Re: Always {Peeta & Katniss}

por **Thalassa Deméter.** Dom 03 Jun 2012, 10:19 am

Segundaaaa pagina! Que genial! Esto se merece un cap (?
Cuanta más gente mejooor!

por **Call me Aly.** Dom 03 Jun 2012, 10:22 am

Jajajaja! Ahora subo cap!

por **Call me Aly.** Dom 03 Jun 2012, 10:34 am

Capítulo 3

Nunca...

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Desperté con un sabor amargo en la boca, me miré al espejo y lo que vi fue a un hombre, que sin duda, pasó una mala noche. Como pude me arreglé para salir, tomé mi carretilla con mis panes y me dispuse a ir al nuevo Quemador.

Aún era muy temprano, apenas si se disparaban algunos rayos del sol en el cielo. No era necesario llegar tan temprano pero no podía dormir más puesto que llevaba días con insomnio, pensando, tratando de armar el rompecabezas de mi mente y espíritu. En algunas noches anteriores me desesperaba y me sentaba a dibujar en una especie de trance.

Al llegar me saludó el papá de Delly, quien acomodaba unas cajas de tomates y lechugas, todavía manchadas de tierra negra del huerto.

Esta sencilla visión me hizo recordar a mi papá. Recordé la primera vez que me enseñó a hacer pan, creo que tendría unos 9 años cuando me acerqué a un horno y al meter una bandeja me quemé. Ese día mi mamá me dio un empujón por no haber tenido cuidado. Mis hermanos mayores ya sabían hacer pan pero ellos preferían mejor dedicarse a obtener los ingredientes y a repartir de casa en casa los panes para la gente más influyente del distrito 12. Mi papá solía hacer unas galletas de nuez que cuando era niño me regalaba a escondidas una que otra vez porque no podíamos permitirnos comérnoslas, si las hacíamos era para venderlas no para consumo propio.

Extrañé su voz diciéndome que hacer, como preparar la masa y como hacer el glaseado. Me gusto tanto todo lo que me enseñaba que aprendí rápido. Luego de un tiempo supe que a Prim le gustaban mis creaciones. Algunas veces la escuché hablando con mi padre sobre mis pasteles cuando iba a hacer intercambio de queso por pan y otras cuando la veía con Katniss viendo el aparador con una gran alegría.

Katniss.

Después de nuestra pelea no habíamos vuelto a hablar. Había dejado de llevarle pan y ella había dejado de buscarme en el nuevo Quemador.

No obstante me preguntaba si ella querría arreglar las cosas conmigo. Yo me sentía un poco arrepentido de haberle enfrentando porque en realidad ya no importaba el pasado. Las cosas habían cambiado tanto desde aquellos viajes por tren para festejar nuestra victoria que parecía bastante irreal.

¿Qué importaba si ella había dormido en mis brazos? ¿Qué importaba si ante la gente del capitolio me colmaba de besos y atenciones? y ¿Qué si ella había preferido abandonarme y hacer su vida con Gale? En sí no había cambiado en nada el final de la historia: el que Katniss jamás iba a elegirme, pasara lo que pasara.

Sonaba un poco extraño pero el haber sido de alguna manera manipulado por el Capitolio durante mi tortura hizo que yo pensara en ciertas cosas. Por una parte creía que Katniss me había lastimado dándome falsas expectativas sobre lo nuestro y por el otro que ella no tenía la culpa de nada porque en realidad ella jamás pronunció ni una palabra de amor hacia a mí a solas.

Sin embargo, mientras fuimos tributos luchando por nuestras vidas en los Juegos del Hambre, Katniss me besó de una forma que me cimbró todo mi ser. Era como si quisiera decirme que ella me pertenecía. Entonces recordé que cuando estábamos en el capitolio, Gale me dijo que ella nunca lo había besado como a mí. ¿Pero qué quería decir eso?

Pero ahora me sentía un poco confuso con respecto a mis sentimientos, como si por un lado estuviera enojado con Katniss y por el otro no podía estar sin ella.

Simplemente la Guerra nos cambió, quisiéramos o no.

Con desanimo fui colocando poco a poco las cestas de pan y otras cosas. Casi de inmediato llegaron clientes.

Había hecho galletas de jengibre y nuez, tartas de moras y fresas, panes rellenos de queso, chocolate y crema. Los panes de siempre. Los primeros en volar fueron las galletas y tartas. La gente me saludaba y me decían lo delicioso que estaban mis panes y tartas. Algunos viejos conocidos mencionaban a mi padre y yo trataba de sonreír y dar las gracias aunque mi ánimo estuviera un poco apagado.

― Sí que andas muy distraído hoy. ― Dijo Delly haciéndome pegar un brinco.

― ¿Perdón? ― dije parpadeando.

― Que se nota que estás distraído y…triste.

― Sólo estoy… cansado. ― dije bajando la mirada.

― No importa si no me dices, de todas formas ya lo sé.

Levanté la mirada.

― ¿Y eso como lo sabes?

― Peeta… ― rodó sus ojos. ― He visto a Katniss evitar pasar por este lado del Quemador. Antes pasaba muy a menudo por aquí.

No había algo que se le escapara a Delly. No me parecía que antes fuera tan perceptiva pero creo que después de haber vivido en el distrito 13 y sobrevivir una guerra no le quedo más remedio que aprender.

― Bueno, cada quien tiene sus actividades.

Delly alzó una ceja y viendo mi expresión empezó a escoger unos panecillos.

― Peeta ¿Por qué no hablas con ella?

Negué con la cabeza.

― No tengo por qué.

― Mentiroso. ¿Crees que no te he visto que la buscas con la mirada cuando sabes que es la hora que esté por aquí?

Suspiré. Tomé los panecillos de Delly y los envolví en papel.

― No estoy seguro de que deba de hacer. En realidad nunca he estado peleado con alguien, excepto con mis hermanos… antes. ― La voz se me fue apagando.

Delly se encogió de hombros.

― Solo trata de encontrar un momento a solas y arréglenlo. No es divertido verte así.

Mi amiga se fue dejándome una canasta con verduras y legumbres. No me dio mucho tiempo de pensar las cosas porque en eso llego Sae la grasienta con una pequeña cacerola de sopa humeante.

― ¿Qué te parece esta cacerola de sopa de venado a cambio de 3 barras de pan de centeno? ― dijo sonriente.

Sonreí de lado y asentí. El olor me llegaba delicioso. Yo no había probado la comida de Sae antes, mi madre creía que era impropio consumir lo del antiguo Quemador porque eso solo lo hacía la gente de la Veta pero yo creía que después de todo no sabía tan mal.

Sae se llevó sus panes y prometí devolverle su cacerola en la siguiente pasada. Recordé que no había desayunado y que estaba muerto de hambre. Así que en un sentón comencé a devorarlo.

Estaba terminando mi almuerzo cuando a lo lejos la vi. Llevaba unos conejos en el hombro. Sentí que una corriente eléctrica me sacudió y que mi estomago se oprimió fuertemente. Platicaba con unos viejos amigos del Quemador. Sonreía y mostraba los conejos amarrados de las patas. Solo vi que uno de ellos tomo los conejos y le dio algo a cambio.

Ella no se fue de inmediato sino que se sentó en unas cajas de madera a seguir charlando mientras mordisqueaba una manzana. No podría explicar lo que sentí al notar que Katniss no volteaba a verme.

Me ignora.

Apreté los labios y me crucé de brazos. En realidad me moría de ganas por ir a verla, por saber de ella, por pedirle disculpas y tratar de recuperar la poca amistad que teníamos.

¿Por qué siempre soy un débil con ella?

― Hola Peeta. ― Me interrumpió una voz.

Vi a Sae la grasienta nuevamente con gesto apenado.

― Hola Sae. ¿Vienes por tu cacerola? ― dije poniéndome de pie nuevamente.

― ¡Oh no, Peeta! Pero si ya la tienes limpia me la llevaré.

― Está totalmente limpia. ― dije mostrando el fondo del recipiente. ― Y debo confesarte que estuvo delicioso lo que preparaste.

Creo que el tono que use fue muy dulce porque Sae soltó risitas.

― Se me olvidó… ― Se aclaró la garganta. ― Se me olvidó pedirte unos panes para Katniss.

Me puse totalmente serio.

― ¿Por qué no vino Katniss a recogerlos? ― le pregunté mirando hacia donde estaba Katniss.

Sae dejó caer un conejo en la mesa.

― ¿Me vas a dar los panes o no?

Yo sonreí de lado con desgana.

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― Si claro. ― Me quedé mirando el conejo. ― ¿Cuántos debo de darte por el animal?

― Katniss me dijo que lo que considere justo.

¡JUSTO! Pensé. ¿A que jugaba conmigo? ¿Qué no podía decirme el número de panes, pasteles o tartas que quería? Ahora yo tenía que decidir qué era lo justo entre nosotros. Si le daba 2 y ella esperaba 3 entonces era injusto pero si ella esperaba 2 y le doy 3 ella pensaría que creo que se muere de hambre y estaría pegándole a su orgullo.

― Sae… no puedo hacer esto. ― dije soltando el aire. ― Solo dime cuantos panes espera ella que yo le dé por su conejo.

La mujer respiró hondo.

― Espera dos.

― Gracias. ― dije envolviendo rápidamente los panes que sabía que a Katniss le gustaban.

― Peeta. ― dijo Sae en voz baja. ― Espero que arreglen pronto sus problemas porque es muy incomodo esta situación.

Levanté una ceja y asentí la cabeza.

― Por cierto, luces verdaderamente mal. Todo pálido y ojeroso. Deberías ir al bosque a tomar un poco de aire.

― No creo que sea buena idea ir al bosque ahora. ― dije en cierto tono que Sae sabía bien a que me refería.

― No te preocupes. Ya no regresará a cazar.

Le entregué los panes a Sae y se despidió con la cabeza. Yo me quede un poco confuso pero observé como Sae se aproximaba a Katniss y le entregaba sus panes. Por el movimiento de sus labios entendí que Katniss le dio las gracias y luego se los guardó en una mochila que traía.

Siguió sin mirarme.

Estaba que me llevaba el colmo. Si no fuera porque el maldito orgullo me lo prohibía, caminaba hasta donde Katniss y le decía que de una buena vez le bajáramos a nuestro asunto.

Decidí no volver a mirarla sino que en su lugar me puse a platicar con mi vecino de puesto, el Sr. Wells. Estuvimos un largo rato charlando sobre las nuevas construcciones, las nuevas noticias que televisaban desde el capitolio y el avance de las nuevas fábricas en nuestro distrito. Me comentaba que uno de sus hijos estaba interesado en trabajar en dichas fábricas. Yo le seguí en la plática mientras me mordía las ansias de voltear a mirarla.

Al final, miré de reojo y vi que ya no estaba. Me pregunté si ella me habría mirado al menos una vez.

Al terminar, aún quedaban unas buenas horas para aprovechar la luz del sol. Pensé un momento en que hacer. No tenía ánimos de estar encasa, mucho menos ir con Haymitch. Así que después de unos minutos decidí que debía llevar mis cosas a la casa y luego dar una vuelta por el bosque como bien me lo había sugerido Sae.

Sin embargo el teléfono sonó. Me extrañó mucho que alguien me hablara. ¿Quién podría ser? Al levantar el auricular. Una voz muy conocida me sobresaltó.

― ¡Hasta que por fin alguien me contesta! ¿Dónde rayos se meten todos ustedes?

― ¿Johanna?

― ¿Y quién más? ― Johanna hizo un chasquido de fastidio. ― Le he estado marcando a Katniss y nunca contesta, luego a Haymitch quien me contestó una vez pero creo que estaba tan ebrio que me dejo colgada y Peeta ¿qué haces ahora con tu tiempo que no logro contactarte?

Empecé a reírme.

― Johanna en verdad ya te extrañaba.

― Si, si… lo suponía. Luego de ser vecinos de calabozo no nos queda más remedio que extrañarnos.

El humor negro de Johanna hizo que ampliara mi sonrisa.

― ¿Y estás en casa?

― No y no vas a creer donde me encuentro ahora. ― hizo una pausa. ― Vine al distrito 4 a acompañar a Annie en el parto.

Me quedé mudo.

― ¿Qué? ¿Estás con Annie? ¿Ella está bien?

― Ella está bien, Peeta. Lo que sucede es que me preocupe un día que me llamó y me dijo que Finnick no quería que estuviera sola durante el parto.

Esto último me dejo sin habla. Annie no podía haber dicho eso porque Finnick Odair estaba muerto.

― Si Peeta, da miedo pero ella dice que lo ve. Le he explicado que no es real pero ella insiste en que algunas veces habla con Finnick. La he escuchado contarle todas las novedades de su embarazo, los planes que hay con el bebé y otras cosas.

― Suponía que no sería fácil para ella pero ¿la ha visto un doctor?

― Si pero físicamente esta perfecta. El bebé está creciendo muy bien solo que emocionalmente está sensible. Hasta el momento, el que ella pretenda que ve a Finnick o que puede hablar con él no le afecta. Creo que sólo es para protección de ella y que así no se sienta sola. Lo curioso es que no lo hace siempre, algunas veces habla de Finnick como si estuviera muerto y en otros como si estuviera vivo.

Nos quedamos un rato en silencio. Como si no fuera suficiente el dolor de nuestras respectivas historias para encima sumarnos la tragedia que vivía Annie ahora sin su esposo.

― Espero que todo resulte bien en el parto. ― dije aclarándome la garganta.

― Bueno, ya faltan poco y a veces se siente muy cansada como para ir a la playa pero ella quiere estar ahí lo más que pueda.

― ¿Cómo lo llevas con tu problema?

― ¿Lo del agua?

― Si.

― Creo que mucho mejor. No salgo como loca en cuanto me cae el agua de la regadera pero le temo mucho entrar al mar. No soporto la idea de entrar en él como lo hace Annie, ya le dije que si la veo ahogándose yo no acudiré a ella.

― Tengo que decirte que admiro lo que haces Johanna. Dejar tu hogar para ir a ayudarle…

― Es algo que le debo a Finnick. ― dijo con un poco de tristeza. ― No puedo dejarla cuando sé que ahora necesita de alguien.

― Buscó a la persona correcta. ― dije entre risitas.

― ¿Escucho un poco de ironía en tu voz? Porque quiero que sepas que si puedo hacer algo lindo por alguien.

― Claro que puedes ser amable Johanna. Me sorprende sí pero no me cuesta creerlo. Haz hecho otras cosas que son igual de amables.

― Bien pero ya he hablado mucho de mí. ¿Qué me dices de ti? ¿Cómo te va con la sinsajo?

Me mordisquee el labio inferior antes de hablar.

― Creo que no muy bien.

― ¿Por qué? ¿Siguen distanciados?

― Peor. Ya no nos hablamos. Tuvimos una discusión hace días.

― ¿Discusión de qué?

― Bueno, le reproché unas cosas del pasado.

Johanna se tomó unos segundos antes de hablar.

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― ¿Por el asuntillo del chico Gale?

― También por otras cosas, como que mi recuperación la pasé solo.

― La mayoría de nosotros la pasamos solos. ― dijo seria.

― Pero entre Katniss y yo no debía ser así. Lo que teníamos era especial.

― Tú lo has dicho Peeta, era especial pero no era real. ¿No era una farsa para el Capitolio el ser los amantes trágicos? ¿No sabías que ella le pertenecía a otro?

― Si. ― dije sintiéndome molesto por la forma en que me lo decía.

― Entonces Peeta no todo es la culpa de ella. Hay decisiones que ella tuvo que tomar, ¿que no fueron buenas?, tal vez. ¿Que dañó a la gente?, si. ¿Algunos murieron por eso?, Claro pero ante todo ella tenía una meta y esa era mantener a su familia a salvo. A ella no le importaba ni Gale ni tú solo su hermanita y su mamá. Yo hubiera hecho lo mismo de tener una familia.

Me sentí terrible con las palabras de Johanna. Todos de alguna manera fuimos egoístas. ¡Estábamos en crisis! ¡En una guerra! Y yo en lo único que pensaba en ese entonces era en porque Katniss había sido tan injusta conmigo.

― Mira Peeta, no quiero que te sientas terrible por lo que dije. En realidad estuvo bien que le dijeras lo que pensabas. Normalmente no es algo que haces. Eres una persona que vale mucho la pena tener como amigo, así que creo que ella va a buscarte.

― No lo creo. Ella tiene otras cosas en que pensar que preocuparse por mí.

Escuché un suspiro de Johanna.

― Oigo al chico enamorado que declaro su ferviente amor en televisión.

― No, Johanna. No siento que esté enamorado de ella. Creo que mi sentir es más que nada por perderla a ella como amiga.

― Y ella a ti como amigo. Me encanta como se engañan ambos pero es su problema. ― Johanna hizo una leve pausa. ― Voy a llamarte nuevamente cuando tenga noticias del bebé de Annie. Ojala un día puedas venir a visitarla.

El cambio de tema de Johanna me reconfortó.

― Trataré de ir aunque sea unos días pero sabes que las cosas están un poco extrañas ahora.

― Si, todo ese asunto de reconstruir. Haz lo que tengas que hacer, solo date un tiempo. ¿Sí?

Me despedí de Johanna con cierto pesar. En realidad tenía ganas de seguir charlando con ella. Nuestra relación se había vuelto muy amistosa y me gustaba platicar con ella. Ahora con la apertura de los distritos ya podíamos viajar a donde fuera aunque viajar por placer era algo intrascendente, las personas estaban más ocupadas en rehacer sus vidas.

Vi que el cielo comenzó a tronar. Me acerqué a la ventana y noté unas nubes oscuras. Ya no podría ir al bosque con la lluvia acechando. Así que me fui mientras tanto al patio trasero de la casa con la idea de guardar en el cobertizo unos costales de harina para que no se afectaran con la lluvia. Revisé que todo estuviera bien y di un vistazo a mi pequeño huerto.

Unas gotas de lluvia cayeron en mi cara. La lluvia se avecinaba.

Entré rápidamente en cuanto sentí que se soltó la lluvia. Subí a mi habitación para darme una ducha y hacer un cambio de ropa.

Un trueno se escuchó. Me pregunté si Katniss estaría bien.

Me terminé de bañar y decidí acostarme un rato en mi cama mientras pensaba en todo lo que había platicado. Pensé en Katniss, en Johanna, en mi padre…luego de eso tuve la sensación de sentirme más solo que nunca.

Cerré mis ojos solo para escuchar la caída de la lluvia. Intenté no pensar en Katniss pero me era imposible. Como si fuera un programa de esos del capitolio, veía imágenes sin parar donde Katniss era la protagonista: la veía con su vestido en llamas, la ropa de los juegos, su traje de novia…

De ahí se escuchó un fuerte estruendo. Abrí mis ojos y me senté. Comencé a sentir una sensación inquietante, algo me dio miedo. Traté de calmarme pero con precaución miré a mi alrededor.

Escuché un sonido.

Algo que reconocía.

Unas voces.

De pronto cayó una neblina en el que había sombras, se escuchaban susurros. Yo me levanté de inmediato y comencé a buscar de donde provenían esos susurros. Escuché una voz conocida: la de mi madre. De entre la neblina apareció con la mitad del rostro quemado y luego surgió mi padre con el abdomen perforado.

olvidaremos.

por **Thalassa Deméter.** Dom 03 Jun 2012, 10:54 am

OMG! que lindo cap!
Esa Johanna tan directe e hiriente... Jja, la amo
Pobre Annie, siempre me dio penilla la pobre..
SIGUELA!
Me encantaaaaa!
Bss

por **» Carrie Hutchie'Mellark** Jue 05 Jul 2012, 5:57 pm

OOOOOOOOOOOOOOH GOD!

abjgndabghgad ¡NEW READER IN LOVE HERE!

¡Me encanta, me encanta, me encantaaaaaaaaaaa! *-------------* Amé cómo planteaste todo; ya me muero de ganas de que vayas a subir uno nuevo; quiero saber qué pasará ahora y cómo llegarán hasta el final mis amados Peeniss :B

por **Call me Aly.** Sáb 07 Jul 2012, 9:09 pm

OMG! Yo ya la daba por muerta, no la leúa ni el tato. Jajaja, yo tengo capitlo desde mucho pero ahora mismo no estoy en mi ordenador y no se como le hare. Bueno me buscare la vida, se los subire.

por **Thalassa Deméter.** Dom 08 Jul 2012, 4:00 am

Srita. Aly Greengrass escribió:OMG! Yo ya la daba por muerta, no la leúa ni el tato. Jajaja, yo tengo capitlo desde mucho pero ahora mismo no estoy en mi ordenador y no se como le hare. Bueno me buscare la vida, se los subire.

¡SIIIII! ¡CAAAAAP! *¡emocionadísssimaaaa!" te esperamooos, tu tranquila :) cuando puedas :)

por **Call me Aly.** Dom 08 Jul 2012, 4:12 am

Como buena persona, me lleve un Pen lleno de Word con capítulos tanto de esta como de Dangerous... , haber si no me entran virus por que de este ordenador que ocupa más que mi cabeza en realidad me espero cualquier cosa. xD

por **Call me Aly.** Dom 08 Jul 2012, 4:17 am

Todo...

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Me gritaban cosas que yo no entendía pero de sus bocas salía sangre a borbotones. Yo estaba horrorizado. Me tapé los oídos para no escuchar sus voces. Intenté correr pero mi cuerpo estaba paralizado, solo lograba caminar hacia atrás hasta topar con la pared de la habitación. Luego mis padres desaparecieron y miré con terror hacia la puerta. Aparecieron mutos en forma de perros, como los de los primeros juegos. Yo estaba temblando pero seguía sin poder moverme. Quise gritar pero no pude. De pronto una sombra surgió de una esquina de la habitación. Era Katniss.

Los mutos se le echaron encima mientras la mordían y arrancaban sus extremidades. Katniss gritaba. Imploraba que la dejaran. Luego vi sus ojos suplicándome que la matara.

Logré gritar. ¡Katniss! ¡Katniss!

Quise ir hacia ella pero estaba inmovilizado. El olor a veneno me envolvió. Uno de los mutos dejo a Katniss y se acercó con su hocico ensangrentado, gruñéndome y mostrándome sus dientes.

Está muerta ¡Katniss! ¡Katniss!

― ¡Katniss!

― ¡Peeta!

― Katniss. ― Escuché mi voz mientras alguien me tomaba de las muñecas.

― ¡Peeta despierta! ¡Despierta!

― Está muerta. ¡Está muerta! ― grité gimoteando.

― Peeta abre los ojos. ¡No es real!

No sentía la fuerza para moverme. Sólo intentaba zafarme sin éxito.

― Peeta abre los ojos, por favor. ¡Mírame!

Abrí mis ojos pero no lograba ver nada, sólo una sombra. En eso sentí que mi cuerpo tenía de nuevo movilidad y quise empujar a la sombra.

De inmediato este Ente empujó fuertemente mis muñecas contra la cama y sentí como ponía su peso sobre el mío. Hice un intento más por zafarme pero de ahí sentí la opresión de sus labios.

― Peeta. ― Susurró entre el beso. ― Soy Katniss.

En seguida identifique su aroma, sus labios, el calor de su cuerpo, el ritmo de sus besos. No había olvidado ni un detalle de su cercanía.

Parpadeé un momento para quitar mi ceguera y vi los mechones de cabello oscuro cayéndome en la frente. Sus ojos estaban fuertemente cerrados y sus labios me besaban con una dulzura que estaban acelerando los latidos de mi corazón.

Cerré mis ojos nuevamente y relajé todo mi cuerpo, aunque seguía temblando. Busqué la manera de soltarme una muñeca para poder deslizar mi mano hacia su cintura. En cuanto hice esto sentí como Katniss se estremeció.

En eso se detuvo y abrió los ojos para encontrarse con los míos. No estoy seguro que expresión tenía pero ella al verme se sonrojó considerablemente. Creo que yo estaba en una mezcla de éxtasis y fervor. Tal vez con un regocijo que no podía precisar.

― Discúlpame Peeta. ― dijo quedamente mientras se separaba de mí.

Yo parpadeé confuso. Todavía asimilando lo que había pasado. Miré a mi alrededor y me di cuenta que estaba acostado sobre mi cama. Katniss traía la ropa y el cabello humedo. Había cruzado entre la lluvia para venir a verme.

― Estabas dormido. Tenías una pesadilla.

Yo no supe que decir. Aun estaba demasiado perplejo para hablar. ¿Por qué estaba aquí?

― Fue la única manera que se me ocurrió para hacerte saber que estabas soñando, parecía que lo creías muy real. Discúlpame. ― dijo sin mirarme directamente.

Yo negué con la cabeza.

― ¿Qué estás haciendo aquí? ― fue lo único que se me ocurrió decir.

Katniss se paró y se mordió el labio inferior.

― Te llamé por teléfono y no contestabas.

― No escuché nada. ― dije con el ceño fruncido.

― Creí que podían ser los truenos que no dejaban escuchar el timbre del teléfono.

Me quedé mirando a Katniss fijamente. Vi como una gota de lluvia le rodaba hacia el mentón.

― ¿Cómo entraste?

― Por la parte de atrás. No estaba cerrada.

― Si pero realmente ¿qué haces aquí?

La chica respiró hondamente.

― Vine a buscarte…― Katniss desvió un poco la mirada y luego la fijó en mí. ― Johanna me dijo que ibas a irte al distrito 4.

― ¿Hablaste con Johanna?

― Tuve que. El teléfono no dejaba de sonar como trastornado. Pensé que a lo mejor era mi madre que quería saber de mí.

― Tiene días que intenta hablar con uno de nosotros.

― Bueno, hoy fue bastante insistente. ― dijo con una media sonrisa. ― Y me contó lo de Annie y Finnick, el bebé y que vas a irte con ella.

Me levanté de la cama y me paré junto a Katniss. Estaba tratando de descifrar en su expresión eso de "irte con ella".

― ¿Sabes que Johanna está con Annie para ayudarle con su parto?

― Si, me contó todo.

― ¿Qué te dijo exactamente de lo de ir al distrito 4?

― Me dijo que le habías asegurado que irías porque te sentías muy solo y que le habías dicho que la extrañabas.

El rostro de Katniss estaba serio pero yo tenía ganas de reírme. Era algo irónico porque momentos antes había tenido un episodio de terror y ahora me hacía gracia los artificios de Johanna.

― ¿Te vas a ir Peeta? ¿Vas a cambiarte de distrito?

Ahora la mirada de Katniss era una mezcla de tristeza y suplica. Yo sentí que las piernas se me doblaban. Me pregunté qué era lo que intentaba Johanna con su historia.

― ¿Y que si me voy? ― Susurré mientras alzaba una ceja.

Katniss bajó la mirada y la vi dudando.

― Si te vas… bueno…

Me quedé en silencio.

― Tienes el derecho a decidir a donde ir Peeta. Solo es que si te vas quiero que antes hablemos. Estoy aquí porque quiero aclarar las cosas contigo.

Yo solté el aire. Suponía que Katniss estaba decidida a soltarme ahora sus reproches.

― Lo que voy a decir no es fácil para mí. Nunca he sido buena con las palabras y tú lo sabes. ― dijo desviando la mirada. ― Sólo te pido que me escuches.

Levantó su mirada y yo asentí con la cabeza.

― Tienes razón, Peeta. En realidad soy un ser muy egoísta pero nunca antes había sabido cómo hacer las cosas. Mi ignorancia sobre los sentimientos me hizo darle la espalda a los tuyos.

Yo quise hablar pero ella levantó un dedo.

― Déjame continuar. ― Respiró profundamente. ― Vivía en continua presión, no solo de salvarle la vida a mi familia haciéndome pasar por tu prometida y esposa, sino que posteriormente tenía que ser la sinsajo que reclutaría a rebeldes para una causa a la que no sabía si apoyarla o no. Te puedo asegurar Peeta que me cuestioné muchas veces si lo que estaba haciendo no iba a causarte problemas. Pensé muchas veces en tu seguridad, me angustié cuando vi que te estaban torturando. Cuando Haymitch me dio la noticia de que te rescatarían sentí mucho alivio y no puedes imaginar lo feliz que estaba cuando me enteré que te habían rescatado vivo. Solo para darme cuenta que tu visión hacia a mi fue distorsionada por los métodos de tortura que aplicaron contigo.

Sentí que la voz de Katniss tembló un poco.

― Me sentí terrible cuando pasaba el tiempo y solo querías matarme. Te abandoné, eso es cierto. Te abandoné cuando creí que no podría recuperar al viejo Peeta. No tuve la capacidad para luchar por ti y lo siento de verdad. Discúlpame.

¿Luchar por mí? Pensé.

― Me prometí protegerte del Capitolio pero lo que debí hacer fue protegerte de mí misma.

Tragué saliva.

― Yo también cometí errores Katniss. ― dije en voz baja.

― Sí pero los míos fueron peores. Me hice indiferente cuando los demás se hicieron indiferentes a vernos morir de hambre a mi familia y a mí. Tuve que dejar de divagar como una niña para sacar adelante a Prim porque mi madre estaba más preocupada por llorar el luto de mi padre que ver por sus hijas. Vagué muerta de hambre por la ciudad, pensando en darme por vencida, tal vez declarar a mi madre incompetente e irnos al orfanatorio. ― Katniss hizo una pausa y me miró intensamente. ― La razón por la que estoy parada aquí con vida, es por ti Peeta.

Al escuchar el tono que usó al decir mi nombre me dio un estremecimiento.

― El día que me regalaste los panes, me regalaste la esperanza de vivir, de que no todo estaba perdido. Ese día en la escuela busqué tu mirada para darte las gracias y al encontrarnos desviaste tu cara y yo bajé la mía sintiéndome apenada y en eso vi ese diente de león. El que me dio la idea de volverme cazadora.

Katniss tragó un poco de saliva y creí ver que sus ojos se cristalizaban pero continuó.

― Luego de eso no pude romper la conexión contigo Peeta. No me di cuenta de eso hasta que estuvimos en los Juegos del Hambre. Luego quise romperlo pero no pude.

Un conjunto de rayos y truenos hicieron que las luces de la casa parpadearan.

― Katniss… terminemos de…

― No quiero perderte. ― dijo de inmediato. ― ¡No quiero perder al chico del pan!

Yo me quedé mudo. Mirándola con los ojos muy abiertos mientras ella lloraba en silencio. El chico del pan. ¿Así era como Katniss me identificaba? ¿Todo este tiempo mientras yo creía que pasaba desapercibido para ella, ya me llamaba así? ¿Desde el momento en que subí a ese estrado como tributo entonces ya sabía quién era yo?

― Quiero que intentemos ser amigos, Peeta. ― dijo acercándose a mí. ― No quiero que te vayas del distrito 12.

El tono de suplica de sus palabras me hizo estremecer. Sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas juntándose con las gotas de humedad en su rostro.

― Katniss. ― dije con un nudo en la garganta. ― No voy a ir a ningún lado. Lo que Johanna quiso decir es que iré al distrito 4 a visitar a Annie y su bebé. No es discutible que sea pronto, tengo muchas cosas que organizar aquí pero en cuanto lo planee, te avisaré.

― Es que yo creí que te irías para siempre. ― dijo secándose las lágrimas.

― Bueno no se de que manera lo habrá dicho ella pero te aseguro que lo que te digo es verdad.

No tuve tiempo de añadir más nada porque Katniss echó sus brazos a mi cuello inesperadamente.

― Perdóname, Peeta. ― dijo escondida en mi pecho.

― Perdóname tú también, Katniss. ― Contesté abrazándola con mucha fuerza.

Estuvimos abrazados por largo tiempo. Sintiendo el calor de nuestros cuerpos fusionados en ese abrazo. Luego de eso Katniss me soltó y me contó su proyecto de sanación. El Dr. Aurelius lo había aprobado, sólo necesitaba de mis dotes de pintor.

En realidad, aunque era un proyecto de Katniss sentía que también iba a sanarme a mí. Katniss me pidió incluir a mi familia y amigos, a todas las personas que cayeron en la guerra.

Katniss no tocó el tema sobre su plática con Johanna pero suponía que sus intenciones era acercarnos. No sé si Katniss intuía que de alguna manera Johanna había manipulado lo de mi visita al distrito 4 para que ella reconsiderara su posición hacia a mí.

El beso de Katniss fue como un despertar de mi largo letargo. No fue nada comparado con el último que me dio en el capitolio. Este fue un beso que sentí real aunque solo fuera para despertarme de una pesadilla.

Fue el beso que me hizo confirmar algo que Haymitch me había dicho, no importaba cuánto daño me hicieron, al final solo tenía que recordar que se sentía estar al lado de Katniss Everdeen.

Ahora solo faltaba averiguar si ella podía llegar a amarme.

...tiene su lógica

por **Thalassa Deméter.** Dom 08 Jul 2012, 4:29 am

¡OMFG! ¡OMFG! ¡OMFG!
¡no sabes cuanto me emocioné al ver el capítulo, fue tan hermoso!
casí me caigo de la silla al ver que Katniss fue a visitar a Peeta, para salvarle de sus pesadillas, y... ¡le besó! Fue algo tan hermoso que no sé como explicarlo con palabras. Me quedé muda, pensando que él ya no sentía nada y al final... La ama. Y estoy segura de que ella también y es que solamente es una testaruda... O tiene miedo... ¡Argh! ¡No lo sé! Solo sé que amé el capitulo, que adoro tu novela y que ansio más capítulos para saber como sigue la historia de amor de ls dos amantes trágicos del distrito 12 *-* ¡aaw! son tan lindos, ~~que envidia~~
Siguela cuando puedas, yo por ahora, soy feliz :)
Bss lindísima y hermosísima escritora :hug:

por **» Carrie Hutchie'Mellark** Lun 16 Jul 2012, 5:00 pm

¡DIOS! *--------------------* ¡Amé el capítulo! ANGVKADNGDKANG porfa sube el próximo cuando puedas; ¡estaré esperando ansiosísima! *-----*

por **adraft** Jue 30 Ago 2012, 3:00 pm

saludos!!!

me ha gustado mucho tu continuacion, he leido varias pero siemplemente la tuya es la mejor, me ha agradado mucho mas, ya q la narras desde el punto de vista de peeta, estare esperando el siguiente capitulo

no la dejes asi, enserio me ha encantado

:bounce: :cheers:

por **Call me Aly.** Miér 17 Oct 2012, 2:36 am

Paralizada hasta nuevo aviso.

Always {Peeta & Katniss} - Página 2 387460

por **Thalassa Deméter.** Miér 17 Oct 2012, 7:20 am

Call me Aly. escribió:
Paralizada hasta nuevo aviso.

Oh, que mal :( Bueno... Pues... Esperaremos :)

por **Dannie Everlark** Sáb 17 Nov 2012, 10:00 pm

Realmente,no sé que sucede con mis emociones en este instante. Son casi las dos de la mañana y yo estoy aquí metida en mi cama escuchando a Taylor Swift con el computador sobre mi regazo llorando por lo que acabo de leer.No sabes cuanto tiempo esperé que alguien escribiera un fanfic como el tuyo.Lo que haz hecho aquí es...Perfecto,hermoso.La verdad es que estoy conmocionada.Te felicito por lo que haz logrado como escritora! escribes y usas las palabras demasiado bien,tanto así,que dejas al lector completamente metido en la historia.Me encantaría poder escribir como tu lo haces,porque sinceramente,mi fanfic es un trozo de pan quemado en comparación con el tuyo :( Espero que la sigas pronto y prometo continuar leyendo hasta el final de la novela :(L):

Un abrazo de oso peludo y muchos besos para ti! :D
-Dannie :hug:

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