[Adaptada] вєωιтcнιηg тнє dєνιℓ {HarryStyles&Tu} ❤ (Tema 1)

Yo solo vestía mi camiseta blanca y encima la chaqueta color lavanda, unos jeans azules abiertos en los muslos y mis converse moradas. Él estaba vestido de un color en particular: negro. Jeans negros desgastados, usándolos debajo de su trasero; una polera térmica de color gris oscuro, zapatillas supras negras y su infaltable gorra de béisbol, también, negra. Solo con eso, nos habíamos salteados del espacio-tiempo para ir a París en busca del códice.

- ¡Bienvenida a la ciudad del amor! -Dijo Harry burlándose-

La verdad, si este hubiese sido un viaje de vacaciones o algo por el estilo, lo estaría disfrutando, pero no lo era, la vida de mi mejor amiga estaba en juego, no teníamos tiempo para cursilerías.

- Uhg. Gracias. ¿En que tiempo estamos?

- En el actual. No hacía falta ir al pasado.

- De acuerdo. ¿Dónde está la catedral?

No la veía, si bien las calles estaban iluminadas románticamente con pequeñas luces a los costados y la luna estaba tan entera que llenaba la cuadra con su resplandor, además no me había dado cuenta de un detalle importante, hasta ahora.

- ¿Y la gente? Se supone que es un lugar turístico, y esto está desierto.

- Bueno, me encargué de que esta zona estuviera vacía, ya sabes, para un poco de privacidad.

- ¿Privacidad? No la necesitamos. Solo venimos a la catedral.

- Sí, veníamos a la catedral, para meternos ilegalmente en ella y robar un códice bien guardado por las máximas autoridades cristianas.

Okey, en eso tenía razón, no necesitábamos a ningún testigo. Lo que iba a cometer era un delito, robar. Recuerdo mi primer día de clases, cuando comenzaba la primaria, tenía seis años y no quería entrar al salón porque tenía vergüenza, ese día, me había acompañado, mi abuela, de parte de mi padre, y al enterarse de mi timidez me dijo: "Vergüenza es robar". Luego, mi abuela murió. La mataron por unos malditos y pocos billetes, en la calle. Hacer esto iba contra cualquier principio mío, pero al menos lo hacía por una buena razón.

- ¿Qué hiciste con la gente? No la mataste... ¿O sí? -Me lo quedé mirando ceñuda-

Sonrió inocentemente.

- Claro que no. Solo hice que cierren la calle para que no puedan pasar.

Miré a mis alrededores y pude ver que había vallas que impedían el paso, y también pude notar un par de siluetas negras que custodiaban.

- ¿Son policías? Ellos tampoco se pueden quedar.

- No te preocupes, están de nuestro lado. -Dijo tranquilamente-

- ¿Los sobornaste o amenazaste?

- ¿Por qué siempre piensas que actué de una forma mala? -Levanté una ceja y le insistí con la mirada- Los amenacé.

- ¡Harry!

- ¡Ya, esta bien! ¡Ni siquiera son humanos!

Eso me heló enseguida. Cuando los volví a ver, pude verificar, que sí eran siluetas negras.. Parecían solo sombras, y a ese efecto no los causaba la luz, era que en verdad eran sombras negras.

- ¿Invocaste entidades malignas? - Lo regañé-

- Eran las únicas que estaban al servicio -Excusó-

Suspiré ruidosamente molesta. No iba a gastar palabras en él. No tenía remedio. Me giré y comencé a caminar en dirección al gran castillo que veía cerca de mí. La catedral de Notre Dame.

- No te enojes... Solo lo hice por ti.

Llegó hasta mí y me abrazó por la espalda. Un gesto bastante íntimo para mi parecer. Él tenía razón, lo hizo por mí. Además íbamos a cometer un crimen de alta gravedad para la Iglesia, juntos. No me serviría de nada pelearme con Harry en estos momentos.

- Perdón... pensé que aún tendríamos que hacer lo correcto. Pero tenemos que romper varias reglas, me enfadé porque rompiste una de ellas, pero lo hiciste por buenos motivos, ¿cierto?

Me di vuelta para encararlo y lo vi asentir. Estiré mis brazos y los puse alrededor de su cuello, lo abracé fuertemente por unos segundos y le susurré un 'Gracias' antes de separarme. Tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos. No sé que significaba eso pero me gustaba.

Cuando llegamos me quedé sin palabras... Literalmente, porque solo solté un "Wow" ahogado. Era imponente, al ser de noche parecía de una película de terror, pero no dejaba de ser hermoso. No sé como explicárselo, llamaba tanto la atención y era tan diferente, destacaba tanto dentro de París. Tenía ángeles de piedra, pero no era eso lo que estaba buscando, oh sí, las podía ver en lo alto. Las gárgolas. Tal vez si quedaba tiempo les daría una visita.