No Regrets - Niall Horan y tú

OOHHH SHITTTT SIGUELAAAAAAAAA como puedes dejarla hay????!!! quiero saber la reaccion de niallll SIGUELAAAAA

WOW! no me paso por unos dias y BAM!!!
mira lo que pasa! jajajajajajajaja,
Como la dejas asi mujer??
Como te atreves?? jajajajajaja
Seguila yaaaaaaaaaaa!
Un besooooooooooooo :)

Ahora que tengo su bendita atencion, queria decirles que nunca me olvide de ustedes, que no voy a dejar de escribir y que no me voy a ningun lado, solo que hace como un mes (mas o menos despues de subir el ultimo capitulo) se me cayo la portatil al piso desde el escritorio porque me lleve puesto el cable del carcador (soy un desastre, ya lo se) y sse me rompio el disco duro (para las que no saben lo que es, porque yo antes tampoco lo sabia, es donde esta TODA la memoria de la maquina) cuestion que he perdido todo, sep, asi como lo leen. Recien ayer me la devolvieron a la compu. Se que podria haber avisado desde la compu de escritorio de mi casa, pero la verdad la usaba poco y nada. Y para serles sincera, me siento muy observada con esas computadoras, encima que mis papas vienen, a pesar de mi edad, y se me quedan mirando haber que carajo estoy haciendo.
En fin, prometo subirles capitulo, ahora me pongo a escribirles, MIL PERDONESSSSSS
LAS AMOOOOOOO

Siiiiiiiiiiii yo sabia que no te habias olvidado de nosotros!!
Tomate todo el tiempo que quieras! Pero no nos dejes asi con la intriga de que va a pasar por favor!! jajajajajaja
Estas totalmente perdonada de mi parte...
Un besoooooooooooooooote :)

La cabeza me estallaba al día siguiente, como si mi propio cerebro no entrara en el cráneo. Casi nunca tomaba alcohol y nunca lo había hecho como la noche anterior. Era obvio que no había tomado demasiado, pero la resistencia de mi cuerpo era muy baja.
Bajé las escaleras aferrándome a la baranda de la escalera caracol, que no ayudaba al mareo, y me senté con peso muerto en la banqueta de la cocina.
-Sabés que no me gusta hacer de perro policía, Rae,-empezó mi padre poniéndome una taza de café en frente-pero…
-Entonces no lo hagas-lo corté tomando la humeante taza entre mis manos.
-Raeven-me advirtió con severidad-, quiero saber donde estuviste anoche. No sé a qué hora volviste, parece que un camión te pasó por encima y Vicky y Niall estuvieron llamando cada media hora para saber si habías llegado.
-Niall-probé su nombre, divertida e irónica.
-Sí, ¿por qué no habría de hacerlo? es tu novio, ¿o no?
-No-respondí seca después de tragar un pesado trago de café.
-¿Es por eso que has bebido?-siguió con sus preguntas.
-Yo no…
-Veo adolecentes todos los días, vivo con una y fui uno alguna vez, reconozco una resaca cuando la veo.
-Da igual. Llegué a casa, estoy entera y sigo virgen, si es lo que te preocupa-dije fría y mirándolo directo a los ojos.
Él me miró como si no me conociera, como si la chica que tenía en frente no era verdaderamente su hija.
-¿Qué te pasa?-preguntó frunciendo el ceño y con los labios crispados.
Me di cuenta que no soy lo suficientemente buena para nadie, ni siquiera para vos, y que no vale la pena ser la mitad de lo que la gente quiere porque eso es crear expectativas para luego desilusionarlos, respondí en mi cabeza pero me até la lengua antes de decirlo todo en voz alta.
-Tengo que irme-me limité a decir.
Me levanté y tomé el bolso para salir lo más rápido que pude del edificio.
Fuera estaba Niall apoyado en su motocicleta, estaba enojado, no necesitaba distinguir su rostro para saberlo. Solo al ver sus brazos tensos cruzados sobre su pecho, sus hombros tirados exageradamente hacía atrás y su pie golpeteando el piso impaciente me di cuenta.
Suaves y débiles gotas caían en la calle, asique antes de salir me subí la capucha de la sudadera y, cuando estuve fuera, empecé a caminar en dirección al instituto omitiendo la presencia de Niall.
-¡Raeven!-gritó a mis espaldas y me odié porque mi cabeza no pudiera soportar los auriculares-¡Esperá!
Aceleré el paso para llegar a la parada de colectivo, pero antes de llegar Niall me tomó del brazo con fuerza y me giró.
-¿No me escuchaste?-preguntó con los ojos desorbitados.
-No me grites-le exigí sin elevar la voz.
-Rae-se pasó las manos por el pelo, ya mojado por la lluvia, desordenándolo-Rae-repitió en un susurro, convirtiendo mi nombre en la palabra más llamativa, interesante y bonita de todas. Posó sus manos en mis hombros y se acercó a mí, estaba tan cerca que lo podría haber besado con tan solo pararme en puntillas, pero me contuve-No me hagas esto, Rae, han pasado dos años desde que te conozco y desde el primer momento supe que eras especial, diferente. Y no quiero que lo nuestro termine, perdón si el otro día en mi casa te hice sentir que no eras suficiente, pero lo sos. Sos todo lo que quiero, Rae, no me importa lo que hagamos, solo si lo hacemos juntos.
Sus ojos habían estado clavados en los míos mientras hablaba, yo bajé los míos hasta su pecho donde brillaba el león que le había regalado. Aun seguía ahí, como su trébol hacía un leve peso en mi pecho.
-Entonces ¿qué hacía Any con vos ayer?-le pregunté recordándola con desprecio.
Niall palideció y abrió los ojos a tope como si le hubiera pegado en el estómago.
-Yo…Ella…Sabés como es ella, viene detrás de mí todo el tiempo-explicó rápidamente, pero ya era muy tarde.
-Hay pobre mártir-dije irónica entre cerrando los ojos
-Rae, nosotros no…
-No me importa lo que hicieron, no me importa lo que ella haga, me importa lo que vos hagas, pero de todas formas no somos nada asique tampoco debería importarme lo que vos hagas. Y, de hecho, no lo hago-mentí tan descaradamente como pude, pero no podía seguir teniéndolo en frente sin poder llorar o seguir controlando mi voz.
-Rae, por favor…
-Soltame-rogué en un susurró mirándolo fijo a los ojos.
-Pero…
-Soltame-repetí y está vez él lo hizo.
Parecía desconcertado y estaba muy pálido, como si le faltara el aire, pero en un segundo su mandíbula se tensó y sus manos se convirtieron puños en sus costados, pero antes de que él se pudiera ir, me di la vuelta y caminé hasta el colectivo que se acercaba a la parada.
No podía estar en una relación que me hacía sentir que no era suficiente y no podía estar con alguien a quien el pasado lo perseguía.



Espero que le haya gustado, aunque se que cada vez me voy mas al carajo :) las amo gracias!

Los amplios corredores del instituto me parecían estrechos y asfixiantes en ese momento mientras dejaba atrás los casilleros para llegar al aula de Sociología. Había estado tan furiosa después de encontrarme a Niall que había tomado el colectivo que iba para el lado opuesto de la ciudad y, para cuando me había dado cuenta, ya estaba llegando tarde a mi primera clase, que de hecho había perdido.
Subía las escaleras de dos en dos en contra de las agujas de mi reloj, que ese día parecían ir más rápido de lo normal, pero yo no me lograba acoplar a ellas. Me aferré a la manija de la puerta para no pasarme y toqué con nudillos temblorosos la puerta.
-Tarde, Srta. McLean-fue lo único que dijo el arrugado y agrio profesor cuando pasé por su lado.
Di una rápida mirada a la clase y encontré a Linna haciéndome señas para que me sentara a su lado. Caminé hasta el asiento intentando normalizar mi respiración, sin mucho éxito.
-¿Qué te pasó?-me preguntó en un susurró mi amiga, mirándome fijamente con sus grandes ojos azules aleonados.
-Me equivoqué de bondi-respondí y volví la vista al pizarrón lleno de garabatos en color blanco.
La clase pasó rápida, aunque yo apenas fui consciente de lo que escribía en el cuaderno. No podía lograr sacarme la imagen de Niall de esa mañana y el vello de la nuca se me seguía erizando de tan solo revivir nuestra cercanía en mi cabeza.
Me levanté para meter todo en mi bolso cuando vi que el resto hacía lo mismo, porque no había escuchado el timbre. Sentí como una mano me agarraba el hombro con brusquedad y me daba media vuelta.
-¿Me estás escuchando?-preguntó Vicky en un chillido desesperado-Y no te atrevas a responder esa pregunta-me amenazo con su dedo acusador antes de que yo pudiera omitir una palabra.
-Vicky, calmate, por favor-pidió Linna a su lado.
-Quiero que me digas-empezó de nuevo Vicky, evadiendo por completo a Lin-donde mierda estuviste anoche y porque Niall me llamó desesperado diciéndome que te habías metido en un bar con Jackson-exigió aun señalándome con su dedo.
-Lo estás diciendo vos misma-me limité a decir mirándola fríamente a los ojos, como nunca antes pensé que la miraría.
-No te pases de lista conmigo, Reaven-me advirtió con las mejillas flameantes.
-No sos mi mamá, Victoria, asique te agradecería que no actúes como una-dije controlando el tono de voz, para acto seguido tomar mi bolso y salir de la clase.
Empecé a caminar por los pasillos dando zancadas para poder llegar a mi casillero y así tomar mis cosas para la próxima clase, y tampoco quería que Vicky me alcanzara. Giré en una esquina aun cegada por el apuro por lo que no vi a algunos de los jugadores del equipo de futbol que estaban hablando contra una fila de casilleros. Siempre había tratado de evitarlos porque bien sabía que no se llevaban bien con el equipo de futbol americano y varias veces me habían molestado por ser la hija del entrenador, pero en ese momento uno de ellos estaba recostado sobre mi taquilla.
Levante la cabeza y caminé hasta él, que estaba en una punta del grupo.
-Permiso-le pedí, pero él siguió riéndose de lo que decía el resto-Permiso-nada, mas y mas risas-Te he pedido que te corras-dije harta y elevando un poco la voz.
El chico giró la cabeza para verme y al instante me reconoció. Él era alto y delgado aunque su cuerpo estuviera trabajajo, su cabello era rubio arenoso y caía sobre su frente impidiendo ver sus cejas, pero sus ojos castaños y vacios aun estaban a la vista.
-Hey, chicos-los llamó aun mirándome-, miren a quien tenemos acá. La pelirroja vino a visitarnos-dijo despectivamente y con una sonrisa arrogante.
-Estás apoyado en mi casillero-dije muy calma y aboliendo su comentario.
-Pobresita-se burló uno de los chicos.
-¿Dónde están tus guardaespaldas?-preguntó otro.
-Hay que aprovechar la oportunidad-dijo uno en respuesta.
-¿Me la prestás?-preguntó el rubio con malicia, sobre todo el barullo que hacían sus amigos, tomándome el cuaderno y el libro de las manos rápidamente.
Automáticamente me alcé en las puntas de los pies para quitárselo pero ya era tarde. Los habían abierto entre todos y se dedicaban a cortar sus hojas y a hacerlas volar por todo el corredor. Empecé a gritar para que se detuvieran, pero era como si estuviera muda y lo único que pudiera escuchar eran sus risas estrepitosas y el lamentoso crujido de las hojas siendo arrancadas.
Cuando se fueron el pasillo quedó vacío mientras algunas hojas terminaban de caer. Pensé en recogerlas todas, pero no serviría de nada, lo sabía. Asique solo me di media vuelta y me eche a correr por el corredor, atravesando y golpeando algunos alumnos que se acercaban. Bajé las escaleras sintiendo la cruel amenaza de las lágrimas a punto de salir y entré en el vestuario de mujeres, que en ese momento estaba vacío. Me metí en una de las duchas y me dejé deslizar hasta el piso apoyándome contra la pared.
Las lágrimas empezaron a brotarme como cataratas de los ojos mientras la nariz se me llenaba de mocos obligándome a respirar por la boca.
Quería desaparecer, que la tubería de aquella ducha me tragara y quedar en el olvido. No quería ver a Niall todos los días y hacer como si ya no sintiera nada, no quería sentirme insuficiente, vacía y sola.
Recordé una película que había visto hacía unas semanas, donde una de las chicas se cortaba para que el dolor físico superara el mental. Pensé en hacerlo, como otras tantas veces, y de hecho tenía una tijera en el bolso, pero tenía el valor suficiente. Nunca lo había tenido.
Risas estrepitosas y chillonas retumbaron en el vestuario junto con suspiros y quejas de cansancio, sofocando mis llantos y sollozos. Sabía que vendrían a las duchas, asique sin importarme que estuviera toda vestida y con mi bolso todavía enganchado a uno de mis hombros, me estiré hacia arriba y giré la perilla para que el agua, primero fría y luego caliente, me empapara y ocultara mis lágrimas detrás de sus gotas.

Ok, esto en serio NO ME LO ESPERABA!!!
y como te atreves a dejarla ahi?? ehh?? jajajajajja
Espero que subas pronto!!
Un besoteeeee :)

Los meses ya habían pasado y poco quedaba para que el año escolar terminara. Ya no iba a los entrenamientos por temor a ver a Niall y tener que soportar verlo seguir con su vida. Pensando que había sido aceptado en Yale con una beca para jugar al futbol americano y que yo me quedaría en Los Ángeles dos años más y que probablemente nunca más volvería a verlo.
Ya no podía caminar tranquila por los pasillos y siempre tenía que estar pendiente de que los jugadores de futbol no estuvieran merodeando por allí. Mi vida se había estancado desde que había terminado con Niall. Había leído más libros de lo normal, vivía con mi chelo o auriculares a cuestas para calmar pequeños ataques de pánico, por las noches, las pesadillas me atormentaban sin dejarme dormir y evitaba estar en presencia de mi padre o de Zayn.
Entré en los corredores y el sonido ensordecedor de los gritos histéricos superó el de los auriculares en mis oídos. Me acerqué a Linna que tenía su casillero al lado del mío y le pregunté qué demonios estaba pasando.
-¿No los has visto?-preguntó sorprendida, para luego tenderme un papel que anunciaban el Show de Talentos Anual-Vas a presentarte este año, ¿verdad?-inquirió con dulzura.
-No lo creo-respondí ida aún observando el papel verde con letras rojas en mis manos.
-Tenés que hacerlo, Rae-insistió mientras nos echábamos a caminar con dirección a la clase de Biología.
-Ni siquiera vos me podés convencer-le aseguré cruzando el umbral.
-Pero ya te anoté-protestó infantil y después se dio cuenta de lo que había dicho y se apresuró a llegar a una de las banquetas de laboratorio.
-¿Cómo que me anotaste? ¿Cuándo?-pregunté histérica tirando el bolso al piso a un lado de nuestros lugares.
-Hoy a primera hora, con Zayn…
-¿Zayn?-chillé golpeando los puños contra la mesa.
-Es que nosotros pensamos que estás algo deprimida desde hace algunos meses y creímos que…
-Creyeron-ironicé interrumpiéndola-, pues creyeron mal-le espeté.
-¡A sus asientos por favor!-gritó el profesor al frente del salón.
Me senté en la banqueta al lado de Linna sintiendo un vacío en el pecho insoportable.
-Lo siento, Rae, yo solo quiero que estés mejor-susurró dolida.
Apoyé los codos sobre la mesa y metí la cara entre las manos tratando de tranquilizarme, no podía respirar y me había puesto fría de repente. No quería tener un ataque de pánico en medio de la clase, pero no podía controlar la desesperación que me daba no poder controlar la situación, porque las reglas eran, que una vez anotada no podías echarte atrás. Los oídos empezaron a dolerme y cada pequeño ruido se tornaba insoportable, la voz tranquila y grave del profesor, las lapiceras golpeando contra la mesa, los susurros de los alumnos y hasta los pies golpeando contra las patas de las banquetas me sacaban de quicio.
Cerré los ojos, aún dentro de mis propias manos, y traté de visualizar un recuerdo que me diera paz y me calmara.
La playa de Los Ángeles a media noche apareció en la parte posterior de mis parpados, los brazos de Niall rodeándome…Niall…Necesitaba a Niall, él sabría calmarme solo con abrazarme, pero él no estaba, él se iría en poco más de un mes.
Me saqué las manos de la cara y me las pasé por el pelo abriendo los ojos. Los pulmones me pedían a gritos que respirara pero el aire que respiraba no llegaba a ellos. La vista se me comenzaba a nublar y las lágrimas amenazaban con salir a toda costa, pero no iba a dejarlas salir. No iba a llorar, no iba a llorar, no iba a llorar, no iba a llorar, no iba a llorar, no iba a llorar, no iba a llorar…tomé el bolso del piso con las manos temblando y saqué el celular con los auriculares, me conecté a ellos y puse play.
Paz.
Sentí como el aire me llenaba los pulmones mientras los ruidos del aula se volvían lejanos y ajenos a mí. Teniendo el completo control de mis dedos, metí el cable por dentro de mi buzo y dejé el teléfono entre medio de mis piernas. Abrí el cuaderno rayado y saqué una lapicera para empezar a copiar lo que el profesor escribía en el pizarrón acerca del Sistema Nervioso y las sustancias que podían intoxicarlo.
Logré normalizar mi respiración y controlarme en el transcurso de la clase gracias a la ayuda de John Mayer, The Killers y Keane y para cuando el timbre sonó tenía el control de todo.
-Rae, en la clase vos…-intentó tantear el tema Linna cerrando la puerta de su casillero, sabía lo que estaba pensando y yo también lo pensaba, había actuado como una psicópata.
-Está todo bien, Lin-le aseguré dándole la mejor sonrisa que pude, pero aun así salió torcida y falsa.
Empecé a caminar sola hacia mi próxima clase, pretendiendo no cruzarme con ningún jugador de futbol. Iba tan concentrada en eso que cuando me llamaron a mis espaldas no me preocupé por reconocer la voz y me di vuelta. Lo próximo que supe fue que estaba bañada en una sustancia fría y pegajosa. Me pasé las manos por los ojos antes de abrirlo y vi como parte del equipo de futbol se iban corriendo mientras reían y chocaban sus manos.
Sin pensarlo, di media vuelta y empecé a dar zancadas con la cabeza gacha para llegar lo antes posible a los vestuarios, pero a la mitad del camino me choqué con algo más alto y ancho que yo, y definitivamente más duro.
-Hey-exclamó divertido ese algo.
Hay no.
-Permiso-susurré intentando de esquivarlo.
-¿Rae?-preguntó extrañado-¿Qué tenés en el…?-pero su pregunta quedó en el aire al poner sus dedos en mi cabello-¿Quién fue?-reformuló sin contener su furia.
-Nadie, Niall, no…-levanté la cara asustada y me perdí en sus ojos cielo que me miraban con furia, pero no hacia mí.
-¿Fueron los jugadores de futbol? ¿Esos que te estuvieron molestando todo este tiempo?
Se dio cuenta, me quedé sin aire con solo pensarlo.
-Decime algo, Rae-exigió agarrándome por los antebrazos-, decime que sí y voy y los mato…Rae-exclamó exasperado-tendrías que verte, estás llena de gaseosa-dijo con dulzura acariciándome todo el pelo sucio.
Solté una risa contenida al caer en la situación.
-¿De qué te reís?-preguntó confundido.
-Gaseosa-murmuré entre pequeñas risas.
-¿Te das cuenta de que te unos hijos de puta te llenaron de gaseosa y vos te estás riendo?-preguntó con el ceño fruncido pero con una sonrisa en el rostro.
-Sí
-Mejor te llevo a los vestuarios para que te laves.
Puso una mano en mi baja espalda y me condujo hasta los vestuarios de mujeres. Todo en silencio, un cómodo y calmado silencio, sin momentos incómodos o bocas entreabiertas buscando palabras que decir.
-Vos bañate y yo me voy a fijar si en la ropa perdida hay algo que te puedas poner-dijo Niall cuando llegamos a la puerta.
Entré en silencio y, después de sacar del casillero que Linna, Vicky y yo compartíamos toallas, jabón, shampoo y acondicionador, fui hasta las duchas. Las bebidas llenas de azúcar estaban empezando a secarse, asique no esperé a que el agua saliera completamente caliente para meterme bajo la ducha.
Estuve un buen rato tratando de sacar toda la basura de mi pelo y cuando estuve limpia me enrolle en las toallas y salí para encontrarme con Niall sentado en uno de los bancos con un montón de ropa en sus manos. Él se paró rápido al verme y se rasco la parte posterior de la cabeza.
Le regalé una sonrisa nerviosa sabiendo que me había visto en situaciones peores, pero una simple toalla era mucho más personal que un traje de baño y él lo sabía.
-Yo…encontré esto entre las cosas perdidas, no creo que sea de tu talle pero fue lo más chico que encontré-explicó tendiéndome la ropa, la tomé y la apreté contra mi pecho sintiéndome desnuda frente a su mirada que me miraba con deseo escondido.
-Gracias.
Nos quedamos en silencio sin saber qué hacer, por primera vez compartía un silencio completamente incómodo con Niall, uno que me hacía doler los oídos a cada segundo que pasaba.
-Te dejo así te cambías y…
-No-lo atajé, él me miró entre confundido y divertido. Genial, Raeven, ahora va a pensar que querés tener sexo en los vestuarios-Eso no sonó bien-murmuré para mí misma, pero Niall alcanzó a escuchar.
-No, definitivamente no-dijo soltando una risa.
Le dediqué una mirada fastidiada antes de volver a hablar.
-Lo que quise decir, es que no tenés que irte. Yo puedo ir del otro lado de los casilleros-expliqué refiriéndome a la fila de cubos de metal que atravesaban la habitación.
-Si eso querés-aceptó levantando los hombros y volviéndose a sentar sin darle mucha importancia.
Hice lo que había dicho y me apoyé contra la pared de metal que nos separaba. Había quedado como una estúpida, y lo sabía, pero no quería que se fuera. Por primera vez en meses lo tenía solo para mí y no quería perderlo. Toqué con la yema de los dedos el trébol de plata que aún colgaba en mi pecho, preguntándome si Niall aún llevaba el león que le había regalado.
Me puse el jean desgastado y roto que Niall me había traído que era unas tallas más grandes, pero como era recto no era muy notorio, una musculosa color crema, que tampoco era de mi talle, que me tuve que meter un poco dentro del pantalón o si no sería un vestido, una camisa cuadrillé verde y mis zapatilla, que por suerte no se habían manchado. Metí a los golpes la ropa sucia en mi bolso e intenté peinar mi cabello con los dedos antes de volver con Niall.
-Estoy lista-dije colgándome el bolso al hombro.
-Genial, entonces te llevó a tu próxima clase-dijo parándose.
¿Qué? ¿A mi próxima clase? ¿Qué no iríamos al patio? ¿A tomar un helado? ¿A mi próxima clase?, me pregunté decepcionada, claro que sí, estúpida, le rompiste el corazón ¿qué pretendés que haga?, me respondí a mí misma.
-¿Está todo bien?-me preguntó Niall esta vez, leyendo mi rostro.
¡No!
-Sí-
-¿En qué pensás?-siguió preguntando con el ceño afligido acercándose a mí.
En tus labios
-En nada-respondí sacudiendo la cabeza.
-Entonces salgamos de…-pero Niall no pudo terminar de decirme que salgamos de esos mugrosos vestuarios porque yo ya me había apropiado de sus labios.
Él tardó en reaccionar, pero al hacerlo lo hizo soltando un pequeño gruñido de sorpresa y me estrechó fuertemente en sus brazos, metiendo sus manos por debajo de mi camisa, para volver nuestro beso más desesperado y necesitado de lo que ya era. Amaba sus labios, amaba besarlo, podía hacer eso todos los días de mi vida hasta que los míos se resquebrajaran y rompieran, pero aún así no estaría satisfecha. Mientras él me acariciaba la espalda con delicadeza sentí que nunca más volvería a tener el vacío en el pecho que había tenido por meses y que ya no tendría ataques de pánico, incluso que era capaz de hacer el Show de Talentos y ganar sin problemas.
Me sostuve de sus hombros cuando nos separamos porque su beso me había dejado sin aliento y sentía que iba a caerme si no me sostenía de algo. Nuestros pechos subían y bajaban abruptamente y sin ningún ritmo frente a mis ojos. Me animé a levantarlos y a encontrarme con los suyos, completamente desorbitados como si lo hubieran despertado de golpe en medio de un sueño, pero de un momento a otro sus ojos se llenaron de lágrimas que no querían ser soltadas y eso me bastó para darme cuenta de lo que había hecho y para sentirme un monstro.
Saqué las manos de sus hombros y me eché hacia atrás aterrorizada. Solo quería un maldito beso, pero con mi deseo egoísta lo había lastimado y jugado con él.
-Yo…Lo siento-murmuré aferrándome a la correa de mi bolso, él solo me miraba con los labios entre abiertos conteniendo la lluvia de sus ojos-No quería…yo…-pero las palabras se evaporaban en mi boca mientras empezaba a soltar las lágrimas que Niall no era capaz-perdón-fue lo único que pude decirle antes de salir corriendo de allí y dejarlo solo, otra vez.