Re: Professional Dance {NC}

por **Ledger.** Dom 14 Jul 2013, 4:22 am

Claro, hasta el 16.

por **dominika1d** Mar 16 Jul 2013, 6:26 pm

Professional Dance {Capítulo cuatro}.

Narra Ashley Evans:

-¡Ashley vamos! Llegamos tarde. Date prisa- me dijo mi mejor amiga.

-Si piensas que voy a correr, estás muy equivocada Ninna- le contesté mirando mis zapatos. No eran muy altos pero tenían algo de tacón.

-No puedo creer que te pongas tacones para ir a clases, total, luego te los tienes que quitar- bufó.

Yo sólo la ignoré y seguimos caminando hasta que un chico, demasiado lindo, se acercó a nosotras. Era rubio, con el pelo corto y levemente en punta. Unos ojos grandes y marrones, y una sonrisa seductora.

-Bieber, ni te acerques a ella- habló Ninna antes de que aquel chico abriera a boca.

-Cielo calmate, vengo en son de paz- dijo él alzando las manos- Tu amiga es muy linda- volvió a habar y me guiñó un ojo.

Yo sonreí como una tonta enamorada mientras Ninna se enojaba más, y más.

-Vamos, llegamos tarde- le dije a mi amiga antes de que eso terminase siendo la III Guerra Mundial.

[…]

-¿De qué conoces a ese chico?- le pregunté a mi amiga cuando ya la clase terminó.

Según la profesora, lo alumnos de baile moderno vendrán en 30 minutos así que tenemos que cambiarnos ''Para dar buena impresión'', nos explicó Madamme LaRousse. Yo lo veía ridículo, es decir, no nos soportamos.

-Contesta Romannoff- le dije a Ninna cuando vi que no tenía intención de hablar. En eso llegaron los de baile moderno y nos llamó Madamme- te salvas por esta Ninna.

-Chicos, quiero que durante este tiempo que estén juntos, que no será mucho, intenten comportarse como señoritas y caballeros- comenzó la profesora.

-Si, sobre todo ellos- dijo un chico de ballet siendo lo más sarcástico que pudo.

-Callate chico con mallas- contestó uno de baile moderno.

-Callense ya, críos- hablé yo.

-Muchas gracias Evans- me sonrió la profesora. En eso escuché como alguien de baile moderno decía: 'Tuvo que hablar Doña Perfección'

-No hagas caso- me sacó de mis pensamiento mi mejor amiga.

-Cla-claro.

'Doña Perfección', así era como todos me conocían, la perfecta y refinada Ashley, la que nunca rompe una regla ni lleva la contraria, o como yo digo, la manejable Ashley.

-Rubia, ¿vienes?- dijo alguien en mi oído haciéndome estremecer.

Me di la vuelta muy rápido y me encontré con aquel chico rubio. Él me sonrió y creo que todas mis defensas se vinieron abajo. Ninna acababa de irse a habar con una chica de ballet sobre algo, asi que, ¿qué perdía yo?

-Vamos, tu amiga no está- volvió a sonreír. Asentí y sin que nadie se diese cuenta salimos al pasillo.

-¿Qué quie-quieres?- hablé por fin.

-Nada en especial, sólo hablar con una chica linda- con cada palabra que decía se acercaba un paso y, a la ve, yo retrocedía un paso.

-Deberíamos volver, si ves que nos fuimos nos castigarán- dije dando otro paso más y chocando con la pared. Ahora si estaba acorralada.

-No se darán cuenta- el chico se acercaba y se acercaba.

Junto su cara con la mía haciendo que nuestras respiraciones chocaran, juntando nuestras frentes. Deseaba que me besara, no se por qué, solo me lo pedía mi cuerpo. Y cuando creía que me iba a besar, me dio un beso en la mejilla dejándome ahí, con las ganas.

Sigue MiniHazzaLouis.

Lindas siento el retraso pero estuve de vacaciones.
Espero que les guste :)
Un beso

por **dominika1d** Mar 16 Jul 2013, 6:29 pm

Lo siento pero el gif no sale haber si puedo arreglarlo :)

por **Ledger.** Miér 17 Jul 2013, 1:45 am

Professional Dance {NC} - Página 6 961472736

A mi si que me sale el gif c: esta genial, ahora me pongo a escribir.

por **Unloved Angel** Miér 17 Jul 2013, 2:06 am

¡Si! No sabéis las ganas que tenía de continuar la novela. El capítulo me encanta. ¡Dale duro Joker, mi amol!

por **Ledger.** Miér 17 Jul 2013, 2:44 am

Capítulo 005.

- A mi no me jodas, chavala -habló Perrie, mirando a la pequeña muñequita de porcelana como ella la llamaba-, ¿Eres tonta? Te estoy diciente que te pagaré para que note acuestes con mi amigo.

- Tampoco es que lo vaya a hacer -habló la muñequita, poniéndose recta y mirándola con desprecio-, ¿Qué pasa, tienes miedo?

Sí, Perrie tenía miedo. Ese castaño volvería a joderle la vida, parecía ayer cuando se acostaron y se proclamaron "amigos con derechos". Ya era demasiado para ella, ¿qué coño estaba pasando?

- Mira, tía -sigue pronunciando la muchacha que baila ballet-, Tenemos ahora clase, yo que tu dejaría de decir gilipolleces y dejaría que tu "amigo" haga lo que le salga de la punta e su gran nabo.

- Joder, ni que supieras como la tiene.

- No, pero casi.

- ¿A qué te refieres, perra?

- A que podría saberlo. Déjale hacer su vida. Haz la tuya como debe ser.

- ¿¡Ahora me vas a contar a mi como hacer mi vida!? ¡Ja, ja!

- Sería mejor que dejarás de tomártelo todo tan a broma.

- Sería mejor que me harías caso, no es bueno burlarse de mi.

- Vete a vomitar -miró a Perrie sus piernas-, Y luego me cuentas...a por cierto...mi nombre es Ana.

- Perrie Ayleen -se presentaron y se daron la mano.

- ¿Dónde vives?

- En la calle más alejada de la ciudad.

- ¿No jodas que vamos a vivir al lado?

- Quizás, según de donde te encuentres y que quieras hacer.

- Baja hoy al tercero izquierda a las siete.

{...}

- Oye, Louis, ¿qué paso el otro día? -preguntó Niall, sonriendo con picarez a su amigo, que todavía estaba serio.

- ¿Día? Especifica -le dijo Harry mirando su móvil.

- El día en el que se fue a dormir a la casa de Ayleen -rodó los ojos Niall.

- Nada en especial, hablamos y eso... -explicó Louis tumbado en el césped del jardín de la academia de danza.

- ¿Eso? -ambos amigos se metieron en sus pensamientos.

- Sí, eso -Louis recapacitó, cerró los ojos y río-, Pero no follamos, que parecéis gilipollas. Todo el día pensando en eso.

- ¿No eras tu el que decía que estaría bien meterle la polla hasta el fondo a Ayleen?

- Calla, Niall -admitió sonrojado Louis.

- Niall no es virgen, yo tampoco...¿tu? -dijo Harry, volviendo a su teléfono móvil.
- Secreto -respondió.

- ¡Oh, vamos! -Niall grito, harto de que rodeara sus preguntas-, Oye Harry, ¿De qué hablábais Ayleen y tu el otro día en ballet?

- ¿El día de la muñequita de cerámica? -preguntó el ruloso, el contrario asintió.

- ¡Sí, sí! ¡Cuenta!

- Pues sobre una apuesta.

- Me voy a clase, no quiero escuchar esto -habló Louis recogiendo su mochila.

- Creo que te interesara -le respondió Styles pícaro, sonriendo con maldad.

- Venga, suelta -le pidió Tomlinson con curiosidad.

- Si no me follaba a una tía en tres días, hasta el Jueves, pierdo, si no...gano.
- ¿Y qué ganas? -siguió cuestionando Niall.

- Una noche con Ayleen.

- Que capullo.

- Louis, al menos yo ya tengo otra noche asegurada con mi futura mujer.

- ¡Harry, hijo de perra! -gritaron desde la entrada, una voz femenina inundo los tímpanos de los muchachos.

Giraron a ver quien era, y Harry de nuevo esbozó su típica e insoportable sonrisa. Perrie iba con enojo, mojada de tobillos hasta la cabeza. Tiraba agua por los zapatos y su ropa se marcaba en su piel, se pegaba como pegatinas al papel.

- ¿Eres gilipollas o que te pasa? -pregunta Ayleen, agarrando del cuello de la camiseta a su mejor amigo, con el cual alguna que otra vez podía disfrutar de buena compañía.

- Venga, ¿sabes que pasó a noche? Solo me queda hoy o mañana para acostarme con la muñequita según tu, ¿verdad? -a Perrie se le heló la sangre-, Ayer me acosté con Ana.

- Por eso sabía como la tienes de grande -Ayleen se separó de él.

- ¿Entonces cuando quedamos? -preguntó Styles.

- E...en mi apartamento hoy -habló impactada Ayleen.

Sigue: ariadna28

por **dominika1d** Miér 17 Jul 2013, 6:40 am

O.o yo no me resistiría a una noche con el sexy styles :3
Jajaja me encanto aunque la principio estuve un poco perdida pero luego ya entendi toddo :)
Siganlaaa :$

por **Unloved Angel** Jue 25 Jul 2013, 1:41 am

¡O Dios, pero por qué! Por algún estúpido motivo no me di cuenta de que habías subido capítulo. Eres una puta crack. Lo adoro. Me encanta. Me encantas. Pobre Louis, pobre Perrie. ¡Aprovechado Styles! Quiero saber que va a pasar. Tengo una idea en la cabeza. ¿Tú tenías pensado algo? Mensajéame si eso. ¿A ariadna28 ya se le ha pasado el turno no? Le toca a Anny creo...

por **Ledger.** Jue 25 Jul 2013, 1:54 am

Anny esta en examenes, y Ari no comenta, así que ¡siguienteee! ~~La puta crack eres tu, Anna~~

por **Unloved Angel** Jue 25 Jul 2013, 2:02 am

Pues eso, me pongo a escribir capítulo. Professional Dance {NC} - Página 6 2841648573

por **Ledger.** Jue 25 Jul 2013, 2:03 am

¡Bieeen! ~~Adoro tus capítulos~~ Professional Dance {NC} - Página 6 2841648573

por **Unloved Angel** Jue 25 Jul 2013, 7:37 am

Capítulo 006.

Mastica despacio. Desganada. Apenas ha probado la tostada de mermelada de melocotón que tiene delante. Un sorbo de café y vuelve a masticar. Suspira. Qué distinto está siendo el viaje a Londres a como lo había soñado. Cuando era una niña, era su gran ilusión. ¡Cuántas veces se lo pidió a sus padres! Y ahora que está allí, solo le apetece llorar. Pero a Ana le toca sacar fuerzas de donde no las tiene. Por su familia. No deben verla mal, no sería justo para ellos.

Valentina, en cambio, está muy sonriente. La italiana sí que se lo está pasando bien. Ana ya no es una cría. Acaba de cumplir los diecinueve. Y ya ha tenido que tomar decisiones importantes. Una difícil elección: estar sola.

—¿Te lo vas a comer? —pregunta Valentina, señalando el cruasán que su compañera no tiene intención de terminarse.

—No. ¿Lo quieres?

La italiana asiente feliz con la cabeza. Pincha con el tenedor el desayuno de Ana y lo deja caer en su plato. Con el mismo tenedor, corta un trozo y se lo mete en la boca. Está riquísimo. ¿Por qué Ana no se lo ha comido? ¿Está a dieta? ¿Quiere adelgazar? No, eso no puede ser. Ana está muy delgada y, además, es la chica más guapa que conoce. Entonces, ¿qué le pasa?

—Espérame un momento, Valen. Voy por un vaso de agua.

Valentina no dice nada y sigue comiendo. Observa cómo Ana se acerca a la barra donde está el bufé y ella misma se sirve agua de una máquina en un vaso pequeño de cristal.

—Veo que no te gustan las tostadas de mi país.

Ana se gira bruscamente y se encuentra a un joven que la mira confiado. Le mira extrañada.

—¿No me recuerdas?

¿Está de broma? No ha visto a ese tipo en su vida... ¡Pero si está en Londres! Allí no conoce a nadie. Aquel tipo va a lo que va. Seguro.

—No. No tengo ni idea de quién eres. Pero he visto maneras más originales de ligar.

—¿Ah, sí? Vaya..., y yo que pensaba que esto de acercarme a ti era original.

Un escalofrío sacude a Ana. ¿Qué intenta?

—Pues mira, no es la primera vez que me pasa —dice muy seria. Pero aquel descarado sigue teniendo algo que le suena.

—Normal. Eres una chica muy guapa. Te pasará a diario.

—Mira..., no estoy interesada.

Ana se levanta y hace un gesto a Valentina para que la siga. La italiana la mira extrañada, pero también

se incorpora de su asiento. Van a marcharse, pero el chico se anticipa y se coloca en su camino.

—Tranquila, tranquila... No era mi intención molestarte. De verdad. Te pido disculpas.

—Vamos, Valen. Nos están esperando.

—Entonces, ¿no quieres saber de qué nos conocemos?

—No. Aparta, por favor.

—De verdad que no quería molestar.

—Vale. Perdonado. Ahora, ¿nos dejas irnos?

El chico sonríe y se echa a un lado.

—Gracias.

Y, caminando deprisa, Valentina y Ana salen de la cafetería sin saber quién es aquel atrevido muchacho. No tardarían mucho en tener una respuesta acerca de su identidad.

[...]

Tiene que volver a las clases. Aunque, al ser por la tarde, a Ana se le hace mucho más pesado. Es su primer día, y si no puede aguantarlo, tendrá que pensar seriamente en renunciar a su sueño. Quizás es mucho para ella.

Están haciendo estiramientos. Madame Larousse no ha querido avanzar respecto a la coreografía, puesto que este año trabajarían con los chicos de baile moderno.

Toc, toc.

Llaman a la puerta del estudio. No querían repetir la escenita de esta mañana. Seguidamente, varios jóvenes entran a la sala de baile. Uno de ellos bastante sonriente. Ana se da cuenta en seguida de su presencia. Sus mejillas se sonrojan instantáneamente.

—Hola —saluda alguien, cortésmente.

La chica se queda boquiabierta. ¿¡Qué hace el chico de la cafetería allí!?

—¡Tú! ¿¡Eres tú!?

El joven se coloca la cinta de la cabeza y y mueve la cabeza para peinarse un poco.

—¡Por fin! Te ha costado, ¿eh?

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo me has encontrado? ¿Me persigues o algo?

—Más o menos.

—¿Qué?

—Perdona. Debo tener cuidado con lo que digo. Eres muy susceptible.

—¡Y tú un descarado!

—En eso quizás tengas razón —responde el muchacho, haciendo una mueca con la boca y mirando hacia arriba. Pero enseguida vuelve a sonreír—.

La chica resopla. ¡Qué cara más dura!

—¿Qué pretendes?

—Ya te lo dije ayer. Me gustaría cenar contigo.

—¿Qué?

—¿No lo recuerdas?

¿La está tomando el pelo? ¡Si ayer ni siquiera se conocían!

—¿Qué quieres?

—Ya te lo he dicho. Cenar contigo.

—No.

—¿Hago reserva para esta noche?

¡Menudo capullo! ¡Tiene un morro que se lo pisa!

—No voy a cenar contigo. ¿Qué haces aquí? ¿Estás en baile moderno?

—Desde hace ocho años preciosa.

—Ah.

Ana se queda un instante pensativa.

—Entonces, ¿cenarás conmigo?— pregunta él, rompiendo el silencio.

—No, no voy a cenar contigo.

—Bueno, lo volveré a intentar. Tengo tiempo.

El muchacho, sonriente, se gira ante la mirada atónita de Ana. Aquella conversación ha sido completamente surrealista.

—Oye, ¿cómo te llamas? —pregunta cuando él está de espaldas.

El joven, sin volverse, responde:

—Harry. Ya nos veremos, Ana.

Y, sin dar más explicaciones ni esperar una contestación, se aleja victorioso, estando casi seguro de que la apuesta estaba ganada.

[...]

Ana protesta en voz baja y camina hasta la salida del polideportivo. No le apetece quedarse a entrenar, ya que muchas de las chicas lo han decidido. Lo que desea es irse al apartamento a comer y descansar en la habitación. Además, se ha levantado un viento bastante desagradable que anuncia lluvia.

—Hola. —Le sorprende una voz a su espalda.

Da un pequeño gritito y se encuentra con Harry. Se ha cambiado de ropa. Ahora lleva puesto unos pantalones negros a conjunto con una camisa algo ajustada.

—¿Otra vez tú? ¿Qué pasa, es que me sigues? —pregunta molesta.

—¿No hemos tenido esta conversación antes? —contesta, mirando hacia arriba, haciendo que piensa.

—No empecemos...

—¿Siempre estás a la defensiva? ¿Es por las tostadas, verdad? Churros. Querías churros. Debí imaginarlo.

Ana se cruza de brazos. No tiene ganas de hablar con aquel caradura. Pero, sin saber por qué, se le escapa media sonrisa. Cuando se da cuenta, enseguida vuelve a ponerse seria.

—No quería churros. Estaba todo muy rico, gracias.

—No es molestia.—responde sarcásticamente.—Bueno, ¿cenas conmigo esta noche?

«¡Qué tío más fresco!», es lo primero que se le ocurre a Ana.

—Ni en sueños.

—Pues es curioso, pero anoche soñé que cenábamos juntos.

—¿Sí? ¿Era yo o era otra?

—Eras tú. ¿Cómo voy a pensar en otra después de haberte conocido?

«¡Bah! No se lo cree ni él...Esa táctica de ligar con ella no resulta. Este inglés no sabe con quién está hablando», piensa Ana.

—Mira, Harry...

—¿Entonces no cenamos? —insiste Harry, que camina a su lado.

—No.

—Bueno.

El chico se separa de Ana y desaparece por un pasillo de la izquierda. «Menudo personaje», piensa. ¿Por qué insistirá tanto? ¿Es que no sabe aceptar una negativa por respuesta? Físicamente, no está mal. Pero ella no está ahora para otras historias.

Un trueno sacude el cielo de Londres. Ana mira el móvil para ver la hora que es pero no tiene batería. Mierda. Valentina es la única que tiene llave, y si no llega pronto, seguro que se queda dormida. Pero con esa lluvia es imposible salir de allí. Espera varios minutos sentada en las escaleras del polideportivo. La lluvia sigue arreciando y no parece que vaya a amainar.

—¿Quieres que te lo deje?

Es Harry. Sostiene en las manos un paraguas. Lo acaba de "coger prestado" a uno de sus compañeros de baile.

—Gracias, es un detalle.

—Pero antes... —El chico se esconde el paraguas detrás de la espalda—. Promete que cenarás conmigo esta noche.

—¿Qué? ¡Ni hablar!

Otro trueno. La lluvia cae con más fuerza sobre Londres.

—Vale. Pues me voy.

Harry abre el paraguas y se aleja silbando. Ana suspira. No le queda más remedio.

—¡Espera! —grita Ana—. ¡Harry, espera!

El chico se da la vuelta y sonríe.

—¡¿Qué?! —pregunta desde lejos

—Está bien, cenaré contigo esta noche...

—¡¿Quéeee!? ¡No te oigo!

—¡¡¡Que cenaré contigo esta noche!!!

Harry sonríe y regresa.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

—Bien, pasaré por ti a las nueve. —Y le entrega el paraguas a Ana de la mano.

La joven resopla. ¿Lo tenía todo planeado?

—Vale.

—Bien. Entonces hasta la noche.

Se acerca para darle un beso en la mejilla pero Ana retira la cara. Éste se encoge de hombros.

Y Harry se marcha.

[...]

Toc, toc.

Ana abre la puerta. Lleva unos vaqueros gastados y una camiseta blanca que pone «I love London», que compró ayer. Harry, sin embargo, se ha vestido con una bonita chaqueta gris, una camisa azul y unos pantalones casi del mismo color que la chaqueta. Mocasines. No lleva corbata pero está muy guapo.

—¿Vas a venir así a cenar? —pregunta él, mirando a la chica de arriba abajo.

—Claro, ¿qué creías? ¿No vamos al Ritz, no?

—Sí. Si me parece bien... —responde con una sonrisa.

—Pues vamos.

La chica coge el bolso, la tarjeta-llave de la habitación y cierra la puerta.

—De todas formas, no iremos muy lejos.

—No pensaba ir contigo muy lejos. De hecho, creía que tomaríamos cualquier cosa en alguna cafetería de por aquí.

—Está claro que no me conoces.

—Por eso mismo.

Los chicos caminan por una alfombra hasta llegar al ascensor. Ana se sorprende cuando Harry pulsa el botón para subir. Se habrá confundido. La puerta se abre y entran. Están solos, acompañados de una molesta musiquilla de fondo.

—¿Adónde vamos?

—A la última planta —dice, y pulsa en el número nueve.

No se ha equivocado. Van hacia arriba. Ana no comprende nada.

—¿Y para qué subimos allí?

—Ahora lo verás, impaciente.

—No soy impaciente. Es que no me fío de ti.

—Pues estamos solos, encerrados en un ascensor. Es tarde para desconfiar de mí, ¿no crees?

La chica no responde y observa cómo los números de los pisos se van iluminando conforme van subiendo. Un timbre anuncia que el ascensor ha llegado a su destino. Novena planta. La puerta se abre y la pareja sale, él delante. Ella, expectante, detrás.

—Sígueme, por favor.

La chica obedece sin decir nada. No está segura de lo que pretende, pero ha despertado su curiosidad. Caminan por el pasillo de la planta. Todo está muy tranquilo. No se escucha nada. Y llegan a una habitación, donde se detienen. Harry saca una llave de su bolsillo y la engancha a la cerradura. La puerta se abre. Sonríe e invita a Ana a que pase primero.

—Adelante —dice, haciendo un gesto con la mano para que entre.

La chica lo mira a los ojos, llena de dudas, pero está intrigada. Entra en la habitación. Aquello es enorme. No es una habitación cualquiera, es mucho más grande que el suyo. Lo primero que se encuentra es un pequeño salón, con un sofá y una mesita de cristal, antesala de otro salón mucho más grande, repleto de muebles de época.

Incluso hay un piano. Ana camina asombrada por la habitación. Está impresionada. Nunca había estado en un sitio así. El cuarto de baño también es gigantesco, con espejos por todas partes. Y un yacusi.

—Si quieres, luego nos damos un baño —sugiere Harry.

—¿También forma parte de tu sueño?

—No. Eso no lo he soñado todavía. Dame tiempo.

No tiene arreglo. Ana sonríe irónica y sigue caminando. Sale del baño y entra en el dormitorio. Es precioso. Está adornado con exquisito gusto.

—¿Cómo has conseguido que te dejen estar aquí? —pregunta la chica mientras roza con sus dedos uno de los velos que cubre la cama.

—Muy sencillo. No pidiendo permiso.

—¿Qué?

—Así tendremos la habitación para nosotros toda la noche.

—¿Estás loco? Además, no me voy a quedar aquí toda la noche. Solo voy a cenar contigo.

—Bien, pues aquí está nuestra cena.

Harry coge a Ana del brazo y la lleva hacia la mesita del salón. No es de restaurante, pero está bastante bien ¡Flop! El corcho de la botella salta por los aires y la espuma del champán cae en cascada. El chico agarra dos copas y las llena de champán. Entrega una a Ana y se queda con otra, que pone encima de la mesa.

—¿Vamos a beber champán para cenar?

—Sí. ¿No te parece bien?

—Preferiría no tomar alcohol.

—Como quieras. ¿Llamo al camarero y te pido una botella de agua o un refresco?

La chica pone los ojos en blanco, pero finalmente coge la copa y la lleva hasta sus labios.

—¡Espera! ¡Para! —grita Harry.

—¿Qué pasa?

—Tenemos que brindar primero.

Ana resopla, pero acepta.

—¿Por qué quieres brindar?

El chico medita un instante, luego mira a su acompañante a los ojos y sonríe.

—Por el baile y esta maravillosa cena.

Chin-chin. Y de un trago se toma la primera copa de champán de la noche.

[...]

—¿No queda más? Tengo sed.

Ana coloca la botella de champán boca abajo y la agita con virulencia. Una escuálida gota cae sobre la mesa. Es la última.

—No, no queda más —responde Harry, sonriente—. Trae, que la vas a romper.

Y le arrebata la botella para meterla en la cubitera.

—¡Jo! ¿Tanto hemos bebido?

—Bueno, casi todo te lo has bebido tú.

—¡Qué mentiroso!

La chica se levanta de su silla. Está mareada. La cabeza le da vueltas. ¿Qué le pasa? No recuerda haber tomado tanto champán. Cuatro, cinco, seis copas, como mucho. El mareo aumenta con cada paso que da. ¡Uff! Lo mejor es sentarse. Tambaleándose, llega hasta un sofá en el que se deja caer. Estúpido inglés. Seguro que le ha colocado algo en su copa.

—¿Te encuentras bien? —pregunta Harry, que también se ha puesto de pie y se dirige al sofá en el que Ana está sentada.

—Perfectamente. Nunca he estado mejor.

—Ya.

El chico se sienta a su lado y se le queda mirando a los ojos. Luego sonríe.

—Y tú, ¿qué miras?

—A ti. Me gustas.

—¡Qué dices! ¡Estás fatal, muchacho!

—¿Qué pasa? Habrá millones de tíos a los que les gustas.

—Psss.

Ana comienza a sentirse peor. Cierra los ojos. Todo le da vueltas. Pero los vuelve a abrir de golpe, cuando nota el aliento de Harry demasiado cerca.

—¡Hey, tú, inglesito!, ¿qué haces?

—Nada —responde con una sonrisa.

Sus bocas están muy cerca. Excesivamente cerca.

—Mira, tío... No... pienso hacer... nada contigo —tartamudea.

—¿No? ¿Ni un beso?

—¿Estás mal de la cabeza?

—¿Me creerías si te digo que me he enamorado de ti?

Ana suelta una carcajada. ¿Qué está diciéndole? ¿Habla de amor? Vuelve a cerrar los ojos. Y los abre otra vez repentinamente.

—¿Qué quieres, Harry?

—A ti. Pasar la noche contigo.

—¡Ja!

—¿No te apetece?

La chica no responde. ¿Por qué se siente cada vez más débil? Las piernas le flaquean y los párpados le pesan muchísimo. De nuevo cierra los ojos, pero esta vez no los abre a continuación.

—¿Ana?

—¿Qué?

—¿Puedo besarte?
Pero esta no responde. Se echa hacia atrás. Su cuello se vence hacia un lado. Harry recoge su cabeza con una mano y la besa. Al principio, ella no responde. Simplemente, se deja hacer. Nota los mojados labios del chico en su boca. Sabe a champán. Y decide inconscientemente seguir el juego. Nota su lengua dentro, cómo roza con la suya. Percibe sus manos, cálidas, explorando bajo su camiseta.

—¿Qué..., qué haces..., Harry? —pregunta, sin abrir los ojos.

—Nada. —Y le da un beso en el escote—. No hago nada.

Los besos van y vienen por todas partes. A Ana su cuerpo cada vez le pesa más. Y la cabeza no para de darle vueltas. No sabe muy bien qué está pasando. Cada vez le cuesta más permanecer consciente. Pero ¿lo está?¿Está consciente?

Abre muy despacio su ojo derecho. Ve borroso. Harry está sobre ella, tumbado encima. Lleva el torso desnudo, aunque conserva los pantalones. Vuelve a cerrar el ojo entreabierto. ¿Es un sueño o es la realidad? El chico ayuda a que Ana se tumbe completamente en el sofá. Rendida. Luego desabrocha sus vaqueros y los baja poco a poco, deslizándolos por sus largas piernas. Harry besa sus muslos. Su cadera. El borde de sus braguitas celestes. Ana ya no siente nada. No sabe qué hace ni qué está haciendo él. El chico está excitado. Está a punto de quitarle la ropa interior.

—¿Quieres que pare?—pregunta, mientras jadea.

Pero no obtiene ninguna respuesta. Ana gime y su respiración cada vez va más rápida. ¿Qué está pasando?

Una vez más, abre el ojo derecho. Harry sostiene en las manos su sujetador. ¿Por qué lo tiene él? ¿Qué demonios está pasando? ¿Eso quiere decir que está desnuda? ¿Por qué?

Sin saber de dónde, Ana saca fuerzas y abre los dos ojos al mismo tiempo. ¿Qué está haciendo? ¿Van a...? No. No. No quiere, no puede hacerlo. Ahora no. Habla, pero sus palabras no tienen sonido. No.

—Soy...

Intenta decirle algo. Pero ¿por qué le cuesta tanto hablar? ¿Por qué está tan mareada? Harry la besa en la boca y le muerde el labio. Está desatado. Va a acostarse con aquella preciosa chica española en la que se fijó hace unas cuantas horas. Bonita presa para un depredador como él. Ninguna se le resiste. La apuesta está ganada. Sonríe y saca un preservativo de uno de los bolsillos de sus pantalones. Luego se los baja. Y rápidamente, también desaparecen sus bóxers.

—Soy... virgen —suelta por fin Ana.

La luna se esconde detrás de una nube blanca, tapando su brillante aureola.

Mañana volverá a llover en Londres.

Siguiente: lAndrea

por **Ledger.** Jue 25 Jul 2013, 2:55 pm

¡Annaaaa! Dame clases para escribir tan genial como tu, pr favor te lo pido.
Maldito Styles, ahora me tendré que acostar con él ~~de nuevo creo que nuestros personajes seran super amigas en otra novela, ains, ¡síiii!~~ ¿Te ha violado o soy yo? Mm...eso me ha dado para pensar Professional Dance {NC} - Página 6 961472736

Necesito dormir, pero no duermo, ¿qué me aconsejas? Necesito ayuda y dormir.

por **AnnyStylesHoranJonas** Jue 25 Jul 2013, 10:23 pm

Holoa chicas yo pense que la novela no sehguia me popndre al dia

hola!!!

por **Ledger.** Vie 26 Jul 2013, 1:13 am

~~El avatar de Anni~~ Professional Dance {NC} - Página 6 2841648573

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