masquerades; resultados.

  
Hace dos días se había encontrado con dos de sus viejos amigos y aunque eso la hacia relativamente feliz tenía temor, temor a lo que pudieran pensar sobre ella ahora. No quería que ninguno supiera sobre lo que estaba sintiendo su pobre corazón en esos momentos, ni siquiera Jody lograba saberlo aunque tenía sus sospechas pues casi siempre su castaña amiga vivía apegada a cosas de hace años como si quisiera aferrarse a algo, Mar se aferraba a sus recuerdos.

Ese día se había levantado temprano para poder terminar el diseño preliminar de la nueva revista de ese mes, ella era algo así como una ayudante novata pero su trabajo era igual de importante que el de la jefa ejecutiva de su área. Amaba trabajar en el área de diseño y aunque no era su trabajo soñado le favorecía puesto que siempre amo dibujar cualquier cosa, solamente trazó unas líneas más y agregó márgenes mediante unos códigos, su inteligencia había tenido sus frutos. Cuando terminó de teclear lo último lo guardo y cerró su laptop.

—Jody, me bañare para ir al trabajo te dejaré unos huevos con tocino y café en la mesa.—movió un poco a la chica en la cama.

—Mmm.. de acuerdo. Suerte en el trabajo.

—Gracias.

Camino hacia el baño para poder darse una ducha debido a que anoche no siquiera se cambio al dormir, el trabajo de la revista de ese mes tenía a todos en la empresa atareados así que pasó la noche entera modificando unos diseños que Luke le envió. Todavía faltaban dos horas para irse pero quería apuntarse debido al tránsito y que tenía que esperar el bus, su carro seguía en reparación así que no tenía opciones.

(...)

—¡Hayle si eso es una portada último modelo más te vale que la modelo sea famosa!

—¡Rick ni siquiera pienses en comer y piensa en un nuevo artículo, holgazan!

Ahí estaba la señorita Anderson mandando a todos como siempre, sus días diarios se basaban de decirle a todos que debían hacer y eso lograba estresarla porque casi nadie la escuchaba nunca, o más bien nadie escuchaba. Si algo no salía como ella quería no dudaría ni un segundo en gritarte que estaba mal contigo. Era la más grande de todos debido a que contaba con la edad de cuarenta y tres años a diferencia de los demás, tenía cabello pelinegro lacio que siempre llevaba amarrado en una cola de caballo, flecos por ambos lados, de piel pálida y midiendo menos del metro sesenta y seis, era bonita y siempre llevaba prendas "escolarizadas" pero su carácter era algo rudo y necio.

—Margot, ¿Lograste acabar el diseño que envió Luke?—pregunto inclinandose en su escritorio.

—Si señorita Anderson. Costo algo terminar de ejecutarlo pero este fue el resultado.—señaló la pantalla.

Sonrió a medias asintiendo.—Es perfecto. Imprime las hojas y luego mandaselo a Miranda.

—De acuerdo jefa.
—una vez lejos hizo caso a lo que le indicó la mujer.

Ese día todos estaban alborotados por lo que debía ser rápida sino quería ser regañada por una mujer ya bastante estresada. Tomo un sorbo de su café matutino para seguir tecleando. Una vez las once copias salieron de la impresora a un lado suyo le mando el prototipo digital a la chica pelirroja, agarró las hojas y se levantó para llevarle las impresas a otra de las chicas, más bien la última. En su área sólo trabajaban alrededor de cuatro chicos y tres chicas incluyéndose, la jefa no contaba tanto.

—Hayle aquí están las hojas del diseño de página, ya se las eh mandado a Miranda así que sólo debes checarlas para achirvarlas junto a lo que falta.—explicó.

La chica castaña asintió. Hayle fue la última en ingresar al área y también era novata puesto que apenas había salido de la universidad con sus cortos veintiún años, de cabello castaño en trenzas, lentes y cara de bebé era una chica inteligente que además vestía a la moda.
—De acuerdo. Empezaré analizando los resultados.—sonrió tomando las hojas.

(...)

—¡Voy a morir!—exclamó retirándose un castaño.

—Teóricamente no podrías morir al menos que pasará un accidente Luke.—habló Hayle observando al castaño.

—Era un decir niña, no iba enserio.

Habían terminado la primera parte de la revista, por pequeña parte se referían a las cinco primeras hojas así que todavía debían seguir trabajando pero se tomaron un receso para comer en el restaurante que estaba a sólo dos cuadras del edificio, todo fue idea de Rick y su gran apetito. Incluso la jefa decidió acompañarlos.
Una vez ingresaron el olor a comida no se hizo de esperar, todo estaba bonito y bien decorado por una tableta de colores llamativos, habían pequeñas imágenes en varios lados y frases igual, las mesas eran de madera pero estaban cubiertas por un mandil decorado a mano según se podía apreciar. Tomaron una de las mesas de medio que tenía más sillas para que pudieran caber todos.

—¿Podrían dejar de comportarse como dos niños pequeños?—los miro seriamente haciendo que Hayle y Luke dejarán de pelear.

La castaña rio ante eso pues pensaba que ambos terminarían juntos a pesar de que la diferencia de edades era notoria pues Luke era cuatro años más grande que la pequeña castaña.

—Yo pediré un batido de fresa y para comer la orden de hamburguesa con papas fritas.—dijo observando el menú. La camarera había llegado ya.

—Yo quiero la ensalada cesar con jugo de limón.—habló Miri.

—¿Estaría bien si pido la orden de nachos?

—Luke cariño, sólo pide tu estúpida comida ya.—habló la jefa mirando enojada al castaño, llevaba pensando que comer durante diez minutos.

—Bien, bien. Traeme una hamburguesa también pero con un refresco.

La chica anotó todo y decidió a irse llevándose los menús con ella. El ambiente era agradable y pese a que habría una semana estresada todos parecían estar felices con la comida de ese día, incluso ella aunque no era de hablar demasiado con sus compañeros y rara vez reía por uno de los comentarios idiotas de Jace o las acciones de Rick ante su comida.

—¡No, basta Luke!

—Buah, ¡Sorpresa Hayle!

—¡Hayle!—exclamó Miranda una vez la menor cayó sobre ella aplastandola.

—Chicos acaban de tirarle la mostaza en la cara a Mar.—dijo llamando la atención de todos Milo.

La castaña sólo suspiro y sonrió de lado ante su cara embarrada de mostaza que Luke avento para Hayle fallando por completo su puntería. Quería asesinarlo con sus propias manos pero decidió mejor contar hasta diez las ovejitas invisibles, no quería ir a la cárcel.

—Juro que te asesinare con mis propias manos.—murmuró viendo con odio al castaño.


—Liam, yo que tu empezaba a correr.—sonrió el pelinegro hacia su amigo.


—¿Eh? Aguarda Margot, fue un error.—se levantó observando como la castaña de coletas iba amenazante a él.-¡Margot no!


—¡Vuelve aquí Payne! ¡Exilio!


Entonces comenzó a perseguirlo para poder colocar sus manos en su cuello y apretarlo hasta que su cara quedará completamente morada, o hasta que ya no respirara. Estaba enfada por el hecho de que jugando con Louis le avento un plato de avena en la cabeza, juraría que esa chica lo iba a matar ahí mismo.
En eso una mano la tomó por detrás de su cuello haciendo que se detuviera dejando correr al castaño lejos. Enojada volteó para ver de quien se trataba y ahí estaba, tomandola. Se sorprendió ante la cercanía que mantenían lo que hizo que por segunda vez en su vida se sonrojara. Harry le sonrió ampliamente mientras ella intentaba reaccionar.


—Deberías dejar de seguirlo de esa manera harás que me ponga celoso y quiera molestarte más.


—¿Ah? ¡Cierra la boca Styles! ¡Sueltame!—intentó zafarse pero simplemente no podía, o quizá no quería.


—Te quiero Margot.—dijo cerca de su mejilla haciendo que ella reaccionará mal y se separará.


Lo miraba realmente sorprendida y algo apenada. No sabía que hacer ante esa situación y Harry sólo se dedicaba a mirarla con una sonrisa, su sonrisa tan linda y cálida que podría derretir a cualquiera.


Movió su cabeza por ambos lados intentando no recordar eso debido a que cada vez que pensaba en Harry su corazón se apretaba como si quisiera salir de ella, apretó con fuerza una pequeña bufanda que llevaba ese día pues había un poco de fresco así que optó por tomarla, una bufanda casi vieja de color marrón y que sabía perfectamente de quien era.  Les había dicho a los demás que regresaría a la oficina para poder avanzar un poco mientras ellos se quedaban conversando, tomó el último sorbo de su batido que pidió en un vaso de plástico y lo deposito en la basura de la entrada. Entonces al levantar la vista para salir la puerta se abrió dejando ver una complexión masculina entrar por esta. Junto a un abrigo beige cerrado llevaba un pantalón de mezclilla junto a unas botas, su sonrisa fue lo que cautivó su atención. No sabía que decir o que hacer, ella estaba estática frente a él vistiendo un simple suéter de lana rosado, abajo sabía que llevaba una blusa quizá blanca junto a sus jeans de mezclilla y unas botas beige, además traía esa bufanda marrón en su cuello. Ambos estaban sorprendidos.

—¿Margot?—pregunto una vez reaccionó ante ella. No se había movido.

—Harry...—susurró sin quitar su vista de él. Si en una situación donde podías encontrarte con tu amor del pasado y sólo sucedía de uno en un millón, ella era ese uno en un millón y ahora estaba queriendo correr de ahí.—¿Haz regresado?—pregunto.