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Dos Finales Felices.
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Re: Dos Finales Felices.
¡OH POR DIOS! Primero debo decir que ED ya me encanta y Efren de alguna manera lo comprendo y hasta me cae bien
Estaré esperando el próximo capitulo con ansias
Clover
Re: Dos Finales Felices.
Oh Odin. Definitivamente estoy de lado de Efren, no me cae para nada bien June... No se... Tal vez haya una razón mas a fondo de su comportamiento, pero mientras... y Oh Odin x2. Ed se ve que es una persona tan linda y amable que va a cuidar a sus dos hijos con su vida. Que bellooooo Solo edito mi cap y tratare de subirlo mañana en la tardecita
lantsov
Re: Dos Finales Felices.
Capítulo 2
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Era un Jueves por la tarde. Aun me encontraba en la gran oficina con la cabeza metida en un archivo que debía resolver para el día siguiente. Era un trabajo en el que llevaba trabajando por semanas, pero parecía que aquel caso nunca sería resuelto.
Dio un paso hacia adelante y dibujo una sonrisa que me contagió. Y tal como había pasado con su madre, esa pequeña había cambiado mi vida y estaba dispuesto a darlo todo por ella. Eso estaba decido desde el momento en que había visto a la pequeña figura frente a mí.
El teléfono negro a mi lado sonó, distrayéndome de la lectura tan tediosa de ese archivo.
─ Gideon Ogletree. ─respondí de manea formal intentando esconder el cansancio de mi voz.
─ Buenas tardes, señor Ogletree. Llamo del Servicio Nacional de Menores. ¿Conoce a Evelyn Cullimore? ─Me separé del escritorio y me recargué en el material suave del respaldo de la silla.
─ Me temo que no.
─ Disculpe, reformularé la pregunta. ¿Conoce a Elena Cullimore?
Elena Cullimore. Claro que recordaba ese nombre. Como poder olvidar a aquella castaña que cambió mi vida por completo y después se fue, diciendo que lo nuestro siempre había sido un error.
─ ¿Señor Cullimore?
Volví al presente después de que su rostro se formara en mi cabeza y recuerdos se proyectaran como película en mi cabeza.
─ Si, lo siento. Si. Si conozco a Elena Cullimore.
─ Bueno... Pues ─Hubo una pausa en la línea. ─ Tuvo un accidente automovilístico. Ella falleció. Su hermana está en coma, y su hija no tiene un guardián legal.
♔
Aun recordaba la vez que la había conocido. Una fiesta en la Universidad. Ella estaba alejada de todos, solo cuidando que su amiga no se emborrachara más de la cuenta.
Algo en ella hizo que me acercara. Claro que no se parecía a mis antiguas novias. Ella era perfecta, inteligente. Había algo que me llamaba, y para el momento en que me di cuenta de que cambiaría completamente mi vida, no me había importado. Había caído por ella.
Estaba enamorado de aquellos ojos marrones.
Pero heme aquí. Con el corazón y la mente hechos un desastre.
Sentado fuera del juzgado, esperando a la hija de Elena. Mi hija.
El esposo de Alexandra, la hermana de Elena, Mark, cruzo el pasillo y solo me saludo con la mano, llamando mi atención y alejando los revueltos pensamientos.
Me levante de la silla de madera y ambos nos estrechamos la mano.
Habían sido pocas veces las que nos habíamos visto, pero era claro que Alexa y él se querían de verdad.
─ Gideon. Me da gusto verte.
─ Igualmente, Mark. Lamento que sea en estas circunstancias. ─Le sonreí a medias. ─ Lamento lo de Alexa y lo de... Elena.
Me miro con tristeza y solo murmuró un "Gracias"
─ Ha sido bastante difícil. Ya sabes. Los arreglos del... ─Se detuvo y me miro dudoso. ─ Del funeral, Alex en el hospital y el tener que cuidar a Eve... Lamento involucrarte en esto. Pero Servicio de Menores la iba a retener. Alex es su guardiana legal, y con ella en coma, no podíamos hacer nada. Elena nos había dicho que tú eras el padre de Eve cuando aún estaba embarazada. Y simplemente no podía dejar que se la llevaran con una persona extraña.
─ Yo... No... Ella no me conoce.
─ Lo sé. Pero también sé que eres un buen hombre. La forma en la que querías a Elena. ─Mi corazón dio un vuelco y él se detuvo nuevamente. Esperando alguna reacción por parte mía. ─ Se parece a ti. Es igual a ti, pero tiene el rostro de Elena.
Lo mire y parecía que Mark había envejecido años. Era claro que era por los recientes sucesos, ya que ambos éramos de casi la misma edad.
─ Está un poco afectada. Ella estaba en el coche con ambas. La dieron de alta hace unos cuantos días.
Hizo un ademán con la mano y caminamos el pasillo por el que había aparecido hace unos minutos.
Llegamos al final y subimos las escaleras dobles. Pasamos por varias puertas y nos detuvimos casi en la última. Era una puerta negra con detalles tallados en la madera.
Mark puso la mano en la perilla y antes de abrirla me miro.
─ ¿Estás listo?
Le devolví la mirada y sentí los mismos nervios que la noche en que le había dicho a Elena que la quería. Afirmé con la cabeza e intenté mostrarme seguro, pero daba por hecho que mi cara era de pánico total.
Mark abrió la puerta. La habitación era una pequeña sala, con unos sillones negros de imitación de piel y un gran ventanal en la pared derecha. Había una larga mesa de cristal en el centro de los sillones y una alfombra café bajo ella. Y sentada sobre la alfombra, una pequeña figura, con un lápiz de color en la mano y una hoja de cuaderno apoyada en la mesa.
Estaba de espaldas a nosotros, y su largo cabello castaño caía como cascada sobre su espalda, meciéndose acorde al movimiento que ella hacia al mover el lápiz sobre la hoja.
Mark se adelantó unos pasos más y se interpuso entre ella y yo.
─ ¿Eve? ─llamo el hombre junto a mí, haciendo que la pequeña figura volteara. Lo único que vi fue su cabello volar al movimiento de su cabeza─ Quiero que conozcas a alguien.
Escuche sus pequeños y apresurados pasos cruzar la habitación y el corazón se me aceleró. Escuche mis latidos en los oídos y amortiguo el "Este es Gideon." Que había salido de Mark.
Mark se giró hacia a mí con la pequeña tomada de su mano.
Mi corazón se detuvo.
Mark tenía toda la razón.
Era como ver a una Elena de 5 años. Su cabello, su nariz... Era la copia de mi querida Elena.
Me agaché a su altura y no pude evitar sonreír con nostalgia y felicidad. Me fije en sus ojos. Eran del mismo tono que los míos, y la mueca que adornaba su rostro era el mismo que hacía yo al estar en un mal estado emocional.
─Gideon, te presento a Evelyn. Eve, te quedarás por un tiempo con Gideon.
Ambos nos miramos por unos momentos más.
Dio un paso hacia adelante y dibujo una sonrisa que me contagió. Y tal como había pasado con su madre, esa pequeña había cambiado mi vida y estaba dispuesto a darlo todo por ella. Eso estaba decido desde el momento en que había visto a la pequeña figura frente a mí.
- Hola:
- Hey Lamento la tardanza. Tuve MUCHOS examenes y trabajos para las ultimas semanas, soo.Pero aqui esta. Espero que les guste
lantsov
Re: Dos Finales Felices.
Me encanto . El pobre Gideon desubicado, enterándose de esa manera que es Padre. Joder, Elena murió, tengo que admitir que nunca lo vi llegar, es como "Hey tienes una hija, tienes que hacerte cargo, ha y se me olvidaba Elena, el amor de tu vida murió" , es un shock.
PD: Gracias por os comentarios del capítulo anterior .
Morí con esta parte . En resumen me encanto todo, ya quiero saber más sobre esto, ¿porque me dejan con la intriga?blackstairs escribió:Dio un paso hacia adelante y dibujo una sonrisa que me contagió. Y tal como había pasado con su madre, esa pequeña había cambiado mi vida y estaba dispuesto a darlo todo por ella. Eso estaba decido desde el momento en que había visto a la pequeña figura frente a mí.
PD: Gracias por os comentarios del capítulo anterior .
Invitado
Invitado
Re: Dos Finales Felices.
Primero déjame decirte que me gusto demasiado el capitulo.
Segundo pobre de Gideon al recibir esa llamada de que el amor de su vida murió y que deba hacerse cargo de su hija, que ni siquiera sabía que existía pero cuando la miró por primera vez y la manera que lo hizo sonreír literalmente me mató de ternura, acaba de conocer al nuevo amor de su vida y que esta dispuesto a hacer todo por ella.
Todo eso fue un ataque a mis pobres sentimientos.
Clover
Re: Dos Finales Felices.
Me encantó el capítulo, me pareció bastante conmovedor.
Pobre de Gideon al recibir la llamada y enterarse de la nada que Elena falleció.
La manera en que describe a la pequeña Eve me encanta, se nota que que desde antes ya tenía corazón de padre.
Me encantó, ya quiero leer más sobre las otras chicas.
Pobre de Gideon al recibir la llamada y enterarse de la nada que Elena falleció.
La manera en que describe a la pequeña Eve me encanta, se nota que que desde antes ya tenía corazón de padre.
Me encantó, ya quiero leer más sobre las otras chicas.
jackson.
Re: Dos Finales Felices.
¿Por qué los personajes de ésta nc sufren tanto? no lo sé, pero pobres de ellos, ah.
El Gideon se quedó con la nena después de que Elena fallecierapor cierto! desde el gif y con el nombre lo relacioné con tvd, ahr ayyyy... o sea, está linda la cosa pero a la vez triste, ¿por qué él no conoció a la criatura antes del trágico accidente?
¡Sufro mucho! Y el final... algo en mi corazón murió, ¿sabes?, estoy sad ahora :'v
Me gustó bastante el cap, espero el próximo con ansias, me enganché ya con ésta nc
El Gideon se quedó con la nena después de que Elena falleciera
¡Sufro mucho! Y el final... algo en mi corazón murió, ¿sabes?, estoy sad ahora :'v
Me gustó bastante el cap, espero el próximo con ansias, me enganché ya con ésta nc
trunks
Re: Dos Finales Felices.
Capítulo 003
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Cuatro años atrás....
Me encontraba sentado en el pasillo del hospital esperando que alguien saliera hablar conmigo, el doctor o alguna enfermera, tenía un montón de dudas en mi cabeza y nadie me daba un respuesta coherente con lo que estaba sucediendo. En un momento estaba al lado de Kate tomado de su mano, entregándole animo, apoyo y todas mi fuerzas mientras ella intentaba dar a luz lo más rápido posible y de un minuto a otro me encontraba fuera de la sala con dos enfermeros sosteniendo mis brazos, observaba como más personal del hospital entraba a la sala, observaba como ingresaban maquinas y como todos hablaban entre si, pero nada lograba escuchar.
Cada cierto tiempo miraba mi reloj, nunca sentí que el tiempo transcurriera tan lento, llevaba sentado en el mismo lugar unos 27 minutos y no sabía lo que estaba ocurriendo, lo único que pensaba en como estaba Kate y si el bebe estaba bien, hasta que una voz me despertó de mi bloqueo.
Me encontraba sentado en el pasillo del hospital esperando que alguien saliera hablar conmigo, el doctor o alguna enfermera, tenía un montón de dudas en mi cabeza y nadie me daba un respuesta coherente con lo que estaba sucediendo. En un momento estaba al lado de Kate tomado de su mano, entregándole animo, apoyo y todas mi fuerzas mientras ella intentaba dar a luz lo más rápido posible y de un minuto a otro me encontraba fuera de la sala con dos enfermeros sosteniendo mis brazos, observaba como más personal del hospital entraba a la sala, observaba como ingresaban maquinas y como todos hablaban entre si, pero nada lograba escuchar.
Cada cierto tiempo miraba mi reloj, nunca sentí que el tiempo transcurriera tan lento, llevaba sentado en el mismo lugar unos 27 minutos y no sabía lo que estaba ocurriendo, lo único que pensaba en como estaba Kate y si el bebe estaba bien, hasta que una voz me despertó de mi bloqueo.
─ Ethan, debemos hablar ─ mencionó el doctor mirándome seriamente ─ Antes de que usted diga algo déjeme intentar explicar lo sucedido, Kate mientras hacia fuerza para dar a luz empezó a perder mucha fuerza y sangre, hicimos una intervención para que nada grave saliera de esta situación o que ninguno saliera afectado pero fue casi imposible la perdida de sangre fue demasiada, en realidad intentamos hacer todo lo posible pero lamentablemente Kate falleció, pero su bebé se encuentra bien ahora las enfermeras están con el y lo están revisando.
En eso todo se volvió borroso, Kate había fallecido, nunca más la iba a poder ver, no vería su dulce rostro en las mañanas, nunca más la podría escuchar reír, conversar con ella, discutir por pequeñas cosas, nunca más la podría abrazar, cocinar para ella, salir a conocer el mundo juntos, nunca podrá realizar todos los sueños que planifico, y tampoco los sueños que teníamos planificar hacer juntos como familia, ella de un momento acaba de irse de mi vida, sin poder haberle dicho mis ultimas palabras, todo lo que sentía por ella, lo que me hizo sentir, ya nunca más la tendría en mi vida.
─ Doctor le puedo pedir un favor ─ dije por primera vez después de tantos minutos.
─ Por supuesto ¿Qué desea?
─ Me podía permitir entrar a verla, me gustaría despedirme de ella a solas por favor, quiero tener un momento privado.
─ Por supuesto, entre a la habitación, tómese su tiempo.
De a poco fui entrando en la habitación hasta acercarme a su camilla donde estaba ahí acostada, con los ojos cerrados y cubierta hasta el cuello con la sabana del hospital. Siempre pensé que cuando entrara por esta puerta iba a ver al amor de mi vida sosteniendo al bebé recién nacido con una sonrisa llena de amor, alegría y orgullosa de lo que nosotros habíamos creado, íbamos a ponernos a tener alguna pequeña discusión eligiendo un nombre para el bebé ya que no queríamos hacer si iba a ser mujer o hombre, preferíamos que fuera una sorpresa pero nada de eso iba a ocurrir, en vez de ese bello sueño que tenía ahora debía decirte mis ultimas palabras y esperar a que las escuches aunque no estés acá se que estarás mirándome ahora mismo.─ Sabes que yo nunca he sido bueno expresándome, aun no entendiendo como llegaste a enamorarte de mi en primer lugar siempre he sido alguien reservado de sentimientos y callado, pero cuando entraste a mi vida hiciste un gran cambio en mi. Recuerdo cuando por primera vez te vi, los dos eramos nuevos en la universidad, ambos estábamos tan perdidos porque era un lugar tan grande y no sabíamos a donde ir ni a quien preguntarle por donde quedan las salas de clases, en eso chocamos y sin querer vote tus cuadernos pero no te ayudé a recogerlos simplemente me quede callado un rato admirando a la hermosa chica que estaba frente a mi, aunque te pedí perdón pero no estabas muy contenta en ese momento, de a poco nos empezamos a encontrar más por casualidad hasta que tu tuviste el valor para hablarme y desde ese momento nunca más nos separamos hasta ahora ─ suspiré profundamente ─ se que en el fondo tu sabías perfectamente cuales son mis sentimientos por ti, tal vez no te decía muy seguidamente cuanto te amaba, lo muy importante que eres en mi vida, todo lo que has soportado estos años juntos, cuanta alegría me daba verte sonreír, reír, hasta las malas caras que colocabas cuando veías que intentaba planificar algo, se que eso es algo que te quejabas de mi que me gustaba seguir el horario en vez de vivir el momento pero eso es parte de mi ser aunque intente dejar ese habito por ti pero los dos sabemos que no iba a funcionar de verdad, lo divertido de todo eso ahora mismo es que yo realmente tenía algo planificado que debería ocurrir en unos minutos más pero se arruinó porque ya no estas acá a mi lado y nunca más lo estarás, se que me cuidarás y me protegerás con todo tu amor pero ya no se que hacer con mi sorpresa ─ sacó una pequeña caja de mi bolsillo ─ tal vez me demoré demasiado en pedirte esto, pero quería que nuestro bebé estuviera totalmente presente en este momento, yo se que tu idea era casarte antes de tener hijos pero por algún motivo las cosas se fueron dando al revés y yo Ethan Allen Harries en este momento debía hacerte esta maravillosa pregunta de si ¿Quieres casarte conmigo? lo más probable es que hubieses dicho que si y ahora estarías llorando de felicidad, pero resulta que yo soy el que termina llorando ahora pero de tristeza porque tu ya no estas aquí a mi lado, Kate siempre te he amado con todo mi ser, eres mi primer amor, eres el amor de mi vida y perdón por que las cosas no hayan terminado como nosotros habíamos soñado pero te haré la promesa de darle a nuestro bebé todo el amor necesario y que nunca se sentirá solo en este mundo porque yo siempre estaré ahí a su lado, gracias por todo espero que en unos años más nos reencontremos ─ besé su frente y me fui.
─ Señor disculpe molestarlo pero le gustaría conocer a su hijo ─ menciono la enfermera mientras sostenía al bebé en sus brazos.
─ Por supuesto ─ sonreí débilmente al ver su pequeño cuerpo ─ Espere, ustedes acaba de decir hijo, es un niño.
─ Si, es un niño bien lindo, creo que usted debería sostener a su hijo por primera vez ─ en eso colocó el bebé en mis brazos ─ ya pensó en como nombrarlo, debo hacer el registro y aun no tengo su nombre
─ Oh, si por supuesto ─ dije pensativo unos segundos ─ Lukas Harries, era una de las opciones de mi novia, se que ella estaría feliz por esto ─ sonreí ─ le molestaría si me deja un momento con mi hijo, me gustaría tener una breve conversa con él.
─ No se preocupe, volveré en unos minutos para luego llevarlo a dormir ─ en eso se fue.
─ Hola pequeño se que ahora no entenderás lo que estoy diciendo pero en un futuro lo sabrás quiero hacerte una promesa de hacerte el niño más feliz del mundo, prometo jugar contigo siempre que pueda, enseñarte todo lo necesario, intentaré cumplir tus sueños y ayudarte a luchar por ellos, pero lo más importante es que prometo amarte por con mi amor y por toda la vida, siempre que necesites ayuda estaré aquí para ti y siempre estaré para protegerte, nunca estarás solo porque cuando te sientas perdido tu solamente deberás mirar al cielo porque tu mamá estará siempre ahí cuidándonos a los dos.
- Holaa:
- Perdón la demora de subir el capitulo pero tuve unos pequeños problemas y también espero que les guste el capitulo llevo harto tiempo sin escribir. :)
Última edición por Karasuno el Lun 06 Nov 2017, 5:41 pm, editado 1 vez
Clover
Re: Dos Finales Felices.
Insisto con el "los personajes de ésta nc sufren mucho" de mi comentario anterior, y es muy cierto, tu capítulo me hizo darme cuenta al cien de que es masoquismo real Pobre de Ethan, él re bello que le iba a proponer matrimonio, rayos, me sentí mal y me agarraron los feels de leer tu capítulo porque en verdad estuvo muy emocional que lo disfruté mucho
No puedo esperar para leer el próximo y descubrir qué prosiguió con su historia ya estoy escribiendo mi cap y espero no demorarme mucho para subirlo
No puedo esperar para leer el próximo y descubrir qué prosiguió con su historia ya estoy escribiendo mi cap y espero no demorarme mucho para subirlo
trunks
Re: Dos Finales Felices.
En estos momentos estoy sintiendo amor-odio por todas .
Me enamore de Ethan y sus palabras al final , aunque sufrí al momento que le dijeron que Kate había muerto :sad: , me encanto que le fuera a pedir matrimonio en esos momentos, morí cuando no se pudo - creo que soné muy cruel - ¿Porqué me hacen sufrir de tal manera?
Me gusto mucho - en lo que cabe del sufrimiento - el capítulo.
Espero el próximo con ansias.
Me enamore de Ethan y sus palabras al final , aunque sufrí al momento que le dijeron que Kate había muerto :sad: , me encanto que le fuera a pedir matrimonio en esos momentos, morí cuando no se pudo - creo que soné muy cruel - ¿Porqué me hacen sufrir de tal manera?
Me gusto mucho - en lo que cabe del sufrimiento - el capítulo.
Espero el próximo con ansias.
Invitado
Invitado
Re: Dos Finales Felices.
Ethan es uno de mis favoritos, sus palabras me llegaron directo al corazón.
Todos los personajes sufren demasiado realmente me gusto tu capítulo, no puedo parar de leerlo una y otra vez.
Ya me imagino a Ethan como un increíble padre que sabe aconsejar a su hijo.
Todos los personajes sufren demasiado realmente me gusto tu capítulo, no puedo parar de leerlo una y otra vez.
Ya me imagino a Ethan como un increíble padre que sabe aconsejar a su hijo.
jackson.
capítulo 4
capítulo 004
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Expulso el aire en mis pulmones que no era consciente de retener al salir del edificio, el sentimiento de alivio opaca el de cansancio y sonrío mientras desciendo por las escaleras, he conseguido un empleo como asistente en las oficinas del periódico local después de mantenerme sin empleo durante un mes entero, mi felicidad no tiene límites en estos momentos.
Ser diseñador digital en una ciudad como Melbourne es complicado si quieres competir contra la minoría de personas que ejercieron en la misma área que tú, he visto el trabajo de unos cuantos y no puedo decir que soy el mejor cuando ellos pueden aplastarme si así lo deciden, no hay tanta fuente de trabajo para personas con visión digital en una ciudad donde la cultura y el deporte es lo que sobresale. Debí de haber sido arquitecto, es lo que mi familia me dice cada que me veo sin empleo desde que terminé la universidad, considero que tal vez tienen razón pero me siento tranquilo con mis talentos aunque no los necesite en los empleos que últimamente he encontrado. No me quejo del todo porque al menos tengo un título y eso me ayuda a alcanzar buenos puestos en donde los busque.
Gracias a que estuve sin trabajar el último mes me vi limitado en cuanto al traslado en automóvil se trata por el alto costo de la gasolina y me muevo por autobús a todas partes, las oficinas del Melbourne no están tan retiradas de mi hogar pero si lo bastante para cerrar los ojos un momento en el traslado, los músculos de mi espalda parecen liberarse de la tensión acumulado en día y mi cabeza se siente ligera en un santiamén por saber que no tengo que moverme a otro lugar de la ciudad para dejar el currículum porque he conseguido un empleo. A partir de mañana soy Lincoln McQueen, trabajador del periódico local en la sección de animación y asistente del jefe, un ascenso al “desempleado muchacho que no sé cómo obtendrá el dinero de la renta” que mi padre me dirigió la última vez que lo vi.
Mis padres no son los mejores del mundo y puedo apostar a que en menos de diez minutos hieren con palabras más que una apuñalada; despiadados e inhumanos progenitores que Dios me dio.
¿Y por qué no soy el hijo favorito?
Bueno, básicamente voy en contra de lo que ellos dicen en todo momento, soy el más joven y único varón después de dos chicas, esperaban tanto de mí que terminé decepcionándolos una y otra vez por seguir egoístamente lo que yo quise en verdad, incluso hay veces en las que prefieren decir que soy gay y por ello no frecuento Sydney por pena. Aunque no los culpo de inventar algo así ya que a mis veintitrés años de edad sólo he salido con una chica; y ella me dejó después de tres años de relación, algo triste e incomprensible para mí a pesar de que han pasado ya cuatro años. Cherise se fue tan pronto como vino a mi vida que ni siquiera pude decirle adiós.
Los pensamientos de mi ex hacen que me remueva incómodo en el asiento y la señora que se sienta al lado mío gruña, abro los ojos poco a poco, encontrando con que el paisaje reflejado por las ventanas del transporte público refleja que el día va en su cuarta estación en las últimas veinticuatro horas, no pasa del mediodía y el sol se muestra en todo su esplendor, comienzo a pensar que fue una mala idea presentarme en la editorial con un traje cuando el clima es tan cambiante en la ciudad y yo me muevo en autobús.
Decido levantarme dirigiendo una despedida a la rechoncha señora que me contesta con otro gruñido porque mi casa no está muy lejos del CBD en Hoodle Grid y las cafeterías comienzan a llenar las calles por las cuales pasamos.
Al bajar intento no parecer acalorado con la corbata apretando fuertemente mi cuello y finjo una sonrisa a todo aquel que me dirija una mirada, detesto verme mal ante los ojos desconocidos y sé que un chico con traje da mucho en qué pensar, dirigiéndome bajo aquellas miradas al edifico de departamentos menos extravagantes en la zona central de la inmensa ciudad. Algo positivo de vivir por estos suburbios es que encuentras transporte público que te lleve básicamente a cualquier parte sin gastar mucho dinero en el acto.
Muchos piensan que vivir solo es una experiencia única, libertad en todo momento sin que nadie te juzgue por mantener tu hogar como te plazca, déjame contarte que para mí no es cool en lo absoluto; detesto vivir solo. En primer lugar está el asunto de la renta, si eres tan desafortunado para mantenerte en un empleo fijo como yo tendrás problemas económicos por ello, en segundo lugar se encuentra el asunto de que te vales por ti mismo y mamá no te espera al regresar de la calle con la comida hecha, ya en tercer lugar se encuentra la cosa más espantosa de todas la cual es tener que estar preparado para la posibilidad de tener que enfrentar a un asesino en serie como en las películas de terror.
¿Por qué siempre deben aparecerse a los que viven solos y les cortan la luz siempre? Por fortuna llevo un año viviendo ahí sin sospechar de extraños sucesos que me indiquen ser víctima de un asesinato.
Así que la peor parte del día es llegar a casa y enfrentar el hecho de que yo haré la comida y pasaré algunas horas en frente al computador viendo películas por internet. Por más que odie vivir con mis padres detesto todavía más la soledad que me rodea al entrar por el umbral de la puerta al llegar en el departamento, no me gusta estar solo desde que tengo uso de razón, podré ser un joven adulto pero vivo con los miedos de un niño. Mi edificio alberga sólo a otras diecinueve personas a parte y por lo general aquellos otros inquilinos no les gusta mantener una conversación si te los topas en el elevador ni saludarte por el balcón si los ves, día con día carezco de compañía que me hace sentirme desanimado en el comienzo de mi vida independiente aunque no me doy por vencido, procuro insistiendo cortésmente por un poco de atención que logra darme sonrisas por parte de los vecinos cuando veo a dos de ellos asomándose por su balcón cuando yo me encuentro sentado afuera del mío.
—Buenas tardes, Link.
—Buenas tardes señor D. —Saludo con la mano al hombre del departamento continuo y a su hermano, ambos tiene extraños nombres en latín que nadie sabe pronunciar y prefieren abreviar su apellido por lo complicado que es también, algo similar a Damasus.
—¿Qué hiciste durante la mañana que acabas de llegar, muchacho?
—Fui a una entrevista de trabajo.
—¿Otra? ¿Y que tal te fue?
—Bien, bastante bien a decir verdad. —Hago oídos sordos a su primer pregunta llena de malicia—. Me han dado el puesto en el Melbourne de asistente en la sección de animación.
—Son buenas noticias, muy buenas, ¿verdad hermano?
El menor de ellos, que parece ser que no disfruta mucho de las conversaciones asiente como única participación en la plática, me dedica un guiño y se gira hacia la vista que tiene enfrente. Le imito para observar los edificios de la ciudad que nos rodean y el cielo azulado con el sol dando en todo su esplendor.
No tendrá cosas extraordinarios el edificio en el cual vivo pero posee una excelente vista que dudo tengan los más costosos de la zona.
Abajo en la calle suena un montón de cláxones que llaman mi intención, un auto negro se encuentra estacionado justo en la entrada del edificio impidiendo que el tráfico circule, el conductor parece no importarle la serie de sonidos irritantes que los demás hacen para que avance porque se mantiene así por unos minutos, miro fijamente la escena con curiosidad por saber sobre la persona que parece no importarle nada. El auto no me es conocido y dudo que sea algún residente porque todos saben que tenemos un estacionamiento en la siguiente cuadra, pienso entonces que es un desconocido, aunque me llama la atención el lujoso auto que me mantengo expectante el tiempo que pasa ahí parado hasta que baja alguien bastante familiar de ahí.
Parpadeo repetidamente mientras aferro con mis manos la barra de fierro debajo de mi pecho, me inclino hacia adelante para intentar ver mejor a la persona que mira de la pantalla de un teléfono móvil a las escaleras para ingresar que mi cabello está cayendo por mi frente, soy consciente de que si sigo inclinándome perderé el equilibrio y atravesaré la barandilla para sufrir una fuerte caída desde el cuarto piso que no me mataría pero si me rompería muchos huesos. Pero mi sorpresa es tan grande que parezco estar hipnotizado mirando hacia abajo, no siempre ves a alguien después de cuatro años y mucho menos si es el hermano de tu ex novia, tengo motivos para estar actuando irracionalmente aunque no me excuso de parecer un sujeto a punto de querer cometer suicidio.
Los ojos de Jaysen Hicks se encuentran con los míos cuando alza la mirada de repente y yo no tengo de otra salvo mirarlo fijamente, trago saliva con fuerza, hace ademanes a otra persona dentro del carro y este se aleja por la calle mientras él despega su mirada para ascender por las escaleras.
Contengo el aliento y me echo hacia atrás en el balcón, mi pecho comienza a tomar un ritmo acelerado que me acalora, siento los ojos de los hermanos D. en el balcón continuo pero no les tomo importancia alguna.
¿Por qué Jaysen vendría al edificio? Obviamente es por mí, seguramente suene egocéntrico al asegurarlo de esta manera pero no puede ser casualidad que desde Sydney viniera a Melbourne y decidiera alojarse en el mismo edificio que yo, pero no encuentro motivo aparente por el cual se encuentre aquí. La última vez que le vi fue dos días después de la desaparición de Cherise, había ido a buscarme en el campus donde estudiaba para preguntarme sobre su hermana, jamás fuimos cercanos para considerarlo un amigo; suponía que si estaba ahí era por su hermana más que por él. Sentía mis manos pegajosas porque comenzaba a sudar.
—¿Lincoln McQueen del piso cuatro? —El altavoz que se encuentra en la cocina anuncia desde la oficina en recepción, me acerco para contestar.
—Ese soy yo.
—¿Conoce a Jaysen Hicks? Él quiere subir con usted.
—Lo conozco, hazlo subir, gracias.
Mi boca se siente seca y comprimida al punto de que deshago el nudo de la corbata hasta quitarla, quedándome con la camiseta de vestir blanca desabrochada por los primeros dos botones, detesto la sensación de sentirme nervioso aunque no puedo evitarla en esta ocasión. Mi mente trabaja al cien por ciento y hasta más pensando. ¿Será que Cherise iba en el auto también y fue a estacionarse? ¿Por qué no bajó ella en lugar de Jaysen?
Mil preguntas se formulan pero no hay respuesta lógica a ninguna de ellas.
El sonido de la madera siendo golpeada me saca las incógnitas de la cabeza y corro hacia la puerta para abrirla de par en par.
Cabello castaño, ojos azules y complexión madura para aparentar más madurez de la que tiene en verdad, esos factores parecen ser algo típico en los Hicks, conocí a Cherise de quince cuando aparentaba diecisiete y, ahora, su hermano menor que seguro debe estar pasando por los veinte parece un sujeto de veinticinco.
—Hola. —Alzó mis cejas con sorpresa que no disimulo sosteniendo la puerta abierta de par en par—. Tanto tiempo, Jay.
—Bastante, Link. —Suspira, de manera que se infla y parece querer hacer pedazos la chaqueta de cuero que lleva puesta, encuentro alarmante el hecho de que esquiva mi mirada—. ¿Puedo pasar?
—¿Estás aquí por tu hermana?
—No vendría a verte sino le involucrara.
Sonríe de lado y yo asiento, haciéndome de lado en la entrada para permitirle el paso, a pesar de que se ve mayor su estatura y actitud temerosa lo delatan. Es un chaval que parece haberse inyectado esteroides.
Jaysen examina el reducido espacio en el cual vivo con una ligera mueca en su cara, ¿esperaba que viviera en un lujoso penthouse? no siento lástima por haberlo decepcionado, cierro la puerta tomando mi tiempo para simular los nervios que me invaden al tenerlo en frente.
—¿Quieres algo de beber? ¿Agua tal vez?
—No, gracias, estoy bien. —A pesar de su respuesta entro a la cocina y lago mis manos en el lavaplatos para quitar el sudor de ellas, también rocío unas cuantas gotas en la cara para después limpiarla con una toalla, no tengo visitas a menudo y siempre me pone incómodo mostrar mi espacio de vivienda a gente ajena—. ¿Seguro?
—No vengo de paseo para saludarte. Es importante. —El tono con el cual me contesta desde el recibidor hace que los bellos de mi nuca erizarse—. Importante y muy urgente.
Sin previo aviso entra a la cocina y me mira, por primera vez desde que le abrí la puerta, el color azul de sus ojos me recuerdan a los de Cherise tanto que los miro con determinada nostalgia. Después de todo, ambos hermanos compartieron genes tan similares al punto de parecer mellizos, es como verla a ella.
Él parece notarlo y frunce su entrecejo bajando la mirada de nueva cuenta.
—Mi hermana...
—Cherise —contesto automáticamente, Jaysen asiente y yo le imito, relamo mis labios que se sienten secos de repente.
—Si, Cherise, ella se fue de Sydney el día que terminó contigo. —Es mi turno de bajar la mirada cuando sus ojos buscan los míos, siento un ardor terrible en mi pecho que se extiende por todo el cuerpo, no me gusta recordar aquello—. No volvimos a verla tampoco nosotros, duré meses después de hablar contigo tratando de localizarla hasta el punto de molestar a mis padres, ellos la daban por muerta y yo no quería pensarlo así de ninguna manera. Llamadas telefónicas, mensajes de texto, correos electrónicos... nunca respondió ninguno de ellos.
—¿Por qué no lo dejaste de lado y ya? Ella lo hizo con todos nosotros. —El resentimiento es obvio en mis palabras y alzo mi rostro serio—. Fue al campus a decirme que quería terminar, así sin más, no me dijo por qué ni qué demonios ocurría, me dejó con las palabras en la boca y se marchó. ¿Sabes lo que sentí en ese momento?
—Pero...
—Decepción, rabia, traición, no sé decirte exactamente, quería derribar todo lo que tenía a mi alrededor. Porque, ¿sabes qué se siente ser dejado por la persona que amabas?, yo tenía planes para casarnos después de la universidad y dejar Sydney juntos, ella lo detestaba tanto como yo y pudo irse después de todo, pero sin mí. No tiene justificación alguna para tener la atención que le brindaste, ¿sabes?, eres un idiota por haberla buscado. Ni siquiera tus padres quisieron buscarla porque saben cómo es su hija y...
—¡Escúchame!
El grito hace que me trague las palabras que tanto he retenido desde aquel día y jamás mencioné a nadie, porque, ¿cómo reaccionarían al saber que tu primera y única novia te dejó con tantas promesas rotas? Yo sentiría lástima de mí y no quiero recibir eso.
Miro con coraje a Jaysen, las venas de su cuello están resaltadas y un color rojizo ha coloreado su rostro, ahora sí parece el hombre que aparenta ser. Aprieta sus puños con fuerza y toma una respiración profunda para hablar después.
—Cherise se fue porque estaba embarazada, sabía que mis padres le darían la espalda y que tú podías hacer lo mismo —habla tan gélidamente que mi pecho se comprime en el momento que me acusa por lo cual comienzo a negar con la cabeza e intentó hablar pero alza la mano para detenerme—, estabas en tu primer año en la universidad y bien podrías haberte dado media vuelta o dejar la escuela para mantenerse. No quiso arruinar tu vida y huyó sin decírtelo.
El aire me falta y siento la cabeza pesada, aferro mis manos a la mesa para sostenerme, es como tener elfos revolviendo cada órgano de mi cuerpo para que termine hecho puré. Es tanto que ni siquiera puedo creerlo yo mismo.
¿Cherise embarazada? Habíamos tenido relaciones seguido desde que ella cumplió dieciséis pero siempre nos cuidábamos, no había manera de que algo así hubiera ocurrido, pero, como bien dicen, hasta lo imposible suele pasar.
La furia que se había apoderado de mi razonamiento se disipa para darle paso al pánico, porque ella se había ido hace cuatro años y eso significaba que el bebé tendría casi tres ahora, soy padre y ni siquiera era consciente de ello.
Definitivamente mi día es de lo más interesante.
Tengo la necesidad de hablar pero lo único que sale de mis labios son balbuceos y me doy por vencido, incluso mis manos tiemblan cuando las extiendo para llevarlas a mi cabello, el castaño se da cuenta de eso y se apresura a sentarme en una silla mientras él toma asiento en la otra, mi cabeza da vueltas que pienso perderla en cualquier momento.
—¿D-dónde...
—¿Cherise? —pregunta Jaysen y asiento—. Se suicidó, no pudo con todo y lo hizo después de tener a los bebés, vivió en Brisbane trabajando en un supermercado para juntar el dinero necesario para la cesárea. Di con esta información después de seguir por una llamada que nos hicieron cuando los forenses supieron de quién era el cuerpo que se había ahogado en el océano, mis padres no quisieron ir hasta allá por información pero yo sí, me quedé con todas sus cosas.
—¿Bebés, dices? —El nudo en mi garganta desaparece al recibir más información, creo que a estas alturas ya nada puede sorprenderme, aunque la idea de tener más de un hijo me aterroriza—. ¿Son dos?
—Tres —contesta alzando tres dedos—, una niña y dos niños, son trillizos.
—Genial, sí, yo creo...
Nada. Me desplomo en la silla y mi vista se oscurece. No veo nada más después de ello.
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Con un filete en mi cien y un par de banditas en el brazo recibo a mis hijos. Uf, como me cuesta pensar en ellos como míos, creo que me tomará tiempo acostumbrarme.
Artemis, Apolo y Athena, los nombres más extraños que Cherise pudo haber elegido es como Jaysen llama a los niños cuando entra por segunda vez al departamento, los repito en mi cabeza y el simple esfuerzo de pensar si no se trata de una broma aquellas denominaciones me trae punzadas de dolor.
El golpe que me di después de desmayarme logró frenarse porque el chico Hicks me atrapó a tiempo para no hacer papilla todo mi rostro, sólo el costado derecho se vio afectado al chocar con la mesa de vidrio que me cortó el brazo.
Le dije que no mencionara jamás que me desmayé después de enterarme que tenía trillizos de mi ex novia muerta y que lloré después de levantarme, él estuvo de acuerdo. Comenzaba a agradarme después de todo.
Desperté y charló un poco más conmigo, aclarando algunos detalles importantes, como Cherise se había suicidado sin dejar un testamento antes los niños no tenían tutores aparentes, lo que los llevó a un orfanato al cuidado del gobierno en Brisbane donde Jaysen dio con ellos y peleó legalmente sin lograr la tutela ya que en un descuido mencionó que yo aún vivía y por ende soy la opción más fiable para ellos aún por encima del propio hermano de la madre. El recelo en las facciones del chico son bastante obvias, mientras intentaba hacerse cargo de los hijos de su hermana no tuvo ninguna oportunidad al salir a luz que el padre de las criaturas vivía todavía a pesar de que yo ni siquiera estaba enterado, quiere los mejor para los trillizos y es por eso que aunque le pese ha conseguido traer a los niños hasta mí para que pase un tiempo con ellos en lo que un juez decide qué hacer en este caso exactamente.
Ellos se esconden detrás de las piernas del castaño y me miran fugazmente mientras caminan hasta el sofá de la sala, Jaysen se sienta y de inmediato la niña se encuentra en su regazo mientras un niño trata de empujarla y el otro se acurruca en su costado derecho. Parecen conocerlo bastante bien.
—Pareces su padre. —Esbozo una sonrisa torcida por mi mal chiste sentándome en la mesa de centro.
—Ellos saben que soy su tío. —Acaricia el cabello color arena de la niña distraídamente—. Los visité cada que iba a Brisbane desde que los encontré, básicamente llevan tres años de vida viendo mi rostro, soy al único que conocen bien y en el cual confían.
Asiento, presiono un poco más el filete en mi rostro y miro a los niños con detenimiento, es obvio el parecido de los tres con Cherise, el perfil con nariz respingada lo comparten los tres pero sus ojos no son azules, lo noto cuando la pequeña me mira de reojo un par de veces, ahí no queda duda de que son mis hijos y tienen los ojos grises como los míos. No puedo fijarme más a fondo en las similitudes que tenemos porque Jay comienza a hablar de nuevo.
—Athena, cariño, ¿puedes sentarte con tus hermanos un segundo? Iré a decirle algo a él. —Me señala y los tres pares de ojos grises se posan en mí, madre mía si estos niños no poseen una sincronía casi perfecta, la pequeña asiente y se baja del regazo de su tío el cual se levanta para inclinarse a mi oído—. No hablan mucho si no tienen confianza, no esperes que te hablen como niños normales de tres años, les costará tiempo hacerse la idea. Y llámalos por su nombre siempre.
—Pero son raros, ¿por qué Cherise les puso nombres de dioses griegos? —Me quejo en un susurro—. Bastaba con que tú y ella tuvieran nombres extraños griegos, pero, ¿por qué los de los dioses a ellos?
—Sólo recuerda, ella es Athena, el rubio Apolo y el castaño Artemis. No es complicado.
Asiento y lo repito mentalmente.
Diosa de la sabiduría, la niña, dios del sol, la medicina y las artes, el rubio, y diosa de la luna y la caza, el castaño. Pobres de mis niños, ¿Cherise no sabía lo extraño que era para un niño ser nombrado como extraños dioses griegos?
Ella y su afán con la mitología que jamás comprendí.
—Hey, niños, ¿recuerdan que les dije que iban a conocer a alguien muy importante hoy?
—¡Sí! —Los tres gritan al unísono mostrando sus pequeños dientes.
—Bueno, lo tienen enfrente, éste es Lincoln McQueen. —Palmea mi hombro y se hace de lado para que los niños puedan observarme—. Su papá.
—¿Ese? —indaga Athena.
—¿Es papi? —cuestiona con el ceño fruncido Artemis.
—¿McQueen como rayo McQueen? —pregunta finalmente Apolo luciendo pensativo.
Llevo mis manos al cabello para despeinarlo como hago cada que me encuentro en una situación complicada. Los ojos grises como los míos me miran con recelo y dan miradas de reojo a Jaysen.
No sé qué hacer pero debo actuar ya.
—Si, yo... yo soy su padre. —Me levanto y los miro desde arriba, ellos parecen no inmutarse, demonios, seguro soné como Darth Vader—. No me conocían antes y yo tampoco, niños, pero soy su papá y no saben el sentimiento que me llena al conocerlos finalmente. —Mis ojos pican por unas lágrimas que no dejo escurrir—. Hace una hora no sabía de ustedes y ahora, teniéndolos enfrente, veo a su mamá y a mí en sus rostros porque no hay duda de que ustedes son mis hijos.
—¡Sí, tiene los ojos como Apolo! —exclama Apolo parándose en el sofá para acercarse a mi rostro y señalar los ojos—. No color, Jay dice gris.
—Gris. —Artemis le imita y me inclino hacia abajo para que los niños puedan verme más de cerca, el castaño alza sus cejas y sonríe poco a poco—. ¡Linol!
—Linol tiene pelo como Athena —menciona por lo bajo la niña mirándome fijamente, tomo un mechón de mi cabello y lo extiendo para que pueda verlo, es tan similar al rubio oscuro del suyo y el de Apolo que lo nota inmediatamente—, dice Jay, si es papi.
Los tres sonríen y mi mundo parece iluminarse con ese gesto, les imito inconscientemente, no me importa que no sepan pronunciar mi nombre y lo digan como una marca de gasolina ecológica de una película porque suena como música para mis oídos. Jamás creí escuchar a mis propios hijos llamarme por mi nombre, no creía tener bebés siquiera, seguro mis padres morirían de un paro cardíaco si estuvieran aquí.
—Lincoln, es Lincoln.
—También Link, díganme Link. —Ellos tratan de decirlo pero omiten la k—. ¿Saben qué? Linol está bien.
—¿Les gustaría quedarse con Link un tiempo? Ya no vamos a ir a Brisbane nunca más, tal vez puedan vivir en Sydney conmigo después, por ahora deben estar aquí en Melbourne con su padre. ¿Entienden?
Aprieto la mandíbula disimuladamente mientras miro a los tres asentir, canalla chantajista, no es posible que todavía piense quedarse con la tutela si me los ha traído a mí. Sobre mi cadáver que lo dejaré llevárselos a la capital.
—O pueden vivir conmigo aquí por siempre. —Me encojo de hombros caminando hacia el televisor para encenderlo—. Trabajo en el periódico por la mañana y la tarde la tengo libre, pueden quedarse con Jaysen temprano aquí en lo que yo llego.
—Voy a la escuela.
—Entonces vienen conmigo al trabajo en lo que consigo buscarles una niñera o la inscripción al jardín de niños.
—De ninguna manera. —El castaño frunce su ceño en mi dirección y les sonríe a los niños—. El abogado dijo que debía de mantenerme cerca de ti y de ellos mientras les daban un tutor legal, no hay fecha para un nuevo juicio por lo que estaré un buen tiempo aquí, no estarás solo con ellos todos los días. Podemos alternar los días y...
—¿Qué te dijo el juez en Brisbane? —canturreo a lo cual él se cruza de brazos.
—Al fallecer la madre el padre queda a su cuidado. —Hago un sonido afirmativo con la garganta que le molesta—. Pero no hay testamento alguno y ellos eran como propiedad del gobierno porque no estuviste ahí.
—¡Ni siquiera lo sabía! —exclamo por lo bajo para no alterar a los trillizos que se mantienen picando botones del control remoto al azar—. Si lo hubiera sabido te juro que habría ido hasta allá por ellos.
—El punto es, Lincoln, que el derecho que tienes sobre ellos no está especificado aún y lo tengo yo tanto como tú. No iré a ninguna parte y he pagado un semestre completo de la universidad aquí en Melbourne para quedarme, no lo tomes a mal, pero ellos me conocen más a mí que a ti. No puedo desaparecerme de la vida de los hijos de mi hermana tan fácil, no como mis padres lo hicieron o como ella, no los abandonaré a su suerte.
Los ojos azules que me miran con detenimiento se desvían hacia las tres criaturas sentadas en el sofá, un extraño brillo inunda sus ojos y supongo que está a punto de llorar, la tristeza se refleja en el mismo color de iris que poseía Cherise. El sentimiento de culpa y tristeza me inunda también a mí, comprendiendo la posición del chico, ella se suicidó egoístamente por el giro que había dado su vida, en parte por mi culpa que me remueve la consciencia, dejándolos a su suerte contra el mundo. ¿Qué habría sido de ellos si Jaysen no hubiera seguido el rastro de Cherise? No puedo ni imaginarlo.
Hicks hizo una promesa y yo decidido realizarla de igual manera: protegerlos cueste lo que cueste.
- jelou(?):
- hola, espero que les guste el capítulo, me gustó como quedó y espero que lo disfruten tanto como yo lo hice escribiéndolo
trunks
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