Yellow (Calum Hood & Lucie Bennet)

por **clockworkblue.** Lun 26 Oct 2015, 4:20 pm

Nombre: Yellow
Autor: clockworkblue. (antes *MafeDirectioner<3)
Adaptación: Nope, todo salió de mí.
Género: Romance
Advertencias: Ninguna por ahora
Otras páginas: Wattpad

Yellow.

Look at the stars

Look how the shine for you

And everything you do

Yeah, they were all yellow

I came along

I wrote a song for you

And all the things you do

And it was called yellow

Dicen que el primer amor dura para siempre, y Lucie Bennet puede confirmar eso.

Tras la partida y evasión de su novio Calum Hood, Lucie cayó y se levantó para empezar todo de nuevo.

Pero, dos años después, él vuelve. Y todas las paredes que ella había construido tiemblan ante la vuelta de ese chico que a pesar del daño causado y del tiempo no ha olvidado ni ha dejado de querer.

Calum también tratará que esa chica que siempre ha estado en su mente vuelva con él, a pesar de una sombra de su pasado.

* * * * *

Hola, soy Mafe (sí, me cambie de user) :3 Espero que les guste este fic de Calum, es el primero que hecho de 5sos en realidad, y el primer fic que publico aquí después de mucho tiempo c: Así que solo espero que lo lean y les guste y si gustan que comenten aquí. Muchos besos Xx

por **clockworkblue.** Lun 26 Oct 2015, 4:22 pm

Prólogo

Había apartado todo.

Todo lo que me produjera recuerdos de esos momentos tan maravillosos lo aparté; y lo hice porque si seguía pensando en ellos la herida que ya tenía en mi pecho se abriría aún más.

Porque eso son precisamente los recuerdos. Lo único que hacen es que vuelvas a tener esas lágrimas que tenías antes. Y así estaba precisamente en ese instante.

Me sequé las lágrimas que tenía con el dorso de mi mano y me planté frente al espejo para observar mis ojos rojos.

Tenía que parar. Necesitaba parar. No podía estar así toda mi vida.

La vida continuaba. Con o sin él, la vida jamás espera a alguien.

Y así lo aparté todo.

por **tinkywinky** Mar 27 Oct 2015, 3:17 pm

¡WOOOO! Recién hoy me cree esta cuenta y ya empezaré a leer.

Hola c:, espero que estés bien y todo, me gusto tu historia así que espero que la sigas, porque con lo de "la vida jamás espera a alguien" me quede: ¡Wow, que buena frase para empezar una Fic!"

Espero que la sigas porque ya me gustaría leer le primer capitulo lol.

Besos y abrazos. Yellow (Calum Hood & Lucie Bennet) 3136398239

Yellow (Calum Hood & Lucie Bennet) 3136398239

por **clockworkblue.** Mar 27 Oct 2015, 4:18 pm

tinkywinky escribió:¡WOOOO! Recién hoy me cree esta cuenta y ya empezaré a leer.

Hola c:, espero que estés bien y todo, me gusto tu historia así que espero que la sigas, porque con lo de "la vida jamás espera a alguien" me quede: ¡Wow, que buena frase para empezar una Fic!"

Espero que la sigas porque ya me gustaría leer le primer capitulo lol.

Besos y abrazos.

¡Holaaa! Gracias por ser mi primera lectora c:

¡Muchas gracias! Espero que te guste, en serio. La sigo en unos cuantos días así que stay tune lol ¡Gracias por lo de la frase! Se me ocurrió, nada más Yellow (Calum Hood & Lucie Bennet) 2686721104

Yellow (Calum Hood & Lucie Bennet) 2686721104

Besos Xx

por **clockworkblue.** Vie 06 Nov 2015, 7:52 pm

Uno.

Adiós

Octubre, 2012.

El ambiente frío y monótono de los aeropuertos, por lo general, solía parecerme relajante. El aroma limpio y a cera de piso lo solía asociar con pulcritud y elegancia. Las muy pocas veces en las que había viajado dentro del país las había disfrutado enteramente, cada una de ellas; y con el solo hecho de poner un pie en el aeropuerto principal de la ciudad de Sídney hacía que la adrenalina me invadiera por completo. En pocas palabras, los aeropuertos los relacionaba con emoción, alegría y aventura.

Jamás en mi vida me habría podido imaginar que estaría llorando en un aeropuerto.

Así como jamás en la vida me había podido imaginar que lo tenía que dejar ir.

Él, a mi lado, no decía nada. Pero me imitaba, lloraba también. Lo conocía. Lo podía sentir sin siquiera verlo.

Alrededor de nosotros estaba su familia, también hablando entre ellos en una tristeza muda. Al lado se encontraban sus otros tres amigos, con quienes pronto partiría, rodeados de igual forma con sus familiares, hablando con ellos y simplemente esperando que la llamada llegara por los altavoces.

Volví la vista y me encontré con la mirada de Luke que me dio una sonrisa triste y con un movimiento de la cabeza lo señaló.

Luke era alguien muy afectivo, se le daban bien las palabras y las despedidas.

Pero a mí no. Yo no podía soportar—me di cuenta recién—decir adiós. Simplemente las palabras que moría por decir y gritar se quedaban atascadas en el fondo de mi garganta, ahogadas por mi total falta de tacto.

Y quizá a él le ocurría lo mismo. Quizá tampoco quería decir adiós.

—Los pasajeros rumbo a Londres del vuelo de las diez de la noche, sírvanse a pasar a la puerta cinco en diez minutos.

Me pregunté si la señorita a través de los parlantes se daría cuenta alguna vez que ella era la responsable de algunos corazones rotos.

Pronto nuestro grupo se convirtió en toda una masa de brazos y susurros de despedidas. Me quedé apartada en un rincón mientras veía como su familia lo abrazaba y empezaba a decirle las típicas cosas que una familia dice: que se cuide, que llame siempre, que jamás los pierda de contacto.

Me sentía un bicho raro. Yo era la única persona que no compartía sangre con alguno de esos cuatro chicos. Ellos estaban con sus familias, despidiéndose y yo simplemente era la novia infeliz de uno de ellos.

—Bueno, este es el adiós—dijo Ashton atrás mío.

Le sonreí un poco y le di un amistoso golpe en el brazo.

—Te extrañaré, Ash.

—Eso lo sé—dijo él—. Y yo también a ti.

Le di un abrazo y me revolvió un poco el pelo antes de separarse.

—Oye, no estés triste—dijo él—. No es como si viviéramos en el siglo XIX y no existiera la tecnología y la comunicación en tiempo real.

—Lo sé pero…no es lo mismo, y lo sabes.

—Él está igual que tú, ¿sabías, verdad?

Asentí.

—Ayer no ha dormido—dijo en un susurro, viéndolo de reojo—. Tenía pesadillas, y a cada rato murmuraba tu nombre.

Mi corazón se rompió un poco más.

—Tampoco pude dormir anoche—confesé—. ¿Sabes? Estaba viendo fotos, videos, todo de nosotros. Dios, que estúpida…

—Claro que no—dijo Ashton y pronto sentí un abrazo por atrás y un vistazo de cabello claro.

—Mike—reí un poco.

—Me arrepentiré por decir esto, pero nos harás falta. ¿Quién pondrá orden cuando comencemos a discutir? ¿Quién nos acompañará en los ensayos y presentaciones?

—En pocas palabras me consideras la mascota de la banda—dije, bromeando un poco.

—Me quitaste las palabras de la boca.

Solté una risa y le di un abrazo.

—Y yo ya no tendré a mi cómico personal. Tendré que conseguirme a otro…

—Atrévete, y te juro que en la vida te vuelvo a hablar. Y, cuando seamos mundialmente famosos, no te mencionaré en los premios que ganaremos.

—Oh, ¿ganarás premios?

—Muchos—objetó arqueando una ceja—. Y tendrán mi nombre, porque nos vamos a cambiar de nombre, seremos “La banda de Michael”.

— ¿”La banda de Michael”?—dijo una voz atrás mío—. ¿Qué estupidez es esa?

—El plan que tiene nuestro querido amigo de que los premios que ganarán tengan su nombre—le expliqué a Luke.

—Soñar no cuesta nada, Mike—dijo Ashton.

— ¿Qué? ¿Prefieren “Unión Michael” o “Clifford y las bananas”? ¿Lo sometemos a votación?

Luke simplemente movió la cabeza, estremeciéndose, y me dio un abrazo.

—Adiós, Lucie—dijo—. De verdad, te vamos a extrañar. Siempre has sido nuestra amiga.

—Yo a ustedes también.

—Vuelvo a repetir—dijo Michael—, ¿lo sometemos a votación? ¡Admitan que el último suena muy bien!

—Michael, tenemos que irnos—dijo Ashton agarrando sus maletas y jalando a su amigo, con Luke al lado suyo.

—Está bien, está bien. La votación será en el avión…

Luke puso los ojos en blanco y vio algo por encima de mi hombro.

—Los dejamos solos—dijo simplemente y los tres con una seña de despedida fueron más allá, hacia donde pronto entregarían sus pasaportes y desaparecerían.

Él estaba detrás de mí, podía sentir su mirada clavada en mi nuca. Suspiré, cerrando brevemente los ojos, y me volví para encararlo.

Y me volví a perder, como era lo usual, en sus rasgados ojos marrones.

Él abrió la boca para decir algo pero la volvió a cerrar. Pasó su mano por sus ojos, los cuales estaban húmedos y me volvió a mirar. Yo le devolví la mirada y por más que quise mirar a otro lado para escapar de la profunda pena que me consumía a cada segundo que pasaba, no pude.

— ¿Qué se supone que se debe decir en estos momentos?—me preguntó él con una risa irónica.

—Nada—dije acercándome más a él—. No digamos nada, ¿de acuerdo?

— ¿Nada?—preguntó él—. ¿Se supone que nos quedamos callados y punto?

—Es solo que siento que si decimos algo será como si todo acabara acá y ahora.

Él se quedó mirando el suelo y jugando con las mangas largas de su camiseta.

—No quiero que se acabe así—dijo, levantando la mirada.

—Tampoco yo.

—No quiero dejarte.

—Yo no quiero que te vayas.

—Soy tan patético que quiero dejarlo todo y quedarme contigo aquí.

—Y yo soy tan egoísta que me alegraría que hicieras eso.

No sé cómo sucedió, solo sabía que en el siguiente segundo, ya lo tenía fuertemente abrazado y él también me apretaba firmemente contra su cuerpo. Sentí su respiración contra mi oído, y como las lágrimas que emanaban de sus ojos mojaban el hombro de mi camiseta, y como en su caso era lo mismo con mis propias lágrimas. Y no nos importaba.

Sentí sus labios rozar brevemente mi mejilla. Cerré los ojos, siempre lo hacía cuando entraba en contacto con él. Pronto, su rostro estaba a unos centímetros del mío y entre todas esas lágrimas y tristeza nos besamos por última vez en lo que podía ser un largo tiempo.

Recordé la primera vez que ambos nos habíamos dado un beso. No había sido su primer beso ya que él había tenido unas cuantas novias antes—esas novias que los chicos tienen a los doce o trece años y que solo duran dos meses—, pero había sí sido el mío.

Habíamos sido amigos desde jardín de niños, incluso antes ya que su casa quedaba al frente de la mía, cruzando la solitaria pista de un barrio de clase media de Sídney, por lo que no había un espacio en mi memoria en la cual él no estuviera presente.

Recién terminando primaria había empezado a sentir un tipo de atracción por mi mejor amigo, hasta que un día—después de una segunda derrota en un partido de videojuegos en su cuarto—me había agarrado la mano y me había preguntado si podía darme un beso en los labios. Y aunque en ese momento él estaba con su novia número cinco—la cual yo odiaba, odiaba a todas sus novias—no se lo negué. Nunca se lo negaría. Y supe en ese instante lo que realmente sentía por él. Pero nuestra relación formal no empezó ahí, sino que fue unos pocos meses después. Yo tenía trece y él catorce. Desde ese entonces hasta este momento ya eran un poco más de un par de años juntos.

¿Cómo se supone que iba a olvidar todos esos dos años?

No, en realidad no. No eran dos años. Era toda mi vida. Él había estado presente en toda mi vida.

Sus labios los sentí salados, y estaba segura que los míos estaban de igual forma debido a nuestras lágrimas. Un beso con sabor a lágrimas, un beso con sabor a tristeza. No era una muy alegre forma de mostrar los sentimientos, pero ahí estábamos.

Cuando por fin, para mi pesar, nos tuvimos que alejar aún manteníamos nuestras frentes unidas. Mi cabeza estaba muy levantada y la suya muy agachada debido a que era más alto que yo. Y de nuevo ahí estaban las ganas de decirle tantas cosas, de hablar tanto de lo que sentía, tanto con el fin que él perdiera el avión y se quedara a mi lado.

Pero eso era muy egoísta de mi parte. Ese avión en la cual él partiría era como el portal hacia el sueño que había tenido desde mucho tiempo. No podía pedirle que renunciara a ellos por mí, y jamás lo permitiría si pensara en hacerlo.

—Te voy a extrañar—le susurré, ahogando un sollozo.

—Igual yo—me dijo acomodando un mechón de mi cabello castaño que había caído por mi rostro.

—Llamarás, ¿verdad?—dije—. No te olvidarás de mí.

—Claro que no—dijo él con una mirada dulce—. Nunca lo haré.

Asentí y vi de reojo como en el reloj faltaban solo dos escasos minutos para que se vaya.

—A…

—No digas adiós—dijo él, interrumpiéndome—. No lo digas, por favor.

Cerré mi boca y solo asentí una vez más, secándome mis lágrimas con la manga de mi camiseta.

Él agarró su maleta del suelo y se volvió, dándome la espalda y caminando.

— ¡Calum!—lo llamé abruptamente, antes que siquiera él pudiera siquiera avanzar tres metros.

Se paró y se giró hacía mí, enfocando su mirada con la mía. Sus ojos brillaban.

— ¿Sí?

Abrí la boca, totalmente dispuesta a decírselo pero una vez más la confesión se quedó atorada en mi garganta.

Te quiero, te quiero, te quiero.

Jamás nos los habíamos dicho. Nunca nos habíamos dicho un “te quiero”. No era exactamente una confesión para ser sinceros, porque él sabía que lo quería, y yo sabía que él me quería a mí. Pero había algo mucho más allá, en decir esas pequeñas palabras que hace que lo que tienen dos personas se convierta en algo mucho más especial. El simplemente decirse “Te quiero” es algo especial.

Las cosas hay que decirse, las palabras son necesarias.

Y eso era justamente lo que quería hacer en ese instante. Decirle que lo quería demasiado.

Pero, ¿qué pasaría después? ¿Qué ganábamos si nos decíamos que nos queríamos? Nada. Solo más sufrimiento por el hecho de decirlo justo un minuto antes de separarnos. Esa no es una bonita forma de decir a alguien que lo quieres, esperar a último momento es lo peor que se puede hacer.

Y ahí estaba yo. Queriendo decirle, como en una típica película romántica, que lo quería antes que se vaya en aquel avión.

—Yo…—dije, al ver como Calum estaba esperando a que hablara—, no te olvides de tomarle fotos al Big Ben por mí.

Él me dio una pequeña sonrisa y asintió.

—No lo olvidaré—dijo, bajó la cabeza y se alejó.

Me quedé plantada viendo como los cuatro entregaban sus pasaportes y pasaban la taquilla, volviéndose y despidiéndose de todos nosotros con la mano. Por una última vez, la mirada de Calum se posó en la mía, me dio una sonrisa que no llegó a sus ojos y esta vez sí desapareció con los demás, más allá de lo que mi vista podía alcanzar.

—Gracias por estar acá—dijo una voz dulce atrás mío. Me volví y vi una chica de cabellos oscuros sonriéndome.

Era Malí, la hermana mayor de Calum.

—No estorbé, ¿verdad?—pregunté.

—No, para nada, Lucie—dijo ella ladeando la cabeza—. Fue lindo de tu parte el despedirte de él. Ha estado triste todos estos días, ¿sabes? Aunque por más que le repito que solo se irá unos meses, pues es inevitable que uno se ponga de esa forma.

—Sí, tienes razón—dije suspirando—. Solo serán unos meses.

—Claro que sí—dijo ella, dándome un apretón de manos—. Y luego él volverá, y ya será más famoso de lo que es ahora, y ustedes dos estarán juntos. No tienes por qué preocuparte por eso.

Asentí, ya más animada. Ella tenía razón. Eran solo unos meses, y luego volvería. Tenía solo quince años y ya era toda una dramática.

— ¿Quieres que te lleve a casa?—me preguntó Malí—. Mi familia y yo hemos venido en auto así que te podemos llevar; vivimos al frente tuyo, de todos modos.

—No, no se preocupen—dije—. Vine en el auto de una amiga, ahora ella debe estar esperándome en el estacionamiento.

— ¿Celeste?—preguntó ella.

—Sí—dije arqueando una ceja y riendo un poco.

—Ahora entiendo porque se quedó en el estacionamiento—comentó, moviendo la cabeza y sonriendo.

—No soporta verlo ni en pintura—expliqué.

—Creí que habían terminado en buenos términos.

—Créeme, Luke y Celeste dicen eso, pero tienen todo, menos buenos términos.

Mi mejor amiga y Luke habían salido hacía un año, pero terminaron en cuestión de seis meses—incluso menos—debido a frecuentes discusiones que hizo que la ilusión que tenían en el primer momento se estrellera completamente.

—Creo que ya es tarde—le dije a Malí viendo la hora en mi celular—, debo irme ya. ¿Dónde estás tus padres? Quisiera despedirme de ellos…

—Oh, no te preocupes, yo se los digo. Deben estar en el auto. Mamá estuvo llorando todo el día, no soporta el hecho de que Calum se haya ido siendo tan pequeño.

—La entiendo—dije—, debe ser muy duro para ella. Pero, como dijiste, volverá pronto.

Empezamos a caminar y pronto estábamos ya en la gran y amplia puerta del aeropuerto.

—Celeste está por allá—dije señalando un auto azul del lado derecho.

—Y mis padres están al otro lado.

—Bueno, entonces nos vemos pronto, Malí.

Se despidió de mí con un abrazo.

—Adiós, Lucie. Solo no estés triste, ¿de acuerdo?

Asentí y me volví, despidiéndola con la mano.

No tardé de llegar al auto de mi amiga, abrí la puerta y ahí estaba ella en el asiento del piloto, mirándome con una leve sonrisa llena de preocupación.

— ¿Todo bien?—preguntó.

—Sí—dije simplemente cerrando la puerta tras de mí.

—Va estar bien, Lu—dijo ella tomándome de la mano—. Va a volver más rápido de lo que crees, te lo aseguro.

Asentí y le sonreí. Ella me devolvió la sonrisa, arrancando el auto y partiendo. Miré a todos los lados, nerviosa, ya que se suponía que Celeste al tener la misma edad que yo no estaba legalmente autorizada a conducir.

—Y, dime—empecé—, ¿no estás triste tú por la partida de alguien?

Ella bufó, divertida, agitando un poco su rubio cabello que le llegaba a los hombros.

—Todo lo contrario. Felizmente se fue, así deja de molestarme la vida con su presencia.

Rodeé los ojos y miré por la ventana, fijándome en el cielo y viendo como un avión cruzaba este, con sus luces parpadeantes y tan pequeñas que podían ser confundidas con estrellas.

Vuelve pronto, por favor.

por **clockworkblue.** Vie 06 Nov 2015, 7:53 pm

Marzo, 2013

— ¿Otros meses más?—pregunté a través del teléfono—. ¿Van a quedarse más tiempo en Londres?

—Sí—respondió Calum suavemente—. No habían previsto que nuestros sencillos iban a ser tan exitosos teniendo tan poca publicidad. Dicen que esteremos trabajando en proyectos futuros y muchas otras cosas más.

— ¿Y entonces—pregunté—, cuándo van a regresar?

Lo oí suspirar a través de la línea; se quedó en silencio unos segundos.

—Yo…no lo sé. Dicen que de acuerdo al modo que vayamos trabajando y consiguiendo los resultados. El trabajo de un artista no es nada fácil, créeme; no se trata solo de cantar sino también de saber seleccionar canciones, analizar cada una de ellas, repetir la canción una y otra vez, ensayar…Sinceramente, extraño Sídney y el garaje de Ashton; era mucho menos estresante.

—Pero ahora ya son famosos por toda Europa, ya los reconocen en las calles.

Sentí como él sonreía al otro lado de la línea.

—Sí, es toda una locura.

—Ustedes se lo merecen. Han hecho tanto para conseguir todo, y se lo merecen.

—Gracias—dijo con voz mucho más baja y más suave—. Te extraño.

—También te extraño—le dije, apretando mi celular más a mi oído, como si de esa forma pudiera sentirlo más cerca.

—Yo te aviso apenas nos digan cuando volveremos a Australia, ¿de acuerdo?

—Claro—dije—. Adiós.

—Adiós.

Colgué la llamada y puse mi celular a un lado de mi cama.

— ¿Qué dijo?—me preguntó Jordan, al frente mío mientras hacía la tarea que nos habían dejado de matemáticas.

—No sabe cuándo van a volver—respondí—. Se van a quedar en Londres más tiempo de lo que pensaban.

—Las cosas en el mundo de la música son así—dijo él haciendo una mueca—. Agradece que por lo menos volverán, algunos ni vuelven; y no es porque no quieran, sino porque el trabajo les impide.

Asentí y agarré mi cuaderno para empezar a hacer la tarea, en silencio.

Jordan me miró por unos momentos, dejó el lápiz y puso una mano en la mía. Él era mi mejor amigo, lo había sido desde que empecé a salir con Calum ya que antes de eso había sido algo así como mi segundo mejor amigo. Nunca nos habíamos visto con otros ojos más que como simples y buenos amigos. Él se preocupaba por mí y yo me preocupaba por él.

—Oye, sé que es duro todo esto—dijo con una leve sonrisa—, pero Hood y el resto de su bandita va a volver. Además, ¿no se comunican todos los días? No es el fin del mundo ni de su relación, Lu, las cosas son así, así de ajetreada va a ser su vida a partir de ahora. Además, puedes presumir que sales con una superestrella.

—Todavía no son mundialmente conocidos.

—Solo unos meses—dijo Jordan sonriendo—. Espera unos meses más y verás cómo le lloverán las fans, más de las que ya de por sí tienen. Ahí recién preocúpate.

Reí un poco y—más aliviada—retomé con mi labor.

por **clockworkblue.** Vie 06 Nov 2015, 7:54 pm

Mayo, 2013

Pero esa última llamada había sido una de las últimas definitivas.

Pronto la comunicación entre Calum y yo empezó a escasear, haciendo que solo nos llamáramos dos o tres veces a la semana, a lo que antes lo hacíamos todo los días.

Yo lo llamaba pero en ocasiones no contestaba, y cuando él me llamaba a veces no podía responderle por el cambio de horario que había entre Sídney y Londres.

Y cuando hablábamos lo hacíamos rápidamente. No nos habíamos convertido en una pareja fría y distante pero ya no interactuábamos tanto como una pareja normal lo hacía.

Hasta que en una semana entera dejó de llamarme. Quise llamar a los chicos para preguntarles si sucedía algo malo pero tampoco respondían, y lo mismo me decían sus amigos del colegio. Qué era como si hubieran puesto una barrera entre ellos y el pasado que tenían.

No quería admitirlo, pero lo supe en aquel instante. Me negaba a aceptarlo pero estaba mucho más claro que el agua.

Ellos ya estaban en otro nivel, ya eran reconocidos, ya habían sacado videos musicales, ya habían chicas gritando y colocando sus apellidos después de sus nombres en las redes sociales. Ya eran famosos definitivamente, sus sencillos ya encabezaban las listas de algunos países.

No decía que se hubieran vuelto arrogantes o algo similar, porque ellos no eran así. Sino que el trabajo que ellos tenían dedicaba tiempo, mucho tiempo, y lamentablemente si en una relación no tienes tiempo para la otra persona pues todo poco a poco todo se va cayendo.

Las veces en las que los había visto cantar sobre un escenario, solo podía describirlo como algo emocionante. Y es que podía ver como ellos se hallaban a sí mismos allí, como cantaban y tocaban sus instrumentos de una manera que se podía notar toda la energía y esfuerzo puestos ahí.

Ellos ya pertenecían a ese mundo, y cada vez iban adentrándose más y más en todo ese éxito que conseguían poco a poco. Y lo único que ataba a Calum a su otro mundo era yo, lo único que lo hacía quizá retroceder y volver era yo.

El silencio total de Calum, el cual duró dos semanas y mucho más, fue muy claro para mí.

Se acabó.

Todo se había acabado.

Y dolía, me dolía mucho.

Nunca me había preguntado cómo se sentía tener el corazón roto por alguien, pero lo estaba sintiendo en esos instantes. Mi corazón se había roto totalmente.

Puse mi rostro entre mis rodillas y lloré en silencio. Quería desaparecer, hacerme tan pequeña que pronto iba a desaparecer.

Estuve así, en ese estado, por varios días.

Es decir, me hubiera dolido menos si él me lo hubiera dicho de frente pero se había quedado callado, como si ya no le importara nada.

Pronto me di cuenta que ya no podía seguir así. Ya no podía levantarme llena de dolor, vivir el día llena de dolor, y dormirme llena de dolor. Debía cambiar las cosas, debía dejar de vivir con la pena en mi corazón y él en mi mente.

Así que volví la hoja, y empecé de nuevo.

por **clockworkblue.** Vie 06 Nov 2015, 7:56 pm

Holaaa, bueno aquí está el capítulo uno. Espero que les guste y sorry por la demora :p Comenten y diganme que piensan del capítulo.
Byeeeee love Xx

por Contenido patrocinado

ϟ hypatia. aka Kate. MP ϟ Ver perfil.	ϟ dépayser aka Lea. MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae aka . MP ϟ Ver perfil.	ϟ Stark. aka Cande. MP ϟ Ver perfil.

ϟ Legendary. aka Steph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ chihiro aka Zoe. MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu aka Teph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ Calore aka idk. MP ϟ Ver perfil.

Yellow (Calum Hood & Lucie Bennet)