O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.

Unirse al foro, es rápido y fácil

O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.
O W N
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Conectarse

Recuperar mi contraseña

Últimos temas
» forever.
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 EmptyAyer a las 5:55 am por kesshoku.

» DDLM ;; GALERY
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 EmptySáb 18 Mayo 2024, 11:03 pm por luvvdesse

» Fiction or Non Fiction
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 EmptySáb 18 Mayo 2024, 11:00 pm por luvvdesse

» poor dear pamela
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 EmptySáb 18 Mayo 2024, 9:36 pm por lantsov

» ERROR 00, ¿isekais? sí.
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 EmptyVie 17 Mayo 2024, 4:27 pm por oddgirlout

» micky ojos verdes
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 EmptyMiér 15 Mayo 2024, 8:09 am por MickyEche

» —Hot clown shit
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 EmptyDom 12 Mayo 2024, 8:58 pm por Jigsaw

»  Goliath
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 EmptyDom 12 Mayo 2024, 2:24 pm por Opal

» moonchild.
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 EmptyVie 10 Mayo 2024, 10:34 am por slythxrin princxss.

novedades

00 . 01 Anuncios del mes febrero.
00 . 02 Actualización del PROTOCOLO, nueva medida obligatoria de avatares.
00 . 03 Remodelación del foro febrero del 2017.
00 . 00 Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit.
administradora
Rumplestiltskin. ϟ Jenn.
miembros del staff
Beta readers
ϟ hypatia.
aka Kate.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ dépayser
aka Lea.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae
aka .
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Stark.
aka Cande.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Baneo
ϟ Ariel.
aka Dani.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ ceonella.
aka Cami.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Ayuda
ϟ Ritza.
aka Ems.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Charlie.
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Limpieza
ϟ Legendary.
aka Steph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ chihiro
aka Zoe.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu
aka Teph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Calore
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Eventos
ϟ ego.
aka Kalgh/Charlie.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Asclepio.
aka Gina.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ mieczyslaw
aka Alec.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Tutoriales
ϟ Kida.
aka Ally.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Spencer.
aka Angy.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Diseño
ϟ bxmbshell.
aka Mile.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ yoongi.
aka Valu.
MP ϟ Ver perfil.
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.

Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Página 10 de 11. Precedente  1, 2, 3 ... , 9, 10, 11  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por Sooky Jue 28 Mar 2013, 3:21 pm

Esyuvo super tierno el ultimo capi, me encanto continua pronto
Sooky
Sooky


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por aranzhitha Lun 01 Abr 2013, 6:09 pm

Capítulo 16
Timothy Cranston, alias el gnomo rabioso del DSN, entró en el barco de Nick como si le perteneciera. Le seguían otros cinco agentes asignados al caso de Somerset, y tenían el aspecto de estar bajo presión, sin dormir y preocupados.
Detrás de ellos entró el sheriff Mayes, que parecía a punto de explotar por la ira. Sus dorados ojos castaños chispeaban de enojo y su alto y duro cuerpo estaba tenso por el esfuerzo de mantenerse bajo control.
—¿Qué ha pasado? —_______ se levantó de la silla frente a la mesa, los ojos yendo de Timothy al sheriff.
—Alguien ha intentado matar a Rogue Walker esta noche. —La voz de Zeke ronca por la furia—. Y casi lo consigue.
—¡Maldición! —______ se apartó, rastreando en los archivos que tenía frente a ella, buscando información—. Rogue no sabía nada. Me lo hubiera dicho si lo hubiera sabido.
—Tal vez simplemente no pensaba que supiera algo —sugirió Nick, mientras se apoyaba en el borde de la mesa y sorbía la taza de café que sostenía.
Sus ojos verdes fueron como sílex de hielo cuando observó a Timothy.
—¿No es así como funciona normalmente, Timothy? Es lo que una persona no es consciente que sabe lo que les hace meter la pata. ¿O lo que alguien sospecha que sabe?
—Rogue sabe algo —gruñó Timothy—. Anda habitualmente con ese maldito grupo de alborotadores. Varios de ellos estuvieron relacionados con Grace y Bedsford.
—Sólo por asociación. — Nick le quitó importancia, pero ______ captó el calculado arrastre de palabras en su voz—. Mierda, arresta a todo el pueblo e interrógalos. Al final, aquí todos se relacionan entre sí.
—Este pueblecito vuestro no es tan cerrado como quieres pensar que es, Nick —soltó Timothy—. El índice de turismo es increíble. El lago Cumberland es una de las atracciones más importantes de la zona.
—¿Así que ahora estamos buscando turistas? — Nick alzó la ceja y _____ casi dio un respingo.
Había estado toda la mañana frío y concentrado, revisando los archivos, haciendo notas, contestándola con cortas y breves respuestas.
—Odio a los Jonas. —Suspiró Timothy.
—Sí, especialmente cuando se autoproclaman generales de un grupo militante local. — Nick sonrió forzado, luego extendió la mano detrás de él hacia los archivos que había amontonado allí, y los arrojó sobre la mesa—. Juzga a estos chicos y mira si puedes sacar algo más que yo.
__________ lo miró estupefacta.
—¿Qué estás diciendo, Nick? —Timothy se quedó inmóvil, los agentes que lo rodeaban se posicionaron, acercando las manos a sus armas.
Nick se rió ante los movimientos mientras el sheriff Mayes se posicionaba para cubrir a Nick, por si era necesario. Interesante. Un hombre que ________ habría jurado que no pasaría la lealtad por encima de la ley, aunque en silencio se pusiera del lado de Nick.
—Para de provocarle, Nick. —Se giró hacia él, entrecerrando los ojos ante el brillo de furia en su mirada—. Queremos mantener a Timothy calmado, ¿lo recuerdas? Estoy segura que su secretaria no fue capaz de deslizarle las medicinas en el café esta mañana, así que no le provoques.
Era una broma que circulaba, que su secretaria necesitaba ponerle una dosis de sedantes en el café. Era demasiado hiperactivo a veces y eso ponía al resto de los nervios.
—Mira el último archivo. — Nick se encogió de hombros mientras se terminaba el café y dejaba la taza a un lado—. Verás lo que quiero decir.
______ no había visto los archivos. Nick había estado trabajando antes de que se levantara, y había permanecido distante, negándose a hablar de lo que fuera que estaba trabajando.
—Aquí no estáis tratando con chapuceros, drogados o forasteros —les informó Nick mientras Timothy sacaba el último archivo.
______ apenas consiguió sofocar su jadeo.
—Estáis tratando con hombres que tuvieron un sueño toda su vida — Nick expuso burlonamente—. En vez de enviar a _______ y arriesgar su pescuezo con ese recado idiota que le diste, deberías haber acudido a alguien que lo hubiera sabido.
Dayle Jonas. Había tres fotos delante del archivo. Dayle Jonas, Chandler Jonas, y otro hombre que _______ sabía era sospechoso de formar parte de la Liga de la Libertad. Evidentemente esos eran los hombres que habían necesitado fijar como objetivo.
—Chandler no estuvo en el ejército —dijo ella, en voz baja, conmocionada.
—Nop, sin embargo a Chandler le gustaba jugar a la guerra. Su culo de mariquita era demasiado importante para arriesgarlo, ya que era el gran arquitecto. Pero le gustaba mostrar a su hijo lo duro y fuerte que era, normalmente con los puños, sin embargo su mujer tenía algo de control sobre él. Ahora, el buenazo de Dayle Jonas, es otra historia.
Nick, una vez creyó que había dejado atrás esa parte de su pasado, que había conquistado ese odio, esa amargura. Tal vez no lo había logrado del todo, pensó mientras observaba a Cranston leer el archivo.
—A Dayle no le importaba a quién golpear o cuan duro. Y mantuvo a su esposa lo bastante sedada para que no le importara una mierda. Se casó por dinero, se apropió del dinero a la muerte de los padres de ella, y la dejó con vida para que viera todos sus magníficos planes en marcha. El General Dayle Jonas. Así era como se llamaba a sí mismo en privado. Pero por otra parte, siempre lo hace, así que al principio no fue fácil reunir las piezas.
Se apartó cuando ______ se acercó hacia él. Mierda, había pensado que podía tener una vida con ella, y ahora eso estaba siendo puesto a prueba de la peor forma posible. ¿El hijo de un traidor? Ella ya se había casado con un traidor; estaba casi seguro que no querría otro en la familia.
—Los otros archivos, son de hombres que recuerdo de años atrás, haciendo visitas a altas horas de la noche, sentándose y bebiéndose su buen vino y hablando sobre el futuro dorado que crearían.
Entonces había sido un niño. Esos recuerdos estaban repletos de dolor. Nick había sido un niño entrometido, y algunas veces había sido atrapado fisgoneando. Y pagó por ello.
—Aquí están todos juntos —exclamó Timothy mientras extraía una de las pocas fotos que Nick había sacado de la casa antes de que su padre lo hubiera repudiado.
—Esta foto fue sacada por accidente. —Sonrió—. Solía sacar fotos familiares, no es que tuviéramos muchas. Su mujer, Linda, intentó tomarlas durante algunos años, pero al final lo dejó. Le gustaba más estar sedada.
Nick miró la foto. Seis hombres. Dayle, Chandler, y los hombres que recordaba de visita cuando era más joven. Y una mujer. Nadine Jonas Grace entre los dos hermanos Jonas, rodeándola con los brazos mientras sonreían a la cámara.
Su madre, Linda, no estaba en la foto. Sólo esos hombres de mirada dura y la hermana que los Jonas habían utilizado para su propio placer.
Nick retrocedió hacia la cafetera, sintiendo la necesidad de escabullirse, de cazar. Su rifle estaba limpio y preparado, la munición a punto, la mochila lista. Podría largarse al instante y nadie tendría ni idea de dónde había ido. O que la necesidad de matar al hombre que lo engendró se lo estaba comiendo vivo.
—Delbert Grant es tu experto en explosivos —le dijo entonces—. Estuvo en el pueblo hace unas semanas. Ha estado fuera de servicio muchísimo tiempo. Pero su hijo estaba con él; supongo que todo hombre necesita un aprendiz.
Nick casi resopla ante el pensamiento.
—¿Cómo obtenemos la prueba que necesitamos contra ellos? —Reflexionó Timothy mientras se giraba hacia los agentes, y _______ iba hacia Nick.
Intentó apartarse de ella otra vez, ignorar su mirada.
—No lo hagas. Por favor. —Ella lo miró, luego le apoyó la cabeza contra el pecho y él se preguntó si su corazón iba a romperse en ese momento.
No pudo evitar tocarla, de posar las manos contra su espalda y sentirla fundiéndose con él.
Pero miró por encima de su cabeza y observó como los agentes revisaban los archivos, comparando nombres, conexiones, y emplazando a cada uno de ellos en los puntos específicos de la operación.
No eran hombres increíblemente ricos. Eran conspiradores, planificadores. Eran matones y autoproclamados salvadores. Eran la peor clase de enemigo.
—Éste tiene un barco en el lago. —El sheriff dio un toque al archivo de uno de los más adinerados miembros del grupo—. Saca a un grupo varias veces al año. No causan problemas, pero te dan sensación de problemas.
—El tío Paul no los dejaría fondear aquí —les dijo Nick.
La cabeza de Timothy se alzó ante la mención del nombre de Paul.
—¿Dónde están tus primos? ¿Y Jansen? No están por aquí esta mañana.
Acarició la espalda de ______ mientras ella se giraba en su abrazo para observar a Timothy. Todavía estaba relajada contra él, ajustada a su duro y gran cuerpo, como si su pequeña estructura pudiera amortiguarle contra algo de esto.
—Están por ahí —dijo en voz baja.
______ se tensó ante el sonido de su voz. Suave, casi tierna. Un perezoso arrastrar de palabras que no contenían ninguna calidez, ningún consuelo.
______ observó cuando Timothy entornó los ojos sobre ellos, asimilando su postura, la forma en que Nick la sostenía contra él. Era una imagen inequívoca y la mirada del agente especial parpadeó con conocimiento.
—Sí, ¿esto es lo que querías, no, Timothy? —preguntó Nick, y _______ se obligó a permanecer en silencio, manteniendo los ojos sobre Timothy—. La enviaste aquí para agitar el avispero, así tú podrías arrastrarnos y hacernos hacer el trabajo por ti.
Timothy exhaló bruscamente, se pasó la mano sobre la calva, y le ofreció a Nick una cauta sonrisa.
—Sabía que si alguien podía hacerlo, erais vosotros. —Dijo quitándole importancia—. No avanzaba. Todo lo que tenía era la conexión de Somerset y la relación de Johnny con tu padre y tu tío.
—No —espetó Nick —. Nunca nombres a esos dos así otra vez. Llámalos por su nombre; no los relaciones conmigo.
La furia fría y amarga sesgó su voz entonces, y ______ sintió que se le rompía el corazón. Tuvo que parpadear para contener las lágrimas, y observó como Timothy bajaba la cabeza y se pasaba la mano por la cara antes de asentir bruscamente.
—Sí, tienes razón. —Suspiró el agente—. No se lo merecen. Tú eres un buen hombre, Nick, tú, tu verdadero tío y esos primos tuyos. Sois muy buena gente. No voy a pelearme contigo por esto. Ni voy a discutir sobre el hedor que los otros dos han echado sobre vosotros. Pero ahora tenemos que lidiar con esto. —Golpeteó los dedos sobre los archivos que Nick había elaborado a tempranas horas de la mañana—. No podemos arrestarles sin pruebas. —Miró a ________—. Y no tenemos todavía ningún cabo suelto, que los implique demasiado con Johnny Grace.
—Lo tendrás —afirmó Nick —. Cuando vas de pesca a por el gran pez, Cranston, simplemente tienes que tener el cebo adecuado.
—¿Y quién es el cebo adecuado? —Preguntó Cranston cautelosamente.
—Yo.
________ sintió que su corazón casi se le para en el pecho mientras un temor empezó a clavársele en el alma. Se retorció, ignorando sus intentos de mantenerla quieta, y miró fijamente la expresión dura y salvaje que se había apoderado del rostro de Nick.
Este no era el hombre que conocía. El hombre que bromeaba o reía o incluso el hombre que sabía que podía estar enfadado. Esto no era ira, ni furia. Era puro terror helado empaquetado en un metro noventa de duro marine asesino. Este era el hombre que había matado a Johnny Grace el año anterior, el hombre que dejó a Timothy Cranston cubierto de temor durante meses después de esa operación. Y ver el helado, congelado núcleo de ese hombre envió un temblor de cautela que la atravesó.
Y él lo supo. Su mirada la recorrió, carámbanos y fuego helado, provocándole un escalofrío que le bajó por la columna.
—Eres el cebo equivocado. —_________ tuvo que obligar a que las palabras salieran de su garganta—. Sabe que estamos juntos; sabe que soy una agente. No irá a por ti.
—Lo hará — Nick habló arrastrando las palabras, y por Dios que ella odiaba ese sonido. No había nada de calidez o de consuelo en él.
—¿Por qué lo crees? —le soltó, apartándose de él para mirarlo fijamente con enfado—. Sabrá que es un ardid. Una trampa. Nunca meterá la pata de esta manera.
—Continua mirando en esos archivos —le dijo entonces—. Verifica a Fletcher Linkins. Estuvimos en el entrenamiento de francotiradores juntos.
Su mirada se fue hacia los archivos y luego de vuelta hacia él.
—El bueno de Fletch está muerto, ¿lo sabes? —Dirigió la pregunta a Timothy.
Timothy asintió.
—Se estrelló con el coche mientras estaba de permiso hará unos cuatro años.
—No se estrelló con el coche —espetó Nick —. Fue asesinado. Fui a por él después de volver a casa. Quería saber por qué un colega francotirador trató de dispararme y volarme la cabeza. Ya estaba muerto cuando lo encontré. Porque había fallado en la misión que la Liga de la Libertad le había encomendado para matarme. Comprueba su conexión con el buenazo de Dayle.
Timothy sacudió la cabeza.
—¿Por qué eras un objetivo?
—Porque estaba ayudando a _______ en Irak. — Nick sonrió forzado—. Estaba investigando las órdenes que enviaron a esos misiles al hotel y fui el que la salvó de la tortura de Nassar. Me quería fuera de juego. No me querían atando cabos, porque entonces lo hubiera sabido.
—Y no sabías lo que pasó en Irak hasta que ______ regresó esta vez —reflexionó Timothy, asintiendo con la cabeza—. Tiene sentido.
—Dayle está metido en esto hasta las cejas. Está relacionado con los hombres de esa foto, y todos esos hombres están relacionados de varias maneras con la inteligencia militar y/o el DNS. No son ricos, no son poderosos, pero lo serán. Si no los detienen.
_______ envolvió sus brazos alrededor de los pechos, escuchando mientras Nick y Timothy discutían como atraparlos. Observó a Nick, y supo que ya había decidido exactamente qué iba a hacer. Sólo estaba haciendo gestos, dejando hablar a Timothy. Era paciente, controlado, y Timothy no tenía ni idea que Nick ya había hecho sus propios planes.
Esta era la razón por la que sus otros primos no estaban allí. Este era el porqué Alex no estaba allí. Porque ya estaban trabajando en los suyos. Nick ya lo había discutido con ellos.
El saber eso le hizo apretar la mandíbula mientras lo miraba fijamente, dispuesta a que la mirara a los ojos. Cuando lo hizo, quiso dar un respingo. Porque podía ver bajo el hielo, y al final pudo ver el dolor formándose en su interior.
Al fin, Timothy y sus agentes se fueron y Nick cerró la puerta tras ellos. Permaneció quieto mientras conectaba el sistema de seguridad, su mirada concentrada en el panel digital, fulminándolo, tratando de reprimir la necesidad de destrozar algo.
Había llegado a dominar esas furias incontenibles años atrás. Las que habían dejado cada pieza del mobiliario en astillas. Las que habían dejado sus manos ensangrentadas por golpearlas en las paredes.
Respiró profundamente y captó el aroma de ______. Un olor a fresco y a limpio que casi, solo casi, hacía a un lado el aroma pútrido de la traición en su mente. El olor de su propia sangre, su propio dolor.
—Mentiste a Timothy —susurró ella entonces.
Nick se giró y la miró. Vestida con su camiseta y otro par de pantalones prestados. Iba a tener que recordarle a Kevin que comprobara el equipaje, a ver si se había quedado algo de su ropa.
—¿Por qué le mentiste, Nick? —La voz era suave, y el sonido trataba de calmar los ásperos bordes de su alma.
—¿Cómo sabes que mentí? —Cruzó los brazos sobre el pecho y contempló a la mujer que sostenía su alma con tales lazos de seda que sabía que nunca más sería libre.
Y se sentía tan indigno de esos lazos ahora como lo había estado en Irak. No es que eso fuera a detenerlo de atarla a él, y mejor que ella se enterara ahora de lo que era, que más tarde. Pero a veces, en los más oscuros rincones de su alma, había momentos en que se encogía ante el pensamiento de que la estaba ensuciando.
—Soy una especialista entrenada en interrogación, amor. Eso es lo que hago. ¿Recuerdas? —Su sonrisa era tan dura y tan forzada como lo había sido antes la de él. Pero esa palabra en sus labios. Amor. Mierda, nadie lo había llamado “amor”, ni en broma. Era una simple palabra, y a menudo utilizada sin prestar atención. Pero no era una palabra que Nick hubiera usado, o la hubieran usado con él. Y eso le caló, intentó calentarlo en todos los lugares que habían acabado siendo fríos y duros. Durante años, había vivido con el piloto automático, un marine, un hombre que sabía que no tenía un hogar de verdad, ni más familia que sus primos y el tío que aún así también lo era de otros. Nada era sólo suyo.
Hasta _____. Y ahora estaba tratando de proteger esa única cosa preciada en su vida, tal vez dos, y podía decir que ella iba a combatirle con uñas y dientes. Al igual que sus primos.
Sacudió la cabeza y entró en la habitación, mirando alrededor, y cayó en la cuenta de por qué se había trasladado del barco al apartamento del garaje el año anterior. No era un hogar. No había querido que fuera un hogar.
— Nick, no me estás contestando. —Movió bruscamente la cabeza ante el menor rastro de temor en su voz.
Permanecía al otro lado de la habitación observándole, con los brazos envueltos alrededor de los pechos mientras lo miraba fijamente. Y esos preciosos ojos, tan cálidos, de un dulce color miel, parecían derramarse dentro de él.
—Él participó en la muerte de tu hija. —Dijo las palabras lentamente y observó su estremecimiento, la observó y la hizo aceptar esa traición. El grupo de Dayle Jonas participó al buscar una manera de autentificar un golpe que nunca había sido aprobado. El golpe que había matado a su niña.
—No fuiste tú. —Ella tragó con dificultad mientras la observaba lidiar con las lágrimas.
Había visto su llanto solo una vez, y que Dios le ayudara, esas lágrimas lo perseguían en sus pesadillas. Destrozados sollozos que le desgarraron el alma mientras la sujetaba a salvo bajo él, obligándole a poner la cabeza en su pecho, observando explotar ese hotel.
Y esa noche, la primera vez que le hizo el amor, la noche en que su hija murió, tuvo que dejar de mirarla con gran esfuerzo, girarse de espaldas a ella y apretar los puños para evitar ir tras Dayle Jonas en el acto. Matarle solo resolvería una parte del problema. Sólo una parte de una docena. Pero quería matar.
Porque recordaba sus estridentes sollozos mientras la arrastraba de vuelta al pequeño hotel donde a veces, él se alojaba. Allí la había abrazado, mecido, amado, y cayeron silenciosas lágrimas de sus propios ojos.
—Su sangre es la mía. —Se giró hacia ella y sacudió la cabeza mientras sentía el frío en su interior.
—¿Y tu sangre? —susurró ella mientras iba hacia él, tomándole la mano y llevándola hacia su estómago—. Tu sangre está aquí, Nick.
Le acarició el vientre a través de la ropa; no podía evitarlo. La cálida piel se encontró con sus callosas manos, y al igual que cuando la abrazó por la noche, imaginó que sentía vida allí. Esperanza.
Sacudió la cabeza y quiso apartarse de ella, pero no pudo obligarse a hacerlo.
—Y cuando esto se acabe, quizás maldigas la noche en que me permitiste entrar dentro de ti. —Encontró la fuerza para apartarse, para alejarse.
—¡Hijo de puta! —No pudo alejarse más, antes de que los dedos de ______ le agarraran la muñeca y saltara frente a él—. ¿Perdona? ¿Pero te atreves a alejarte de mí?
Él se pasó los dedos por el pelo, un ceño apareció entre sus cejas ante el enfado en el rostro de ________ y la acusación en sus ojos.
—Tengo cosas que hacer, _____.
—Y por supuesto no vas a practicar la cosa “de compañero” que has estado predicando aquí y decirme qué demonios son. ¿No, Nick?
Él asintió lentamente.
—Eso lo resume.
Parecía que la hubiera abofeteado. Nick la miró confundido mientras ella se alejaba de él, con la cara pálida.
—Tanto que respetas mi coraje y fuerza —hizo un gesto desdeñoso—. Supongo, que otra vez, vuelvo a ser relegada a la débil mujercita que tiene que ser protegida. ¿No es así?
—Esta es mi batalla —le soltó él.
—¿Porqué es tu sangre?
—Joder, increíble —gruñó.
—Bien, perdóneme, señor Jonas, pero hay una enorme posibilidad que lleve su sangre dentro de mí, así que creo que eso lo convierte en mi puñetera batalla también.
¿Y cómo demonios se suponía que iba a rebatir ese argumento?
—No funciona así, ____. —Probó con pura dominación masculina y decisión.
—¿Porque lo decretas tú? —Sus ojos estaban encendidos ahora, no solo de enfado, sino de confrontación, de determinación.
Mierda, se estaba poniendo duro. Podía sentir su excitación despertándose, el hielo que había enjaulado las emociones empezaba a derretirse mientras ella lo miraba furiosa.
—Puedes hacer decretos de aquí al infierno, Nick, y no va a salirte nada bien. Me arrastraste a esta relación, te aseguraste condenadamente bien que mi alma estuviera tan atada a la tuya que no pudiera respirar sin sentirte, y luego hiciste todo lo que estaba en tus manos para ayudar a crear vida de esto. Maldita sea, no te vas a alejar ahora.
—Alejarme no estuvo nunca en las cartas. —Bajó la cabeza y le gruñó las palabras—. ¿Dije que podías abandonar esta relación?
Los ojos de ella se abrieron de par en par y la incredulidad colmó su rostro. Y eso lo puso más duro, porque la incredulidad estaba cargada de desdeñoso asombro.
—Oh por Dios, eres el colmo. —Ella se puso las manos en las caderas, y su polla se endureció un poco más todavía—. No puedo creer que seas tan arrogante.
—Deberías hacerlo, ya has lidiado con esto antes. —No iba a cambiar de opinión. Si le contaba lo que había planeado, entonces ella metería la nariz. Su nariz estaba lo bastante lejos de la tabla de picar; no iba a permitir que fuera más allá.
—¡No vas a hacer esto sin mí! —Las palabras fueron dichas con tal brusquedad que él levantó la ceja burlonamente.
—Y tú no vas a ir detrás de él conmigo. —Ella había perdido bastante en su vida; y no iba a permitirle que perdiera nada más. Ni su vida, ni el niño de ellos. Y sabía que ese niño existía, permaneciendo seguro dentro de ________. Tenía previsto asegurarse malditamente bien de mantener ese niño a salvo. El niño y la madre.
—He trabajado en este caso durante cinco años —dijo ella furiosa—. Cinco años, ¿así qué puedes venir con tus mentiras y tú maldito encanto y obligarme a salir? “Oh, ____, simplemente admiro tu valentía y tu fuerza” —dijo desdeñosamente, el rostro retorcido de ira—. Jódete, Nick.
—Y no mentí. —Alzó la voz, involuntariamente, avivada por el enfado y la excitación que crecían en su interior—. ¿Piensas que no lo admiro? ¿Qué quiero cambiar una maldita cosa de ti? No estoy tratando de cambiar nada, maldita sea, pero te protegeré.
—A la mierda tu protección.
Él apretó los puños, no de rabia, si no para evitar tocarla, evitar arrastrarla hacia él y tomar toda esa pasión salvaje, empujándolos hasta que ambos olvidaran el dolor y el peligro que se movía alrededor de ellos.
—______, no me presiones en esto —le gruñó en respuesta. Maldita fuera, lo estaba desgarrando por dentro. Podía ver la traición en sus ojos, el daño, y lo odiaba—. No es una batalla de la que puedas formar parte.
—Y no es una batalla de la que te deje apartarme —le gritó ella en respuesta.
Girándose, observó mientras ella iba a zancadas hacia la mesa y cerró de golpe el portátil. Reunió los archivos, los metió con el portátil en la maleta, luego recogió las botas del suelo y se sentó en el sofá.
—¿Qué demonios estás haciendo? —Le agarró la bota de la mano y la mantuvo fuera de su alcance cuando se levantó del sofá, la furia estampada en sus rasgos encendidos—. No vas a salir de aquí.
—Y una mierda que no. —Cuando no pudo sacar la bota de su agarre, se puso la maleta en el hombro y fue hacia la puerta con los pies descalzos.
—No puedes salir sin zapatos. Hace frío. —Se apostó delante de la puerta mientras ella permanecía frente a él, los pechos subiendo y bajando, los pequeños puños apretados a los costados como si realmente fuera a utilizarlos contra él.
—Mejor el frío de fuera que el frío de aquí. —Le pegó en el pecho—. Ahora sal de mi camino.
—_____, no quieres continuar esto —dijo gruñendo—. Cálmate de una vez.
—No me digas que me calme, Nick Jonas. —Un dedo estaba en su rostro, señalando demasiado cerca de su nariz mientras lo miraba, luego lentamente miró hacia ella.
—Baja el dedo, ______. —Había algo en ese dedo sobre su rostro que hacía que cada instinto masculino dentro de él se alzara enfurecido.
—Oblígame. —Ese dedo se clavo en su pecho—. Vamos, machote. Oblígame. Has hecho trampa en el resto de esta relación, también podrías hacer trampa ahora. ¿Qué vas a hacer? ¿Atarme a la cama? Porque, maldito seas, esa es la única manera que me retendrás aquí.
aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por aranzhitha Lun 01 Abr 2013, 6:11 pm

Capítulo 17
Había algo acerca de ese dedo en su pecho y la completa y total furia que transformaba la expresión de ________ que le hacía algo.
Ese “algo” le borraba todo de la mente excepto poseerla. Ese “algo” hacia que se la imaginara de rodillas, desnuda, con los pezones apretados, duros, y rojos, mientras él follaba esa pequeña boca sarcástica con empujes superficiales.
Ese “algo” quería poseer su alma porque ella, poseía la suya. Sabía, incluso mientras estaba allí de pie tan excitado como el infierno y luchando contra eso, que no había ninguna maldita oportunidad de poder conservarla si hacía esto únicamente. Y eso sólo le volvía más loco. Más excitado.
—Ese dedo está a punto de meterte en problemas —le advirtió en voz baja.
Ella frunció los labios, luego hizo algo que él nunca hubiera imaginado. Algo que le hizo abrir los ojos de par en par por la sorpresa. Ella levantó esa bonita manita y el dedo corazón se disparó como una bandera.
No tuvo que decir ni una palabra. Su expresión lo dijo todo mientras se daba la vuelta y comenzaba a atravesar el salón. Probablemente se dirigía a la puerta de la cubierta de atrás.
Oh, eso era simplemente peor para ella.
Se quitó las botas de un tirón y las dejó golpear el suelo cuando ella alcanzó la cocina y siguió adelante. Él se quitó la camisa mientras iba tras ella, y la tiró al sofá.
Ella lo sabía. Le echó una mirada por encima del hombro y casi consiguió hacer un paso o dos. Antes de que pasara por delante de la mesa, el brazo de Nick la enganchó alrededor de la cintura y la arrastró por las escaleras.
Y como el pequeño demonio que era, ella luchó contra él. Le pateó, se revolvió y gruñó, él juró cuando le mordió el hombro. Pero no luchaba con la suficiente fuerza. Toda esa pesada respiración no era sólo porque estuviera enfadada. Mierda no, estaba tan mojada como él duro, y apostaba su polla por eso. Porque esa era la parte de su cuerpo que iba a desprenderse si no la metía dentro de su cuerpecito. Rápidamente.
No podía recordar un momento en que hubiera estado tan enfurecido y tan excitado al mismo tiempo. Podía sentir los músculos bombeando su sangre, su polla latiendo como una herida abierta, sus pelotas apretadas de lujuria.
Ella hoy no iba a escaparse con un simple combate. Ración doble, pensó. Iba a tener esa húmeda boquita insolente, e iba a tener ese coñito resbaladizo y caliente; y cuando terminara. Demonios, cuando él terminara, iba a averiguar cómo darle lo que ella necesitaba y mantenerla a salvo al mismo tiempo.
Pero no debía decírselo todavía. Demonios claro que no. Ella estaba bufando como una loca y le arañaba los hombros, maldiciéndole incluso cuando la tiró sobre la cama y se quitó los vaqueros.
______ se arrancó la camisa que llevaba, luego el sujetador. Estaba segura de que el tirante se había roto en algún momento. Cuando Nick se sacó los vaqueros, ella se quitó contoneándose las mallas y las bragas y le esperó.
Él tenía los hombros arañados por su furia, y estaba segura de que lo sentiría más tarde, pero ahora mismo, una actitud posesiva pagada de sí misma le curvó los labios.
—Te he marcado —le gruñó mientras él daba un paso hacia la cama.
Él sonrió. Curvó los labios de manera lenta y tan lujuriosa que fue como si le dieran un puñetazo en el estómago.
—Eso está bien, nena, porque estoy seguro de que yo voy a marcarte también, antes de que la noche acabe.
Ella se arrastró hacia el borde de la cama y se relamió, mirándole fijamente por debajo de sus pestañas y esperando. Anticipando.
—Pensaba en ti cada vez que usaba ese juguete. —Le provocó y vio como sus ojos destellaban con malévola pasión—. Lo chupé hasta que lo pude tomar en mi garganta y pensaba en ti. Oía tus gemidos en mi cabeza y gemía alrededor de ello mientras me tocaba.
— ¿Hasta tu garganta? —Su voz fue un gruñido ronco y gutural.
—Hasta la garganta. Y gemí. —Se relamió cuando levantó una mano de la cama y se la pasó por el cuerpo—. Y me toqué. —Se tocaba ahora. Los dedos se deslizaron por los jugos resbaladizos, rodeando su clítoris, y sus pestañas revolotearon de placer.
— ¿Te corriste? —Él estaba más cerca, se acercaba más, rodeando el grueso miembro con la mano mientras la hinchada cresta se apretaba y latía con hambre.
Una pequeña gota preseminal de color perla humedeció la diminuta abertura, atrayendo la atención de _____ y su hambre.
—Me corrí —le provocó—. Me corría y gemía, pero no fue suficiente. Porque no eras tú.
Y ella le había necesitado. Le necesitaba hasta que partes de ella se habían sentido estériles y perdidas.
El se acercó más, la punta de su polla casi al alcance.
—Vas a tomarte en tu garganta, _______ —le advirtió, su voz tan áspera, tan profunda que hizo que sus rodillas se debilitaran, el corazón le latió con fuerza en el pecho.
—Oblígame, Nick. —Ella sonrió, luego se quedó sin respiración cuando se pasó el dedo sobre el clítoris y supo que él era consciente del placer que se estaba brindando.
Una mano serpenteó fuera, le agarró del pelo y la enredó ahí para mantenerla quieta. Ella golpeó con la lengua sobre la ancha cabeza y gimió ante el rico sabor terroso de la gota de líquido en su lengua. La pasión se fundió con la lujuria. Una tormenta, calor y relámpago, llenó sus sentidos y empapó sus dedos con la respuesta.
Luego la polla le llenó la boca. Gruesa y dura como el acero, la cabeza latía violentamente cuando la empujó dentro de ella. ______ gimió y oyó su gruñido en respuesta cuando hizo lo que le prometió. Lo tomó en la garganta, la lengua se curvó bajo la parte inferior mientras probaba su sabor.
Agarró el miembro con una mano, acariciando con fuerza, con intención de romper su control al igual que él había logrado romper el de ella. Maldita sea, ella nunca le había mostrado a nadie, hombre o mujer, el dedo. Eso era lo que él le hacía. La volvía loca. La volvía loca por tenerle, la hacía querer luchar y amarle.
Y que Dios le ayudara, cuanto le amaba.
—Maldita seas —gruñó cuando ella levantó las pestañas y le miró fijamente, tomándolo tan profundamente como pudo mientras se tocaba, se acariciaba—. Tu boca es ilegal, ___.
Ella habría sonreído, pero lloriqueó en su lugar. Porque le necesitaba, tenía hambre de él. Porque quería probar su liberación, disfrutar de ello.
Lo chupó con más fuerza, golpeó la punta con la lengua mientras le follaba la boca y le tragaba profundamente.
—Demonios. —Empujó los dedos de ambas manos en el pelo, apretó y empujó, y ella gimió otra vez, sabiendo que el sonido vibraba contra la punta de su polla y disfrutó de su respuesta.
—Dulce _____. —El sudor le empapaba la cara, los hombros. Le caía por el cuello en diminutos arroyos y le humedecía el cabello que le caía sobre la cara.
Parecía un pirata. El se sentía como un pirata, porque le había robado el corazón y el alma y ella no quería que se los devolviera. Sólo le quería a él a cambio.
—Dulce. —Gimió, bajó las pestañas, un rubor oscuro en las mejillas mientras los labios parecían más exuberantes, más llenos, más sensuales—. Dulce ____. Chúpala, nena. Profundamente.
Ella lo atrajo más profundamente, gimió, lamió, y sintió el latido de advertencia de su liberación inminente. A Nick el abdomen se le comprimió, el sudor le resbaló, y un segundo después echó la cabeza atrás, apretó la mandíbula, y gritó su nombre mientras explotaba.
Caliente, rico, con un sabor a sal, a hombre y a tormenta, le llenó la boca con eso, embriagándola. Ella tomó cada furiosa explosión y lloriqueó ante la pérdida cuando se apartó de ella.
—Suficiente. —Le sacó la mano de la sensible carne del coño que latía, un segundo antes de que se corriera.
_____ abrió los ojos de golpe.
—Estaba lista para correrme —casi aulló cuando la levantó y la puso de espaldas.
—Sí. Lo sé. —La sonrisa era masculina y puramente malvada—. Si quieres correrte, cariño, todo lo que tienes que hacer es pedirlo bien.
— ¡Gilipollas! —Le agarró del pelo mientras él se movía entre sus muslos y tiró. Tiró hasta que tuvo los labios enterrados en la torturada carne y las piernas envueltas alrededor de los hombros.
—Oh Dios. Sí. Maldición, Nick. —Se arqueó, golpeó el colchón con los hombros mientras la lengua se hundía hasta el fondo dentro de las apretadas profundidades de su feminidad.
Y él lamió.
—Oh sí. Adoro esto. Adoro cuando haces eso. —Movía la cabeza, hundiendo los dedos en su cabello.
Lamió y bebió a lengüetazos dentro de ella como si estuviera comiendo dulces y adorara cada minuto de ello. _____ se estaba muriendo. Justo ahí en sus brazos, se estaba muriendo y no sabía cómo pararlo. No sabía cómo manejar el ardor ni la violencia de la respuesta a su toque.
Se retorcía contra él, chillando de necesidad mientras la mano de Nick aterrizaba en su trasero. La áspera caricia sólo la hizo arder con más fuerza.
—Más. —Se retorció. Se arqueó—. Oh Dios, Nick. Más.
Él le dio más. Más caricias ásperas, más pequeñas palmadas ardientes sobre su culo, y más de esos deliciosos lametones. Luego fuera de ella y alrededor de su clítoris. Él chupó el pequeño brote en la boca, y _____ estalló en fragmentos.
Gritó su nombre, latió y se rompió en pedazos, y antes de que pudiera recobrar el aliento, le abrió las piernas, se alzó sobre ella y enterró su polla profundamente.
Toda la longitud. Un duro empujón. Espoleó dentro de ella con demanda hambrienta, su nombre en los labios mientras comenzaba a empujar rápidamente y con fuerza. Acariciando, follando, y enviando ola tras ola de liberación ardiente a toparse contra ella.
Y no se detuvo. Estaba ardiendo, empapada con el sudor de ambos cuando él se soltó, la giró sobre el estómago, y le levantó el trasero.
Y empujó dentro de ella otra vez.
—Toma todo de mí. —Gimió él, corriéndose sobre ella, los dedos entrelazados con los suyos mientras la mantenía bajo él—. Siénteme, ___. Siente todo de mí, sé que te pertenezco.
Ella inclinó la cabeza atrás cuando Nick le raspó el cuello con los dientes y se hinchó en su interior otra vez. Una vez más. Bombeó dentro de ella hasta que se hizo añicos, voló, hasta que juró que su alma había abandonado su cuerpo y se había unido a la de él mientras sentía los pulsos violentos y duros de su semen disparándose en su interior.
Si no estaba embarazada todavía, supo que lo estaba ahora. Podía sentirlo, ese vínculo, esa conexión que nunca había creído que podría sentir con otro ser humano. Y menos aún, con Nick, él no le había dado elección. Le había robado el corazón. La había hecho parte de él, y ahora, la lucha había terminado. Aunque eso no significaba que él fuera a conseguirlo a su manera.
—Te amo —susurró ______ mientras él se desplomaba sobre ella, con la cabeza contra el hombro, los ojos abiertos para encontrarse con los suyos cuando ésta giró la cabeza para mirarle—. Con toda mi alma, Nick Jonas, te amo.
Nick suspiró pesadamente y se forzó a apartarse de ella, sonriendo con placer ante la caliente fricción a lo largo de su polla.
Poniéndose a su lado, la tiró a sus brazos y le presionó los labios en la coronilla.
—Te amo hasta que, a veces, me pregunto si puedo respirar sin ti —le susurró él entonces, mirando fijamente la extensión del dormitorio iluminada por el sol mientras le acariciaba la espalda con una mano.
Ella estaba quieta y silenciosa contra su pecho, aunque sabía que la indómita voluntad estaba todavía firmemente en el lugar. Era la persona más fuerte que jamás había conocido en su vida, y no deseaba nada más que permitirla ser débil.
Y eso era lo primitivo en él, sabía que lo era. El hombre que quería proteger a su mujer contra todas las amenazas. Ser un socio hasta que el peligro desapareciera. Pero había escogido a una mujer que se negaba a ocultarse del peligro.
Ese valor que ella poseía le aterrorizaba.
—Dayle Jonas es peligroso —dijo él bajito, mirando fijamente al techo ahora, la frente arrugada en un ceño mientras dejaba que los recuerdos de su niñez le embargaran.
No hacía eso a menudo. El pasado era sólo eso, el pasado. Cuándo había encontrado a ______, viendo su valor y su voluntad para reír, de algún modo le había ayudado a embotar esos recuerdos, pero nada los podía erradicar.
—Dayle quería una copia de sí mismo en un hijo —indicó—. Un matón sin conciencia y uno al que pudiera controlar. No tuvo mucha suerte conmigo. Fui un pequeño bastardo bocazas alimentado con rabia. Le desafié a cada oportunidad que tuve, y me regodeaba en ello, aún cuando me atizaba con los puños.
Esa había sido su relación con el hombre al que se negaba a llamar padre.
—No vas a enfrentarte a él solo. —La voz de ella fue suave, dulce, matizada con emoción y le golpeó como un rayo pleno de sentimientos en su interior que le hizo cerrar los ojos contra su fuerza.
—No hay ninguna otra manera de encararlo, sino solo. —Suspiró—. Eso es lo que se está preparando aquí, _____. Sólo yo y Dayle. Le he evitado, lo he postergado. Demonios, debería haber matado al hijo de puta antes de conocerte, como quería hacerlo. Pero el tío Paul se habría sentido como si le hubiera fallado en educarme bien, y Joe y Kevin, bien, ellos también habrían tenido algo que decir acerca de ello.
No mucho. Pero habrían dicho algo, pensó Nick.
Debería haber sentido un poco de pena, demonios, debería haber sentido culpa sobre el hecho de que le sería fácil matar a un hombre. Pero Dayle Jonas no era un hombre, era un monstruo.
Además, todavía no lo había matado, y Nick nunca estaba seguro de que era lo que le detenía. Quizá porque hasta ahora, Dayle nunca había hecho realmente nada malo, aunque Nick hubiera sabido que él era malvado.
Y no iba a matarlo ahora. No a menos que Dayle no le diera ninguna otra elección.
—Puedes quedarte con tu silencio y sin hablarme hasta que el infierno se congele. —Ella levantó la cabeza y le miró fijamente a los ojos—. Pero no vas a hacer esto solo.
Él, Kevin, Joe y Paul habían propuesto un plan mientras ____ dormía. Habían mantenido las voces bajas para no molestarla, tomando decisiones.
Nick sabía qué era la única cosa que Dayle siempre había deseado de él. Lealtad. Se reducía a algo tan sencillo. Desde que Nick había sido pequeño, Dayle había estado enfurecido por el cariño que le tenía a Paul y a los dos primos que no había conocido hasta que comenzaron juntos la escuela. Se habían sentido atraídos instantáneamente uno al otro. Y Nick había empezado a escabullirse de su propia casa para ir furtivamente a la de Paul.
Él y Kevin habían estado fascinados por la ternura de Paul, si a veces se comportaban bruscamente.
—Si estás conmigo, él nunca hablará —le dijo, manteniendo la voz firme, manteniéndose fuerte—. No formas parte de esto, ______. No hay manera de hacerte parte de esto.
La miró cuando ella colocó la cabeza en su pecho, los ojos brillantes con lágrimas. Y ________ no lloraba fácilmente. No utilizaba las lágrimas para conseguir salirse con la suya, no utilizaba ninguna de las artimañas femeninas para forzar lo que quería de un hombre, tal y como él había visto con el paso de los años en otras mujeres.
Kelly, adoraba su corazón, utilizaba descaradamente las lágrimas siempre que sentía que Joe estaba siendo demasiado terco. Descaradamente porque tanto ella como Joe eran conscientes de las tretas que usaba. Para ella era un juego al igual que una manera de conseguir pasar por encima de la actitud, a menudo, terca de Joe. Era dulce e inocente, y a veces no comprendía la maldad que existía en el mundo. Aunque sabía que ella discutiría esa opinión.
Crista era más fuerte, pero aún así, era tan completamente femenina que Nick sólo podía sonreír ante las peleas que Kevin tenía con su mujer. Tenía al gran y duro Kevin alrededor de su dedo y se las arreglaba para hacer caso omiso de la mayoría de sus tercas decisiones. Como dirigir la tienda de madera él mismo. Tomando la responsabilidad de ello. Kevin se estaba volviendo un verdadero empresario, cortesía de una pequeña y terca hembra.
______, Nick lo sabía, nunca sería como Kelly o Crista. Tampoco había nada malo en cualquiera de las mujeres. Era solamente que ambas veían el mundo tal y como existía a alrededor de ellas; no conocían la oscuridad que existía debajo. Y Kevin y Joe matarían a cualquiera que tratara de mostrárselo.
____ era diferente. Ella conocía el mal. Había vivido con ello. Conocía la oscuridad, porque había pasado años navegando con ella. Y le conocía a él. Y a causa de eso, ella iba a ser un infierno para sus nervios y lo sabía.
—Mejor encuentra un modo de hacerme parte de ello —indicó—. Porque no vas a hacerlo solo.
Él quiso sonreír ante el tono de su voz.
Girándola sobre la espalda, la miró a los ojos y colocó la palma en la parte baja del estómago.
—¿Sabes que juré que en toda mi vida nunca permitiría que una mujer tuviera a mi hijo? —Los dedos acariciaron el vientre donde él sabía que yacía su niño.
—No lo uses contra mí, Nick. Es jugar sucio.
Él negó con la cabeza.
—No lo estoy haciendo, ____; estoy intentando aclarar algo.
—Estás aclarando que estaré arriesgando a nuestro niño si trato de ayudarte. ¿Y qué hay de ti? ¿Si algo te sucede, quién me ayudará a criar a nuestro bebé? ¿Quién le enseñará cómo ser un hombre? —Los ojos no brillaban con lágrimas ahora, brillaban con ira.
Nick arqueó los labios ante la vista de esa ira.
—Si algo me sucede, te cuidarán —le dijo—. Al igual que Kelly o Crista serían cuidadas si algo les sucediera a Joe o a Kevin. Pero eso no era lo que quería decir.
—Entonces llega a tu condenada aclaración para que pueda decirte cuánto tiempo has malgastado. Estoy siguiendo el hilo por cierto.
Él estaba seguro en su cabeza de que lo hacía.
—Mi punto era, _____, hasta que llegaste, que nunca soñé que encontraría una mujer lo suficiente fuerte para asegurarse de que mi hijo estuviera protegido. Incluso si tuviera que ser protegido de mí.
Los ojos de ella se abrieron de par en par entonces, y Nick se forzó a encarar el temor que le había seguido la mayor parte de su vida adulta.
—Ellos dicen que la sangre siempre habla —le dijo—. Dayle Jonas utilizaba los puños ante la menor provocación. Es uno de esos hombres que deberían haber sido esterilizados antes de que tuviera la oportunidad de procrear. Para asegurarse de que esa clase de maldad no fuese hereditaria.
— ¿Estás loco? —Se apartó de un tirón, su expresión incrédula mientras rodaba en la cama y le miraba furiosamente—. ¿Acabas de malgastar media hora de mi tiempo con esa mierda? —Casi gruñía ahora—. Saca tu culo de la cama, vístete y dime qué demonios has planeado antes de que tenga que dispararte.
—Tú eres lo bastante fuerte para enfrentarte a mí, ______. Pero yo no sé si soy suficientemente fuerte para evitar asesinar a Dayle Jonas, si tienes que ver al monstruo que me engendró.
Ahí, estaba fuera. Lo había dicho. Ese era el fin del tema en lo que a él se refería. Rodó por la cama y cogió de un tirón los pantalones del suelo. Cuándo se puso derecho, la miró fijamente, sintiendo esa rabia interior atravesándolo.
—Cranston necesita a ese hijo de puta vivo —le dijo—. No quiero quitarte tu valor o tu orgullo, _____, pero esta es mi batalla y es mi lucha. No tendré el control de evitar volarle la cabeza si te golpea. Y lo hará. Solo para probarme. Solo para asegurarse de que tiene lo que quiere, lo haría.
—Y una mierda —replicó ella—. ¿ Nick, qué podría desear que le haría tan estúpido? Ha trabajado con la Liga la mayor parte de su vida por lo que comprendo. Ha sido malditamente bueno en lo que ha hecho. ¿Qué podría desear tanto que lo echaría echar todo a perder?
______ estaba furiosa. Estaba de pie delante de él, fulminándole con la mirada, enfurecida de que tratara de protegerla cuando la necesitaba.
—Mi alma —dijo amargamente—. ¿Qué quiere cualquier monstruo, ______, sino tu alma?
— Nick...
Le tapó la boca con la mano y cuando ella le miró a los ojos vio algo que casi la aterrorizó. Algo más aterrador que la rabia helada que había visto antes, algo más destructivo que la mera furia. Vio una determinación feroz, bestial, casi incontrolable cuando la miró fijamente a los ojos.
—Si él respira violencia en tu dirección, si curva un dedo para tocarte, morirá. — Nick curvó los labios atrás para mostrar los dientes fuertes y apretados—. Si respira el mismo aire que tú, si se atreve a dar un paso en tu dirección, no me molestaré en pensar, no me molestaré en tratar de controlar mi rabia. ¿Es eso lo que quieres?
Ella tragó con dificultad, la ira se desvaneció para ser reemplazada por una pena tan intensa que casi le robó el aliento cuando levantó la mano y le tocó la cara.
— ¿Qué te hizo? —susurró ella.
—Me creó —indicó fríamente—. Ahora, él va a tener que tratar conmigo. Pero si el DSN lo quiere vivo cuando terminemos, entonces te quedarás al margen. De otro modo, no hago ninguna promesa.
aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por aranzhitha Lun 01 Abr 2013, 6:15 pm

Capítulo 18
Con Cranston al corriente de lo que estaban buscando, no les llevó mucho tiempo conseguir los archivos del hombre de la fotografía con Chandler y Dayle Jonas, o encontrar las conexiones que los habían reunido.
Estuvieron en la misma unidad del cuerpo de marina durante casi ocho años. Después permanecieron en contacto. Salidas de caza. Salidas de pesca. Tapaderas para sus propios sueños de gloria, mientras atraían a más y más reclutas después de que abandonaran el servicio, pero permanecieron vinculados a varios grupos militares.
Individualmente no tenían el verdadero poder respaldándoles, pero lo habían ganado como grupo. Aquí y ahora. Atrayendo a soldados de ideas similares, al principio, soldados licenciados, y lentamente labrándose un nombre hasta que sus reclutas provinieron del servicio activo.
Los habían conectado. Habían unido los puntos durante el día hasta que Cranston estaba seguro de que era solo cuestión de tiempo antes de que tuvieran a los responsables de la orden del ataque en Irak que había matado a la niña de ______. Pero para asegurar su arresto y el completo descubrimiento de todos sus miembros, necesitaban algo más para inculpar a Dayle Jonas.
Nick obtendría más de ellos. Y _______ estaba aterrorizada por como lo lograría, y lo que eso haría a su alma.
Olvidarse de la pelea sobre su decisión de reunirse con Dayle Jonas él sólo, no fue fácil para ______. Pero había visto que cuanto más discutía ella sobre esto, más decidido estaba él.
El orgullo sureño y la voluntad cabezota. Había oído hablar de esto; pero nunca lo había visto. Ni que fuera completamente diferente a cualquier otro hombre de su clase. Eso dolía más, tal vez porque le pertenecía.
Y esa era la parte que la estaba volviendo loca. Él la había hechizado, seducido y amado directamente hasta el alma, y ahora la estaba dejando fuera.
Le echó un vistazo desde dónde estaba sentada en la mesa. Estirado en el sofá, con un brazo detrás de la cabeza mientras se suponía que miraba la televisión.
No estaba mirando ese monótono reportaje más de lo que miraba ella. Estaba a la escucha, tenso, expectante. Lo que fuera que Kevin y Joe habían hecho ese día evidentemente no iba a tener resultados inmediatos.
Mientras lo observaba, el móvil sonó insistentemente en su oído.
—Dane —respondió a la llamada, observando como Nick se tensaba todavía más.
— ¿Quieres decirme que demonios están tramando los primos de tu novio? —Le espetó Cranston al oído—. Acaban de tener una riña bastante acalorada, aunque divertida, en el estacionamiento de Maderas Jonas. Parece que han tenido un pequeño desencuentro con su primo por una jodida foto que él encontró.
Dios, ¿qué estaban haciendo?
Ella levantó los ojos mientras Nick se incorporaba y giraba la cara hacia ella. Los ojos entrecerrados mientras ____ le miraba.
—No lo sé —respondió al fin—. Y él no me ha dicho nada.
—Agente Dane, ahora no necesitamos cagadas —soltó Cranston. Podía imaginárselo con el ceño fruncido y el rostro arrugado como un bulldog furioso—. Descubre qué demonios pasa.
— ¿Y cómo espera que lo haga? —le preguntó, todavía mirando a Nick, el temor creciendo en ella—. ¿Tiene los detalles de la conversación?
—Oh, algo parecido a lavarse las manos de él para siempre porque había destruido una prueba contra alguien. Una foto. Una que implicaba a alguien que no nombraron, pero alguien con cerebro podría deducirlo.
Se lamió los labios con nerviosismo cuando Nick se levantó lentamente y caminó hacia ella. Apretó los dientes mientras él le deslizaba la unidad inalámbrica de la oreja y la ponía en la suya.
—_______ está bastante ocupada ahora mismo, Timothy —le dijo con calma—. Inténtalo más tarde.
Terminó la llamada y arrojó la unidad a la mesa.
—No contestes. —Señaló con el dedo el teléfono que sonaba, luego se giró y entró en la cocina.
Y _______ ya había tenido bastante. Se levantó, recogió los archivos en los que estaba trabajando y los metió en la maleta. Apagó el portátil, también lo metió en la maleta y la llevó hasta la puerta.
—Sal por esa puerta y te ataré a la cama. —Dijo sin alzar la voz.
—Ya estoy harta de esa amenaza. —Se sentó en la silla y se puso los calcetines en los pies antes de coger las botas.
Él sacó una cerveza de la nevera, la abrió, y regresó al salón, dónde se sentó en el sofá y la observó, los ojos verdes penetrantes, su expresión tallada en piedra.
—No soy ni Crista ni Kelly —le dijo—. No seré empujada detrás de ti y protegida, ni jugaré a la indefensa mujercita. Si eso es lo que crees, entonces deberías sentarte y reconsiderar tus opciones. Esta no funciona.
Se puso la primera bota en el pie.
—Mañana me llamará en algún momento —expuso Nick —. Alex contactará con Cranston esta noche. En este momento, este puerto, así como la tienda de maderas, está bajo vigilancia por tres de los hombres en esa foto. —Señaló la foto que yacía sobre la mesa—. Si sales de aquí, me pondrás en peligro, ¿es eso lo que quieres?
Ella dejó caer la bota al suelo.
— ¿Qué has hecho? —susurró, mirándole mientras sentía que su pecho se oprimía de terror. Recordó el año anterior, la operación que casi acaba con la muerte de Crista Jansen porque Kevin había jugado con Johnny Grace. Y ahora, Nick se ponía a sí mismo como blanco.
—Todo el mundo sabe que los Chicos Traviesos siempre permanecen juntos. Nada pasa entre ellos. Ahora ha pasado algo; hay una división. Nadine lo vio brevemente esa mañana en que Kevin y yo discutimos en el café por ti. ¿Lo recuerdas?
Ella asintió, recordando la mañana que había amenazado con irle a Crista con el chisme de Kevin.
—Nos han visto discutir más de una vez últimamente, sobre ti y esta investigación. Eso juega a nuestro favor. Ahora parece que Kevin y Joe discuten entre ellos porque destruí una foto que implica a alguien en la investigación. Y Kevin deja que su opinión de “la sangre hablará” sea conocida.
_____ sacudió la cabeza lentamente.
— ¿Qué tipo de sangre? ¿Qué significa, “la sangré hablará”?
—Significa, ______, evidentemente eso, que cuando esto se derrumba, mi lealtad es para el bastardo que me engendró más que para la familia que me crió.
— ¿Y me has mantenido en la oscuridad sobre esto por qué razón?
— ¿Esperar que pudiera mantenerte al margen? —Arqueó la ceja burlonamente—. Te lo estoy contando, porque he decidido que no hay otra opción. ¿Has considerado cómo alguien descubrió quienes eran vuestros agentes y logró colocar los explosivos sumamente profesionales en sus vehículos?
—Cranston sospecha de una filtración —susurró ella—. Ha estado revisando los archivos. Como yo.
Nick negó con la cabeza.
—No hay filtración, cariño. Estuvisteis todos en el Suits. Os reunisteis allí, en una habitación especial para reuniones casi cada mañana.
— ¿Cómo lo supiste?
—Porque el deshonrosamente licenciado soldado raso Michael Wheeler trabaja allí. Y es muy amigo de Dayle Jonas. Mira los archivos de los hombres que se han unido a las filas de la Liga. La mayoría fueron licenciados deshonrosamente por abusos, por ignorar la cadena de mando, crímenes sexuales. Los que no estuvieron en el ejército son unos parias de cojones, nada más. Excepto tal vez por los sueños de gloria. Una vez establecí quién del hotel podría haber estado en posición de vigilarte, fue fácil de descubrir. Aquí es dónde Cranston se equivocó. Tenía miedo de que la sangre tirara, así que te envió para poder vigilarme, ver de qué manera se inclinaban las cosas antes de involucrarme.
—Temía que protegieras a Dayle Jonas.
—Al igual que sus agentes. Al igual que sus agentes sin duda hablaban en esa habitación después de que te fueras cada mañana. La habitación podía haber tenido micrófonos ocultos, las habitaciones individuales podrían haber tenido escuchas. ¿Quién sabe? Pero Dayle descubrió lo que estaba pasando, y sabía que Cranston estaba detrás de él; de otra manera nunca habría arremetido contra los agentes.
Ella asintió lentamente. Había discutido esto con Cranston, advirtiéndolo de introducir a Nick y a sus primos en esta fase de la investigación, pero él se había negado. Ahora supo por qué.
—¿Qué estás haciendo ahora? —preguntó ella.
—Dejando que hable la sangre. —Dijo quitándole importancia—. Dayle va a pensar en esto. Va a pensar sobre esa foto, pensar sobre qué puedo saber, entonces va a llamarme. La oportunidad que ha estado esperando. Una señal de lealtad hacia él en vez de a mis primos o a mi tío.
—O a tu país.
—O a mi país —estuvo de acuerdo—. Convocaremos una reunión. Alex me cubrirá, es un francotirador de narices. Kevin y Joe me respaldarán desde una distancia segura, y yo obtendré la información que el DSN necesita.
Ella negó con la cabeza.
—Esto no va a funcionar. Cualquier abogado defensor de la nación te sacaría del estrado si testificas contra él. Con tu historia familiar, no funcionará nunca.
—Es la única opción que tenemos —le dijo.
—Ir con escuchas…
—No funcionará; me chequeará por si llevo escuchas, ___. No es un incompetente ya lo ha demostrado.
—Un tipo diferente de escucha. —Se inclinó hacia delante atentamente—. Un móvil, Nick, el auricular de dentro permanecerá activado aunque el teléfono esté encendido o apagado. Es nuevo. Algo de lo que no sospechará. Puedes llevarlo en el cinturón, claramente visible. Nunca lo sabrá.
La miró en silencio.
—Es algo que ni siquiera nuestros agentes conocen. Cranston tenía a un amigo trabajando en ello. Funciona. Lo hemos probado varias veces. La recepción es perfecta. Podemos obtener una grabación de la reunión, obtener la prueba, y freírlos a él, a Nadine y a todos sus amigos.
—¿Los agentes que trabajan contigo lo saben? —Ese era el riesgo, pensó Nick. Si esto era algo que los otros agentes hubieran sabido, o hablado de ello, entonces Dayle ya lo sabría y sospecharía.
Pero ____ negó con la cabeza rápidamente.
—Te lo he dicho, sólo nosotros tres lo sabemos. Cranston, yo, y el experto electrónico suplementario con el que Cranston trabaja. Ni pertenece a la agencia. Y sé que Cranston lo lleva encima. Simplemente está esperando la oportunidad de probarlo.
Podría funcionar. Nick entrecerró los ojos, observándola silenciosamente durante unos largos instantes. Si no funcionaba, si la recepción no marchaba, si el aparato electrónico fallaba, entonces qué demonios. No se perdía nada. Excepto la sangre. Si el DSN no podía imputarle los cargos a Dayle, entonces Nick, tanto como odiaba el pensar en ello, se haría cargo de las cosas por sí mismo.
Su hogar había sido destrozado en los años anteriores a causa de los crímenes de Johnny y de Dayle. Una vez que las noticias de las actividades de algunos de sus ciudadanos se habían filtrado, el pueblo había quedado en estado de shock. Era tiempo de acabar con esto, de una manera o de otra.
—Esto puede funcionar, Nick —le instó _____ bajito—. Podemos tener la furgoneta en el pueblo antes del amanecer si me pongo en contacto con Timothy ahora. Llamaré a Alex; será capaz de contactar a Timothy sin que nadie lo sepa. Lo tendremos todo preparado y a la espera antes incluso de que te llame Dayle.
¿Qué había que perder? Si funcionaba, entonces no tendría que enfrentarse a _________ después de derramar más sangre. A pesar de lo que le había dicho al sheriff Mayes —que matar a Johnny fue mejor que el sexo— ahora admitía que le marcó el alma. No era un lamento, si no un conocimiento que a veces le asustaba.
¿Si mataba al hombre que lo había engendrado, qué ejemplo estaba dejando para sus niños? Niños que un día crecerían y que sin duda oirían la historia. Algunos secretos simplemente no pueden guardarse cuando todo el mundo sabe bastante de los demás.
—Llama a Alex. —Consintió al fin—. Enviaré un mensaje a Kevin y a Joe. Pueden deslizarse sin que los observadores ni siquiera sospechen algo. Tendremos las cosas a punto.
________ sintió que su corazón casi explota de dicha. No estaba descartando la idea, la estaba adoptando. No la quería involucrada, pero estaba dispuesto a permitirle que lo respaldara, y esa concesión, lo sabía, no había sido fácil para él.
Estar con Nick no iba a ser siempre fácil, lo había descubierto. Cuando decidía algo, evidentemente podía llegar a ser increíblemente cabezota sobre esto, incluso con ella. Pero podía escuchar. Eso era todo lo que le pedía, escuchar.
—Mírate la cara. —Sus labios se arquearon con una sombra de diversión mientras extendía la mano y le tocaba la mejilla—. Pensarías que acabo de darte diamantes.
_________ negó lentamente con la cabeza.
—Algo mejor que los diamantes, Nick.
— ¿Qué puede ser mejor que los diamantes?
—Tu confianza.
Nick la miraba ahora, casi confundido. Los ojos de ___ estaban brillando, el marrón dorado de un suntuoso color miel, lleno de calidez y algo extraño rebosaba felicidad. Caramba, un hombre pensaría que acaba de ofrecerle las joyas de la corona o algo parecido.
—_____. —Sacudió la cabeza, dejando que sus dedos trazaran su mejilla antes de apartarse y continuar mirando esa extraña visión—. Nena, siempre has tenido mi confianza.
—No del todo, Nick. —Dijo negando con la cabeza—. No cuando se trata de ti, de algo tuyo. Es algo que incluso no concedes completamente ni a Kevin, ni a Joe.
Frunció el ceño ante eso.
—Lo hablé con ellos. Elaboramos juntos el plan.
—Y entonces los alejaste —le dijo ella—. Les diste lo suficiente para satisfacerles, sólo lo suficiente para hacerles sentir como si formaran parte de esto, pero aún así ibas a ir sólo.
—Todavía voy a ir solo —la advirtió, asegurándose que lo entendía—. No vas a ir conmigo, ______.
—Pero estaré allí contigo —susurró ella—. Y estaré cerca. Sabré que estás a salvo, y que estás dispuesto a ese riesgo, así puedo estar segura que estás a salvo.
—Demonios. —Se frotó la mandíbula bruscamente—. Como si fueras a ceder. —La miró furioso—. Me ganas en cabezonería, ¿piensas que no lo sé? Simplemente se te ocurre una solución que no había pensado. Habría ideado algo antes de la reunión.
No era tan difícil, siguió diciéndose a sí mismo. Entraría en la reunión, vería qué demonios estaba pasando, obtendría algo de información luego entregaría a Dayle Jonas a Timothy Cranston y al DSN. Era así de simple. Pero no tenía intención de arriesgar la vida de _______.
—Y ahora déjame explicarte algo —dijo ella entonces—. Antes, dijiste que él te había creado. Dayle Jonas no te creó. Te hiciste a ti mismo. Así como todos nosotros.
Nick sacudió la cabeza ante eso antes de alargar la mano y arrastrarla de la silla hasta sus brazos.
—Eres una mujer peligrosa —le dijo mientras la abrazaba contra él—. Y tal vez tienes razón. De cualquier forma, seré el que lo derribe. Ahora haz esa llamada a Alex y consigue montar tu plan. No quiero que Dayle llame antes de que lo tengas todo listo.
La soltó y la observó mientras cruzaba la habitación para recuperar el inalámbrico del oído para el portátil.
—Sólo por si los móviles no son lo bastante seguros en este momento. —Ella frunció el ceño cuando se sentó delante del portátil—. Prefiero no arriesgarme.
Envió rápidamente un e-mail codificado. Una corta y seca petición de un teléfono móvil y los accesorios correspondientes. Cranston sabría de lo que estaba hablando.
A los pocos minutos, llegó la respuesta. Una afirmativa y en funcionamiento. Como de costumbre, Cranston iba por delante de todos, pensó ella con una sonrisa mientras ______ leía el mensaje por encima de su hombro.
—Bastardo —masculló, pero tenía otra vez esa veta de diversión.
— ¿A qué hora se supone que Kevin y Joe estarán aquí? —le preguntó mientras se levantaba e iba hacia él, ansiosa, casi desesperada por tocarle ahora.
Lo necesitaba, una parte de ella estaba tan hambrienta de él, de ser abrazada por él, que se preguntaba si soportaría el esperar lo que tardara en desvestirse.
La atrapó inmediatamente, sus brazos eran tan fuertes y seguros, envolviéndola, alzándola hacia él.
—Tenemos mucho tiempo —le prometió—. Dios, ____, sacaría tiempo de dónde fuera para esto.
La dejó caer en el sofá, yendo sobre _______ mientras sus manos le apartaban los pantalones de algodón que llevaba y se los sacaba.
Sus labios se posaron en los de ella, la lengua ahondando profundamente, entrelazándose con la de ____ mientras sus manos desabrochaban el cinturón, el cierre y la cremallera de sus vaqueros.
Siempre era así con _______. Salvaje y explosivo, tan abrasador que a veces se preguntaba si sobreviviría. Y siempre desesperado. Como si una parte de él no pudiera creer que ahora ella estaba allí, en sus brazos, formando parte de su vida.
La había dejado huir de él demasiados años. Tratando de darle el espacio y el tiempo que necesitaba para aceptar todo lo que le había pasado en la vida. Y se preguntó si no había sido un error. Para ambos. Los años perdidos nunca volverían. Pero se asegurarían que apreciara cada momento que tuviera con ella.
Cuando le sacó las ropas, entonces se arrancó las suyas, se quedó inmóvil, mirándola fijamente, desnuda y excitada, el cuerpo ruborizado y acalorado mientras le abría las piernas y se movía lentamente entre ellas.
Tenía los pechos llenos, los pequeños pezones prietos y duros, extendiéndose hacia él, ansiosos por su hambrienta boca. Primero tomó uno, luego el otro, chupando la dulzura de su piel y la tensa calidez de los tiernos picos. Le besó la curva del pecho, luego el hombro, mientras se alzaba sobre ella.
—Te quiero ______ —le susurró al oído cuando empezó a empujar la polla en su interior.
Al instante, el sedoso calor empezó a cercar la punta sensible de su polla. Fuego líquido lo ciñó y lo succionó dentro, centímetro a centímetro hasta que estuvo apretando los dientes por el placer que lo consumía mientras enterraba toda su longitud en su interior.
Los momentos en que formaba parte de ella, eran como vivir en el éxtasis. La manera en que lo tomaba, tan libremente, sin dudar, ofreciéndole cada pedazo de sí misma tanto si era consciente de ello o no.
Siempre lo había sabido. Ya fuera uno de los besos robados, o ahora, enterrado tan profundamente en ella que no sabía dónde acababa él y empezaba ella, podía sentir el alma de ________ estrechándole. Tan cierto como que las profundidades de su coño lo envolvían, también le envolvía su alma.
Nick la protegía bajo él, la sujetó y empezó a moverse, con empujes lentos y pausados. Cada penetración provocaba un fuerte jadeo desde su pecho y provocaba que ella respirara entrecortadamente. Temblaba bajo él, se estremecía por el placer que le daba. Lo hizo sentir más fuerte de lo que sabía que era, más poderoso de lo que nunca se imaginó que podía ser.
—Oh Dios, Nick. Es tan bueno. —Sus gritos sin aliento le enviaron una oleada de placer por la columna.
—Agárrate bien a mí, _______. —Tenía los brazos ya envueltos fuertemente alrededor de sus hombros, las uñas enterradas en su carne. Llevaba sus marcas cada vez que la tomaba, y se regodeaba de ello.
Levantó la cabeza para poder observar su rostro mientras la tomaba. Observar el rubor que le cubría la expresión, la transpiración que brillaba sobre su piel.
Nada en su vida había sido nunca tan bello como _______ en plena pasión. Y nada, ni nadie, podían arrebatarle el control como ella lo hacía.
Se movió contra ella, más fuerte, más profundo. Gimió ante el ceñido agarre, sentir su coño apretado envolviéndolo, tratando de sujetarlo dentro de ella cada vez que se retiraba. Sentir el creciente placer, los convulsivos apretones de los sedosos músculos rodeándolo, sus gritos alzándose, la exigencia en los empujes en respuesta de sus caderas.
Estaba perdiendo el control. Podía notarlo. Sus músculos tensos mientras combatía por aguantar un poco más, para sentir un poco más del placer de ________.
Entonces ella se derritió debajo de él, a su alrededor. Las caderas de ________ golpearon las suyas y su grito le saturó los oídos, y resistir fue imposible.
Tenía su nombre en los labios cuando empujó dentro de ella una y otra vez, perdido en la liberación que crecía en su interior hasta que se enterró en ella una última vez y sintió los duros, fuertes chorros de su liberación pulsando desde su polla.
Nada había sido así de bueno en su vida. Nadie más lo había nunca colmado, realizándolo como hizo _______.
—Te quiero —susurró ella en su oído—. Qué Dios me ayude, Nick, te quiero tanto.
Y esas palabras, lo completaron.
aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por aranzhitha Lun 01 Abr 2013, 6:17 pm

Hola chicas ya casi se acaba la nove ya faltan pocos capis así que les quiero preguntar quieren que los suba de una vez todos o quieren que les suba de uno en uno?? avísenme ok
:bye:
aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por Sooky Vie 05 Abr 2013, 3:04 pm

Este capi estubo candela xd, me encanta cuando esos dos se dicen que se aman so una ternurita :hug: jajajaj
que mal que se acabe tan pronto

te dejo mi web por si quieres pasarte por ella

https://onlywn.activoforo.com/t39760-la-decision-de-kevin-y-tu?highlight=la+decision+de
Sooky
Sooky


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por JB&1D2 Sáb 06 Abr 2013, 3:34 pm

nooo por que?? no quiero que acabe :(
subelos todos de una vez
JB&1D2
JB&1D2


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por sara_any87 Dom 07 Abr 2013, 7:30 am

ME ENCANTOO estuvo genial pero como la dejas asi hay espero que no le pase nada malo a nick siguela pronto besoss!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
SIGUELA PLISS!!!!!
"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 1755303498 "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 2883559249
sara_any87
sara_any87


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por JB&1D2 Dom 07 Abr 2013, 10:03 am

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
JB&1D2
JB&1D2


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por Invitado Lun 08 Abr 2013, 1:26 pm

Holaaaa!! nueva lectora!!! :amor:

Ame tu novee! esta genial!! :aah:

Siguela.... besos!
:hug:

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Btr3 "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Tumblr_mkp1jwHYS71s7t4zio2_500

Invitado
avatar


Invitado

Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por JB&1D2 Dom 14 Abr 2013, 7:41 am

siguelaaaaa
JB&1D2
JB&1D2


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por aranzhitha Dom 14 Abr 2013, 2:48 pm

Capítulo 19
Nick movió el Nauti Dreams del amarradero junto a las casas flotantes de sus primos y lo arrastró al amarre libre en el otro extremo del puerto deportivo. Para mantener el engaño, le dijo a _______. Su expresión era tranquila, demasiado tranquila y silenciosa, como si estuviera con ella sólo en cuerpo.
______ se apoyó contra él mientras maniobraba la embarcación desde la sala de mandos del segundo piso. Estaba sentado en la silla de cuero del capitán, guiando la enorme embarcación en el área vacía, y observando mientras dos de los trabajadores a tiempo parcial del puerto deportivo lo aseguraban al muelle.
Estaba oscuro; las nubes se extendían sobre la luna y tapaban las estrellas mientras un viento frío azotaba alrededor de la cabina acristalada de la sala de control.
—Cuando esto acabe, buscaremos una casa —dijo él observando con la mirada perdida a las montañas que los rodeaban—. Creo que un bebé necesita una casa de verdad.
_______ apretó los labios y encontró el dolor y el pánico creciendo dentro de ella ante su afirmación.
—Un bebé solo necesita un hogar, Nick —le dijo suavemente—. Y dos padres.
Lo que él estaba a punto de hacer no estaba exento de peligro. _______ había leído el expediente de la Marina de Dayle Jonas. Él había tenido problemas con el tema del autocontrol. Usó los puños indiscriminadamente, sin importarle a quien hería, o cómo los hería. Pero era muy hábil con las armas, particularmente, con un cuchillo. Sus aptitudes para cuerpo a cuerpo eran altas, y por todo lo que ella sabía de él, no tenía conciencia.
Pero no era el pensamiento del peligro físico lo que lo tenía con la mirada perdida en la distancia; era con quién iba a vérselas. Lo que iba a enfrentar. El hombre que debería haber sido su padre.
—Yo tenía siete años la primera vez que me encerró en el armario —dijo él.
La letal punzada de fría determinación en su voz hizo que las manos de ella se tensaran y apretaran en sus hombros desde donde estaba situada detrás de él.
—Él me mantuvo allí hasta que yo pensé que iba a morir —dijo—. Casi dos días. Sin comida, sin agua. Cuando me sacó, estaba casi inconsciente de miedo. Después que me las arreglaba para recomponerme y él me daba un trago de agua, yo mentía por él, como quería que hiciera antes de meterme en ese armario. Y me decía “Lealtad, hijo. Eso es todo lo que quiero de ti. Sólo se leal”.
Nick ni siquiera podía recordar sobre que necesitaba su padre que él mintiera en aquel tiempo. Algo intrascendente. Siempre lo era. Sólo algo para probar su lealtad.
—¿Y qué querías tu? —Le preguntó ella.
Qué curioso, podía oír el dolor en su voz por él, así de fácil. Como si él fuera tan parte de ella, que sabía cuánto le dolía mientras hablaba.
Nunca había sentido a otra persona de la manera en que sentía a _________. El modo en el que siempre la había sentido.
—Intercepté una transmisión de Faisal el día que ellos te llevaron a ese campamento —le dijo, en vez de contestar a su pregunta―. Registré el área, desesperado buscando un lugar para esconderte, porque sabía que me estaba metiendo en un lío cuando fui a por ti. Las cuevas no eran un lugar donde ir. Era el primer sitio que habrían registrado. No había otro escondite, otro lugar para ocultarse más que un agujero.
_______ sintió su corazón oprimirse cuando le cogió la mano y la sentó en su regazo, rodeándola con su calor cuando ella quería rodearlo con el suyo.
—Yo hice ese agujero. Iba a esconderte en él y tratar de encontrar algo con lo que cubrirte. Odio los espacios cerrados, _____. Los lugares oscuros y pequeños. Esa fue siempre mi debilidad.
Frotó la mejilla contra el cabello de ______.
—Tú estuviste en ese agujero conmigo —murmuró.
Él asintió.
—No podía dejarte sola allí. Estabas ciega, herida. Cuando más tarde maté a Nassar, _______, me asusté de mi mismo, porque lo disfruté. Te vi, tan valiente y fuerte, intentando tan duramente luchar cuando deberías haberte apoyado en mí, llorando, haciendo otra cosa que mostrar tu fuerza en caso de que tuvieras que caer luchando. Y tú debías haber caído luchando.
Ella sintió el corazón latir contra su mejilla y lo abrazó, porque se había obligado a sí mismo a meterse en ese agujero con ella.
—Estaba perdiendo el control —le dijo ella entonces—. Antes de que me sacaras de allí. Yo estaba a punto de romperme, Nick. Y en ese agujero, cuando los escuché viniendo a por nosotros, estaba gritando en mi cabeza hasta que me besaste. —Ese beso la había traído de vuelta, la salvó—. Tú me hiciste fuerte. Gracias a ti fui capaz de correr. Me levantaste, casi cargaste conmigo. Y gracias a ti, fui capaz de contener la oscuridad en mi propia mente, y el miedo a que ellos fueran a herirme otra vez. Ya no quería sufrir más. Y cuando perdí a Beth, tú me mantuviste cuerda. Con tu tacto, con tu beso, con todo el salvaje placer que me diste esa noche. —Ella lo miró, viendo su sombría expresión, incluso en la oscuridad con su corazón rompiéndose por el hombre que se había obligado a meterse a sí mismo a ese agujero con ella y que ahora estaba intentando encarar su propia pesadilla. Solo.
La expresión de Nick era sombría, oscura, pero sus ojos estaban vivos. Y ellos trajeron lágrimas a los ojos de ________. Feroz, terriblemente decidido. Él podría hacer cualquier cosa que tuviera que hacer para asegurarse de que Dayle Jonas nunca hiriese a nadie a quien amara, nunca más.
—Clayton Winston llamó mientras estabas en la ducha más temprano —le dijo—. Él tiene que hablar con Christopher. Después el DSN lo llamó. Ellos están arreglando el transporte a través de un agente privado a D. C., donde pueda ver a su hijo en una visita supervisada.
________ cerró los ojos, agradecida de que Cranston hubiese seguido adelante con esto.
—Clayton está muriéndose —dijo él—. Los médicos no creen que llegue a final de año. Él necesita esto antes de fallecer.
—¿Y qué necesitas tú, Nick?
Se sentía como un epitafio, la manera en que él estaba hablando, como si él no pudiera volver a ella, y ella se negaba a considerarlo.
—Vamos. —Él la levantó de su regazo y la condujo a través de la entrada al dormitorio. Allí, cerró la puerta a la sala de control y la trancó con un golpe de sus dedos.
—No me has respondido. —Ella se volvió para enfrentarlo en la oscuridad de la habitación. Las cortinas habían sido corridas esa mañana y ahora la habitación estaba casi completamente a oscuras.
Él encendió la lámpara de la mesita junto a la cama y se volvió para encararla.
—Tú vas a volver a mí —murmuró ella, la respiración entrecortándosele—. No me mires así. Van a cubrirte, y vas a volver a mí.
Las lágrimas llenaron sus ojos, porque ella no podía imaginar cualquier otra cosa.
—Volveré a ti —le prometió él—. De un modo o de otro, volveré, ______. Pero ¿cómo me verás, como me verán nuestros hijos si vuelvo con sangre en mis manos?
La sangre de su padre. Ella podía verlo en su cara, su incertidumbre acerca de poder dejar a Dayle Jonas con vida.
—Los matones son débiles —le dijo ella roncamente—. Tú consigue lo que el DSN necesita y ellos lo destrozarán. Te lo juro, Nick, lo destrozarán y encerrarán al resto del grupo para siempre. Tú ganarás.
Ella sabía que podían. Era la especialista en interrogatorios, pero sólo interrogaba sujetos de interés, no interrogaba sospechosos, no interrogaba sospechosos de terrorismo, nacionales o extranjeros. Había una división para eso, hombres y mujeres que hacían parecer a sus peores pesadillas un picnic en el parque.
Él asintió. La confianza, el puro conocimiento en sus ojos de que haría lo que fuera necesario para proteger lo que le pertenecía, le daba una lección de humildad. Él trataba de ser un escudo entre el mundo y aquellos a quienes amaba, siempre intentando protegerlos, de hacer que el peligro nunca los tocara. Y nunca esperaba, nunca pedía, por lo mismo, aunque sabía que Kevin, Joe, y Paul Jonas estaban siempre allí para él. Él nunca pedía.
—Entonces estamos listos.
Él asintió antes de acercársele, sus labios posándose sobre los suyos como una promesa. Una promesa gentil, eterna, tan dulce y apasionada como un sueño.
—Todo saldrá bien.
Ella asintió, y acalló sus miedos. ______ podría camuflar sus puntos de vista, podría crear una burbuja alrededor de él que no podría hacer menos que protegerlo de fuerzas externas.
Pero dentro de esa burbuja, Nick tendría que enfrentar el conocimiento de que no estaba sólo traicionando a un monstruo. También tendría que hacer frente a ese último rayo de esperanza, de que el monstruo tuviera un alma.
Sin embargo, los monstruos no tenían almas, se aseguraba a sí mismo Nick, a medida que el encuentro con sus primos y Alex Jansen se acercaba.
No era la primera vez que se encontraba a si mismo sorprendido por el conocimiento de ________ y su habilidad para encontrar soluciones factibles a los problemas que iban a encarar cuando fueran a ejecutar el plan que habían concebido.
Las escuchas telefónicas ilegales no eran nada nuevo, y Cranston no estaba por encima de usarlas para corroborar un plan que estaba empezando a encajar.
Una llamada había sido hecha a Dayle Jonas por uno de los hombres que vigilaban a los primos Jonas, informándole de la división entre Nick y sus primos acerca de una vieja foto, una prueba contra un ciudadano de Somerset en el caso del robo de misiles, y la negativa de Nick a dar a las autoridades la información pertinente de la implicación de ese ciudadano.
Y Dayle estaba interesado.
Nick escuchó la voz del otro hombre en la grabación digital que Alex le había pasado. La presunción en la voz de Dayle, que finalmente, la sangre se había espesado en las venas de Nick y se había convertido en algo más sustancial que el agua.
Dio la espalda a sus primos mientras se reproducía la grabación, manteniendo su expresión calmada.
No era un Jonas tras el que iba; era solo otro monstruo. Como había sido en los marines. No era una persona. Era un objetivo, nada más.
—El traslado del Nauti Dreams también fue registrado —les dijo Alex a todos suavemente y cambió la grabación a otra llamada. La llamada de teléfono de Nick a otro muelle y el arreglo del arrastre de su casa flotante fue dada también. Con cada llamada, Dayle se fue haciendo más confiado, mas convencido de que su hijo y sus primos estaban finalmente dividiéndose como él había estado esperando.
—Ese es mi chico —reflexionó Dayle suavemente, con petulancia—. Sabía que no tardaría mucho.
—¿Qué pasa con la mujer? ¿La agente que está con él? —le preguntó la voz del otro lado. Daniel Reynolds era uno de los hombres en la foto, uno le los lideres fanáticos de la futura revolución.
—Las mujeres son fáciles de quitar de en medio —resopló Dayle—. Un accidente, unas pocas de drogas en la bebida, y ella se contoneará en la barra un sábado por la noche. Nick la dejará.
—Ella sigue siendo un agente.
—Y ella no tiene la información que él tiene —precisó Dayle—. Sin duda, esa relación terminará bastante pronto, por sí misma. Lo llamaré pronto.
—¿Estás seguro de eso? —Presionó resueltamente la otra voz—. No podemos permitirnos un error.
Dayle se rió de la pregunta.
—Créeme, Daniel, conozco a mi hijo. Sé que es sólo cuestión de tiempo. El chico es un asesino. El fue un asesino en los marines, y siempre será un asesino. Esa clase de frialdad solo se adhiere a los de su clase. Él vendrá.
—Muy bien —consintió Daniel—. Arregla el encuentro y contáctanos cuando hayas acabado.
El sonido de la grabación desconectándose pulsó un interruptor en su mente. Frío. Duro. Si, él era un asesino. Se volvió lentamente para encontrar los ojos de sus primos.
—_______, ¿sigues teniendo esos archivos? —Él sabía que los tenía.
—Están arriba en mi maletín. —Ella se movió hacia la escalera pero no antes de echarle una mirada suspicaz.
Cuando desapareció arriba él miró a su familia. Sus primos y el hombre al que él llamaba amigo.
—Esto no será tan fácil como ella cree —les dijo quedamente—. Si algo me ocurre, cuidad de ella y de mi hijo. —Él miró a Kevin y Joe.
—Dadle lo que el tío Paul siempre me dio, y hacedlo juntos.
Kevin y Joe se miraron entre ellos.
—Tío, esto va a ser un paseo por el parque —protestó Kevin—. Como Alex ha señalado, tu mujer te tiene controlado por el micrófono oculto, el DSN en la furgoneta, y Joe y yo en posición. No va a pasar nada. —La mirada de Kevin fue penetrante—, a menos que hagas algo estúpido. ¿Harás algo estúpido, Nick?
Los labios de Nick se curvaron por la pregunta.
—¿Alguna vez he hecho las cosas de otro modo, primo?
—Demonios.
—Él va a hacer las cosas bien, o me encontrará pegada a él.
Nick se giró, frunciéndole el ceño a ______, quien no tenía los archivos en las manos. Pero su mano estaba posada en su cadera y su expresión era de cabreo.
—¿No está claro, Nick?
Él inclinó su cabeza suavemente.
—Seguiré el plan —le prometió.
Pero él conocía a Dayle. Y sabía que Dayle nunca seguía las reglas. Era así y lo sabía. Cuando acabara el encuentro, de un modo o de otro, esto iba a estar terminado.
Ella no creyó una palabra de lo que estaba diciendo.
—Aquí está el móvil —Alex sacó el teléfono de su bolsillo y lo dejó sobre la mesa—. Cranston está la mar de orgulloso de este pequeño cachorro. Me dijo que no lo rompiera; es el único prototipo que ha conseguido completar con éxito.
Nick cogió el teléfono de la mesa, lo abrió, y lo comprobó para saber si había cualquier cosa que Dayle pudiera usar para identificarlo como un micrófono oculto más que un teléfono.
—Hace incluso llamadas telefónicas —le dijo ______ con una sonrisa rígida.
—Cranston tiene la furgoneta aparcada en el pueblo, con un agente dentro. Tan pronto como tenga la localización podrá aparcarla en un radio de ochocientos metros y continuar recibiendo una recepción clara —les informó Alex—. Por lo que saben los que escuchaban en el hotel, él está rabiando porque Nick se negó a unirse al equipo o a ayudar a la agente Dane a completar su misión. Está haciendo planes para largarse de Somerset una vez que ella contacte con él.
—Lo que será esta noche —les dijo ella—. Contactaré con Cranston y le informaré de que debe recogerme por la mañana y que debo regresar a D.C. con él.
—Que es cuando asumo que Dayle hará su llamada. —Asintió Nick.
—Necesito activar el móvil con tu número en vez de usar tu propio móvil —le dijo _______—. Queremos una grabación de ello. Las llamadas se transmitirán sin rastro posible dentro del límite de ochocientos metros.
—Estaremos preparados para movernos cuando Cranston nos de la orden. —Alex asintió a Kevin y a Joe—. Lo tendremos todo a punto y estamos listos para movernos.
—Él tendrá sus propios observadores —les advirtió Nick.
—Tiene seis que hemos identificado, y tendremos hombres cubriéndolos. Permitiremos que permanezcan en sus lugares hasta el último minuto antes de sacarlos.
Era un plan de narices. Nick asintió a los tres hombres mientras curvaba los brazos alrededor de ______ y tiraba de ella contra su pecho, una mano contra la parte baja de su estómago mientras miraba a sus primos, su mirada penetrante.
Lo sabían. Breves asentimientos le aseguraron que lo sabían. Si algo le ocurriese, entonces _________ sería protegida, como él habría protegido a sus esposas, a sus hijos.
Ellos hicieron ese voto hacía mucho tiempo. Los tres chicos que deberían haber sido hermanos, que habían deseado serlo. Se habían convertido en hermanos. Y habían hecho ese voto, lo que pertenecía a uno tenía que ser protegido por los otros. Así de simple.
_____ sintió la mano en su estómago y miró a Kevin y Joe fieramente. No importaba lo que Nick quisiera, él iba a ser protegido. Sus miradas se posaron en ella y luego regresaron a Nick, y ella esperaba, rezaba, porque su asentimiento fuera afirmativo a esa demanda silenciosa.
Se decía que los Chicos Traviesos eran uña y carne. Su lealtad era mutua y sólo para la familia. Ese vínculo protegería a Nick.
—Entonces, aquí hemos terminado —Alex se levantó y miró a la parte de atrás del barco—. Maldición, el agua está jodidamente fría esta noche.
—Kelly y Crista tienen mantas eléctricas y café caliente esperándonos. Esto es lo mejor que vas a hacer esta noche, Alex —le informó Kevin.
—Sí, vosotros dos os acurrucareis con un cuerpo caliente, y yo me tendré que apañar con una manta eléctrica —gruñó—. Siempre me llevo la peor parte del trato con vosotros chicos.
—Sí, ya te lo recordaremos un día de estos.
Desaparecieron por el vestíbulo, el silencio descendió completamente en la casa flotante. No hubo un chapoteo, una oscilación del barco que indicara que se habían ido.
—Ven, siéntate conmigo. — Nick la llevó hacia el sofá, nada más sentarse, se estiró entre los cojines y la atrajo entre sus brazos.
—¿Sólo sentarme?
—Sólo déjame abrazarte. —La acercó más, su cuerpo caliente y duro, fuerte y seguro.
―Deja de hacer parecer esto un funeral, Nick. No va a pasar nada.
Él se rió entre dientes de eso, después suspiró.
—Sabes _____, la última vez que hablé con él tenía veinte años. Tenía las costillas fracturadas, una estaba rota, mi boca estaba llena de sangre, y podría haber jurado que me estaba muriendo. Se lo dije, cuando Kevin, Joe, y el tío Paul me sacaron arrastras, que la próxima vez que hablase con él, lo mataría.
Había escupido su sangre en los zapatos del bastardo y hecho un voto, y Dayle se había reído de él. Nick nunca había olvidado esa risa de regodeo; la había oído otra vez esta noche.
—Tú no vas a matarlo —le dijo ella.
—Sí, voy a hacerlo. — Nick sonrió cuando ella se tensó en sus brazos, y ante el pensamiento de lo que iba a hacerle a Dayle—. Traicionarlo con DSN será lo mismo que la muerte para él. Es mi última venganza. Porque sabré, cada día, que él está respirando y ambos sabremos que lo he vencido.
Lo creía en su interior, aunque sabía en sus entrañas que las cosas no iban a ser tan fáciles. Él era un marine. Un francotirador. Un asesino. Siempre trabajaba solo, a veces sin observador de tiro, sin extracción. Porque la mierda surgía después de que la sangre fuera derramada, y en cuanto la mierda surgía, la información salía a la luz. Él había aprendido a guiarse por sus presentimientos. A saber cuándo ponerse en marcha y cuando no hacer nada. Y cuando algo no estaba yendo según lo planeado.
Esto no iba a ir según lo planeado.
Y si todo se iba a ir al diablo, quería esta noche. Quería sostenerla, quería hablarle.
Su mano se deslizó a lo largo de su estómago una vez más.
—Si nuestro hijo es un niño, quiero enseñarle a jugar al béisbol —le dijo suavemente.
Ella se rió. Un sonido suave y divertido que hizo que una sonrisa curvara los labios de Nick.
—Si es una niña, serás un tirano.
¿Una niña? Frunció el ceño. Una hija, con el pelo y los ojos de su madre y, que Dios lo ayudara, sangre Jonas. Se estremeció.
—La encerraré con llave hasta que cumpla los cincuenta.
—No lo harás. —Su mano cubrió la de él, sus dedos entrelazándose con los de la otra mano que descansaba en su muslo.
—Te lo prometo. Hasta que tenga cincuenta. Esta niña será más salvaje que el viento y más difícil de controlar que una mula novata.
Ella lo miró, la débil luz del cuarto captó el brillo de sus ojos, el amor, la preocupación, los miedos que la dominarían hasta que esto hubiera terminado.
—Ella será una señorita. —El sonido de sus carcajadas fue casi de risa tonta, porque lo sabía bien, lo mismo que él.
—Salvaje como el viento —argumentó de nuevo él.
—¿Y un chico no lo sería? —Ella alzó su mano y tocó su cara, y ese toque de ternura y la calidez combinadas, fue otro recuerdo que almacenó en su interior.
—Los niños son diferentes —le dijo.
Ella frunció el ceño, como él sabía que haría.
—¿Cómo lo sabes?
—Los niños nacen para ser salvajes.
—Y las niñas nacen para domar al viento —dijo ella suavemente—. ¿Qué estás haciendo, Nick?
Él sabía a qué se estaba refiriendo. ¿Por qué estaba él sólo sosteniéndola, sólo hablando, sólo construyendo recuerdos?
—Estoy creando mi escudo —bajó su cabeza y besó sus labios—. Tú eres mi escudo, ________, sólo que no lo sabes. Dulce y suave, nacida para domar al viento y tentar mis sueños. Cuando camine hacia ese encuentro, quiero llevar esto conmigo.
—¿Por qué?
Él se quedó callado por un buen rato, preguntándose si había otra manera de hacerla entender.
—Bueno, no quiero matarlo —admitió finalmente—. Porque estos recuerdos y todos los otros estarán envueltos a mi alrededor, y recordaré por qué estás luchando tú y lo importante que es mantenerlo con vida realmente. Tú eres la única cosa que se interpone entre él y la muerte, ____. Sólo esto, y saber que él es más importante para tu lucha de lo que lo es para mí.
—Entonces seré tu escudo —murmuró, volviéndose, afrontándolo, abrazándolo—. Siempre, Nick, seré tu escudo.

aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por aranzhitha Dom 14 Abr 2013, 2:49 pm

Capítulo 20
Él no le hizo el amor esa noche. Esperó hasta que amaneció y la llevó hasta la cama. Allí, la desnudó lentamente, gentilmente, y miró a la mujer extendida ante él.
Pechos suavemente redondeados, pezones duros y rojos. Su estómago estaba terso, sólo levemente redondeado. Aún no había signos de que su hijo descansaba allí, pero él sabía que lo hacía.
Muslos suavemente torneados, y entre ellos la sedosa y desnuda carne.
Las horas que había pasado abrazándola, besándola, acariciándola, habían alimentado los fuegos dentro de él hasta hacerlo hervir a fuego lento. Algo que Nick no había experimentado con anterioridad. Esta era la primera vez en su vida que había estado sólo sosteniendo a una mujer, sólo acariciándola, sólo dejando besos aterciopelados en cualquier parte que pudiera alcanzar.
Había estado duro durante horas. Podría haberla follado diez veces en el tiempo que se había tomado dándole cariño en ese sofá. Pero no lo habría cambiado por nada que hubiese conocido en el pasado. Cada toque, cada beso, cada pequeña risa, cada suspiro y palabra de amor susurrada los había unido más.
Ella lo había sentido. Él lo había sentido. Él sabía que ahora había cadenas envueltas en seda en su alma, que conducían de vuelta a ella. Si bien, la quemazón era ahora una llama. Nick le sonrió, un hambre salvaje y maliciosa rabiaba dentro de él.
Había nacido tan salvaje como el viento y, como el viento, había atravesado como un huracán por su propia vida, dando vueltas por ahí, sin dirección, dejando de lado sus propios sueños por el camino, hasta que había conocido a _________.
Y ella, había nacido para domar ese viento interior. No al hombre, ella hacía al hombre salvaje, hambriento. Pero la rabia, la furia ardiente que lo conducía antes de ese día en ese seco y caliente desierto, estaba ahora domada, sostenida entre las manos de una mujer compasiva.
—¿Vas a quedarte contemplándome toda la mañana? —Ella se estiró bajo su mirada, sus ojos parpadeando hacia donde él acariciaba su polla, anticipando, retrasando ese momento final cuando tendría que dejarla ir.
—¿Me dejarías? —Él sonrió, usando un dedo para trazar una línea entre sus pechos hasta el suave y sedoso montículo entre sus muslos.
—Si eso es lo que quieres hacer. —Ella levantó sus manos y dejó que sus dedos siguieran el rastro del camino que él había trazado—. Nunca te tomé por un mirón, Nick. Aunque estoy segura de que nos podemos adaptar si esa es tu perversión.
¿Si esa fuera su perversión? Él casi se rió; realmente sonrió. Dios, la amaba. Bocazas y todo.
—¿Qué pasa si es mi perversión? —Él levantó sus cejas con curiosidad. No es que fuera el caso, pero podía jugar con ella. Eso era lo mejor de _____, que disfrutaba jugando. Incluso cosida y sanando en un hospital en Irak, ella había disfrutado jugando con él.
—¿Entonces, no es de lo peor que me rompieras el vibrador? —Ella dejó a sus dedos rozar levemente por encima de su montículo, antes de retirarlos, acariciando a lo largo de la parte superior de la brillante hendidura.
Mierda, se iba a correr en su propia mano a este ritmo.
—¿Accederías a dejarme mirar? —Él no había previsto esto.
—Oh, accedería —murmuró ella, dejando que un dedo descendiera por entre los pliegues, con sus caderas arqueándose mientras él miraba—. Accedería a mostrarte como sobreviví cinco años sin ti. Accedería a dejarte mirar, y te dejaría escucharme llorar porque no podría alcanzar la misma culminación que tú me das. ¿Querrías verlo?
¿Verla llorar? Dios no.
—Acabaré por ti, nena —le prometió—. Te dejaré que me enseñes cómo lo haces, después te enseñaré cómo se hace.
Su sonrisa traviesa le provocó una carcajada, un centelleo en sus ojos de la misma hambre traviesa.
—Entonces enséñame como se hace. —Levantó los dedos de su carne, húmedos con sus jugos y él no pudo contenerse. Le cogió la muñeca y se llevó los dedos a sus labios.
Su sabor explotó contra su lengua. Dulce y terroso. Nada sabía tan bien como la pasión de __________. Cubrió las yemas de sus sabrosos dedos, chupándolos hasta dejarlos limpios, y miró sus ojos oscurecerse mientras acariciaba las sensibles yemas con la lengua.
—Te mostraré exactamente como debe hacerse —murmuró él—. Debes ser saboreada.
La estiró separándole los muslos todo lo que pudo, y sopló su aliento a través de la carne mojada, su mirada se levantó hacia ella cuando un temblor le sacudió el cuerpo.
—Saborearlo de la forma más deliciosa. Con un beso. —Él cubrió su duro y pequeño clítoris con un beso caliente, golpeándolo con la lengua, sintiéndolo palpitar con anticipación.
—¿Sólo un beso? —Ahora su voz estaba ronca por el placer.
—Hmm. ¿Un beso no es suficiente? —Él besó los pliegues de seda, probó el sabor de sus jugos en su lengua y murmuró en apreciación.
—No es suficiente. —Ahora las manos de _______ estaban en su cabello mientras trataba de acercarlo más.
—¿Una degustación? —Profundizó la lengua dentro de esos pliegues deliciosos, lamiendo suavemente, despacio, sintiendo la suave agitación de la entrada a su núcleo y el eco de la necesidad apremiante construyéndose allí en sus músculos.
—Probar no es suficiente. —Ella se retorció bajo él, arqueando las caderas, presionando el coño más cerca de su boca mientras él besaba, lamía y escuchaba sus gritos de placer en su cabeza.
Hacer el amor. Él nunca había hecho el amor antes de _______, pero eso era lo que estaba haciendo ahora.
Haciéndole el amor a ella. Amándola con todo lo que tenía dentro del alma.
—¿Besar o saborear? —Su propia voz ahora era entrecortada—. Se requiere poca cosa, ¿verdad?
Él levantó su cabeza, sonriéndole mientras ella lo miraba, sus pestañas bajando sensualmente, un brillo de transpiración en su cara.
Y aquellos pechos dulces y exuberantes. Estaban hinchados, los pezones duros, apretados y sonrosados de necesidad. No pudo evitar levantar una mano, deslizarla sobre su estómago y ahuecar unos de esos suaves montículos mientras volvía a besar, probar. Y lamer. Él lamió alrededor de su clítoris. Dejó pequeños besos en él, apretando sus labios y succionándolo hacia el calor de su boca hasta que ella se deshizo bajo él, arqueándose y gritando su nombre en la liberación.
Antes de que los temblores acabaran de azotarla, él se arrodilló, le levantó las piernas hasta que descansaron contra su pecho y condujo su polla dentro de ella.
Joder. Estaba apretada. Tan caliente que tuvo que apretar los dientes, intentando valientemente pensar en motores de coches, en algo, cualquier cosa excepto la destructiva y aterciopelada funda que envolvía su polla.
Y nada funcionaba. Nada llenaba su mente salvo su olor y su tacto. Su voz gritando su nombre, sus manos aferrándole las muñecas mientras él se agarraba a sus caderas. Hasta que estuvo totalmente enterrado dentro de ella, sus pelotas profundamente en el más dulce y resbaladizo paraíso que el alma de un hombre podría encontrar alguna vez.
— Nick. Oh Dios, es tan bueno.
Bueno, ni siquiera se acercaba. No había descripción para este placer; desafiaría la habilidad de cualquier poeta para expresarlo. Él se tensó, hundiéndose más profundamente dentro de ella, sintiendo el sudor correr por su pecho mientras sensación tras sensación azotaba su cuerpo, hasta sus terminaciones nerviosas, llenándolo de éxtasis.
Bajó su cabeza hasta que pudo besar su delicado tobillo, antes de que ella se sacudiera y un pequeño grito jadeante escapara de sus labios.
Él la miró y sonrió antes de lamer el lateral de su pie. Ella gimió, su pie flexionándose mientras él llevaba una mano desde su cadera hasta su pie, y cuando empezó a empujar, la mordió, justo debajo el dedo gordo.
________ gritó por la sensación. Él la mordía. Mordía su pie y empujaba dentro de ella, una vez, dos veces, y se corrió otra vez. Explotando en un millón de fragmentos brillantes mientras las caderas de él se movían más duro, más rápido. Bombeando en su interior con la expresión tensa, el sudor bajándole por el cuello mientras ________ se sentía volando de un clímax a otro, después uniéndosele mientras su liberación fluía dentro de ella.
Ella lo miró, el modo en que sus ojos se entrecerraron al mirarla, volviéndose sensuales y duros un segundo antes de que se cerraran y un estremecimiento sacudiera su cuerpo.
—No puedo tener bastante de ti —le dijo bruscamente sin aliento mientras se desplomaba sobre ella, permitiendo que sus piernas le abrazaran las caderas antes de deslizarse hacia la cama—. Cada vez te deseo más.
Ella sonrió, recorriendo su pelo con sus dedos.
—Bien, porque yo no puedo tener suficiente tampoco.
Él se tendió de espaldas, arrastrándola hasta que estuvo tendida sobre su pecho, débil y agotada, sabiendo que no había tiempo para dormir.
Ellos yacieron así, sus corazones finalmente calmándose en sus pechos, sus respiraciones volviendo a la normalidad.
—Cuando dejes el barco, no mires atrás —le dijo él—. No te pares, no te detengas. Eres una mujer que se aleja de algo que no puede manejar.
—Sé cómo hacer mi trabajo.
Pero su voz se convirtió en un sollozo. ¿Alejarse de Nick sin mirar atrás?
—Sé que lo sabes hacer. Pero esto no será fácil, ______. Y no puedes detenerte. Tienes que seguir adelante.
Ella asintió contra su pecho.
—Tengo un petate preparado para ti. Algo de ropa limpia que Kevin trajo en una bolsa de plástico la pasada noche. Tu otra ropa. Tendrás tu maletín, con sólo el portátil dentro. Ellos pueden decir por el modo en que lo llevas, el modo en que te mueves, la forma en que cuelga de tu hombro o tu mano si hay algo más en él.
Ella asintió de nuevo.
—Cuando ocurra, cuanto me encuentre con él, no te acercarás hasta que esté esposado. ¿Entiendes?
Su voz era dura, su tono frío, pero ella podía sentir las emociones corriendo bajo la superficie. Y tan capaz como sabía que era, ella también se había dado cuenta de algo. Él la había llamado su fuerza, pero ella también podría ser su debilidad. Tal como él podría ser la suya si alguien alguna vez quisiera herirlo para devolverle el golpe.
—No hasta que esté esposado —asintió ella, rezando porque pudiera mantener esa promesa.
—Entonces, vamos a prepararte para que te vayas. —La levantó de su pecho y salió de la cama con ella.
Estando de pie juntos, él tocó su cara y le dio un beso fuerte y prolongado.
—Cuando te tenga aquí de vuelta, no vas a salir de la cama en una semana.
—Como mínimo una semana —le prometió, quedándose quieta mientras él retrocedía y clavaba la vista en ella.
—Esto no me gusta —le dijo finalmente ________—. No deberías estar a solas con él.
Su sonrisa estaba teñida de amargura, pero ningún pesar.
—No lo estaré. ¿Recuerdas? Tú eres mi escudo.
Y ella tenía que contentarse con eso.
—Ve a ducharte. Yo recogeré tus cosas.
Y después, ella le dejaría solo. Solo para pensar, solo para recordar, y _____ lo sabía. Al igual que sabía que no había otra manera de convencer al monstruo de que Nick estaba solo.
Dejarlo esta vez le estaba rompiendo el corazón.

aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por aranzhitha Dom 14 Abr 2013, 2:51 pm

Capítulo 21
Nick le dio tiempo a ______ de llegar al paseo entarimado antes de salir a la cubierta de su casa flotante para mirarla marcharse.
Instantáneamente sintió el alcance del rifle entre los ojos, lo que significaba, con suerte, que lo estaba atrayendo lejos de ______. Sonrió burlonamente al aspirante a asesino, desafiándole a disparar, sabiendo que no habría ninguno. Pero era lo bastante listo, lo bastante instintivo para sentirlo.
Entonces giró la mirada de vuelta a ______, manteniendo su expresión cuidadosamente fingida, como si mirarla alejarse no significara nada para él.
No era para siempre, se recordó. Diablos no. Después de esto, no iba a mirarla alejarse de él nunca más, se aseguraría malditamente de ello.
Sacudiendo la cabeza como si le divirtiera algo, se giró y entró en el salón, cerrando la puerta tras de sí.
Tenía el teléfono móvil de _____ metido en su cinturón; encendido. Según ella, desconectar la batería no desconectaría la escucha.
Todo lo que tenía que hacer ahora era esperar a que Dayle Jonas supiera que _____ le había dejado y llamara. Y llamaría. Cranston apostaba contra ello, como Alex. Tres contra dos, porque Kevin, Joe y Nick sabían que Dayle llamaría.
No tuvo que esperar mucho. Dos horas que pasó caminando por el salón, repasando el plan, tratando de cerciorarse de que había considerado cada ángulo, y el teléfono móvil sonó.
Lo soltó lentamente y lo abrió antes de llevarlo a la oreja.
—¿Sí? —Como si no supiera quién demonios era.
—Necesitamos hablar, hijo. —Crispada, pagada de sí misma, la voz de Dayle llegó por la línea claramente.
Nick permaneció quieto, los puños apretados. Apartó el teléfono de la oreja y lo cerró, desconectando la llamada. No quería parecer demasiado ansioso, ¿verdad? Tuvo que tragarse el impulso de vomitar ante la completa confianza en la voz de Dayle.
¿Cómo podría cualquiera engañarse hasta el punto que Dayle hacía, creyendo que tenía el derecho de llamar a Nick “hijo”? Aún con la ligera evidencia que le había dado a Dayle, ¿cómo podría imaginar que Nick tendría el deseo de hablar con él? Matar, sí, matarle podría aplacar el infierno de ira, pero a largo plazo, sólo acabaría cabreándolo más.
A Nick le gustaba pensar que no era un hombre que se engañara a sí mismo fácilmente. Había pensado que Dayle no lo era. Parecía que estaba equivocado, porque una media hora más tarde, el teléfono sonó otra vez.
—¿Qué demonios quieres? —fue su respuesta.
—Necesitamos hablar —repitió Dayle, su voz estrangulada, la ira evidente en ella.
—¿Acerca de qué? ¿Tus actividades traidoras? Ellas ya me han causado suficientes problemas si no te importa —se mofó—. Si vas a salvar al mundo, trata de hacerlo sin implicarme. ¿Vale?
Salvar el mundo, su culo. Casi se estranguló con eso. Maldición, había pensado que era mejor actor.
Dayle no dijo nada durante largos momentos.
—Alguna información es peligrosa, Nick —contestó por último.
—Sí, así que aprieta el maldito gatillo la próxima vez que de un paso fuera, ¿por qué no? Eso resolvería todos nuestros problemas.
Dayle rió entre dientes.
—Ese sexto sentido suyo siempre ha sido bueno. Ven a la casa de tu tía Nadine, Nick. En una hora. Dame sólo unos pocos minutos para hablar contigo; eso es todo lo que pido. Lo creas o no, tal vez tengamos unas pocas cosas en común.
Ajá. Seguro que sí. La sangre y el hecho de que Nick realmente quería derramarla.
Pero permaneció silencioso.
—No puedo imaginar que tengamos nada en común —indicó por último—. Y dudo que Nadine me permita entrar por la puerta.
—Una hora, Nick. —La voz de Dayle era suave y sonaba escalofriante—. Estaré allí esperándote.
Esta vez Dayle desconectó.
Nick cerró el teléfono y lo devolvió al clip en su cinturón. Comprobó el reloj. Eran apenas las nueve y necesitaba una cerveza. Mierda, un whisky. El bastardo le estaba conduciendo a la bebida.
Se pasó los dedos por el pelo y subió las escaleras. Se abrochó las chaparreras de cuero negro que usaba para montar en la Harley en invierno sobre los vaqueros y se puso las pesadas botas que usaba cuando montaba la poderosa máquina.
Sacó la chaqueta de cuero, desgastada y hecha polvo, del armario y la tiró sobre la cama cuando fue hacia el tocador. Se metió un cuchillo en un costado de la bota. Recogiendo la chaqueta, bajó las escaleras y sacó una cerveza del frigorífico.
Demonios, deseaba que _______ estuviera aquí. Se tumbaría en el sofá con ella otra vez, la sostendría y reforzaría el escudo. Arqueó los labios ante ese pensamiento. Le llevaría bastante meterse bajo el escudo de ella, pero una vez lo hiciera, la mujer que encontraría debajo encajaría con él. Y le gustaba eso, le gustaba mucho.
Terminó la cerveza, la tiró a la basura, y fue hacia el sofá a esperar. Esperaría esa hora antes de dejar la casa flotante. No tenía sentido llegar temprano, ni a la hora. También podía hacer una entrada cuando llegara. Él y Dayle Jonas nunca habían fingido pararse con ceremonias el uno con el otro.
Se pasó los dedos por el pelo y pensó en el equipo poniéndose en posición. Sabían dónde estaban los observadores de Dayle, eso lo haría más fácil. Nick conocía a Alex y su equipo, no cometían errores. Y Kevin y Joe eran peste negra cuando querían.
Esperó. No caminó, en vez de eso, se sentó en el sofá y miró fijamente al salón. Pensó en la casa que Kevin casi había completado, más lejos en las montañas. Había un terreno cerca, y no estaba a más de unas pocas millas de la casa que Joe y Kelly construían. Podría comprar ese terreno, construirle a _____ una casa. Un lugar para amar y criar sus bebés.
Muchos dormitorios, pensó. Quería llenar su vida con bebés y risas. La vida de ambos. Quería ser el marido que había soñado ser con ella, el padre que nunca había tenido.
Cuando el reloj mostró cinco minutos pasada la hora, se levantó y salió de la casa flotante. Se detuvo en la cubierta como si considerara volverse, luego sacudió la cabeza y se movió hacia las dársenas, caminando a zancadas rápidamente hasta el pequeño edificio de metal que Paul les había permitido construir para aparcar las Harleys dentro. Se tomó su tiempo sacándola y comprobándola.
Media hora y estuvo en camino. No se apresuró, no había necesidad. Las gafas oscuras le protegían los ojos del viento frío, pero se le erizó el cabello, aclarándole la mente.
Empujó los pensamientos de _____ y bebés tan atrás en su mente como pudo, aunque admitió, no era lo bastante lejos. El odio, la rabia de un niño y el dolor, el temor de la oscuridad que el chico había conocido. Lo borró de su mente. Era sólo otra misión, se dijo. Excepto que esta vez, él no iba a matar.
Paró en el lateral de la calle antes del camino de entrada de Nadine, cuarenta y cinco minutos más tarde de la hora tope y aparcó la Harley antes de apagar el motor y desmontar. Lo bastante tarde para sorprenderlos.
Había pasado por la camioneta con cristales tintados aparcada en la calle, mezclándose con el SUV y las pickups con que compartía espacio. ¿No era Nadine agradable? Por qué, se había comprado un pequeño lugar agradable en medio del pueblo. Haciendo las cosas tan fáciles. Pero esto no lo hacía más fácil.
Dando un paso hasta la puerta, no se molestó en llamar. Abrió y entró a la sala antes de pararse de golpe.
—Estas decidido a hacerme vomitar esta mañana —indicó mientras miraba a su tía saltar del regazo de Dayle y a éste sacar la mano lentamente de debajo del vestido de seda que ésta llevaba.
Nadine ni se molestó en ruborizarse. Realmente, permitió que una pequeña sonrisa nerviosa le tocara los labios; casi era una bienvenida.
¿En qué dimensión de la zona desconocida había entrado? Nick se lo preguntó mientras levantaba la ceja y cerraba la puerta.
—Pensamos que no ibas a venir. —Dayle se puso de pie, ajustándose el polo que llevaba y los pantalones arrugados.
Parecía tan poderoso como siempre. Uno ochenta, más ancho que Nick, más fornido. Más viejo, se recordó Nick mientras enganchaba los pulgares en la cima de las chaparreras que llevaba y miraba fijamente al hombre que se atrevía a llamarle hijo.
—Yo tampoco lo pensaba. —Se encogió de hombros y miró a Nadine mientras ésta se retorcía las manos nerviosamente y miraba a Dayle y Nick —. ¿Cuál es su problema?
Dayle sonrió.
—Ella quiere darte la bienvenida a casa.
—¿De verdad? — Nick arqueó las cejas—. Qué interesante. Lo último que he oído es que quería destriparme por volarle la cabeza a Johnny. Has cambiado de opinión muy rápidamente, ¿no?
Ella palideció, oscilando cuando Dayle la abrazó y cuchicheó algo en su oreja antes de cabecear hacia la parte trasera de la casa. Dándole una mirada agradecida, ella aceptó su beso en los labios antes de atravesar la casa.
Nick sacudió la cabeza.
—Sabes, esa relación que tienes nunca tuvo sentido para mí. Ella tuvo al niño de su hermano y tú no eres ese hermano. No es de extrañar que Johnny tuviera tanto lío. Ahora, ¿ella quiere darme la bienvenida directamente a la familia como si nunca hubiera odiado mis tripas? ¿Estáis tomando drogas duras o qué?
—Siempre fuiste un pequeño y listo bastardo bocazas —dijo bruscamente Dayle malhumorado.
—Sí, soy bueno en eso. — Nick sonrió orgulloso—. Así, ¿qué demonios quieres y cómo devuelvo las cosas a donde me ignoras más que acosarme?
Dayle hizo una mueca, su cara arrugada se tensó de disgusto mientras se apartaba de la frente el cabello, todavía espeso y apenas canoso.
—Pequeño cachorro —murmuró—. Ni siquiera te pareces a mí. Si no fuera por esos ojos tuyos juraría que no eres mío.
—Quizá Chandler fue mi papi así como el de Johnny —se burló Nick —. Por lo que recuerdo, podría ser posible.
—Pensé en eso —dijo con furia Dayle—. Incluso hice la prueba de paternidad. No hubo suerte, eres mío. Y ya es hora de que ambos nos pongamos de acuerdo en esto.
—¿Y cómo sugieres que lo hagamos?
—Sabes lo que soy, de qué formo parte. —Suspiró Dayle—. Siempre supe que lo recordarías.
—¿Es por eso que contrataste a Linkins para que tratara de matarme en Irak?
Dayle se encogió de hombros otra vez.
—No fue una orden fácil de dar. Y tengo que admitir, no me decepcioné cuando falló.
Nick se forzó a evitar cerrar las manos en puños.
—¿La orden de golpear en el hotel donde estaban el marido de ___ y la niña lo fue? —preguntó—. ¿Otro intento?
Los ojos de Dayle se abrieron de par en par, luego se estrecharon.
—Eso no tuvo nada que ver contigo o la chica. No me enteré de tu relación con ella hasta más tarde. Y yo no di esa orden, esa vino de uno de nuestros miembros fundadores que estaban allí en aquel momento. Craig Cornwell trabajaba para nosotros. No tuvimos la menor idea de que trabajaba para el enemigo, tampoco, hasta entonces. No podríamos arriesgarnos a su captura. Habría hablado.
—Quiero saber cómo demonios lo lograste. Una orden de atacar, autentificada y mandada por radio a los aviones. Eso parece bastante imposible.
—Las órdenes son liosas a veces. —Dayle se encogió de hombros—. El comandante sólo conocía las órdenes que él recibía. Sólo tuvimos que conseguirlas por los canales apropiados. Como dije, Irak no fue cosa mía. Soy un reclutador, eso es todo.
—No eres un reclutador muy bueno —le informó Nick —. He estado haciendo algunas averiguaciones. Licenciados con deshonor, descontentos, algunos de tus chicos ni siquiera están en el ejército. Esos que todavía lo están, están a un suspiro de ser arrojados a Leavenworth.
—Porque saben a dónde nos llevan nuestros líderes —gruñó Dayle—. Alguien tiene que preparar el terreno. La revolución se está construyendo, Nick. Tú puedes ser parte de ello. Puedes estar a mi lado como un general y un líder ahora que te has separado de los pequeños bastardos de Paul.
Y aquí estaba. Nick sonrió ahogándose con el triunfo pagado de sí mismo.
—¿Qué te hace pensar que he hecho eso?
Dayle se tensó.
—Mis informes son que estás discutiendo sobre la información que te niegas a entregar al DSN. Que me estás protegiendo. —El orgullo brillaba en sus ojos.
Nick se permitió reír entre dientes ante eso.
—No, no realmente. Ellos sólo me han echado una pequeña bronca porque no les he dejado entrar en la diversión. No, lo siento, Dayle, estoy aquí para arrestar tu culo.
Dayle se congeló, estrechó los ojos.
—No hablas en serio.
—Sí, lo hago. — Nick sonrió—. Realmente en serio. Ves, ¿esos tipos que tienes apuntándome con sus miras? Joe y Kevin ya los tienen. Sigue. Trata de llamar a uno de ellos.
Dayle sacó su teléfono móvil del cinturón y marcó un número. Escuchó. Intentó con otro. Otro. Sí, Kevin y Joe eran peste negra cuando querían.
—Diría que hay algo de sangre fertilizando unas pocas áreas. —Asintió Nick —. Aunque fue un buen intento. Tanto que no pusiste atención al hecho de que ni siquiera te odio. Básicamente quiero verte encerrado hasta que el infierno se congele, sabiendo que yo te puse allí.
Sí, esto era mejor que una bala. Miró a Dayle palidecer, miró sacudirse sus hombros mientras se preparaba para ir a por su arma.
Nick fue a por la suya primero. Sacó la glock de la funda trasera bajo la chaqueta, sosteniéndola cómodamente sobre su padre.
—¿Pensaste realmente que ibas a convencerme de ayudarte a hacer algo? —le preguntó Nick —. ¿Te lo pregunto otra vez, estás tomando drogas duras?
Dayle apretó los labios mientras miraba a Nick inclinado contra la pared, sosteniendo el arma con facilidad, apuntando directamente a él.
—No puedes demostrar nada de esto.
—Por supuesto que puedo. Tengo micros. —Se encogió de hombros.
Dayle sonrió ante eso.
—No, aquí no lo tienes, Nick. Cualquier micro que llevaras fue intervenido en el minuto que entraste.
— ¿Los teléfonos móviles no están intervenidos, verdad?
Dayle miró a su móvil.
—El tuyo ni siquiera está abierto.
—No tiene que estarlo. —Se encogió de hombros—. Te tengo. El DSN te tiene. Arrestado, viejo.
—No lo creo.
Nick se balanceó, el cañón del arma apuntando a la voz de Nadine mientras sentía como su estómago se encogía.
Janey. Por un momento, el temor casi le había paralizado, el pensamiento de _______ en primer lugar en su mente. Pero ahora, el temor casi ardió por su mente. ______ podía haber trabajado con él; habría sabido que hacer. Pero no era ______ a quien Nadine sostenía por el pelo negro, espeso y largo. No era ______ quien le miraba fijamente con ojos aturdidos y confusos.
—Un seguro. —Suspiró Dayle—. Baja el arma y dame el teléfono móvil, por favor.
Nick miró como Nadine nivelaba su propia arma en la cabeza de Janey.
—Me encantaría matarla —le dijo vengativamente—. Volarle su pequeña cabeza, como hiciste con la de Johnny.
Nick bajó el arma, se alejó de la pared y forzó a Nadine a una mejor alineación con la ventana mientras él se acercaba más a ella.
Estate en posición, Alex, rezó. Que Dios les ayudara, mejor que estés en posición.
Sacó el teléfono móvil del cinturón y se lo tiró a Dayle. Casi respingó cuando Dayle lo aplastó contra la mesa, rompiendo la carcasa antes de dejarlo caer en el agua de un jarrón con flores frescas. Demasiado para el juguete nuevo de Cranston.
—El arma, Nick. —Dayle meneó los dedos exigentemente—. No vamos a…
Pop.
Nadine cayó, arrastrando a Janey con ella mientras Dayle saltaba hacia él. El puño que lanzó contra la mandíbula de Nick se sintió como una taladradora. Fue hacia atrás, el arma salió volando golpeando el suelo con estrépito antes de enderezarse y encarar a un Dayle enfurecido.
—Igual que Johnny —gruñó Nick —. ¿Ahora qué, bastardo?
—Ahora te daré una paliza de muerte como debería haber hecho cuando no eras más que un mocoso —gruñó Dayle.
Nick rió mientras se quitaba el abrigo, sentía la sangre bombeando por su cuerpo, la adrenalina corriendo por las venas.
—Ahora no soy un niño, viejo —se burló—. Ven y atrápame. Veremos quien acaba con las costillas rotas esta vez.
* * *
En el segundo que ____ se dio cuenta de que Nadine Grace tenía un rehén, y quien era, el pánico casi le estalló por su garganta.
—Tenemos una situación de rehenes. —Habló tranquilamente por el micro en la mejilla que la conectaba al equipo que rodeaba la casa.
Alex era el más cercano a la posición, estirado en el techo al otro lado de la calle, oculto de la vista por las ramas de un viejo roble que crecía al lado.
—Alex, confirma visual.
—Confirmado. Objetivo fijado.
Ella oyó el disparo del rifle de francotirador, abrió los ojos mientras Cranston comenzaba a maldecir y a ordenar que todos los agentes convergieran en la casa.
—A todos los agentes, no intervengan. Sólo cobertura. Este es el combate de Nick.
— ¿Estás loca? —Cranston se volvió hacia ella, los ojos casi se le salían de las órbitas—. Nick le matará. —Atrajo su propio micro más cerca de la boca—. Todos los agentes, detened…
—No. —Antes de que Cranston pudiera detenerla, sacó su conexión de la unidad de comunicaciones y le miró furiosamente—. Deja de luchar contra mí para que pueda llegar a Nick. Le cubrimos, eso es todo. Esta es su lucha, Cranston. No importa lo demás.
— ¿Y si su padre logra asestarle un golpe mortal? ¿Qué entonces, agente Dane?
Ella aspiró rudamente.
—Entonces trataré con ello, Timothy. Es su lucha. Es su orgullo. No se lo quitaré.
Él maldijo otra vez, se dio la vuelta y un momento después salían corriendo de la camioneta a la acera, corriendo a la casa de ladrillos de dos plantas situada pacíficamente en una calle residencial.
Los vecinos estaban saliendo de sus casas mientras el coche del sheriff bajaba a toda velocidad por la calle, con las sirenas sonando. Y ella se preguntó cómo había logrado Timothy evitar que Zeke viniera antes.
Corrieron a la casa. Kevin y Joe con los chalecos negros de las fuerzas de la ley lo hicieron primero. La puerta se astilló cuando la atravesaron, y se pararon bloqueando el salón, mirando sorprendidos a Nick y Dayle Jonas.
Eran brutales. Los puños se estrellaban contra sus caras. La mandíbula y el labio de Nick sangraban; Dayle probablemente había perdido dientes. Estaba sangrando profusamente por la boca, se tambaleó hacia atrás cuando Nick enterró el puño en sus costillas. Y por el gruñido de dolor, no era la primera vez.
Dayle cayó sobre una rodilla, se tambaleó y luego retrocedió. Bajando la cabeza cargó contra Nick. Un momento después, se puso de puntillas, de su garganta salió un gemido cuando Nick enterró el puño en el estómago y le tiró para atrás.
— ¿Has tenido suficiente? —La voz arrastrada de Nick era perezosa, sonaba tan peligrosa que _____ se juró que iba asegurarse de que nunca la pronunciara otra vez.
—Hijo de puta —Dayle resolló y cargó otra vez.
El golpe a las costillas le puso de rodillas.
—Podemos seguir así todo el día —le informó Nick, dando un paso atrás cuando Dayle rodó a un lado—. Vamos, viejo, levanta el culo. No creo que estés sangrando bastante.
Nadine estaba extendida donde la bala de Alex la había dejado, y cuando ______ miró, Alex daba un paso en el vestíbulo desde atrás y levantó a la hermana de Nick en sus brazos. Sus ojos se encontraron con los de él y casi retrocedió ante la emoción en la cara de Alex.
—Ha sido drogada, Alex —le dijo ____, todavía mirando a Dayle mientras éste se agarraba las costillas y gemía débilmente—. Llévala al hospital, ahora.
Alex se movió mientras Timothy ladraba órdenes por la radio, llamando a una unidad para que se encontrara con Alex en la calle y les llevara al hospital.
Zeke entró en la casa y él, también, miró como Nick se alejaba de Dayle Jonas.
—Creo que tiene las costillas rotas, quizá varias —les informó Nick alegremente mientras agarraba el brazo de ____ y comenzaba a moverla hacia atrás—. Encargaos de esto, chicos. Nos veremos en unos pocos días.
—Ella no puede marcharse. —Timothy casi estaba hiperventilando ahora—. Necesitas escribir el informe. Tenemos que hacer el papeleo y preguntas que necesitan respuestas. Trae tu culo de vuelta, Nick. Agente Dane.
Nick se volvió, mirándole fijamente y Timothy se calló.
— ¿Recuerdas la conversación que tuvimos el año pasado, Timothy? —le preguntó Nick.
Timothy le fulminó con la mirada.
—Veo que lo haces. Corta el papeleo. Tienes la maldita grabación si tu teléfono funciona. Transcríbela. —Señaló a Dayle con el dedo—. Arréstalo, sácalo de Somerset y mantenlo encerrado. Porque si tengo que tratar contigo una vez más, en mi pueblo, romperé la promesa que me hice a mí mismo y a _____ sobre no matar más. Tú no quieres eso.
—Y Timothy. —_____ se mantuvo firme cuando Nick la habría sacado de la casa—. No olvides la promesa que me has hecho. He hecho mi parte. Espero la tuya como regalo de Navidad. Como acordamos.
Él se frotó la cabeza parcialmente calva, bizqueó hacia ella, luego suspiró.
—Para Navidad.
Ella asintió, luego se giró y dejó que Nick la guiara fuera de la casa. La calle estaba llena de vehículos. Él envolvió la chaqueta alrededor de ella, la levantó a la parte trasera de la Harley, y segundos después maniobraban entre la multitud que se estaba reuniendo en la casa Grace.
Se acabó. Ella envolvió los brazos alrededor de la cintura de Nick y se inclinó contra su espalda mientras entraban en la interestatal y se dirigían al Nauti Dreams.
—Me prometiste por lo menos una semana en esa cama tuya —le recordó ella—. ¿Cómo vas a mantener a tus primos lejos de nosotros?
—Tengo mis maneras. —Se giró, le dirigió una sonrisa malvada y un guiño—. No te preocupes, nena. Tengo mis maneras.

aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por aranzhitha Dom 14 Abr 2013, 2:55 pm

Epílogo


Entre Bajo Su Propio Riesgo
No llame a la puerta
No Visitantes
VÁYASE


El letrero bloqueó la entrada al Nauti Dreams durante dos semanas. Eso había sucedido una semana después del arresto de Dayle Jonas, _____ y Nick se mantuvieron aislados.
Joe y Kevin sacudieron sus cabezas mientras pasaban y escuchaban carcajadas masculinas y risitas tontas femeninas desde el interior. Ellos jurarían que Nick y _____ morirían de hambre antes de que salieran, pero lo tenían que admitir, el sonido de la carcajada de Nick desde dentro de la casa flotante iluminaba sus corazones.
Sin embargo, al final el letrero fue quitado. Cuando octubre se convirtió en noviembre, y el viento frío se volvió hielo en el lago, Nick salió del [i}Dreams.[/i]
Vestido con vaqueros, cerrados solo de la cremallera, sin camisa, y sin zapatos, inhaló la esencia de la llegada del invierno y envolvió en sus brazos al verdadero sueño de su vida, ella estaba parada frente a él, envuelta en una colcha, somnolienta y saciada de la temprana mañana amorosa que habían compartido.
Entusiasmados al saber que estaban embarazados.
Nick se escabulló del barco la noche anterior e hizo un viaje a la farmacia. Esa mañana _____ había hecho la prueba de embarazo que él había llevado a casa, y dio positivo. Ella iba a tener a su hijo.
— ¿Vas a enseñarle a jugar béisbol? —pregunto ________, con una sonrisa burlona en sus labios mientras él besaba la curva de su cuello.
—Por su puesto —contestó arrastrando las palabras. Un sedoso, rico, y perezoso sonido que ella ya amaba—. Y si tenemos una niña, te juro, _______, que la encerraré hasta que cumpla los cincuenta.
—Si la encierras, ella no será capaz de encontrar a un demonio montado en una Harley que robe su corazón —bromeó ella, riéndose.
—Exactamente por eso, cariño. Exactamente por esa razón.
Antes de que ______ pudiera responder, Kevin salió del Nauti Nights, pasó los dedos por entre su pelo alborotado, y lanzó a ambos una mirada irritada.
—Mantén tu mierda sentimentaloide tras las puertas cerradas. —Gruñó, el ceño fruncido en su cara le dio mal agüero por haberse atrevido a meterse en su camino.
________ lo miro con sorpresa, así como Nick arqueó una ceja.
—¿Problemas, Kevin? —preguntó.
Kevin gruñó.
—Voy a llamar a su hermano; tal vez él pueda obligar a escuchar razones a esa descarada cabeza dura. Ella seguro como el infierno no me está escuchando.
—¿Sobre qué? —pregunto ______.
—Necesita ir a un maldito médico —gruñó—. Tres semanas ya y se enferma más seguido de lo que está sana. Está cansada todo el maldito tiempo y aun así se niega a ir al doctor. Sólo me mira como si quisiera arrancarme la cabeza o algo parecido.
La preocupación se filtraba en la fina y forzada expresión de su rostro.
______ sonrió y él la miró furioso.
—Ella vomita.
—Es normal. —Puso los ojos en blanco ante su mirada.
La idea de eso la hacía reír. Crista Jonas se había quejado de su enfermedad la noche en que ella, Kelly, y María Jonas habían estado en el bote.
—Un infierno si lo es. Ella nunca vomita.
—Sí, si está embarazada.
Nick se tensó, pero Kevin se congeló. Volvió a mirarla, los labios abiertos, luego cerrados, un segundo antes ella juraría que casi se tambaleó mientras permanecía inmóvil mirándola fijamente.
— ¿Ella está qué?
_______ frunció el ceño.
—Pensé que lo sabía. Con las nauseas matutinas… dijo algo acerca de que no era justo que tu no te enfermaras también — ¿ella lo sabía, o no? ______ se pregunto a sí misma—. ¿No lo sabe?
Kevin levantó la mano hacia la puerta, y ella juraría que estaba temblando. Luego se volvió hacia ella y tragó con fuerza.
—Maldición —su voz era débil—. ¿Estás segura?
_______ lo miró con sorpresa.
— ¿Segura de que está embarazada? —rió—. No, pero Nick compró nada menos que tres de esas pruebas al salir anoche a buscarla. No necesitamos las últimas dos. Puedes disponer de ellas.
Kevin los miró perplejo.
— ¿Tú estás…? —al parecer no podía pronunciar palabra.
— ¿Embarazada? — Nick arrastró la palabra divertido—. Eso dice la prueba.
Kevin se giró a ver al interior de la casa flotante, miró a _______, luego a Nick, y se podría jurar que estaba pálido.
— ¿Qué tal si ella tiene una niña? —murmuro casi jadeando—. ¡Oh, infierno! ¿Una hija Jonas? Nick, ¿qué vamos a hacer?
—Encerrarla con llave hasta que cumpla los cincuenta. — Nick rió mientras ________ clavó un codazo en su duro estómago—. Vamos a encerrarlas hasta que tengan cincuenta, Kevin, porque no creo que pueda sobrevivir a ello.
— ¿Un bebé? —Kevin sacudió su cabeza, parpadeó y luego sin decir nada más, se dio media vuelta y volvió al interior de la casa flotante.
—Apuesto un dólar a que en la próxima hora ella esta vestida y dice que van al médico. — Nick rió entre dientes.
—Dos a que dirá que le prestemos la prueba. —Rebatió ella.
Una hora más tarde, Kevin irrumpió dentro, ignorando el hecho de que la puerta estaba cerrada y las cortinas corridas. Incluso ignoró las maldiciones de Nick mientras trataba de poner la colcha alrededor del cuerpo desnudo de ____.
—Necesito esa maldita prueba.
Estaba definitivamente pálido. Y sus manos temblaban realmente.
—Levántate Nick. Este no es momento para esa mierda. —Casi levantó a Nick del sofá mientras _______ rompía en carcajadas—. Ve por la maldita prueba ya.
—Me lo debes, Nick —gritó mientras él se reía y se dirigía arriba por la bolsa de la farmacia. Luego ella miró a Kevin otra vez.
Estaba caminando de arriba abajo. Vestido con pantalones vaqueros y una camisa azul oscuro, que le colgaban de los extremos fuera de los vaqueros, descalzo y definitivamente preocupado. Paseando por el salón y mirando fijamente las escaleras.
—Desearía que se diera prisa —gruñó.
_____ sostuvo la colcha ciñéndola a su alrededor. Sabía que Crista había perdido a su primer hijo, hacía varios años, él no lo supo hasta que Crista regresó a Somerset, el año pasado. Si el comportamiento de Kevin era ahora algún indicio, estaba aterrorizado. Un Chico Travieso aterrorizado. Ella tuvo que verlo para creerlo.
—Ella estará bien —dijo suavemente.
Se volvió hacia ella, sus ojos verdes la aguijonearon, su expresión era intensa.
—Claro que lo estará —gruñó—. Me aseguraré de ello. Apúrate, Nick —gritó—. Maldita sea, no tengo todo el día.
Nick sonreía mientras iba bajando las escaleras, arrojó la bolsa a su primo, y miró como Kevin salía corriendo de la casa flotante.
— ¿Crees que él sobrevivirá a esto? —rió entre dientes, regresando al sofá y envolviéndola en sus brazos.
—Mientras que no sea una niña —resopló—. Vosotros hombres merecéis niñas. Una media docena como mínimo.
La mirada de hombre malherido que le dio la hizo reír.
—Eso es injusto, Nick. A muchos niveles —él suspiró—. Una hija me hará viejo antes de tiempo.
—Eso está bien —le pellizcó la barbilla y le acarició la mejilla. Él era su sueño travieso; no permitiría eso—. Prometo que te mantendré joven.
Él sonrió y capturó sus labios en un caliente y hambriento beso. Porque era verdad. Amar a _______ lo mantendría siempre joven. Y tal vez, sólo tal vez, le daría la fuerza para sobrevivir, si Dios decidía comenzar a burlarse de los Chicos Traviesos y en efecto darles hijas.

Día de Navidad

—Ahora, no puedes mirar. —_______ le recordó a Nick con firmeza mientras él estaba de espaldas a la puerta de la casa flotante, sus ojos verde bosque mirándola con diversión y amor.
Ella jamás había conocido algo que la hubiera preparado para la magnitud del amor de Nick. Podía volverla loca, desquiciarla con su arrogancia y dominación masculina, pero siempre había una sonrisa, un beso, y siempre la apoyaba. No era como nada que ella pudiera haber imaginado.
—Podríamos estar en la cama acurrucados y calentitos —sugirió moviendo las cejas—. Podríamos probar esos nuevos regalos que te compré.
Ella se sonrojó. Él le había comprado una pequeña caja de cedro y más vibradores de los que una mujer pudiera usar en la vida.
—Más tarde. —Prometió ella, asomándose alrededor de él para mirar hacia fuera de la puerta donde dos figuras se abrían paso a través del muelle hacia la casa flotante.
Ella divisó los barcos de Joe y Kevin. Los hombres estaban saliendo, y sus esposas con ellos. Kevin seguía en estado de shock, Crista estaba embarazada y le había mantenido la noticia oculta por más de una semana antes de que ________ hubiera dejado caer accidentalmente la bomba. Él apenas dejaba caminar a Crista por sí misma. La otra mujer juraba que era todo lo que podía hacer para evitar que la llevara a cuestas en cada paso que necesitara dar.
Joe no estaba mucho mejor. Parecía como si todas las mujeres que pertenecían a los Chicos Traviesos estuvieran embarazadas con pocas semanas de diferencia entre una y otra. Y cada uno de los hombres se ponía pálido ante la mención de tener una hija.
—Ahora recuerda, seguir de espaldas —______ abrió la puerta, el viento frío se arremolinó dentro mientras Kevin, Crista, Joe y Kelly entraron.
—Se ve impaciente, _______ —Kelly se reía, sus ojos grises brillaban mientras miraba la espalda de Nick.
— ¿Por qué están ellos aquí? — Nick casi da la vuelta, pero ______ estaba preparada. Ella empujo su hombro hacia atrás.
—Quieto. —Ordenó riendo.
—No soy un perro —refunfuñó—. Es el día de Navidad.
—Aquí están Paul y María —Joe abrió la puerta, y Paul entró radiante.
Los demás sabían la sorpresa por llegar, del mismo modo que sabían lo difícil que había sido para Timothy arreglarlo. Pero lo había logrado, justo como había prometido que lo haría.
Ella miró hacia el muelle de nuevo, sintiendo las manos sudadas. Ellos se estaban acercando.
— ¿ Nick? —se volvió hacia él.
— ¿Ya puedo darme la vuelta? —Había diversión en su voz.
—Todavía no. —Se secó las manos en los costados de los vaqueros y miró alrededor a los otros, impotente. Tal vez ella lo había hecho mal.
Paul le guiñó el ojo.
—Los nietos son cosas buenas para tener —le dijo a ella.
—Sí. Y tú vas a tener tres — Nick rió—. Vamos _______, déjame darme la vuelta.
Los otros dos invitados se pararon en la cubierta del barco mientras ______ abría la puerta para dejarlos entrar.
Timothy se paró al lado del joven que Nick había tratado arduamente de sacar de Irak. Faisal era mayor ya, 20 años, pero su sonrisa todavía era resplandeciente, aunque un poco nerviosa.
Él vestía pantalones vaqueros y una camiseta blanca debajo de la chaqueta de cuero. _____ le había pedido a Timothy ir a buscarlo. Los ojos de él brillaban con calidez y emoción mientras observaba a todos alrededor de la habitación.
—________. —La voz de Nick daba aviso de que podía sentir la tensión creciendo en la habitación—. ¿Quién es la visita?
Ella sonrío a Faisal antes de que se dirigiera frente a Nick.
—Te amo —dijo ella, mirándolo—. Te he amado siempre.
—Te amaré por siempre jamás, mi amor —dijo sin recato—. Ahora, ¿Qué diablos esta pasando?
Ella respiró, luego asintió a Faisal.
Su sonrisa iluminó la habitación.
—Te deseo, Nicky, una Feliz Navidad.
Nick se congeló. Sus ojos se abrieron de par en par, la sorpresa extendiéndose en su cara mientras se giraba lentamente.
Observó al joven y vio al chico que él recordaba. Valentía y fuerza seguían marcados en la cara de Faisal, y llenaban sus ojos, y su sonrisa seguía amplia y amigable. Era todo un hombre ya, pero Nick vio al muchacho que le había ayudado a rescatar a _____ en Irak. El niño que había arriesgado su propia vida para proteger a un estadounidense.
—El señor Cranston. Dice que soy un estadounidense ahora. —Faisal miró a Nick, y la punzada de nervios regresó—. Que me quieres aquí.
Hubo un indicio de pregunta en la voz de Faisal cuando Nick no habló. Él no podía; su garganta estaba cerrada, atravesaba por demasiadas emociones en ese momento. ________ podría haber muerto si ese muchacho no hubiera dado el mensaje de que ella había sido capturada. Ella y Nick pudieron morir si Faisal no los hubiera cubierto. Si no hubiera ayudado a Nick a rescatarla.
No habría ninguna luz en su mundo si no fuera por este chico. Sin _____, no habría una vida creciendo dentro de ella. No habría habido nada, excepto el asesino en el que se estaría convirtiendo lentamente.
Nick parpadeo deteniendo la humedad en sus ojos, luego se acercó al muchacho. Antes de saber sus propias intenciones, envolvió en sus brazos al chico y lo abrazo rápido y apretadamente, después lo agarró por los hombros y lo alejó.
—Demonios, Faisal, creciste más que yo muchacho —dijo con voz ronca—. ¿Por qué diablos hiciste eso?
La sonrisa de Faisal se llenó de calidez.
—Timothy Cranston. Dice que tienes un bebé en camino. Tal vez una niña, puede que necesite un hermano como yo. Puedo llegar a ser un muy buen hermano, Nicky.
Una niña. Nick sintió un nudo en el estómago de miedo.
—No, un niño. Vas a tener que ayudarme a enseñarle a luchar.
—Eso lo puedo hacer —Faisal asintió, palmeando a Nick en el hombro, sus nervios ya comenzaban a desaparecer—. Lo haré, Nicky, Yo… —miró a su alrededor—. ¿Esta es tu familia, de la que me hablaste? ¿El Maldito Kevin y el Jodido Joe?
Kevin y Joe miraron fieramente a Nick mientras se aclaraba la garganta.
—Solo Kevin — Nick casi se rió mientras asentía hacia su primo—. Su esposa, Crista. Joe y su esposa, Kelly. Y el tío Paul y la tía María.
—Tío Paul para ti también, hijo —Paul se acercó y estrechó la mano del muchacho antes de darle palmadas en la espalda—. Todos somos tu familia.
La expresión de Faisal se desencajó, la emoción atravesándolo, al igual que lo hacía con Nick. Demonios, Nick había llegado a pensar en Faisal como un primo adoptivo, o incluso un hijo. Nunca imaginó en lo que el chico se convertiría, pero eso también funcionaría.
— ¿Mi familia? —Preguntó Faisal, volviéndose hacia Nick para estar seguro—. ¿Ellos son mi familia también?
—Papeles de adopción. —Timothy le golpeo la mano con ellos a Nick —. Comenzamos el proceso cuando tú empezaste a atormentarme con ello. Estoy con la licencia suspendida, te lo informo, sólo por presionar.
—Por esto y varias reglas que él rompió, en cierto arresto. —______ lo miró—. Timothy, necesitas calmarte y dejar de volver locos a todos.
Timothy sonrió abiertamente mostrando toda la dentadura.
—Tal vez me mude a Somerset. Un pequeño y hermoso pueblo. Podría tener un montón de diversión aquí.
Nick ignoró la disputa mientras observaba los papeles.
—Faisal Jonas —dijo, mirando al muchacho—. ¿Esto te parece bien?
La sonrisa de Faisal llena de emoción.
—Jonas es un buen nombre. Fuerte y lleno de familia. —Había hambre en la mirada del muchacho mientras miraba a su alrededor en la habitación. El hambre de una familia, de raíces—. Si te complace, Nicky, me agrada.
—Diablos, tengo un sobrino. —Kevin sonrió—. Él puede trabajar en el almacén de madera.
—El puerto deportivo sería mejor —argumentó Paul—. Le gustará el lago.
—Él puede decidir por si mismo — Nick estrecho el brazo del chico y sintió como los dedos de Faisal se curvaban alrededor del suyo también, mientras sonreía—. Pero él trabajará en el garaje primero.
Nick se volvió hacia _____, atrayéndola a su lado, y sintiendo el calor de la familia rodeándolo. Incluso Timothy, el rabioso hijo de puta estaba sonriendo.
—Escondí vuestros regalos en la parte trasera —_______ le dijo a Faisal—. Los regalos de ambos. —Miró a Timothy—. Feliz Navidad, Timothy.
Se rascó la mejilla y frunció el ceño.
—No te traje nada —mal educado, así era Timothy, claro hasta el hueso.
—Sí, lo hiciste —le sonrió suavemente y miró alrededor del cuarto, hacia la familia que tenía—. Me lo diste todo, Timothy.
Lo sorprendió dándole un beso en la mejilla, luego se dirigió de la habitación hacia la parte trasera del barco, donde tenía escondidos los otros regalos de Nick. El resto de regalos de la familia estaban debajo del árbol y ya era hora de aumentar esa familia.
Cuando regreso a la sala, se le dibujó una sonrisa en los labios, mientras los primos comenzaron a discutir acerca de donde podría trabajar Faisal. El muchacho miraba estático, emocionado, nervioso y lleno de esperanza.
Con esperanza. Eso era lo que todos ellos tenían ahora, lo que Timothy les había dado.
Cuando el agente se volvió hacia ella indefenso, ella le guiñó el ojo y sonrió antes de entrar a la habitación sosteniendo los regalos.
La vida era excepcionalmente buena. La hermana de Nick estaría ahí dentro de una hora para abrir los regalos, luego pasarían a los barcos de Kevin y Joe; y finalmente al de Paul y María para la cena familiar y más regalos.
Janey se asentaba lentamente, al fin encontrando un equilibrio, y Faisal estaba a salvo y donde pertenecía. Con la familia que garantizaría su futuro. Ella y Nick tenían una vida ahora. Calidez. Familia.
Por fin, ______ había encontrado su hogar.




Fin

aranzhitha
aranzhitha


Volver arriba Ir abajo

"Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada - Página 10 Empty Re: "Sueños Traviesos" (Nick y Tu) Terminada

Mensaje por Contenido patrocinado

Contenido patrocinado



Volver arriba Ir abajo

Página 10 de 11. Precedente  1, 2, 3 ... , 9, 10, 11  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba

- Temas similares

Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.