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the new rebelion| nc.
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Re: the new rebelion| nc.
por holmes. Dom 15 Dic 2013, 7:10 pm
HOLA!! Emmm Puedo partisipar?
Como un tributo o eso creo que estanhaciendo, en realidad no entiendo nada pero bueno :3 Es genial :DDDDDD La amo sigan :d
Como un tributo o eso creo que estanhaciendo, en realidad no entiendo nada pero bueno :3 Es genial :DDDDDD La amo sigan :d
holmes.
Re: the new rebelion| nc.
por taeyong. Jue 19 Dic 2013, 8:56 am
Comento cap de cris<3
Le toca a carstairs, le envio emepe<3
Le toca a carstairs, le envio emepe<3
taeyong.
Re: the new rebelion| nc.
por Frey. Vie 20 Dic 2013, 9:52 pm
Chicas, disculpen no haber comentado antes pero déjenme decirles que ambos capítulos fueron asombrosos, llenos de emociones y suspenso<3
Espero que la sigan pronto :cherry:
Espero que la sigan pronto :cherry:
Frey.
Re: the new rebelion| nc.
por LittleMuffin Sáb 21 Dic 2013, 4:11 am
sdaghfjkdgfjkhagskjfgajk ¡Perdón por no haberme pasado antes!
¡Amé todos los capítulos bc fueron per-fect! aksdjkasdjsagdhjsabvfh ¡ME ENCANTARON! Ahora si...espero el siguiente<3
LittleMuffin
Re: the new rebelion| nc.
por taeyong. Dom 22 Dic 2013, 5:00 pm
al parecer castairs está ausente, pues no ha comentado en uno o dos meses.
sigue: mari<3 {littlemufin}
sigue: mari<3 {littlemufin}
taeyong.
Re: the new rebelion| nc.
por Harold Dom 22 Dic 2013, 6:07 pm
Yaaaay :3 Espero su cap y que pena que la otra chica se haya ido.
Harold
LittleMuffin
Re: the new rebelion| nc.
por LittleMuffin Lun 23 Dic 2013, 4:57 pm
Capítulo "007"
Jade Hudson ♡
Hacía mucho que no se oía aquella frase. De hecho, Jade ni siquiera sabía lo que significaba hasta este día. Tras años sin aparecer, el día de la cosecha había vuelto con los nervios y el miedo por saber quienes serán los tributos del distrito once.
Jade despertó agitada bajo una capa de sudor. Tenía la respiración cortada y tubo que concentrarse para controlar su ritmo cardíaco. Miró por la ventana un par de veces para identificar el tiempo que habría fuera.
—Genial—.Murmuró la joven con ironía.
A pesar de ser un día pésimo para todos los habitantes de Panem, el Sol brillaba como nunca y la temperatura exterior rozaba los veinticinco grados. Sacándose las sábanas de encima, Jade se planteó durante un instante que tal vez hoy sería el último día que viese al Sol desde su ventana pero sacó la idea rápidamente de su cabeza porque—si el universo era bueno—no le daría ese hándicap a su familia. Se puso unas zapatillas y salió de su habitación y luego ir a la cocina para tomarse el desayuno.
—Buenos días, cielo-—.Saludó el señor Hudson a su hija.
—Buenos días papá—.Saludó Jade con un tono que desmascaraba desgana.—Y buenos días a vosotros dos, peques.
—¡Buenos días, tata! —Saludaron los pequeños.
A pesar de saber todo lo que le esperaba, Jade intentó comer con un apetito ficticio que simulaba indiferencia hacia 3l posible cambio que podría resultar al final de ese bonito y desafortunado día. Sintió la mirada de su padre aunque ella siguió comiendo el desayuno de manera mecánica.
—¿Pasa algo si voy a pasear a Dusty?—Esa pregunta hizo que Jade volviese a la realidad y, que de un momento al otro, se levantase de la mesa y se pusiera delante de su hermano.
—Jack ¿me ayudas con una cosa?.—Su hermano se asustó tras oír el tono frío que su hermana acababa de utilizar pero aún así asintió.—Sígueme.
Caminaron por el maltrecho pasillo con un ritmo rápido pero firme. Ninguno de los dos dijo nada durante los tres minutos y cuarenta y cinco segundos que anduvieron hasta llegar al sótano.
—¿Qué pasa?
—Creo que ya sabes que pasa, Jack.—Contestó Jade mientras cruzaba los brazos bajo sus pechos.
—Que te digo que no tengo ni idea.
—¿No te han advertido del día de la cosecha, enserio? —Protestó Jade mirando a su hermano con firmeza, intentando enmascarar el miedo que sentía si realmente debía explicárselo todo.
—¿Y? Ya se lo que son, tonta. —Contestó él dándose con el dedo índice en la frente.— Cogían a dos personas de cada distrito a luchar contra la muerte para recordarles que el capitolio seguía ganando. —Jade cerró los ojos y suspiró, intentando que su hermano comprendiese por si solo que las cosas volvían a ser como antes. —Pero ya no existe ese día, hermana. No hay de que preocuparse.
Estaban pasando minutos al compás de los corazones de ambos jóvenes que—al contrario de su conversación—latía activo y con insistencia. Ambos sabían que su charla no acababa allí y ambos buscaban la manera de continuarla.
—Pase lo que pase hoy, quiero que cuides de Sophia.
—¿Y ahora porque te pones tan dramática?
—Tu solo cuídala, ¿de acuerdo? —Dijo ella ignorando el comentario.
—Pero, ¿porqué?
—¡Tu sólo hazlo! —Exclamó Jade con angustia. Su hermano abrió los ojos sorprendido y ella se paso la mano por la nuca. —Lo…lo siento Jack. No pretendía gritarte. —Suspiró. —Pero es muy importante que lo hagas…¿me lo prometes?
—Claro. —Jade se iba a ir pero él le agarró del brazo para que se diese la vuelta.—Pero por favor, dime porqué.
¿Y ahora que hagor? se preguntaba Jade. Estaba entre la espada y la pared y no sabía que opción escoger. Se sentía extraña y confundida al mismo tiempo. Ella sabía que en cuanto saliese a la calle esa mañana él mismo lo vería pero a la vez sabía que si no se lo decía la culpabilidad acabaría con ella de algún u otro modo. Suspiró y se pasó la lengua por el labio inferior vacilando antes de contestar.
—La cosecha ha vuelto. Y digamos que nuestras probabilidades de morir a manos de otra persona también. —El rostro de su hermano palideció al mismo tiempo que ponía una mueca de espanto que al cabo de unos segundos rectificó.
—Entonces…me has pedido que cuide de Sophia por si sales como tributo, ¿verdad? —Jade asintió.—¿Me prometerás que tú también la cuidarás?— Ella asintió de nuevo.—Pero…¿Y si salimos los dos?
—Esperemos que eso no pase—.Contestó Jade mientras abrazaba a su hermano y apoyaba su barbilla en la cabeza de Jack. —Nunca.
Jade se encontraba metida en un gran grupo de jóvenes de su mismo sexo de entre doce y dieciocho años. Ella se giraba cada poco, comprobando que aún se mantenía a cinco pasos de distancia respecto a su hermana pequeña. Sentía calor a pesar de su vestido azul marino de media manga que le llegaba a poco más de las rodillas y sus bailarinas de color negro. Llevaba su pelo rojizo recogido en una trenza de costado que le añadía inocencia. Una inocencia que había perdido hacía mucho tiempo.
—Bienvenidas, bienvenidos. A llegado la hora de escoger a un valiente…—Dijo Orphelia Klous, la escolta del distrito doce .
Jade dejó de escucharla y comenzó a oír un único zumbido; una nota grave y continua. La vista se le empezó a nublar y un sentimiento de asfixia se apoderó de ella bloqueándole la mente. ¿Estoy teniendo un ataque de pánico? se preguntó la pelirroja. Sentía una presión en el pecho y un líquido empezó a bajarle por la frente. Sudor. Jade comenzó a respirar e inspirar mecánicamente mientras mentalmente se obligaba a estar atenta a lo que decían. Pero no podía. Jade intentaba concentrarse pero sentía que sus piernas flaqueaban.
—¡Sophia Hudson! —Oyó gritar con un falso tono alegre a Orphelia. Jade reaccionó corriendo mientras salía del grupo de personas y se posicionaba frente a su hermana, protegiéndola con su cuerpo como si así pudiese protegerla de cualquiera que se acercase.
—¡Me presento como voluntaria!— Me miraron sorprendidos, algunos incluso enternecidos. Pero sobretodo entristecidos. —¡Voluntaria como tributo!
Orphelia aplaudió, siendo la única que hacia esa acción. Llamó a Jade para que subiese al escenario. La joven miró a su hermana vocalizando un “lo siento” para luego subir las escaleras.
—¿Cómo te llamas? —.Preguntó aquella desagradable voz.
—Jade Hudson—.Dijo la dueña de aquel nombre, mientras rogaba a sus lágrimas que no cayesen en ese instante.
—Pues…¡Un fuerte aplauso para nuestra joven voluntaria!
Los habitantes del distrito doce hicieron caso omiso a su última frase pues estaban hundidos en una tristeza general al ver como la mayor del clan Hudson anteponía su vida a la de su hermana. Estaban serios y cabizbajos, pero no tardaron en levantar los tres dedos de la mano derecha simbolizando que estaban de su parte, diciéndole un lo siento.
—Bueno…¡Ahora toca nuestro chico! —Orphelia hacía esfuerzos por no huir de ahí mientras forzaba una sonrisa de anuncio obviamente ensayada. Metió su mano en la urna y con elegancia fue revolviendo las teselas hasta coger una y abrirla hacía arriba. —¡Jack Hudson!
Jade pensó que si se pellizcaba despertaría, que aquello no era nada más que una de sus otras pesadillas. Se dio un leve e imperceptible pellizco en el brazo y cerró los ojos con fuerza Se le cayó el alma encima al ver que seguía allí de pié, contemplando como Jack—su pequeño Jack—subía las escaleras y se ponía al lado de Orphelia. Por puro instinto, Jade abrazó a su hermano tapándole con su cuerpo, intentándolo proteger de aquella cruel realidad. Se separaron tras unos minutos y pudieron contemplar sus ojos, ambos llorosos.
—Señoras y señores, ¡os presento a los tributos del distrito doce! —.
Jade despertó agitada bajo una capa de sudor. Tenía la respiración cortada y tubo que concentrarse para controlar su ritmo cardíaco. Miró por la ventana un par de veces para identificar el tiempo que habría fuera.
—Genial—.Murmuró la joven con ironía.
A pesar de ser un día pésimo para todos los habitantes de Panem, el Sol brillaba como nunca y la temperatura exterior rozaba los veinticinco grados. Sacándose las sábanas de encima, Jade se planteó durante un instante que tal vez hoy sería el último día que viese al Sol desde su ventana pero sacó la idea rápidamente de su cabeza porque—si el universo era bueno—no le daría ese hándicap a su familia. Se puso unas zapatillas y salió de su habitación y luego ir a la cocina para tomarse el desayuno.
—Buenos días, cielo-—.Saludó el señor Hudson a su hija.
—Buenos días papá—.Saludó Jade con un tono que desmascaraba desgana.—Y buenos días a vosotros dos, peques.
—¡Buenos días, tata! —Saludaron los pequeños.
A pesar de saber todo lo que le esperaba, Jade intentó comer con un apetito ficticio que simulaba indiferencia hacia 3l posible cambio que podría resultar al final de ese bonito y desafortunado día. Sintió la mirada de su padre aunque ella siguió comiendo el desayuno de manera mecánica.
—¿Pasa algo si voy a pasear a Dusty?—Esa pregunta hizo que Jade volviese a la realidad y, que de un momento al otro, se levantase de la mesa y se pusiera delante de su hermano.
—Jack ¿me ayudas con una cosa?.—Su hermano se asustó tras oír el tono frío que su hermana acababa de utilizar pero aún así asintió.—Sígueme.
Caminaron por el maltrecho pasillo con un ritmo rápido pero firme. Ninguno de los dos dijo nada durante los tres minutos y cuarenta y cinco segundos que anduvieron hasta llegar al sótano.
—¿Qué pasa?
—Creo que ya sabes que pasa, Jack.—Contestó Jade mientras cruzaba los brazos bajo sus pechos.
—Que te digo que no tengo ni idea.
—¿No te han advertido del día de la cosecha, enserio? —Protestó Jade mirando a su hermano con firmeza, intentando enmascarar el miedo que sentía si realmente debía explicárselo todo.
—¿Y? Ya se lo que son, tonta. —Contestó él dándose con el dedo índice en la frente.— Cogían a dos personas de cada distrito a luchar contra la muerte para recordarles que el capitolio seguía ganando. —Jade cerró los ojos y suspiró, intentando que su hermano comprendiese por si solo que las cosas volvían a ser como antes. —Pero ya no existe ese día, hermana. No hay de que preocuparse.
Estaban pasando minutos al compás de los corazones de ambos jóvenes que—al contrario de su conversación—latía activo y con insistencia. Ambos sabían que su charla no acababa allí y ambos buscaban la manera de continuarla.
—Pase lo que pase hoy, quiero que cuides de Sophia.
—¿Y ahora porque te pones tan dramática?
—Tu solo cuídala, ¿de acuerdo? —Dijo ella ignorando el comentario.
—Pero, ¿porqué?
—¡Tu sólo hazlo! —Exclamó Jade con angustia. Su hermano abrió los ojos sorprendido y ella se paso la mano por la nuca. —Lo…lo siento Jack. No pretendía gritarte. —Suspiró. —Pero es muy importante que lo hagas…¿me lo prometes?
—Claro. —Jade se iba a ir pero él le agarró del brazo para que se diese la vuelta.—Pero por favor, dime porqué.
¿Y ahora que hagor? se preguntaba Jade. Estaba entre la espada y la pared y no sabía que opción escoger. Se sentía extraña y confundida al mismo tiempo. Ella sabía que en cuanto saliese a la calle esa mañana él mismo lo vería pero a la vez sabía que si no se lo decía la culpabilidad acabaría con ella de algún u otro modo. Suspiró y se pasó la lengua por el labio inferior vacilando antes de contestar.
—La cosecha ha vuelto. Y digamos que nuestras probabilidades de morir a manos de otra persona también. —El rostro de su hermano palideció al mismo tiempo que ponía una mueca de espanto que al cabo de unos segundos rectificó.
—Entonces…me has pedido que cuide de Sophia por si sales como tributo, ¿verdad? —Jade asintió.—¿Me prometerás que tú también la cuidarás?— Ella asintió de nuevo.—Pero…¿Y si salimos los dos?
—Esperemos que eso no pase—.Contestó Jade mientras abrazaba a su hermano y apoyaba su barbilla en la cabeza de Jack. —Nunca.
Jade se encontraba metida en un gran grupo de jóvenes de su mismo sexo de entre doce y dieciocho años. Ella se giraba cada poco, comprobando que aún se mantenía a cinco pasos de distancia respecto a su hermana pequeña. Sentía calor a pesar de su vestido azul marino de media manga que le llegaba a poco más de las rodillas y sus bailarinas de color negro. Llevaba su pelo rojizo recogido en una trenza de costado que le añadía inocencia. Una inocencia que había perdido hacía mucho tiempo.
—Bienvenidas, bienvenidos. A llegado la hora de escoger a un valiente…—Dijo Orphelia Klous, la escolta del distrito doce .
Jade dejó de escucharla y comenzó a oír un único zumbido; una nota grave y continua. La vista se le empezó a nublar y un sentimiento de asfixia se apoderó de ella bloqueándole la mente. ¿Estoy teniendo un ataque de pánico? se preguntó la pelirroja. Sentía una presión en el pecho y un líquido empezó a bajarle por la frente. Sudor. Jade comenzó a respirar e inspirar mecánicamente mientras mentalmente se obligaba a estar atenta a lo que decían. Pero no podía. Jade intentaba concentrarse pero sentía que sus piernas flaqueaban.
—¡Sophia Hudson! —Oyó gritar con un falso tono alegre a Orphelia. Jade reaccionó corriendo mientras salía del grupo de personas y se posicionaba frente a su hermana, protegiéndola con su cuerpo como si así pudiese protegerla de cualquiera que se acercase.
—¡Me presento como voluntaria!— Me miraron sorprendidos, algunos incluso enternecidos. Pero sobretodo entristecidos. —¡Voluntaria como tributo!
Orphelia aplaudió, siendo la única que hacia esa acción. Llamó a Jade para que subiese al escenario. La joven miró a su hermana vocalizando un “lo siento” para luego subir las escaleras.
—¿Cómo te llamas? —.Preguntó aquella desagradable voz.
—Jade Hudson—.Dijo la dueña de aquel nombre, mientras rogaba a sus lágrimas que no cayesen en ese instante.
—Pues…¡Un fuerte aplauso para nuestra joven voluntaria!
Los habitantes del distrito doce hicieron caso omiso a su última frase pues estaban hundidos en una tristeza general al ver como la mayor del clan Hudson anteponía su vida a la de su hermana. Estaban serios y cabizbajos, pero no tardaron en levantar los tres dedos de la mano derecha simbolizando que estaban de su parte, diciéndole un lo siento.
—Bueno…¡Ahora toca nuestro chico! —Orphelia hacía esfuerzos por no huir de ahí mientras forzaba una sonrisa de anuncio obviamente ensayada. Metió su mano en la urna y con elegancia fue revolviendo las teselas hasta coger una y abrirla hacía arriba. —¡Jack Hudson!
Jade pensó que si se pellizcaba despertaría, que aquello no era nada más que una de sus otras pesadillas. Se dio un leve e imperceptible pellizco en el brazo y cerró los ojos con fuerza Se le cayó el alma encima al ver que seguía allí de pié, contemplando como Jack—su pequeño Jack—subía las escaleras y se ponía al lado de Orphelia. Por puro instinto, Jade abrazó a su hermano tapándole con su cuerpo, intentándolo proteger de aquella cruel realidad. Se separaron tras unos minutos y pudieron contemplar sus ojos, ambos llorosos.
—Señoras y señores, ¡os presento a los tributos del distrito doce! —.
LittleMuffin
Re: the new rebelion| nc.
por Frey. Lun 23 Dic 2013, 6:59 pm
¡Fuck!
¿Por qué hermanos? ¿Acaso nos quieren torturar? ¿Por que? ¿Por que?
Bueno... LittleMuffin, dejame decirte que me enamore de tu capitulo... hizo que mi piel se enchinara:D
¡Emily! Por favor, sube pronto tu capi:D
¿Por qué hermanos? ¿Acaso nos quieren torturar? ¿Por que? ¿Por que?
Bueno... LittleMuffin, dejame decirte que me enamore de tu capitulo... hizo que mi piel se enchinara:D
¡Emily! Por favor, sube pronto tu capi:D
Frey.
Re: the new rebelion| nc.
por Harold Lun 23 Dic 2013, 7:14 pm
Aaaaaaaaaaah me encanta, me encanta. Te quedo hermoso, pobre la familia de Jade no pego una, los tres hermanos fueron nombrados, que valiente de ella prensentarse por su hermana. <3 Ems espero new cap.
Harold
Re: the new rebelion| nc.
por LittleMuffin Mar 24 Dic 2013, 3:54 am
¡Gracias chicas! Bueno, me siento rara al ver como me llamáis por mi nombre de usuario y creo que mejor es que me llaméis Maria o Mary, como queráis<3
LittleMuffin
Re: the new rebelion| nc.
por taeyong. Jue 02 Ene 2014, 6:07 pm
Capítulo "008"
Viaje en tren. ♡
Emily observó la extremada riqueza que se podía distinguir en aquel tren, y la sorprendió, aunque debería estar acostumbrada. ¿Ella vivía en la aldea de los vencedores, no?
—Vengan por aquí. —la muchacha puso los ojos en blanco al escuchar la voz chillona Patty, la escolta del distrito 4. Pensó que nunca había conocido a una persona tan superficial en su vida, aunque no estaba correcto juzgarla sin siquiera conocerla. Pero ese acento del Capitolio la cabreaba tanto…
—Ems. —le llamó la atención la voz de su hermano, Jasper. Ella lo miró. —Toma atención.
La chica asintió y dirigió su mirada a la emocionada Patty que tocaba los sillones frente a una mesa de centro.
—Son de terciopelo. —les informó.
“No me interesa de que sean los malditos sillones” pensó Emily, pero bien, no lo dijo. Estaba intentando suprimir sus pensamientos y guardar la compostura para que no la lanzaran del tren de una patada en el trasero.
—En un minuto llega Maruska. —dio a conocer.
Maruska era una de sus mentores, Ems no sabía cuál sería el otro por ahora, ya que varios habían ganado en los pocos años de estos nuevos juegos.
Llegó una chica con el cabello negro y completamente largo, hasta debajo de la cintura. Los ojos verde esmeralda y la piel bronceada. Era bonita, y eso le había servido en sus juegos. Pues Maruska había resultado mortífera.
—Genial, tributos nuevos. —fingió emoción, pero cualquier persona podría notar su sarcasmo. —Oh, pero miren nada más, ¡Los hijos de Finnick Odair y Annie Cresta! —murmuró en tono de burla, aunque Ems sabía que en el fondo estaba impresionada, vio la manera en la que los miraba.
Apenada.
—Sí, hijos de Finnick y Annie. —afirmó Jasper, con un tono seductor. Aunque en realidad el chico solía hacerlo para molestar a la gente.
—Eso te servirá en el Capitolio, niño. —después dirigió su mirada a Ems, pero frunció el ceño. —Tú no te ves muy amigable.
—Puede ser porque no lo soy. —se sentó en uno de los sillones de terciopelo, e indicándole a su hermano que se sintiera a gusto. Su mentora colocó cara de fastidio y se sentó junto a ellos.
—¿Cuáles son sus especialidades? —preguntó, generalizando.
—Yo no diré las mías, por ahora. —murmuró el chico.
—No se me da algo necesariamente mal, pero soy excelente con los cuchillos y obviamente el tridente, pero seguramente no habrá ninguno. —exclamó Emily.
—Quizás sí. Tienen algo a su favor, chicos. Son hijos de dos antiguos vencedores, uno de ellos bastante querido, y pueden conseguir más patrocinadores si demuestran a que están dispuestos. —luego se dirigió a Ems—Probablemente envíen un tridente, por ser hijos de Finnick.
“Eso me gusta”
—¿Y nos darías algún consejo? —en realidad la chica pensó que le responderían como Haymitch a Katniss, diciéndole que se mantuviera con vida.
—No, ustedes verán que pueden hacer. —luego llegó un hombre, 23 años quizás, pelirrojo y de ojos grises. Si Ems no se equivoco se llamaba Boryenka, era guapo, pero un asesino serial. Mató a 17 de los 24 tributos en sus juegos. Ems pensó que era un hombre sin corazón, pero en realidad su hermana había sido asesinada en los primeros-nuevos-juegos y él quería venganza. Decían que era un amor de persona, pero tal como el significado de su nombre decía, era un luchador.
—Buenas tardes, nuevos tributos. —sonrió cauteloso y también se sentó con nosotros. —¿Entonces son los hijos de Finnick y Annie? Qué lástima. —mostró su lamento. —Bueno, chicos, este año será completamente diferente. Se los puedo asegurar. —Ems sintió que algo había detrás de esas palabras— ¿Quieren ver a quienes se enfrentan? —los mellizos asintieron, y ambos mentores prendieron la televisión para presentarles a sus contrincantes y enemigos.
—Él. —murmuró la chica de ojos verde mar, heredados de su padre. Todos voltearon a verla. —Él podría ser nuestro aliado.
En la pantalla se podía observar a un rubio con los ojos extremadamente azules, delgado pero musculoso y bastante alto. Parecía ser una amenaza, pero también parecía que no le importaba serlo. Arrogante, por supuesto. Pero en su expresión se notaba cuanto odiaba los juegos, al igual que ellos.
—Es una buena opción. —concordó Boryenka. —Distrito 2, Ian O’Shea.
“Ian O’Shea” resonó por su cabeza. “Recuerda ese nombre, Emily, Ian O’Shea”
Continuaron viendo las cosechas en silencio, hasta que ella, una vez más, lo quebró.
—Yo la mataré a ella. —murmuró seria, observando a la chica del distrito siete. — Yo mataré a esa Skyler O’Donnell.
Nadie le hizo creer lo contrario.
¡Esa chica sonreía como si fuera a un spa en las Bahamas! ¡Iba a los Juegos del Hambre, por el amor de dios! Emily pensó para sus adentros que ella podría ser otra habitante del Capitolio, y se imaginó a Skyler O’Donnel con peluca verde y un sombrero con plumas.
“Una perfecta capitolina”
El otro tributo del distrito 7 era Andrew Mason, y eso le dolió bastante. Johanna era su madrina, y Andrew creció junto a ella, ¡eran casi hermanos! No se lo podía creer.
Sin darse cuenta, ya habían llegado al Capitolio. Al parecer la tecnología había mejorado al pasar de los años y los trenes eran ahora aún más rápidos. Los edificios eran gigantescos y las personas vestidas extravagantemente gritaban y lloraban por ellos. Pero esas personas no eran dignas de los mellizos Odair.
Los bajaron del tren y la gente los señalaba con entusiasmo, “¡Son los mellizos Odair!” “¡Los tributos del distrito 4!” Las voces chillonas de los capitolinos le eran insoportables, por lo que la chica intentó evitarlas. Apenas entraron al estadio, la separaron de Jasper y la dejaron en manos de su equipo de preparación.
Keesa era su estilista. La mujer era agradable, y le explicó que su nombre significaba “Gatito”, algo que en el fondo le causó gracia a Ems, ya que tenía rasgos gatunos. Seguramente por ese mismo hecho.
Su equipo de preparación, o como ella decidió llamarlo “Equipo sin compasión” la había arreglado completamente. Pero vaya que sufrió. Además de que para ellos había sido un desafío que Emily les dejara ver su cuerpo, por un momento todos pensaron que se volvería violenta pero lograron calmarla.
Eso no quiere decir que no haya gritado.
Se dirigió a su departamento, ubicado en el piso cuatro, junto con Keesa que la fue a dejar. Ni siquiera comió algo, lo único que necesitaba era dormir. Una buena siesta que ella esperaba que jamás terminara.
—Vengan por aquí. —la muchacha puso los ojos en blanco al escuchar la voz chillona Patty, la escolta del distrito 4. Pensó que nunca había conocido a una persona tan superficial en su vida, aunque no estaba correcto juzgarla sin siquiera conocerla. Pero ese acento del Capitolio la cabreaba tanto…
—Ems. —le llamó la atención la voz de su hermano, Jasper. Ella lo miró. —Toma atención.
La chica asintió y dirigió su mirada a la emocionada Patty que tocaba los sillones frente a una mesa de centro.
—Son de terciopelo. —les informó.
“No me interesa de que sean los malditos sillones” pensó Emily, pero bien, no lo dijo. Estaba intentando suprimir sus pensamientos y guardar la compostura para que no la lanzaran del tren de una patada en el trasero.
—En un minuto llega Maruska. —dio a conocer.
Maruska era una de sus mentores, Ems no sabía cuál sería el otro por ahora, ya que varios habían ganado en los pocos años de estos nuevos juegos.
Llegó una chica con el cabello negro y completamente largo, hasta debajo de la cintura. Los ojos verde esmeralda y la piel bronceada. Era bonita, y eso le había servido en sus juegos. Pues Maruska había resultado mortífera.
—Genial, tributos nuevos. —fingió emoción, pero cualquier persona podría notar su sarcasmo. —Oh, pero miren nada más, ¡Los hijos de Finnick Odair y Annie Cresta! —murmuró en tono de burla, aunque Ems sabía que en el fondo estaba impresionada, vio la manera en la que los miraba.
Apenada.
—Sí, hijos de Finnick y Annie. —afirmó Jasper, con un tono seductor. Aunque en realidad el chico solía hacerlo para molestar a la gente.
—Eso te servirá en el Capitolio, niño. —después dirigió su mirada a Ems, pero frunció el ceño. —Tú no te ves muy amigable.
—Puede ser porque no lo soy. —se sentó en uno de los sillones de terciopelo, e indicándole a su hermano que se sintiera a gusto. Su mentora colocó cara de fastidio y se sentó junto a ellos.
—¿Cuáles son sus especialidades? —preguntó, generalizando.
—Yo no diré las mías, por ahora. —murmuró el chico.
—No se me da algo necesariamente mal, pero soy excelente con los cuchillos y obviamente el tridente, pero seguramente no habrá ninguno. —exclamó Emily.
—Quizás sí. Tienen algo a su favor, chicos. Son hijos de dos antiguos vencedores, uno de ellos bastante querido, y pueden conseguir más patrocinadores si demuestran a que están dispuestos. —luego se dirigió a Ems—Probablemente envíen un tridente, por ser hijos de Finnick.
“Eso me gusta”
—¿Y nos darías algún consejo? —en realidad la chica pensó que le responderían como Haymitch a Katniss, diciéndole que se mantuviera con vida.
—No, ustedes verán que pueden hacer. —luego llegó un hombre, 23 años quizás, pelirrojo y de ojos grises. Si Ems no se equivoco se llamaba Boryenka, era guapo, pero un asesino serial. Mató a 17 de los 24 tributos en sus juegos. Ems pensó que era un hombre sin corazón, pero en realidad su hermana había sido asesinada en los primeros-nuevos-juegos y él quería venganza. Decían que era un amor de persona, pero tal como el significado de su nombre decía, era un luchador.
—Buenas tardes, nuevos tributos. —sonrió cauteloso y también se sentó con nosotros. —¿Entonces son los hijos de Finnick y Annie? Qué lástima. —mostró su lamento. —Bueno, chicos, este año será completamente diferente. Se los puedo asegurar. —Ems sintió que algo había detrás de esas palabras— ¿Quieren ver a quienes se enfrentan? —los mellizos asintieron, y ambos mentores prendieron la televisión para presentarles a sus contrincantes y enemigos.
—Él. —murmuró la chica de ojos verde mar, heredados de su padre. Todos voltearon a verla. —Él podría ser nuestro aliado.
En la pantalla se podía observar a un rubio con los ojos extremadamente azules, delgado pero musculoso y bastante alto. Parecía ser una amenaza, pero también parecía que no le importaba serlo. Arrogante, por supuesto. Pero en su expresión se notaba cuanto odiaba los juegos, al igual que ellos.
—Es una buena opción. —concordó Boryenka. —Distrito 2, Ian O’Shea.
“Ian O’Shea” resonó por su cabeza. “Recuerda ese nombre, Emily, Ian O’Shea”
Continuaron viendo las cosechas en silencio, hasta que ella, una vez más, lo quebró.
—Yo la mataré a ella. —murmuró seria, observando a la chica del distrito siete. — Yo mataré a esa Skyler O’Donnell.
Nadie le hizo creer lo contrario.
¡Esa chica sonreía como si fuera a un spa en las Bahamas! ¡Iba a los Juegos del Hambre, por el amor de dios! Emily pensó para sus adentros que ella podría ser otra habitante del Capitolio, y se imaginó a Skyler O’Donnel con peluca verde y un sombrero con plumas.
“Una perfecta capitolina”
El otro tributo del distrito 7 era Andrew Mason, y eso le dolió bastante. Johanna era su madrina, y Andrew creció junto a ella, ¡eran casi hermanos! No se lo podía creer.
Sin darse cuenta, ya habían llegado al Capitolio. Al parecer la tecnología había mejorado al pasar de los años y los trenes eran ahora aún más rápidos. Los edificios eran gigantescos y las personas vestidas extravagantemente gritaban y lloraban por ellos. Pero esas personas no eran dignas de los mellizos Odair.
Los bajaron del tren y la gente los señalaba con entusiasmo, “¡Son los mellizos Odair!” “¡Los tributos del distrito 4!” Las voces chillonas de los capitolinos le eran insoportables, por lo que la chica intentó evitarlas. Apenas entraron al estadio, la separaron de Jasper y la dejaron en manos de su equipo de preparación.
Keesa era su estilista. La mujer era agradable, y le explicó que su nombre significaba “Gatito”, algo que en el fondo le causó gracia a Ems, ya que tenía rasgos gatunos. Seguramente por ese mismo hecho.
Su equipo de preparación, o como ella decidió llamarlo “Equipo sin compasión” la había arreglado completamente. Pero vaya que sufrió. Además de que para ellos había sido un desafío que Emily les dejara ver su cuerpo, por un momento todos pensaron que se volvería violenta pero lograron calmarla.
Eso no quiere decir que no haya gritado.
Se dirigió a su departamento, ubicado en el piso cuatro, junto con Keesa que la fue a dejar. Ni siquiera comió algo, lo único que necesitaba era dormir. Una buena siesta que ella esperaba que jamás terminara.
__________________________
no pude hacer algo mejor bc salí por las fiestas a visitar a mi familia y lo que menos podía era escribir, además de que estoy ocupada por algunos temas, perdón por demorarme, en serio lo siento ;-; no digan que les gustó porque lo escribí apurada y sin inspiración:c eso, las amo<3
taeyong.
Re: the new rebelion| nc.
por Grace. Jue 02 Ene 2014, 6:53 pm
OMG!!!
Emily tu capitulo fue asombroso.
Bueno me dio mucha emoción el seguimiento, mmm...ahora esto se pone mas serio.
PERO.
.
.
.
.
.
Esta bien Emily, todas estuvimos ocupadas y no es tu culpa y el capitulo te quedo bien.
AHORA...a esperar. :33
Emily tu capitulo fue asombroso.
Bueno me dio mucha emoción el seguimiento, mmm...ahora esto se pone mas serio.
PERO.
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Esta bien Emily, todas estuvimos ocupadas y no es tu culpa y el capitulo te quedo bien.
AHORA...a esperar. :33
Grace.
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