No Toques ✕ (Niall Horan y Tú) [TERMINADA]

Son exactamente las 7:47 de la mañana y llevo esperando a Niall desde hace quince minutos. Si en realidad lo conocí cuando era pequeña entonces había que averiguarlo, ¿no? ¿Por qué demora tanto en llegar?
El frío había llegado finalmente a Londres, y con ello la nieve estaba esparcida por todo rincón de la ciudad además de los constantes ventarrones que hacían mi piel erizarse.
Lía dejó esta vez en mi ropero una blusa color arena pálida, unos jeans rojizos con detalles negros, un gran suéter blanco con una oscura chaqueta que hacía juego con el bolso y la bufanda, agregándole al final unos botines de taco alto del mismo color que la blusa; diciendo en su defensa que «Estaba hecho para mí» (Aquí)
Miro hacia mi derecha, nada, a mi izquierda, tampoco.
¿Dónde se ha metido este niño?
— ¿Buscas a alguien?
Oh. Mier---
— Maldición. —Digo.
Salto hacia atrás con tanta rapidez que me resbalo por el piso congelado, pero por suerte unos brazos me sostienen antes de caer. Niall.
Está riendo, dejando por unos cuantos segundos de más su agarre contra mí.
— ¿Por qué te ríes? —Frunzo el ceño.
Me separa de él y dice—: Acabas de maldecir, ____.
Abro los ojos como plato y siento mis mejillas arder, es verdad, en mi mente por lo menos quería decir otra cosa.
Toma mi mano entre la suya y me arrastra hacia dentro del instituto, ¿Qué se supone que le iba a preguntar?
— Estás desconcentrada.
Sí. Gracias. Creo que estaba intentando recordar el por qué lo buscaba.
Llegamos a nuestro salón y justo en el momento en que Niall entra y saluda a Harry, mi mente hace clic. Suelto con rapidez su mano y él se detiene, voltea con desconcierto en su rostro y al verme su preocupación aparece. Este es el momento.
— Yo…
— ¡Filian!
Harry camina hacia mí con una sonrisa tan falsa que ni Dios podría creerle, acaba de interrumpirme, me enojo con él por eso. Recarga su peso sobre el hombro de Niall y me observa con atención.
— Supongo que irás a mi fiesta de cumpleaños el sábado, ¿No?
— ¿Qué…? —Dice Niall.
— Cállate, Nialler, solo la estoy invitando. —Me guiña un ojo y estoy de acuerdo, este chico no sabe con quién se está metiendo. —Querías ir a mi fiesta también, ¿Verdad?
Un momento. Alto. ¿Harry está desviando el tema?
— No quiero…
— Muy bien, entonces iré a buscarte a las siete de la tarde en la entrada de tu casa. —Sonríe otra vez y dice—: Está acercándose el profesor, no quieren hacer otra escena de novios frente a la clase, entremos.
Cuanto termina de decir “entremos”, Niall lo empuja más fuerte de lo normal y camina hacia su asiento, el rizado se soba un poco su pecho y me mira finalmente con una mueca verdadera de dolor.
— Lo lamento. Este no es el momento de que le preguntes tal cosa, Filian. Tenía que intervenir.
— ¿Invitándome a tu fiesta? —Susurro.
Su rostro de sorpresa es inevitable, ríe un poco y niega con su cabeza para regresar a su banco. Yo hago lo mismo.
Todo el resto de la clase y pasado el receso, mi compañero de banco ha estado acostado sobre su mesa sin dejar que nadie ni nada lo interrumpa en su sueño, ni si quiera yo.
Y en todo ese tiempo… no me ha vuelto a tocar ni una sola vez.

— Niall…—Murmuro.
Es la última clase del día, comunicación oral y escrita, pero desde que el profesor nos indicó realizar un resumen sobre la persona a nuestro lado… mi compañero no ha hecho ningún movimiento.
— ¿Podrías mirarme… por favor? —Le estoy suplicando. ¿Por qué siempre soy la que siempre lo persigue?
Necesito hacer el trabajo o reprobaremos la asignatura, añadiéndole que estoy perdiendo nuestra comunicación.
Volteé hacia el pizarrón y arrugué mis labios, comienzo a sentir cómo el miedo sube otra vez en mí y no puedo detenerlo. Tiene que parar esto.
Alto.
Cierro los ojos.
Un par de segundos después siento como se acerca una mano y cae sobre mi muslo, reconozco su peso y tamaño incluso sin verlo, pero sé que lo está haciendo para tranquilizarme y no por ser amable.
— Madame Filian.
Salto un poco y abro los ojos rápidamente. Niall aprieta un poco su toque y me hace volver en mí para observar cómo el profesor nos está apuntando directamente.
No sé lo que está pasando. ¿Cuánto tiempo estuve cerrando los ojos? ¿Nos preguntó algo?
Me quedo sin habla. Estoy en blanco.
— ____ Filian tiene fobia al toque de los hombres, —Escucho a mi lado. Volteo y Niall está leyendo su cuaderno aún cuando no tiene nada escrito—. Solo que por alguna razón yo soy el único que puede hacerlo sin que tenga un episodio de ataque.
¿Por qué está diciendo eso? Oh, es verdad, el resumen de nuestro compañero…
— Tiene diecisiete años y ha pasado la mayoría de su vida dentro de la casa al fondo de la calle, cuidada por dos ayudantes que le enseñaron todo lo que sabe, incluso más de lo necesario para su edad que la trajo al último año. —Hace una pausa para pensar y continúa—. Sus padres no viven con ella, tiene un balcón gigante que es su rincón favorito, lo que le gusta son los muffins de chocolate y a veces suele pensar y decir las cosas al mismo tiempo sin darse cuenta. Frunce los labios cuando está preocupada, se sonroja cuando no sabe qué hacer, siente celos cuando alguien cercano no está junto a ella y se enoja cuando no hacen lo que le piden. Es egoísta con ella misma, es inteligente pero tímida y que cuando toma confianza al fin con una persona, suele ser demasiado curiosa.
Niall… me ha descrito perfectamente.
Un asentimiento por parte del profesor le indica que puede volver a acostarse y es mi turno.
No sé que hacer luego de que él me haya resumido en solo un par de minutos. Debo… recordar algo.
— Niall… Horan. Su segundo nombre es James… así que debería de decir Niall James Horan. —Un par de risitas se escuchan por mi lado derecho—. Tiene diecinueve años y…
¿Qué diré? No puedo dejar que todo lo que me ha dicho también lo sepan los demás, pero si no lo hago será un reprobado con honores.
Perdóname, Niall.
— Sus padres se separaron cuando era pequeño, tiene un hermano llamado Greg que vive con su padre ahora y él se mudó en solitario. Le gustan los muffins de frambuesa, tiene una banda donde él toca la guitarra además de cantar. —Sonrío—. Sus mejores amigos creían que era tan egoísta que por aquello nunca se acercaba a las chicas o las rechazaba.
Miro por un segundo hacia mi compañero y puedo divisar sus ojos en mí. Continúo.
— Sus ojos son celestes, no azules. A veces creo que sufre de bipolaridad debido a sus repentinos cambios de personalidad y que simplemente no sé lo que está pensando. —Suspiro y miro a Harry. “Aquí termina nuestra paz” —. Cuando pequeño tenía el cabello más castaño, solía vivir en la casa casi al fondo de la calle y me visitaba cuando tenía tiempo. Papá lo dejaba pasar simplemente porque llegaba con regalos y decía que tenía un “don” para ser amigable, algo que nadie había hecho en ese entonces.
Me detengo un instante. Mis ojos están un poco borrosos y me los refriego con la muñeca de mi chaleco.
— Niall tenía nueve años. Yo tenía siete. Con solo diez años que pasaron aún seguimos encontrándonos, y por fin recuerdo una parte de mí que puede hacerme entender por qué tengo esta fobia hacia el toque de los hombres.
El fuerte ruido de una silla caer me detiene y me hace voltear hacia él. Está parado completamente con sus ojos fijos en los míos, está confundido, no sabe que decir ni qué hacer, a la igual forma que yo.
Sus labios están temblando y por lo que puedo deducir, está en shock.
Harry se acerca y -esquivándome para no tocarme- lo toma por sus hombros, le dice algo al profesor y saca rápidamente a Niall del salón. Nuestros ojos no se separaron hasta que salió de la clase.
Por Dios, qué he hecho.

— ¿Qué está sucediendo, Madame? —Dice Lía cuando llega frente a mí.
Mandé a llamar a mis asistentes y ambos llegaron en cinco minutos, estamos en el pasillo junto al salón siete y todos se encuentran en clases. Pedí disculpas al profesor por eso. ¿Y yo? Estoy estúpidamente normal.
— Debe de ser algo importante para que nos haya traído hasta aquí con tan rapidez. —Dice Braun.
— Ustedes conocían a Niall. —Les digo.
Sus rostros están confundidos. Obviamente no me expresé bien. Me arreglo la garganta.
— Quiero decir, ustedes lo conocían antes de este año.
Ahora cambiaron su sentimiento. Lo sabía… me estuvieron mintiendo.
Me volteé hacia la salida y comencé a caminar, cuando han pasado dos segundos escucho sus pasos tras de mí. Esto me está molestando más de lo que pensé.
Ellos sabían quién era Niall desde el principio, ¿Por qué fui tan despistada? Lía lo dejó entrar a casa como si nada, siendo que estaba prohibido para todo chico que no fuera un conocido, pero claramente… había una excepción.
Siento sus llamados cada vez menos, creo que estoy corriendo.
¿Corriendo? Si, lo hago. Escapo de toda la mentira que me está haciendo daño.
Llego hacia el segundo piso y diviso el baño en la derecha, pero no solo eso, veo la espalda de Liam que se dirige hacia el de chicos.
Necesito desquitarme con alguien.
— ¡Liam! —Grito.
Su rostro gira apresuradamente y al verme correr hacia él, retrocede un par de pasos para no chocar. Finalmente llego sin tropiezos, pero su rostro sorprendido no se lo quita nadie.
— ¿Qué ocurre? —Pregunta preocupado.
Tomo aire suficiente luego de mi carrera y digo—: Entra al baño, ahora.
No parece entender muy bien pero lo hace de todas formas, yo lo sigo y cierro la puerta con el seguro.
Bebo un poco de agua del lavamanos antes de hablar, hice mi primer escape. Sonrío.
— ¿Filian?
Mi sonrisa se desvanece y recuerdo por qué estoy aquí. Volteo inmediatamente con el corazón acelerado y tomo una fuerte bocanada de aire antes de acercármele.
— Necesito encontrar a Niall, quise decirle sobre mis recuerdos y él, pero todo resultó en una estúpida consecuencia que debo arreglarlo. Debo hablar con él. —Tomo aire— Lo necesito, Liam. Es el único que me hace sentir bien conmigo misma. Sin miedo…
Los ojos de Liam se suavizan al mismo tiempo en que se acerca, su dedo índice apunta a mi frente sin siquiera hacer algo para impedirlo, solo me quedo aquí, detenida, con el pecho subiendo y bajando por la adrenalina que pegaba en mi estómago después de haber corrido.
— Está enamorada de Niall, Madame. Y desde mi punto de vista, nunca había observado tan atención a una chica comparado en cómo la mira a usted. —Sonríe, bajando su brazo otra vez en su costado.
Estoy… ¿Enamorada?