Espectadores

por Invitado Miér 15 Mar 2017, 2:11 pm

ESPECTADORES

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"AL TORO POR LOS CUERNOS"

Escapar.
La palabra suena genial y más si tienes problemas.
La mayoría de los humanos no “toman al toro por los cuernos” en el mismo instante en que aparece el “toro”, por así decirlo.
Nuestro primer pensamiento cuando llega el “toro” es escapar de él, esquivarlo, como harían normalmente los toreros, la comprensión de esto, es que solo esas personas cualificadas para este deporte, son los que realmente saben cómo esquivar dicho “toro”, el que nos es experto, ni lo agarra por los cuernos, ni lo esquiva.
Así son los problemas, vienen de frente hacia ti, y tú tienes que tomar la decisión de que hacer solo en unos tres o cuatro segundos como máximo, esquivarlo que es equivalente a escapar, quedar a enfrentarlo o morir.
Pero en estos tres o cuatro segundos es difícil escoger que hacer. El tiempo se detiene, ves todo en cámara lenta y escuchas a la tribuna gritando, animando, estando a la expectativa de lo que iras a hacer, pero ¿Qué harás tú? ¿darles lo que quieren ver? O ¿sorprenderlos en el acto?
La mayoría de los espectadores en nuestra vida están esperando ver como fracasamos ¿debemos darle la oportunidad de vernos escapar o morir? O ¿debemos sorprenderlos con esperar y vencer?
Por distintas razones un grupo de chicas se han topado de frente con el “toro”. Están embarazadas ¿deberían esperar o morir? O ¿enfrentarlo y descubrir que sucede? Aun no lo sabemos, porque somos simplemente espectadores. Pero si nos quedamos unos minutos más, podremos ver que eligen en esos tres o cuatro segundos.
La vida de una madre no es fácil y menos cuando hay espectadores observando cada detalle, movimiento, palabra. Estas chicas tendrán que enfrentarse a esto, sea cual sea la decisión que tomen.
¿Escapar? ¿quedarse y esperar? O ¿morir?
Seamos espectadores de estas maravillosas historias.

FICHA:

REGLAS:

ORDEN:

LINKS:

por **Andy Spellman.** Miér 15 Mar 2017, 2:21 pm

Holaaas

por Invitado Miér 15 Mar 2017, 7:00 pm

por **Andy Spellman.** Jue 16 Mar 2017, 3:58 am

por Invitado Jue 16 Mar 2017, 12:21 pm

PROLOGO
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Proyectos de vida, más conocidos como planes. Todas las personas vivimos en torno a los planes que hacemos o hacen por nosotros. Cuando se es pequeño, nuestros Padres o tutores legales deciden qué hacer con nuestras vidas, como donde estudiar o qué hacer con nosotros, cuando ya creces más, tú quieres dirigir tu propia vida, no aceptas por nada del mundo que los demás tomen decisiones que tú te sientes capaz de tomar por tu propia cuenta.
Pero hay veces que los planes que ya tenemos trazados, se desmoronan en un momento y quedamos perdidos, sin saber qué hacer, es cuando queremos que otras personas tomen una decisión por nosotros, como cuando estábamos chicos, el problema es que esa decisión solo la tienes que tomar tú, nadie más te ayudara a decidir como vivirás en el futuro.
¿Serás feliz con la decisión que tomes? Eso solo lo sabe el tiempo.
Los espectadores se acomodan en sus respectivos asientos, todos han sido muy afortunados al conseguir una entrada para el gran evento, se pueden ver personas de todas las edades y expresiones, por estas podemos deducir que esperan ver el gran desenlace de la historia.

:):

por **Beac** Jue 16 Mar 2017, 1:44 pm

Nenas, esto se va a descontrolar. Me gustó muchísimo el prólogo, ahora sólo resta ver que lios hacen nuestras pjs :)

por Invitado Vie 17 Mar 2017, 10:21 am

por **Mess.** Dom 26 Mar 2017, 9:15 am

¡Wujuuu!

por **Andy Spellman.** Vie 31 Mar 2017, 9:44 am

Holaaa

por **Beac** Vie 31 Mar 2017, 11:57 pm

por **Beac** Dom 09 Abr 2017, 7:46 pm

Chicas? Que pasó?

por **Andy Spellman.** Lun 10 Abr 2017, 6:38 am

Ann no se ha conectadi

por Invitado Lun 17 Abr 2017, 4:53 pm

CAPÍTULO 1

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Salir de mi país de origen nunca se sintió tan bien, mis labios forman una pequeña e imperceptible sonrisa mientras abrocho mi cinturón de seguridad, el avión empieza a moverse por la pista, aguanto la respiración esperando que empiece la leve turbulencia al dejar de tocar el piso.

– Tengo ganas de hacer pis – volteo a ver a Tommy, el cual se está agarrando fuerte del asiento y retorciendo las piernas.

– No puedes ir al baño Tom – sonrió, él hace un puchero y yo pongo mi mano sobre su cabello – Hay que esperar que estemos más estables.

– Pero tengo muchísimas ganas de ir al baño, hermanita – chilla exagerando con sus manos.

– Niñito berrinchudo – los dos volteamos a ver a la señora que está a su lado.

Unos hermosos ojos azules hielo nos devuelven la mirada, pálida y con un cabello rubio, lacio hasta la barbilla, nos observa detenidamente a los dos, pienso que tratando de abarcar igualdades entre Tom y yo, aunque cuando se arregla el cabello con dedos largos y finos sobre su hombro izquierdo, sé que solo pudo hallar nuestros ojos achinados como punto de referencia.

– ¿Quieres morir? – pregunta mirando directo a mi pequeño hermano de diez años, el cual niega con la cabeza repetidas veces – Entonces compórtate y aguanta.

– Gracias por el aporte.

Tommy voltea a mirarme como si lo hubiera traicionado, le sonrió para tranquilizarlo y pongo mi mano en su cabello, tratando que se vea más arreglado de lo que puede llegar a estar.

– Todos los hombres son iguales, con una vejiga de pajarito, toman un sorbo de agua y ya quieren ir a botarlo en el baño – murmura la señora para ella misma, pero lo suficientemente duro como para que nosotros la escuchemos.

– Hermanita – susurra acercándome, para poder hablar aún más bajo y que la rubia a su lado no le escuche – Cambiemos de puesto ¿sí?

Rio por lo bajo cuando aún con todos los intentos que hizo, la señora lo ha escuchado y resopla cuando comprende por qué mi pequeño hermano quiere cambiar de lugar.

– Tom, si de verdad quieres cambiar de lugar, lo haremos cuando estemos en el aire, estables – le doy un beso en la pálida piel de su frente – Después que hayas ido al baño.

– Pero Linh – me hace un puchero, aunque sabe que ese solo funciona con Becca y mamá.

– Tom, no podemos ahora, solo aguarda un momentito.

Cuando el avión ya estuvo lo más estable posible en el cielo, Tommy pudo ir al baño y mientras él iba yo cambiaba de puesto para poder darle el de la ventanilla a él.

– No deberías consentir todo lo que él dice – la rubia a mi lado me sonríe amable – ¿Es tu primer hijo?

– No – digo horrorizada – Es mi hermano.

– No hablo del niño berrinchudo – dice mirando mi vientre.

Inmediatamente siento el color dejar mi rostro, bajo la mirada a mi vientre y pongo mi mano sobre este, como si hubiera una personita allí y yo la estuviera protegiendo, entonces me doy cuenta de lo que estoy haciendo, la retiro como si quemara.

– No estoy embarazada – murmuro tratando de mostrarle una sonrisa amable.

– Lo siento, toque un tema delicado – su sonrisa se muestra compasiva e inmediatamente me siento incomoda – Soy Maya Morgan.

– Linh Jones – pongo mi mano sobre la suya y nos damos un breve apretón – Es un gusto conocerte.

– Es bueno ver que te mejoraste niña – abro mis ojos como platos y la miro detenidamente, observo que hay reconocimiento en su mirada – Te ves mucho mejor con el rostro limpio.

Siento que mis ojos se empiezan a llenar de agua y tengo que darle una sonrisa forzada para luego voltear mi rostro hacia el aun vacío asiento de mi hermano pequeño.

– Eres una mujer desagradable – escucho que dice la voz chillona de Tommy – Como todas las rubias teñidas.

– Tommy – le advierto con la mirada, pero al parecer mi hermano no entiende las indirectas.

– Apuesto a que sigue soltera y así se va a quedar por ser una vieja metiche – la boca de Maya esta levemente abierta, al igual que la de algunos pasajeros a nuestro alrededor.

– TOMMY – repito, esta vez levantándome del asiento para tratar de alcanzarlo.

– Debería dejar de molestar con su desagradable boca viperina – cruza sus brazos y levanta una ceja, esperando el contrataque de Maya.

– TOMMY JONES – se sobresalta y me mira atreves de sus pestañas, le señalo el asiento y él pasa con una sonrisa triunfante a este – Lo lamento mucho Sra. Morgan.

En el asiento de al lado se escucha un fuerte aplauso, los tres volteamos y allí está un muchacho rubio como de unos diez años, con ojos traviesos y una gran sonrisa en el rostro.

– No soy el único Madre – le dice a Maya, mis mejillas se llenan de un intenso rubor y no hayo en donde poner mi mirada.

Luego de una larga charla de Maya Morgan con su hijo Caleb, cambian de puesto y yo me veo desplazada de nuevo al lado de la ventanilla, entonces el viaje se tranquilaza y volvemos a Inglaterra, nuestro nuevo hogar desde hace un mes.

– Caleb me ha dicho que puedo pasar y quedarme en su casa cuando yo quiera – Tom salta a mi alrededor entusiasmado.

– ¿Viven en Londres?

– No le pregunte – su entusiasmo cae en picado y me arrepiento de haberle preguntado – Pero me ha dado su correo electrónico, le puedo preguntar por ahí.

– Claro que si – le sonrió.

Llevábamos veinte minutos parados en la zona de espera del aeropuerto, esperando que nuestros Padres pasen por nosotros, no creo que se hayan olvidado de dos de sus hijos. Mientras pienso en Rebecca, nuestra hermana mayor y en todo lo que está haciendo en USA, me desconecto del mundo a mi alrededor.

¿Nunca me volverán a ver cómo antes? Si no me hubiera pasado lo que me paso, tal vez… solo tal vez mi familia no me trataría como un animal lastimado, pero si no me pasaba a mí, ¿podrían haber secuestrado a Becca o a Tom? Sacudo mi cabeza, no podría pensar nunca como afrontarían cualquiera de mis dos hermanos esos sucesos, Becca es muy calculadora, ella abría hallado la forma de escapar y Tom, no podrían haber hecho todas esas cosas si lo hubieran atrapado a él o ¿sí?

Eso a la única conclusión que puedo llegar es que yo estaba destinada a ser la víctima, tal vez porque soy la más débil. ¿soy débil? Si eso significa que me dejaré aplastar por el recuerdo de mis captores, entonces no lo soy, pero si no fuera débil nunca me hubieran capturado desde un principio. Cierro mis ojos, aun si no soy fuerte, debo serlo por mi familia, por los que me rodean. Suspiro y alejo esos pensamientos que no dejan de atormentarme.

Cuando vuelvo a estar pendiente de las cosas a mi alrededor, ya estamos metidos en el gran Land Rover de papá y mamá tiene su mirada de curiosidad puesta en mí, sonrió un poco, sin saber que ha dicho o que hemos hecho durante el trayecto del aeropuerto hasta el auto.

– Lo siento Madre, estaba desconectada – mis mejillas enrojecen y trato de distraerme mirando por la ventana

– Tranquila cariño – vuelve a sentarse derecha y me observa desde el espejo retrovisor – ¿Cómo fue el viaje?

– Bien – sonrió mirándola directo a los ojos atreves del espejo.

– Le he dicho vaca gorda a una señora en el avión.

El auto se mantiene en silencio después del pequeño respingo de mi madre, los dos observan a Tommy con los ojos abiertos como platos, papá arranca cuando el semáforo cambia a verde, en el rostro de Tom empieza a formarse una sonrisa pícara y luego el auto se llena de risas de papá y de él.

– Ralph, Tommy – regaña mamá, pero se podría decir que no lo está haciendo.

Para sorpresa de todos nosotros – Rebecca, Tommy y yo – mis padres se conocieron de una forma peculiar, se podría decir que es una historia que le contarías a los niños al final del día para que puedan dormir, y simplemente porque es una legitima historia de amor.

Pero al parecer a algunos les parece algo completamente raro que una vietnamita se hubiera casado con una estadounidense, tal vez sea por el racismo de la sociedad que, aunque la mayoría dice que no existe, la triste realidad es que nunca se acabara.

Ralph y Nhú Jones, se conocieron cuando él estaba en el ejército y fue un “amor a primera vista”, aunque era difícil para ellos, lo lograron sacar adelante, mamá tuvo que cuidar a la hija mayor de papá – Becca –, luego llegue yo, con una gran maleta de problemas a mis espaldas, Tommy llego con una brisa refrescante en un día caluroso, el primer – y ultimo – de la familia.

– Linh, cariño – salí de mis pensamientos – ¿Quieres bajar y estirar las piernas?

Sonreí y asentí, baje del auto y me di cuenta que mientras mis pensamientos volaban, habíamos llegado a una estación de servicio, Tom y papá se encontraban dentro de la tienda, estire los brazos por encima de mi cabeza y observe el maravilloso paisaje que se extendía mis pies.

Pronto estaríamos en casa, es nuestra nueva vida y tendría que acostumbrarme a ella – viendo que era una nueva oportunidad para mí –.

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– Deja de hacer el ridículo y trabaja Mac – grito, haciendo que pare su baile de tubo abruptamente.

– Y tu deja de quitarnos la diversión Drew.

Rio fuerte y me encamino hacia la oficina, era el poco espacio en todo el taller donde se podría estar solo sin interrupciones. Abro las cortinas de esta y observo como es la vida en un pueblo tan normal de Inglaterra.

El pueblo de Lancaster, al sur de Reino Unido, podría ser un paraíso para muchos, pero para otros se podría convertir en un escape, algo temporal que se convierte en duradero, con sus grandes campos y personas muy amables cualquiera se puede acostumbrar a estar relajado. Lancaster es muy diferente a Alemania y ese podría ser el hecho de que me fuera establecido aquí.

– ¿Sabías que eres muy estúpido? – dice Alan, después de haber dado unos golpes a la puerta – Sé que eres mi jefe y puedes patearme a la calle en cualquier momento, pero alguien tiene que decírtelo en la cara.

– A veces me arrepiento de haberte dado un puesto en el taller – comento viendo directamente a sus claros ojos color verde musgo.

– A parte de estúpido, mentiroso – se burla este – Todo Lancaster sabe que no puedes vivir sin mí.

– No puedo vivir sin ti, mi culo.

Alan se hace el indignado y cae como un peso muerto en el sofá azul oscuro de la esquina, apenas tenía 16 años cuando lo deje quedarse en el taller, era solo un niño perdido que traía recuerdos no agradables a mi memoria, solo quería ahorrarle el sufrimiento.

– Estoy pensando en comprarme un hermosa Harley y unirme a los moteros, solo para ganar algunos coños frescos y verme rudo – se podría notar a millas de distancia que en el único taller de Lancaster eran mal hablados, aunque yo no tenía problemas con ello, algunos de los clientes sí.

– Si quieres un coño fresco, consíguelo en algún convento – baje de un golpe sus pies de la mesa en frente de él – Y no creo que sea buena idea que algún Demon te escuche decir eso.

Lo medito solo unos minutos y luego sonrío con un poco de picardía en sus rasgos, todavía no entendía que fumar o beber como un mayor no le daba inmunidad de cualquiera que quisiera patearle el culo.

– Deja de ser una perra llorona y sal de mi maldita oficina.

Suspiro tratando de conciliar el sueño, no era algo fácil de hacer y menos si no estaba lo suficientemente cansado del día, era mi problema todas las noches, acostado viendo el techo de mi habitación, tratando de dormirme y que los recuerdos no llegaran a mí.

No podía esperar nada, yo mismo me había puesto en el lugar donde estaba en estos instantes, no tenía que echarle la culpa a nadie y tampoco era de poner cargas en otras personas, si algún día llegara a hacer eso, perdería parte de lo soy.

La vida es dura para todos, no hay excepción, rio al ver por dónde van mis pensamientos. Después de un rato de ahogarme en mis recuerdos, por fin soy capaz de dormir.

– No deberías comprar esa mierda – levanto una ceja hacia Jake – Los vegetales son enemigos de la raza humana – una carcajada rota de mi al escucharlo.

– Creí que era un mito que todos los jóvenes odiaran los vegetales – empujo el carro de compras hacia el pasillo de las carnes y me detengo a comprobar los precios.
– Pues no es un mito – refunfuña detrás de mí – Es totalmente real.
– Voy a sonar como una madre – advierto – Los vegetales son buenos para el crecimiento.
– ¿Desde cuando tienes coño? – se burla, lo ignoro muy notablemente y sigo mi camino – No me ignores.
– Al parecer el del coño es otro – se posiciona en frente mío, impidiéndome el paso y me frunce el ceño – Esa frase de “No me ignores”, me parece muy femenina, además ten en cuenta que por un coño viniste al mundo, ten más respeto a las que lo portan.
– Iré por el otro pasillo – murmura.
Me encojo de hombros y sigo mi camino por el espacioso supermercado, al ser mi propio jefe, me podría permitir algunos días libres, pero al parecer algunos de los chicos también podían hacer eso, obviamente no me quejaba de eso hasta cierto punto, podían tomarse un día, pero no faltar más de dos.
– ¿Ya viste la que ha entrado? – susurra Jake cerca de mí.
– Si tu fin era asustare, debes practicar más tu táctica de acercarte sigilosamente – digo metiendo un paquete de jamón a carro.
– Ponme atención.
– Déjame decirte que si la que ha entrado es Amber y piensas ir tras ella, te ganaras que alguien que conocemos saque la mierda fuera de ti.
– No es Amber – todos sabían que Jake tenía un loco enamoramiento por Amber, lastimosamente él no se daba cuenta que no podría demostrarlo públicamente – Es la China.
– ¿La China? – frunzo el ceño esta vez volteándolo a ver – ¿Es acaso un apodo despectivo hacia alguien?
– No te amargues el rato Drew – su sonrisa desaparece al verme – Bueno, tal vez sea un apodo despectivo – levanto una ceja – Bueno, nos estamos saliendo del tema.
– Simplemente no lo vuelvas a decir, haces sentir mal a esas personas – me volteo y sigo caminando hacia la caja – Entonces, me estabas contando de una chica… ¿te interesa?
– Claro que no – dice exaltado.
– ¿Entonces? – pregunto parándome en la fila.
– Simplemente voltea a verla y deja de acosarme con preguntas joder, pareces policía.
Me rio de él, pero de todas maneras volteo a donde me está señalando, mi mirada queda inmediatamente trabada en una mirada curiosa, levanto una ceja y sonrió a la chica, ella abre sus ojos un poco, sus mejillas se vuelven de un suave rosa y voltea, dejando que su lacio cabello haga una cortina, impidiéndome la mirada a su rostro.
– ¿Acaso no son los nuevos en Lancaster? – pregunto a Jake.
– La familia Jones, una de sus hijas se quedó en USA.

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– ¿Crees que Lizzy me ponga cuidado? – camino rápido para ponerme de nuevo al lado de mi Madre.

– He visto que ella también se te queda mirando Tommy – murmura mamá dándole ánimos.

Siento mis mejillas volverse aún más rojas, suelto una risita nerviosa y vuelvo a mirar al hombre alto, esta vez está pagando sus compras y su acompañante coqueteando con la señorita que los atiende.

– ¿Qué estás viendo Linh? – escucho que pregunta Tom, poniéndose a mi lado y viendo en la misma dirección que yo.

– Nada – murmuro jugando con el borde de mi camisa.

– ¿Estabas mirando a esos chicos? – esta vez me mira.

– Jake, es un cliente de la pastelería – por lo menos no es una mentira.

– ¿Cuál es Jake? – pone su mano debajo en su mandíbula, como si tuviera barba – ¿El alto o el chico?

– El chico – mamá sonríe cómplice.

– ¿Te gusta? – los dos me observan detenidamente con una sonrisa pegada en su rostro.

– Hoy estas lleno de preguntas – respondo adelantándolos y entrando al pasillo de lácteos.

Mamá pone el plato en frente mío y sigue así hasta que todos estamos sentados a la mesa y con nuestro respectivo plato en frente, Papá da las gracias y todos cogemos nuestros cubiertos, observo el rollo de carnes y mi estómago se revuelve, cierro mis ojos con fuerza y aplaco las ganas de vomitar, tomo un par de respiraciones y tomo un bocado sin siquiera abrir los ojos.

– ¿Cómo te esta yendo en la pastelería Linh? – la voz de papá se escucha fuerte, abro los ojos y lo observo por unos minutos.

– Bien – susurro, con miedo de que haya visto mi reacción a la comida.

Vuelvo mi mirada al plato y arrugo la cara, pero inmediatamente cambio mi expresión, me animo mentalmente y sigo comiendo y escuchando vagamente las conversaciones que se hacen a mi alrededor.

– Linh, quiero que vengas conmigo – doy un mini-salto, pero me recompongo y miro a mi padre.

– Si señor – murmuro.

– Él ya no es un general Linh – dice burlón Tom, mamá y yo nos reímos al ver como papá se empieza a poner rojo.

– Si viene a buscarte el ejército, dejare que te lleven Tommy Jones – dice cortando un pedazo de rollo.

– No dejaras a nuestro hijo ir allí – mamá y papá tienen un duelo de miradas por unos minutos, Tom y yo guardamos silencio hasta que mamá sale campeona.

– Haz ganado una batalla cariño, mas no la guerra – mamá se sonrojo y papá sonríe victorioso.

– Ralph los niños están en la mesa.

Tomo mi plato rápidamente y lo llevo a cocina, desocupándolo y dejándolo en el lava vajillas, mi pobre estomago no puede con el rollo y con la conversación, me lo froto suavemente por unos minutos a ver si se me pasa el retorcijón y vuelvo a la mesa para poder terminar de tomarme el vaso de jugo.

– ¿Esta bien querida? – pregunta mi madre viéndome detenidamente – No comiste casi.

– Tranquila mamá, se me revolvió el estómago – acerco mi vaso a la boca y tomo algunos sorbos pequeños, probando si mi estómago puede con ellos.

El resto de la comida me enfrasco en mis pensamientos, sin poner mayor atención a los que pasa a mi alrededor, termino mi vaso de jugo con pequeños sorbos, lo llevo a la cocina, me disculpo en la mesa y subo a mi cuarto.

Y justo cuando estaba acostada en mi cama, disfrutando de descansar mi cuerpo extrañamente adolorido, ha punto de quedarme dormida, mi padre me llamo escaleras abajo, para que lo acompañara al taller, diciendo que yo se lo había prometido, suspire y fui al baño a parecer presentable, luego baje las escaleras, lista para acompañar a mi padre.

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– He oído rumores que los Demon´s comparten sus chicas – murmuro Alan.

– Si fuera cierto, Jake ya hubiera tenido una oportunidad con Amber – dijo burlón, lo que produjo que estalláramos en carcajadas.

– Cuando encuentres al amor de tu vida y no la puedas tener, háblame Mike – dijo Jake malhumorado.

– Tal vez el amor de la vida de Mike sea un hombre – susurro Peter, pero, de todas formas, todos lo escuchamos y nos reímos más fuerte.

– ¿Esa es tu forma sutil de decirnos que eres Gay? – se defendió Mike.

– Ya ustedes dos, y todo el resto de ustedes, pónganse a trabajar ya hemos estado mucho tiempo hablando – di por terminada nuestra pequeña reunión y así todos nos dirigimos a nuestros puestos de trabajo, tratando de terminar el día a día.

La tarde estaba pasando de los más tranquila, algunos Demon´s, otros ciudadanos, pero no fue hasta que llego cierta persona que empecé a verdaderamente interesarme en el trabajo.

Por la puerta entro uno de los hombres más grandes que hay en el pueblo, y detrás de él, la misma belleza del supermercado, pálida, menuda, cabello negro y unos hermosos ojos rasgados que estaba seguro que se habían ganado algunas molestias en años pasados.

– Buenas tardes, estoy buscando al dueño – hablo con voz potente, Jake señalo hasta donde yo estaba – Gracias.

Caminaron hasta mí, me levante de donde estaba y limpie mis manos en el trapo rojo atrapado en mi bolsillo derecho, sonreí amable y extendí mi mano para estrechársela.

– Me han dicho que eres el mejor mecánico de todo Lancaster – elogio apretando mi mano.

– Pues no sé si soy el mejor, aquí hay algunos chicos que prometedores – levanto una ceja y le enseño con las manos al rededor del taller – ¿En qué puedo colaborarle?

– Es un placer conocerlo, soy Ralph Jones – sonríe como si yo ya debería conocerlo, disimulo una risa con una tos.

– Andrew Hoffmann – la chica tras él suelta una risita infantil.

– Mi auto está teniendo algunos problemas de motor – arruga el entrecejo y me observa fijamente – ¿Cuando vengo por él?

– Se lo podría arreglar ahora mismo.

– Seria dejar más tiempo a mi hija expuesta a tus muchachos – volteo mi mirada hacia los demás y todos tienen sus ojos puestos en nosotros, suelto una carcajada.

– Al parecer la dama esta fuera de los limites – grito para todos ellos, inmediatamente escucho murmullos, risas y algunas maldiciones para que otra vez vuelvan a su trabajo – ¿Mejor?

– Eso no sirve de nada si tú la sigues viendo – cruza los brazos sobre el pecho.

– Papá – una pequeña mano sale disparada hacia el brazo del hombro, ella rodea a su padre e inmediatamente la tengo frente a mí, mirándome con curiosidad.

Doy un paso atrás como si hubiera recibido un golpe, ella agranda sus pequeños ojos mieles y dulces, sonríe e inmediatamente sé que estoy perdido.

– Estamos muy agradecidos que estés dispuesto a tratar a mi Padre, es muy difícil – baja la mirada a sus manos y tengo el impulso de poner mis dedos en su barbilla y subir su mirada de nuevo a mi rostro – Él volverá mas tarde por el auto.

Me entrega las llaves del auto y señala que esta justo en frente del taller, tomo su mano por algún tiempo y me veo obligado a soltarla cuando su padre me lanza una mirada de muerte, le sonrió a ella, lo que provoca que se sonroje, su papá la llama y se tiene que despedir para seguirlo por la puerta.

Linh Jones

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Caminamos hasta casa, aun no me podía sacar de la mente esa hermosa sonrisa, Andrew, sonreí mientras entrabamos a casa, mamá estaba en la sala con Tommy, viendo alguna clase de película, los salude y pase directamente a mi habitación, antes de acostarme y descansar, entre en el baño para cambiarme.

Miro el espejo y por el reflejo veo la bolsa de tela donde guardo mis compresas, frunzo el ceño y luego de estar cambiada me meto debajo de mis cobijas, ese es el momento donde me doy cuenta que no me ha llegado la regla por dos meses, abro mis ojos desmesuradamente y las lágrimas caen por ellos.

Entierro mi rostro en la almohada, me abrazo fuerte y me duermo, pensando en secuestros, gritos, dolor, humillación y al final con un simpático mecánico sonriéndome, sacándome de lo más profundo, llevándome a la luz.

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