L.A. Police

La soleada ciudad de Los Angeles se abría paso ante mis ojos, a pesar de que el reloj marcaba las diez de la mañana el sol brillaba con fuerza, observe con atención cada detalle que asombraba a mis ojos.

—¿No crees que es raro? —Preguntó Olive, que se encontraba acomodando a Joe, de tres años, en su silla para niños.
—¿Qué cosa? —Alce una ceja mirándola por el espejo.

Nos encontrábamos camino a la estación de policías, lugar en donde debería ejercer mi trabajo. El alto mando de la ciudad de Chicago había decidido que un cambio de aires me vendría bien, esta vez estaba de acuerdo con ellos.

—¿Qué aquí la gente parece feliz cada instante? —Miró con desagrado a una pareja de jóvenes que paso riendo a nuestro lado.

A pesar de ser las diez de la mañana las personas parecían estar de un buen humor, no los culpaba.

—¿Crees que algún día dejaras de ser tan amargada?
—¿Tía Oli podrá lograrlo? —Le preguntó a Joe, el solo rio y negó. —El día en que gane una medalla olímpica, quizás.

Solté una pequeña risa al escuchar la de Joe. Olive nunca cambiaria y a pesar de todo estaba bien con eso.

—¿A que hora terminas hoy? — Olive se acercó al espacio que había entre los asientos. —Mark dice que el entrenamiento será hasta la una ya que tiene que ayudar a la idiota de Naomi.
—No lose Olive, es mi primer día. —Le recordé dándole una pequeña mirada irritada por el espejo retrovisor, se lo había repetido unas quinientas veces.
—Solo era una pregunta, fiera.

El GPS aviso que nos encontrábamos a unos metros del lugar de destino, busque un lugar para aparcar por unos segundos, ya que Olive dejaría a Joe en el preescolar y luego iría a su entrenamiento de patinaje.

—Prométeme que manejaras con cuidado y que cualquier cosa que suceda con Joe o contigo me llamaras. —Baje del asiento del conductor para que Olive ocupara el lugar.
—Sabes que lo hare. —Rodó los ojos acomodándose en el asiento. —Te amo Beth, lo harás increíble. —Guiñó un ojo y acelero.

No podía evitar estar nerviosa, las personas que más amaba en el mundo estaban en un auto, en una ciudad que apenas conocían. Saque los pensamientos que distraían mi mente, me arme de valor y entre a la estación de policías, el primer piso era un verdadero caos, policías corrían de un lado a otro, algunos solo estaban sentados disfrutando de un café mientras que leían informes.

—¿Teniente Mandylow? —Preguntó una chica rubia.

Asentí estrechando su mano. Con un gesto me indico que la siguiera escaleras arriba, llegamos a al piso en el cual se encontraban las investigaciones. Mire a mi alrededor, había escritorios, uno frente al otro. Por lo menos parecía mas organizado que el piso de abajo.

—El capitán Jenkins la espera en su oficina para entregarle su arma de servicio y placa. —Informo. —Por cierto, soy la sargento Mori.
—Un gusto sargento. —Le di una breve sonrisa.

Masaki me indico una puerta en la cual se leía “Aiden Jenkins, capitán”. Camine hasta ella, golpee dos veces la superficie de madera antes de recibir instrucciones de entrar.
Mi mirada se distrajo con el hombre que se encontraba en la silla acolchada, detrás del escritorio. Debía tener unos treinta años o más, su cabello negro resaltaba su piel ligeramente bronceada por el sol. Una pequeña barba, de no más de una semana, se extendía por su mandíbula dándole un aspecto varonil.

—Teniente Mandylow. — Fue lo primero que abandono mis labios, luego de unos segundos de inatención.
—Capitán Jenkins, bienvenida al departamento de Los Angeles. —Dijo sin levantarse de su silla, su vista se dirigió hacia mi y pude apreciar sus ojos azules. Saco unas cosas de la gaveta de su escritorio antes de volver a hablar. —Su placa, arma de servicio y transmisor, ¿creo que no tendré que repetirle el uso de esta?

Negue.

—Bien, el otro teniente del departamento es Adler Ainsworth. —Informó. — La sargento Mori le entregara los perfiles de cada uno de los sargentos de la estación.—Dijo sin quitar la vista de su computadora, mientras yo parecía una psicópata observándolo. —Puede comenzar teniente, sus sargentos la pondrán al día con los casos de su antecesor.

Asentí, aunque él no pudiera verlo, tomé el arma, el radio y la placa.

—Gracias capitán. —Sin esperar una respuesta abandone la oficina.

La sargento Mori esperaba afuera, solo que ahora estaba acompañada de un hombre.

—Teniente Ainsworth. —Se presentó el hombre. —He leído sus informes de Chicago, es un honor tenerla aquí.
—Gracias teniente.
—Aquí esta el listado de sus sargentos. —Agregó Masaki entregándome una Tablet con informes de cada uno.
—Gracias. —Le di una corta sonrisa.
—¿Bethany Mandylow? —Preguntó una voz masculina desde mi espalda.

Reconocería esa molesta voz en cualquier lado.

—¿Aaron Miller? —Cuestione incrédula. —No puedo creer que estés aquí.

Extendió sus brazos hacia mí en un cálido abrazo. No había sabido de él luego de que ambos de graduaran de la academia de policías en New York.

—¿Sub capitán Miller?, suena bien.
—No me quejo. —Se encogió de hombros soltando una pequeña risa.
—Ainsworth , Mandylow, tenemos un caso Hollywood. —Avisó el capitán Jenkins saliendo de su oficina. —La actriz Pfifer Rose fue asesinada esta mañana en su departamento, su mucama la encontró sin vida.
Extendió un papel que parecía tener una dirección, Miller fue rápido y lo tomo.
—Morgan y Martínez ya están en la escena del crimen, lleven a Jones, Mori, Duncan y el sub capitán los acompañaran. —Los nombrados se acercaron. —No vuelvan sin noticias. —Dijo antes de volver a su oficina.
—Mori y Jones vengan conmigo. —Indicó Adler.
—Yo conduzco. —Habló Miller dirigiéndose a la salida.

Caminé detrás de él, a su lado iba un detective, deduje que era Duncan.
Llegamos al estacionamiento, Aaron subió a un auto negro, rápidamente ocupe el asiento del copiloto, dejando a Duncan en los asientos traseros.

—Soy el sargento Maxwell Duncan. —Dijo el chico desde la parte trasera. —Registro perfecto y el mejor en el departamento.
—¿Recuerdas el caso Nolan? —Miller lo miró por el espejo retrovisor con una sonrisa burlona.
—Culpa de los federales.
—Claro, si tú lo dices.
—Son amigos —Deduje.
—Si, lamentablemente. —Respondió Duncan.

Tome mi teléfono dispuesta a buscar información de la actriz.

—Pfifer Rose, veintitrés años, protagonista de la nueva película “El infierno de Adeline” —Leí. —La actriz no tenía novios reciente, vivía sola y su familia se encuentra en Omaha. —Saque el radio transmisor que había dejado en el bolsillo de mi pantalón.—Jenkins necesito que busques las cámaras del lugar donde se realizó la premier y cámaras en el edificio de la chica, cualquier persona que haya tenido contacto con Pfifer esa noche será contactada. —Jenkins era un cabecilla de la computación, o al menos eso había leído en los informes.
“Copiado”, fue lo único que se escuchó.
—Trabaja rápido teniente. —Indicó Aaron.
—Mucho mejor que Lewis, ese ancianito tardaba siglos en resolver quien había robado su café.
—Olvida a Lewis. — Aaron rodó los ojos. —Llegamos.

Los tres bajamos, observe el gran edificio, que ahora se encontraba con oficiales protegiéndolo.

—Sub capitán Miller, sargento Duncan y teniente Mandylow. —Informe al policía que se encontraba en la puerta principal del edificio.

Este asintió y se hizo a un lado para que pasáramos, indicándonos cual era el piso de la chica. Los tres tomamos el elevador hasta el último piso, lugar en donde se encontraban dos oficiales y los forenses.

—Sub capitán. —Llamo su atención un hombre que se encontraba dentro de un traje blanco.
—Doctor Morgan, ella es la nueva teniente, Bethany Mandylow.

Di un leve asentimiento con mi cabeza, por obvias razones no podía estrechar su mano. Él imito mi acto.

—Mujer caucásica, rubia, rondaba los veinte años. —Fue lo primero que dijo Morgan. —Dos disparos, uno en la extremidad inferior derecha.
—Creemos que el atacante realizo ese primer disparo en la habitación de la chica para evitar que escapara, ya que se puede ver un rastro de sangre en la alfombra, como si la chica se hubiera arrastrado hasta la sala de estar. —Agrego la chica que lo acompañaba. —Antonella Martínez, teniente. —Se presento con una media sonrisa.
—La segunda bala fue a su abdomen, impactando en su hígado. —Asentí prestando atención a las palabras que decía. —El atacante retiro amabas balas, espero a que la chica se desangrara y se fue limpiando su rastro.
—Astuto. —Murmure Bethany, saque un par de los guantes de látex que Brad nos ofreció.
—Nosotros iremos a la estación, el cuerpo ya esta siendo trasladado a la morgue para la autopsia.

Antonella y Brad se despidieron. Me dirigí a la habitación de la chica, parecía que se había mudado hace poco tiempo.

—Era una chica bellísima. —Acotó Maxwell con una fotografía en sus manos.
Dirigí mi mirada a los cuadros en blanco y negro que colgaban en la habitación, un destello rojo llamo mi atención.
—Había cámaras. —Informe mientras observaba el techo de la habitación.
—¿Algún psicópata la grababa mientras ella estaba distraída? —Cuestiono Maxwell.
—Es lo más probable, encárgate de retirar esas cámaras y llévalas a la estación. —Le ordeno Miller desde el baño de la habitación.
—El atacante fue lo suficientemente inteligente para retirar las balas, pero no tanto como para recordar llevarse su condón usado. —Dijo Aaron mientras salía del baño con un condón usado dentro de una bolsa de evidencia.
—Informen a Adler lo encontrado, dejaremos que ellos revisen la escena y nosotros llevaremos esto a la estación. —Dije en cuanto Maxwell poseía las cámaras.

Los detectives asintieron de acuerdo y nos trasladamos nuevamente a la oficina.

—Jenkins puedes revisar estas cámaras. —Le pedí al chico que se encontraba detrás de un varias pantallas.
—Esta bien. —Aceptó rápidamente. — Busque las cámaras de la premier, Pfifer no tuvo acompañante , solo se le vio con su co estrella, Ben Damon y el director, Gary Mane. —Me enseño las fotografías que había conseguido. — Ubique las cámaras de su edificio, ella subió con un hombre, este se fue luego de dos horas y a los treinta minutos las cámaras dejaron de grabar por tres horas.
—Gracias Jenkins, excelente trabajo.
—Puedes decirme Cameron. —Dijo el con una sonrisa amistosa.
—Lo tendré en mente.

Le di una última sonrisa y me dirigí al laboratorio, lugar donde esperaban los resultados del examen de ADN del condón encontrado.

—¿Ya hay algo? —Pregunte.
—Si, el semen corresponde a un tal Gary Mane. —Dijo Antonella.
—Gary Mane. —Murmure, había leído de él. —Es el director de la película. —Informe sacando el teléfono de mi bolsillo y marcando el número que salía en la ficha del teniente. —Adler, necesito que encuentres a Gary Mane y lo traigas a la estación para una preguntas. —Indique a mi compañero.
—Dia de suerte, estábamos hablando con él. —Dijo a través de la línea. —Vino al departamento de Pfifer, en treinta minutos estamos ahí. —Colgó.
—Gracias por la ayuda. —Le agradecí a los dos médicos.
—Cualquier cosa te estaremos informando. —Dijo Brad entregándole una carpeta con los resultados.

Volví a la oficina, dejando la carpeta en mi escritorio.

—¿teniente Mandylow?
—¿Sí?
—Soy Mia Ivanovic, abogada del caso. —Estrecho su mano con una pequeña sonrisa. —El capitán Jenkins me dio el caso, espero que podamos trabajar juntas.
—Claro, Adler trae al primer sospechoso. —Le informo.
—Mia Ivanovic. —Dijo la voz masculina de Aaron Miller
—Sub capitán Miller. —Respondió con desagrado.
—Es un gusto trabajar nuevamente con usted.

Ella solo asintió y rodo los ojos. Pude observar con diversión la pequeña escena que están montando, hasta que la melodía de mi teléfono me distrajo.

—Olive, ¿todo bien? —Pregunté en cuanto respondí la llamada.
—Me llamaron del preescolar, un niño golpeo a Joe. —Dijo. —Vine por él, pero no deja de pedir por ti.

Suspire, Joe podía ser un dolor de culo cuando se ponía irritable.

—Tráelo a la estación, lo calmare y después veremos qué hacer. —Olive acepto la propuesta y prometió llegar en diez minutos.
—Teniente Mandylow. —Le llamó el capitán. —Ella es la Psiquiatra, Kathleen Preston y la psicóloga, Audrey Christensen, trabajaran en el caso.
—Un gusto. —Les di una pequeña sonrisa, que desapareció en cuanto sentí la mirada del capitán sobre mí.
—Escuché que traerán a un sospechoso, así que no dudé en pedir su ayuda. —Informo el antes de ir hacia otros detectives, mientras que Kath y Audrey ponían al día a Beth con los sucesos de la estación.
—¡Bethany! —Exclamó Olive ingresando a la habitación, Joe venia en sus brazos pegado a ella como una garrapata
—Kathleen, Audrey, ella es mi hermana Olive y el Joe, mi hijo. —Los presente, Olive les dio una pequeña sonrisa al mismo tiempo que depositaba al niño en mis brazos. Pude observar que gruesas lagrimas se deslizaban por sus mejillas, limpié de estas suavemente con el pulgar.
—Tienes un hijo precioso. —Mencionó Kath, a lo que sonreí.
—Es bellísimo. —Deje un sonoro beso en su mejilla. —Tía Olive me dijo que un chico te golpeo, ¿Es verdad?
El pequeño asintió escondiendo su rostro en mi pecho.
—Mami promete que en la noche hablaran de esto, pero ahora tengo que trabajar. —Murmure acariciando su espalda.

El pequeño solo se aferró aún más a mí.

—Intente sobornarlo con McDonald’s, pero solo quería verte. —Agregó Olive.
—Quizás podemos llevarlo a la sala de interrogación de menores, hasta que se calme. —Dijo Audrey.
—¿Quiénes son ustedes? —Pregunto Jenkins con el ceño fruncido, no había notado que el capitán se había acercado.
—Es mi hijo Joe y Olive, mi hermana. —Respondí, primer día y ya estaba en problemas.
—¿Este es tu capitán? —Dijo Olive en un vano intento de susurro, claramente todos habían escuchado. —Malone era un dinosaurio al lado de él.
—¿Conoces a John Malone? —Preguntó él con una sonrisa divertida, al sonreír sus ojos se achicaban dándole un aspecto adorable.

“Deja de pensar en él, es tu jefe” Me ordeno esa pequeña vocecita en mi cabeza.

—Un vejestorio andante, que odiaba la diversión.
—Una descripción acertada. —Afirmó Aiden. — Teniente tiene que estar en el interrogatorio, ahora. —Mencionó. —Su hermana puede esperar con su hijo en interrogación infantil.
—Gracias capitán. —Sonreí aliviada, no esperaba ese gesto de amabilidad. —Joe tienes que ir con la tía Olive, prometo que solo serán unos minutos. —Joe negó con su cabeza.
—Joe, soy Aiden. —Llamó su atención. —Tu mami debe ir a trabajar, ¿quieres ir a jugar conmigo?

El pequeño me miro esperando que esta accediera, cuando se trataba de jugar se olvidaba de todo. Asentí con una sonrisa, deje a Joe en el suelo y este tomo la mano de Aiden con confianza. Ambos se alejaron, seguidos de Olive.

—Uno de sus talentos, los niños. —Mencionó Audrey. — Y las madres al parecer, babeabas al verlo.

No había notado que llevaba unos segundo observando el lugar por el cual había desaparecido Aiden con Joe.  

—¿Entraras conmigo? —Le pregunte cambiando el tema.
—Si. —Respondió la psicóloga con una pequeña sonrisa, debía saber mis intenciones.

Caminamos a la sala de interrogación, un sargento nos informo que se encontraba en la uno, junto a la sargento Jones.

—Señor Mane. —Salude.

El dirigió sus ojos hacia mí, había estado llorando. La sargento Jones dejo una ficha en la mesa antes de retirarse.

—¿Puede decirnos su relación con la señorita Rose? —Pregunte acomodándome en una de las sillas, mientras que Audrey ocupaba la otra.
—Era mi novia. —Murmuro avergonzado.
—No hay razón para la vergüenza señor Mane, la señorita Rose era mayor de edad y si su relación era consensuada no hay nada de malo. —Explico mi compañera.
—¿Cuándo fue la ultima vez que la vio?
—Ayer en la noche, como a las diez, fui a su departamento luego de la premier. —Dijo,  parecía realmente afectado por la noticia. —Le dije que tenia otros proyectos, pero debía ir a New York a completarlos, eso le molesto bastante así que me pidió que me fuera de su departamento.
—¿Eso fue antes o después de tener sexo?
—Después.
—¿A donde fue luego de que Pfifer lo corriera?
—Al bar que esta cerca de mi casa.
—¿Nombre?
—Hilton Pj’ Bar.

Di una pequeña mirada al espejo unidireccional, sabia que el teniente Ainsworth estaba ahí. El entendería la señal y buscaría el bar.

—¿Hace cuanto frecuentaba a la señorita Pfifer?
—Un año, luego de que empezaran las grabaciones de la película.
—¿Nunca le dijo si tenia un acosador? O si alguien la molestaba.
—No. —Negó abatido.

Suspire, el hombre parecía realmente afectado y no estaba proporcionando mucha información.

—Volveremos en unos momentos. —Le informe antes de ponerme de pie y abandonar la habitación para dirigirme a la continua. —¿Qué opinas Audrey?      
—Parece inocente, pero no creo que debamos dejarnos llevar por como esta ahora, he visto muchos culpables que juegan el papel de inocente. —Dijo la psicóloga.
—Déjenlo ir. — Esta vez fue Mia la que hablo.
—Es sospechoso en un caso de asesinato, no podemos dejarlo ir. —Aaron argumento.
—Estoy de acuerdo con el sub capitán. —Comente. —Es nuestro único sospechoso, además de la última persona que vio con vida a Pfifer.
—Hablare con el juez de turno para obtener una orden que le obligue a permanecer en la ciudad mientras duran las investigaciones.

Intercambie una mirada con Aaron antes de que ambos asintiéramos. La abogada se despidió con un gesto y salió de la habitación.

—Antes de dejarlo ir necesito que Adler confirme si Gary estuvo en el bar anoche. —Le dije al sub capitán, este asintió de acuerdo.

Imité la acción de la abogada y me dirigí a mi escritorio asignado, en este se encontraba Duncan revisando la información de la carpeta que me habían entregado los médicos.

—Hay nueva información, estaba embarazada. —Dijo el, quite sus pies de la mesa y le mire esperando a que continuara. —Tenía tres semanas, así que están haciéndole la autopsia a esa bola de células.
—Sutil. —Murmure rodando los ojos.
—¿Qué hacen aquí? —Pregunto molesto, seguí su mirada hacia la puerta de entrada.
Federales. ¿Qué hacen aquí?
—Agente Shelby. —Saludo el capitán mientras salía de la habitación de menores.

Duncan y yo seguimos con la mirada a Aiden que camino con confianza hasta Shelby, intercambiaron unas palabras y se dirigieron hacia la oficina del alto mando.

—Arruinaran todo. —Murmuro Maxwell molesto.
—¿Qué hacen aquí?, apenas llevamos un día de investigación.
—La alcaldía los envió, quieren que el caso quede resuelto. —Informo un chico con rasgos asiáticos.
—Es genial que se preocupen por nosotros. —Dijo el detective sarcástico.
—Soy Gale Knapp, asistente del fiscal. —Se presento extendiendo su mano hacia mí.
—Bethany Mandylow, la nueva teniente. —Correspondí a su saludo.
—¿Quién es el abogado a cargo del caso?, se rechazo su solicitud para dejar en libertad preventiva al señor Mane. —Dijo Gale. — El juez Holt está siendo presionado por el gobierno.
—Ivanovic. —Respondió Duncan.

El abogado asintió y con un gesto se despidió de nosotros.

—Mandylow, el dueño del bar confirmo la presencia de Mane. —Informo Adler. —Estuvo ahí desde las diez y media hasta las cuatro de la mañana.
—La muerte fue estimada a las tres de la mañana, por lo que Gary tiene una coartada. —Dije. —Libérenlo y manden la información a la fiscalía.
—Encontré algo. —Hablo Jenkins mientras se dirigía hacia nosotros, la dirección IP del programa de las cámaras está aquí en Los Angeles.
—Al fin una buena noticia. —Murmure. —Jenkins dale la dirección a Maxwell y díganle a Knapp o Ivanovic que consigan una orden de cateo y una de arresto, salimos en cuanto la tengan.—Ordene, el chico asintió.

Me encamine hacia la sala de menores, lugar en donde aun se encontraba mi hijo. Al entrar pude notar que se encontraba con dos chicas, además de Olive.

—¿Hola?
—Teniente Mandylow, soy Christell Hawthorne y ella es Josie Lane, domos las trabajadoras sociales de la estación. —Me explico al ver mi rostro confuso. —Espero que no le moleste que estemos aquí.
—Claro que no, gracias por cuidar de Joe.
—Es un encanto. —Admitió Josie.
—Tengo que ir a un lugar justo ahora, ¿Por qué no se van a casa? —Le pregunte a Olive.
—El capitán Aiden le prometió a Joe ir por un helado, así que luego de eso nos iremos a casa.
—Esta bien. —Bese la cabeza de mi hijo, que solo me dio una sonrisa para luego continuar con su dibujo. —Volveré pronto.

Sali de la sala encontrándome con Aiden.

—Capitán.
—Teniente.
—Gracias por cuidar de Joe.
—No hay problema. —Respondió con una sonrisa.
—No es necesario que lo lleve por un helado, sé que tiene cosas que hacer.
—Para eso tengo tenientes que trabajen. —Bromeó. — Escuche que encontraron una dirección, será mejor que vaya, yo cuidare de Joe.
—Esta bien, pero su resulta algo molesto puede decirle a Olive que lo lleve a casa.
—Lo hare. —Me dio una ultima sonrisa, tomo la manilla de la puerta y antes de abrirla volteo. —¿Cuál es su edad?
—Veintisiete.
—Entonces podría dejar de tratarme como un viejo y empieza a tutearme como lo hacen todos aquí. —Dijo y entro a la sala.

Regrese a mi escritorio en donde Adler se encontraba listo para salir, junto a el se encontraba una chica castaña y el chico que anteriormente había sido nombrado agente Shelby.

—La detective April Jones y el agente Marcus Shelby nos acompañaran. —Informo el teniente, Duncan, que aún se encontraba en mi silla, rodo los ojos por no haber sido convocado.

Luego de que Adler diera unas cuantas indicaciones a los detectives que se quedaban en la estación nos fuimos hacia la dirección que había proporcionado Jenkins.
Una puerta color mostaza nos recibió, luego de tres toques una mujer mayor nos recibió.

—Policía de Los Angeles, buscamos a Peter Klinky. —Mostré mi placa, pude observar como la mujer se removía nerviosa.
—Es mi hijo, soy Marie Klinky. —Murmuro la mujer. Su delantal rosa chillón resaltaba las canas en su cabello, dándole un aspecto longevo.
—Necesitamos hablar con él, en estos momentos. —Adler observo,  por sobre la cabeza de la mujer, el interior de la casa.
—Mi hijo no está.
—Señora tenemos una orden para revisar las instalación y para llevar a su hijo a la estación para unas preguntas, esta interfiriendo con la justicia y puede ser detenida por eso. —Dije sin perder la paciencia.

Asintió temerosa, suspiro y se hizo a un lado para que ingresáramos. Adler fue el primero en entrar, seguido por la sargento Jones, el agente y por último yo.
—¿Cuál es la habitación de Peter? —Mire a la mujer esperando una respuesta, apunto con su dedo índice la habitación que se encontraba al final del pasillo.

Camine hacia esta junto a April que se encontraba armada en caso de que algo sucediera. La sargento abrió la puerta sin dejar de apuntar con su arma. Un hombre de unos veinticinco años se encontraba en la cama durmiendo.

—Señor Peter Klinky. —Hable en el momento que Jones lo despertó. —Se encuentra bajo arresto por invasión a la privacidad de la señorita Pfifer Rose, tiene derecho a guardad silencio, cualquier cosa que diga será utilizada en su contra en un tribunal, tiene derecho a un abogado, si no puede costear uno el gobierno le asignara uno.

El hombre se mantuvo sorprendentemente tranquilo mientras que era esposado. Fue guiado hacia el auto en el que habíamos llegado, su madre dejaba caer lagrimas silenciosas, como si esperara que esto sucediera.

El viaje fue silencioso, al llegar a la estación pude ver a Gary Mane firmando unos papeles. Su mirada se cruzo con nosotros, pude observar la sorpresa en él.

—¿Qué hacen con él? —Se acerco rápidamente.
—¿Lo conoce? —Shelby alzo una ceja.
—Es mi medio hermano.
—Tu y yo no somos nada. —Fue lo primero que salió de la boca de Klinky.
—Lleven al detenido a la sala tres. —Dije. —¿Señor Mane podría hacerle unas preguntas?

Este asintió viendo como Peter era llevado a una sala de interrogación.

—¿Podría decirme su relación con el señor Klinky?
—Compartimos padre, aunque el nunca fue reconocido. —Explico. —Yo tenia diez años cuando me entere que el existía, en ese entonces Peter tenía siete años.
—¿Mantienen una buena relación? —Ya me imaginaba la respuesta.
—No, el me odia. —Admitió. —Mi padre no fue bueno con él.
—Peter tenía cámaras en la casa de Pfifer.
—¿Creen que el fue el culpable? —Interrogó.
—Por el momento solo está detenido por invasión a la privacidad.

El solo asintió consternado.

—Te llamaremos en caso de que sepamos algo. —Le dije antes de dirigirme a la habitación de observación. —¿Qué tenemos hasta el momento?
—Jenkins esta revisando la computadora de Klinky, además de su teléfono, y Adler consiguió que admitiera que el puso las cámaras.  —Me actualizo Jones mirando a través del espejo.

Shelby y Ainsworth se encontraban dentro de la sala, el primero parecía molesto y el otro intentaba no perder la paciencia. Marcus golpeo la mesa molesto al ver la sonrisa socarrona en el rostro de Peter.

—Es momento de relevar al agente.
—Creo que sí. —Murmure. Me dirigí a la sala de interrogación. —Agente Shelby ha sido suficiente por hoy, déjeme continuar.

El asintió y abandonó rápidamente la habitación, con Adler pisándole los talones.

—Señor Klinky.
—Puedes llamarme Peter, solo tengo veintitrés años. —Interrumpió con una sonrisa arrogante.
—Aquí serás el señor Klinky. —Aclare tomando asiento en la silla en frente de él, cruce una pierna sobre la otra y continúe hablando. — ¿Mato a Pfifer Rose?
—Claro que no, ya le dije a tu estúpido agente.
—Sabes bastante de tecnología, ¿Dónde aprendiste?
—Hice un curso en Santa Cruz, dos semestres.
—¿Por qué no lo terminaste?
—Me aburrió.
—¿Por qué pusiste cámaras en la habitación de Pfifer?
—Ella me lo pidió. —Se encogió de hombros.
—¿Por qué te pediría poner cámaras solo en su habitación?
—Usted ya sabe.
—No lose, quiero que me lo digas.
—Estábamos saliendo, ella quería que la viera mientras se tocaba.
—¿Estabas saliendo con la chica de tu medio hermano? —Alce una ceja.
—Ese idiota no sabia lo que ella quería.
—¿Tuvieron sexo?
—No tuvimos la oportunidad.
—¿Sabías que estaba embarazada?, debo suponer que sabes quién es el padre.
—El imbécil de Gary. —Mascullo molesto.
—¿Sabes que creo?, viste a Pfifer tener sexo con Gary el día de la premier, te enfureciste tanto que fuiste a su departamento y la mataste en un arranque de ira.
—Hizo la tarea detective. —Rodo los ojos. —Repetiré esto por ultima vez, yo no la mate.
—Esta bien. —Murmure levantándome. —Estarás en prisión hasta que resolvamos el caso, luego serás formalizado por invasión de la privacidad.

Abandoné la habitación y me dirigí hacia donde estaban los detectives reunidos.

—¿Qué están viendo? —Pregunte al ver que todos rodeaban una pantalla.
—La sentencia de tu detenido. —Aiden me hizo un espacio, en la computadora se veía el video de la cámara de la habitación de Pfifer, en ella Peter sostenía un arma mientras que la chica se arrastraba en el suelo. —Teniente acompáñeme. —Me hizo una seña, lo seguí.
—¿Dónde dejaste a mi hijo? —Camine a su lado.
—Aún esta con Josie y Christell. —Dijo. —Olive menciono algo de un entrenamiento y que Mark la mataría si no llegaba.
—Gracias por cuidar de Joe.

El asintió y abrió la puerta de la sala en la cual aun se encontraba Peter. Me indico que pasara.

—¡Volvió mi detective favorita! —Exclamo Peter.
—No hables. —Aiden se dirigió hacia él. —Estas detenido por el homicidio de Pfifer Rose, creo que ya conoces tus derechos así que no será necesario repetírtelos.
—¿Por qué la mataste?
—¡La zorra nunca se fijó en mí, siempre es el jodido de Gary! —Grito enfurecido. —Papa estuvo con él, la chica se quedo con el y yo siempre estoy en las sombras de ese hijo de perra.
—Bueno, no tendrás que preocuparte por ser su sombra, en prisión tendrás que preocuparte por tu propia sombra. —Menciono el capitán levantándolo de la silla y guiándolo fuera de la habitación.
—Buen trabajo teniente Mandylow. —Me felicito Mia, en el momento en salí de la sala.
 —Gracias abogada. —Le di una pequeña sonrisa. —¿Cuánto tiempo le espera?
—Espero que sea una cadena perpetua.
—Yo también. —Murmure.

Revise el reloj de mi muñeca, marcaba las ocho de la tarde. Me despedí de Mia, la cual debía ir a hacer los tramites para procesar a Peter. Fui en busca de Joe. Me adentre a la sala de menores llevándome la sorpresa de que no estaba ahí. Pensé en otra opción, la oficina de Aiden. Camine hasta esta, toque la puerta recibiendo un “pase”.

—Lo siento. —Murmuro, Joe estaba en sus brazos durmiendo.
—Me ahorraste el tener que leerle un cuento. —Rei por lo bajo. Me acerque a el dispuesta a tomarlo entre mis brazos, pero el negó.
—Olive dejo las llaves de tu auto aquí. —Señalo con su cabeza su escritorio, tome las llaves en mi mano. —Te acompaño a fuera.

Asentí. Fui hacia mi escritorio, tomé el bolso de mano que había traído. Duncan me miro desde su silla con una sonrisa ladeada, veía como el capitán sostenía a mi hijo mientras me esperaban.

—Que descanse teniente. —Me dijo para luego reír y volver a prestar atención a su computador.

 Rodé los ojos y le avisé a Aiden que estaba lista. Caminamos fuera de la estación en silencio, reconocí mi auto a lo lejos, desactive la alarma y abrí la puerta trasera para que dejara a Joe en su silla.

—Gracias. —Murmure en cuanto cerró la puerta.
—Al parecer lo único que he escuchado de ti hoy es “gracias” —Bromeo.
—Hiciste bastante por mi hoy. —Me encogí de hombros.
—No es nada Bethany. —Sonrió. —La espero mañana teniente. —Murmuro antes de comenzar a alejarse.
—Nos vemos. —Dije para mi misma, él ya estaba bastante lejos para escucharlo.

Había superado el primer día de una manera espectacular, sabia que no todos los días serian como hoy, pero por esta noche se permitiría alegrarse por su éxito.

personajes secundarios:

tkm: