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My Happy Ending?
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
My Happy Ending?
por Pau Medina Vie 09 Ago 2013, 7:22 pm
FICHA:
NOMBRE: MY HAPPY ENDING
AUTORA: LUISA
ADAPTACION: PUES NO ES MIA PERO NO ES ADAPTADA, ES ORIGINAL DE LUISA
GENERO: ROMANCE <3
ADVERTENCIAS: CREO QUE NOP
OTRAS PAGINAS: SIP FACEBOOK, PERO NO LA BUSQUEN, QUIERO QUE SEA SORPRESA EL FINAL!!!
Pau Medina
Re: My Happy Ending?
por Pau Medina Vie 09 Ago 2013, 7:26 pm
PROLOGO:
___ Price es una estudiante que esta por cursar la Universidad la carrera de psicología, con 18 años vive en una familia adinerada y bastante exigente, su vida es aparentemente perfecta: es una chica bonita –aunque ella se niegue a reconocerlo – tiene unas notas altas, es experta en Jazz clásico y toca piano y violín.
Los problemas empiezan el día que ella y Sean su mejor amigo desde los 15, visitan el club más famoso de Manhattan, donde __ conoce a un chico que cambiara el rumbo de su vida, Justin, no era el típico chico que llegaría a tu casa en un auto decente, vestido de smoking con un ramo de rosas para ti como lo haría Sean, sino un chico que llegaría a tu casa en moto, vestido de colores oscuros nada formal pero bastante sensual, en vez de llevar un ramo de flores probablemente te daría un cigarrillo para fumar, y por supuesto a tus papas no les agradaría jamás.
Sin embargo ___ aunque trate de rechazarlo y alejarse de él, nunca logra tener la suficiente resistencia de apartarse, como imán va dirigida directamente a él, poco a poco se ve más involucrada en su mundo, sin darse cuenta a que se está enfrentando. ¿Podrá tener un final feliz?
___ Price es una estudiante que esta por cursar la Universidad la carrera de psicología, con 18 años vive en una familia adinerada y bastante exigente, su vida es aparentemente perfecta: es una chica bonita –aunque ella se niegue a reconocerlo – tiene unas notas altas, es experta en Jazz clásico y toca piano y violín.
Los problemas empiezan el día que ella y Sean su mejor amigo desde los 15, visitan el club más famoso de Manhattan, donde __ conoce a un chico que cambiara el rumbo de su vida, Justin, no era el típico chico que llegaría a tu casa en un auto decente, vestido de smoking con un ramo de rosas para ti como lo haría Sean, sino un chico que llegaría a tu casa en moto, vestido de colores oscuros nada formal pero bastante sensual, en vez de llevar un ramo de flores probablemente te daría un cigarrillo para fumar, y por supuesto a tus papas no les agradaría jamás.
Sin embargo ___ aunque trate de rechazarlo y alejarse de él, nunca logra tener la suficiente resistencia de apartarse, como imán va dirigida directamente a él, poco a poco se ve más involucrada en su mundo, sin darse cuenta a que se está enfrentando. ¿Podrá tener un final feliz?
Pau Medina
Re: My Happy Ending?
por Pau Medina Vie 09 Ago 2013, 7:28 pm
CAPITULO 1:
La fila para entrar al club más famoso de Manhattan era larguísima, aproximadamente unas 25 personas más frente a nosotros, jóvenes adolescentes, las chicas traían vestidos cortísimos y escotes larguísimos, altos tacones y la mayoría eran demasiado “empalagosas” el cabello de todas era espectacular y la mayoría sin duda alguna son guapísimas.
“¿Y yo?” pensé, no tengo nada especial ni espectacular, frente a ellas me siento pequeña, mi mamá siempre dijo que era una chica hermosísima pero que era algo reservada quizá por eso nunca lucia como una diva. Sean dice que tengo la cara de una muñeca de porcelana, que soy preciosa como ellas, ¿será verdad o solo lo dice por ser mi amigo? Mi papá, bueno para él soy la princesa.
La música era muy fuerte y pegajosa, se lograba escuchar hasta 5 cuadras antes. Se veían luces de colores y destellos de pistas de baile.
-La música esta buena- dijo Sean moviéndose un poco
-Vamos Sean, no soportas la música- le dije entre risas y el rió mas fuerte.
-Sabes las chicas de aquí están buenas- dijo admirando a la chica de enfrente de nosotros que traía una falda de cuero azul metálica que le llegaba 3 dedos después del trasero y su blusa era algo asi como un sostén un poco más largo.
-Es asquerosa- le dije, si, era bonita pero ¿tenía que exhibirse así?
-Hey tranquila __. Debo admitir que si esta algo puuu-tuu me entiendes- me guiñó levemente el ojo y solté una carcajada.
-No dije que lo fuera pero me alegro que lo pienses.
20 minutos después por fin era nuestro turno, suspiré y junto a Sean nos acercamos al guardia, un tipo alto de piel negra, traía unos lentes oscuros y no hacia absoluto sol, «Es por su estilo » pensé. Vestía de azul metálico, se veía absurda sin duda alguna.
-Dos entradas por favor- dijo Sean sacando su billetera, no, no dejaría que el pagara mi boleto, ya le he dado mucha lata insistiendo en venir aquí a costa de que el lo más probable odie el lugar como para que todavía me pague mi entrada.
Sean sacó los billetes y lo iba a detener cuando alguien se interpuso frente a nosotros, era un chico rubio, de cabello dorado para ser exactos, vestia de jeans negros y una camiseta holgada de cuello en V color negro también.
-¡Hey 2Bir-del! ¿Cómo estas bro? –preguntó el chico entre gritos dando un saludo de palmas con el guardia.
-Muy bien mi Bieber, aquí en el trabajo ¿y tu porque no habias venido? Ya te extrañábamos.
-Ya sabes viejo, trabajo- dijo el chico, pude notar que sonreía al ver desde atrás como los musculos de sus mejillas se extendían.
Crucé mis brazos esperando que el chico se fuera, pero sabia que no sucedería al parecer era uno de los consentidos del lugar: entran sin pagar, libres sin hacer fila
-Hey amigo, disculpa ¿puedes irte a hacer fila? Llevamos bastante aquí y queremos pasar- dijo Sean tratando de ser amable, puse una mirada como de ¿En serio? Yo ya lo hubiera pateado. Pero sabia que hablaba de Sean, el promotor dulce de la paz mundial.
El chico de cabello dorado sin siquiera voltear se rio y siguió platicando con el guardia de raro nombre ¿Cómo era? 2Bir-del vaya, ¿Qué inspiraron? ¿Guerra de las galaxias, el señor de los anillos, Narnia? Nunca escuche nombre tan más estúpido.
-Haber idiota ¿no entendiste? Vete a hacer fila y déjanos pasar, llevamos media hora esperando como para que un niño berrinchudo como tu venga a no dejarnos pasar. ¡Justicia! ¿Qué no hay imparcialidad en este país?- dije molesta.
Entonces supe que cometí un error, ¿Qué tal si traía una pistola o una navaja? Debi dejarlo en manos del sucesor de Teresa de Calcuta pero la rabia me llenó las venas. Ahora a atenerse a las consecuencias supongo.
El chico se detuvo en seco y despacio volteó y fue cuadno tuve que tragar saliva. No era ningún cualquier persona, no era un naco de barrio, ni siquiera un cholo o pandillero. Era un chico con unos ojos miel muy bonitos, piel blanca y cabello rubio peinado hacia arriba, los labios eran carnosos. Mierda, sin duda alguna era guapo.
-Vaya, que ruda preciosa. Como digas, pásenle chicos- dijo esbozando una sonrisa, muy bonita y sexy.
Sean lo miró con odio, esperen… ¿me dijo preciosa? Me mordí la lengua tratando de que no me fuera a salir ninguna mala contestación ni mucho menos una sonrisa. Así que me limite a caminar al lado de Sean rumbo al club evitando si quiera mirar atrás donde el chico de ojos miel esbozaba una sonrisa y estaba recargado en la pared mirándome.
El club era increíble, había muchísima gente la música retumbaba en los oídos de todos. La mayoría bailaba, las chicas meneaban sus caderas -vestidas con ropa sexy, escotes y faldas cortas- en las caderas de los chicos los cuales esbozaban sonrisas de placer mientras no despegaban la vista de los atributos de las chicas, estas se sentían complacidas. Era algo así como un negocio, dar y recibir, dan satisfacción y placer, reciben satisfacción y placer.
Era tan estúpido.
Había luces en todos lados iluminando la pista, divise a lo lejos unas pequeñas mesitas y sillas, me dirigí con Sean a una que estuviera vacia y con la menor gente alrededor.
Sean estaba serio, el siempre tenia un increible sentido del humor, siempre sonreía de esa forma tan linda que tiene desde que lo conozco y sus ojos avellana despejaban ese brillo especial que nunca he podido entender de donde sale.
-¿Qué te pasa?- le pregunté, lo conocía y sabia que no estaba bien.
-El chico de la entrada, no se me da desconfianza- dijo serio, ami también de hecho.
-Es un idiota nada más- dije tratando de sonar lo menos preocupada ni molesta.
-No, te dijo preciosa.
-¿Y? Ya se que no lo soy pero…-me interrumpió.
-No __, eres preciosa por eso tengo desconfianza, nos dejo pasar por ti, y no creo que sea gratis eso- dijo con preocupación. Su cabello castaño oscuro caía por su frente, no acostumbraba usar geles ni nada, solo natural y eso me hacia sentir cómoda, era el mismo.
-¿Qué quieres decir?- pregunté extrañada.
-Olvídalo ¡mejor disfrutemos! ¿Bailamos?- preguntó con una sonrisa.
-Sean, crei que odiabas bailar- dije entre risas.
-Odio bailar pop y blues, prefiero lo clásico y romántico –lo miré raro- No me culpes, es lo único que se bailar- soltó una carcajada.
-Supongo que siempre hay una primera vez para todo- sonreí y el me tendió la mano y me llevó a la pista de baile.
La música era pegajosa, al principio nos quedamos parados ¿Cómo se supone que bailaríamos? ¿Cómo se baila esto? Miré a mi alrededor y divise de nuevo lo mismo, el baile y su consistencia. Mire a Sean, estaba apenado y creo yo también. No es que nunca haya bailado con el sin embargo eran bailes normales, no básicamente toqueteos ni tanto manoseo, digo, no veía muy adecuado bailar tan pegadito ni con tanta fricción con mi mejor amigo.
-Eh- el se acercó un poco más, me sentía apenada, esto era incómodo. Me tomo de la cintura y me acerqué más a el, lo tome de la espalda y nos comenzamos a mover, esto era el estilo clásico del que hablaba y apuesto que nos veian raro.
-Hey preciosa, ven conmigo y te enseñare lo que es bailar y sentir al mismo tiempo- gritó alguien.
Sean y yo nos detuvimos y miramos alrededor entonces divisamos al que con un tono burlón nos dijo ese comentario: Era el chico rubio de ojos miel de hace rato.
La fila para entrar al club más famoso de Manhattan era larguísima, aproximadamente unas 25 personas más frente a nosotros, jóvenes adolescentes, las chicas traían vestidos cortísimos y escotes larguísimos, altos tacones y la mayoría eran demasiado “empalagosas” el cabello de todas era espectacular y la mayoría sin duda alguna son guapísimas.
“¿Y yo?” pensé, no tengo nada especial ni espectacular, frente a ellas me siento pequeña, mi mamá siempre dijo que era una chica hermosísima pero que era algo reservada quizá por eso nunca lucia como una diva. Sean dice que tengo la cara de una muñeca de porcelana, que soy preciosa como ellas, ¿será verdad o solo lo dice por ser mi amigo? Mi papá, bueno para él soy la princesa.
La música era muy fuerte y pegajosa, se lograba escuchar hasta 5 cuadras antes. Se veían luces de colores y destellos de pistas de baile.
-La música esta buena- dijo Sean moviéndose un poco
-Vamos Sean, no soportas la música- le dije entre risas y el rió mas fuerte.
-Sabes las chicas de aquí están buenas- dijo admirando a la chica de enfrente de nosotros que traía una falda de cuero azul metálica que le llegaba 3 dedos después del trasero y su blusa era algo asi como un sostén un poco más largo.
-Es asquerosa- le dije, si, era bonita pero ¿tenía que exhibirse así?
-Hey tranquila __. Debo admitir que si esta algo puuu-tuu me entiendes- me guiñó levemente el ojo y solté una carcajada.
-No dije que lo fuera pero me alegro que lo pienses.
20 minutos después por fin era nuestro turno, suspiré y junto a Sean nos acercamos al guardia, un tipo alto de piel negra, traía unos lentes oscuros y no hacia absoluto sol, «Es por su estilo » pensé. Vestía de azul metálico, se veía absurda sin duda alguna.
-Dos entradas por favor- dijo Sean sacando su billetera, no, no dejaría que el pagara mi boleto, ya le he dado mucha lata insistiendo en venir aquí a costa de que el lo más probable odie el lugar como para que todavía me pague mi entrada.
Sean sacó los billetes y lo iba a detener cuando alguien se interpuso frente a nosotros, era un chico rubio, de cabello dorado para ser exactos, vestia de jeans negros y una camiseta holgada de cuello en V color negro también.
-¡Hey 2Bir-del! ¿Cómo estas bro? –preguntó el chico entre gritos dando un saludo de palmas con el guardia.
-Muy bien mi Bieber, aquí en el trabajo ¿y tu porque no habias venido? Ya te extrañábamos.
-Ya sabes viejo, trabajo- dijo el chico, pude notar que sonreía al ver desde atrás como los musculos de sus mejillas se extendían.
Crucé mis brazos esperando que el chico se fuera, pero sabia que no sucedería al parecer era uno de los consentidos del lugar: entran sin pagar, libres sin hacer fila
-Hey amigo, disculpa ¿puedes irte a hacer fila? Llevamos bastante aquí y queremos pasar- dijo Sean tratando de ser amable, puse una mirada como de ¿En serio? Yo ya lo hubiera pateado. Pero sabia que hablaba de Sean, el promotor dulce de la paz mundial.
El chico de cabello dorado sin siquiera voltear se rio y siguió platicando con el guardia de raro nombre ¿Cómo era? 2Bir-del vaya, ¿Qué inspiraron? ¿Guerra de las galaxias, el señor de los anillos, Narnia? Nunca escuche nombre tan más estúpido.
-Haber idiota ¿no entendiste? Vete a hacer fila y déjanos pasar, llevamos media hora esperando como para que un niño berrinchudo como tu venga a no dejarnos pasar. ¡Justicia! ¿Qué no hay imparcialidad en este país?- dije molesta.
Entonces supe que cometí un error, ¿Qué tal si traía una pistola o una navaja? Debi dejarlo en manos del sucesor de Teresa de Calcuta pero la rabia me llenó las venas. Ahora a atenerse a las consecuencias supongo.
El chico se detuvo en seco y despacio volteó y fue cuadno tuve que tragar saliva. No era ningún cualquier persona, no era un naco de barrio, ni siquiera un cholo o pandillero. Era un chico con unos ojos miel muy bonitos, piel blanca y cabello rubio peinado hacia arriba, los labios eran carnosos. Mierda, sin duda alguna era guapo.
-Vaya, que ruda preciosa. Como digas, pásenle chicos- dijo esbozando una sonrisa, muy bonita y sexy.
Sean lo miró con odio, esperen… ¿me dijo preciosa? Me mordí la lengua tratando de que no me fuera a salir ninguna mala contestación ni mucho menos una sonrisa. Así que me limite a caminar al lado de Sean rumbo al club evitando si quiera mirar atrás donde el chico de ojos miel esbozaba una sonrisa y estaba recargado en la pared mirándome.
El club era increíble, había muchísima gente la música retumbaba en los oídos de todos. La mayoría bailaba, las chicas meneaban sus caderas -vestidas con ropa sexy, escotes y faldas cortas- en las caderas de los chicos los cuales esbozaban sonrisas de placer mientras no despegaban la vista de los atributos de las chicas, estas se sentían complacidas. Era algo así como un negocio, dar y recibir, dan satisfacción y placer, reciben satisfacción y placer.
Era tan estúpido.
Había luces en todos lados iluminando la pista, divise a lo lejos unas pequeñas mesitas y sillas, me dirigí con Sean a una que estuviera vacia y con la menor gente alrededor.
Sean estaba serio, el siempre tenia un increible sentido del humor, siempre sonreía de esa forma tan linda que tiene desde que lo conozco y sus ojos avellana despejaban ese brillo especial que nunca he podido entender de donde sale.
-¿Qué te pasa?- le pregunté, lo conocía y sabia que no estaba bien.
-El chico de la entrada, no se me da desconfianza- dijo serio, ami también de hecho.
-Es un idiota nada más- dije tratando de sonar lo menos preocupada ni molesta.
-No, te dijo preciosa.
-¿Y? Ya se que no lo soy pero…-me interrumpió.
-No __, eres preciosa por eso tengo desconfianza, nos dejo pasar por ti, y no creo que sea gratis eso- dijo con preocupación. Su cabello castaño oscuro caía por su frente, no acostumbraba usar geles ni nada, solo natural y eso me hacia sentir cómoda, era el mismo.
-¿Qué quieres decir?- pregunté extrañada.
-Olvídalo ¡mejor disfrutemos! ¿Bailamos?- preguntó con una sonrisa.
-Sean, crei que odiabas bailar- dije entre risas.
-Odio bailar pop y blues, prefiero lo clásico y romántico –lo miré raro- No me culpes, es lo único que se bailar- soltó una carcajada.
-Supongo que siempre hay una primera vez para todo- sonreí y el me tendió la mano y me llevó a la pista de baile.
La música era pegajosa, al principio nos quedamos parados ¿Cómo se supone que bailaríamos? ¿Cómo se baila esto? Miré a mi alrededor y divise de nuevo lo mismo, el baile y su consistencia. Mire a Sean, estaba apenado y creo yo también. No es que nunca haya bailado con el sin embargo eran bailes normales, no básicamente toqueteos ni tanto manoseo, digo, no veía muy adecuado bailar tan pegadito ni con tanta fricción con mi mejor amigo.
-Eh- el se acercó un poco más, me sentía apenada, esto era incómodo. Me tomo de la cintura y me acerqué más a el, lo tome de la espalda y nos comenzamos a mover, esto era el estilo clásico del que hablaba y apuesto que nos veian raro.
-Hey preciosa, ven conmigo y te enseñare lo que es bailar y sentir al mismo tiempo- gritó alguien.
Sean y yo nos detuvimos y miramos alrededor entonces divisamos al que con un tono burlón nos dijo ese comentario: Era el chico rubio de ojos miel de hace rato.
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