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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
bloody roses. {mini wn}.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
bloody roses. {mini wn}.
Un nuevo asesino en serie empieza a asolar la ciudad de Nueva York, pero está vez el sujeto tiene un único objetivo: la inspectora y detective de la policía de Nueva York, Rhiannon Watson. La astuta muchacha se verá envuelta en una serie de sucesos oscuros y retorcidos que la cambiarán para siempre. Con ayuda de sus compañeros de la octava comisaría, emprenderá una carrera para poner entre rejas al individuo que está acabando con la vida de personas inocentes solamente para provocarla. Se dice que después de que te acuchille múltiples veces, lo último que ves antes de sumirte en un eterno sueño es un ramo de rosas sangrientas que deposita con una malvada delicadeza en tus manos inertes.
Última edición por rumancek. el Dom 25 Jun 2017, 3:20 pm, editado 6 veces
rumancek.
Re: bloody roses. {mini wn}.
Última edición por pxrasomnia el Miér 24 Ago 2016, 3:58 pm, editado 2 veces
rumancek.
Re: bloody roses. {mini wn}.
Prólogo
Eleanor Wheeler entraba en su apartamento de Queens después de una larga jornada de trabajo. El jefe de su empresa quería aumentar los beneficios de la misma y les había encargado examinar y dar con todas las numerosas posibilidades de conseguir que esto sucediera, haciendo que ella y unos veinte secretarios más basasen sus anteriores días en solamente repasar las cuentas de Vital Corps, hablar con nuevos comerciantes y buscar más patrocinadores. En resumen: los últimos días había vivido en la oficina y llevaba días sin dormir las horas aconsejadas.
Eleanor se quitó su abrigo negro, se despojó de los tacones que casi habían acabado con sus pies y dejó sus pertenencias en la habitación que usaba a modo de escritorio. La mujer rubia se dirigió a su nada modesta despensa y sacó un Émilion a la vez que tomaba una copa del armario, dispuesta a relajarse un poco. Vertió el líquido en ella hasta que le pareció la medida razonable y empezó a beber. Una copa llevó a otra y esa otra a otra. Si la señorita Wheeler hubiera estado en sus plenas facultades mentales, quizás hubiera advertido que unas suaves pisadas se oían en su apartamento. Si no se hubiera expuesto a un trabajo que había absorbido su energía, quizás hubiera reparado en el ramo de rosas blancas que reposaba en la mesa de su salón. Si no hubiera estado absorta pensando en el capullo de su jefe, quizás hubiera podido evitar que un brazo la rodease para evitar que se moviese y que una mano se posara en su boca con la finalidad de que sus gritos no fuesen oídos por nadie del edificio.
Ella comenzó a forcejear y cuando fue verdaderamente consciente de la situación comenzó a llorar. Era lo típico en las películas policíacas, la víctima se ponía a rogar que lo dejasen con vida, que tuvieran piedad. Su agresor no la tenía. Aquella persona que se cubría con ropas negras, tenía el rostro descubierto y en sus ojos brillaba un destello de ansia, de maldad, de satisfacción. No quería cubrirse pues quería que sus víctimas le viesen, los iba a matar y no importaba que hubiesen visto su rostro: si estaban muertos no podían culparle.
Ante los vidriosos ojos de Ellie, la persona que había entrado en su vivienda sacó un cuchillo de su bolsillo y le acercó peligrosamente el filo a la cara horrorizada y atemorizada de la fémina. Antes de que pudiese suplicar una vez más, el cuchillo se clavó en su pálida piel formando un corte en línea recta en su estómago. La sangre empezó a teñir la camisa blanca de su propietaria en una mancha roja, a la vez que Eleanor empezaba a perder la consciencia. Su agresor, que notaba un peso más ligero entre sus brazos, hundió el arma en el brazo derecho de la víctima. Y cuando parecía que había acabado con la sádica tortura, comenzó a trazar cortes en su pecho. Un charco de la sustancia rojiza bañaba entonces el suelo de la vivienda, y el cuerpo de Eleanor Wheeler se recostaba en el suelo. ¿Lo peor? Una mínima parte de ella seguía viva. Sabía que iba a morir, la cuestión era cuántos segundos le quedaban de vida. Se limitó a mirar la lámpara que colgaba del techo hasta que se topó de repente con los ojos de su asesino. Éste le separó un poco las manos y le depositó un ramo de rosas sangrientas, probablemente debido al baño de sangre que había tenido lugar, en ellas. Sin ningún otro acto, el individuo desapareció de su campo de visión, dejando el ya cádaver de Eleanor en aquella posición.
Si Eleanor Wheeler hubiera estado más atenta en su día a día sobre el entorno que la rodeaba..., no, aún así ella no se hubiera podido salvar.
Eleanor se quitó su abrigo negro, se despojó de los tacones que casi habían acabado con sus pies y dejó sus pertenencias en la habitación que usaba a modo de escritorio. La mujer rubia se dirigió a su nada modesta despensa y sacó un Émilion a la vez que tomaba una copa del armario, dispuesta a relajarse un poco. Vertió el líquido en ella hasta que le pareció la medida razonable y empezó a beber. Una copa llevó a otra y esa otra a otra. Si la señorita Wheeler hubiera estado en sus plenas facultades mentales, quizás hubiera advertido que unas suaves pisadas se oían en su apartamento. Si no se hubiera expuesto a un trabajo que había absorbido su energía, quizás hubiera reparado en el ramo de rosas blancas que reposaba en la mesa de su salón. Si no hubiera estado absorta pensando en el capullo de su jefe, quizás hubiera podido evitar que un brazo la rodease para evitar que se moviese y que una mano se posara en su boca con la finalidad de que sus gritos no fuesen oídos por nadie del edificio.
Ella comenzó a forcejear y cuando fue verdaderamente consciente de la situación comenzó a llorar. Era lo típico en las películas policíacas, la víctima se ponía a rogar que lo dejasen con vida, que tuvieran piedad. Su agresor no la tenía. Aquella persona que se cubría con ropas negras, tenía el rostro descubierto y en sus ojos brillaba un destello de ansia, de maldad, de satisfacción. No quería cubrirse pues quería que sus víctimas le viesen, los iba a matar y no importaba que hubiesen visto su rostro: si estaban muertos no podían culparle.
Ante los vidriosos ojos de Ellie, la persona que había entrado en su vivienda sacó un cuchillo de su bolsillo y le acercó peligrosamente el filo a la cara horrorizada y atemorizada de la fémina. Antes de que pudiese suplicar una vez más, el cuchillo se clavó en su pálida piel formando un corte en línea recta en su estómago. La sangre empezó a teñir la camisa blanca de su propietaria en una mancha roja, a la vez que Eleanor empezaba a perder la consciencia. Su agresor, que notaba un peso más ligero entre sus brazos, hundió el arma en el brazo derecho de la víctima. Y cuando parecía que había acabado con la sádica tortura, comenzó a trazar cortes en su pecho. Un charco de la sustancia rojiza bañaba entonces el suelo de la vivienda, y el cuerpo de Eleanor Wheeler se recostaba en el suelo. ¿Lo peor? Una mínima parte de ella seguía viva. Sabía que iba a morir, la cuestión era cuántos segundos le quedaban de vida. Se limitó a mirar la lámpara que colgaba del techo hasta que se topó de repente con los ojos de su asesino. Éste le separó un poco las manos y le depositó un ramo de rosas sangrientas, probablemente debido al baño de sangre que había tenido lugar, en ellas. Sin ningún otro acto, el individuo desapareció de su campo de visión, dejando el ya cádaver de Eleanor en aquella posición.
Si Eleanor Wheeler hubiera estado más atenta en su día a día sobre el entorno que la rodeaba..., no, aún así ella no se hubiera podido salvar.
rumancek.
Re: bloody roses. {mini wn}.
Capítulo 1
En cuanto el teléfono móvil comenzó a sonar, Rhiannon Watson supo que tenía trabajo que hacer. Antes de deslizar el botón para coger la llamada miró el reloj que le indicaba que eran las tres y media de la madrugada, por lo visto había alguien que había arrebatado otra vida en la ciudad de Nueva York. Con cuidado de no despertar a Jake, ella se levantó cuidadosamente con el móvil en la mano y vagó hasta la habitación del salón donde podría hablar con tranquilidad.
- Aquí Watson- comunicó a través del aparato, inmediatamente le llegó la voz molesta de su compañero Randy Hollson.
- Buenas noches, jefa- por su tono de voz parecía recién despertado y no muy contento por ello- tenemos un asesinato -. Rhia esperó pacientemente a que diera más detalles pero el agente se había quedado mudo de repente. -¿Hollson? ¿Me oyes? ¿Hollson?- confundida, despegó el auricular de su oído para revisar que no había colgado accidentalmente pero comprobó que no era así. -¿Hola? - se planteó colgar pero de pronto otra voz, que conocía muy bien, ocupó el lugar que había dejado su otro compañero.
- Holmes- aquel apodo era exclusivo de su fiel compañero Caleb Pratt, un hombre al que le había resultado gracioso que la inspectora se apellidase Watson cuando tenía casi las mismas habilidades que el otro personaje de las novelas de Arthur Conan Doyle -. Perdona a Randy pero acabamos de encontrar algo en la escena del crimen- una chispa se encendió en la mente de la mujer, era bueno que hubieran encontrado una pista tan pronto así que les sería más fácil y rápido resolver aquello- han encontrado a una mujer muerta en su piso de Queens, alguien había entrado y la ha apuñalado múltiples veces- la información que le estaba dando su amigo se quedó grabada en su memoria en cuestión de segundos, luego Rhiannon decidió ir a vestirse dado que en breves tendría que salir.
- ¿Qué es lo que habéis encontrado?- preguntó cuando se estaba poniendo sus queridas botas de color café. Hubo una pausa y la policía estuvo a punto de reprenderle por hacer lo mismo que el agente Hollson pero la grave voz de Caleb volvió a oírse y esta vez el mensaje le llamó mucho más la atención. - El asesino ha dejado un mensajito con la sangre de la víctima- respondió con un tono de nerviosismo- es un mensaje para ti.
En muchas otras ocasiones la señorita Watson había recibido amenazas por otros casos, resueltos y no resueltos, pero nunca un criminal la había tentado de esa forma. Si alguien había dejado un mensaje en la escena del crimen tras cometer un asesinato lo único que quería era tentarla para entrar en juego muy peligroso y Rhiannon Watson no iba a caer en la trampa.
Aquella chica de cabello castaño y ojos verdes volvió a su habitación después de haber colgado la llamada y recogió cuidadosamente su bolso junto con las llaves de su apartamento y de su casa pero antes de irse se detuvo para mirar a Jake. Odiaba tener que hacer aquello cada vez que la llamaban en mitad de la noche, había pensado en retirarse un millón de veces para vivir una vida tranquila junto a su novio pero su vocación la llamaba profundamente. Ella tenía un trabajo complicado y él no tenía buenos horarios en la empresa de informática en la que trabajaba y llegaba sumamente tarde a casa. Ambos se contentaban con verse escasas horas al día entre semana pero cada vez que estaban juntos sabían como aprovechar y disfrutar su tiempo. Cuidadosamente se acercó a depositar un suave beso en la frente de aquel chico que había sabido cómo conquistarla con el paso de los años y salió de la habitación y de su vivienda para llegar a la dirección que Caleb le había mandado en un mensaje de texto.
Un cuarto de hora más tarde, la inspectora Watson pasaba el cordón policial que se había precintado en la puerta del apartamento. Se detuvo para obtener una vista panorámica de la escena del crimen. A simple vista parecía todo tranquilo, exceptuando obviamente a los forenses, a sus compañeros y a los policías, pero al acercarse a la habitación del salón se advertía un cuerpo pálido como la nieve rodeado de un charco de roja sangre. Como en todos los casos, Rhia se preguntó qué le había llevado al asesino a cometer semejante acto mas tendría que esperar para conocer la respuesta. Mientras avanzaba por aquel lujoso piso, su mente divagaba sobre el cadáver, el asesino y el móvil, hasta que una voz la sacó de sus pensamientos.
- ¿Estás bien? - la muchacha levantó la cabeza para toparse con unos ojos verdes y profundos que la examinaban con preocupación. - Tranquilo, Pratt, es solamente el sueño- ella le restó importancia encogiendo los hombros y siguió al inspector hasta llegar al cuerpo.
- ¿Nombre de la víctima? - un forense le tendió unos guantes de látex para no contaminar y las posibles pruebas y ella misma junto a Caleb se arrodillaron para escuchar qué les tenía que decir James Hendyers, el médico forense que trabajaba con ellos en colaboración con la policía. - Se llamaba Eleanor Wheeler, treinta y nueve años- replicó Hendyers casi de inmediato. - Era una secretaria en la empresa de Vital Corps- añadió el agente Pratt al oído de la señorita Watson. - ¿Las puñaladas son la causa de la muerte? - quiso saber la inspectora después de asentirle a su amigo. - Efectivamente- el doctor mostró un poco mejor las heridas quitando la ropa rasgada del inerte cuerpo de la víctima. Oportunamente, un policía se acercó con un objeto en la mano y el compañero de Rhiannon lo cogió en una bolsa de plástico. - Creo que acabamos de encontrar el arma homicida- los ojos de la joven analizaron el cuchillo y dirigió una mirada expectante al forense, que tras pedirle al inspector que se lo cediera, asintió. - Parece de la cocina de la víctima- comentó éste señalando un soporte de cuchillos que se encontraba en la cocina, eran del mismo modelo del que tenían entre manos.
Los agentes Hollson y Rant aparecieron por la puerta cuando Pratt y Watson ya habían contemplado cómo se llevaban el cuerpo a la morgue y revisaban el apartamento en busca de más pruebas.
- Veo que no a todos les sienta bien madrugar- bromeó la mujer ante las caras cansadas de sus compañeros, a lo que estos se dispusieron a replicar rápidamente. - Hemos despertado a casi todo el edificio para conseguir más información sobre la víctima- informó Adam- digamos que los ricos de esta zona no se levantan dispuestos a ayudar-. - ¡Un hombre nos ha cerrado la puerta porque tenía que descansar lo suficiente para tomar su vuelo a las Fiji dentro de una hora!- Rhia y Caleb se miraron intentando mostrar un gesto serio ante el malhumorado comentario de Randy. - Si acabamos este caso pronto os prometo unas merecidas vacaciones- los ojos de Randy se iluminaron cual bombillas de Navidad pero antes de que pudiese hablar, la inspectora jefe añadió: - Pero no a las Fiji-. Adam y Randy se miraron y agacharon sus cabezas en señal de disgusto. - Si acabamos este caso pronto os invito a una ronda en Sophie's- la generosa oferta del inspector Pratt no les pasó inadvertida a los dos agentes que en seguida tomaron sus poses divertidas y seguras. - ¿Habéis encontrado útil?- intervino la que consideraban como la principal miembro del equipo. Adam sacó una pequeña libreta ante la atenta mirada de sus tres compañeros. - Ya sabemos que se llamaba Eleanor Wheeler y trabajaba en Vital Corps- conforme informaba de un dato daba pequeños golpecitos con su bolígrafo- según los vecinos no tenía familia cercana aquí, soltera y sin hijos, se pasaba los días trabajando -.Todos asintieron, preguntándose por qué alguien había matado a alguien aparentemente inocente y con una vida normal. Como al principio de todos los casos, era normal que no se vislumbrarán rastros de la verdad.
- ¿Qué hay del mensaje del asesino?- la idea de que el culpable hubiese dejado un mensaje dedicado a ella no había abandonado su mente desde que lo había sabido. Los agentes la acompañaron de nuevo al salón, mostrándole a la chica el mensaje escrito en la pared. El detalle de que estuviera escrito con sangre no se le escapó a la inspectora pero la frase que rezaba le era sumamente familiar.
- ¿"Conoces mis métodos, Watson"?- preguntó con aire confundido Randy. - ¿Te suena de algo?- Caleb se dirigió a Rhiannon mirando sus profundos ojos verdes grisáceos.
Ella no tenía por qué reconocer la frase. A simple vista podía parecer algo normal pero si se había ganado el mote de Sherlock Holmes era por algo.
- Conoces mis métodos, Watson- ella repitió la frase lentamente como si quisiese retener cada palabra de la oración en su memoria- es una frase de los libros de Sherlock Holmes- los tres hombres dirigieron su mirada hacia ella y la escuchaban con atención-. Se repite mucho, la usa Sherlock en sus investigaciones.
- ¿Qué significa?- esta vez fue Caleb quién formuló la pregunta. Pero Rhia no contestó inmediatamente. Pasó uno de sus dedos por el mensaje, comprobando si la sangre estaba seca o no. Se quedó mirando el dedo unos instantes hasta que encontró la respuesta que el agente Pratt quería.
- Que nos está retando- el hecho de que el mensaje rezase "Conoces mis métodos" implicaba que no era así, que iba a cambiarlos, y eso llevaba al otro significado del mensaje- y que va a volver a matar.
Horas después, Nueva York había amanecido y los agentes ya estaban en la comisaría. Adam le había comunicado a la madre de Wheeler el hallazgo de su cadáver, Randy había acompañado a Hendyers a la morgue para ver si encontraban más pistas y Caleb y Rhiannon hablaban con el jefe de la comisaría, William Lowell.
- Así que un asesino en serie- comenzó a decir aquel hombre de pelo oscuro y ojos oscuros- confío en que no te equivoques.
- No es así- replicó la investigadora con seguridad- sabes que tengo razón. ¿Por qué razón si no dejaría el mensaje?- le dio una breve pausa a su jefe para que lo pensase y él le otorgó el silencio de la victoria.
- La máxima prioridad a partir de ahora va a ser encontrar algo que nos indique quién va a ser su próxima víctima, dónde se va a cometer el asesinato o cualquier dato de importancia, ¿de acuerdo?- los dos policías asintieron sincronizadamente y salieron del despacho dirigiéndose a sus mesas de trabajo.
- No sé ni por dónde empezar- la muchacha se derrumbó sobre su asiento bajo la mirada de su fiel amigo que la miraba con extrañeza- no preguntes cómo, pero sé que no va a haber ningún tipo de relación entre los asesinatos-. Caleb seguía sin contestar así que ella continuó con hablando, a la vez que se pasaba una mano por su rostro. -Ojalá me equivoqué pero sé que no vamos a evitar el próximo asesinato.
Una de las muchas cosas que apreciaba Watson del agente Pratt es que era un gran amigo tanto en la comisaría como en el ámbito personal, podía contarle cualquier pensamiento que tuviese y él siempre la escuchaba. Al principio, cuando ella llegó a la comisaría no todos tenían una buena opinión de ella, Caleb tampoco, sin embargo con el paso de los años ella era posiblemente la segunda persona más respetada de la comisaría, siendo Lowell el primero.
- ¿No estás asustada? ¿Ni nerviosa?- Rhia miró atónita a su compañero quién la miraba a los ojos fijamente mientras él también se sentaba en su silla. - Sin duda es una de las cosas que admiro de ti- las palabras que salieron de la boca del policía hicieron que sonriera pero todavía no sabía por qué decía aquello- hay un asesino dejándote notitas con la sangre de sus víctimas, provocándote y tú te preocupas por las siguientes víctimas.
La castaña se quedó pensando en eso, ni siquiera ella era consciente de que lo había hecho. - Tú harías lo mismo, además recibimos miles de notas amenazadoras, no quizás de ese modo pero las recibimos- ella intentó restarle importancia al asunto. Caleb no contestó porque él seguía pensando lo mismo acerca de ella.
- Veamos- comentó a los diez minutos la inspectora Watson- Randy está en la morgue, Adam va a buscar entre los objetos de Eleanor- cogió su chaqueta marrón y se levantó decidida- ¿quiere el señor acompañar a una dama al trabajo de la señora Wheeler?- le miró con una cara sonriente y luego añadió- te diría algo más dramático pero ir a buscar pistas por un asesinato ya me parece dramático de por sí-. Caleb rio levemente y también imitó las acciones de su amiga, se levantó y los dos salieron del edificio para dirigirse a Vital Corps.
- Aquí Watson- comunicó a través del aparato, inmediatamente le llegó la voz molesta de su compañero Randy Hollson.
- Buenas noches, jefa- por su tono de voz parecía recién despertado y no muy contento por ello- tenemos un asesinato -. Rhia esperó pacientemente a que diera más detalles pero el agente se había quedado mudo de repente. -¿Hollson? ¿Me oyes? ¿Hollson?- confundida, despegó el auricular de su oído para revisar que no había colgado accidentalmente pero comprobó que no era así. -¿Hola? - se planteó colgar pero de pronto otra voz, que conocía muy bien, ocupó el lugar que había dejado su otro compañero.
- Holmes- aquel apodo era exclusivo de su fiel compañero Caleb Pratt, un hombre al que le había resultado gracioso que la inspectora se apellidase Watson cuando tenía casi las mismas habilidades que el otro personaje de las novelas de Arthur Conan Doyle -. Perdona a Randy pero acabamos de encontrar algo en la escena del crimen- una chispa se encendió en la mente de la mujer, era bueno que hubieran encontrado una pista tan pronto así que les sería más fácil y rápido resolver aquello- han encontrado a una mujer muerta en su piso de Queens, alguien había entrado y la ha apuñalado múltiples veces- la información que le estaba dando su amigo se quedó grabada en su memoria en cuestión de segundos, luego Rhiannon decidió ir a vestirse dado que en breves tendría que salir.
- ¿Qué es lo que habéis encontrado?- preguntó cuando se estaba poniendo sus queridas botas de color café. Hubo una pausa y la policía estuvo a punto de reprenderle por hacer lo mismo que el agente Hollson pero la grave voz de Caleb volvió a oírse y esta vez el mensaje le llamó mucho más la atención. - El asesino ha dejado un mensajito con la sangre de la víctima- respondió con un tono de nerviosismo- es un mensaje para ti.
En muchas otras ocasiones la señorita Watson había recibido amenazas por otros casos, resueltos y no resueltos, pero nunca un criminal la había tentado de esa forma. Si alguien había dejado un mensaje en la escena del crimen tras cometer un asesinato lo único que quería era tentarla para entrar en juego muy peligroso y Rhiannon Watson no iba a caer en la trampa.
Aquella chica de cabello castaño y ojos verdes volvió a su habitación después de haber colgado la llamada y recogió cuidadosamente su bolso junto con las llaves de su apartamento y de su casa pero antes de irse se detuvo para mirar a Jake. Odiaba tener que hacer aquello cada vez que la llamaban en mitad de la noche, había pensado en retirarse un millón de veces para vivir una vida tranquila junto a su novio pero su vocación la llamaba profundamente. Ella tenía un trabajo complicado y él no tenía buenos horarios en la empresa de informática en la que trabajaba y llegaba sumamente tarde a casa. Ambos se contentaban con verse escasas horas al día entre semana pero cada vez que estaban juntos sabían como aprovechar y disfrutar su tiempo. Cuidadosamente se acercó a depositar un suave beso en la frente de aquel chico que había sabido cómo conquistarla con el paso de los años y salió de la habitación y de su vivienda para llegar a la dirección que Caleb le había mandado en un mensaje de texto.
Un cuarto de hora más tarde, la inspectora Watson pasaba el cordón policial que se había precintado en la puerta del apartamento. Se detuvo para obtener una vista panorámica de la escena del crimen. A simple vista parecía todo tranquilo, exceptuando obviamente a los forenses, a sus compañeros y a los policías, pero al acercarse a la habitación del salón se advertía un cuerpo pálido como la nieve rodeado de un charco de roja sangre. Como en todos los casos, Rhia se preguntó qué le había llevado al asesino a cometer semejante acto mas tendría que esperar para conocer la respuesta. Mientras avanzaba por aquel lujoso piso, su mente divagaba sobre el cadáver, el asesino y el móvil, hasta que una voz la sacó de sus pensamientos.
- ¿Estás bien? - la muchacha levantó la cabeza para toparse con unos ojos verdes y profundos que la examinaban con preocupación. - Tranquilo, Pratt, es solamente el sueño- ella le restó importancia encogiendo los hombros y siguió al inspector hasta llegar al cuerpo.
- ¿Nombre de la víctima? - un forense le tendió unos guantes de látex para no contaminar y las posibles pruebas y ella misma junto a Caleb se arrodillaron para escuchar qué les tenía que decir James Hendyers, el médico forense que trabajaba con ellos en colaboración con la policía. - Se llamaba Eleanor Wheeler, treinta y nueve años- replicó Hendyers casi de inmediato. - Era una secretaria en la empresa de Vital Corps- añadió el agente Pratt al oído de la señorita Watson. - ¿Las puñaladas son la causa de la muerte? - quiso saber la inspectora después de asentirle a su amigo. - Efectivamente- el doctor mostró un poco mejor las heridas quitando la ropa rasgada del inerte cuerpo de la víctima. Oportunamente, un policía se acercó con un objeto en la mano y el compañero de Rhiannon lo cogió en una bolsa de plástico. - Creo que acabamos de encontrar el arma homicida- los ojos de la joven analizaron el cuchillo y dirigió una mirada expectante al forense, que tras pedirle al inspector que se lo cediera, asintió. - Parece de la cocina de la víctima- comentó éste señalando un soporte de cuchillos que se encontraba en la cocina, eran del mismo modelo del que tenían entre manos.
Los agentes Hollson y Rant aparecieron por la puerta cuando Pratt y Watson ya habían contemplado cómo se llevaban el cuerpo a la morgue y revisaban el apartamento en busca de más pruebas.
- Veo que no a todos les sienta bien madrugar- bromeó la mujer ante las caras cansadas de sus compañeros, a lo que estos se dispusieron a replicar rápidamente. - Hemos despertado a casi todo el edificio para conseguir más información sobre la víctima- informó Adam- digamos que los ricos de esta zona no se levantan dispuestos a ayudar-. - ¡Un hombre nos ha cerrado la puerta porque tenía que descansar lo suficiente para tomar su vuelo a las Fiji dentro de una hora!- Rhia y Caleb se miraron intentando mostrar un gesto serio ante el malhumorado comentario de Randy. - Si acabamos este caso pronto os prometo unas merecidas vacaciones- los ojos de Randy se iluminaron cual bombillas de Navidad pero antes de que pudiese hablar, la inspectora jefe añadió: - Pero no a las Fiji-. Adam y Randy se miraron y agacharon sus cabezas en señal de disgusto. - Si acabamos este caso pronto os invito a una ronda en Sophie's- la generosa oferta del inspector Pratt no les pasó inadvertida a los dos agentes que en seguida tomaron sus poses divertidas y seguras. - ¿Habéis encontrado útil?- intervino la que consideraban como la principal miembro del equipo. Adam sacó una pequeña libreta ante la atenta mirada de sus tres compañeros. - Ya sabemos que se llamaba Eleanor Wheeler y trabajaba en Vital Corps- conforme informaba de un dato daba pequeños golpecitos con su bolígrafo- según los vecinos no tenía familia cercana aquí, soltera y sin hijos, se pasaba los días trabajando -.Todos asintieron, preguntándose por qué alguien había matado a alguien aparentemente inocente y con una vida normal. Como al principio de todos los casos, era normal que no se vislumbrarán rastros de la verdad.
- ¿Qué hay del mensaje del asesino?- la idea de que el culpable hubiese dejado un mensaje dedicado a ella no había abandonado su mente desde que lo había sabido. Los agentes la acompañaron de nuevo al salón, mostrándole a la chica el mensaje escrito en la pared. El detalle de que estuviera escrito con sangre no se le escapó a la inspectora pero la frase que rezaba le era sumamente familiar.
- ¿"Conoces mis métodos, Watson"?- preguntó con aire confundido Randy. - ¿Te suena de algo?- Caleb se dirigió a Rhiannon mirando sus profundos ojos verdes grisáceos.
Ella no tenía por qué reconocer la frase. A simple vista podía parecer algo normal pero si se había ganado el mote de Sherlock Holmes era por algo.
- Conoces mis métodos, Watson- ella repitió la frase lentamente como si quisiese retener cada palabra de la oración en su memoria- es una frase de los libros de Sherlock Holmes- los tres hombres dirigieron su mirada hacia ella y la escuchaban con atención-. Se repite mucho, la usa Sherlock en sus investigaciones.
- ¿Qué significa?- esta vez fue Caleb quién formuló la pregunta. Pero Rhia no contestó inmediatamente. Pasó uno de sus dedos por el mensaje, comprobando si la sangre estaba seca o no. Se quedó mirando el dedo unos instantes hasta que encontró la respuesta que el agente Pratt quería.
- Que nos está retando- el hecho de que el mensaje rezase "Conoces mis métodos" implicaba que no era así, que iba a cambiarlos, y eso llevaba al otro significado del mensaje- y que va a volver a matar.
Horas después, Nueva York había amanecido y los agentes ya estaban en la comisaría. Adam le había comunicado a la madre de Wheeler el hallazgo de su cadáver, Randy había acompañado a Hendyers a la morgue para ver si encontraban más pistas y Caleb y Rhiannon hablaban con el jefe de la comisaría, William Lowell.
- Así que un asesino en serie- comenzó a decir aquel hombre de pelo oscuro y ojos oscuros- confío en que no te equivoques.
- No es así- replicó la investigadora con seguridad- sabes que tengo razón. ¿Por qué razón si no dejaría el mensaje?- le dio una breve pausa a su jefe para que lo pensase y él le otorgó el silencio de la victoria.
- La máxima prioridad a partir de ahora va a ser encontrar algo que nos indique quién va a ser su próxima víctima, dónde se va a cometer el asesinato o cualquier dato de importancia, ¿de acuerdo?- los dos policías asintieron sincronizadamente y salieron del despacho dirigiéndose a sus mesas de trabajo.
- No sé ni por dónde empezar- la muchacha se derrumbó sobre su asiento bajo la mirada de su fiel amigo que la miraba con extrañeza- no preguntes cómo, pero sé que no va a haber ningún tipo de relación entre los asesinatos-. Caleb seguía sin contestar así que ella continuó con hablando, a la vez que se pasaba una mano por su rostro. -Ojalá me equivoqué pero sé que no vamos a evitar el próximo asesinato.
Una de las muchas cosas que apreciaba Watson del agente Pratt es que era un gran amigo tanto en la comisaría como en el ámbito personal, podía contarle cualquier pensamiento que tuviese y él siempre la escuchaba. Al principio, cuando ella llegó a la comisaría no todos tenían una buena opinión de ella, Caleb tampoco, sin embargo con el paso de los años ella era posiblemente la segunda persona más respetada de la comisaría, siendo Lowell el primero.
- ¿No estás asustada? ¿Ni nerviosa?- Rhia miró atónita a su compañero quién la miraba a los ojos fijamente mientras él también se sentaba en su silla. - Sin duda es una de las cosas que admiro de ti- las palabras que salieron de la boca del policía hicieron que sonriera pero todavía no sabía por qué decía aquello- hay un asesino dejándote notitas con la sangre de sus víctimas, provocándote y tú te preocupas por las siguientes víctimas.
La castaña se quedó pensando en eso, ni siquiera ella era consciente de que lo había hecho. - Tú harías lo mismo, además recibimos miles de notas amenazadoras, no quizás de ese modo pero las recibimos- ella intentó restarle importancia al asunto. Caleb no contestó porque él seguía pensando lo mismo acerca de ella.
- Veamos- comentó a los diez minutos la inspectora Watson- Randy está en la morgue, Adam va a buscar entre los objetos de Eleanor- cogió su chaqueta marrón y se levantó decidida- ¿quiere el señor acompañar a una dama al trabajo de la señora Wheeler?- le miró con una cara sonriente y luego añadió- te diría algo más dramático pero ir a buscar pistas por un asesinato ya me parece dramático de por sí-. Caleb rio levemente y también imitó las acciones de su amiga, se levantó y los dos salieron del edificio para dirigirse a Vital Corps.
rumancek.
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