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Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Bueno, hasta aquí este "maratón" por todos estos días que he estado sin escribir ningún capítulo, espero que os hayan gustado, me haría muy muy muy feliz. Ah, otra cosa, la nove está casi casi terminando! Le quedan 17 capítulos solamente! Os va a encantar, vamos, eso creo yo jajajajaja un besazo lindas, os quiero <3
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
HOLI! SOY NUEVAA Y ME HE LEIDO TODO LO QUE LLEVAS DE LA NOVE EN UN RATITO, ENGANCHA MUCHO TU NOVE, ME ENCANTAAA!
Cuando Zayn le dice angel a la rayis muero fajslgasñlfksdjhgksahgajsdfh
Siguela prontito porfavooooooooooor! Besos guapa :)
Cuando Zayn le dice angel a la rayis muero fajslgasñlfksdjhgksahgajsdfh
Siguela prontito porfavooooooooooor! Besos guapa :)
Mrs.MiaMalik
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
hjgkgljg, me encantaroon los capituloooooooooos :) Amo la novela enserio. jkhfdjkghjkg TENES QUE SEGUIRLAAAAAAAAAAAAAA :D
bhavi.
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Mrs.MiaMalik escribió:HOLI! SOY NUEVAA Y ME HE LEIDO TODO LO QUE LLEVAS DE LA NOVE EN UN RATITO, ENGANCHA MUCHO TU NOVE, ME ENCANTAAA!
Cuando Zayn le dice angel a la rayis muero fajslgasñlfksdjhgksahgajsdfh
Siguela prontito porfavooooooooooor! Besos guapa :)
Awwwwwwww muchisisisisisisisimas gracias por comentar! voy a subir 1 o 2 capítulos ahora mismo, mañana quizá no pueda subir.... ya se verá jajajaja
Un besazo linda!
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
AntooMart escribió:hjgkgljg, me encantaroon los capituloooooooooos :) Amo la novela enserio. jkhfdjkghjkg TENES QUE SEGUIRLAAAAAAAAAAAAAA :D
KDJKLGFADSKLFJKASLD MUCHAS GRACIAS! VOY A SUBIR AHORA MISMO 1 O 2 CAPÍTULOS :)
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Capítulo 44.
Apenas llegamos a casa Maru subió corriendo a mi habitación. Por suerte estaba bastante ordenada. Mi armario no era la gran cosa pero a mi amiga parecía encantarle. Cuando Maru tuvo su primera cita con Harry también había venido a casa para probarse ropa. No me molestaba en lo más mínimo ya que a ella le gustaban las cosas que yo casi nunca usaba ni tampoco me interesaba usar.
- Bien, tienes un montón de vestidos-descolgó unos cuantos y los tiró en la cama-, necesito algo que sea de color.
- ¿No quieres uno negro?- pregunté-, tengo uno bastante bonito.
- No negro, no- contestó-. Estoy segura de que mi madre usará uno negro y lo que menos quiero es parecerme a ella esa noche.
- Bueno pues... no sé, elige el que te guste- le dije-, pruébate los que quieras si es necesario- me senté en la cama.
Maru comenzó a probarse unos cuantos pero ninguno la convencía por completo. Nunca me había dado cuenta que tenía un montón de vestidos. No era de usarlos, me sentía incómoda con ellos. Luego tendría que decirle a Maru que me iba a tener que ayudar a acomodar toda la ropa que había sacado. La habitación estaba quedando echa un desastre y eso que todavía faltaba que escogiera los zapatos.
- ¿Qué dices de este blanco?- preguntó mientras salía del baño.
Ese vestido lo había usado el día que mi madre invitó a su jefe a cenar. Ese día fue la primera vez que Zayn había ido a mi casa. Cuando no sabía casi nada sobre el, cuando no estaba enamorada, cuando casi ni nos conocíamos.
- ¿Por qué sonríes?- preguntó Maru-. ¿Es que tengo algo?
- No, nada- sacudí mi cabeza para alejar esos recuerdos-. Ese te queda bonito.
- Igual no me gusta- comentó-, creo que me probaré el rosa que quedo colgado. Será el último, lo prometo.
Después de probarse el ''último'' vestido, Maru salió del baño. Al parecer ese le había gustado. No le quedaba mal, era bastante bonito.
- Este me gusta- admitió mientras daba una vuelta-, no es feo.
- Te queda bien-dije-. ¿Vas a usar ese?
- Sí... te lo devolveré el domingo apenas pueda ¿si?
- Claro, no hay problema- dije, despreocupada-. Sobre los zapatos...
- Sí me dí cuenta- me interrumpió-, no tienes nada de tacones. Creo que necesitamos ir de compras lo más pronto posible. No puedo creerlo.
- Es que no me gustan- confesé-, no... no lo sé, es como que no puedo caminar con tanta altura.
- Es normal, a mi me pasaba lo mismo pero luego me acostumbre- comentó-, además estoy casi obligada a usarlos. Por si no lo notas no soy muy alta.
- ¿A que hora será la cena?- pregunté.
- A las nueve- respondió- aunque no creo que mi mamá tenga la comida preparada hasta las nueve y media. Oye, ¿podrías pasar por mi casa diez minutos antes para ayudarme a elegir los zapatos?
- Si, creo que no habrá problema- acepté-, pero debo irme antes de que Harry llegue. Sería medio estúpido que me viera salir de tu casa ¿no crees?- ambas reímos-. ¡Mira la hora que es!
- Oh mi dios- Maru abrió los ojos-, debo irme mi madre ya debe estar en casa. No le avisé que vendría tal vez está preocupada.
- ¿Quieres una bolsa para guardar el vestido?- pregunté mientras buscaba una en mi armario-, dudo que sea normal ver a una persona caminando con uno en la mano.
- Claro- le entregué la bolsa y abrió la puerta de mi cuarto-, lamento no poderte ayudar a ordenar.
- Bueno, no te preocupes- dije-, yo me encargo total necesito distraerme con algo.
- Adiós y gracias- Maru cerró la puerta y bajo rápidamente las escaleras. La puerta de entrada estaba abierta y podía salir sin que le abra.
Apenas se fue me puse a acomodar toda la ropa. Había echo un desastre, todos los vestidos estaban tirados en el piso. Por suerte tendría algo con lo cual distraerme hasta que llegara mi madre. No faltaba mucho para eso.
Mi día no había sido tan malo como lo pensé. No sabía porque pero me sentía bien, estaba mejor del resfrío. Tardé una hora en guardar todo lo que Maru había desacomodado. El día del baile me obligarían a llevar tacos, estaba segura. Lo que me preguntaba era como haría para caminar sin tropezarme.
Bajé a cenar, no hablamos de nada interesante. Mi madre me contó sobre como le había ido en el trabajo y yo le conté lo de Louis. No se sorprendió en lo más mínimo ya que sabía que no quería ir con el. Por lo menos me había sacado el peso de encima de tener que esperar a que me invitase e inventar una excusa para no ir con el.
Después de comer subí a mi habitación, no estaba cansada pero el echo de ya no tener más tema de conversación para entablar con mi madre me estaba poniendo algo nerviosa. Me pasé toda la noche dando vueltas por mi habitación, estuve un rato jugando con la computadora pero luego la apagué porque me estaba aburriendo.
Me acosté, no sabía que hacer para que me agarrase sueño. Cuando cerraba los ojos cualquier ruido extraño me asustaba y los abría nuevamente. Después de varios intentos fallidos puedo cerrar los ojos y dormirme.
- ¡Levántate!- gritó mi mamá desde la puerta-, ambas nos hemos quedado dormidas. Se te está haciendo tarde.
- ¿Puedo faltar?- pregunté con esperanza aunque ya me imaginaba la respuesta.
- Estas loca, no faltarás-me respondió-. Estaré abajo preparando el desayuno, apúrate.
Me preguntaba si Maru estaba esperándome abajo con el auto. Me asome por la ventana de mi habitación y efectivamente se encontraba allí.
- ¡Maru!- grité lo más fuerte posible-. ¡Aquí arriba estúpida!
- ¡Apúrate se nos está haciendo tarde!- se quejó-, baja ya. ¿Qué haces todavía en pijama?
- Me acabo de levantar, me quede dormida, espérame diez minutos ya estaré allí.
Me vestí lo más rápido posible y bajé a tomar el desayuno, el cual me fui comiendo por el camino. Mi madre ya se había ido, últimamente se nos estaba haciendo costumbre quedarnos dormidas y llegar en medio de la clase.
- Lo siento- me lamenté mientras me sentaba en el asiento del copiloto-, mi reloj ya no anda y todavía no lo he llevado a arreglar.
- No importa-dijo mientras ponía el auto en marcha-, creo que nos tendremos que pasar unos cuantos semáforos en rojo.
- ¡Maru, es contra la ley!- la regañé-, no podemos hacer eso. ¿Mira si nos paran?
- No nos pararán- dijo despreocupada-, la policía ya no hace controles cerca de la escuela.
- Sí que los hacen- le recordé-, los he visto ayer.
- Bueno pero nunca me han parado- hizo una pausa-, además también es contra la ley llegar tarde a clases. No quiero que me pongan una advertencia.
- ¡Y yo no quiero terminar en la cárcel esperando para que nos vengan a buscar!- me quejé-, no vas a pasarte ningún semáforo en rojo.
- Claro que lo haré- murmuró-, mi nota va en picada y si llego tarde el profesor tendrá otra excusa más para desaprobarme.
Bueno, en ese caso solo me quedaba cerrar los ojos y esperar a que la policía no nos parase. Pero me equivoqué, la mala suerte siempre estaba de nuestro lado. Apenas pasamos la quinta calle Maru tuvo que parar el auto ya que la había visto. Estúpida, tendría que haberme escuchado yo le dije que esto pasaría.
- Su licencia de conducir, por favor- preguntó el policía de la zona, lo conocía siempre lo veía andando por la cuadra en donde esta mi casa.
- Aquí tiene- Maru abrió la guantera del auto y se la entregó.
- ¿Por qué cruzó ese semáforo en rojo?- preguntó el señor mientras se subía los anteojos-, debido a que son menores de edad debo llevarlas a la comisaría.
- Oh señor- rogó Maru-, estamos llegando tarde a una clase. No puedo faltar.
- Lamento decirle que usted acaba de romper una ley- comentó-, no podemos dejarla ir sin pagar la multa. Tenemos que llamar a sus padres para que las vengan a retirar.
- Eres una estúpida- le susurré a Maru-, ahora dile que soy tu hermana así tu madre puede sacarnos juntas.
- El señor ya me conoce- dijo también en susurros-, es amigo de mi madre, por suerte- agregó-, si no seguramente nos hubieran tratado peor.
- Remolcaremos el auto hasta la comisaría, ustedes vendrán en el patrullero- nos avisó mientras volvía a la ventanilla del auto.
- Enserio, parece que estuviéramos yendo presas- comenté en voz alta-. ¿No tienen que ponernos esposas o algo por el estilo?
- Si tu quieres- el policía hizo un ruido y me arrepentí de haber dicho eso-, es broma. Las esposas son para cuando tratamos con ladrones al igual que las armas.
- Le diré a mi madre que eres un mal amigo- le echo en cara Maru-. ¿Cuántas veces te ha invitado a tomar café?
- Tu madre entenderá perfectamente porque te encuentras en la comisaría, es mi trabajo- comentó-, si no te paraba y te ponía esta multa podrían haberme despedido. Todo queda grabado en la cámara que está sobre el semáforo.
Al ver que Maru estaba en confianza con el señor me sentí más tranquila. Por lo menos nos dio a entender que si fuera por el no nos hubiera parado. El problema era que si mi mamá se enteraba que nos habíamos saltado un semáforo en rojo y ahora nos encontrábamos en la comisaría primero se volvería loca; segundo no me dejaría subir nunca más a un auto junto a Maru y tercero me castigaría por no haberle echo razonar.
- ¿Tiene que venir mi madre a retirarme?- pregunté-, es que se encuentra trabajando.
- Tiene que venir un mayor que pueda retirarlas a ambas y pagué la multa.
- ¿Vamos a tener nuestra llamada gratis en la cárcel?- preguntó Maru en broma-, es un derecho para los carceleros como nosotras esa llamada.
- Claro- afirmó el señor-, la llamada la pueden hacer desde el teléfono público de la comisaría.
- Me sentiré todo un ladrón- comentó Maru riendo-, mi mamá querrá matarme. Le diré que pase por ambas total la culpa es mía.
- Gracias me salvas de un gran castigo- murmuré mientras el policía estacionaba el patrullero frente a la comisaría.
- Aquí es- avisó-, mi segunda casa. ¿Han venido aquí alguna vez?
- Jamás esta es la primera- contesté-, y tampoco pienso volver- murmuré para mis adentros.
El policía nos hizo pasar, pensé que apenas entráramos me encontraría con las celdas y los ladrones dentro de ellas pero no. Era como una gran oficina. El señor nos hizo sentar en un banco que había contra una pared, teníamos que esperar a que se desocupara el teléfono.
- Ahora no solo te perderás una clase si no que todas- le recordé a Maru-, todo porque no quisiste escucharme.
- ¡Nunca me habían parado!- se quejó-, fue mala suerte. El profesor me matará, ya te puedo afirmar que me he llevado la materia.
- Puedes dar un examen extra para que te suba la nota, escuché una vez que la profesora de ciencias le dijo eso a una chica.
- ¿Enserio?- preguntó esperanzada-, bueno entonces todavía no puedo afirmar que he reprobado.
- Ya pueden llamar chicas- nos avisó el policía. Nos paramos y nos dirigimos al teléfono que se encontraba sobre la pared al lado del escritorio.
- ¿Hola, mamá?- preguntó Maru-. ¿Qué porque te llamo? Bueno... es algo difícil de explicar pero... ¿podrías venir a buscarme a mi y a ____ a la comisaría?- hizo una pausa-, no, no es nada grave estamos bien... no, es que me pasé un semáforo en rojo y tu mal amigo el policía nos ha traído aquí. No te olvides de traer dinero para pagar la multa, adiós.
- ¿Vendrá o tengo que encerrarlas en la celda?- bromeo el señor.
- Está en camino- me miró-, casi le agarra un ataque. No creo que me vaya a castigar pero sé que estoy en problemas.
- ¿Qué hora es?- pregunté, tal vez no era tarde para volver al colegio.
- La una de la tarde- respondió-, no podemos volver. Ahora vendrás a casa y comeremos algo, estoy muriendo de hambre.
- Mi madre va a matarme, seguramente el director la llamará para anunciarle mi falta.
- Explícale la verdad y problema solucionado- me aconsejó-, además la culpa sería mía.
Estuvimos sentadas esperando a que la mamá de Maru llegara. La comisaría quedaba algo lejos de la casa de ellas así que dudaba mucho que fuera a llegar rápido. Por suerte nos perderíamos la clase de educación física de hoy. No tenía ganas de salir de nuevo a la cancha de baseball para jugar. Hoy hacía calor así que suponía que harían lo mismo que la clase anterior. No tenía que preocuparme sobre el colegio, no había faltado ningún día así que eso no iba a intervenir en mi nota final del bimestre.
La puerta se abrió y la mamá de Maru entró. Al parecer si conocía al comisario ya que enseguida se saludaron, el le indicó donde nos encontrábamos.
- Maru te encuentras en graves problemas- le avisó-, vamos ya podemos irnos, he pagado todo.
La mamá de Maru era de esas mamás que eran geniales. Era unos cuantos años más joven que mi mamá ya que cuando quedó embarazada de Maru ella tenía 17 años, pero eso no ha sido ningún problema para ella ya que ha sabido salir adelante y cuidarla lo mejor posible. Las pocas veces que he hablado con ella concluí que era bastante divertida.
- Mamá...- Maru pretendía pedir disculpas-, teníamos que llegar temprano a la primera clase del día.
- Ya está hija- la calmó-, sé que te mereces un buen castigo pero cuando tenía tu edad esto me paso varías veces. Lo único que te quiero dejar claro es que la próxima vez no te lo perdonaré, ahora estás avisada.
- ¿Tu también te pasabas los semáforos en rojos?- pregunto impresionada-, luego me dices a mi que soy la desobediente.
- No tienes que aprender las cosas malas que he echo- comentó-, debo ser un buen ejemplo para ti.
- Bueno pero supongo que esto es normal- dijo Maru-, cambiando de tema ¿Podemos invitar a ____ a comer?
- Claro, ¿quieres venir?- me preguntó para confirmar.
- Sí, me encantaría- acepté-, mi mamá no se encuentra en casa ahora supongo que no va a haber problema.
Apenas llegamos a casa Maru subió corriendo a mi habitación. Por suerte estaba bastante ordenada. Mi armario no era la gran cosa pero a mi amiga parecía encantarle. Cuando Maru tuvo su primera cita con Harry también había venido a casa para probarse ropa. No me molestaba en lo más mínimo ya que a ella le gustaban las cosas que yo casi nunca usaba ni tampoco me interesaba usar.
- Bien, tienes un montón de vestidos-descolgó unos cuantos y los tiró en la cama-, necesito algo que sea de color.
- ¿No quieres uno negro?- pregunté-, tengo uno bastante bonito.
- No negro, no- contestó-. Estoy segura de que mi madre usará uno negro y lo que menos quiero es parecerme a ella esa noche.
- Bueno pues... no sé, elige el que te guste- le dije-, pruébate los que quieras si es necesario- me senté en la cama.
Maru comenzó a probarse unos cuantos pero ninguno la convencía por completo. Nunca me había dado cuenta que tenía un montón de vestidos. No era de usarlos, me sentía incómoda con ellos. Luego tendría que decirle a Maru que me iba a tener que ayudar a acomodar toda la ropa que había sacado. La habitación estaba quedando echa un desastre y eso que todavía faltaba que escogiera los zapatos.
- ¿Qué dices de este blanco?- preguntó mientras salía del baño.
Ese vestido lo había usado el día que mi madre invitó a su jefe a cenar. Ese día fue la primera vez que Zayn había ido a mi casa. Cuando no sabía casi nada sobre el, cuando no estaba enamorada, cuando casi ni nos conocíamos.
- ¿Por qué sonríes?- preguntó Maru-. ¿Es que tengo algo?
- No, nada- sacudí mi cabeza para alejar esos recuerdos-. Ese te queda bonito.
- Igual no me gusta- comentó-, creo que me probaré el rosa que quedo colgado. Será el último, lo prometo.
Después de probarse el ''último'' vestido, Maru salió del baño. Al parecer ese le había gustado. No le quedaba mal, era bastante bonito.
- Este me gusta- admitió mientras daba una vuelta-, no es feo.
- Te queda bien-dije-. ¿Vas a usar ese?
- Sí... te lo devolveré el domingo apenas pueda ¿si?
- Claro, no hay problema- dije, despreocupada-. Sobre los zapatos...
- Sí me dí cuenta- me interrumpió-, no tienes nada de tacones. Creo que necesitamos ir de compras lo más pronto posible. No puedo creerlo.
- Es que no me gustan- confesé-, no... no lo sé, es como que no puedo caminar con tanta altura.
- Es normal, a mi me pasaba lo mismo pero luego me acostumbre- comentó-, además estoy casi obligada a usarlos. Por si no lo notas no soy muy alta.
- ¿A que hora será la cena?- pregunté.
- A las nueve- respondió- aunque no creo que mi mamá tenga la comida preparada hasta las nueve y media. Oye, ¿podrías pasar por mi casa diez minutos antes para ayudarme a elegir los zapatos?
- Si, creo que no habrá problema- acepté-, pero debo irme antes de que Harry llegue. Sería medio estúpido que me viera salir de tu casa ¿no crees?- ambas reímos-. ¡Mira la hora que es!
- Oh mi dios- Maru abrió los ojos-, debo irme mi madre ya debe estar en casa. No le avisé que vendría tal vez está preocupada.
- ¿Quieres una bolsa para guardar el vestido?- pregunté mientras buscaba una en mi armario-, dudo que sea normal ver a una persona caminando con uno en la mano.
- Claro- le entregué la bolsa y abrió la puerta de mi cuarto-, lamento no poderte ayudar a ordenar.
- Bueno, no te preocupes- dije-, yo me encargo total necesito distraerme con algo.
- Adiós y gracias- Maru cerró la puerta y bajo rápidamente las escaleras. La puerta de entrada estaba abierta y podía salir sin que le abra.
Apenas se fue me puse a acomodar toda la ropa. Había echo un desastre, todos los vestidos estaban tirados en el piso. Por suerte tendría algo con lo cual distraerme hasta que llegara mi madre. No faltaba mucho para eso.
Mi día no había sido tan malo como lo pensé. No sabía porque pero me sentía bien, estaba mejor del resfrío. Tardé una hora en guardar todo lo que Maru había desacomodado. El día del baile me obligarían a llevar tacos, estaba segura. Lo que me preguntaba era como haría para caminar sin tropezarme.
Bajé a cenar, no hablamos de nada interesante. Mi madre me contó sobre como le había ido en el trabajo y yo le conté lo de Louis. No se sorprendió en lo más mínimo ya que sabía que no quería ir con el. Por lo menos me había sacado el peso de encima de tener que esperar a que me invitase e inventar una excusa para no ir con el.
Después de comer subí a mi habitación, no estaba cansada pero el echo de ya no tener más tema de conversación para entablar con mi madre me estaba poniendo algo nerviosa. Me pasé toda la noche dando vueltas por mi habitación, estuve un rato jugando con la computadora pero luego la apagué porque me estaba aburriendo.
Me acosté, no sabía que hacer para que me agarrase sueño. Cuando cerraba los ojos cualquier ruido extraño me asustaba y los abría nuevamente. Después de varios intentos fallidos puedo cerrar los ojos y dormirme.
- ¡Levántate!- gritó mi mamá desde la puerta-, ambas nos hemos quedado dormidas. Se te está haciendo tarde.
- ¿Puedo faltar?- pregunté con esperanza aunque ya me imaginaba la respuesta.
- Estas loca, no faltarás-me respondió-. Estaré abajo preparando el desayuno, apúrate.
Me preguntaba si Maru estaba esperándome abajo con el auto. Me asome por la ventana de mi habitación y efectivamente se encontraba allí.
- ¡Maru!- grité lo más fuerte posible-. ¡Aquí arriba estúpida!
- ¡Apúrate se nos está haciendo tarde!- se quejó-, baja ya. ¿Qué haces todavía en pijama?
- Me acabo de levantar, me quede dormida, espérame diez minutos ya estaré allí.
Me vestí lo más rápido posible y bajé a tomar el desayuno, el cual me fui comiendo por el camino. Mi madre ya se había ido, últimamente se nos estaba haciendo costumbre quedarnos dormidas y llegar en medio de la clase.
- Lo siento- me lamenté mientras me sentaba en el asiento del copiloto-, mi reloj ya no anda y todavía no lo he llevado a arreglar.
- No importa-dijo mientras ponía el auto en marcha-, creo que nos tendremos que pasar unos cuantos semáforos en rojo.
- ¡Maru, es contra la ley!- la regañé-, no podemos hacer eso. ¿Mira si nos paran?
- No nos pararán- dijo despreocupada-, la policía ya no hace controles cerca de la escuela.
- Sí que los hacen- le recordé-, los he visto ayer.
- Bueno pero nunca me han parado- hizo una pausa-, además también es contra la ley llegar tarde a clases. No quiero que me pongan una advertencia.
- ¡Y yo no quiero terminar en la cárcel esperando para que nos vengan a buscar!- me quejé-, no vas a pasarte ningún semáforo en rojo.
- Claro que lo haré- murmuró-, mi nota va en picada y si llego tarde el profesor tendrá otra excusa más para desaprobarme.
Bueno, en ese caso solo me quedaba cerrar los ojos y esperar a que la policía no nos parase. Pero me equivoqué, la mala suerte siempre estaba de nuestro lado. Apenas pasamos la quinta calle Maru tuvo que parar el auto ya que la había visto. Estúpida, tendría que haberme escuchado yo le dije que esto pasaría.
- Su licencia de conducir, por favor- preguntó el policía de la zona, lo conocía siempre lo veía andando por la cuadra en donde esta mi casa.
- Aquí tiene- Maru abrió la guantera del auto y se la entregó.
- ¿Por qué cruzó ese semáforo en rojo?- preguntó el señor mientras se subía los anteojos-, debido a que son menores de edad debo llevarlas a la comisaría.
- Oh señor- rogó Maru-, estamos llegando tarde a una clase. No puedo faltar.
- Lamento decirle que usted acaba de romper una ley- comentó-, no podemos dejarla ir sin pagar la multa. Tenemos que llamar a sus padres para que las vengan a retirar.
- Eres una estúpida- le susurré a Maru-, ahora dile que soy tu hermana así tu madre puede sacarnos juntas.
- El señor ya me conoce- dijo también en susurros-, es amigo de mi madre, por suerte- agregó-, si no seguramente nos hubieran tratado peor.
- Remolcaremos el auto hasta la comisaría, ustedes vendrán en el patrullero- nos avisó mientras volvía a la ventanilla del auto.
- Enserio, parece que estuviéramos yendo presas- comenté en voz alta-. ¿No tienen que ponernos esposas o algo por el estilo?
- Si tu quieres- el policía hizo un ruido y me arrepentí de haber dicho eso-, es broma. Las esposas son para cuando tratamos con ladrones al igual que las armas.
- Le diré a mi madre que eres un mal amigo- le echo en cara Maru-. ¿Cuántas veces te ha invitado a tomar café?
- Tu madre entenderá perfectamente porque te encuentras en la comisaría, es mi trabajo- comentó-, si no te paraba y te ponía esta multa podrían haberme despedido. Todo queda grabado en la cámara que está sobre el semáforo.
Al ver que Maru estaba en confianza con el señor me sentí más tranquila. Por lo menos nos dio a entender que si fuera por el no nos hubiera parado. El problema era que si mi mamá se enteraba que nos habíamos saltado un semáforo en rojo y ahora nos encontrábamos en la comisaría primero se volvería loca; segundo no me dejaría subir nunca más a un auto junto a Maru y tercero me castigaría por no haberle echo razonar.
- ¿Tiene que venir mi madre a retirarme?- pregunté-, es que se encuentra trabajando.
- Tiene que venir un mayor que pueda retirarlas a ambas y pagué la multa.
- ¿Vamos a tener nuestra llamada gratis en la cárcel?- preguntó Maru en broma-, es un derecho para los carceleros como nosotras esa llamada.
- Claro- afirmó el señor-, la llamada la pueden hacer desde el teléfono público de la comisaría.
- Me sentiré todo un ladrón- comentó Maru riendo-, mi mamá querrá matarme. Le diré que pase por ambas total la culpa es mía.
- Gracias me salvas de un gran castigo- murmuré mientras el policía estacionaba el patrullero frente a la comisaría.
- Aquí es- avisó-, mi segunda casa. ¿Han venido aquí alguna vez?
- Jamás esta es la primera- contesté-, y tampoco pienso volver- murmuré para mis adentros.
El policía nos hizo pasar, pensé que apenas entráramos me encontraría con las celdas y los ladrones dentro de ellas pero no. Era como una gran oficina. El señor nos hizo sentar en un banco que había contra una pared, teníamos que esperar a que se desocupara el teléfono.
- Ahora no solo te perderás una clase si no que todas- le recordé a Maru-, todo porque no quisiste escucharme.
- ¡Nunca me habían parado!- se quejó-, fue mala suerte. El profesor me matará, ya te puedo afirmar que me he llevado la materia.
- Puedes dar un examen extra para que te suba la nota, escuché una vez que la profesora de ciencias le dijo eso a una chica.
- ¿Enserio?- preguntó esperanzada-, bueno entonces todavía no puedo afirmar que he reprobado.
- Ya pueden llamar chicas- nos avisó el policía. Nos paramos y nos dirigimos al teléfono que se encontraba sobre la pared al lado del escritorio.
- ¿Hola, mamá?- preguntó Maru-. ¿Qué porque te llamo? Bueno... es algo difícil de explicar pero... ¿podrías venir a buscarme a mi y a ____ a la comisaría?- hizo una pausa-, no, no es nada grave estamos bien... no, es que me pasé un semáforo en rojo y tu mal amigo el policía nos ha traído aquí. No te olvides de traer dinero para pagar la multa, adiós.
- ¿Vendrá o tengo que encerrarlas en la celda?- bromeo el señor.
- Está en camino- me miró-, casi le agarra un ataque. No creo que me vaya a castigar pero sé que estoy en problemas.
- ¿Qué hora es?- pregunté, tal vez no era tarde para volver al colegio.
- La una de la tarde- respondió-, no podemos volver. Ahora vendrás a casa y comeremos algo, estoy muriendo de hambre.
- Mi madre va a matarme, seguramente el director la llamará para anunciarle mi falta.
- Explícale la verdad y problema solucionado- me aconsejó-, además la culpa sería mía.
Estuvimos sentadas esperando a que la mamá de Maru llegara. La comisaría quedaba algo lejos de la casa de ellas así que dudaba mucho que fuera a llegar rápido. Por suerte nos perderíamos la clase de educación física de hoy. No tenía ganas de salir de nuevo a la cancha de baseball para jugar. Hoy hacía calor así que suponía que harían lo mismo que la clase anterior. No tenía que preocuparme sobre el colegio, no había faltado ningún día así que eso no iba a intervenir en mi nota final del bimestre.
La puerta se abrió y la mamá de Maru entró. Al parecer si conocía al comisario ya que enseguida se saludaron, el le indicó donde nos encontrábamos.
- Maru te encuentras en graves problemas- le avisó-, vamos ya podemos irnos, he pagado todo.
La mamá de Maru era de esas mamás que eran geniales. Era unos cuantos años más joven que mi mamá ya que cuando quedó embarazada de Maru ella tenía 17 años, pero eso no ha sido ningún problema para ella ya que ha sabido salir adelante y cuidarla lo mejor posible. Las pocas veces que he hablado con ella concluí que era bastante divertida.
- Mamá...- Maru pretendía pedir disculpas-, teníamos que llegar temprano a la primera clase del día.
- Ya está hija- la calmó-, sé que te mereces un buen castigo pero cuando tenía tu edad esto me paso varías veces. Lo único que te quiero dejar claro es que la próxima vez no te lo perdonaré, ahora estás avisada.
- ¿Tu también te pasabas los semáforos en rojos?- pregunto impresionada-, luego me dices a mi que soy la desobediente.
- No tienes que aprender las cosas malas que he echo- comentó-, debo ser un buen ejemplo para ti.
- Bueno pero supongo que esto es normal- dijo Maru-, cambiando de tema ¿Podemos invitar a ____ a comer?
- Claro, ¿quieres venir?- me preguntó para confirmar.
- Sí, me encantaría- acepté-, mi mamá no se encuentra en casa ahora supongo que no va a haber problema.
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Capítulo 45.
Me pasé la tarde en la casa de Maru. Mi mamá se enteraría de que había faltado a la escuela, va al menos eso creía yo. Nos la pasamos haciendo bromas telefonicas. ¿Quién podría decir que dos adolescentes de 16 años podían divertirse así? Luego tuvimos que parar porque la mamá de Maru se dio cuenta y nos dijo que la boleta del teléfono la tendríamos que pagar nosotras. Nos pasamos la tarde entre risas y conversaciones sin sentido. Se podría decir que la estaba pasando genial y no me arrepentía de haber faltado a la escuela. Al fin y al cabo era adolescente y eso era normal.
Tuve que volver a casa sola ya que Maru estaba obligada a ordenar su cuarto. La casa de ella no quedaba tan lejos de la mía. Excepto cuando se iban a su casa que quedaba en la ciudad, pero eso no era muy seguido. Había refrescado un poco pero el calor seguía. No faltaba mucho para que el verano comenzara y ya se estaba haciendo notar aunque yo prefiero el invierno el calor me gustaba.
Mañana sería viernes y luego venía el fin de semana. ¡Que suerte! ya no aguantaba más la escuela. Por suerte este ya era el último mes y luego, al fin mis deseadas vacaciones.
Llegué a casa a eso de las siete treinta, no tendría que esperar a mi mamá por mucho tiempo ya que llegaba a las ocho. Subí a mi habitación, estaba segura de que tendría algún mensaje en el celular. Y no me equivocaba. Era de Harry y ya suponía lo que me había escrito.
"____, necesito hablar contigo. ¡Es urgente! :( ¿Por qué faltaron Maru y tu? llámame si puedes''
No tenía ganas de hablar con nadie, si Harry iba a preguntarme sobre lo de la cena preferiría que me lo diga personalmente.
" ¿Es sobre la cena? jaja claro, te ayudaré ¡____, al rescate! pero hablaremos de eso mañana. ¿Te parece después del colegio en el Starbucks? No tengo crédito para llamarte ahora. Maru seguro te contará el porque. :)"
Lo envié y Harry me respondió con un 'Ok' al parecer ya se encontraba al teléfono con mi amiga. Me acosté en la cama, hoy no había sido un día normal. Primero habíamos pasado toda la mañana en un patrullero y luego en la comisaría esperando a la mamá de Maru y luego faltamos al colegio y nos pasamos toda la tarde haciendo bromas telefónicas.
Cuando mi mamá llego cerró la puerta de un portazo que retumbo en toda mi habitación. Se había enterado y ahora me tocaba dar explicaciones. Bajé las escaleras rápidamente, no quería escuchar sus gritos sonar por toda la casa.
- Me parece que me debes unas cuantas explicaciones- replicó furiosa-, jamás pensé que me mentirías para no ir al colegio.
- No es lo que crees- contesté tranquilamente, me hacía acordar a Zayn-, no me escapé.
- Entonces dime que hiciste para faltar a la escuela, el director me ha llamado.
- Maru pasó por mi- le recordé-, íbamos a la escuela pero pasamos justo cuando el semáforo se puso en rojo y nos paró la policía.
- ¿¡Qué las paró la que!?- preguntó mucho más enojada, al parecer no había solucionado nada-, no puedo creerlo.
- Pero mamá no fue nada malo- repliqué-, mira estoy aquí. Por algo será.
- ¿Quién pagó la multa y como hicieron para salir de allí sin un mayor?- exigió saber.
- La mamá de Maru fue a buscarnos- le expliqué-, ella pagó la multa.
- ¿Has pasado la tarde aquí en casa?- entrecerró los ojos, al parecer sospechaba de mi.
- Sí mamá- mentí-, he estado aquí todo el día.
- Llamaré a la mamá de Maru, quiero saber exactamente que pasó- subió las escaleras, seguía enojada conmigo.
Estaba en problemas, tenía que decirle a Maru que le diga a su mamá que cuando ella hable con la mía diga que yo no estuve en su casa. Subí las escaleras corriendo, el corazón me latía a mil. Nunca había visto a mi madre tan enojada.
"Maru, lee esto y dile a tu mamá que por favor no diga que estuve en tu casa esta tarde ¿si? es urgente, dile que diga que me quedé aquí en casa"
Lo envié con las manos temblorosas y luego bajé al comedor a hacer como si nada hubiera pasado. Como si yo le hubiera contado toda la verdad y no me arrepentía de haberlo echo.
- Ah, está bien- decía mi mamá al teléfono-, bueno. Te agradezco mucho, no hubiera podido pasarla a buscar. Sí, pequeñas criminales. No, no está bien yo le diré, adiós.
- ¿Y?- pregunté, según creía todo había salido bien-. No he mentido en nada.
- Te has salvado de un castigo, pero quiero que esta sea la última vez que me entero que has faltado al colegio. ¿Está bien?- no era una pregunta a la cual me podía negar, estaba obligada a decir 'sí' por más que no quisiera.
- Bueno- murmuré-, no tengo hambre. He comido unas galletitas y me llené. Iré a dormir.
- Adiós- me despidió-, que duermas bien.
Subí a mi cuarto más aliviada. Borraría el mensaje de la bandeja de enviados, si me descubría estaría en graves problemas. Me quedé jugando a los juegos del celular, cuando estaba aburrida eran un gran escape. A las dos de la mañana dejé el teléfono de lado y me dormí.
Me sorprendió el echo de haberme despertado de buen humor. El día era cálido, así que suponía que en parte se trataba de eso también. Me duché y me vestí con lo primero que encontré en el armario. Sabía que Maru me estaba esperando abajo, había llegado recién acababa de escuchar el motor apagarse. Tomé rápidamente el desayuno y despedí a mi madre que se encontraba sentada en el sillón con vista a la ventana. Estúpida no era y sabía muy bien porque se sentaba allí, quería ver si nos íbamos a la escuela o nos ''escapábamos'' como ella creía que habíamos echo ayer. Bueno, entendía que confiar en una adolescente de dieciséis años no era muy conveniente cuando se trataba de no ir al colegio pero viendo que ella ya había hablado con la madre de Maru podría haberme creído.
- Mi madre nos está vigilando- le avisé entre risas mientras me sentaba en el asiento del copiloto.
- ¿Es que no te ha creído?- Maru puso el auto en marcha y salió por el camino que era hacía la escuela.
- Sí, va eso creo- dudé-. Me creyó pero sospecha.
- Oh entiendo. Supongo que todas las madres son iguales- concluyó-, la mía hubiera echo lo mismo si estuviera en tu lugar.
- Harry me mandó un mensaje ayer- cambié de tema-, nos encontraremos para hablar sobre la cena en el Starbucks. ¿Quieres que le diga algo más?- Maru puso cara pensativa y me miró.
- No, solo lo de la vestimenta formal y que no compre margaritas- hizo una pausa-, pero ojo con lo que haces. No me quiero enterar que mi mejor amiga y mi novio están en algo.
- ¡Ay, Maru!- me quejé-, jamás haría eso. ¿Es que no confías en mi? Nunca saldría con tu novio.
- Era broma estúpida- aclaró entre risas-, si hay una persona en la que confío es en ti, por algo eres mi mejor amiga- ambas sonreímos-, además sabemos que Harry está muerto por mi- bromeo.
Llegamos al colegio, otra vez a las corridas para no llegar tarde a la primera clase del día. Agarré los libros de esa y la siguiente clase, no tendría ganas de volver al casillero para recoger los otros. Corrí hacía el salón dieciséis, la clase de Lengua.
Zayn se encontraba sentado allí como siempre, ayer con todo el problema de la policía y eso había logrado despejar mi mente de el, va por lo menos eso creía yo. Solté los libros sobre la mesa y me senté en mi lugar. El se giró a mirarme, estaba segura que nuevamente me preguntaría si seguía enojada con el. ¿Qué le respondería? me preguntaba si todavía debía seguir con mi plan de intentar olvidarlo. Sí, tenía que convencerme que eso era lo mejor para mi y tenía que hacerlo. Tenía que intentar olvidarlo.
- Hola- me saludó mientras abría su libro, la clase había comenzado-. Me preguntaba si aún sigues enojada.
- Trata de no dirigirme la palabra- le ordené de mala gana-, no tengo ganas de hablar contigo.
- Es difícil mantenerme alejado- comentó-, extraño estar contigo. ¿A ti no te pasa?- no lograba comprender si estaba siendo sarcástico o lo decía enserio.
- No, no me pasa- mentí-, ya deja de hablarme quiero terminar mi tarea.
Ahogó una risa y se concentró nuevamente en la lectura del capitulo 12. Una de las unidades más aburrida del libro, pero bueno, necesitaba alguna excusa para dejar de hablarle. Algo que me molestaba de Zayn era no poder entenderlo cuando hablaba. A veces no entendía cuando decía las cosas, no entendía si estaba siendo sincero o sarcástico, tampoco entendía cuando bromeaba y cuando no, cuando hablaba enserio o cuando simplemente estaba diciendo estupideces. Esa era una de las cosas que más me llamaba la atención sobre el, porque parecía no tener emociones al hablar, como si escondiera algo que lo reprimía todo y lo hacía parecer tan... tan raro pero extremadamente curioso. Me preguntaba si era la única que le había agarrado tanta desesperación por querer saber quien era Zayn realmente, me preguntaba si era la única que no solo se sentía atraída a Zayn por su aspecto físico si no que también por su forma de ser.
- ¿Podemos hablar?- preguntó mientras me agarraba del brazo-, enserio. Necesito arreglar las cosas contigo.
- No, no quiero- me solté de su agarré, una oleada de angustia recorrió mi cuerpo. Parecía que enserio quería hablar conmigo, pero no, no era parte del trato que había echo conmigo misma arreglar las cosas con el.
Salí del salón lo más rápido posible para encontrarme con Maru en su casillero. Nos esperaba un largo día lleno de aburridas clases y cortos recreos también aburridos.
- ¿Qué tienes en la próxima?- me preguntó-, yo tengo biología.
- Lamento decirte que no tenemos juntas- le avisé-, será aburrida la clase.
- Entonces creo que tengo con Antonella, yo no me aburriré- me sacó la lengua y sacó los libros de su casillero-, todavía nos quedan unos minutos de recreo.
- ¿Soy yo o se me hace que este día será realmente aburrido?- le pregunté, ya teníamos que dirigirnos a nuestros salones.
- No, no eres la única- respondió-, sabes ayer luego de que te fuiste me llamó una de las personas a las que le hicimos una broma. Me dijo que tenía un identificador de llamadas, que no lo molestáramos más- me eché a reír-, claro te ríes porque tu no fuiste la que tuvo que hablar con el señor.
- Igual fue divertido- le recordé-, muchos cayeron. ¿En que salón tienes la clase?
- Creo que el veinte, ¿tu?
- En el ocho, creo que vamos a estar bastante alejadas- le avisé-, bueno yo tengo que doblar aquí. ¿Dónde nos encontramos luego?
- En tu casillero.
El resto del día paso aburridisimo. Las horas pasaron super lento, era como que el día no terminaría jamás. En todas las clases intentaba mantenerme despierta pero era algo imposible, por suerte ningún profesor me descubrió si no, me hubiera llevado unas cuantas advertencias. No debía olvidar que tenía que ir al Starbucks luego de la escuela, Harry me estaría esperando allí para que lo pueda ayudar con la cena que tendría mañana. No margaritas, traje formal y luego lo aconsejaría con cosas que podrían ayudarlo bastante.
- ¿Recuerdas lo que tienes que decirle?- me preguntó Maru a la salida.
- ¿A quien?- pregunto Antonella, ella no sabía nada.
- Harry vendrá a cenar a casa- le contó Maru-, ahora en el camino te cuento más detalladamente. ____ irá a darle algunos consejos sobre que tiene que llevar y esas cosas, espero que todo salga bien.
- Ah, bueno entonces mañana después llámame para contarme como te ha ido- le pidió Antonella-, aunque conociendo a Harry creo que todo saldrá genial dudo que a tu madre no vaya a caerle bien, es muy simpático.
- Gracias chicas. ¿Vamos Antonella? ____, recuerda que mañana tienes que venir a mi casa a ayudarme con la ropa ¿Si?- me recordó-, igual luego te llamo.
Asentí. Tenía que apurarme para llegar, el café quedaba a unas tres calles de la escuela y según suponía yo Harry ya estaba en camino. Por suerte llegué antes que el, me senté en una mesa doble y me quedé a esperarlo. No tuve que darme vuelta para reconocer las voces que sonaban por detrás mio. No quería girarme para que me vean y se rían. Estaba segura que en una de las mesas del fondo se encontraban Tracy y sus amigas. No lograba escuchar muy bien sobre que o quien hablaban pero parecía ser algo ''secreto'' ya que estaban murmurando. La puerta de entrada y Harry entró, buscó con la mirada mi mesa y cuando la encontró se sentó en la silla del frente.
- ¡Hola ___!- me saludó tan alegre como siempre-, supongo que ya sabrás el por que...
- Claro, lo suponía- comenté riendo.
- Lo siento...- se lamentó-, siempre te ando pidiendo consejos para estar con Maru. Es como que siento que si hago lo que a mi me parece va a salir mal.
- Entiendo a nosotras nos pasa lo mismo- dije tratando de dejarlo más tranquilo.
- Con el novio de su mejor amiga- susurró Tracy, estúpida, siempre sacando conclusiones sin saber lo que pasa verdaderamente-, que alguna les saque alguna foto.
Decidí alejar mi oído de sus conversaciones, no quería escuchar como inventaban cosas sobre mi y Harry. Antes de comenzar a decirle lo que debía hacer mañana en la cena ordenamos algo para comer, moría de hambre. El almuerzo que nos daban en la cafetería era horrible. Recuerdo el primer día que pise el colegio, que Anto y Maru me recomendaron que no probara nada por mi bien, ese mismo día Tracy había arruinado una de mis blusas favoritas tirándome el yogurt encima.
- Bueno- dije para empezar la conversación-, Maru me dijo que su madre esperaba que fueras algo formal.
- ¿Formal, como?- preguntó sorprendido-. ¿Con traje?
- No, no creo que con traje- respondí-. Una camisa y un pantalón negro creo que iría bien.
- Bueno, no habrá problema con eso- concluyó-. Voy a llevarle algo a la madre pero no sé muy bien que. ¿Flores, bombones? tengo miedo de que no le lleguen a gustar.
- Llévale lo normal- propuse-, unas flores, pero no margaritas ¿si? no le gustan- Harry dudó, al parecer no le quedaba otra opción más que hacer lo que le dijera.
- Maru me dijo que inventará alguna actividad extraescolar- comentó- ¿qué crees que podría decir? Yo pensé que... no sé, tal vez que hago algún deporte pero dudo mucho que pueda mentir.
- No mientas- me apresuré a decir-, no lo hagas. La madre de Maru quiere conocer al novio de su hija. No finjas ser algo que no eres.
- ¿Pero que si me pregunta que hago, le contesto que nada?- me preguntó-, o bueno puedo decirle que ayudo a mi padre en el taller de autos. A veces lo hago.
- Si es verdad y quieres contárselo claro- dí un sorbo a mi bebida-, pero no debes estar nervioso. Maru también lo está y si ella no te ve seguro se pondrá aún más nerviosa.
- Es que me preocupa el echo de que su madre no me acepte- confesó-, cuando me pongo nervioso suelo ser bastante estúpido como para llegar a caerle mal a una persona.
- Te puedo decir que la mamá de Maru no es muy observadora- le aseguré-, le caerás genial pero debes estar seguro. Has algún chiste para quitarte los nervios o no lo sé, prepara algunas cosas para contar sobre ti.
- ¿Cómo que cosas? No tengo una vida muy interesante que digamos- concluyó con una risa-, hago todo lo que hace un típico chico de diecisiete años.
- Piensa que vas a contestar cuando te pregunte que cosas te gustan o de que trabajan tus padres. Estoy segura de que siempre preguntan esas cosas- hice una pausa, me preguntaba que hacía hablándole a Harry sobre consejos amorosos cuando yo nunca había tenido una cita o cena así. Supongo que las películas y los libros me han dado suficiente información sobre el tema-, bueno he visto que es así en algunos libros.
Seguimos hablando sobre la cena hasta que Harry aclaró todas sus dudas. Al parecer ahora se encontraba menos nervioso de lo que estaba. Le repetí todas las veces que pude que esté seguro de lo que hacía y decía, eso iba a ser lo más importante. También le dije que no se preocupara porque la mamá de Maru lo aceptaría seguro y que tuviera bien claro que le caería genial porque era un gran chico.
Harry se ofreció a llevarme a casa ya que era bastante tarde cuando terminamos, pero me negué. Quería caminar, eran las siete treinta y había refrescado un poco. Quería sentir el viento un rato, esta era la primera vez que caminar esas veinte largas cuadras del colegio hasta mi casa no me molestaban. Suponía que el camino era seguro, el patrullero que ayer nos había parado seguía estacionado así que robar, no me robarían y menos tratarían de matarme.
Llegué a casa a eso de las ocho menos diez, lo último que quería era que mi madre llegara y no me encontrara por ningún lado. Sus sospechas de que me había vuelto una adolescente rebelde estarían falsamente aclaradas y me castigaría, es más no me quedaría corta con pensar que podría llegar a contratar a una niñera para que vigile si salía de casa mientras ella se encontraba en el trabajo. Por un lado yo sentía que debía tener más libertad a mi edad, ya tengo dieciséis me parece algo absurdo que teniendo esa edad todavía tenga que pedir permiso para salir con mis amigos a plena luz del día, pero por otro lado la entendía. Sabía lo que había sufrido con la perdida de mi padre, yo también la sufrí mucho y lo sigo haciendo, y está claro que lo último que mi madre quiere es perderme a mi también. Siempre me dice que yo soy muy parecida a el cuando era joven y en la forma que soy. Mis actitudes son muy parecidas a las de el.
Me pasé la tarde en la casa de Maru. Mi mamá se enteraría de que había faltado a la escuela, va al menos eso creía yo. Nos la pasamos haciendo bromas telefonicas. ¿Quién podría decir que dos adolescentes de 16 años podían divertirse así? Luego tuvimos que parar porque la mamá de Maru se dio cuenta y nos dijo que la boleta del teléfono la tendríamos que pagar nosotras. Nos pasamos la tarde entre risas y conversaciones sin sentido. Se podría decir que la estaba pasando genial y no me arrepentía de haber faltado a la escuela. Al fin y al cabo era adolescente y eso era normal.
Tuve que volver a casa sola ya que Maru estaba obligada a ordenar su cuarto. La casa de ella no quedaba tan lejos de la mía. Excepto cuando se iban a su casa que quedaba en la ciudad, pero eso no era muy seguido. Había refrescado un poco pero el calor seguía. No faltaba mucho para que el verano comenzara y ya se estaba haciendo notar aunque yo prefiero el invierno el calor me gustaba.
Mañana sería viernes y luego venía el fin de semana. ¡Que suerte! ya no aguantaba más la escuela. Por suerte este ya era el último mes y luego, al fin mis deseadas vacaciones.
Llegué a casa a eso de las siete treinta, no tendría que esperar a mi mamá por mucho tiempo ya que llegaba a las ocho. Subí a mi habitación, estaba segura de que tendría algún mensaje en el celular. Y no me equivocaba. Era de Harry y ya suponía lo que me había escrito.
"____, necesito hablar contigo. ¡Es urgente! :( ¿Por qué faltaron Maru y tu? llámame si puedes''
No tenía ganas de hablar con nadie, si Harry iba a preguntarme sobre lo de la cena preferiría que me lo diga personalmente.
" ¿Es sobre la cena? jaja claro, te ayudaré ¡____, al rescate! pero hablaremos de eso mañana. ¿Te parece después del colegio en el Starbucks? No tengo crédito para llamarte ahora. Maru seguro te contará el porque. :)"
Lo envié y Harry me respondió con un 'Ok' al parecer ya se encontraba al teléfono con mi amiga. Me acosté en la cama, hoy no había sido un día normal. Primero habíamos pasado toda la mañana en un patrullero y luego en la comisaría esperando a la mamá de Maru y luego faltamos al colegio y nos pasamos toda la tarde haciendo bromas telefónicas.
Cuando mi mamá llego cerró la puerta de un portazo que retumbo en toda mi habitación. Se había enterado y ahora me tocaba dar explicaciones. Bajé las escaleras rápidamente, no quería escuchar sus gritos sonar por toda la casa.
- Me parece que me debes unas cuantas explicaciones- replicó furiosa-, jamás pensé que me mentirías para no ir al colegio.
- No es lo que crees- contesté tranquilamente, me hacía acordar a Zayn-, no me escapé.
- Entonces dime que hiciste para faltar a la escuela, el director me ha llamado.
- Maru pasó por mi- le recordé-, íbamos a la escuela pero pasamos justo cuando el semáforo se puso en rojo y nos paró la policía.
- ¿¡Qué las paró la que!?- preguntó mucho más enojada, al parecer no había solucionado nada-, no puedo creerlo.
- Pero mamá no fue nada malo- repliqué-, mira estoy aquí. Por algo será.
- ¿Quién pagó la multa y como hicieron para salir de allí sin un mayor?- exigió saber.
- La mamá de Maru fue a buscarnos- le expliqué-, ella pagó la multa.
- ¿Has pasado la tarde aquí en casa?- entrecerró los ojos, al parecer sospechaba de mi.
- Sí mamá- mentí-, he estado aquí todo el día.
- Llamaré a la mamá de Maru, quiero saber exactamente que pasó- subió las escaleras, seguía enojada conmigo.
Estaba en problemas, tenía que decirle a Maru que le diga a su mamá que cuando ella hable con la mía diga que yo no estuve en su casa. Subí las escaleras corriendo, el corazón me latía a mil. Nunca había visto a mi madre tan enojada.
"Maru, lee esto y dile a tu mamá que por favor no diga que estuve en tu casa esta tarde ¿si? es urgente, dile que diga que me quedé aquí en casa"
Lo envié con las manos temblorosas y luego bajé al comedor a hacer como si nada hubiera pasado. Como si yo le hubiera contado toda la verdad y no me arrepentía de haberlo echo.
- Ah, está bien- decía mi mamá al teléfono-, bueno. Te agradezco mucho, no hubiera podido pasarla a buscar. Sí, pequeñas criminales. No, no está bien yo le diré, adiós.
- ¿Y?- pregunté, según creía todo había salido bien-. No he mentido en nada.
- Te has salvado de un castigo, pero quiero que esta sea la última vez que me entero que has faltado al colegio. ¿Está bien?- no era una pregunta a la cual me podía negar, estaba obligada a decir 'sí' por más que no quisiera.
- Bueno- murmuré-, no tengo hambre. He comido unas galletitas y me llené. Iré a dormir.
- Adiós- me despidió-, que duermas bien.
Subí a mi cuarto más aliviada. Borraría el mensaje de la bandeja de enviados, si me descubría estaría en graves problemas. Me quedé jugando a los juegos del celular, cuando estaba aburrida eran un gran escape. A las dos de la mañana dejé el teléfono de lado y me dormí.
Me sorprendió el echo de haberme despertado de buen humor. El día era cálido, así que suponía que en parte se trataba de eso también. Me duché y me vestí con lo primero que encontré en el armario. Sabía que Maru me estaba esperando abajo, había llegado recién acababa de escuchar el motor apagarse. Tomé rápidamente el desayuno y despedí a mi madre que se encontraba sentada en el sillón con vista a la ventana. Estúpida no era y sabía muy bien porque se sentaba allí, quería ver si nos íbamos a la escuela o nos ''escapábamos'' como ella creía que habíamos echo ayer. Bueno, entendía que confiar en una adolescente de dieciséis años no era muy conveniente cuando se trataba de no ir al colegio pero viendo que ella ya había hablado con la madre de Maru podría haberme creído.
- Mi madre nos está vigilando- le avisé entre risas mientras me sentaba en el asiento del copiloto.
- ¿Es que no te ha creído?- Maru puso el auto en marcha y salió por el camino que era hacía la escuela.
- Sí, va eso creo- dudé-. Me creyó pero sospecha.
- Oh entiendo. Supongo que todas las madres son iguales- concluyó-, la mía hubiera echo lo mismo si estuviera en tu lugar.
- Harry me mandó un mensaje ayer- cambié de tema-, nos encontraremos para hablar sobre la cena en el Starbucks. ¿Quieres que le diga algo más?- Maru puso cara pensativa y me miró.
- No, solo lo de la vestimenta formal y que no compre margaritas- hizo una pausa-, pero ojo con lo que haces. No me quiero enterar que mi mejor amiga y mi novio están en algo.
- ¡Ay, Maru!- me quejé-, jamás haría eso. ¿Es que no confías en mi? Nunca saldría con tu novio.
- Era broma estúpida- aclaró entre risas-, si hay una persona en la que confío es en ti, por algo eres mi mejor amiga- ambas sonreímos-, además sabemos que Harry está muerto por mi- bromeo.
Llegamos al colegio, otra vez a las corridas para no llegar tarde a la primera clase del día. Agarré los libros de esa y la siguiente clase, no tendría ganas de volver al casillero para recoger los otros. Corrí hacía el salón dieciséis, la clase de Lengua.
Zayn se encontraba sentado allí como siempre, ayer con todo el problema de la policía y eso había logrado despejar mi mente de el, va por lo menos eso creía yo. Solté los libros sobre la mesa y me senté en mi lugar. El se giró a mirarme, estaba segura que nuevamente me preguntaría si seguía enojada con el. ¿Qué le respondería? me preguntaba si todavía debía seguir con mi plan de intentar olvidarlo. Sí, tenía que convencerme que eso era lo mejor para mi y tenía que hacerlo. Tenía que intentar olvidarlo.
- Hola- me saludó mientras abría su libro, la clase había comenzado-. Me preguntaba si aún sigues enojada.
- Trata de no dirigirme la palabra- le ordené de mala gana-, no tengo ganas de hablar contigo.
- Es difícil mantenerme alejado- comentó-, extraño estar contigo. ¿A ti no te pasa?- no lograba comprender si estaba siendo sarcástico o lo decía enserio.
- No, no me pasa- mentí-, ya deja de hablarme quiero terminar mi tarea.
Ahogó una risa y se concentró nuevamente en la lectura del capitulo 12. Una de las unidades más aburrida del libro, pero bueno, necesitaba alguna excusa para dejar de hablarle. Algo que me molestaba de Zayn era no poder entenderlo cuando hablaba. A veces no entendía cuando decía las cosas, no entendía si estaba siendo sincero o sarcástico, tampoco entendía cuando bromeaba y cuando no, cuando hablaba enserio o cuando simplemente estaba diciendo estupideces. Esa era una de las cosas que más me llamaba la atención sobre el, porque parecía no tener emociones al hablar, como si escondiera algo que lo reprimía todo y lo hacía parecer tan... tan raro pero extremadamente curioso. Me preguntaba si era la única que le había agarrado tanta desesperación por querer saber quien era Zayn realmente, me preguntaba si era la única que no solo se sentía atraída a Zayn por su aspecto físico si no que también por su forma de ser.
- ¿Podemos hablar?- preguntó mientras me agarraba del brazo-, enserio. Necesito arreglar las cosas contigo.
- No, no quiero- me solté de su agarré, una oleada de angustia recorrió mi cuerpo. Parecía que enserio quería hablar conmigo, pero no, no era parte del trato que había echo conmigo misma arreglar las cosas con el.
Salí del salón lo más rápido posible para encontrarme con Maru en su casillero. Nos esperaba un largo día lleno de aburridas clases y cortos recreos también aburridos.
- ¿Qué tienes en la próxima?- me preguntó-, yo tengo biología.
- Lamento decirte que no tenemos juntas- le avisé-, será aburrida la clase.
- Entonces creo que tengo con Antonella, yo no me aburriré- me sacó la lengua y sacó los libros de su casillero-, todavía nos quedan unos minutos de recreo.
- ¿Soy yo o se me hace que este día será realmente aburrido?- le pregunté, ya teníamos que dirigirnos a nuestros salones.
- No, no eres la única- respondió-, sabes ayer luego de que te fuiste me llamó una de las personas a las que le hicimos una broma. Me dijo que tenía un identificador de llamadas, que no lo molestáramos más- me eché a reír-, claro te ríes porque tu no fuiste la que tuvo que hablar con el señor.
- Igual fue divertido- le recordé-, muchos cayeron. ¿En que salón tienes la clase?
- Creo que el veinte, ¿tu?
- En el ocho, creo que vamos a estar bastante alejadas- le avisé-, bueno yo tengo que doblar aquí. ¿Dónde nos encontramos luego?
- En tu casillero.
El resto del día paso aburridisimo. Las horas pasaron super lento, era como que el día no terminaría jamás. En todas las clases intentaba mantenerme despierta pero era algo imposible, por suerte ningún profesor me descubrió si no, me hubiera llevado unas cuantas advertencias. No debía olvidar que tenía que ir al Starbucks luego de la escuela, Harry me estaría esperando allí para que lo pueda ayudar con la cena que tendría mañana. No margaritas, traje formal y luego lo aconsejaría con cosas que podrían ayudarlo bastante.
- ¿Recuerdas lo que tienes que decirle?- me preguntó Maru a la salida.
- ¿A quien?- pregunto Antonella, ella no sabía nada.
- Harry vendrá a cenar a casa- le contó Maru-, ahora en el camino te cuento más detalladamente. ____ irá a darle algunos consejos sobre que tiene que llevar y esas cosas, espero que todo salga bien.
- Ah, bueno entonces mañana después llámame para contarme como te ha ido- le pidió Antonella-, aunque conociendo a Harry creo que todo saldrá genial dudo que a tu madre no vaya a caerle bien, es muy simpático.
- Gracias chicas. ¿Vamos Antonella? ____, recuerda que mañana tienes que venir a mi casa a ayudarme con la ropa ¿Si?- me recordó-, igual luego te llamo.
Asentí. Tenía que apurarme para llegar, el café quedaba a unas tres calles de la escuela y según suponía yo Harry ya estaba en camino. Por suerte llegué antes que el, me senté en una mesa doble y me quedé a esperarlo. No tuve que darme vuelta para reconocer las voces que sonaban por detrás mio. No quería girarme para que me vean y se rían. Estaba segura que en una de las mesas del fondo se encontraban Tracy y sus amigas. No lograba escuchar muy bien sobre que o quien hablaban pero parecía ser algo ''secreto'' ya que estaban murmurando. La puerta de entrada y Harry entró, buscó con la mirada mi mesa y cuando la encontró se sentó en la silla del frente.
- ¡Hola ___!- me saludó tan alegre como siempre-, supongo que ya sabrás el por que...
- Claro, lo suponía- comenté riendo.
- Lo siento...- se lamentó-, siempre te ando pidiendo consejos para estar con Maru. Es como que siento que si hago lo que a mi me parece va a salir mal.
- Entiendo a nosotras nos pasa lo mismo- dije tratando de dejarlo más tranquilo.
- Con el novio de su mejor amiga- susurró Tracy, estúpida, siempre sacando conclusiones sin saber lo que pasa verdaderamente-, que alguna les saque alguna foto.
Decidí alejar mi oído de sus conversaciones, no quería escuchar como inventaban cosas sobre mi y Harry. Antes de comenzar a decirle lo que debía hacer mañana en la cena ordenamos algo para comer, moría de hambre. El almuerzo que nos daban en la cafetería era horrible. Recuerdo el primer día que pise el colegio, que Anto y Maru me recomendaron que no probara nada por mi bien, ese mismo día Tracy había arruinado una de mis blusas favoritas tirándome el yogurt encima.
- Bueno- dije para empezar la conversación-, Maru me dijo que su madre esperaba que fueras algo formal.
- ¿Formal, como?- preguntó sorprendido-. ¿Con traje?
- No, no creo que con traje- respondí-. Una camisa y un pantalón negro creo que iría bien.
- Bueno, no habrá problema con eso- concluyó-. Voy a llevarle algo a la madre pero no sé muy bien que. ¿Flores, bombones? tengo miedo de que no le lleguen a gustar.
- Llévale lo normal- propuse-, unas flores, pero no margaritas ¿si? no le gustan- Harry dudó, al parecer no le quedaba otra opción más que hacer lo que le dijera.
- Maru me dijo que inventará alguna actividad extraescolar- comentó- ¿qué crees que podría decir? Yo pensé que... no sé, tal vez que hago algún deporte pero dudo mucho que pueda mentir.
- No mientas- me apresuré a decir-, no lo hagas. La madre de Maru quiere conocer al novio de su hija. No finjas ser algo que no eres.
- ¿Pero que si me pregunta que hago, le contesto que nada?- me preguntó-, o bueno puedo decirle que ayudo a mi padre en el taller de autos. A veces lo hago.
- Si es verdad y quieres contárselo claro- dí un sorbo a mi bebida-, pero no debes estar nervioso. Maru también lo está y si ella no te ve seguro se pondrá aún más nerviosa.
- Es que me preocupa el echo de que su madre no me acepte- confesó-, cuando me pongo nervioso suelo ser bastante estúpido como para llegar a caerle mal a una persona.
- Te puedo decir que la mamá de Maru no es muy observadora- le aseguré-, le caerás genial pero debes estar seguro. Has algún chiste para quitarte los nervios o no lo sé, prepara algunas cosas para contar sobre ti.
- ¿Cómo que cosas? No tengo una vida muy interesante que digamos- concluyó con una risa-, hago todo lo que hace un típico chico de diecisiete años.
- Piensa que vas a contestar cuando te pregunte que cosas te gustan o de que trabajan tus padres. Estoy segura de que siempre preguntan esas cosas- hice una pausa, me preguntaba que hacía hablándole a Harry sobre consejos amorosos cuando yo nunca había tenido una cita o cena así. Supongo que las películas y los libros me han dado suficiente información sobre el tema-, bueno he visto que es así en algunos libros.
Seguimos hablando sobre la cena hasta que Harry aclaró todas sus dudas. Al parecer ahora se encontraba menos nervioso de lo que estaba. Le repetí todas las veces que pude que esté seguro de lo que hacía y decía, eso iba a ser lo más importante. También le dije que no se preocupara porque la mamá de Maru lo aceptaría seguro y que tuviera bien claro que le caería genial porque era un gran chico.
Harry se ofreció a llevarme a casa ya que era bastante tarde cuando terminamos, pero me negué. Quería caminar, eran las siete treinta y había refrescado un poco. Quería sentir el viento un rato, esta era la primera vez que caminar esas veinte largas cuadras del colegio hasta mi casa no me molestaban. Suponía que el camino era seguro, el patrullero que ayer nos había parado seguía estacionado así que robar, no me robarían y menos tratarían de matarme.
Llegué a casa a eso de las ocho menos diez, lo último que quería era que mi madre llegara y no me encontrara por ningún lado. Sus sospechas de que me había vuelto una adolescente rebelde estarían falsamente aclaradas y me castigaría, es más no me quedaría corta con pensar que podría llegar a contratar a una niñera para que vigile si salía de casa mientras ella se encontraba en el trabajo. Por un lado yo sentía que debía tener más libertad a mi edad, ya tengo dieciséis me parece algo absurdo que teniendo esa edad todavía tenga que pedir permiso para salir con mis amigos a plena luz del día, pero por otro lado la entendía. Sabía lo que había sufrido con la perdida de mi padre, yo también la sufrí mucho y lo sigo haciendo, y está claro que lo último que mi madre quiere es perderme a mi también. Siempre me dice que yo soy muy parecida a el cuando era joven y en la forma que soy. Mis actitudes son muy parecidas a las de el.
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Hola chicas, espero que os gusten los dos capítulos que acabo de poner, no creo que vaya a subir mañana, pero si os dais cuenta el capítulo 45 es muuuuuuy largo, para que os entretengáis jajajajaja bueno chicas, hasta mañana, un besazo a todas, os quiero <3
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Hola!!
no se si comente alguna ves pero tu novela me encanta esta de diez!!
emm no se que decirte simplemente es fantastica es genial es wooooo!!
la leo hace poco pero estoy super adicta.. cada ves que llego del colegio agarro la compu y lo primero que hago es ver si publicaste pero la mayoria de las veces no es asi :(
bueno no te molesto mass.. porfavor siguela que quiero que rayis y Zayn se arregleeeen!!!!! AAAAAA!!!
chao!!
PD: Escribes genial!! :)
no se si comente alguna ves pero tu novela me encanta esta de diez!!
emm no se que decirte simplemente es fantastica es genial es wooooo!!
la leo hace poco pero estoy super adicta.. cada ves que llego del colegio agarro la compu y lo primero que hago es ver si publicaste pero la mayoria de las veces no es asi :(
bueno no te molesto mass.. porfavor siguela que quiero que rayis y Zayn se arregleeeen!!!!! AAAAAA!!!
chao!!
PD: Escribes genial!! :)
Lulu!
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Luisa14 escribió: Hola!!
no se si comente alguna ves pero tu novela me encanta esta de diez!!
emm no se que decirte simplemente es fantastica es genial es wooooo!!
la leo hace poco pero estoy super adicta.. cada ves que llego del colegio agarro la compu y lo primero que hago es ver si publicaste pero la mayoria de las veces no es asi :(
bueno no te molesto mass.. porfavor siguela que quiero que rayis y Zayn se arregleeeen!!!!! AAAAAA!!!
chao!!
PD: Escribes genial!! :)
Holis, no se :$ pero bueno, gracias por comentar jkafsdjkfladsjkl
Jajajajajaja lo siento, pero el foro ha estado unos días inactivo(? y no he podido subir,pero ahora mismo subiré unos cuantos capítulos, gracias por la espera linda:) xx
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
HOLA HOLA! Aquí estoy de nuevo, siento no haber subido ningún capítulo desde hace unos días, por eso, voy a subir un maratón de 3 capítulos, espero que os gusten, besos lindas, gracias :)
Última edición por MrsMalikStyles el Lun 26 Nov 2012, 12:48 pm, editado 1 vez
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Capítulo 46. Maratón 1/3
Me acosté a las nueve de la noche aunque sabía que no me dormiría hasta mínimo las doce. Mañana tendría que ir a la casa de Maru a ayudarla con la ropa, por suerte mi mamá saldría después del trabajo y no volvería hasta como las dos de la mañana. Iría con sus amigas a un boliche para gente de su edad. A veces me asustaba el echo de que mi madre quisiera sentirse joven.
Los sábados me quedaba dormida hasta la hora que yo quería, aunque la mayoría de las veces me regañaban por perder más de la mitad del día durmiendo. Mi madre siempre me dice que no tengo que desperdiciar el tiempo ya que uno nunca sabe cuando todo puede terminar. Me dice que hay que disfrutar lo que uno tiene sin pensar en lo que tienen los demás, vivir tu vida ser feliz a tu manera, me lo repite todo el tiempo.
- Levántate- me ordenó mi madre-, hoy no dormirás hasta tarde. Me acompañarás al mercado.
- Déjame dormir- dije mientras me tapaba los ojos con el acolchado-, es sábado.
- Por eso mismo- concluyó-, es sábado, hace buen clima y no te estoy pidiendo que me acompañes te lo estoy ordenando así que te vistes y bajas a desayunar.
- No quiero- me quejé-, déjame dormir tengo sueño. Me levanto todos los días de la semana a las siete para ir al colegio hoy no tengo nada que hacer así que déjame dormir.
Mi madre me destapó y tiró el acolchado al piso, rápidamente se dirigió a la ventana y corrió la cortina haciendo que la luz se filtrara en la habitación. Esto me ponía del malhumor, no tenía ganas de ir a hacer las compras con mi madre, la última vez que la acompañe fue cuando vivíamos en Texas y puedo asegurar que no es nada divertido.
- Vamos, ya estás bien despierta- me recordó-, ahora te vistes y bajas a desayunar.
Arrastrándome me dirigí a la ducha, todavía no estaba despierta del todo. Creo que si me ponían una almohada me dormiría nuevamente. Me vestí y bajé a desayunar. Al parecer mi madre se encontraba de muy buen humor pero yo, todo lo contrario.
- ¿Lista, ya terminaste de desayunar?- preguntó mientras lavaba los platos-, también iremos de compras.
- Genial- murmuré sin ánimos mientras giraba la cuchara en el café.
- ¡Anímate!- exclamó-. ¿Hace cuánto que no hacemos una salida madre e hija? Esto no lo hacemos todos los días.
- Íbamos a ir al mercado- le recordé-, no quiero ir de compras.
- Necesitas ropa de verano- apuntó-, enserio esa remera la tienes hace ya casi dos años.
- Pero la uso porque me gusta- le eché en cara-, podrán comprarme un millón de remeras pero yo seguiré usando esta.
- Lo sé- reconoció-, pero vamos. Hazlo por mi quiero pasar una linda tarde contigo.
Me preguntaba si a mi madre le había agarrado lo mismo que a la de Maru. Por un lado tenía razón, hacía mucho que no salíamos juntas a ningún lado pero un sábado a las diez de la mañana no era tampoco el mejor momento para hacerlo. El echo de tener que probarnos cantidades de ropa para después comprar una sola prenda no me llamaba mucho la atención y menos con el cansancio que tenía.
- Terminé- dejé el plato de lado y me levanté-, estaré esperando el la sala de estar.
Esa era la única forma que se me ocurrió para darle a entender a mi madre que se apurara a terminar de lavar los platos y salir antes de que me arrepintiera de haber aceptado ir al centro comercial con ella.
- Andaba necesitando algo de ropa para la salida que tendré hoy- me comentó una vez en el auto-, ya sabes algo bonito.
- Me pregunto por que ahora se les dio esa manía de volver a su juventud- dije-, ¿no crees que tendrían que hacer cosas para gente de su edad?
- ¡Ese lugar es para gente de nuestra edad!- me echó en cara-, además todo el mundo tiene un joven dentro por más viejo que parezca ser. No creas que tendrás dieciséis para siempre.
Pasamos la tarde dentro del centro comercial, mi madre se compró un montón de ropa. Yo en cambio me compré algunos busos de esos que tanto me gustaban, por más que el verano estuviera empezando yo los usaba igual. También compré algunos jeans y remeras que por alguna casualidad de la vida me pondría de vez en cuando.
Comimos una hamburguesa en un local de comida rápida y luego sí, nos dirigimos al mercado. Bueno se podría decir que la pasamos bastante bien, mi madre podía ser bastante divertida cuando quería. Ya había olvidado esa parte de ella.
- No la hemos pasado tan mal- comentó mientras abría la puerta de casa-, me tienes que ayudar a sacar las bolsas del auto, por lo menos las tuyas.
Fui hacía el auto y abrí el baúl, esto era lo que odiaba de las compras. Tener que ordenar las cosas. Agarré las mías y subí directamente a mi cuarto, no quería que mi mamá me pidiera que la ayudara con la de las compras apenas tenía ganas para acomodar lo que yo había comprado. Cuando quise darme cuenta ya eran las cinco de la tarde, nos habíamos pasado todo el día paseando por la ciudad, adentro del centro comercial y en el mercado. Como todavía faltaban tres horas para que vaya a lo de Maru decidí dormir una siesta. Todavía seguía cansada. Agarré mi celular y puse la alarma a las ocho de la noche, me quité la ropa y me puse el pijama. Por suerte pude conciliar rápidamente el sueño.
Apagué la alarma del celular con un golpe que lo tiro al piso. Tenía que levantarme sí o sí. Le había prometido a Maru que iría a su casa para ayudarla con la ropa de la cena, en realidad ella ya tenía la ropa pero quería que la viera con todo puesto para que le diga si le quedaba bien o no. Abrí la ventana, estaba segura de que había refrescado un poco. Necesitaba saber si necesitaba ir en Jean o podía llevar un short. Efectivamente el jean sería mejor, sabía que si me iba a las nueve haría a un más frío.
Me duché nuevamente para despabilarme, este era el momento perfecto para usar la ropa nueva. Mi madre todavía no se había ido así que se pondría contenta al ver que me había gustado lo que habíamos comprado hoy por la tarde. Me vestí. La remera era algo corta, por encima del ombligo pero dado que solo iba a la casa de Maru no tendría porque sentirme acomplejada.
Bajé a la sala de estar, mi mamá ya estaba lista para irse a esa ''fiesta''. Tenía que esperar a que sus amigas la pasaran a buscar y dado que eran mujeres estaba segura de que se atrasarían mínimo uno diez minutos. Me fijé de haber guardado el celular en la cartera, por suerte no tendría que subir nuevamente, se encontraba allí.
- ¿A dónde vas?- preguntó mientras se levantaba del sillón-. ¿Sales con alguien? No me has dicho nada.
Oh que estúpida lo había olvidado completamente, no le había avisado.
- Voy a la casa de Maru- respondí-, tiene una cena con Harry y quiere que la ayude a elegir la ropa.
- ¿Segura? ¿No irás a una cita con algún chico, cierto? Vas muy bien vestida- entrecerró los ojos y me miró con sospecha.
- Sí, segura- respondí resignada-. Cualquier cosa estaré en lo de Maru ¿A qué hora volverás?
- A las una o dos de la mañana- contestó-, si no estoy a esa hora en casa llámame. ¿Si? no te quedes en la calle hasta tarde, eh. Te estaré llamando.
- Bueno, debo irme- dije al ver la hora que era, ya llevaba veinte minutos retrasada. Maru debía estar volviéndose loca.
- Adiós, pásenla lindo- comentó, no sabía si lo decía pensando en que me iría a una cita y le había mentido o porque pensaba que yo también iría a esa cena.
Apenas salí de casa, saqué mi celular de la cartera. Tenía ocho llamadas perdidas de Maru. Seguramente estaba más nerviosa de lo que debía estar. La llamé a las apuradas, estaba prácticamente corriendo hasta su casa.
- ¡____, ven rápido, se nos esta acabando el tiempo!- exclamó apenas atendió-, mi madre ya esta lista. Harry va a llegar en cuarenta minutos y yo ni siquiera estoy vestida.
- Ya estoy llegando, me queda una calle espérame abajo- le pedí-, así no tengo que tocar el timbre y nos ahorramos unos cuantos minutos.
- Adiós- cortó apurada, cuando guardé el celular en la cartera ya me encontraba frente a la casa de Vee quien abrió la puerta a las apuradas.
Su casa se encontraba mucho más limpia de como la había encontrado la primera vez que vine. El olor a comida se sentía hasta en el segundo piso. Maru me metió a tirones en su habitación. Tenía el vestido tendido en la cama y un montón de zapatos de taco en el piso, al parecer no sabía cual elegir.
- Tu ve a ponerte el vestido y yo te elegiré un buen par- propuse-, vamos apúrate.
- También debes ayudarme con el maquillaje- me recordó-, igual nos queda tiempo. Tu encárgate de los zapatos.
Mientras Maru se ponía el vestido yo revisé entre todos sus pares tratando de encontrar uno que combinara con el vestuario. Tenía un montón de tacones a comparación con los que tenía yo que prácticamente ni siquiera tenía un par.
- ¿Lo has encontrado?- pregunto desde el baño-, yo ya estoy. Pero debes ayudarme con el maquillaje.
- Trae aquí todo el maquillaje que tienes y te ayudo- le ordené-, esta el espejo del armario.
Maru salió del baño, se veía realmente bien con ese vestido. Le entregué los zapatos y mientras se los ponía me dediqué a observar el enorme estuche que tenía lleno de pinturas otra cosa que yo tampoco tenía. Si había algo que faltaba en mi habitación eran tacones y maquillaje.
- Oye Maru, mira que yo no sé maquillar- le avisé-, ósea yo puedo buscarte los colores que quedarían pero no te voy a poner nada porque te haría un desastre.
- Oh entiendo, tu no usas- recordó-, bueno no importa tu dame los colores que piensas que quedan mejor. ¿Cómo me queda?- preguntó Maru mientras se ponía de pie, ahora se veía mucho más alta.
- Genial, el vestido y los zapatos te han quedado realmente bien- comenté sincera-, ahora solo falta el maquillaje.
- No, no mejor guárdalo- me ordenó-, no usaré. Hoy lo haré a tu estilo- ambas reímos-, además para el día del baile tendremos que usar bastante maquillaje y si lo gasto ahora sé que me arrepentiré.
- ¿Estás pensando maquillarme para el baile?- pregunté sorprendida, ella sonrió en forma de afirmación-, oh no, ni lo pienses enserio no me gusta.
- Te quedará genial, solo tienes que elegir el vestido y yo te maquillaré con los colores que combinen- comentó-, además el rimel no te quedará mal tienes lindas pestañas.
- No Maru, no quiero- me negué-, no me maquillarás ese día.
- Claro que lo haré, no te gastes en negarte- dijo mientras guardaba el estuche nuevamente en el baño.
Me quedé sentada esperando a que regresara. Todavía podía quedarme diez minutos más, faltaban quince para las nueve y yo debía irme antes de que Harry llegara. Me levanté para fijarme porque Maru tardaba tanto.
- Oye, linda remera- comentó-, pero es algo corta. ¿Sales con alguien hoy por la noche?
- No- respondí-, luego me voy directo a casa.
- ¿Segura?- pregunto con sospecha-, no parece.
- Sí, segura- respondí- tu y mi madre me han dicho lo mismo.
- Por algo será, no vaya a ser que nos estés mintiendo y te vayas con algún chico- bromeó-. ¿Quién será el afortunado?
- ¡Ay Maru!- me quejé-, no me voy a encontrar con alguien- miré el reloj-, oye ya debo irme. Harry debe estar por llegar.
Maru me acompaño hasta la puerta de su casa, antes de que me abriera la puerta se fijo si Harry se encontraba allí. No, todavía no. Faltaban cinco minutos y sabía que Harry llegaría puntual ni un minuto más ni un minuto menos. Estaba segura de que querría causar una buena impresión.
- Bueno, primero no te pongas nerviosa por que Harry también lo estará y así no pegan una- le aconsejé-, segundo te ves hermosa no te preocupes, a Harry le encantará como estas vestida- le aseguré-, y tercero no pretendas que Harry sea otra persona ¿si? le dije que sea el y que no le preocupe lo que pueda a llegar a pensar tu madre pero igual estoy segura de que le caerá genial y bueno ahora me largo por que debe estar por llegar.
Maru me abrazó y me fui, tendría que caminar unas diez calles hasta mi casa y eso me tardaría mínimo media hora al paso que iba. Sí, estaba caminando a paso de tortuga. No sabía que podría hacer en mi casa a las casi diez de la noche sola.
Cuando entré a casa un olor a perfume que no reconocía me invadió. Sabía que no tenía de que preocuparme pero también sabía que ese perfume no era ni el que usaba mi madre ni el que usaba yo. Ese perfume lo conocía de algún lado pero no sabía de quien era, va en realidad sabía pero como es persona no debía ser tan cercana a mi no podía decir de quien se trataba. Subí a mi cuarto para encontrarme con una imagen que jamás pensé que encontraría.
La ventana se encontraba abierta y las cortinas se movían con el viento. O habían entrado a robar o la persona que me estaba siguiendo y amenazando quiso destruir mi habitación. Todo estaba tirado, la mesita de luz, la ropa, los zapatos, mi cama se encontraba desarmada, la pantalla de mi computadora estaba toda rota esparcida por el piso. Esto me daba mucho miedo, porque entonces era enserio que querían matarme. Traté de encender el velador pero luego me di cuenta que había echo explotar la lamparita. Entonces recordé que dentro de la mesita de luz se encontraban sus notas, las amenazas del tipo que me las enviaba. Si había sido el estaba segura de que se las había llevado para dejarme sin pruebas en caso de que lo llegara a descubrir. Temblorosa y con la cara llena de lagrimas abrí el primer cajón y efectivamente las notas no se encontraban allí. El tipo había entrado a mi habitación para quitarmelas, asustarme y destruirme todo. ¿Qué le diría a mi mamá cuando llegara? Yo no me quedaría aquí en casa mientras tanto, no, no me quedaría sola cuando en cualquier momento ese tipo podría volver y asesinarme pero antes necesitaba fijarme si había destrozado algo más que mi habitación. No podía parar de temblar y las lagrimas caían de mi cara como si fuera una canilla, estaba asustada, muy asustada. Al primer lugar que me dirigí fue al cuarto de mi madre, por suerte no había entrado allí. Ni al cuarto de mi madre ni a ningún otro, se dirigió directamente al mio y entró por la ventana.
Me acosté a las nueve de la noche aunque sabía que no me dormiría hasta mínimo las doce. Mañana tendría que ir a la casa de Maru a ayudarla con la ropa, por suerte mi mamá saldría después del trabajo y no volvería hasta como las dos de la mañana. Iría con sus amigas a un boliche para gente de su edad. A veces me asustaba el echo de que mi madre quisiera sentirse joven.
Los sábados me quedaba dormida hasta la hora que yo quería, aunque la mayoría de las veces me regañaban por perder más de la mitad del día durmiendo. Mi madre siempre me dice que no tengo que desperdiciar el tiempo ya que uno nunca sabe cuando todo puede terminar. Me dice que hay que disfrutar lo que uno tiene sin pensar en lo que tienen los demás, vivir tu vida ser feliz a tu manera, me lo repite todo el tiempo.
- Levántate- me ordenó mi madre-, hoy no dormirás hasta tarde. Me acompañarás al mercado.
- Déjame dormir- dije mientras me tapaba los ojos con el acolchado-, es sábado.
- Por eso mismo- concluyó-, es sábado, hace buen clima y no te estoy pidiendo que me acompañes te lo estoy ordenando así que te vistes y bajas a desayunar.
- No quiero- me quejé-, déjame dormir tengo sueño. Me levanto todos los días de la semana a las siete para ir al colegio hoy no tengo nada que hacer así que déjame dormir.
Mi madre me destapó y tiró el acolchado al piso, rápidamente se dirigió a la ventana y corrió la cortina haciendo que la luz se filtrara en la habitación. Esto me ponía del malhumor, no tenía ganas de ir a hacer las compras con mi madre, la última vez que la acompañe fue cuando vivíamos en Texas y puedo asegurar que no es nada divertido.
- Vamos, ya estás bien despierta- me recordó-, ahora te vistes y bajas a desayunar.
Arrastrándome me dirigí a la ducha, todavía no estaba despierta del todo. Creo que si me ponían una almohada me dormiría nuevamente. Me vestí y bajé a desayunar. Al parecer mi madre se encontraba de muy buen humor pero yo, todo lo contrario.
- ¿Lista, ya terminaste de desayunar?- preguntó mientras lavaba los platos-, también iremos de compras.
- Genial- murmuré sin ánimos mientras giraba la cuchara en el café.
- ¡Anímate!- exclamó-. ¿Hace cuánto que no hacemos una salida madre e hija? Esto no lo hacemos todos los días.
- Íbamos a ir al mercado- le recordé-, no quiero ir de compras.
- Necesitas ropa de verano- apuntó-, enserio esa remera la tienes hace ya casi dos años.
- Pero la uso porque me gusta- le eché en cara-, podrán comprarme un millón de remeras pero yo seguiré usando esta.
- Lo sé- reconoció-, pero vamos. Hazlo por mi quiero pasar una linda tarde contigo.
Me preguntaba si a mi madre le había agarrado lo mismo que a la de Maru. Por un lado tenía razón, hacía mucho que no salíamos juntas a ningún lado pero un sábado a las diez de la mañana no era tampoco el mejor momento para hacerlo. El echo de tener que probarnos cantidades de ropa para después comprar una sola prenda no me llamaba mucho la atención y menos con el cansancio que tenía.
- Terminé- dejé el plato de lado y me levanté-, estaré esperando el la sala de estar.
Esa era la única forma que se me ocurrió para darle a entender a mi madre que se apurara a terminar de lavar los platos y salir antes de que me arrepintiera de haber aceptado ir al centro comercial con ella.
- Andaba necesitando algo de ropa para la salida que tendré hoy- me comentó una vez en el auto-, ya sabes algo bonito.
- Me pregunto por que ahora se les dio esa manía de volver a su juventud- dije-, ¿no crees que tendrían que hacer cosas para gente de su edad?
- ¡Ese lugar es para gente de nuestra edad!- me echó en cara-, además todo el mundo tiene un joven dentro por más viejo que parezca ser. No creas que tendrás dieciséis para siempre.
Pasamos la tarde dentro del centro comercial, mi madre se compró un montón de ropa. Yo en cambio me compré algunos busos de esos que tanto me gustaban, por más que el verano estuviera empezando yo los usaba igual. También compré algunos jeans y remeras que por alguna casualidad de la vida me pondría de vez en cuando.
Comimos una hamburguesa en un local de comida rápida y luego sí, nos dirigimos al mercado. Bueno se podría decir que la pasamos bastante bien, mi madre podía ser bastante divertida cuando quería. Ya había olvidado esa parte de ella.
- No la hemos pasado tan mal- comentó mientras abría la puerta de casa-, me tienes que ayudar a sacar las bolsas del auto, por lo menos las tuyas.
Fui hacía el auto y abrí el baúl, esto era lo que odiaba de las compras. Tener que ordenar las cosas. Agarré las mías y subí directamente a mi cuarto, no quería que mi mamá me pidiera que la ayudara con la de las compras apenas tenía ganas para acomodar lo que yo había comprado. Cuando quise darme cuenta ya eran las cinco de la tarde, nos habíamos pasado todo el día paseando por la ciudad, adentro del centro comercial y en el mercado. Como todavía faltaban tres horas para que vaya a lo de Maru decidí dormir una siesta. Todavía seguía cansada. Agarré mi celular y puse la alarma a las ocho de la noche, me quité la ropa y me puse el pijama. Por suerte pude conciliar rápidamente el sueño.
Apagué la alarma del celular con un golpe que lo tiro al piso. Tenía que levantarme sí o sí. Le había prometido a Maru que iría a su casa para ayudarla con la ropa de la cena, en realidad ella ya tenía la ropa pero quería que la viera con todo puesto para que le diga si le quedaba bien o no. Abrí la ventana, estaba segura de que había refrescado un poco. Necesitaba saber si necesitaba ir en Jean o podía llevar un short. Efectivamente el jean sería mejor, sabía que si me iba a las nueve haría a un más frío.
Me duché nuevamente para despabilarme, este era el momento perfecto para usar la ropa nueva. Mi madre todavía no se había ido así que se pondría contenta al ver que me había gustado lo que habíamos comprado hoy por la tarde. Me vestí. La remera era algo corta, por encima del ombligo pero dado que solo iba a la casa de Maru no tendría porque sentirme acomplejada.
Bajé a la sala de estar, mi mamá ya estaba lista para irse a esa ''fiesta''. Tenía que esperar a que sus amigas la pasaran a buscar y dado que eran mujeres estaba segura de que se atrasarían mínimo uno diez minutos. Me fijé de haber guardado el celular en la cartera, por suerte no tendría que subir nuevamente, se encontraba allí.
- ¿A dónde vas?- preguntó mientras se levantaba del sillón-. ¿Sales con alguien? No me has dicho nada.
Oh que estúpida lo había olvidado completamente, no le había avisado.
- Voy a la casa de Maru- respondí-, tiene una cena con Harry y quiere que la ayude a elegir la ropa.
- ¿Segura? ¿No irás a una cita con algún chico, cierto? Vas muy bien vestida- entrecerró los ojos y me miró con sospecha.
- Sí, segura- respondí resignada-. Cualquier cosa estaré en lo de Maru ¿A qué hora volverás?
- A las una o dos de la mañana- contestó-, si no estoy a esa hora en casa llámame. ¿Si? no te quedes en la calle hasta tarde, eh. Te estaré llamando.
- Bueno, debo irme- dije al ver la hora que era, ya llevaba veinte minutos retrasada. Maru debía estar volviéndose loca.
- Adiós, pásenla lindo- comentó, no sabía si lo decía pensando en que me iría a una cita y le había mentido o porque pensaba que yo también iría a esa cena.
Apenas salí de casa, saqué mi celular de la cartera. Tenía ocho llamadas perdidas de Maru. Seguramente estaba más nerviosa de lo que debía estar. La llamé a las apuradas, estaba prácticamente corriendo hasta su casa.
- ¡____, ven rápido, se nos esta acabando el tiempo!- exclamó apenas atendió-, mi madre ya esta lista. Harry va a llegar en cuarenta minutos y yo ni siquiera estoy vestida.
- Ya estoy llegando, me queda una calle espérame abajo- le pedí-, así no tengo que tocar el timbre y nos ahorramos unos cuantos minutos.
- Adiós- cortó apurada, cuando guardé el celular en la cartera ya me encontraba frente a la casa de Vee quien abrió la puerta a las apuradas.
Su casa se encontraba mucho más limpia de como la había encontrado la primera vez que vine. El olor a comida se sentía hasta en el segundo piso. Maru me metió a tirones en su habitación. Tenía el vestido tendido en la cama y un montón de zapatos de taco en el piso, al parecer no sabía cual elegir.
- Tu ve a ponerte el vestido y yo te elegiré un buen par- propuse-, vamos apúrate.
- También debes ayudarme con el maquillaje- me recordó-, igual nos queda tiempo. Tu encárgate de los zapatos.
Mientras Maru se ponía el vestido yo revisé entre todos sus pares tratando de encontrar uno que combinara con el vestuario. Tenía un montón de tacones a comparación con los que tenía yo que prácticamente ni siquiera tenía un par.
- ¿Lo has encontrado?- pregunto desde el baño-, yo ya estoy. Pero debes ayudarme con el maquillaje.
- Trae aquí todo el maquillaje que tienes y te ayudo- le ordené-, esta el espejo del armario.
Maru salió del baño, se veía realmente bien con ese vestido. Le entregué los zapatos y mientras se los ponía me dediqué a observar el enorme estuche que tenía lleno de pinturas otra cosa que yo tampoco tenía. Si había algo que faltaba en mi habitación eran tacones y maquillaje.
- Oye Maru, mira que yo no sé maquillar- le avisé-, ósea yo puedo buscarte los colores que quedarían pero no te voy a poner nada porque te haría un desastre.
- Oh entiendo, tu no usas- recordó-, bueno no importa tu dame los colores que piensas que quedan mejor. ¿Cómo me queda?- preguntó Maru mientras se ponía de pie, ahora se veía mucho más alta.
- Genial, el vestido y los zapatos te han quedado realmente bien- comenté sincera-, ahora solo falta el maquillaje.
- No, no mejor guárdalo- me ordenó-, no usaré. Hoy lo haré a tu estilo- ambas reímos-, además para el día del baile tendremos que usar bastante maquillaje y si lo gasto ahora sé que me arrepentiré.
- ¿Estás pensando maquillarme para el baile?- pregunté sorprendida, ella sonrió en forma de afirmación-, oh no, ni lo pienses enserio no me gusta.
- Te quedará genial, solo tienes que elegir el vestido y yo te maquillaré con los colores que combinen- comentó-, además el rimel no te quedará mal tienes lindas pestañas.
- No Maru, no quiero- me negué-, no me maquillarás ese día.
- Claro que lo haré, no te gastes en negarte- dijo mientras guardaba el estuche nuevamente en el baño.
Me quedé sentada esperando a que regresara. Todavía podía quedarme diez minutos más, faltaban quince para las nueve y yo debía irme antes de que Harry llegara. Me levanté para fijarme porque Maru tardaba tanto.
- Oye, linda remera- comentó-, pero es algo corta. ¿Sales con alguien hoy por la noche?
- No- respondí-, luego me voy directo a casa.
- ¿Segura?- pregunto con sospecha-, no parece.
- Sí, segura- respondí- tu y mi madre me han dicho lo mismo.
- Por algo será, no vaya a ser que nos estés mintiendo y te vayas con algún chico- bromeó-. ¿Quién será el afortunado?
- ¡Ay Maru!- me quejé-, no me voy a encontrar con alguien- miré el reloj-, oye ya debo irme. Harry debe estar por llegar.
Maru me acompaño hasta la puerta de su casa, antes de que me abriera la puerta se fijo si Harry se encontraba allí. No, todavía no. Faltaban cinco minutos y sabía que Harry llegaría puntual ni un minuto más ni un minuto menos. Estaba segura de que querría causar una buena impresión.
- Bueno, primero no te pongas nerviosa por que Harry también lo estará y así no pegan una- le aconsejé-, segundo te ves hermosa no te preocupes, a Harry le encantará como estas vestida- le aseguré-, y tercero no pretendas que Harry sea otra persona ¿si? le dije que sea el y que no le preocupe lo que pueda a llegar a pensar tu madre pero igual estoy segura de que le caerá genial y bueno ahora me largo por que debe estar por llegar.
Maru me abrazó y me fui, tendría que caminar unas diez calles hasta mi casa y eso me tardaría mínimo media hora al paso que iba. Sí, estaba caminando a paso de tortuga. No sabía que podría hacer en mi casa a las casi diez de la noche sola.
Cuando entré a casa un olor a perfume que no reconocía me invadió. Sabía que no tenía de que preocuparme pero también sabía que ese perfume no era ni el que usaba mi madre ni el que usaba yo. Ese perfume lo conocía de algún lado pero no sabía de quien era, va en realidad sabía pero como es persona no debía ser tan cercana a mi no podía decir de quien se trataba. Subí a mi cuarto para encontrarme con una imagen que jamás pensé que encontraría.
La ventana se encontraba abierta y las cortinas se movían con el viento. O habían entrado a robar o la persona que me estaba siguiendo y amenazando quiso destruir mi habitación. Todo estaba tirado, la mesita de luz, la ropa, los zapatos, mi cama se encontraba desarmada, la pantalla de mi computadora estaba toda rota esparcida por el piso. Esto me daba mucho miedo, porque entonces era enserio que querían matarme. Traté de encender el velador pero luego me di cuenta que había echo explotar la lamparita. Entonces recordé que dentro de la mesita de luz se encontraban sus notas, las amenazas del tipo que me las enviaba. Si había sido el estaba segura de que se las había llevado para dejarme sin pruebas en caso de que lo llegara a descubrir. Temblorosa y con la cara llena de lagrimas abrí el primer cajón y efectivamente las notas no se encontraban allí. El tipo había entrado a mi habitación para quitarmelas, asustarme y destruirme todo. ¿Qué le diría a mi mamá cuando llegara? Yo no me quedaría aquí en casa mientras tanto, no, no me quedaría sola cuando en cualquier momento ese tipo podría volver y asesinarme pero antes necesitaba fijarme si había destrozado algo más que mi habitación. No podía parar de temblar y las lagrimas caían de mi cara como si fuera una canilla, estaba asustada, muy asustada. Al primer lugar que me dirigí fue al cuarto de mi madre, por suerte no había entrado allí. Ni al cuarto de mi madre ni a ningún otro, se dirigió directamente al mio y entró por la ventana.
Última edición por MrsMalikStyles el Lun 26 Nov 2012, 12:47 pm, editado 1 vez
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Capítulo 47. Maratón 2/3
Tenía que salir de casa lo antes posible, no podía quedarme luego de lo que había pasado. No sabía a donde debía ir. Solo una persona se me cruzaba por la cabeza ahora y no era nada más ni nada menos que Zayn. Sabía que estaba tratando de olvidarlo pero en los momentos más desesperante es cuando me doy cuenta de las cosas. Me dí cuenta que lo amaba cuando lo vi besándose con Tracy y ahora me doy cuenta que lo necesito, cuando acaba de entrar a mi casa mi supuesto asesino.
Sábado, diez treinta de la noche ¿dónde podía encontrarse Zayn? Bueno, eso era muy obvio. Estaba seguro de que estaba en Boo's. Por suerte a mi madre la habían pasado a buscar las amigas y dejó el auto estacionado frente a casa. Solo tenía que buscar la llave del vehículo. Sin cartera, sin abrigo, asustada, llorando y temblando bajé a la sala de estar. La llave se encontraba arriba de la mesa, la agarré y salí rápidamente de casa. Necesitaba estar con Zayn, necesitaba sentirme protegida.
Puse la llave en el contacto pero se me hizo bastante difícil ya que mi mano temblaba mucho. Solo había un problema, no sabía manejar muy bien y tampoco tenía licencia de conducir. Eso quería decir que si me paraban terminaría directamente en la comisaría. Justo cuando me encontraba a unas cuantas calles de casa me arrepentí de no haber traído una chaqueta y mi cartera con el celular dentro. Mi madre dijo que me llamaría aunque sabía que lo haría solo si se estaba aburriendo.
El echo de que Boo's quedara a media hora de viaje, que yo no supiera manejar y que no recordara completamente el camino no me ayudaba mucho. Por suerte la luz de la luna me hacía visible unos cuantos carteles que me ayudaban a divisar el camino y no perderme. Seguía asustada. ¿Habría alguien ahora en casa? ¿Qué le diría a mi madre cuando viera mi habitación? No podía decirle por nada del mundo lo de las amenazas, no quería volver a arruinar su vida con preocupaciones. Tampoco quería volver a mudarme. Me sequé las lagrimas y paré el auto en el medio del camino. Necesitaba descansar un poco, me faltaban quince minutos de viaje, según creía yo estaba yendo por la dirección correcta.
Parecía una canilla de las lagrimas que derramaba, si no tomaba agua me deshidrataría pronto. Por más que quisiera no podía parar, era tanto el miedo que tenía que lo único que podía hacer para desahogarme en ese momento era llorar y temblar. Volví a encender el auto para ponerme camino al billar. Si Zayn no se encontraba allí no sabía que haría, seguramente correr y correr hasta perderme y alejarme de todo el mundo.
Estacioné el auto frente al billar. Estaba abierto como todos los sábados a esa hora, es más para algunos todavía era temprano para ir allí. Eran las doce de la noche. Había una pequeña fila para entrar y ahí fue cuando también me arrepentí de no haber llevado la cartera. Necesitaba quince dolares para pagar la entrada. El tipo no me dejaría entrar sin pagar, a menos que me colara y me metiera sin que se diera cuenta, algo muy arriesgado ya que en el estado que me encontraba pasar desapercibida era algo medio imposible.
Me coloqué en el último lugar. Odiaba el echo de no haberme cambiado la remera corta que tenía puesta. Sentía la mirada de varios chicos sobre mi, estaba segura de que pensaban que era una de esas putas que se regalaban gratis, pero no, no era nada de eso. Adelante mio había una pareja, ese era mi momento para colarme, me pondría detrás de ellos y luego, cuando estuviera dentro tendría que buscar a Zayn.
- Treinta dolares- les pidió el que atendía, por suerte no se había percatado de que me encontraba detrás de la pareja. El olor a alcohol y cigarrillo que tenía el tipo también me ayudaba, eso significaba que no esta muy lucido que digamos. La pareja pagó y me metí dentro.
Ahora solo me faltaba encontrar a Zayn. Subí la escalera hasta el primer piso deseando encontrarme con el. Estaba segura de que estaba allí, el venía todo el tiempo aquí y hoy no sería una excepción. Me dirigí al ''sector vip'' al cual habíamos ido la primera vez que me trajo. Abrí la puerta con cuidado ya que no sabía con que me encontraría allí dentro.
- _____, ¿qué haces aquí?- era Bill, quien se acercaba a mi lentamente-. ¿Por qué lloras niña?
Por suerte no se encontraba solo. Joe, James y los otros los cuales no recordaba sus nombres se encontraban allí. Bill me acarició la cara con una mano y me aleje bruscamente. No lograba encontrar a Zayn. ¿Dónde estaba? Tenía que estar allí, estaba segura de que se encontraba aquí, hasta podía sentir su olor.
- ¿No vas a contarle a Bill que te está pasando, dulzura?- se acercó más a mi, ese tipo vivía alcoholizado.
- Aléjate- sollocé-. ¿Dónde está Zayn?- pregunté mirando por detrás de su hombro en busca de una respuesta por parte de James o Joe.
- Fue a buscar algo para beber- me respondió Joe-, supongo que debe estar subiendo. ¿Te sientes bien?
- ¿____, que haces aquí?- preguntó esa voz por detrás mio. Más lagrimas cayeron de mis ojos al sentirlo tan cerca. Zayn dejó las bebidas sobre una mesa de billar que había del otro lado del ''vip''. James agarró a Bill del brazo y lo llevo para adentro de la pequeña sala para cerrar la puerta y dejarnos a mi y a Zayn solos del otro lado.
- Zayn, perdón- corrí hacía el y lo abracé, al principio se mostró duro pero luego me correspondió-, enserio perdóname.
- Ya tranquila- me acarició el pelo, hundí mi cara en su pecho mientras me ahogaba en lagrimas-, ya está. Tranquilízate, estoy aquí ¿si?
Nos quedamos un minuto en silencio. Estaba tratando de buscar alguna frase coherente para decir mientras tanto. Sabía que los ''amigos'' de Zayn nos estaban escuchando y no quería revelar esto frente a ellos. Necesitaba estar verdaderamente a solas con el.
- ¿Qué ha pasado, ángel?-preguntó-, ¿estás bien? creo que necesitas algo de agua.
Me separé de el y sequé mis lagrimas. Por suerte la sala de billar de arriba se encontraba completamente vacía. Los únicos que estaban allí eran Zayn y sus ''amigos'' pero ellos estaban encerrados en su lugar de juego. Me senté arriba de una mesa y esperé a que Zayn me trajera un vaso con agua. Apenas me lo entrego me lo terminé, me estaba muriendo de sed, necesitaba ese vaso con urgencia.
- Ya tranquilízate ángel- me pidió-, está todo bien ¿si? no dejaré que nada te pase. ¿Puedes hablar?- preguntó riendo, solo el podía reírse viéndome así.
- Sí, eso creo- murmuré débilmente-. No te puedo contar lo que ha pasado aquí.
- Lo sé, toma otro vaso de agua- me entregó uno-, iré a decirle a los chicos que me iré. Interrumpiste una apuesta bastante importante ¿sabes?- me avisó-, pero la cancelaré por ti.
- Supongo que gracias- susurré.
Mientras Zayn entraba al pequeño salón donde se encontraban los chicos pude notar la mirada de Bill sobre mi. Ese tipo era tan insoportable, era una de las cosas que más incómoda me ponía. Ya no estaba llorando pero seguía temblando, haber visto a Zayn me dejó más tranquila. Sabía que a el le sorprendió el echo de haberme encontrado aquí, pero el una vez me había dicho que si me seguían llegando amenazas y quería contárselo a alguien que se lo diga a el y esto fue más que urgente para mi. No solo necesitaba contárselo, necesitaba que me consuele. Estaba muy asustada hasta el punto que decidí venir a Boo's, que según el y también según yo era un lugar demasiado peligroso.
- Listo- me avisó mientras se acercaba a mi-, pero debemos irnos rápido, a Bill no le ha gustado nada esto de que me retire de juego.
Salimos del lugar a las apuradas, tenía una duda sobre a que auto nos dirigíamos. El auto de mi madre se encontraba frente al billar pero Zayn me estaba llevando a la esquina, más precisamente hacía su auto.
- Espera- me paré en blanco-, tengo el auto de mi madre, no puedo dejarlo aquí.
- Oh claro, que estúpido- susurró-, bueno después vendré a buscar el mio.
Caminamos en silencio hasta el auto, le entregué la llave para que pudiera ponerlo en marcha mientras me metía en el asiento del copiloto. Llego la hora de dar explicaciones. Zayn puso el auto en marcha.
- Bien, ahora dime ¿qué ha pasado, ángel?- preguntó-, sabes que me parece bastante raro que hayas decidido venir a buscarme.
- Alguien ha entrado a mi habitación- susurré-, la ha destruido y quien sea que haya sido se llevo las amenazas que me habían dejado.
Zayn no hizo nada, ni una mueca, ni un gesto, nada. Tampoco parecía estar sorprendido ni indignado. Bueno, el echo de que el haya visto o vivido cosas aún peores que esas debían influir en su reacción.
- ¿Solo tu habitación?- preguntó-. ¿Ninguna otra?
- Solo la mía-afirmé-, perdón si te molesté pero necesitaba... no sé, necesitaba estar contigo.
- Entiendo- dijo tranquilo-, no te preocupes ángel. Sabes que estaré para cuando me necesites ¿si? por cierto creo que deberías haber venido con una remera menos corta ¿no crees?
Me sonrojé y el se echo a reír, no faltaba mucho para llegar a casa. Eran ya la una de la mañana. Pensar que mi mamá ya pudo haber llegado y haber visto mi habitación me revolvía el estomago. No quería creer que debía contarle a mi madre lo de las amenazas, no quería que dejara su trabajo por eso, no quería que nos mudáramos de nuevo por eso. Yo quería que todo siga siendo como es ahora.
- Te ayudaré a acomodar tu habitación- comentó-, no debe ser tan grave ¿o si?
- Esta echa un desastre- le advertí-, no sé como hizo eso. No entiendo tampoco el porque. ¿Por qué me pasa esto a mi?
- Si supieras- no sabía si se le había escapado una ese o el sabía el porque. Decidí no darle muchas vueltas al asunto. El miedo ya había cesado un poco estando a su lado.
- ¿Bill me odia?- pregunté, ese tipo me daba tanta intriga.
- Todo lo contrarío- comentó-, según me dijo James se siente realmente atraído hacía ti pero le he pedido a los chicos que lo mantengan alejados si no quieren terminar con un amigo menos.
- ¡Zayn!- exclamé horrorizada-, tu no lo harías...
- Tratándose de ti créeme que sí- dijo de lo más tranquilo-, si lo llegará a ver cerca tuyo un día normal... solo eso bastaría para darme cuenta de lo que quiere, ese tipo es peligroso por eso tuve que amenazarlo. Además ellos piensan que soy tu novio- agregó con cierta picardia-, es mi deber actuar como uno. ¿No crees?
Zayn estacionó el auto frente a casa. La puerta de entrada había quedado abierta y las luces de adentro prendidas. Eso me decía que mi madre no había llegado.
- La puerta está abierta- me avisó Zayn-, ¿hay alguien allí?
- No- respondí-, fui yo. Del susto me olvide de cerrarla.
Bajamos del auto y nos dirigimos directo a mi habitación, no sin antes cerrar la puerta de entrada. Al entrar a mi cuarto una corriente de miedo me invadió nuevamente, no podía creer el desastre que había echo quien estuvo aquí dentro.
- Bueno, será algo difícil acomodar esto- concluyó Zayn-, espero que esa computadora no te haya costado mucho.
- Casi ni la usaba- le avisé mientras comenzaba a doblar la ropa que estaba en el piso. Yo ordenaría la vestimenta-, tu encárgate de acomodar los muebles, tienes más fuerza que yo.
Mientras yo doblaba los montones de ropa que estaban en el piso y los guardaba en el armario, Zayn ponía los muebles en su lugar tratando de hacer le menos ruido posible para no molestar a los vecinos.
- He terminado- me avisó-, solo falta juntar ese ordenador del piso.
- Mi madre me matará- murmuré-, bueno tendré que inventarle una excusa. ¿Puedes tender el acolchado en la cama?- pregunté mientras guardaba la tercera tanda de ropa. Zayn agarró la colcha del piso y hizo la cama lo más rápido posible.
- Te ayudaré con la ropa, veo que eso es lo que falta- concluyó mientras agarraba las últimas remeras del piso.
Justo cuando Zayn estaba por guardarlas en el armario escuché pasos que subían la escalera. Tenía varias dudas en cuando sobre quien se trataba pero estaba segura de que era mi madre. Empujé a Zayn dentro del armario justo cuando la puerta se abrió, cerré la del armario bruscamente haciendo que el sonido retumbara por toda la habitación.
- ¿Qué haces?- preguntó sorprendida, todavía había ropa en mi cama-. ¡¿Qué le ha pasado a la computadora?!- escuché una risa en el armario y la disimulé tosiendo. Si mi mamá se enteraba de que tenía a Zayn escondido en el armario me mataría.
- Es que...- tenía que pensar una excusa rápida y creíble-, cuando me levanté corrí la silla tan fuerte que cuando chocó con la mesa se tambaleo y se cayó.
- Yo debo matarte- murmuró-, bueno de todos modos ya necesitabas un nuevo monitor ese estaba algo viejo. Bajaré a la cocina, quiero tomar algo. Ponte el pijama y acuéstate, ya es tarde creí que estarías dormida cuando llegara.
- Es que... no sé, no podía dormir- me excusé con una risa nerviosa, no podía despegar la espalda de la puerta del armario ya que tal vez Zayn se encontraba apoyado en ella y si me corría se abriría la puerta. Mi madre comenzaba a mirarme extrañada.
Por suerte se fue sin preguntar más nada, vigilé que se haya ido y lo dejé salir. Se echó a reír apenas piso mi habitación nuevamente.
- Ahora me ayudas con la ropa- le advertí mientras le entregaba un pilón-, por poco no nos descubre.
- ¿Qué crees que pasaría si se entera que estoy aquí?- preguntó mientras guardaba la ropa en el armario.
- No lo sé, tal vez podría matarme o... castigarme de por vida- respondí-, o quizás prohibirme estar contigo.
Mientras colocaba la ultima pila de ropa en el estante de arriba del armario Zayn me empujo haciendo entrar, así como yo lo había echo con el. Podría decir que dolía bastante. El también se metió y cerró la puerta. Estaba todo oscuro y no podía saber donde se encontraba el, lo único que tenía claro es que yo estaba apoyada contra una de las ''paredes'' del armario.
- Zayn, déjame salir, mi madre volverá a entrar en cualquier momento- lo regañé, el se movió poniendo sus manos a los costados de mi cabeza y acercando se cara tanto a la mía que podía sentir su respiración. Esto me ponía nerviosa, demasiado nerviosa-, Zayn sal de aquí, es enserio.
El sonrió y apoyó su frente en la mía. ¿Qué hacía? Al parecer se había vuelto completamente loco.
- Ha sido difícil esta semana- susurró-, no hemos estado tan distantes jamás desde que nos conocimos. ¿No crees?
- Sí, sí lo creo pero ahora debes irte porque mi madre me matara- comenté mientras lo empujaba por los hombros. Misión imposible ya que era mucho más fuerte que yo.
La puerta de mi habitación se abrió nuevamente. Ahora sí, estaba en graves problemas. Por suerte el armario tenía dos puertas, si Zayn se ponía detrás de la que no iba a abrir todo saldría bastante bien y mi madre no lo descubriría. Empujé a Zayn contra la otra pared del armario, por desgracia cuando se apoyó en ella algo cayó e hizo un ruido bastante sonoro.
- ¿____, que haces dentro del armario?- preguntó mi madre mientras golpeaba la puerta-. ¿Te encuentras bien?
- Sí- comenté, tendría que fingir estar muy emocionada-. Estaba buscando mi pijama.
- Tu pijama se encuentra arriba de la cama-, estúpida debí haberlo pensado-. Estas rara ¿Te pasa algo?
- No, solo... estoy muy contenta- Zayn rió y tuve que toser para disimularlo nuevamente. Con cuidado le pegué una patada, lo último que necesitaba era que me complique las cosas.
- ¿No estarás borracha, niña?- preguntó mientras abría la puerta del armario. Salí rápidamente de allí y cerré la puerta apoyándome contra ella.
- No, no he salido- mentí-, solo... no lo sé, me agarro una emoción repentina pero me encuentro completamente bien, genial podría decir- en realidad era así como menos me encontraba 'Genial y realmente bien'.
- Bueno- dijo con cierta sospecha-, me iré a dormir. Quiero que tu también lo hagas, nada de andar metiéndote en el armario.
Mi madre salió de mi habitación, no haría salir a Zayn del armario hasta que escuché que haya cerrado la puerta de su cuarto.
- Puedes salir- le avisé mientras le abría la puerta-, por poco nos descubren.
- No fue tan malo- confesó-, me gusta tu perfume.
- Ahora sí, debes irte- le ordené-. No dejaré que mi madre me vuelva a tomar como una loca.
- ¿Me estás echando?- se hizo el ofendido pero una sonrisa se formo en su rostro, inmediatamente a mi también se me formo una.
- Tómalo como quieras- inquirí-, pero debes irte. Saldrás por la ventana, además ahora que lo recuerdo debes ir a buscar tu auto. ¿Cómo irás?
- Supongo que caminaré hasta allí- dijo divertido-, un poco lejos pero nada que no pueda hacer.
- ¿Estás loco?- pregunté-, tardarás una hora en llegar allí.
- Tengo una moto en mi casa, no creo que sea problema- comentó-, bueno ya sabes, cualquier cosa que pase me dices pero no te preocupes ¿si? intenta no llorar no me gusta verte así.
Zayn se acercó a mi se inclinó y me dio un beso en la mejilla bastante cerca del labio. Sin decir más nada abrió la ventana y se tiró. Me fijé si había caído bien o había quedado el cadáver en el piso. Efectivamente había caído bien y ya se estaba dirigiendo a pie hacía su casa. Lo saludé con la mano cuando se giró y el hizo lo mismo.
Tenía que salir de casa lo antes posible, no podía quedarme luego de lo que había pasado. No sabía a donde debía ir. Solo una persona se me cruzaba por la cabeza ahora y no era nada más ni nada menos que Zayn. Sabía que estaba tratando de olvidarlo pero en los momentos más desesperante es cuando me doy cuenta de las cosas. Me dí cuenta que lo amaba cuando lo vi besándose con Tracy y ahora me doy cuenta que lo necesito, cuando acaba de entrar a mi casa mi supuesto asesino.
Sábado, diez treinta de la noche ¿dónde podía encontrarse Zayn? Bueno, eso era muy obvio. Estaba seguro de que estaba en Boo's. Por suerte a mi madre la habían pasado a buscar las amigas y dejó el auto estacionado frente a casa. Solo tenía que buscar la llave del vehículo. Sin cartera, sin abrigo, asustada, llorando y temblando bajé a la sala de estar. La llave se encontraba arriba de la mesa, la agarré y salí rápidamente de casa. Necesitaba estar con Zayn, necesitaba sentirme protegida.
Puse la llave en el contacto pero se me hizo bastante difícil ya que mi mano temblaba mucho. Solo había un problema, no sabía manejar muy bien y tampoco tenía licencia de conducir. Eso quería decir que si me paraban terminaría directamente en la comisaría. Justo cuando me encontraba a unas cuantas calles de casa me arrepentí de no haber traído una chaqueta y mi cartera con el celular dentro. Mi madre dijo que me llamaría aunque sabía que lo haría solo si se estaba aburriendo.
El echo de que Boo's quedara a media hora de viaje, que yo no supiera manejar y que no recordara completamente el camino no me ayudaba mucho. Por suerte la luz de la luna me hacía visible unos cuantos carteles que me ayudaban a divisar el camino y no perderme. Seguía asustada. ¿Habría alguien ahora en casa? ¿Qué le diría a mi madre cuando viera mi habitación? No podía decirle por nada del mundo lo de las amenazas, no quería volver a arruinar su vida con preocupaciones. Tampoco quería volver a mudarme. Me sequé las lagrimas y paré el auto en el medio del camino. Necesitaba descansar un poco, me faltaban quince minutos de viaje, según creía yo estaba yendo por la dirección correcta.
Parecía una canilla de las lagrimas que derramaba, si no tomaba agua me deshidrataría pronto. Por más que quisiera no podía parar, era tanto el miedo que tenía que lo único que podía hacer para desahogarme en ese momento era llorar y temblar. Volví a encender el auto para ponerme camino al billar. Si Zayn no se encontraba allí no sabía que haría, seguramente correr y correr hasta perderme y alejarme de todo el mundo.
Estacioné el auto frente al billar. Estaba abierto como todos los sábados a esa hora, es más para algunos todavía era temprano para ir allí. Eran las doce de la noche. Había una pequeña fila para entrar y ahí fue cuando también me arrepentí de no haber llevado la cartera. Necesitaba quince dolares para pagar la entrada. El tipo no me dejaría entrar sin pagar, a menos que me colara y me metiera sin que se diera cuenta, algo muy arriesgado ya que en el estado que me encontraba pasar desapercibida era algo medio imposible.
Me coloqué en el último lugar. Odiaba el echo de no haberme cambiado la remera corta que tenía puesta. Sentía la mirada de varios chicos sobre mi, estaba segura de que pensaban que era una de esas putas que se regalaban gratis, pero no, no era nada de eso. Adelante mio había una pareja, ese era mi momento para colarme, me pondría detrás de ellos y luego, cuando estuviera dentro tendría que buscar a Zayn.
- Treinta dolares- les pidió el que atendía, por suerte no se había percatado de que me encontraba detrás de la pareja. El olor a alcohol y cigarrillo que tenía el tipo también me ayudaba, eso significaba que no esta muy lucido que digamos. La pareja pagó y me metí dentro.
Ahora solo me faltaba encontrar a Zayn. Subí la escalera hasta el primer piso deseando encontrarme con el. Estaba segura de que estaba allí, el venía todo el tiempo aquí y hoy no sería una excepción. Me dirigí al ''sector vip'' al cual habíamos ido la primera vez que me trajo. Abrí la puerta con cuidado ya que no sabía con que me encontraría allí dentro.
- _____, ¿qué haces aquí?- era Bill, quien se acercaba a mi lentamente-. ¿Por qué lloras niña?
Por suerte no se encontraba solo. Joe, James y los otros los cuales no recordaba sus nombres se encontraban allí. Bill me acarició la cara con una mano y me aleje bruscamente. No lograba encontrar a Zayn. ¿Dónde estaba? Tenía que estar allí, estaba segura de que se encontraba aquí, hasta podía sentir su olor.
- ¿No vas a contarle a Bill que te está pasando, dulzura?- se acercó más a mi, ese tipo vivía alcoholizado.
- Aléjate- sollocé-. ¿Dónde está Zayn?- pregunté mirando por detrás de su hombro en busca de una respuesta por parte de James o Joe.
- Fue a buscar algo para beber- me respondió Joe-, supongo que debe estar subiendo. ¿Te sientes bien?
- ¿____, que haces aquí?- preguntó esa voz por detrás mio. Más lagrimas cayeron de mis ojos al sentirlo tan cerca. Zayn dejó las bebidas sobre una mesa de billar que había del otro lado del ''vip''. James agarró a Bill del brazo y lo llevo para adentro de la pequeña sala para cerrar la puerta y dejarnos a mi y a Zayn solos del otro lado.
- Zayn, perdón- corrí hacía el y lo abracé, al principio se mostró duro pero luego me correspondió-, enserio perdóname.
- Ya tranquila- me acarició el pelo, hundí mi cara en su pecho mientras me ahogaba en lagrimas-, ya está. Tranquilízate, estoy aquí ¿si?
Nos quedamos un minuto en silencio. Estaba tratando de buscar alguna frase coherente para decir mientras tanto. Sabía que los ''amigos'' de Zayn nos estaban escuchando y no quería revelar esto frente a ellos. Necesitaba estar verdaderamente a solas con el.
- ¿Qué ha pasado, ángel?-preguntó-, ¿estás bien? creo que necesitas algo de agua.
Me separé de el y sequé mis lagrimas. Por suerte la sala de billar de arriba se encontraba completamente vacía. Los únicos que estaban allí eran Zayn y sus ''amigos'' pero ellos estaban encerrados en su lugar de juego. Me senté arriba de una mesa y esperé a que Zayn me trajera un vaso con agua. Apenas me lo entrego me lo terminé, me estaba muriendo de sed, necesitaba ese vaso con urgencia.
- Ya tranquilízate ángel- me pidió-, está todo bien ¿si? no dejaré que nada te pase. ¿Puedes hablar?- preguntó riendo, solo el podía reírse viéndome así.
- Sí, eso creo- murmuré débilmente-. No te puedo contar lo que ha pasado aquí.
- Lo sé, toma otro vaso de agua- me entregó uno-, iré a decirle a los chicos que me iré. Interrumpiste una apuesta bastante importante ¿sabes?- me avisó-, pero la cancelaré por ti.
- Supongo que gracias- susurré.
Mientras Zayn entraba al pequeño salón donde se encontraban los chicos pude notar la mirada de Bill sobre mi. Ese tipo era tan insoportable, era una de las cosas que más incómoda me ponía. Ya no estaba llorando pero seguía temblando, haber visto a Zayn me dejó más tranquila. Sabía que a el le sorprendió el echo de haberme encontrado aquí, pero el una vez me había dicho que si me seguían llegando amenazas y quería contárselo a alguien que se lo diga a el y esto fue más que urgente para mi. No solo necesitaba contárselo, necesitaba que me consuele. Estaba muy asustada hasta el punto que decidí venir a Boo's, que según el y también según yo era un lugar demasiado peligroso.
- Listo- me avisó mientras se acercaba a mi-, pero debemos irnos rápido, a Bill no le ha gustado nada esto de que me retire de juego.
Salimos del lugar a las apuradas, tenía una duda sobre a que auto nos dirigíamos. El auto de mi madre se encontraba frente al billar pero Zayn me estaba llevando a la esquina, más precisamente hacía su auto.
- Espera- me paré en blanco-, tengo el auto de mi madre, no puedo dejarlo aquí.
- Oh claro, que estúpido- susurró-, bueno después vendré a buscar el mio.
Caminamos en silencio hasta el auto, le entregué la llave para que pudiera ponerlo en marcha mientras me metía en el asiento del copiloto. Llego la hora de dar explicaciones. Zayn puso el auto en marcha.
- Bien, ahora dime ¿qué ha pasado, ángel?- preguntó-, sabes que me parece bastante raro que hayas decidido venir a buscarme.
- Alguien ha entrado a mi habitación- susurré-, la ha destruido y quien sea que haya sido se llevo las amenazas que me habían dejado.
Zayn no hizo nada, ni una mueca, ni un gesto, nada. Tampoco parecía estar sorprendido ni indignado. Bueno, el echo de que el haya visto o vivido cosas aún peores que esas debían influir en su reacción.
- ¿Solo tu habitación?- preguntó-. ¿Ninguna otra?
- Solo la mía-afirmé-, perdón si te molesté pero necesitaba... no sé, necesitaba estar contigo.
- Entiendo- dijo tranquilo-, no te preocupes ángel. Sabes que estaré para cuando me necesites ¿si? por cierto creo que deberías haber venido con una remera menos corta ¿no crees?
Me sonrojé y el se echo a reír, no faltaba mucho para llegar a casa. Eran ya la una de la mañana. Pensar que mi mamá ya pudo haber llegado y haber visto mi habitación me revolvía el estomago. No quería creer que debía contarle a mi madre lo de las amenazas, no quería que dejara su trabajo por eso, no quería que nos mudáramos de nuevo por eso. Yo quería que todo siga siendo como es ahora.
- Te ayudaré a acomodar tu habitación- comentó-, no debe ser tan grave ¿o si?
- Esta echa un desastre- le advertí-, no sé como hizo eso. No entiendo tampoco el porque. ¿Por qué me pasa esto a mi?
- Si supieras- no sabía si se le había escapado una ese o el sabía el porque. Decidí no darle muchas vueltas al asunto. El miedo ya había cesado un poco estando a su lado.
- ¿Bill me odia?- pregunté, ese tipo me daba tanta intriga.
- Todo lo contrarío- comentó-, según me dijo James se siente realmente atraído hacía ti pero le he pedido a los chicos que lo mantengan alejados si no quieren terminar con un amigo menos.
- ¡Zayn!- exclamé horrorizada-, tu no lo harías...
- Tratándose de ti créeme que sí- dijo de lo más tranquilo-, si lo llegará a ver cerca tuyo un día normal... solo eso bastaría para darme cuenta de lo que quiere, ese tipo es peligroso por eso tuve que amenazarlo. Además ellos piensan que soy tu novio- agregó con cierta picardia-, es mi deber actuar como uno. ¿No crees?
Zayn estacionó el auto frente a casa. La puerta de entrada había quedado abierta y las luces de adentro prendidas. Eso me decía que mi madre no había llegado.
- La puerta está abierta- me avisó Zayn-, ¿hay alguien allí?
- No- respondí-, fui yo. Del susto me olvide de cerrarla.
Bajamos del auto y nos dirigimos directo a mi habitación, no sin antes cerrar la puerta de entrada. Al entrar a mi cuarto una corriente de miedo me invadió nuevamente, no podía creer el desastre que había echo quien estuvo aquí dentro.
- Bueno, será algo difícil acomodar esto- concluyó Zayn-, espero que esa computadora no te haya costado mucho.
- Casi ni la usaba- le avisé mientras comenzaba a doblar la ropa que estaba en el piso. Yo ordenaría la vestimenta-, tu encárgate de acomodar los muebles, tienes más fuerza que yo.
Mientras yo doblaba los montones de ropa que estaban en el piso y los guardaba en el armario, Zayn ponía los muebles en su lugar tratando de hacer le menos ruido posible para no molestar a los vecinos.
- He terminado- me avisó-, solo falta juntar ese ordenador del piso.
- Mi madre me matará- murmuré-, bueno tendré que inventarle una excusa. ¿Puedes tender el acolchado en la cama?- pregunté mientras guardaba la tercera tanda de ropa. Zayn agarró la colcha del piso y hizo la cama lo más rápido posible.
- Te ayudaré con la ropa, veo que eso es lo que falta- concluyó mientras agarraba las últimas remeras del piso.
Justo cuando Zayn estaba por guardarlas en el armario escuché pasos que subían la escalera. Tenía varias dudas en cuando sobre quien se trataba pero estaba segura de que era mi madre. Empujé a Zayn dentro del armario justo cuando la puerta se abrió, cerré la del armario bruscamente haciendo que el sonido retumbara por toda la habitación.
- ¿Qué haces?- preguntó sorprendida, todavía había ropa en mi cama-. ¡¿Qué le ha pasado a la computadora?!- escuché una risa en el armario y la disimulé tosiendo. Si mi mamá se enteraba de que tenía a Zayn escondido en el armario me mataría.
- Es que...- tenía que pensar una excusa rápida y creíble-, cuando me levanté corrí la silla tan fuerte que cuando chocó con la mesa se tambaleo y se cayó.
- Yo debo matarte- murmuró-, bueno de todos modos ya necesitabas un nuevo monitor ese estaba algo viejo. Bajaré a la cocina, quiero tomar algo. Ponte el pijama y acuéstate, ya es tarde creí que estarías dormida cuando llegara.
- Es que... no sé, no podía dormir- me excusé con una risa nerviosa, no podía despegar la espalda de la puerta del armario ya que tal vez Zayn se encontraba apoyado en ella y si me corría se abriría la puerta. Mi madre comenzaba a mirarme extrañada.
Por suerte se fue sin preguntar más nada, vigilé que se haya ido y lo dejé salir. Se echó a reír apenas piso mi habitación nuevamente.
- Ahora me ayudas con la ropa- le advertí mientras le entregaba un pilón-, por poco no nos descubre.
- ¿Qué crees que pasaría si se entera que estoy aquí?- preguntó mientras guardaba la ropa en el armario.
- No lo sé, tal vez podría matarme o... castigarme de por vida- respondí-, o quizás prohibirme estar contigo.
Mientras colocaba la ultima pila de ropa en el estante de arriba del armario Zayn me empujo haciendo entrar, así como yo lo había echo con el. Podría decir que dolía bastante. El también se metió y cerró la puerta. Estaba todo oscuro y no podía saber donde se encontraba el, lo único que tenía claro es que yo estaba apoyada contra una de las ''paredes'' del armario.
- Zayn, déjame salir, mi madre volverá a entrar en cualquier momento- lo regañé, el se movió poniendo sus manos a los costados de mi cabeza y acercando se cara tanto a la mía que podía sentir su respiración. Esto me ponía nerviosa, demasiado nerviosa-, Zayn sal de aquí, es enserio.
El sonrió y apoyó su frente en la mía. ¿Qué hacía? Al parecer se había vuelto completamente loco.
- Ha sido difícil esta semana- susurró-, no hemos estado tan distantes jamás desde que nos conocimos. ¿No crees?
- Sí, sí lo creo pero ahora debes irte porque mi madre me matara- comenté mientras lo empujaba por los hombros. Misión imposible ya que era mucho más fuerte que yo.
La puerta de mi habitación se abrió nuevamente. Ahora sí, estaba en graves problemas. Por suerte el armario tenía dos puertas, si Zayn se ponía detrás de la que no iba a abrir todo saldría bastante bien y mi madre no lo descubriría. Empujé a Zayn contra la otra pared del armario, por desgracia cuando se apoyó en ella algo cayó e hizo un ruido bastante sonoro.
- ¿____, que haces dentro del armario?- preguntó mi madre mientras golpeaba la puerta-. ¿Te encuentras bien?
- Sí- comenté, tendría que fingir estar muy emocionada-. Estaba buscando mi pijama.
- Tu pijama se encuentra arriba de la cama-, estúpida debí haberlo pensado-. Estas rara ¿Te pasa algo?
- No, solo... estoy muy contenta- Zayn rió y tuve que toser para disimularlo nuevamente. Con cuidado le pegué una patada, lo último que necesitaba era que me complique las cosas.
- ¿No estarás borracha, niña?- preguntó mientras abría la puerta del armario. Salí rápidamente de allí y cerré la puerta apoyándome contra ella.
- No, no he salido- mentí-, solo... no lo sé, me agarro una emoción repentina pero me encuentro completamente bien, genial podría decir- en realidad era así como menos me encontraba 'Genial y realmente bien'.
- Bueno- dijo con cierta sospecha-, me iré a dormir. Quiero que tu también lo hagas, nada de andar metiéndote en el armario.
Mi madre salió de mi habitación, no haría salir a Zayn del armario hasta que escuché que haya cerrado la puerta de su cuarto.
- Puedes salir- le avisé mientras le abría la puerta-, por poco nos descubren.
- No fue tan malo- confesó-, me gusta tu perfume.
- Ahora sí, debes irte- le ordené-. No dejaré que mi madre me vuelva a tomar como una loca.
- ¿Me estás echando?- se hizo el ofendido pero una sonrisa se formo en su rostro, inmediatamente a mi también se me formo una.
- Tómalo como quieras- inquirí-, pero debes irte. Saldrás por la ventana, además ahora que lo recuerdo debes ir a buscar tu auto. ¿Cómo irás?
- Supongo que caminaré hasta allí- dijo divertido-, un poco lejos pero nada que no pueda hacer.
- ¿Estás loco?- pregunté-, tardarás una hora en llegar allí.
- Tengo una moto en mi casa, no creo que sea problema- comentó-, bueno ya sabes, cualquier cosa que pase me dices pero no te preocupes ¿si? intenta no llorar no me gusta verte así.
Zayn se acercó a mi se inclinó y me dio un beso en la mejilla bastante cerca del labio. Sin decir más nada abrió la ventana y se tiró. Me fijé si había caído bien o había quedado el cadáver en el piso. Efectivamente había caído bien y ya se estaba dirigiendo a pie hacía su casa. Lo saludé con la mano cuando se giró y el hizo lo mismo.
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Capítulo 48. Maratón 3/5
No pegué un ojo en toda la noche. Por más que mi cuarto ahora esté ordenado no pude parar de pensar en el echo de que tal vez sí, en cualquier momento me llegaba la hora. En Texas nunca me había pasado algo así pero al parecer ahora el tipo tiene un plan mucho mejor.
Por otro lado tenía que llamar a Maru o encontrarme con ella. Necesitaba saber que había pasado, preguntarle si había salido todo bien. Estaba segura de que sí, todo había salido perfecto pero necesitaba detalles. Tal vez, iríamos a la playa. Maru me había dicho que hoy sería un buen día y que estaría bueno salir a algún lado con los chicos. Aunque después del último incidente en la playa no tenía muchas ganas de ir.
- ¡Maru, contéstame!- dije cuando me dio el contestador nuevamente. Le había dejado un mensaje de voz. Estaba segura de que seguía despierta, eran las dos de la tarde.
Mi madre seguía durmiendo, supongo que la fiesta la había dejado agotada. Debía salir o hacer algo antes de que despertara y quisiera contarme los detalles. No quería saber nada sobre como la había pasado en esa fiesta.
Me acosté en el sillón de sala de estar esperando a que Maru me llamara. No debía faltar mucho para eso.
- ¡_____!- exclamó ella-, tengo que contarte todo.
- Lo sé. ¿Vamos a salir a algún lado? dime que sí por favor no quiero que mi madre me cuente sobre su fiesta.
- Claro, ayer cuando mi madre nos dejo solos a Harry y a mi planeamos hacer algo hoy- comentó-, prepara la maya y un bolso que iremos a la playa.
- ¿Pasarás por mi?- pregunté-, ven un rato antes así me cuentas como te fue.
- Iré yo sola- me avisó-, nos encontramos con los chicos a allá.
- Está bien- acepté-, pero ¿vienes ahora? tengo que avisarle a mi mamá.
- Sí, ahora termino de prepararme y paso por ti- me advirtió-, trata de estarte lista para cuando llegue.
- Bueno, adiós nos vemos en unos minutos.
Corté la llamada y subí a mi habitación. Iría con la misma maya que había ido al fogón, no creo que vayan a darse cuenta. Agarré un bolso playero y guardé una toalla, el bronceador, mi celular y un disco de esos voladores que encontré en el living. Ahora solo me faltaba avisarle a mi madre a donde iría. Seguía durmiendo y no tenía ganas de levantarme. Además, no sabía si iba a dejarme ir luego de lo que había pasado con el auto de Maru. Dudo mucho que siga confiando en sus dones como conductora, por eso, mejor le dejaría una nota explicándole a donde iba, con quien y hasta que hora me quedaría.
"Ma, estoy en la playa del centro con Maru, Antonella y los chicos. Cualquier cosa llámame, tengo el celular a mano. No sé a que hora volveré pero supongo que antes de las siete. Te amo''
Colgué la nota en el refrigerador, estaba segura que apenas se levantara iría a la cocina para tomar algo. Volví a bajar, tenía que esperar a que Maru tocara el timbre para poder salir. Llegaría rápido ya que vive bastante cerca.
- Al fin llegas- dije mientras cerraba la puerta-, ¿me contarás que tal salió todo?
- Claro- afirmó-, ahora cuando estemos camino a la playa.
Subimos al auto. Antonella no vendría con nosotras ya que la pasaría a buscar Niall. Después de tanto tiempo sin hablar con ella me enteré de que ya están saliendo. Me agrada la pareja que hacen ambos sin tímidos y de buen corazón. Dudo mucho que vayan a cortar pronto, se los ve verdaderamente enamorados.
- Bueno, ahora cuéntame-le pedí-, estoy segura de que salió todo más que bien.
- No creo que más que bien pero salió genial- comentó entusiasmada-, a mi mamá le cayó genial.
- ¿Pero como fue? ¿estaban nerviosos?-pregunté, quería detalles.
- Sí, al principió sí- confesó-, pero luego le dije a Harry que esté tranquilo porque a mi mamá le habían encantado las flores. Además fue muy bien vestido, me sorprendió.
- Hice un buen trabajo- me alagué a mi misma mientras reía-, bueno me alegro. ¿Yo que te dije? Al parecer tenía razón.
- Aunque me hubiera gustado que mi madre no dijera estupideces sobre las cosas que hacía cuando era chiquita-comentó-, pero bueno supongo que es normal.
- Claro que es normal- concluí-, anormal hubiera sido que no lo haya echo.
- ¿Y tu, que tal pasaste la noche?- preguntó. Si supiera como la pasé no creo que me lo haya preguntado con tal normalidad.
- Aburrida- mentí-, estuve un rato en la computadora y luego se me rompió el monitor.
Sabía que Maru algún día iría a mi casa y me preguntaría por la pantalla del ordenador, pensé que sería mejor aclararle ahora que el aparato ese ya no se encontraba más en casa.
- ¿¡Se te ha roto el monitor!?- preguntó sorprendida-, bueno no era muy nuevo.
- Igual no lo usaba mucho- dije desinteresada-, siempre estoy un ratito y luego apago porque me aburro.
Mientras hablábamos de cosas sin sentido Maru aparcó el auto frente a una playa. No había ido nunca allí pero para mi eran todas iguales. Todas tenían arena y agua ¿que podía tener de diferente a las otras playas? nada. Agarramos los bolsos y bajamos al muelle, había bastante gente. Al parecer se nos haría un poco difícil encontrar a los chicos. Me preguntaba si Louis iría, no digo que no sea de mi agrado verlo pero me daría un poco de vergüenza hablarle luego de que lo rechacé para ir al baile. Bueno, el iría con Tiffany no tenía que preocuparme sobre lo del baile. Es más, tendría que hacer como si nunca hubiéramos hablado del tema supongo que así me sentiría más cómoda.
- ¡Allí están!- exclamó Maru mientras salía corriendo a abrazar a Harry. Yo seguí caminando a paso lento hacía donde estaban ellos.
- Hola chicos- saludé mientras los saludaba con un beso en la mejilla. Estaban Niall, Louis y Harry pero Antonella todavía no se encontraba allí, pensé que Niall la pasaría a buscar.
- Antonella está cuidando las cosas- comentó Louis al ver mi cara-, tenemos que ir antes de que piense que la abandonamos.
Mientras caminábamos entre la arena sentía como me quemaba los pies. Debí haberme traído zapatillas, por suerte la arena que se encontraba cerca del mar estaba mojada y fría. No quería quedarme en maya frente a ellos... me sacaría la ropa cuando Maru y Antonella lo hicieran pero yo sola no. Me sentiría completamente incómoda.
Había una sombrilla y una pequeña carpa en donde se encontraba Antonella. Suponía que ambas eran para nosotros. ¿Para que una carpa? me pregunté. Bueno, seguramente por si alguien tenía sueño o ya no aguantaba el sol. Al parecer sería perfectamente para mi, odiaba quemarme siempre me pasaba y quedaba roja como un tomate.
- ¡Antonella!- exclamé mientras iba a saludarla-, que linda bikini.
El cuerpo de Antonella era parecido al mio, solo que ella tenía menos ''curvas'', pero no se quedaba atrás todo lo que se ponía le quedaba bien. Teniendo menos cuerpo que yo ella se sentía menos acomplejada. Ya me gustaría poder pensar que todo lo que me probara me quedaba bien o por lo menos bonito pero era algo imposible va eso creía yo.
- ____, ¿te meterás al mar?- preguntó Maru mientras se quitaba el short-, los chicos ya están allí.
- Supongo, yo también llevo la maya puesta- comenté mientras me paraba de la silleta en la que me había sentado-. No nos meteremos a lo hondo, cualquier cosa estaré atenta y también están los chicos.
Le dije a Maru y a Antonella que se adelantaran, tardaría en sacarme la ropa y guardarla en el bolso. Podía asegurar de que el agua estaba helada y me costaría un montón meterme. Odiaba el agua fría.
Dejé mi toalla colgada en una silleta, volvería pronto para secarme así que prefería dejarla a mano. Me acerqué lentamente hacía donde estaban los chicos. Maru ya se había logrado meter del todo y se encontraba tirándose agua con Louis, por otro lado Antonella estaba tratando de acostumbrarse al frío del agua mientras Niall la esperaba. Siempre andaban juntos, hasta con amigos. Maru y Harry eran un poco diferente a ellos. Maru se dispersaba en salidas grupales, no andaba siempre con Harry. Bueno, conociendo a Maru podía decir que ella prefiere estar con Harry a solas para mostrarse romántica o cariñosa.
- ____, entra- me gritó Louis mientras le tiraba más agua a Maru-, no está tan fría.
Estiré un pie para tocar el agua, no, no estaba fría, estaba helada. Creo que si lograba meterme del todo y no salir echa un cubito de hielo era un milagro. Me preguntaba como había echo los chicos para entrar si ningún problema.
- ¡Harry ve por ella!- le ordenó Maru-, no se meterá nunca si se queda ahí parada.
Harry se echó a reír y comenzó a acercarse a mi. Ahora sí que sufriría caer de golpe en el agua helada me haría mal. No tenía sentido correr pero si quería perder tiempo para no meterme debía hacerlo. Cuando me dí cuenta que Harry estaba lo suficientemente cerca como para agarrarme me eché a correr.
No sirvió de mucho ya que tres minutos después me encontraba cargada en el hombro de Harry. El no podía parar de reír y yo ya estaba temblando de frío. Sabía que luego me acostumbraría al agua pero la primera oleada es la peor. Si no me equivocaba me agarraría un gran resfrío y eso que hacía unos días había salido de uno. Harry me tiró al agua, sentí que cada parte de mi cuerpo se congelaba. Fingiendo estar enojada comencé a tirarle montones de agua en la cara. El me los devolvía pero no era nada comparado a lo que yo le tiraba. Maru y Louis se nos unieron y comenzamos una guerra de cuatro. Tuve que parar un rato porque se me había cansado los brazos y además porque las olas se estaban haciendo cada vez más grandes y nos estaban pasando por encima todo el tiempo, jamás había tragado tanto agua.
- Juguemos a las peleas- propuso Maru. Antes de que pudiera decir algo Louis se agachó y me subió para estar uno arriba del otro. Niall, que había quedado solo ya que Antonella se había ido a la carpa hizo lo mismo con Harry.
- Perderás rulitos- le advertí riendo-, no saldrás vivo.
- El primero que caiga paga la comida- gritó Maru-, yo estaré vigilando que no hagan trampa.
- Estoy de tu lado ____- dijo Niall-, Harry me está rompiendo la espalda. La próxima recuerdame no hacerte subir arriba mio.
Cuando Maru dijo 'ya' comenzamos a empujarnos por los hombros. Creo que lo que menos hacíamos era golpearnos. Nos estábamos muriendo de la risa, Niall casi ni se podía mover y Louis ya se estaba cansando.
- El que gana juega contra Louis- nos avisó Maru-, vayan apurándose. Hace cinco minutos que están luchando.
Entre empujones recordé que Harry tiene cosquillas. Haría eso para hacerlo caer, en cuando levantara los brazos sería su fin. Me eché a reír imaginándome esa escena. Esperamos a que la ola que se estaba acercando a nosotros nos pasara por encima para poder seguir. Si alguno de los dos caía mientras la ola pasaba nos lo iban a contar como trampa.
Justo después Harry levanto uno de sus brazos para seguir empujándome y comencé a hacerle cosquillas. Maru comenzó a reírse y el no dejaba de gritar, cuando ya estaba lo suficientemente distraído lo empujé y gané. Jamás la había pasado tan bien con los chicos. Este juego había sido super divertido. Ahora me tocaba jugar de nuevo, contra Louis.
- El último y vamos a comer- dijo Maru-, ____ yo te cargo.
Me subí a los hombros de Maru mientras que Louis se subía a los de Harry. Otra vez guerra. Tenía los brazos cansados así que suponía que perdería además Louis parecía ser bastante más fuerte que Harry.
- ¿Lista para perder?-preguntó entre risas.
- Tu perderás- lo desafié mientras comenzábamos a empujarnos.
Estuvimos un buen rato empujándonos. Maru ya estaba cansada de sostenerme y quería bajarme. Louis y yo también queríamos bajarnos pero no íbamos a decir nada para hacerlos enojar. Me acomodé en los hombros de Maru pero hice un mal movimiento y me caí para atrás. Por suerte caí sentada pero se la cabeza me dio vueltas por unos cuantos minutos.
- ¿Te encuentras bien?- me preguntó Louis mientras me tendía la mano-, casi te matas.
- Perdona, fue mi culpa-se lamentó Maru-. Debí haberte agarrado más fuerte.
- No importa-dije-, estoy bien. Va, eso creo me da vueltas la cabeza pero fue por la caída. Además me entró mucho agua.
- Vayamos hacía la sombrilla, Antonella nos debe estar esperando- propuso mientras me levantaba. Al parecer todavía no me podía mantener de pie y menos estando en el agua. Busqué el hombro de la persona que se encontraba más cerca mio y me apoyé en el. Era Louis. Me tomó la cintura para que pudiera mantener el equilibrio.
Cuando llegamos a donde estaba Antonella me metí dentro de la carpa, el mareo ya había cesado pero no me gustaba estar al sol. Ya estaba lo suficiente quemada como para seguir exponiéndome.
- ¿Te encuentras mejor?- preguntó Maru mientras se sentaba a mi lado-, hay un sol allí afuera. Creo que no saldré más de aquí.
- Yo tampoco- comenté riendo-, además es cómodo. Oye ¿me das un poco de lo que estás tomando? ¿Qué es?
- No lo sé- contestó-, Harry compró uno para ti. Llámalo.
- Eh, Harry- grité mientras me asomaba por la entrada de la carpa-. Me das algo de beber.
- Claro- me entregó una vaso-, es lo que tiene Maru. Es rico.
- Gracias- dije mientras lo agarraba. Lo probé, si no me equivocaba era un licuado de banana.
- ¿Harás algo por la noche?- preguntó Maru-, estábamos pensando ir a cenar al restaurante donde trabaja el papá de Antonella.
- ¿Todos?- pregunté para ver quienes irían-, creo que no hay problema, solo tengo que preguntarle a mi madre.
- Sí, nosotros y creo que Liam y la novia- dijo tratando de recordar-, de todos modos ellos no molestarían. Puedes invitar a alguien si quieres.
- Supongo que me dejaran- comenté-, cuando llegue a casa le diré a mi madre y te mando un mensaje. ¿Dónde queda?
- Queda en la ciudad, es bastante cerca de aquí- respondió-, pero no te preocupes pasaremos por ti. El restaurante es algo elegante pero no llega a serlo del todo así que supongo que tendremos que ir bien vestidas.
- ¿Me estás dando a entender que nos vestimos mal?- pregunté riendo-, no hacía falta que me lo dijeras.
- No, no estoy diciendo que nos vestimos mal- aclaró-, solo estoy diciendo que necesitamos vestirnos un poco más formal. En realidad no es una salida que arreglamos entre todos, es que Antonella me dijo que su padre se mudará y antes de irse quiere conocer a sus amigos.
- Entonces supongo que no puedo faltar- concluí-, bueno, le diré a Antonella que mi madre me dejo. Iré de todos modos me deje o no.
- Sí, Antonella me dijo que te avise está algo nerviosa- hizo una pausa y tomó de su bebida-, sabes creo que a todas nos ponen nerviosas las cenas.
- Yo todavía no tuve ninguna- comenté-, y creo que tampoco la tendré así que estoy salvada.
- ¿Y que pasa si te digo que Louis te invitará a cenar?- preguntó con una sonrisa.
- Am... bueno, en ese entonces... yo, hum...- no sabía que decir, tenía razón a todas nos ponían nerviosas las cenas.
- Era broma- confesó entre risas-, pero quería que vieras que es verdad lo que decía.
- Me dí cuenta- murmuré-, bueno cambiando de tema, creo que no tengo ropa decente para llevar a esa cena. Se supone que si Antonella quiere que su papá nos conozca tenemos que ir algo decentes.
- Además, Antonella le presentará a Niall en la cena- me susurró-, está super nerviosa por eso. Igual el padre ya sabe que están saliendo solo que no lo conoce.
- Ah, con razón bueno igual supongo que no habrá ningún problema- comenté-, Niall es genial estoy segura de que le caerá bien. Me pregunto como le caeremos nosotras- ambas reímos-, espero que no caerle mal.
- No lo harás- respondió-, creo que iremos Niall, Louis, Harry, Liam, Antonella, tu y yo... no creo que la novia de Liam venga, casi ni hablamos con ella y se sentirá algo incómoda.
- Tienes razón- dije de acuerdo, era verdad casi nunca hablábamos con la novia de Liam. No nos caía mal pero no había relación.
- Chicas, ayúdennos a juntar las cosas- nos pidió Louis mientras se asomaba-, debemos irnos ahora si queremos llegar a la cena. ¿____, tu irás?
- Sí, seguro- dije mirando a Antonella quien me sonrió conforme.
- Ah, por cierto olvidé decirte que Louis pasará por ti- me avisó Maru-, Harry vendrá a buscarme a casa.
- ¿Enserio?- preguntó Louis-, creí que tu pasarías por ella y yo por Harry y Liam.
- Es que necesito decirle algo a Harry y además se ha olvidado el saco en mi casa ayer- comentó-, así que supongo que ya sabes la dirección de _____.
- Eso creo- respondió mientras guardaba una de las silletas-, bueno ayuden con la carpa.
Mientras Maru, Antonella y yo desarmábamos la carpa hablábamos sobre la cena. Niall pasaría a buscarla para ir al restaurante y Harry pasaría a buscar a Maru así que la única forma de que llegara al lugar era que Louis pasara por mi. Obviamente no tenía ningún problema pero estaba segura de que sería algo incómodo. Igual por lo que había escuchado no estaríamos solos en el auto. Liam también iría allí y si iba la novia, ella también aunque no creía que vaya.
- La he pasado genial- comentó Antonella mientras guardábamos la carpa en el baúl del coche de Niall-, tendríamos que hacer esto más seguido ahora que está comenzando a hacer calor.
- Claro yo también me he divertido- dije de acuerdo-, algún día que tengamos libres volveremos.
- No lo duden- afirmó Maru-, bueno ____ vendrá en mi auto. ¿Nos vemos en la cena, cierto?
- Sí, Harry ya sabe la dirección del lugar así que no te preocupes y supongo que Louis o Liam también la deben saber.
Nos despedimos de Antonella aunque sabíamos que la volveríamos a ver en menos de tres horas. Eran las seis de la tarde y había que estar allí a las ocho treinta. Dudaba mucho encontrar algo decente para ponerme en dos horas. Louis me había dicho que pasaría por mi a las ocho ya que llegar hasta el lugar nos tardaría mínimo media hora.
- ¿Has echo eso apropósito?- le pregunté a Maru apenas me senté en el asiento del copiloto-, Louis no estaba enterado de que debía llevarme.
- No, no fue apropósito- respondió-, no lo hice ni por ti ni por Louis es que necesito decirle algo a Harry.
- ¿Algo como que?- pregunté intrigada-, ¿se puede saber?
- Claro, pero no quería que los chicos se enterarán solo quiero contarle que me dijo mi madre luego de la cena.
- ¿Qué te dijo?- pregunté-, eso no me lo has contado.
- Nada, solo que Harry le pareció un muy buen chico, que era divertido y simpático que podía venir a cenar cuantas veces quisiera solo que le avisara y ella prepararía la cena. Además también debo devolverle el saco que se olvido.
No pegué un ojo en toda la noche. Por más que mi cuarto ahora esté ordenado no pude parar de pensar en el echo de que tal vez sí, en cualquier momento me llegaba la hora. En Texas nunca me había pasado algo así pero al parecer ahora el tipo tiene un plan mucho mejor.
Por otro lado tenía que llamar a Maru o encontrarme con ella. Necesitaba saber que había pasado, preguntarle si había salido todo bien. Estaba segura de que sí, todo había salido perfecto pero necesitaba detalles. Tal vez, iríamos a la playa. Maru me había dicho que hoy sería un buen día y que estaría bueno salir a algún lado con los chicos. Aunque después del último incidente en la playa no tenía muchas ganas de ir.
- ¡Maru, contéstame!- dije cuando me dio el contestador nuevamente. Le había dejado un mensaje de voz. Estaba segura de que seguía despierta, eran las dos de la tarde.
Mi madre seguía durmiendo, supongo que la fiesta la había dejado agotada. Debía salir o hacer algo antes de que despertara y quisiera contarme los detalles. No quería saber nada sobre como la había pasado en esa fiesta.
Me acosté en el sillón de sala de estar esperando a que Maru me llamara. No debía faltar mucho para eso.
- ¡_____!- exclamó ella-, tengo que contarte todo.
- Lo sé. ¿Vamos a salir a algún lado? dime que sí por favor no quiero que mi madre me cuente sobre su fiesta.
- Claro, ayer cuando mi madre nos dejo solos a Harry y a mi planeamos hacer algo hoy- comentó-, prepara la maya y un bolso que iremos a la playa.
- ¿Pasarás por mi?- pregunté-, ven un rato antes así me cuentas como te fue.
- Iré yo sola- me avisó-, nos encontramos con los chicos a allá.
- Está bien- acepté-, pero ¿vienes ahora? tengo que avisarle a mi mamá.
- Sí, ahora termino de prepararme y paso por ti- me advirtió-, trata de estarte lista para cuando llegue.
- Bueno, adiós nos vemos en unos minutos.
Corté la llamada y subí a mi habitación. Iría con la misma maya que había ido al fogón, no creo que vayan a darse cuenta. Agarré un bolso playero y guardé una toalla, el bronceador, mi celular y un disco de esos voladores que encontré en el living. Ahora solo me faltaba avisarle a mi madre a donde iría. Seguía durmiendo y no tenía ganas de levantarme. Además, no sabía si iba a dejarme ir luego de lo que había pasado con el auto de Maru. Dudo mucho que siga confiando en sus dones como conductora, por eso, mejor le dejaría una nota explicándole a donde iba, con quien y hasta que hora me quedaría.
"Ma, estoy en la playa del centro con Maru, Antonella y los chicos. Cualquier cosa llámame, tengo el celular a mano. No sé a que hora volveré pero supongo que antes de las siete. Te amo''
Colgué la nota en el refrigerador, estaba segura que apenas se levantara iría a la cocina para tomar algo. Volví a bajar, tenía que esperar a que Maru tocara el timbre para poder salir. Llegaría rápido ya que vive bastante cerca.
- Al fin llegas- dije mientras cerraba la puerta-, ¿me contarás que tal salió todo?
- Claro- afirmó-, ahora cuando estemos camino a la playa.
Subimos al auto. Antonella no vendría con nosotras ya que la pasaría a buscar Niall. Después de tanto tiempo sin hablar con ella me enteré de que ya están saliendo. Me agrada la pareja que hacen ambos sin tímidos y de buen corazón. Dudo mucho que vayan a cortar pronto, se los ve verdaderamente enamorados.
- Bueno, ahora cuéntame-le pedí-, estoy segura de que salió todo más que bien.
- No creo que más que bien pero salió genial- comentó entusiasmada-, a mi mamá le cayó genial.
- ¿Pero como fue? ¿estaban nerviosos?-pregunté, quería detalles.
- Sí, al principió sí- confesó-, pero luego le dije a Harry que esté tranquilo porque a mi mamá le habían encantado las flores. Además fue muy bien vestido, me sorprendió.
- Hice un buen trabajo- me alagué a mi misma mientras reía-, bueno me alegro. ¿Yo que te dije? Al parecer tenía razón.
- Aunque me hubiera gustado que mi madre no dijera estupideces sobre las cosas que hacía cuando era chiquita-comentó-, pero bueno supongo que es normal.
- Claro que es normal- concluí-, anormal hubiera sido que no lo haya echo.
- ¿Y tu, que tal pasaste la noche?- preguntó. Si supiera como la pasé no creo que me lo haya preguntado con tal normalidad.
- Aburrida- mentí-, estuve un rato en la computadora y luego se me rompió el monitor.
Sabía que Maru algún día iría a mi casa y me preguntaría por la pantalla del ordenador, pensé que sería mejor aclararle ahora que el aparato ese ya no se encontraba más en casa.
- ¿¡Se te ha roto el monitor!?- preguntó sorprendida-, bueno no era muy nuevo.
- Igual no lo usaba mucho- dije desinteresada-, siempre estoy un ratito y luego apago porque me aburro.
Mientras hablábamos de cosas sin sentido Maru aparcó el auto frente a una playa. No había ido nunca allí pero para mi eran todas iguales. Todas tenían arena y agua ¿que podía tener de diferente a las otras playas? nada. Agarramos los bolsos y bajamos al muelle, había bastante gente. Al parecer se nos haría un poco difícil encontrar a los chicos. Me preguntaba si Louis iría, no digo que no sea de mi agrado verlo pero me daría un poco de vergüenza hablarle luego de que lo rechacé para ir al baile. Bueno, el iría con Tiffany no tenía que preocuparme sobre lo del baile. Es más, tendría que hacer como si nunca hubiéramos hablado del tema supongo que así me sentiría más cómoda.
- ¡Allí están!- exclamó Maru mientras salía corriendo a abrazar a Harry. Yo seguí caminando a paso lento hacía donde estaban ellos.
- Hola chicos- saludé mientras los saludaba con un beso en la mejilla. Estaban Niall, Louis y Harry pero Antonella todavía no se encontraba allí, pensé que Niall la pasaría a buscar.
- Antonella está cuidando las cosas- comentó Louis al ver mi cara-, tenemos que ir antes de que piense que la abandonamos.
Mientras caminábamos entre la arena sentía como me quemaba los pies. Debí haberme traído zapatillas, por suerte la arena que se encontraba cerca del mar estaba mojada y fría. No quería quedarme en maya frente a ellos... me sacaría la ropa cuando Maru y Antonella lo hicieran pero yo sola no. Me sentiría completamente incómoda.
Había una sombrilla y una pequeña carpa en donde se encontraba Antonella. Suponía que ambas eran para nosotros. ¿Para que una carpa? me pregunté. Bueno, seguramente por si alguien tenía sueño o ya no aguantaba el sol. Al parecer sería perfectamente para mi, odiaba quemarme siempre me pasaba y quedaba roja como un tomate.
- ¡Antonella!- exclamé mientras iba a saludarla-, que linda bikini.
El cuerpo de Antonella era parecido al mio, solo que ella tenía menos ''curvas'', pero no se quedaba atrás todo lo que se ponía le quedaba bien. Teniendo menos cuerpo que yo ella se sentía menos acomplejada. Ya me gustaría poder pensar que todo lo que me probara me quedaba bien o por lo menos bonito pero era algo imposible va eso creía yo.
- ____, ¿te meterás al mar?- preguntó Maru mientras se quitaba el short-, los chicos ya están allí.
- Supongo, yo también llevo la maya puesta- comenté mientras me paraba de la silleta en la que me había sentado-. No nos meteremos a lo hondo, cualquier cosa estaré atenta y también están los chicos.
Le dije a Maru y a Antonella que se adelantaran, tardaría en sacarme la ropa y guardarla en el bolso. Podía asegurar de que el agua estaba helada y me costaría un montón meterme. Odiaba el agua fría.
Dejé mi toalla colgada en una silleta, volvería pronto para secarme así que prefería dejarla a mano. Me acerqué lentamente hacía donde estaban los chicos. Maru ya se había logrado meter del todo y se encontraba tirándose agua con Louis, por otro lado Antonella estaba tratando de acostumbrarse al frío del agua mientras Niall la esperaba. Siempre andaban juntos, hasta con amigos. Maru y Harry eran un poco diferente a ellos. Maru se dispersaba en salidas grupales, no andaba siempre con Harry. Bueno, conociendo a Maru podía decir que ella prefiere estar con Harry a solas para mostrarse romántica o cariñosa.
- ____, entra- me gritó Louis mientras le tiraba más agua a Maru-, no está tan fría.
Estiré un pie para tocar el agua, no, no estaba fría, estaba helada. Creo que si lograba meterme del todo y no salir echa un cubito de hielo era un milagro. Me preguntaba como había echo los chicos para entrar si ningún problema.
- ¡Harry ve por ella!- le ordenó Maru-, no se meterá nunca si se queda ahí parada.
Harry se echó a reír y comenzó a acercarse a mi. Ahora sí que sufriría caer de golpe en el agua helada me haría mal. No tenía sentido correr pero si quería perder tiempo para no meterme debía hacerlo. Cuando me dí cuenta que Harry estaba lo suficientemente cerca como para agarrarme me eché a correr.
No sirvió de mucho ya que tres minutos después me encontraba cargada en el hombro de Harry. El no podía parar de reír y yo ya estaba temblando de frío. Sabía que luego me acostumbraría al agua pero la primera oleada es la peor. Si no me equivocaba me agarraría un gran resfrío y eso que hacía unos días había salido de uno. Harry me tiró al agua, sentí que cada parte de mi cuerpo se congelaba. Fingiendo estar enojada comencé a tirarle montones de agua en la cara. El me los devolvía pero no era nada comparado a lo que yo le tiraba. Maru y Louis se nos unieron y comenzamos una guerra de cuatro. Tuve que parar un rato porque se me había cansado los brazos y además porque las olas se estaban haciendo cada vez más grandes y nos estaban pasando por encima todo el tiempo, jamás había tragado tanto agua.
- Juguemos a las peleas- propuso Maru. Antes de que pudiera decir algo Louis se agachó y me subió para estar uno arriba del otro. Niall, que había quedado solo ya que Antonella se había ido a la carpa hizo lo mismo con Harry.
- Perderás rulitos- le advertí riendo-, no saldrás vivo.
- El primero que caiga paga la comida- gritó Maru-, yo estaré vigilando que no hagan trampa.
- Estoy de tu lado ____- dijo Niall-, Harry me está rompiendo la espalda. La próxima recuerdame no hacerte subir arriba mio.
Cuando Maru dijo 'ya' comenzamos a empujarnos por los hombros. Creo que lo que menos hacíamos era golpearnos. Nos estábamos muriendo de la risa, Niall casi ni se podía mover y Louis ya se estaba cansando.
- El que gana juega contra Louis- nos avisó Maru-, vayan apurándose. Hace cinco minutos que están luchando.
Entre empujones recordé que Harry tiene cosquillas. Haría eso para hacerlo caer, en cuando levantara los brazos sería su fin. Me eché a reír imaginándome esa escena. Esperamos a que la ola que se estaba acercando a nosotros nos pasara por encima para poder seguir. Si alguno de los dos caía mientras la ola pasaba nos lo iban a contar como trampa.
Justo después Harry levanto uno de sus brazos para seguir empujándome y comencé a hacerle cosquillas. Maru comenzó a reírse y el no dejaba de gritar, cuando ya estaba lo suficientemente distraído lo empujé y gané. Jamás la había pasado tan bien con los chicos. Este juego había sido super divertido. Ahora me tocaba jugar de nuevo, contra Louis.
- El último y vamos a comer- dijo Maru-, ____ yo te cargo.
Me subí a los hombros de Maru mientras que Louis se subía a los de Harry. Otra vez guerra. Tenía los brazos cansados así que suponía que perdería además Louis parecía ser bastante más fuerte que Harry.
- ¿Lista para perder?-preguntó entre risas.
- Tu perderás- lo desafié mientras comenzábamos a empujarnos.
Estuvimos un buen rato empujándonos. Maru ya estaba cansada de sostenerme y quería bajarme. Louis y yo también queríamos bajarnos pero no íbamos a decir nada para hacerlos enojar. Me acomodé en los hombros de Maru pero hice un mal movimiento y me caí para atrás. Por suerte caí sentada pero se la cabeza me dio vueltas por unos cuantos minutos.
- ¿Te encuentras bien?- me preguntó Louis mientras me tendía la mano-, casi te matas.
- Perdona, fue mi culpa-se lamentó Maru-. Debí haberte agarrado más fuerte.
- No importa-dije-, estoy bien. Va, eso creo me da vueltas la cabeza pero fue por la caída. Además me entró mucho agua.
- Vayamos hacía la sombrilla, Antonella nos debe estar esperando- propuso mientras me levantaba. Al parecer todavía no me podía mantener de pie y menos estando en el agua. Busqué el hombro de la persona que se encontraba más cerca mio y me apoyé en el. Era Louis. Me tomó la cintura para que pudiera mantener el equilibrio.
Cuando llegamos a donde estaba Antonella me metí dentro de la carpa, el mareo ya había cesado pero no me gustaba estar al sol. Ya estaba lo suficiente quemada como para seguir exponiéndome.
- ¿Te encuentras mejor?- preguntó Maru mientras se sentaba a mi lado-, hay un sol allí afuera. Creo que no saldré más de aquí.
- Yo tampoco- comenté riendo-, además es cómodo. Oye ¿me das un poco de lo que estás tomando? ¿Qué es?
- No lo sé- contestó-, Harry compró uno para ti. Llámalo.
- Eh, Harry- grité mientras me asomaba por la entrada de la carpa-. Me das algo de beber.
- Claro- me entregó una vaso-, es lo que tiene Maru. Es rico.
- Gracias- dije mientras lo agarraba. Lo probé, si no me equivocaba era un licuado de banana.
- ¿Harás algo por la noche?- preguntó Maru-, estábamos pensando ir a cenar al restaurante donde trabaja el papá de Antonella.
- ¿Todos?- pregunté para ver quienes irían-, creo que no hay problema, solo tengo que preguntarle a mi madre.
- Sí, nosotros y creo que Liam y la novia- dijo tratando de recordar-, de todos modos ellos no molestarían. Puedes invitar a alguien si quieres.
- Supongo que me dejaran- comenté-, cuando llegue a casa le diré a mi madre y te mando un mensaje. ¿Dónde queda?
- Queda en la ciudad, es bastante cerca de aquí- respondió-, pero no te preocupes pasaremos por ti. El restaurante es algo elegante pero no llega a serlo del todo así que supongo que tendremos que ir bien vestidas.
- ¿Me estás dando a entender que nos vestimos mal?- pregunté riendo-, no hacía falta que me lo dijeras.
- No, no estoy diciendo que nos vestimos mal- aclaró-, solo estoy diciendo que necesitamos vestirnos un poco más formal. En realidad no es una salida que arreglamos entre todos, es que Antonella me dijo que su padre se mudará y antes de irse quiere conocer a sus amigos.
- Entonces supongo que no puedo faltar- concluí-, bueno, le diré a Antonella que mi madre me dejo. Iré de todos modos me deje o no.
- Sí, Antonella me dijo que te avise está algo nerviosa- hizo una pausa y tomó de su bebida-, sabes creo que a todas nos ponen nerviosas las cenas.
- Yo todavía no tuve ninguna- comenté-, y creo que tampoco la tendré así que estoy salvada.
- ¿Y que pasa si te digo que Louis te invitará a cenar?- preguntó con una sonrisa.
- Am... bueno, en ese entonces... yo, hum...- no sabía que decir, tenía razón a todas nos ponían nerviosas las cenas.
- Era broma- confesó entre risas-, pero quería que vieras que es verdad lo que decía.
- Me dí cuenta- murmuré-, bueno cambiando de tema, creo que no tengo ropa decente para llevar a esa cena. Se supone que si Antonella quiere que su papá nos conozca tenemos que ir algo decentes.
- Además, Antonella le presentará a Niall en la cena- me susurró-, está super nerviosa por eso. Igual el padre ya sabe que están saliendo solo que no lo conoce.
- Ah, con razón bueno igual supongo que no habrá ningún problema- comenté-, Niall es genial estoy segura de que le caerá bien. Me pregunto como le caeremos nosotras- ambas reímos-, espero que no caerle mal.
- No lo harás- respondió-, creo que iremos Niall, Louis, Harry, Liam, Antonella, tu y yo... no creo que la novia de Liam venga, casi ni hablamos con ella y se sentirá algo incómoda.
- Tienes razón- dije de acuerdo, era verdad casi nunca hablábamos con la novia de Liam. No nos caía mal pero no había relación.
- Chicas, ayúdennos a juntar las cosas- nos pidió Louis mientras se asomaba-, debemos irnos ahora si queremos llegar a la cena. ¿____, tu irás?
- Sí, seguro- dije mirando a Antonella quien me sonrió conforme.
- Ah, por cierto olvidé decirte que Louis pasará por ti- me avisó Maru-, Harry vendrá a buscarme a casa.
- ¿Enserio?- preguntó Louis-, creí que tu pasarías por ella y yo por Harry y Liam.
- Es que necesito decirle algo a Harry y además se ha olvidado el saco en mi casa ayer- comentó-, así que supongo que ya sabes la dirección de _____.
- Eso creo- respondió mientras guardaba una de las silletas-, bueno ayuden con la carpa.
Mientras Maru, Antonella y yo desarmábamos la carpa hablábamos sobre la cena. Niall pasaría a buscarla para ir al restaurante y Harry pasaría a buscar a Maru así que la única forma de que llegara al lugar era que Louis pasara por mi. Obviamente no tenía ningún problema pero estaba segura de que sería algo incómodo. Igual por lo que había escuchado no estaríamos solos en el auto. Liam también iría allí y si iba la novia, ella también aunque no creía que vaya.
- La he pasado genial- comentó Antonella mientras guardábamos la carpa en el baúl del coche de Niall-, tendríamos que hacer esto más seguido ahora que está comenzando a hacer calor.
- Claro yo también me he divertido- dije de acuerdo-, algún día que tengamos libres volveremos.
- No lo duden- afirmó Maru-, bueno ____ vendrá en mi auto. ¿Nos vemos en la cena, cierto?
- Sí, Harry ya sabe la dirección del lugar así que no te preocupes y supongo que Louis o Liam también la deben saber.
Nos despedimos de Antonella aunque sabíamos que la volveríamos a ver en menos de tres horas. Eran las seis de la tarde y había que estar allí a las ocho treinta. Dudaba mucho encontrar algo decente para ponerme en dos horas. Louis me había dicho que pasaría por mi a las ocho ya que llegar hasta el lugar nos tardaría mínimo media hora.
- ¿Has echo eso apropósito?- le pregunté a Maru apenas me senté en el asiento del copiloto-, Louis no estaba enterado de que debía llevarme.
- No, no fue apropósito- respondió-, no lo hice ni por ti ni por Louis es que necesito decirle algo a Harry.
- ¿Algo como que?- pregunté intrigada-, ¿se puede saber?
- Claro, pero no quería que los chicos se enterarán solo quiero contarle que me dijo mi madre luego de la cena.
- ¿Qué te dijo?- pregunté-, eso no me lo has contado.
- Nada, solo que Harry le pareció un muy buen chico, que era divertido y simpático que podía venir a cenar cuantas veces quisiera solo que le avisara y ella prepararía la cena. Además también debo devolverle el saco que se olvido.
MrsMalikStyles
Re: Estoy ciego pero tu eres todo lo que veo {One Direction, Zayn Malik y tu}
Hasta aquí el maratón, quería poner más capítulos, pero tengo mañana un examen de lengua, y no me se casi nada todavía, son las 9 de la noche y todavía sigo estudiando, no se cuando voy a seguirla, porque tengo muchos exámenes, trabajos y más cosas del instituto, pero en cuanto pueda os pongo 5 capítulos mas o menos, os lo prometo, además, queda poco para que la nove termine! GRACIAS CHICAS, SOIS UNOS AMORES, BESOS :)
MrsMalikStyles
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