Re: You make me happy (Harry Styles)

por **Buttercup.** Jue 12 Mar 2015, 10:07 pm

Capítulo 41

A la mañana siguiente todos nos preparamos para nuestro respectivo día. Papá prepara el desayuno pero yo lo tomo en la comodidad de mi recámara porque necesito prepararme rápido e irme al trabajo. Es mi primera semana, no puedo faltar más.

Me ducho al terminar el desayuno y me arreglo. Papá toca la puerta mientras busco mis zapatillas debajo de la cama.

—Creo que ya es hora, muñequita. —Me pongo de pie dejando los zapatos sobre la cama y me acerco con las manos sobre la cintura.

—Tengo que irme a trabajar.

— ¿Después de salir del hospital?

—Es mi primera semana, y ayer falté y ni siquiera avisé a mi jefa.

—Harry se encargó de eso.

— ¿De verdad? —Harry, ¿arriesgándose por mí de esa manera?

—Conversamos un poco. Algo rápido, y sobre tu estado ayer.

—Ehh, creo que se te olvidó mencionarlo. Creí que no habían hablado para nada.

—No fue mucho rato, y no hablamos ni preguntamos sobre… ya sabes. Fuiste el tema principal y no por mucho, tuvo que regresar por algo de ropa para ti y llamar a tu trabajo para tu inasistencia.

—Ah. Bueno, entonces no tengo ni idea de por qué rechazó mi invitación anoche. Le pedí que viniera para hablar con ustedes, pero se negó.

—Mhm —me sonríe y hace ademán de salir por la puerta —fue buena idea no haber venido, lo digo por tu hermano.
Claro.

La despedida de mi familia es tal y como me la esperaba. Papá y Kayley lo hacen de manera decente, como uno espera que tu propia sangre te empiece a echar de menos aún teniéndote cerca, pero el resto se limita a un simple abrazo y hasta allí. Y bueno, hablo de mamá, Liam simplemente dice adiós con la mano de manera distraída y se sube al taxi. Papá y mamá me ruegan que cuide más de mi salud y que siga las instrucciones del doctor, le consulte a la menor molestia y no olvide tomar mis medicamentos. Suelto un suspiro, con pena los veo partir, porque no quiero que las cosas terminen así, y aunque muy dentro de mí sé que esto no será para siempre, me pongo melancólica al decirles adiós.

Regreso dentro y me coloco las zapatillas ya con un agujero en mi interior. Anoche no me sentía con ganas de compartir cada segundo con ellos y hablar de viejas historias que me encantan, pero ahora que me he quedado sola los añoro como nunca. Rayos, nadie me entiende.

Alcanzo mi teléfono celular y lo reviso, no hay nada. Mando un mensaje a Harry diciéndole que asistiré a la oficina y que lo veo en la tarde. Le digo lo mucho que lo quiero y que lo extraño, y lo apago.

Salgo de casa arrastrando un mundo de demonios tras mío. Es tan difícil crecer, tener responsabilidades y a la misma vez agradar a los que te importan. Todos al mismo ritmo, todo equilibrado. Tratas, pero en el camino construyes cientos de vallas para bloquear la infelicidad de otros sin darte cuenta que esas paredes hacen que pierdas de vista tu propia felicidad. Estoy agotada de luchar con ello, quiero lo mejor para mí y me duele que quienes me importan no lo entiendan.

Me alegro un poquito cuando al entrar a una cafetería de camino al trabajo, el olor a café recién hecho me seduce la nariz. En mi mente bailamos una bonita canción de amor, el aroma a despertar y yo.

—Buenos días, ¿qué va a ordenar? —Una simpática chica asiática me atiende con una brillante sonrisa.

Cuando llego a la oficina se arremolinan mis compañeros soltando un montón de preguntas, me siento una famosa actriz lidiando con el montón de paparazzis.

—Ven aquí. —Elijah me agarra del brazo y me encierra en mi oficina dejando a todos atrás. — ¿Qué estás haciendo aquí?

— ¿De qué hablas? —Dejo la bolsa y el café en el escritorio y enciendo la computadora.

—No tendrías que estar aquí, tu novio ayer habló diciendo que te encontrabas hospitalizada. ¿Es esto una clase de broma? Porque ayer fuimos a visitarte y ya te habías ido.

—No tenía ninguna llamada de ustedes, así que no creo que estuviesen tan preocupados, ¿o sí? —El ataque parece lastimarle a Elijah. Mi subconsciente me reprende diciendo que soy una grosera y egoísta, y tiene razón, me disculpo con Elijah y le explico la situación lo más rápido que puedo para converserle que agradezco su preocupación pero que estoy bien y de regreso.

—Bien, entonces tendrás que lidiar con la Dra. Philips después. Ha salido de la ciudad, pero en cuanto sepa que estás aquí después de lo de ayer le dará un ataque.

—Mi infierno. Ahora vete, necesito trabajar. —Sin más Elijah se acerca y me besa en la mejilla.

—Estábamos realmente preocupados por ti. Es bueno que estés de regreso.

La hora de la comida es divertida, todos vamos a un restaurante mexicano mientras que Elijah nos cuenta historias graciosas de su vida. Momentos después su novia se nos une y me la presenta. Me recuerda a la chica de la cafetería de la mañana, pero más arreglada y encantadora.

La tarde vuela porque hay mucho trabajo qué hacer y casos por revisar. Recuerdo que en mi bolsa aún guardo los archivos de Harry y Frida y me aseguro de volverlos a colocar en su lugar.

Elijah se ofrece a llevarme a casa, y no me niego, estoy muy cansada y no me apetece tomar el subterráneo ni mucho menos caminar. Nos despedimos y me adentro a la comodidad de mi hogar. Afuera como siempre está helado y enciendo la calefacción, para calentar un poquito. Hana me da la bienvenida y le doy de comer. Sentada en uno de los brazos del sillón termino de comerme un vaso con fruta, apesadumbrada. Se siente tan sólo aquí, cualquier movimiento fuera resuena dentro, como si vivieran decenas de personas en un eco interminable. Nada más estoy yo y mi vieja mascota. Enciendo el celular, pero como me esperaba no hay respuesta de Harry, ni a mi mensaje de mañana diciéndole que lo extrañaba.

—Joder. —Coloco el plato aún lado y dejo caer la espalda al sillón, mirando al techo comienzo a tararear una canción, Hana trata de alcanzar mis pies que cuelgan para arañarlos con sus patas. Me paso una hora en la misma posición, cantando y tarareando en voz baja, pensando, pensando, pensando.

La puerta principal da un azote y yo me levanto de prisa. Allí está Harry, se sacude el pelo y a grandes pasos se acerca y se coloca encima de mí. Nos miramos imperturbables, su aliento cálido acaricia mis labios y sus dedos recorren mis mejillas. Parecen minutos, horas quizá, el reloj se ha descompuesto y el tiempo junto con él, se ha detenido en nuestro momento.

—Hola. —Le susurro. Detrás de la palabra se encuentra una lista interminable de sentimientos, un te extraño, un te quiero, un te necesito, un no te vayas, no me abandones. No se da cuenta de mi necesidad que rodea todo su ser, no soy nada sin tocarlo, desaparezco.Todo mi cuerpo se desvanece si el suyo está lejos. ¿No lo entiende? ¿Por qué no lo entiendes, Harry? ¿Por qué haces de cuenta que no existo cuando mi corazón me empuja a buscarte y no dejarte? Eres tan difícil, complicado, un problema que gustosa estoy dispuesta a resolver si tú me dejaras.

No me dice nada. Se traga un montón de palabras. Como una roca, imponente no se mueve de su lugar, sólo me mira, grabando mi imagen en esos brillantes ojos verdes oscurecidos por la tarde y el frío.

Es inevitable, mi cuerpo lo pide y mi boca busca la suya. Su hermosura me enloquece y no me atrevo a fingir que es maravilloso como responde a mi tacto. Todo él me pertenece, a veces en fracciones, a veces por completo. Estoy enamorada de un ser celestial, cubierto de cenizas oscuras de maldad que se aferran a devorar su piel, sustituyendo esa increíble mirada inocente a algo peligroso. Tan despiadado es tu pasado, Harry, que eres dos personas a la vez. Dos seres que me tienen a sus pies.

Le beso con ímpetu, enredo mis piernas a su alrededor y me estiro cuando se separa e inclina mi cabeza para besar mi cuello. Me susurra muchas cosas, no las comprendo pero quiero escucharlas. Me toca con sus dedos la piel de mis brazos, une nuestras manos, entrelaza nuestros dedos. Deja rastros de besos desde mi barbilla hasta la cuna de mis pechos.

— ¿Qué me haces, Lana? —Su voz rasposa me eriza los vellos de la nuca y gimoteo cuando me toma de la cintura y me levanta del sillón. Sus pestañas me hacen cosquillas en el cuello y miro el techo con una nueva esperanza formándose dentro.

La habitación está filtrada con la tenue luz de un cielo en tonos lilas y lleno de esponjosas nubes tras la ventana. Me tumba en la cama aferrando su boca a la mía, su lengua dejando rastros húmedos aquí y allá. Mordisquea mi labio inferior cuando se separa, se pone de pie y comienza a quitarse la ropa. La arroja aún lado y yo hago lo mismo pero me detengo cuando queda esplendorosamente desnudo delante de mí. Increíble, nerviosa, avergonzada me atrevo a recorrerle con la mirada. Es precioso.

Se planta encima de mí otra vez y termina de desvestirme. Desabrocha el sujetador con cierta torpeza, pero ya no necesita mi ayuda. Lo deja a un lado y me da un solo beso en los labios, después me acaricia la piel con su boca. Todo lo que puede tocar lo hace con una delicadeza que me hiere, me sorprende, me mata. Suelto quejidos pequeños a propósito, se pone rígido y los ojos se le oscurecen de deseo. Quiero que el momento dure para siempre, pero la adrenalina se está apoderando de mí.

Sus manos hurgan con rapidez por mi cuerpo, me encanta, me daña, me hace olvidar. Alcanzo su cara y lo arrastro hacia mí, no lo beso, sólo nos miramos como momentos atrás, quiero verlo cuando nos unamos.

Hay amor, calor, deseo, ruido bañando la habitación. Me toca y me enloquece. Lo beso y me invado de él, de todo él. Quedan añicos de mí y partes intocables de él. Sudoroso se mueve lento contra mí, precioso. Gestos grabados a fuego en mi memoria, toques de sus manos; tatuados hasta la eternidad.

Se deja caer encima de mí, exhausto y con la respiración agitada. Lo abrazo y repaso cada centímetro de su espalda con mis dedos haciendo compás nuestros latidos del corazón enloquecidos y ensordecedores, embravecidos como las olas del mar rompiendo en la costa.

La noche ha caído y con ella, nosotros también.

Me despierto con la oscuridad irrumpiendo mi habitación. Escucho la respiración acompasada de Harry a mi lado y el movimiento de la ciudad afuera. Me muevo un poco y le miro dormir, beso su hombro, su pecho y su mano que está encima, noto algo frío en su dedo y es el anillo que guardé para él. Soñando, se remueve en una sonrisa infantil que marca un hoyuelo en su mejilla.

—Eres tan bueno, cariño. Mereces alguien que te cuide. —Digo en voz baja y le sonrío de vuelta. —Y yo lo haré.
Me separo de la cama enredándome la sábana encima y voy a la cocina. ¿Por qué siempre después del sexo las personas van a la cocina? No sé, pero me asalta la necesidad de una taza de té.

Hay pastel en el refrigerador, no recuerdo cuando lo compré pero lo ataco mientras se calienta el agua en la estufa. Encuentro ofensivo la cantidad de dulce que puedo ingerir a altas horas de la noche. Miro los números en color verde en el horno de microondas. Son las 4 a.m. La tetera chilla y eso significa que mi té ya está listo. Me sirvo un poco, lo endulzo con miel y me hundo en su rico calor. Camino hasta el sillón donde comenzó la impresionante hazaña de Harry. Vaya, quién lo diría, me ha extrañado y lo ha demostrado con hechos.

Giro la cabeza al escuchar el ruido de algo metálico estrellarse en la cocina. Los cabellos despeinados de Harry se mueven, su cuerpo caminando espléndido por el pequeño espacio. Se ha despertado. Me dedico a observar el contorno de su piel cubierta de tatuajes, es suave pero debajo de ella los músculos son firmes. Hace movimientos cortos y a mi distancia puedo ver cómo se lleva un trozo de pastel a la boca e inclina la cabeza hacia atrás cerrando los ojos y disfrutando del sabor a chocolate. Camina distraído por el dulce hacia mí.

—Bonita ropa interior. —Le digo sonriendo a los pantaloncillos color verde. Me encojo de piernas para darle lugar en el sillón.

—Me gustan. —Sonríe de lado en tanto come pastel. Me ofrece un poco y yo niego con la cabeza. En un movimiento que no veo venir me llena la cara de chocolate y se retira hasta la otra esquina del sillón. Abro la boca y alzo una ceja ofendida.

—Está jugando sucio, señor.

—Tú eres la sucia —me señala la cara con un dedo —estás llena de chocolate.

Me acerco fugazmente y restriego mi cara en la suya ensuciándole de chocolate a él también. Se ríe como niño, pero mi trabajo no ha terminado hasta que sólo me siento pegajosa y libre de dulce en mi cara. Me pongo de pie caminando hacia atrás sosteniendo la sábana. Harry me lanza una mirada y una sonrisilla de advertencia, pero antes se pasa el dedo pulgar por la mejilla y se lleva un rastro de chocolate a la lengua.

Se levanta despacio caminando hacia mí. No me muevo, estoy sonriendo por dentro porque esto es divertido. Lo prefiero, llamar su atención antes que sentirme abandonada en algún lugar recóndito de su mente trastornada.

Me toma la cabeza con sus manos y con un profundo, largo y salvaje beso se alimenta de mí. Me deja sedienta una vez más, con cada centímetro de mi cuerpo hormigueando de placer y excitación, simultáneamente. Deshace mis manos de mi agarre a la sábana y la deja caer exponiéndome ante la soledad de nuestra intimidad. Volvemos a la habitación, sintiendo el tiempo pasar e ignorándolo.

Es temprano, pero la alarma sigue durmiendo a pesar de los rayos del sol gritando los buenos días. Yo descanso la cabeza en el pecho de Harry que sube y baja despacio. Me acaricia la espalda con sus dedos. Observo con curiosidad la tinta que rodea gran parte de su piel.

— ¿Sabes? Nunca te he preguntado sobre el significado de tus tatuajes. —Alargo la mano y rozo despacio la mariposa emprendiendo un vuelo eterno y congelado en su abdomen.

—Tengo muchos, ¿cuál quieres saber?

—Todos.

—No recuerdo todos, la mayoría quedó en recuerdos que nunca voy a recuperar. —Su mano se queda quieta sobre mi espalda y es cuando me arrepiento de haber preguntado algo tan íntimo. Quiero saber sus secretos, pero he aprendido que para ello debo ir despacio.

—Está bien si no quieres hablar de ello.

—Quiero contarte todo, Lana. Ya te lo dije. —Me planta un beso rápido en la cabeza. —Bien pues… el barco en mi brazo simboliza aquellos días en mi vida que parecían no tener un balance, movimientos sin final, sin salida, mamá enferma, mi familia al punto del colapso y yo destrozado. Pero la mariposa representa mi libertad, me lo hice cuando terminé mi tratamiento en la clínica. Este —señala el ancla que descansa en la parte superior de una de sus muñecas —fue cuando por fin me sentí en paz. Tú eres esa ancla, incluso lejos hacías que mi vida estuviera perfectamente quieta, pero en un mar de soledad. Me hacías falta a pesar de equilibrarme.

El estómago me da un vuelco. Oh, Harry. Nuestros ojos se encuentran como imanes, radiantes, cubiertos por un cálido sentimiento de paz. Mi pecho burbujea en felicidad y éxtasis.

—Te extrañé. —Le confieso con palabras. —Pero tenías razón, ya habrá tiempo para hablar con los demás.

—Lo sé, cariño.

—Tarde o temprano entenderán que tú me haces feliz. Y nada más.

Léeme {♥}:

por **Buttercup.** Sáb 18 Abr 2015, 6:41 pm

Si alguien sigue leyendo esto, hágamelo saber porque no quiero escribir y dejarlo aquí sin lectores ):

por **Mía Sofía** Sáb 18 Abr 2015, 11:17 pm

Yo, y me encanta tu novela;)

por **lauradflores** Lun 20 Abr 2015, 11:02 pm

Yo todavía sigo acá, leyendo cada capitulo que subes

por **the1975.** Lun 20 Abr 2015, 11:54 pm

Me leí sólo el primer capítulo pero sólo eso me bastó para comentarte. Tenés una habilidad para narrar muy rara, lo digo en el buen sentido. Me refiero a que me cuesta muchísimo encontrar novelas con tramas atrapantes y narraciones decentes. Definitivamente te ganaste una lectora más, y de esas fieles que te esperan hasta meses por capítulos.
Fue bueno encontrarte You make me happy (Harry Styles) - Página 32 1477071114

You make me happy (Harry Styles) - Página 32 1477071114

.
Pam.

por **the1975.** Lun 20 Abr 2015, 11:57 pm

Prometo comentarte cada capítulo, va a ser el mensaje más largo que alguna vez dejé pero sinceramente te lo merecés You make me happy (Harry Styles) - Página 32 1477071114

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por **Buttercup.** Vie 08 Mayo 2015, 10:03 pm

the1975. escribió:Me leí sólo el primer capítulo pero sólo eso me bastó para comentarte. Tenés una habilidad para narrar muy rara, lo digo en el buen sentido. Me refiero a que me cuesta muchísimo encontrar novelas con tramas atrapantes y narraciones decentes. Definitivamente te ganaste una lectora más, y de esas fieles que te esperan hasta meses por capítulos.
Fue bueno encontrarte .
Pam.

Hola, Pam! Waaa, que increíble es encontrar todavía lectoras nuevas a estas alturas xD muchas gracias enserio, me hace muy feliz leer sus comentarios son un amor<3. Espero encontrarte aquí n_n eres libre de comentar cuando quieras y dar ideas también, por qué no? (:

No he podido subir naaaaaaada por motivos de la escuela yyy es horrible, pero esto continúa así que no se desesperen que pronto llego con algo nuevo<3

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