"Una Historia de Amor" {Nick Jonas} Terminada

*¿Qué pasa?, ¿Dónde estoy? no veo nada, todo es oscuridad, tengo miedo, pero… ¿Qué?, ¿Es luz? ¡Sí, es luz!* comienzo a caminar hacia ese extraña resplandeciente luz. Proviene de una puerta y donde camino parece ser una especie de pasillo, como caverna (¿? Algo así.

Mientras más avanzo, más paz y una especie de calor reconfortante llegan a mí ser.

Al fin llego, y… ¿Dónde estoy? Entro a través de la resplandeciente luz y veo césped, hermoso césped de verde vivas. Es hermoso, pero no hay sólo césped, parece estar con nieve. No, no es nieve es nube (¿? ¡Si, son nubes en el suelo!, pero hay árboles y… -¡Hola Madelinne! -¿Q… quién es usted?, ¿cómo sabe mi nombre? Disculpe ¿lo conozco? –Tú no me conoces, pero yo a ti si –Cómo, si no lo conozco, creo que soy muy cabeza de pollo… disculpe ¿dónde estamos? -¿Dónde crees tú?- analizo su voz, es armoniosa y pasiva. Su rostro parece el de un ángel, y su mirada me trae mucha paz, pero me es conocido. Respondo a su pregunta –La verdad es que no sé dónde estamos –Ven, caminemos- me ofrece su mano, yo se la tomo. Aún persiste una preocupación en mí ¿Qué podrá ser?.

El hombre camina y yo tomada de su mano, lo sigo. Él, como si leyera mi mente, pregunta -¿Qué te preocupa tanto? Si quieres preguntarme o hablarme, ten por seguro de que tienes la completa libertad de hacerlo- yo lo miro, le sonrío y digo –Gracias…- y respondo –La verdad estoy preocupada, de alguien, pero no puedo recordar de quién -¿Puede ser de NICHOLAS?- ese nombre retumba en mi cabeza *Nicholas, Nicholas, Nicholas…* y llegan una serie de recuerdos. Es él…

*La primera vez que lo vi; cuando no tomábamos de las manos, ese sentimiento mutuo; nos abrazábamos, mirábamos, besábamos. Él… sus manos, su nariz, sus orejas, su cuerpo, sus labios, sus ojos, su corazón.
Es él. El hombre de mi corazón, mi Nick, mi dulzura*.

Lo último que a mis recuerdos llegan, es la imagen terrible, apoyado y tiritando en la pared de esa casa.

El hombre me mira sonriendo y dice –Ya recordaste –Sí, ¡¿Cómo se encuentra Nick?, ¿usted sabe?! –Tranquila…- nada más que eso fueron sus palabras y sigue caminando. Hasta que nos detenemos y dice –Llegamos- y justo cuando iba a preguntarle que a dónde hemos llegado, veo a una pareja, frente de mí y dándome la espalda al mirar el atardecer. Aún sin poder verlos, siento que los conozco.

Me acerco hacia ellos, me detengo unos pasos atrás, y la mujer me mira, diciendo -¡Hola, amorcito, ya llegaste!- y yo reconociendo su hermoso rostro, pronuncio, casi a punto de llorar y sin poder creerlo -¡¿Mamá?!- el hombre también me mira, y con sus ojos resplandecientes color pardo, me mira -¡Ven, siéntate, mi pequeña Mady!- yo les hago caso, sin poderlo creer todavía. Me siento en medio de los dos, de alguna u otra forma su manera de vestir me resulta muy peculiar o extraños, son prendas de seda toda color blanco. Al estar ahí con ellos, me siento emocionada, conmocionada y feliz; ellos me abrazan y se siente tan hermosamente bien, poder verlos, sentirlos conmigo *¿Es un sueño?* -No, hija, no es un sueño -¿C…cómo supieron lo que pensaba? –Hija mía, nosotros podemos escuchar todo lo que piensas- luego les pregunto –Papá, mamá… si esto no es un sueño, ¿cómo es que están aquí?, ustedes ya están muertos- y mamá –Y tú estás aquí, cariño- eso me colisiona y pregunto -¿E…estoy muerta? –Así es- *¿Qué?* -¡P… pero yo no quiero estar muerta!, ¡quiero ver a mi Nick –Es verdad, pequeña Mady, él está vivo… ¡puedes quedarte con nosotros!- comienzo a llorar. *En realidad yo no quiero estar muerta, yo quiero estar al lado de Nick*. Mamá pregunta –Amorcito, ¿no estás feliz con nosotros?- le respondo entre sollozos –Mamá, si estoy feliz con ustedes, pero…- papá interrumpe –Entendemos, pequeña, tú lo amas y él a ti. Confiamos en que él será el hombre de tu vida… Te amamos, hijita- y el hombre ángel me toma de la mano y comienza a llevarme, yo le grito a mis padres -¡¡Yo también los amo, por siempre permanecerán en mi corazón!!- y ellos -¡¡Nosotros siempre los estaremos cuidando, a ti y a tu hermano, aunque no nos vean siempre tienen que tener en cuenta eso; SIEMPRE ESTAREMOS AHÍ!! ¡¡Dile a tu hermano que lo amamos y siempre fue así!!- yo levanto los pulgares, sonriendo y afirmando.

Luego el ángel, dice -¡Yo me llamo David, y soy tu ángel guardián…- *¡David!* -, ahora hay personas que te aman y te necesitan allá abajo, así que nos vemos!- yo le devuelvo una sonrisa y de pronto todo se torna oscuro, nuevamente. Y hay voces que no entiendo, son muchas; captó una pocas, en ellas se encuentra la de Nick?, ¡Si, mi dulzura!...

Narro yo.

A Madelinne le están haciendo reanimación en el hospital, y Nick entró a la fuerza al ver como su amada agonizaba, estaba en la cuerda de la vida y la muerte; y ahora la máquina del ritmo cardíaco marca el pulso normal nuevamente.

Todo el pabellón se calma y después de comprobar que su salud no está en riesgo, dejan al joven junto a su amor. Él respira con calma, al saber que su preciosa se encuentra bien. Él llora, sosteniendo y besándole las manos. Mira el techo en señal de agradecimiento a su sueños Dios, por devolverle a su vida.

Ella, aun en su sueño, puede verlo. Puede satisfacer a su corazón y conciencia, él está sano y salvo, está a su lado; velando su amor, velando su bienestar.

Narra Madelinne.

*Aunque esté con los ojos cerrados, puedo verte, dulzura*.
Él me mira, con su ojitos empapados de lágrimas de felicidad, los mismos que hace un rato eran de tristeza y preocupación.

Luego sus labios comienzan a pronunciar -¡Mi Mady, sé que puedes escucharme….- acaricia mi mejilla derecha -, gracias por no dejarme solo, amor, confieso que creí que te ibas a ir. Pero no fue así, yo te amo y no sé qué haría si no estuvieras conmigo. Fuiste capaz de sacrificarte por mí y yo no pude hacer nada por ti Estoy tan enojado conmigo mismo, se supone que debía ser yo quién se sacrificase por ti, pero fui más débil…- *No, amor, no digas eso*. Trato de despertarme, tengo que despertarme…