~Acercate al Viento~ (Joe & Tu)

No la pudes dejar asi esta super interesant siguela

Aahhhhhhh no es posibleee!!!!
Justo cuando puedo tomarme un tiempo y leer
la dejas en donde NO tenias que dejarlaa!!
No es justoooo :( :(
Ahora si de verdad quiero ver muerto a Juan!
Ese hijo de la grandísima........!!!!! Infeliz!
Dioos! No puede ser que Joe no me crea!!
Porfavor SIGUELAAAA!!!!

FLOR!!!
NENA!!
SUBE!!
QUE ME MUERO!!

Ade..
Ahorita me paso a la tuya... :study: :D

waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa arggggg....siiguelaaaaaaaaaaaaaaa

JAJAJAJA CHICAAAAAAAAS, COMO ANDAN? :D
GRACIAS POR SUS COMENTARIOS Y PERDON POR NO HABERLES SUBIDO CAP TODAVIA, ES QUE ME COLGUE LEYENDO UNA NOVE Y TODAVIA NO LA TERMINO PEEEEEEEEEERO DENTRO DE UN RATITO LES DEJO CAP, PROMETIDO ;)
PD: ADE YA PASÉ POR TU NOVE (:
PD2: QUEDENSE TRANQUILAS CHICAS, YO TAMBIEN ODIO A JUAN ¬¬

—Dijo que tú te enroscaste como una serpiente también alrededor de él. —Su voz sonaba neutra, sin emoción, pero sus dedos se hundieron crueles en el hombro de ella—. Dice que lo hechizaste y sedujiste en la forma que estás tratando de hacer conmigo.
—¡Oh! —Fue un grito ahogado de protesta.
________ trató de retorcerse entre sus brazos, pero Joe la sujetó.
—Tú a mí no me hechizas —dijo él lentamente—, y tampoco escapas de mí.

Continuación...

Sin soltarla, Joe habló rápidamente en español a los demás.

_______ cesó de luchar. Carecía de fuerza suficiente para resistírsele y de todos modos hubiera sido inútil. Cuando Joe terminó, los dos hombres que sujetaban a Juan lo soltaron. La reacción del atacante fue una mezcla alivio y de miedo. Todos, incluso Laredo, abandonaron silenciosamente la casa.
Ella tenía la cabeza inclinada y una bruma húmeda nublaba los ojos.

—Lo dejaste ir —acusó ________ en voz baja y dolorida.
—Él desobedeció una orden. Por eso será castigado —declaró Joe.
—¿Y yo? —dijo ella con amargura—. ¿Tengo que ser castigada porque casi fui violada?

Él soltó el aliento con impaciencia y la soltó de repente.

—Es tarde.
—No estoy cansada —repuso ella, pero su voz sonó muy cansada—. ¡Y ciertamente no iré a la cama contigo!
—________… —empezó él con irritación.
—Antes era “señora”. Ahora, _________ —interrumpió ella con amargo sarcasmo—. ¿Por qué? ¡Porque quieres que me acueste contigo! ¡Bueno, puedes irte al infierno!

_______ temblaba visiblemente.

—He estado ausente tres días preguntándome si estarías aquí a mi regreso—. Las aletas de la nariz de Joe temblaban de cólera—. Ahora he regresado y es el mismo infierno de antes. Pero tú eres mía aún. Dormirás conmigo… aquí o en el dormitorio. No hace ninguna diferencia.
—¡No te atrevas a acercarte! —siseó ________.

Respiraba agitadamente, asustada por la expresión dura e implacable de la cara de Joe.

La boca de él se crispó en una helada sonrisa. Con deliberada calma, empezó a desnudarse arrojando sus ropas a su alrededor, como si estuviera descartando las convenciones de la civilización. El corazón de ________ latía alocadamente, medio por temor y medio como respuesta a la súbita tensión que parecía corroerle el vientre. El cuerpo de él fulgía a la luz de la lámpara como duro y bruñido bronce. Cuando se irguió frente a ella, ella meneó la cabeza en muda protesta ante lo que él le pedía.

—Tiende la manta en el suelo —ordenó Joe.

“¡No, no, no!”, gritaba _________ interiormente. Pero sintió que sus manos desenvolvieron la manta que rodeaba su cuerpo. Allí se detuvo su docilidad y la manta se deslizó de sus manos y cayó en un montón al suelo. Los ojos oscuros de él iniciaron un insolente examen, viajando de pies a cabeza por delante y detrás de _________.
Estiró una mano para tomarla de la cintura y atraer el cuerpo dócil de ella contra el duro contorno del suyo. Con la derecha, la tomó de la nuca y la obligó a levantar la boca hacia sus labios.
Fue un beso brutal, duro, lleno de cólera. ________ trató de resistirse, pero los brazos de él eran fuertes y tenaces como el hierro. Ella no pudo escapar de la ardiente amenaza de esa boca.
Con una sensualidad peligrosa y cruel, él le separó los labios. ________ sintió sus pechos aplastados contra la sólida muralla del pecho de él. Las manos de Joe sobre su espalda la hicieron arquearse hacia él. Después él la empujó hacia atrás y la bajo hasta que el suelo duro estuvo en contacto con sus omóplatos.

Más tarde, Joe la llevó al dormitorio. Magullada y ligeramente golpeada por la animal posesión de hacía unos momentos, ________ no emitió un solo sonido cuando él la depositó sobre la cama. No era consciente de la expresión dolorida, herida que tenían sus ojos, pero Joe la estudió cuando la miró.
Después se volvió, caminó hasta el tocador y encendió la lámpara. ________ se llevó una mano a los ojos para protegérselos de la luz. Oyó las pisadas de él que salía de la habitación. Segundos después, Joe volvió para cubrir la desnudez de ella con la manta que había quedado en la habitación principal.

—¿Qué es toda esa agua en el suelo? —fue una pregunta perentoria.

La salvaje intimidad de hacía sólo minutos le dificultó a ________ la asimilación de la pregunta de él. Frunció el entrecejo y trató de recordar.

—Es… es de bañarme —dijo por fin. Sus ojos turbados vieron que él levantaba la jarra que estaba junto a la jofaina—. Está vacía. Yo la usé toda.
—¿Por qué? —preguntó Joe con un satánico curvarse de una ceja.
—Por razones obvias. —________ se paso por el pelo una mano temblorosa y se estremeció cuando recordó la muy urgente razón—. Me sentía sucia, contaminada de… de él —dijo, incapaz de referirse directamente a su atacante—. Tenía que lavarme… fregarme para quitarme los rastros de él, pero no espero que comprendas lo que es eso. ¡Dios mío, ni siquiera me crees!

Hubo un temblor en su voz cuando le lanzó la última frase.

Volviendo la cara hacia la pared, ________ se llevó un puño a la boca, tratando de tragar el nudo insoportable que sentía en su garganta. Nuevamente oyó que Joe se acercaba a la cama y cerró con fuerza los ojos.

—Toma —dijo él.

Ella lo miró por el rabillo del ojo. Él le tendía sus alforjas. ________ las miró fríamente, mientras las lágrimas ardían detrás de sus ojos.

—¿Qué es eso? —preguntó.

El arrojó las alforjas sobre la cama, al lado de ella y fue hacia el tocador.

—Te compré algo de ropa puesto que te muestras tan renuente a usar nada que haya descartado Camilla.

_______ no le creyó del todo, abrió las alforjas y derramó el contenido sobre la cama. Miró las ropas que aparecieron: un par de pantalones vaqueros Levi's, una falda, por lo menos otro par de pantalones y varias blusas. Sus dedos atónitos escogieron una blusa de seda de color arandino para inspeccionarla de cerca.

—Pensé que el color armonizaría con tu piel clara —dijo Joe quedamente.

_______ se volvió hacia él y se encontró perdida en la profunda oscuridad de esos ojos.
Aunque él estaba en el otro extremo de la habitación, ella podía sentir la fuerza dominante de esa presencia. ________ se liberó de esa mirada.

—¿Dónde obtuviste esto? —Miró las ropas sobre la cama y un ángulo de su boca se elevó con ácida ironía—. No me digas que asaltaste una tienda.
—Lo compré en una tienda —dijo él, subrayando el verbo con el tono de voz.
—¿Por qué? —dijo ________ en tono de desafío.
—Porque, como tú has dicho muchas veces, necesitabas ropas.
—¿Es una suerte de compensación por tenerme aquí prisionera? Porque si lo es, no dará resultado —dijo ella con energía—. Lo que tú realmente preferirías es que yo no tuviera nada de ropa. De ese modo, cada vez que sintieras el impulso de la lujuria, podrías someterme sin perder tiempo en desnudarme. —Con un movimiento de la mano, arrojó las ropas al suelo—. No me atrevería a decepcionarte —agregó, con voz cargada de sarcasmo.
—¿Entonces las rechazas? —preguntó Joe, inmovilizándola con su hipnótica mirada.

Los ojos de color ámbar relampaguearon con chispas de cólera.

—Quizá debería arrojártelas a la cara para que entiendas bien mi mensaje. —________ vio que él apretaba la boca—. ¡No pretendas que trataste de ser considerado, pues si fuera así me dejarías en libertad en vez de retenerme aquí!

Él le volvió la espalda y dio un puñetazo sobre el tocador.

—Tú sientes odio por este lugar, ¿verdad? —dijo en tono neutro, carente de emoción.
—¿Odio? —Soltó una carcajada ronca, amarga—. Qué curioso que uses esa palabra, considerando que hace cinco minutos no me hiciste el amor… ¡me hiciste odio!
—Sí —admitió Joe, giró lentamente y se encaminó hacia la cama—. Hace un momento te tomé con ira.
Se irguió ante ella como un dios de bronce.
—¿Por qué? —________ sintió la helada frialdad de él—. ¿Quisiste terminar lo que empezó Juan? De lo único que yo traté de escapar fue de él. El mismo día que te marchaste yo lo vi y supe que estaría esperándome aquí afuera por si yo trataba de huir. Pensé que estaría a salvo de él haciendo como tú dijiste, quedándome en la casa y saliendo sólo con el otro Juan. Creí que tu palabra podría protegerme, pero no fue así. Cuando pienso en la forma en que me arrojé a tus brazos cuando regresaste, me siento enfermar. Ni siquiera estoy segura contigo. ¡Lo probaste cuando me llamaste embustera y me violaste!

El colchón se hundió bajo el peso de él. ________ trató de apartarse, pero él la tomó de las muñecas y le separó los brazos encima de la cabeza. Inmovilizada, _______ cesó de luchar y esperó que él se aprovechase de su ventajosa posición.

—Te creo cuando dices que Juan trató de violarte —dijo él torvamente—. Creo que le robaste el cuchillo y lo atacaste para defender tu honor…
—¿Entonces por qué… —gritó ________, confundida—, por qué lo escuchaste?
—Porque creo que pudiste invitarlo a entrar en la casa —repuso él—. Tú debías saber que esta noche era tu última oportunidad de escapar antes de mi regreso. Y sé que eres capaz de hacer una promesa vana de tu cuerpo a cualquier hombre que te ayude. Lo hiciste antes, con Laredo. —_______ gimió y volvió la cabeza a otro lado—. Creo que se lo pediste, creyendo que podrías controlarlo y que después descubriste que no podías.
—¡No! ¡Lo juro! ¡Juro que no lo hice! —protestó ella, apretando con fuerza los ojos.
—Hace apenas un momento dijiste que querías ser libre —le recordó Joe con frialdad—, que querías escapar. Admitiste lo que yo ya sabía. Quizá haya algo de verdad en las historias de ustedes dos. Yo no podría matarlo por desearte, o tendría que matarme a mí mismo porque yo también siento el deseo de poseerte.

La húmeda calidez de su aliento le rozaba la mejilla. ________ se puso rígida bajo el contacto de la boca de él sobre sus labios. Él estaba poniéndose encima de ella. ________ volvió la cabeza para eludir el suave beso exploratorio de él.

—No —protestó.

La manta le rozó la carne desnuda al quedar atrapada entre los dos cuerpos.

—Ese fue un motivo por el cual no hubo gentileza en mi corazón cuando te tomé —dijo él con voz apagada por el pelo de ella y como si dirigiera su cólera contra él mismo—. El otro motivo es que supe que Juan Ortega tuvo razón cuando dijo que me habías hechizado. Tres días estuviste en mis visiones, leona. De noche, sentía junto a mí el recuerdo de tu suavidad.

La mordió suavemente en el lóbulo de la oreja, haciéndola estremecer de pies a cabeza. Esta era la manera seductora que _________ recordaba, este terciopelo sobre acero. Nuevamente la llevaban a tomar parte en el acto de amor, a recibir satisfacción además de darla.

—Me has hechizado, leona —murmuró él otra vez contra la boca de ella, en un tono todavía rudo— hasta hacerme desearte. Entonces, es justo que yo haga que tú me desees.

AAWW!!
FLOR!! :arre:
YO TAMBIEN TE DESEO!!
GRRR!!
Me dio risa de eso de leona...
No se por que!!
JAJAJA

ForJoeJonas escribió:Haz el test: ¿Qué fuiste en tu otra vida?
Respuesta: leona

Jaaaaaaaaaaaaaaaajajajajajajjjaaja

BUENISIMA ADE!!!!
JAJAJA
ME ENCANTO!! :lol!:

siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..pero no me gusta la forma de ser de joe :S heheh sigueka

siguela me encanto el capi quiero mas creo que no voy a poder dormir jajaja
siguela plisssss
:)