Si hay amor, hay dolor; si hay dolor, hay venganza y, si hay venganza, estoy yo.

CAPÍTULO 1

--¿Ahora se supone que soy una pérdida de tiempo? -preguntaste a medio grito, con el rostro enrojecido de cólera y las venas marcandose en tu cuello.
--Estas exagerando, ____ -dijo Liam con sus ojos avellanas brillando entrecerrados.
--Claro, siempre soy la melodramática, ¿no? -exclamaste con sarcásmo y haciendo un movimiento al cielo con tus manos.
--Relájate, ¿quieres?
--No lo pienso hacer. Ahora tienes lo que hay que tener y me contestas -dijiste enfadada.
Esta era tu vigésima novena con él en los siete meses de vuestra amistad de mejores amigos. Tú le gritabas fuertemente. Te había llamado pérdida de tiempo. Liam se limitó a mirarte, con la parpable mirada de que explotaria en cualquier momento que tan bien conocias.
--No empieces -advirtió con los dientes apretados y la mandíbula tensa.
--Contestame, coño.
--¿Sabes? Estarias mejor sin mi -murmuró de repende.
Aquello fue la gota que pudo colmar el vaso y, lo hizó. Le miraste con el odio acumulado y le dijiste:
--Deja el puto cuentencito de: "Soy malo. Estariais todos mejor sin mi" -estabas harta de ese tema-. "Mejor dejemos de ser amigos. Serás más feliz" porque sé cuando soy feliz, ¿entiendes? Esto harta de tu mierda discurso -repusiste con la vena del cuello hinchada.
--Vete a la mierda, puta bocazas -gritó explotando-. No me vuelvas a hablar en tu puta vida.
Después, se marchó de tu casa, cerrando de un portazo.
Te quedaste muda, en el umbral de la puerta y con las palabras: "Bocazas", "Pérdida de Tiempo" y "no me vuelvas a hablar en tu puta vida" en la cabeza. No sabias lo que habias hecho. Esta era una discusión como otra. Creías que esta discusión iba a tener una bonita reconciliación porque siempre la tenía. El estómago te dió un tirón, recordándote que tenías mucha hambre. Te limitaste a observar la puerta y a parpadear en la oscuridad. Las lágrimas rodaban por tus rosadas mejillas y los cortes de tus brazos comenzaban a picarte. ¿Aquello iba enserio? Meneaste la cabeza y subiste hasta tu cuarto, destrozada. "Las palabras duelen más que una bala" te había dicho Liam hace tres meses. Tu sabias más que nadie que eso era cierto. Esa era tu principal defensa. Entraste en tu habitación y te acurrucaste en la cama. Seguías llorando. Recordabas la pelea. Todo había empezado por un comentario de una amiga. Tú necesitabas saber una cosa. Él se había metido por medio y, entonces, sabias que acabariais discutiendo.

~Flashback~

--En fin. Sin comentarios... -había comentado Liam.
--¿Qué?¿Ahora vas a venir diciéndome como debo de mostrar mis afectos cariñosos a la gente que quiero? -murmuraste enfurruñada.
--Joder pues vaya forma de demostrar, puta asquerosa
--¿Puta asquerosa? -repetiste sin poder creer lo que acababas de oir-. Metete tu puto insulto por el culo que nadie te ha pedido tu dichosa opinión.
--Sólo te demuestro lo que te quiero -dijo burlonamente levantando las manos.
--Vete a la mierda, ¿vale? -djiste enfadada-. Que yo no he insultado a nadie. Pero bueno, sigue a tu puto rollo que es lo que haces siempre. Anda, a ignorarme como siempre.
--Sí, mejor. Asi no pierdo más el tiempo -replicó.
Eso te había dolido. Era un golpe bajo y, estallastes:
--¡SI SOY UNA PÉRDIDA DE TIEMPO, ¿POR QUÉ COÑO ME HAS AGUANTADO DURANTE ESTOS PUTOS MESES Y NO ME HAS DEJADO CLARO LO PÉRDIDA DE TIEMPO E IRRITANTE QUE SOY, LISTILLO?
Él te miró con fuerza y dijo:
--Si no sabes a lo que me refiero callate la boca.

~Fin del Flashback~


Acurrucaste tu cabeza en la almohada y cerraste los ojos, recordándo la furia y las palabras tan dolorosas que te decía. El sonido de tu teléfono te saco de tus lúgrubes pensamientos. La pantallita azul iluminaba tu cara y tenias unas enormes ganas de coger algo punzante y cortarte de nuevo.
--¿Diga? -preguntaste lentamente, ahogando un sollozo.
--¿___? -dijo Jade desde el otro lado del teléfono.
--Si -contestaste.
--¿Qué te pasa? -preguntó.
--Lo de siempre.
--¿Qué ha pasado? -preguntó preocupada tu amiga.
Sorbiste tus mocos y parpadeaste.
--He discutido con Liam -contestaste.
--¿Otra vez?
--Si.
--¿Qué ocurrió?
--Lo de siempre -murmuraste jugando con el dobladillo de la camiseta.
--¿Qué es lo de siempre?
--Pues... yo la bocazas y... he dicho cosas que tal vez no debería de decir y... bueno, pues eso.
--¿Seguro que se solucionará, ___. Siempre acabais solucionándolo.
--No lo creo -replicaste poco optimista-. Esta vez no.
--¿Por qué?
--Me ha llamado pérdida de tiempo, bocazas y me ha dicho que no le volviera a hablar en la puta vida. Creo que esta vez no vamos...
--¿QUÉ TE HA DICHO QUÉ? -gritó tu amiga dejándote sorda.
--Jade...
--No. Jade no. Ese tipo me va a escuchar -dijo furiosa y colgó.
Miraste el teléfono y te preguntaste en voz alta:
--¿Qué mierdas he hecho?


·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°·°

Te despertaste con un descomunal dolor de cabeza. Te daba todo vueltas y te sentias completamente mareada. No tenias hambre y tampoco sueño aunque colosales ojeras se asomaran debajo de tus ojos. No tenias ganas de levantarte e irte a la reunión que tenias con tus amigas. Te decidiste por removerte en la cama y teclearle un mensaje rápido a Mary:

Mary, no me encuentro nada bien. Creo que me voy a quedar en casa. Sorry :(
___

Dejaste el teléfono en tu mesilla y observaste el techo. A los pocos minutos el zumbido de que recibias un mensaje te sacó de tus pensamientos. Agarraste el aparato y lo leiste:

De acuerdo. Mejorate!
TeQuiero
Mary

Suspiraste y te acomodaste en la cama. Estabas decidida a morir por él. [/color]