The Punk Muffins Tour.

—Tus gritos de niña berrinchuda se escuchan de aquí hasta Marte, Jason —el castaño brincó del susto y le envió la más intimidante de las miradas al líder de su adorada banda.
—Estoy atravesando una crisis nerviosa, cabeza de brócoli podrido —le confesó, hundiendo la cara en la superficie de madera falsa. Nunca había deseado tanto estampar su rostro contra la mesa hasta sangrar. Sentía algo extraño en el estómago. Odiaba pelearse con Blaire y odiaba más que se desconectara del mundo, cerrando sesión y apagando el móvil. Ella no era caracterizada por dejarse llevar por sus impulsos, pero con él su lado salvaje salía a la luz.
—Deja de actuar como un bebé y cámbiate —le dijo fríamente, dándole un golpetazo en la nuca— Amigo, sé que las mujeres son difíciles, dímelo a mí… Con mi hermana y Rainbow estoy a punto de perder el cabello, pero aquí estoy. Siendo el hijo de puta más amado del mundo —estiró las manos a sus costados y sonrío con arrogancia— Incluso tú me amas, algún día saldrás del clóset por mí y mis estupendos rizos —Jason se carcajeó y suspiró. Marc la mayoría del tiempo era insoportable, pero lo quería demasiado. Una amistad forjada en la adolescencia y haciéndose cada vez más fuerte después de reencontrarse. Haber obtenido el puesto de baterista había impulsado dichas emociones, y Jase esperaba que Allman sintiese lo mismo.

Tessa. escribió: — ¿Por qué no sales un rato? – no sabía si interpretarlo como una pregunta, sugerencia o incluso una orden, pero descarto la última.
— No tengo ánimos.
— Recuerda que al menos tienes que vivir la vida – Alex se encogió de hombros y giro sobre sus talones – no siempre debes de estar detrás de un cuaderno.

Tessa. escribió: — ¿Punk Muffins? – pregunto un chico que estaba recargado en la pared. 
— No, ya están ensayando – gruño una chica que caminaba de un lado a otro en un momento de tal vez desesperación o de una dura decisión.
— ¿Tu banda? – la sonrisa del chico se ensancho y eso hizo que la chica se detuviera a medio camino 
— No le gastaré una broma a mi banda – sin duda era Derrie, Coraline había escuchado mucho de ella en los últimos días – Aún – se encogió de hombros y siguió.

Una risa ahogada salió de la boca de Cora antes de que la pudiera reprimir, estaban planeando algo nuevo y eso le llenaba de entusiasmo, quería ver qué pasaba al final de ello. 
El castaño que estaba más próximo alcanzo a escuchar y volteo alarmado, esperando un grito o una amenaza de advertencia, pero en vez de eso se encontró con una cabellera rubia y se relajó de un momento a otro. Aunque luego se volvió a tensar.

— ¿Y tú eres…? – pregunto ignorando a una pelirroja que estaba planeando cosas en su mente.
— Alguien que pasaba por aquí y escucho sus planes – se encogió de hombros, pasó al pequeño cuarto y cerró la puerta a sus espaldas.

La cara de Derrie paso de un enojo, luego a un asombro-pensativo y finalmente a la malicia, todo eso en menos de unos minutos, Coraline temió de lo que pudieran hacerle.

banana. escribió:— ¡Rainbow! Te he extrañado mucho, ¿Qué ha sido de tu vida? ¿Cómo te va en la banda? ¿Cómo están los demás? —Rainbow se rio mucho con el comentario de la pelirroja y la abrazo. 
— Ay Cat, me preguntaste lo mismo ayer unas cinco veces y hoy me lo has preguntado otras dos por mensaje. ¿Qué tanto traes en la cabeza? 
— ¿Enserio? No me había dado cuenta.
— Dime ¿Qué tanto traes en tu cabecita? 
— Oh Rainbow, todos sabemos que la pequeña Cat me trae a mí en sus pensamientos —dijo Marc metiéndose de la nada a la conversación. 
— ¡Tú que Marc! No te metas en conversaciones privadas —dijo Rainbow mientras que la pelirroja se encontraba toda sonrojada, y no era por Marc pero el muy loco lo malinterpretaría todo. 
— ¿Viste? Esta toda sonrojada por mí, buen intento tratando de disimularlo