Rumbo al amor (Nick y tu)

Oww quiero saber que es lo que le paso a la rayis porque tiene q esconderse?
ahhh tienes que seguirlaaaaa

OMG me encanta quiero leer cuando conozca a nick
soy nueva lectora siguela sube cap cap cap porfisssss

SIGUELAA

Jajajajaja quien sabe? e.e De pronto Hank logra volver del infierno con su magia negra (?) okno... Well, hay algo que la raya no tiene en común conmigo... Yo soy de cuidad, pero en una granja o al aire libre soy toda una experta (? Es lo bueno de Quilla, te acostumbras a ambas circustancias :P Siguela e.e

SIGUELAAA

Hola a todas!!!
muchas gracias por todos los comentarios tan maravillosos que me dejais y BIENVENIDAS a todas las nuevas lectoras. Hoy trago una parte del segundo capitulo y aviso...que sale Nick!! 8)
una cosa, habrá palabras que en vuestro pais se digan de diferente manera, asi que perdon si algo no lo entienden
por cierto, estoy preparando una pequeña sorpresa... estara lista para la semana que viene! ;)
disfrutar del cap!!


Capitulo 2-1


Otra mañana más con una horrible resaca. A la próxima no bebería tanto.

Nicholas Rowland rió ante ese pensamiento estúpi*o y se levantó de la cama de un apartamento desconocido. Estaba completamente desnudo, así que tomó sus pantalones chinos color caqui y su camisa de seda azul.

Una rubia de largas piernas y cuerpo despampanante, se estiró en la cama y gimió dulcemente, tratando de atraer la atención del hombre. No hizo efecto.

- Oh, vuelve a la cama. Tan solo son las ocho -murmuró mientras destapaba su cuerpo.

Nick no se volvió a mirarla mientras terminaba de vestirse. Miró su Iphone. No había ningún correo o mensaje nuevo. Todo bien. Lo guardó en el bolsillo trasero de su pantalón, cuando una pequeña mano se colocó justo al lado de donde había guardado el teléfono.

- Quédate un poco más -ronroneó la rubia platino- aún nos quedan tantas cosas por hacer…

Nick apartó la mano que bajaba por su estomago y la posó sobre la cómoda que se encontraba a su derecha. Miró a la joven con gesto impasible y le dio una ligera caricia en la mejilla.

- Te dije solo una noche. No te puedo ofrecer más.

Salió a zancadas del apartamento mientras la modelo de ropa interior gritaba “llámame”. Sonrió y sacudió la cabeza mientras volvía a sacar su Iphone. Cuando encontró el que tendría que ser el número de aquella chica, lo borró y siguió caminando hasta su despacho.

Una vez en él, comprobó su agenda con su secretaria y preparó varios informes que ella acababa de traerle.

La noche anterior de había desmadrado. Había salido de fiesta con su buen amigo Andrew, pero a los minutos de llegar se separaron. Él fue con una pelirroja mientras Nick se fue con tres rubias. Ninguna de ellas era con la que se había levantado por la mañana. También recordaba dos morenas y una asiática muy rebelde, pero nada más. Se perdió en la bebida como cada fiesta, ya que fuera de ellas prefería no probar el alcohol. Ya le hacía demasiado daño en esos sitios. Y en Nueva York había fiesta a diario. Claro que su trabajo no le dejaba acudir a todas.

Revisó de nuevo su agenda y comprobó que tenía tres días libres en dos semanas. Perfecto para visitar el rancho y a los toros. Tenían una venta importante dentro de un mes, y aun que sabía que los toros estarían enormes, siempre prefería ojear la mercancía. Días antes de venderlos, se encargaba el mismo de comprobar su salud y sus análisis finales. Aun que cuando iba, no solo ese era su trabajo, sino que se transformaba en otro mozo más. Nunca venía mal un poco de ayuda, y Nick disfrutaba al máximo cuando se entregaba a la vida en el rancho. A veces se preguntaba por qué lo había dejado para vivir en la ciudad. Bendita ciudad. Ofrecía muchas más comodidades, pero no era comparable al aire puro y a las puestas de sol tan espectaculares que se formaban en su rancho.

- Jenna.

Una mujer que pasaba los cincuenta, pero que conservaba un cuerpo de gimnasio, se acercó hasta él vistiendo un retacado vestido de firma.

- Dígame, Señor Rowland.

- Avisa a mi padre que iré en unos días a verlo por lo de la venta de los Angus -explicó mientras tecleaba algo en su ordenador de mesa.

Ella asintió tras apuntar en su agenda y esperó a que él siguiera hablando. Siempre lo hacía, pero tarde.

- ¿Algo más?

- No, nada más -murmuró él sin apartar el ceño fruncido de la pantalla.

Jenna asintió y sujetando la agenda electrónica en su mano, se acercó a la puerta despacio. Un paso más. Tres, dos, uno…

- Por cierto, Jenna. Avisa al comprador suizo de que su pedido será enviado en dos meses.

Ella asintió con la cabeza, sonriendo sin que él pudiera verla y lo apuntó en su agenda personal. Siempre le pasaba. Nunca fallaba. Pero él seguía ignorante a ello.


Los días fueron pasando más rápido de lo que esperaba _______. El trabajo era bastante duro y muchas veces había sentido que se desvanecería, pero merecía la pena. Raúl siempre trataba de administrarle los trabajos más suaves, como cuidar de los caballos. Ella aprendió lo que nunca pensó que iba a hacer, ordeñar una vaca. Raúl le había explicado que también tenían una marca propia de leche que salía deliciosa y muy económica. No la probó recién ordeñada, ya que tenían que pasteurizarla y de más, pero en la hora de la comida, la señora Charlie se encargó de preparar la comida para todos los empleados, y tuvo la oportunidad de afirmar el comentario de Raúl.

_______ se sentó un momento en la paja del establo, y recordó su primer día, dos semanas atrás. Había ido a trabajar con pantalón deportivo y zapatillas. Debido al calor, había decido ir en tirantes. Mala idea. Casi le da una insolación y sus hombros y brazos acabaron rojos. Al momento de salir de ese caluroso día, la señora Charlie le había ofrecido el auto para que visitara una tienda de ropa y acudiera al trabajo como era debido. A pesar de negarse al principio, acabó en una tienda de segunda mano. Compró vaqueros de todo tipo, dos pares de botas y muchas camisas que cubrieran sus brazos doloridos. Pensó que los cuadros irían bien con ella. También aprovechó y compró un sombrero de oferta. Al día siguiente las bromas de sus compañeros cesaron y ahora la hacían llamar “Cowgirl”

Raúl llegó, sacándola de sus pensamientos, y le tendió un rastrillo. No hacía falta que dijera nada. Era lo bueno y lo que más les gustaba. Un gesto y ella ya sabía qué tenía que hacer.

Josh los miraba con sus ávidos ojos azules, frotando su barbilla. No se arrepentía de haberle dado el trabajo a aquella jovencita. Era igual o más eficaz que muchos de sus hombres más veteranos.

Un Jeep Grand Cherokee rojo aparcó ante la puerta de la mansión de un ágil movimiento. Josh miró con los ojos entrecerrados al hombre alto y musculado que salió de dentro. Él se acercó hasta Josh con paso tranquilo y seguro. Le ofreció la mano, pero Josh la agarró con fuerza y llevó a su hijo hasta sus brazos, apretándole en un abrazo de oso.

- Vale, papá. He captado que me echabas de menos -Nick le dio unas palmadas en la espalda, incomodo.

- No seas crío, Nicholas. ¿No decía Jenna que vendrías en unos días?. Han pasado dos semanas.

Nick se pasó la mano por el pelo, alborotándolo más y entró al que había sido su hogar desde pequeño. Tomó el sombrero de cuero que se encontraba colgado en el gran salón, y se lo puso en la cabeza.

- Mucho trabajo. Deseaba volver a usarlo -dijo, refiriéndose al sombrero.

Su padre sacudió la cabeza y juntos salieron por la puerta trasera. Iban hablando sobre los análisis finales que realizarían a los toros Angus y sobre como iba el rancho en general. Su tema de conversación siempre solía ser el trabajo, ya que ambos hombres no eran muy habladores de sus vidas privadas. Josh sabía que su hijo iba de cama en cama, pero tenía veinticinco años. ¿Qué podía decirle?. Si su vida era así, era porque todavía no había encontrado a la mujer idónea.

Nick hablaba sobre los papeleos y los informes de su siguiente cliente, cuando vio como una larga cabellera negra expandía heno en el establo. Se quedó mudo durante unos segundos, viendo como la mujer trabajaba. Josh se percató del silencio y miró al mismo lugar que él. Antes de que pudiera hablar, vio como Nick se acercaba al establo.

OMG sigueeeee y que pasoo? sube cap

quiero saber que va a pasarr
que la va decir nicholas cuando llegue al establoo
siguelaa pleasee
ademas que quiero saber la sorprensaa
me encantaa la novee
sigueee

El comentario de Fran me hizo gracia..cierto
que pasara?
Nos tienes una sorpresa..awww me tente
quiero saber que nos preparas
SIGUELA

SIGUEE

Hola a todas!!! como estan??
bueno, vuelvo con una sorpresa...
tras tiempo planteandomelo, he decidido hacerlo por fin ya que esta novela apenas acaba de comenzar...
y la sorpresa es... un TRAILER!! siiii se que no es mucho pero lo hice con mucha ilusion!!
Muchas gracias por vuestros comentarios y disfrutar de la nove y el video!!



Capitulo 2-2


_______ terminó de deshacer los tacos de heno e hizo un pequeño baile de celebración, sacudiendo sus caderas al ritmo de una canción que solo ella podía escuchar. Tío, no era tan fácil como parecía. Lo mejor era que los caballos se lo agradecían, hocicándola cuando se acercaba a ellos. Acarició a la yegua blanca y miró detenidamente su barriga. Se pondría de parto en pocos días.

Les acercó el heno a los caballos y observó que los establos estaban limpios. Si, perfectamente limpios. Aún no habían arruinado todo con sus necesidades fisiológicas.

- Enseguida vendrán a montaros y correréis como… bueno, como caballos -rió ante su mal chiste.

Se giró de golpe cuando escuchó una profunda y cálida risa masculina. Sus ojos se abrieron como dos conchas cuando vio el magnifico espécimen que tenía ante ella. Le sacaba más de una cabeza, y eso que ella era alta. Vestía tejanos y botas de rodeo. Bajo su camisa se podían notar los bien formados músculos. _______ sintió derretirse, ya que era la primera vez que tenía ante ella un hombre tan sexy.

- Eso fue creativo -dijo él en tono burlón mientras la miraba fijamente.

_______ se ruborizó al notar su penetrante mirada e intentó protegerse de tal magnetismo usando a la yegua. La acarició suavemente por el cuello, rezando porque el animal no notara su nerviosismo.

- Los animales no diferencian los sarcasmos, pero yo si.

Él se sorprendió por su carácter y la estudió lentamente, tomándose su tiempo. No tenía unas piernas espectaculares como las modelos con las que se acostaba, pero tenía un magnifico culo. Era delgada pero mantenía unas exquisitas curvas que enloquecerían a cualquier hombre. Su pelo negro caía salvajemente sobre sus hombros, pidiendo ser tocado.

- ¿Qué hace una mujer como tú…

- En un sitio como este, ya entendí. Trabajar, como la gran mayoría.

Nick rió de nuevo, mostrando sus dientes. Era extraño, ya que nunca solía reír y menos abiertamente ante una mujer. Menos aún con una desconocida aun que, pensándolo bien, casi todas las mujeres con las que tenía contacto lo eran. Pero sintió algo diferente dentro, por debajo de las costillas.

- ¿Cómo te llamas?.

- ________ James. ¿Eres nuevo aquí?. No te había visto antes -ella se giró y lo enfrentó, aun que no podía distinguir muy bien los rasgos de su rostro, distinguió una fuerte mandíbula y una nariz recta.

¿Nuevo él, que llevaba veinticinco años en ese rancho?. Sacudió la cabeza y se acercó a ella un poco. Parecería imperceptible, pero ella lo notó y se removió con incomodidad.

- No. Llevo mucho tiempo trabajando en este rancho. Soy Nick Jonas -utilizó su segundo nombre sin saber exactamente por qué. ¿No quería que ella supiera que ese rancho le pertenecía?

- Entonces sigo siendo la nueva -bufó y se apartó un mechón de la cara-. ¿Cómo que no te vi antes?.

Nick puso a su cabeza a pensar en busca de alguna excusa, omitiendo la verdad en la que decía que era millonario.

- Estuve trabajando en otro rancho durante un mes, pero volví -estaba seguro de que ella no llevaba más de un mes allí, porque de ser así la habría visto en su última visita.

- Oh, veo que ya os conocéis -dijo Josh, emocionado-. ______, ya has conocido a mi…

- Trabajador más joven del rancho -interrumpió Nick, cortando a su padre en su frase. Ambos se miraron a los ojos durante unos segundos, y Josh asintió con la cabeza ligeramente.

- Bueno, ya no. Creo que hay alguien más joven -dijo, señalando a _______ con la cabeza-. Dieciocho años.

¿Tan sólo dieciocho años?. Él había pensado que sería mayor, pero estudiando a fondo su rostro, se podía distinguir la inocencia y la delicadeza de sus facciones. Se miraron a los ojos fijamente, y él percibió un brillo extraño en los de ella. Antes de poder cerciorarse de que era, ella giró la cabeza de nuevo y acarició a la yegua blanca.

- La yegua se encuentra en perfecto estado -comentó sin despegar su mirada de ella. Josh se acercó y acarició a la yegua brevemente.

- Haces un trabajo esplendido.

Nick no podía despegar sus oscuros ojos de ella. Ciertamente, se veía distinta a todas las mujeres que había llevado a su dormitorio -o al de ellas-. Pero tenía algo que llamaba su atención, algo que le hacía anhelar mantenerse en su radar.

Josh se despidió de ellos cuando un hombre lo llamó, y de nuevo se quedaron solos. La yegua se revolvió y _______ tuvo que alejarse un poco. O iba a otro caballo, o seguramente la abordaría. Se sentía demasiado tímida con aquel hombre, y eso que llevaba trabajando con hombres codo a codo durante dos semanas. Pero él no era uno como los demás, y eso asustaba.

- ¿Eres de aquí? -quiso saber Nick.

Ella se retorció los dedos escondidos tras su espalda y deseó recuperar su sombrero que había dejado sobre un montón de paja, ya que empezaba a sentirse expuesta delante de toda la gente que si llevaba uno. Parecía que nacía con él sobre su cabeza. Era extraño, pero trataba de acostumbrarse. Pero no se acostumbraba a que le preguntaras sobre su vida privada. Y Nick lo había hecho.

- No -dijo con voz seca y se acercó hasta su sombrero para posteriormente ponerlo sobre su cabeza-. Soy de lejos.

- ¿Australia?.

Ese fue su cuarto destino predeterminado. Quizás habría estado más segura en medio del desierto, amoldándose a la naturaleza de los marsupiales y tocando el didgeridoo junto a los aborígenes australianos. Pero no, había elegido un rancho a las afueras de Dallas pensando en relajación de cualquier tipo y la había tenido, hasta ese hombre.

- Por ahí -murmuró. Si por ahí entendía Europa, entonces no había mentido, ¿no?.

- Tienes acento del este -dijo Nick jugando con un trozo de paja que había introducido anteriormente en su boca.

Finalmente, las películas americanas habían surtido efecto. Pero ella nunca había estado segura sobre de donde sería su acento, ya que apenas los distinguía. Aun que en su idioma si lo hacía. Perfectamente.

- Aja. Tengo trabajo que hacer. Un placer -se bajó un poco el sombrero a modo de despedida y se alejó de las cuadras.

Nicholas se quedó quieto en el sitio, admirando los movimientos gráciles que hacía con su cuerpo al andar. Era realmente espectacular. Y no se iba a quedar conforme con ser un mero espectador.

Oh, porque no le dijo su nombre?
Entendi todo :) soy seca!
Jajaja.
Ay Nick no sera solo observador.
SIGUELA.

OMG sigueal es demaciado buena y me encanto el triler (como se escriba) XD cappp