Always love you, {Logan Henderson y tú}

Luces de varios colores, humo, gente besándose descontroladamente en los sillones del living, los cuartos y baños repletos de parejas buscando donde tener sexo, alcohol en las barras y quién sabe si drogas, en pocas palabras, fiesta de adolescentes. Me abrí paso entre la multitud de jóvenes en medio de la pista que bailaban de una forma no muy decente, se podría decir que se estaban violando con ropa. Las luces me impedían ver por dónde estaba caminando, por lo que se me hacía difícil mantenerme en pie sin tropezar con nada. Por suerte, yo sabía cuándo parar de tomar, sabía mis límites; era limitarme o despertar mañana en quién sabe dónde, con quién sabe chica, luego, me vendría el sermón de Kendall, la sopa recuperadora de James y las bromas constantes de Carlos. Hasta que por fin, divise la espalda de James y Logan entre la multitud de ebrios sin control.

— ¡Hey James! —Grité debido al alto volumen de la música y le tomé el hombro haciendo que volteara.
— ¿Qué pasa, Loggggggie? —Yo me reí muy fuerte debido a su estado—. ¿Queeeee? Yo estoy bi-bien —Afirmo señalándose.
— ¿Y los chicos? —Inquirí un poco extrañado mientras recorría el lugar con la vista y él se rascaba la nuca, indicándome que no sabía mucho.
—Kendall esta por allá —Señaló un rincón del living donde estaban Kendall y una chica hablando— Y Carlos salió hace un rato, creo que estaba hablando por teléfono.

No me sorprendió nada ver a Kendall hablando con esa chica, él siempre ha sido así, el típico casanovas de la preparatoria, aunque yo también lo era algunas veces, pero el se excedía. El tendría relaciones hasta con una escoba con peluca, por así decirlo. Pero esta vez había algo diferente en esa chica... No es que me gustara ni nada, pero a Kendall se le veía muy feliz con ella; parecían 2 mejores amigos que no se habían visto en años y ahora estuvieran platicando de su vida personal en una fiesta, tendría mucho que contar después.

El que sí me preocupaba era Carlos, ¿que estará haciendo?

— ¿Me acompañas a ver dónde está? –Demandé algo impaciente por saber que tenía Carlos.
— Claro —Acepto haciéndome una reverencia, yo solo reí. Sí que estaba ebrio.

James y yo nos adentramos en medio del montón de gente eufórica tratando de buscar una salida, hasta que llegamos a la puerta de la cocina, tratando de ignorar a un par de chicas que estaban excediéndose de movimientos arriba de una mesa. Traspasamos la puerta de la cocina y llegamos a una noche fría y silenciosa. James y yo nos escabullimos tratando de no hacer mucho ruido en cuanto vimos a Carlos tirado boca abajo en el césped.

— ¿Qué tienes, Carlos? —Pregunte preocupado por su estado, mientras me arrodillaba a su lado para consolarlo.
— ¿Qué te pasa Corlosss? —Cuestiono James alarmado haciendo énfasis al nombre de Carlos, tambaleándose, inconsciente de lo que acaba de decir.
—Alexa… —Susurró Carlos con los ojos cerrados—. Está en el hospi-pital —Tartamudeo, para luego romper en llanto.
—Vamos, James, ayúdame a cargar a “Corlos” —Decidí haciendo comillas con los dedos, a lo que el rió levemente.

Tomamos a Carlos entre los dos y lo llevamos con paso lento y torpe hacia el auto. Abrí la puerta de los asientos de atrás y entre James y yo lo metimos ahí dentro. Una de las cosas que no me entraban en la cabeza era Alexa en el hospital, ¿que haría ella ahí? lo mas probable es que se hubiese tropezado con algo en su casa o quizás se cayó de su cama.

—No te muevas de aquí, James —Ordené señalando el puesto de copiloto, el asintió—. Iré a buscar a Kendall.

Apresuré el paso de nuevo hacia al living, hasta que se me cruzo la persona a quién menos deseaba ver en estos momentos.

— Logan, cariño —Saludo dándome un beso en la comisura de los labios– ¿Hacia dónde vas tan apurado? –Inquirió pasando la lengua por los labios.

Zorra. Fue lo primero que pensé.

—Quítate de en medio, Trisha. No estoy para tus jueguitos —Exprese cortante, mientras la apartaba cortésmente de mi camino.

Traspase la puerta de la sala principal, y lo primero que vi fue a Kendall un poco desanimado hablando con el bar ténder.

—Amigo, tenemos que irnos —Avisé jalándolo hacia la puerta principal.