La vie en rose. - [Tom Holland]

Saque el celular del cargador, y lo apoye en mi estómago mientras me tomaba cinco minutos relajantes antes de empezar con al rutina. Cómo la mayoría de las veces esos cinco minutos fueron interrumpidos por una bestia gorda y bruta que pedía mimos. 
- Tessa... 
Dije con la voz de dormido, y sin abrir los ojos pose una de mis manos en su cabeza acariciándola lentamente. Quería que se quede tranquila un rato mas, pero solía estar llena de energía a esta hora, y obviamente esperando que atienda sus necesidades. Conecte el celular al parlante del equipo de música, y entre a Spotify... ¿Que quería escuchar hoy? No podía empezar el día sin música. 
Blue Suede Shoes. 
Y al máximo volumen. Lo siento vecinos. Tenían un inquilino en este departamento algo extraño. 
Deje el celular en la mesa de luz y miré a Tessa, me llenaba de amor cada vez que la veía. Me agache para darle un tierno beso en la frente y ella se removió, feliz como siempre. 
Lo primero que hice en el día fue servirle su agua y comida, yo prefería tomar una ducha rápida antes de empezar mi día. Reflexione durante la ducha, no me sentía como las demás personas. Reflexione sobre mí mismo más tiempo del que debería, y el agua de la ducha comenzó a sentirse fría. Salí envolviendome, y me quedé sentado en el inodoro, sin hacer nada, solo pensando. 
Me sentía optimista a comparación del resto, siempre llegaba al trabajo con una sonrisa en el rostro, así me hubiera asustado con la alarma, me hubiera quedado sin agua caliente. Creía que no tenía tiempo en detenerme para pensar sobre las cosas "malas" que me pasaban. En realidad no eran malas, no se dónde tenía la cabeza el resto de la gente estos días. Me peine rápidamente, y luego de ponerme el primer jean, y remera que ví, salí a prepararme un desayuno, solía elegir la ropa para el resto del día. Y no elegía lo mejor de mi armario. Trabajar en una peluquería canina, no era muy limpio,  y no tenía plata para derrochar en ropa. Tenía un alquiler que pagar, en el medio de una ciudad alborotada. 
La música seguía pasando por sí misma en Spotify y por ende, yo moviéndome al ritmo de la música y cantandole a Tessa. Quien ya se encontraba sentada al lado de la puerta. La veía desde mi pequeña cocina, un desayuno simple, y me sentaba, ahora sí, como el resto de la gente a revisar las redes sociales que tenía. Era un vicio que pocos podían dejar una vez que empezaban. Esto de meter la nariz en la vida de los demás cuanto más se pueda era algo así como una necesidad humana. 
Algo rutinario e infalible, algo que jamás me podría saltear era la rutina de paseo de Tessa, dos veces al día, a menos que me acompañe a trabajar. En dónde la niña era muy bien recibida y muy mimada. Baje con ella a mi lado, y tenía que agradecer que era calmada y no de las mascotas que se desesperan por salir afuera. Lo cual veía o sentía que era natural. 
Me gustaba el aire fresco del clima, si bien el invierno se estaba por acabar, aún quedaban esos pequeños aires de este. Algunas tormentas que volvían después de una o dos semanas después de mucho sol. Y por alguna razón solían caer en el fin de semana. Cai en el pensamiento de que ésta era mi parte favorita del año. El sol no quemaba, y se podía salir a la calle abrigado o no, como se te de la gana. Saludé a un vecino muy amigo mío, tenía 74 años, si mal no recuerdo. Y era uno de los pocos con los que me hablaba y compartía un momento. Su mujer había fallecido hace unos años, y su infalible de la rutina era ir todos los días por el diario, y las compras para el resto del día. Hablamos por más de diez minutos, cuando me dijo que subiría, y que me esperaba algún día para cenar o algo, yo era el nieto que el no tenía. Y el un abuelo que a mí me había faltado. 
Extrañaba a mi familia. Bueno, a parte de ella, ninguna persona se iría a vivir a kilómetros de dónde nació si de verdad quisiera a su familia. Y si me detenía a pensarlo mejor, solo extrañaba a mi tía materna y a mi primo, hijo de ella, claro. Los amaba más que a mis propios padres. Y los había dejado atrás sin mirar dos veces. Sentía la maldita culpa consumirme, pero nadie podría haber vivido en el infierno que yo viví. 
Trague fuerte, e intente evitar esos pensamientos. Eran la única cosa en la vida que podían volverme triste. 
Mire la hora en mi reloj de mano, me encamine hacia el trabajo, había llegado antes de horario. Creía que trabaja en una de las mejores veterinarias, alimentos, los que se te ocurran. Animales, desde serpientes, hasta hermosos gatitos que se daban en adopción. Solo se daban en adopción los que no eran de ningún raza, claro. Ahí es donde estaba el negocio. Peluquería canina, e incluso una a domicilio, pero no era mi área, yo solía quedarme dentro del local a menos que tenga que suplir a alguien. Asistencia veterinaria, y de emergencias. Si hablábamos de juguetes y correas, la oferta era inmensa. 
Solo imagínense, para un amante de los animales lo que era trabajar en lugar así.

IMÁGENES:

• Veterinaria: [ https://i.servimg.com/u/f11/19/77/22/80/loool10.jpg ]
  
• Oufit-Tom: [ https://i.servimg.com/u/f11/19/77/22/80/ou10.jpg ]
  

Durante la tarde, atendí a varias personas, el negocio era medio fluido. 
Llegó de emergencia una chica con una gata negra, obviamente no tenía turno, pero tenia suerte, en este momento Cedric estaba libre. No solía pasar seguido que uno este desocupado, casi siempre se trabajaba mucho y no habia tiempo libre. 
Le sonreí cuando entro, se presentó... Pilar. Me parecia un nombre... inusual, pero sonaba lindo. Su cara de preoupacion era lo que mas resaltaba en este momento. Me mostró a su mascota y me explico como se habia comportado. Yo solo mire dentro de la jaula de forma seria, no era de los idiotas que se hacian los simpaticos con los animales, y menos cuando habia un gato en contra de su voluntad enjaulado. 
- Esta bien. -Asentí tranquilo. - Dejame hablar con el veterinario y despues las hago pasar a las dos. Cuando terminen tengo que tomarte los datos, obligatoriamente. - Y claramente pagar la consulta. 
Fui hacia la parte trasera, en los consultorios, hablé con Cedric rapidamente y sin problema alguno, me dijo que la haga pasar. Eso hice, volví por ella, y la conducí hasta el consultorio de Cedric. 
- Cualquier cosa te llamo. - Asentí a su comentario, sabia que los gatos a veces eran un poco mas dificiles de controlar, o quizas necesitaba algo del despensario de drogas. 
Estuve en el mostrador, unos viente minutos haciendo nada, solo mirando dormir a Tessa. Era una muy buena perra, y me alegraba muchos momentos de mi vida. 
Un señor salio de la consulta, cobré lo que me indico el veterinario, le di su recibo, y compró ademas una bolsa de comida, asi que todo estaba indicado en el mismo papel.
La siguiente que abrio la puerta y se acercó a la caja era ella... esa chica... Pilar. Le sonreí comprensivo, sabia lo que era tener un animalito enfermo. 
- ¿Como fue? -La mire por unos segundos y  luego bajé la vista a la jaulita, su gata empezó a llorar dentro de ella. 
- Tiene un abseso en el... -Yo solo asentí entendiendo especificamente el lugar en donde se encontraba. - Tres vacunas, y otra consulta dentro de unos días. 
Cedric se acerco en ese momento, indicandome cuanto cobrarle, antes de saludarse con ella acordaron la proxima consulta. El Jueves ella volvería. Y a mi me gustaba que volviera. Cuando mi compañero se retiró volví mi atencion hacia ella. 
- Tengo que hacerte la ficha. 
Ella asentió y pronto sabia su direccion, numero de telefono, celular, nombre y apellido, nombre de esa gatita y su edad. Sabia mucho. 
- ¿Entonces el Jueves a qué hora? 
- Tengo facultad a la mañana... -calculó con un susurro.- ¿A las 16.00? 
Me fije en la computadora, si era con Cedric tenia que ser un poco mas tarde. 

Luego de acordar una hora, cobré lo que correspondía. Y la despedí con su nombre. Claramente era un idiota, no sabia quien me habia dado la confianza para hacer eso. ¡Vamos!Era una clienta más. A mi no me debería incumbir mas que su atractivo físico. No me debería.

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