Las reglas de Izzie (One Direction)

7 de la mañana y sabía que debía levantarme para ir a clases, pero las ganas y la fuerza de voluntad habían abandonado mi cuerpo. Había llamado muchas veces a Harry pero nunca contestó, lo que rompía aun más mi corazón. Definitivamente había sido la persona más idiota del mundo al no darme cuenta antes de lo que sentía por él.
Todo era mi culpa y merecía totalmente su indiferencia, aunque eso me matará lentamente.
También había llamado a Niall, él si contestó, pero lo único que dijo fue “Ahora estoy ocupado Iz, hablamos mañana”
Eso si que me había ayudado.
Como de costumbre, Valerie pasó por mí y al notar mis profundas ojeras y mi nariz enrojecida, no paró en todo el camino de hacerme preguntas como “¿Estuviste llorando? ¿Dónde estabas el sábado, pues nadie te encontraba? ¿Por qué Harry salió de la casa de Matt llorando? Y un montón de preguntas más . La verdad no sabía que responderle, podría haberle dicho “Harry terminó nuestro noviazgo falso porque me acosté con su mejor amigo” o “Me di cuenta que estoy enamorada de mi novio por conveniencia, pero fui tan estúpida que lo arruiné todo justo cuando él iba a pedirme que estuviéramos juntos de verdad”
Mi cabeza estaba cada vez mas revuelta, lo único que escuchaba eran los murmullos de mi amiga, sus preguntas resonaban vagamente, hasta que una me devolvió a la tierra.
-Izzie, enserio necesito saber que está pasando contigo. Ayer me llamó Vanessa… ¿puedes creerlo? ¡Me llamó! A mi… Lo cual es raro porque no somos ami…
-¿Para qué te llamó? –la interrumpí.
-Me contó que Niall terminó con ella. –eso definitivamente me sacó de la ensoñación.
-¿Qué?
-Así es, me dijo que Niall estaba confundido, dijo algo de que habían discutido por que él la dejó sola en la fiesta… o algo así. Si terminaron por eso, es porque Vanessa es realmente una idiota…
No podía seguir escuchando a Val, es decir, Niall había terminado con su perfecta y popular novia. Habían terminado y había una gran posibilidad de que la ruptura se debiera a nuestro encuentro.
Las primeras clases fueron como siempre, aburridas. Lexie se veía un poco emocionada y nerviosas, no paraba de preguntarnos si su cabello estaba bien o su ropa combinaba o no.
-Lexie, para. –dijo Camille, que ya estaba cansada de escuchar sus preguntas. –Estas prefecta, eres perfecta cada maldito día de tu vida. ¿Ahora podrías callarte?
-Lo siento.
-Hola chicas –dijo Harry. Mi corazón se detuvo cuando levanté la vista y lo vi allí, tan perfecto como siempre. Sonriendo como si nada hubiese pasado entre nosotros. –Valerie, Zayn te está buscando, dijo que estará detrás de las gradas en la cancha de futbol.
Y como era de esperarse, Val prácticamente corrió fuera de la cafetería. Un silencio incomodo nos envolvió a ambos, que solo nos dedicábamos a mirarnos, mientras las chicas conversaban acerca de la comida de la cafetería. Quería hablar con él y explicarle lo que sentía, decirle que acostarme con Niall había sido un terrible error, y que no quería que nuestra relación se terminara. Pero nada salía de mi boca, absolutamente nada.
-¿Supieron que Niall y Vanessa terminaron? –preguntó Harry, mirándome directamente a los ojos.
-Sí, Val nos contó que la pobre Vanessa la llamó ayer por la tarde. –comentó Tamara.
-Escuché que fue por que Niall la engañó en la fiesta.
-Sí, también oí eso. Hoy en el pasillo escuché como Matt le contaba a Dania, la chica de primero, que había encontrado toda su cama desordenada y que su mamá halló un par de aretes. –dijo Lexie.
-Quien quiera que sea, es una zorra. ¿Cómo alguien puede tener corazón para meterse en medio de una relación? –comentó, esta vez, Camille.
-Así es, una zorra. –dijo Harry, aun mirándome fijamente. Y aunque sus palabras fueran totalmente ciertas, dolían. -¿Qué piensas tú Izzie? ¿Crees que esa tipa es una completa perra?
Todos los que estaban en la mesa me miraron fijamente, incluidas las amigas de Vanessa. Todos esperando una respuesta.
-Harry, ¿Qué sucedió contigo el sábado? –preguntó Lexie, intentando desviar la atención.
-No es tu problema –dijo, sin despegar sus ojos de los míos. Era evidente la tensión que había entre nosotros, pero al parecer todos decidieron ignorarla y continuar con sus asuntos.
-Lexie…-llegó gritando un chico que jamás había visto. Todos desviamos la vista hacia él, incluido Harry, lo que hizo que un poco de paz llegara a mi cerebro.
-Hola, Louis –dijo Matt desde el otro lado de la larga mesa.
-Hola… -dijo mirándolo a él, y luego a nosotros. –Mi nombre es Louis, llegué la semana pasada.
Todos lo saludamos cortésmente, dijimos nuestros nombres y con muy poco animo, nuestros grados. Niall y Vanessa no se veían por ningún lugar y nadie los había visto en todo el día.
-¿Lexie? ¿Me podrías ayudar? –dijo Louis, mirándola significativamente. Algo tramaban esos dos.
-¿Ustedes se conocen? –pregunté, sacando por primera vez, en todo el almuerzo, la voz.
-Si.
-No.
-¿Si o no? –preguntó, esta vez, Harry.
-Si… nos conocimos en un campamento de verano. –respondió Louis.
-Pero eso nada mas… no es que haya pasado algo entre nosotros, porque no es así, así que no piensen en eso…
-Lex –dije, palmeándole la espalda. –Nadie piensa eso.
-Genial –murmuró con alivio. Sin duda debía aclarar unos puntos con Lexie.
-Bueno… después de ese extraño momento, Lexie, necesito que me ayudes.
-¿A qué? –preguntó ella, con evidente nerviosismo.
-Ya sabes a que… con ese trabajo.
-¿Trabajo? ¿De qué? –preguntó Matt.
-Em… con… un trabajo de… Artes.
Definitivamente algo pasaba con estos dos.
-¿Artes? ¿Y para cuando es? –volvió a preguntar, aun mas nervioso.
-Para… ¡para mañana! Si, por eso…. Por eso necesito tú ayuda Lexie. –dijo Louis, con los dientes evidentemente apretados en la última oración.
-Claro –sonrío mi amiga, aunque parecía más una mueca.
-¡Esperen! –dijo Matt. -¿De qué es el trabajo?
-Una… maqueta… sobre.. Tu casa ideal. Sí, eso es. Debes hacer una maqueta de tu casa ideal. –respondió Lexie. Matt prácticamente corrió fuera de la cafetería, mientras Lexie y Louis se alejaban en dirección a los estacionamientos.
-No existe tal trabajo, ¿verdad? –pregunté.
-Claro que no. –dijo Harry, aun mirando en dirección por donde Matt había salido.
-Bueno… debo irme. Tengo que practicar algunos bocetos. –comenté en voz alta, aunque la información solo iba para Camille y Tamara.
-Claro… bocetos –dijo Harry, con su voz cargada de sarcasmo, para luego marcharse dejándome con la palabra en la boca.
-¿Discutieron? –preguntó Camille.
-Terminamos. –susurré aguantando las lagrimas, para luego marcharme en dirección a los jardines. Sin duda la indiferencia de Harry sería algo duro de sobre llevar.

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