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Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
louisa styless <3 escribió:aaahh..!!me encanta la nove es como leer un libro lleno de misterioo..!! jaja me encantaa..!!
Si, todo es un misterio, pero es muy buena la saga, a mi me encanta. Estoy esperando con ansias el ultimo libro.
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Capitulo 3, parte II
A las siete de la tarde el cielo se puso azul oscuro y subi la cremallera de mi abrigo buscando mas calor. Vee y yo saliamos del cine, despues de ver El Sacrificio, y nos dirigiamos al estacionamiento. Mi trabajo en el eZine era hacer reseñas de peliculas, y como ya habia visto todas las demas peliculas en cartelera, nos resignamos a ver lo ultimo del cine urbano.
- Esa - Dijo Vee - fue la pelicula mas grotesca que he visto en mi vida. Como norma, ya no volveremos a ver nada que tenga que ver con terror.
Bien por mi. Estaba comenzando a sentirme un poco paranoica tomando en consideracion que anoche alguien estuvo acechando tras la ventana de mi cuarto y a eso le sumamos que hoy vimos una pelicula que trata sobre un acosador.
- ¿Puedes imaginar - Dijo Vee - vivir toda tu vida sin saber que la unica razon por la cual sigues con vida es porque seras usada como un sacrificio? - Ambas nos estremecimos.
- ¿Y que pasa con ese altar? - Ella continuo, sin darse cuenta de que me estaba fastidiando y de que preferiria hablar sobre el ciclo de vida de los hongos antes de hablar sobre la pelicula - ¿Por que el chico malo prendio la piedra en fuego antes de atarla a ella? Cuando escuche su piel chisporrotear…
- ¡Ya esta bien! - Practicamente grite - ¿A donde vamos ahora?
- ¿Y puedo decir que si alguna vez un chico me besa asi, vomitare? Repulsivo ni siquiera describe que estaba pasando con su boca. ¿Eso era maquillaje, verdad? O sea, nadie tiene una boca asi en la vida real…
- Mi reseña tiene que estar lista para la media noche. - Dije parandome frente a ella.
- Ah. Si. A la biblioteca entonces. - Vee abrio las puertas de su Dodge Neon del 95 color violeta - Estas siendo demasiado susceptible ¿Lo sabias? - Me deslice en el asiento del pasajero.
- Culpa a la pelicula.
Culpa a Tom el Espia, que estaba anoche en mi ventana.
- No estoy hablando solamente de hoy. He notado - Dijo ella con una mueca traviesa - que durante los ultimos dos dias has estado inusualmente malhumorada por una buena media hora despues de la clase de Biologia.
- Eso tambien es facil. Culpa a Patch.
Los ojos de Vee se posaron en el espejo retrovisor, lo ajusto para ver mejor sus dientes, los lamio y luego dio una sonrisa practicada.
- Tengo que admitir que su lado oscuro llama mi atencion.
Yo no tenia ningun deseo de admitirlo, pero Vee no era la unica. Me sentia atraida por Patch de una manera que nunca habia sentido por nadie. Entre nosotros habia un siniestro magnetismo. Cuando estaba cerca de el me sentia atraida al borde del peligro. Se sentia como si en cualquier momento el podria empujarme por el abismo.
- Escucharte decir eso me hace querer… -
Hice una pausa, intentando pensar que era exactamente lo que nuestra atraccion hacia Patch me hacia querer hacer. Algo no placentero.
- Dime que no crees que el es guapo - Dijo Vee - y prometo nunca mas hablar de el. - Extendi la mano para encender la radio. Con tantas cosas que hacer, debe haber algo mejor que arruinar nuestra noche hablando abstractamente de Patch. Sentarme una hora al lado de el todos los dias, cinco dias a la semana, era mas de lo que podia soportar. Tampoco le iba a dar mis noches.
- ¿Y bueno? - Presiono Vee.
- El puede ser guapo, pero yo sere la ultima en saberlo. En esto soy un jurado corrupto, lo siento.
- ¿Que se supone que significa eso?
- Significa que no soporto su personalidad. Ninguna cantidad de belleza podria arreglar eso.
- No es belleza. El es… dificil de explicar. Sexy. - Yo puse mis ojos en blanco.
Vee sono la bocina y freno en seco mientras otro coche se ponia frente a ella.
- ¿Que? ¿No estas de acuerdo, o es que no es tu tipo?
- No tengo un tipo. - Dije - No soy tan estrecha.
Vee rio.
- Tu, nena, eres mas que estrecha. Estas confinada. Hacinada. Tu espectro es tan ancho como uno de los micro-organismos del entrenador. En la escuela hay pocos chicos, si es que hay alguno, de los cuales podrias enamorarte.
- Eso no es cierto. - Dije automaticamente. No fue hasta que lo dije que me pregunte cuan ciertas eran mis palabras. Nunca he estado interesada en nadie. ¿Tan rara era? - No tiene que ver con los chicos, es sobre… amor. No lo he encontrado.
- No se trata de amor. - Dijo Vee - Se trata de divertirse. - Dudosa, junte mis cejas.
- Besar un chico, no se. No me interesa. ¿Es divertido?
- ¿No has estado prestando atencion a la clase de Biologia? Es mucho mas que besarse.
- Ah. - Dije como si hubiera descubierto el mayor de los conocimientos – La poblacion humana ya esta bastante elevada sin tenerme a mi para contribuir a ello.
- ¿Quieres saber quien creo que seria muy bueno en eso?
- ¿Bueno?
- Bueno. - Repitio con una sonrisa indecente.
- No quiero saberlo.
- Tu compañero.
- No le llames asi. - Dije - Compañero tiene una connotacion positiva.
Vee acomodo su coche en un espacio cerca de las puertas de la biblioteca y apago el motor.
- ¿Alguna vez has fantaseado con besarlo? ¿Alguna vez lo has visto de reojo y has imaginado lanzarte y cerrar tu boca con la suya?
Yo la mire con una mirada que desee que luciera bastante alarmada.
- ¿Tu lo has hecho?
Vee sonrio abiertamente.
Trate de imaginar que haria Patch si supiera esta informacion. Con lo poco que sabia de el, sentia que su aversion hacia Vee era lo suficientemente concreta como para tocar.
- El no es lo suficientemente bueno para ti. -Ella gimio.
- Cuidado. Solo estas haciendo que lo desee mas.
Dentro de la biblioteca ocupamos una mesa en el primer nivel, cerca de la seccion de ficcion para adultos. Abri mi ordenador portatil y escribi: El Sacrificio, dos estrellas y media. Dos y media era probablemente demasiado bajo, pero tenia tantas cosas en mi mente que no me sentia particularmente equitativa. Vee abrio una bolsa de frituras de manzana.
- ¿Quieres?
- Estoy bien, gracias. - Ella miro a la bolsa.
- Si no te las comes tendre que hacerlo yo, y en realidad no quiero.
Vee estaba en la dieta de frutas. Tres frutas rojas diarias, dos azules y muchas verdes…
Ella alzo una fritura y la examino.
- ¿Que color? - Le pregunte.
- Verde-hazme-vomitar. Creo.
Justo en ese momento Marcie Millar, la unica estudiante de segundo curso que logro ser porrista en la historia de Coldwater High, se sento en la esquina de nuestra mesa. Su cabello rojizo estaba recogido en trenzas y, como siempre, su piel estaba cubierta por media botella de maquillaje. Estaba segura de que habia acertado en la cantidad de maquillaje porque no se notaban sus pecas. No he vuelto a ver ninguna de sus pecas desde septimo grado, el mismo año que descubrio Mary Kay. Habia tres cuartos de pulgada entre el final de su falda y el comienzo de su ropa interior… si es que llevaba puesto algo.
- Hola talla grande. - Le dijo Marcie a Vee.
- Hola fenomeno. - Le contesto Vee.
- Mi madre esta buscando modelos en esta semana. El pago son nueve dolares la hora. Pense que estarias interesada. - La madre de Marcie maneja el JCPenney local y en los fines de semanas tiene a Marcie y al resto de las porristas desfilando bikinis en las vitrinas que dan a la calle - Se le ha hecho muy dificil conseguir modelos para ropa interior de talla extra grande. - Dijo Marcie.
- Tienes comida atorada en tus dientes. - Vee le dijo a Marcie - En la grieta que hay entre tus dos dientes frontales. Parece como chocolate laxante…
Marcie lamio sus dientes y se bajo de la mesa. Mientras ella se alejaba ostentosamente, Vee a espaldas de Marcie metio su dedo en la boca y fingio que se provocaba el vomito.
- Tiene suerte de que estamos en la biblioteca. - Me dijo Vee - Tuvo suerte de que no nos hubieramos encontrado en un callejon oscuro. Ultima oportunidad, ¿quieres una fritura?
- Paso.
Vee se fue para tirar las frituras. Minutos mas tardes regreso con una novela de romance. Se sento al lado mio y, mostrando la caratula, dijo: Algun dia estas vamos a ser nosotras. Violadas por dos vaqueros medio desnudos. Me pregunto como se sentira besar labios tostados por el sol y manchados de barro…
- Sucio. - Murmure mientras seguia escribiendo en mi portatil.
- Hablando de sucio. - Y alzo la voz inesperadamente - Ahi esta nuestro chico.
Deje de escribir, mire sobre mi portatil y mi corazon solto un latido. Patch estaba parado al otro lado de la habitacion, haciendo fila para llevarse un libro. Como si el sintiera que lo estaba mirando, se volvio y nuestros ojos se encontraron por tres segundos. Yo fui la primera en mirar a otra parte, pero no sin antes recibir una lenta sonrisa.
Mi corazon comenzo a latir erraticamente y me dije a mi misma que me tranquilizara. Yo no iba a seguir por este camino. No con Patch. De ninguna manera, a menos que estuviera loca.
- Vamonos. - Le dije a Vee mientras cerraba mi portatil, lo guardaba y metia mis libros dentro de mi mochila, dejando caer unos cuantos mientras lo hacia.
Vee dijo:
- Estoy intentando leer el titulo del libro que tiene… espera… Como ser un Acosador.
- El no se va a llevar un libro con ese titulo. - Pero no estaba segura.
- Es eso o Como Ser Sexy Sin Intentarlo.
- ¡Shhh! - Silbe entre dientes.
- Calmate, el no puede escucharnos. Esta hablando con la bibliotecaria. Esta registrando el libro para llevarselo.
Confirmando esto con una rapida mirada, me di cuenta de que si nos ibamos ahora probablemente nos encontrariamos con el en la salida y entonces tendria que decirle algo. Me acomode de nuevo en la silla y comence a buscar en mis bolsillos ninguna cosa en particular mientras el terminaba el proceso del libro.
- ¿Crees que sera raro que el este aqui a la misma vez que nosotras? - Pregunto Vee.
- ¿Tu lo crees asi?
- Yo creo que te esta siguiendo.
- Yo creo que es una coincidencia. - Esto no era del todo cierto.
Si tuviera que hacer una lista de los primeros diez lugares en donde pensaria encontrar a Patch en cualquier noche, la biblioteca no seria uno de ellos. La biblioteca no estaria ni en los primeros cien lugares. Entonces, ¿que estaba haciendo el aqui?
La pregunta era particularmente perturbadora despues de lo que paso anoche. No se lo habia mencionado a Vee porque pensaba que se iba a reducir y marchitar en mi memoria hasta que dejara de existir. Punto.
- ¡Patch! - Susurro Vee teatralmente - ¿Estas acosando a Nora? Yo plante mi mano en su boca.
- Deja eso y lo digo en serio. - Le dije adoptando una expresion severa.
- Apuesto a que te esta siguiendo. - Dijo Vee apartando mi mano - Apuesto a que ya tiene un historial en esto. Apuesto a que ha tenido ordenes de alejamiento. Deberiamos colarnos en la oficina, podria estar todo en su archivo estudiantil.
- No nos vamos a meter en la oficina.
- Yo podria crear alguna distraccion. Soy buena en eso. Nadie te veria entrando. Podriamos ser como espias.
- Nosotras no somos espias.
- ¿Sabes cual es su apellido? - Pregunto Vee.
- No.
- ¿Sabes algo sobre el?
- No, y me gustaria mantenerlo asi.
- Ay, vamos. Te encantan los misterios y este no podria ser mejor.
- Los mejores misterios estan relacionados con cadaveres. No tenemos un cadaver.
- ¡Todavia! - Chillo Vee.
Saque de la botella dos pildoras de hierro y me las trague.
Despues de las nueve y treinta, Vee estaba entrando en la carretera de su casa, apagando el motor y sacudiendo las llaves enfrente mio.
- ¿No me vas a llevar a casa? - Le pregunte.
Una perdida de aliento porque ya sabia que iba a responder.
- Hay neblina.
- Neblina parcial.
Vee sonrio abiertamente.
- Ay, niña. Estas pensando en el. No te culpo. Personalmente, espero soñar con él esta noche¹. Y la neblina siempre se pone peor cerca de tu casa. - Continuo Vee - Me asusta cuando ya es de noche. Agarre las llaves.
----------
¹ Aqui hay un juego de palabras, Nora dice: “Patchy fog” lo que significa que la neblina solo esta en algunas partes, pero Vee nada mas que por molestar a Nora asocia la palabra “Patchy” con Patch. Es por eso que luego ella le dice a Nora que no deja de pensar en el.
----------
- Muchas gracias.
- No me culpes. Dile a tu madre que se mude mas cerca. Dile que existe este nuevo club llamado civilizacion y ustedes pueden unirse.
- Supongo que mañana te tengo que recoger para ir a la escuela. ¿Cierto?
- A las siete y media estaria bien. Hare el desayuno.
- Mas vale que sea bueno.
- Se buena con mi bebe. - Ella acaricio el dash del Neon - Pero no demasiado buena. No quiero que piense que hay alguien mejor que yo.
Mientras conducia a mi casa, me permiti pensar un poco en Patch. Vee tenia razon, algo en el era increiblemente seductor y tambien increiblemente espeluznante. Mientras mas pensaba en ello, mas me convencia de que algo en el era… extraño. El hecho de que a el le gustara contrariarme no era exactamente algo nuevo, pero habia una diferencia cuando a molestarme en la clase se le suma el que posiblemente me este siguiendo a la biblioteca para contrariarme aun mas. No mucha gente se tomaria tantas molestias… a menos que tenga una muy buena razon.
A mitad de camino, la lluvia comenzo a caer, dividiendo mi atencion entre el camino y el volante, mientras intentaba localizar los limpia parabrisas.
Las luces de la calle comenzaron a parpadear y me pregunte si se avecinaba alguna tormenta mas fuerte. El clima cambia constantemente estando tan cerca del oceano y un aguacero puede rapidamente convertirse en una inundacion. Decidi acelerar el Neon. Las luces de afuera volvieron a parpadear. Una sensacion fria recorrio mi nuca y se me puso la piel de gallina. Mi sexto sentido gradualmente se puso en alerta maxima. Me pregunte si pensaba que estaba siendo perseguida. Por mi retrovisor no veia ninguna luz y al frente tampoco habia ningun coche. Estaba completamente sola. No era un pensamiento muy reconfortante. Acelere el coche a cuarenta y cinco.
Encontre los limpia parabrisas, pero aunque estaban a velocidad maxima, no podian contra la pesada lluvia. La luz del semaforo que estaba mas al frente cambio a amarillo. Me detuve lentamente, verifique que no hubiera trafico y luego atravese la interseccion. Escuche el impacto antes de que registrara la oscura silueta deslizarse a traves del techo del coche.
Grite y frene en seco. La silueta dio un golpazo contra el parabrisas y lo agrieto.
Por impulso, movi el volante bruscamente hacia la derecha. La parte trasera del Neon patino, haciendome dar vueltas en la interseccion. La silueta dio vueltas y desaparecio en el borde del techo.
Yo estaba aguantando la respiracion, apretando el volante entre los nudillos blancos de mis manos. Levante mis pies de los pedales y el coche se detuvo.
El estaba agachado a poca distancia, observandome. El no parecia para nada… herido. Estaba vestido completamente de negro y se confundia con la noche, haciendo dificil ver como era. Al principio no pude distinguir ningun rasgo facial y luego me di cuenta de que llevaba puesta una mascara de esquiar.
El se paro y aminoro la distancia entre ambos. Planto su mano en el cristal de la ventana del conductor y nuestros ojos se encontraron a traves de los agujeros de su mascara. Una sonrisa letal parecio crecer en los suyos.
Nuevamente aporreo el cristal y este vibro entre nosotros.
Arranque el coche, intente sincronizarlo poniendo el cambio en primera, apretando el pedal de gasolina y soltando el embrague. El motor hizo el intento de prender, pero luego se volvio a apagar.
Arranque el motor una vez más, pero estaba distraida por un gemido metalico y desentonado. Observe con horror como la puerta comenzaba a arquearse. El la estaba arrancando.
Con fuerza, puse la palanca de cambio en primera. Mis zapatos resbalaban en los pedales. El motor comenzo a gruñir y el contador de revoluciones subio hasta la zona roja.
Su puño atraveso la ventana con una explosion de vidrios. Su mano paso torpemente por mi hombro y luego se aferro a mi brazo. Lance un ronco grito, pise fuerte el pedal de gasolina y me libere de su agarre. El Neon comenzo a moverse haciendo chillidos. El por un tiempo se mantuvo corriendo al lado del coche y agarrando mi brazo, pero luego me solto.
Acelere mas actuando bajo los efectos de la adrenalina. Mire por el espejo retrovisor para asegurarme de que el no me estaba siguiendo y luego gire el espejo para que diera a otra a parte. Tuve que morderme los labios para evitar sollozar.
- Esa - Dijo Vee - fue la pelicula mas grotesca que he visto en mi vida. Como norma, ya no volveremos a ver nada que tenga que ver con terror.
Bien por mi. Estaba comenzando a sentirme un poco paranoica tomando en consideracion que anoche alguien estuvo acechando tras la ventana de mi cuarto y a eso le sumamos que hoy vimos una pelicula que trata sobre un acosador.
- ¿Puedes imaginar - Dijo Vee - vivir toda tu vida sin saber que la unica razon por la cual sigues con vida es porque seras usada como un sacrificio? - Ambas nos estremecimos.
- ¿Y que pasa con ese altar? - Ella continuo, sin darse cuenta de que me estaba fastidiando y de que preferiria hablar sobre el ciclo de vida de los hongos antes de hablar sobre la pelicula - ¿Por que el chico malo prendio la piedra en fuego antes de atarla a ella? Cuando escuche su piel chisporrotear…
- ¡Ya esta bien! - Practicamente grite - ¿A donde vamos ahora?
- ¿Y puedo decir que si alguna vez un chico me besa asi, vomitare? Repulsivo ni siquiera describe que estaba pasando con su boca. ¿Eso era maquillaje, verdad? O sea, nadie tiene una boca asi en la vida real…
- Mi reseña tiene que estar lista para la media noche. - Dije parandome frente a ella.
- Ah. Si. A la biblioteca entonces. - Vee abrio las puertas de su Dodge Neon del 95 color violeta - Estas siendo demasiado susceptible ¿Lo sabias? - Me deslice en el asiento del pasajero.
- Culpa a la pelicula.
Culpa a Tom el Espia, que estaba anoche en mi ventana.
- No estoy hablando solamente de hoy. He notado - Dijo ella con una mueca traviesa - que durante los ultimos dos dias has estado inusualmente malhumorada por una buena media hora despues de la clase de Biologia.
- Eso tambien es facil. Culpa a Patch.
Los ojos de Vee se posaron en el espejo retrovisor, lo ajusto para ver mejor sus dientes, los lamio y luego dio una sonrisa practicada.
- Tengo que admitir que su lado oscuro llama mi atencion.
Yo no tenia ningun deseo de admitirlo, pero Vee no era la unica. Me sentia atraida por Patch de una manera que nunca habia sentido por nadie. Entre nosotros habia un siniestro magnetismo. Cuando estaba cerca de el me sentia atraida al borde del peligro. Se sentia como si en cualquier momento el podria empujarme por el abismo.
- Escucharte decir eso me hace querer… -
Hice una pausa, intentando pensar que era exactamente lo que nuestra atraccion hacia Patch me hacia querer hacer. Algo no placentero.
- Dime que no crees que el es guapo - Dijo Vee - y prometo nunca mas hablar de el. - Extendi la mano para encender la radio. Con tantas cosas que hacer, debe haber algo mejor que arruinar nuestra noche hablando abstractamente de Patch. Sentarme una hora al lado de el todos los dias, cinco dias a la semana, era mas de lo que podia soportar. Tampoco le iba a dar mis noches.
- ¿Y bueno? - Presiono Vee.
- El puede ser guapo, pero yo sere la ultima en saberlo. En esto soy un jurado corrupto, lo siento.
- ¿Que se supone que significa eso?
- Significa que no soporto su personalidad. Ninguna cantidad de belleza podria arreglar eso.
- No es belleza. El es… dificil de explicar. Sexy. - Yo puse mis ojos en blanco.
Vee sono la bocina y freno en seco mientras otro coche se ponia frente a ella.
- ¿Que? ¿No estas de acuerdo, o es que no es tu tipo?
- No tengo un tipo. - Dije - No soy tan estrecha.
Vee rio.
- Tu, nena, eres mas que estrecha. Estas confinada. Hacinada. Tu espectro es tan ancho como uno de los micro-organismos del entrenador. En la escuela hay pocos chicos, si es que hay alguno, de los cuales podrias enamorarte.
- Eso no es cierto. - Dije automaticamente. No fue hasta que lo dije que me pregunte cuan ciertas eran mis palabras. Nunca he estado interesada en nadie. ¿Tan rara era? - No tiene que ver con los chicos, es sobre… amor. No lo he encontrado.
- No se trata de amor. - Dijo Vee - Se trata de divertirse. - Dudosa, junte mis cejas.
- Besar un chico, no se. No me interesa. ¿Es divertido?
- ¿No has estado prestando atencion a la clase de Biologia? Es mucho mas que besarse.
- Ah. - Dije como si hubiera descubierto el mayor de los conocimientos – La poblacion humana ya esta bastante elevada sin tenerme a mi para contribuir a ello.
- ¿Quieres saber quien creo que seria muy bueno en eso?
- ¿Bueno?
- Bueno. - Repitio con una sonrisa indecente.
- No quiero saberlo.
- Tu compañero.
- No le llames asi. - Dije - Compañero tiene una connotacion positiva.
Vee acomodo su coche en un espacio cerca de las puertas de la biblioteca y apago el motor.
- ¿Alguna vez has fantaseado con besarlo? ¿Alguna vez lo has visto de reojo y has imaginado lanzarte y cerrar tu boca con la suya?
Yo la mire con una mirada que desee que luciera bastante alarmada.
- ¿Tu lo has hecho?
Vee sonrio abiertamente.
Trate de imaginar que haria Patch si supiera esta informacion. Con lo poco que sabia de el, sentia que su aversion hacia Vee era lo suficientemente concreta como para tocar.
- El no es lo suficientemente bueno para ti. -Ella gimio.
- Cuidado. Solo estas haciendo que lo desee mas.
Dentro de la biblioteca ocupamos una mesa en el primer nivel, cerca de la seccion de ficcion para adultos. Abri mi ordenador portatil y escribi: El Sacrificio, dos estrellas y media. Dos y media era probablemente demasiado bajo, pero tenia tantas cosas en mi mente que no me sentia particularmente equitativa. Vee abrio una bolsa de frituras de manzana.
- ¿Quieres?
- Estoy bien, gracias. - Ella miro a la bolsa.
- Si no te las comes tendre que hacerlo yo, y en realidad no quiero.
Vee estaba en la dieta de frutas. Tres frutas rojas diarias, dos azules y muchas verdes…
Ella alzo una fritura y la examino.
- ¿Que color? - Le pregunte.
- Verde-hazme-vomitar. Creo.
Justo en ese momento Marcie Millar, la unica estudiante de segundo curso que logro ser porrista en la historia de Coldwater High, se sento en la esquina de nuestra mesa. Su cabello rojizo estaba recogido en trenzas y, como siempre, su piel estaba cubierta por media botella de maquillaje. Estaba segura de que habia acertado en la cantidad de maquillaje porque no se notaban sus pecas. No he vuelto a ver ninguna de sus pecas desde septimo grado, el mismo año que descubrio Mary Kay. Habia tres cuartos de pulgada entre el final de su falda y el comienzo de su ropa interior… si es que llevaba puesto algo.
- Hola talla grande. - Le dijo Marcie a Vee.
- Hola fenomeno. - Le contesto Vee.
- Mi madre esta buscando modelos en esta semana. El pago son nueve dolares la hora. Pense que estarias interesada. - La madre de Marcie maneja el JCPenney local y en los fines de semanas tiene a Marcie y al resto de las porristas desfilando bikinis en las vitrinas que dan a la calle - Se le ha hecho muy dificil conseguir modelos para ropa interior de talla extra grande. - Dijo Marcie.
- Tienes comida atorada en tus dientes. - Vee le dijo a Marcie - En la grieta que hay entre tus dos dientes frontales. Parece como chocolate laxante…
Marcie lamio sus dientes y se bajo de la mesa. Mientras ella se alejaba ostentosamente, Vee a espaldas de Marcie metio su dedo en la boca y fingio que se provocaba el vomito.
- Tiene suerte de que estamos en la biblioteca. - Me dijo Vee - Tuvo suerte de que no nos hubieramos encontrado en un callejon oscuro. Ultima oportunidad, ¿quieres una fritura?
- Paso.
Vee se fue para tirar las frituras. Minutos mas tardes regreso con una novela de romance. Se sento al lado mio y, mostrando la caratula, dijo: Algun dia estas vamos a ser nosotras. Violadas por dos vaqueros medio desnudos. Me pregunto como se sentira besar labios tostados por el sol y manchados de barro…
- Sucio. - Murmure mientras seguia escribiendo en mi portatil.
- Hablando de sucio. - Y alzo la voz inesperadamente - Ahi esta nuestro chico.
Deje de escribir, mire sobre mi portatil y mi corazon solto un latido. Patch estaba parado al otro lado de la habitacion, haciendo fila para llevarse un libro. Como si el sintiera que lo estaba mirando, se volvio y nuestros ojos se encontraron por tres segundos. Yo fui la primera en mirar a otra parte, pero no sin antes recibir una lenta sonrisa.
Mi corazon comenzo a latir erraticamente y me dije a mi misma que me tranquilizara. Yo no iba a seguir por este camino. No con Patch. De ninguna manera, a menos que estuviera loca.
- Vamonos. - Le dije a Vee mientras cerraba mi portatil, lo guardaba y metia mis libros dentro de mi mochila, dejando caer unos cuantos mientras lo hacia.
Vee dijo:
- Estoy intentando leer el titulo del libro que tiene… espera… Como ser un Acosador.
- El no se va a llevar un libro con ese titulo. - Pero no estaba segura.
- Es eso o Como Ser Sexy Sin Intentarlo.
- ¡Shhh! - Silbe entre dientes.
- Calmate, el no puede escucharnos. Esta hablando con la bibliotecaria. Esta registrando el libro para llevarselo.
Confirmando esto con una rapida mirada, me di cuenta de que si nos ibamos ahora probablemente nos encontrariamos con el en la salida y entonces tendria que decirle algo. Me acomode de nuevo en la silla y comence a buscar en mis bolsillos ninguna cosa en particular mientras el terminaba el proceso del libro.
- ¿Crees que sera raro que el este aqui a la misma vez que nosotras? - Pregunto Vee.
- ¿Tu lo crees asi?
- Yo creo que te esta siguiendo.
- Yo creo que es una coincidencia. - Esto no era del todo cierto.
Si tuviera que hacer una lista de los primeros diez lugares en donde pensaria encontrar a Patch en cualquier noche, la biblioteca no seria uno de ellos. La biblioteca no estaria ni en los primeros cien lugares. Entonces, ¿que estaba haciendo el aqui?
La pregunta era particularmente perturbadora despues de lo que paso anoche. No se lo habia mencionado a Vee porque pensaba que se iba a reducir y marchitar en mi memoria hasta que dejara de existir. Punto.
- ¡Patch! - Susurro Vee teatralmente - ¿Estas acosando a Nora? Yo plante mi mano en su boca.
- Deja eso y lo digo en serio. - Le dije adoptando una expresion severa.
- Apuesto a que te esta siguiendo. - Dijo Vee apartando mi mano - Apuesto a que ya tiene un historial en esto. Apuesto a que ha tenido ordenes de alejamiento. Deberiamos colarnos en la oficina, podria estar todo en su archivo estudiantil.
- No nos vamos a meter en la oficina.
- Yo podria crear alguna distraccion. Soy buena en eso. Nadie te veria entrando. Podriamos ser como espias.
- Nosotras no somos espias.
- ¿Sabes cual es su apellido? - Pregunto Vee.
- No.
- ¿Sabes algo sobre el?
- No, y me gustaria mantenerlo asi.
- Ay, vamos. Te encantan los misterios y este no podria ser mejor.
- Los mejores misterios estan relacionados con cadaveres. No tenemos un cadaver.
- ¡Todavia! - Chillo Vee.
Saque de la botella dos pildoras de hierro y me las trague.
Despues de las nueve y treinta, Vee estaba entrando en la carretera de su casa, apagando el motor y sacudiendo las llaves enfrente mio.
- ¿No me vas a llevar a casa? - Le pregunte.
Una perdida de aliento porque ya sabia que iba a responder.
- Hay neblina.
- Neblina parcial.
Vee sonrio abiertamente.
- Ay, niña. Estas pensando en el. No te culpo. Personalmente, espero soñar con él esta noche¹. Y la neblina siempre se pone peor cerca de tu casa. - Continuo Vee - Me asusta cuando ya es de noche. Agarre las llaves.
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¹ Aqui hay un juego de palabras, Nora dice: “Patchy fog” lo que significa que la neblina solo esta en algunas partes, pero Vee nada mas que por molestar a Nora asocia la palabra “Patchy” con Patch. Es por eso que luego ella le dice a Nora que no deja de pensar en el.
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- Muchas gracias.
- No me culpes. Dile a tu madre que se mude mas cerca. Dile que existe este nuevo club llamado civilizacion y ustedes pueden unirse.
- Supongo que mañana te tengo que recoger para ir a la escuela. ¿Cierto?
- A las siete y media estaria bien. Hare el desayuno.
- Mas vale que sea bueno.
- Se buena con mi bebe. - Ella acaricio el dash del Neon - Pero no demasiado buena. No quiero que piense que hay alguien mejor que yo.
Mientras conducia a mi casa, me permiti pensar un poco en Patch. Vee tenia razon, algo en el era increiblemente seductor y tambien increiblemente espeluznante. Mientras mas pensaba en ello, mas me convencia de que algo en el era… extraño. El hecho de que a el le gustara contrariarme no era exactamente algo nuevo, pero habia una diferencia cuando a molestarme en la clase se le suma el que posiblemente me este siguiendo a la biblioteca para contrariarme aun mas. No mucha gente se tomaria tantas molestias… a menos que tenga una muy buena razon.
A mitad de camino, la lluvia comenzo a caer, dividiendo mi atencion entre el camino y el volante, mientras intentaba localizar los limpia parabrisas.
Las luces de la calle comenzaron a parpadear y me pregunte si se avecinaba alguna tormenta mas fuerte. El clima cambia constantemente estando tan cerca del oceano y un aguacero puede rapidamente convertirse en una inundacion. Decidi acelerar el Neon. Las luces de afuera volvieron a parpadear. Una sensacion fria recorrio mi nuca y se me puso la piel de gallina. Mi sexto sentido gradualmente se puso en alerta maxima. Me pregunte si pensaba que estaba siendo perseguida. Por mi retrovisor no veia ninguna luz y al frente tampoco habia ningun coche. Estaba completamente sola. No era un pensamiento muy reconfortante. Acelere el coche a cuarenta y cinco.
Encontre los limpia parabrisas, pero aunque estaban a velocidad maxima, no podian contra la pesada lluvia. La luz del semaforo que estaba mas al frente cambio a amarillo. Me detuve lentamente, verifique que no hubiera trafico y luego atravese la interseccion. Escuche el impacto antes de que registrara la oscura silueta deslizarse a traves del techo del coche.
Grite y frene en seco. La silueta dio un golpazo contra el parabrisas y lo agrieto.
Por impulso, movi el volante bruscamente hacia la derecha. La parte trasera del Neon patino, haciendome dar vueltas en la interseccion. La silueta dio vueltas y desaparecio en el borde del techo.
Yo estaba aguantando la respiracion, apretando el volante entre los nudillos blancos de mis manos. Levante mis pies de los pedales y el coche se detuvo.
El estaba agachado a poca distancia, observandome. El no parecia para nada… herido. Estaba vestido completamente de negro y se confundia con la noche, haciendo dificil ver como era. Al principio no pude distinguir ningun rasgo facial y luego me di cuenta de que llevaba puesta una mascara de esquiar.
El se paro y aminoro la distancia entre ambos. Planto su mano en el cristal de la ventana del conductor y nuestros ojos se encontraron a traves de los agujeros de su mascara. Una sonrisa letal parecio crecer en los suyos.
Nuevamente aporreo el cristal y este vibro entre nosotros.
Arranque el coche, intente sincronizarlo poniendo el cambio en primera, apretando el pedal de gasolina y soltando el embrague. El motor hizo el intento de prender, pero luego se volvio a apagar.
Arranque el motor una vez más, pero estaba distraida por un gemido metalico y desentonado. Observe con horror como la puerta comenzaba a arquearse. El la estaba arrancando.
Con fuerza, puse la palanca de cambio en primera. Mis zapatos resbalaban en los pedales. El motor comenzo a gruñir y el contador de revoluciones subio hasta la zona roja.
Su puño atraveso la ventana con una explosion de vidrios. Su mano paso torpemente por mi hombro y luego se aferro a mi brazo. Lance un ronco grito, pise fuerte el pedal de gasolina y me libere de su agarre. El Neon comenzo a moverse haciendo chillidos. El por un tiempo se mantuvo corriendo al lado del coche y agarrando mi brazo, pero luego me solto.
Acelere mas actuando bajo los efectos de la adrenalina. Mire por el espejo retrovisor para asegurarme de que el no me estaba siguiendo y luego gire el espejo para que diera a otra a parte. Tuve que morderme los labios para evitar sollozar.
Última edición por Nialler♡ el Miér 19 Dic 2012, 11:46 am, editado 9 veces
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
siguelaaa..!!! me encantoo..!! el capi...!!!
HeavenlyAngel♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Capitulo 4, parte I
Conduje Hawthorne a toda velocidad hasta llegar a mi casa y luego di la vuelta y me dirigi al centro de Coldwater, atajando por Beech y utilice el marcado rapido de mi celular para llamar a Vee.
- Paso algo… yo… el… eso salio de la nada… el Neon…
- Te estas entre cortando. ¿Que?
Me limpie la nariz con la parte trasera de mi mano. Estaba temblando de la cabeza a los pies.
- El salio de la nada.
- ¿Quien?
- El… - Intente juntar mis pensamientos y formularlos en palabras. - ¡El salto frente al auto!
- Ay, hombre. Ay-dios-ay-dios-ay-dios. ¿Golpeaste un venado? ¿Estas bien? ¿Que le paso a Bambi? - Ella mitad gimio y mitad gruño. - ¿El Neon?
Yo abri la boca, pero Vee me interrumpio.
- Olvidalo. Lo tengo asegurado. Solo dime que no hay pedazos de venado sobre mi bebe… no los hay ¿cierto?
Cualquiera que fuera la respuesta que le iba a dar se quedo atras. Mi mente estaba dos pasos adelantados. Un venado. Quiza podria fingir que impacte a un venado. Queria contarle la verdad a Vee, pero tampoco queria parecer una loca. ¿Como iba a explicar que vi al chico que impacte ponerse en pie y arrancar la puerta del auto? Gire mi cuello hacia un lado de mi hombro. Hasta donde podia ver, no habia marcas en donde el me habia agarrado…
De repente reflexione. ¿De verdad estaba considerando negar lo que habia pasado? Yo se lo que vi. No fue mi imaginacion.
- Ay rayos, - dijo Vee. - No me estas respondiendo. El venado esta pegado en los focos del auto ¿cierto? ¿Estas conduciendo por ahi con el atascado en el frente como si fuera una pala para la nieve?
- ¿Puedo dormir en tu casa? - Queria salir de las calles. Fuera de la oscuridad. Con una subita inhalacion me di cuenta de que para ir a casa de Vee tendria que volver a la interseccion en donde lo impacte a el.
- Estoy en mi cuarto, - dijo Vrr. - Puedes venir. Te veo en un rato.
Con mis manos fuertemente apretadas contra el volante, conduje el Neon a traves de la lluvia, rezando para que el semaforo en Hawthorne estuviera verde en mi favor. Lo estaba y pase la interseccion mirando directamente hacia el frente, pero a la vez mirando con el rabillo del ojo las sombras de los lados de la carretera. No habia ninguna señal del chico con la mascara de esquiar.
Diez minutos mas tardes estaba estacionando el Neon frente a la casa de Vee. El daño en la puerta fue mucho y tuve que patearla para poder salir. Luego corrí hasta la puerta de entrada, entré a toda prisa y bajé corriendo las escaleras hasta el sótano.
Vee estaba sentada en su cama con las piernas cruzadas, tenía un cuaderno sobre sus rodillas, llevaba puesto audífonos y su iPod estaba encendido.
- ¿Quiero ver el daño hoy, o debería esperar a dormir al menos siete horas? - Me preguntó a través de la música.
- Quizá deberías escoger la opción número dos.
Vrr cerró su cuaderno y se quitó los audífonos.
- Terminemos con esto de una vez.
Cuando salimos, me quedé mirando al Neón por un largo rato. No era una noche cálida, pero el clima no era la causa del escalofrío que recorrió mis brazos. La ventana del conductor no estaba rota. Tampoco la puerta.
- Algo no está bien, - dije. Pero Vrr no me estaba escuchando. Ella estaba ocupada inspeccionando cada pulgada del Neón.
Yo me adelanté para inspeccionar la ventana del lado del conductor. Cristal sólido. Cerré mis ojos. Cuando los volví a abrir, la ventana seguía intacta.
Caminé hasta la parte de atrás del auto, casi terminaba de rodearlo cuando de repente me paré en seco. Había una pequeña grieta en el parabrisas.
Vrr lo vio al mismo tiempo.
- ¿Estás segura que no fue una ardilla?
Mi mente volvió a los letales ojos tras la máscara de esquiar. Ellos eran tannegros que no podía distinguir las pupilas. Eran negros como los de… Patch.
- Mírame, estoy llorando de alegría, - dijo Vee, tumbándose de forma poco elegante en el Neón para abrazarlo. - Una pequeña grieta. ¡Eso es todo!
Yo fingí que sonreía, pero mi estómago estaba revuelto. Cinco minutos antes, el cristal de la ventana se había deshecho y la puerta estaba encorvada. Ahora, mirando al auto, todo eso parecía imposible. No, parecía una locura. Pero yo vi como atravesó el cristal con su puño y sentí como sus uñas se clavaban en mi hombro. ¿Verdad?
Mientras más intentaba recordar el accidente, menos podía. Pequeñas lagunas de información perdida llenaban mi memoria. Los detalles se estaban perdiendo. ¿Era él alto? ¿Bajo? ¿Delgado? ¿Musculoso? ¿Me dijo algo?
No podía recordar. Esa era la parte más aterradora.
A la mañana siguiente, Vrr y yo salimos a las siete y quince y conducimos a Enzo’s Bristol para tomar un desayuno de leche vaporosa. Con mis manos envueltas alrededor de mi tasa china, intenté aliviar el frío que recorría el interior de mi cuerpo. Sí me bañé y me puse una camisola y un cardigán que me prestó Vee, también me puse un poco de maquillaje, pero casi ni recuerdo cuando lo hice.
- No mires ahora, - Dijo Vrr - Pero el señor Suéter Verde sigue mirando para acá, estimando tus largas piernas a través de tus jeans… Ah! Me acaba de saludar. No estoy bromeando. Me acaba de dar un pequeño saludo militar, de esos que hacen con dos dedos. Que adorable.
Yo no la estaba escuchando. El accidente de anoche se estuvo repitiendo en mi cabeza durante toda la noche, llevándose consigo toda posibilidad de dormir. Mis pensamientos estaban enredados, mis ojos estaban pesados y no podía concentrarme.
- El señor Suéter Verde se ve normal, pero su copiloto parece un chico muy malo, - Dijo Vee. - Emite cierta señal de no-jodas-conmigo. Dime que no parece al hijo de Drácula. Dime que estoy imaginando cosas. -
Alzando mis ojos lo suficiente como para verlo sin parecer que lo estaba viendo, me fijé en las facciones finas y atractivas de su rostro. El pelo rubio colgaba hasta sus hombros. Sus ojos eran de color del cromo. No estaba afeitado. Estaba impecablemente vestido con una chaqueta a la medida y unos jeans oscuros de diseñador.
- Estas imaginando cosas, - Dije.
- ¿No te fijaste en ese par de ojos profundos? ¿En esa forma de uve que la raíz de su cabello deja en su frente, al estilo Drácula? ¿En su cuerpo alto y delgado? Él puede que sea hasta más alto que yo.
Vee mide casi seis pies de alto y le encantan los tacones. Tacones altos. También tiene la costumbre de no salir con chicos más bajos que ella.
- Bueno ¿cuál es el problema? - Preguntó Vee. - Te has vuelto incomunicable. ¿Esto no tiene que ver con la grieta en mi parabrisas, verdad? ¿Qué importa que hayas golpeado un animal? Le pudo haber pasado a cualquiera. Aunque está comprobado que las probabilidades hubieran sido menos si tu mamá se mudara fuera de la jungla.
Le iba a contar a Vee lo que había pasado de verdad. Pronto. Solo necesitaba un poco de tiempo para juntar los detalles. El problema era que no veía cómo podría hacerlo. Los únicos detalles que recuerdo estaban incompletos. Era como si un borrador hubiera dejado mi memoria en blanco. Pensando, recordé que un aguacero caía en cascada sobre las ventanas del Neón, causando que todo afuera se viera borroso. ¿Habré golpeado de verdad a un venado?
- Mmm, mira eso, - Dijo Vr. - El señor Suéter Verde se está levantando de su silla. Vaya, eso sí es un cuerpo que visita el gimnasio regularmente. Definitivamente está caminando hacia nosotras. Sus ojos están buscándote.
Medio latido después, fuimos saludadas con un simpático, - Hola.
Vee y yo lo miramos al mismo tiempo. El señor Suéter Verde estaba parado tras nuestra mesa, sus pulgares estaban enganchados en los bolsillos de sus jeans. Tenía ojos azules y el pelo rubio estratégicamente despeinado caía sobre su frente.
- Hola a ti, - Dijo Vee. - Soy Vee y esta es Nora Grey.
Miré seriamente a Vee. No me gustó que ella diera mi apellido, se sintió como si hubiera violado el contrato entre chicas y mejores amigas cuando se encuentran con chicos desconocidos. Hice un leve movimiento de mano como saludo y llevé la tasa a mis labios, quemando mi lengua inmediatamente.
Él arrastró una silla de la mesa de al lado y se sentó al revés, sus brazos descansando en donde se suponía que estuviera su espalda. Extendiendo una mano en mi dirección, dijo:
- Soy Elliot Saunders. - Sintiéndome demasiado formal, le estreché la mano. - Y este es Jules. - Añadió, alzando su barbilla en dirección a su amigo, al cual Vee subestimó cuando le llamó ‘alto’.
Jules inclinó todo su cuerpo y se sentó en una silla al lado de Vee, y bajo su cuerpo la silla parecía muy pequeña.
Ella le dijo, - Creo que eres el chico más alto que he visto en mi vida. En serio. ¿Cuánto mides?
- Seis pies, diez pulgadas. - Masculló Jules, hundiéndose en su silla y cruzándose de brazos.
Elliot aclaró su garganta. - ¿Puedo comprarles algo para comer?
- Estoy bien, - Dije, levantando mi taza. - Ya ordené.
Vee me pateó bajo la mesa. - Ella quiere una dona rellena de crema de vainilla. Que sean dos.
- ¿No es eso demasiado para tu dieta? - Le pregunté a Vee.
- El grano de la vainilla es una fruta. Una fruta marrón.
- Es una legumbre.
- ¿Estás segura sobre eso? - No lo estaba.
Jules cerró los ojos y se apretó el puente de su nariz. Aparentemente él estaba tan contento de estar sentado con nosotras, como yo lo estaba por tenerlos a ellos allí.
Mientras Elliot caminaba hacia el mostrador, permití que mis ojos lo recorrieran. Definitivamente él estaba en la secundaria, pero nunca antes lo había visto en CHS. Lo hubiera recordado. Él tiene una personalidad carismática y llevadera, de esas que no pasan desapercibidas. Si no me hubiera sentido tan trastornada, definitivamente me hubiera interesado para una amistad, o tal vez para algo más.
- ¿Vives por aquí? - Le preguntó Vee a Jules.
- Mmm.
- ¿Vas a la escuela?
- Kinghorn Prep. - Había un aire de superioridad en la manera en que él lo dijo.
- Nunca he oído de ella.
- Es una escuela privada en Portland. Comenzamos a las nueve. - El levantó su manga y miró su reloj.
Vee sumergió un dedo en la espuma de la leche y luego lo lamió. - ¿Es cara?
Por primera vez, Jules la miró directo a los ojos. Sus ojos se estrecharon, mostrando un poco de blanco alrededor de los bordes.
- ¿Eres rico? Apuesto que lo eres, - Ella dijo.
Jules miró a Vee como si ella hubiera matado una mosca en su frente. Él alejó su silla un par de pulgadas, distanciándose de nosotras.
Elliot regresó con una caja con media docena de donas.
- Dos cremas de vainilla para las damas, - El dijo, empujando la caja hacia mí. - Y cuatro glaseadas para mí. Supongo que me tengo que llenar ahora porque no sé cómo es la cafetería de Coldwater High.”
Vee casi escupe su leche. - ¿Vas a ir a CHS?
- Comenzaré hoy. Me acabo de transferir de Kinghorn Prep.
- Nora y yo vamos a CHS, - Dijo Vrr. - Espero que aprecies tu buena suerte. Cualquier cosa que necesites saber, incluyendo a quién deberías invitar para el baile de primavera, solo pregunta. Nora y yo no tenemos pareja… todavía.
Decidí que era tiempo para separarnos. Jules estaba obviamente aburrido y molesto, y el estar en su compañía no ayudaba a mi ya agotado ánimo. Hice un gran espectáculo mirando al reloj de mi celular y dije. -Será mejor que nos vayamos a la escuela, Vee. Tenemos que estudiar para el examen de bilogía. Elliot, Jules; fue un placer conocerles.
- Nuestro examen de bilogía es para el viernes. - Dijo Vee.
Mi interior se estremeció, pero aún así sonreí entre dientes. - Correcto. Me refería a que tengo un examen de inglés. Las obras de… Geoffrey Chaucer. - Todo el mundo supo que estaba mintiendo.
De una manera lejana, mi rudeza me molestó un poco, especialmente porque Elliot no había hecho nada para merecerlo. Pero no quería estar sentada aquí por más tiempo. Quería seguir adelante, distanciándome de lo que paso anoche. Tal vez la desvanecida memoria no era tan mala después de todo. Mientras más temprano olvidara lo que pasó, más rápido mi vida volvería a retomar su normalidad.
- Espero que pases bien tu primer día de clases y quizá nos veamos en el almuerzo. - Le dije a Elliot. Luego tomé a Vee por el codo, la obligué a levantarse y la conduje hasta la puerta.
- Paso algo… yo… el… eso salio de la nada… el Neon…
- Te estas entre cortando. ¿Que?
Me limpie la nariz con la parte trasera de mi mano. Estaba temblando de la cabeza a los pies.
- El salio de la nada.
- ¿Quien?
- El… - Intente juntar mis pensamientos y formularlos en palabras. - ¡El salto frente al auto!
- Ay, hombre. Ay-dios-ay-dios-ay-dios. ¿Golpeaste un venado? ¿Estas bien? ¿Que le paso a Bambi? - Ella mitad gimio y mitad gruño. - ¿El Neon?
Yo abri la boca, pero Vee me interrumpio.
- Olvidalo. Lo tengo asegurado. Solo dime que no hay pedazos de venado sobre mi bebe… no los hay ¿cierto?
Cualquiera que fuera la respuesta que le iba a dar se quedo atras. Mi mente estaba dos pasos adelantados. Un venado. Quiza podria fingir que impacte a un venado. Queria contarle la verdad a Vee, pero tampoco queria parecer una loca. ¿Como iba a explicar que vi al chico que impacte ponerse en pie y arrancar la puerta del auto? Gire mi cuello hacia un lado de mi hombro. Hasta donde podia ver, no habia marcas en donde el me habia agarrado…
De repente reflexione. ¿De verdad estaba considerando negar lo que habia pasado? Yo se lo que vi. No fue mi imaginacion.
- Ay rayos, - dijo Vee. - No me estas respondiendo. El venado esta pegado en los focos del auto ¿cierto? ¿Estas conduciendo por ahi con el atascado en el frente como si fuera una pala para la nieve?
- ¿Puedo dormir en tu casa? - Queria salir de las calles. Fuera de la oscuridad. Con una subita inhalacion me di cuenta de que para ir a casa de Vee tendria que volver a la interseccion en donde lo impacte a el.
- Estoy en mi cuarto, - dijo Vrr. - Puedes venir. Te veo en un rato.
Con mis manos fuertemente apretadas contra el volante, conduje el Neon a traves de la lluvia, rezando para que el semaforo en Hawthorne estuviera verde en mi favor. Lo estaba y pase la interseccion mirando directamente hacia el frente, pero a la vez mirando con el rabillo del ojo las sombras de los lados de la carretera. No habia ninguna señal del chico con la mascara de esquiar.
Diez minutos mas tardes estaba estacionando el Neon frente a la casa de Vee. El daño en la puerta fue mucho y tuve que patearla para poder salir. Luego corrí hasta la puerta de entrada, entré a toda prisa y bajé corriendo las escaleras hasta el sótano.
Vee estaba sentada en su cama con las piernas cruzadas, tenía un cuaderno sobre sus rodillas, llevaba puesto audífonos y su iPod estaba encendido.
- ¿Quiero ver el daño hoy, o debería esperar a dormir al menos siete horas? - Me preguntó a través de la música.
- Quizá deberías escoger la opción número dos.
Vrr cerró su cuaderno y se quitó los audífonos.
- Terminemos con esto de una vez.
Cuando salimos, me quedé mirando al Neón por un largo rato. No era una noche cálida, pero el clima no era la causa del escalofrío que recorrió mis brazos. La ventana del conductor no estaba rota. Tampoco la puerta.
- Algo no está bien, - dije. Pero Vrr no me estaba escuchando. Ella estaba ocupada inspeccionando cada pulgada del Neón.
Yo me adelanté para inspeccionar la ventana del lado del conductor. Cristal sólido. Cerré mis ojos. Cuando los volví a abrir, la ventana seguía intacta.
Caminé hasta la parte de atrás del auto, casi terminaba de rodearlo cuando de repente me paré en seco. Había una pequeña grieta en el parabrisas.
Vrr lo vio al mismo tiempo.
- ¿Estás segura que no fue una ardilla?
Mi mente volvió a los letales ojos tras la máscara de esquiar. Ellos eran tannegros que no podía distinguir las pupilas. Eran negros como los de… Patch.
- Mírame, estoy llorando de alegría, - dijo Vee, tumbándose de forma poco elegante en el Neón para abrazarlo. - Una pequeña grieta. ¡Eso es todo!
Yo fingí que sonreía, pero mi estómago estaba revuelto. Cinco minutos antes, el cristal de la ventana se había deshecho y la puerta estaba encorvada. Ahora, mirando al auto, todo eso parecía imposible. No, parecía una locura. Pero yo vi como atravesó el cristal con su puño y sentí como sus uñas se clavaban en mi hombro. ¿Verdad?
Mientras más intentaba recordar el accidente, menos podía. Pequeñas lagunas de información perdida llenaban mi memoria. Los detalles se estaban perdiendo. ¿Era él alto? ¿Bajo? ¿Delgado? ¿Musculoso? ¿Me dijo algo?
No podía recordar. Esa era la parte más aterradora.
A la mañana siguiente, Vrr y yo salimos a las siete y quince y conducimos a Enzo’s Bristol para tomar un desayuno de leche vaporosa. Con mis manos envueltas alrededor de mi tasa china, intenté aliviar el frío que recorría el interior de mi cuerpo. Sí me bañé y me puse una camisola y un cardigán que me prestó Vee, también me puse un poco de maquillaje, pero casi ni recuerdo cuando lo hice.
- No mires ahora, - Dijo Vrr - Pero el señor Suéter Verde sigue mirando para acá, estimando tus largas piernas a través de tus jeans… Ah! Me acaba de saludar. No estoy bromeando. Me acaba de dar un pequeño saludo militar, de esos que hacen con dos dedos. Que adorable.
Yo no la estaba escuchando. El accidente de anoche se estuvo repitiendo en mi cabeza durante toda la noche, llevándose consigo toda posibilidad de dormir. Mis pensamientos estaban enredados, mis ojos estaban pesados y no podía concentrarme.
- El señor Suéter Verde se ve normal, pero su copiloto parece un chico muy malo, - Dijo Vee. - Emite cierta señal de no-jodas-conmigo. Dime que no parece al hijo de Drácula. Dime que estoy imaginando cosas. -
Alzando mis ojos lo suficiente como para verlo sin parecer que lo estaba viendo, me fijé en las facciones finas y atractivas de su rostro. El pelo rubio colgaba hasta sus hombros. Sus ojos eran de color del cromo. No estaba afeitado. Estaba impecablemente vestido con una chaqueta a la medida y unos jeans oscuros de diseñador.
- Estas imaginando cosas, - Dije.
- ¿No te fijaste en ese par de ojos profundos? ¿En esa forma de uve que la raíz de su cabello deja en su frente, al estilo Drácula? ¿En su cuerpo alto y delgado? Él puede que sea hasta más alto que yo.
Vee mide casi seis pies de alto y le encantan los tacones. Tacones altos. También tiene la costumbre de no salir con chicos más bajos que ella.
- Bueno ¿cuál es el problema? - Preguntó Vee. - Te has vuelto incomunicable. ¿Esto no tiene que ver con la grieta en mi parabrisas, verdad? ¿Qué importa que hayas golpeado un animal? Le pudo haber pasado a cualquiera. Aunque está comprobado que las probabilidades hubieran sido menos si tu mamá se mudara fuera de la jungla.
Le iba a contar a Vee lo que había pasado de verdad. Pronto. Solo necesitaba un poco de tiempo para juntar los detalles. El problema era que no veía cómo podría hacerlo. Los únicos detalles que recuerdo estaban incompletos. Era como si un borrador hubiera dejado mi memoria en blanco. Pensando, recordé que un aguacero caía en cascada sobre las ventanas del Neón, causando que todo afuera se viera borroso. ¿Habré golpeado de verdad a un venado?
- Mmm, mira eso, - Dijo Vr. - El señor Suéter Verde se está levantando de su silla. Vaya, eso sí es un cuerpo que visita el gimnasio regularmente. Definitivamente está caminando hacia nosotras. Sus ojos están buscándote.
Medio latido después, fuimos saludadas con un simpático, - Hola.
Vee y yo lo miramos al mismo tiempo. El señor Suéter Verde estaba parado tras nuestra mesa, sus pulgares estaban enganchados en los bolsillos de sus jeans. Tenía ojos azules y el pelo rubio estratégicamente despeinado caía sobre su frente.
- Hola a ti, - Dijo Vee. - Soy Vee y esta es Nora Grey.
Miré seriamente a Vee. No me gustó que ella diera mi apellido, se sintió como si hubiera violado el contrato entre chicas y mejores amigas cuando se encuentran con chicos desconocidos. Hice un leve movimiento de mano como saludo y llevé la tasa a mis labios, quemando mi lengua inmediatamente.
Él arrastró una silla de la mesa de al lado y se sentó al revés, sus brazos descansando en donde se suponía que estuviera su espalda. Extendiendo una mano en mi dirección, dijo:
- Soy Elliot Saunders. - Sintiéndome demasiado formal, le estreché la mano. - Y este es Jules. - Añadió, alzando su barbilla en dirección a su amigo, al cual Vee subestimó cuando le llamó ‘alto’.
Jules inclinó todo su cuerpo y se sentó en una silla al lado de Vee, y bajo su cuerpo la silla parecía muy pequeña.
Ella le dijo, - Creo que eres el chico más alto que he visto en mi vida. En serio. ¿Cuánto mides?
- Seis pies, diez pulgadas. - Masculló Jules, hundiéndose en su silla y cruzándose de brazos.
Elliot aclaró su garganta. - ¿Puedo comprarles algo para comer?
- Estoy bien, - Dije, levantando mi taza. - Ya ordené.
Vee me pateó bajo la mesa. - Ella quiere una dona rellena de crema de vainilla. Que sean dos.
- ¿No es eso demasiado para tu dieta? - Le pregunté a Vee.
- El grano de la vainilla es una fruta. Una fruta marrón.
- Es una legumbre.
- ¿Estás segura sobre eso? - No lo estaba.
Jules cerró los ojos y se apretó el puente de su nariz. Aparentemente él estaba tan contento de estar sentado con nosotras, como yo lo estaba por tenerlos a ellos allí.
Mientras Elliot caminaba hacia el mostrador, permití que mis ojos lo recorrieran. Definitivamente él estaba en la secundaria, pero nunca antes lo había visto en CHS. Lo hubiera recordado. Él tiene una personalidad carismática y llevadera, de esas que no pasan desapercibidas. Si no me hubiera sentido tan trastornada, definitivamente me hubiera interesado para una amistad, o tal vez para algo más.
- ¿Vives por aquí? - Le preguntó Vee a Jules.
- Mmm.
- ¿Vas a la escuela?
- Kinghorn Prep. - Había un aire de superioridad en la manera en que él lo dijo.
- Nunca he oído de ella.
- Es una escuela privada en Portland. Comenzamos a las nueve. - El levantó su manga y miró su reloj.
Vee sumergió un dedo en la espuma de la leche y luego lo lamió. - ¿Es cara?
Por primera vez, Jules la miró directo a los ojos. Sus ojos se estrecharon, mostrando un poco de blanco alrededor de los bordes.
- ¿Eres rico? Apuesto que lo eres, - Ella dijo.
Jules miró a Vee como si ella hubiera matado una mosca en su frente. Él alejó su silla un par de pulgadas, distanciándose de nosotras.
Elliot regresó con una caja con media docena de donas.
- Dos cremas de vainilla para las damas, - El dijo, empujando la caja hacia mí. - Y cuatro glaseadas para mí. Supongo que me tengo que llenar ahora porque no sé cómo es la cafetería de Coldwater High.”
Vee casi escupe su leche. - ¿Vas a ir a CHS?
- Comenzaré hoy. Me acabo de transferir de Kinghorn Prep.
- Nora y yo vamos a CHS, - Dijo Vrr. - Espero que aprecies tu buena suerte. Cualquier cosa que necesites saber, incluyendo a quién deberías invitar para el baile de primavera, solo pregunta. Nora y yo no tenemos pareja… todavía.
Decidí que era tiempo para separarnos. Jules estaba obviamente aburrido y molesto, y el estar en su compañía no ayudaba a mi ya agotado ánimo. Hice un gran espectáculo mirando al reloj de mi celular y dije. -Será mejor que nos vayamos a la escuela, Vee. Tenemos que estudiar para el examen de bilogía. Elliot, Jules; fue un placer conocerles.
- Nuestro examen de bilogía es para el viernes. - Dijo Vee.
Mi interior se estremeció, pero aún así sonreí entre dientes. - Correcto. Me refería a que tengo un examen de inglés. Las obras de… Geoffrey Chaucer. - Todo el mundo supo que estaba mintiendo.
De una manera lejana, mi rudeza me molestó un poco, especialmente porque Elliot no había hecho nada para merecerlo. Pero no quería estar sentada aquí por más tiempo. Quería seguir adelante, distanciándome de lo que paso anoche. Tal vez la desvanecida memoria no era tan mala después de todo. Mientras más temprano olvidara lo que pasó, más rápido mi vida volvería a retomar su normalidad.
- Espero que pases bien tu primer día de clases y quizá nos veamos en el almuerzo. - Le dije a Elliot. Luego tomé a Vee por el codo, la obligué a levantarse y la conduje hasta la puerta.
Última edición por Nialler♡ el Miér 19 Dic 2012, 12:00 pm, editado 3 veces
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
jjrjejejejeje yo lei todos los libros imaginandome a Zayn como Patch te quedo hermoso!!
♥Liv Styles♥
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Olivia Styles escribió:jjrjejejejeje yo lei todos los libros imaginandome a Zayn como Patch te quedo hermoso!!
Jajajaja yo tambien los lei imaginandomelo como Patch, el personaje como que se adapta a el.
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Aaaa::..!! Sigulaaaa.. La novee.!!! Jajaja es inteesante..!!
HeavenlyAngel♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Capitulo 4, parte II
El día escolar casi se había acabado, solo quedaba biología y me dirigí a la clase después de que hiciera una parada rápida en mi casillero para cambiar los libros. Vrr y yo llegamos antes que Patch, ella se deslizó en su silla vacía y buscó en su mochila, sacando una caja de Hot Tamales.
- Por aquí va una fruta roja, - Ella dijo, ofreciéndome la caja.
- Déjame adivinar… ¿La canela es una fruta? - Alejé la caja.
- Tampoco almorzaste, - Dijo Vrr, frunciendo el entrecejo.
- No tengo hambre.
- Mentirosa. Siempre tienes hambre. ¿Esto tiene que ver con Patch? ¿No piensas que él de verdad te esta acosando, verdad? Porque anoche solo estaba bromeando con todo ese asunto en la biblioteca.
Comencé a masajearme circularmente las sienes. El sordo dolor que tomó por residencia mis ojos aumentó por la mención de Patch.
- Patch es lo menos que me preocupa, - Dije. Eso no era exactamente cierto.
- Mi asiento, si no te molesta.
Vee y yo miramos simultáneamente al sonido de la voz de Patch.
El sonó lo suficientemente simpático, pero siguió observando a Vee mientras colgaba su mochila en su hombro y parecía que ella no se podía mover lo suficientemente rápido porque él movió su brazo hacia el lado, invitándola a que se saliera del medio.
- Luciendo bien, como siempre. - El me dijo mientras se sentaba en su silla. Se recostó en ella, extendiendo sus piernas. Sabía que era alto, pero nunca me había puesto a medirlo. Ahora, mirando sus piernas, supuse que él medía más de seis pies. Quizá seis y una pulgada.
- Gracias. - Respondí sin pensar e inmediatamente quise retirar lo dicho.
¿Gracias? De todas las cosas que pude haber dicho, ‘gracias’ era la peor. No quería que Patch pensara que me gustaban sus cumplidos. Porque no me gustaban…la mayor parte de ellos. No se necesitaba mucha percepción para darme cuenta que él era problemático y ya tenía demasiados problemas en mi vida. No tenía necesidad de invitar más. Quizá si lo ignoraba, eventualmente él dejaría de intentar iniciar conversaciones y entonces podríamos sentarnos uno al lado del otro en silenciosa armonía, como los demás compañeros del salón.
- También hueles bien. - Dijo Patch.
- Se llama tomar una ducha. - Yo estaba mirando directamente hacia el frente. Cuando él no contestó, miré hacia el lado. - Jabón. Champú. Agua caliente.
- Desnuda. Sé el proceso.
Abrí mi boca para cambiar el tema, pero la campana me interrumpió.
- Aparten sus libros. - Dijo el entrenador desde detrás de su escritorio. - Les voy a repartir un examen corto para prepararlos para el examen del viernes. - Él se detuvo frente a mí, lamiendo sus dedos mientras intentaba separar las hojas de los exámenes. - Quiero quince minutos de silencio mientras responden las preguntas. Luego, discutiremos el capítulo siete. Buena suerte.
Trabajé con las primeras preguntas, respondiéndolas con un rítmico desplazo de hechos memorizados. Si no fue otra cosa, el examen robó mi concentración, apartando el accidente de anoche y la voz que cuestionaba mi salud mental. Haciendo una pausa para quitarme el calambre que le había dado a la mano con la que escribía, sentí a Patch inclinado hacia mí.
- Te ves cansada. ¿Tuviste una noche agitada? - Susurró.
- Te vi en la biblioteca. - Tuve el cuidado de mantener mi lápiz moviéndose sobre mi examen, pareciendo que estaba trabajando duramente.
- Lo más destacado de mi noche.
- ¿Me estabas siguiendo?
El movió su cabeza hacia atrás y rió suavemente.
Intenté otro ángulo. - ¿Qué estabas haciendo allí?
- Buscando un libro.
Sentí los ojos del entrenador sobre mí y me dediqué a mi examen. Después de contestar otras cuantas preguntas, mire disimuladamente a la izquierda y me sorprendí al descubrir que Patch me estaba mirando. El sonrió.
Mi corazón dio un inesperado vuelco, sorprendida por su extrañamente atractiva sonrisa. Para mi horror, estaba tan desconcertada, que se me calló el lápiz, rebotó varias veces sobre la mesa y luego rodó hasta el borde. Patch se dobló para tomarlo, lo sostuvo en la palma de su mano y tuve que concentrarme en no tocar su piel mientras lo tomaba.
- Después de la biblioteca. - Susurré. -¿a dónde fuiste?
- ¿Por qué?
- ¿Me seguiste? - Exigí en tono bajo.
- Luces un poco agitada, Nora. ¿Qué pasó? - Sus cejas se juntaron con preocupación, pero era todo fingido porque había un brillo burlón en el centro de sus negros ojos.
- ¿Me estas siguiendo?
- ¿Por qué querría perseguirte?
- Contesta la pregunta.
- Nora. - La advertencia en la voz del Entrenador hizo que me volviera a concentrar en mi examen. Pero no pude evitar especular sobre cuál hubiera sido su respuesta y eso hizo querer alejarme de Patch, estar lejos de él en el salón. Al otro lado del mundo.
El entrenador sopló su silbato.
- Se acabó el tiempo. Pasen sus exámenes al que está en frente. Esperen preguntas similares en el examen del viernes. Ahora, - El juntó sus manos y el sonido seco que causó, hizo que me estremeciera. - a la lección de hoy. Señorita Sky ¿quieres decir cuál será nuestro tema?
- S-e-x-o. - Anunció Vee.
Precisamente, luego de que ella hablara, yo me desconecté. ¿Patch me estaba persiguiendo? ¿Era su cara la que estaba tras la máscara de esquiar, si es que había una cara tras ella? ¿Qué quería él? Abracé mis codos, sintiendo súbitamente frío. Quería que mi vida volviera a ser como era antes de que Patch irrumpiera en ella.
Al final de la clase, detuve a Patch antes de que se fuera. - ¿Podemos hablar?
Él ya estaba parado, así que se sentó en el borde de la mesa. - ¿Qué pasa?
- Yo sé que tú tampoco quieres sentarte conmigo y creo que el entrenador consideraría cambiar nuestros asientos si tú hablas con él. Si le explicas la situación…
- ¿La situación?
- Nosotros no somos… compatibles.
El pasó su mano sobre su mandíbula, un calculador gesto con el cual ya me he familiarizado en el poco tiempo que he ido conociéndolo. - ¿No lo somos?
- No estoy anunciando que se partió la tierra.
- Cuando el entrenador me pidió las características que deseo en una compañera, le di las tuyas.
Mi boca se abrió levemente. - Retira lo dicho.
- Inteligente. Atractiva. Vulnerable. ¿No estás de acuerdo?
Él estaba haciendo esto con el único propósito de contrariarme y eso solo me puso más nerviosa.
- ¿Le pedirás al entrenador que nos cambie de asiento o no?
- Yo paso. Me he acostumbrado a ti.
¿Cómo se supone que respondiera a eso? Obviamente su objetivo era que yo reaccionara, lo cual no era difícil porque nunca sabía cuando él esta bromeando o hablando en serio.
Traté de que mi voz sonara tranquila. - Creo que estarás mejor sentado con otra persona y creo que lo sabes. - Sonreí tensa, pero cortésmente.
- Creo que podría terminar sentado con Vrr. - Su sonrisa parecía igual de cortés que la mía. - No voy a presionar mi suerte.
Vrr apareció al lado de nuestra mesa, mirándonos a mí y a Patch. - ¿Interrumpo algo?
- No, - dije, cerrando mi mochila. - Le estaba preguntando a Patch sobre la lectura de esta noche. No recuerdo cuáles fueron las páginas que el entrenador asignó.
- La asignación está en la pizarra, como siempre. Como si no lo hubieras leído. - Dijo Vee.
Patch rió, pareció que estaba compartiendo una broma privada con él mismo. Sin ser la primera vez, deseé saber qué él estaba pensando. Porque a veces estaba completamente segura de que esas bromas tenían todo que ver conmigo. - ¿Algo más, Nora?
- No, - Dije. - Te veo mañana.
- Eso espero. - El guiñó. De verdad guiñó.
Después de que Patch estuviera lo bastante lejos par que no pudiera escuchar, Vee agarró mi brazo. - Buenas noticias. Malik. Ese es su apellido. Lo vi en la lista del entrenador.
- ¿Y eso es algo por lo cual alegrarse porque…?
-Todo el mundo sabe que los estudiantes tienen que registrar en la enfermería las medicinas recetadas. - Ella tiró del bolsillo frontal en mi mochila, en donde yo guardaba mis píldoras de hierro. - Además, todo el mundo sabe que la oficina de la enfermera esta convenientemente localizada dentro de la oficina principal, donde, da la casualidad, están también guardados los archivos de los estudiantes.
Con los ojos brillantes, Vee enlazó su brazo con el mío y me arrastró hacia la puerta. - Es hora de hacer trabajo detectivesco de verdad.
- Por aquí va una fruta roja, - Ella dijo, ofreciéndome la caja.
- Déjame adivinar… ¿La canela es una fruta? - Alejé la caja.
- Tampoco almorzaste, - Dijo Vrr, frunciendo el entrecejo.
- No tengo hambre.
- Mentirosa. Siempre tienes hambre. ¿Esto tiene que ver con Patch? ¿No piensas que él de verdad te esta acosando, verdad? Porque anoche solo estaba bromeando con todo ese asunto en la biblioteca.
Comencé a masajearme circularmente las sienes. El sordo dolor que tomó por residencia mis ojos aumentó por la mención de Patch.
- Patch es lo menos que me preocupa, - Dije. Eso no era exactamente cierto.
- Mi asiento, si no te molesta.
Vee y yo miramos simultáneamente al sonido de la voz de Patch.
El sonó lo suficientemente simpático, pero siguió observando a Vee mientras colgaba su mochila en su hombro y parecía que ella no se podía mover lo suficientemente rápido porque él movió su brazo hacia el lado, invitándola a que se saliera del medio.
- Luciendo bien, como siempre. - El me dijo mientras se sentaba en su silla. Se recostó en ella, extendiendo sus piernas. Sabía que era alto, pero nunca me había puesto a medirlo. Ahora, mirando sus piernas, supuse que él medía más de seis pies. Quizá seis y una pulgada.
- Gracias. - Respondí sin pensar e inmediatamente quise retirar lo dicho.
¿Gracias? De todas las cosas que pude haber dicho, ‘gracias’ era la peor. No quería que Patch pensara que me gustaban sus cumplidos. Porque no me gustaban…la mayor parte de ellos. No se necesitaba mucha percepción para darme cuenta que él era problemático y ya tenía demasiados problemas en mi vida. No tenía necesidad de invitar más. Quizá si lo ignoraba, eventualmente él dejaría de intentar iniciar conversaciones y entonces podríamos sentarnos uno al lado del otro en silenciosa armonía, como los demás compañeros del salón.
- También hueles bien. - Dijo Patch.
- Se llama tomar una ducha. - Yo estaba mirando directamente hacia el frente. Cuando él no contestó, miré hacia el lado. - Jabón. Champú. Agua caliente.
- Desnuda. Sé el proceso.
Abrí mi boca para cambiar el tema, pero la campana me interrumpió.
- Aparten sus libros. - Dijo el entrenador desde detrás de su escritorio. - Les voy a repartir un examen corto para prepararlos para el examen del viernes. - Él se detuvo frente a mí, lamiendo sus dedos mientras intentaba separar las hojas de los exámenes. - Quiero quince minutos de silencio mientras responden las preguntas. Luego, discutiremos el capítulo siete. Buena suerte.
Trabajé con las primeras preguntas, respondiéndolas con un rítmico desplazo de hechos memorizados. Si no fue otra cosa, el examen robó mi concentración, apartando el accidente de anoche y la voz que cuestionaba mi salud mental. Haciendo una pausa para quitarme el calambre que le había dado a la mano con la que escribía, sentí a Patch inclinado hacia mí.
- Te ves cansada. ¿Tuviste una noche agitada? - Susurró.
- Te vi en la biblioteca. - Tuve el cuidado de mantener mi lápiz moviéndose sobre mi examen, pareciendo que estaba trabajando duramente.
- Lo más destacado de mi noche.
- ¿Me estabas siguiendo?
El movió su cabeza hacia atrás y rió suavemente.
Intenté otro ángulo. - ¿Qué estabas haciendo allí?
- Buscando un libro.
Sentí los ojos del entrenador sobre mí y me dediqué a mi examen. Después de contestar otras cuantas preguntas, mire disimuladamente a la izquierda y me sorprendí al descubrir que Patch me estaba mirando. El sonrió.
Mi corazón dio un inesperado vuelco, sorprendida por su extrañamente atractiva sonrisa. Para mi horror, estaba tan desconcertada, que se me calló el lápiz, rebotó varias veces sobre la mesa y luego rodó hasta el borde. Patch se dobló para tomarlo, lo sostuvo en la palma de su mano y tuve que concentrarme en no tocar su piel mientras lo tomaba.
- Después de la biblioteca. - Susurré. -¿a dónde fuiste?
- ¿Por qué?
- ¿Me seguiste? - Exigí en tono bajo.
- Luces un poco agitada, Nora. ¿Qué pasó? - Sus cejas se juntaron con preocupación, pero era todo fingido porque había un brillo burlón en el centro de sus negros ojos.
- ¿Me estas siguiendo?
- ¿Por qué querría perseguirte?
- Contesta la pregunta.
- Nora. - La advertencia en la voz del Entrenador hizo que me volviera a concentrar en mi examen. Pero no pude evitar especular sobre cuál hubiera sido su respuesta y eso hizo querer alejarme de Patch, estar lejos de él en el salón. Al otro lado del mundo.
El entrenador sopló su silbato.
- Se acabó el tiempo. Pasen sus exámenes al que está en frente. Esperen preguntas similares en el examen del viernes. Ahora, - El juntó sus manos y el sonido seco que causó, hizo que me estremeciera. - a la lección de hoy. Señorita Sky ¿quieres decir cuál será nuestro tema?
- S-e-x-o. - Anunció Vee.
Precisamente, luego de que ella hablara, yo me desconecté. ¿Patch me estaba persiguiendo? ¿Era su cara la que estaba tras la máscara de esquiar, si es que había una cara tras ella? ¿Qué quería él? Abracé mis codos, sintiendo súbitamente frío. Quería que mi vida volviera a ser como era antes de que Patch irrumpiera en ella.
Al final de la clase, detuve a Patch antes de que se fuera. - ¿Podemos hablar?
Él ya estaba parado, así que se sentó en el borde de la mesa. - ¿Qué pasa?
- Yo sé que tú tampoco quieres sentarte conmigo y creo que el entrenador consideraría cambiar nuestros asientos si tú hablas con él. Si le explicas la situación…
- ¿La situación?
- Nosotros no somos… compatibles.
El pasó su mano sobre su mandíbula, un calculador gesto con el cual ya me he familiarizado en el poco tiempo que he ido conociéndolo. - ¿No lo somos?
- No estoy anunciando que se partió la tierra.
- Cuando el entrenador me pidió las características que deseo en una compañera, le di las tuyas.
Mi boca se abrió levemente. - Retira lo dicho.
- Inteligente. Atractiva. Vulnerable. ¿No estás de acuerdo?
Él estaba haciendo esto con el único propósito de contrariarme y eso solo me puso más nerviosa.
- ¿Le pedirás al entrenador que nos cambie de asiento o no?
- Yo paso. Me he acostumbrado a ti.
¿Cómo se supone que respondiera a eso? Obviamente su objetivo era que yo reaccionara, lo cual no era difícil porque nunca sabía cuando él esta bromeando o hablando en serio.
Traté de que mi voz sonara tranquila. - Creo que estarás mejor sentado con otra persona y creo que lo sabes. - Sonreí tensa, pero cortésmente.
- Creo que podría terminar sentado con Vrr. - Su sonrisa parecía igual de cortés que la mía. - No voy a presionar mi suerte.
Vrr apareció al lado de nuestra mesa, mirándonos a mí y a Patch. - ¿Interrumpo algo?
- No, - dije, cerrando mi mochila. - Le estaba preguntando a Patch sobre la lectura de esta noche. No recuerdo cuáles fueron las páginas que el entrenador asignó.
- La asignación está en la pizarra, como siempre. Como si no lo hubieras leído. - Dijo Vee.
Patch rió, pareció que estaba compartiendo una broma privada con él mismo. Sin ser la primera vez, deseé saber qué él estaba pensando. Porque a veces estaba completamente segura de que esas bromas tenían todo que ver conmigo. - ¿Algo más, Nora?
- No, - Dije. - Te veo mañana.
- Eso espero. - El guiñó. De verdad guiñó.
Después de que Patch estuviera lo bastante lejos par que no pudiera escuchar, Vee agarró mi brazo. - Buenas noticias. Malik. Ese es su apellido. Lo vi en la lista del entrenador.
- ¿Y eso es algo por lo cual alegrarse porque…?
-Todo el mundo sabe que los estudiantes tienen que registrar en la enfermería las medicinas recetadas. - Ella tiró del bolsillo frontal en mi mochila, en donde yo guardaba mis píldoras de hierro. - Además, todo el mundo sabe que la oficina de la enfermera esta convenientemente localizada dentro de la oficina principal, donde, da la casualidad, están también guardados los archivos de los estudiantes.
Con los ojos brillantes, Vee enlazó su brazo con el mío y me arrastró hacia la puerta. - Es hora de hacer trabajo detectivesco de verdad.
Última edición por Nialler♡ el Miér 19 Dic 2012, 12:08 pm, editado 3 veces
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Capitulo 5, parte I
- ¿Te puedo ayudar?
Sonreí forzadamente a la secretaria de la oficina principal, esperando no verme tan deshonesta como me sentía. - Tengo una medicina recetada que debo tomar diariamente en la escuela y mi amiga…
Mi voz se estancó en la palabra. Me pregunto si después de hoy tendré ganas de considerar a Vee otra vez mi amiga.
- Mi amiga me informó que se supone que yo lo debo registre con la enfermera. ¿Sabes si es eso correcto? - No podía creer que estaba aquí parada intentando hacer algo ilegal. Últimamente estaba mostrando un comportamiento no característico en mí. Primero seguí a Patch a un billar de mala muerte tarde en la noche. Ahora estaba a punto de husmear en el archivo estudiantil. ¿Qué estaba pasando conmigo? No. ¿Qué estaba pasando con Patch? ¿Por qué cuando se trata de él, no puedo evitar tener mal juicio?
- Ah, sí, - dijo solemnemente la secretaria. - Todas las medicinas necesitan ser registradas. La oficina de la enfermera está allá detrás, tercera puerta a la izquierda, al frente del archivo estudiantil. - Ella hizo señas hacia el pasillo detrás de ella. - Si la enfermera no está ahí, puedes sentarte en el catre. Ella regresará en cualquier momento.
Fabriqué otra sonrisa. De verdad esperaba que no fuera tan fácil.
Mientras caminaba por el pasillo, me detuve par de veces para mirar sobre mi hombro. Nadie venía tras de mí. El teléfono de la oficina principal estaba sonando, pero sonaba como un mundo aparte del oscuro pasillo en donde estaba. Estaba sola, libre para hacer lo que quisiera.
Me paré frente a la tercera puerta a la izquierda. Aguanté la respiración y toqué a la puerta, pero por la oscuridad en la ventana, era obvio que el cuarto estaba vacío. Empujé la puerta. Se movió con renuencia, haciendo un chirrido mientras se habría hacia un pequeño cuarto con baldosas blancas. Por un momento me quedé parada en la entrada, casi deseando que la enfermera apareciera y así no tener otra opción que registrar mis píldoras de hierro e irme. Una rápida mirada a través del pasillo reveló una puerta con una ventana que decía Archivo estudiantil. También estaba oscura.
Concentré mi atención en un insistente pensamiento en el fondo de mi mente. Patch diciendo que él no había ido a la escuela el año pasado. Estaba bien segura de que él estaba mintiendo, pero y si no lo estaba ¿tendría una record estudiantil? Al menos sí tiene una dirección residencial, razoné. También la tarjeta de vacunas y las calificaciones del semestre pasado. Aún así, una posible suspensión parecía un precio muy alto para pagar por mirar la tarjeta de vacunas de Patch.
Recosté un hombro contra la pared y miré mi reloj. Vee me dijo que esperara por su señal. Ella dijo que sería obvia. Grandioso.
El teléfono en la oficina principal volvió a sonar y la secretaria lo contestó.
Mordiéndome el labio, miré nuevamente a la puerta identificada como Archivo Estudiantil. Probablemente estaba cerrada con llave. El archivo estudiantil probablemente era considerado de mucha seguridad. No importaba que clase de distracción Vee hubiera creado; si la puerta estaba cerrada, yo no iba a entrar.
Cambié mi mochila al otro hombro. Otro minuto pasó. Me dije a mi misma que debía marcharme…
Por otro lado ¿y si Vrr tenía razón? ¿Y si Patch tiene un pasado criminal? Como su compañera de biología, el tener regularmente contacto con él podría ponerme en peligro. Yo tenía la responsabilidad de protegerme ¿cierto?
Si la puerta no estaba cerrada y los archivos estaban alfabetizados, no tendría ningún problema en localizar rápidamente el record de Patch. A eso añadámosle un par de segundos para leer por encima a ver si tiene record criminal y probablemente esté fuera del cuarto en menos de un minuto. Lo cual sería tan rápido que probablemente ni se sentiría que había entrado.
Todo estaba demasiado callado en la oficina principal. De repente, Vrr se apareció en la esquina. Ella se acercó a mí caminando agachada, pegada Contra la pared, arrastrando sus manos por la pared y mirando furtivamente sobre sus hombros. Estaba caminando como los espías lo hacían en las películas viejas.
- Todo está bajo control. - Ella susurró.
- ¿Qué le pasó a la secretaria?
- Tuvo que dejar la oficina por un minuto.
- ¿Tuvo? No la incapacitaste ¿cierto?
- Esta vez no.
Gracias a dios por las pequeñas bondades.
- Llamé desde el teléfono público y dije que hay una amenaza de bomba. - Dijo Vee. - La secretaria llamó a la policía y luego corrio para buscar al director.
- ¡Vee!
Ella dio golpecitos en su muñeca. - El reloj está contando. No queremos estar aquí cuando llegue la policía. - Y me lo dices.
Vee y yo fuimos a la puerta de los archivos de los estudiantes.
- Muévete. - Dijo Vee, empujándome con su cadera.
Ella cubrió su puño con la manga de su camisa e intentó perforar la ventana. Nada pasó.
- Eso fue solo práctica. - Dijo y luego retrocedió para dar otro golpe, pero yo agarré su brazo.
- Podría estar abierta. - Giré el pestillo y la puerta se abrió.
- Eso no fue nada divertido. - Dijo Vee. Cuestión de opiniones.
- Entra tú. - Ordenó Vee. - Yo vigilo. Si todo va bien, nos encontraremos en una hora. Espérame en el restaurante mexicano en la esquina de Drake y Beech. - Luego caminó en cuclillas por el pasillo.
Me dejó allí parada, mitad adentro y mitad afuera del estrecho cuarto revestido de pared a pared con archiveros. Antes de que mi conciencia me dijera que me saliera de ahí, entré y cerré la puerta tras de mí, presionando mi espalda contra ella.
Con un profundo respiro, me quité la mochila y me adelanté, trazando con mis dedos la parte frontal de los archiveros. Encontré la gaveta marcada con M. La gaveta se abrió de un jalón. Las etiquetas de los archivos estaban identificadas a mano y me pregunté si Coldwater High era la última escuela en el país que aún no estaba computarizada.
Mis ojos se posaron sobre el apellido “Malik”.
De un tirón, saqué el archivo de la repleta gaveta. Por un momento lo sostuve en mis manos, tratando de convencerme de que no era tan malo lo que estaba a punto de hacer. ¿Qué importaba que allí adentro hubiera información privada? Como compañera de biología de Patch, tenía derecho a saber estas cosas.
Afuera, las voces llenaron el pasillo.
Abrí el archivo con torpeza e inmediatamente me estremecí. No tenía sentido.
Las voces avanzaban.
Al azar, introduje el archivo dentro de la gaveta y la empujé, enviándola rápidamente devuelta al archivero. Mientras me giraba, me quedé paralizada. Al otro lado de la ventana, el director se detuvo en seco y su vista estaba fija sobre la mía.
Lo que sea que le estaba diciendo al grupo, el cual consistía de los más importantes de la facultad, se quedó en el olvido.
- Discúlpenme un momento. - Lo escuché decir. El grupo continuó caminando. Pero él no.
Él abrió la puerta. - Esta área es prohibida para los estudiantes.
Intenté mostrar una expresión indefensa. - Lo siento. Intento encontrar la oficina de la enfermera. La secretaria dijo que era la tercera puerta a la derecha, pero creo que conté mal…- Puse mis manos en alto. - Estoy perdida.
Antes de que él pudiera responder, abrí la cremallera del bolsillo de mi mochila.
- Se supone que registre esto. Píldoras de hierro. - Expliqué. - Soy anémica.
Él me estudió por un momento frunciendo el ceño. Pensé que podía verlo balancear sus opciones: quedarse aquí y lidiar conmigo, o lidiar con una amenaza de bomba. El señaló hacia la puerta, alzando su barbilla. - Necesito que salgas del edificio inmediatamente.
Él abrió la puerta y yo pasé bajo su brazo, mientras mi sonrisa colapsaba.
Sonreí forzadamente a la secretaria de la oficina principal, esperando no verme tan deshonesta como me sentía. - Tengo una medicina recetada que debo tomar diariamente en la escuela y mi amiga…
Mi voz se estancó en la palabra. Me pregunto si después de hoy tendré ganas de considerar a Vee otra vez mi amiga.
- Mi amiga me informó que se supone que yo lo debo registre con la enfermera. ¿Sabes si es eso correcto? - No podía creer que estaba aquí parada intentando hacer algo ilegal. Últimamente estaba mostrando un comportamiento no característico en mí. Primero seguí a Patch a un billar de mala muerte tarde en la noche. Ahora estaba a punto de husmear en el archivo estudiantil. ¿Qué estaba pasando conmigo? No. ¿Qué estaba pasando con Patch? ¿Por qué cuando se trata de él, no puedo evitar tener mal juicio?
- Ah, sí, - dijo solemnemente la secretaria. - Todas las medicinas necesitan ser registradas. La oficina de la enfermera está allá detrás, tercera puerta a la izquierda, al frente del archivo estudiantil. - Ella hizo señas hacia el pasillo detrás de ella. - Si la enfermera no está ahí, puedes sentarte en el catre. Ella regresará en cualquier momento.
Fabriqué otra sonrisa. De verdad esperaba que no fuera tan fácil.
Mientras caminaba por el pasillo, me detuve par de veces para mirar sobre mi hombro. Nadie venía tras de mí. El teléfono de la oficina principal estaba sonando, pero sonaba como un mundo aparte del oscuro pasillo en donde estaba. Estaba sola, libre para hacer lo que quisiera.
Me paré frente a la tercera puerta a la izquierda. Aguanté la respiración y toqué a la puerta, pero por la oscuridad en la ventana, era obvio que el cuarto estaba vacío. Empujé la puerta. Se movió con renuencia, haciendo un chirrido mientras se habría hacia un pequeño cuarto con baldosas blancas. Por un momento me quedé parada en la entrada, casi deseando que la enfermera apareciera y así no tener otra opción que registrar mis píldoras de hierro e irme. Una rápida mirada a través del pasillo reveló una puerta con una ventana que decía Archivo estudiantil. También estaba oscura.
Concentré mi atención en un insistente pensamiento en el fondo de mi mente. Patch diciendo que él no había ido a la escuela el año pasado. Estaba bien segura de que él estaba mintiendo, pero y si no lo estaba ¿tendría una record estudiantil? Al menos sí tiene una dirección residencial, razoné. También la tarjeta de vacunas y las calificaciones del semestre pasado. Aún así, una posible suspensión parecía un precio muy alto para pagar por mirar la tarjeta de vacunas de Patch.
Recosté un hombro contra la pared y miré mi reloj. Vee me dijo que esperara por su señal. Ella dijo que sería obvia. Grandioso.
El teléfono en la oficina principal volvió a sonar y la secretaria lo contestó.
Mordiéndome el labio, miré nuevamente a la puerta identificada como Archivo Estudiantil. Probablemente estaba cerrada con llave. El archivo estudiantil probablemente era considerado de mucha seguridad. No importaba que clase de distracción Vee hubiera creado; si la puerta estaba cerrada, yo no iba a entrar.
Cambié mi mochila al otro hombro. Otro minuto pasó. Me dije a mi misma que debía marcharme…
Por otro lado ¿y si Vrr tenía razón? ¿Y si Patch tiene un pasado criminal? Como su compañera de biología, el tener regularmente contacto con él podría ponerme en peligro. Yo tenía la responsabilidad de protegerme ¿cierto?
Si la puerta no estaba cerrada y los archivos estaban alfabetizados, no tendría ningún problema en localizar rápidamente el record de Patch. A eso añadámosle un par de segundos para leer por encima a ver si tiene record criminal y probablemente esté fuera del cuarto en menos de un minuto. Lo cual sería tan rápido que probablemente ni se sentiría que había entrado.
Todo estaba demasiado callado en la oficina principal. De repente, Vrr se apareció en la esquina. Ella se acercó a mí caminando agachada, pegada Contra la pared, arrastrando sus manos por la pared y mirando furtivamente sobre sus hombros. Estaba caminando como los espías lo hacían en las películas viejas.
- Todo está bajo control. - Ella susurró.
- ¿Qué le pasó a la secretaria?
- Tuvo que dejar la oficina por un minuto.
- ¿Tuvo? No la incapacitaste ¿cierto?
- Esta vez no.
Gracias a dios por las pequeñas bondades.
- Llamé desde el teléfono público y dije que hay una amenaza de bomba. - Dijo Vee. - La secretaria llamó a la policía y luego corrio para buscar al director.
- ¡Vee!
Ella dio golpecitos en su muñeca. - El reloj está contando. No queremos estar aquí cuando llegue la policía. - Y me lo dices.
Vee y yo fuimos a la puerta de los archivos de los estudiantes.
- Muévete. - Dijo Vee, empujándome con su cadera.
Ella cubrió su puño con la manga de su camisa e intentó perforar la ventana. Nada pasó.
- Eso fue solo práctica. - Dijo y luego retrocedió para dar otro golpe, pero yo agarré su brazo.
- Podría estar abierta. - Giré el pestillo y la puerta se abrió.
- Eso no fue nada divertido. - Dijo Vee. Cuestión de opiniones.
- Entra tú. - Ordenó Vee. - Yo vigilo. Si todo va bien, nos encontraremos en una hora. Espérame en el restaurante mexicano en la esquina de Drake y Beech. - Luego caminó en cuclillas por el pasillo.
Me dejó allí parada, mitad adentro y mitad afuera del estrecho cuarto revestido de pared a pared con archiveros. Antes de que mi conciencia me dijera que me saliera de ahí, entré y cerré la puerta tras de mí, presionando mi espalda contra ella.
Con un profundo respiro, me quité la mochila y me adelanté, trazando con mis dedos la parte frontal de los archiveros. Encontré la gaveta marcada con M. La gaveta se abrió de un jalón. Las etiquetas de los archivos estaban identificadas a mano y me pregunté si Coldwater High era la última escuela en el país que aún no estaba computarizada.
Mis ojos se posaron sobre el apellido “Malik”.
De un tirón, saqué el archivo de la repleta gaveta. Por un momento lo sostuve en mis manos, tratando de convencerme de que no era tan malo lo que estaba a punto de hacer. ¿Qué importaba que allí adentro hubiera información privada? Como compañera de biología de Patch, tenía derecho a saber estas cosas.
Afuera, las voces llenaron el pasillo.
Abrí el archivo con torpeza e inmediatamente me estremecí. No tenía sentido.
Las voces avanzaban.
Al azar, introduje el archivo dentro de la gaveta y la empujé, enviándola rápidamente devuelta al archivero. Mientras me giraba, me quedé paralizada. Al otro lado de la ventana, el director se detuvo en seco y su vista estaba fija sobre la mía.
Lo que sea que le estaba diciendo al grupo, el cual consistía de los más importantes de la facultad, se quedó en el olvido.
- Discúlpenme un momento. - Lo escuché decir. El grupo continuó caminando. Pero él no.
Él abrió la puerta. - Esta área es prohibida para los estudiantes.
Intenté mostrar una expresión indefensa. - Lo siento. Intento encontrar la oficina de la enfermera. La secretaria dijo que era la tercera puerta a la derecha, pero creo que conté mal…- Puse mis manos en alto. - Estoy perdida.
Antes de que él pudiera responder, abrí la cremallera del bolsillo de mi mochila.
- Se supone que registre esto. Píldoras de hierro. - Expliqué. - Soy anémica.
Él me estudió por un momento frunciendo el ceño. Pensé que podía verlo balancear sus opciones: quedarse aquí y lidiar conmigo, o lidiar con una amenaza de bomba. El señaló hacia la puerta, alzando su barbilla. - Necesito que salgas del edificio inmediatamente.
Él abrió la puerta y yo pasé bajo su brazo, mientras mi sonrisa colapsaba.
Última edición por Nialler♡ el Miér 19 Dic 2012, 12:15 pm, editado 2 veces
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Capitulos 5, parte II
Una hora después me senté en uno de los cubículos del restaurante mexicano en la esquina de Drake y Beech. Un cactus de cerámica y un coyote de peluche estaban puestos en la pared frente a mí. Un hombre que llevaba puesto un sombrero más ancho que él estaba paseándose por ahí, rasgueando acordes en su guitarra. El me dio una serenata mientras la chica de alterne ponía menús sobre la mesa. Fruncí el entrecejo cuando vi la insignia en la portada. The Borderline. Nunca antes había comido aquí, y sin embargo algo en el nombre se me hacía vagamente familiar.
Vee vino detrás de mí y se sentó en la silla opuesta. Nuestro mesero estaba a sus pies.
- Cuatro chimis, crema agria extra, un plato con nachos y otro con frijoles negros. - Le dijo Vee sin consultar el menú.
- Un burrito rojo. - Dije.
- ¿Cuentas separadas? - Preguntó él.
- Yo no le voy a pagar a ella. - Vee y yo dijimos al mismo tiempo.
Después de que nuestro mesero se fue, dije, - Cuatro chimis. Estoy ansiosa por saber su conexión con las frutas.
- No empieces. Me muero de hambre. No he comido nada desde el almuerzo. - Ella hizo una pausa. - Si no cuentas el Hot Tamales, porque yo no lo estoy contando.
Vee es voluptuosa, una escandinava, y era increíblemente sexy de una manera no ortodoxa. Ha habido días en los que nuestra amistad era la única cosa que evitaba mi envidia. Junto a Vee, la única cosa que tenía a mi favor eran mis piernas y tal vez mi metabolismo, pero definitivamente no mi cabello.
- Más vale que traiga los nachos rápido. - Dijo Vee. - Me va a dar urticaria si no como algo salado en los próximos cuarenta y cinco segundos y de todas maneras las primeras tres letras de la palabra ‘dieta’ debería decirte que es lo que quiero hacer.
- Ellos hacen la salsa con tomates. - Mencioné. - Eso es rojo y los aguacates son una fruta, creo.
Su rostro resplandeció. - Y ordenaremos daiquiris de fresa.
Vee tenía razón. Esta dieta era fácil.
- Vuelvo enseguida. - Dijo ella, saliendo del cubículo. - Ese tiempo del mes. Después de eso, voy hacer primera.
Mientras esperaba por ella, me encontré concentrada en el chico que estaba unas mesas más al frente. Él estaba trabajando duramente, estregando un trapo sobre la mesa. Había algo extrañamente familiar en la manera en que se movía, en la manera en que su camisa caía sobre el arco de su bien definida espalda. Casi como si él sospechara que estaba siendo observado, él se enderezó, se dio la vuelta y sus ojos se fijaron en los míos al mismo tiempo que yo comprendí por qué me era tan familiar. Patch.
No podía creerlo. Pensé en golpearme la frente cuando recordé que él me había dicho que trabajaba en el Borderline.
Limpiándose las manos en su delantal, él caminó hacia mí, aparentemente disfrutando de mi incomodidad mientras yo miraba alrededor buscando alguna manera de escapar y descubriendo que no podía ir a ninguna parte, que solo podía hundirme más en el cubículo.
- Vaya, vaya. - El dijo. - ¿Cinco días a la semana no son suficiente para mí? ¿También me tienes que dar una tarde?
- Me disculpo por la desafortunada coincidencia.
Él se sentó en la silla de Vee. Cuando él puso los brazos sobre la mesa, estos eran tan largos que cruzaron mi lado de la mesa. Él tomó mi vaso, haciéndolo girar entre sus manos.
- Todas las sillas aquí están ocupadas. - Dije. Cuando él no respondió, agarré mi vaso de vuelta y tomé un sorbo de agua, tragando accidentalmente un cubo de hielo que me lastimó la garganta. - ¿No deberías estar trabajando en lugar de estar fraternizando con clientes? - Dije ahogada.
Él sonrió. - ¿Qué vas a hacer el domingo en la noche?
Yo bufé. Accidentalmente. - ¿Me estas invitando a salir?
- Te estás volviendo presumida. Me gusta eso, ángel.
- No me importa lo que te gusta. No voy a salir contigo. No en una cita. Tampoco sola contigo. - Quería patearme por experimentar un ardiente estremecimiento al imaginarme qué podría conllevar pasar una noche sola con Patch. Él ni siquiera lo decía en serio. Él estaba provocándome por razones que sólo él conocía. - Espera ¿me dijiste ángel? - Pregunté.
- ¿Y si lo hice?
- No me gusta.
Él sonrió abiertamente. - Entonces lo dije. Ángel.
Él se inclinó en la mesa, levantando sus manos hasta mi cara y rozó su pulgar en la esquina de mi boca. Yo me alejé, muy tarde.
Él frotó brillo labial entre su pulgar y el dedo índice. - Te ves mejor sin eso.
Intenté recordar de qué estábamos hablando, pero no me esforcé tanto como estaba haciendo para intentar parecer que su contacto no me había causado nada. Recogí mi pelo tras mi hombro, tomando de nuevo el hilo de nuestra previa conversación. - De todas maneras, no me dejan salir cuando hay clases al otro día.
- Que mal. Hay una fiesta en la costa. Pensé que podríamos ir.
Él de verdad parecía sincero, pero no podía saber si era cierto o no. En lo absoluto. El calor de antes seguía corriendo en mis venas y tomé un largo sorbido con mi pajilla, intentando enfriar mis sentimientos con un tiro de agua helada. Tiempo a solas con Patch podría ser intrigante y peligroso. No estaba segura cómo exactamente, pero esta vez estaba confiando en mis instintos.
Fingí un bostezo. - Bueno, como ya dije, al otro día hay clases. - Con la esperanza de convencerme más a mí que a él, añadí. - Si estas interesado en esa fiesta, yo casi puedo garantizarte que no estaré.
Listo, pensé. Caso cerrado.
Y luego, sin ninguna advertencia en absoluto, dije. - ¿Por qué me estas invitando?
Hasta este preciso instante, había estado diciéndome que no me importaba lo que Patch pensara de mí. Pero ahora, supe que era una mentira. Aunque probablemente me arrepentiría, estaba lo suficientemente curiosa sobre Patch hasta el punto de ir a cualquier parte con él.
- Quiero estar contigo a solas. - Dijo Patch. Solo con eso, mis defensas regresaron.
- Escucha, Patch, no quiero ser grosera, pero…
- Seguro que quieres serlo.
- ¡Bueno, tú comenzaste! - Adorable. Muy madura. - No puedo ir a la fiesta. Fin de la historia.
- ¿Porque no puedes salir en noches de escuela, o porque te da miedo estar sola conmigo?
- Ambas. - La confesión se me escapó.
- ¿Te dan miedo todos los chicos… o solo yo?
Entorné mis ojos dejando claro que no me iba a molestar en contestar una pregunta tan estúpida.
- ¿Te hago sentir incómoda? - Su boca creó una línea neutral, pero detecté una sonrisa especulativa atrapada tras ellos.
Sí, en realidad él tenía ese efecto en mí. También tenía la tendencia de eliminar de mi cabeza todo pensamiento lógico.
- Lo siento. - Dije. - ¿De qué estábamos hablando?
- De ti.
- ¿De mi?
- De tu vida personal.
Yo reí, insegura de qué otra respuesta dar. - Si esto es sobre mi… y el sexo opuesto… Vee ya me dio ese discurso. No necesito escucharlo dos veces.
- ¿Y qué te dijo la sabia Vee?
Yo estaba jugando con mis manos y las deslicé fuera de la vista. - No puedo imaginar por qué estas tan interesado.
Él sacudió suavemente su cabeza. - ¿Interesado? Estamos hablando de ti. Estoy fascinado. - Él sonrió y fue una sonrisa fantástica. El efecto fue un pulso agitado. Mi pulso agitado.
- Creo que deberías regresar a trabajar. - dije.
- Es bueno saberlo, me gusta la idea de que en la escuela no haya ningún chico que junte todas tus expectativas.
- Olvidé que eres la autoridad de mis tan nombradas expectativas. - Bufé.
Él me estudió de una manera que me hizo sentir transparente. - Tú no eres reservada, Nora. Tampoco eres tímida. Solo necesitas una buena razón para salir de tu rutina y conocer a alguien.
- Ya no quiero hablar más sobre mí.
- Tú crees que lo sabes todo.
- No es cierto. - Dije. -Por ejemplo, bueno, en este caso, yo no sé mucho sobre… ti.
- Tú no estás lista para conocerme.
No había nada despreocupado en la manera en que él lo dijo. En realidad, su expresión era cortante.
- Busqué en tu expediente.
Mis palabras colgaron en el aire por un momento antes de que los ojos de Patch se alinearan con los míos.
- Estoy bastante seguro de que eso es ilegal. - Dijo él calmadamente.
- Tu expediente estaba vacío. No había nada. Ni siquiera tu record de vacunas.
Él ni siquiera fingió estar sorprendido. Él se reclinó en su silla y sus ojos relucían como obsidianas. - ¿Y me estás diciendo esto porque tienes miedo de que pueda causar un brote de sarampión o paperas?
- Te estoy diciendo esto porque quiero que sepas que yo sé que algo no está bien contigo. Nos has engañado a todos. Voy a descubrir qué es lo que estas tramando. Te voy a descubrir.
- Estaré esperando que lo hagas.
Yo me sonrojé, comprendiendo muy tarde la indirecta. Sobre la cabeza de Patch, pude ver a Vee abriéndose camino entre las mesas.
- Vee viene. Te tienes que ir. - Dije.
Él se quedó ahí, mirándome, pensando.
- ¿Por qué me estas mirando así? - Le dije a manera de reto.
Él se impulsó, preparándose para levantarse.
- Porque tú no eres como yo pensaba.
- Tú tampoco lo eres. - Rebatí. - Eres peor.
Vee vino detrás de mí y se sentó en la silla opuesta. Nuestro mesero estaba a sus pies.
- Cuatro chimis, crema agria extra, un plato con nachos y otro con frijoles negros. - Le dijo Vee sin consultar el menú.
- Un burrito rojo. - Dije.
- ¿Cuentas separadas? - Preguntó él.
- Yo no le voy a pagar a ella. - Vee y yo dijimos al mismo tiempo.
Después de que nuestro mesero se fue, dije, - Cuatro chimis. Estoy ansiosa por saber su conexión con las frutas.
- No empieces. Me muero de hambre. No he comido nada desde el almuerzo. - Ella hizo una pausa. - Si no cuentas el Hot Tamales, porque yo no lo estoy contando.
Vee es voluptuosa, una escandinava, y era increíblemente sexy de una manera no ortodoxa. Ha habido días en los que nuestra amistad era la única cosa que evitaba mi envidia. Junto a Vee, la única cosa que tenía a mi favor eran mis piernas y tal vez mi metabolismo, pero definitivamente no mi cabello.
- Más vale que traiga los nachos rápido. - Dijo Vee. - Me va a dar urticaria si no como algo salado en los próximos cuarenta y cinco segundos y de todas maneras las primeras tres letras de la palabra ‘dieta’ debería decirte que es lo que quiero hacer.
- Ellos hacen la salsa con tomates. - Mencioné. - Eso es rojo y los aguacates son una fruta, creo.
Su rostro resplandeció. - Y ordenaremos daiquiris de fresa.
Vee tenía razón. Esta dieta era fácil.
- Vuelvo enseguida. - Dijo ella, saliendo del cubículo. - Ese tiempo del mes. Después de eso, voy hacer primera.
Mientras esperaba por ella, me encontré concentrada en el chico que estaba unas mesas más al frente. Él estaba trabajando duramente, estregando un trapo sobre la mesa. Había algo extrañamente familiar en la manera en que se movía, en la manera en que su camisa caía sobre el arco de su bien definida espalda. Casi como si él sospechara que estaba siendo observado, él se enderezó, se dio la vuelta y sus ojos se fijaron en los míos al mismo tiempo que yo comprendí por qué me era tan familiar. Patch.
No podía creerlo. Pensé en golpearme la frente cuando recordé que él me había dicho que trabajaba en el Borderline.
Limpiándose las manos en su delantal, él caminó hacia mí, aparentemente disfrutando de mi incomodidad mientras yo miraba alrededor buscando alguna manera de escapar y descubriendo que no podía ir a ninguna parte, que solo podía hundirme más en el cubículo.
- Vaya, vaya. - El dijo. - ¿Cinco días a la semana no son suficiente para mí? ¿También me tienes que dar una tarde?
- Me disculpo por la desafortunada coincidencia.
Él se sentó en la silla de Vee. Cuando él puso los brazos sobre la mesa, estos eran tan largos que cruzaron mi lado de la mesa. Él tomó mi vaso, haciéndolo girar entre sus manos.
- Todas las sillas aquí están ocupadas. - Dije. Cuando él no respondió, agarré mi vaso de vuelta y tomé un sorbo de agua, tragando accidentalmente un cubo de hielo que me lastimó la garganta. - ¿No deberías estar trabajando en lugar de estar fraternizando con clientes? - Dije ahogada.
Él sonrió. - ¿Qué vas a hacer el domingo en la noche?
Yo bufé. Accidentalmente. - ¿Me estas invitando a salir?
- Te estás volviendo presumida. Me gusta eso, ángel.
- No me importa lo que te gusta. No voy a salir contigo. No en una cita. Tampoco sola contigo. - Quería patearme por experimentar un ardiente estremecimiento al imaginarme qué podría conllevar pasar una noche sola con Patch. Él ni siquiera lo decía en serio. Él estaba provocándome por razones que sólo él conocía. - Espera ¿me dijiste ángel? - Pregunté.
- ¿Y si lo hice?
- No me gusta.
Él sonrió abiertamente. - Entonces lo dije. Ángel.
Él se inclinó en la mesa, levantando sus manos hasta mi cara y rozó su pulgar en la esquina de mi boca. Yo me alejé, muy tarde.
Él frotó brillo labial entre su pulgar y el dedo índice. - Te ves mejor sin eso.
Intenté recordar de qué estábamos hablando, pero no me esforcé tanto como estaba haciendo para intentar parecer que su contacto no me había causado nada. Recogí mi pelo tras mi hombro, tomando de nuevo el hilo de nuestra previa conversación. - De todas maneras, no me dejan salir cuando hay clases al otro día.
- Que mal. Hay una fiesta en la costa. Pensé que podríamos ir.
Él de verdad parecía sincero, pero no podía saber si era cierto o no. En lo absoluto. El calor de antes seguía corriendo en mis venas y tomé un largo sorbido con mi pajilla, intentando enfriar mis sentimientos con un tiro de agua helada. Tiempo a solas con Patch podría ser intrigante y peligroso. No estaba segura cómo exactamente, pero esta vez estaba confiando en mis instintos.
Fingí un bostezo. - Bueno, como ya dije, al otro día hay clases. - Con la esperanza de convencerme más a mí que a él, añadí. - Si estas interesado en esa fiesta, yo casi puedo garantizarte que no estaré.
Listo, pensé. Caso cerrado.
Y luego, sin ninguna advertencia en absoluto, dije. - ¿Por qué me estas invitando?
Hasta este preciso instante, había estado diciéndome que no me importaba lo que Patch pensara de mí. Pero ahora, supe que era una mentira. Aunque probablemente me arrepentiría, estaba lo suficientemente curiosa sobre Patch hasta el punto de ir a cualquier parte con él.
- Quiero estar contigo a solas. - Dijo Patch. Solo con eso, mis defensas regresaron.
- Escucha, Patch, no quiero ser grosera, pero…
- Seguro que quieres serlo.
- ¡Bueno, tú comenzaste! - Adorable. Muy madura. - No puedo ir a la fiesta. Fin de la historia.
- ¿Porque no puedes salir en noches de escuela, o porque te da miedo estar sola conmigo?
- Ambas. - La confesión se me escapó.
- ¿Te dan miedo todos los chicos… o solo yo?
Entorné mis ojos dejando claro que no me iba a molestar en contestar una pregunta tan estúpida.
- ¿Te hago sentir incómoda? - Su boca creó una línea neutral, pero detecté una sonrisa especulativa atrapada tras ellos.
Sí, en realidad él tenía ese efecto en mí. También tenía la tendencia de eliminar de mi cabeza todo pensamiento lógico.
- Lo siento. - Dije. - ¿De qué estábamos hablando?
- De ti.
- ¿De mi?
- De tu vida personal.
Yo reí, insegura de qué otra respuesta dar. - Si esto es sobre mi… y el sexo opuesto… Vee ya me dio ese discurso. No necesito escucharlo dos veces.
- ¿Y qué te dijo la sabia Vee?
Yo estaba jugando con mis manos y las deslicé fuera de la vista. - No puedo imaginar por qué estas tan interesado.
Él sacudió suavemente su cabeza. - ¿Interesado? Estamos hablando de ti. Estoy fascinado. - Él sonrió y fue una sonrisa fantástica. El efecto fue un pulso agitado. Mi pulso agitado.
- Creo que deberías regresar a trabajar. - dije.
- Es bueno saberlo, me gusta la idea de que en la escuela no haya ningún chico que junte todas tus expectativas.
- Olvidé que eres la autoridad de mis tan nombradas expectativas. - Bufé.
Él me estudió de una manera que me hizo sentir transparente. - Tú no eres reservada, Nora. Tampoco eres tímida. Solo necesitas una buena razón para salir de tu rutina y conocer a alguien.
- Ya no quiero hablar más sobre mí.
- Tú crees que lo sabes todo.
- No es cierto. - Dije. -Por ejemplo, bueno, en este caso, yo no sé mucho sobre… ti.
- Tú no estás lista para conocerme.
No había nada despreocupado en la manera en que él lo dijo. En realidad, su expresión era cortante.
- Busqué en tu expediente.
Mis palabras colgaron en el aire por un momento antes de que los ojos de Patch se alinearan con los míos.
- Estoy bastante seguro de que eso es ilegal. - Dijo él calmadamente.
- Tu expediente estaba vacío. No había nada. Ni siquiera tu record de vacunas.
Él ni siquiera fingió estar sorprendido. Él se reclinó en su silla y sus ojos relucían como obsidianas. - ¿Y me estás diciendo esto porque tienes miedo de que pueda causar un brote de sarampión o paperas?
- Te estoy diciendo esto porque quiero que sepas que yo sé que algo no está bien contigo. Nos has engañado a todos. Voy a descubrir qué es lo que estas tramando. Te voy a descubrir.
- Estaré esperando que lo hagas.
Yo me sonrojé, comprendiendo muy tarde la indirecta. Sobre la cabeza de Patch, pude ver a Vee abriéndose camino entre las mesas.
- Vee viene. Te tienes que ir. - Dije.
Él se quedó ahí, mirándome, pensando.
- ¿Por qué me estas mirando así? - Le dije a manera de reto.
Él se impulsó, preparándose para levantarse.
- Porque tú no eres como yo pensaba.
- Tú tampoco lo eres. - Rebatí. - Eres peor.
Última edición por Nialler♡ el Miér 19 Dic 2012, 12:22 pm, editado 2 veces
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Capitulo 6
A la mañana siguiente estaba sorprendida de ver a Elliot entrar a la clase de Educación Física, justo cuando la campana tardía sonó. Él estaba vestido con unos pantalones de baloncesto que le llegaban hasta las rodillas y una sudadera Nike blanca. Sus tenis parecían nuevas y costosas. El me miró, luego de entregarle un papel a la Srta. Sully, me saludó de lejos y se reunió conmigo en las gradas.
- Estaba pensando cuándo sería el día en que nos encontráramos otra vez. - El dijo. - La oficina principal se dio cuenta que no he cogido Educación Física en los últimas dos años. No es requerido en las escuelas privadas. Están debatiendo cómo cubriré cuatro años de EF en los próximos dos años y medio y, pues aquí estoy. Tengo Educación Física a primera hora y en el cuarto período.
- Nunca escuché por qué te transferiste aquí. - Dije.
- Era demasiado costoso para mis padres. Les estaba costando todo el dinero que habían ahorrado para su retiro.
La Srta. Sully sopló su silbato.
- Entiendo que el silbato significa algo. - Me dijo Elliot.
- Diez vueltas alrededor del gimnasio, sin cortar las esquinas. - Me levanté de las gradas. - ¿Eres atleta?
Elliot se levantó de un salto, bailando en la punta de sus pies. Tiró al aire unos cuantos ganchos y puños y terminó con un puño alto que terminó a solo centímetros de mi mentón. Sonriendo, él dijo - ¿Un atleta? De corazón.
- Entonces vas a adorar la idea de diversión que tiene la Srta. Sully.
Elliot y yo trotamos juntos diez vueltas, luego salimos fuera del gimnasio, dónde el aire estaba cubierto de una fantasmal niebla que parecía tapar mis pulmones y me ahogaba. Del cielo cayeron unas cuentas gotas, amenazando con una tormenta en la ciudad de Coldwater. Yo miré las puertas del edificio, pero supe que no tenía caso, la Srta. Sully era muy firme.
- Necesito dos capitanes para el softball. - Ella gritó. - Vamos, luzcan con vida. ¡Déjenme ver algunas manos en alto! Es mejor que lo hagan voluntariamente, porque de lo contrario yo escogeré los equipos y no siempre soy justa.
Elliot levantó su mano.
- Muy bien. - Le dijo la Srta. Sully. - Ven aquí a la meta y… qué tal… Marcie Millar como capitán del equipo rojo.
Los ojos de Marcie se movieron sobre el cuerpo de Elliot. - Veamos quién es el mejor.
- Elliot, es el primero en escoger los miembros del equipo. - Dijo la Srta. Sully.
Cerrando sus dedos sobre su barbilla, Elliot examinó la clase, al parecer midiendo nuestras destrezas en el juego con solo mirarnos. - Nora. - Dijo.
Marcie echó su cuello hacia atrás y rió. - Gracias. - Le dijo a Elliot, enviándole una sonrisa tóxica que, por razones más allá de mi conocimiento, cautivaban al sexo opuesto.
- ¿Por qué? - Dijo Elliot.
- Por regalarnos el juego. - Me señaló con un dedo.
- Hay cientos de razones por las cuales soy porrista y Nora no. Coordinación es la primera.
La fulminé con la mirada, luego caminé hasta ponerme al lado de Elliot y me puse una camiseta azul.
- Nora y yo somos amigos. - Le dijo Elliot a Marcie calmadamente, casi con frialdad. Era algo exagerado, pero yo no lo iba a corregir. Marcie parecía como si le hubieran echado un balde de agua helada y yo lo estaba disfrutando.
- Eso es porque no has conocido a nadie mejor. Como yo. - Marcie enrolló su pelo en su dedo. - Marcie Millar. Pronto escucharás todo sobre mi. - O su ojo tenía un tic, o le lanzó una guiñada.
Elliot no dio ninguna respuesta en lo absoluto y continuó escogiendo a los miembros de su equipo. Cualquier otro chico se hubiera puesto de rodillas y rogaría a Marcie por un poco de atención.
- ¿Queremos quedarnos aquí toda la mañana esperando que venga la lluvia, o queremos comenzar con el juego? - Preguntó la Srta. Sully.
Luego de dividirnos en equipos, Elliot dirigió el nuestro a la caseta y determinó el orden de bateo. Entregándome un bate, puso un casco sobre mi cabeza. - Tú vas primero, Grey. Todo lo que necesitamos es un imparable para llegar a base.
Casi lo golpeo mientras practicaba con el bate y le dije. - Pero tenía ganas de hacer un cuadrangular.
- También tendremos uno de esos.- Él me dirigió hacia la meta. - Espera al lanzamiento y batea con fuerza.
Yo balanceé el bate en mi hombro, pensando que quizá debí haber prestado más atención a la Serie Mundial. Mi casco me cubrió los ojos y yo lo empujé hacia arriba, intentando ver el parque, que estaba cubierto por una macabra espiral de neblina.
Marcie Millar tomó su lugar en el montículo del lanzador. Ella sostuvo la bola en frente de ella y noté que su dedo del medio estaba alzado para mí. Ella mostró otra sonrisa tóxica y lanzó hacia mí la bola.
Le di a una parte de ella, enviándola hacia el lado equivocado.
- ¡Eso es un strike! - Gritó la Srta. Sully desde su posición entre primera y segunda base.
Elliot gritó desde la caseta. - ¡Esa bola tenía mucha curva, lánzale una buena!
Me tomó un momento para darme cuenta de que él le estaba hablando a Marcie y no a mí.
Nuevamente la bola dejó la mano de Marcie, haciendo un arco en el sombrío cielo. Yo intenté golpearle, pero fallé.
- Segundo strike. - Dijo Anthony Amowitz a través de la máscara del receptor.
Yo lo miré pesadamente.
Alejándome del plató, intenté nuevamente practicar con el bate. Casi ni sentí a Elliot venir tras de mí. Él estiró sus brazos alrededor de mi y posicionó sus manos en el bate, alineándose con las mías.
- Déjame enseñarte. - El me dijo al oído. - Así. ¿Sientes eso? Relájate. Ahora gira tus caderas, todo está en las caderas.
Podía sentir mi cara calentarse al ver que toda la clase nos estaba mirando. - Creo que entendí, gracias.
- ¡Vayan a un cuarto! - Nos gritó Marcie. Toda la clase rió.
- Si le lanzaras decentemente. - Elliot le gritó. - ella golpearía la bola.
- Mi lanzamiento está bien.
- Y el bateo de ella está bien. - Elliot bajó la voz y me habló. - Tú pierdes contacto visual al minuto que ella suelta la bola. Sus lanzamientos no son rectos, así que tendrás que estar alerta para poder golpear.
- ¡Estamos atrasando el juego, gente! - Gritó la Srta. Sully.
Justo en ese momento, algo en el estacionamiento más allá de la caseta llamó mi atención. Creí que alguien me llamaba. Me giré, pero mientras lo hacía, supe que mi nombre no había sido mencionado en alto. Lo había escuchado en mi mente.
Nora.
Patch llevaba puesta una desgastada gorra de béisbol y tenía sus dedos enganchados en la verja de metal, recostándose contra ella. No llevaba abrigo a pesar del clima. Simplemente iba de negro de la cabeza a los pies. Sus ojos eran opacos e inaccesibles mientras me observaba, pero sospeché que había mucho más oculto tras ellos.
Otra sucesión de palabras se introdujeron en mi mente.
¿Lecciones de bateo? Que rico… contacto.
Respiré profundamente y me dije que estaba imaginando las palabras. Porque la otra alternativa consideraba que Patch tenía el poder de transmitir pensamientos en mi mente. Lo cual no podía ser. Simplemente no podía. A menos que estuviera loca. Eso me asustó más que la idea de él violando los métodos de comunicación normal, por voluntad propia, y hablándome sin ni siquiera abrir su boca.
- ¡Grey! ¡Concéntrate en el juego!
Yo pestañeé, volviendo a la vida justo a tiempo para ver la bola rodando hacia mí en el aire. Comencé a mover el bate, pero entonces escuché otro hilo de palabras.
Todavía… no.
Me detuve esperando que la bola viniera a mí y mientras descendía, me adelanté al frente del plató y bateé con toda la fuerza que tenía.
Se escuchó un enorme crujido y el bate vibró en mis manos. La bola condujo hacia Marcie, quién cayó de espaldas al suelo y apretujada entre segunda base y campo cortó, la pelota rebotó en la grama del parque.
- ¡Corre! - Gritó mi equipo desde la caseta. - ¡Corre, Nora!
Corrí.
- ¡Tira el bate! - Gritaron.
Lo lancé a un lado.
- ¡Quédate en primera base!
No lo hice.
Tropezando con una de las esquinas de la primera base, le di la vuelta, corriendo hacia la segunda. Ahora el campo izquierdo tenía la pelota, en posición para sacarme. Yo agaché la cabeza, estiré los brazos y traté de recordar cómo los profesionales en la ESPN se deslizaban hacia la base. ¿Primero los pies? ¿La Cabeza? ¿Detenerse, tirarse y dar vueltas?
La pelota navegó hacia donde estaba el de la segunda base, dejando una estela blanca en algún lado de mi visión. Un emocionado coro con la palabra ¡Deslízate! vino desde la caseta, pero yo todavía no me había decidido qué iba a golpear primero el suelo: mis zapatos o mi cara.
El de la segunda base agarró la pelota fuera del aire. Yo me lancé de cabeza, con los brazos estirados. El guante vino de la nada descendiendo en picada sobre mí. Aterrizó en mi cara, apestando fuertemente a cuero. Mi cuerpo se abolló contra el suelo, dejándome con la boca llena de polvo y arena el cual se disolvió bajo mi lengua.
- ¡Fuera! - Gritó la Srta. Sully.
Me puse de lado, inspeccionando mis daños. Mis muslos ardían con una extraña mezcla de calor y frío y cuando levanté mi sudadera, decir que dos gatos habían estado jugando en mis muslos era poco. Cojeando hasta la caseta, me dejé caer en la banca.
- Muy bonito. - Dijo Elliot.
- ¿La maniobra que hice, o el rasgón en mi pierna? - Llevando mi rodilla contra mi pecho, sacudí el sucio lo más que pude.
Elliot se dobló y sopló en mi rodilla. Varios de los pedazos más grandes de tierra cayeron al suelo.
Un momento de incómodo silencio le siguió.
- ¿Puedes caminar? - Preguntó.
Parándome, demostré que aunque mi pierna era un desastre con rasgones y sucio, aún podía usarla.
- Puedo llevarte a la enfermería, si quieres, para que te venden. - El dijo.
- De verdad estoy bien. - Miré a la verja en donde había visto a Patch. Él ya no estaba allí.
- ¿Ese que estaba parado en le verja era tu novio? - Preguntó Elliot.
Me sorprendió el que Elliot hubiera notado a Patch. Él había estado de espaldas a él. - No. - dije. - Es solo un amigo. En realidad, ni siquiera es eso. Es mi compañero de bilogía.
- Te estás sonrojando.
- Probablemente he estado demasiado tiempo expuesta al sol.
La voz de Patch seguía haciendo eco en mi cabeza. Mi corazón latió más rápido y mi sangre se puso fría. ¿Él habló directamente a mis pensamientos? ¿Había entre nosotros alguna inexplicable conexión que permitía que eso pasara? ¿Estaba enloqueciendo?
Elliot no pareció muy convencido. - ¿Estás segura que no hay nada entre ustedes dos? No quiero estar tras una chica que no está disponible.
- Nada. - Nada que yo fuera a permitir. Espera. ¿Qué dijo Elliot? - ¿Discúlpame, qué dijiste?
Él sonrió. - Delphic Seaport reabre el sábado en la noche, Jules y yo tenemos pensando ir. El clima no se supone que esté tan mal. Quizá tú y Vee quieran ir…
Tardé un momento en pensar sobre su oferta. Estaba muy segura que si le decía a Elliot que no, Vee me mataría. Además, salir con Elliot parecía una buena manera para escapar de mi incómoda atracción hacia Patch.
- Dalo por hecho. - Dije.
- Estaba pensando cuándo sería el día en que nos encontráramos otra vez. - El dijo. - La oficina principal se dio cuenta que no he cogido Educación Física en los últimas dos años. No es requerido en las escuelas privadas. Están debatiendo cómo cubriré cuatro años de EF en los próximos dos años y medio y, pues aquí estoy. Tengo Educación Física a primera hora y en el cuarto período.
- Nunca escuché por qué te transferiste aquí. - Dije.
- Era demasiado costoso para mis padres. Les estaba costando todo el dinero que habían ahorrado para su retiro.
La Srta. Sully sopló su silbato.
- Entiendo que el silbato significa algo. - Me dijo Elliot.
- Diez vueltas alrededor del gimnasio, sin cortar las esquinas. - Me levanté de las gradas. - ¿Eres atleta?
Elliot se levantó de un salto, bailando en la punta de sus pies. Tiró al aire unos cuantos ganchos y puños y terminó con un puño alto que terminó a solo centímetros de mi mentón. Sonriendo, él dijo - ¿Un atleta? De corazón.
- Entonces vas a adorar la idea de diversión que tiene la Srta. Sully.
Elliot y yo trotamos juntos diez vueltas, luego salimos fuera del gimnasio, dónde el aire estaba cubierto de una fantasmal niebla que parecía tapar mis pulmones y me ahogaba. Del cielo cayeron unas cuentas gotas, amenazando con una tormenta en la ciudad de Coldwater. Yo miré las puertas del edificio, pero supe que no tenía caso, la Srta. Sully era muy firme.
- Necesito dos capitanes para el softball. - Ella gritó. - Vamos, luzcan con vida. ¡Déjenme ver algunas manos en alto! Es mejor que lo hagan voluntariamente, porque de lo contrario yo escogeré los equipos y no siempre soy justa.
Elliot levantó su mano.
- Muy bien. - Le dijo la Srta. Sully. - Ven aquí a la meta y… qué tal… Marcie Millar como capitán del equipo rojo.
Los ojos de Marcie se movieron sobre el cuerpo de Elliot. - Veamos quién es el mejor.
- Elliot, es el primero en escoger los miembros del equipo. - Dijo la Srta. Sully.
Cerrando sus dedos sobre su barbilla, Elliot examinó la clase, al parecer midiendo nuestras destrezas en el juego con solo mirarnos. - Nora. - Dijo.
Marcie echó su cuello hacia atrás y rió. - Gracias. - Le dijo a Elliot, enviándole una sonrisa tóxica que, por razones más allá de mi conocimiento, cautivaban al sexo opuesto.
- ¿Por qué? - Dijo Elliot.
- Por regalarnos el juego. - Me señaló con un dedo.
- Hay cientos de razones por las cuales soy porrista y Nora no. Coordinación es la primera.
La fulminé con la mirada, luego caminé hasta ponerme al lado de Elliot y me puse una camiseta azul.
- Nora y yo somos amigos. - Le dijo Elliot a Marcie calmadamente, casi con frialdad. Era algo exagerado, pero yo no lo iba a corregir. Marcie parecía como si le hubieran echado un balde de agua helada y yo lo estaba disfrutando.
- Eso es porque no has conocido a nadie mejor. Como yo. - Marcie enrolló su pelo en su dedo. - Marcie Millar. Pronto escucharás todo sobre mi. - O su ojo tenía un tic, o le lanzó una guiñada.
Elliot no dio ninguna respuesta en lo absoluto y continuó escogiendo a los miembros de su equipo. Cualquier otro chico se hubiera puesto de rodillas y rogaría a Marcie por un poco de atención.
- ¿Queremos quedarnos aquí toda la mañana esperando que venga la lluvia, o queremos comenzar con el juego? - Preguntó la Srta. Sully.
Luego de dividirnos en equipos, Elliot dirigió el nuestro a la caseta y determinó el orden de bateo. Entregándome un bate, puso un casco sobre mi cabeza. - Tú vas primero, Grey. Todo lo que necesitamos es un imparable para llegar a base.
Casi lo golpeo mientras practicaba con el bate y le dije. - Pero tenía ganas de hacer un cuadrangular.
- También tendremos uno de esos.- Él me dirigió hacia la meta. - Espera al lanzamiento y batea con fuerza.
Yo balanceé el bate en mi hombro, pensando que quizá debí haber prestado más atención a la Serie Mundial. Mi casco me cubrió los ojos y yo lo empujé hacia arriba, intentando ver el parque, que estaba cubierto por una macabra espiral de neblina.
Marcie Millar tomó su lugar en el montículo del lanzador. Ella sostuvo la bola en frente de ella y noté que su dedo del medio estaba alzado para mí. Ella mostró otra sonrisa tóxica y lanzó hacia mí la bola.
Le di a una parte de ella, enviándola hacia el lado equivocado.
- ¡Eso es un strike! - Gritó la Srta. Sully desde su posición entre primera y segunda base.
Elliot gritó desde la caseta. - ¡Esa bola tenía mucha curva, lánzale una buena!
Me tomó un momento para darme cuenta de que él le estaba hablando a Marcie y no a mí.
Nuevamente la bola dejó la mano de Marcie, haciendo un arco en el sombrío cielo. Yo intenté golpearle, pero fallé.
- Segundo strike. - Dijo Anthony Amowitz a través de la máscara del receptor.
Yo lo miré pesadamente.
Alejándome del plató, intenté nuevamente practicar con el bate. Casi ni sentí a Elliot venir tras de mí. Él estiró sus brazos alrededor de mi y posicionó sus manos en el bate, alineándose con las mías.
- Déjame enseñarte. - El me dijo al oído. - Así. ¿Sientes eso? Relájate. Ahora gira tus caderas, todo está en las caderas.
Podía sentir mi cara calentarse al ver que toda la clase nos estaba mirando. - Creo que entendí, gracias.
- ¡Vayan a un cuarto! - Nos gritó Marcie. Toda la clase rió.
- Si le lanzaras decentemente. - Elliot le gritó. - ella golpearía la bola.
- Mi lanzamiento está bien.
- Y el bateo de ella está bien. - Elliot bajó la voz y me habló. - Tú pierdes contacto visual al minuto que ella suelta la bola. Sus lanzamientos no son rectos, así que tendrás que estar alerta para poder golpear.
- ¡Estamos atrasando el juego, gente! - Gritó la Srta. Sully.
Justo en ese momento, algo en el estacionamiento más allá de la caseta llamó mi atención. Creí que alguien me llamaba. Me giré, pero mientras lo hacía, supe que mi nombre no había sido mencionado en alto. Lo había escuchado en mi mente.
Nora.
Patch llevaba puesta una desgastada gorra de béisbol y tenía sus dedos enganchados en la verja de metal, recostándose contra ella. No llevaba abrigo a pesar del clima. Simplemente iba de negro de la cabeza a los pies. Sus ojos eran opacos e inaccesibles mientras me observaba, pero sospeché que había mucho más oculto tras ellos.
Otra sucesión de palabras se introdujeron en mi mente.
¿Lecciones de bateo? Que rico… contacto.
Respiré profundamente y me dije que estaba imaginando las palabras. Porque la otra alternativa consideraba que Patch tenía el poder de transmitir pensamientos en mi mente. Lo cual no podía ser. Simplemente no podía. A menos que estuviera loca. Eso me asustó más que la idea de él violando los métodos de comunicación normal, por voluntad propia, y hablándome sin ni siquiera abrir su boca.
- ¡Grey! ¡Concéntrate en el juego!
Yo pestañeé, volviendo a la vida justo a tiempo para ver la bola rodando hacia mí en el aire. Comencé a mover el bate, pero entonces escuché otro hilo de palabras.
Todavía… no.
Me detuve esperando que la bola viniera a mí y mientras descendía, me adelanté al frente del plató y bateé con toda la fuerza que tenía.
Se escuchó un enorme crujido y el bate vibró en mis manos. La bola condujo hacia Marcie, quién cayó de espaldas al suelo y apretujada entre segunda base y campo cortó, la pelota rebotó en la grama del parque.
- ¡Corre! - Gritó mi equipo desde la caseta. - ¡Corre, Nora!
Corrí.
- ¡Tira el bate! - Gritaron.
Lo lancé a un lado.
- ¡Quédate en primera base!
No lo hice.
Tropezando con una de las esquinas de la primera base, le di la vuelta, corriendo hacia la segunda. Ahora el campo izquierdo tenía la pelota, en posición para sacarme. Yo agaché la cabeza, estiré los brazos y traté de recordar cómo los profesionales en la ESPN se deslizaban hacia la base. ¿Primero los pies? ¿La Cabeza? ¿Detenerse, tirarse y dar vueltas?
La pelota navegó hacia donde estaba el de la segunda base, dejando una estela blanca en algún lado de mi visión. Un emocionado coro con la palabra ¡Deslízate! vino desde la caseta, pero yo todavía no me había decidido qué iba a golpear primero el suelo: mis zapatos o mi cara.
El de la segunda base agarró la pelota fuera del aire. Yo me lancé de cabeza, con los brazos estirados. El guante vino de la nada descendiendo en picada sobre mí. Aterrizó en mi cara, apestando fuertemente a cuero. Mi cuerpo se abolló contra el suelo, dejándome con la boca llena de polvo y arena el cual se disolvió bajo mi lengua.
- ¡Fuera! - Gritó la Srta. Sully.
Me puse de lado, inspeccionando mis daños. Mis muslos ardían con una extraña mezcla de calor y frío y cuando levanté mi sudadera, decir que dos gatos habían estado jugando en mis muslos era poco. Cojeando hasta la caseta, me dejé caer en la banca.
- Muy bonito. - Dijo Elliot.
- ¿La maniobra que hice, o el rasgón en mi pierna? - Llevando mi rodilla contra mi pecho, sacudí el sucio lo más que pude.
Elliot se dobló y sopló en mi rodilla. Varios de los pedazos más grandes de tierra cayeron al suelo.
Un momento de incómodo silencio le siguió.
- ¿Puedes caminar? - Preguntó.
Parándome, demostré que aunque mi pierna era un desastre con rasgones y sucio, aún podía usarla.
- Puedo llevarte a la enfermería, si quieres, para que te venden. - El dijo.
- De verdad estoy bien. - Miré a la verja en donde había visto a Patch. Él ya no estaba allí.
- ¿Ese que estaba parado en le verja era tu novio? - Preguntó Elliot.
Me sorprendió el que Elliot hubiera notado a Patch. Él había estado de espaldas a él. - No. - dije. - Es solo un amigo. En realidad, ni siquiera es eso. Es mi compañero de bilogía.
- Te estás sonrojando.
- Probablemente he estado demasiado tiempo expuesta al sol.
La voz de Patch seguía haciendo eco en mi cabeza. Mi corazón latió más rápido y mi sangre se puso fría. ¿Él habló directamente a mis pensamientos? ¿Había entre nosotros alguna inexplicable conexión que permitía que eso pasara? ¿Estaba enloqueciendo?
Elliot no pareció muy convencido. - ¿Estás segura que no hay nada entre ustedes dos? No quiero estar tras una chica que no está disponible.
- Nada. - Nada que yo fuera a permitir. Espera. ¿Qué dijo Elliot? - ¿Discúlpame, qué dijiste?
Él sonrió. - Delphic Seaport reabre el sábado en la noche, Jules y yo tenemos pensando ir. El clima no se supone que esté tan mal. Quizá tú y Vee quieran ir…
Tardé un momento en pensar sobre su oferta. Estaba muy segura que si le decía a Elliot que no, Vee me mataría. Además, salir con Elliot parecía una buena manera para escapar de mi incómoda atracción hacia Patch.
- Dalo por hecho. - Dije.
Última edición por Nialler♡ el Miér 19 Dic 2012, 12:31 pm, editado 5 veces
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Comenten que les parecen los capitulos para subir los demas.
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Capitulo 7, parte I
Era la noche del sábado y Dorothea y yo estábamos en la cocina. Ella acababa de meter una cacerola en el horno y yo estaba viento la magnitud de la lista de tareas que mi mamá había colgado en la nevera con un imán.
- Tu mamá llamó. No regresará hasta el lunes en la noche. - Dijo Dorothea mientras le echaba Ajax a nuestro fregadero y lo restregaba con tanto vigor, que hacía que mi codo doliera. - Dejó un mensaje en la máquina. Quiere que la llames. ¿La has llamado todas las noches antes de acostarte?
Me senté en uno de los taburetes de la barra, mientras comía un panecillo con mantequilla. Acaba de dar un mordisco enorme y ahora Dorothea me estaba mirando como si quisiera una respuesta. - Mm-jmm. - Dije, asintiendo con la cabeza.
- Hoy llegó una carta de la escuela. - Ella señaló con su barbilla un grupo de cartas que había sobre la encimera. - Tal vez sepas a qué se deba.
Alcé los hombros, intentando parecer lo más inocente posible y dije, - Ni idea. - Mentalmente, me di en la frente con la palma de mi mano. Doce meses atrás, abrí la puerta y me encontré con la policía. Tenemos malas noticias, dijeron. Una semana después fue el funeral de mi papá. Desde entonces, todos los lunes en la tarde me he presentado a mi sesión programada con el Dr. Hendrickson, el psicólogo de la escuela. He faltado a las últimas dos sesiones y si no enmendaba eso en esta semana, iba a tener problemas. La carta era más bien una advertencia.
- ¿Tienes planes para esta noche? ¿Tú y Vee tienen algo bajo la manga? ¿Van a ver una película en la casa?
- Quizá. Honestamente, Dorth, yo puedo limpiar el fregadero luego. Ven siéntate y… toma la otra mitad de mi panecillo.
El moño canoso de Dorothea se estaba comenzando a deshacer mientras restregaba.
- Mañana voy a una conferencia. - Dijo. - En Portland. La Dra. Melissa Sánchez va hablar. Ella dice que la gente para ser más sexy, debe creer que es sexy. Las hormonas son una medicina poderosa. A menos que les digamos qué queremos, estas nos estarán traicionando. - Dorothea se dio la vuelta, apuntándome enfáticamente con el envasé de Ajax. - Ahora me despierto en las mañanas, llevo mi labial rojo al espejo y escribo: Soy sexy. Los hombres me desean. Sesenta y cinco es el nuevo veinticinco.
- ¿Crees que está funcionando? - Le pregunté, esforzándome en no reír.
- Está funcionando. - Dijo con sobriedad.
Lamí la mantequilla de mis dedos, buscando una respuesta adecuada. - Entonces vas a pasar el fin de semana reviviendo tu lado sexy.
- Toda mujer necesita revivir su lado sexy. Me gusta eso. Mi hija se hizo implantes. Ella dice que lo hizo por ella. ¿Pero para qué una mujer quiere senos más grande? Son una carga. Ella se hizo los senos para un hombre. Espero que no hagas cosas estúpidas por un chico, Nora. Ella me señaló con el dedo.
- Créeme, Dorth, no hay chicos en mi vida. Está bien, quizá hay dos acechando, rodeándome, pero como no conozco bien a ninguno de los dos, y uno me asusta, se sentía más seguro cerrar mis ojos y fingir que no existían.
- Eso es bueno y es malo. - Dijo Dorothea, a regañadientes. - Si encuentras al chico equivocado, buscarás problemas. Si encuentras al chico adecuado, encontrarás amor. - Su voz se suavizó nostálgicamente. -Cuando era una chiquilla en Alemania, tuve que decidir entre dos chicos. Uno era un chico muy malo. El otro era mi Henry. Hemos estado felizmente casados por cuarenta y un años.
Era tiempo de cambiar de tema. - ¿Cómo está tu ahijado… Lionel?
Sus ojos se estrecharon. ¿Te gusta el pequeño Lionel?
- Noooo.
- Podría arreglar algo…
- No, Dorothea, de verdad. Gracias, pero… en realidad ahora mismo estoy concentrada en mis estudios. Quiero entrar a una buena universidad.
- Si en el futuro…
- Te dejaré saber.
Terminé mi panecillo con el sonido monótono del parloteo de Dorothea, respondiendo con algunos “ah-ja” cada vez que ella se detenía lo suficiente para esperar por mi respuesta. Yo estaba preocupada debatiéndome si en realidad quería encontrarme esta noche con Elliot. Al principio, salir con él me había parecido una gran idea, pero mientras más lo pensaba, más duda tenía. Conocía a Elliot desde hace solo unos días y además no estaba segura de cómo mi mamá se sentiría acerca de esto. Se me estaba haciendo tarde y el viaje hacia Delphic duraba al menos media hora y para añadir, en los fines de semana, Delphic tenía reputación de ser peligroso.
El teléfono sonó y el número de Vee apareció en el registro de llamadas.
- ¿Vamos a hacer algo esta noche? - Ella quería saber.
Abrí la boca, pensando cuidadosamente mi respuesta. No habría marcha atrás una vez le dijera a Vee sobre la invitación de Elliot.
Vee chilló. - ¡Ay! ¡Ay dios ay dios! Acabo de derramar esmalte de uñas en el sofá. Espera, voy a buscar papel toalla. ¿El esmalte de uñas sale con agua? - Momentos después, regresó. - Creo que arruiné el sofá. Tenemos que salir esta noche. No quiero estar aquí cuando mi último trabajo de arte accidental sea descubierto.
Dorothea se había ido al pasillo, al tocador, y no tenía deseos de pasar toda la noche escuchándola gruñir acerca de las instalaciones del baño mientras limpiaba, así que hice mi decisión. - ¿Qué tal si vamos a Delphic Seaport? Elliot y Jules van a ir y quieren que nos encontremos allá.
- ¡Ocultaste pistas! Esto es información vital, Nora. Te recogeré en quince minutos. - Y me dejó escuchando el tono muerto del teléfono.
Subí las escaleras y me puse un cómodo suéter blanco de cachemira, jeans oscuros y mocasines azul marino. Con mis dedos, acomodé mi pelo para que enmarcara mi rostro de la manera que aprendí a manejar mis rizos naturales y… voilá! Rizos más o menos decentes. Me alejé del espejo para verme completa y pensé que me veía como un cruce entre descuidada y casi sexy.
Exactamente quince minutos después, Vee estaba con su Neón al frente de la casa y sonó su bocina al estilo staccato. A mí me toma diez minutos llegar a su casa, pero usualmente yo presto atención al límite de velocidad. Vee entendía la palabra velocidad, pero límite no era parte de su vocabulario.
- Voy a ir a Delphic Seaport con Vee. - Le grité a Dorothea. - Si mi mamá llama, se lo dejas saber.
Dorothea salió del tocador balanceándose. - ¿Vas a ir a Delphic tan tarde?
- ¡Diviértete en tu conferencia! - Dije, escapando por la puerta antes de que ella pudiera protestar o llamar a mi mamá por el teléfono.
El cabello rubio de Vee estaba recogido en una cola de caballo alta, dejando caer sus grandes rizos. Aros dorados colgaban de sus orejas. Llevaba puesto labial rojo cereza y rímel negro.
- ¿Cómo lo haces? - Pregunté. - Tuviste cinco minutos para estar lista.
- Siempre estoy preparada. - Vee sonrió de oreja a oreja. - Soy el sueño de un Boy Scout. - Vee me observó con ojo crítico.
- ¿Qué? - Dije.
- Esta noche nos vamos a reunir con chicos.
- La última vez que verifiqué, sí.
- A los chicos les gusta las chicas que lucen como… chicas.
Yo alcé mis cejas. - ¿Y cómo luzco yo?
- Como si hubieras salido de la ducha y decidieras que eso solo era suficiente para parecer presentable. No me tomes a mal. La ropa está bien, el pelo está bien, pero el resto… Toma. - Ella buscó en su bolso. - Siendo la amiga que soy, te presto mi labial y mi rímel, pero solo si juras que tus ojos no tienen una enfermedad contagiosa.
- ¡No tengo ninguna enfermedad contagiosa!
- Solo cumplo con preguntar.
- No lo quiero.
Vee se quedó boquiabierta, mitad jugando y mitad en serio. - ¡Te sentirás desnuda si no lo usas!
- Suena como la manera en que tú quieres lucir. - Dije.
Con toda honestidad, tenía sentimientos encontrados con esto de ir sin maquillaje. No porque sí me sentía un poco desnuda, si no porque Patch había puesto en mi mente la sugerencia de no usar maquillaje. En un esfuerzo para hacerme sentir mejor, me dije que mi dignidad no estaba en juego y tampoco mi orgullo. Me dieron una sugerencia y yo estaba dispuesta a llevarla a cabo. Lo que no quería reconocer es que específicamente había escogido una noche en donde sabía que no vería a Patch para que él la aprobara.
- Tu mamá llamó. No regresará hasta el lunes en la noche. - Dijo Dorothea mientras le echaba Ajax a nuestro fregadero y lo restregaba con tanto vigor, que hacía que mi codo doliera. - Dejó un mensaje en la máquina. Quiere que la llames. ¿La has llamado todas las noches antes de acostarte?
Me senté en uno de los taburetes de la barra, mientras comía un panecillo con mantequilla. Acaba de dar un mordisco enorme y ahora Dorothea me estaba mirando como si quisiera una respuesta. - Mm-jmm. - Dije, asintiendo con la cabeza.
- Hoy llegó una carta de la escuela. - Ella señaló con su barbilla un grupo de cartas que había sobre la encimera. - Tal vez sepas a qué se deba.
Alcé los hombros, intentando parecer lo más inocente posible y dije, - Ni idea. - Mentalmente, me di en la frente con la palma de mi mano. Doce meses atrás, abrí la puerta y me encontré con la policía. Tenemos malas noticias, dijeron. Una semana después fue el funeral de mi papá. Desde entonces, todos los lunes en la tarde me he presentado a mi sesión programada con el Dr. Hendrickson, el psicólogo de la escuela. He faltado a las últimas dos sesiones y si no enmendaba eso en esta semana, iba a tener problemas. La carta era más bien una advertencia.
- ¿Tienes planes para esta noche? ¿Tú y Vee tienen algo bajo la manga? ¿Van a ver una película en la casa?
- Quizá. Honestamente, Dorth, yo puedo limpiar el fregadero luego. Ven siéntate y… toma la otra mitad de mi panecillo.
El moño canoso de Dorothea se estaba comenzando a deshacer mientras restregaba.
- Mañana voy a una conferencia. - Dijo. - En Portland. La Dra. Melissa Sánchez va hablar. Ella dice que la gente para ser más sexy, debe creer que es sexy. Las hormonas son una medicina poderosa. A menos que les digamos qué queremos, estas nos estarán traicionando. - Dorothea se dio la vuelta, apuntándome enfáticamente con el envasé de Ajax. - Ahora me despierto en las mañanas, llevo mi labial rojo al espejo y escribo: Soy sexy. Los hombres me desean. Sesenta y cinco es el nuevo veinticinco.
- ¿Crees que está funcionando? - Le pregunté, esforzándome en no reír.
- Está funcionando. - Dijo con sobriedad.
Lamí la mantequilla de mis dedos, buscando una respuesta adecuada. - Entonces vas a pasar el fin de semana reviviendo tu lado sexy.
- Toda mujer necesita revivir su lado sexy. Me gusta eso. Mi hija se hizo implantes. Ella dice que lo hizo por ella. ¿Pero para qué una mujer quiere senos más grande? Son una carga. Ella se hizo los senos para un hombre. Espero que no hagas cosas estúpidas por un chico, Nora. Ella me señaló con el dedo.
- Créeme, Dorth, no hay chicos en mi vida. Está bien, quizá hay dos acechando, rodeándome, pero como no conozco bien a ninguno de los dos, y uno me asusta, se sentía más seguro cerrar mis ojos y fingir que no existían.
- Eso es bueno y es malo. - Dijo Dorothea, a regañadientes. - Si encuentras al chico equivocado, buscarás problemas. Si encuentras al chico adecuado, encontrarás amor. - Su voz se suavizó nostálgicamente. -Cuando era una chiquilla en Alemania, tuve que decidir entre dos chicos. Uno era un chico muy malo. El otro era mi Henry. Hemos estado felizmente casados por cuarenta y un años.
Era tiempo de cambiar de tema. - ¿Cómo está tu ahijado… Lionel?
Sus ojos se estrecharon. ¿Te gusta el pequeño Lionel?
- Noooo.
- Podría arreglar algo…
- No, Dorothea, de verdad. Gracias, pero… en realidad ahora mismo estoy concentrada en mis estudios. Quiero entrar a una buena universidad.
- Si en el futuro…
- Te dejaré saber.
Terminé mi panecillo con el sonido monótono del parloteo de Dorothea, respondiendo con algunos “ah-ja” cada vez que ella se detenía lo suficiente para esperar por mi respuesta. Yo estaba preocupada debatiéndome si en realidad quería encontrarme esta noche con Elliot. Al principio, salir con él me había parecido una gran idea, pero mientras más lo pensaba, más duda tenía. Conocía a Elliot desde hace solo unos días y además no estaba segura de cómo mi mamá se sentiría acerca de esto. Se me estaba haciendo tarde y el viaje hacia Delphic duraba al menos media hora y para añadir, en los fines de semana, Delphic tenía reputación de ser peligroso.
El teléfono sonó y el número de Vee apareció en el registro de llamadas.
- ¿Vamos a hacer algo esta noche? - Ella quería saber.
Abrí la boca, pensando cuidadosamente mi respuesta. No habría marcha atrás una vez le dijera a Vee sobre la invitación de Elliot.
Vee chilló. - ¡Ay! ¡Ay dios ay dios! Acabo de derramar esmalte de uñas en el sofá. Espera, voy a buscar papel toalla. ¿El esmalte de uñas sale con agua? - Momentos después, regresó. - Creo que arruiné el sofá. Tenemos que salir esta noche. No quiero estar aquí cuando mi último trabajo de arte accidental sea descubierto.
Dorothea se había ido al pasillo, al tocador, y no tenía deseos de pasar toda la noche escuchándola gruñir acerca de las instalaciones del baño mientras limpiaba, así que hice mi decisión. - ¿Qué tal si vamos a Delphic Seaport? Elliot y Jules van a ir y quieren que nos encontremos allá.
- ¡Ocultaste pistas! Esto es información vital, Nora. Te recogeré en quince minutos. - Y me dejó escuchando el tono muerto del teléfono.
Subí las escaleras y me puse un cómodo suéter blanco de cachemira, jeans oscuros y mocasines azul marino. Con mis dedos, acomodé mi pelo para que enmarcara mi rostro de la manera que aprendí a manejar mis rizos naturales y… voilá! Rizos más o menos decentes. Me alejé del espejo para verme completa y pensé que me veía como un cruce entre descuidada y casi sexy.
Exactamente quince minutos después, Vee estaba con su Neón al frente de la casa y sonó su bocina al estilo staccato. A mí me toma diez minutos llegar a su casa, pero usualmente yo presto atención al límite de velocidad. Vee entendía la palabra velocidad, pero límite no era parte de su vocabulario.
- Voy a ir a Delphic Seaport con Vee. - Le grité a Dorothea. - Si mi mamá llama, se lo dejas saber.
Dorothea salió del tocador balanceándose. - ¿Vas a ir a Delphic tan tarde?
- ¡Diviértete en tu conferencia! - Dije, escapando por la puerta antes de que ella pudiera protestar o llamar a mi mamá por el teléfono.
El cabello rubio de Vee estaba recogido en una cola de caballo alta, dejando caer sus grandes rizos. Aros dorados colgaban de sus orejas. Llevaba puesto labial rojo cereza y rímel negro.
- ¿Cómo lo haces? - Pregunté. - Tuviste cinco minutos para estar lista.
- Siempre estoy preparada. - Vee sonrió de oreja a oreja. - Soy el sueño de un Boy Scout. - Vee me observó con ojo crítico.
- ¿Qué? - Dije.
- Esta noche nos vamos a reunir con chicos.
- La última vez que verifiqué, sí.
- A los chicos les gusta las chicas que lucen como… chicas.
Yo alcé mis cejas. - ¿Y cómo luzco yo?
- Como si hubieras salido de la ducha y decidieras que eso solo era suficiente para parecer presentable. No me tomes a mal. La ropa está bien, el pelo está bien, pero el resto… Toma. - Ella buscó en su bolso. - Siendo la amiga que soy, te presto mi labial y mi rímel, pero solo si juras que tus ojos no tienen una enfermedad contagiosa.
- ¡No tengo ninguna enfermedad contagiosa!
- Solo cumplo con preguntar.
- No lo quiero.
Vee se quedó boquiabierta, mitad jugando y mitad en serio. - ¡Te sentirás desnuda si no lo usas!
- Suena como la manera en que tú quieres lucir. - Dije.
Con toda honestidad, tenía sentimientos encontrados con esto de ir sin maquillaje. No porque sí me sentía un poco desnuda, si no porque Patch había puesto en mi mente la sugerencia de no usar maquillaje. En un esfuerzo para hacerme sentir mejor, me dije que mi dignidad no estaba en juego y tampoco mi orgullo. Me dieron una sugerencia y yo estaba dispuesta a llevarla a cabo. Lo que no quería reconocer es que específicamente había escogido una noche en donde sabía que no vería a Patch para que él la aprobara.
Última edición por Nialler♡ el Miér 19 Dic 2012, 12:39 pm, editado 2 veces
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
Capitulo 7, parte II
Media hora después Vee condujo hasta la entrada de Delphic Seaport. Fuimos forzadas a estacionarnos en el lado más lejos del lote de estacionamiento, debido al pesado tráfico del fin de semana de inauguración. El pueblo se encuentra justo en la costa, así que Delphic no es conocido por su buen clima. Un suave viento había comenzado, haciendo que las bolsas de hojuelas de maíz y envolturas de dulces se envolvieran alrededor de nuestros tobillos mientras Vee y yo caminábamos hacia la ventanilla de entradas. Hacía mucho que los árboles habían perdido sus hojas y las ramas amenazaban sobre nosotras, como dedos inconexos. El auge de Delphic Seaport duraba todo el verano junto con un parque de diversiones, mascaradas, leedoras del tarot, músicos gitanos y un espectáculo de fenómenos. Jamás podré estar segura si las deformidades humanas eran reales o si solo eran una ilusión.
- Un adulto, por favor. - Le dije a la mujer de la ventanilla de entradas. Ella cogió mi dinero y deslizó bajo la ventanilla una banda para la muñeca. Luego sonrió, mostrando unos colmillos plásticos de vampiros, pintados con labial rojo.
- Que la pasen bien. - Dijo con una voz sin aliento. - No olviden probar nuestra recién remodelada atracción. - Ella golpeó su lado del cristal, señalando a una pila de mapas del parque y volantes.
Yo tomé uno de cada uno mientras caminaba hacia la entrada giratoria. El volante decía:
¡La nueva sensación del Parque de Diversiones Delphic! El Arcángel ¡Remodelado y Renovado! Cae del cielo en esta caída vertical de cien pies.
Por encima de mi hombro, Vee leyó el volante y sus uñas amenazaban con perforar la piel de mi brazo. - ¡Tenemos que ir a eso! -Exclamó.
- A lo último. - Prometí, esperando que si íbamos primero a las otras atracciones, ella se olvidaría de esta. Desde años no le he temido a las alturas, probablemente porque desde años he estado convenientemente evitándolas y no estaba segura si estaba lista para saber si el tiempo había borrado mi temor a ellas.
Después de montarnos en la estrella, en los carritos chocadores, en la atracción de la Alfombra Mágica y jugar en los juegos de las casetas, Vee y yo decidimos que era tiempo de buscar a Elliot y a Jules.
- Jmm. - Dijo Vee, mirando a todas partes del camino que cruzaba el parque. Ambas nos quedamos calladas pensando.
- En los videojuegos. - Dije por último.
- Bien pensado.
Acabábamos de pasar por la entrada de los videojuegos cuando lo vi. No a Elliot. Tampoco a Jules.
Patch.
Él me miró desde su videojuego. Llevaba puesta la misma gorra de béisbol que cuando lo vi en EF y esta le tapaba casi toda la cara, pero estaba segura de que vi una rápida sonrisa. A primera vista parecía amistoso, pero luego recordé cómo él entró en mis pensamientos y me puse fría hasta los huesos.
Por suerte Vee todavía no lo había visto y la llevé hacia donde estaba toda la gente, dejando a Patch fuera de la vista. Lo último que necesitaba era que ella sugiriera ir a donde él y comenzar una conversación.
- ¡Allí están! - Dijo Vee, moviendo el brazo sobre su cabeza. - ¡Jules! ¡Elliot! ¡Por aquí!
- Buenas noches, damas. - Dijo Elliot, abriéndose camino entre la multitud.
Jules caminaba tras él, luciendo tan entusiasmado como un pastel de carne hecho hace tres días. - ¿Puedo comprarle a ambas una Coca-Cola?
- Me parece bien. - Dijo Vee. Ella estaba mirando directamente a Jules. - Que la mía sea dietética.
Jules masculló una excusa de que tenía que ir al baño y se volvió a perder en la multitud.
Cinco minutos después, Elliot regresó con las Coca-Colas y luego de que nos las entregara, frotó sus manos y contempló el suelo. - ¿Por dónde comenzamos?
- ¿Qué pasa con Jules? - Preguntó Vee.
- Él nos encontrará.
- Hockey de mesa. - Dije inmediatamente. El hockey de mesa estaba al otro lado de los videojuegos. Mientras más lejos de Patch, mejor. Me dije que era una coincidencia el que él estuviera aquí, pero mis instintos decían lo contrario.
- ¡Ah, mira! - Interpuso Vee. - ¡Fútbol de mesa! - Ella ya estaba zigzagueando entre la multitud, abriéndose camino hasta una mesa libre. - Jules y yo contra ustedes dos. Los perdedores comprarán pizza.
- Muy justo. - Dijo Elliot.
El fútbol de mesa hubiera estado bien, si esta no hubiera estado a tan corta distancia de dónde Patch estaba jugando. Me propuse ignorarlo. Si me mantenía de espaldas a él, difícilmente notaría que estaba ahí. Quizá Vee tampoco lo vería.
- ¿Oye, Nora, no es ese Patch? - Dijo Vee.
- ¿Jmm? - Dije inocentemente.
Ella señaló. - Allí. Ese es él ¿cierto?
- Lo dudo. ¿Elliot y yo seremos el equipo blanco?
- Patch es el compañero de biología de Nora - Vee le explicó a Elliot. Ella me lanzó una guiñada traviesa, pero adoptó una expresión inocente al momento que Elliot le dio su atención. Sutilmente, sacudí la cabeza, transmitiéndole silenciosamente que se detuviera.
- Él sigue mirando para acá. - Vee dijo bajando la voz. Ella se reclinó contra la mesa del fútbol, intentando que nuestra conversación pareciera privada, pero ella susurró tan alto, que Elliot no tuvo más opción que escuchar. - Se está preguntando qué haces aquí con… - Ella balanceó su cabeza hacia Elliot.
Yo cerré los ojos e imaginé que golpeaba mi cabeza contra una pared.
- Patch ha dejado bien claro que quiere ser para Nora algo más que compañero de biología. - Continuó Vee. - Y nadie puede culparlo.
- ¿Es cierto eso? - Dijo Elliot, mirándome de una manera que decía que no estaba sorprendido. Que él ya lo sospechaba. Noté que él se acercó más a mí.
Vee me lanzó una sonrisa triunfante. Me lo agradeces después, decía.
- No es eso. - Corregí. - Es…
- Peor que eso. - Dijo Vee. - Nora sospecha que él la está siguiendo. La policía está a punto de envolverse.
- ¿Por qué no jugamos? - Dije en voz alta y tiré la bola al centro de la mesa, pero nadie lo notó.
- ¿Quieres que hable con él? - Me preguntó Elliot. - Le explicaré que no estamos buscando problemas. Le diré que estas aquí conmigo y que si tiene algún problema lo puede discutir conmigo.
Esta no era la dirección que quería que tomara nuestra conversación. Para nada.
- ¿Qué le pasó a Jules? - Dije. - Se ha ido por mucho tiempo.
- Sí, quizá se cayó en el inodoro. - Dijo Vee.
- Déjame hablar con Patch. - Dijo Elliot.
Aunque apreciaba su preocupación, no me gustaba la idea de Elliot hablando cara a cara con Patch. Patch era un factor X: intangible, daba miedo y era desconocido. ¿Quién sabe de qué era capaz? Elliot era demasiado bueno para ser enviado en contra de Patch.
- Él no me asusta. - Dijo Elliot, como desaprobando mis pensamientos. Obviamente esto era algo en lo que Elliot y yo no estábamos de acuerdo.
- Mala idea. - Dije.
- Gran idea. - Dijo Vee. - De otra manera, Patch podría volverse… violento. ¿Recuerdas la última vez?
¿La última vez? Le dije a Vee, articulando sin pronunciar palabra.
No tenía idea de por qué Vee estaba haciendo esto, aparte de que ella tenía una tendencia a hacer todo lo más dramático posible. Su idea de drama era mi idea de una mórbida humillación.
- Sin ofender, pero este chico suena como un arrastrado. - Dijo Elliot. - Dame dos minutos con él. - Él comenzó a caminar.
- ¡No! - Dije, agarrándolo por la manga para detenerlo. - Él, eh, podría ponerse otra vez violento. Déjame lidiar con esto. - Fulminé a Vee con la mirada.
- ¿Estas segura? - Dijo Elliot. - Estaría muy feliz de hacerlo.
- Creo que es mejor si se lo digo yo.
Froté mis manos en mis jeans y luego de respirar tranquilamente, comencé a cerrar la distancia entre Patch y yo, la cual se trataba del ancho de unas cuantas consolas de videojuegos. No tenía idea de qué le iba a decir cuando llegara a él. Con suerte, solo un breve hola y luego podría regresar y asegurarle a Elliot y a Vee que todo estaba bajo control.
Patch estaba vestido con su ropa usual: camisa negra, jeans negros y una delgada gargantilla de plata que brillaba sobre su oscura complexión. Sus mangas estaban enrolladas hasta los codos y podía ver sus músculos trabajando mientras él presionaba botones. Él era alto, delgado y sólido y no me hubiera sorprendido si bajo su ropa tuviera varias cicatrices, legados de peleas callejeras y otras conductas imprudentes. No es que yo quisiera ver bajo su ropa.
Cuando llegué a la consola de Patch, la golpeé por el lado para llamar su atención. Con la voz más calmada que pude lograr, dije - ¿Pac-Man? ¿O es Donkey Kong? - La verdad, parecía un poco más violento y militar.
Una lenta sonrisa se expandió en su rostro. - Béisbol. ¿Crees que puedas pararte tras de mí y darme un par de instrucciones?
Bombas explotaron en la pantalla y cuerpos gritando navegaron en el aire. Obviamente él no estaba jugando béisbol.
- ¿Cuál es su nombre? - Patch preguntó, señalando con la cabeza casi imperceptiblemente hacia la mesa de fútbol.
- Elliot. Mira, debo hacer esto rápido. Me están esperando.
- ¿Lo he visto antes?
- Él es nuevo. Se acaba de transferir.
- Primera semana en la escuela y ya hizo amigos. Que suerte tiene. - Él me deslizó una mirada. - Podría tener un lado tenebroso y peligroso del cual no conocemos.
- Parece ser mi especialidad.
Esperé a que él captara lo que yo quería decir, pero él solo dijo. - ¿Quieres jugar? - Él inclinó su cabeza hacia más allá de los videojuegos. Hacia la multitud en dónde solo podía ver mesas de billar.
- Nora - Gritó Vee. - Ven aquí. ¡Elliot me está ganando!
- No puedo. - Le dije a Patch.
- Si yo gano, - El dijo, como si no tuviera ninguna intención de ser rechazado. - le dirás a Elliot que pasó algo. Le dirás que ya no estarás libre esta noche.
No podía evitarlo; él era demasiado arrogante. Dije. - ¿Y si yo gano?
Sus ojos me observaron de la cabeza a los pies. Su sonrisa vino fácil. - No creo que debamos preocuparnos por eso.
Antes de que pudiera detenerme, golpeé su brazo.
- Cuidado. - El dijo en voz baja. - Ellos podrían creer que estamos coqueteando.
Me dieron ganas de patearme porque eso era exactamente lo que estábamos haciendo. Pero no era mi culpa, era de Patch. Estando cerca de él, experimentaba una confusa polaridad de deseos. Parte de mi quería correr, alejarme de él gritando, ¡fuego! y una parte más imprudente estaba tentada de ver qué tan cerca podía llegar sin… quemarme.
- Una mesa de billar. - El tentó.
- Estoy aquí con otra persona.
- Ve hacia los billares, yo me encargo de lo demás.
Yo me crucé de brazos, esperando lucir severa y un poco exasperada, pero al mismo tiempo, tuve que morderme el labio para no mostrar una reacción levemente más positiva. - ¿Qué vas a hacer? ¿Pelear con Elliot?
- Si tengo que hacerlo.
Estaba casi segura de que él estaba bromeando. Casi.
- Se acaba de vaciar una mesa. Ve y ocúpala.
Yo… te… reto.
Me puse rígida. - ¿Cómo haces eso?
Cuando él no lo negó inmediatamente, sentí un poco de pánico. Era real. Él sabía exactamente lo que estaba haciendo. Las palmas de mis manos comenzaron a sudar.
- ¿Cómo haces eso? - Repetí.
Él me sonrió maliciosamente. - ¿Hacer qué?
- No hagas eso. - Le advertí. - No finjas que no lo estas haciendo.
Él reclinó un hombro contra la consola y bajó la vista hacia mí. - Dime qué es lo que se supone que estoy haciendo.
- Mis… pensamientos.
- ¿Qué pasa con ellos?
- Ya basta, Patch.
Él observó a todos lados de una manera teatral. - No dirás… que estoy hablándole a tu mente ¿cierto? ¿Sabes lo loco que suena eso?
Tragando, dije lo más calmada que pude, - Tú me asustas y no estoy segura de que seas bueno para mí.
- Yo podría hacerte cambiar de opinión.
- ¡Nora! - Se escuchó la voz de Vee llamar sobre todas las voces y los sonidos electrónicos.
- Encuéntrame en el Arcángel. - Dijo Patch.
Me alejé un paso. - No. - Dije impulsivamente.
Patch se me acercó por detrás y un escalofrío recorrió mi espina. - Te estaré esperando. - Me dijo al oído. Luego salio de los videojuegos.
- Un adulto, por favor. - Le dije a la mujer de la ventanilla de entradas. Ella cogió mi dinero y deslizó bajo la ventanilla una banda para la muñeca. Luego sonrió, mostrando unos colmillos plásticos de vampiros, pintados con labial rojo.
- Que la pasen bien. - Dijo con una voz sin aliento. - No olviden probar nuestra recién remodelada atracción. - Ella golpeó su lado del cristal, señalando a una pila de mapas del parque y volantes.
Yo tomé uno de cada uno mientras caminaba hacia la entrada giratoria. El volante decía:
¡La nueva sensación del Parque de Diversiones Delphic! El Arcángel ¡Remodelado y Renovado! Cae del cielo en esta caída vertical de cien pies.
Por encima de mi hombro, Vee leyó el volante y sus uñas amenazaban con perforar la piel de mi brazo. - ¡Tenemos que ir a eso! -Exclamó.
- A lo último. - Prometí, esperando que si íbamos primero a las otras atracciones, ella se olvidaría de esta. Desde años no le he temido a las alturas, probablemente porque desde años he estado convenientemente evitándolas y no estaba segura si estaba lista para saber si el tiempo había borrado mi temor a ellas.
Después de montarnos en la estrella, en los carritos chocadores, en la atracción de la Alfombra Mágica y jugar en los juegos de las casetas, Vee y yo decidimos que era tiempo de buscar a Elliot y a Jules.
- Jmm. - Dijo Vee, mirando a todas partes del camino que cruzaba el parque. Ambas nos quedamos calladas pensando.
- En los videojuegos. - Dije por último.
- Bien pensado.
Acabábamos de pasar por la entrada de los videojuegos cuando lo vi. No a Elliot. Tampoco a Jules.
Patch.
Él me miró desde su videojuego. Llevaba puesta la misma gorra de béisbol que cuando lo vi en EF y esta le tapaba casi toda la cara, pero estaba segura de que vi una rápida sonrisa. A primera vista parecía amistoso, pero luego recordé cómo él entró en mis pensamientos y me puse fría hasta los huesos.
Por suerte Vee todavía no lo había visto y la llevé hacia donde estaba toda la gente, dejando a Patch fuera de la vista. Lo último que necesitaba era que ella sugiriera ir a donde él y comenzar una conversación.
- ¡Allí están! - Dijo Vee, moviendo el brazo sobre su cabeza. - ¡Jules! ¡Elliot! ¡Por aquí!
- Buenas noches, damas. - Dijo Elliot, abriéndose camino entre la multitud.
Jules caminaba tras él, luciendo tan entusiasmado como un pastel de carne hecho hace tres días. - ¿Puedo comprarle a ambas una Coca-Cola?
- Me parece bien. - Dijo Vee. Ella estaba mirando directamente a Jules. - Que la mía sea dietética.
Jules masculló una excusa de que tenía que ir al baño y se volvió a perder en la multitud.
Cinco minutos después, Elliot regresó con las Coca-Colas y luego de que nos las entregara, frotó sus manos y contempló el suelo. - ¿Por dónde comenzamos?
- ¿Qué pasa con Jules? - Preguntó Vee.
- Él nos encontrará.
- Hockey de mesa. - Dije inmediatamente. El hockey de mesa estaba al otro lado de los videojuegos. Mientras más lejos de Patch, mejor. Me dije que era una coincidencia el que él estuviera aquí, pero mis instintos decían lo contrario.
- ¡Ah, mira! - Interpuso Vee. - ¡Fútbol de mesa! - Ella ya estaba zigzagueando entre la multitud, abriéndose camino hasta una mesa libre. - Jules y yo contra ustedes dos. Los perdedores comprarán pizza.
- Muy justo. - Dijo Elliot.
El fútbol de mesa hubiera estado bien, si esta no hubiera estado a tan corta distancia de dónde Patch estaba jugando. Me propuse ignorarlo. Si me mantenía de espaldas a él, difícilmente notaría que estaba ahí. Quizá Vee tampoco lo vería.
- ¿Oye, Nora, no es ese Patch? - Dijo Vee.
- ¿Jmm? - Dije inocentemente.
Ella señaló. - Allí. Ese es él ¿cierto?
- Lo dudo. ¿Elliot y yo seremos el equipo blanco?
- Patch es el compañero de biología de Nora - Vee le explicó a Elliot. Ella me lanzó una guiñada traviesa, pero adoptó una expresión inocente al momento que Elliot le dio su atención. Sutilmente, sacudí la cabeza, transmitiéndole silenciosamente que se detuviera.
- Él sigue mirando para acá. - Vee dijo bajando la voz. Ella se reclinó contra la mesa del fútbol, intentando que nuestra conversación pareciera privada, pero ella susurró tan alto, que Elliot no tuvo más opción que escuchar. - Se está preguntando qué haces aquí con… - Ella balanceó su cabeza hacia Elliot.
Yo cerré los ojos e imaginé que golpeaba mi cabeza contra una pared.
- Patch ha dejado bien claro que quiere ser para Nora algo más que compañero de biología. - Continuó Vee. - Y nadie puede culparlo.
- ¿Es cierto eso? - Dijo Elliot, mirándome de una manera que decía que no estaba sorprendido. Que él ya lo sospechaba. Noté que él se acercó más a mí.
Vee me lanzó una sonrisa triunfante. Me lo agradeces después, decía.
- No es eso. - Corregí. - Es…
- Peor que eso. - Dijo Vee. - Nora sospecha que él la está siguiendo. La policía está a punto de envolverse.
- ¿Por qué no jugamos? - Dije en voz alta y tiré la bola al centro de la mesa, pero nadie lo notó.
- ¿Quieres que hable con él? - Me preguntó Elliot. - Le explicaré que no estamos buscando problemas. Le diré que estas aquí conmigo y que si tiene algún problema lo puede discutir conmigo.
Esta no era la dirección que quería que tomara nuestra conversación. Para nada.
- ¿Qué le pasó a Jules? - Dije. - Se ha ido por mucho tiempo.
- Sí, quizá se cayó en el inodoro. - Dijo Vee.
- Déjame hablar con Patch. - Dijo Elliot.
Aunque apreciaba su preocupación, no me gustaba la idea de Elliot hablando cara a cara con Patch. Patch era un factor X: intangible, daba miedo y era desconocido. ¿Quién sabe de qué era capaz? Elliot era demasiado bueno para ser enviado en contra de Patch.
- Él no me asusta. - Dijo Elliot, como desaprobando mis pensamientos. Obviamente esto era algo en lo que Elliot y yo no estábamos de acuerdo.
- Mala idea. - Dije.
- Gran idea. - Dijo Vee. - De otra manera, Patch podría volverse… violento. ¿Recuerdas la última vez?
¿La última vez? Le dije a Vee, articulando sin pronunciar palabra.
No tenía idea de por qué Vee estaba haciendo esto, aparte de que ella tenía una tendencia a hacer todo lo más dramático posible. Su idea de drama era mi idea de una mórbida humillación.
- Sin ofender, pero este chico suena como un arrastrado. - Dijo Elliot. - Dame dos minutos con él. - Él comenzó a caminar.
- ¡No! - Dije, agarrándolo por la manga para detenerlo. - Él, eh, podría ponerse otra vez violento. Déjame lidiar con esto. - Fulminé a Vee con la mirada.
- ¿Estas segura? - Dijo Elliot. - Estaría muy feliz de hacerlo.
- Creo que es mejor si se lo digo yo.
Froté mis manos en mis jeans y luego de respirar tranquilamente, comencé a cerrar la distancia entre Patch y yo, la cual se trataba del ancho de unas cuantas consolas de videojuegos. No tenía idea de qué le iba a decir cuando llegara a él. Con suerte, solo un breve hola y luego podría regresar y asegurarle a Elliot y a Vee que todo estaba bajo control.
Patch estaba vestido con su ropa usual: camisa negra, jeans negros y una delgada gargantilla de plata que brillaba sobre su oscura complexión. Sus mangas estaban enrolladas hasta los codos y podía ver sus músculos trabajando mientras él presionaba botones. Él era alto, delgado y sólido y no me hubiera sorprendido si bajo su ropa tuviera varias cicatrices, legados de peleas callejeras y otras conductas imprudentes. No es que yo quisiera ver bajo su ropa.
Cuando llegué a la consola de Patch, la golpeé por el lado para llamar su atención. Con la voz más calmada que pude lograr, dije - ¿Pac-Man? ¿O es Donkey Kong? - La verdad, parecía un poco más violento y militar.
Una lenta sonrisa se expandió en su rostro. - Béisbol. ¿Crees que puedas pararte tras de mí y darme un par de instrucciones?
Bombas explotaron en la pantalla y cuerpos gritando navegaron en el aire. Obviamente él no estaba jugando béisbol.
- ¿Cuál es su nombre? - Patch preguntó, señalando con la cabeza casi imperceptiblemente hacia la mesa de fútbol.
- Elliot. Mira, debo hacer esto rápido. Me están esperando.
- ¿Lo he visto antes?
- Él es nuevo. Se acaba de transferir.
- Primera semana en la escuela y ya hizo amigos. Que suerte tiene. - Él me deslizó una mirada. - Podría tener un lado tenebroso y peligroso del cual no conocemos.
- Parece ser mi especialidad.
Esperé a que él captara lo que yo quería decir, pero él solo dijo. - ¿Quieres jugar? - Él inclinó su cabeza hacia más allá de los videojuegos. Hacia la multitud en dónde solo podía ver mesas de billar.
- Nora - Gritó Vee. - Ven aquí. ¡Elliot me está ganando!
- No puedo. - Le dije a Patch.
- Si yo gano, - El dijo, como si no tuviera ninguna intención de ser rechazado. - le dirás a Elliot que pasó algo. Le dirás que ya no estarás libre esta noche.
No podía evitarlo; él era demasiado arrogante. Dije. - ¿Y si yo gano?
Sus ojos me observaron de la cabeza a los pies. Su sonrisa vino fácil. - No creo que debamos preocuparnos por eso.
Antes de que pudiera detenerme, golpeé su brazo.
- Cuidado. - El dijo en voz baja. - Ellos podrían creer que estamos coqueteando.
Me dieron ganas de patearme porque eso era exactamente lo que estábamos haciendo. Pero no era mi culpa, era de Patch. Estando cerca de él, experimentaba una confusa polaridad de deseos. Parte de mi quería correr, alejarme de él gritando, ¡fuego! y una parte más imprudente estaba tentada de ver qué tan cerca podía llegar sin… quemarme.
- Una mesa de billar. - El tentó.
- Estoy aquí con otra persona.
- Ve hacia los billares, yo me encargo de lo demás.
Yo me crucé de brazos, esperando lucir severa y un poco exasperada, pero al mismo tiempo, tuve que morderme el labio para no mostrar una reacción levemente más positiva. - ¿Qué vas a hacer? ¿Pelear con Elliot?
- Si tengo que hacerlo.
Estaba casi segura de que él estaba bromeando. Casi.
- Se acaba de vaciar una mesa. Ve y ocúpala.
Yo… te… reto.
Me puse rígida. - ¿Cómo haces eso?
Cuando él no lo negó inmediatamente, sentí un poco de pánico. Era real. Él sabía exactamente lo que estaba haciendo. Las palmas de mis manos comenzaron a sudar.
- ¿Cómo haces eso? - Repetí.
Él me sonrió maliciosamente. - ¿Hacer qué?
- No hagas eso. - Le advertí. - No finjas que no lo estas haciendo.
Él reclinó un hombro contra la consola y bajó la vista hacia mí. - Dime qué es lo que se supone que estoy haciendo.
- Mis… pensamientos.
- ¿Qué pasa con ellos?
- Ya basta, Patch.
Él observó a todos lados de una manera teatral. - No dirás… que estoy hablándole a tu mente ¿cierto? ¿Sabes lo loco que suena eso?
Tragando, dije lo más calmada que pude, - Tú me asustas y no estoy segura de que seas bueno para mí.
- Yo podría hacerte cambiar de opinión.
- ¡Nora! - Se escuchó la voz de Vee llamar sobre todas las voces y los sonidos electrónicos.
- Encuéntrame en el Arcángel. - Dijo Patch.
Me alejé un paso. - No. - Dije impulsivamente.
Patch se me acercó por detrás y un escalofrío recorrió mi espina. - Te estaré esperando. - Me dijo al oído. Luego salio de los videojuegos.
Última edición por Nialler♡ el Miér 19 Dic 2012, 12:48 pm, editado 2 veces
Nialler♡
Re: Hush, Hush ¿Te atreves a caer? [Zayn Malik] TERMINADA
siiiguelaaa..!! la amee..!! la tieness que seguirr..!!!!!
HeavenlyAngel♡
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