LA CHICA EN LA VENTANA

por **Maruv99** Mar 14 Oct 2014, 5:22 pm

Nombre: La chica en la ventana
Autor: Maruv99
Adaptación: No
Género: Drama / Romance
Advertencias: Podría contener lenguaje vulgar con contenido fuerte.
Otras páginas: No

La vida eso que se nos pasa mientras nos preocupamos por el futuro, irónicamente yo era una de esas, hasta que bueno ocurrieron una serie de acontecimientos que me llevaron a suprimir mis deseos de soñar, ahora sólo me limito a sentarme en mi ventana, intentando que mi mente permanezca en blanco mientras observo cómo los carros pasan de un lado a otro, cómo pasan las personas caminando sumidas por completo en sus pensamientos, algunos sonríen a la nada, supongo que es por un buen recuerdo, otros simplemente pasan con la cabeza gacha, las manos en sus bolsillos y la vista agachada, mientras otros tantos pasan apurados sin darse cuenta que están tan concentrados en ver hacia adelante que omiten las cosas que están ocurriendo a su alrededor, y finalmente estoy yo, una chica de piel blanca, cabello color castaño el cuál preferiría teñir de rubio, delgada para muchos y sin embargo está un poco desconforme con su cuerpo, de ojos café, que se sienta en su escritorio junto a un pequeño oso al cuál decidió nombrar Josué, junto a su Ipod a escuchar canciones de Jack Jhonson mientras, el viento sopla contra su rostro, a observar todo a su alrededor, aunque ciertamente a veces es imposible no soñar o imaginar en cuán diferente sería la vida si pudiese salir, de las cuatro paredes que conforman mi habitación, cómo sería si pudiera salir con sólo un pedido de él, si entiendo ¿quién es él? Bueno pues él lo es todo para mí, un chico delgado que también considera que esta gordo, con un corte que por lo general no suele quedar cómo le gusta y a pesar de eso sigue asistiendo al mismo peluquero, un chico amante de la Juventus FC, ese chico que conocí gracias a una cuenta robada y luego devuelta tras insistir infinidades de veces, ese extraño con el que me dedicaba a hablar día tras día,que poseía esa increíble capacidad de comprenderme, y sacarme una sonrisa aún en el peor momento, aquel chico que me hacía sentir segura con unas pocas palabras y que me ayudo a ver el mundo desde otra perspectiva haciéndome ver que aún en los días grises puede ocurrir algo bueno, que su inteligencia es "superior" a la de muchos pero nunca la demostrará pues el clavo que sobre sale es el que recibe el martillo, y que aún cuándo creas que se ha ido te sigue cuidando de cerca, yo soy su pequeña, esa que apenas comienza a comprender cuáles son las reglas de la vida, que comienza a dejar los miedos a un lado, que poco a poco comienza a madurar y observa cómo su infancia se aleja, que le teme a crecer pero al mismo tiempo anhela con ansias su independencia, esa pequeña que le pertenece a un extraño y no importa cuánto se alejen uno de otro pues tarde o temprano sus vidas vuelven a coincidir aún cuándo parece que es el fin.....

por **Maruv99** Dom 19 Oct 2014, 5:21 pm

Capítulo I:

Aún sigo esperando que alguien más decida irse, me pregunto si es porque estoy predestinada a que cada persona que pase por mi vida deba irse tarde o temprano o si simplemente de tanto creer eso, ocurre, ¿será que el día que cambie mi manera de pensar mi vida comenzará a ser distinta? Por ahora se ha limitado a ser un asco, salvo por algunos momentos en los que he tenido un pequeño respiro de felicidad y paz, momentos en los que he decidido dejar a un lado mi escepticismo hacia el amor y creer que al final del día a alguien le importas lo suficiente como para notar tu ausencia en caso de que no pudieses compartir con ellos una vez más, mis padres a veces me dicen que debo ser más expresiva pero por más que me gustaría serlo no puedo, soy mala para expresar mis sentimientos la única forma que tengo para hacerlo es escribir, no me gusta que me vean llorar, odio a sobremanera la compasión y la lastima o la típica pregunta de ¿te encuentras bien, qué te ocurrió?, cómo me exaspera eso, así que prefiero tener una sonrisa así me esté muriendo por dentro.

A veces me gusta observar a las personas y no es porque sea una asesina que anda al acecho de una víctima, similar a un depredador que observa sigilosamente escondido entre la maleza a su próxima presa esperando el momento preciso para atacar, simplemente me gusta pensar en lo que pasa en su vida, si se encuentran felices, o por el contrario padecen de dolor y enojo, quizás no sea buena expresando mis sentimientos, pero si me importas puedes estar seguro de que cada éxito o problema que tengas lo tomaré cómo propio, aunque aún intento saber si eso es algo positivo o más bien negativo, pues me involucro tanto que suelo salir afectada, pensar que todo es tan sencillo cuándo somos niños, pues cuándo crecemos nos damos de cuenta que hacer un hermoso paisaje y colorearlo evitando salirnos de las líneas no es un gran problema realmente, cuándo nos vamos llenando de responsabilidades y nos damos cuenta de que esos días ya no volverán, pues no existe el viaje al pasado. Por otro lado están esas inevitables discusiones con mis padres supongo que a de ser un efecto colateral al estar creciendo y sentir que eres dueño del mundo y luego darte cuenta que no eres dueño ni de tu celular, ese momento en el que tienes libertad para algunas cosas pero para otras muchas aún eres muy pequeño, cuándo conocí a Fabrizio siempre me pareció demasiado liberal y arriesgado al mismo tiempo, aunque no tengo argumentos válidos para juzgarlo pues tantas veces que me dijeron que no debía hablar con extraños por Internet y aun así lo hice, comencé a hablar con alguien que se hacía pasar por otra persona, no sé si fue porque tenía esperanza de que realmente fuera quién decía ser o porque simplemente decía lo que yo necesitaba escuchar, el punto es que por alguna extraña razón silencie a mi conciencia y decidí seguir hablando con esa persona tras el monitor, parte de mí quería ser cómo una detective y descubrir quien se ocultaba del otro lado, pero parte de mí simplemente quería alguien que estuviera dispuesta escucharla, y todo se lo debo agradecer a Andrés ese chico de cabello castaño, piel blanca, y ojos azules que a más de una le llamaba la atención y a Bryan pues aunque su intención no fuera precisamente unirme con Fabrizio fue el que lo busco para que le ayudaran a “conquistarme”, irónico ya que las cosas no ocurrieron según el plan, y a todas estás me doy cuenta de que mi mayor temor es la soledad, el temor de un día abrir los ojos y no tener a nadie, pero la soledad es inevitable no importa cuánto nos asuste…

*Flash back*

-¡Mami!-llegue corriendo a brazos de mi madre con lágrimas cayendo por mis mejillas

-¿Qué ocurrió mi niña?- pregunto mamá mientras me abrazaba y pasa con cariño una mano sobre mis pequeños rizos amarrados con dos colitas que por lo general solían quedar mal una más arriba que la otra- no llores Maru- mientras me mecía lentamente intentando tranquilizarme

-Es que Diana me dijo que ya no íbamos a ser amigas-dije aun llorando intentando hablar lo más claro posible pues mi voz se entrecortaba por el llanto- y yo no quiero estar sola en el colegio porque Oscar y sus amigos se meten conmigo y me dice que soy fea y una mocosa- dije pasando mis pequeñas manitas por mis mejillas limpiando las lágrimas

-Maru eso no es razón para llorar Diana va a ser tu amiga de nuevo lo prometo y si no siempre puedes hacer nuevos amigos y en cuanto a Oscar no debes prestarle atención a lo que los demás digan de ti-dijo para luego darme un abrazo muy fuerte y un beso

*Fin del flash back*

Y pensar que mi madre no se equivocó días después Diana y yo olvidamos nuestro pequeño percance y volvimos hablar como si nada hubiese ocurrido y aunque Oscar siguió molestándome durante otro rato, al final terminamos dejando nuestras diferencias a un lado y nos volvimos unos buenos conocidos.

-María Eugenia te dije que ordenarás tu cuarto- dijo mi madre entrando a mi habitación ciertamente el orden no es mi fuerte, me desagrada demasiado limpiar diría que prefiero cocinar pero tampoco soy muy buena para eso, aunque preparo comida aceptable

-Te prometo que más tarde lo ordeno mamá- esa promesa que hacia todos los días y no terminaba de cumplir hasta que mi cuarto estuviese tan desordenado que hasta a mí me desesperará, lo cual por lo general solía ocurrir los viernes o los domingos

-Eso fue lo que me dijiste ayer y sigo esperando, no te cansas de que te dé el mismo discurso todos los días- dijo enojada- sabes que no me gusta el desorden no puedes mantener las cosas bonitas- ciertamente ese discurso no me cansaba y de hecho de tanto que me lo decía ya me lo sabía de memoria, no es que me guste hacer enojar a mamá pero me estresa pasar todo un día ordenando las cosas para que a mitad de semana mi habitación vuelva a estar cómo si nada hubiese ocurrido

-Si mamá lo sé pero ya te dije que más tarde lo arreglo- dije para volver a observar por mi ventana, aunque lo que más suelo ver es a obreros caminando de un lado a otro concentrados plenamente en su trabajo esperando terminar pronto la construcción del metro, al menos sé que si un día pienso suicidarme tendré el metro cerca cómo una opción, es una broma ya no pienso en suicidarme, otra cosa por la cual Fabrizio merece un gran mérito supongo que se preguntarán ¿Por qué el hecho de que dejará mis deprimentes y patéticos pensamientos suicidas se lo debo agradecer a Fabrizio? Pues bien

*Flash Back*

-Me quiero suicidar no hay una maldita persona a la que le importe, para todos va ser igual si estoy o no- escribí e mi teléfono a duras penas pues las lágrimas me nublaban la vista

-No puedes suicidarte ya Dios me quito a una persona que para mí era importante ya dos es demasiado- dijo y mis lágrimas se detuvieron no era que ya no quisiera llorar o que no me sintiera sola para variar, si no que esa persona que no me había visto y que simplemente hablaba conmigo por celular le importaba- y además de que si lo haces me veré obligado a seguirte espero estés consciente del dolor que le causarás a tu mamá pero si es lo que deseas muy bien vamos a hacerlo- eso me sorprendió debo admitirlo pues una cosa era que le importará otra muy diferente era que se fuera a quitar su vida sólo por el hecho de que yo me arrebatara la mía

-No serías capaz de hacerlo- dije casi segura

-¿Quieres apostar? Es triste que tu vida apenas comience y porque te sientas sola estés pensando en quitártela en vez de salir adelante te aseguro Maru que no tienes idea de lo que es estar jodido, conmigo la vida si ha sido una mierda y no por eso me echo a morir, simplemente salgo adelante y busco que las cosas mejoren, pero bueno si tú quieres suicidarte vamos a darle- dijo y tenía razón mi vida no había sido un cuento de hadas, pero ciertamente la de él tampoco y aun así siempre ha logrado salir adelante, sin rendirse, buscando siempre una solución a sus problemas, suicidarse sería el camino más fácil y a la vez sería egoísta, pues tu detendrías tu dolor, pero generarías uno más intenso a las personas que realmente te aman, una vez un profesor me dijo “Si tu madre muere, eres huérfano. Si muere tu esposa eres viudo. Pero si muere un hijo ¿Qué eres? No hay palabra que logres describir lo horrible que debe ser ese dolor” y no es hasta ahora que lo logro comprender, ciertamente hay que buscar una solución que nos ahorre problemas y dolor que a su vez sea fácil pero que no involucre hacerle daño a nadie.

-Buenas noches Fabrizio descansaré dormiré y hablamos mañana-dije un poco más calmada, ciertamente suicidarme ya no era una opción pero estaba tan alterada que era la salida más rápida que tenía en esos momentos- te quiero extraño hasta mañana

-Te quiero pequeña hasta mañana-fue el último mensaje que leí para dejar mi teléfono a un lado y cubrirme y cerrar mis ojos deseando que el día de mañana llegará tan rápido como fuese posible.

*Fin del Flash Back*

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