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~~*The girls next door*~~ {Jonas Brothers} {Capítulo 18}

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~~*The girls next door*~~ {Jonas Brothers} {Capítulo 18} Empty ~~*The girls next door*~~ {Jonas Brothers} {Sinópsis}

Mensaje por ItzZaCraZyfan95 Sáb 28 Jul 2012, 9:45 pm

Nombre: ~~*The girls next door*~~ {Jonas Brothers}
Autor: [*ItzZaCraZyfan95*] (Itzel Flores)
Adaptación: No.
Género: Romance, rivalidad, drama.
Advertencias: Hablo de temas que generalmente las Jonaticas vivimos.
Sinopsis
¿Qué pasaría si un día llega un citatorio con la disquera de los Jonas? ¿Qué harías si estás en proceso de demada con tus ídolos? Dani, Itzz y Reny estan en una situación complicada, en la que no saben si seguir amando a sus ídolos o dejarlos con su drama. La demanda que interponen hace que duden entre el amor de fanática y su orgullo, incluso las cosas pueden ponerse turbias.
La adolescencia no es nada fácil y no lo será con la demanda, los problemas de una chica normal y el problema con sus idolos.
Joe será la manzana de la discordia, Nick será el de los pies en la tierra y el chico que podrá causar más alboroto entre las mejores amigas y Kevin junto con Danielle, lograrán ayudar a las chicas más talentosas que se hayan visto en todos los tiempos.
The girls next door.
"¡Estúpidos Jonas Brothers!" Itzz

ItzZaCraZyfan95
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~~*The girls next door*~~ {Jonas Brothers} {Capítulo 18} Empty Re: ~~*The girls next door*~~ {Jonas Brothers} {Capítulo 18}

Mensaje por Zulencita González Sáb 28 Jul 2012, 11:34 pm

capis por favor :P
Zulencita González
Zulencita González


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~~*The girls next door*~~ {Jonas Brothers} {Capítulo 18} Empty ~~*The girls next door*~~ {Jonas Brothers} {Sinópsis}

Mensaje por ItzZaCraZyfan95 Dom 29 Jul 2012, 8:07 pm


Chicas, espero que les guste esta novela que está basada en la idea de una amiga. Disfruten ;D
Capítulo 1

Narra Itzz
El clima siempre había sido templado, aunque como una excepción, parecía que hoy era un horno a pesar de que había llovido últimamente. A pesar de que todo mundo intentaba poner atención al profesor de matemáticas que explicaba una de las funciones más complicadas era obvio que a casi nadie le interesaba la explicación, esperábamos con ansias a que la clase terminara para salir, aunque la sombra era bastante fresca hacía demasiado calor en el mismo salón y yo no estaba segura de dónde era más insoportable, moría por poder salir y tomar un agua helada aunque corriera el riesgo de enfermarme de la garganta. Finalmente, terminó la explicación y la mayoría salió de inmediato, incluyéndome en ellos. Mi grupo de compañeras se habían quedado dentro del salón, disfrutando el salón casi vacío y del cotilleo que tenían de vez en cuando con varios chicos, aunque nunca me identifiqué con ello. Salí y caminé por el pasillo, tapándome con la mano la frente para evitar que el sol me encandilara, de hecho, los lentes hacían que aumentara ése problema con la hipersensibilidad a la luz, a pesar de eso, proseguí y en la primera oportunidad que tuve, bajé las escaleras y pasé junto al cubículo donde estaba apartado para vender objetos de papelería. Bajé de manera distraída entre el montón de estudiantes que bajaban, a su vez, con mayor lentitud que la mía… A pesar de que estoy en cuarto semestre, siempre hay algo que me sorprende más y más del sistema escolar, me siento a veces abotagada. Caminé con mayor rapidez, haciendo a un lado a otros chicos de otro salón, algunos me miraban con irritación y otros con diversión, me daba lo mismo. La cafetería estaba sola, gracias al cielo, la mayoría prefería ir a la nevería en momentos como este y la verdad es que yo había olvidado la credencial como para salir y sabía bien que si me arriesgaba una vez más a salir sin ella, no me dejaría entrar el policía de la entrada.
--Una botella—pedí a la que atendía el lugar señalando una de las botellas de agua que estaban en el refrigerador, y me dio la botella con el agua no tan fría como deseaba. Terminé por pagar y darme la vuelta, tropecé con una chica de cabello obscuro que llevaba una sopa instantánea, no entendía el por qué de esa locura con semejante temperatura, pero intenté alejarme tan rápido como me fuese posible y con una disculpa casi inaudible en mis labios. Me metí por uno de los pasillos que conectaba al principal, estaba segura de que habría mayor sombra y que podría encontrar a alguien que me hiciera una conversación interesante, sin que se basara en comidillas, cotilleos y chismes. Me detuve justo enfrente de los baños que anteriormente fueron de los maestros, miré hacia el tercer piso, esperando a ver a los alumnos del salón “B” fuera de clase, aunque algunos ya iban bajando. Intenté que mi mirada no se detuviera en el segundo piso, aunque inevitablemente observé que en el salón “F” también estaban fuera.
--Hola Itzz—saludó Gago, acercándose cada vez más. No lo había visto antes… Justamente venía con Abril. Los había conocido anteriormente, en el semestre pasado y recuerdo que fue en la época de las elecciones ¿cómo olvidar el primer encuentro con un buen amigo? Ése octubre había sido bastante diferente a los demás, había cambiado bastante a como había sido en la secundaria--. ¿Cómo estás?
--¡Gago!—saludé sin sonreír, la verdad es que no tenía ganas. Le dediqué una mirada a Abril, una chica bastante diferente a mi pero en ciertos gustos, era parecida y también en familia-- ¡April! Hola.
--Hola Itzel—dijo con el tono con el que me acostumbraba a saludar, era una persona simpática y de buenos modales, buenas calificaciones y también hija de un maestro de física jubilado. Si me hubiesen preguntado en los primeros días de ingreso a la escuela, me hubiera parecido extraño que yo hablara con ellos, porque no éramos tan “parecidos”. Ahora sentía una gran empatía por ellos, incluso yo debía de ser la extraña de su grupo, pero eran tan… Diferentes. Me sentía bien por eso mismo. Me agradaba su cabello, era tan original y la diferenciaba de los demás, así como sus labios rojos y sus ojos delineados de negro… Definitivamente yo era la extraña de ese grupo.
--Diría que me gusta tu playera, pero…-- Gago arrugó la nariz— Te mentiría.
--Lo sé, me lo has dicho varias veces
--Me gusta más cuando traes la blusa de “The doors”—comentó Abril, siguiendo el juego de nuestro amigo.
--Lo sé, Jim Morrison es Jim Morrison— respondí con el comentario que Viridiana me había dicho alguna vez, exactamente el día de mi cumpleaños--, pero aún son parte de mi adolescencia, así que… Amo a los Jonas Brothers.
Hacía tiempo que no lo decía en voz alta, que ni si quiera los escuchaba, simplemente estaba creciendo y era natural que comenzara a escuchar otro tipo de música. Ahora había comenzado a crecer en el ambiente musical, aunque en cierta manera, seguía siendo completamente Disney, como me hacían burla mis compañeros a veces.
--¿Tienes clase?
--No, tengo que esperar a mi papá… Y llegará más tarde—admití, era una costumbre que me quedara a pesar de que tenía horas muertas, estar en casa no me agradaba tanto por ciertas cuestiones.
--Entonces tampoco nosotros—agregó Gago, sonriente—. Y parece que pronto saldrán los demás.
Entendía perfectamente lo que ocurría y lo que lo ponía tan feliz, el amor comenzaba a ser una fiebre desde hacía tiempo, desde que Abril había empezado a salir con Armando, su actual novio.
--No debe de tardar Paul…-- le hice carrilla a Gago, y me miró con una expresión divertida, sabía que iba a desquitarse, en algún momento—Será mejor que vaya por mi mochila al salón, Julieta no va a venir.
--¡Amo a esa maestra!—exclamó Abril, era obvio que tampoco había ido con ella. Julieta era una maestra bastante diferente a los demás profesores, veía todo de una perspectiva diferente, intentando demostrar cierta comprensión hacia sus alumnos… Y también era una faltista de primera. A veces me parecía que era algo irresponsable aunque terminé por acostumbrarme a su manera de trabajo.
--Hubiera preferido tener la clase—dije, era más bien una mentirilla… Y no tanto. Comenzaba a atardecer, subí al salón intentando evitar el pasillo y las escaleras del segundo módulo a lo que preferí darle la vuelta y llegar por las escaleras del tercero, subiendo discretamente. Mis compañeras seguían ahí, sólo que ahora guardaban sus cosas pues ya estaban advertidas de que la profesora no iba a llegar. Carolina alzó la mirada y me sonrió.
--Nos vemos mañana, chiquita—se despidió como de costumbre con su tono angelical.
--Hasta mañana—musité para todas, tomé la mochila, mis libros y un panfleto que me habían regalado ese día y lo más rápido que pude, salí del salón dispuesta a bajar las escaleras con la mayor rapidez posible pero al final, me quedé congelada. ¿Qué debía de hacer? ¿Regresar? ¿Continuar? Sin duda, Alberto me había visto ya, incluso podía sentir su mirada… ¿Lo saludo? ¿Lo ignoro? Me di cuenta de que ni si quiera yo había aminorado la marcha, ni si quiera me había parado y cuando menos esperé, estábamos frente a frente.
--Hola—dije, de manera casi inaudible
Él sonrió de manera satisfactoria, sabía perfectamente los estragos que causa en mí y al parecer yo estaba bastante atrofiada en ese momento. Pasó de largo, sólo hizo un leve asentimiento de cabeza y fue directamente a su clase. Vaya suerte la mía… Caminé intentando recuperarme de este encuentro que había querido evitar toda la tarde entera, llegué donde se suponía que estaba Gago y Abril, aunque ella se había marchado a su escondite; un lugar debajo de las escaleras para poder fumar tranquila y sin que ningún profesor (amigos de su padre) se diera cuenta de ello.
--Estás algo temblorosa—me comentó él, aunque no tan interesado--, ¿tiene que ver con Alberto?
Asentí más nerviosa que de costumbre. Aventé mi mochila junto a la pared y me senté pegando mi espalda al muro, para tapar el pasillo que llevaba a la cafetería.
--Es un idiota, no deberías de darle ese gusto
Me lo había dicho desde hace tiempo, era cierto y lo sabía perfectamente, pero no era nada fácil convencerme a mi misma de este hecho.
--¿No fuiste a fumar?—pregunté, intentando cambiar de tema.
--No,-- sonrió sardónicamente—sabes bien que yo no fumo desde hace tiempo, sólo que April no lo sabe.
--Disculpa, se me ha olvidado…
--¿Qué estás leyendo?—preguntó, interesado.
Gago era promotor de lectura y cuenta cuentos en los festivales anuales de la feria del libro, así que estaba más ilustrado que yo en muchos sentidos.
--“Halo”, me lo prestó una compañera, “El retrato de Dorian Gray”, lo compré el sábado—comenté--, cerca de mi escuela hay una librería bastante buena… Y “La mecánica del corazón”, ése mismo lo terminé hace tiempo y lo quiero prestar.
--¿Puedo verlos?
--Seguro…
Paseé mi mirada por el pasillo, estaba casi vacío porque todo el mundo debía de estar en clase, sólo que algunos sí preferían saltárselas. Cerré los ojos durante un momento, intentando pensar en algo que me quitara ese encuentro de la mente y el nerviosismo, de paso. Las canciones de Taylor Swift llegaron de manera tan apropiada y oportuna que en un momento me encontré tarareando la canción de “Love story”…
--¡Toño!—exclamó Gago, me sacó inmediatamente de mis meditaciones. Alcé la vista para encontrarme a un chico que me había presentado el semestre pasado, y que no veía con frecuencia.
--Gago—saludó prudentemente sin sonreír. Era diferente a los chicos que estaban en el grupo de Abril, aunque en cierto modo era bastante parecido.--¿Y Abril?
--Bajo las escaleras, Armando está con ella—respondió--. ¿Recuerdas a Itzel?
--Disculpa, no se me dan bien los nombres—se dirigió a mí y difícilmente lo pude notar—Hola.
--Hola—respondí, al menos ahora iba a tener que hacer muestra de una conversación-. No te preocupes, el mío es bastante raro.
--¿Qué estás leyendo, Gago?—preguntó con sumo interés por los libros que mi amigo había estado observando durante unos momentos.
--No son míos, son de Itzz—aclaró y se fijó en el libro que llevaba Toño en la mano--. ¿Y tú?
--Quiero comenzar a leer algo de Shakespeare—admitió con cierto entusiasmo aunque no estaba muy segura de ello.
--¿Ya leíste “Romeo y Julieta”?—preguntó Gago
--Si me permiten decir—comenté por primera vez--, es bastante tedioso en lo que a mi refiere. Es una buena historia de amor, sí, pero bastante tediosa y compleja, todo el mundo sufre por razones bastante tontas.
--Es cierto—dijo Toño pensativo--. Creo que es mejor “Hamlet”.
--Sí—admití, me sentí mejor que unos momentos atrás y más si comenzaban a hablar sobre libros--, aunque quiero empezar a leer una comedia de él, “Sueños de una noche de verano”.
Mi papá llamó quince minutos antes de que fueran las ocho en punto, esperé ansiosa a que en esos quince minutos no saliera Alberto de su clase para topármelo otra vez.
--Este lugar no ayuda mucho—farfullé, pensando en voz alta. Gago estaba hablando con Neru, Majo y Haru. No sabía por qué razón a Diana le decían Neru, pero siempre llegaba con cortes diferentes (después de vacaciones) o con el cabello azul (lo que amé, aunque se destiñó bastante rápido). Majo era una chica de segundo semestre, siempre usaba labial rojo… Y Haru, una chica que tenía el fleco color azul y que duraba bastante. A esta última estaba segura de que yo no le agradaba en absoluto, o algo por el estilo…
--¿Por qué?—preguntó Toño, no con mucha curiosidad pero estaba interesado.
--Por los salones del segundo piso…-- dije, intentando no parecer muy nerviosa.
Gracias al cielo, él no intentó averiguar y pareció respetar mi silencio, lo cual fue un completo alivio y le agradecí silenciosamente—Aunque siempre me he preguntado el por qué siempre nos sentamos entre los baños.
--Buen punto… Deberíamos de preguntarle a Gago.
El celular comenzó a timbrar a las ocho en punto, era obvio que mi papá ya estaba desesperado allá afuera, y entonces fue cuando me tuve que despedir y salir si no quería tener problemas.
--¿Por qué tardaste tanto?—preguntó, marcando un número en su celular.
--Lo lamento, conversaba con unos compañeros…
--Procura salir más temprano
Como de costumbre, hoy venía mucho más estresado por los exámenes finales de los estudiantes en su secundaria, comentó sobre un problema con unos padres de familia, un orfanato y un baño. Debía de estar cansado, así que lo escuché camino a casa, a medio camino puso la radio y escuchamos las noticias de la ciudad.
--¿Qué harás el sábado?—preguntó
--Iré a la escuela, mi mamá probablemente hace de comer en casa…
--Iré entonces por ti a las doce y media
--De acuerdo.
El tráfico estaba terrible, pude notar la desesperación en su rostro y poco después llegamos a casa sin contratiempo alguno. Mamá no apareció hasta que entramos, parecía cansada y de mal humor, intercambió un par de comentarios con papá y él se despidió, prometió ir al día siguiente por mí.
Mi mamá estaba ocupada viendo la novela de las nueve en punto, después me llamó a cenar y comentamos algo sobre el día, después se encerró en el baño para tomar un baño y fumar, aunque estoy segura de que invirtió el orden y para estar más relajada, volvió a fumar.
Respecto a mí, me dirigí a la computadora y la encendí al instante, estaba segura de que encontraría algo interesante (más interesante que el silencio en casa, eso y la soledad) y me metí en Facebook. Mis compañeras parecían ocupadas con su vida social, no encontré a nadie con quien platicar y de pronto me metí a Youtube para ver videos del momento y recordar viejos tiempos con mis amigas de la secundaria.
¿Qué sería de sus vidas? Como si hubiera invocado su presencia, sonó el timbre del chat y no tardé en contestarle a Daniela y a Renata, ambas me llamaron al mismo tiempo.
“Hola querida.” tecleó Daniela “Me alegra encontrarte”
“A mí me da gusto verlas de nuevo, aunque sea por este medio” respondí.
“Tenemos que hablar de algo serio” escribió Taty sin miramiento alguno.
Me preocupé al momento. Juntas habíamos grabado un disco en una pequeña disquera y no tuvo muchas ventas, no tuvo promoción y ni si quiera mucho éxito, era sorprendente encontrar a alguien que conociera la portada o las canciones… Y no pensé que ese sería el tema.
“¿Tan grave es? ¿Sobre qué?”
“Sobre nuestro material discográfico” leí, por parte de Daniela.
“Te hemos estado llamando a tu casa, al celular y no respondes, estábamos pensando en ir a tu casa” escribió Taty, resaltando varias palabras.
“¿Qué pasa con eso?”
Sinceramente, imaginé que algún tipo de productor o que en alguna disquera hubieran escuchado las canciones y hubieran descubierto que teníamos talento, porque no es por ser presuntuosa, pero realmente lo tenemos, cada una tiene uno especial y juntas somos imparables.
“Nos ha llamado un abogado de la corporación de ‘Hollywood Records’, al parecer nos han citado mañana mismo a eso de las cuatro en punto en las oficinas de una cierta dirección” dijo Daniela.
“¿Eso es lo alarmante?” pregunté, siendo irónica. “Puede ser una esperanza para crecer, chicas… ¿Iremos?”
“¿Y lo dudas? ¡Tenemos que ir!” regañó Taty “Será mejor que mañana nos veamos en alguna parte”
“Pero… tengo que comer con mis padres”, escribí. Pocas veces convivía con los dos desde más de cuatro años, y me preocupaba.
“Alcanzas a hacerlo, podemos ir por ti a tu casa en punto de las tres” respondió Daniela, siempre intentaba tranquilizarme como a una hermana menor.
“Pasaremos entonces por ti” declaró Taty, y fue entonces que me preocupé por aquel revuelo.
El despertador sonó como de costumbre con la melodía de un anime, había soñado algo bastante consternante y de pronto se había esfumado, dejándome con la sensación de vacío y con ganas de recordar. Me metí a la ducha tarareando una de las canciones del álbum grabado por nosotras, estaba emocionada porque probablemente era un paso a nuestra carrera… Estaba esperanzada a que fuese como imaginaba. Cuando me arreglé, bajé y tomé la malteada que desayunaba todos los días para evitar subir de peso, si así me sentía mal conmigo misma, no quería sufrir algo peor. Mi mamá estaba esperando en la camioneta, puso uno de los discos favoritos; Rocío Durcal.
--Me encanta este momento--admitió cuando iban un poco más alejadas de casa, lo decía poniéndose las gafas de sol--, siempre me gusta llevarte a la escuela los sábados.
--Me gusta también--le seguí la corriente. Hacía tiempo que me había inscrito en la escuela y trataba lo mejor posible de que no faltara, debo de admitir que me había acostumbrado a pasar las mañanas de los sábados en un pupitre por cuatro horas y media, a levantarme temprano, a ver a mis amigos… Y por otra parte, añoraba desayunar en casa, levantarme tarde, ver Hannah Montana y Los hechiceros de Waverly Place, ir al tianguis y al mercado, extrañaba esos momentos en los que (de acuerdo, eso no lo extraño tanto…) limpiaba la casa con mi mamá. Ella se adueñó de la conversación y comenzó a contarme lo que ocurría en su trabajo, lo bueno y lo malo, ciertos recuerdos… Y me di cuenta de que habíamos pasado por fin el parque cercano a la escuela, donde está la estación de tren ligero. En esa parte de la ciudad se encontraban las casas más antiguas y unos cafés, pasamos también por un edificio de la universidad donde se estaban tomando la fotografía de graduación con sus birretes, los famosos cuervitos.
--¡Algún día estarás ahí!--me sonrió mi mamá cuando me vio observarlos con detenimiento.
--Eso espero--susurré, estaba esperanzada de ello, pero no podía imaginarlo porque simplemente no tenía idea de lo que iba a estudiar. Tenía un sueño fijo, siempre presente, siempre irreal… Según mis padres. Pero era lo que yo quería, mi destino.
Mamá dobló en la esquina y se paró en un semáforo, poco después avanzó y se detuvo en la puerta de la escuela para dejarme salir, era bastante temprano y ni si quiera había llegado tarde. Los estudiantes llegaban caminando en pequeños grupos y entraban a la escuela adormilados, algunos tenían que cruzar la calle para ir al edificio de al lado, que rentaba la misma escuela para impartir clases a los alumnos más avanzados.
--Nos veremos más tarde, cuídate mucho--dijo mi mamá con afecto
--Sí, igualmente
Entré en el viejo edificio que antiguamente había sido un convento, era uno de mis lugares favoritos porque siempre guardaba misterio, era sorprendente, pero con el paso del tiempo fui perdiendo poco a poco el interés, o más bien me acostumbré al halo de misterio que había en el ambiente. Subí las escaleras de madera y me llevaron a los salones más antiguos, entré y me encontré con mis compañeros. Ellos eran mucho más grandes que yo, en cambio, yo era una niña comparada. A pesar de eso, disfrutaba de conversaciones inteligentes y sensatas, consejos interesantes y hasta mayor madurez lograba conseguir. En el receso siempre salía con mis amigas de otros salones; Nathaly me esperaba, al parecer Xitlalli no había venido excusándose a que iba a ir a ver un equipo de soccer jugar.
--¿Qué tal tu semana?--pregunté, justo cuando caminábamos para cruzar la calle para sentarnos en las bancas de la plaza.
--Debo de admitir que estuvo bastante pesada, estoy estudiando para el examen de la universidad y Roberto no me ayuda mucho con esto…
Roberto era el chico que quería, un perfecto patán que siempre la hacía caer en momentos de incomodidad. Llegué entonces a la conclusión de que el amor no es ciego, más bien nos hace ciegos. Busca alguna oportunidad de hacernos aprender, crecer y nos hace enamorarnos sin dudar de alguna persona que tanto puede hacernos daño puede beneficiarnos, los ciegos somos nosotros, no vemos la causa ni el efecto. Nathaly comenzó a hablar sobre las actitudes estúpidas de él, todo lo que había hecho durante la semana.
--No sabe lo que quiere
--¡Y eso no es todo! Parece disfrutar hacerme sufrir…--concluyó y me lanzó una mirada de curiosidad. Supe entonces lo que iba a preguntar-- ¿Y Alberto?
No supe si contestar o no, no quería recordar bien lo que había ocurrido.
--Sólo sé que tengo que dejar de ver hacia atrás--admití, dando una mordida al panini que había comprado--, pero hay algo interesante. Conocí a alguien interesante…
--¿Enserio? ¿Quién?
--Gago me lo había presentado el semestre pasado, se llama Antonio-recordé, sin darle mucha importancia--. Es interesante porque pasa toda la tarde fuera de clase, escuché que le aplicaron el artículo treinta y cinco.
--¿Qué tiene de interesante un chico malo?--se burló
--Tengo un par de teorías sobre él, espero poder tratarlo más…
--Al menos tú no juzgas al libro por su portada.
--Por cierto, hoy veré a Taty y Daniela--comenté, cambiando de tema--, nos han citado a unas oficinas de la disquera.
--¡Es maravilloso! Tendrán una oportunidad de darse a conocer ¿no crees?
--Eso espero, Nathy.
El receso pasó más rápido de lo que había esperado, la clase se volvió lenta pero con suerte logré salir despierta del audio. Salí, me despedí de mi amiga y pronto pasó mi padre por mí. Dio la una cuando llegamos a casa y la comida todavía no estaba lista…
--¿Cómo te fue?--preguntó mi mamá, un poco seria.
--Maravilloso, hice el examen--contesté
--¿Te quedarás a comer?--preguntó con recelo
--Si me lo permites, sabes que sí
Me llegó el remordimiento en ese momento pero era necesario decirles lo ocurrido de la cita con el abogado de la disquera.
--¿Recuerdan a Taty y Dani?
--¿Tus amigas?--preguntó mi papá, recordando-- Sí, recuerdo sus ensayos en la cochera.
--Tenemos un pendiente que arreglar-comencé por la parte más tranquila--, vendrán por mí a las tres en punto.
--¿Y esa es la forma que tienes para pedir permiso?--me regañó mi papá, incómodo ante la situación
--Me enteré hasta después de que te fuiste anoche…
--Tiene razón tu padre. No es la mejor manera de pedir permiso, sabes bien que no nos gusta que hagas esto
--¿Entonces?--pregunté afligida
--Si te comprometiste a verlas, no hay manera de que tú no cumplas--cortó mi padre de inmediato--, la próxima vez, no irás.
A mi mamá le pareció correcta esa idea, pero no dijo nada al respecto. A la hora estuvo lista la comida, todo transcurrió en un silencio bastante incómodo y puedo decir que todo era mi culpa. Me levanté en cuanto antes y subí a tomar una ducha rápida a pesar de que por la mañana había tomado un baño, bajé con rapidez cuando escuché a mi padre llamarme.
--¿No tardarán mucho?--preguntó, preocupado--. No nos has dicho a donde irán.
--¿Recuerdan que grabamos un disco?
--Supongo que volverán a ensayar…--dijo mi madre, lavaba los trastes
--No-respondí--. Lo que sucede es que un abogado de una disquera nos ha citado a las cuatro en las oficinas de…
--¿No pensarás que es una oportunidad?--dijo mi papá con sarcasmo, me sonrojé de inmediato--. No seas ingenua, que todo esto puede ser una mala jugada.
--¡Déjala soñar!--dijo mi mamá molesta, sabía bien que en el fondo estaba de acuerdo y que pronto no tardaría en hablar conmigo.
--¡No la podemos exponer así, Marlene!
--Si no quieres, entonces ve y llévala, espérala
Me sentí culpable de una de las tantas discusiones que tenían a causa mía, a decir verdad, desde su separación la pasaban casi siempre peleando. No sabía la causa del por qué se alejaron y no quería saberlo porque sé que me lastimará en un futuro, si así ya lo hacían… Cuando menos me di cuenta, estaban discutiendo más fuerte que antes. Yo no tenía miedo, mis padres eran tranquilos y jamás llegaban más allá, ni si quiera mi padre jamás le había levantado una mano a ella. Ni viceversa. El timbre sonó, eran las tres con diez minutos y ellas habían llegado en el margen normal de retraso que tenían.
--Buenas tardes--dijeron cuando las dejó pasar su madre
--Buenas tardes, chicas--les sonrió, aunque no pude ver alegría alguna en sus ojos.
Mis amigas me saludaron efusivamente, llevaba un par de meses sin verlas ya que íbamos a escuelas diferentes, turnos distintos y casi no había tiempo de vernos. Solo este momento nos había unido de nuevo.
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Mensaje por Danι -sĸyscraper- Miér 01 Ago 2012, 9:41 pm

¡Hola, Itzz! Aquí tienes a una nueva y fiel lectora ^^ Me ha encantado el primer capítulo! Enserio, no me canso de decirte que amo como escribes *-* así que me tendrás comentando muy seguido por aquí :D Espero que la sigas pronto, estoy ansiosa por el próximo cap.
Besos!
Danι -sĸyscraper-
Danι -sĸyscraper-


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Mensaje por Danne G. Jue 02 Ago 2012, 9:46 am

ESTOY AQUÍIIIII c: YA SABES QUE ME ENCANTÓ, PASO PARA APOYARTE NE LOS COMMENTS.. c:

ATT: Por supuesto Soy Dani, no me la perdería después de todo hago parte de las protagonistas y en esta nove te puedo ver.
Danne G.
Danne G.


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Mensaje por ItzZaCraZyfan95 Sáb 04 Ago 2012, 10:48 pm

✩Daniella✩ escribió:¡Hola, Itzz! Aquí tienes a una nueva y fiel lectora ^^ Me ha encantado el primer capítulo! Enserio, no me canso de decirte que amo como escribes *-* así que me tendrás comentando muy seguido por aquí :D Espero que la sigas pronto, estoy ansiosa por el próximo cap.
Besos!
¡Hola Daniella! Me alegra mucho tenerte en la nove, muchas gracias. ;D Espero verte seguido,ya pronto subo ¿vale? Cuídate mucho ;D
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Mensaje por ItzZaCraZyfan95 Sáb 04 Ago 2012, 10:51 pm

Danne G. escribió:ESTOY AQUÍIIIII c: YA SABES QUE ME ENCANTÓ, PASO PARA APOYARTE NE LOS COMMENTS.. c:

ATT: Por supuesto Soy Dani, no me la perdería después de todo hago parte de las protagonistas y en esta nove te puedo ver.

Oh my dear Dani... :D Un gusto que al fin comiences a leerla ¡y que estés aquí! Creeme que la verdad espero tengamos una buena racha porque si no... No sé qué haré. Protagonista, claro ;D y las best friends ;) Por ahora... Continuo. Tiene que haber al fin un encuentro.
ItzZaCraZyfan95
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Mensaje por ItzZaCraZyfan95 Sáb 04 Ago 2012, 10:53 pm

Zulencita González escribió:capis por favor :P

Y los que pidas, corazón ;D Que esta novela a penas comienza. .________. Bien comercial yo... x3 Espero te guste
ItzZaCraZyfan95
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Mensaje por ItzZaCraZyfan95 Dom 05 Ago 2012, 7:32 pm

Agradezco mucho por sus comentarios. La verdad es que amo esta novela porque es la más madura que he escrito, espero que les guste tanto como a mí. Espero su opinión, y si conocen a alguien y quieren pasarla, se los agradezco de corazón. Por ahora, les dejo el segundo capítulo.
Nos leeremos después ;)

[*ItzZaCraZyfan95*]
Capítulo 2

Narra Itzz
Mi papá se ofreció a llevarnos a las oficinas a las que nos habían citado y nos llevó a la parte más “empresarial” de la ciudad, donde los altos edificios sobresalían tan grises, tan elegantes y sólidos. Iba en silencio porque sabía bien que mi papá estaba incómodo por la discusión, mis amigas comentaban cosas sin importancia y esperaba simplemente estar a solas con ellas.

--Ten cuidado cuando regreses--recomendó mi papá--, espero verte mañana.

--Hasta mañana, papá.

Él siguió su camino, y nos dejó frente al edificio que me pareció bastante intimidante para nuestra propia edad.

--¿Están seguras de esto?--preguntó Dani, ella estaba a mi lado y podía oler su perfume favorito.

--Es un paso a nuestra fama, además… Chance y conocemos a los Jonas.

¡Jonas Brothers! Hasta ese momento habían llegado a mi mente como una nube de niebla que avanza poco a poco, con lentitud. ¿Cómo había logrado dejar de pensar en ellos? Todo lo que antes me preocupaba de ellos me daba casi igual en ese momento, pero los seguía amando con esa intensidad con la que los conocí. ¿Qué sentiría cuando pudiera hablar con Nick Jonas? ¿Y Joe? ¡Me encantaría poder conversar con Kevin!

--¡Amaría conocer a Nick!--sonrió Dani soñadora, más que nunca. En ese momento, mi estómago se revolvió como si pudiese presentir algo aunque sin saber si era bueno o malo.

--¡Lo sé!—rio Taty, suspiró al contemplar el gigante gris e indicándonos que era tiempo de entrar. Cruzamos la puerta exactamente a las cuatro, por dentro, estaba tan fresco que podía sentir el calor desaparecer y hasta sentirme en el ambiente del cine. El lounge estaba perfectamente ordenado, su estilo moderno me hacía sentir desadaptada del mismo, haciéndome preferir los muebles contemporáneos.

Las tres observamos perplejas las instalaciones, era obvio que no creíamos estar ahí mismo y nos sacaron de nuestra ensoñación, la misma secretaría.

--Buenas tardes, bienvenidas a Sony Records—nos dijo con su actitud afable y agradable, supongo que a falta de un lugar de representación en la ciudad se iban a fiar de algún socio:--¿Tienen cita?

--Nos citaron por medio de un oficio—admitió Dani intentando controlar su emoción

--¡Ya veo!—exclamó con el ceño entre fruncido, dejó de observarnos y marcó en su teléfono a un número de extensión, inconscientemente busqué la mirada de Renata y después la de Daniela, estaban igual de consternadas que yo—Señor Thompson, llegaron las chicas…--pausó, nos miró y asintió, con seriedad se dirigió de nuevo a nosotras:-- Pasen a la oficina siguiente, chicas.

Nos guió al elevador y justo cuando salimos, nos guió a lo largo de un pasillo en el cual nos dimos cuenta de que nos observaban con curiosidad, no supe entonces lo que ocurría. Entramos a una oficina que tenía un gran ventanal y que daba a la avenida principal, con unas cortinas corredizas, el escritorio era bastante fino, alguien observaba todo con atención.

--Buenas tardes—saludé en nombre de todas, esperando a que él se diera la vuelta, y lo hizo.

--Buenas tardes—giró la silla, había un hombre de traje y bastante elegante, supuse que era uno de los abogados del lugar. No era un productor… ¿Qué era lo que pasaba en ese momento? Sentí entonces una punzada en la boca del estómago que me hizo querer regresar a casa y no saber nada de ahí--, me presentaré; soy Roberto Arvizu. ¿Ustedes cómo se llaman?

--Renata Muñoz—se presentó de inmediato.

--Daniela Gil.

--Itzel Flores—dije, intentando no reír de mi propio nombre. Al parecer nadie lo notó, ni si quiera él. El señor Arvizu pidió que tomáramos asiento, podía sentir emanar emoción de mis amigas, era realmente cierto, pero no era lo que pensábamos en un principio.

--Chicas, según yo, tienen discografía—admitió el señor Arvizu bastante tranquilo.

--¿Ya nos ha escuchado?—preguntó Dani llena de emoción

--Justamente aquí lo tengo—lo sacó de un cajón. Taty estaba emocionada, podía ver en sus ojos esa chispa de emoción. Daniela me miró, intentando descifrar mis gestos, por qué estaba seria--, no he tenido el placer de escucharlas pero…

Pero. Esa palabra comenzaba a ser un dolor de cabeza en todos los aspectos de mi vida; de pronto, alguien golpeó con los nudillos la puerta y el abogado Arvizu dijo en inglés que pasaran. Entró un hombre bastante alto, igual que nuestro acompañante, vestía de traje y llevaba un portafolio de cuero negro.

--Buenas tardes—saludó en inglés

--Les presento al señor Thompson—presentó:--el abogado de Hollywood Records.

En ese momento, no fui la única que se percató de que algo iba mal por ahí, no era para ninguna oportunidad musical, era algo más.

--¿Cuál es el punto?—preguntó Renata más decidida que antes.

--¡Taty!—le reprendió Dani

--En parte, tiene razón—observé con cierto recelo--, si fuese una propuesta de grabación no tendríamos que tratar con abogado alguno.

--Su disco titulado “It’s about time” es considerado plagio—admitió el señor Thompson

--¿Plagio? ¡Nosotros no plagiamos nada!

--No puede estar pasando esto…--dijo Dani un poco intranquila

--Se han popularizado a lo largo de los últimos dos meses y están generando ganancias con el tema de “When you look me in the eyes” y “Can’t have you”.

--Se supone que es un cover…--intervine

--Las otras canciones son orgullosamente inéditas

--Están produciendo una ganancia a costilla de Jonas Brothers sin dar alguna ganancia y eso es ilegal—respondió el señor Arvizu con gravedad--. Están siendo amables ya que pudieron haber puesto una demanda sin haber avisado.

--¿Demanda?—coreamos las tres, sorprendidas. Jamás pensamos que eso podría traernos ese tipo de consecuencias.

--No veo la amabilidad en este caso, señor Thompson—me recuperé, cuestionando la situación--. De hecho, no hemos tenido ganancia alguna por la venta del álbum y fue suspendido, sólo hay ciertas copias.

--¿Han visto su cuenta de iTunes?—preguntó, dejando en claro que nuestra situación era bastante mala

--En California y varios estados se han hecho popular sus canciones, han conseguido el disco y lo pasan en las radiodifusoras, les han dado publicidad—nos explicó el abogado--, así que han recibido compras por medio de ello.

La cabeza me daba vueltas. Cuando grabamos nunca habíamos pensado en popularidad, sólo deseábamos conocer a los hermanos que nos traían vueltas locas.

--¿Quiere decir que nos han demandado?—preguntó Dani

--Están en proceso—admitió el señor Thompson--, se hará un juicio para determinar su situación y no ser tan abusivos respecto a la demanda.

--Oficialmente, están demandadas.



Habíamos entrado emocionadas y salimos tambaleándonos de las emociones mezcladas, caminamos hasta un café en donde nos sentamos para intentar recuperarnos del todo. A cada una nos habían dado un oficio con el horario del juicio, el lugar y obviamente, los requisitos, que en sí, era presentarnos las tres como una banda, un representante y ayuda legal. Todo era en Los Ángeles. En un mes, tendría exámenes por esas fechas y principalmente, estaba aterrada de lo que pasaría.

--Los Jonas Brothers nos demandaron—gruñó Dani recelosa

--Estamos en proceso—recordó Renata--. Será mejor que hagamos los preparativos para pedir permiso y explicar todo.

--Suena fácil

Mi tono sarcástico no ayudó en ese momento, me fulminaron con la mirada e intentaron ignorarme, pero en el fondo tenía razón. Mis padres no me dejarían ir a Los Ángeles en un viaje improvisado, ni si quiera sola y mucho menos en fecha de exámenes, y aunque así fuera, no tenía pasaporte y mucho menos, visa.

--Lo solucionaremos, ya verán—intenté enmendar mi error--. Lograremos ir hasta allá o conseguir que se haga aquí y podremos continuar con nuestra vida sin problema alguno.

--Tú has dicho que no es tan fácil—admitió Dani--, pero en este momento no podemos darnos por vencidas.

--¿Qué haremos?

--Buscar un abogado que esté dispuesto a cobrarnos poco y a viajar—las miré con detenimiento, habían abierto los ojos bastante--, lo sé, tenemos que invertir nuestros ahorros, los que tengamos, para salir adelante.

--Y tenemos iTunes—se encogió Renata de hombros

--Podemos buscar un empleo de medio tiempo—sonrió Dani sin desanimarse

--¿Ven? No nos vamos a rendir—intenté animar, pero en el fondo de mi alma tenía un mal presentimiento, no íbamos a librarnos fácilmente de la demanda que iban a interponer en nuestra contra—. Sólo falta decirles a nuestros padres, hablar con alguien que nos represente… Sacar visas y pasaportes.

--Nick Jonas conoce mi nombre—articuló Dani sin creer todo, todavía.

--Somos las malditas que intentamos “plagiar” su disco, ya no somos sus fans…

--¡No seas extremista, Taty!—reprendí aunque estaba en cierta parte, de acuerdo.

--¡No lo soy!

--Será mejor que hablemos con nuestros padres…

Hablamos durante el trayecto a casa sobre las posibilidades que teníamos, cómo podíamos solucionar la situación y cómo le daríamos las malas noticias a cada uno de nuestros padres. En lo personal, ni yo misma creía lo que estaba ocurriendo, era como una pesadilla en la que mis cantantes favoritos se volvían en mi contra sólo por haberlos idolatrado demasiado. ¡Estúpidos Jonas Brothers! Me despedí de mis amigas, prometiendo vernos al menos el miércoles para hablar sobre este asunto. Yo pensaría cómo decirle a mi padre sin que se enojara o a mi madre sin que me gritara. Por lo pronto, mi mamá estaba en el baño tomando su “ducha” y fumando más de la cuenta. Subí a mi habitación y me metí directamente a la computadora, quería comprobar que habíamos vendido los sencillos. Era cierto… ¡Era cierto! No era en nuestro país, no era en México… Más bien en la tierra de los Jonas. ¿Acaso el mundo estaba volviéndose loco? Me sobresalté cuando mi mamá golpeó la puerta con los nudillos, alcé la vista y la encontré en su bata, con la toalla envuelta en su cabello rubio cenizo (obviamente teñido). El olor a tabaco llego tan pronto que no pude reparar y estornudé al instante, como reflejo.

--¿Cómo les fue?—preguntó, de buen humor. No quise afectarla… Pero me conocía bien y no podía ocultarlo, menos con mi gesto--: Supongo por tu cara que algo malo pasa.

--Algo hay de eso—dije, por fin--. Estamos en proceso de una demanda por el título del disco y de dos canciones.

--¿Demanda? ¡No juegues!—pidió nerviosamente

--Es cierto, mamá—admití, tragando gordo--. Nos someterán a un juicio dentro de un mes…

--¡¿Dónde?!

--Los Ángeles…

--No puedes ir, no sola y estaremos en la escuela—gruñó, irritada

--Lo sé—me quejé--: Simplemente soy una adolescente que quiere pasar matemáticas. ¡Sólo eso!

--Deberás de faltar o encontrar una manera de hacer exámenes.

--¡No! Si lo hacemos podría ser peor, legalmente hablando…--dije, ella me fulminó con la mirada pero intenté ignorar su gesto—Ya veremos, ma. Ya veremos…

--Bueno… iré a ver el programa especial que hay en la televisión.

Mi mamá prefería ver ese tipo de realities, las copias de Estados Unidos o donde lograban explotar a los niños o los sentimientos humanos, intentando buscar un talento nuevo. El talento no sale de la nada, se trabaja poco a poco y no es necesario inmiscuirse en la vida de la persona “talentosa” para vivir de ello. Busqué un par de cosas en la computadora… Y no apareció nada interesante, por lo que cerré la lap top casi de golpe. Me levanté y paseé por mi habitación, me subí a la caminadora e instintivamente miré al muro color lila, donde se encontraba un poster de mis ídolos enmarcado, admito que se ven bien y todo, pero me miraban de manera retadora, como si hubieran esperado a que me diera cuenta de la demanda para desafiarme así.

--¡No me miren así!—gruñí, un poco incómoda. Lo que faltaba, ahora estaba enloqueciendo y hablando con el poster—No es mi culpa que ustedes sean tan delicados como para quejarse por esto.

Gracias a Dios, no obtuve respuesta alguna. Suspiré pesadamente, les saqué la lengua… Y mejor me tumbé en mi cama, reclamándome por qué no había sido fan acérrima de los Beatles y no de estos tontos. O de Elvis Presley, o alguien que estuviese muerto, Johnny Cash, o inclusive Selena, la reina del Texmex.



Esa noche, tuve un sueño bastante extraño que no tenía nada que ver con lo que había ocurrido con la disquera. Era más bien como si lo hubiese olvidado por un pequeño instante, lo cual agradecí. A pesar del clima que hubo la semana pasada, hoy parecía que querían demostrar allá arriba que tenían el control por completo y cambió de cálido a un gris y frío día que prometía lluvia. En Febrero. Febrero. Como de costumbre, me levanté a las diez de la mañana, encendí el televisor en un programa de chismes matutino y escuché como de costumbre, los horóscopos. Miré con pereza mi cama revuelta, preferí dejarlo para después y bajé las escaleras, entré a la cocina y tomé un tazón de cereal, comiendo de la manera más lenta posible que he hecho anteriormente.

El teléfono sonó, pensé que sería mi papá para preguntarme si el horario de salida era el mismo. Obvio que sí. Respecto a eso, me equivoqué; era Daniela.

--¿Daniela?—pregunté perpleja—Pensé que ibas en el turno matutino.

--Lo sé, no hay tiempo de explicar. Tienes que ver la televisión ahora, en Venga la Alegría ¡corre!

Encendí el televisor del comedor sin importarme en lo más mínimo el de mi cuarto, Dani esperó un momento. Y ahí estaba.

Uno de los presentadores del programa estaba anunciando uno de los reportajes que estaba conmocionando a la mayoría de chicas norte americanas, él es mi periodista favorito; Sergio Sepúlveda.

“¡Los Jonas Brothers han regresado!” dijo, iba a preguntarle a Dani sobre lo que trataba de decir, pero me silencié por completo. Pronto pusieron una fotografía de las tres, una bastante nueva que habían tomado, supuse, de internet. “Los chicos han regresado, pero esta vez, han levantado una demanda a un grupo de chicas conocidas como ‘The girls next door’ por haber utilizado el nombre de su primer disco, ‘It’s about time’ y un par de canciones como cover de su misma discografía. Estas chicas actualmente son una sensación en Estados Unidos, a lo que se teme que sean como la misma banda, pero en femenino. Nick Jonas declaró que permitirán que utilicen sus canciones siempre y cuando respeten los derechos de autor. Serán sometidas a un juicio próximamente, esperamos verlas ahí, chicas. ¡Lo mejor de todo! ¡Orgullosamente mexicanas!”, concluyó. Comenzaron a pasar un fragmento de un video que habíamos hecho en internet, un cover de “Safe and Sound”, de Taylor Swift.

--¿Qué rayos?—dije, atónita-- ¿Cómo te enteraste?

--Estaba desayunando en un puesto de la escuela, tienen tele—admitió--, ¿qué vamos a hacer?

--No tengo ni idea—suspiré, tensa.

--Por lo pronto, esperemos que nadie haya visto—deseó--, el día que Nick sea mi marido, le va a ir de la patada.

Evité reprimir una risa, y me despedí lo más pronto que pude.

¿Quién pensaría que íbamos a vivir algo como esto? Sin más remedio, me puse a hacer los deberes que me tocaban en la casa. Cuando menos me di cuenta, era hora de tomar un baño para irme directamente a la escuela.

A cómo iban las cosas, creo que pronto íbamos a ser una sensación… Y eso era algo satisfactorio. Tal vez estaba pensando demasiado rápido y siendo un poco ambiciosa respecto a nuestra carrera. Sólo tenía que pensarlo en unos momentos antes de que todo esto me afectara y se me subiera. Salí de casa a la misma hora, sin comer, a sabiendas que no iba a comer nada en la escuela.

Subí al autobús, caminé por el pasillo para tomar asiento al final… Y todo parecía igual de normal que todos los días. Bien, eso era un comienzo. Puse el reproductor a funcionar y me sumí en mis propios pensamientos.

No pude evitar verme cantando al lado de Taylor Swift y con el resto de mis amigas “Should’ve said no” y “Superman”, divirtiéndome como nunca y tocando una guitarra eléctrica: una Gibson Les Paul.

El autobús reparó, sacándome de mi propia fantasía. Vaya, era demasiado bueno para ser verdad, tal vez no debía de hacerme tantas ilusiones.

La entrada estaba repleta de personas que querían entrar pero que no portaban la credencial, entré sin dificultad y me di cuenta que había llegado quince minutos antes. Dejé la mochila en el aula y fui a la biblioteca a ver qué me encontraba.

Durante mi estadía en la biblioteca no me di cuenta de quién estaba por ahí, ni si quiera me interesé. El libro que había elegido era sobre la historia de México pero no me decía nada, ni si quiera sobre mi tarea. Busqué en la sección de leyes, donde podría encontrar algo que me sirviera. Tomé asiento en una de las mesas y a pesar de que intenté buscar algo útil, nunca apareció.

--Así que planeas estudiar leyes ¿no?

Me sobresalté al ver que Alberto estaba a un lado mío, intentando ver lo que estaba buscando.

--¿Y si fuera así, qué?—pregunté, a la defensiva.

Él levantó las manos en señal de rendición. No entendía el por qué estaba tan temprano en la escuela y en la biblioteca; de hecho ni si quiera entendía el por qué estaba hablando conmigo. Me puse tensa, más que nunca.

--¿Puedo sentarme?

“Ya qué”, hubiera respondido en algún momento pero las palabras se quedaron atascadas en mi garganta y simplemente asentí con la cabeza, estaba volviéndome torpe. No entendía el propósito que tenía. ¿No era suficiente? Me sentí más abrumada que nunca.

--Por cierto, te veías muy bien en la televisión—comentó.

Sentí que la respiración se me cortó y miré por primera vez desde hace meses a esos ojos negros que me hacían estremecer. Vi una chispa de diversión. Sentí que mis mejillas ardían y el color escarlata se subía a mi cabeza, inevitablemente.

--Gracias—respondí. ¿Qué más podía decir?--¿Me viste?

--No—respondió sarcásticamente--, claro que sí, tonta.

Me quedé sin aliento. Tal vez lo haya visto él, el chico que me había robado las ilusiones y que había roto mi corazón… ¿Y qué? A mí, me puso de nervios todo eso. No sabía qué decir, comentar o aclarar, simplemente se había enterado que me habían demandado y que tendría unos minutos de fama. Vaya. Tal vez fuera eso… ¡Idiota!

--Cuentas con mi apoyo, lo sabes—me sonrió y pareció tan sincero que un nudo en el estómago se me formó.

--Gracias. Yo te he dicho lo mismo desde hace tiempo—admití. Y él me había dejado en el olvido hasta ahora…

--¿No te parece que estás algo tensa?

--No todos los días te demandan. ¿No lo habías notado?

Quizá sería creíble, aunque mi estrés se debía a que él estaba tan cerca de mí. Y era cuando la melancolía llegaba ¿qué hubiera pasado si hubiéramos estado juntos? ¿Aún estaríamos juntos? ¿Pelearíamos mucho? ¿Cómo eran sus besos? ¿Y sus abrazos? Tal vez conocía bien sus abrazos, pero era hora de ponerle un alto a mi mente.

--Sí, lo sé. Pero sabes que no me refiero a eso, Itzz…

¿De cuándo para acá me llamaba de esa manera? El mundo estaba empeorando. ¿A qué se refería?

--Sé que te lastimé, la verdad es que no quería hacerlo…

¿Por qué me estaba dando ese discurso de nuevo? ¿Qué rayos quería? Iba a empezar con un discurso que me sabía de memoria y que lo decía para excusarse de todo el daño que causaba a todo el mundo, en especial a mí.

--¡Lo sé!—dije, interrumpiéndolo—No es necesario que lo repitas. El pasado queda ahí, en el pasado.

Asintió, no muy seguro de mi propia actitud. Ni si quiera yo misma estaba consciente de lo que estaba pasando.

--Me resulta extraño que estés hablando conmigo en este momento—admití, intentando relajarme.

--¿Cómo puedo olvidarme de una buena amiga?

¡Lo hiciste por meses! Quise gritarle en ese momento y simplemente me salió una sonrisa de repugnancia hacia él, pero pensó más bien que estaba teniendo ganas de volver a abrazarlo. ¡Bah!

--Agradezco que no lo hayas hecho. Bien… Tengo que irme a clase.

Gracias al cielo, no se ofreció a acompañarme. En el transcurso me encontré con un par de miradas curiosas pero no quise saber el por qué, o más bien ya lo sabía.

Entré en el salón de clases y me encontré con mis compañeras, el grupo de Caro y el de los demás. Sandy tenía una revista de cotilleo, de esas a las que fui adicta por los mega posters de los Jonas. Estúpidos Jonas Brothers, repetí por casi una centésima vez desde que me enteré de la demanda. Alzaron la mirada y se me quedaron viendo, perplejas.

--¿Qué?—pregunté.

--Apareces en la revista…--comentó Carmen sin aliento.

¿En la revista?

--¿Qué no es de la semana pasada?—pregunté, al ver la antigüedad de la revista.

--Parece. No me había fijado en el artículo.

--¿Qué rayos dice?

¿Desde cuándo éramos figuras públicas? En la portada quincenal aparecía la imagen de los Jonas Brothers, anunciaba que estaban de vuelta… ¡Y de qué manera! El grupo de chicas me miró inquisitiva, así que no intenté dar explicaciones. Sabían bien que cantaba, nunca se habían enterado de nuestro disco, y ahora era como un gran golpe.

--¿Demanda?—preguntó finalmente Caro

--Sí. Mis amores con patas me demandaron y pronto será mi juicio—dije, con tranquilidad--, el día que los conozca y que me case con Joe, les daré un buen escarmiento.

--Lo lamento mucho, Itzz—dijo Michelle.

--También yo. Hubiera preferido a los Beatles…

Todas se echaron a reír y esperé a que todo estuviese olvidado. Espero. El resto del día fue igual de extraño, me miraron varias veces y sabía bien el por qué, después Janneth y Citlalli comentaron conmigo ciertas cosas, la concejal estuvo de acuerdo en una película a la que quería que asistiéramos de manera grupal.

No tenía cabeza para pensar en las clases, tenía que conseguir un empleo pronto, no importaba de lo que fuera. Bueno, obviamente no iba a ser una dama de la vida galante y mucho menos iba a hacer trato con los narcos. Por ahora, un empleo de medio tiempo, decente.

Ni si quiera estaba consciente de que las clases terminarían a las seis, así que preferí quedarme fuera del salón con Gago y con la mismísima April. Ninguno de los dos parecía haber visto la revista, la televisión o visto las miradas que algunas chicas nos lanzaban de vez en cuando.

Sinaí llegó media hora más tarde y me miró con detenimiento, como si quisiera comprender algo, que ni si quiera yo misma había terminado de entender.

--Iremos afuera a…

Fumar. Comprendí de inmediato. Sinaí se quedó, desde que estaba en primer semestre me había llamado mucho la atención su manera de vestir, su cabello… Era una persona singular. ¿Quién hubiese imaginado que le terminaría hablando? De un momento a otro, tras encontrarme escuchando música de manera aleatoria, apareció la de “Sparks fly”. Y justo en ese momento llegó él, Antonio. De acuerdo, tal vez en ese momento asocié la canción para él, como si hubiese sido una coincidencia. Saludó de manera silenciosa, cosa que no me sorprendió mucho, pero sí el abrazo que le regaló (con bastante afecto) a Sinaí y a Neru. Bien, no lo conocía a la perfección pero me parecía notar que estaba derrochando cariño y afecto. Me saludó con un asentimiento y supongo que mis mejillas enrojecieron un poco… Después lo vi dudar.

--¿Puedes sacarme de una duda?—preguntó de la nada, cosa que me sorprendió. Su voz ¿cómo podría describirla? ¡Ya sé! Una vez leí “El beso del vampiro” de Lynn Raven. Ella describía a Julian DuCraine con una voz aterciopelada. ¡Aterciopelada! Sí, indudablemente. Grave y suave, arrulladora e hipnotizante. Probablemente si me dieran un balde para la saliva, tendría que pedir otros tres más, y me sorprendía que me dirigiera la palabra de esa manera, tan normal como si lo conociera de semanas y no de días.

--Seguro.

--¿Es mi imaginación o te vi en televisión el día de hoy?

Golpe bajo. Mis mejillas ardieron, como si me hubiera descubierto con una fotografía de él bajo mi almohada, de hecho, fue ridícula mi reacción. Estaba a punto de contestar cuando Sinaí se integró.

--No es tu imaginación, yo también la vi—admitió, con seriedad--. No lo mencioné porque creí estar equivocada…

Ambos me miraron de manera diferente, Sinaí como si yo hubiese caído en una gran desgracia y él… No tengo idea. Su mente trabajaba muy diferente a la de los demás y era tan misterioso.

--¿Demanda tan joven, mujer?—sonrió finalmente, como si hubiese hecho algo inevitable.

--Sí, creo—logré balbucear--, lo que me sorprende es que ambos hayan visto la nota.

--No vine a clases—admitió él, sin dar más explicaciones. Vale, no iba a preguntarle con detalles… Y mi mirada se paseó a la chica.

--Estaba aburrida, y lo único que salió en la televisión era ese programa apestoso—admitió--, esos Jonas Brothers son unas quejumbrosas.

Tal vez anteriormente los hubiera defendido, pero en mi interior me quedé congelada, tenía razón; quejumbrosos. Toño rio y pareció estar de acuerdo, aunque no dijo nada más por respeto a mi amor por los estúpidos Jonas Brothers.



--Creo que dejaré de idolatrarlos—intenté prometer, pero sabía que se pasaría pronto ese corajillo y los seguiría queriendo o ese amor volvería a quedar oculto como lo había guardado varios días atrás.

--Entonces creo que deben de tener éxito porque si las demandan, deben de ser buenas—supuso Toño. Otra de esas y me pongo más roja que antes.

--No lo creo…

No contesté y no por ser modesta, pero hacía semanas atrás que creía que los Jonas jamás nos conocerían aunque ahora que lo menciona, no tengo idea si nos consideren un peligro para robarles hasta su misma discografía.



Esa noche mi padre iba serio, lo normal. Me permití observar un poste antes de arrancar, solicitaban adolescentes para payasitos animadores… No sonaba mal. Aunque no soy graciosa y mucho menos es lo mío, pero puede ayudar un poco. Al parecer no se había enterado de las demandas ni nada por el estilo lo cual agradecía con absoluta devoción. Mi mamá estaba tan cansada como él, intercambiamos varios comentarios amistosos y después se fue. Como siempre.

Los sueños que reinaron eran sobre lo que había transcurrido en el día, aunque sobre todo en la parte de la biblioteca. Cuando desperté, intenté decirme “¡Supéralo!”, pero es como si no pudiese.

Esa mañana estaba un poco más fría de lo normal y la llovizna caía levemente, al menos sería un día revitalizante. O eso esperaba. Salí de la cama con más pereza que nunca, deseando quedarme ahí por lo menos dos horas más. Vi lo que mi mamá quería que hiciera de comer, me enfundé mis converse y salí al frío de la calle. Lo mejor de todo era que había un pequeño mercado sólo a una cuadra, lo malo es que la verdulería estaba cerrada a las diez de la mañana. El dueño era un tipo que la abría cuando le pegaba en gana, así que tuve que ir cuatro o cinco cuadras más para poder cocinar lo que me habían pedido.

La verdulería Bony está en un lugar bastante amplio, donde toda la fruta y la verdura tienen mejor calidad que la verdulería que está mucho más cerca de casa. Y eran mucho más amables…

Entré y como todas las mañanas, atendían a diestra y siniestra. Una de las chicas me miró con recelo y me pregunté si sabía algo, pero después me importó poco.

--¡Hola!—saludó el chico que ayudaba siempre a mi mamá a cargar el mandado, el que siempre se encontraba atendiendo el puesto de jugos.

--Hola—saludé en respuesta, de manera tímida.

En sí, mi mamá era mucho más jovial cuando hablaba con ellos y yo a su lado parecía una adulta, ella era la joven adolescente.

--¿Y tu mamá?—preguntó. La chica que atendía a los demás soltó un gruñido audible lleno de exasperación.

--Trabajando, como siempre—solté, con un poco de decepción. Bien, era cierto que no era la más divertida de las dos pero ¿qué hay sobre mí?

Pagué, me despedí y llegué a casa directo a poner la comida. Me metí al baño y esperé un poco, contemplándome en el espejo; estaba alborotado a pesar de llevarlo en una cola de caballo y mi fleco necesitaba un recorte. Una idea maravillosa pasó por mi mente, salí del baño y fui a sacar las tijeras de la cocina. No podía ser tan difícil ¿o sí? Puse las tijeras en la posición debida, al parecer solo necesitaba un tijeretazo para que quedara como quería, así que lo hice… Pero no cortó. ¿No tenía filo? ¿Y si lo intentaba al revés? Corté de abajo hacia arriba y…

--¡Ahhh!—grité--¡Estúpida!

Estúpida. ¿Qué demonios se me había ocurrido? Parecía que un burro me había mordido el fleco, de hecho ya ni si quiera cubría mis cejas y estaba peor que antes.

--¡Mierda!—farfullé, intentando acomodarlo en su lugar. Pero no.



Al llegar a la escuela, todo parecía normal, pero la única incómoda era yo. Paseé por el pasillo, esperando a que no ocurriera otra desgracia mayor…

--¡Itzz!—escuché detrás de mí. Esperaba a que no fuera un comentario sobre mi cabello que lo llevaba trenzado, o porque mi fleco había desaparecido y lo había detenido con pasadores para descubrir mi frente.

--¿Abril?

--¡Te ves diferente!—admitió, sin decir nada. Al parecer, todo esto había sido un “cambio de imagen”—Me gusta. ¿Has visto a Gago?

--No. Sabes que siempre llega tarde—admití, intentando no llevar mi mano a mi frente o al fleco recogido--. Si lo veo, yo le digo…

--De acuerdo. ¿Tienes clase?

--No, dentro de dos horas.

--¿Y eso?

--El maestro dijo que tenía que ir al médico.

El día era lluvioso, ella miró hacia el cielo y suspiró. Bastante nublado para su gusto…

--¿Quieres ir a comprar un café al “Seven eleven”?

--¿Por qué no?

Salimos juntas, creo que en sí era bueno que tuviera un buen momento a solas con mi misma mente, incluso Abril respetaba el silencio. Cuando salimos a las puertas de la escuela, encontramos a Gago hablando con Antonio. Mi estómago dio una sacudida, como si advirtiera el nerviosismo que se haría presente de una u otra manera.

--¡Itzz!—sonrió Gago. ¡Por Dios! Mi frentota al descubierto, mi fleco trasquilado y Antonio me miró con atención, al igual que Gago-- ¡Te ves bien!

--Gracias—carraspeé durante un buen momento.

“Si supieran que me corté horriblemente mi cabello” pensé, con risa de los nervios.



Desde que habíamos quedado vernos todos los sábados para trabajar en algo, la idea me pareció una maravilla. Primero, llegó Dani como siempre, más puntual que nunca. ¡Amaba que estuviese cerca! Me transmitía sentimientos positivos y sus palabras me tranquilizaban con frecuencia, en esta altura, era como mi confidente y mi hermana.

--Hola Itzz—sonrió cuando le abrí la puerta. Mi mamá preparaba la mesa, iba a venir su nuevo novio a casa. Un tipo pedante que presumía andar en motocicleta y era un arrogante. ¿En qué momento mi familia se había destrozado en pedazos? No tuve ni idea--. ¿Qué tal la escuela?

--¡Muchas cosas interesantes!—soltó.

Fue en el momento en el que comenzó a hablar sobre Antonio, Alberto, Gago, Abril y todo lo que ocurría de manera desenfrenada. La única que podría escuchar todos los detalles era Dani, jamás se quejaba de ello y hasta llegaba a divertirse.

--Wow. Párale al tren—rió de manera melódica--. ¿Me dices que Alberto te dirigió la palabra tras ver que saliste en televisión?

--Sí. Es una tontería…

--¡¡No!!—Exclamó, con preocupación—. Es un idiota que no vale la pena, y ahora le conviene hablarte por lo que nos está ocurriendo.

--Vaya… No me había fijado en ese detalle.

--Debes de tener cuidado ahora, las personas querrán estar a nuestro alrededor.

--Lo dices como si te hubiese pasado…--admití, observando.

--Sí. Las chicas “populares”—hizo el gesto con los dedos--, quisieron hablar conmigo durante toda la semana, y la verdad es que no entiendo mucho su lenguaje tan superficial.

--Tienes razón… Aunque eso no me pasó—recordé:-- solo me han mirado como si estuviera demente. Antonio hasta me preguntó si fui yo la que apareció en tele…

--¿Y no te dijo nada más?

--No. Fue curioso…

--¿Cómo?

--Bueno…--en ese momento, el color subió a mis mejillas—Él dijo que tenía una duda y que si la podía aclarar, admití que sí y me preguntó; “¿Es mi imaginación o te vi en tele hoy, mujer?”. Y después pareció estar de acuerdo con que los Jonas Brothers son unos quejumbrosos.

--¿Y no dijo nada más?

--No.

--Parece que no está muy interesado en la fama que comenzamos a tener—una sonrisa se ensanchó en su rostro--, comienza a caerme bien ese Antonio.

--A mi igual—reí con nervios.

Antes de pasar al paso más peligroso para cualquier corazón, sonó el timbre. Primero pensamos que era Renata, así que Dani me acompañó a abrir.

--Buenas tardes, Itzel—saludó el novio de mamá. Parecía haberse perfumado demás, y había dejado su motocicleta aparcada fuera de la casa.

--Regino—arqueé una ceja. Dani me miró divertida ante mi tono “vale madre”—, será mejor que pase.

Entró con un asentimiento. El hombre me daba mala espina… O era que la sombra de mi familia me perseguía. Daniela notó mi malestar y sin decir nada, puso una mano en mi hombro. A pesar de no haber palabras, me sentí reconfortada. Antes de cerrar a puerta, escuchamos el grito de Renata:

--¡No cierren! ¡Ya voy!

Ambas reímos y nuestra amiga llegó jadeando.

--Lamento la tardanza pero el autobús tardó mucho en pasar y… ¡Disculpen!

--No hay problema, Reny

--Por cierto… ¿Quién es el tipo que entró hace un rato?—preguntó Reny

--Es el novio de su mamá—respondió Dani, riendo.

--Y mi peor enemigo

Ambas rieron al ver mi expresión, parecía como una declaración de guerra. Entramos, y gracias a Dios yo iba primero porque los colores se me subieron a la cabeza.

--Esperen un poco—pedí.

Regino tenía a mi mamá pegada a él, tomándola por las caderas. Faltaba poco para que le acariciara ahí mismo el trasero.

--¿No están algo viejos para este espectáculo?—les susurré, molesta. Ambos se sobresaltaron.

--¿No es la casa de tu madre?

--¡Pero hay adolescentes!—exclamé—Dani y Reny no tienen que soportar esto y mucho menos yo…

Mi mamá parecía algo afectada, Regino estaba complacido. Ella iba a decir algo, entré a la cocina, tomé varias latas de atún con verduras y los ignoré.

--Disculpa, no volverá a pasar.

--¡Eso me has dicho seis veces!

--¿Qué haces?

--Ir a comer lejos de ustedes—admití, gruñendo--, será mejor que tú disfrutes tu soledad.

--¡No te vayas!

--No me dejas otra, ma. No quiero estar aquí el día de hoy.

Metí en un refractario la ensalada improvisada que había hecho y mi cartera. Ella no se había conformado con lo que me dijo y parecía arrepentida, como siempre. Pero no era así, lo sabía bien.

--¿Vas a llegar tarde?

--¿Qué se yo?—le contesté, más furiosa que antes—Cuando se vaya este cretino, me avisas a ver si quiero regresar.

Las chicas esperaban en la puerta, les indiqué que salieran. Pareció que me habían escuchado discutir con mi madre porque no preguntaron hasta que llegamos al parque.

--¿Qué ocurrió?—preguntó Dani preocupada.

--Casi hacen el amor en plena cocina, otra vez—gruñí.

Ambas mantuvieron silencio, como si quisieran calmarme o algo así…

--Haremos cambio de planes ¿va?—dije, más tranquila cuando estábamos llegando a la tienda. Ellas se miraron como si estuviese loca, sin saber nuestro rumbo. Pero yo sí lo sabía.

--¿Dónde comeremos y platicaremos a gusto?—preguntó Reny, desconcertada.

--Sólo síganme. Compraré soda y nos iremos a disfrutar de un buen día de campo.

La idea pareció agradarles, lo que amaba de la zona donde vivía era que habían como cinco parques a la redonda, así que había de donde elegir: el que estaba más cerca de la verdulería Bony y de la iglesia, no convenía por su descuido. El segundo era para niños y lleno de pasto, pero cobraban la entrada y había pocos árboles que no daban sombra, el tercero también estaba muy descuidado y el plus; las madres de los niños de la primaria esperaban ahí a sus niños durante todas las horas escolares, chismeando y sin dejar de criticar. El cuarto, estaba más lejos de lo esperado y también descuidado… Y quedaba el que está cerca de casa, de mi antigua secundaria y de casa. El parque está mejor cuidado que todos los anteriores porque es parte de una pequeña privada, los colonos pagan cada mes para tratarlo. El pasto estaba recortado y como siempre, me apetecía acostarme sobre el pasto. Elegimos una sombra bajo un árbol y nos sentamos, más tranquilas.

--¿Comeremos ensalada improvisada de atún?

--Traje queso amarillo, soda y pan por si quieren convertirlo en sándwiches.

--¡Eres una loca!—rio Dani.

--Me alegra mucho que hayan venido el día de hoy, chicas

--Te salvamos de un cretino que anda en motocicleta—jugó Reny, simplemente asentí.

--Hablando de cretinos…

--¡Los Jonas Brothers no son cretinos!—defendió Dani

--¿No?

--¡No!

--Bueno, hablemos del tema que nos trae vueltas locas—reí ante la insistencia de mi amiga al defenderlos como si no hubiese pasado nada--. ¿Alguna ha conseguido empleo?

--He conseguido como niñera

Reny hizo una mueca, como si cuidar niños no fuese lo suyo y fuera alérgica a ello. Dani tiene un carácter muy dulce que puede con una tropa entera de pequeños niños hiperactivos.

--Ya es algo, Dani—sonreí--, es lo tuyo.

--Yo por el momento, creo que venderé panqués.

--¡Pero se te queman!—me quejé, lo que provocó que Dani y yo nos carcajeáramos. Reny nos miró con exasperación.

--Bueno… Bromeaba. Planeo ser telefonista, por si desean en centro de atención a clientes en Telefonía celular.

--Pero es sólo para las que tienen diecisiete… Dani ya puede.

--No cambio por nada mi empleo.

--A juntar fondos, muchachas.

Dani reparó en mi fleco, el cual había desaparecido.

--¿Qué pasó con tu cabello?

De todas las preguntas, era la que menos quería responder ahora mismo. Y después de contestarla, rieron por el simple hecho de parecer el pájaro loco.

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Mensaje por Danne G. Lun 06 Ago 2012, 7:33 am

CAMBIOOOOOOOOOOO DE LOOOOOCK C: Ay! amiga me tendrás aquí toooodos los días y cada vez que subas capitulo, ya sabes que estoy altamente entusiasmada con la idea de seguir leyendo. La promocionaré.

Te quiero, Dani.
Danne G.
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Mensaje por chelis Lun 06 Ago 2012, 8:52 pm

NUUEVAAA LECTORAAA
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Mensaje por ItzZaCraZyfan95 Miér 08 Ago 2012, 8:55 pm

Nuevas lectoras, muchas gracias. Por ahora, les dejo un capítulo demás. ¿Han pensado en qué harían si son demandadas por los Jonas? ¿Qué sentirían?
Capítulo 3

Narra Dani
El parque estaba bastante tranquilo, así que disfrutamos a cada momento la brisa, parecía que llovería pronto y nosotras habíamos consumido el atún que pudo haber sido preparado mejor y haber quedado más rico. Afectaron las prisas, pero no me quejé por ello. Nos divertimos durante un momento, cuando vimos el flequillo de Itzz, que había cortado literalmente ella. Se podía salvar, dentro de un mes o dos. Renata parecía ansiosa e intranquila, como si tuviese una cita. Y resultaba que estaba considerando a ir a un club deportivo después de nuestra plática.
Al final, llegamos al acuerdo de que la ocasión siguiente que nos viéramos, pondríamos nuestras ganancias y ahorros en una alcancía para poder ir a aquél juicio. Itzel había dicho que sería bueno ir contratando un coyote para cruzar la frontera porque era la única que no tenía pasaporte ni visa. Una mala broma, quizá. O una verdad.
Al llegar a mi casa, me preocupé porque no sabía si mi amiga volvería a su casa o iba a vagar con Renata durante un rato, pero tenía qué llegar pronto a cenar. Mi hermana está emocionada porque había conseguido sacar su cédula profesional de abogada. Por fin.
Uno de los problemas que nos había estado dando vueltas era quién nos iba a defender contra nuestros (irónicamente) ídolos. Sólo que planeaba darles la sorpresa el sábado siguiente…
Mamá preparaba la cena con esmero, tarareaba una canción de Silvio Rodríguez.
--¡Ya llegué!—anuncié, acercándome a la cocina-- ¿Qué hay para cenar?
--Filete de pollo con papas al horno y ensalada verde—. Me sonrió, sabía que tenía hambre-- ¿Cómo te fue?
--Al fin nos pusimos de acuerdo sobre lo de recolectar dinero…
--Gracias a Dios tu padre ya sabe y te aconsejó sobre ello—admitió—. Por cierto, pensé que la madre de Itzz haría de comer.
--Hizo, pero pasó algo inesperado y comimos ensalada de atún.
--Bueno, vete a descansar un poco y ahorita que llegue tu padre les llamo a comer.
Lo bueno de estar en casa es que todos respetan la privacidad y convivimos sin ningún problema. Alejandra estaba en su cuarto, escuchando música de My Chemical Romance, parecía que estaba bastante feliz en ese momento.
Entré a mi habitación y me tumbé en mi cama, mirando hacia el techo. Las paredes estaban cubiertas de posters de los Jonas Brothers, y me sentí un poco intimidada al momento. Por milésima vez, creo yo, repetí:
--¡Nick Jonas sabe mi nombre!
Mi felicidad se desbordaba cada vez que pensaba en él, en que conocía mi música y que pensaban que somos una amenaza para ser como ellos pero en femenino. ¿Quién lo iba a pensar? ¡Nick Jonas! Estaba segura de que él no había tenido mucho que ver en la demanda, más bien tenía que ver Kevin Jonas Senior. ¿Quién más que temeroso por eso? Pues el representante o incluso la misma disquera, aunque no le había comentado mis sospechas a las demás.
--¿Soñando despierta?
Alejandra me sacó de mis ensoñaciones, recargada en el marco de la puerta, con una sonrisa que pronosticaba un buen humor en ella y sobre todo, cariño hacia la familia.
--Efectivamente.
--Aún no crees que verás a Nick Jonas en vivo dentro de un mes ¿cierto?
--Y que conoce mi nombre—. Admití.
--Recuerda que es una demanda, él fue el que la puso en tu contra…
--Déjame soñar—me quejé, con un resoplido--. Por lo pronto, creo que esta dicha es maravillosa.
--Por ahora, tienes fans ¿no?
--Gracias a Dios no me ha pasado nada raro más que me miran con detenimiento, a Itzz ya se le hizo presente todo esto—reí.
--¿Tan rápido?
--No sé que tenga de diferencia entre Reny y yo, pero salimos en una revista de chismes. Y en la televisión. Y el amor de su vida la vio ahí…
--¿El amor de su vida?—preguntó perpleja.
--Bueno, el chico que le gusta, ya sabes lo enamoradiza que es.
--Lo sé. Pero bueno, esperemos que no vuelva a pasar males.
Era lo malo de mi amiga. Ale estuvo un rato conversando sobre lo que había pasado ese día, de cómo comimos una ensalada improvisada en nuestro picnic. Menos mal que no llovió, porque soy muy tendida a tener enfermedades de la garganta y no puedo pasarla bien ni cantar.
¿Y si esto nos cambiaba la vida por completo? Bueno, corrijo: ya nos ha cambiado la existencia con solo enterarnos que les molestó que cantáramos y no haberles dado las ganancias… Pero, me refiero ¿nos haríamos una banda profesional? ¿Y nuestras carreras? ¿Y la universidad? Instintivamente miré hacia el buró, donde se encontraba un libro de medicina. ¡Medicina! Estaba entusiasmada por el trámite a la universidad que podía renunciar a la música.
¿A quién engaño? Amo más a la música que a la medicina misma, y eso es bastante cierto. Por lo pronto, lo mejor sería quitarme de la mente todo aquello que me estaba causando esa felicidad desenfrenada y poner los pies en la tierra.
La cena estuvo muy buena, mi madre se lució con aquel filete y me hizo desear repetir el platillo, cosa de la que no me retuve. Mi padre estuvo al pendiente de todo lo que ocurría en nuestro día, era lo que más amaba de él; la confianza que nos depositaba y la que depositamos en él, tomando el papel de padre y hermano. Al finalizar, tomé una ducha con la cual me sentí mejor que antes, tarareando una canción de los Jonas y hasta imaginando cuando los conocería.
¿Cómo sería?
Los tribunales eran amplios y grandes, me intimidaba estar ahí, esperando al juez y a los mismos Jonas Brothers. Renata jugaba con su cabello nerviosamente, yo me mordía las uñas sin parar e Itzz, parecía estar indiferente al asunto, como si supiera lo que se avecinaba.
--Parece que no van a venir—dijo, como aliviada.
--¡Tienen que venir!—dijo Renata ansiosa, mucho más que yo.
¡Tenían que estar ahí! Ellos habían interpuesto la demanda y no podían dejarnos así como así. Tal vez nos temían como fans… ¿Cierto? Entonces no habría ninguna reacción. Alejandra se sentó en la mesa de la defensa, donde nosotros nos encontrábamos…
El aire se me fue en el momento en el que la puerta se abrió, entró el juez y tras él la familia de los Jonas. Kevin Jonas iba tomado de la mano con Danielle Jonas, ambos parecían una pareja de cuento de hadas aunque bastante concentrados en parecer serios y fríos. El señor Kevin iba tranquilo, como si fuesen a ganar y Denise tenía preocupación en el rostro, como si no quisiera afectarnos a nosotras. Joe y Nick iban con las manos en los bolsillos, más tranquilos que nada, como su padre. Los chicos de la banda y Danielle, se sentaron en la parte donde tenían a un abogado que les defendería, estaba claro que la experiencia demolería a Alejandra aunque no tenía qué ser tan pesimista. No podía serlo. No debía de serlo. Me encontré mirando nerviosa, mis propias manos, después a Renata que buscó con la mirada la misma mirada de su Jonas favorito; Joe ni si quiera había volteado a vernos. Nada. Incluso me atreví a mirar a Nick Jonas, vaya que se veía mejor de cerca que cuando lo veía en la televisión, comerciales y revistas, el cabello chino era lo que me derretía y le sentaba bastante bien. ¿Cabello chino? ¿No se lo había cortado? Bueno, creo que le crece mucho más rápido de lo que puedo explicar. Simplemente es perfecto… Me di cuenta de que el tiempo transcurría y no podía cansarme de verlo, jamás lo haría. Y es que como fan, tu ídolo es tu ídolo hasta que te cansas de adularlo, pero yo no lo haría y no espero hacerlo pronto.
Alzó la mirada en nuestra dirección y tras estudiarnos un momento, se dio cuenta de que lo miraba fijamente. ¿Por qué no evité su mirada? Sus ojos eran mucho más profundos en esta altura de mi vida, más que cuando lo tenía más de cerca que en el concierto anterior. No apartó su mirada, tal vez me estuvo retando a que yo lo evadiera pero no le iba a dar ese gusto, al parecer estaba entreteniéndose conmigo y no me molestó ser parte de su juego ni me molestaría en ponerle un alto. Esbozó una sonrisa que jamás se me borrará, es muy raro ya que casi no sonríe. La suerte me estará sonriendo porque que Nick Jonas le regale una sonrisa a una fan que acaba de demandar es como encontrar oasis en un desierto, aunque si lo veía de otra forma; podía ser una sonrisa de doble filo, tan seductora y apetecible pero tan letal, como si anunciara algún castigo contra nosotras, un castigo justo para nosotras. Intenté no ponerme pesimista, ni buscarle tres pies al gato, sonreí levemente esperando no dejar entrever mis nervios y preocupaciones, finalmente desvié la mirada hacia el frente. Todos nos levantamos por mandato del juez y no sabía si eran las reglas pero hizo que nos diéramos la mano.
--Dani—murmuró él, y supe que estaba a punto de desfallecer.
--¡Dani!—continuó llamándome Alejandra, zarandeándome para despertarme mejor. ¿Había sido un sueño? Fue tan real y me sentí tan abrumada por no poder continuar. Nick Jonas tenía que decirme algo importante, algo que podría serme útil… O mi subconsciente moría de ganas por verlo. No podía esperar a que fuera la fecha indicada ¿y cómo no? ¡Jonas Brothers y The girls next door! El primer encuentro de un par de bandas exitosas (sin exagerar, pero hemos mejorado) que podrían dejar esa rivalidad y trabajar juntas. Deseaba que ocurriera esto, y estoy segura de que no soy la única.
--Estoy despierta—musité somnolienta
--¡Qué bueno! ¡Porque se te hace tarde para ir a la escuela!
Abrí los ojos desmesuradamente, vi la hora y salté fuera de la cama. Corrí al baño que ya no estaba ocupado ni por mi papá ni mi mamá, mi hermana se bañaría más tarde. No me importó que el agua estuviese casi fría, tomé una ducha rápida, entré a la habitación entre varios pasos resbalosos y tropezones, tomé la ropa para un día nublado porque en sí, la mañana estaba surcada por nubes grises y pesadas que amenazaban una tormenta o incluso llovizna. Me enfundé en los Jeans y me puse una blusa térmica de manga larga, blanca. Para rematar, me puse las botas de lluvia que me habían regalado en mi cumpleaños.
Bajé a la cocina, mi mamá se había ido a trabajar y al parecer, mi padre también… Alejandra me sirvió el desayuno, algo rápido. Al parecer gané tiempo con mis cinco minutos de “arreglo” express.
--Parecías bastante tranquila durmiendo—sonrió mi hermana, al principio pensé que no agregaría nada más pero lo hizo:-- ¿Soñabas a Nick Jonas?
--Sí, algo así—contesté con sinceridad--. ¿Por qué?
--Porque sonreías entre sueños y casualmente, llamabas a tu ídolo.
No supe si reírme en ese momento, pero mi risa salió inconscientemente, de los mismos nervios que me atacaban siempre.
Mi hermana manejó hasta la escuela, una fina llovizna caía y me hacía sentir un poco melancólica. Bajé del auto y entré, cubriéndome la cabeza con papel periódico porque la verdad, no quería usar una sombrilla estorbosa. Alejandra esperó a que entrara y después se fue, como siempre. Al parecer, el arranque que di ayudó a no llegar tan tarde.
El salón de clase no estaba tan poblado, las únicas que estaban ahí eran las abejas reinas, como les llamaría Renata. Sentadas en el escritorio de los profesores, hablaban tan concentradas en un tema que no podía reconocer, tal vez porque en ese momento no me interesó. Hasta que vi la revista de chismes adolescentes en sus manos, me miraron y repararon en mi presencia.
Siempre me emocionaban esas revistas por los artículos y posters extra grandes de los Jonas Brothers, aunque últimamente no podía darme el lujo de comprarlas si quería ahorrar. Y ellas me miraron de manera escrutadora, como si no pudiesen creer que tuviera la vergüenza de pararme ahí. Jamás les había dado motivo para que me tratasen mal, pero en ese momento en especial me sentí intimidada por esas miradas frías y superfluas que buscaban hacer sentir menos a los demás, en general.
--Buenos días—me limité a decir. Se miraron entre sí y pude ver un deje de malicia.
--Dani, buenos días—sonrió Becca, la líder del grupo--, ¿la estrella llegó temprano?
--¿Estrella?—repetí, aturdida. En esos momentos, los nervios se acrecentaron.
--No te hagas la inocente, que te hemos visto muy guapa en la revista—sonrió con envidia Brenda.
--¿Salgo en la revista?
Una descarga eléctrica recorrió mi espalda, como si me avisara de que algo no iba a estar bien, como cuando tienes un presentimiento de que algo bueno o malo iba a pasar. Y esta vez parecía como si yo hubiese causado la ira de las chicas más populares de la escuela misma, llevándome a un salto mortal, como diría Miley Cyrus, un salto mortal invertido hacia atrás. Sólo que sería mi decisión que fuera bueno o malo…
--Te ves un poco falsa con esa sonrisa, tengo que admitir—dijo, sin hacer mucho esfuerzo en expulsar el veneno.
--¿No crees que sería bueno que intentaras tomar clases de estilo para tener más gracia?
Vale. Entendía el juego de terror psicológico que querían causar en mí las dos chicas, aunque no sé si lo hacían para acercarse a mí o intimidarme. Creo que era la segunda, y estaban teniendo éxito porque me quedé sin palabras.
--Les pronostico poco éxito.
Pasé el resto de las clases intentando ignorar las miradas que me echaban, esas miradas que podían hacerme temblar como gelatina. En el descanso, intenté alejarme lo más posible de ellas con mis compañeros y amigos Josy y Jony, amigos Jonaticos de corazón que compartían una de mis pasiones. ¿Cómo podían asustarme ellas? Si son chicas que se quejan de su manicure y las cosas más simples. Yo era mucho más fuerte que ellas en muchos aspectos.
--¿Qué tienes?—preguntó Josy, preocupada por mi falta de atención.
--Creo que no me siento muy bien—dije.
--¡Por cierto! Me enteré que los Jonas estarán de vuelta—dijo Jony, para subirnos el ánimo, dándole un mordisco a su muffin.
--Lo sé
--Me enteré que demandaron a unas chicas por sacar un CD con el nombre del primer disco y también dos canciones.
--¡Lo sé!—sonrió Josy, con auto suficiencia--¡Esas chicas son unas malditas!
--¿Cómo?—casi me atraganto cuando tomo agua
--¿Cómo se les ocurre hacer plagio? Además, se ve que solo quieren fama.
--No es cierto, Jony—dije, segura. Era la gota que colmaría el vaso si seguía con esta conversación.
--¿Cómo estás tan segura? Ni si quiera las conoces
--¿Ya vieron cómo se llama la banda y la foto de sus integrantes?—insistí, en defendernos. ¿Ese era el concepto que tenían de nosotros las Jonaticas? ¿Era justo? Para mí, no. Solo era por diversión, no por fama.
--No—dijeron, ambos. Se miraron uno a otro, después a mí.
--¿Es algo importante?
--No, olvídenlo.
No podía esperar a salir de la escuela, comenzaba a sentirme peor que cuando las chicas intentaron hacerme sentir mal. Necesitaba hablar con alguien… Josy y Jony tenían un mal concepto de nosotras, a pesar de que todo era un mito, un simple rumor. Al llegar a casa, mamá y papá estaban fuera, al igual que Alejandra. Me tocó hacer la comida…
Me di cuenta que muchas cosas habían cambiado, no había vuelta a atrás. Un cambio de 360° grados que iba a afectarnos a todas. Incluso a Renata. Y a Itzz.
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Mensaje por chelis Jue 09 Ago 2012, 6:30 pm

peerooooooo!!!
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Mensaje por chelis Jue 09 Ago 2012, 6:30 pm

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Mensaje por Danne G. Vie 10 Ago 2012, 6:14 pm

OTROOOOOOOOOOOOOOO YAAAAAAAAAAA
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