Juegos mentales

Junto a  numerosos libros se encontraban dos botellas de vino vacías y un vaso lleno a medias que daban testimonio de que el trabajo por sí solo no había bastado para aliviar el sufrimiento de la soledad.
El mal siempre tiene posibilidades si cuenta con una ignorancia bienintencionada.


"¡Ven con nosotros! ¡En cualquier parte encontrarás algo mejor que la muerte!"
Vivía en un manicomio sangriento y ahora le entretenía en hacer tonterías atrevidas para distraerse del horror omnipresente en su maldita vida. O como bien lo decía el refrán: si la locura te sonríe, ¡devuélvele la sonrisa! Pero ella no sabía bien si debía reírse o llorar a propósito del refrán.
"¡Ven con nosotros!¡Sigue las voces!"
Aquellas voces volvían a su cabeza le atormentaban dia y noche, apreto mas los ojos sentia los frios toques en su cuerpo, golpes y suspiros como cuchillos contra su espalda. Un dolor agudo travesó en su pecho. Noto como se desgarraba por dentro. Sentía los latidos de su corazón, como se ralentizaba. Y con una última exhalación, se hizo el silencio en su interior los golpes pararon y los suspiros se detubieron. Noto un dolor agudo en la cabeza, apenas podía pensar. Cuando quiso moverse, se dio cuenta de que estaba inmovilizada. Sus manos estaban atadas al igual que sus pies de un momento a otro. Miro su cuello y ahí habia una marca que, aunque nunca había visto en su vida, sabía que se trataba de una mano o de unas garras… Si tendria que describir aquella herida, habría dicho que era como la letra Y, pero alargada. Estaba seguro que lo que estaba ahí en su habitacion, no era humano, ni animal. Era algo de otro mundo… del inframundo. Aquellas voces... Siguío rezando con toda la fe, con toda la convicción minutos despues de desesperacion un estallido la sobresaltó, provenía de la cocina. Por primera vez en minutos, Kit gesticuló sus primeros movimientos, retomó la compostura sentada con las piernas cruzadas.
 El miedo la estaba dominando. Quería escapar, quería chillar; pero sabía que eso no serviría de nada. Así que se quedo en silencio.
"¿No vas a chillar? Qué niña tan buena"
Aquella voces volvieron  nuevamente aquellas infernales y profundas voces. Sintio puñetazos calientes en el rostro, acabó rompiéndole la nariz. Cogió su cabello y empezó a arrancarlo a mechones. Un líquido caliente y denso le goteó la espalda y empezo a marearse. Apenas podía ver, se le nubló la vista por la pérdida de sangre y por las lágrimas. Aún así siguio sin chillar. Abrio los ojos y vio tres figuras delante de ella sollozo y trato de escapar pero le era imposible. Figuras del inframundo, una tortura enfermiza como un laberinto sin salida.




¡No había Dios! Y si es que había uno, ¡tenía que ser un sádico de sonrisa fría! Trago saliva y tomo la pistola con una mano y el bate con la otra, y lentamente empezo a caminar para poder visualizar mejor su cuarto con un infernal dolor recorrer por todo su cuerpo. Cuando empezo a revisar su cama, escucho un ruido sordo seguido de un rugido inhumano dio un salto hacia atrás y se alejo del pasillo llorando desesperdamente. Quería terminar con eso de una vez por todas, ¡pero por Dios que no quería confrontar a aquellas criaturas! Podía escuchar el sonido de sus pertenencias siendo rasgadas y apaleadas, lo capté, pudo escuchar un leve clic. Y luego nada. Lentamente, volvío a echar un vistazo a su cuarto desde el pasillo y la luz estaba apagada de nuevo. Tomo un gran bocado de aire y siguío caminando, con sus armas listas y en mano.

Se dio vuelta y tomo el primer objeto que encontro en sus manos logrando trizar el vidrio se subio al divan y salto contra la ventana ¡lo habia logrado! como pudo se levanto entre los pequeños vidrios que le rodeaban gimio de dolor y siguio corriendo por el bosque le quedaba pocos metros de distancia con la carreter. aApenas había un centímetro cuadrado fresco. Las piedras reblandecidas por los brutales rayos del inmisericorde Sol trataban de mantenerse donde estaban para evitar conocer nuevas agonías relacionadas con la temperatura. Un gran montículo de rocas y arboles descansaba en mitad de aquél desolador bosque de afiladas rocas y bichos cocinados por el fenomeno del calor. Allí donde tenían la desgracia de asomarse a la superficie. De dicho montículo, sin embargo, Algo se debatía bajo el gran peñasco ardiente, y se debatía a golpes, gritos e insultos de toda índole.

Observó el bosque con desesperacion girando tras de su eje no sabia en que lugar del bosque se encontraba. Tosió un poco, ya estaba cansada sus pies ardian, sintió como el sudor la bañaba inmediatamente paladeó el sabor del aire, la sequedad que le contraía los labios y quemaba la tráquea.
Estaba muy pálida, las gruesas lágrimas le mojaban el rostro hasta chocar contra el suelo las criaturas habian desaparecido tal vez era producto de su propia cabeza pero aquello no explicaba las inumerables heridas inhumanas. Tenía la mirada perdida y no reaccionaba a lo que tenía a su alrededor. Se encontraba en la nada rodeada de arboles y mas arboles.

N/A: Ok esta un asco el primer capitulo, comenten:(