con todas sus fuerzas se levanto del lugar en el cual descansaba y continuo abriéndose paso por medio del bosque. Los signos del cansancio se hacían cada vez más visibles en su magullado cuerpo: Las ojeras bajo sus ojos azules, las mejillas hundidas y su dificultosa respiración podía evidenciarlo. De un momento a otro la lluvia comenzó a caer, empapando sin piedad su esquelética figura y la tierra por la cual avanzaba. El barro comenzó a dificultar su avanze, haciéndola resbalar y tropezar con las raíces ocultas por la tierra. La pequeña bebe lloraba sin consuelo sobre el pecho de su madre, quien con cuidado se quito la chaqueta y la coloco sobre la niña para evitar que continuara mojándose. Trato de apresurar la marcha pero en el intento, tropezó con una gran piedra, cayendo de rodillas al suelo. Intentó incorporarse de alguna forma, pero no conseguí levantar sus piernas del suelo. Estaba demasiado débil para hacerlo.
—Se acabó. Estoy condenada a morir aquí—pensó ella mientras su mano izquierda se enterraba en el barro y sus mejillas se llenaban de ardientes lágrimas por la frustración. — He fallado. No lo lograre—Charlotte miro a su hija con pesar, pidiéndole perdón por su debilidad en silencio y luego, lentamente, alzo la vista: A menos de dos metros de distancia desde donde ella se encontraba diviso el brillo plateado de la alambrada que separaba el espeso bosque de las inmediaciones del distrito once—No es demasiado lejos…puedo hacerlo—pensó ella algo mas esperanzada y guiada por la idea de encontrar un lugar seguro para su hija, se aferro con toda las fuerza que su brazo izquierdo le permitía, del tronco del árbol mas cercano. Luego de largos minutos de batalla contra el lodo y la lluvia, Charlotte consiguió ponerse de pie. Se detuvo un momento contra el tronco del árbol para descansar y a paso lento comenzó a caminar hacia la alambrada. Una vez allí, buscó un lugar seguro por el cual ingresar. Tenía que hacer esto rápido antes de que algún Agente de la Paz o incluso algún ciudadano del distrito la descubrieran y la delatara. Así que sigilosa al igual que un gato por la noche, comenzó a deslizarse por las húmedas y oscuras calles de la ciudad. De pronto algo llamo su atención: Una modesta y acogedora casa de ladrillos con la chimenea encendida y una débil, pero cálida luz escapando entre las cortinas. La joven miro a su hija con tristeza y comenzó a caminar hacia la entrada de la vivienda. Algo en su interior le decía que en aquel lugar, su hija estaría en bunas manos.
Charlotte se coloco de rodillas frente a la puerta de la casa, sosteniendo a la pequeña contra su pecho mientras la lagrimas nuevamente brotaban de sus ojos y se abrían paso por entre sus sucias y demacradas mejillas.
—La suerte siempre estará a tu favor, mi pequeña—le dijo antes de besarla en la frente. Luego, con sumo cuidado la envolvió bien dentro de su chaqueta y la deposito en el suelo, frente a la puerta.
—Tu padre hubiese querido que lo conservaras—susurro mientras se llevaba las manos al cuello y descolgaba de él una fina cadenita de oro con algo colgando en medio de ella y la colocaba, sonriendo con amargura, alrededor del cuello de la niña.
La joven se puso de pie, golpeó fuertemente la puerta y sin mirar atrás se retiro corriendo hasta perderse nuevamente, en la espesura del bosque.
Aquella casa pertenecía a los Tregarthen una humilde familia de agricultores del distrito. La madre de la familia al oír los goles en la puerta, no dudo en ir hasta ella y abrirla, encontrándose con la indefensa bebe en la entrada de su hogar. El hecho de ver a la bebe abandonada en ese lugar conmovió profundamente a la mujer, quien sin pensarlo dos veces, tomó a la niña entre sus brazos y la llevó hacia la cálida seguridad de su hogar.
By Sidhe for Source Code
Última edición por Dannie Everlark el Vie 04 Ene 2013, 4:02 pm, editado 19 veces
Dannie Everlark
Viviendo una pesadilla
Espero que les haya gustado el comienzo de mi fanfic.Prometo subir pronto el primer Capitulo!! Gracias a todospor leer ¡Y que la suerte este siempre de vuestra parte!
Última edición por Dannie Everlark el Sáb 10 Nov 2012, 12:45 pm, editado 1 vez
Dannie Everlark
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
ME ENCANTA!!!!! siguela :D nueva lectora
CoonrallFly
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
#CatiKatnissPotter escribió:ME ENCANTA!!!!! siguela :D nueva lectora
Ohhhhhhhhhhhhhh!Asdfghjklñdfghjkl Muchas,muchas gracias por leer,significa MUCHO para mi!!!Pensé que nadie iba estar interesado en leer mi fic :')
Última edición por Dannie Everlark el Sáb 10 Nov 2012, 12:46 pm, editado 1 vez
Dannie Everlark
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
Hola hola!!!!
Aqui nueva lectora.
Espero que la sigas pronto quiero saber que es o que va a pasar ahora.
Adios, hasta mi proximo comentario.
PD:Me llamo Eva.
Aqui nueva lectora.
Espero que la sigas pronto quiero saber que es o que va a pasar ahora.
Adios, hasta mi proximo comentario.
PD:Me llamo Eva.
RedHair94
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
Siguela me encanto!!!
Me llamo Andy y soy tu nueva sexy lectora :B!
SIGUELA
Besotesss
Andy
Me llamo Andy y soy tu nueva sexy lectora :B!
SIGUELA
Besotesss
Andy
Potterhead
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
Hola!!! Muchiiisimas muchas gracias por leer! Pronto subiré el capitulo 1 asdfghjkl :) Un abrazo! :(L):RedHair94 escribió:Hola hola!!!!
Aqui nueva lectora.
Espero que la sigas pronto quiero saber que es o que va a pasar ahora.
Adios, hasta mi proximo comentario.
PD:Me llamo Eva.
Última edición por Dannie Everlark el Sáb 10 Nov 2012, 12:44 pm, editado 1 vez
Dannie Everlark
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
Hola Andy!!!!!! No sabes lo feliz que me haces con el saber que tu lees mi fic! :') La seguire muy pronto,asi que esten pendientes! :P Un abrazo grande para ti! Que tengas una excelente semana! :(L):DirectionerBelieber escribió:Siguela me encanto!!!
Me llamo Andy y soy tu nueva sexy lectora :B!
SIGUELA
Besotesss
Andy
Última edición por Dannie Everlark el Sáb 10 Nov 2012, 12:45 pm, editado 1 vez
Dannie Everlark
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
hola soy tu nueva lectora soy super fanatica de los juegos del hambre y está novela me encanta la tenes que seguir que ya me enganche
pasate por la mía cuando puedas:
https://onlywn.activoforo.com/t21220-podria-ser-amigos-y-algo-mas#1270009
pasate por la mía cuando puedas:
https://onlywn.activoforo.com/t21220-podria-ser-amigos-y-algo-mas#1270009
Leyre
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
Hola!!!!! Muchísismas gracias por leer,de verdad,lo aprecio mucho :(L): Amo THG!!!!! Mi trilogía favoritaaaaa!!!!!!! asdfghjkl Pronto la seguiré, querida.En cuanto me desocupe un poco con los quehaceres escolares,prometo subir capítulos! ;) Gracias por el link,me daré un vuelta de inmediato para leer!!!! Cuídate mucho,saludos y abrazos! :hug:selu escribió:hola soy tu nueva lectora soy super fanática de los juegos del hambre y está novela me encanta la tenes que seguir que ya me enganche
pásate por la mía cuando puedas:
https://onlywn.activoforo.com/t21220-podria-ser-amigos-y-algo-mas#1270009
Última edición por Dannie Everlark el Sáb 10 Nov 2012, 12:46 pm, editado 1 vez
Dannie Everlark
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
Queridas y Queridos Lectores:
¿Como están?¿Emocionados por mas capítulos? Perdón por no haber subido capitulo aun,pero me he visto llena de pruebas,trabajo y tareas,por lo que no he tenido tiempo para pasar el Fic al computador. Aasdfghj se preguntaran ¿porque pasar al computador? Bueno,yo tengo un cuaderno en donde escribo este fanfic,un cuaderno que llevo a TODOS lados en caso de que alguna idea nueva surja en mi cerebro.Este ultimo fin de semana viajé a la playa y escribí DEMASIADO!!!! Ocho hojas ya voy en el capitulo seis!!! He aquí una foto mía escribiendo frente a la chimenea ;)
La verdad es que aun me siento bastante insegura con lo que respecta a mis escritos,pues,mi historia comienza de manera muy diferente de todos los otros excelentes fanfics que he leído :(L): Empieza contando un poco la historia de mi personaje principal,Faith Nimphalide Tregarthen,una niña del distrito 11,desde una edad en su vida en que una serie de acontecimientos la marcaron fuertemente y luego va avanzando poco a poco hasta que,bueno,como ustedes ya lo pueden suponer,es elegida como tributo femenino para participar en LOS JUEGOS DEL HAMBRE
Espero que aun estén interesados en leer y que perdonen mi ausencia esta semana.No olviden dejar sus comentarios(Lo que sea,quejas,sugerencias,ideas¡¡¡¡¡Todo sirve!!!!),que son de muuuuuucha importancia para mi.Muchas gracias por todo!!! Que tengan una excelente semana y que la suerte este siempre de vuestra parte!
¿Como están?¿Emocionados por mas capítulos? Perdón por no haber subido capitulo aun,pero me he visto llena de pruebas,trabajo y tareas,por lo que no he tenido tiempo para pasar el Fic al computador. Aasdfghj se preguntaran ¿porque pasar al computador? Bueno,yo tengo un cuaderno en donde escribo este fanfic,un cuaderno que llevo a TODOS lados en caso de que alguna idea nueva surja en mi cerebro.Este ultimo fin de semana viajé a la playa y escribí DEMASIADO!!!! Ocho hojas ya voy en el capitulo seis!!! He aquí una foto mía escribiendo frente a la chimenea ;)
La verdad es que aun me siento bastante insegura con lo que respecta a mis escritos,pues,mi historia comienza de manera muy diferente de todos los otros excelentes fanfics que he leído :(L): Empieza contando un poco la historia de mi personaje principal,Faith Nimphalide Tregarthen,una niña del distrito 11,desde una edad en su vida en que una serie de acontecimientos la marcaron fuertemente y luego va avanzando poco a poco hasta que,bueno,como ustedes ya lo pueden suponer,es elegida como tributo femenino para participar en LOS JUEGOS DEL HAMBRE
Espero que aun estén interesados en leer y que perdonen mi ausencia esta semana.No olviden dejar sus comentarios(Lo que sea,quejas,sugerencias,ideas¡¡¡¡¡Todo sirve!!!!),que son de muuuuuucha importancia para mi.Muchas gracias por todo!!! Que tengan una excelente semana y que la suerte este siempre de vuestra parte!
Última edición por Dannie Everlark el Sáb 10 Nov 2012, 12:50 pm, editado 4 veces
Dannie Everlark
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
AHHHHHHHHHHHHHH tranquila! no pasa nada! me parece genial lo que haces :D y me encanta! siguela! encerio amo tu fic!
yo ultimamente estoy con 0 imaginacion, además se me hacercan ya para la semana que viene las pruebas finales y eso, cosa para la cual no estudie una mierda xD pero siempre me saco alto :3 nooo no le copio a nadie .-. jajajajaja bueno ya, espero y la sigas :33
yo ultimamente estoy con 0 imaginacion, además se me hacercan ya para la semana que viene las pruebas finales y eso, cosa para la cual no estudie una mierda xD pero siempre me saco alto :3 nooo no le copio a nadie .-. jajajajaja bueno ya, espero y la sigas :33
CoonrallFly
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
#CatiKatnissPotter escribió:AHHHHHHHHHHHHHH tranquila! no pasa nada! me parece genial lo que haces :D y me encanta! siguela! encerio amo tu fic!
yo últimamente estoy con 0 imaginación, además se me acercan ya para la semana que viene las pruebas finales y eso, cosa para la cual no estudie una mierda xD pero siempre me saco alto :3 nooo no le copio a nadie .-. jajajajaja bueno ya, espero y la sigas :33
Asdfghjk Muchas gracias,linda! Yo tambien sufría de falta de imaginación al principio de mi fic y hay veces en las que me trabo por semanas y NO CONSIGO ESCRIBIR NAAAAAAAAAAAAADA!!!! OOOOOH! las pruebas finales :c se vienen estas semanas! Nooo, noooo quieroooo!Yo tampoco copio!Dame esos cinco compañera!! asdfghjk
Un abrazo y gracias por leer!
Dannie Everlark
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
¿Les gusta el nuevo diseño de la novela? Pienso que quedó bastante bonito :) ;) ¿Que piensan ustedes? :D
Dannie Everlark
Re: Viviendo una pesadilla {Una novela de Los Juegos del Hambre}
Esta super <3 me encanta!!!!
CoonrallFly
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