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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 3 de 9. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
OMJ debes seguirla...
Cuando se encontraran??
SIGUELAAAAA
Cuando se encontraran??
SIGUELAAAAA
MaleeJonas
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
ayee=) escribió: OHSHI!! PASE DE PAG ME MERESCO OTRO CAP ?)
Gracias nena siiiiiiiii te mereses cap y de paso hare una maraton ya que no voy a poder subir en algunos días :c
pero ya estoy a punto de subir la maraton :D
DannyD'Jonas
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
MARATON 1/5
Capitulo Once : Tú debes ser JOSEPH.
Las siguientes horas pasaron sin algo digno de hacer mención. Al termino de la rutina escolar, Nick me llevó a casa, como de constumbre.
Me introduje en ella para descansar de una fastidiosa mañana. Decidí hacer algo de comer, tenía un poco de hambre y cocinado quizá lograría despejar mi mente. Fuí a la cocina y abrí el refrigerador; carne, carne y más carne; fruncí el ceño, tenía que comprar algo más saludable; o al menos, menos complicado de hacer. Miré hacía la mesa del comedor, en ella estaba el plato en el que Denisse me había entregado el pay. Lo había dejado anoche allí para acordarme que tenía que devolverlo hoy. Así que lo tomé y salí de casa para cumplir con mi objetivo.
Cruzé la calle para llegar a la acera de enfrente. No me había percatado de que Denisse había hecho un excelente trabajo con la casa; que ahora parecía un cálido hogar y no un domicilio solitario y oscuro. Me acerqué hasta la blanca puerta de madera y estiré mi mano para tocar el timbre; esperé por unos segundos, pero nadie abrió; volví a hacerlo, y nadie daba señales de vida. Toqué un par de veces con los nudillos de mis dedos la puerta... pero nadie atendió.
-¿Buscabas a alguien?
Oí una varoníl y dulce voz detrás mío, y me giré para encontrarme con la cosa más hermosa que había visto.
Una hermosa criatura que vestía con unos jeans ajustados, una playera de cuello "V" en color azul celeste que daba vista libre a una parte de su varoníl y trabajado pecho bronceado, y una chaqueta en tono beige. Le miré embobada deleitandome con sus exquisitas y agraciadas facciones en su rostro. Sus rosados y bien formados labios eran el marco perfecto para una bella sonrisa, pero aunque dibujaban una línea recta entre ellos, parecían tener la suavidad de un almohedón de plumas. su náriz era una perfecta diagonal curveada ligeramente al final. Las tonalidades de sus ojos miel que los coloreaban maravillosamente, me detenían y me robaban el aliento. Sus gruesas cejas no desentonaban con la perfección de su rostro. Su cabello castaño y quebrado que cubría su frente y caía cual cascada sobre su cabeza, era despeinado por el tenue viento haciendo que su exquisito aroma jugara en mi náriz haciéndole cosquillas...
-¿Buscabas a alguien?-volvió a preguntar.
Su voz tan melodiosa se filtró en mi interior produciendo una perfecta armonía.
-Sí... amm... a... Denisse...-pronuncié con dificultad debido a todas las sensaciones que se agolpaban dentro de mí.
-Mamá no está-musitó sin darme una sonrisa, una sonrisa que tanto moría por conocer.
-Oh... tú debes de ser Joseph... yo soy...
-La chica de enfrente, lo sé. La que vive sin sus padres-me interrumpió.
Entonces me di cuenta que su profunda y suave voz parecía molesta, con un aire de hostilidad.
-Vivo con ellos; sólo que la mayoría del tiempo no están-Musité un poco confundida por el matiz de su voz, parecía como si tuviese algo en contra mía-Bueno, sólo... vengo a entregarle esto-le dí el plato que sostenía en mi mano, y él lo tomó-Podrías decirle que... muchas gracias...?
-Claro-su voz no cambió.
Y sin decir más se acercó a la puerta, la abrió y se introdujo en su casa cerrándo la armazón de madera que servía de paso entre el exterior y el interior.
Me quedé inmóvil mirándole desaparecer; mis sentidos habían quedado deslumbrados por la belleza de aquel jóven que de algún modo, me era conocido.
Unos segundos después reaccioné, podría apostar cualquier cosa a que tenía una cara de idio'ta. Me encaminé hasta mi casa, no sin antes haber dado una última mirada a la casa de enfrente.
Quisiera decir, que el día transcurrió normal; pero entre toda la monotonía hubo algo distinto, algo que descontroló por completo a mi interior. Una materia humana llamada Joseph. Me preguntaba ¿porqué había actuado así conmigo? Con tanta hostilidad e indiferencia... y sobre todo, ¿porqué había provocado esas sensaciones desconocidas en mí?
Antes de dormir, miré la brillante luna a través de la ventana; su luz era más intensa que en otras ocasiones, de alguna manera, me parecía más hermosa... Y entre todas las preguntas que se formulaban en mi cabeza, quedé inconsiente cuando el sueño se apoderó de todos mis sentidos...
MARATON 2/5
Capitulo Doce : Desapareció
..Empezé a abrir lentamente los ojos, miré extrañada el reloj... 5:59 AM... y me quedé observando el aparato esperando a que marcara el próximo minuto... una vez que lo hizo, miré a la ventana, el tenue Sol moría por escabullirse entre las cortinas... esa, era la primera noche que no había soñado con él.
Me levanté de la cama e hice lo que siempre hago, sólo que ésta vez, me sentía tranquila al hacerlo. Recordé cuándo fue la ultima vez que desperté a la hora adecuada, y sonreí al haberlo hecho hoy. Por fín habían desaparecido aquellos sueños que tanto me atormentaban, después de dos largos meses, hoy había sido la primera noche que había vagado en la inconciencia sin la presencia de aquel extraño de mi sueño.
-¿Y esa sonrisa?-musitó Nick en cuanto me vió-Hace tiempo que no la veía tan grande. ¿Alguna noticia nueva acerca de Adam?
-Sí... desapareció-dije manteniendo la flamante sonrisa en mi rostro.
-¿Qué?.musitó confundido.
-Desapareció Nick, se fue. ¡No soñé con él!
-Pareces feliz por eso-me miró desconcertado.
-¡Y lo estoy!
-¿Eso significa que abandonas la búsqueda?-preguntó decepsionado.
Le miré, era increíble cuánto me conocía.
-Mientras él no aparezca no tengo porqué buscarlo-mascullé sería al ver la expresíon de Nick, parecía tan entusiasmado antes con la idea que ahora el saber que yo desistía, lo había decepsionado.
-¿Eso te hace feliz?
-Me hace feliz segir con mi vida y soñar cosas nuevas cada noche...-contesté.
Nick asintió con un leve movimiento de cabeza. LLegamos al instituto. Miré la hora, parecía un nuevo mundo que había dejado hace meses y el cual extrañaba.
-¿Porqué tan sonriente?-preguntó Lola al verme.
-Por que... acompañaré a Nick a comprar el regalo de cumpleaños de su madre... me emociona.
Nunca se me ha dado el mentir, en realidad, núnca lo había hecho; puesto que Nick era la única persona con la que convivía y él me conocía por completo, era imposible mentirle. Pero Lola no sabía absolutamente nada de mi vida más allá de la escuela. Miré cómo las mejillas de Nick se ruborizaron con el sólo hecho de que Lola le mirase... y no estoy muy segura del porqué, pero en ese instante sentí una sensación de vacio dentro de mí.
-Hablando de cumpleaños, vendrán a la fiesta de Jared, ¿cierto?
Pude notar cómo la expresión de Nick cambió. De ser una cara avergonzada y tímida pasó a ser una llena de trsiteza y pesar.
-No te prometo nada, Lola; Nick y yo... bueno, ya teníamos planes... tú sabes, es sabado.-dije
En realidad no era cierto; pero sabía que a Nick no le hacía nada bien estar en la misma habitación donde estuviera la chica que le gusta y el novio de ella.
-Pero, ¡quiero que vayan! Nick-lo miró y ví cómo él se tensó de nerviosismo-sólo un rato ¿sí?
-Amm...-parecía tan perdido que de cierta manera era gracioso.
Y de nuevo esa sensación de vacio...
-¿Por mí?-Lola enterró sus verdes ojos en Nick.
-Por ti...-musitó Nick con una cara parecida a la que seguro tenía yo ayer al conocer a... Joseph.
Sacudí la cabeza levemente y reí por lo bajo.
-Entonces allí los veo-y con una sonrisa y sacudida de mano se despidió.
Miré a Nick.
-Eres débil-enarqué una ceja.
-Soy vulnerable a su lado más amable...
Puse los ojos en blanco
-Y cursi además...
-Pero al menos no estoy amargado...-me insinuó
-Nick, estoy feliz; no lo arruines ¿si?
-Es que yo no sé porqué renunciaste a la búsqueda de tu chico-se encogió de hombros-Definitivamente lo necesitas.
-No necesito a nadie Nick, te tengo a ti; y eso me hace feliz ¿de acuerdo? Ahora dime a qué hora iremos por el regalo de tu madre.
-Pero...
-¿A qué hora, Nick?-interrumpí puesto que seguro seguiría con el tema de que necesito un novio.
-Saliendo del instituto-sacudió la cabeza y frunció el ceño.
Él más que nadie debería saber que no me gustan ese tipo de conversaciones, ¿porqué tanto afán de conseguirme algo que no necesito?
Las clases acabaron y fuimos a una de las tiendas más retiradas de la ciudad para cumplir con nuestro objetivo y una vez logrado, Nick me llevó a casa. Llegué como a eso de las seis de la tarde, estaba cansada y desganada pero a fin de cuentas, seguía feliz. Llamé a mis padres, cené y me fui a acostar, con cierto temor de que él volviera a mis sueños...
MARATON 3/5
Capitulo Trece : Estaras Bien ?
Los cálidos rayos de Sol que lograron escabullirse por mi ventana hicieron que abriera mis pesados párpados... sonreí satisfecha al saber que había sido la segunda noche sin él. Miré el reloj, marcaba la misma perfecta hora del día anterior, me levanté y abrí las amarillas cortinas de mi ventana... y mis ojos se deleitaron una vez más con la belleza de aquel chico que habitaba la casa de enfrente, quien salía de ésta con una mochila cruzando su pecho; mantuve mi mirada en el; era tan... perfecto, su caminar, su vestir, sus expresiones... todo. Él giró gracilmente su cabeza y miró en dirección a mi ventana. Como una niña tonta temiendo ser descubierta, me escondí tras una de las cortinas. ¿Me había visto? Reí apenada, inconsientemente feliz. Recorrí un poco la cortina y lo miré de nuevo, iba ya en la esquina de la calle... y me quedé observándolo hasta que despareció por el sendero...
Jueves.
Viernes.
Ambos días sin un sueño perturbador. Pero aquella sensación de vacio era cada vez más fuerte y constante.
Era sabado, ¡por fin sabado! Miré fugazmente el calendario, hoy era la fiesta de cumpleaños de Jared... me pregunté, ¿cuánto tiempo llevaba saliendo con Lola? y me quedé sorprendida de estarme preguntandome eso... y aquella sensación de vacio se apoderó de nuevo de mí, y entonces me sentí... triste, sola.
¿Qué me estaba pasando? En mi cabeza había remolinos de pensamientos tan confusos, sin claridad... sólo nubes grises... y junto aquella sensación de vacio, estaba escondida firmemente una sensación de necesidad, necesidad de sentirme acompañada. Sentí cómo mis ojos empezaron a humedecerse, y las lágrimas se suicidaban decididas, estaba llorando sin una razón exacta, me sentía mla y no sabía porqué.
Sin muchos ánimos y limpiándo las huellas que las lágrimas habían dejado, comenzé a arreglarme para la fiesta esperanzada de que quizá eso me ayudaría a distraerme un poco. A la décimaoctava hora, Nick pasó por mí; el domicilio de Jared estaba un poco retirado.
-¿Lloraste?
¡Cómo odiaba que Nick me conociera tanto!
-Sí, intenta cocinar con cebolla...-mentí.
-A tí no te gusta la cebolla-y Nick se dió cuenta.
Inspiré.
-¿Estás bien _____?-preguntó preocupado percatándose de la diminuta dosis de tristeza que aun se apoderaba de mí.
-Estoy bien Nick. La pregunta es, si tú estarás bien-musité tranquila y al final refiriendome al hecho de pasar tiempo con la unida pareja protagonista de la fiesta.
-Voy a intentarlo...
-Nick, no te hagas daño-coloqué mi mano en su hombro mientras él se estacionaba cerca de la casa de Jared.
-No lo hago _____. No soy un chico masoquista...
-De acuerdo; pero en cuanto te quieras marchar, nos vamos.
-Gracias-me dió una de sus más sinceras sonrisas.
MARATON 4/5
Capitulo Catorce : Se marcho .
Nos introducimos a la casa; estaba llena de personas; jóvenes en su mayoria. Recordé cuándo había sido la última vez que había ido a una fiesta... sin duda había pasado mucho tiempo.
-Iré a buscar a Lola-me avisó Nick y luego lo ví desaparecer entre la multitud...
Ahora recuerdo porqué no me agradaban mucho las fiestas; todo tipo de botín de gente me mareaba... Revisé cada uno de los rostros de las personas a mi alrededor buscando quizá a alguien que me fuese conocido pera no sentirme como el bicho raro que me estaba sintiendo en ese momento.
Y entonces lo vi a el; entre todas las personas que allí había, mis ojos sólo se enfocaron en él... como si las demás gente no importara; perdí la noción del tiempo con sólo verlo sonreír. Era dueño de una bellísima sonrisa enmarcada por sus perfectos y rosados labios; una sonrisa que fue capaz de desconectarme del mundo por completo, una sonrisa que iluminó con una cálida luz cada parte oscura dentro de mí, una sonrisa que me dejaba sin fuerzas pero que sin embargo, de alguna extraña manera me llenaba de fé, una sonrisa que destruía todo tipo de temor convirtiendo los miedos en esperanzas, una sonrisa que sin duda, opacaba el brillo de las estrellas. Me sentí frágil e indefensa ante ella, y desinteresada de todo lo demás. Para mis ojos, sólo existía una cosa para mirar... Joseph.
¿Qué hacía el allí? Tan perfecto como siempre... parpadeé un instante y parecí haber despertado de mi ensoñación; a lado de Joe se encontraba una chica, a ella le regalaba aquella sonrisa que yo tanto deseaba que fuese mía, sólo para mí.
Y de pronto. la tristeza me embargó de nuevo, me sentía mal por verle acompañado, pero... ¿porqué? Me quedé allí, inmóvil, sólo observándolo. Hasta que alguien chocó contra mí.
-Lo siento... ¿_____?
Me giré a mirarle al escuchar mi nombre, apartando con dificultad mi vista de aquel jóven a quien yo llamaba perfección.
-¿Qué haces aquí?-preguntó sorprendido.
-Kevin, ¡Hola! Soy amiga de Lola, ¿recuerdas? Lola es novia de Jared, el chico de la fiesta.
-¿Ella es tu amiga Lola? ¡wow! ¡Qué pequeño es el mundo! ¡Jared es mi primo!
-¿En serio?
Entonces por lógica, Jared tenía que ser primo también de Joe.
-Sí-hizo una pausa-¿Porqué estás sola? Ven, quiero que conozcas a alguien.
Llevaba en su mano izquierda un vaso con la bebida que servían en la fiesta, y con la otra tomó la mía y me llevó hasta donde se encontraba su hermano y aquella chica. Al llegar, vi cómo la perfecta sonrisa de Joe se desvaneció convirtiéndose en una expresión tensa al mirarme. Me sentí fatal de ser la causante de desaparecer aquella bella sonrisa.
-_____ quiero que conozcas a Andrea-comentó kevin haciéndo referencia a la linda chica que estaba con Joseph.
¿Ella era Andrea? ¿La chica de la que Kevin me había hablado la otra vez? ¿Entonces que hacía con Joe si debería estar con kevin?
-Un placer-musitó amablemente estirandome su mano.
-Igualmente-respondí y tomé su mano.
Miré de reojo a Joseph, tenía las manos en los bolsillos de su pantalón y miraba en dirección al piso.
-¡Oh! Andrea, aquí está tu bebida-dijo kevin entregándole el vaso que llevaba.
-¡Gracias kev!
Una canción con más ritmo que la anterior empezó a sonar.
-¡Me encanta esa canción! Andrea, ¿quieres bailar?-preguntó kevin.
-¡Claro!-aceptó ella con una linda sonrisa.
Y tomados de la mano se fueron hacía el centro de la pista, dejándonos solos a Joseph y a mí. Mientras que en mi interior me consumía una oleada de nervios, él parecía molesto.
¿Qué se suponía que tenía que decirle? Mi traicionero corazón parecía estallar de todos los escándalosos latidos que producía con sólo tenerle cerca.
-Así que... ¿Jared es tu primo?-dije como para romper el tenso e incómodo silencio.
-Mira, sé que no tienes muchos amigos; pero eso no significa que yo tenga que ser uno-masculló con voz hostil y dándo media vuelta se marchó.
MARATON 5/5
Capitulo Quince : Celos ?
Me quedé estupefacta, completamente atónita, sin comprender absolotamente nada. Me sentía confundida, triste, pero a la vez molesta ¿Qué rayos tenía en contra mía? Lo había tratado bien y él se había comportado con una hostilidad que me hería cual puñal en el corazón.
Sin duda me sentía furiosa; ni la mayor perfección del mundo podría tratarme así, aun conservaba algo de dignidad, poca, pero era suficiente.
Me introduje de nuevo entre toda la multitud para buscar a Nick; era yo quien quería irse. Lo miré, estaba en la otra esquina de la pista con Lola... ¡Rayos! Es la primera vez que habla más de dos minutos con ella, me parecía injusto quitarle eso. Entonces pensé, ningún muchacho malcreado y caprichoso evitaría que me divirtiera, o al menos, que mis amigos lo hagan.
Me dí la media vuelta, necesitaba desintoxicarme un poco de todo; así que salí hacía el jardín; tenía planeado darle un tiempo a Nick de treinta minutos para estar con Lola. No era inflexible, sino calculado; seguro Jared no soportaria mucho estar sin Lola, o por lo menos, dejarla estar con alguien más.
Pobre de Nick, desde que conoció a Lola a estado loco por ella; y según tengo entendido, Jared era el chico perfecto según Lola; ojos grandes y azules, tez blanca y cabello negro... lo que ella siempre había buscado en un chico, y Nick sólo tenía una de las tres características... su piel blanca.
Me paré cerca de la fuente que se encontraba al centro del jardín. La familia de Jared era de dinero, podían darse el lujo de tener una casa como en la que ya habitaban. Miré hacía el cielo y pude visualizar a todas las estrellas que brillaban delicadamente. Recordé aquella sonrisa que me hizo experimentar tantas emociones, y a la cual comparé con lo que ahora estaba mirando... en definitiva, no me arrepentía de haberla considerado mejor. Me percaté de que el oscuro cielo me regalaba más estrellas de las que antes había visto. Había miles, pequeñas y grandes y seguro, una pronto llevaría el nombre de Andrea. Bajé la mirada pero mi cabeza se mantuvo erguida hacía en dirección al cielo; en la esquina cerca de la entrada de la casa, había alguien mirandome... ¿Joseph? Acomodé lentamente mi cabeza en la dirección adecuada y le miré más fijamente; él enseguida miró hacía otro lado y en un láconico segundo se dió la media vuelta y entró a la casa. En mi frente se habían formado arrugas, aun estaba molesta; así que sin darle mucha importancia, me giré y volví a mirar el cielo, una luna menguada me obsequiaba su luz, mientras que en alguna otra parte del mundo, el Sol desprendía sus cálidos rayos... eso me hizo pensar en mis padres, en realidad no tenía idea de donde se encontraban, ellos sólo me daban los horarios adecuados para llamarles... a decir verdad, me decían también el nombre del país al que iban; pero siendo sincera, muy pocas veces lo recordaba... cada tres o cuatro meses era un nuevo país, entoncés llegué a perder el interés.
Miré la hora, aun faltaban cinco minutos para que se cumpliera el plazo de media hora. Decidí buscar ya a Nick, de todas maneras, seguro me tardaría más de cinco minutos encontrarlo.
Pero el pronóstico me falló. Justo al entrar en la casa vi a Nick a unos cuantos metros de distancia buscándome con la mirada, parecía incómodo. Lola se encontraba a su lado, y a lado de ella, Jared, quien hablaba efusivamente con alguien. Me acerqué sin pensarlo dos veces, y estando más cerca, entre todo el ruido alcanzé a escuchar a Jared.
-Escuché que eres bueno con la guitarra, quiero oirte un día.
-Tú dime cuándo.
Y mis pies pararon en seco a sólo un metro de distancia al escuchar una profunda y suave voz acompañada de una traviesa sonrisa.
-¡_____!-musitó Nick al verme y las miradas de sus tres acompañantes se posaron en mí y a la única a la que correspondí fue a la de Joe.
Sus bellos ojos miel reflejaban todas las coloridas luces que bailaban al ritmo de la música.
Miré a Nick.
-Nicholas...-mi voz tenía una leve onda de temblor que sólo Nick conocería.
-Es hora de irnos ¿cierto?-dijo y se acercó a mí. Puso su mano en mi cintura y vi cómo Joseph miró aquella acción-Bueno chicos, nos tenemos que marchar.
-¿Tan pronto?-masculló Lola.
-Tenemos cosas por hacer, ¿no es así _____?-articuló Nick.
-¿Ah?-sin embargo mi fuero interno se encontraba conmocionado-ah... sí, lo sentimos... ¡Feliz cumpleaños Jared!-y miré a este último.
-¡Gracias _____! Eres una de las dos personas que me lo han deseado.
Supusé que la otra había sido Lola.
-Parece que a los demás sólo les importa la fiesta-dijo burlesco-Pero en fin, gracias por venir chicos.
-Claro-musitó Nick-¿Nos vamos _____?
Asentí con un leve movimiento de cabeza y sonreí a Lola y Jared como señal de despedida; miré fugazmente a Joseph, aun miraba con cierto celo la mano de Nick que jalaba de mi cintura haciendome caminar.
BUENO CHICAS LES DEJO LA MARATON :) ESPERO QUE LES GUSTE MUCHO Y MUCHOS BESOS .
Y Ayee=) te prometí un cap y ahí va tu cap :D
Capitulo Dieseis : Me regalas tu nombre ?
Subimos al auto, Nick, yo, y mi aturdimiento interno.
-¿Porqué desapareciste?-preguntó mi rizado amigo con intensa cautela.
-Pensé que sería buena idea darte un tiempo para que estuvieras con Lola-me encogí de hombros.
-Sí, y disfruté la mitad de ese tiempo.
-¿Quince minutos?
-Bueno... rompí mi record ¿no?-sus labios dibujaron una sonrisa sin mucho ánimo-Y despues llegaron Jared y su primo...
-Joseph-musité interrumpiendolo y una pequeña chispa de alegría tocó mi corazón al pronunciar su nombre.
-Sí, ¿ya lo conocías?-preguntó con una nota de sorpresa en su voz.
-Es mi vecino-Y sin quererlo mi voz sonó hostil.
-Y por lo que veo no te agrada mucho que digamos, pero en cierta parte te entusiasma-me miró acusador.
-¿Entusiasmarme?-le miré nerviosa.
-¿Pensaste que no me di cuenta de cómo lo miraste?-sonrió de la misma forma en la que me miró-Tus ojos... brillaron.
Sacudí la cabeza en señal de rechazo a lo que había dicho.
-¿Te das cuenta de que te contradeciste?-dije a la defensiva-Agrado y entusiasmo son palabras con significado parecido.
Sacudió también su cabeza y rió por lo bajo.
-Tú sabes que tengo razón.
Dí por terminada la conversación mirando hacía la ventana, mientras escuchaba cómo las burlescas sonrisas de Nick volaban por el aire.
LLegué exahusta a casa, sólo quería descansar; así que dejé que la suavidad de mis sabanas y la blandura de mi colchón que cedía a la presión de mi cuerpo, me envolviera en un profundo sueño del cual, anhelaba me diera fuerzas para despertar al día siguiente.
Los traviesos rayos de Sol transpasaron libremente mi ventana puesto que la noche anterior había olvidado cerrar las cortinas.
Me levanté encandilada y con un ligero dolor de cabeza. Era domingo, no había mucho que hacer en realidad; así que después de desayunar decidí salir a dar un paseo. Me gustaba caminar, no en exceso, por supuesto, pero sí lo adecuado. Había un parque que no visitaba mucho, no desde... hace tres años. Me traía tantos érroneos recuerdos que decidí mejor ignorar. Pero mis traicioneros pies, me guiaron hasta allí.
No había cambiado mucho, sin embargo; la verde hierva se hacía notar más que la última vez. Me senté en una de las blancas bancas que allí había, y dejé que la suave brisa de un típico domingo en la mañana, rozara mi cara y despeinará mi cabello.
Estando allí sentada, empezé a sacar cuentas, hace poco menos de una semana que los sueños habían desaparecido; y en cuanto estos se esfumaron, la sensación de vacio nació. Una sensación parecida a la que sentí hace tres años cuando el amor hizo de mí su víctima y por consiguiente, su broma. Esta vez, por supuesto, no era tan doloroso.
Comenzé a pensar en el chico con el que soñaba, Adam; fornido, cabello quebrado y castaño, voz suave, profunda y fina... y mis pensamientos pasaron a Joseph; gozaba de las mismas cualidades sólo con la ventaja de tener más, las que Adam no mostraba... Reí para mis adentros, ni siquiera sabía porqué los comparaba, quizá tenían los mismo rasgos, claro, los que yo alcanzaba a percibir; pero ambos eran completamente distintos; Adam parecia... quererme, y Joseph... odiarme; ya sin contar que uno era real y el otro... no. Pero entonces vino a mi mente otro pensamiento... los sueños desaparecieron el día que conocí a Joe... Todo esto era confuso, complicado y sobre todo rídiculo. Una vez más, mi absurda imaginación había sobrepasado los límites.
Miré la hora que indicaba la pantalla de mi móvil... había estado por media hora dándole luz verde a mis pensamientos. Decidí irme a casa, así que me paré dejándo una banca vacia y comenzé con un pequeño paso para desarrollar una gran caminata. A los pocos segundos de haber retomado el camino, sentí que alguien me seguía, giré un poco mi cabeza y miré or la colilla del ojo. En efecto, alguien me seguía, o al menos caminaba muy cerca; era un tipo con una barba pequeña, delgado y sin cabello.
-¡Heey tú!-pronunció-¿Me regalas tu nombre?
Giré mi cabeza de nuevo; cómo odiaba a los tipos así; además de insensibles, parecían unos idio'tas. Lo ignoré. Era más que obvio que se dirigía a mí, puesto que era la única por aquella vereda.
-Te queda muy bien esa blusa azul-seguía detrás mío.
Puse los ojos en blanco con una más que molesta expresión en mi cara.
-¿No me vas a regalar tu nombre?-continuó.
Me giré enfadada a el.
-¿Quieres largarte?!-expresé con una nota de molestia en mi voz y me giré de nuevo.
Sentí cómo se acercó con pasos acelerados y agarrándome fuertemente del brazo me acorraló contra un árbol. Le miré horrorizada, al borde de la histeria.
-¡Te pedí por las buenas tu nombre!
-Y ella te dijo que te largaras-gruñó una voz aterciopelada, profunda con un matiz de amenaza.
DannyD'Jonas
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
Al fiiiiiin se encontraron! :arre:
Pero porque Joe tiene que tratarla asi?? :(
SIGUELAAAA .. Quien sera el que la defendio?? jeje
Pero porque Joe tiene que tratarla asi?? :(
SIGUELAAAA .. Quien sera el que la defendio?? jeje
MaleeJonas
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
AHHHHHHHH noooo, tenes qe seguirla!!
xq josé trata asi de mal a la rayis?! sera qe esta enamorado de andrea y como ella lo ayudo a kevo... bueno no se!!
qien es el qe aparecio?! josé lose!!
todas esas preguntas solo las podes contestar vos!!! SEGILA!!
xq josé trata asi de mal a la rayis?! sera qe esta enamorado de andrea y como ella lo ayudo a kevo... bueno no se!!
qien es el qe aparecio?! josé lose!!
todas esas preguntas solo las podes contestar vos!!! SEGILA!!
Invitado
Invitado
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
Nueva lectoraaaa.... :)
SIGUELAAAAAAA...!!!
me encantaron los CAPS.. :P
SIGUELAAAAAAA...!!!
me encantaron los CAPS.. :P
@ntonella
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
Hola ^^
Querida narras muy bien sin duda!! ^o^
Me encantó, estoy tan aniosa por la contii >.< que voy a estallar como un sapo (? :O
sin duda sugoii!! n.n
Espero la conti, tomate tu tiempo querida ^^
Bye *333*!!
Querida narras muy bien sin duda!! ^o^
Me encantó, estoy tan aniosa por la contii >.< que voy a estallar como un sapo (? :O
sin duda sugoii!! n.n
Espero la conti, tomate tu tiempo querida ^^
Bye *333*!!
Butterfly Crazy
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
Capitulo Diecisiete : ¿Qué me hacía merecedora de su enemistad?
Le miré sorprendida y con pasos decididos se interpuso entre ese tipo y yo; dándole una mala cara al sujeto y la espalda a mí.
-¿Y tú quién eres?-expresó el tipo a la defensiva.
-Alguien que puede hacer que pases un par de noches en prisión por acosar a la señorita, así que te conviene largarte ahora-su voz hostil y amenazante no dejaba de ser perfecta.
El sujeto me dio una mirada de molesta resignación mientras yo me escondía detrás de la espalda de Joe, quien no dejó de mirarlo hasta que el tipo desapareció.
Sinceramente, me había asustado mucho, pero ahora con Joe allí, todo miedo parecía lejano. Se giró con cautela y me miró. Sus hermosos ojos miel parecían culparme de algo; pero me perdí en su refulgente brillo sin poder evitarlo.
-Gra-Gracias...-musité con un hilo de voz que apenas alcanzaba a escucharse.
-Eres una chiquilla tonta-masculló girándose con cierto aire de desesperación que no logré comprender.
-¿Disculpa?-y entonces mi voz se tornó más fuerte pero no más segura.
-¿No pudiste tan sólo seguir caminando e irte?-empezó a caminar en la misma dirección a la que yo me dirigía.
Le seguí.
-No te entiendo ¿sabes? Me dices que no quieres ser amigo mío, luego apareces y te haces el héroe, y segundos después resultas ser uno de los malos.
-¿Tú crees que yo soy el malo?-soltó una sonrisa dolida-Lees mucho esos libros de vampíros.
-¿Y tú cómo sabes que los leo?-pregunté sorprendida pero con cierto recelo.
Su rostro tomó una expresión aún más seria; pareció como si hubiese quedado al descubierto sin haberlo querido.
-Lo supuse-continuó con la expresión dura en su rostro-¿Porqué lees tanto esos libros? Es un poco absurdo... ¿un vampíro enamorado de una humana? ¿Y eso qué tiene de gracia?
-¡No es absurdo!-repuse a la defensiva-¡Es apasionado! Él sacrifica el amor que le tiene para intentar protegerla...-Le alcanzé y el se quedó a una corta distancia detrás mío.
-Sacrificar el amor que le tiene...-murmuró y soltó una pequeña sonrisita burlona-¡Qué ironía!-musitó.
Sin embargo no entendí lo que quería decir, pareció más hablar consigo mismo.
-¿Y protegerla de qué?-refunfuñó-Él es el que debería protegerse.
-¿De qué?
-¡De ella!-articuló como si fuese obvio.
-¿Y porqué debería protegerse de ella?
El silencio que se produjo por la falta de su respuesta me obligó curiosa a voltear a mirarle. Su mirada era dirigida hacía un lado, como si tuviera la respuesta pero se negara a decirla.
-¿Joe?-musité esperando.
Me miró.
-Hablas demasiado-Refunfuñó.
-Si tanto te molesto ¿porqué me sigues?-me defendí.
-No te sigo; voy para mi casa, y aún cuido niñas tontas-me lanzó la indirecta.
-¡No soy una niña y sé cuidarme sola! Quizá esta vez no necesite que me salves.
-Quizá no debí de haberlo hecho antes-sus perfectos labios seguían dibujando una línea recta.
-¿Y porqué lo hiciste entonces?-le reté enarcándo una ceja.
-Aveces hago cosas que no debo de hacer-Musitó con pesar pero pareció referirse a algo más.
-¿Esa es tu respuesta?
Y en ese justo instante me percaté de que habíamos llegado a nuestras casas. Cuando miré de nuevo a Joe, este ya se encaminaba a la suya sin darme respuesta alguna. Al menos no concreta.
Me introduje a mi casa con una frustración que inundaba cada fibra de mi cuerpo pero con un deslumbramiento interno que me llenaba de pensamientos y todos con un nombre... Joseph. Me había cautivado con toda la gracilidad y encanto de sus expresiones. Pero aún tenía una duda... ¿Qué me hacía merecedora de su enemistad?
Capitulo Dieciocho : ¿Como sabes si me gusta un chico ?
Al día siguiente tenía la esperanza de que mi mente estuviera despejada... pero una vez más, me equivoqué; ultimamente, desde que lo conocí, me he descubierto pensando en el... Joseph me era tan sencillamente encantador que en cierta parte me era imposible no pensarle.
-Nick, ¿me acompañarás al centro comercial?-pregunté después de decir el típico "Hola" al verle.
-Lo siento _____. Iré a visitar a mis primos-dijo desganado.
-¿A tus primos? ¿Pero...?
-No me agradan lo sé-torció el gesto-Pero mamá está empeñada a llevarnos a Frankie y a mí.
-Bueno, Frankie es un niño de ocho años, tu madre aun puede disponer de él; pero tú ya tienes diécinueve...
-También sé eso; pero mamá está tan entusiasmada con la idea que no quiero ser egoista... Lo siento, de verdad.
-No te preocupes; puedo ir sola-sonreí.
El día en el instituto no fue la gran cosa. Todo era lo mismo; pero lo único que marcó la diferencia fue la expresión ausente en el rostro de Lola, ella normalmente era alegre, siempre se miraba con una gran sonrisa y ahora, por alguna extraña razón que desconocía, había desaparecido.
Nick me llevó al centro comercial, hubiera deseado que se quedara conmigo, pero obligarlo a elegir entre su familia y yo, sería egoista de mi parte. Agradecí el aventón y me introduje en la inmensa tienda... sólo pensaba comprar algunos víveres puesto que dinero no traía mucho.
-¡_____!-una voz femenina y dulce me llamó.
-Andrea, ¡Hola!
-¿Puedes ayudarme en algo?-preguntó
-Por supuesto-Me era increíble que me tratara como si me hubiese conocido desde hace tiempo. Y eso me agradaba.
-Ven-me pidió y se dirigió al departamento de ropa.
Le seguí. Tomó entre sus manos un par de vestidos, uno en color azul celeste y otro en rojo encendido. Ambos de noche.
-¿Cuál crees que es el mejor?-preguntó mostrándome las prendas.
-Amm... creo que me gusta más el celeste...
-¡Genial! Ya lo había escogido, pero necesitaba una segunda opinión-Me dió una gran sonrisa mientras ponía de nuevo el vestido rojo en su lugar.
-Bueno, ése vestido es realmente lindo, y el azul es uno de mis colores favoritos.
-¿Sabes?-me miró-¡Creo que tu y yo seremos grandes amigas!-sonrió
Yo esbozé una sonrisa ante la idea de que aquella linda chica se agregara a la reducida lista de amigos.
-¿Tienes algo que hacer el miercoles por la tarde?-me preguntó.
-Amm... no que yo sepa.
-¡Excelente! Podrás ayudarme a arreglarme para mi cita con Kev-dijo entusiasmada.
-¿Saldrás con Kevin?
-Así es, para eso es el vestido.-sonrió.
-Me encantaría ayudarte-le devolví la sonrisa más sincera que había en mí.
Había algo en Andrea que de alguna extraña manera me provocaba confiar en ella. Era una sensación diferente a cuando estaba con Nick; la idea de tener a una amiga para hacer cosas de chicas, me entusiasmaba; y Andrea parecía ser la indicada.
-Andrea...-musité vacilante.
-Dime-me miró y el tono miel de sus ojos me mostraban sinceridad.
-¿Cómo... cómo sabes si... te gusta un chico?.pregunté al fin.
Ella me miró con desconcierto.
Capitulo Diecinueve : Cita Doble ?
-Normalmente la pregunta es “¿Cómo sabes si le gustas a un chico?”-sonrió-debo admitir que para la pregunta que me acabas de hacer aun no formulo un respuesta.
-Bueno, ¿a ti te gusta Kevin?-pregunté y al instante sus mejillas se tiñeron de un color rosado.
-Amm… ¿te soy sincera?
-Puedes confiar en mí-le aseguré
Ella me sonrió.
-Te parecerá un poco absurdo por que no llevo mucho conociéndolo; pero en realidad me agrada, y eso incluye lo físico-admitió avergonzada.
Una leve sonrisa se dibujó sobre mis labios; pero al instante, sentí aquella sensación de vacío, que ahora parecía un agujero negro que se consumía todas las fuerzas de mi interior. Andrea pareció notarlo.
-¿Estás bien _____?
Formulé un montón de respuestas a esa pregunta; desde un desastre natural dentro de mí, hasta la agonía de una pesadilla sin final.
-Sí.
Y al final me dí cuenta que mentir era mucho más sencillo.
-Si tú lo dices…-desconfió un poco.
-Bueno, entonces si te gusta Kevin… ¿Qué es lo que sientes?-dije volviendo al tema.
-No te entiendo…
-¿Qué sientes al pensar en él, ó al tenerle cerca?
-Me siento… feliz, tranquila, siento que puedo ser yo misma sin tener miedo a que él se asuste-Rió-No sé, hace que me desconecte por completo del mundo.
Le miré profundamente… ¡Maldita sensación de vacío!
Andrea pareció salir de su ensoñación y me miró entusiasmada.
-¡Se me acaba de ocurrir una idea!-dijo con avidez-Sé que no te conozco mucho, pero no se lo pediría a nadie más…
Le miré intrigada.
-¿Podrías acompañarme a la cita?
-¿Qué?! Pero, es una cita… para dos-dije remarcando la última palabra-¡Yo no quiero hacer mal tercio!
-¿Y qué dices de una cita doble?
-¿Cita doble?
-Sí, puedes llevar a un amigo, y así no se verá mal.
-Andrea, no sé si lo sabes, pero amigos no tengo muchos; me sería un poco incómodo estar en una cita con Nick, mi mejor amigo; y bueno, Kevin sale contigo… mi lista de amigos es reducida.
-¡Entonces yo te conseguiré a alguien!
-¡Pero…!
-¡Por favor!-me miró suplicante rodeando con sus manos mis muñecas-No quiero ir sola a mi primera cita con Kevin; si estás allí quizá no me ponga tan nerviosa.
Le miré por unos segundos y después dí paso a un largo suspiro de resignación.
-De acuerdo-dije no muy convencida.
-¡Gracias! ¡Infinitamente gracias!-articuló efusivamente y me abrazó.
Llegué a casa un poco frustrada; Andrea me agradaba, pero… ¿una cita prácticamente a ciegas?! Eso sí que no me gustaba; ¿qué tal si el tipo resulta un engreído? ¿O un patán? De esos, había bastantes… o peor aún, ¿qué tal si el tipo resultaba ser el mismo del que Joe me había salvado?...
Joe… era como la quita vez en el día que pensaba en él… Me desconocía, mi cerebro no producía pensamiento alguno si Nick o mis padres no eran protagonistas… Me extrañé al instante, y preferí mejor dejar de pensar en ello…
Andrea había prometido ir a mi casa el miércoles por la tarde, cuyo día deseaba fervientemente que no llegara.
Capitulo Veinte : Seré mal Tercio .
Al siguiente me alegró ver a Nick, a pesar de que este, tuviera un humor parecido al que se apoderaba de mí días antes.
-¿Cómo te fue?-pregunté y me pareció haber cambiado de papel; ahora ella yo quien me preocupaba por su estado de ánimo.
-Sigo odiando a mis primos, pero mamá está feliz-esbozó una débil sonrisita.
Me le quedé mirando; Nick tenía un puñado de lunares en su perfil derecho, sobre su mejilla y cuello; al contrario de donde Adam los tenía. Nunca les había dado tanta atención como lo estaba haciendo ahora.
-¿Porqué me miras así?-preguntó curioso.
-Si tuvieras los lunares en el lado izquierdo del cuello, y tu cabello no tan rizado… podrías ser Adam…-confesé.
-Me halaga que me compares con el; pero ¿porqué lo haces?-sonrió.
-No lo sé, hasta el momento eres el más cercano a un parecido con Adam: lunares, linda voz, cantas y tocas la guitarra…-hice una pausa-había olvidado eso último.
Nick rió por lo bajo. Y entonces concluí, la sonrisa de Nick era preciosa, pero la melodiosa y armoniosa sonrisa de mis sueños, era aún más bella.
-Nicholas Adam Jerry… Nicholas Jerry Adam… Adam Nicholas Jerry…-después de divagar volvió a reír-No creo que el nombre de Adam combine con los míos-comentó burlesco-¿Vuelves a retomar la búsqueda?
-Yo no dije eso.
Volvió su decepcionada vista al frente, mientras sus manos seguían en el volante conduciendo hasta el instituto.
-Pero si quieres saber, mañana saldré con alguien-confesé como quien no quiere la cosa.
Nick me miró de prisa con una especie de entusiasmo.
-¿Con quién?-preguntó curioso.
-Con Kevin y Andrea.
-¿Kevin? ¿Andrea?
-¡Oh! Lo siento; Kevin mi vecino, Andrea su… próxima novia, mi amiga-dije y me sentí plena al pronunciar la última palabra.
-Tu vecino… ¿primo de Jared? Y hermano de… ¿Joseph?
Pensar en él se había convertido ya en parte de mi rutina diaria. Asentí.
-Y tú irás, por que…
-Por que Andrea me lo pidió.
-No te ofendas _____, pero harás mal tercio.
-Andrea me conseguirá…-vacilé por un segundo-un amigo.
-¿Un amigo? ¿Estarás en una cita doble y además a ciegas?-se sorprendió reprimiendo una carcajada-¿Quién eres y qué hiciste con _____?
Le miré con desagrado.
-Nicholas…
-Lo siento. Pero… ¿irás?
-No tengo otra opción. Además, se lo prometí a Andrea.
-Prométeme entonces a mí dos cosas.
Le miré esperando.
-Una, que te cuidarás-dijo serio-Otra…-me miró-¡que me vas a contar todo!-rió.
-Para ser hombre, harías muy bien el papel de mujer-mascullé burlesca.
-Sólo me preocupo por mi mejor amiga… ¿está eso mal?-sonrió.
Sacudí la cabeza y reí divertida.
Llegamos al instituto, a las primeras horas tenía clase de Literatura, a la que últimamente me resistía a asistir, pero de igual manera lo hacía. Me era patético que tomaran de tema principal el amor. De acuerdo no, quizá patético sea la palabra equivocada; más bien, molesto; me era más que molesto oír hablar de aquello.
A los veinte minutos de clase, me digné a escuchar las palabras de la señora Broocks.
-Escriban un párrafo donde expresen… qué es lo que sienten ahora.
¿Aburrición? Pensé.
-Donde nos permitan echar un vistazo a su interior… ¿Qué hay en su interior?
¿Riñones, pulmones, intestinos, estómago, corazón? volví a burlarme. De acuerdo, no. Si quería que mis notas subieran, tenía que tomar en serio las cosas; aún cuando no fueran de mi agrado.
Capitulo Veintiuno : Mi inspiración .
Tomé mi bolígrafo y empecé a jugar con el sacudiéndolo entre mis dedos mientras que la inspiración venía a mí… Miré fugazmente el cuadernillo del compañero de a lado… Sueños, alcancé a distinguir la palabra, y al instante, Adam vino a mi cabeza. Empecé a escribir toda aquella palabra que venía a mi mente, formando así un pequeño párrafo.
-_____, ¿podrías compartir lo que has escrito con la clase?-me pidió la señora Broocks.
-Amm… pero no es muy bueno…-vacilé.
-_____, por el hecho de ser una ventana a tu interior, es perfecto.
Puse los ojos en blanco y leí la tinta sobre el papel.
-Sola, creo que tú me encontrarás, y juntos realmente veremos que el amor está en camino…
Todas las miradas atónitas de mis compañeros se posaron de nuevo sobre mí… ¿Era ya una costumbre acaso? A diestra y siniestra me miraban estupefactos… incluso la señora Broocks, tenía los ojos tras los cristales de sus gafas abiertos de par en par. Me sentía incómoda, como un bicho raro… ¿qué tanto me miraban? Ahora sé que haber escogido el lugar del centro no había sido una idea del todo buena.
-_____... ¡eso fue realmente hermoso! ¿Lo has copiado?-inquirió la señora Broocks.
-¿Cómo dice?-respondí ligeramente ofendida.
-¿Lo has copiado de algún lugar?
-¡No!-refunfuñé.
-No te ofendas _____-dijo Charly, el chico a mi lado-pero tú no sueles escribir eso.
Le miré con desdén.
-Oye, no me culpes a mí, incluso la señora Broocks lo piensa-se encogió de hombros.
-¡Pues no lo he copiado!-gruñí.
-Demuéstralo. Vuelve a escribir algo-me retó.
Miré a la señora Broocks.
-¿Quiere que lo haga?-cuestioné.
-¡Me encantaría! Pasa por favor…-y me indicó que fuera al frente.
Me levanté de mi asiento, y el valor que me había sonreído minutos antes, había desaparecido. Tenía una vez más la atención sobre mí… ¿a quién quería engañar? Charly tenía razón, no suelo escribir cosas así; pero me ofendía que pensaran que lo había copiado y me estuviera llevando el crédito. Con pasos decididos caminé hacía la pizarra; tomé la tiza que la señora Broocks me ofrecía y bajo la mirada de reto de todos los allí presentes, inspiré. ¿Era muy tarde para dar un paso atrás? Por supuesto que sí, gracias a un momento de ego disfrazado de justicia me encontraba expuesta enfrente de todos.
Rogaba a Dios sólo un poco de inspiración; <> repetía en mi mente, y de repente, la voz en mi cabeza cambió de nombre… Joseph.
Y soñar, verte a los ojos y volar,
hasta que el cielo se quede atrás,
tienes esa gracia de voltearme el mundo…
Las palabras habían salido por sí solas; eso me desconcertó.
-_____-articuló la señora Broocks-esto es una gran mejoría. Cuando el curso empezó eras apática.
Fruncí el ceño.
-Sea lo que sea que te haya pasado, no dejes que se vaya-musitó y me indicó que tomara mi asiento de nuevo.
Desconcertada, confundida, atónita, y toda palabra que se le parezca; así me encontraba; ¿de dónde salió todo eso? Un solo pensamiento lo produjo ¿Joseph? Esto era raro, me asusté; hace años que yo no escribía algo así, no desde… Dan. ¿Qué había pasado? Debo admitir que Joe era bastante apuesto; pero… ¿cómo es que produjo esas palabras que mis dedos se obligaron a escribir?
Capitulo Veintidós : Tú
Era miércoles; justo el día que no quería que llegara; me levanté con suma pereza, atemorizada; ni una pizca de curiosidad tenía, pero una promesa se tenía que cumplir.
Durante todo el día en el instituto e incluso camino a casa, Nick no dejó de sonreírme e insinuarme lo de la cita… Pero justo cuando llegamos a mi casa después del instituto, decidió ponerse serio.
-Si la estas pasando mal, o el tipo resulta ser un beep; llámame, enseguida te sacaré de allí.
-Tenía pensado hacerlo-sonreí.
-Sólo cuídate ¿si?
-Lo haré Nick.
-Adiós _____-se acercó y acto seguido, besó mi frente apretando sus rosados labios contre ella.
-Hasta pronto.
Bajé del auto y miré cómo Nick se iba calle abajo. ¿Porqué la vida no fue más sencilla y no me enamoré de Nick? Hacíamos la pareja perfecta; pero el cariño que le tenía y el amor entre nosotros, era sólo de hermanos… y lo mejor, siempre incondicional.
Me introduje en casa; miré el reloj, Andrea tardaría un par de hora en llegar, suficientes para tomar un baño.
Las manecilla doradas del reloj parecieron jugar en contra mía y avanzaron como si fuesen a un maratón.
Andrea llegó puntual… necesitaba tener el valor suficiente para enfrentarme a lo que seguía; en dos horas, un desconocido tocaría a mi puerta, y con él, pasaría los siguientes minutos que quizá, serían los más estresantes de mi vida hasta ahora.
-¿Qué te pondrás?-preguntó Andrea sacándome de todas las especulaciones que mi cerebro producía.
-Amm… no sé, una falda a la rodilla y una blusa-me encogí de hombros.
-¿No tienes vestidos?
-¿Me obligarás a usar un vestido?-fruncí el ceño.
-No, lo usarás por tu propia voluntad-sonrió.
-Ni en un millón de años.
No me agradaba usar vestidos, no por que estos no me gustaran; sino por que me sentía extraña usando uno.
-De acuerdo, tú sabrás; pero al lugar al que vamos, no creo que te guste llevar lo que piensas usar.
Y a final de cuentas, ella tenía razón; lo usaría por voluntad propia.
-Tú ganas-torcí el gesto.
Andrea revolvió de arriba hacía abajo mi armario, hasta que encontró un vestido que haces años no usaba; era color violeta con destellos en un cinto que quedaba justo debajo del pecho. Estaba casi nuevo, sólo lo había usado una vez, hace dos años; era un regalo de parte de mi tío. Estaba resignada a volver a usarlo sólo por dos cosas: una, por hacer feliz a Andrea; y dos, por no desentonar en el lugar.
Era increíble que aun me quedara, justo a la medida; debo admitir que si algo me gustaba de aquel vestido, era la caída del faldón que llegaba justo a la rodilla.
Andrea quedó preciosa revestida de azul celeste, llevaba su cabello suelto; mientras que yo, lo había sujetado en alto haciendo que las ondas que se formaban en las puntas se acentuaran más. Ella estaba emocionada y no paraba de hablar de Kevin; y yo con un cierto temor a lo inesperado me invadía aquella sensación de vacío.
El timbre sonó justo a las siete en punto, y sin saber porqué, mi corazón se aceleró. Andrea, nerviosa me pidió que abriera, y dando pasos recelosos me dirigí a la puerta para abrirla.
Mis ojos se abrieron de par en par al ver quién era el joven que se encontraba a lado de Kevin; el joven que era mi cita. Él me miró de igual manera.
-¡Wow! _____, ¡pero qué bien luces!-expresó Kevin-¿No es así Joe?-dijo refiriéndose a su acompañante.
Capitulo Veintitrés : El / Ella es mi cita ?
Él me miró de igual manera.
-¡Wow _____!, ¡Pero qué bien luces!-expresó Kevin-¿No es así Joe?-dijo dirigiéndose a su acompañante.
-Kevin, ¿puedo hablar contigo un momento?-musitó serio.
Parecía sorprendido de saber que yo era su "cita" y molesto por eso. Pero no sé porqué la sorpresa, debió suponerlo al estar parado justo en mi puerta y yo debí saber que Andrea no conseguiría a nadie sino el mismo hermano de Kevin. Se retiraron un poco para que yo no alcanzara a escuchar lo que decían pero aun así, pude percibir un "Hazlo por mí" suplicante de parte de Kevin, y vi cómo Joseph después de haber refunfuñado algo que no entendí, aceptó con un profundo suspiro de resiganción.
Esto resultaría un desastre... lo sospechaba.
Andrea salió a los pocos minutos y vi cómo los ojos de Kevin desprendieron una cálida luz; ¡estú*pida sensación de vacio! ¿Porqué no te vas? Antes de dar un paso para subir a la camioneta de Kevin, tomé del brazo a Andrea impidiéndole caminar.
-No sé si te has dado cuenta; pero no creo agradarle mucho a Joe-susurré.
-Estás loca, él es un ángel-me aseguró.
Kevin, como todo un caballero, mantuvo la puerta del copiloto abierta hasta que subiera Andrea; eso significaba que yo viajaría atrás junto con Joe, quien al igual que Kevin, esperaba con la puerta abierta a que mis pies se dignaran a caminar. Lentos, llegaron hasta donde estaba él, podía percibir su gran disgusto, puesto que sólo espero a que yo subiera y azotó la puerta con fuerza. No pude evitar formular en mi cabeza un insulto para el... Idio*ta, era de todas la palabra más pronunciable que pensé.
Estaba a punto de tomar mi celular y llamar a Nick pidiendo auxilio; pero para hacerlo, al menos tenía que esperar a que transcurriera un poco más aquella pesadilla que llamaban cita.
Kevin y Andrea no dejaban de hablar y reír, era más que obvio que esos dos gustaban uno del otro; mientras que Joe mantuvo todo el camino su mirada en la ventanilla polarizada de su lado.
A los veinte minutos llegamos a un restaurante; parecía lujoso, con cierta suntuosidad... ¡vaya lujo para una primera cita!
Bajé por mi misma de la camioneta, Joseph ni siquiera se molestó en abrir la puerta como lo hizo Kevin con Andrea; la entrecomillada caballerosidad que me había mostrado al principio había desaparecido ya.
Capitulo Veinticuatro : Por ellos .
Deseaba fervientemente estar en algún otro lugar, cualquiera era mejor que estar contemplando el perfecto rostro disgustado de Joe. Entramos al restaurante, el ambiente era bastante fausto; lujo por doquier... manteles de seda, candiles gigantes y violines tocando... mis ojos estaban maravillados con la hermosura de aquel establecimiento, pero a decir verdad, no se comparaba con la belleza en el rostro del joven que tenía a lado. Apostaría cualquier cosa, a que la majestuosidad de todo esto, era opacada por la belleza de su sonrisa.
-Dos mesas para dos, por favor-ordenó Kevin.
Todos le miramos con los ojos abiertos de par en par; Andrea sorprendida, Joe molesto y yo desconcertada. ¿Pensaban dejarme a solas de nuevo con Joseph? ¿Qué clase de amigos hacen una cita doble para separarlas al final?
-Por aquí, por favor-Nos escoltaron hasta una mesa donde Kevin y Andrea se quedaron; y a una distancia considerable, nos sentaron a Joseph y a mí.
De acuerdo, esto era demasiado incómodo; tenía una cita con una persona a la que no le agradaba. Creo que en toda mi vida, no había pasado situación más incómoda que esta. Tomé la carta que se encontraba sobre la mesa y la puse frente a mi cara para ocultar la impresión de incomodidad que se apoderaba de esta. Miré el menú... ¿qué es toda esta comida rara?... Sentí una penetrante mirada sobre mí, miré hacía todos lados mientras la carta seguía escondiendo mi rostro... nadie me observaba... quizá empezaba a alucinar... Bajé la carta y vi cómo la mirada de Joseph bajó rápidamente a la mesa...
-¿Van a ordenar?-preguntó el mozo cortésmente.
Le miré. ¿Hacía cuánto tiempo que estaba allí? Tomé la carta y la observé de nuevo.
-Amm... quiero esto de aquí-señalé una comida cuyo nombre me era imposible pronunciar.
El pelirrojo y rizado joven anotó en su pequeña libreta.
-¿Señor?-se dirigió a Joe.
Este me miró por un par de segundos y después miró al mesero.
-Lo mismo que ella-dijo serio, sin siquiera saber lo que yo había ordenado.
-¿Algo de tomar?-preguntó el pelirrojo.
-Un té helado, por favor-musitó Joe con toda la elegancia propia de el.
-¿Señorita?
-¿Ah?-dejé de mirar el encanto de Joe y reaccioné a la voz del pelirrojo-Lo mismo...-musité.
En realidad, el té helado era una de las bebidas que no tomaba usualmente, pero en este caso era lo único que conocía.
-Enseguida-dijo el mozo una vez que terminó de anotar en su pequeña libreta, y se marchó.
Joseph miró hacía otro lado, molesto aun, sus gruesas cejas expresaban un disgusto que era fácil de percibir. Inspiré fastidiada de la situación.
-Escucha...-musité con temor intentando que mi voz sonase fuerte y segura, Joseph me miró-...es obvio que no te agrado y ni siquiera sé porqué, pero te aviso que ahora el sentimiento es mutúo; ambos estamos aquí no por que queramos, pero al menos a mí, me importan aquellas dos personas-señalé a Kevin y Andrea-y no les arruinaré la velada; así que por ellos, te soportaré a ti esta noche.
Él me miró sorprendido, no sé esperaba que yo le hablara así, pero ¿qué quería? ¿que le llevara flores y le inundara de cumplidos? No si me trataba como lo ha hecho. Miró después a kevin y Andrea, quienes reían y hablaban comodamente.
-Por ellos...-musitó y lentamente posó su mirada de nuevo en mí.
Capitulo Veinticinco : Dime , por que eres así conmigo ?
El pelirrojo que antes había pedido nuestra orden, había llegado con ellas, impidiéndome a mí articular palabra.
-Provecho-dijo amable y volvió a desaparecer.
Miré mi plato... ¿qué era lo que había ordenado? parecía apetitoso, pero... ¿y si no lo era?
-Es carne de pollo en salsa irlándesa...-musitó Joe adivinando quizá las expresiones de mi rostro.
-Parece que sabes mucho.
-¿Tenemos que hablar?-frunció el ceño.
-Tú empezaste a hacerlo-enarqué una ceja-Y si no hablamos, sería muy incómodo que sólo estemos sentados uno enfrente del otro... al menos finjamos que nos agradamos ¿de acuerdo?
-No recordaba que hablas demasiado-dijo mientras picoteaba con su tenedor el buen pedazo de pechuga que tenía en su plato.
-Entonces dejaré que hables tú-mi voz sonó retadora.
-¿Qué quieres que diga?
-No sé... quizá el porqué te comportas así conmigo...
Su rostro se tensó, contrajo sus rosados labios y cerró los ojos mientras tenía la cabeza ligeramente inclinada en dirección a su plato.
Su rostro se tensó, contrajo sus rosados labios y cerró los ojos mientras tenía la cabeza ligeramente inclinada en dirección a su plato.
-Suelo ser así-masculló.
-Claro, pero sólo conmigo ¿no?
-Si vamos a fingir que nos agradamos, no hablemos de esto-refunfuñó.
Fruncí el ceño.
-¿Entonces de qué quieres hablar?-reté.
-Pregúntame lo que quieras saber...
Abrí la boca para hablar.
-Que no sea, lo que te he dicho-advirtió.
¡Rayos! Todas las pregutas que tenía para hacerle eran acerca del tema que él quería evitar... y en todas había un ¿porqué? Volví a fruncir el ceño y torcí el gesto. De seguro la expresión que produje fue graciosa, puesto que vi cómo los labios de Joe se curvearon levemente en un intento de sonrisa.
-Tengo entendido que te transferiste de Universidad. ¿Porqué?-pregunté y la leve sonrisa que se había formado en sus labios, desapareció.
-Por que soy un idio'ta-masculló.
¡Pero qué chico tan bipolar!
-No eres un beep-dije y el me miró-si lograste transferirte, cosa que nadie que conozca ha hecho; entonces no eres tan idio'ta como dices-me encogí de hombros.
-No hables de lo que no sabes...-volvió a mascullar.
-¿Sabes qué? Pensándolo bien, sí eres un idio'ta, con esa actitud tan odiosa...-bufé-yo no sé cómo Andrea puede decir que eres un ángel.
El posó su vista en ella y acto seguido miró hacía abajo, parecía estar luchando consigo mism, como si fueran dos partes dentro de él; y desconocía contra que estaba peleando... y eso, precisamente eso, el misterio que lo caracterizaba; me hacía permanecer allí, como si estuviese atada a aquella silla, esperando quizá que él se diganara a hacer participe a la verdad.
El misterio que había dentro de Joseph me apasionaba, me obligaba a soportarle, me tenía encantada.
-La descripción de un ángel no es precisamente igual a mí...-musitó.
En su modestia pareció estar seguro; como si hubiese visto algo más a lo que se le adjudicara mejor el calificativo. Aunque para mí, él era lo más cercano al parecido con un ángel, sin contar a Nick. Me percaté de que me miraba.
-Para ser un idio'ta, no eres engreído-mascullé.
-Para ser una niña que habla demasiado, no eres tan molesta.
-¿Tan?
-Comamos, por favor. Así la noche se acaba más rápido y ambos quedaremos libres de esto-dijo y acto seguido se introdujo un bocado a la boca sin dejar la elegancia de lado.
Le miré con cierto desdén. Era insoportable, sin embargo allí estaba, torpemente encantada por el misterio.
Capitulo Veintiséis : Me odias .
Era insoportable, sin embargo allí estaba, torpemente encantada por el misterio.
-¿Puedo hacerte una pregunta más?-cuestioné con voz vacilante.
El me miró esperando, y tomé aquello como un sí.
Abrí la boca para hablar pero no dije nada.
-Olvídalo-dije meneando la cabeza ligeramente y bajando la mirada.
-¿Tan rápido te arrepentiste?-me desafió.
-Bueno, tú dijiste que hablo demasiado, creo que es hora de que me calle-me encogí de hombros.
Vi su rostro tensarse, pareció como si se hubiese arrepentido de haberlo dicho antes.
Seguimos comiendo, casi no cruzabamos palabra, sólo lo hacíamos para no parecer raros.
Agradecí a Dios cuando la cena terminó; pensé que era libre de aquel tormento encantador, pero no. kevin se dirigió a la playa, donde la noche lucía más hermosa y más amplia.
Bajamos todos de la camioneta. ¿Cuántos minutos más tendré que soportar esto? Mi alma quería huir, salir corriendo despavorida de allí; pero mi cuerpo se encontraba estancado allí. Kevin y Andrea empezaron a caminar tomados de la mano; mientras que Joseph y yo, guardabamos cierta distancia dándoles su espacio.
Sentía la arena sobre mis pies, y las estrellas que nos regalaba el oscuro cielo, brillaban con intensidad. El gélido aire rosaba mi piel haciendome tiritar de frío. Había olvidado mi abrigo en casa.
-¿Tienes frío?-preguntó Joe.
-¿Soy tan obvia?
El se encogió de hombros y acto seguido se quitó la chaqueta que traía puesta y me la ofreció.
Le miré con cierto recelo. ¿Minutos antes me había juzgado de molestia y ahora me ofrecía su chaqueta? O tenía un serio problema de bipolaridad ó la caballerosida lo había golpeado de nuevo.
-¿No la vas a tomar?-insistió.
La acepté aun confundida, y me la puse haciendo que instantáneamente el tiriteo desapareciera. Aquella cálida prenda desprendía su suave perfume, un olor tan grato y dulce.
-Gracias...-era la segunda vez que le agradecía algo.
Él volvió a encoger sus hombros y gracilmente giró su cabeza hacía un lado. Le miré con profundidad, parecía ocultar algo; de nuevo hizo un ademán de estar luchando consigo mismo... dos partes diferentes dentro de el... De acuerdo, quizá él tenga razón; leo demasiado aquellos libros. Él me miró percatándose de que lo observaba.
-¿Qué?-musitó con recelo.
-Es que... no te entiendo ¿sabes?-fruncí el ceño.
-¿Entenderme?
-Sí, cada vez que estoy cerca te comportas con hostilidad, sé que me odias; y luego, de repente sacas al caballero dentro de ti y me ofreces tu chaqueta-dije frustrada.
-El que tú creas que te odio, no significa que quiera verte morir de frío.
Tardé un poco para analizar sus palabras.
-Creer que me odias... ¿y no es así?
Capitulo Veintisiete : Gustarle a NICK ?
-Creer que me odias... ¿y no es así?
-Yo núnca dije que te odiara...-y de repente su voz se tornó más suave, pero tenía un cierto matiz de... ¿dolor?
-Pues... no con palabras pero sí con hechos...-insistí.
Él arrugó el entre cejo y su vista parecía perdida, se miraba los pies, y las manos las mantenía en los bolsillos de su pantalón.
El silencio apareció de pronto y sólo oía el cantar de las olas rompiendo en la orilla... mientras que Joseph se encontraba sumido en sus pensamientos.
-¿Qué me ibas a preguntar antes?-dijo mirando aún hacia la arena debajo de sus pies.
-Sí que eres curioso ¿no?
Se encongió de hombros.
-¿En realidad quieres que te pregunte?
-Siempre y cuando, no sea de ése tema-masculló.
Genial. "Ése" tema era el único que me interesaba, pero no iba a desperdiciar la oportunidad que me estaba dando; tenía que empezar a escarbar poco a poco, con preguntas indirectas que me fueran dando pistas.
-¿Te... te gusta Andrea?-pregunté al formular una hipótesis en mi cabeza; donde la causa de su molestía, fuese quizá que Andrea estuviera con Kevin.
Él la miró a sólo unos cuantos metros de distancia. Sonrió.
-Es una chica linda, Kevin tiene suerte de ser correspondido-algo en su voz parecía expresar pesar.
Sin embargo, la respuesta no me era bastante clara.
-¿Me puedes decir si sí ó si no?-inquirí frustrada.
-¿Y porqué quieres saber?-me miró.
-Contéstame y te digo.
Él suspiró y puso los ojos en blanco.
-No. Ahora dime ¿porqué?
-Curiosidad-mentí, aunque no del todo.
-¿Y qué me dices tu? Ése tal Nick... ¿Te gusta?-el matiz de su voz sonó hostil al pronunciar el nombre de Nick.
-¿Nick? Es mi mejor amigo...
-Entonces... ¿no?-preguntó con voz cautelosa-¿No te gusta?
-No, ¿porqué tanto interés en eso?
-Curiosidad-se encongió de hombros indiferente-Y ¿no has pensado que quizá tú le gustes?-inquirió como quien no quiere la cosa.
-¿Gustarle a Nick?-reí y ví cómo él al instante inspiró un poco tenso-No lo creo. ¿Porqué lo dices?
Vaciló por unos segundos.
LES QUIERO DAR LAS BUENAS BIENVENIDA A TODAS LA NUEVAS LECTORAS :) , LES VENGO A DEJAR UN MEGA MARATÓN QUE LES VA A FASCINAR , NO VOY A PODER PONER LA NOVE HASTA EL DOMINGO YA QUE SALDRÉ DE VIAJE Y NO PUEDO LLEVAR LA LAPTOP , ASÍ QUE ESTA BIEN DIFÍCIL QUE LES ESCRIBA POR ESO LES DEJO ESTA MARATÓN , ESPERO QUE LO DISFRUTEN .
Le miré sorprendida y con pasos decididos se interpuso entre ese tipo y yo; dándole una mala cara al sujeto y la espalda a mí.
-¿Y tú quién eres?-expresó el tipo a la defensiva.
-Alguien que puede hacer que pases un par de noches en prisión por acosar a la señorita, así que te conviene largarte ahora-su voz hostil y amenazante no dejaba de ser perfecta.
El sujeto me dio una mirada de molesta resignación mientras yo me escondía detrás de la espalda de Joe, quien no dejó de mirarlo hasta que el tipo desapareció.
Sinceramente, me había asustado mucho, pero ahora con Joe allí, todo miedo parecía lejano. Se giró con cautela y me miró. Sus hermosos ojos miel parecían culparme de algo; pero me perdí en su refulgente brillo sin poder evitarlo.
-Gra-Gracias...-musité con un hilo de voz que apenas alcanzaba a escucharse.
-Eres una chiquilla tonta-masculló girándose con cierto aire de desesperación que no logré comprender.
-¿Disculpa?-y entonces mi voz se tornó más fuerte pero no más segura.
-¿No pudiste tan sólo seguir caminando e irte?-empezó a caminar en la misma dirección a la que yo me dirigía.
Le seguí.
-No te entiendo ¿sabes? Me dices que no quieres ser amigo mío, luego apareces y te haces el héroe, y segundos después resultas ser uno de los malos.
-¿Tú crees que yo soy el malo?-soltó una sonrisa dolida-Lees mucho esos libros de vampíros.
-¿Y tú cómo sabes que los leo?-pregunté sorprendida pero con cierto recelo.
Su rostro tomó una expresión aún más seria; pareció como si hubiese quedado al descubierto sin haberlo querido.
-Lo supuse-continuó con la expresión dura en su rostro-¿Porqué lees tanto esos libros? Es un poco absurdo... ¿un vampíro enamorado de una humana? ¿Y eso qué tiene de gracia?
-¡No es absurdo!-repuse a la defensiva-¡Es apasionado! Él sacrifica el amor que le tiene para intentar protegerla...-Le alcanzé y el se quedó a una corta distancia detrás mío.
-Sacrificar el amor que le tiene...-murmuró y soltó una pequeña sonrisita burlona-¡Qué ironía!-musitó.
Sin embargo no entendí lo que quería decir, pareció más hablar consigo mismo.
-¿Y protegerla de qué?-refunfuñó-Él es el que debería protegerse.
-¿De qué?
-¡De ella!-articuló como si fuese obvio.
-¿Y porqué debería protegerse de ella?
El silencio que se produjo por la falta de su respuesta me obligó curiosa a voltear a mirarle. Su mirada era dirigida hacía un lado, como si tuviera la respuesta pero se negara a decirla.
-¿Joe?-musité esperando.
Me miró.
-Hablas demasiado-Refunfuñó.
-Si tanto te molesto ¿porqué me sigues?-me defendí.
-No te sigo; voy para mi casa, y aún cuido niñas tontas-me lanzó la indirecta.
-¡No soy una niña y sé cuidarme sola! Quizá esta vez no necesite que me salves.
-Quizá no debí de haberlo hecho antes-sus perfectos labios seguían dibujando una línea recta.
-¿Y porqué lo hiciste entonces?-le reté enarcándo una ceja.
-Aveces hago cosas que no debo de hacer-Musitó con pesar pero pareció referirse a algo más.
-¿Esa es tu respuesta?
Y en ese justo instante me percaté de que habíamos llegado a nuestras casas. Cuando miré de nuevo a Joe, este ya se encaminaba a la suya sin darme respuesta alguna. Al menos no concreta.
Me introduje a mi casa con una frustración que inundaba cada fibra de mi cuerpo pero con un deslumbramiento interno que me llenaba de pensamientos y todos con un nombre... Joseph. Me había cautivado con toda la gracilidad y encanto de sus expresiones. Pero aún tenía una duda... ¿Qué me hacía merecedora de su enemistad?
Capitulo Dieciocho : ¿Como sabes si me gusta un chico ?
Al día siguiente tenía la esperanza de que mi mente estuviera despejada... pero una vez más, me equivoqué; ultimamente, desde que lo conocí, me he descubierto pensando en el... Joseph me era tan sencillamente encantador que en cierta parte me era imposible no pensarle.
-Nick, ¿me acompañarás al centro comercial?-pregunté después de decir el típico "Hola" al verle.
-Lo siento _____. Iré a visitar a mis primos-dijo desganado.
-¿A tus primos? ¿Pero...?
-No me agradan lo sé-torció el gesto-Pero mamá está empeñada a llevarnos a Frankie y a mí.
-Bueno, Frankie es un niño de ocho años, tu madre aun puede disponer de él; pero tú ya tienes diécinueve...
-También sé eso; pero mamá está tan entusiasmada con la idea que no quiero ser egoista... Lo siento, de verdad.
-No te preocupes; puedo ir sola-sonreí.
El día en el instituto no fue la gran cosa. Todo era lo mismo; pero lo único que marcó la diferencia fue la expresión ausente en el rostro de Lola, ella normalmente era alegre, siempre se miraba con una gran sonrisa y ahora, por alguna extraña razón que desconocía, había desaparecido.
Nick me llevó al centro comercial, hubiera deseado que se quedara conmigo, pero obligarlo a elegir entre su familia y yo, sería egoista de mi parte. Agradecí el aventón y me introduje en la inmensa tienda... sólo pensaba comprar algunos víveres puesto que dinero no traía mucho.
-¡_____!-una voz femenina y dulce me llamó.
-Andrea, ¡Hola!
-¿Puedes ayudarme en algo?-preguntó
-Por supuesto-Me era increíble que me tratara como si me hubiese conocido desde hace tiempo. Y eso me agradaba.
-Ven-me pidió y se dirigió al departamento de ropa.
Le seguí. Tomó entre sus manos un par de vestidos, uno en color azul celeste y otro en rojo encendido. Ambos de noche.
-¿Cuál crees que es el mejor?-preguntó mostrándome las prendas.
-Amm... creo que me gusta más el celeste...
-¡Genial! Ya lo había escogido, pero necesitaba una segunda opinión-Me dió una gran sonrisa mientras ponía de nuevo el vestido rojo en su lugar.
-Bueno, ése vestido es realmente lindo, y el azul es uno de mis colores favoritos.
-¿Sabes?-me miró-¡Creo que tu y yo seremos grandes amigas!-sonrió
Yo esbozé una sonrisa ante la idea de que aquella linda chica se agregara a la reducida lista de amigos.
-¿Tienes algo que hacer el miercoles por la tarde?-me preguntó.
-Amm... no que yo sepa.
-¡Excelente! Podrás ayudarme a arreglarme para mi cita con Kev-dijo entusiasmada.
-¿Saldrás con Kevin?
-Así es, para eso es el vestido.-sonrió.
-Me encantaría ayudarte-le devolví la sonrisa más sincera que había en mí.
Había algo en Andrea que de alguna extraña manera me provocaba confiar en ella. Era una sensación diferente a cuando estaba con Nick; la idea de tener a una amiga para hacer cosas de chicas, me entusiasmaba; y Andrea parecía ser la indicada.
-Andrea...-musité vacilante.
-Dime-me miró y el tono miel de sus ojos me mostraban sinceridad.
-¿Cómo... cómo sabes si... te gusta un chico?.pregunté al fin.
Ella me miró con desconcierto.
Capitulo Diecinueve : Cita Doble ?
-Normalmente la pregunta es “¿Cómo sabes si le gustas a un chico?”-sonrió-debo admitir que para la pregunta que me acabas de hacer aun no formulo un respuesta.
-Bueno, ¿a ti te gusta Kevin?-pregunté y al instante sus mejillas se tiñeron de un color rosado.
-Amm… ¿te soy sincera?
-Puedes confiar en mí-le aseguré
Ella me sonrió.
-Te parecerá un poco absurdo por que no llevo mucho conociéndolo; pero en realidad me agrada, y eso incluye lo físico-admitió avergonzada.
Una leve sonrisa se dibujó sobre mis labios; pero al instante, sentí aquella sensación de vacío, que ahora parecía un agujero negro que se consumía todas las fuerzas de mi interior. Andrea pareció notarlo.
-¿Estás bien _____?
Formulé un montón de respuestas a esa pregunta; desde un desastre natural dentro de mí, hasta la agonía de una pesadilla sin final.
-Sí.
Y al final me dí cuenta que mentir era mucho más sencillo.
-Si tú lo dices…-desconfió un poco.
-Bueno, entonces si te gusta Kevin… ¿Qué es lo que sientes?-dije volviendo al tema.
-No te entiendo…
-¿Qué sientes al pensar en él, ó al tenerle cerca?
-Me siento… feliz, tranquila, siento que puedo ser yo misma sin tener miedo a que él se asuste-Rió-No sé, hace que me desconecte por completo del mundo.
Le miré profundamente… ¡Maldita sensación de vacío!
Andrea pareció salir de su ensoñación y me miró entusiasmada.
-¡Se me acaba de ocurrir una idea!-dijo con avidez-Sé que no te conozco mucho, pero no se lo pediría a nadie más…
Le miré intrigada.
-¿Podrías acompañarme a la cita?
-¿Qué?! Pero, es una cita… para dos-dije remarcando la última palabra-¡Yo no quiero hacer mal tercio!
-¿Y qué dices de una cita doble?
-¿Cita doble?
-Sí, puedes llevar a un amigo, y así no se verá mal.
-Andrea, no sé si lo sabes, pero amigos no tengo muchos; me sería un poco incómodo estar en una cita con Nick, mi mejor amigo; y bueno, Kevin sale contigo… mi lista de amigos es reducida.
-¡Entonces yo te conseguiré a alguien!
-¡Pero…!
-¡Por favor!-me miró suplicante rodeando con sus manos mis muñecas-No quiero ir sola a mi primera cita con Kevin; si estás allí quizá no me ponga tan nerviosa.
Le miré por unos segundos y después dí paso a un largo suspiro de resignación.
-De acuerdo-dije no muy convencida.
-¡Gracias! ¡Infinitamente gracias!-articuló efusivamente y me abrazó.
Llegué a casa un poco frustrada; Andrea me agradaba, pero… ¿una cita prácticamente a ciegas?! Eso sí que no me gustaba; ¿qué tal si el tipo resulta un engreído? ¿O un patán? De esos, había bastantes… o peor aún, ¿qué tal si el tipo resultaba ser el mismo del que Joe me había salvado?...
Joe… era como la quita vez en el día que pensaba en él… Me desconocía, mi cerebro no producía pensamiento alguno si Nick o mis padres no eran protagonistas… Me extrañé al instante, y preferí mejor dejar de pensar en ello…
Andrea había prometido ir a mi casa el miércoles por la tarde, cuyo día deseaba fervientemente que no llegara.
Capitulo Veinte : Seré mal Tercio .
Al siguiente me alegró ver a Nick, a pesar de que este, tuviera un humor parecido al que se apoderaba de mí días antes.
-¿Cómo te fue?-pregunté y me pareció haber cambiado de papel; ahora ella yo quien me preocupaba por su estado de ánimo.
-Sigo odiando a mis primos, pero mamá está feliz-esbozó una débil sonrisita.
Me le quedé mirando; Nick tenía un puñado de lunares en su perfil derecho, sobre su mejilla y cuello; al contrario de donde Adam los tenía. Nunca les había dado tanta atención como lo estaba haciendo ahora.
-¿Porqué me miras así?-preguntó curioso.
-Si tuvieras los lunares en el lado izquierdo del cuello, y tu cabello no tan rizado… podrías ser Adam…-confesé.
-Me halaga que me compares con el; pero ¿porqué lo haces?-sonrió.
-No lo sé, hasta el momento eres el más cercano a un parecido con Adam: lunares, linda voz, cantas y tocas la guitarra…-hice una pausa-había olvidado eso último.
Nick rió por lo bajo. Y entonces concluí, la sonrisa de Nick era preciosa, pero la melodiosa y armoniosa sonrisa de mis sueños, era aún más bella.
-Nicholas Adam Jerry… Nicholas Jerry Adam… Adam Nicholas Jerry…-después de divagar volvió a reír-No creo que el nombre de Adam combine con los míos-comentó burlesco-¿Vuelves a retomar la búsqueda?
-Yo no dije eso.
Volvió su decepcionada vista al frente, mientras sus manos seguían en el volante conduciendo hasta el instituto.
-Pero si quieres saber, mañana saldré con alguien-confesé como quien no quiere la cosa.
Nick me miró de prisa con una especie de entusiasmo.
-¿Con quién?-preguntó curioso.
-Con Kevin y Andrea.
-¿Kevin? ¿Andrea?
-¡Oh! Lo siento; Kevin mi vecino, Andrea su… próxima novia, mi amiga-dije y me sentí plena al pronunciar la última palabra.
-Tu vecino… ¿primo de Jared? Y hermano de… ¿Joseph?
Pensar en él se había convertido ya en parte de mi rutina diaria. Asentí.
-Y tú irás, por que…
-Por que Andrea me lo pidió.
-No te ofendas _____, pero harás mal tercio.
-Andrea me conseguirá…-vacilé por un segundo-un amigo.
-¿Un amigo? ¿Estarás en una cita doble y además a ciegas?-se sorprendió reprimiendo una carcajada-¿Quién eres y qué hiciste con _____?
Le miré con desagrado.
-Nicholas…
-Lo siento. Pero… ¿irás?
-No tengo otra opción. Además, se lo prometí a Andrea.
-Prométeme entonces a mí dos cosas.
Le miré esperando.
-Una, que te cuidarás-dijo serio-Otra…-me miró-¡que me vas a contar todo!-rió.
-Para ser hombre, harías muy bien el papel de mujer-mascullé burlesca.
-Sólo me preocupo por mi mejor amiga… ¿está eso mal?-sonrió.
Sacudí la cabeza y reí divertida.
Llegamos al instituto, a las primeras horas tenía clase de Literatura, a la que últimamente me resistía a asistir, pero de igual manera lo hacía. Me era patético que tomaran de tema principal el amor. De acuerdo no, quizá patético sea la palabra equivocada; más bien, molesto; me era más que molesto oír hablar de aquello.
A los veinte minutos de clase, me digné a escuchar las palabras de la señora Broocks.
-Escriban un párrafo donde expresen… qué es lo que sienten ahora.
¿Aburrición? Pensé.
-Donde nos permitan echar un vistazo a su interior… ¿Qué hay en su interior?
¿Riñones, pulmones, intestinos, estómago, corazón? volví a burlarme. De acuerdo, no. Si quería que mis notas subieran, tenía que tomar en serio las cosas; aún cuando no fueran de mi agrado.
Capitulo Veintiuno : Mi inspiración .
Tomé mi bolígrafo y empecé a jugar con el sacudiéndolo entre mis dedos mientras que la inspiración venía a mí… Miré fugazmente el cuadernillo del compañero de a lado… Sueños, alcancé a distinguir la palabra, y al instante, Adam vino a mi cabeza. Empecé a escribir toda aquella palabra que venía a mi mente, formando así un pequeño párrafo.
-_____, ¿podrías compartir lo que has escrito con la clase?-me pidió la señora Broocks.
-Amm… pero no es muy bueno…-vacilé.
-_____, por el hecho de ser una ventana a tu interior, es perfecto.
Puse los ojos en blanco y leí la tinta sobre el papel.
-Sola, creo que tú me encontrarás, y juntos realmente veremos que el amor está en camino…
Todas las miradas atónitas de mis compañeros se posaron de nuevo sobre mí… ¿Era ya una costumbre acaso? A diestra y siniestra me miraban estupefactos… incluso la señora Broocks, tenía los ojos tras los cristales de sus gafas abiertos de par en par. Me sentía incómoda, como un bicho raro… ¿qué tanto me miraban? Ahora sé que haber escogido el lugar del centro no había sido una idea del todo buena.
-_____... ¡eso fue realmente hermoso! ¿Lo has copiado?-inquirió la señora Broocks.
-¿Cómo dice?-respondí ligeramente ofendida.
-¿Lo has copiado de algún lugar?
-¡No!-refunfuñé.
-No te ofendas _____-dijo Charly, el chico a mi lado-pero tú no sueles escribir eso.
Le miré con desdén.
-Oye, no me culpes a mí, incluso la señora Broocks lo piensa-se encogió de hombros.
-¡Pues no lo he copiado!-gruñí.
-Demuéstralo. Vuelve a escribir algo-me retó.
Miré a la señora Broocks.
-¿Quiere que lo haga?-cuestioné.
-¡Me encantaría! Pasa por favor…-y me indicó que fuera al frente.
Me levanté de mi asiento, y el valor que me había sonreído minutos antes, había desaparecido. Tenía una vez más la atención sobre mí… ¿a quién quería engañar? Charly tenía razón, no suelo escribir cosas así; pero me ofendía que pensaran que lo había copiado y me estuviera llevando el crédito. Con pasos decididos caminé hacía la pizarra; tomé la tiza que la señora Broocks me ofrecía y bajo la mirada de reto de todos los allí presentes, inspiré. ¿Era muy tarde para dar un paso atrás? Por supuesto que sí, gracias a un momento de ego disfrazado de justicia me encontraba expuesta enfrente de todos.
Rogaba a Dios sólo un poco de inspiración; <
Y soñar, verte a los ojos y volar,
hasta que el cielo se quede atrás,
tienes esa gracia de voltearme el mundo…
Las palabras habían salido por sí solas; eso me desconcertó.
-_____-articuló la señora Broocks-esto es una gran mejoría. Cuando el curso empezó eras apática.
Fruncí el ceño.
-Sea lo que sea que te haya pasado, no dejes que se vaya-musitó y me indicó que tomara mi asiento de nuevo.
Desconcertada, confundida, atónita, y toda palabra que se le parezca; así me encontraba; ¿de dónde salió todo eso? Un solo pensamiento lo produjo ¿Joseph? Esto era raro, me asusté; hace años que yo no escribía algo así, no desde… Dan. ¿Qué había pasado? Debo admitir que Joe era bastante apuesto; pero… ¿cómo es que produjo esas palabras que mis dedos se obligaron a escribir?
Capitulo Veintidós : Tú
Era miércoles; justo el día que no quería que llegara; me levanté con suma pereza, atemorizada; ni una pizca de curiosidad tenía, pero una promesa se tenía que cumplir.
Durante todo el día en el instituto e incluso camino a casa, Nick no dejó de sonreírme e insinuarme lo de la cita… Pero justo cuando llegamos a mi casa después del instituto, decidió ponerse serio.
-Si la estas pasando mal, o el tipo resulta ser un beep; llámame, enseguida te sacaré de allí.
-Tenía pensado hacerlo-sonreí.
-Sólo cuídate ¿si?
-Lo haré Nick.
-Adiós _____-se acercó y acto seguido, besó mi frente apretando sus rosados labios contre ella.
-Hasta pronto.
Bajé del auto y miré cómo Nick se iba calle abajo. ¿Porqué la vida no fue más sencilla y no me enamoré de Nick? Hacíamos la pareja perfecta; pero el cariño que le tenía y el amor entre nosotros, era sólo de hermanos… y lo mejor, siempre incondicional.
Me introduje en casa; miré el reloj, Andrea tardaría un par de hora en llegar, suficientes para tomar un baño.
Las manecilla doradas del reloj parecieron jugar en contra mía y avanzaron como si fuesen a un maratón.
Andrea llegó puntual… necesitaba tener el valor suficiente para enfrentarme a lo que seguía; en dos horas, un desconocido tocaría a mi puerta, y con él, pasaría los siguientes minutos que quizá, serían los más estresantes de mi vida hasta ahora.
-¿Qué te pondrás?-preguntó Andrea sacándome de todas las especulaciones que mi cerebro producía.
-Amm… no sé, una falda a la rodilla y una blusa-me encogí de hombros.
-¿No tienes vestidos?
-¿Me obligarás a usar un vestido?-fruncí el ceño.
-No, lo usarás por tu propia voluntad-sonrió.
-Ni en un millón de años.
No me agradaba usar vestidos, no por que estos no me gustaran; sino por que me sentía extraña usando uno.
-De acuerdo, tú sabrás; pero al lugar al que vamos, no creo que te guste llevar lo que piensas usar.
Y a final de cuentas, ella tenía razón; lo usaría por voluntad propia.
-Tú ganas-torcí el gesto.
Andrea revolvió de arriba hacía abajo mi armario, hasta que encontró un vestido que haces años no usaba; era color violeta con destellos en un cinto que quedaba justo debajo del pecho. Estaba casi nuevo, sólo lo había usado una vez, hace dos años; era un regalo de parte de mi tío. Estaba resignada a volver a usarlo sólo por dos cosas: una, por hacer feliz a Andrea; y dos, por no desentonar en el lugar.
Era increíble que aun me quedara, justo a la medida; debo admitir que si algo me gustaba de aquel vestido, era la caída del faldón que llegaba justo a la rodilla.
Andrea quedó preciosa revestida de azul celeste, llevaba su cabello suelto; mientras que yo, lo había sujetado en alto haciendo que las ondas que se formaban en las puntas se acentuaran más. Ella estaba emocionada y no paraba de hablar de Kevin; y yo con un cierto temor a lo inesperado me invadía aquella sensación de vacío.
El timbre sonó justo a las siete en punto, y sin saber porqué, mi corazón se aceleró. Andrea, nerviosa me pidió que abriera, y dando pasos recelosos me dirigí a la puerta para abrirla.
Mis ojos se abrieron de par en par al ver quién era el joven que se encontraba a lado de Kevin; el joven que era mi cita. Él me miró de igual manera.
-¡Wow! _____, ¡pero qué bien luces!-expresó Kevin-¿No es así Joe?-dijo refiriéndose a su acompañante.
Capitulo Veintitrés : El / Ella es mi cita ?
Él me miró de igual manera.
-¡Wow _____!, ¡Pero qué bien luces!-expresó Kevin-¿No es así Joe?-dijo dirigiéndose a su acompañante.
-Kevin, ¿puedo hablar contigo un momento?-musitó serio.
Parecía sorprendido de saber que yo era su "cita" y molesto por eso. Pero no sé porqué la sorpresa, debió suponerlo al estar parado justo en mi puerta y yo debí saber que Andrea no conseguiría a nadie sino el mismo hermano de Kevin. Se retiraron un poco para que yo no alcanzara a escuchar lo que decían pero aun así, pude percibir un "Hazlo por mí" suplicante de parte de Kevin, y vi cómo Joseph después de haber refunfuñado algo que no entendí, aceptó con un profundo suspiro de resiganción.
Esto resultaría un desastre... lo sospechaba.
Andrea salió a los pocos minutos y vi cómo los ojos de Kevin desprendieron una cálida luz; ¡estú*pida sensación de vacio! ¿Porqué no te vas? Antes de dar un paso para subir a la camioneta de Kevin, tomé del brazo a Andrea impidiéndole caminar.
-No sé si te has dado cuenta; pero no creo agradarle mucho a Joe-susurré.
-Estás loca, él es un ángel-me aseguró.
Kevin, como todo un caballero, mantuvo la puerta del copiloto abierta hasta que subiera Andrea; eso significaba que yo viajaría atrás junto con Joe, quien al igual que Kevin, esperaba con la puerta abierta a que mis pies se dignaran a caminar. Lentos, llegaron hasta donde estaba él, podía percibir su gran disgusto, puesto que sólo espero a que yo subiera y azotó la puerta con fuerza. No pude evitar formular en mi cabeza un insulto para el... Idio*ta, era de todas la palabra más pronunciable que pensé.
Estaba a punto de tomar mi celular y llamar a Nick pidiendo auxilio; pero para hacerlo, al menos tenía que esperar a que transcurriera un poco más aquella pesadilla que llamaban cita.
Kevin y Andrea no dejaban de hablar y reír, era más que obvio que esos dos gustaban uno del otro; mientras que Joe mantuvo todo el camino su mirada en la ventanilla polarizada de su lado.
A los veinte minutos llegamos a un restaurante; parecía lujoso, con cierta suntuosidad... ¡vaya lujo para una primera cita!
Bajé por mi misma de la camioneta, Joseph ni siquiera se molestó en abrir la puerta como lo hizo Kevin con Andrea; la entrecomillada caballerosidad que me había mostrado al principio había desaparecido ya.
Capitulo Veinticuatro : Por ellos .
Deseaba fervientemente estar en algún otro lugar, cualquiera era mejor que estar contemplando el perfecto rostro disgustado de Joe. Entramos al restaurante, el ambiente era bastante fausto; lujo por doquier... manteles de seda, candiles gigantes y violines tocando... mis ojos estaban maravillados con la hermosura de aquel establecimiento, pero a decir verdad, no se comparaba con la belleza en el rostro del joven que tenía a lado. Apostaría cualquier cosa, a que la majestuosidad de todo esto, era opacada por la belleza de su sonrisa.
-Dos mesas para dos, por favor-ordenó Kevin.
Todos le miramos con los ojos abiertos de par en par; Andrea sorprendida, Joe molesto y yo desconcertada. ¿Pensaban dejarme a solas de nuevo con Joseph? ¿Qué clase de amigos hacen una cita doble para separarlas al final?
-Por aquí, por favor-Nos escoltaron hasta una mesa donde Kevin y Andrea se quedaron; y a una distancia considerable, nos sentaron a Joseph y a mí.
De acuerdo, esto era demasiado incómodo; tenía una cita con una persona a la que no le agradaba. Creo que en toda mi vida, no había pasado situación más incómoda que esta. Tomé la carta que se encontraba sobre la mesa y la puse frente a mi cara para ocultar la impresión de incomodidad que se apoderaba de esta. Miré el menú... ¿qué es toda esta comida rara?... Sentí una penetrante mirada sobre mí, miré hacía todos lados mientras la carta seguía escondiendo mi rostro... nadie me observaba... quizá empezaba a alucinar... Bajé la carta y vi cómo la mirada de Joseph bajó rápidamente a la mesa...
-¿Van a ordenar?-preguntó el mozo cortésmente.
Le miré. ¿Hacía cuánto tiempo que estaba allí? Tomé la carta y la observé de nuevo.
-Amm... quiero esto de aquí-señalé una comida cuyo nombre me era imposible pronunciar.
El pelirrojo y rizado joven anotó en su pequeña libreta.
-¿Señor?-se dirigió a Joe.
Este me miró por un par de segundos y después miró al mesero.
-Lo mismo que ella-dijo serio, sin siquiera saber lo que yo había ordenado.
-¿Algo de tomar?-preguntó el pelirrojo.
-Un té helado, por favor-musitó Joe con toda la elegancia propia de el.
-¿Señorita?
-¿Ah?-dejé de mirar el encanto de Joe y reaccioné a la voz del pelirrojo-Lo mismo...-musité.
En realidad, el té helado era una de las bebidas que no tomaba usualmente, pero en este caso era lo único que conocía.
-Enseguida-dijo el mozo una vez que terminó de anotar en su pequeña libreta, y se marchó.
Joseph miró hacía otro lado, molesto aun, sus gruesas cejas expresaban un disgusto que era fácil de percibir. Inspiré fastidiada de la situación.
-Escucha...-musité con temor intentando que mi voz sonase fuerte y segura, Joseph me miró-...es obvio que no te agrado y ni siquiera sé porqué, pero te aviso que ahora el sentimiento es mutúo; ambos estamos aquí no por que queramos, pero al menos a mí, me importan aquellas dos personas-señalé a Kevin y Andrea-y no les arruinaré la velada; así que por ellos, te soportaré a ti esta noche.
Él me miró sorprendido, no sé esperaba que yo le hablara así, pero ¿qué quería? ¿que le llevara flores y le inundara de cumplidos? No si me trataba como lo ha hecho. Miró después a kevin y Andrea, quienes reían y hablaban comodamente.
-Por ellos...-musitó y lentamente posó su mirada de nuevo en mí.
Capitulo Veinticinco : Dime , por que eres así conmigo ?
El pelirrojo que antes había pedido nuestra orden, había llegado con ellas, impidiéndome a mí articular palabra.
-Provecho-dijo amable y volvió a desaparecer.
Miré mi plato... ¿qué era lo que había ordenado? parecía apetitoso, pero... ¿y si no lo era?
-Es carne de pollo en salsa irlándesa...-musitó Joe adivinando quizá las expresiones de mi rostro.
-Parece que sabes mucho.
-¿Tenemos que hablar?-frunció el ceño.
-Tú empezaste a hacerlo-enarqué una ceja-Y si no hablamos, sería muy incómodo que sólo estemos sentados uno enfrente del otro... al menos finjamos que nos agradamos ¿de acuerdo?
-No recordaba que hablas demasiado-dijo mientras picoteaba con su tenedor el buen pedazo de pechuga que tenía en su plato.
-Entonces dejaré que hables tú-mi voz sonó retadora.
-¿Qué quieres que diga?
-No sé... quizá el porqué te comportas así conmigo...
Su rostro se tensó, contrajo sus rosados labios y cerró los ojos mientras tenía la cabeza ligeramente inclinada en dirección a su plato.
Su rostro se tensó, contrajo sus rosados labios y cerró los ojos mientras tenía la cabeza ligeramente inclinada en dirección a su plato.
-Suelo ser así-masculló.
-Claro, pero sólo conmigo ¿no?
-Si vamos a fingir que nos agradamos, no hablemos de esto-refunfuñó.
Fruncí el ceño.
-¿Entonces de qué quieres hablar?-reté.
-Pregúntame lo que quieras saber...
Abrí la boca para hablar.
-Que no sea, lo que te he dicho-advirtió.
¡Rayos! Todas las pregutas que tenía para hacerle eran acerca del tema que él quería evitar... y en todas había un ¿porqué? Volví a fruncir el ceño y torcí el gesto. De seguro la expresión que produje fue graciosa, puesto que vi cómo los labios de Joe se curvearon levemente en un intento de sonrisa.
-Tengo entendido que te transferiste de Universidad. ¿Porqué?-pregunté y la leve sonrisa que se había formado en sus labios, desapareció.
-Por que soy un idio'ta-masculló.
¡Pero qué chico tan bipolar!
-No eres un beep-dije y el me miró-si lograste transferirte, cosa que nadie que conozca ha hecho; entonces no eres tan idio'ta como dices-me encogí de hombros.
-No hables de lo que no sabes...-volvió a mascullar.
-¿Sabes qué? Pensándolo bien, sí eres un idio'ta, con esa actitud tan odiosa...-bufé-yo no sé cómo Andrea puede decir que eres un ángel.
El posó su vista en ella y acto seguido miró hacía abajo, parecía estar luchando consigo mism, como si fueran dos partes dentro de él; y desconocía contra que estaba peleando... y eso, precisamente eso, el misterio que lo caracterizaba; me hacía permanecer allí, como si estuviese atada a aquella silla, esperando quizá que él se diganara a hacer participe a la verdad.
El misterio que había dentro de Joseph me apasionaba, me obligaba a soportarle, me tenía encantada.
-La descripción de un ángel no es precisamente igual a mí...-musitó.
En su modestia pareció estar seguro; como si hubiese visto algo más a lo que se le adjudicara mejor el calificativo. Aunque para mí, él era lo más cercano al parecido con un ángel, sin contar a Nick. Me percaté de que me miraba.
-Para ser un idio'ta, no eres engreído-mascullé.
-Para ser una niña que habla demasiado, no eres tan molesta.
-¿Tan?
-Comamos, por favor. Así la noche se acaba más rápido y ambos quedaremos libres de esto-dijo y acto seguido se introdujo un bocado a la boca sin dejar la elegancia de lado.
Le miré con cierto desdén. Era insoportable, sin embargo allí estaba, torpemente encantada por el misterio.
Capitulo Veintiséis : Me odias .
Era insoportable, sin embargo allí estaba, torpemente encantada por el misterio.
-¿Puedo hacerte una pregunta más?-cuestioné con voz vacilante.
El me miró esperando, y tomé aquello como un sí.
Abrí la boca para hablar pero no dije nada.
-Olvídalo-dije meneando la cabeza ligeramente y bajando la mirada.
-¿Tan rápido te arrepentiste?-me desafió.
-Bueno, tú dijiste que hablo demasiado, creo que es hora de que me calle-me encogí de hombros.
Vi su rostro tensarse, pareció como si se hubiese arrepentido de haberlo dicho antes.
Seguimos comiendo, casi no cruzabamos palabra, sólo lo hacíamos para no parecer raros.
Agradecí a Dios cuando la cena terminó; pensé que era libre de aquel tormento encantador, pero no. kevin se dirigió a la playa, donde la noche lucía más hermosa y más amplia.
Bajamos todos de la camioneta. ¿Cuántos minutos más tendré que soportar esto? Mi alma quería huir, salir corriendo despavorida de allí; pero mi cuerpo se encontraba estancado allí. Kevin y Andrea empezaron a caminar tomados de la mano; mientras que Joseph y yo, guardabamos cierta distancia dándoles su espacio.
Sentía la arena sobre mis pies, y las estrellas que nos regalaba el oscuro cielo, brillaban con intensidad. El gélido aire rosaba mi piel haciendome tiritar de frío. Había olvidado mi abrigo en casa.
-¿Tienes frío?-preguntó Joe.
-¿Soy tan obvia?
El se encogió de hombros y acto seguido se quitó la chaqueta que traía puesta y me la ofreció.
Le miré con cierto recelo. ¿Minutos antes me había juzgado de molestia y ahora me ofrecía su chaqueta? O tenía un serio problema de bipolaridad ó la caballerosida lo había golpeado de nuevo.
-¿No la vas a tomar?-insistió.
La acepté aun confundida, y me la puse haciendo que instantáneamente el tiriteo desapareciera. Aquella cálida prenda desprendía su suave perfume, un olor tan grato y dulce.
-Gracias...-era la segunda vez que le agradecía algo.
Él volvió a encoger sus hombros y gracilmente giró su cabeza hacía un lado. Le miré con profundidad, parecía ocultar algo; de nuevo hizo un ademán de estar luchando consigo mismo... dos partes diferentes dentro de el... De acuerdo, quizá él tenga razón; leo demasiado aquellos libros. Él me miró percatándose de que lo observaba.
-¿Qué?-musitó con recelo.
-Es que... no te entiendo ¿sabes?-fruncí el ceño.
-¿Entenderme?
-Sí, cada vez que estoy cerca te comportas con hostilidad, sé que me odias; y luego, de repente sacas al caballero dentro de ti y me ofreces tu chaqueta-dije frustrada.
-El que tú creas que te odio, no significa que quiera verte morir de frío.
Tardé un poco para analizar sus palabras.
-Creer que me odias... ¿y no es así?
Capitulo Veintisiete : Gustarle a NICK ?
-Creer que me odias... ¿y no es así?
-Yo núnca dije que te odiara...-y de repente su voz se tornó más suave, pero tenía un cierto matiz de... ¿dolor?
-Pues... no con palabras pero sí con hechos...-insistí.
Él arrugó el entre cejo y su vista parecía perdida, se miraba los pies, y las manos las mantenía en los bolsillos de su pantalón.
El silencio apareció de pronto y sólo oía el cantar de las olas rompiendo en la orilla... mientras que Joseph se encontraba sumido en sus pensamientos.
-¿Qué me ibas a preguntar antes?-dijo mirando aún hacia la arena debajo de sus pies.
-Sí que eres curioso ¿no?
Se encongió de hombros.
-¿En realidad quieres que te pregunte?
-Siempre y cuando, no sea de ése tema-masculló.
Genial. "Ése" tema era el único que me interesaba, pero no iba a desperdiciar la oportunidad que me estaba dando; tenía que empezar a escarbar poco a poco, con preguntas indirectas que me fueran dando pistas.
-¿Te... te gusta Andrea?-pregunté al formular una hipótesis en mi cabeza; donde la causa de su molestía, fuese quizá que Andrea estuviera con Kevin.
Él la miró a sólo unos cuantos metros de distancia. Sonrió.
-Es una chica linda, Kevin tiene suerte de ser correspondido-algo en su voz parecía expresar pesar.
Sin embargo, la respuesta no me era bastante clara.
-¿Me puedes decir si sí ó si no?-inquirí frustrada.
-¿Y porqué quieres saber?-me miró.
-Contéstame y te digo.
Él suspiró y puso los ojos en blanco.
-No. Ahora dime ¿porqué?
-Curiosidad-mentí, aunque no del todo.
-¿Y qué me dices tu? Ése tal Nick... ¿Te gusta?-el matiz de su voz sonó hostil al pronunciar el nombre de Nick.
-¿Nick? Es mi mejor amigo...
-Entonces... ¿no?-preguntó con voz cautelosa-¿No te gusta?
-No, ¿porqué tanto interés en eso?
-Curiosidad-se encongió de hombros indiferente-Y ¿no has pensado que quizá tú le gustes?-inquirió como quien no quiere la cosa.
-¿Gustarle a Nick?-reí y ví cómo él al instante inspiró un poco tenso-No lo creo. ¿Porqué lo dices?
Vaciló por unos segundos.
LES QUIERO DAR LAS BUENAS BIENVENIDA A TODAS LA NUEVAS LECTORAS :) , LES VENGO A DEJAR UN MEGA MARATÓN QUE LES VA A FASCINAR , NO VOY A PODER PONER LA NOVE HASTA EL DOMINGO YA QUE SALDRÉ DE VIAJE Y NO PUEDO LLEVAR LA LAPTOP , ASÍ QUE ESTA BIEN DIFÍCIL QUE LES ESCRIBA POR ESO LES DEJO ESTA MARATÓN , ESPERO QUE LO DISFRUTEN .
DannyD'Jonas
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
Aaaaaaah me encanto el maraton
Estuvo supeer
SIGUELAAA lo mas rapido que puedas
Estuvo supeer
SIGUELAAA lo mas rapido que puedas
MaleeJonas
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
AHHH SEGILA!! qe bueno qe AL FIN la rayis y josé conversen!!. pero no entiendo qe le pasa a joe... es raro :| SEGILA!
Invitado
Invitado
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
Capitulo Veintiocho : Les arruinaras la noche ?
Vaciló por un par de segundos.
-La mayoria de las veces, alguno está enamorado del otro.
La palabra enamorado me resultaba díficil oirla, fuera cual fuera la situación; siempre me tomaba desprevenida y con las defensas totalmente abajo. Mi cuerpo se tensó y un escalofrío lo recorrió por dentro. Tirité de nuevo y me abrazé con fuerza cruzando los brazos sobre mi pecho.
-Somos la excepsión-dije seca.
No pude caminar más, mis pies de repente se mostraron cansados, torpes. Me recargué en una de las rocas de la orilla, me fue bueno que estuviesen cerca. Joseph siguió caminando y se detuvo al percatarse de que yo lo había dejado de hacer. Me miró.
-¿Qué pasa?-inquirió frunciendo el ceño.
Mi mirada estaba fija en la arena; aquella palabra había dejado un eco aturdidor dentro de mi cabeza e instantáneamente me había proporcionado una oleada de recuerdos turbios que pensé había eliminado; y en todos ellos, Dan.
-¿Te sientes bien?-insistió un poco receloso.
Y de nuevo la formulación de respuestas se había formado en mi cabeza dando explicaciones literarias.
-Sí, sólo... me mareé un poco-dije tratando de bloquear todos aquellos recuerdos que golpeaban las paredes de mi mente.
Joe inspiró profundamente y posó su mirada en el mar. Aquellos ojos miel que poseía, desprendían la delicada luz que la luna reflejaba sobre las aguas; y de alguna extraña forma, me sentí mejor.
-¿Ves que podemos llevarnos bien como amigos?-dije cuando logré eliminar el avatimiento de mi fuero interno.
Él colocó su mirada hostil sobre mí y su postura se volvió tensa.
-Yo no quiero llamarte amiga-musitó con voz terca.
Y he allí otro golpe a mi desubicado corazón.
-No quieres ser mi amigo, ¿pero me prestas tu chaqueta?
-Dijiste que fingieramos ¿no?-dijo y de nuevo sentí aquel pesar que me golpeaba el corazón.
Me abrazé aun más fuerte. ¿Porqué aquel chico no quería ser amigo mío? Sentí la necesidad de llorar. Por alguna extraña razón, el comportamiento de él me lastimaba más de lo que debería.
Giré mi cabeza con brusquedad, tratando de evitar a toda costa a aquellas traicioneras lágrimas que morían por escaparse.
-Quiero irme a casa-logré articular con un hilo de voz.
-¿Les arruinarás la noche?-musitó con arrogancia.
Me giré a mirarle con todo el odio que mis ojos pudieron expresar; pero más que odio, demostraban tristeza; los indicios de llanto no se habían ocultado como yo esperaba.
Pero entonces, cuando mi mirada se encontró con la suya; la de él pasó de ser hostil a ser sorprendida y preocupada... triste. Su rostro volvió a tensarse, casi parecia que le había dolido lo que había dicho. Aquellos ojos miel que hace unos minutos habían calmado mi dolor, me gritaban algo que por mi justificado resentimiento no lograba comprender.
-Lo siento, si te ofendí-repuso con voz calmada y su mirada abajo.
Fingía tan bien que hasta parecía compungirse de dolor. Mi mirada seguía siendo resentida y molesta.
-Eres un idio'ta-dije articulando cada palabra.
-¿Al menos podrías decirme si aceptas mis disculpas?
-No-negué rotundamente-No las quiero. ¿Para qué aceptar disculpas de alguien que ni siquiera es amigo mío?-dije con voz hosca.
Si él quería jugar a los enemigos, en este juego podían jugar dos.
Joseph iba a decir otra cosa, pero Kevin nos llamó a lo lejos haciendo señal que era hora de partir.
Sin mirarlo a la cara, me dirigí con pasos decididos hasta donde Kevin y Andrea estaban; ellos no me prestaron mucha atención al subir a la camioneta; y aquello me favoreció puesto que para mentir con respecto a mi estado de ánimo, jamás he sido buena. Me acomodé en la ventana izquierda del asiento trasero y Joseph un minuto después, se posicionó del otro lado del asiento... ni siquiera le miré, mi cabeza estaba decidida a permanecer mirando hacia la ventana; y de pronto una lágrima cayó por mi ojo y corrió por mi mejilla en una carrera lenta; inmediatamente me llevé la mano al rostro para quitarla; en ella llevaba aquellos sentimientos que me embargaban en aquel momento; odio, coraje, frustración; y un poco de tristeza, debo admitir.
Al llegar a casa, me bajé de la camioneta sin esperar a que Kevin o Joseph-que lo dudaba de éste último-me abrieran la puerta; Andrea ya descansaba en su casa a la cual habíamos pasado antes para dejarla.
-Buenas noches, _____. Duerme bien.
-Gracias Kevin, igualmente-dije y le sonreí con una sonrisa que resultó mediocre.
Le dirigí una mirada envenenada a Joseph y sin decir más, crucé la acera para llegar a casa.
Subí a mi habitación y me sentí refugiada, como si aquellas cuatro paredes me abrigaran en un calor acogedor... ¿calor? Aquel suave y dulce aroma jugueteó de nuevo en mi náriz... ¡Rayos! Aún traía puesta la chaqueta de Joseph... rápidamente hice ademán de quirtarmela y una vez libre de aquella cálida prenda la aventé sobre mi cama. Sinceramente estaba bastante agotada, no hice mucho esfuerzo para colocarme la pijama.
Tenía muy en claro una cosa; no iba a dejar que el idio'ta de Joseph me hiciera menos; ni que su injustificado odio me afectara el corazón o mi estado de ánimo. No se lo iba a permitir.
Vaciló por un par de segundos.
-La mayoria de las veces, alguno está enamorado del otro.
La palabra enamorado me resultaba díficil oirla, fuera cual fuera la situación; siempre me tomaba desprevenida y con las defensas totalmente abajo. Mi cuerpo se tensó y un escalofrío lo recorrió por dentro. Tirité de nuevo y me abrazé con fuerza cruzando los brazos sobre mi pecho.
-Somos la excepsión-dije seca.
No pude caminar más, mis pies de repente se mostraron cansados, torpes. Me recargué en una de las rocas de la orilla, me fue bueno que estuviesen cerca. Joseph siguió caminando y se detuvo al percatarse de que yo lo había dejado de hacer. Me miró.
-¿Qué pasa?-inquirió frunciendo el ceño.
Mi mirada estaba fija en la arena; aquella palabra había dejado un eco aturdidor dentro de mi cabeza e instantáneamente me había proporcionado una oleada de recuerdos turbios que pensé había eliminado; y en todos ellos, Dan.
-¿Te sientes bien?-insistió un poco receloso.
Y de nuevo la formulación de respuestas se había formado en mi cabeza dando explicaciones literarias.
-Sí, sólo... me mareé un poco-dije tratando de bloquear todos aquellos recuerdos que golpeaban las paredes de mi mente.
Joe inspiró profundamente y posó su mirada en el mar. Aquellos ojos miel que poseía, desprendían la delicada luz que la luna reflejaba sobre las aguas; y de alguna extraña forma, me sentí mejor.
-¿Ves que podemos llevarnos bien como amigos?-dije cuando logré eliminar el avatimiento de mi fuero interno.
Él colocó su mirada hostil sobre mí y su postura se volvió tensa.
-Yo no quiero llamarte amiga-musitó con voz terca.
Y he allí otro golpe a mi desubicado corazón.
-No quieres ser mi amigo, ¿pero me prestas tu chaqueta?
-Dijiste que fingieramos ¿no?-dijo y de nuevo sentí aquel pesar que me golpeaba el corazón.
Me abrazé aun más fuerte. ¿Porqué aquel chico no quería ser amigo mío? Sentí la necesidad de llorar. Por alguna extraña razón, el comportamiento de él me lastimaba más de lo que debería.
Giré mi cabeza con brusquedad, tratando de evitar a toda costa a aquellas traicioneras lágrimas que morían por escaparse.
-Quiero irme a casa-logré articular con un hilo de voz.
-¿Les arruinarás la noche?-musitó con arrogancia.
Me giré a mirarle con todo el odio que mis ojos pudieron expresar; pero más que odio, demostraban tristeza; los indicios de llanto no se habían ocultado como yo esperaba.
Pero entonces, cuando mi mirada se encontró con la suya; la de él pasó de ser hostil a ser sorprendida y preocupada... triste. Su rostro volvió a tensarse, casi parecia que le había dolido lo que había dicho. Aquellos ojos miel que hace unos minutos habían calmado mi dolor, me gritaban algo que por mi justificado resentimiento no lograba comprender.
-Lo siento, si te ofendí-repuso con voz calmada y su mirada abajo.
Fingía tan bien que hasta parecía compungirse de dolor. Mi mirada seguía siendo resentida y molesta.
-Eres un idio'ta-dije articulando cada palabra.
-¿Al menos podrías decirme si aceptas mis disculpas?
-No-negué rotundamente-No las quiero. ¿Para qué aceptar disculpas de alguien que ni siquiera es amigo mío?-dije con voz hosca.
Si él quería jugar a los enemigos, en este juego podían jugar dos.
Joseph iba a decir otra cosa, pero Kevin nos llamó a lo lejos haciendo señal que era hora de partir.
Sin mirarlo a la cara, me dirigí con pasos decididos hasta donde Kevin y Andrea estaban; ellos no me prestaron mucha atención al subir a la camioneta; y aquello me favoreció puesto que para mentir con respecto a mi estado de ánimo, jamás he sido buena. Me acomodé en la ventana izquierda del asiento trasero y Joseph un minuto después, se posicionó del otro lado del asiento... ni siquiera le miré, mi cabeza estaba decidida a permanecer mirando hacia la ventana; y de pronto una lágrima cayó por mi ojo y corrió por mi mejilla en una carrera lenta; inmediatamente me llevé la mano al rostro para quitarla; en ella llevaba aquellos sentimientos que me embargaban en aquel momento; odio, coraje, frustración; y un poco de tristeza, debo admitir.
Al llegar a casa, me bajé de la camioneta sin esperar a que Kevin o Joseph-que lo dudaba de éste último-me abrieran la puerta; Andrea ya descansaba en su casa a la cual habíamos pasado antes para dejarla.
-Buenas noches, _____. Duerme bien.
-Gracias Kevin, igualmente-dije y le sonreí con una sonrisa que resultó mediocre.
Le dirigí una mirada envenenada a Joseph y sin decir más, crucé la acera para llegar a casa.
Subí a mi habitación y me sentí refugiada, como si aquellas cuatro paredes me abrigaran en un calor acogedor... ¿calor? Aquel suave y dulce aroma jugueteó de nuevo en mi náriz... ¡Rayos! Aún traía puesta la chaqueta de Joseph... rápidamente hice ademán de quirtarmela y una vez libre de aquella cálida prenda la aventé sobre mi cama. Sinceramente estaba bastante agotada, no hice mucho esfuerzo para colocarme la pijama.
Tenía muy en claro una cosa; no iba a dejar que el idio'ta de Joseph me hiciera menos; ni que su injustificado odio me afectara el corazón o mi estado de ánimo. No se lo iba a permitir.
DannyD'Jonas
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
HAAAAAAAAA SEGILA!! NO SABES LO QE ME ENCANTA TU NOVE!! SEGILA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
PD: MAS VALE QE NO SE TE CRUSE POR LA CABEZA LA IDEA DE CANCELARLA ¬¬
PD: MAS VALE QE NO SE TE CRUSE POR LA CABEZA LA IDEA DE CANCELARLA ¬¬
Invitado
Invitado
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
SEGILA!! PORQUE NO LA SEGIS?!?! ME DESESPERAS!!
Invitado
Invitado
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
SIGUELAAA no la dejes asi
MaleeJonas
Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥
Capitulo treinta : Estupido Josehp !
Al día siguiente me encontraba un poco mejor; quise tomar aquello como una pesadilla solamente, y no darle importancia alguna. Nick pasó por mi a la hora de siempre; lo necesitaba, necesitaba a mi mejor amigo; pero no quería que me hiciera hablar de la noche anterior.
-¿Y? ¿Quién fue tu cita? ¿Cómo salió todo? ¿Resultó un idio'ta? ¿Porqué no me llamaste? ¿A qué hora llegaste anoche?-me bombardeó con preguntas tal y como lo había pronosticado.
-¡Hola _____! ¿Cómo estás? Yo bien Nick ¿y tu?-le miré mordáz.
-Lo siento-se disculpó-sólo quería saber que tal te fue.
Inspiré con enfado.
-Contestando a tus preguntas: Joseph fue mi cita, la cual resultó un asco por que él es un idio'ta. Estaba demasiado ocupada en crear un insulto para Joseph que olvidé llamarte. Mi "cita"-hice las comillas con las manos-se acabó a las diez de la noche y llegué a casa media hora después lo bastante cansada que no tardé más de quince minutos en perder la conciencia.
Nick sopesó mis palabras.
-¿De verdad resultó tan mal?-preguntó al notar el tono hosco de mi voz.
-¿Tú qué crees?-musité.
Llegamos al instituto, donde las clases se convirtieron en un fastidio soportable comparado con lo que había vivido la noche anterior.
Me descubrí muy distraída-más de lo que siempre he sido-en cada clase; les restaba demasiada importancia a lo que tenía como obligación escuchar y comprender, y más cuando el fin de curso se avecinaba y los exámenes vendrían tomados de la mano a ello. En estos últimos días había notado una expresión ausente en el rostro de Lola; y eso me tenía inquieta, no parecía ser ella misma, se notaba triste, y eso me preocupaba; después de todo, ella era una de las pocas personas con la que compartía un poco de mi vida.
Por la tarde estando en casa, me dirigí a mi habitación; aquellas cuatro paredes que me habían visto crecer por diecinueve años, eran mi refugio. Miré la chaqueta de Joseph sobre mi cama, aun estaba allí. Le lancé una mirada envenenada y furiosa, ¡cómo si aquella prenda pudiera comprenderme! ¡Vaya locura a la que había llegado!
-Estú’pido Joseph…-refunfuñé en susurro.
Tenía pensado darle la chaqueta a Kevin para que se la devolviera; yo, no lo iba a hacer; y si él la quería, entonces que él viniera por ella.
Había amanecido con un extraño ambiente soleado para ser Noviembre. El renuente desgano propio de mí en cada mañana había enfatizado más en mi cuerpo.
Levanté medio cuerpo de la cama y mi vista se posó en la prenda que descansaba sobre una de las esquinas de mi acolchonado mueble. Genial. Ahora el primer pensamiento del día había sido aquella persona que ahora detestaba. Me levanté a regañadientes y tomé la chaqueta para deshacerla de mi vista, así que la desaparecí entre todo mi desordenado armario. Me preguntaba hasta cuando se dignaría a aparecer reclamando lo que le pertenece. ¿Tanto me odia como para dejar aquel objeto en abandono sólo por haber sido usado por mí? ¡Qué estú’pido e inmaduro de su parte!
A las últimas horas tenía clase de Economía; un tema que me parecía aburrido en exceso, pero que me resultaba de lo más sencillo; poniendo claro, la atención debida. Me senté ocupando un lugar de la última fila de lado izquierdo del aula; ni siquiera le tomé importancia a la persona que se sentó a mi lado.
Capitulo Treinta uno : Por que eres extraño .
Tomé mi bolígrafo y garabateé sobre mi cuaderno, el tema que el profesor Gómez nos expondría hoy.
Empezé a pensar en Joseph; alguna razón tenía que haber para que le disgustara tanto, si no era el asunto de estar celoso de Kevin por Andrea; entonces, ¿qué era? Mi cerebro no podia producir alguna otra hipótesis lógica, por mucho que me estrujara los sesos en busca de respuestas, éstas se negaban a cooperar. Quizá... ¿no le gustaba mi forma de vestir?... Me burlé ante aquella idea; eso era demasiado ilógico e inmaduro. ¿Cómo podría odiarme por eso? Su razón parecía ser fuerte y no una estúpi'dez como esa. De acuerdo, ¿odiarme? No, el mismo lo negó; sin embargo, se negaba a ser mi amigo; tal vez... mi forma de ser tan torpe y despistada le desagradaba; no me odiaba por eso, pero era lo suficiente como para que él no quisiera relacionarse con una persona como yo.
Refunfuñé para mis adentros; aquella hipótesis era lo mejor que tenía y aún así, no me parecía lo suficientemente buena como para justificar su desagrado hacía mí.
El pitido del timbre de salida interrumpió todo tipo de cavilaciones que mi cabeza producía; miré la hora extrañada... ¡Dios santo! ¿Eran ya las dos de la tarde? ¿Cómo diablos se pasó tan rápido la hora?
-Más vale que estudien esto, vendrá en su examen de la próxima semana.
Oí al profesor Gómez decir mientras borraba sus anotaciones de la pizarra.
Miré mi cuaderno; y mis apuntes eran sólo una hoja en blanco con las palabras "Tasa de velores" escritas en la parte superior de ésta... Miré hacía todos lados, todos recogían sus cosas ya. ¡Rayos! Me gasté todo el tiempo cavilando alguna razón para justificar el desprecio de Joseph que no tomé más nota que el tema.
-¿Necesitas ayuda?-musitó una voz femenina que no reconocí puesto que no la escuchaba mucho.
Me giré hacía la izquierda; aquella dulce voz provenía de mi compañera de clase, la chica que se había sentado conmigo. Leslie.
-Algo...-admití un poco avergonzada.
-Toma mis notas, puedes copearlas si quieres.
-¡Gracias!-dije con toda la sinceridad que me embargaba en ese momento.
Ella me sonrió y dejó su cuaderno a mi lado para después salir por la puerta.
Agradecí infinitamente a Dios que fuese Leslie quien haya compartido asiento conmigo. Era una de las más inteligentes de la clase y sus apuntes seguro me ayudarían bastante. Me arrepentí de un momento haberla juzagado mal; por su apariencia parecía ser una chica vanidosa y materialista... ojos pardos y grandes bien coloreados con sombras sobre sus párpados; cabello negro y rizado que llegaba a la altura de sus hombros, con un fleco que a producto de planchas siempre lucía lasio; su complección era delgada casi como yo, pero lucía más. Era bonita en realidad.
Tomé su cuaderno junto con los míos y los metí todos en mi morral.
Nick me esperaba en el estacionamineto, arriba ya del mustang antiguo color negro.
-¿Porqué tardaste?-preguntó curioso.
-Hice varios descubrimientos...
Él me miró intrigado. Continué.
-...Me he dado cuenta de cuán depistada puedo ser; también de que mi desconcierto puede causar compasión y de que Leslie Massen no es una mala persona...
Nick rió y puso los ojos en blanco.
Llegué a casa con la cabeza llena de preguntas y por mucho que buscara, no le encontraba respuesta a ninguna.
Miré el cielo estando sentada junto a la ventana de mi cuarto. Otro día había llegado a su fin, la noche había colocado su manto estelar y el sueño empezaba a hacer presencia. había estado por horas mirando hacía la nada a través de mi ventana, pensando alguna razón por la que Joseph no quisiera ser amigo mío. Había estado pensando todo el día en eso. ¡Vaya manera de gastar el tiempo!
Retiré mi vista de la brillante luna y miré fugazmente hacía abajo, donde mi mirada se posó en la puerta de la casa de enfrente... Joseph me miraba y como un niño que fue pillado haciendo algo que no debía, se introdujo en su casa cuando mi vista se fijó en el.
Vaya anomalía de pensamientos, ahora todos giraban entorno a Joseph... era extraño.
Al día siguiente me encontraba un poco mejor; quise tomar aquello como una pesadilla solamente, y no darle importancia alguna. Nick pasó por mi a la hora de siempre; lo necesitaba, necesitaba a mi mejor amigo; pero no quería que me hiciera hablar de la noche anterior.
-¿Y? ¿Quién fue tu cita? ¿Cómo salió todo? ¿Resultó un idio'ta? ¿Porqué no me llamaste? ¿A qué hora llegaste anoche?-me bombardeó con preguntas tal y como lo había pronosticado.
-¡Hola _____! ¿Cómo estás? Yo bien Nick ¿y tu?-le miré mordáz.
-Lo siento-se disculpó-sólo quería saber que tal te fue.
Inspiré con enfado.
-Contestando a tus preguntas: Joseph fue mi cita, la cual resultó un asco por que él es un idio'ta. Estaba demasiado ocupada en crear un insulto para Joseph que olvidé llamarte. Mi "cita"-hice las comillas con las manos-se acabó a las diez de la noche y llegué a casa media hora después lo bastante cansada que no tardé más de quince minutos en perder la conciencia.
Nick sopesó mis palabras.
-¿De verdad resultó tan mal?-preguntó al notar el tono hosco de mi voz.
-¿Tú qué crees?-musité.
Llegamos al instituto, donde las clases se convirtieron en un fastidio soportable comparado con lo que había vivido la noche anterior.
Me descubrí muy distraída-más de lo que siempre he sido-en cada clase; les restaba demasiada importancia a lo que tenía como obligación escuchar y comprender, y más cuando el fin de curso se avecinaba y los exámenes vendrían tomados de la mano a ello. En estos últimos días había notado una expresión ausente en el rostro de Lola; y eso me tenía inquieta, no parecía ser ella misma, se notaba triste, y eso me preocupaba; después de todo, ella era una de las pocas personas con la que compartía un poco de mi vida.
Por la tarde estando en casa, me dirigí a mi habitación; aquellas cuatro paredes que me habían visto crecer por diecinueve años, eran mi refugio. Miré la chaqueta de Joseph sobre mi cama, aun estaba allí. Le lancé una mirada envenenada y furiosa, ¡cómo si aquella prenda pudiera comprenderme! ¡Vaya locura a la que había llegado!
-Estú’pido Joseph…-refunfuñé en susurro.
Tenía pensado darle la chaqueta a Kevin para que se la devolviera; yo, no lo iba a hacer; y si él la quería, entonces que él viniera por ella.
Había amanecido con un extraño ambiente soleado para ser Noviembre. El renuente desgano propio de mí en cada mañana había enfatizado más en mi cuerpo.
Levanté medio cuerpo de la cama y mi vista se posó en la prenda que descansaba sobre una de las esquinas de mi acolchonado mueble. Genial. Ahora el primer pensamiento del día había sido aquella persona que ahora detestaba. Me levanté a regañadientes y tomé la chaqueta para deshacerla de mi vista, así que la desaparecí entre todo mi desordenado armario. Me preguntaba hasta cuando se dignaría a aparecer reclamando lo que le pertenece. ¿Tanto me odia como para dejar aquel objeto en abandono sólo por haber sido usado por mí? ¡Qué estú’pido e inmaduro de su parte!
A las últimas horas tenía clase de Economía; un tema que me parecía aburrido en exceso, pero que me resultaba de lo más sencillo; poniendo claro, la atención debida. Me senté ocupando un lugar de la última fila de lado izquierdo del aula; ni siquiera le tomé importancia a la persona que se sentó a mi lado.
Capitulo Treinta uno : Por que eres extraño .
Tomé mi bolígrafo y garabateé sobre mi cuaderno, el tema que el profesor Gómez nos expondría hoy.
Empezé a pensar en Joseph; alguna razón tenía que haber para que le disgustara tanto, si no era el asunto de estar celoso de Kevin por Andrea; entonces, ¿qué era? Mi cerebro no podia producir alguna otra hipótesis lógica, por mucho que me estrujara los sesos en busca de respuestas, éstas se negaban a cooperar. Quizá... ¿no le gustaba mi forma de vestir?... Me burlé ante aquella idea; eso era demasiado ilógico e inmaduro. ¿Cómo podría odiarme por eso? Su razón parecía ser fuerte y no una estúpi'dez como esa. De acuerdo, ¿odiarme? No, el mismo lo negó; sin embargo, se negaba a ser mi amigo; tal vez... mi forma de ser tan torpe y despistada le desagradaba; no me odiaba por eso, pero era lo suficiente como para que él no quisiera relacionarse con una persona como yo.
Refunfuñé para mis adentros; aquella hipótesis era lo mejor que tenía y aún así, no me parecía lo suficientemente buena como para justificar su desagrado hacía mí.
El pitido del timbre de salida interrumpió todo tipo de cavilaciones que mi cabeza producía; miré la hora extrañada... ¡Dios santo! ¿Eran ya las dos de la tarde? ¿Cómo diablos se pasó tan rápido la hora?
-Más vale que estudien esto, vendrá en su examen de la próxima semana.
Oí al profesor Gómez decir mientras borraba sus anotaciones de la pizarra.
Miré mi cuaderno; y mis apuntes eran sólo una hoja en blanco con las palabras "Tasa de velores" escritas en la parte superior de ésta... Miré hacía todos lados, todos recogían sus cosas ya. ¡Rayos! Me gasté todo el tiempo cavilando alguna razón para justificar el desprecio de Joseph que no tomé más nota que el tema.
-¿Necesitas ayuda?-musitó una voz femenina que no reconocí puesto que no la escuchaba mucho.
Me giré hacía la izquierda; aquella dulce voz provenía de mi compañera de clase, la chica que se había sentado conmigo. Leslie.
-Algo...-admití un poco avergonzada.
-Toma mis notas, puedes copearlas si quieres.
-¡Gracias!-dije con toda la sinceridad que me embargaba en ese momento.
Ella me sonrió y dejó su cuaderno a mi lado para después salir por la puerta.
Agradecí infinitamente a Dios que fuese Leslie quien haya compartido asiento conmigo. Era una de las más inteligentes de la clase y sus apuntes seguro me ayudarían bastante. Me arrepentí de un momento haberla juzagado mal; por su apariencia parecía ser una chica vanidosa y materialista... ojos pardos y grandes bien coloreados con sombras sobre sus párpados; cabello negro y rizado que llegaba a la altura de sus hombros, con un fleco que a producto de planchas siempre lucía lasio; su complección era delgada casi como yo, pero lucía más. Era bonita en realidad.
Tomé su cuaderno junto con los míos y los metí todos en mi morral.
Nick me esperaba en el estacionamineto, arriba ya del mustang antiguo color negro.
-¿Porqué tardaste?-preguntó curioso.
-Hice varios descubrimientos...
Él me miró intrigado. Continué.
-...Me he dado cuenta de cuán depistada puedo ser; también de que mi desconcierto puede causar compasión y de que Leslie Massen no es una mala persona...
Nick rió y puso los ojos en blanco.
Llegué a casa con la cabeza llena de preguntas y por mucho que buscara, no le encontraba respuesta a ninguna.
Miré el cielo estando sentada junto a la ventana de mi cuarto. Otro día había llegado a su fin, la noche había colocado su manto estelar y el sueño empezaba a hacer presencia. había estado por horas mirando hacía la nada a través de mi ventana, pensando alguna razón por la que Joseph no quisiera ser amigo mío. Había estado pensando todo el día en eso. ¡Vaya manera de gastar el tiempo!
Retiré mi vista de la brillante luna y miré fugazmente hacía abajo, donde mi mirada se posó en la puerta de la casa de enfrente... Joseph me miraba y como un niño que fue pillado haciendo algo que no debía, se introdujo en su casa cuando mi vista se fijó en el.
Vaya anomalía de pensamientos, ahora todos giraban entorno a Joseph... era extraño.
DannyD'Jonas
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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