Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 6 de 16. • Comparte
Página 6 de 16. • 1 ... 5, 6, 7 ... 11 ... 16
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
Dedicado a Fernanda (:
CAPÍTULO 05 |Parte Uno|
Joe llegó a la M25 antes de recuperar el sentido común. Tomó la primera salida, paró en un área de servicio, apagó el motor y golpeó el volante con las manos.
¿Qué diablos estaba haciendo? ¡Ella sólo estaba bromeando! Eso era todo. Nada drástico. ______ solía tomarle el pelo, pero él lo había olvidado. Había olvidado todo tipo de cosas. Lo que sentía al abrazarla, al acariciarla, al penetrarla…
Tragó saliva. No. No podía permitirse pensar en eso.
Era demasiado pronto, todavía le quedaba mucho para que _____ le permitiera tanto. Pero la deseaba, quería tocarla, abrazarla, sentir su calor.
Se sentía solo. Demasiado solo sin ella.
Así que no podía hacerlo, no podía tirar la toalla, dejar a sus pequeñas y salir huyendo ¡porque ella había bromeado sobre el maldito ajo!
Tras un suspiro, arrancó el motor, salió del aparcamiento y regresó hacia la A12 para volver junto a su esposa.
Joe no regresaba.
_____ estaba sentada junto a la ventana y, acurrucada contra el cristal, había esperado a que cerrara el pub, pero no había rastro de Joe.
¿Y si había tenido un accidente? ¿Y si se había salido de la carretera a causa del enfado? Durante los últimos días había estado muy enfadado, más enfadado de lo que ella lo había visto jamás. ¿Era culpa de ella?
Debía de serlo, si no, ¿qué más podía ser?
Y a saber dónde estaba él, quizá con el coche volcado en cualquier lado.
De pronto, unos faros iluminaron el jardín, cegándola mientras Joe apagaba el motor. Ella oyó cómo cerraba la puerta del coche y el sonido de sus pisadas sobre la grava.
Joe se detuvo para mirarla a través del cristal. Después, negó con la cabeza y se dirigió a la puerta.
—Lo siento —dijo, una vez en el interior.
—No, yo soy quien lo siente —respondió ella, y se acercó—. No debería haber sido tan mala contigo.
—Está bien, no es culpa tuya. Reaccioné de manera exagerada.
—No, no. Lo hiciste lo mejor que pudiste. Yo sabía que no sabes cocinar, y debería haberte ayudado en lugar de ponerte en un apuro por haberme criticado.
—Mi intención no era criticarte. Sólo preguntaba. Lo siento si te pareció una crítica.
Demasiados «lo siento». ¿En boca de Joe? Ella negó con la cabeza y se acercó a la cocina.
—Olvídalo. ¿Has comido?
—No. Me iba a casa. Llegué a la M25 antes de recuperar el sentido común.
_____ frunció el ceño.
—¡Eso está a ochenta kilómetros!
—Lo sé. Estaba… Bueno, digamos que tardé un poco en calmarme. Lo que es ridículo. Así que no, no he comido, y sí, por favor, si no se ha estropeado. Y no es que crea que quizá lo hayas estropeado. Yo ya hice mi trabajo.
—Está bien —dijo ella, dispuesta a comérselo aunque le dieran arcadas—. Bueno, creo que ¿estaba a punto de servirte un vaso de vino?
Él se rió.
—Suena bien.
—¿Blanco o tinto?
Joe sonrió.
—Tinto. Compensará el ajo —dijo con ironía.
_____ sonrió y le dio la botella y un vaso. Se volvió hacia la paella, levantó la tapa y pestañeó al percibir su olor, pero sirvió los platos, se sentaron a la mesa y comieron en silencio. Hasta que, finalmente, Joe empujó el plato y la miró a los ojos.
—Está un poco fuerte para mí —dijo él.
_____ dejó el tenedor y sonrió.
—Yo no tengo mucha hambre —mintió—. ¿Preparo té?
—No, estoy bien con el vino, pero sí me tomaría una tostada o algo.
—¿Queso con tostaditas? ¿O busco una tarta de manzana en el congelador y la meto en el horno?
—Suena bien. Podemos tomarla más tarde, después del queso.
_____ se rió, retiró los platos de la mesa, sacó el queso y metió la tarta de manzana en el horno. Después, sacó un vaso y se sirvió vino.
—Lo siento, no pensé que quisieras un poco.
—Está bien. No suelo beber porque sigo dando de mamar, pero esta noche… Bueno, he decidido acompañarte.
—Estupendo.
Ella lo miró por encima del borde del vaso.
—¿Por qué estabas tan enfadado? —le preguntó—. No sólo ha sido por lo del ajo.
Él suspiró y se pasó la mano por el cabello.
—No lo sé. Es este sitio.
—¿Esta casa? ¡Es maravillosa!
—Oh, estoy seguro, pero odio la idea. Eres mi mujer, _____*. No quiero que vivas en casa de otro hombre.
Ella lo miró, preguntándose si no lo habría perdonado demasiado pronto.
—Resulta que nosotras estamos contentas aquí.
—¿Y no podríais estar contentas en vuestra propia casa?
—¿Quieres decir en tu casa?
Él suspiró.
—No, en la tuya. Yo te compraría una, la pondría a tu nombre. Al menos, te debo eso, si no quieres regresar conmigo. Estamos hablando de darles una casa a mis hijas, por el amor de Dios.
—Yo puedo darles una casa a tus hijas.
—Sí, en casa de otra persona, ¡viviendo de su generosidad! No me gusta, _____*. No me gusta nada. No me gusta quedarme aquí, no me gusta la idea de que él pueda regresar en cualquier momento, ni de que tenga derecho a estar aquí. Quiero tener privacidad mientras solucionamos esto, y todo el rato me siento como si estuviera esperando a que apareciera él.
_____ lo miró pensativa y suspiró.
—Bueno, entonces, quizá no esté tan mal que quieras comprarme una casa, porque él regresará dentro de un mes y yo me quedaré en la calle.
—Siempre podrías regresar conmigo.
—¿Al apartamento? No creo.
—Podríamos comprar una casa en Londres. En Hampstead, en Barnes o Richmond…
—O podría quedarme aquí, en Suffolk, cerca de mis amigos.
—¿Tienes amigos aquí?
—Por supuesto que sí. Están Jane y Peter, y he hecho otros amigos, muchos, a través del hospital, del grupo de apoyo de gemelos, y de un grupo para madres que hay en el pueblo y que se reúnen a tomar café.
Él la miró como si fuera un bicho raro.
—O sea, que quieres quedarte aquí.
—Sí. Al menos hasta que sepamos qué va a pasar con nosotros. No tengo ninguna infraestructura en Londres, Joe. Allí me sentiría muy sola y sé que, si vivimos allí, tú estarías todo el día fuera, yendo a la oficina a cada momento, y antes de que me diera cuenta estarías en Nueva York, Tokio o Sidney.
—Muy bien. Así que quieres una casa aquí. ¿Hay alguna en venta?
Ella soltó una carcajada.
—No tengo ni idea, Joe. No he mirado.
—¿Y qué pensabas hacer?
—No estoy segura —dijo, bajando la vista. «¿Volver con él? No. ¿Decírselo? ¿Llamarlo? Casi seguro, porque no hacerlo habría sido muy injusto».
—¿Cómo va la tarta?
—Oh. No lo sé.
_____ abrió el horno y la sacó. Estaba crujiente y olía de maravilla.
—Ya está.
—Pues vamos a comérnosla y ya nos preocuparemos por la casa más tarde.
Diablos. _____ quería quedarse allí, ¿en medio de Suffolk?
Con sus amigos. Unos amigos que él no había conocido, de los que sólo había oído hablar porque ella apenas los veía. Así que no había podido localizarla a través de ellos porque tampoco tenía ni idea de dónde encontrarlos.
Ella había quedado con Jane un par de veces, y había pasado un fin de semana, o dos, con ella, cuando todavía vivían en Berkshire. Él recordaba que _____ había dicho que se mudaban, pero no recordaba adónde. Y puesto que él no sabía cuál era el apellido de Jane, no había sido de gran ayuda.
Y, para ella, ¿ellos eran más importantes que él?
No. Basta. _____ no había dicho eso. Simplemente había dicho que hasta que no supiera qué pasaba con ellos, prefería quedarse cerca de sus amigos y de sus quehaceres.
Era comprensible. Él se sentía completamente perdido sin su vida habitual.
—¿Está bien?
—¿El qué? —preguntó Joe, frunciendo el ceño.
—La tarta. ¿Está buena?
La tarta. Él miró su plato y se percató de que apenas la había probado.
—Sí, está buena. Muy buena. Gracias.
—Estabas en otro planeta.
Él esbozó una sonrisa.
—No, estaba aquí mismo, preguntándome qué pasará después —confesó él.
—¿Después?
—Me refiero a la casa.
_____ lo miró un instante y, al notar que se ponía colorada, miró a otro lado.
—Ah. Um… Ya. Bueno, supongo que tendré que ponerme a mirar.
¿De qué diablos creía que estaba hablando? A menos que…
No. No estaba interesada, ya se lo había dejado claro. Y de hecho, aparte del beso que él le había robado, ella no lo había tocado más que por accidente.
Entonces, ¿por qué se sonrojaba?
CAPÍTULO 05 |Parte Uno|
Joe llegó a la M25 antes de recuperar el sentido común. Tomó la primera salida, paró en un área de servicio, apagó el motor y golpeó el volante con las manos.
¿Qué diablos estaba haciendo? ¡Ella sólo estaba bromeando! Eso era todo. Nada drástico. ______ solía tomarle el pelo, pero él lo había olvidado. Había olvidado todo tipo de cosas. Lo que sentía al abrazarla, al acariciarla, al penetrarla…
Tragó saliva. No. No podía permitirse pensar en eso.
Era demasiado pronto, todavía le quedaba mucho para que _____ le permitiera tanto. Pero la deseaba, quería tocarla, abrazarla, sentir su calor.
Se sentía solo. Demasiado solo sin ella.
Así que no podía hacerlo, no podía tirar la toalla, dejar a sus pequeñas y salir huyendo ¡porque ella había bromeado sobre el maldito ajo!
Tras un suspiro, arrancó el motor, salió del aparcamiento y regresó hacia la A12 para volver junto a su esposa.
Joe no regresaba.
_____ estaba sentada junto a la ventana y, acurrucada contra el cristal, había esperado a que cerrara el pub, pero no había rastro de Joe.
¿Y si había tenido un accidente? ¿Y si se había salido de la carretera a causa del enfado? Durante los últimos días había estado muy enfadado, más enfadado de lo que ella lo había visto jamás. ¿Era culpa de ella?
Debía de serlo, si no, ¿qué más podía ser?
Y a saber dónde estaba él, quizá con el coche volcado en cualquier lado.
De pronto, unos faros iluminaron el jardín, cegándola mientras Joe apagaba el motor. Ella oyó cómo cerraba la puerta del coche y el sonido de sus pisadas sobre la grava.
Joe se detuvo para mirarla a través del cristal. Después, negó con la cabeza y se dirigió a la puerta.
—Lo siento —dijo, una vez en el interior.
—No, yo soy quien lo siente —respondió ella, y se acercó—. No debería haber sido tan mala contigo.
—Está bien, no es culpa tuya. Reaccioné de manera exagerada.
—No, no. Lo hiciste lo mejor que pudiste. Yo sabía que no sabes cocinar, y debería haberte ayudado en lugar de ponerte en un apuro por haberme criticado.
—Mi intención no era criticarte. Sólo preguntaba. Lo siento si te pareció una crítica.
Demasiados «lo siento». ¿En boca de Joe? Ella negó con la cabeza y se acercó a la cocina.
—Olvídalo. ¿Has comido?
—No. Me iba a casa. Llegué a la M25 antes de recuperar el sentido común.
_____ frunció el ceño.
—¡Eso está a ochenta kilómetros!
—Lo sé. Estaba… Bueno, digamos que tardé un poco en calmarme. Lo que es ridículo. Así que no, no he comido, y sí, por favor, si no se ha estropeado. Y no es que crea que quizá lo hayas estropeado. Yo ya hice mi trabajo.
—Está bien —dijo ella, dispuesta a comérselo aunque le dieran arcadas—. Bueno, creo que ¿estaba a punto de servirte un vaso de vino?
Él se rió.
—Suena bien.
—¿Blanco o tinto?
Joe sonrió.
—Tinto. Compensará el ajo —dijo con ironía.
_____ sonrió y le dio la botella y un vaso. Se volvió hacia la paella, levantó la tapa y pestañeó al percibir su olor, pero sirvió los platos, se sentaron a la mesa y comieron en silencio. Hasta que, finalmente, Joe empujó el plato y la miró a los ojos.
—Está un poco fuerte para mí —dijo él.
_____ dejó el tenedor y sonrió.
—Yo no tengo mucha hambre —mintió—. ¿Preparo té?
—No, estoy bien con el vino, pero sí me tomaría una tostada o algo.
—¿Queso con tostaditas? ¿O busco una tarta de manzana en el congelador y la meto en el horno?
—Suena bien. Podemos tomarla más tarde, después del queso.
_____ se rió, retiró los platos de la mesa, sacó el queso y metió la tarta de manzana en el horno. Después, sacó un vaso y se sirvió vino.
—Lo siento, no pensé que quisieras un poco.
—Está bien. No suelo beber porque sigo dando de mamar, pero esta noche… Bueno, he decidido acompañarte.
—Estupendo.
Ella lo miró por encima del borde del vaso.
—¿Por qué estabas tan enfadado? —le preguntó—. No sólo ha sido por lo del ajo.
Él suspiró y se pasó la mano por el cabello.
—No lo sé. Es este sitio.
—¿Esta casa? ¡Es maravillosa!
—Oh, estoy seguro, pero odio la idea. Eres mi mujer, _____*. No quiero que vivas en casa de otro hombre.
Ella lo miró, preguntándose si no lo habría perdonado demasiado pronto.
—Resulta que nosotras estamos contentas aquí.
—¿Y no podríais estar contentas en vuestra propia casa?
—¿Quieres decir en tu casa?
Él suspiró.
—No, en la tuya. Yo te compraría una, la pondría a tu nombre. Al menos, te debo eso, si no quieres regresar conmigo. Estamos hablando de darles una casa a mis hijas, por el amor de Dios.
—Yo puedo darles una casa a tus hijas.
—Sí, en casa de otra persona, ¡viviendo de su generosidad! No me gusta, _____*. No me gusta nada. No me gusta quedarme aquí, no me gusta la idea de que él pueda regresar en cualquier momento, ni de que tenga derecho a estar aquí. Quiero tener privacidad mientras solucionamos esto, y todo el rato me siento como si estuviera esperando a que apareciera él.
_____ lo miró pensativa y suspiró.
—Bueno, entonces, quizá no esté tan mal que quieras comprarme una casa, porque él regresará dentro de un mes y yo me quedaré en la calle.
—Siempre podrías regresar conmigo.
—¿Al apartamento? No creo.
—Podríamos comprar una casa en Londres. En Hampstead, en Barnes o Richmond…
—O podría quedarme aquí, en Suffolk, cerca de mis amigos.
—¿Tienes amigos aquí?
—Por supuesto que sí. Están Jane y Peter, y he hecho otros amigos, muchos, a través del hospital, del grupo de apoyo de gemelos, y de un grupo para madres que hay en el pueblo y que se reúnen a tomar café.
Él la miró como si fuera un bicho raro.
—O sea, que quieres quedarte aquí.
—Sí. Al menos hasta que sepamos qué va a pasar con nosotros. No tengo ninguna infraestructura en Londres, Joe. Allí me sentiría muy sola y sé que, si vivimos allí, tú estarías todo el día fuera, yendo a la oficina a cada momento, y antes de que me diera cuenta estarías en Nueva York, Tokio o Sidney.
—Muy bien. Así que quieres una casa aquí. ¿Hay alguna en venta?
Ella soltó una carcajada.
—No tengo ni idea, Joe. No he mirado.
—¿Y qué pensabas hacer?
—No estoy segura —dijo, bajando la vista. «¿Volver con él? No. ¿Decírselo? ¿Llamarlo? Casi seguro, porque no hacerlo habría sido muy injusto».
—¿Cómo va la tarta?
—Oh. No lo sé.
_____ abrió el horno y la sacó. Estaba crujiente y olía de maravilla.
—Ya está.
—Pues vamos a comérnosla y ya nos preocuparemos por la casa más tarde.
Diablos. _____ quería quedarse allí, ¿en medio de Suffolk?
Con sus amigos. Unos amigos que él no había conocido, de los que sólo había oído hablar porque ella apenas los veía. Así que no había podido localizarla a través de ellos porque tampoco tenía ni idea de dónde encontrarlos.
Ella había quedado con Jane un par de veces, y había pasado un fin de semana, o dos, con ella, cuando todavía vivían en Berkshire. Él recordaba que _____ había dicho que se mudaban, pero no recordaba adónde. Y puesto que él no sabía cuál era el apellido de Jane, no había sido de gran ayuda.
Y, para ella, ¿ellos eran más importantes que él?
No. Basta. _____ no había dicho eso. Simplemente había dicho que hasta que no supiera qué pasaba con ellos, prefería quedarse cerca de sus amigos y de sus quehaceres.
Era comprensible. Él se sentía completamente perdido sin su vida habitual.
—¿Está bien?
—¿El qué? —preguntó Joe, frunciendo el ceño.
—La tarta. ¿Está buena?
La tarta. Él miró su plato y se percató de que apenas la había probado.
—Sí, está buena. Muy buena. Gracias.
—Estabas en otro planeta.
Él esbozó una sonrisa.
—No, estaba aquí mismo, preguntándome qué pasará después —confesó él.
—¿Después?
—Me refiero a la casa.
_____ lo miró un instante y, al notar que se ponía colorada, miró a otro lado.
—Ah. Um… Ya. Bueno, supongo que tendré que ponerme a mirar.
¿De qué diablos creía que estaba hablando? A menos que…
No. No estaba interesada, ya se lo había dejado claro. Y de hecho, aparte del beso que él le había robado, ella no lo había tocado más que por accidente.
Entonces, ¿por qué se sonrojaba?
-Lizz-
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
AWWW me encanto
creo que Joe se merece que sea mas linda con él
siguela!!!!!!!
creo que Joe se merece que sea mas linda con él
siguela!!!!!!!
aranzhitha
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
Siguelaaa! Pliss
Que pasara a hora con larayis y joe
Sube cap pronto!
Que pasara a hora con larayis y joe
Sube cap pronto!
☎ Jimena Horan ♥
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
~ElizabethLovesJotabe escribió:Dedicado a Fernanda (:
CAPÍTULO 05 |Parte Uno|
Joe llegó a la M25 antes de recuperar el sentido común. Tomó la primera salida, paró en un área de servicio, apagó el motor y golpeó el volante con las manos.
¿Qué diablos estaba haciendo? ¡Ella sólo estaba bromeando! Eso era todo. Nada drástico. ______ solía tomarle el pelo, pero él lo había olvidado. Había olvidado todo tipo de cosas. Lo que sentía al abrazarla, al acariciarla, al penetrarla…
Tragó saliva. No. No podía permitirse pensar en eso.
Era demasiado pronto, todavía le quedaba mucho para que _____ le permitiera tanto. Pero la deseaba, quería tocarla, abrazarla, sentir su calor.
Se sentía solo. Demasiado solo sin ella.
Así que no podía hacerlo, no podía tirar la toalla, dejar a sus pequeñas y salir huyendo ¡porque ella había bromeado sobre el maldito ajo!
Tras un suspiro, arrancó el motor, salió del aparcamiento y regresó hacia la A12 para volver junto a su esposa.
Joe no regresaba.
_____ estaba sentada junto a la ventana y, acurrucada contra el cristal, había esperado a que cerrara el pub, pero no había rastro de Joe.
¿Y si había tenido un accidente? ¿Y si se había salido de la carretera a causa del enfado? Durante los últimos días había estado muy enfadado, más enfadado de lo que ella lo había visto jamás. ¿Era culpa de ella?
Debía de serlo, si no, ¿qué más podía ser?
Y a saber dónde estaba él, quizá con el coche volcado en cualquier lado.
De pronto, unos faros iluminaron el jardín, cegándola mientras Joe apagaba el motor. Ella oyó cómo cerraba la puerta del coche y el sonido de sus pisadas sobre la grava.
Joe se detuvo para mirarla a través del cristal. Después, negó con la cabeza y se dirigió a la puerta.
—Lo siento —dijo, una vez en el interior.
—No, yo soy quien lo siente —respondió ella, y se acercó—. No debería haber sido tan mala contigo.
—Está bien, no es culpa tuya. Reaccioné de manera exagerada.
—No, no. Lo hiciste lo mejor que pudiste. Yo sabía que no sabes cocinar, y debería haberte ayudado en lugar de ponerte en un apuro por haberme criticado.
—Mi intención no era criticarte. Sólo preguntaba. Lo siento si te pareció una crítica.
Demasiados «lo siento». ¿En boca de Joe? Ella negó con la cabeza y se acercó a la cocina.
—Olvídalo. ¿Has comido?
—No. Me iba a casa. Llegué a la M25 antes de recuperar el sentido común.
_____ frunció el ceño.
—¡Eso está a ochenta kilómetros!
—Lo sé. Estaba… Bueno, digamos que tardé un poco en calmarme. Lo que es ridículo. Así que no, no he comido, y sí, por favor, si no se ha estropeado. Y no es que crea que quizá lo hayas estropeado. Yo ya hice mi trabajo.
—Está bien —dijo ella, dispuesta a comérselo aunque le dieran arcadas—. Bueno, creo que ¿estaba a punto de servirte un vaso de vino?
Él se rió.
—Suena bien.
—¿Blanco o tinto?
Joe sonrió.
—Tinto. Compensará el ajo —dijo con ironía.
_____ sonrió y le dio la botella y un vaso. Se volvió hacia la paella, levantó la tapa y pestañeó al percibir su olor, pero sirvió los platos, se sentaron a la mesa y comieron en silencio. Hasta que, finalmente, Joe empujó el plato y la miró a los ojos.
—Está un poco fuerte para mí —dijo él.
_____ dejó el tenedor y sonrió.
—Yo no tengo mucha hambre —mintió—. ¿Preparo té?
—No, estoy bien con el vino, pero sí me tomaría una tostada o algo.
—¿Queso con tostaditas? ¿O busco una tarta de manzana en el congelador y la meto en el horno?
—Suena bien. Podemos tomarla más tarde, después del queso.
_____ se rió, retiró los platos de la mesa, sacó el queso y metió la tarta de manzana en el horno. Después, sacó un vaso y se sirvió vino.
—Lo siento, no pensé que quisieras un poco.
—Está bien. No suelo beber porque sigo dando de mamar, pero esta noche… Bueno, he decidido acompañarte.
—Estupendo.
Ella lo miró por encima del borde del vaso.
—¿Por qué estabas tan enfadado? —le preguntó—. No sólo ha sido por lo del ajo.
Él suspiró y se pasó la mano por el cabello.
—No lo sé. Es este sitio.
—¿Esta casa? ¡Es maravillosa!
—Oh, estoy seguro, pero odio la idea. Eres mi mujer, _____*. No quiero que vivas en casa de otro hombre.
Ella lo miró, preguntándose si no lo habría perdonado demasiado pronto.
—Resulta que nosotras estamos contentas aquí.
—¿Y no podríais estar contentas en vuestra propia casa?
—¿Quieres decir en tu casa?
Él suspiró.
—No, en la tuya. Yo te compraría una, la pondría a tu nombre. Al menos, te debo eso, si no quieres regresar conmigo. Estamos hablando de darles una casa a mis hijas, por el amor de Dios.
—Yo puedo darles una casa a tus hijas.
—Sí, en casa de otra persona, ¡viviendo de su generosidad! No me gusta, _____*. No me gusta nada. No me gusta quedarme aquí, no me gusta la idea de que él pueda regresar en cualquier momento, ni de que tenga derecho a estar aquí. Quiero tener privacidad mientras solucionamos esto, y todo el rato me siento como si estuviera esperando a que apareciera él.
_____ lo miró pensativa y suspiró.
—Bueno, entonces, quizá no esté tan mal que quieras comprarme una casa, porque él regresará dentro de un mes y yo me quedaré en la calle.
—Siempre podrías regresar conmigo.
—¿Al apartamento? No creo.
—Podríamos comprar una casa en Londres. En Hampstead, en Barnes o Richmond…
—O podría quedarme aquí, en Suffolk, cerca de mis amigos.
—¿Tienes amigos aquí?
—Por supuesto que sí. Están Jane y Peter, y he hecho otros amigos, muchos, a través del hospital, del grupo de apoyo de gemelos, y de un grupo para madres que hay en el pueblo y que se reúnen a tomar café.
Él la miró como si fuera un bicho raro.
—O sea, que quieres quedarte aquí.
—Sí. Al menos hasta que sepamos qué va a pasar con nosotros. No tengo ninguna infraestructura en Londres, Joe. Allí me sentiría muy sola y sé que, si vivimos allí, tú estarías todo el día fuera, yendo a la oficina a cada momento, y antes de que me diera cuenta estarías en Nueva York, Tokio o Sidney.
—Muy bien. Así que quieres una casa aquí. ¿Hay alguna en venta?
Ella soltó una carcajada.
—No tengo ni idea, Joe. No he mirado.
—¿Y qué pensabas hacer?
—No estoy segura —dijo, bajando la vista. «¿Volver con él? No. ¿Decírselo? ¿Llamarlo? Casi seguro, porque no hacerlo habría sido muy injusto».
—¿Cómo va la tarta?
—Oh. No lo sé.
_____ abrió el horno y la sacó. Estaba crujiente y olía de maravilla.
—Ya está.
—Pues vamos a comérnosla y ya nos preocuparemos por la casa más tarde.
Diablos. _____ quería quedarse allí, ¿en medio de Suffolk?
Con sus amigos. Unos amigos que él no había conocido, de los que sólo había oído hablar porque ella apenas los veía. Así que no había podido localizarla a través de ellos porque tampoco tenía ni idea de dónde encontrarlos.
Ella había quedado con Jane un par de veces, y había pasado un fin de semana, o dos, con ella, cuando todavía vivían en Berkshire. Él recordaba que _____ había dicho que se mudaban, pero no recordaba adónde. Y puesto que él no sabía cuál era el apellido de Jane, no había sido de gran ayuda.
Y, para ella, ¿ellos eran más importantes que él?
No. Basta. _____ no había dicho eso. Simplemente había dicho que hasta que no supiera qué pasaba con ellos, prefería quedarse cerca de sus amigos y de sus quehaceres.
Era comprensible. Él se sentía completamente perdido sin su vida habitual.
—¿Está bien?
—¿El qué? —preguntó Joe, frunciendo el ceño.
—La tarta. ¿Está buena?
La tarta. Él miró su plato y se percató de que apenas la había probado.
—Sí, está buena. Muy buena. Gracias.
—Estabas en otro planeta.
Él esbozó una sonrisa.
—No, estaba aquí mismo, preguntándome qué pasará después —confesó él.
—¿Después?
—Me refiero a la casa.
_____ lo miró un instante y, al notar que se ponía colorada, miró a otro lado.
—Ah. Um… Ya. Bueno, supongo que tendré que ponerme a mirar.
¿De qué diablos creía que estaba hablando? A menos que…
No. No estaba interesada, ya se lo había dejado claro. Y de hecho, aparte del beso que él le había robado, ella no lo había tocado más que por accidente.
Entonces, ¿por qué se sonrojaba?
ME DEDICASTE UN CAP !
ME ENCANTO LO AME ME FASCINO :arre:
y se me acabaron los sinonimos :P :yonofui:
pero síguela si? :sad:
ADIOSÍN ! :happy:
fernanda
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
kashdkahdkahdkad noo me encantan!!! *o* ue la rayis no se haga bien que lo ama adora reocntra mua mua(? *sonido de besos* jkashdkahdkhaskdsad mi nombre?? natalia..pero decime Nats ;)
helado00
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
Su propia casa *-*
oh, me da cosita con Joe, esta haciendo su mejor esfuerzo... pero bueno, tiene que seguir recompensando el tiempo en el que fue un idiota, no? hahaha... 8)
¡Amo la nove! ¡Siguela!
oh, me da cosita con Joe, esta haciendo su mejor esfuerzo... pero bueno, tiene que seguir recompensando el tiempo en el que fue un idiota, no? hahaha... 8)
¡Amo la nove! ¡Siguela!
016melanie
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
Nueva lectora me encanta tu nove
Esta buenisima
SIGUELAAA
Esta buenisima
SIGUELAAA
MaleeJonas
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
ay no eli
no megusta que elos esten separados
quiero que se amen de nuevo jijjij :twisted:
no megusta que elos esten separados
quiero que se amen de nuevo jijjij :twisted:
andreita
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
MaleeJonas escribió:Nueva lectora me encanta tu nove
Esta buenisima
SIGUELAAA
Bienvenida Malee :)
-Lizz-
Re: ''Dos Pequeños Milagros'' (Joe & [tn])
~ElizabethLovesJotabe escribió:MaleeJonas escribió:Nueva lectora me encanta tu nove
Esta buenisima
SIGUELAAA
Bienvenida Malee :)
Graciass y SIGUELAAA :bounce:
MaleeJonas
Página 6 de 16. • 1 ... 5, 6, 7 ... 11 ... 16
Temas similares
» Los Milagros Si Existen!
» ♡ an impact is like a punch it may hurt put it passes.♡
» so fetch! ♡
» Mafiosos y Milagros. (Larry Stylinson)
» My moments |Galeria|
» ♡ an impact is like a punch it may hurt put it passes.♡
» so fetch! ♡
» Mafiosos y Milagros. (Larry Stylinson)
» My moments |Galeria|
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 6 de 16.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.