Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
I touch the sky when my knees hit the ground.
O W N :: Originales :: Originales :: One Shot's (originales)
Página 1 de 1. • Comparte
I touch the sky when my knees hit the ground.
I touch the sky when my knees hit the ground.
La nebulosa.
Todo era felicidad. O bien, todo simulaba serlo. Estaba demasiado ciega, mi mente a penas estaba creciendo, mis pensamientos a penas estaban fundamentándose. Podía ver, pero no realmente. No podía ver más allá del presente, más allá de los sentimientos del momento. ¿Y las palabras? Calaban, pero no en mí. Los recuerdos existen, veo a las personas hablando, y sé que están diciendo algo importante, pero no puedo recordar qué. Lo estoy obviando, porque en lo profundo de mí, sé lo que están diciendo, sé lo que deberían estar diciéndome. De repente desearía entender. Miro a los otros, como siempre. Me muestran cuánto me falta para llegar allí, yo deseo algo que ellos sienten, pero como sé que no puedo conseguirlo (o al menos eso creo) lo dejo ir. Pero no del todo.
El precipicio.
Hay problemas. Los veo venir y al mismo tiempo no. Es como un sueño, vago, en el que intento hablar y no puedo. Una avalancha de nieve se aproxima, pero está tan cerca que ni me preocupo en gritar, en lamentarme. Aun no sé cuánto va a dolerme. Supongo que no mucho, y supongo mal. Mi alrededor se desmorona, de a poquito, pedazo a pedazo, la vida perfecta y el entorno perfecto, comienzan a tomar colores tristes, sombras que tapan la felicidad de la luz que creíamos tener. Los problemas aparecen. No estábamos tan preparados como pensamos. Miro atrás, donde sé que está la respuesta, donde sé que está mi ayuda, pero sé que es tarde porque me veo caer…
La oscuridad.
No hay nada. Yo prefiero decir que no hay nada. ¿Dónde está mi ayuda? ¿Dónde está mi socorro? Ni siquiera soy consciente de lo que estoy viviendo, porque es muy triste para soportarlo. Cada día pienso que podría ser peor. Al menos estamos juntos, me repito. Y luego recuerdo aquellas noches, donde los llantos se oían en todo el lugar, en cada rincón, nadie escapaba de la desgracia. Y grité, grité por ayuda al cielo, grité y pedí por favor, lloré hasta quedarme seca, sollocé hasta empezar cuestionarme todo lo que creía certero. La roca, la fuerza, la que siempre pudo y pensé que siempre iba a poder. Destruida. Y yo buscando ayuda, intentando recordar eso que me habían contado, pero la nebulosa sigue ahí. En el momento no lo sé, pero no estoy preparada para la respuesta. Solo me queda esperar a que todo termine.
La muerte.
Una burbuja de aire es nuestra esperanza, en medio de un océano de tristeza. No te apresures a pensar que todo mejoró, ni que un par de eventos afortunados va a ser el resto de tu futuro. La base se rompe, se cae y se hunde en el barro. Todo va mal. Pero esta vez, definitivamente no hay nada. Esto es lo que consideré peor, y ya no nos tenemos los unos a los otros. Quiero ser fuerte, pero me quiebro de vez en cuando. La realidad me golpea, y mi cuerpo no lo soporta. Tiembla, mis extremidades cosquillean, el aliento me falta y siento que la vida se me va en cada lágrima que derramo. Me lastiman, y yo les devuelvo el favor. Perdono, una y otra vez. Al menos algo bueno sigue en mí.
Me cuestiono todo. Clamo por ayuda, pero en realidad no la deseo. Una mano se extiende frente a mí y finjo no verla, finjo que mi necesidad es otra. Me rendí, o al menos pienso que lo hice. El suelo ya no me asusta, y se convierte en mi soporte. Siento la desesperación más genuina, y creo enloquecer. Correr y estrellarme contra una pared parece la mejor opción, pero sé que es de cobardes. Miro la pared, la siento con mi frente, la toco, la abrazo, pero no me promete nada. No es la solución y lo sé con certeza, pero la locura me está acariciando.
Vivimos porque el aire es gratis. Pero en verdad, no estamos viviendo. Esto no es vida, me repito. Sigo pidiendo al cielo una ayuda, porque nunca me cansé de hacerlo, porque no me quedaba nada más que hacer. La soledad nos inunda a todos en este lugar, y no tenemos a nadie. Ellos están anclados al suelo, y no quieren dejar ir aquello que nos pudre por dentro. Pero tengo la respuesta, solo necesito dar un paso, el más difícil, para poder revivir.
Una escalera.
No sé ni siquiera cómo, eso me asegura que no fui yo. Pero un día digo basta. Las aguas parecen calmas, pero es todo una mentira, porque no fuimos sanados, porque no nos hemos recuperado, y aunque el tiempo pasó y los años también, no está todo superado. Sé que no podremos superarlo a menos que algo cambie, porque vivir de esta forma no llegaremos a nada, lo sé. Lo sé todo, y lo descubro de repente. No pierdo tiempo, y tomo esa mano, que aún sigue allí, esperando por mí. Hace tempo y sin darme cuenta, la nebulosa se ha ido, asustada porque ya no puede conmigo, ahora veo más allá. Experimenté el dolor, y sé exactamente lo que tengo que hacer, y no me asusta. Nada podrá detenerme. Ni la inseguridad, ni la cobardía, ni siquiera las heridas, aun palpitantes y dolorosas, podrán impedir que consiga mi cura. Sé dónde encontrarla, y me pregunto cómo pude soportar tanto tiempo sin ella.
Y la salvación.
Finalmente doy el paso.
Me rindo.
Me entrego.
Dejo de luchar contra lo que no me corresponde. “El Señor peleará por vosotros”.
No es fácil, no es rápido. El agua que me ofrece me sanará, lo sé, pero estoy lastimada, y me duele su simple tacto. Aun así comienzo a sumergirme, de apoco, y me propongo el cambio.
Me entrego a Él.
La claridad me envuelve, aun estoy viva, y me siento agradecida por todo lo que tengo, especialmente por la oportunidad. “¿De dónde vendrá mi socorro?” me había preguntado. “Mi socorro viene del que hizo los cielos y la tierra”.
Un día lo siento cerca. Está conmigo, me ha visitado. Ha pasado un buen tiempo, pienso. Su tacto es leve, y es pequeño. Pero es más que suficiente. Solo con un toque, y la corriente se aviva en mí. Lo que estaba dormido, se despierta, y lo que dolía se sana. Quiero más, necesito más. Antes de terminar con mi gozo le suplico que no me deje, que nunca me deje. No puedo oírlo, pero sé de sus promesas. La neblina ya no está, y escucho perfectamente lo que él quería decirme. “El Señor está con vosotros, hasta el fin del mundo”. Me apropio de sus promesas, y las creo. Asiento con la cabeza y lloro de emoción, mientras me hace entender el porqué de tanto dolor. Era necesario. ¿De qué otra forma iba yo a entender?
Con el tiempo la fe crece, se fortalece y Dios hace maravillas en mi vida. Me recompensa por haber creído. Las pruebas siguen, siempre están. Pero ahora puedo distinguirlas, ahora pienso mejor, y sé que Él está conmigo para ayudarme. La maldad aúlla, se levanta y ruge en mi contra. Quieren que caiga, pero no lo haré. No importa cuántos problemas me pongan en frente, no volveré a caer. Ya no confío en mí, ya no confío en mi fuerza. Ahora confío en el poder del que creó este mundo, y eso me hace sentir valiente. Soy valiente. Porque estoy aquí, y sigo viva.
“Aunque la lucha he ganado, he desgastado mi armadura”.
Me reincorporo en aquella vida que tanto me ofrecía y que yo no supe apreciar. Ahora soy diferente. Golpeada y un poco endurecida, pero hay algo que no pudieron tocar y fue mi fe. La integridad sigue intacta y eso es lo que más me alegra. Quiero que todos vean lo que veo, quiero que todos sientan lo que siento. Quiero que sepan que pueden sentirlo también, pero no es fácil para ellos. Y sé que así como yo lo hice, ellos deben entender. Deben dar ese paso. No puedo hacer nada para apresurar el proceso. Todo a su tiempo… todo al tiempo de Dios.
Gracias.
La nebulosa.
Todo era felicidad. O bien, todo simulaba serlo. Estaba demasiado ciega, mi mente a penas estaba creciendo, mis pensamientos a penas estaban fundamentándose. Podía ver, pero no realmente. No podía ver más allá del presente, más allá de los sentimientos del momento. ¿Y las palabras? Calaban, pero no en mí. Los recuerdos existen, veo a las personas hablando, y sé que están diciendo algo importante, pero no puedo recordar qué. Lo estoy obviando, porque en lo profundo de mí, sé lo que están diciendo, sé lo que deberían estar diciéndome. De repente desearía entender. Miro a los otros, como siempre. Me muestran cuánto me falta para llegar allí, yo deseo algo que ellos sienten, pero como sé que no puedo conseguirlo (o al menos eso creo) lo dejo ir. Pero no del todo.
El precipicio.
Hay problemas. Los veo venir y al mismo tiempo no. Es como un sueño, vago, en el que intento hablar y no puedo. Una avalancha de nieve se aproxima, pero está tan cerca que ni me preocupo en gritar, en lamentarme. Aun no sé cuánto va a dolerme. Supongo que no mucho, y supongo mal. Mi alrededor se desmorona, de a poquito, pedazo a pedazo, la vida perfecta y el entorno perfecto, comienzan a tomar colores tristes, sombras que tapan la felicidad de la luz que creíamos tener. Los problemas aparecen. No estábamos tan preparados como pensamos. Miro atrás, donde sé que está la respuesta, donde sé que está mi ayuda, pero sé que es tarde porque me veo caer…
La oscuridad.
No hay nada. Yo prefiero decir que no hay nada. ¿Dónde está mi ayuda? ¿Dónde está mi socorro? Ni siquiera soy consciente de lo que estoy viviendo, porque es muy triste para soportarlo. Cada día pienso que podría ser peor. Al menos estamos juntos, me repito. Y luego recuerdo aquellas noches, donde los llantos se oían en todo el lugar, en cada rincón, nadie escapaba de la desgracia. Y grité, grité por ayuda al cielo, grité y pedí por favor, lloré hasta quedarme seca, sollocé hasta empezar cuestionarme todo lo que creía certero. La roca, la fuerza, la que siempre pudo y pensé que siempre iba a poder. Destruida. Y yo buscando ayuda, intentando recordar eso que me habían contado, pero la nebulosa sigue ahí. En el momento no lo sé, pero no estoy preparada para la respuesta. Solo me queda esperar a que todo termine.
La muerte.
Una burbuja de aire es nuestra esperanza, en medio de un océano de tristeza. No te apresures a pensar que todo mejoró, ni que un par de eventos afortunados va a ser el resto de tu futuro. La base se rompe, se cae y se hunde en el barro. Todo va mal. Pero esta vez, definitivamente no hay nada. Esto es lo que consideré peor, y ya no nos tenemos los unos a los otros. Quiero ser fuerte, pero me quiebro de vez en cuando. La realidad me golpea, y mi cuerpo no lo soporta. Tiembla, mis extremidades cosquillean, el aliento me falta y siento que la vida se me va en cada lágrima que derramo. Me lastiman, y yo les devuelvo el favor. Perdono, una y otra vez. Al menos algo bueno sigue en mí.
Me cuestiono todo. Clamo por ayuda, pero en realidad no la deseo. Una mano se extiende frente a mí y finjo no verla, finjo que mi necesidad es otra. Me rendí, o al menos pienso que lo hice. El suelo ya no me asusta, y se convierte en mi soporte. Siento la desesperación más genuina, y creo enloquecer. Correr y estrellarme contra una pared parece la mejor opción, pero sé que es de cobardes. Miro la pared, la siento con mi frente, la toco, la abrazo, pero no me promete nada. No es la solución y lo sé con certeza, pero la locura me está acariciando.
Vivimos porque el aire es gratis. Pero en verdad, no estamos viviendo. Esto no es vida, me repito. Sigo pidiendo al cielo una ayuda, porque nunca me cansé de hacerlo, porque no me quedaba nada más que hacer. La soledad nos inunda a todos en este lugar, y no tenemos a nadie. Ellos están anclados al suelo, y no quieren dejar ir aquello que nos pudre por dentro. Pero tengo la respuesta, solo necesito dar un paso, el más difícil, para poder revivir.
Una escalera.
No sé ni siquiera cómo, eso me asegura que no fui yo. Pero un día digo basta. Las aguas parecen calmas, pero es todo una mentira, porque no fuimos sanados, porque no nos hemos recuperado, y aunque el tiempo pasó y los años también, no está todo superado. Sé que no podremos superarlo a menos que algo cambie, porque vivir de esta forma no llegaremos a nada, lo sé. Lo sé todo, y lo descubro de repente. No pierdo tiempo, y tomo esa mano, que aún sigue allí, esperando por mí. Hace tempo y sin darme cuenta, la nebulosa se ha ido, asustada porque ya no puede conmigo, ahora veo más allá. Experimenté el dolor, y sé exactamente lo que tengo que hacer, y no me asusta. Nada podrá detenerme. Ni la inseguridad, ni la cobardía, ni siquiera las heridas, aun palpitantes y dolorosas, podrán impedir que consiga mi cura. Sé dónde encontrarla, y me pregunto cómo pude soportar tanto tiempo sin ella.
Y la salvación.
Finalmente doy el paso.
Me rindo.
Me entrego.
Dejo de luchar contra lo que no me corresponde. “El Señor peleará por vosotros”.
No es fácil, no es rápido. El agua que me ofrece me sanará, lo sé, pero estoy lastimada, y me duele su simple tacto. Aun así comienzo a sumergirme, de apoco, y me propongo el cambio.
Me entrego a Él.
La claridad me envuelve, aun estoy viva, y me siento agradecida por todo lo que tengo, especialmente por la oportunidad. “¿De dónde vendrá mi socorro?” me había preguntado. “Mi socorro viene del que hizo los cielos y la tierra”.
Un día lo siento cerca. Está conmigo, me ha visitado. Ha pasado un buen tiempo, pienso. Su tacto es leve, y es pequeño. Pero es más que suficiente. Solo con un toque, y la corriente se aviva en mí. Lo que estaba dormido, se despierta, y lo que dolía se sana. Quiero más, necesito más. Antes de terminar con mi gozo le suplico que no me deje, que nunca me deje. No puedo oírlo, pero sé de sus promesas. La neblina ya no está, y escucho perfectamente lo que él quería decirme. “El Señor está con vosotros, hasta el fin del mundo”. Me apropio de sus promesas, y las creo. Asiento con la cabeza y lloro de emoción, mientras me hace entender el porqué de tanto dolor. Era necesario. ¿De qué otra forma iba yo a entender?
Con el tiempo la fe crece, se fortalece y Dios hace maravillas en mi vida. Me recompensa por haber creído. Las pruebas siguen, siempre están. Pero ahora puedo distinguirlas, ahora pienso mejor, y sé que Él está conmigo para ayudarme. La maldad aúlla, se levanta y ruge en mi contra. Quieren que caiga, pero no lo haré. No importa cuántos problemas me pongan en frente, no volveré a caer. Ya no confío en mí, ya no confío en mi fuerza. Ahora confío en el poder del que creó este mundo, y eso me hace sentir valiente. Soy valiente. Porque estoy aquí, y sigo viva.
“Aunque la lucha he ganado, he desgastado mi armadura”.
Me reincorporo en aquella vida que tanto me ofrecía y que yo no supe apreciar. Ahora soy diferente. Golpeada y un poco endurecida, pero hay algo que no pudieron tocar y fue mi fe. La integridad sigue intacta y eso es lo que más me alegra. Quiero que todos vean lo que veo, quiero que todos sientan lo que siento. Quiero que sepan que pueden sentirlo también, pero no es fácil para ellos. Y sé que así como yo lo hice, ellos deben entender. Deben dar ese paso. No puedo hacer nada para apresurar el proceso. Todo a su tiempo… todo al tiempo de Dios.
Gracias.
- ficha:
- Nombre: I touch the sky (when my knees hit the ground).
Autor: Deby.
Adaptación: No.
Género: Reflexión personal(?)
Advertencias: Ninguna.
Otras páginas: No.
bless.
Temas similares
» » Don't wanna fly if you still on the ground.
» fly me to the moon.
» Feet on the ground, mind in the sky
» Young, dumb and stupid.
» on your knees | audiciones abiertas.
» fly me to the moon.
» Feet on the ground, mind in the sky
» Young, dumb and stupid.
» on your knees | audiciones abiertas.
O W N :: Originales :: Originales :: One Shot's (originales)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Ayer a las 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.