~Remain {Alex Pettyfer&Tú} -One Shot-

-No lo hagas, por favor-dijo Pen con lágrimas en los ojos
-Pen, tengo que
-No, Alex, no tienes que, quieres hacerlo, por favor, hazlo por mi, Alex, por tu madre, Marie, piensa en ella, tan pequeña, piensa en tu padre Alex
-Pen, él estaría orgulloso de mí
-Estaría más orgulloso si no nos dejaras...
Ignorando el comentario, Alex se dirigió hacia la puerta, Pen tomo suavemente su brazo, deslizando su mano hacia la mano del chico y tomandola con delicada fuerza.
-Alex-dijo suavemente
El apretó la mano de la chica y luego siguió su camino. Tomó el picaporte de la puerta y la miró. Miró a Pen, su mejor amiga... Parada en medio de su salón con la mirada perdida y pequeñas lágrimas corriendo por sus mejillas. Su corazón se retorció. Abrió la puerta rápidamente y salió por ella.

Penelópe tocó el timbre y esperó. Escuchó pasos y una figura abrió la puerta.
-Oh, hola Penélope
-Hola, Clarisse, ¿estaría Alex?
Los ojos de la mujer se tornaron aguados de un segundo a otro.
-Dijo... Dijo que te lo diría... Se fue, Pen, Se fue
La chica retrocedió un paso para no perder el equilibrio. Sentía que sus pies no la aguantaban. Prefirío que Clarisse no la viera así, asi que corrió.

Los meses pasaron, y con ellos los años. Ya dos años. Penélope recibía cartas de Alex. Le contaba como era allí, cómo era pelear en una guerra. Ver a los hombres caídos. Y hacer caer a otros. Por defender la patria. Pero no, ella sabía que él no estaba allí por defender su patria. Él estaba allí para hacer sentir a su padre orgulloso de él.
Su padre, Thomas Pettyfer, murío en combate. Hace 4 años, en la misma guerra. Cuando Alex llegó a la mayoría de edad, decidió ir, suponía que era lo que su padre querría. No penso en el, ni en su familia... ni en Penélope.
Cada 5 del mes, las cartas de la guerra llegaban. Penélope, como todos los 5, fue hacía su buzón. Tomó todas las cartas y fue revisando las diferentes cartas de camino a la puerta. Al fin, una de la guerra. Pero cuando la abrió, no encontro la pulcra letra de su amado amigo, sino una escrita por una máguina.

"¡LA GUERRA LLEGÓ A SU FIN! TODOS LOS COMBATIENTES SERÁN LLEVADOS A CASA EL 4 DE ABRIL"

Su corazón dió un vuelco. Alex volvió, ya era 5. Tiró las cartas al suelo, antes de llegar a su puerta, dió la vuelta y corrió en dirección a la casa Pettyfer. Sin importar que su pijama sea un pequeño short de fina tela y una remera de tirantes.
Tocó el timbre de la casa cuando llego. La hermana de Alex, Marie, le abrió.
-¡Pen!-Abrazó a la mejor amiga de su hermano- ¡hace mucho que no te veia!
-Unos meses, pequeña-le devolvió el abrazo, mirando hacia adentro, buscando al hermano de la pequeña- ¿Esta tu hermano en casa?
-No, Pen, él todavía no llega, mamá supone que es porque es una de las casas que esta más lejos.
Clarisse salió de la casa con un paño en la mano, cuando vió a Pen sonrió y la abrazo.
-¿Recibiste la carta, cariño, no es verdad?
-Si, y vine corriendo directo para aqui
-Se nota, querida-dijo mirando mi pijama, riendo

Clarisse le prestó uno de sus vestidos viejos a Pen, le quedó un poco corto, pero le quedaba bien.
Pasaron horas, Pen esperó todas ellas sentada en el jardín del frente de la casa. Cuando vio acercarse una camioneta al estilo militar. Dió un salto y corrió hacia ella. La camioneta paró. Ella fue hacia la parte de atrás, donde se veía para adentro, ya que era como una carpa.
Miró a los diferentes hombres que se encontraban allí.
-Hola preciosa, ¿a quién buscabas?-dijo uno de los de la punta, con cara de baboso
-Buena actitud que tiene alguien que fue a "defender la patria"-dijo sacrásticamente- buscaba a...-no terminó de decirlo, ya que se vió interrumpida por una voz que venia desde adentro
-¿Penny?
-¿Jhon?
-¡Penny!-grito, saltando de la camioneta y abrazándola
-Jhon, ¿fuiste a la guerra?
-Si, bueno... Si, Pen, fui a la guerra.
-Y... ¿Viste a Alex?
-¿Alex estubo allí? Yo creí que después de lo de su padre...
-No, justamente el idiota pensó que Thomas estaría más "orgulloso" y toda esa bobería.
-(Hizo una mueca) Pues no Pen, no lo ví, quizá venga en otra...-Jhon fue interrumpido por una voz que provenía de la camioneta
-¿Alex?¿Te refieres a Alex Pettyfer, niña?-dijo un hombre que parecía buena persona desde el centro de la camioneta
-Si, señor, ¿sabe algo de él?
El hombre hizo una mueca de dolor.
-Fue herido de gravedad en los últimos días. Lo trajeron aquí de urgencia.
El mundo calló a los pies de Pen.
-¿Y-y como sabe eso usted, señor...?
-Rivadabia, y bueno, lo trajeron cuando yo estaba en la enfermería
-¿Dónde lo puedo encontrar
-En el hospital, no sé cuál, supongo que en el mejor
-Gracias.-dicho esto salió corriendo hacia el mejor hospital de la zona, escuchó que Jhon gritaba pero no le prestó atención a lo que decía y le gritó dandose vuelta y parando- ¡JHON, AIVSA A LA FAMILIA DE ALEX, POR FAVOR!
-PERO, PENNY- pero ella ya no escuchaba, corría.
Las lágrimas hicieron su aparición.
Cuando llegó al hospital, preguntó si Alex se encontraba allí y preguntó la habitación. Luego corrió hacia ella, y sin pedir permiso, entró.
Lanzó un sollozo al ver a su mejor amigo en ese estado. Pálido, acostado en una cama vestida de Blanco puro. Conectado a pequeñas máquinas a sus costados que hacían molestos ruidos y a una bolsa con un líquido dentro, que estaba en una estáca. Al otro lado de la cama, había una mesita de luz donde se encontraba su uniforme doblado. Estaba sució y roto. Ella se acercó una silla a la cama del muchacho y tomó suavemente su mano. Estaba fría, y no le devolvió el apretón, como siempre. Su brazos no la abrazaron, ni la acunaron. Estaba tan cerca de él, pero se sentía tan lejos.

Los días pasaron. Un día Pen se encontraba en el cuarto de su amigo, se acercó a el uniforme de este, que se encontraba en el mismo lugar que desde hace 9 días. Paso su mano sobre él y sintió algo que no era tela. Abrió el bolsillo delantero y encontro muchos papeles. No, no eran papeles. Eran fotografías. Había una de Marie sonriendo, otra de él alzando a Marie. Una de su madre y padre. Una donde se encontraban él, Clarisse, Thomas y Marie en su cumpleaños número 12. Pen sonrió al recordar que esa fotografía la tomo ella. Luego habpian más fotografías. Una de Ella. De Pen, haciendo una mueca a la camara. Sonrió y una lágrima corrió por su mejilla. Fue el día que entraron a su último año de secundaria. Luego una dónde estában el y ella alzando a Marie, ella de las manos y el de los pies, la hamaquita de oro.Luego otra. Una última. Ella y Alex se encontraban en ella. Él la abrazaba por la cintura y apollaba su mentón en el hombro de ella. La lengua de este se encontraba afuera, tocando el hombro. No recordaba la fecha de esta foto, asi que la dió vuelta para verla, pero ahi no estaba escrita la fecha. Ahí se encontraba la letra de Alex. Conformando palabras, las cuales rezaban:

"Pen:
No se si llegaré a decirtelo cara cara. Así que aquí voy.
Te amo, Pen. Siempre lo eh echo. Desde que nos conocimos. ¿Lo recuerdas? Fue en Kinder. Aún me rio de eso. Pero lo que digo es encerio. Amo esa forma de ser que tienes. Esa sonrisa, que hace sonreir a cualqueira que este cerca, aún en malos momentos. Amo esos ojos, como me imnotizan, te convencen de hacer cualquier cosa. Espero poder llegar a verte de nuevo, y no caer aquí. Espero que si no salgo vivo de la guerra, estés orgullosa de mi. Creeme que esta foto es una de mis favoritas. No te la del primer puesto porque no tengo, cada foto en la que estoy contigo es mi favorita. Te amo Pen. Y siempre lo haré.
Alex"

Pen se paralizó tras esas palabras. Él la amaba. Y... ella le correspondía. Pero... el quizá nunca lo sabría. Cayó de rodillas. Sus manos taparon su rostro. La fotografía golpeo su cara. Ella la miró. Después miró a la cama que se encontraba frente a ella. Y miró al hermoso muchacho que se encontraba en ella. ¿Por qué? ¿Por qué no tuvo el valor de decirle a ese chico lo que sentía por él? Por miedo... Ahora el miedo era de no llegar a decirselo nunca... Que no despierte. Se levantó lentamente y tomó la mano de Alex.

-Yo también te amo, Alex, siempre lo e echo, y siempre lo haré, ahroa por favor, despierta, vuelve, Alex, por favor, no me dejes-sollozó


Los meses pasaban y Alex no despertaba. No lo hizo. el 17 de Noviembre Penny se dirigía al hospital a visitarlo. Y se encontro con muchos medicos corriendo y a un par de familiares abrazandose.
-¿Qué sucedió?
-¡Despertó!
Pen corrió hacia la habitación, pero los medicos no la dejaron pasar, y echaron a Marie y Clarisse de la habitación. La muchacha abrazó eufóricamente a los familiares de su amigo. Cuando un doctor salió de la habitación.
-Ya se puede pasar- Clarisse avanzó- PERO... pregunta por una tal Penélope
Pen alzo la vista.
-¡Soy yo!
El doctor se hizo a un lado y ella pasó. Observó a Alex, tirado en la cama mirando al techo. Carraspeó. El muchacho la miró y sonrió. Ella le sonrió de vuelta y una lágrima solitaria bajo por su mejilla.
-Pen...-Ella levantó la fotografía que encontro en el uniforme, la cual siempre traía encima. El chico dejo de sonreir y la miro mientras ella se acercaba a él.
Lo abrazó. Al fin. Al fin esos brazos la rodearon como hace tanto tiempo anhelaba. Absorvió el aroma del chico. Las lágrimas bajaron, chocando con la bata de hospital que el chico traía. Este se separó de ella y la miró a los ojos. Suavemente, con el pulgar le secó las lágrimas
-Eh, eh, no llores
-¿por qué nunca me lo dijiste?
-Porque tenía miedo. Miedo a perderte
-Pero... nunca me perderás, Idiota.-dijo Sonriendo, a lo que el la miró confundido- 1. Porque aunque lo quieras, no me saldré de encima tuyo- te toco la nariz con el indice suavemente y él sonrío- 2.. Porque-lo miró a los ojos. Le corrió un mechón rubio del ojo, soltó una pequeña carcajada y se acercó a él lentamente. Alex se quedó inmovil, mirandola, mirando sus labios, ella miraba los de él. Sus labios se unieron. Encajaban como si estubieran echos el uno para el otro... Y así era- tambíen Te amo
Alex sonrió, ahora él le corrió el mechón de pelo de la cara. Coloco la mano en la nuca de Pen y la acercó a él. Cuando sus labios rozaban dijo:
-Shh, Pen... Creo que lo sabes pero... Te amo... todos los días en la guerra pensaba en ti y tú eras lo que me hacía seguir...-y unió denuevo sus labios con los de ella. Ambos, tan suaves como el algodón, juntos.

Ahora para siempre.