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Besar a un Angel Nick y Tu
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Besar a un Angel Nick y Tu
—¿Has visto a Miley?
—Se fue hace unos minutos.
Selly miró a ambos lados para cerciorarse de que estaban solas.
—¿Me das un cigarrillo?
—Me fumé el último esta mañana. Es un vicio horrible y además caro. Te
arrepentirás de engancharte a él, Selly.
—Aún no lo he hecho. Fumo sólo por distraerme. —Selly se paseó por la oficina,
tocando el escritorio, la parte superior del archivador, hojeando el calendario
de la pared.
—¿Sabe tu hermano que fumas?
— Soy lo sufientemente grande para saber que es lo debo de hacer y que no. Joe
no tiene porque saberlo… ¿Acaso vas a decírselo?
—No he dicho eso.
—Pues hazlo si quieres —repuso en tono agresivo. —De todos modos volverá a
enviarme con la tía Terry.
—¿Vives con ella?
—Sí. Pero tiene cuatro niños y la única razón por la que está dispuesta a
acogerme es el dinero que le envía Joe. Además, así tiene una canguro gratis
para el bebé. Mi madre no podía ni verla —su expresión se volvió amarga, —pero
Joe sólo quiere deshacerse de mí.
—No creo que sea así.
—Y tú qué sabes. A él sólo le importa el trabajo. Miley dice que no es culpa
mía, sino que Joe no sabe cómo tratar a las mujeres con las que no se puede
acostar, pero sé que lo dice para que me sienta mejor. Creo que sí fuera buena
con los malabarismos, él dejaría que me quedara.
Ahora comprendía ____(tn) por qué Selly siempre llevaba los aros consigo.
Estaba tratando de ganarse el afecto de su Joe. ___(tn) lo sabía todo sobre
cómo intentar complacer a un hermano y lo lamentó por esa chica de diesiocho
años.
—¿Has hablado con él? Quizá si supiera cómo te sientes no te haría volver con
tus tíos.
Ella puso su cara de chica dura.
—Como si fuera a importarle. Y mira quién va a darme consejos. Todo el mundo
habla de ti. Dicen que Nick se casó contigo porque estás embarazada.
—Eso no es cierto. —repuso ____(tn), pero antes de que pudiera añadir nada más,
sonó el teléfono y se volvió para contestar. —Circo de los Hermanos Cyrus...
—Con Nick Jonas, por favor —dijo una voz masculina.
—Lo siento, en este momento no está aquí.
—¿Podría decirle que lo llamó Jacob Salomón? Ya tiene mi número. Y dígale
también que el doctor Theobald está intentando ponerse en contacto con él.
—Le daré el recado. —Colgó y se preguntó quiénes serían esas personas mientras
anotaba el mensaje para Nick. Había demasiadas cosas sobre él que no sabía y
tío parecía que se las fuera a contar.
Selly se había ido mientras hablaba por teléfono. Con un suspiro, cerró con
llave el cajón de la recaudación, apagó las luces y salió de la caravana.
Los trabajadores ya habían desmantelado la casa de fieras y ___(tn) pensó en el
tigre. Se encaminó hacia el lugar donde estaba situada la jaula, dejándose
llevar hacia allí como si no tuviera ningún control sobre su destino.
La jaula estaba situada sobre una pequeña plataforma a un metro de altura. La
luz de los reflectores iluminaba el interior. A ___(tn) le latía con fuerza el
corazón mientras se acercaba lentamente. Sinjun se levantó y se giró hacia
ella.
La joven se quedó paralizada ante el impacto de esos ojos dorados. La mirada
del tigre era hipnótica, directa, sin parpadeos. Sintió cómo un escalofrío le
recorría la espalda y cómo se ahogaba en los ojos dorados del animal.
«El destino.»
La palabra atravesó la mente de ___(tn) como si no fuera ella quien la hubiera
puesto allí, sino el tigre. «El destino.»
No fue consciente de lo mucho que se había acercado a la jaula hasta que
percibió el olor almizcleño del animal, un aroma que debería de haber sido
desagradable pero que, sin embargo, no lo era. Se detuvo a menos de un metro de
los barrotes y se quedó inmóvil. Los segundos dieron paso a los minutos y
___(tn) perdió la noción del tiempo.
«El destino.» La palabra volvió a resonar en la mente de la joven.
El tigre
era un macho enorme, tenía las patas gigantescas y una marca blanca en la parte
inferior
del cuello. ___(tn) comenzó a temblar cuando el aplastó las orejas dejando a la
vista las ovaladas
marcas blancas de estas; de alguna manera ella supo que aquel era un gesto de
amistad. El tigre
desplegó los bigotes y le ensenó los dientes. El sudor se deslizó entre los
pechos de ___(tn)
cuando el animal emitió un rugido; el sonido diabólico de una película de
terror.
No pudo apartar la vista del tigre, aunque supo que era eso lo que él quería.
El animal le lanzaba
una mirada de desafío: ella debía apartar la vista primero. Y ___(tn) quería
hacerlo —no era su
intención desafiar al tigre, —pero se había quedado paralizada.
Los barrotes parecieron desvanecerse entre ellos y ella sintió como si no
tuviera ninguna
protección ante él. El tigre podía abrirle la garganta de un zarpazo, pero aun
así, ____(tn) no
podía moverse. Miró directamente a los ojos del animal y sintió como si éste le
leyera el alma.
Pasó el tiempo. Los minutos. Las horas. Los años. Con ojos que no parecían
suyos, ___(tn) vio sus
propias debilidades y defectos; los miedos que la mantenían prisionera. Se vio
en su privilegiada
vida, doblegándose ante voluntades más fuertes que la suya, asustada de
enfrentarse a cualquiera,
intentando complacer a todo el mundo menos a sí misma. Los ojos del tigre le
revelaron todo lo que
quería mantener oculto.
Y luego parpadeó.
El tigre.
No ella.
____(tn)
observó con asombro cómo desaparecían las marcas blancas de las orejas. El
animal
estiró su enorme cuerpo y se dejó caer sobre el suelo de la jaula, desde donde
la miró con
gravedad y le dio su veredicto:
«Eres débil y cobarde.»
___(tn) comprendió la verdad que le dictaban los ojos del tigre, y la sensación
de victoria por
haber sido capaz de sostenerte la mirada se evaporó dejándole las piernas
débiles y flojas. La
joven se hundió en la hierba, donde se sentó en silencio y se abrazó las
rodillas, observando al
animal sin miedo, aunque con cierto recelo.
Oyó la música que anunciaba el fin del espectáculo, las voces de los
trabajadores que iban de un
lado para otro del recinto y los sonidos habituales mientras recogían los
puestos. Casi no había
dormido la noche anterior y se fue adormeciendo poco a poco. Se le cayeron los
párpados, pero no
llegó a cerrarlos por completo. Apoyó la mejilla en las rodillas y continuó
observando al tigre
con los ojos entrecerrados mientras él le sostenía la mirada.
Estaban solos en el mundo; dos almas perdidas. ___(tn) percibió cada latido. El
aire le llenaba los
pulmones y el miedo se evaporó lentamente. Experimentó un profundo sentimiento
de paz. El alma de
la joven se unió a la del animal y se convirtieron en uno solo; en ese momento
podría haber sido
la comida y el sustento del animal, porque no existía ninguna barrera entre
ellos.
Y
entonces, más rápidamente de lo que hubiera podido imaginar, la paz se rompió y
se sintió
golpeada por una explosión de dolor que la hizo gemir. En el fondo de su mente
supo que ese dolor
provenía del tigre, no de ella, pero eso no hizo que le doliera menos.
«Santo Dios.» Se agarró el estómago y se dobló sobre sí misma. ¿Qué le estaba
ocurriendo?
«¡Dios mío, haz que se detenga!» No podía soportarlo.
Cayó de bruces en el suelo y en ese momento supo que iba a morir.
Tan bruscamente como había empezado, el dolor desapareció. Respiró hondo y se
puso de rodillas
temblando.
Los ojos del tigre ardieron de furia contenida. «Ahora sabes cómo se siente un
cautivo.»
Nick estaba furioso.
Miró a Miley Cyrus y, después, el látigo que él tenía enroscado en el puño. La
noche del sábado era el día de cobro de los empleados y algunos ya estaban
borrachos, así que llevaba el látigo como medida disuasoria. Sin embargo, no
eran los trabajadores los que le molestaban.
—¡A mí no me roba nadie! —declaró Miley, —y ___(tn) no va a librarse de ésta
porque sea tu esposa. —El tono bajo y firme acentuaba la rabia contenida de la
dueña del circo. El pelo color chocolate lanzaba destellos de fuego sobre su
espalda y le chispeaban los ojos.
La promesa que Nick le había hecho a Owen en el lecho de muerte hacía que
tuviera constantes enfrentamientos con su viuda. Miley Cyrus era su patrona y
estaba resuelta a presionarlo tanto como le fuera posible. Pero él estaba
decidido a respetar los deseos de Owen. Era un compromiso que no satisfacía a
ninguno de los dos y era inevitable que entre ellos surgiera una guerra
abierta.
—No tienes ninguna prueba de que ___(tn) cogiera el dinero.
Mientras lo decía, Nick se sintió furioso consigo mismo por intentar
defenderla. No había más sospechosos.
No le sorprendería que su esposa hubiera cogido dinero —ella habría pensado que
se lo merecía, —pero no había esperado que robara en el circo. Eso sólo
demostraba que su libido había nublado su buen juicio.
—Es cierto —espetó ella. —Comprobé la recaudación después de que se fuera.
Acéptalo, Nick, tu mujer es una ladrona.
—No quiero que la acuses antes de que hable con ella —dijo él con terquedad.
—El dinero ha desaparecido, ¿no es cierto? Y ___(tn) estaba a cargo de él. Si
ella no lo ha robado, ¿por qué se ha esfumado?
—La buscaré y le preguntaré.
—Quiero que la detengan, Nick. Me robó, y en cuanto la encuentres llamaré a la
policía.
Él se detuvo al instante.
—Nunca llamamos a la policía. Lo sabes tan bien como cualquiera. Si es culpable
yo me encargaré de ella igual que me encargaría de cualquier otra persona que
hubiera infringido la ley del circo.
—La última persona de la que te encargaste fue aquel conductor que vendía
drogas a los trabajadores. Lo dejaste hecho una piltrafa cuando acabaste con
él. ¿Piensas hacer lo mismo con ___(tn)?
—¡Ya está bien!
—Eres un gilipollas, ¿sabes? No vas a poder proteger a tu estúpida mujercita.
Quiero recuperar hasta el último centavo y luego quiero que la castigues. Y si no
lo haces a mi entera satisfacción, me aseguraré de que todo el peso de la ley
caiga sobre ella.
—Te he dicho que me encargaré de ella.
—Ya veo cómo lo haces.
Miley era la mujer más dura que conocía. La miró directamente a los ojos.
—__(tn) no tiene nada que ver con lo que pasó entre nosotros. No la utilices
para vengarte de mí.
Nick vio en los ojos de Miley un destello de vulnerabilidad que rara vez
exhibía, pero desapareció con la misma rapidez que apareció.
—Se fue hace unos minutos.
Selly miró a ambos lados para cerciorarse de que estaban solas.
—¿Me das un cigarrillo?
—Me fumé el último esta mañana. Es un vicio horrible y además caro. Te
arrepentirás de engancharte a él, Selly.
—Aún no lo he hecho. Fumo sólo por distraerme. —Selly se paseó por la oficina,
tocando el escritorio, la parte superior del archivador, hojeando el calendario
de la pared.
—¿Sabe tu hermano que fumas?
— Soy lo sufientemente grande para saber que es lo debo de hacer y que no. Joe
no tiene porque saberlo… ¿Acaso vas a decírselo?
—No he dicho eso.
—Pues hazlo si quieres —repuso en tono agresivo. —De todos modos volverá a
enviarme con la tía Terry.
—¿Vives con ella?
—Sí. Pero tiene cuatro niños y la única razón por la que está dispuesta a
acogerme es el dinero que le envía Joe. Además, así tiene una canguro gratis
para el bebé. Mi madre no podía ni verla —su expresión se volvió amarga, —pero
Joe sólo quiere deshacerse de mí.
—No creo que sea así.
—Y tú qué sabes. A él sólo le importa el trabajo. Miley dice que no es culpa
mía, sino que Joe no sabe cómo tratar a las mujeres con las que no se puede
acostar, pero sé que lo dice para que me sienta mejor. Creo que sí fuera buena
con los malabarismos, él dejaría que me quedara.
Ahora comprendía ____(tn) por qué Selly siempre llevaba los aros consigo.
Estaba tratando de ganarse el afecto de su Joe. ___(tn) lo sabía todo sobre
cómo intentar complacer a un hermano y lo lamentó por esa chica de diesiocho
años.
—¿Has hablado con él? Quizá si supiera cómo te sientes no te haría volver con
tus tíos.
Ella puso su cara de chica dura.
—Como si fuera a importarle. Y mira quién va a darme consejos. Todo el mundo
habla de ti. Dicen que Nick se casó contigo porque estás embarazada.
—Eso no es cierto. —repuso ____(tn), pero antes de que pudiera añadir nada más,
sonó el teléfono y se volvió para contestar. —Circo de los Hermanos Cyrus...
—Con Nick Jonas, por favor —dijo una voz masculina.
—Lo siento, en este momento no está aquí.
—¿Podría decirle que lo llamó Jacob Salomón? Ya tiene mi número. Y dígale
también que el doctor Theobald está intentando ponerse en contacto con él.
—Le daré el recado. —Colgó y se preguntó quiénes serían esas personas mientras
anotaba el mensaje para Nick. Había demasiadas cosas sobre él que no sabía y
tío parecía que se las fuera a contar.
Selly se había ido mientras hablaba por teléfono. Con un suspiro, cerró con
llave el cajón de la recaudación, apagó las luces y salió de la caravana.
Los trabajadores ya habían desmantelado la casa de fieras y ___(tn) pensó en el
tigre. Se encaminó hacia el lugar donde estaba situada la jaula, dejándose
llevar hacia allí como si no tuviera ningún control sobre su destino.
La jaula estaba situada sobre una pequeña plataforma a un metro de altura. La
luz de los reflectores iluminaba el interior. A ___(tn) le latía con fuerza el
corazón mientras se acercaba lentamente. Sinjun se levantó y se giró hacia
ella.
La joven se quedó paralizada ante el impacto de esos ojos dorados. La mirada
del tigre era hipnótica, directa, sin parpadeos. Sintió cómo un escalofrío le
recorría la espalda y cómo se ahogaba en los ojos dorados del animal.
«El destino.»
La palabra atravesó la mente de ___(tn) como si no fuera ella quien la hubiera
puesto allí, sino el tigre. «El destino.»
No fue consciente de lo mucho que se había acercado a la jaula hasta que
percibió el olor almizcleño del animal, un aroma que debería de haber sido
desagradable pero que, sin embargo, no lo era. Se detuvo a menos de un metro de
los barrotes y se quedó inmóvil. Los segundos dieron paso a los minutos y
___(tn) perdió la noción del tiempo.
«El destino.» La palabra volvió a resonar en la mente de la joven.
El tigre
era un macho enorme, tenía las patas gigantescas y una marca blanca en la parte
inferior
del cuello. ___(tn) comenzó a temblar cuando el aplastó las orejas dejando a la
vista las ovaladas
marcas blancas de estas; de alguna manera ella supo que aquel era un gesto de
amistad. El tigre
desplegó los bigotes y le ensenó los dientes. El sudor se deslizó entre los
pechos de ___(tn)
cuando el animal emitió un rugido; el sonido diabólico de una película de
terror.
No pudo apartar la vista del tigre, aunque supo que era eso lo que él quería.
El animal le lanzaba
una mirada de desafío: ella debía apartar la vista primero. Y ___(tn) quería
hacerlo —no era su
intención desafiar al tigre, —pero se había quedado paralizada.
Los barrotes parecieron desvanecerse entre ellos y ella sintió como si no
tuviera ninguna
protección ante él. El tigre podía abrirle la garganta de un zarpazo, pero aun
así, ____(tn) no
podía moverse. Miró directamente a los ojos del animal y sintió como si éste le
leyera el alma.
Pasó el tiempo. Los minutos. Las horas. Los años. Con ojos que no parecían
suyos, ___(tn) vio sus
propias debilidades y defectos; los miedos que la mantenían prisionera. Se vio
en su privilegiada
vida, doblegándose ante voluntades más fuertes que la suya, asustada de
enfrentarse a cualquiera,
intentando complacer a todo el mundo menos a sí misma. Los ojos del tigre le
revelaron todo lo que
quería mantener oculto.
Y luego parpadeó.
El tigre.
No ella.
____(tn)
observó con asombro cómo desaparecían las marcas blancas de las orejas. El
animal
estiró su enorme cuerpo y se dejó caer sobre el suelo de la jaula, desde donde
la miró con
gravedad y le dio su veredicto:
«Eres débil y cobarde.»
___(tn) comprendió la verdad que le dictaban los ojos del tigre, y la sensación
de victoria por
haber sido capaz de sostenerte la mirada se evaporó dejándole las piernas
débiles y flojas. La
joven se hundió en la hierba, donde se sentó en silencio y se abrazó las
rodillas, observando al
animal sin miedo, aunque con cierto recelo.
Oyó la música que anunciaba el fin del espectáculo, las voces de los
trabajadores que iban de un
lado para otro del recinto y los sonidos habituales mientras recogían los
puestos. Casi no había
dormido la noche anterior y se fue adormeciendo poco a poco. Se le cayeron los
párpados, pero no
llegó a cerrarlos por completo. Apoyó la mejilla en las rodillas y continuó
observando al tigre
con los ojos entrecerrados mientras él le sostenía la mirada.
Estaban solos en el mundo; dos almas perdidas. ___(tn) percibió cada latido. El
aire le llenaba los
pulmones y el miedo se evaporó lentamente. Experimentó un profundo sentimiento
de paz. El alma de
la joven se unió a la del animal y se convirtieron en uno solo; en ese momento
podría haber sido
la comida y el sustento del animal, porque no existía ninguna barrera entre
ellos.
Y
entonces, más rápidamente de lo que hubiera podido imaginar, la paz se rompió y
se sintió
golpeada por una explosión de dolor que la hizo gemir. En el fondo de su mente
supo que ese dolor
provenía del tigre, no de ella, pero eso no hizo que le doliera menos.
«Santo Dios.» Se agarró el estómago y se dobló sobre sí misma. ¿Qué le estaba
ocurriendo?
«¡Dios mío, haz que se detenga!» No podía soportarlo.
Cayó de bruces en el suelo y en ese momento supo que iba a morir.
Tan bruscamente como había empezado, el dolor desapareció. Respiró hondo y se
puso de rodillas
temblando.
Los ojos del tigre ardieron de furia contenida. «Ahora sabes cómo se siente un
cautivo.»
Nick estaba furioso.
Miró a Miley Cyrus y, después, el látigo que él tenía enroscado en el puño. La
noche del sábado era el día de cobro de los empleados y algunos ya estaban
borrachos, así que llevaba el látigo como medida disuasoria. Sin embargo, no
eran los trabajadores los que le molestaban.
—¡A mí no me roba nadie! —declaró Miley, —y ___(tn) no va a librarse de ésta
porque sea tu esposa. —El tono bajo y firme acentuaba la rabia contenida de la
dueña del circo. El pelo color chocolate lanzaba destellos de fuego sobre su
espalda y le chispeaban los ojos.
La promesa que Nick le había hecho a Owen en el lecho de muerte hacía que
tuviera constantes enfrentamientos con su viuda. Miley Cyrus era su patrona y
estaba resuelta a presionarlo tanto como le fuera posible. Pero él estaba
decidido a respetar los deseos de Owen. Era un compromiso que no satisfacía a
ninguno de los dos y era inevitable que entre ellos surgiera una guerra
abierta.
—No tienes ninguna prueba de que ___(tn) cogiera el dinero.
Mientras lo decía, Nick se sintió furioso consigo mismo por intentar
defenderla. No había más sospechosos.
No le sorprendería que su esposa hubiera cogido dinero —ella habría pensado que
se lo merecía, —pero no había esperado que robara en el circo. Eso sólo
demostraba que su libido había nublado su buen juicio.
—Es cierto —espetó ella. —Comprobé la recaudación después de que se fuera.
Acéptalo, Nick, tu mujer es una ladrona.
—No quiero que la acuses antes de que hable con ella —dijo él con terquedad.
—El dinero ha desaparecido, ¿no es cierto? Y ___(tn) estaba a cargo de él. Si
ella no lo ha robado, ¿por qué se ha esfumado?
—La buscaré y le preguntaré.
—Quiero que la detengan, Nick. Me robó, y en cuanto la encuentres llamaré a la
policía.
Él se detuvo al instante.
—Nunca llamamos a la policía. Lo sabes tan bien como cualquiera. Si es culpable
yo me encargaré de ella igual que me encargaría de cualquier otra persona que
hubiera infringido la ley del circo.
—La última persona de la que te encargaste fue aquel conductor que vendía
drogas a los trabajadores. Lo dejaste hecho una piltrafa cuando acabaste con
él. ¿Piensas hacer lo mismo con ___(tn)?
—¡Ya está bien!
—Eres un gilipollas, ¿sabes? No vas a poder proteger a tu estúpida mujercita.
Quiero recuperar hasta el último centavo y luego quiero que la castigues. Y si no
lo haces a mi entera satisfacción, me aseguraré de que todo el peso de la ley
caiga sobre ella.
—Te he dicho que me encargaré de ella.
—Ya veo cómo lo haces.
Miley era la mujer más dura que conocía. La miró directamente a los ojos.
—__(tn) no tiene nada que ver con lo que pasó entre nosotros. No la utilices
para vengarte de mí.
Nick vio en los ojos de Miley un destello de vulnerabilidad que rara vez
exhibía, pero desapareció con la misma rapidez que apareció.
Val's Matth.
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
—Odio desinflar ese precioso ego tuyo, pero veo que
aún no te has dado cuenta de que ya no me interesas en absoluto.
Se marchó airada y, mientras la observaba alejarse, Nick supo que mentía.
Los dos compartían una historia larga y complicada que se remontaba al verano
en que él tenía veintitres años y pasaba las vacaciones viajando con el circo
de los Hermanos Cyrus, y escuchando el punto de vista de Owen sobre los hombres
y las mujeres. Los trapecistas Cardoza también estaban en la gira de aquel
verano y Nick se enamoró perdidamente de la reina de la pista central, que por
aquel entonces tenía veinte años.
Se pasaba las noches soñando con su elegancia, su belleza, sus pechos. Las
chicas que había conocido hasta ese momento le parecían nada, comparadas con la
deliciosa e inalcanzable Miley. Además de desearla, sentía cierta afinidad con
ella porque ambos buscaban la perfección en su trabajo. Percibía en Miley una
voluntad similar a la suya.
Pero Miley también poseía una vena egocéntrica que su padre había alimentado y
que Nick nunca había tenido. Sam (padre de Miley) le había hecho creer a Miley
que era mejor que los demás. Sin embargo, la trapecista también tenía un lado
más suave y maternal y, aunque en aquel tiempo era muy joven, se comportaba
como una gallina clueca con los demás miembros de la compañía, les regañaba
cuando se portaban mal, llenaba sus estómagos con espaguetis y les aconsejaba
en amores.
Incluso a los veinte años le gustaba jugar a ser la gran matriarca y al poco
tiempo también había incluido a Nick en el clan, apiadándose del chico humilde
de veintitres años que la observaba con aquellos ojos tan ardientes. Se había
encargado de que Nick tomara comidas sanas y le decía a Owen que lo mantuviera
alejado de los trabajadores más pendencieros, ignorando el hecho de que Nick
llevaba demasiados años de circo en circo para que nadie
lo
protegiera.
Pero no era eso lo que Nick quería de Miley, que había acabado liándose con un
trapecista
mexicano que se llamaba Carlos Méndez. Al igual que Miley, Carlos pertenecía a
la última
generación de una vieja familia del circo y había sido contratado por el padre
de Miley para que
fuera el receptor de ésta en el trapecio.
Pero Sam (padre de Miley) tenía algo mis en mente. Aunque la ascendencia
circense de Carlos Méndez
no era tan impresionante como la de ellos, a ojos de Sam era lo suficientemente
aceptable para
convertirse en el progenitor de la siguiente generación de trapecistas, y Miley
había complacido a
su padre enamorándose de Carlos.
Los celos habían carcomido a Nick. Su linaje circense era más impresionante que
el de Méndez,
pero Miley sólo veía a un chico humilde flaco que sabía de caballos y tenía
talento con los
látigos. Ella le había contado sus planes para casarse con el elegante mexicano
que Sam había
contratado. Y que le permitiría poner a sus hijos el apellido.
El verano llegó al final y Nick estaba a punto de regresar a la universidad. La
familia de Miley
habían sido fichados por los Hermanos Ringling para hacer la gira de la
temporada siguiente. Carlos
se pavoneaba como un gallo arrogante, aunque por otro lado carecía de materia
gris, y el día que
Nick se marchaba, Miley entró inesperadamente en la caravana de Carlos y se lo
encontró desnudando
a una de las equilibristas.
Nick
jamás olvidaría esa noche. Cuando terminó la función se encontró a Miley
esperándolo. No
había llorado y parecía muy calmada.
—Ven conmigo.
A él ni se le ocurrió desobedecerla. Miley lo llevó al borde del recinto, donde
se introdujeron
en un pequeño espacio oscuro entre dos caravanas. El corazón de Nick comenzó a
latir con fuerza
ante los sombríos y clandestinos propósitos de Miley mientras se perdía en el
olor almizcleño de
su perfume.
La trapecista lo había mirado profundamente a los ojos. Sin decir ni una sola
palabra se abrió la
blusa y la dejó caer por los brazos. Aquellos pechos plenos, de redondos
pezones brillaron como
nieve bajo la luz de la luna que se colaba entre las caravanas. Miley le cogió
las manos y las puso
sobre sus pechos.
Él se había imaginado algo como eso cientos de veces, pero las fantasías no le
habían preparado
para tocar realmente aquellos pechos y sentir esos redondos pezones bajo los
dedos.
—Bésalos —dijo ella.
Los dedos de Miley bajaron a la cremallera de Nick. Éste aspiró profundamente
sobre la húmeda
piel de sus senos. Cuando ella lo tomó entre sus manos, Nick sintió que perdía
el control y
explotó con un ronco gemido.
Él se había estremecido de satisfacción y humillación. Miley había presionado
entonces sus
labios contra los de él, ofreciéndole un beso largo y profundo. Luego se apartó
y, aún con los
pechos desnudos y húmedos por la lengua de Nick, se giró entre las caravanas.
Fue
entonces cuando él se dio cuenta de que Carlos había estado allí todo el
tiempo,
observándolos.
El destello duro y triunfante en los ojos de Miley le dijo a Nick que ella lo
había sabido en todo
momento y la sensación provocada por aquella traición fue tan devastadora que
no pudo respirar.
Él no le importaba. Sólo lo había utilizado para vengarse.
Mientras observaba a su antiguo amante, Miley pareció olvidarse de que Nick
existía.
—He contratado a un nuevo receptor —dijo ella con frialdad. —Estás despedido.
—No puedes despedirme —estalló Carlos. —Soy un Méndez.
—No eres nada. Incluso este chico humilde es más hombre que tú.
Miley volvió a darse la vuelta y selló los labios de Nick con un beso. A pesar
de su lujuria, a
pesar de la neblina de la traición, él sintió una chispa de fría admiración que
lo asustó más
de lo que lo había hecho nunca el látigo de su tío. Comprendía aquella cruel
demostración de
amor propio. Como Miley, él jamás dejaría que alguien o algo amenazara lo que
era, sin importar
el precio que tuviera que pagar. A pesar de odiarla por haberlo utilizado como
un peón, no pudo
dejar de respetarla por ello.
Miley pasó los siguientes años como artista destacada en los grandes circos del
mundo y no hizo
otra gira con el circo de los Hermanos Cyrus hasta que su carrera comenzó a
declinar. Para
entonces, su padre ya había muerto y Miley, soltera y sin hijos, se había
convertido en la última
Cardoza.
Owen le
dio la bienvenida al circo de los Hermanos Cyrus y montó el espectáculo en
torno a ella.
Además, en sus infrecuentes conversaciones telefónicas con Nick, le reveló lo
suficiente como
para que éste dedujera que Owen estaba colado por ella.
Nick y Miley se habían reencontrado hacía dos veranos y, de inmediato, se hizo
evidente que había
habido un cambio en el equilibrio de poderes entre ellos. Nick conocía su
propia valía y hacía
mucho tiempo que había quedado atrás la baja autoestima que sentía siertos años
atras. Ella era
hermosa, inquieta y, por razones que él no comprendió de inmediato, estaba
soltera y sin hijos.
El fuego de la pasión crepitó con fuerza entre ellos, pero esta vez era ella la
que lo buscaba a
él. Nick no quería hacer daño a Owen y, al principio, ignoró las insinuaciones
sexuales de
Miley. Sin embargo, pronto se hizo evidente que el dueño del circo estaba
resignado a que los dos
se liaran y, con su peculiar idiosincrasia, se sintió ofendido cuando Nick
continuó desairando a
la mujer que él valoraba por encima de todas las cosas.
Finalmente, Nick la dejó entrar en su cama. Ella era ágil y suave, carnal y
apasionada, y él
jamás había disfrutado tanto del sexo. Le gustaba que ella fuera dura y,
también, no poder
hacerle daño. Porque aunque la apreciaba, no la amaba.
—¿Por qué no te has casado? —le preguntó Nick una noche sentado a la mesa en la
lujosa
caravana de Miley, donde ella se disponía a servirle la comida por segunda vez
en el día.
Los dos
llevaban puestas las batas, la de ella tenía un exótico estampado que hacía que
los
brillos de su pelo parecieran todavía más intensos. —Siempre he pensado que
querías tener
hijos. Tu padre no esperaba otra cosa.
Ella le puso un plato de lasaña delante y se volvió a la cocina para coger el
suyo. Pero no
volvió a la mesa. Se quedó inmóvil mirando fijamente la comida que había
preparado.
—Supongo que ambicioné demasiado. Ya sabes que hay cosas que no se pueden
tener. Los mejores
trapecistas nacemos con una habilidad especial y el hombre con el que me case tiene
que provenir de
una buena familia. No me casaré con cualquiera, y mucho menos sin amor. Amor y
linaje. Es una buena
combinación. —Llevó el plato a la mesa. —Mi padre solía decir que era mejor que
los de mi
familia se extinguieran antes que tener nietos sin sangre circense. —Se sentó y
cogió el
tenedor. —Bueno, hice mía esa máxima. Es preferible que los Cardoza se extingan
a casarme con un
perdedor hijo de puta al que no pueda respetar.
—Bien por ti.
Ella tomó un bocado de comida y volvió a dejar el tenedor en el plato. Después
observó
detenidamente a Nick, con un brillo provocador en los ojos.
—Los Jonas son todavía más importantes que los Cardoza.mi padre me dijo hace
años que no
debería haberte dejado escapar. Me reí de él porque por aquel entonces tú eras
sólo un chico
sin dinero, pero ahora todo es diferente. Somos los últimos de dos grandes
dinastías circenses.
Divertido, él negó con la cabeza.
—Yo no
tengo ninguna intención de perpetuar la dinastía Jonas. Lo siento, cariño, pero
tendrás
que buscar esperma circense en otro lado.
Ella se rio, pinchó un rollito de lasaña y se lo llevó a la boca.
—Menos mal que no te quiero. Si lo hiciera estarías perdido.
Su ardiente relación siguió adelante, tan lujuriosa y apacible que él no prestó
atención a la
manera, cada vez más posesiva, con la que ella lo trataba o cómo, poco a poco,
comenzó a
considerarlo su igual.
—Somos almas gemelas —le dijo ella una noche, con la voz ronca por la emoción,
—si fueras
mujer, serías yo.
Miley tenía razón, pero algo en el interior de Nick se rebeló ante la
comparación. Admiraba a
Miley, pero había algo en ella que le repelía. Puede que porque se veía
reflejado a sí mismo.
Para impedir que dijera nada más, se acomodó entre las piernas femeninas y
entró en ella con un
duro envite.
A pesar de los sutiles cambios en el comportamiento de Nick, él no estaba
preparado para lo que sucedió tina tarde de aquel verano en el recinto a las
afueras de Waycross, Georgia. Ese día ella le dijo que le amaba. Y cuando lo
hizo, él se dio cuenta de que hablaba totalmente en serio.
—Lo siento —dijo él tan suavemente como pudo cuando ella terminó su
declaración, —pero eso no va conmigo.
—Por
supuesto que sí. Es el destino. -Miley se negó a escuchar cuando Nick le dijo
que él nunca podría amar a nadie, que había perdido la capacidad de amar cuando
era un niño maltratado— y el brillo en los ojos de la joven le dijo que para
ella el rechazo no era más que un juego.
Se empeñó en hacerle cambiar de opinión con la misma determinación que empleó
antaño para conseguir el triple salto y, sólo cuando él estaba haciendo la
maleta para marcharse después de su última actuación en el circo, comprendió
que él no bromeaba. Nick jamás la había engañado.
No la amaba. Y no iba a casarse con ella.
Cuando por fin asimiló aquel tajante rechazo, todo lo que Miley creía sobre sí
misma se hizo
trizas y se volvió loca. Fue en ese momento cuando hizo lo inconcebible, lo que
nunca le
perdonaría. Fue cuando le rogó que no la dejara.
Nick era, sin duda, la única persona en el mundo que podía comprender la
enormidad de lo que ella
estaba destruyendo cuando lloró de rodillas ante él. Había doblegado su
orgullo, lo que hacía
que fuera quien era.
—Miley, basta. Tienes que parar. —Intentó levantarla, pero ella se aferró a él
y gritó con
una desesperación tan desgarradora que él se llevaría ese sonido consigo a la
tumba. En ese
momento Nick pudo ver cómo el amor que Miley sentía por él se convertía en
odio.
Owen
Cyrus, alertado por el ruido, había irrumpido, de repente, en la caravana y se
había dado
cuenta de lo que pasaba. Luego había mirado a Nick y le había señalado la
puerta con la cabeza.
—Vete, yo me encargaré de todo.
Una semana después, Miley se casó con Owen; un hombre que casi le doblaba la
edad y que no le dio
hijos, y Nick era el único que sabía por qué. Su rechazo la había herido en lo
más profundo de
su ser y sólo podía resurgir de sus cenizas uniéndose a alguien poderoso que la
pusiera en un pedestal. Desde que su padre había muerto, ella había recurrido a
Owen.
—¡Nick! —La voz
asustada de Selly interrumpió sus perturbadores recuerdos. —¡He visto a
___(tn)! Está delante de la jaula de Sinjun.
Miley oyó lo que Selly decía y alejándose de Jack Daily se dirigió a Nick:
—Yo me ocuparé de esto.
—No, lo haré yo. Es mi trabajo.
Mientras sus ojos se enfrentaban en una firme batalla de voluntades, él maldijo
para sus adentros a Owen Cyrus por hacerlos pasar por eso. Sólo tras la muerte
de Owen se había dado cuenta de cómo éste lo había manipulado con su habitual
astucia. Había pensado que obligándolos a estar juntos, Nick y Miley
resolverían sus diferencias, se casarían y conservarían el circo de los
Hermanos Cyrus. Owen nunca había conocido realmente la naturaleza de ellos dos.
Y, por supuesto, Owen no había contado con que una raterilla llamada _____(tn) ________
echara a perder sus planes.
Selly caminó al lado de Nick, frunciendo el ceño ton ansiedad.
—No ha sido mucho dinero. Sólo doscientos dólares. Él deslizó el brazo
alrededor de los hombros de la joven y le dio un apretón.
—Quiero que te mantengas apartada de esto, Selly. ¿Me has comprendido?
Ella levantó la vista y lo miró con preocupación.
—No vas a darle latigazos, ¿verdad, Nick? Es lo que dijo mi hermano. Dijo que
le ibas a dar latigazos.
Ok chicas
asta aquí lo dejo ojala lo disfruten :)
aún no te has dado cuenta de que ya no me interesas en absoluto.
Se marchó airada y, mientras la observaba alejarse, Nick supo que mentía.
Los dos compartían una historia larga y complicada que se remontaba al verano
en que él tenía veintitres años y pasaba las vacaciones viajando con el circo
de los Hermanos Cyrus, y escuchando el punto de vista de Owen sobre los hombres
y las mujeres. Los trapecistas Cardoza también estaban en la gira de aquel
verano y Nick se enamoró perdidamente de la reina de la pista central, que por
aquel entonces tenía veinte años.
Se pasaba las noches soñando con su elegancia, su belleza, sus pechos. Las
chicas que había conocido hasta ese momento le parecían nada, comparadas con la
deliciosa e inalcanzable Miley. Además de desearla, sentía cierta afinidad con
ella porque ambos buscaban la perfección en su trabajo. Percibía en Miley una
voluntad similar a la suya.
Pero Miley también poseía una vena egocéntrica que su padre había alimentado y
que Nick nunca había tenido. Sam (padre de Miley) le había hecho creer a Miley
que era mejor que los demás. Sin embargo, la trapecista también tenía un lado
más suave y maternal y, aunque en aquel tiempo era muy joven, se comportaba
como una gallina clueca con los demás miembros de la compañía, les regañaba
cuando se portaban mal, llenaba sus estómagos con espaguetis y les aconsejaba
en amores.
Incluso a los veinte años le gustaba jugar a ser la gran matriarca y al poco
tiempo también había incluido a Nick en el clan, apiadándose del chico humilde
de veintitres años que la observaba con aquellos ojos tan ardientes. Se había
encargado de que Nick tomara comidas sanas y le decía a Owen que lo mantuviera
alejado de los trabajadores más pendencieros, ignorando el hecho de que Nick
llevaba demasiados años de circo en circo para que nadie
lo
protegiera.
Pero no era eso lo que Nick quería de Miley, que había acabado liándose con un
trapecista
mexicano que se llamaba Carlos Méndez. Al igual que Miley, Carlos pertenecía a
la última
generación de una vieja familia del circo y había sido contratado por el padre
de Miley para que
fuera el receptor de ésta en el trapecio.
Pero Sam (padre de Miley) tenía algo mis en mente. Aunque la ascendencia
circense de Carlos Méndez
no era tan impresionante como la de ellos, a ojos de Sam era lo suficientemente
aceptable para
convertirse en el progenitor de la siguiente generación de trapecistas, y Miley
había complacido a
su padre enamorándose de Carlos.
Los celos habían carcomido a Nick. Su linaje circense era más impresionante que
el de Méndez,
pero Miley sólo veía a un chico humilde flaco que sabía de caballos y tenía
talento con los
látigos. Ella le había contado sus planes para casarse con el elegante mexicano
que Sam había
contratado. Y que le permitiría poner a sus hijos el apellido.
El verano llegó al final y Nick estaba a punto de regresar a la universidad. La
familia de Miley
habían sido fichados por los Hermanos Ringling para hacer la gira de la
temporada siguiente. Carlos
se pavoneaba como un gallo arrogante, aunque por otro lado carecía de materia
gris, y el día que
Nick se marchaba, Miley entró inesperadamente en la caravana de Carlos y se lo
encontró desnudando
a una de las equilibristas.
Nick
jamás olvidaría esa noche. Cuando terminó la función se encontró a Miley
esperándolo. No
había llorado y parecía muy calmada.
—Ven conmigo.
A él ni se le ocurrió desobedecerla. Miley lo llevó al borde del recinto, donde
se introdujeron
en un pequeño espacio oscuro entre dos caravanas. El corazón de Nick comenzó a
latir con fuerza
ante los sombríos y clandestinos propósitos de Miley mientras se perdía en el
olor almizcleño de
su perfume.
La trapecista lo había mirado profundamente a los ojos. Sin decir ni una sola
palabra se abrió la
blusa y la dejó caer por los brazos. Aquellos pechos plenos, de redondos
pezones brillaron como
nieve bajo la luz de la luna que se colaba entre las caravanas. Miley le cogió
las manos y las puso
sobre sus pechos.
Él se había imaginado algo como eso cientos de veces, pero las fantasías no le
habían preparado
para tocar realmente aquellos pechos y sentir esos redondos pezones bajo los
dedos.
—Bésalos —dijo ella.
Los dedos de Miley bajaron a la cremallera de Nick. Éste aspiró profundamente
sobre la húmeda
piel de sus senos. Cuando ella lo tomó entre sus manos, Nick sintió que perdía
el control y
explotó con un ronco gemido.
Él se había estremecido de satisfacción y humillación. Miley había presionado
entonces sus
labios contra los de él, ofreciéndole un beso largo y profundo. Luego se apartó
y, aún con los
pechos desnudos y húmedos por la lengua de Nick, se giró entre las caravanas.
Fue
entonces cuando él se dio cuenta de que Carlos había estado allí todo el
tiempo,
observándolos.
El destello duro y triunfante en los ojos de Miley le dijo a Nick que ella lo
había sabido en todo
momento y la sensación provocada por aquella traición fue tan devastadora que
no pudo respirar.
Él no le importaba. Sólo lo había utilizado para vengarse.
Mientras observaba a su antiguo amante, Miley pareció olvidarse de que Nick
existía.
—He contratado a un nuevo receptor —dijo ella con frialdad. —Estás despedido.
—No puedes despedirme —estalló Carlos. —Soy un Méndez.
—No eres nada. Incluso este chico humilde es más hombre que tú.
Miley volvió a darse la vuelta y selló los labios de Nick con un beso. A pesar
de su lujuria, a
pesar de la neblina de la traición, él sintió una chispa de fría admiración que
lo asustó más
de lo que lo había hecho nunca el látigo de su tío. Comprendía aquella cruel
demostración de
amor propio. Como Miley, él jamás dejaría que alguien o algo amenazara lo que
era, sin importar
el precio que tuviera que pagar. A pesar de odiarla por haberlo utilizado como
un peón, no pudo
dejar de respetarla por ello.
Miley pasó los siguientes años como artista destacada en los grandes circos del
mundo y no hizo
otra gira con el circo de los Hermanos Cyrus hasta que su carrera comenzó a
declinar. Para
entonces, su padre ya había muerto y Miley, soltera y sin hijos, se había
convertido en la última
Cardoza.
Owen le
dio la bienvenida al circo de los Hermanos Cyrus y montó el espectáculo en
torno a ella.
Además, en sus infrecuentes conversaciones telefónicas con Nick, le reveló lo
suficiente como
para que éste dedujera que Owen estaba colado por ella.
Nick y Miley se habían reencontrado hacía dos veranos y, de inmediato, se hizo
evidente que había
habido un cambio en el equilibrio de poderes entre ellos. Nick conocía su
propia valía y hacía
mucho tiempo que había quedado atrás la baja autoestima que sentía siertos años
atras. Ella era
hermosa, inquieta y, por razones que él no comprendió de inmediato, estaba
soltera y sin hijos.
El fuego de la pasión crepitó con fuerza entre ellos, pero esta vez era ella la
que lo buscaba a
él. Nick no quería hacer daño a Owen y, al principio, ignoró las insinuaciones
sexuales de
Miley. Sin embargo, pronto se hizo evidente que el dueño del circo estaba
resignado a que los dos
se liaran y, con su peculiar idiosincrasia, se sintió ofendido cuando Nick
continuó desairando a
la mujer que él valoraba por encima de todas las cosas.
Finalmente, Nick la dejó entrar en su cama. Ella era ágil y suave, carnal y
apasionada, y él
jamás había disfrutado tanto del sexo. Le gustaba que ella fuera dura y,
también, no poder
hacerle daño. Porque aunque la apreciaba, no la amaba.
—¿Por qué no te has casado? —le preguntó Nick una noche sentado a la mesa en la
lujosa
caravana de Miley, donde ella se disponía a servirle la comida por segunda vez
en el día.
Los dos
llevaban puestas las batas, la de ella tenía un exótico estampado que hacía que
los
brillos de su pelo parecieran todavía más intensos. —Siempre he pensado que
querías tener
hijos. Tu padre no esperaba otra cosa.
Ella le puso un plato de lasaña delante y se volvió a la cocina para coger el
suyo. Pero no
volvió a la mesa. Se quedó inmóvil mirando fijamente la comida que había
preparado.
—Supongo que ambicioné demasiado. Ya sabes que hay cosas que no se pueden
tener. Los mejores
trapecistas nacemos con una habilidad especial y el hombre con el que me case tiene
que provenir de
una buena familia. No me casaré con cualquiera, y mucho menos sin amor. Amor y
linaje. Es una buena
combinación. —Llevó el plato a la mesa. —Mi padre solía decir que era mejor que
los de mi
familia se extinguieran antes que tener nietos sin sangre circense. —Se sentó y
cogió el
tenedor. —Bueno, hice mía esa máxima. Es preferible que los Cardoza se extingan
a casarme con un
perdedor hijo de puta al que no pueda respetar.
—Bien por ti.
Ella tomó un bocado de comida y volvió a dejar el tenedor en el plato. Después
observó
detenidamente a Nick, con un brillo provocador en los ojos.
—Los Jonas son todavía más importantes que los Cardoza.mi padre me dijo hace
años que no
debería haberte dejado escapar. Me reí de él porque por aquel entonces tú eras
sólo un chico
sin dinero, pero ahora todo es diferente. Somos los últimos de dos grandes
dinastías circenses.
Divertido, él negó con la cabeza.
—Yo no
tengo ninguna intención de perpetuar la dinastía Jonas. Lo siento, cariño, pero
tendrás
que buscar esperma circense en otro lado.
Ella se rio, pinchó un rollito de lasaña y se lo llevó a la boca.
—Menos mal que no te quiero. Si lo hiciera estarías perdido.
Su ardiente relación siguió adelante, tan lujuriosa y apacible que él no prestó
atención a la
manera, cada vez más posesiva, con la que ella lo trataba o cómo, poco a poco,
comenzó a
considerarlo su igual.
—Somos almas gemelas —le dijo ella una noche, con la voz ronca por la emoción,
—si fueras
mujer, serías yo.
Miley tenía razón, pero algo en el interior de Nick se rebeló ante la
comparación. Admiraba a
Miley, pero había algo en ella que le repelía. Puede que porque se veía
reflejado a sí mismo.
Para impedir que dijera nada más, se acomodó entre las piernas femeninas y
entró en ella con un
duro envite.
A pesar de los sutiles cambios en el comportamiento de Nick, él no estaba
preparado para lo que sucedió tina tarde de aquel verano en el recinto a las
afueras de Waycross, Georgia. Ese día ella le dijo que le amaba. Y cuando lo
hizo, él se dio cuenta de que hablaba totalmente en serio.
—Lo siento —dijo él tan suavemente como pudo cuando ella terminó su
declaración, —pero eso no va conmigo.
—Por
supuesto que sí. Es el destino. -Miley se negó a escuchar cuando Nick le dijo
que él nunca podría amar a nadie, que había perdido la capacidad de amar cuando
era un niño maltratado— y el brillo en los ojos de la joven le dijo que para
ella el rechazo no era más que un juego.
Se empeñó en hacerle cambiar de opinión con la misma determinación que empleó
antaño para conseguir el triple salto y, sólo cuando él estaba haciendo la
maleta para marcharse después de su última actuación en el circo, comprendió
que él no bromeaba. Nick jamás la había engañado.
No la amaba. Y no iba a casarse con ella.
Cuando por fin asimiló aquel tajante rechazo, todo lo que Miley creía sobre sí
misma se hizo
trizas y se volvió loca. Fue en ese momento cuando hizo lo inconcebible, lo que
nunca le
perdonaría. Fue cuando le rogó que no la dejara.
Nick era, sin duda, la única persona en el mundo que podía comprender la
enormidad de lo que ella
estaba destruyendo cuando lloró de rodillas ante él. Había doblegado su
orgullo, lo que hacía
que fuera quien era.
—Miley, basta. Tienes que parar. —Intentó levantarla, pero ella se aferró a él
y gritó con
una desesperación tan desgarradora que él se llevaría ese sonido consigo a la
tumba. En ese
momento Nick pudo ver cómo el amor que Miley sentía por él se convertía en
odio.
Owen
Cyrus, alertado por el ruido, había irrumpido, de repente, en la caravana y se
había dado
cuenta de lo que pasaba. Luego había mirado a Nick y le había señalado la
puerta con la cabeza.
—Vete, yo me encargaré de todo.
Una semana después, Miley se casó con Owen; un hombre que casi le doblaba la
edad y que no le dio
hijos, y Nick era el único que sabía por qué. Su rechazo la había herido en lo
más profundo de
su ser y sólo podía resurgir de sus cenizas uniéndose a alguien poderoso que la
pusiera en un pedestal. Desde que su padre había muerto, ella había recurrido a
Owen.
—¡Nick! —La voz
asustada de Selly interrumpió sus perturbadores recuerdos. —¡He visto a
___(tn)! Está delante de la jaula de Sinjun.
Miley oyó lo que Selly decía y alejándose de Jack Daily se dirigió a Nick:
—Yo me ocuparé de esto.
—No, lo haré yo. Es mi trabajo.
Mientras sus ojos se enfrentaban en una firme batalla de voluntades, él maldijo
para sus adentros a Owen Cyrus por hacerlos pasar por eso. Sólo tras la muerte
de Owen se había dado cuenta de cómo éste lo había manipulado con su habitual
astucia. Había pensado que obligándolos a estar juntos, Nick y Miley
resolverían sus diferencias, se casarían y conservarían el circo de los
Hermanos Cyrus. Owen nunca había conocido realmente la naturaleza de ellos dos.
Y, por supuesto, Owen no había contado con que una raterilla llamada _____(tn) ________
echara a perder sus planes.
Selly caminó al lado de Nick, frunciendo el ceño ton ansiedad.
—No ha sido mucho dinero. Sólo doscientos dólares. Él deslizó el brazo
alrededor de los hombros de la joven y le dio un apretón.
—Quiero que te mantengas apartada de esto, Selly. ¿Me has comprendido?
Ella levantó la vista y lo miró con preocupación.
—No vas a darle latigazos, ¿verdad, Nick? Es lo que dijo mi hermano. Dijo que
le ibas a dar latigazos.
Ok chicas
asta aquí lo dejo ojala lo disfruten :)
Val's Matth.
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
Lo disfrute y muchoooooooooooooooooooooo jajja sabes porque
ahhh no hay sofa esta noche yeah yeah yeah jajajaj
esa historia de nick y miley uhhhhh
SIGUELA
te dio risa mi comentario jaja
tu eres la culpable de que sea una peligrosa, no, no, la culpa es de esos hermanos jajajajjaj
ahhh no hay sofa esta noche yeah yeah yeah jajajaj
esa historia de nick y miley uhhhhh
SIGUELA
te dio risa mi comentario jaja
tu eres la culpable de que sea una peligrosa, no, no, la culpa es de esos hermanos jajajajjaj
Taescaab
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
Val's Matth. escribió:Yhosdaly escribió:OK AQUI ESTOY YOOO!! ME REPORTOO Y PIDIENTDO PERDON POR LO PERDIDA QUE ESTOY!!!!! SORRY VAL!!!! :(
ES QUE HE ESTADO PRESENTANDO PRUEBAS DE LAPSO!! Y ESTOY SUPER FULLL!!!!! CUENDO SERA TU NUEVA NOVE???? DE JOE Y TU????
PORFISSS PIEDADDD ES Q MUERO POR LAS NOVES DE JOE Y TU!!!!!!!!!!!!
SIGUELAAA ANDA ANDA!!!
ES QUE SABES QUE AMOOO TUS NOVES Y NO QUIERO QUITARME EL TITULO DE MEJOR LECTORA!!!
SIGUELA!!
PIEDADDD!!!
NO ME OLVIDES!!
ATT: TU MEGA FIELISIMAAA LECTORA!!! :) TE QUIIEROOOOOOO!! Y NUNCA OLVIDES QUE AMOOO TUS NOVES!
no te preocues, tu sabes que yo entiedo que no puedas apareser por aqui, ademas no te preocupes que planeo hacer maraton en esta nove y la que sigue ser joe y tu ahaha :)
ademas me alegro mucho de verte por aqui de nuevo :)
Buehh per aqui llegue! Le falta mucho a esta nove para terminar?????
Ya muero x leer la otraa! Seguro es igual de buena que todas!!!!
Igual siempre sere fiel a ti! :*
Besoss
Y mill gracias x la maratonn!!!! Estuvooo Mega buenooo!!!! *_* pero no soy muy amante de las nov por eso pidoo con caracter de urgencia la de Joe y tu!
Att! Tu mega fielisima lectora!!!
Yhosdaly
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
lo siento por no pasarme antes pero es que ya entre a la escuela y no tengo mucho tiempo, me encanto el maraton creo que Selly fue la que se robo el dinero y que maldita Miley como fue asi con Nick, no se lo merece y ojala no los hubieran interrumpido a la rayiz y Nick a penas empezaba lo bueno, vamos tienes que seguirla!!!
aranzhitha
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
Yhosdaly escribió:Val's Matth. escribió:Yhosdaly escribió:OK AQUI ESTOY YOOO!! ME REPORTOO Y PIDIENTDO PERDON POR LO PERDIDA QUE ESTOY!!!!! SORRY VAL!!!! :(
ES QUE HE ESTADO PRESENTANDO PRUEBAS DE LAPSO!! Y ESTOY SUPER FULLL!!!!! CUENDO SERA TU NUEVA NOVE???? DE JOE Y TU????
PORFISSS PIEDADDD ES Q MUERO POR LAS NOVES DE JOE Y TU!!!!!!!!!!!!
SIGUELAAA ANDA ANDA!!!
ES QUE SABES QUE AMOOO TUS NOVES Y NO QUIERO QUITARME EL TITULO DE MEJOR LECTORA!!!
SIGUELA!!
PIEDADDD!!!
NO ME OLVIDES!!
ATT: TU MEGA FIELISIMAAA LECTORA!!! :) TE QUIIEROOOOOOO!! Y NUNCA OLVIDES QUE AMOOO TUS NOVES!
no te preocues, tu sabes que yo entiedo que no puedas apareser por aqui, ademas no te preocupes que planeo hacer maraton en esta nove y la que sigue ser joe y tu ahaha :)
ademas me alegro mucho de verte por aqui de nuevo :)
Buehh per aqui llegue! Le falta mucho a esta nove para terminar?????
Ya muero x leer la otraa! Seguro es igual de buena que todas!!!!
Igual siempre sere fiel a ti! :*
Besoss
Y mill gracias x la maratonn!!!! Estuvooo Mega buenooo!!!! *_* pero no soy muy amante de las nov por eso pidoo con caracter de urgencia la de Joe y tu!
Att! Tu mega fielisima lectora!!!
ahhaha no te preocupes, te prometo que en menos de lo que canta un gallo estaras leyendo una nove de joe ok :)
Val's Matth.
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
berenice_89 escribió:aaaaaaaaaaaaa
maraton y de pilon nick en smash¡¡¡
u.u aun no pudo ver a nick en Smash
Val's Matth.
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
aranzhitha escribió:lo siento por no pasarme antes pero es que ya entre a la escuela y no tengo mucho tiempo, me encanto el maraton creo que Selly fue la que se robo el dinero y que maldita Miley como fue asi con Nick, no se lo merece y ojala no los hubieran interrumpido a la rayiz y Nick a penas empezaba lo bueno, vamos tienes que seguirla!!!
hahah no te preocupes entiendo que la escuela es prioridad porsupuesto, a mi me queda este año y medio del otro para salir de la universidad asi que estoy a full con exmenes y trabajos asii que no te preocupes ok :)...
hahaha se que alomejor creeran muchas cosas de selly pero no es tan malo ya se daran cuanta porque ...
Val's Matth.
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
*Stephanie* escribió:Me encanto el maraton!!!!!!!!!
siguela porfaa!!!
que bueno que te alla gustado el maraton :)... y no te preocupes que la sigo deimediato
Val's Matth.
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
Chicas muchas gracias por su comentarios en realidad que me alegran el dia *-*no saben cuanto :)...
Como se abran dado cuenta, no estoy subiendo nove tan seguido como suelo hacerlo, pero eso es por culpa de la univercidad, ya que estoy a full con ello por que este año y la mitad del proximo termino mi carrera universitaria y comienso a trabajar asi que no tengo ni siquiera tiempo de respira...
Pero bueno no las molesto mas con mis comentarios lateros, asi que un beso y las quiero.
Ha! y subire nove deimediato xD
Como se abran dado cuenta, no estoy subiendo nove tan seguido como suelo hacerlo, pero eso es por culpa de la univercidad, ya que estoy a full con ello por que este año y la mitad del proximo termino mi carrera universitaria y comienso a trabajar asi que no tengo ni siquiera tiempo de respira...
Pero bueno no las molesto mas con mis comentarios lateros, asi que un beso y las quiero.
Ha! y subire nove deimediato xD
Val's Matth.
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
Les dejo la nove asi que
Disfrutenla...
Las voces espabilaron a ___(tn). Levantó la cabeza d
las rodillas y se dio cuenta de que se había quedado dormida sentada en el
suelo delante de la jaula de Sinjun. Mientras se desperezaba, recordó el dolor
que había experimentado y la extraña sensación de afinidad con el tigre. Qué
extraño. Debía haberlo soñado, aunque todo aquello le había parecido muy real.
Miró a la jaula. Sinjun había levantado la cabeza, había bajado las orejas y
tenía las marcas blancas a la vista. Siguió la dirección de su mirada y vio que
Nick se acercaba a ella, con Miley y Selly a la zaga. Se puso de pie
lentamente.
—¿Dónde está? —exigió Miley.
—Yo me encargaré de esto —dijo Nick.
___(tn) sintió un atisbo de temor al ver la expresión fría y resuelta en la
cara de su marido. Sinjun comenzó a pasearse intranquilo por la jaula.
—¿Encargarte de qué? ¿Qué ha pasado?
Miley la miró con desprecio.
—No te molestes en hacerte la inocente. Sabemos que tú robaste el dinero, así
que devuélvelo. ¿O ya lo has escondido en alguna parte?
Sinjun gruñó por lo bajo.
—No he escondido nada. ¿De qué estás hablando?
Nick se pasó el látigo enroscado de una mano a otra.
—Faltan doscientos dólares del cajón de la recaudación, ____(tn).
—Eso es imposible.
—Es cierto.
—Yo no los he cogido.
—Eso está por verse.
___(tn) no podía creer lo que estaba ocurriendo.
—No soy la única que estuve allí. Tal vez Pete vio algo. Fue quien me sustituyó
cuando fui a probarme los maillots.
Miley se acercó más.
—Te estás olvidando de que conté el dinero justo después de que volvieras a tu
puesto. Estaba todo. Los doscientos dólares desaparecieron después de
marcharme.
—Eso es imposible. Estuve allí todo el tiempo. No pudo haber desaparecido.
—Voy a registrarla, Nick. Quizás aún lo lleve encima.
—Ni se te ocurra tocarla—dijo Nick sin levantar la voz, pero la orden implícita
en su respuesta era inconfundible.
—¿Pero qué pasa contigo? —exclamó Miley. —¿Desde cuándo piensas con la polla?
—Ni una palabra más. —Él se volvió hacia Selly, que había estado observando el
intercambio de voluntades. —Vete, Selly. Todo se habrá aclarado por la mañana.
Selly se fue a regañadientes, pero ____(tn) vio que se acercaban otras
personas: Kevin, el domador de elefantes, con Jack Daily, y Joe, al que
acompañaba una de las animadoras.
Nick también notó que estaban atrayendo a una multitud y se volvió hacia
___(tn).
—Si me das el dinero ahora evitaremos montar una escena.
—¡Yo no lo tengo!
—Entonces tendré que buscarlo, y comenzaré por registrarte.
—¡No!
La agarró del brazo y Sinjun emitió un rugido ensordecedor cuando Nick comenzó
a arrastrarla hacia la caravana. Miley se puso de inmediato a la izquierda de
Nick, dejando claro que no pensaba dejarlos solos.
Por el rabillo del ojo, ____(tn) vio las expresiones severas y serias de todos
los que se habían reunido alrededor de la tarta de bodas la noche anterior.
Demi estaba allí, pero ahora se negaba a mirar a _____(tn) a los ojos. Taylor
se dio la vuelta y Joe Miller la fulminó con la mirada.
Cuando Nick le apretó el brazo, ____(tn) sintió que una sensación de traición
se extendía hasta lo más profundo de su alma.
—No sigas con esto. Sabes que jamás robaría nada.
—Pues no, en realidad no lo sé. —Habían llegado a la caravana y Nick se
adelantó para abrir la puerta con la misma mano que sujetaba el látigo. —Entra.
—¿Cómo puedes hacerme esto?
—Es mi trabajo. —Con un empujón la hizo subir el último escalón.
Miley los siguió a la caravana.
—Si eres inocente, no tienes nada que temer, ¿verdad?
—¡Soy inocente!
Él dejó el látigo en una silla.
—Entonces no te importará que te registre.
—____(tn) desplazó la mirada del uno a otro y la
fría intención que vio en los ojos de ambos
hizo que se sintiera enferma. A pesar de que no se soportaban, los dos se
habían aliado ahora en su
contra.
Nick se acercó y _____(tn) se echó hacia atrás y chocó contra el mostrador de
la cocina, el
mismo lugar donde sólo unas horas antes le había dado aquel apasionado beso.
—No puedo dejar que me hagas esto —dijo ella con desesperación. —Hicimos unos
votos, Nick. No
les des la espalda. —Ella sabía que eso la hacía parecer más culpable ante
aquellos ojos
acusadores, pero el matrimonio se basaba en la confianza y si él destruía eso,
no tendrían ni la
más mínima oportunidad.
—Esto no tiene nada que ver con eso.
Ella se deslizó junto al mostrador.
—No puedo dejar que me toques. ¡Por el amor de Dios, créeme! ¡No robé el
dinero! ¡Nunca he
robado nada en mi vida!
—Cállate, ____(tn). Sólo estás empeorando las cosas.
Se dio cuenta de que él no iba a ceder. Con el único propósito de asustarla, la
atrapó contra la
despensa. Ella lo miró horrorizada.
—No lo hagas —susurró. —Por favor. Te lo ruego. Por un momento él se quedó
inmóvil. Luego
le cacheó los costados. Mientras Miley los observaba, le pasó las manos por las
caderas, por la
cintura, luego las movió hacia el estómago, la espalda, los pechos que él había
tomado en sus
manos tan sólo unas horas antes... _____(tn) cerró los ojos cuando él le
deslizó la mano entre
sus piernas.
—Deberías haberme creído —susurró cuando él terminó.
Nick dio un paso atrás con los ojos llenos de preocupación.
—Si no lo tienes, ¿por qué te has enfrentado a mí?
—Porque quería que confiaras en mí. No soy una ladrona.
Se miraron a los ojos. Parecía como si él estuviera a punto de decir algo
cuando Miley dio un paso
adelante.
—Tuvo tiempo de sobra para deshacerse del dinero. ¿Por qué no registras la
caravana? Yo
registraré la camioneta.
Nick asintió con la cabeza y Miley salió. A ______(tn) comenzaron a
castañetearle los dientes a
pesar de que la noche era cálida. Decía mucho de la relación entre Nick y Miley
que, al menos en
ese tipo de asuntos, parecieran confiar el uno en el otro. Pero nadie confiaba
en ella.
___(tn) se dejó caer en el sofá y se rodeó las rodillas con las manos para
dejar de temblar. No
miró cómo Nick revisaba los armarios ni cómo registraba sus pertenencias. La
joven se sintió
embargada por una sensación de impotencia. Ya no podía recordar cómo era tener
la vida bajo
control. Tal vez es que nunca la había tenido. Primero había dependido de su
madre, luego de su
padre. Y ahora era ese marido peligroso el que había asumido el control de su
vida.
Los ruidos de la búsqueda fueron reemplazados por un pesado silencio, pero
____(tn) no levantó la
mirada del dibujo de la gastada alfombra.
—Has encontrado el dinero, ¿verdad?
—En el fondo de tu maleta, donde tú lo escondiste.
_____(tn) alzó la vista y vio la maleta abierta a sus pies.
Tenía un montón de dinero en la mano.
—No sé quién lo habrá puesto ahí, pero no he sido yo.
Él se metió la mano en el bolsillo.
—Al menos ten las agallas suficientes para decir la verdad y acepta las
consecuencias.
—No robé el dinero. Alguien me ha tendido una trampa. —Era evidente para
_____(tn) que Miley
estaba detrás de todo eso. Nick tenía que verlo también. —¡No lo he hecho!
Tienes que creerme.
Las súplicas murieron en los labios de ____(tn) cuando observó el rígido gesto
de su marido y
supo que nada lo haría cambiar de opinión. Con una horrible sensación de
resignación, le dijo:
—No voy a seguir defendiéndome. He dicho la verdad y no voy a decir nada más.
—Él se acercó
a la silla de enfrente y se sentó. Parecía cansado, pero nada comparable a cómo
se sentía ella.
—¿Vas a llamar a la policía?
—Nosotros resolvemos nuestros problemas.
—Es decir, sois juez y parte.
—Es mejor así.
Se suponía que el circo era un lugar mágico, pero todo lo que ella había
encontrado era ira y
sospecha. Clavó los ojos en Nick, intentando ver a través de la impenetrable
fachada que
presentaba.
—¿Vas a llamar a la policía?
—Nosotros resolvemos nuestros problemas.
—Es decir, sois juez y parte.
—Es mejor así.
Se suponía que el circo era un lugar mágico, pero todo lo que ella había
encontrado era ira y sospecha. Clavó los ojos en Nick, intentando ver a través
de la impenetrable fachada que presentaba.
—¿Qué ocurre si te equivocas?
—No lo hago. No puedo permitírmelo.
____(tn) notó la fría certeza en la voz de su marido. Tal arrogancia era una
invitación al desastre. Se le puso un nudo en la garganta. Ella le había dicho
que no volvería a defenderse, pero aun así se sintió inundada por un tumulto de
emociones. Tragando saliva, se quedó mirando las feas y finas cortinas que
cubrían las ventanas detrás de Nick.
—Yo no robé los doscientos dólares, Nick.
Él se levantó y se acercó a la puerta.
—Nos enfrentaremos mañana a las consecuencias. No intentes salir de la
caravana. Si lo haces, no dudes que te encontraré.
Ella oyó aquella voz helada y se preguntó qué clase de castigo le impondría.
Sería duro, de eso no tenía la menor duda.
Nick abrió la puerta y salió a la noche. Ella oyó el rugido de un tigre y se estremeció.
Cuando Miley miró los doscientos dólares que Nick le daba, supo que tenía que
escapar de allí y, un momento después, aceleraba por la carretera en su
Cadillac sin importarle adónde iba; necesitaba celebrar la humillación de Nick
en privado. A pesar de todo su orgullo y arrogancia, Nick Jonas se había casado
con una ladrona.
Sólo unas horas antes, cuando Demi Lovato le había dicho que Nick se había
casado, Miley se había querido morir. Había podido tolerar el horrible recuerdo
del día en que perdió el orgullo, cuando se rebajó delante de él, porque había
sabido que Nick nunca se casaría con otra. ¿Cómo iba a encontrar a una mujer
que le comprendiera como lo hacía ella, su alma gemela? Si no podía casarse con
Miley, mucho menos podría hacerlo con otra, y gracias a ese pensamiento su
orgullo había sobrevivido.
Pero hoy todo se había acabado. Aún no podía creer que él le hubiera negado ese
último placer. Se recordaba a sí misma llorando y abrazándose a él, rogándole
que la amara, con la misma claridad que si acabara de ocurrir.
Y ahora, con más rapidez de la que podía haber imaginado, él estaba siendo
castigado y ella podría dormir tranquila. No podía imaginar un golpe más amargo
para el orgulloso Nick. Al menos su humillación había sido privada, pero la de
él había sido en público. Miley incendió la radio y el coche se inundó con el
sonido del rock. Pobre Nick. En realidad lo compadecía. Se había negado a
casarse con la reina de la pista y había terminado con una ladrona.
Mientras Miley Cyrus volaba por la carretera bajo la luz de la luna de Carolina
del Norte, Selly estaba acurrucada en el asiento trasero del Airstream de su
hermano con los delgados brazos cruzados sobre el pecho y las mejillas húmedas
por las lágrimas.
¿Por qué había hecho algo tan feo? Si su madre estuviera viva, podría habérselo
contado todo, podía haberle explicado que ni siquiera lo había planeado, pero
el cajón de la recaudación estaba abierto y odiaba a _____(tn); así que,
simplemente, había cogido el dinero. Su madre la habría ayudado a arreglarlo
todo.
Pero ella había muerto. Y Selly sabía que si Joe se enteraba algún día de lo
que había hecho, la odiaría para siempre.
—Aquí tienes la pala —dijo el hombre que se ocupaba de los elefantes a ___(tn).
—Ahí está la carretilla. Y ahí el camión con el estiércol.
Joseph, que era quien se encargaba de los animales de Kevin, el domador, le dio
una pala y se alejo. Joseph era ahora el jefe de _____(tn).
______(tn) miró la pala. Ése era su castigo. Se había imaginado que Nick la
mantendría confinada en la caravana, que utilizaría aquel lugar como una celda
ambulante, pero debería haber sabido que él no se conformaría con algo tan
sencillo.
La noche anterior _____(tn) había llorado en el sofá hasta quedarse dormida. No
tenía ni idea de si Nick había dormido en la caravana ni de si había regresado.
Por lo que ella sabía, hasta podía haber pasado la noche en compañía de una de
las showgirls. La invadió la tristeza. Nick apenas le había hablado esa mañana
salvo para decirle que tendría que trabajar para Joseph y que no debía
abandonar el recinto sin su permiso.
Desvió la mirada desde la pala que sostenía en la mano al interior del camión.
Los elefantes ya habían bajado del remolque a través deunas anchas puertas
correderas situadas en el centro de éste, justo encima de la rampa. A
______(tn) se le puso un nudo en el estómago y una oleada de intranquilidad
hizo que le subiera la
bilis a la garganta. Había mucho estiércol. Muchísimo. En algunas partes la
paja estaba casi
limpia. En otras había sido aplastada por las gigantescas patas de los
paquidermos.
Y aquel olor...
______(tn) volvió la cabeza y aspiró aire fresco. Su marido creía que era una
ladrona y una
mentirosa y, como castigo, la obligaba a trabajar con los elefantes a pesar de
que ella le había
dicho que los animales le daban miedo. Volvió a mirar hacia dentro del camión.
Adiós a su modelito de Mary McFadden.
_____(tn) se sintió derrotada y, justo en ese momento, supo que había fallado.
No podría hacerlo.
Otras personas parecían tener una fortaleza a la que recurrir en tiempos de
crisis, pero _____(tn)
no. Era débil y no hacía nada a derechas. Todo lo que su padre y Nick habían
dicho de ella era
verdad. Sólo servía para charlar en las fiestas y eso no le valía de nada en
este mundo. Con el
sol cayendo a plomo sobre su cabeza, rebuscó en su interior, pero no encontró
ni un ápice de
coraje. Se dio por vencida. Tiró la pala sobre la rampa.
—¿Ya te has dado por vencida?
______(tn) bajó la mirada. Nick estaba al pie de la rampa. Ella asintió lentamente
con la cabeza.
Él le sostuvo la mirada con las manos apoyadas en
las caderas cubiertas por unos vaqueros
descoloridos. —Los hombres han hecho apuestas sobre si harías o no el trabajo.
—¿Y qué has apostado tú? —La voz de _____(tn) apenas era un susurro y a él le
sonó como un
graznido.
—No estás preparada para recoger mierda, cara de ángel. Cualquiera puede verlo.
Pero, y sólo
para que conste en acta, no he apostado nada.
No era por lealtad hacia ella, de eso estaba segura, lo habría hecho para
mantener su reputación
como jefe. Lo miró con una distante curiosidad.
—Has sabido todo el tiempo que no podría hacerlo, ¿verdad?
—Sí, lo sabía —dijo Nick, asintiendo lentamente con la cabeza.
—Entonces, ¿por qué me has hecho pasar por esto?
—Eras tú la que tenía que entender que no podías soportarlo. Pero has tardado
demasiado tiempo
en darle cuenta, _____(tn). Intenté decirle a Max que no ibas a sobrevivir aquí
más que una bola
de nieve en el infierno, pero no quiso escucharme. —La voz de Nick se volvió
casi suave y, por
alguna razón desconocida, a ella le molestó más aquello que el anterior
desprecio de su marido.
—Vuelve a la caravana, _____(tn), y cámbiate de ropa. Te pagaré un billete de
avión.
«¿Adonde iré?», se preguntó. No tenía ningún lugar al que ir. Oyó el rugido de
Sinjun y
miró hacia su jaula, pero el camión del agua le bloqueaba la vista.
—Te daré dinero para que puedas mantenerte hasta que encuentres trabajo.
—Eso es lo que te pedí en la limusina y no
aceptaste. ¿Por qué lo haces ahora?
—Le prometí a tu padre que te daría una oportunidad. He mantenido mi palabra.
Dicho lo cual, él se dio la vuelta para dirigirse a la caravana, seguro de que
ella lo seguiría.
Esa arrogante seguridad atravesó el dolor de _____(tn) y lo transformó en un
ramalazo de ira, tan
extraña en su tranquila naturaleza que la joven apenas reconoció lo que era. Él
estaba tan
convencido de su derrota que ni siquiera dudaba del hecho de que fuera a
rendirse.
«¿Iba a rendirse?»
Miró a la pala tirada sobre la rampa. Tenía abono seco pegado al mango y a la
paleta, lo que
atraía a un enjambre de moscas. Mientras la miraba, se dio cuenta de que esa
pala, sucia, era como
todas las malas decisiones que había tomado en su vida.
Con un sollozo entrecortado la recogió con rapidez y se metió dentro del
remolque. Contuvo la
respiración y deslizó la pala bajo el montón de paja más próximo, recogió una
paletada y con
brazos temblorosos la llevó hasta la carretilla. Los pulmones le ardieron por
el esfuerzo. Aspiró
aire fresco y casi se atragantó con aquel pestilente olor. Sin darse tiempo
para pensar, fue a por
el siguiente montón y luego a por el siguiente. Comenzaron a dolerle los
brazos, pero no se detuvo.
Las botas de Nick resonaron pesadamente en la rampa.
—Para, _____(tn), y sal de ahí ya. Ella tragó saliva intentando desatascar el
nudo de su
garganta.
—Vete.
—No podrás sobrevivir aquí. Tu obstinación sólo
pospondrá lo inevitable.
—Es posible que tengas razón. —Perdió la batalla por contener las lágrimas y
éstas se le
deslizaron por las mejillas. Sorbió por la nariz, pero no dejó de trabajar.
—Lo único que estás consiguiendo con esto es convencerme de lo tonta que eres.
—No estoy intentando convencerte de nada y, francamente, ya no quiero hablar
más. —Con un
trémulo sollozo, levantó otro pesado montón y, sin apenas fuerzas, consiguió
llevarlo hasta la
carretilla.
—¿Estás llorando?
—Vete.
Él entró y se puso delante de ella.
—Sí, estás llorando.
—Perdona, pero me estás interrumpiendo —dijo _____(tn) con voz trémula.
Él trató de quitarle la pala, pero ella la apartó a un lado antes de que
pudiera cogerla. Un
arranque de cólera alimentado por la adrenalina le dio la fuerza suficiente
para deslizar la pala
bajo otro montón de paja y amenazar con arrojárselo.
—¡Vete! ¡Lo digo en serio, Nick! Si no me dejas en paz te lo echaré encima.
—No te atreverás.
A _____(tn) le temblaban los brazos y las lágrimas le caían desde la barbilla a
la camiseta, pero
sostuvo la mirada de Nick sin rendirse.
—No deberías desafiar a alguien que no tiene nada que perder.
Nick se quedó inmóvil por un momento. Luego meneó lentamente la cabeza y
retrocedió.
—De acuerdo, pero sólo lo estás haciendo más difícil para ti.
La joven tardó dos horas en limpiar el remolque. Bajar la pesada carretilla por
la rampa fue lo
más difícil.
Disfrutenla...
Las voces espabilaron a ___(tn). Levantó la cabeza d
las rodillas y se dio cuenta de que se había quedado dormida sentada en el
suelo delante de la jaula de Sinjun. Mientras se desperezaba, recordó el dolor
que había experimentado y la extraña sensación de afinidad con el tigre. Qué
extraño. Debía haberlo soñado, aunque todo aquello le había parecido muy real.
Miró a la jaula. Sinjun había levantado la cabeza, había bajado las orejas y
tenía las marcas blancas a la vista. Siguió la dirección de su mirada y vio que
Nick se acercaba a ella, con Miley y Selly a la zaga. Se puso de pie
lentamente.
—¿Dónde está? —exigió Miley.
—Yo me encargaré de esto —dijo Nick.
___(tn) sintió un atisbo de temor al ver la expresión fría y resuelta en la
cara de su marido. Sinjun comenzó a pasearse intranquilo por la jaula.
—¿Encargarte de qué? ¿Qué ha pasado?
Miley la miró con desprecio.
—No te molestes en hacerte la inocente. Sabemos que tú robaste el dinero, así
que devuélvelo. ¿O ya lo has escondido en alguna parte?
Sinjun gruñó por lo bajo.
—No he escondido nada. ¿De qué estás hablando?
Nick se pasó el látigo enroscado de una mano a otra.
—Faltan doscientos dólares del cajón de la recaudación, ____(tn).
—Eso es imposible.
—Es cierto.
—Yo no los he cogido.
—Eso está por verse.
___(tn) no podía creer lo que estaba ocurriendo.
—No soy la única que estuve allí. Tal vez Pete vio algo. Fue quien me sustituyó
cuando fui a probarme los maillots.
Miley se acercó más.
—Te estás olvidando de que conté el dinero justo después de que volvieras a tu
puesto. Estaba todo. Los doscientos dólares desaparecieron después de
marcharme.
—Eso es imposible. Estuve allí todo el tiempo. No pudo haber desaparecido.
—Voy a registrarla, Nick. Quizás aún lo lleve encima.
—Ni se te ocurra tocarla—dijo Nick sin levantar la voz, pero la orden implícita
en su respuesta era inconfundible.
—¿Pero qué pasa contigo? —exclamó Miley. —¿Desde cuándo piensas con la polla?
—Ni una palabra más. —Él se volvió hacia Selly, que había estado observando el
intercambio de voluntades. —Vete, Selly. Todo se habrá aclarado por la mañana.
Selly se fue a regañadientes, pero ____(tn) vio que se acercaban otras
personas: Kevin, el domador de elefantes, con Jack Daily, y Joe, al que
acompañaba una de las animadoras.
Nick también notó que estaban atrayendo a una multitud y se volvió hacia
___(tn).
—Si me das el dinero ahora evitaremos montar una escena.
—¡Yo no lo tengo!
—Entonces tendré que buscarlo, y comenzaré por registrarte.
—¡No!
La agarró del brazo y Sinjun emitió un rugido ensordecedor cuando Nick comenzó
a arrastrarla hacia la caravana. Miley se puso de inmediato a la izquierda de
Nick, dejando claro que no pensaba dejarlos solos.
Por el rabillo del ojo, ____(tn) vio las expresiones severas y serias de todos
los que se habían reunido alrededor de la tarta de bodas la noche anterior.
Demi estaba allí, pero ahora se negaba a mirar a _____(tn) a los ojos. Taylor
se dio la vuelta y Joe Miller la fulminó con la mirada.
Cuando Nick le apretó el brazo, ____(tn) sintió que una sensación de traición
se extendía hasta lo más profundo de su alma.
—No sigas con esto. Sabes que jamás robaría nada.
—Pues no, en realidad no lo sé. —Habían llegado a la caravana y Nick se
adelantó para abrir la puerta con la misma mano que sujetaba el látigo. —Entra.
—¿Cómo puedes hacerme esto?
—Es mi trabajo. —Con un empujón la hizo subir el último escalón.
Miley los siguió a la caravana.
—Si eres inocente, no tienes nada que temer, ¿verdad?
—¡Soy inocente!
Él dejó el látigo en una silla.
—Entonces no te importará que te registre.
—____(tn) desplazó la mirada del uno a otro y la
fría intención que vio en los ojos de ambos
hizo que se sintiera enferma. A pesar de que no se soportaban, los dos se
habían aliado ahora en su
contra.
Nick se acercó y _____(tn) se echó hacia atrás y chocó contra el mostrador de
la cocina, el
mismo lugar donde sólo unas horas antes le había dado aquel apasionado beso.
—No puedo dejar que me hagas esto —dijo ella con desesperación. —Hicimos unos
votos, Nick. No
les des la espalda. —Ella sabía que eso la hacía parecer más culpable ante
aquellos ojos
acusadores, pero el matrimonio se basaba en la confianza y si él destruía eso,
no tendrían ni la
más mínima oportunidad.
—Esto no tiene nada que ver con eso.
Ella se deslizó junto al mostrador.
—No puedo dejar que me toques. ¡Por el amor de Dios, créeme! ¡No robé el
dinero! ¡Nunca he
robado nada en mi vida!
—Cállate, ____(tn). Sólo estás empeorando las cosas.
Se dio cuenta de que él no iba a ceder. Con el único propósito de asustarla, la
atrapó contra la
despensa. Ella lo miró horrorizada.
—No lo hagas —susurró. —Por favor. Te lo ruego. Por un momento él se quedó
inmóvil. Luego
le cacheó los costados. Mientras Miley los observaba, le pasó las manos por las
caderas, por la
cintura, luego las movió hacia el estómago, la espalda, los pechos que él había
tomado en sus
manos tan sólo unas horas antes... _____(tn) cerró los ojos cuando él le
deslizó la mano entre
sus piernas.
—Deberías haberme creído —susurró cuando él terminó.
Nick dio un paso atrás con los ojos llenos de preocupación.
—Si no lo tienes, ¿por qué te has enfrentado a mí?
—Porque quería que confiaras en mí. No soy una ladrona.
Se miraron a los ojos. Parecía como si él estuviera a punto de decir algo
cuando Miley dio un paso
adelante.
—Tuvo tiempo de sobra para deshacerse del dinero. ¿Por qué no registras la
caravana? Yo
registraré la camioneta.
Nick asintió con la cabeza y Miley salió. A ______(tn) comenzaron a
castañetearle los dientes a
pesar de que la noche era cálida. Decía mucho de la relación entre Nick y Miley
que, al menos en
ese tipo de asuntos, parecieran confiar el uno en el otro. Pero nadie confiaba
en ella.
___(tn) se dejó caer en el sofá y se rodeó las rodillas con las manos para
dejar de temblar. No
miró cómo Nick revisaba los armarios ni cómo registraba sus pertenencias. La
joven se sintió
embargada por una sensación de impotencia. Ya no podía recordar cómo era tener
la vida bajo
control. Tal vez es que nunca la había tenido. Primero había dependido de su
madre, luego de su
padre. Y ahora era ese marido peligroso el que había asumido el control de su
vida.
Los ruidos de la búsqueda fueron reemplazados por un pesado silencio, pero
____(tn) no levantó la
mirada del dibujo de la gastada alfombra.
—Has encontrado el dinero, ¿verdad?
—En el fondo de tu maleta, donde tú lo escondiste.
_____(tn) alzó la vista y vio la maleta abierta a sus pies.
Tenía un montón de dinero en la mano.
—No sé quién lo habrá puesto ahí, pero no he sido yo.
Él se metió la mano en el bolsillo.
—Al menos ten las agallas suficientes para decir la verdad y acepta las
consecuencias.
—No robé el dinero. Alguien me ha tendido una trampa. —Era evidente para
_____(tn) que Miley
estaba detrás de todo eso. Nick tenía que verlo también. —¡No lo he hecho!
Tienes que creerme.
Las súplicas murieron en los labios de ____(tn) cuando observó el rígido gesto
de su marido y
supo que nada lo haría cambiar de opinión. Con una horrible sensación de
resignación, le dijo:
—No voy a seguir defendiéndome. He dicho la verdad y no voy a decir nada más.
—Él se acercó
a la silla de enfrente y se sentó. Parecía cansado, pero nada comparable a cómo
se sentía ella.
—¿Vas a llamar a la policía?
—Nosotros resolvemos nuestros problemas.
—Es decir, sois juez y parte.
—Es mejor así.
Se suponía que el circo era un lugar mágico, pero todo lo que ella había
encontrado era ira y
sospecha. Clavó los ojos en Nick, intentando ver a través de la impenetrable
fachada que
presentaba.
—¿Vas a llamar a la policía?
—Nosotros resolvemos nuestros problemas.
—Es decir, sois juez y parte.
—Es mejor así.
Se suponía que el circo era un lugar mágico, pero todo lo que ella había
encontrado era ira y sospecha. Clavó los ojos en Nick, intentando ver a través
de la impenetrable fachada que presentaba.
—¿Qué ocurre si te equivocas?
—No lo hago. No puedo permitírmelo.
____(tn) notó la fría certeza en la voz de su marido. Tal arrogancia era una
invitación al desastre. Se le puso un nudo en la garganta. Ella le había dicho
que no volvería a defenderse, pero aun así se sintió inundada por un tumulto de
emociones. Tragando saliva, se quedó mirando las feas y finas cortinas que
cubrían las ventanas detrás de Nick.
—Yo no robé los doscientos dólares, Nick.
Él se levantó y se acercó a la puerta.
—Nos enfrentaremos mañana a las consecuencias. No intentes salir de la
caravana. Si lo haces, no dudes que te encontraré.
Ella oyó aquella voz helada y se preguntó qué clase de castigo le impondría.
Sería duro, de eso no tenía la menor duda.
Nick abrió la puerta y salió a la noche. Ella oyó el rugido de un tigre y se estremeció.
Cuando Miley miró los doscientos dólares que Nick le daba, supo que tenía que
escapar de allí y, un momento después, aceleraba por la carretera en su
Cadillac sin importarle adónde iba; necesitaba celebrar la humillación de Nick
en privado. A pesar de todo su orgullo y arrogancia, Nick Jonas se había casado
con una ladrona.
Sólo unas horas antes, cuando Demi Lovato le había dicho que Nick se había
casado, Miley se había querido morir. Había podido tolerar el horrible recuerdo
del día en que perdió el orgullo, cuando se rebajó delante de él, porque había
sabido que Nick nunca se casaría con otra. ¿Cómo iba a encontrar a una mujer
que le comprendiera como lo hacía ella, su alma gemela? Si no podía casarse con
Miley, mucho menos podría hacerlo con otra, y gracias a ese pensamiento su
orgullo había sobrevivido.
Pero hoy todo se había acabado. Aún no podía creer que él le hubiera negado ese
último placer. Se recordaba a sí misma llorando y abrazándose a él, rogándole
que la amara, con la misma claridad que si acabara de ocurrir.
Y ahora, con más rapidez de la que podía haber imaginado, él estaba siendo
castigado y ella podría dormir tranquila. No podía imaginar un golpe más amargo
para el orgulloso Nick. Al menos su humillación había sido privada, pero la de
él había sido en público. Miley incendió la radio y el coche se inundó con el
sonido del rock. Pobre Nick. En realidad lo compadecía. Se había negado a
casarse con la reina de la pista y había terminado con una ladrona.
Mientras Miley Cyrus volaba por la carretera bajo la luz de la luna de Carolina
del Norte, Selly estaba acurrucada en el asiento trasero del Airstream de su
hermano con los delgados brazos cruzados sobre el pecho y las mejillas húmedas
por las lágrimas.
¿Por qué había hecho algo tan feo? Si su madre estuviera viva, podría habérselo
contado todo, podía haberle explicado que ni siquiera lo había planeado, pero
el cajón de la recaudación estaba abierto y odiaba a _____(tn); así que,
simplemente, había cogido el dinero. Su madre la habría ayudado a arreglarlo
todo.
Pero ella había muerto. Y Selly sabía que si Joe se enteraba algún día de lo
que había hecho, la odiaría para siempre.
—Aquí tienes la pala —dijo el hombre que se ocupaba de los elefantes a ___(tn).
—Ahí está la carretilla. Y ahí el camión con el estiércol.
Joseph, que era quien se encargaba de los animales de Kevin, el domador, le dio
una pala y se alejo. Joseph era ahora el jefe de _____(tn).
______(tn) miró la pala. Ése era su castigo. Se había imaginado que Nick la
mantendría confinada en la caravana, que utilizaría aquel lugar como una celda
ambulante, pero debería haber sabido que él no se conformaría con algo tan
sencillo.
La noche anterior _____(tn) había llorado en el sofá hasta quedarse dormida. No
tenía ni idea de si Nick había dormido en la caravana ni de si había regresado.
Por lo que ella sabía, hasta podía haber pasado la noche en compañía de una de
las showgirls. La invadió la tristeza. Nick apenas le había hablado esa mañana
salvo para decirle que tendría que trabajar para Joseph y que no debía
abandonar el recinto sin su permiso.
Desvió la mirada desde la pala que sostenía en la mano al interior del camión.
Los elefantes ya habían bajado del remolque a través deunas anchas puertas
correderas situadas en el centro de éste, justo encima de la rampa. A
______(tn) se le puso un nudo en el estómago y una oleada de intranquilidad
hizo que le subiera la
bilis a la garganta. Había mucho estiércol. Muchísimo. En algunas partes la
paja estaba casi
limpia. En otras había sido aplastada por las gigantescas patas de los
paquidermos.
Y aquel olor...
______(tn) volvió la cabeza y aspiró aire fresco. Su marido creía que era una
ladrona y una
mentirosa y, como castigo, la obligaba a trabajar con los elefantes a pesar de
que ella le había
dicho que los animales le daban miedo. Volvió a mirar hacia dentro del camión.
Adiós a su modelito de Mary McFadden.
_____(tn) se sintió derrotada y, justo en ese momento, supo que había fallado.
No podría hacerlo.
Otras personas parecían tener una fortaleza a la que recurrir en tiempos de
crisis, pero _____(tn)
no. Era débil y no hacía nada a derechas. Todo lo que su padre y Nick habían
dicho de ella era
verdad. Sólo servía para charlar en las fiestas y eso no le valía de nada en
este mundo. Con el
sol cayendo a plomo sobre su cabeza, rebuscó en su interior, pero no encontró
ni un ápice de
coraje. Se dio por vencida. Tiró la pala sobre la rampa.
—¿Ya te has dado por vencida?
______(tn) bajó la mirada. Nick estaba al pie de la rampa. Ella asintió lentamente
con la cabeza.
Él le sostuvo la mirada con las manos apoyadas en
las caderas cubiertas por unos vaqueros
descoloridos. —Los hombres han hecho apuestas sobre si harías o no el trabajo.
—¿Y qué has apostado tú? —La voz de _____(tn) apenas era un susurro y a él le
sonó como un
graznido.
—No estás preparada para recoger mierda, cara de ángel. Cualquiera puede verlo.
Pero, y sólo
para que conste en acta, no he apostado nada.
No era por lealtad hacia ella, de eso estaba segura, lo habría hecho para
mantener su reputación
como jefe. Lo miró con una distante curiosidad.
—Has sabido todo el tiempo que no podría hacerlo, ¿verdad?
—Sí, lo sabía —dijo Nick, asintiendo lentamente con la cabeza.
—Entonces, ¿por qué me has hecho pasar por esto?
—Eras tú la que tenía que entender que no podías soportarlo. Pero has tardado
demasiado tiempo
en darle cuenta, _____(tn). Intenté decirle a Max que no ibas a sobrevivir aquí
más que una bola
de nieve en el infierno, pero no quiso escucharme. —La voz de Nick se volvió
casi suave y, por
alguna razón desconocida, a ella le molestó más aquello que el anterior
desprecio de su marido.
—Vuelve a la caravana, _____(tn), y cámbiate de ropa. Te pagaré un billete de
avión.
«¿Adonde iré?», se preguntó. No tenía ningún lugar al que ir. Oyó el rugido de
Sinjun y
miró hacia su jaula, pero el camión del agua le bloqueaba la vista.
—Te daré dinero para que puedas mantenerte hasta que encuentres trabajo.
—Eso es lo que te pedí en la limusina y no
aceptaste. ¿Por qué lo haces ahora?
—Le prometí a tu padre que te daría una oportunidad. He mantenido mi palabra.
Dicho lo cual, él se dio la vuelta para dirigirse a la caravana, seguro de que
ella lo seguiría.
Esa arrogante seguridad atravesó el dolor de _____(tn) y lo transformó en un
ramalazo de ira, tan
extraña en su tranquila naturaleza que la joven apenas reconoció lo que era. Él
estaba tan
convencido de su derrota que ni siquiera dudaba del hecho de que fuera a
rendirse.
«¿Iba a rendirse?»
Miró a la pala tirada sobre la rampa. Tenía abono seco pegado al mango y a la
paleta, lo que
atraía a un enjambre de moscas. Mientras la miraba, se dio cuenta de que esa
pala, sucia, era como
todas las malas decisiones que había tomado en su vida.
Con un sollozo entrecortado la recogió con rapidez y se metió dentro del
remolque. Contuvo la
respiración y deslizó la pala bajo el montón de paja más próximo, recogió una
paletada y con
brazos temblorosos la llevó hasta la carretilla. Los pulmones le ardieron por
el esfuerzo. Aspiró
aire fresco y casi se atragantó con aquel pestilente olor. Sin darse tiempo
para pensar, fue a por
el siguiente montón y luego a por el siguiente. Comenzaron a dolerle los
brazos, pero no se detuvo.
Las botas de Nick resonaron pesadamente en la rampa.
—Para, _____(tn), y sal de ahí ya. Ella tragó saliva intentando desatascar el
nudo de su
garganta.
—Vete.
—No podrás sobrevivir aquí. Tu obstinación sólo
pospondrá lo inevitable.
—Es posible que tengas razón. —Perdió la batalla por contener las lágrimas y
éstas se le
deslizaron por las mejillas. Sorbió por la nariz, pero no dejó de trabajar.
—Lo único que estás consiguiendo con esto es convencerme de lo tonta que eres.
—No estoy intentando convencerte de nada y, francamente, ya no quiero hablar
más. —Con un
trémulo sollozo, levantó otro pesado montón y, sin apenas fuerzas, consiguió
llevarlo hasta la
carretilla.
—¿Estás llorando?
—Vete.
Él entró y se puso delante de ella.
—Sí, estás llorando.
—Perdona, pero me estás interrumpiendo —dijo _____(tn) con voz trémula.
Él trató de quitarle la pala, pero ella la apartó a un lado antes de que
pudiera cogerla. Un
arranque de cólera alimentado por la adrenalina le dio la fuerza suficiente
para deslizar la pala
bajo otro montón de paja y amenazar con arrojárselo.
—¡Vete! ¡Lo digo en serio, Nick! Si no me dejas en paz te lo echaré encima.
—No te atreverás.
A _____(tn) le temblaban los brazos y las lágrimas le caían desde la barbilla a
la camiseta, pero
sostuvo la mirada de Nick sin rendirse.
—No deberías desafiar a alguien que no tiene nada que perder.
Nick se quedó inmóvil por un momento. Luego meneó lentamente la cabeza y
retrocedió.
—De acuerdo, pero sólo lo estás haciendo más difícil para ti.
La joven tardó dos horas en limpiar el remolque. Bajar la pesada carretilla por
la rampa fue lo
más difícil.
Val's Matth.
Re: Besar a un Angel Nick y Tu
ohh esa selly
se pasa maldita¡¡y nick eres un tonto por no confiar en ella¡¡
se pasa maldita¡¡y nick eres un tonto por no confiar en ella¡¡
berenice_89
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