Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
love kills
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 2 de 2. • Comparte
Página 2 de 2. • 1, 2
✿ CAPÍTULO 13 ✿
Capítulo 13.
El rostro de mamá y papá en las cartas, los invitados estaban listos. Organizaban su típica fiesta aburrida, pero en Londres. No podía creer que gente gastará dinero para venir a la ciudad por una fiesta donde se habla de política y de lo que esta correcto. Se habían transformado en seres fríos, soberbios, distintos a lo que yo quería, iguales a lo que los demás querían. Ya 3 años que hacen esta "reunión", y pensé en no ir, pero ya era casi una obligación. Era bastante abrumador que mi vida como joven descabellada que por fin vive lejos de sus padres, era vivirla con mis padres. Que si estoy bien, que si me he duchado, que si tome mis vitaminas, que si subí o no de peso, que si compré ropa nueva. Esto esto y esto. Mamá había dejado de ser esa mujer dulce y amable, y papá, papá perdió la autoridad a si mismo, la libertad.
La universidad de había vuelto algo pésimo en mi vida, y me aterraba pensarlo. Algo artificial, aburrido, común, sin sorpresas. No quería abandonar mis estudios de psicología, pero vaya, no tenía motivación para seguirlos. Cath pensaba igual que yo. Necesitábamos acción, cosas nuevas. ¿Dónde las encontrábamos? Sí, en el bar de los chicos. Codicioso, aclamado, cada viernes por la noche los dichosos fanáticos del buen rock venían a beber cinco cervezas y a observar como Sid se caía unas cuantas veces del escenario. Una rutina, no tan rutinaria.
Hoy tocaban los imitadores de Pink Floyd. Sí, me agradaban, pero a Sid no. Discutían todo el tiempo y se insultaban tras bambalinas. Era un show bastante divertido pues ver al, tal vez actual, "Roger Waters" gritarse aborto de madriguera con el, actual, "Sid Vicious", sí, era un show imposible de perder.
Sid era causante de muchos problemas, de muchos sentimientos, de muchas cosas indefinidas. Sid era un joven indefinible, jamás podré descubrirlo, por eso quiero estudiarlo toda mi vida.
—¿Y? ¿Qué te pareció el show?—me preguntó al sentarse junto a mi lado con una cerveza en la mano.—¿Mejor que el Disco del estúpido Derek no?—
—Derek no propuso escuchar Disco esa noche Sid.—respondí entre risas.—Pero sí, me encantó el show de esta noche.—
—¿Le has dicho a tu madre sobre dejar los estudios?—
—Pues no.. no lo he hecho aún. Creo que no debería.—
—¿Por qué no? Eres ya de por si inteligente, podrías dedicarte a cualquier cosa sin necesidad de un título.—
—Sí claro que lo necesito Sid, es mi futuro.—
—¿Y qué tal si te digo que tu verdadero futuro esta aquí?—
—¿Aquí?—
—Aquí, ni con Derek, ni con Scott, ni detrás de un escritorio, aquí, conmigo.—sonreí al escuchar eso.
Saldríamos a festejar el éxito de esta noche de los chicos. Mañana había universidad y eso no me preocupaba en lo absoluto. Estaba distraída con la sonrisa de Sid. Con las risas a mi alrededor y las botellas volando. Estaba libre de drama, preocupaciones o de saber si estaba bien vestida. Estaba libre.
Había hablado con Derek la noche pasada y estaba todo más que bien. Era un gran chico, y no lo alejaría de mi vida. Sid, bueno, costó que se llevaran bien, pero Derek terminó siendo del grupo.
Mamá vendría a casa hoy con papá luego del almuerzo, arreglaríamos más asuntos de su fiesta, y no, no me entusiasmaba en lo absoluto.
Kirsten Marie Cooper. Una joven alegre y humilde. Fanática de la música y de los animales. Defensora de cualquier derecho. Esa era mamá. Pero ahora, era menos que eso. Algo peor. Conocida en bastantes zonas de Estados Unidos y ahora —ya que varios amigos se mudaron a Oxford con ellos— en Inglaterra. Pero nadie de estas personas conocían a la verdadera Kirsten, o Kiki. La que cocina carne mechada para toda una comunidad, la que cantaba Maggie Mae, todo el tiempo. Esa Kiki, se había ido.
Peter Leonards. El hombre con dinero, que no hacía importancia de este mismo. Amante de la pizza, de Elvis y del country. Construyó una granja y ahí, crío a sus hijos, con amor, nada más que, amor. Conocido por sus discursos emotivos y sus charlas reconstructivas. Perdió su libertad.
Sí, amaba a mis padres, a mis viejos padres.
—Bien nena, ¿a quién llevarás a la fiesta? ¿Qué tal si le avisas a Scott? Es un gran chico.—dijo mamá.
—Estas loca mamá. Llevaré a Sid, así se adentra a este agotador mundo, así lo conocen.—el rostro de mamá se tornó en algo diferente, en uno de preocupación, de terror.
—¿Qué estas diciendo? Ni pienses que llevarás a esa tormenta. Ni de casualidad.—
—Mamá por favor, sé lo importante que es para ti esta cena, sería especial llevarlo aparte es aquí en Londres, gente nueva, amigos nuevos ¿no?—
—Vendrá casi la misma gente de siempre, gente importante, que no pueden saber que te llevas con dicha persona.—
—¡Mamá! No digas eso.—
—No hija, es la verdad.—
Faltaba poco para la cena y no me alegraba para nada. Con mamá cerca, mi vida se había basado en estudios y más estudios. Ni siquiera podía ver a Derek. Me aburría esto, de fingir algo que no soy. Algo frío. Sufrir escasez de amor. No quería, no tenía por qué.
Cath me acompañaría también en la cena, íbamos nosotras dos solas contra todos.
—Así que, ¿hablaste con Tasteless?—le pregunté a Cath mientras nos preparábamos para la cena.
—Sí, no puede creer cómo tu madre hace amistades tan rápido o sus viejas amistades viajan por una juntada de cóctel ¿impresionante no?—
—Sí, aunque no quiera admitirlo. ¿Sabes? Te envidio. Pudiste hablar con John, yo ni con Sid o Derek.—
—Bueno.. Derek no es que me preocupe mucho, es mi amigo y del grupo, pero Sid. Él te gusta mucho aunque no quieras decírmelo. Me doy cuenta, te hace feliz, búscalo, pelea por él. Eso es amor, constante pelea para no perder al ser que amas. El amor, lamentablemente es rápido, sino lo cuidas o disfrutas, un día no estará. Cuida tu amor, porque te quedarás sin él. Cuida el amor.—
Las luces brillaban, la noche estaba hermosa y yo la desperdiciaba estando en un lugar donde no me sentía cómoda. No formaba parte. Es como sentirse en una jaula. No pertenecer. Estas en otro mundo aparte. Ellos te miran desde afuera, ellos, los dueños. Sentirse como en una jaula. Sí.
Mientras nos distraíamos con nuestros celulares, a Cath le llegó un mensaje de Tasteless. Dijo que tenía preparada una sorpresa, que esperáramos afuera, y así hicimos. A los 3 minutos, llegaron todos, dentro de un gran auto. Steve, Glenn, John, Paul, Sid, y hasta Derek. Riendo, felices y llenos de vida. Llenos de amor.
Cath saltó alegré a abrazar a Tasteless y a saludar a los chicos. Corrí y abracé fuerte a Sid, sin soltarlo.
—¡Sid! ¡¿Qué hacen aquí?!—grité de alegría.
—¡Vinimos a sacarlas de aquí! ¿No es grandioso?—
—Sid.. ¿y mis padres?—
—Maggie vayámonos lejos. Conozco a un tipo, tiene casa en Liverpool, nos han invitado a tocar, la banda esta en su mejor momento. Luego podríamos ir hasta.. no lo sé, donde tu quieras. Greenwich Village o Roma. Quién sabe.—
—Aceptaré ir a Liverpool, pero prométeme que volveremos.—
—Sí sí, sólo huyamos lejos. Lejos Maggie.—dijo y acercamos nuestros rostros. Mis ojos y los suyos chocaban chispas, compartían emociones. Reímos y nos besamos, sonriendo, sin soltarnos, cuidando, nuestro amor.
La universidad de había vuelto algo pésimo en mi vida, y me aterraba pensarlo. Algo artificial, aburrido, común, sin sorpresas. No quería abandonar mis estudios de psicología, pero vaya, no tenía motivación para seguirlos. Cath pensaba igual que yo. Necesitábamos acción, cosas nuevas. ¿Dónde las encontrábamos? Sí, en el bar de los chicos. Codicioso, aclamado, cada viernes por la noche los dichosos fanáticos del buen rock venían a beber cinco cervezas y a observar como Sid se caía unas cuantas veces del escenario. Una rutina, no tan rutinaria.
Hoy tocaban los imitadores de Pink Floyd. Sí, me agradaban, pero a Sid no. Discutían todo el tiempo y se insultaban tras bambalinas. Era un show bastante divertido pues ver al, tal vez actual, "Roger Waters" gritarse aborto de madriguera con el, actual, "Sid Vicious", sí, era un show imposible de perder.
Sid era causante de muchos problemas, de muchos sentimientos, de muchas cosas indefinidas. Sid era un joven indefinible, jamás podré descubrirlo, por eso quiero estudiarlo toda mi vida.
—¿Y? ¿Qué te pareció el show?—me preguntó al sentarse junto a mi lado con una cerveza en la mano.—¿Mejor que el Disco del estúpido Derek no?—
—Derek no propuso escuchar Disco esa noche Sid.—respondí entre risas.—Pero sí, me encantó el show de esta noche.—
—¿Le has dicho a tu madre sobre dejar los estudios?—
—Pues no.. no lo he hecho aún. Creo que no debería.—
—¿Por qué no? Eres ya de por si inteligente, podrías dedicarte a cualquier cosa sin necesidad de un título.—
—Sí claro que lo necesito Sid, es mi futuro.—
—¿Y qué tal si te digo que tu verdadero futuro esta aquí?—
—¿Aquí?—
—Aquí, ni con Derek, ni con Scott, ni detrás de un escritorio, aquí, conmigo.—sonreí al escuchar eso.
Saldríamos a festejar el éxito de esta noche de los chicos. Mañana había universidad y eso no me preocupaba en lo absoluto. Estaba distraída con la sonrisa de Sid. Con las risas a mi alrededor y las botellas volando. Estaba libre de drama, preocupaciones o de saber si estaba bien vestida. Estaba libre.
Había hablado con Derek la noche pasada y estaba todo más que bien. Era un gran chico, y no lo alejaría de mi vida. Sid, bueno, costó que se llevaran bien, pero Derek terminó siendo del grupo.
+++
Mamá vendría a casa hoy con papá luego del almuerzo, arreglaríamos más asuntos de su fiesta, y no, no me entusiasmaba en lo absoluto.
Kirsten Marie Cooper. Una joven alegre y humilde. Fanática de la música y de los animales. Defensora de cualquier derecho. Esa era mamá. Pero ahora, era menos que eso. Algo peor. Conocida en bastantes zonas de Estados Unidos y ahora —ya que varios amigos se mudaron a Oxford con ellos— en Inglaterra. Pero nadie de estas personas conocían a la verdadera Kirsten, o Kiki. La que cocina carne mechada para toda una comunidad, la que cantaba Maggie Mae, todo el tiempo. Esa Kiki, se había ido.
Peter Leonards. El hombre con dinero, que no hacía importancia de este mismo. Amante de la pizza, de Elvis y del country. Construyó una granja y ahí, crío a sus hijos, con amor, nada más que, amor. Conocido por sus discursos emotivos y sus charlas reconstructivas. Perdió su libertad.
Sí, amaba a mis padres, a mis viejos padres.
—Bien nena, ¿a quién llevarás a la fiesta? ¿Qué tal si le avisas a Scott? Es un gran chico.—dijo mamá.
—Estas loca mamá. Llevaré a Sid, así se adentra a este agotador mundo, así lo conocen.—el rostro de mamá se tornó en algo diferente, en uno de preocupación, de terror.
—¿Qué estas diciendo? Ni pienses que llevarás a esa tormenta. Ni de casualidad.—
—Mamá por favor, sé lo importante que es para ti esta cena, sería especial llevarlo aparte es aquí en Londres, gente nueva, amigos nuevos ¿no?—
—Vendrá casi la misma gente de siempre, gente importante, que no pueden saber que te llevas con dicha persona.—
—¡Mamá! No digas eso.—
—No hija, es la verdad.—
+++
Faltaba poco para la cena y no me alegraba para nada. Con mamá cerca, mi vida se había basado en estudios y más estudios. Ni siquiera podía ver a Derek. Me aburría esto, de fingir algo que no soy. Algo frío. Sufrir escasez de amor. No quería, no tenía por qué.
Cath me acompañaría también en la cena, íbamos nosotras dos solas contra todos.
—Así que, ¿hablaste con Tasteless?—le pregunté a Cath mientras nos preparábamos para la cena.
—Sí, no puede creer cómo tu madre hace amistades tan rápido o sus viejas amistades viajan por una juntada de cóctel ¿impresionante no?—
—Sí, aunque no quiera admitirlo. ¿Sabes? Te envidio. Pudiste hablar con John, yo ni con Sid o Derek.—
—Bueno.. Derek no es que me preocupe mucho, es mi amigo y del grupo, pero Sid. Él te gusta mucho aunque no quieras decírmelo. Me doy cuenta, te hace feliz, búscalo, pelea por él. Eso es amor, constante pelea para no perder al ser que amas. El amor, lamentablemente es rápido, sino lo cuidas o disfrutas, un día no estará. Cuida tu amor, porque te quedarás sin él. Cuida el amor.—
Las luces brillaban, la noche estaba hermosa y yo la desperdiciaba estando en un lugar donde no me sentía cómoda. No formaba parte. Es como sentirse en una jaula. No pertenecer. Estas en otro mundo aparte. Ellos te miran desde afuera, ellos, los dueños. Sentirse como en una jaula. Sí.
Mientras nos distraíamos con nuestros celulares, a Cath le llegó un mensaje de Tasteless. Dijo que tenía preparada una sorpresa, que esperáramos afuera, y así hicimos. A los 3 minutos, llegaron todos, dentro de un gran auto. Steve, Glenn, John, Paul, Sid, y hasta Derek. Riendo, felices y llenos de vida. Llenos de amor.
Cath saltó alegré a abrazar a Tasteless y a saludar a los chicos. Corrí y abracé fuerte a Sid, sin soltarlo.
—¡Sid! ¡¿Qué hacen aquí?!—grité de alegría.
—¡Vinimos a sacarlas de aquí! ¿No es grandioso?—
—Sid.. ¿y mis padres?—
—Maggie vayámonos lejos. Conozco a un tipo, tiene casa en Liverpool, nos han invitado a tocar, la banda esta en su mejor momento. Luego podríamos ir hasta.. no lo sé, donde tu quieras. Greenwich Village o Roma. Quién sabe.—
—Aceptaré ir a Liverpool, pero prométeme que volveremos.—
—Sí sí, sólo huyamos lejos. Lejos Maggie.—dijo y acercamos nuestros rostros. Mis ojos y los suyos chocaban chispas, compartían emociones. Reímos y nos besamos, sonriendo, sin soltarnos, cuidando, nuestro amor.
Última edición por ceonella. el Vie 30 Dic 2016, 12:53 am, editado 2 veces
ceonella.
Re: love kills
- :lizzena: :
- Me leí los trece capítulos en una sola tarde hace como dos semanas y no había tenido tiempo de comentar hasta ahora Me arrepiento de no haber encontrado este tema antes
y hubiese seguido sin saber que existía de no ser por vos, gracias (?), porque esta historia lo vale porque el playlist también lo vale porque Sid lo vale porque volar de amor lo vale (???) Y me quedé con ganas de más, así que esperaré tu próxima actualización con ansiasy que esta idea no se estanque, plz (?)Rebeca te saluda desde Narnia, Camille :papada: Nos leemos pronto .
Invitado
Invitado
Re: love kills
ay reb (?) gracias de verdad por el coment, lo aprecio mucho. y no, no se estancara como mis otras novelas gracias de verdadomega. escribió:
- :
Me leí los trece capítulos en una sola tarde hace como dos semanas y no había tenido tiempo de comentar hasta ahora Me arrepiento de no haber encontrado este tema antesy hubiese seguido sin saber que existía de no ser por vos, gracias (?), porque esta historia lo vale porque el playlist también lo vale porque Sid lo vale porque volar de amor lo vale (???) Y me quedé con ganas de más, así que esperaré tu próxima actualización con ansiasy que esta idea no se estanque, plz (?)Rebeca te saluda desde Narnia, Camille :papada: Nos leemos pronto .
ceonella.
✿ CAPÍTULO 14 ✿
Capítulo 14.
Mamá no se enfadó por mi ida de su fiesta, es más, piensa que me encuentro en casa, y no, no es así. Me sentía hippie de los 60 viajando a San Francisco. Y me encantaba. Mamá volvió a Oxford tranquila y feliz, y eso me alivio bastante pero me sorprendía aún más su forma de tomar la situación, con tranquilidad —cosa que mamá nunca tuvo—
Nos adentrábamos a Liverpool, la banda tenía una presentación y cada día, se hacían más reconocidos. No los seguí desde sus inicios, pero me sentía orgullosa de formar parte de su proyecto, de acompañarlos. Y pensar que todo comenzó por unas simples entrevistas para la universidad.
El viaje se sentía más que adrenalina, eran más que ganas de comerse al mundo. Sacar la cabeza por la ventana del coche y que el viento te despeine sin piedad, pero aún así lo disfrutas porque sientes que estas volando a quién sabe dónde. Sensaciones increíbles, que se viven muy pocas veces, y el momento en que las vives, las disfrutas como nunca.
—¿Te encuentras bien?—me preguntó Sid, que se encontraba a mi lado. Era un coche pequeño, iban todos apretados, pero por alguna razón Sid y yo, comodísimos.
—Sí.. sólo pensaba en todo esto.—
—Una locura para ti ¿verdad?—reía.
—Pues sí, jamás había viajado así, improvisadamente.—
—Tú tranquila, llegaremos en poco tiempo. Podrás relajarte en el hotel, aunque es un poco cutre sabes, pero ya, es el comienzo de todo esto.—
Pero a mi no importaba si el hotel era cutre, todo junto a Sid, era primavera.
Entrar a dicho bar provocaba escalofríos en Scott, nunca se había metido en un sitio así y todo esto —que el consideraba un sacrificio muy grande— lo estaba haciendo por Maggie. Entró hecho una bestia, quería ver a Sid y golpearlo, por el simple hecho de alejar a la joven de él, pero no, ni un rastro de la banda, ni de Maggie.
Y allí estaban Gin y Lydia, prestando atención al joven que acababa de entrar hecho un demonio en llamas, con simples ganas de golpear a alguien. Sí, era nuevo, y los demás en el bar lo miraban con ganas de comérselo vivo, ya que había entrado con actitudes muy soberbias, que aquí en el bar, no encajaban. Gin decidió acercarse, sabía que este tipo tenía relación con Maggie, y poder sacar información, serviría.
—Uno de los amigos pijos de Maggie ¿cierto? Ella no se encuentra aquí.—
—¡¿Qué sabes de Maggie?! ¡¿Dónde esta?!—
—Calma chico, lamento informarte que ella se fue.. "de gira" con la banda.—dijo haciendo comillas con sus dedos. Sí, a Gin también le jodía la idea de que la joven Maggie se haya ido de gira con la banda, mientras que ella se quedaba aquí en Londres, pues venía apoyando a la banda desde hace ya mucho tiempo.
—¡¿Cómo que de gira?!—
—Pues sí, creo que iban a Liverpool, si no me equivoco. La banda llevaba planeando este viaje con muchas ganas, los llamaron para que toquen y nunca habían salido de aquí.—
—Tengo que ir a buscarla ahora mismo, sus padres no deben tener ni idea de esto.—
—Te hecho un plan ¿vale? No les digas a los padres, ve a buscarla, la traes sana y le cuentas a sus papás el rescate que has hecho. Quedas como héroe y Maggie no vuelve a pisar mi bar. ¿Qué dices?—
—Pero me acompañas ¿vale?—
—Dichosa de acompañarlo..—esperando una respuesta del nombre.
—Scott, Scott Fish ¿y tú, bella dama? Bella e inteligente.—
—Ginebra Foster, orgullosa.—
Quedaron tomando unas cervezas en el bar, Lydia conoció a Scott y decidió acompañarlos en el viaje. Scott tenía un carro bastante caro y el dinero le sobraba, así que invitó a las chicas sin miedo. Iba a ser fácil conseguir un hotel. No eran tontos.
El hotel no estaba para nada mal, no tan lujoso, pero lindo después de todo. Nos encontrábamos ya en el cuarto del hotel. Cuarto 28, para ser exactos. Acomodamos algunos bolsos y nos divertíamos en la pieza, estaba fascinada con todo este mundo nuevo. Cath reía y saltaba en una de las camas, al igual que Paul. Glenn estaba sentado en un sillón junto a su bajo. John, serio como la mayoría del tiempo, y Steve lo acompañaba en una charla, de hombres, supongo. Sid también gritaba eufórico por todo el cuarto. Se lo veía emocionado, como un niño pequeño. Gritaba y reía, nada más.
Esas sensaciones en su cuerpo era, la mismísima alegría. El camino a la alegría, es quererse así mismo. Protegerse, sentirse seguro. Alegre y sin ningún dolor. No es difícil sonreírle a la vida, aunque sea sólo una vez, un segundo, pocos minutos. No es difícil.
—¡Vamos a tocar Maggie!—me gritó alegre Sid, a lo que le respondí con unas risas. Ya no se sentía el joven perdido de Londres, estaba tocando la cima. Sus dedos llegaban al cielo azul, a la alegría.
—Oye chico, ¿podrías calmarte? Vas a causar un accidente.—dijo Lydia, la amiga de Gin, que venía advirtiendome durante toda la ruta sobre cualquier cosa que se acercaba, incluso si era una simple rata, me lo decía.
—¿Qué no ves que el pobrecito esta que estalla por la delicada de Maggie?—dijo soberbia Gin.
—¿Algún problema con eso? Sé bien que Sid también "estalla" por Maggie ¿o me equivoco?—sonreí mientras la observaba ponerse roja de furia.
—Ya ya, entendido. Sólo apúrate, quiero llegar lo más pronto posible.—
—Claro psicópata.—
Noté cierto cariño de John a Cath, comenzaron a llevarse mejor y él a tratarla bien. No como antes, que la trataba de juguete, o quién sabe qué. Sí, mi cerebro por más pobre que sea, estaba en lo cierto. John comenzaba a enamorarse de Catherine.
Ya las 11:00 pm decidimos salir. Todos juntos fuimos a un bar, cerca de un muelle, demasiado lindo y muy a lo Liverpool. Empezamos con pequeños tragos, nada de otro mundo y de disfrutar la noche, que recién empezaba. La gente cada vez iba aumentando y la música cambiando. Pintaba por una buena noche.
—¿Sid?—preguntó una voz femenina. Había salido del bar para fumar más tranquilo. Estaba solo y escuchar una voz repentina hizo que mis pelos se pusieran de punta. Volteé y vi a alguien que pensé que jamás vería. Abbadie, la vieja groupie y amiga del grupo. Sí.
—¿Abbadie? ¡Abbadie!—la vi, muy distinta. Antes solía llevar el cabello corto, desarreglada, pero ahora era todo lo contrario. Más que sensual. Una muñeca.
—¡Sid!—corrimos y nos abrazamos.
—¿Qué haces aquí Abba? Pensé que volvías a Manhattan.—
—Meh, dos años aburridos, decidí volver a Europa ¡ja! Y estuve un tiempo en Florencia, pero he vuelto, para quedarme en Liverpool. Me agrada sabes, es bastante tranquilo. ¿Ustedes? ¿Qué haces aquí?—
—Como verás, progresamos con la banda, vinimos a tocar al Cavern. Una locura. Los chicos tienen que verte.—la tomé del brazo y entramos al bar. Llamé a John y todos voltearon, incluyendo a Maggie. Los chicos más que contentos se acercaron a abrazar a Abba. Derek, Cath y Maggie estaban bastantes confundidos. —Derek, Maggie, Cath, ella es Abbadie, pero pueden decirle Abba. Una vieja amiga..—
—¿Sólo vieja amiga? ¡Sid por favor! Soy parte de la gran banda.—dijo riendo fuerte.—¿Y ustedes muñecas? ¿Qué hacen aquí?—
—So-somos amigas de la banda, nada mas.—dijo Cath.
—Tú no hablas mucho ¿verdad?—dijo Abba mas seria, mirando a Maggie.
—Sólo cuando es necesario.. ¿Cath? ¿Me acompañas al baño?—la rubia asintió y acompañó a Maggie.
—¿Y estas?—preguntó Abba luego de cruzar los brazos.
—Ya sabes, pijos, pero estos son buena gente. Menos Derek, que sigo pensando que es un capullo pero me caes bien Derek.—dijo sincero Steve, y reímos, incluso Derek.
La música estaba fuerte. Moderno y para mi aburrido. No era rock, pero aún así bailábamos. Abba decidió quedarse a pasar la noche y esto a Maggie no le agradó mucho.
Estábamos un poco pasados de alcohol cuando observé que Derek y Maggie estaban sentados en la barra, tomando y hablando. Los demás bailaban a lo loco. Cath y John estaban juntos y Abba con Paul, Glenn y Steve. Sólo me quedé mirando, se veía que Maggie no la estaba pasando bien hasta que se tomó un shot de quién sabe qué. Esto no iba a terminar bien.
No paraba de tomar, ni ella ni Cath. A este momento era el más tranquilo del grupo, pues todos se caían de alcohólicos, hasta Maggie. Pensé en llevarla al hotel y cuando iba a acercarme a ella, Abba me tomó del brazo.
—¿A dónde vas?—
—Iba a buscar a Maggie, ya sabes, para dejarla en el hotel.—sus manos fueron a mi remera.
—Te extrañaba mucho.. bastante para ser verdad.—reía.
—¿Sí? Digamos que yo también.—admití un poco tímido.
—¿Por qué no olvidamos todo y volvemos a ser esos capullitos?—tomó mi rostro y sí, definitivamente estaba besándome. No me molestaba en absoluto, o tal vez sí. ¡Maggie! Traté de mirarla y ella se encontraba viendo toda la escena. Enojada, tomó del brazo a Derek y ambos salieron del bar. Me separé de Abba y corrí a buscarla.
—Maggie Maggie Maggie, ¡ven aquí!—grité para que prestara atención.
—Eres una mierda Sid, ve a disfrutar, no tengo nada que hacer aquí.—
—¿Ustedes eran algo? Ups, no lo sabía.—dijo Abba, inocentemente.
—Pues sí, va no, o sí.—
—¡Deja de arruinarlo Sid! No te preocupes, tienes razón, no somos nada y no tengo por qué enojarme. Nos vemos mañana.—
—Derek, cuídala por favor.—
—¿De ti? Con gusto, nos vemos nena.. adiós Sid.—
—¿Ese chico quién es? Esta jodidamente bueno.—
—¡Abbadie!—
Eran las 13:00 y los chicos ya estaban almorzando. ¿Abbadie? No sé, ni quería saberlo. Derek me había preguntado varias veces cómo estaba, se había preocupado bastante por mi y se lo agradecí.
—Sid.. ¿podemos hablar?—le pregunté mientras él se encontraba comiendo lo poco que quedaba del plato sin camiseta y un poco demacrado, ya saben, signos de resaca.
—Claro.—fuimos a una habitación.—¿Y bien? ¿Qué pasa Maggie?—
—Ayer.. yo me comporté mal, busque mis caprichos y sé que no sirve. Quería pedirte perdón, por confundir las cosas.—
—Maggie, no confundes nada. Yo hace años no veía a Abba y nuestra relación siempre había sido eso, poco amor. Ir y venir. Pero contigo es diferente, y no quiero arruinarlo, aunque sea propenso a eso.—
—¿Entonces?—
—No quiero perderte.—
—Bueno.. yo tampoco.—sonreí, y él me siguió. Locos y con ganas de sonreír, nada más.
Nos adentrábamos a Liverpool, la banda tenía una presentación y cada día, se hacían más reconocidos. No los seguí desde sus inicios, pero me sentía orgullosa de formar parte de su proyecto, de acompañarlos. Y pensar que todo comenzó por unas simples entrevistas para la universidad.
El viaje se sentía más que adrenalina, eran más que ganas de comerse al mundo. Sacar la cabeza por la ventana del coche y que el viento te despeine sin piedad, pero aún así lo disfrutas porque sientes que estas volando a quién sabe dónde. Sensaciones increíbles, que se viven muy pocas veces, y el momento en que las vives, las disfrutas como nunca.
—¿Te encuentras bien?—me preguntó Sid, que se encontraba a mi lado. Era un coche pequeño, iban todos apretados, pero por alguna razón Sid y yo, comodísimos.
—Sí.. sólo pensaba en todo esto.—
—Una locura para ti ¿verdad?—reía.
—Pues sí, jamás había viajado así, improvisadamente.—
—Tú tranquila, llegaremos en poco tiempo. Podrás relajarte en el hotel, aunque es un poco cutre sabes, pero ya, es el comienzo de todo esto.—
Pero a mi no importaba si el hotel era cutre, todo junto a Sid, era primavera.
+++
Narrador omnisciente.
Cerca del bar, Scott se encontraba en busca de respuestas. No sabía nada de Maggie desde hace días, y la preocupación abundaba en su cuerpo. Conocía a Sid, estaba enterado de las relaciones nuevas de Maggie y si no se encontraba en el bar con la banda, ¿dónde más? Entrar a dicho bar provocaba escalofríos en Scott, nunca se había metido en un sitio así y todo esto —que el consideraba un sacrificio muy grande— lo estaba haciendo por Maggie. Entró hecho una bestia, quería ver a Sid y golpearlo, por el simple hecho de alejar a la joven de él, pero no, ni un rastro de la banda, ni de Maggie.
Y allí estaban Gin y Lydia, prestando atención al joven que acababa de entrar hecho un demonio en llamas, con simples ganas de golpear a alguien. Sí, era nuevo, y los demás en el bar lo miraban con ganas de comérselo vivo, ya que había entrado con actitudes muy soberbias, que aquí en el bar, no encajaban. Gin decidió acercarse, sabía que este tipo tenía relación con Maggie, y poder sacar información, serviría.
—Uno de los amigos pijos de Maggie ¿cierto? Ella no se encuentra aquí.—
—¡¿Qué sabes de Maggie?! ¡¿Dónde esta?!—
—Calma chico, lamento informarte que ella se fue.. "de gira" con la banda.—dijo haciendo comillas con sus dedos. Sí, a Gin también le jodía la idea de que la joven Maggie se haya ido de gira con la banda, mientras que ella se quedaba aquí en Londres, pues venía apoyando a la banda desde hace ya mucho tiempo.
—¡¿Cómo que de gira?!—
—Pues sí, creo que iban a Liverpool, si no me equivoco. La banda llevaba planeando este viaje con muchas ganas, los llamaron para que toquen y nunca habían salido de aquí.—
—Tengo que ir a buscarla ahora mismo, sus padres no deben tener ni idea de esto.—
—Te hecho un plan ¿vale? No les digas a los padres, ve a buscarla, la traes sana y le cuentas a sus papás el rescate que has hecho. Quedas como héroe y Maggie no vuelve a pisar mi bar. ¿Qué dices?—
—Pero me acompañas ¿vale?—
—Dichosa de acompañarlo..—esperando una respuesta del nombre.
—Scott, Scott Fish ¿y tú, bella dama? Bella e inteligente.—
—Ginebra Foster, orgullosa.—
Quedaron tomando unas cervezas en el bar, Lydia conoció a Scott y decidió acompañarlos en el viaje. Scott tenía un carro bastante caro y el dinero le sobraba, así que invitó a las chicas sin miedo. Iba a ser fácil conseguir un hotel. No eran tontos.
+++
The view of Maggie.
¡Llegamos por fin! Larga espera, dos horas de nervios. Los chicos tocaban al día siguiente en Cavern Club, y se sentían los queridísimos Beatles. El hotel no estaba para nada mal, no tan lujoso, pero lindo después de todo. Nos encontrábamos ya en el cuarto del hotel. Cuarto 28, para ser exactos. Acomodamos algunos bolsos y nos divertíamos en la pieza, estaba fascinada con todo este mundo nuevo. Cath reía y saltaba en una de las camas, al igual que Paul. Glenn estaba sentado en un sillón junto a su bajo. John, serio como la mayoría del tiempo, y Steve lo acompañaba en una charla, de hombres, supongo. Sid también gritaba eufórico por todo el cuarto. Se lo veía emocionado, como un niño pequeño. Gritaba y reía, nada más.
Esas sensaciones en su cuerpo era, la mismísima alegría. El camino a la alegría, es quererse así mismo. Protegerse, sentirse seguro. Alegre y sin ningún dolor. No es difícil sonreírle a la vida, aunque sea sólo una vez, un segundo, pocos minutos. No es difícil.
—¡Vamos a tocar Maggie!—me gritó alegre Sid, a lo que le respondí con unas risas. Ya no se sentía el joven perdido de Londres, estaba tocando la cima. Sus dedos llegaban al cielo azul, a la alegría.
+++
The view of Scott.
No me sentía bien, para nada. Mis nudillos estaban blancos, de tanto presionar el volante del maldito coche. Estaba que explotaba, necesitaba relajarme, pero nada me iba a calmar. Maggie estaba lejos, en manos de Sid, y sus amigos, que claramente me dan asco. No confiaba en ellos, no, para nada. No iba a permitir que estuvieran con mi Maggie. Sentía la necesidad de correr a buscarla, de traerla para Londres y que se aleje lo más posible de ellos, pero sabía que ella me iría a contradecir, porque lo hace todo el jodido tiempo. Detestaba a Sid, me parecía un completo capullo, un insignificante, la flor más fea. No podía ni verlo. Pero Maggie esta tan colada por él, que debería considerarlo una jodida competencia. —Oye chico, ¿podrías calmarte? Vas a causar un accidente.—dijo Lydia, la amiga de Gin, que venía advirtiendome durante toda la ruta sobre cualquier cosa que se acercaba, incluso si era una simple rata, me lo decía.
—¿Qué no ves que el pobrecito esta que estalla por la delicada de Maggie?—dijo soberbia Gin.
—¿Algún problema con eso? Sé bien que Sid también "estalla" por Maggie ¿o me equivoco?—sonreí mientras la observaba ponerse roja de furia.
—Ya ya, entendido. Sólo apúrate, quiero llegar lo más pronto posible.—
—Claro psicópata.—
+++
The view of Sid.
Salimos a recorrer Liverpool, acércanos a los muelles y a la ciudad. Jodidamente divertido. Me sentía, una estrella de rock. Y me divertía más disfrutarlo con Maggie, que se había relajado más. Hoy saldríamos a tomar algunas copas, nada de otro mundo. Prepararnos para mañana. Esperábamos con ansias a que llegue el día.Noté cierto cariño de John a Cath, comenzaron a llevarse mejor y él a tratarla bien. No como antes, que la trataba de juguete, o quién sabe qué. Sí, mi cerebro por más pobre que sea, estaba en lo cierto. John comenzaba a enamorarse de Catherine.
Ya las 11:00 pm decidimos salir. Todos juntos fuimos a un bar, cerca de un muelle, demasiado lindo y muy a lo Liverpool. Empezamos con pequeños tragos, nada de otro mundo y de disfrutar la noche, que recién empezaba. La gente cada vez iba aumentando y la música cambiando. Pintaba por una buena noche.
—¿Sid?—preguntó una voz femenina. Había salido del bar para fumar más tranquilo. Estaba solo y escuchar una voz repentina hizo que mis pelos se pusieran de punta. Volteé y vi a alguien que pensé que jamás vería. Abbadie, la vieja groupie y amiga del grupo. Sí.
—¿Abbadie? ¡Abbadie!—la vi, muy distinta. Antes solía llevar el cabello corto, desarreglada, pero ahora era todo lo contrario. Más que sensual. Una muñeca.
—¡Sid!—corrimos y nos abrazamos.
—¿Qué haces aquí Abba? Pensé que volvías a Manhattan.—
—Meh, dos años aburridos, decidí volver a Europa ¡ja! Y estuve un tiempo en Florencia, pero he vuelto, para quedarme en Liverpool. Me agrada sabes, es bastante tranquilo. ¿Ustedes? ¿Qué haces aquí?—
—Como verás, progresamos con la banda, vinimos a tocar al Cavern. Una locura. Los chicos tienen que verte.—la tomé del brazo y entramos al bar. Llamé a John y todos voltearon, incluyendo a Maggie. Los chicos más que contentos se acercaron a abrazar a Abba. Derek, Cath y Maggie estaban bastantes confundidos. —Derek, Maggie, Cath, ella es Abbadie, pero pueden decirle Abba. Una vieja amiga..—
—¿Sólo vieja amiga? ¡Sid por favor! Soy parte de la gran banda.—dijo riendo fuerte.—¿Y ustedes muñecas? ¿Qué hacen aquí?—
—So-somos amigas de la banda, nada mas.—dijo Cath.
—Tú no hablas mucho ¿verdad?—dijo Abba mas seria, mirando a Maggie.
—Sólo cuando es necesario.. ¿Cath? ¿Me acompañas al baño?—la rubia asintió y acompañó a Maggie.
—¿Y estas?—preguntó Abba luego de cruzar los brazos.
—Ya sabes, pijos, pero estos son buena gente. Menos Derek, que sigo pensando que es un capullo pero me caes bien Derek.—dijo sincero Steve, y reímos, incluso Derek.
La música estaba fuerte. Moderno y para mi aburrido. No era rock, pero aún así bailábamos. Abba decidió quedarse a pasar la noche y esto a Maggie no le agradó mucho.
Estábamos un poco pasados de alcohol cuando observé que Derek y Maggie estaban sentados en la barra, tomando y hablando. Los demás bailaban a lo loco. Cath y John estaban juntos y Abba con Paul, Glenn y Steve. Sólo me quedé mirando, se veía que Maggie no la estaba pasando bien hasta que se tomó un shot de quién sabe qué. Esto no iba a terminar bien.
No paraba de tomar, ni ella ni Cath. A este momento era el más tranquilo del grupo, pues todos se caían de alcohólicos, hasta Maggie. Pensé en llevarla al hotel y cuando iba a acercarme a ella, Abba me tomó del brazo.
—¿A dónde vas?—
—Iba a buscar a Maggie, ya sabes, para dejarla en el hotel.—sus manos fueron a mi remera.
—Te extrañaba mucho.. bastante para ser verdad.—reía.
—¿Sí? Digamos que yo también.—admití un poco tímido.
—¿Por qué no olvidamos todo y volvemos a ser esos capullitos?—tomó mi rostro y sí, definitivamente estaba besándome. No me molestaba en absoluto, o tal vez sí. ¡Maggie! Traté de mirarla y ella se encontraba viendo toda la escena. Enojada, tomó del brazo a Derek y ambos salieron del bar. Me separé de Abba y corrí a buscarla.
—Maggie Maggie Maggie, ¡ven aquí!—grité para que prestara atención.
—Eres una mierda Sid, ve a disfrutar, no tengo nada que hacer aquí.—
—¿Ustedes eran algo? Ups, no lo sabía.—dijo Abba, inocentemente.
—Pues sí, va no, o sí.—
—¡Deja de arruinarlo Sid! No te preocupes, tienes razón, no somos nada y no tengo por qué enojarme. Nos vemos mañana.—
—Derek, cuídala por favor.—
—¿De ti? Con gusto, nos vemos nena.. adiós Sid.—
—¿Ese chico quién es? Esta jodidamente bueno.—
—¡Abbadie!—
+++
The view of Maggie.
Pensé muchas veces en hablar con Sid, para aclarar las cosas. Pero me había dado cuenta de que estaba actuando como una tonta adolescente y a él no le interesaba el amor, ni yo. A eso de las 6 llegaron todos al hotel, yo no pude dormir cuando llegamos con Derek. Eran las 13:00 y los chicos ya estaban almorzando. ¿Abbadie? No sé, ni quería saberlo. Derek me había preguntado varias veces cómo estaba, se había preocupado bastante por mi y se lo agradecí.
—Sid.. ¿podemos hablar?—le pregunté mientras él se encontraba comiendo lo poco que quedaba del plato sin camiseta y un poco demacrado, ya saben, signos de resaca.
—Claro.—fuimos a una habitación.—¿Y bien? ¿Qué pasa Maggie?—
—Ayer.. yo me comporté mal, busque mis caprichos y sé que no sirve. Quería pedirte perdón, por confundir las cosas.—
—Maggie, no confundes nada. Yo hace años no veía a Abba y nuestra relación siempre había sido eso, poco amor. Ir y venir. Pero contigo es diferente, y no quiero arruinarlo, aunque sea propenso a eso.—
—¿Entonces?—
—No quiero perderte.—
—Bueno.. yo tampoco.—sonreí, y él me siguió. Locos y con ganas de sonreír, nada más.
Última edición por ceonella. el Vie 30 Dic 2016, 12:55 am, editado 1 vez
ceonella.
Re: love kills
- :lizzena::
- oh mai gash guah da jel noh wei (?)
Osea, Sid y Maggie estaban en lo mejor de lo mejor, casi en la cima, y llega kini mil cosa a querer arruinarlos Osea, no Osea, ¿qué? Osea, ¿por qué?ceonella. escribió:—Dichosa de acompañarlo...—esperando una respuesta del nombre.
—Scott, Scott Fish ¿y tú, bella dama? Bella e inteligente.—
—Ginebra Foster, orgullosa.—
Pero qué hijos de... ugh Scott y Ginebra son la encarnación del mal. No los soporto y juntos apestan (?)ceonella. escribió:—Te extrañaba mucho... bastante para ser verdad.—reía.
—¿Sí? Digamos que yo también.—admití un poco tímido.
—¿Por qué no olvidamos todo y volvemos a ser esos capullitos?—tomó mi rostro y sí, definitivamente estaba besándome. No me molestaba en absoluto, o tal vez sí. ¡Maggie! Traté de mirarla y ella se encontraba viendo toda la escena. Enojada, tomó del brazo a Derek y ambos salieron del bar. Me separé de Abba y corrí a buscarla.
Ese momento No sé, hasta a mí me dio ganas de darle un tiro a la tal Abba y un puñetazo a Sid por impulsivo Pero después... oh, después. Cuando quiso llamar la atención de Maggie, ay... se me rompió el korazomceonella. escribió:—¿Entonces?—
—No quiero perderte.—
—Bueno... yo tampoco.—sonreí, y él me siguió. Locos y con ganas de sonreír, nada más.
Justo.En.La.Fibra.Sensible (?) Y es que cuando pensé que a Sid las cosas no le podían salir peor, sentí el amor (???)
Qué decirte, Camille, me encantó :lizzena: Ya quiero leer el siguiente capítulo Actualiza pronto, plz ; saludos .
Invitado
Invitado
Re: love kills
juro amar tus comentaros en serio ya la actualizo bby. muchas gracias de verdad por todas tus palabras hermosas, lov u.omega. escribió:
- :lizzena:
oh mai gash guah da jel noh wei (?)
Osea, Sid y Maggie estaban en lo mejor de lo mejor, casi en la cima, y llega kini mil cosa a querer arruinarlos Osea, no Osea, ¿qué? Osea, ¿por qué?ceonella. escribió:—Dichosa de acompañarlo...—esperando una respuesta del nombre.
—Scott, Scott Fish ¿y tú, bella dama? Bella e inteligente.—
—Ginebra Foster, orgullosa.—
Pero qué hijos de... ugh Scott y Ginebra son la encarnación del mal. No los soporto y juntos apestan (?)ceonella. escribió:—Te extrañaba mucho... bastante para ser verdad.—reía.
—¿Sí? Digamos que yo también.—admití un poco tímido.
—¿Por qué no olvidamos todo y volvemos a ser esos capullitos?—tomó mi rostro y sí, definitivamente estaba besándome. No me molestaba en absoluto, o tal vez sí. ¡Maggie! Traté de mirarla y ella se encontraba viendo toda la escena. Enojada, tomó del brazo a Derek y ambos salieron del bar. Me separé de Abba y corrí a buscarla.
Ese momento No sé, hasta a mí me dio ganas de darle un tiro a la tal Abba y un puñetazo a Sid por impulsivo Pero después... oh, después. Cuando quiso llamar la atención de Maggie, ay... se me rompió el korazomceonella. escribió:—¿Entonces?—
—No quiero perderte.—
—Bueno... yo tampoco.—sonreí, y él me siguió. Locos y con ganas de sonreír, nada más.
Justo.En.La.Fibra.Sensible (?) Y es que cuando pensé que a Sid las cosas no le podían salir peor, sentí el amor (???)
Qué decirte, Camille, me encantó :lizzena: Ya quiero leer el siguiente capítulo Actualiza pronto, plz ; saludos .
ceonella.
✿ CAPÍTULO 15 ✿
Capítulo 15.
Se acercaba la gran noche. La noche más esperada. Los chicos venían preparándose para situaciones así de grandes, que de por sí se dan sólo una vez en la vida, y no la iban a echar a perder. Juraría que los ojos de Sid brillaban de alegría, de emoción. Me llenaba el alma, me contagiaba paz, y esto era bastante raro ya que me contagiaba dicha sensación de tranquilidad mientras él se encontraba saltando y bebiendo cerveza sin ningún límite. Y me sacaba una sonrisa, de las más sinceras.
Lamentablemente, Abbadie tuvo que venir a la "previa" del concierto, que era, sí, en nuestro cuarto de hotel. Ella estaba contenta, reía y bebía sin parar. Era uno más de ellos. Al igual que Cath, que corría por todos lados y bailaba de la mano de John. Pero ¿yo? ¿Soy merecedora de un lugar en este grupo? ¿Debo de estar aquí? ¿O concentrada en mis estudios? ¿Scott tenía razón? ¿Quién soy realmente?
Los chicos acomodaron todo lo necesario en una Minivan para luego Steve posar sus manos en el volante y subirnos todos. Me senté —gracias a dios— al lado de la ventana, no me vendría mal volver a centrarme en mis pensamientos, o tal vez sí.
Corrían las ganas de irme por las venas. Si antes sentí la más pura adrenalina en mi cuerpo, ahora me sentía atrapada. En un lugar equivocado. Donde los vestidos por debajo de las rodillas no se usan y el cabello debe estar despeinado sin razón alguna. ¿Quién soy? ¿Maggie Leonards la joven dichosa de estudiar psicología? ¿O Maggie Leonards, la jovencita metida en la boca del lobo? Metida y enlazada a Sid Prescott.
El bar estaba lleno, juraría que no entraba ni un alfiler más. La gente no pedía permiso, sólo empujaban. Animales en una jaula.
Nadie notaba mis ganas de correr lejos y volver a Londres, y prefería que siguiera así. Las ganas de comerse al mundo con una sonrisa causaban la piel de gallina en mis amigos, y claro, en Abbadie, que no la consideraba amiga ni de casualidad. Porque algo era seguro, ella vino a quedarse.
Decidí salir un rato afuera, no, no me convenía, no después de lo que había pasado con Derek y el señor que decía conocernos pero aún así, salí. Me abracé y tome coraje de mis brazos, que me rodeaban y prometían ser mi única protección. Suspiré, pensé y lo decidí. Irme. No arruinarles la noche de en sueño.
—¿Maggie? ¿Qué haces aquí afuera? Ya estamos por tocar.—salió Sid, vaya, qué haría ahora.
—Nada.. yo, salí a tomar aire. Pensar un rato, refrescar mi memoria.—
—Refrescas mucho tu memoria ¿sabes? Deja de pensar en tantas cosas por un momento, eso te haría mejor.—
—Sí supongo, sólo que se me hace imposible no pensar en todo y en todos.—
—Ven, vamos adentro, ya comienza el "show", no dejaría que te lo pierdas.—dijo riendo al hacer comillas con sus dedos. Asentí insegura y me adentré junto a Sid.
Habían más invitados a la noche de Cavern Club. Algunos con su propio estilo. Otros representando a bandas muy conocidas y luego venían los Topper of Street. No estaba preparada, o tal vez sí y sólo estaba haciendo mucho drama en mi cabeza, pero el drama era normal en mi vida. Así era yo, dramatizar todo.
—No sabía que tú y Sid eran algo.—se asomó Abbadie a mi lado, para hablarme bajo y cerca de mi oído, ya comenzaría la música de los chicos.
—Te equivocas, no somos nada.—respondí tranquila a la chica —que parecía una maldita modelo, perfecta—
—Pero admite que te gusta.—me sonrió amablemente. Podría llevarme bien, parecía buena chica. Reí ante su sinceridad pero no, no admitiría eso.—Sabes, conocí a los chicos desde hace mucho. Comencé a llevarme con John, él fue al que conocí primero, en un bar, alcoholizados, lo típico. Luego Steve, Glenn y Paul, y último, Sid. Sabía que era especial, su manera de pensar, de decidir. Sus expresiones, sus ganas de vivir. Él era único, es único. Diferente a los demás. ¿No lo crees?—
—Pues sí, estoy de acuerdo contigo.—
—Sid es así, amante de la adrenalina, de lo peligroso, lo nuevo. No busca nada delicado, nada sensible, porque él no es así, no podría verlo ni dos segundo contigo. Sid es curioso, demasiado, pero siempre vuelve a casa, a lo que estuvo todo el tiempo. A quienes estuvieron todo el tiempo. Nunca se olvidó de mi ¿puedes creerlo? Enviaba cartas. Sí, bastante raro de un chico que apenas sabe escribir, pero lo hacía. Dejo de hacerlo hace 6 meses. Pensé que me había olvidado, que había conocido a alguien más, y no me equivoqué. Eras tú. Pero no creas que me sentí mal al verte ayer, conocerte, y saber que era la razón por la que Sid dejo de pensar en mi. No, para nada. De todas formas podría admitir que tampoco estaba tan pendiente de lo que hacían estos chicos, trate de reconstruir mi vida en otro sitio ¿sabes? Pero bueno, he vuelto.—miramos al escenario y los chicos ya estaban por cantar y luego ella, me miro fijamente.
—Yo creo que debería irme.—
—¡No! Quédate a ver a Sid, conmigo.—tomó fuerte mi brazo pero me solté de su agarre apenas sus dedos tocaron mi piel. La música sonaba fuerte, John lo hacía increíble y hoy tocaban uno de los estilos que más me gustaban de ellos, un indie rock que me volvía loca, y que tal vez, no volvería a escuchar más. Sid observaba todo, confundido. Veía como me alejaba entre la gente, atentamente.
Antes de irme Derek notó mi estado, se encontraba con Cath, que observa con una mirada dulce a John. Ojos de amor.
—¡Maggie! ¿A dónde vas? ¿No veras a la banda?—
—Derek yo me largo.—y así, las lágrimas corrieron.
—Maggie no voy a dejar que te vayas sola, no hoy.—
—¡Disfruta del jodido concierto sin mi! ¡Nos vemos en Londres!—grité exasperada y por fin me fui. Derek no corrió por mi, y lo agradecí. No merecía que alguien como él se preocupara tanto por mi.
Corrí afuera, no sabía ni que lado tomar, derecha o izquierda. La desesperación me mareaba, el cabello sobre la cara y las manos sudadas. Lágrimas cayendo y decorando la escena. Sí, un completo desastre. Y uno muy peligroso.
Un tipo se acerco y trato de tomarme el brazo pero iba tan borracho que de un simple empujón —y de los míos que carecen de fuerza— cayó al suelo. Escuché como la primera canción terminaba, los aplausos y gritos eran increíbles. Contenta por dentro del gran éxito. Luego pude escuchar como John hablaba con la audiencia, decía chistes, groserías y alguna que otra estupidez, y a la gente le gustaba. De pronto se escucha un portazo, doy vuelta mi cuerpo entero y veo a Sid, agitado, con el cabello alborotado y el rostro rojo. Se acercó a zancadas. Sí, se lo veía furioso.
—¿Por qué te fuiste Maggie? ¿Qué mierda te dijo Abbadie?—
—¡A ti desde cuándo te importa!—
—¡Desde siempre Maggie! ¡Todo lo que tenga que ver contigo me importa! ¡¿No puedes estar un día sin discutir?!—
—Parece que no..—
—Maggie joder, ¿qué hice mal ahora? Sé que soy torpe, engreído, violento y no, no sé escribir bien, pero sé amar, y eso es más que suficiente ¿no?—el amor siempre es más que suficiente Sid.
—No te estoy pidiendo que seas más de lo que eres, porque sabes que jamás lo haría, a mi me gustas así como eres, pero no, no es eso. No puedo estar aquí.—
—¿Por qué lloras? Maggie, quiero que me veas en un escenario diferente al de siempre. ¡Maggie! ¡Estoy triunfando! No puedo sin ti.—
—Sólo ve y da el maldito concierto. Me iré a casa.—
—No puedes dejarme solo.—
—Sólo hazlo.—
Corrí mientras Sid miraba desde lejos, para luego volver al concierto, justo en el momento en que John lo llamaba. La gente aplaudía, Sid sonreía, pero no como él lo hace, no sinceramente. Sí, un drama total. Nos estábamos conociendo, pero teníamos tanto amor para darnos, que darlo todo en un sólo segundo ya se convertía en un problema. Nosotros dos juntos, eramos un problema.
Me considero una joven muy miedosa, por eso al sonido más bajo que escuchaba, la piel se me erizaba y mis manos se encargaban de tener el número de la policía cerca. Ahora escuchaba pasos, y sí, no eran más que jodidos pasos. Cada vez los sentía en mi espalda. Esto se había vuelto en una película de terror, y no, no me agradaba.
—¿Por qué tan sola Maggie?—dijo una voz, que reconocí, sin duda alguna.
—¿Scott?—me di vuelta y sí, definitivamente era él. Corrí a abrazarlo, no lo soltaría.—¿Qué haces aquí? ¡Me asustaste!—
—Casualidades de la vida ¿no crees? Vente al hotel donde me estoy quedando, conmigo, no quiero dejarte sola, muchos peligros.—
—Va.. vale, sólo déjame avisarle a Cath y a Derek que me encuentro bien ¿si?—
—Vamos a descansar y luego me cuentas todo lo que te ha pasado, porque cariño, no te ves bien.—río suave y yo sólo me limite a sonreí sin mostrar los dientes. No, no sabía que estaba haciendo al aceptar la invitación deScott, pero me sentía dolida, o olvidada. Sí, eso, porque no hay nada peor que el olvido.
Lamentablemente, Abbadie tuvo que venir a la "previa" del concierto, que era, sí, en nuestro cuarto de hotel. Ella estaba contenta, reía y bebía sin parar. Era uno más de ellos. Al igual que Cath, que corría por todos lados y bailaba de la mano de John. Pero ¿yo? ¿Soy merecedora de un lugar en este grupo? ¿Debo de estar aquí? ¿O concentrada en mis estudios? ¿Scott tenía razón? ¿Quién soy realmente?
Los chicos acomodaron todo lo necesario en una Minivan para luego Steve posar sus manos en el volante y subirnos todos. Me senté —gracias a dios— al lado de la ventana, no me vendría mal volver a centrarme en mis pensamientos, o tal vez sí.
Corrían las ganas de irme por las venas. Si antes sentí la más pura adrenalina en mi cuerpo, ahora me sentía atrapada. En un lugar equivocado. Donde los vestidos por debajo de las rodillas no se usan y el cabello debe estar despeinado sin razón alguna. ¿Quién soy? ¿Maggie Leonards la joven dichosa de estudiar psicología? ¿O Maggie Leonards, la jovencita metida en la boca del lobo? Metida y enlazada a Sid Prescott.
El bar estaba lleno, juraría que no entraba ni un alfiler más. La gente no pedía permiso, sólo empujaban. Animales en una jaula.
Nadie notaba mis ganas de correr lejos y volver a Londres, y prefería que siguiera así. Las ganas de comerse al mundo con una sonrisa causaban la piel de gallina en mis amigos, y claro, en Abbadie, que no la consideraba amiga ni de casualidad. Porque algo era seguro, ella vino a quedarse.
Decidí salir un rato afuera, no, no me convenía, no después de lo que había pasado con Derek y el señor que decía conocernos pero aún así, salí. Me abracé y tome coraje de mis brazos, que me rodeaban y prometían ser mi única protección. Suspiré, pensé y lo decidí. Irme. No arruinarles la noche de en sueño.
—¿Maggie? ¿Qué haces aquí afuera? Ya estamos por tocar.—salió Sid, vaya, qué haría ahora.
—Nada.. yo, salí a tomar aire. Pensar un rato, refrescar mi memoria.—
—Refrescas mucho tu memoria ¿sabes? Deja de pensar en tantas cosas por un momento, eso te haría mejor.—
—Sí supongo, sólo que se me hace imposible no pensar en todo y en todos.—
—Ven, vamos adentro, ya comienza el "show", no dejaría que te lo pierdas.—dijo riendo al hacer comillas con sus dedos. Asentí insegura y me adentré junto a Sid.
+++
Habían más invitados a la noche de Cavern Club. Algunos con su propio estilo. Otros representando a bandas muy conocidas y luego venían los Topper of Street. No estaba preparada, o tal vez sí y sólo estaba haciendo mucho drama en mi cabeza, pero el drama era normal en mi vida. Así era yo, dramatizar todo.
—No sabía que tú y Sid eran algo.—se asomó Abbadie a mi lado, para hablarme bajo y cerca de mi oído, ya comenzaría la música de los chicos.
—Te equivocas, no somos nada.—respondí tranquila a la chica —que parecía una maldita modelo, perfecta—
—Pero admite que te gusta.—me sonrió amablemente. Podría llevarme bien, parecía buena chica. Reí ante su sinceridad pero no, no admitiría eso.—Sabes, conocí a los chicos desde hace mucho. Comencé a llevarme con John, él fue al que conocí primero, en un bar, alcoholizados, lo típico. Luego Steve, Glenn y Paul, y último, Sid. Sabía que era especial, su manera de pensar, de decidir. Sus expresiones, sus ganas de vivir. Él era único, es único. Diferente a los demás. ¿No lo crees?—
—Pues sí, estoy de acuerdo contigo.—
—Sid es así, amante de la adrenalina, de lo peligroso, lo nuevo. No busca nada delicado, nada sensible, porque él no es así, no podría verlo ni dos segundo contigo. Sid es curioso, demasiado, pero siempre vuelve a casa, a lo que estuvo todo el tiempo. A quienes estuvieron todo el tiempo. Nunca se olvidó de mi ¿puedes creerlo? Enviaba cartas. Sí, bastante raro de un chico que apenas sabe escribir, pero lo hacía. Dejo de hacerlo hace 6 meses. Pensé que me había olvidado, que había conocido a alguien más, y no me equivoqué. Eras tú. Pero no creas que me sentí mal al verte ayer, conocerte, y saber que era la razón por la que Sid dejo de pensar en mi. No, para nada. De todas formas podría admitir que tampoco estaba tan pendiente de lo que hacían estos chicos, trate de reconstruir mi vida en otro sitio ¿sabes? Pero bueno, he vuelto.—miramos al escenario y los chicos ya estaban por cantar y luego ella, me miro fijamente.
—Yo creo que debería irme.—
—¡No! Quédate a ver a Sid, conmigo.—tomó fuerte mi brazo pero me solté de su agarre apenas sus dedos tocaron mi piel. La música sonaba fuerte, John lo hacía increíble y hoy tocaban uno de los estilos que más me gustaban de ellos, un indie rock que me volvía loca, y que tal vez, no volvería a escuchar más. Sid observaba todo, confundido. Veía como me alejaba entre la gente, atentamente.
Antes de irme Derek notó mi estado, se encontraba con Cath, que observa con una mirada dulce a John. Ojos de amor.
—¡Maggie! ¿A dónde vas? ¿No veras a la banda?—
—Derek yo me largo.—y así, las lágrimas corrieron.
—Maggie no voy a dejar que te vayas sola, no hoy.—
—¡Disfruta del jodido concierto sin mi! ¡Nos vemos en Londres!—grité exasperada y por fin me fui. Derek no corrió por mi, y lo agradecí. No merecía que alguien como él se preocupara tanto por mi.
Corrí afuera, no sabía ni que lado tomar, derecha o izquierda. La desesperación me mareaba, el cabello sobre la cara y las manos sudadas. Lágrimas cayendo y decorando la escena. Sí, un completo desastre. Y uno muy peligroso.
Un tipo se acerco y trato de tomarme el brazo pero iba tan borracho que de un simple empujón —y de los míos que carecen de fuerza— cayó al suelo. Escuché como la primera canción terminaba, los aplausos y gritos eran increíbles. Contenta por dentro del gran éxito. Luego pude escuchar como John hablaba con la audiencia, decía chistes, groserías y alguna que otra estupidez, y a la gente le gustaba. De pronto se escucha un portazo, doy vuelta mi cuerpo entero y veo a Sid, agitado, con el cabello alborotado y el rostro rojo. Se acercó a zancadas. Sí, se lo veía furioso.
—¿Por qué te fuiste Maggie? ¿Qué mierda te dijo Abbadie?—
—¡A ti desde cuándo te importa!—
—¡Desde siempre Maggie! ¡Todo lo que tenga que ver contigo me importa! ¡¿No puedes estar un día sin discutir?!—
—Parece que no..—
—Maggie joder, ¿qué hice mal ahora? Sé que soy torpe, engreído, violento y no, no sé escribir bien, pero sé amar, y eso es más que suficiente ¿no?—el amor siempre es más que suficiente Sid.
—No te estoy pidiendo que seas más de lo que eres, porque sabes que jamás lo haría, a mi me gustas así como eres, pero no, no es eso. No puedo estar aquí.—
—¿Por qué lloras? Maggie, quiero que me veas en un escenario diferente al de siempre. ¡Maggie! ¡Estoy triunfando! No puedo sin ti.—
—Sólo ve y da el maldito concierto. Me iré a casa.—
—No puedes dejarme solo.—
—Sólo hazlo.—
Corrí mientras Sid miraba desde lejos, para luego volver al concierto, justo en el momento en que John lo llamaba. La gente aplaudía, Sid sonreía, pero no como él lo hace, no sinceramente. Sí, un drama total. Nos estábamos conociendo, pero teníamos tanto amor para darnos, que darlo todo en un sólo segundo ya se convertía en un problema. Nosotros dos juntos, eramos un problema.
The view of Sid.
Le dije al oído a John si podía cantar una de las canciones que más habíamos practicado, él asintió y la gente aplaudía con euforia. Una locura y dentro de esta misma que envolvía mi cuerpo, faltaba Maggie. Y sí, cogí cariño rápido, pero qué más podía hacer, una simple mirada me volvía loco. Me revolvía las pocas ideas que tenía en mi cabeza. Simplemente me volaba los pies del suelo, y no, aún así no era su culpa, porque una belleza tan sensible, no merece sentirse culpable.The view of Maggie.
Me encontraba caminando sola por quién sabe dónde. Recibí mensajes de Derek, preguntándome si estaba aunque sea viva, a lo que respondí que sí. 4:00 am, y no sabía en dónde me encontraba. Es toda tu culpa Maggie, no deberías quejarte. Sólo trata de pensar en dónde podría estar el hotel, o aunque sea el nombre, Liverpool no debe ser tan grande, o tal vez sí. Me considero una joven muy miedosa, por eso al sonido más bajo que escuchaba, la piel se me erizaba y mis manos se encargaban de tener el número de la policía cerca. Ahora escuchaba pasos, y sí, no eran más que jodidos pasos. Cada vez los sentía en mi espalda. Esto se había vuelto en una película de terror, y no, no me agradaba.
—¿Por qué tan sola Maggie?—dijo una voz, que reconocí, sin duda alguna.
—¿Scott?—me di vuelta y sí, definitivamente era él. Corrí a abrazarlo, no lo soltaría.—¿Qué haces aquí? ¡Me asustaste!—
—Casualidades de la vida ¿no crees? Vente al hotel donde me estoy quedando, conmigo, no quiero dejarte sola, muchos peligros.—
—Va.. vale, sólo déjame avisarle a Cath y a Derek que me encuentro bien ¿si?—
—Vamos a descansar y luego me cuentas todo lo que te ha pasado, porque cariño, no te ves bien.—río suave y yo sólo me limite a sonreí sin mostrar los dientes. No, no sabía que estaba haciendo al aceptar la invitación deScott, pero me sentía dolida, o olvidada. Sí, eso, porque no hay nada peor que el olvido.
Última edición por ceonella. el Vie 30 Dic 2016, 12:58 am, editado 1 vez
ceonella.
Re: love kills
- :lizzena:
- ke raioz pazó? Osea:
Era demasiado bueno para durar, debí suponerlo (?)ceonella. escribió:Juraría que los ojos de Sid brillaban de alegría, de emoción.
Abbadie significa peligro Segunda oportunidadceonella. escribió:Lamentablemente, Abbadie tuvo que venir a la "previa" del concierto, que era, sí, en nuestro cuarto de hotel.fallidapara anticipar la que se venía más adelante
La inseguridad, we, pero yo quería seguir creyendo que todo iba re bienceonella. escribió:Pero ¿yo? ¿Soy merecedora de un lugar en este grupo? ¿Debo de estar aquí? ¿O concentrada en mis estudios? ¿Scott tenía razón? ¿Quién soy realmente?
Si el sabiondo de Sid lo dice, no pensás, lo hacés y punto (???) Y, hasta ese momento, yo seguía con mi fakin escepticismo, je (?)ceonella. escribió:—Nada.. yo, salí a tomar aire. Pensar un rato, refrescar mi memoria.—
—Refrescas mucho tu memoria ¿sabes? Deja de pensar en tantas cosas por un momento, eso te haría mejor.—
#AbbadieSucksceonella. escribió:Las ganas de comerse al mundo con una sonrisa causaban la piel de gallina en mis amigos, y claro, en Abbadie, que no la consideraba amiga ni de casualidad.
¿Y si considerás la idea de matarla por accidente? Ya sabés, algo como:ceonella. escribió:—[...] Pensé que me había olvidado, que había conocido a alguien más, y no me equivoqué. Eras tú. Pero no creas que me sentí mal al verte ayer, conocerte, y saber que era la razón por la que Sid dejo de pensar en mi. No, para nada. De todas formas podría admitir que tampoco estaba tan pendiente de lo que hacían estos chicos, trate de reconstruir mi vida en otro sitio ¿sabes? Pero bueno, he vuelto.—miramos al escenario y los chicos ya estaban por cantar y luego ella, me miro fijamente.
—Yo creo que debería irme.—
—¡No! Quédate a ver a Sid, conmigo.—tomó fuerte mi brazo pero me solté de su agarre apenas sus dedos tocaron mi piel. La música sonaba fuerte, John lo hacía increíble y hoy tocaban uno de los estilos que más me gustaban de ellos, un indie rock que me volvía loca, y que tal vez, no volvería a escuchar más. Sid observaba todo, confundido. Veía como me alejaba entre la gente, atentamente.Y mientras Abbadie corría, se tropezó con una mariquita. Fin.
Porque estaría más que excelente y podría fingir estar sorprendida ¿No? No. Ok, no (?)
Te me caíste, Maggie, te me caíste Lloré cloro porque me duele el dolor de bebé Sid (?)ceonella. escribió:—¿Por qué lloras? Maggie, quiero que me veas en un escenario diferente al de siempre. ¡Maggie! ¡Estoy triunfando! No puedo sin ti.—
—Sólo ve y da el maldito concierto. Me iré a casa.—
—No puedes dejarme solo.—
—Sólo hazlo.—
Contarte un pepino, fakin Scott Ugh, no, shu :skip:ceonella. escribió:—Va.. vale, sólo déjame avisarle a Cath y a Derek que me encuentro bien ¿si?—
—Vamos a descansar y luego me cuentas todo lo que te ha pasado, porque cariño, no te ves bien.
Necesito más Y ahora, plz (?????)
Invitado
Invitado
✿ CAPÍTULO 16 ✿
Capítulo 16.
Y bien, ¿esto querías Maggie? Encontrarte en la habitación de un hotel junto a un joven al cual consideras “educado” pero ni si quieras sabes la razón por la que está aquí, en Liverpool. Bien hecho, gran jugada. A veces juraba odiarme.
¿Cómo le habrá ido a Sid?
¿Ahora te importa Maggie?
Claro que sí.. ¿o no?
Tenía que volver a Londres, pero antes, recuperar mis cosas, lo que significa volver al hotel y cruzarme a Sid. Tomé mi celular y vi más de 15 mensajes de Derek, Cath, Paul y Sid. Me estaban buscando.
Y cómo no si te vas del maldito concierto Maggie Leonards.
Dios.. ya me estaba volviendo loca.
—Scott.. Scott.. ¿estás despierto?—toque el hombro de mi, ¿amigo? Traté varias veces. Necesitaba saber qué hacía él aquí, y si sabía de mi viaje con la banda. Necesitaba saberlo lo mas antes posible.
Volví a intentar levantarlo posando mis manos en su piel desnuda —pues no llevaba la camiseta puesta— Sí, Scott era lindo, atractivo, pero no me cautivaba, no me llamaba la atención. Me vi interrumpida por la entrada de dos personas a la habitación. Oh vaya ahora encaja todo.
—¡Scott! ¡Pijo holgazán! ¡Levántate! Oh.. no fue tan difícil traer a la ratita curiosa.—dijo nada más ni nada menos que, Gin y junto a ella Lydia. Ahora entendía todo.
—¿Qué hacen aquí?—pregunté mientras a mi lado, Scott se despertaba y observaba somnoliento la situación, para luego caer y entrar en pánico. Mentiroso.
—Bueno.. sabemos bien el por qué estás aquí ¿no? A Sid no le gustaría saberlo.—dijo Gin riendo.
—Joder… Maggie… tiene explicación.—
—Primero, Ginebra, Scott y yo no estuvimos, sólo dormí aquí porque no tenía dónde ¿vale? Y segundo porque gracias a Dios no hay tercero, ¿qué haces en Liverpool con ellas Scott? ¿Viniste a espiarme?—
—No Maggie, vine a buscarte. Debes volver a Londres. Si tu madre se entera, la pasaras mal y lo sabes.—
—Ese es el tema, ella nunca lo sabrá.—
—No estés tan segura linda.—Scott se levantó y se asomó a Gin y Lydia, que miraban fijamente. Tenía miedo, y mucho.
Corrí, me alejé de ellos. Me pone en duda por qué no corrieron detrás de mí, algo planeaban. Saben mucho, incluso siento que deben saber en donde se encuentra la banda. Llamé a Derek pero no respondía y luego contacté a Cath, que respondió rompiéndome el tímpano. Estaba preocupada, y le agradecí que fuese tan buena conmigo. Me dio la dirección del hotel y ahí sería mi próximo destino, ver a Sid.
Estaba preocupado, confundido también. No entendía por qué ella se fue así, lagrimeando. Abbadie no me dijo nada al respecto y volvería a preguntarle si no fuese porque se encontraba liándose con Derek, y no, no me sorprendía en lo absoluto. Conociéndola y sabiendo como es él con las mujeres.
Decidí levantarme a ver la luz del maldito día sin Maggie. Cigarrillo en la mano, cerveza en la otra. La noche había sido un caos terrible, pero un poco bueno a la vez. La pasamos bien de todas formas. Paul se encontraba en el suelo, durmiendo pues no le atino a la cama. Glenn descansando su mente filósofa en un sillón y Steve, bueno, sobre Paul. Johnny estaba junto a Cath, mirando la pequeña tv que tenía el cuarto de hotel. Ella descansaba como un ángel, sus ojos eran el mismo cielo. Cerrados y tranquilos. Me recordaba a Maggie, tanta pureza. John estaba despierto y noto mi presencia.
—¿Hace cuánto amaneciste?—pregunto relajado para luego levantarse en busca de una cerveza en la heladera.
—Hace unos 15 minutos tal vez.—
—¿Piensas en ella verdad?—
—Lo hago todo el tiempo, ¿no?—
—Yo creo que si ella te dejó en claro que se iba, pues así es, debe estar en Londres.—
—Imposible.—
—Sólo piensa que ella está bien, podría ser que...—
—¡No! ¡La quiero aquí conmigo joder! ¡¿Tan difícil es entenderlo?!—
—Ella está en camino, no se fue a Londres.—dijo Cath, quien había despertado debido a mis gritos. Y me dio la mejor noticia del mundo.
—Me preocupaste, y mucho, a todos.—dijo, por primera vez, serio.
—Lo sé, soy una idiota, no.. no pensé en lo que hacía.—
—¿Dónde estuviste Maggie?—preguntó John y cuando iba a responder, me interrumpieron. Y vaya quién me interrumpió.
—Quién sabe, ¿no te quedaste en un hotel con un tal Scott?—dijo Abbadie, detrás de ella Derek. Pero Derek me miraba, no enojado, sino confundido.
—¡¿Derek?! ¿Qué haces con ella?—dije.
—No Maggie, responde. ¿Estuviste con Scott?—preguntó Sid.
—Sid yo..—
—Responde Maggie.—retó Abbadie.
—¡Dejala en paz maldita zorra!—gritó Cath apunto de tirarse encima de Abbadie pero John la sostuvo.
—Anda Maggie, dile al pobre de Sid con quién pasaste la noche.—
—¿Sabes qué Abbadie? Sí, pase la noche con Scott, pero él sólo me dio un techo y una cama, nada más. No como tú que puedes estar con la persona que te da la mano en un segundo.—
—¿En serio Maggie?—dijo Sid, apenado.
—Escucha Sid, no estuve con él, recuerda que es sólo mi amigo.—Me miro por unos segundos, pero luego se fue. Salió del hotel, y ni siquiera sabía a dónde se dirigía, pero tenía todo el derecho de estar enfadado, quizás. Comencé a soltar lágrimas, porque ya no sabía qué más hacer para no arruinarlo todo otra vez.
—Ves lo que causas.—dijo Abbadie, siguiendo a Sid.
Y sí, soy un desastre.
—¿Vas a volver al hotel? John me dijo que mañana se van.—
—Está bien, tendré que volver, pero no quiero.—
—Quédate aquí Sid, conmigo, podrás tener tal vez tu propia carrera, ¿lo imaginas? Saldríamos a todos lados, iríamos a Nueva York, como tanto lo deseábamos. Sid y Nancy, Sid y Abbadie.—tomó mi brazo y su sonrisa se agrandó. Estaba un poco loca.
—No.. no lo sé. Tengo una banda.. ¡tengo una banda Abbadie! Ven con nosotros Abba, será como antes. Con Maggie y Cath también.—ahora yo enloquecí.
—¿Con Maggie? ¿Luego de lo que te hizo? ¿Estas loco?—
—Sí, y me encanta. ¡Anda vamos al hotel!—corrí tambaleando mis piernas. Sí, tenía estos cambios de sensaciones cada tanto, me estaba volviendo loco, y no me importaba en lo absoluto.
Entré al hotel de un portazo. Todos se fijaron en la puerta. Cath gritó del susto, a su lado John y Maggie. Derek junto a Glenn, ambos con los cabellos para cualquier lado y las ojeras ocupando sus rostros. Paul y Steve me miraban con ganas de asesinarme, los había levantado.
—¡Hoy saldremos a festejar la noche!—grité y me metí al cuarto.
—¿Enloqueció?—
—Sí John.—respondió Abba.
—Pensando otra vez eh.—se acercó Derek a mi lado, con una cerveza en su mano y un cigarrillo en la otra. Se tomaron en serio lo de la previa.
—Siempre Derek.—le sonreí.
—No estuvimos mucho en todo el viaje sabes.—
—Lo sé, pero el drama terminó, disfrutemos esta última noche.—
—¿Estas segura?—hizo una mueca. Oh no.
—Derek... ¿qué pasó?—
—¿Recuerdas el tipo de la noche de Disco? Averigüe su nombre.—
—¡¿Qué?! ¿En serio?—
—No sólo eso, está aquí, en Liverpool.—
—Esto es un chiste ¿no Derek?—
—No exactamente.—
—Dios, será una noche peligrosa y lo sabes.—
—No tanto, él no sabe que ambos nos encontramos aquí. Aún no sé el motivo de por qué nos busca tanto, por qué sabe tanto, pero lo averiguaré.—
—Y bien.. ¿cómo se llama?—
—Vincent Denis. Dicen que es el típico mafioso que se la pasa fumando grandes cantidades de tabaco, cliché, pero de todas formas es una molestia.—
—Yo creo que deberías dejar ese tema atrás, no nos pasó nada, estamos bien, fin.—
—¿Y si nos pasa algo? No voy a ponerte en peligro Maggie.—
—Sólo olvídalo, y más en esta última noche. Basta de dramas.—le di un beso en la mejilla y me acerqué a la mesa llena de botellas con líquidos sospechosos, mientras Derek se quedaba pensando, solo, preocupado.
La noche cada vez se veía iluminada por las luces que regalaban los edificios, sólo esa luz artificial, y claro, la de las estrellas. Salimos todos como pudimos del hotel para dirigirnos a una discoteca, más moderna. Música nueva, gente nueva, todo nuevo en esta última noche en el gran Liverpool.
Sid venía a mi lado, mareado, gritando y cantando, pero venía junto a mi. Abbadie observaba desde el otro lado. Nunca entendí cómo supo lo de Scott, pero esperaba que no fuese un gran problema hoy. Estábamos todos tranquilos y no quería que nada alterara esto. Pero era casi imposible.
Vaya sorpresa la que llevamos al entrar la maldita discoteca.
—¡Hey Scott!—gritó Derek al tipo que se encontraba en la barra junto a dos chicas. Gin y Lydia.
—Así que andas de guardería eh.—dijo John.
—¡Ginebra!—gritó Abbadie y corrió a abrazarla. Oh ahora entendía todo.
—Si quieres nos vamos..—susurro Cath a mi lado a lo que negué, nadie arruinaría esto.
—Dime qué pretendes con tener a Maggie en tu habitación de hotel.—habló Sid.
—¿Ser un buen amigo quizás? Una persona normal, buena, no como tú claro está.—
—Sé que algo le hiciste a Maggie, la obligaste, algo, habla maldito idiota.—
—Sid para.—dije.
—Anda Maggie, diles que tú solita entraste a mi habitación, que dormiste en la misma cama que yo sin ningún problema. No te arrastre a este problema, tú misma te metes en el. La mejor amiga del drama ¿o no?—
—Quiero aclararte algo ¿vale? Vas a dejar de ser una molestia en el culo para nosotros y nos dejarás pasar bien la noche ¿queda claro?—amenazó Sid muy cerca de Scott, frente contra frente, fruncida.
Nos alejamos de ellos. Abbadie vino con nosotros luego de estar platicando junto a Gin y Lydia. No me sorprendía. Era de esperarse. Víbora con víbora.
La noche avanzaba bien, música, tragos, amigos. Gran noche. Sid se la estaba pasando bien pero noté como vigilaba a Scott, que se encontraba en la otra punta del lugar.
—Deberías dejar de preocuparte por él ¿si?—tomé su hombro mientras bailábamos.
—No quiero que estés en peligro Maggie.—
—No lo estoy, no junto a ti.—
No me equivocaba en lo absoluto, no era una maldita alucinación, no era el alcohol o las drogas, era Vincent Denis parado en el patio interno del costoso bar. Estaba junto amigos, conocidos de él asumo, tampoco me importaba mucho pero ahora mismo Maggie se encontraba en un lugar inseguro, y era lo menos que quería para ella. ¿Acercarme y hablar con el tal Vincent? ¿Irnos de aquí? ¿Esconderme toda la puta noche? Joder sí, acercarme.
—¡Eh tú!—intenté parecer serio, peligroso, pero en por dentro me temblaba hasta la yugular. Sí.
—Oh miren a quién tenemos aquí, ¿qué haces en Liverpool muchachito?—posó su mano en mi nuca, "amistosamente".
—¿Podemos hablar en un lugar mas privado?—
—Claro joven.—reía junto a sus amigos, quienes prometieron esperarlo en el mismo lugar con mucho respeto, pues eso causaba Vincent en ellos, respeto.
Fuimos a la salida de la discoteca, seguía sosteniéndome fuerte del cuello. Maggie por suerte bailaba alegre junto a los chicos. La maldita canción causaba que el pequeño vestido de Maggie se convirtiera aún más pequeño y me estaba matando, para ser sinceros.
—Muy bien pijo, qué tienes para decirme antes de venirte conmigo, porque hombre, acabas de cavar tu tumba.—
—Joder sí sí, lo que digas. ¿Por qué tan amable ante la presencia de tus amigos? Anda, dime.—
—Sólo no saben quién soy realmente, ¿algún problema con eso? Creo que tú tienes bien claro quién soy y qué quiero.—
—No, no lo sé y tampoco me importa. Sólo quiero que sepas que deberías dejar de molestarnos, no tiene sentido. Eres un pobre hombre desastroso sin vida alguna. ¿Me equivoco?—terminé de decir dichas palabras cuando me golpeó directamente en mi mejilla a lo que respondí con un golpe en el abdomen. Comenzaba la pelea y no lograría ganarme, no hoy.
—Sid.. Sid.—toqué varias veces su hombro, debido a la música y el alcohol era difícil que me escuchara.—¡Sid!—
—Que... que.. ¡¿qué pasa Maggie?!—gritó riendo, oh joder el maldito alcohol.
—No encuentro a Derek por ninguna parte, estaba hace rato con nosotros y ahora no. Me preocupa.—
—Va.. vale, iremos a buscarlo ¿va?—y así fuimos.
Salimos de la discoteca y a simple vista no se veía nada, ningún rastro, hasta que escuchamos dos personas insultándose, y una de esas era Derek, reconocía su voz. En dónde se había metido.
—¡Derek!—grité al verlo totalmente golpeado, sobre el suelo, adolorido. Solo.
—¿Qué te pasó Derek?—preguntó Sid mientras trataba de levantarlo pero era tanto el dolor que sentía que el mínimo esfuerzo lo molestaba.
—Vincent Denis, nada más.—
—¿Te encontraste con él? ¡Derek! ¡¿Estas loco?!—
—Sólo peleamos, no me pasó nada, trato de llevarme, pero no se lo permití. No sé qué quiere de nosotros Maggie, es un puto grano en el culo.—
—¿De qué hablan?—dijo Sid.
—Nada, no es momento para explicarte, pero será mejor volver adentro y olvidarnos de todo esto. Derek, vuelve al hotel.—
—No Maggie, de verdad que estoy bien..—
—Sí y yo soy tonta, anda que estas pésimo. Te acompaño al hotel, se conducir la minivan.—
—No te dejaré sola Maggie.—
—Ve adentro Sid, prometo cuidarme y cuidar a Derek. Volveré y la pasaremos bien, tenemos tiempo, la noche aún no termina ¿vale?—asintió y ambos nos fuimos hacía la minivan, para tomar el camino al hotel.
Decidí acomodar algunas cosas antes de irme, mientras Derek se vestía más cómodo y tal vez aliviar un poco el dolor. Sí, también iba a curarlo, como en las típicas novelas y películas. Debía. Todo lastimado por ese tipo que venía molestándonos sin razón alguna.
¿Sentía algo más por Derek? Sí, lo apreciaba, mucho, pero, ¿había algo más? Brillaban mis ojos cuando veía su sonrisa al igual que la de Sid. Sí, varias veces. Y no, no comprendía qué me sucedía con él. ¿Estaba enamorada? ¿De Sid? ¿De Derek?
Enamorado es aquel demente que pierde la cabeza miles y miles de veces con sólo la mirada de dicha persona. Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto. Según John Lennon todo es más claro cuando estas enamorado. Pero te vuelves celoso, y no es lo más cómodo del mundo. Piensas ¿y si hay otra persona? Y te remueves los pensamientos sin estar atento a las consecuencias.
—¿Maggie?—
—Dime Derek.—
—Perdón por arruinar tu última noche sin dramas. No quería que te pasara algo.—
—Esta más que bien Derek, pero te lastimaron a ti. Quería impedir eso.—
—Pero ahora estoy bien ¿si?—
—No lo creo, te duele todo el maldito cuerpo.—reí suave.
—Podría estar mejor sabes.—
—¿Cómo?—
—Me miras así y ya me siento bien Maggie.—
—¡Derek!—
—¡Es la verdad!—
—¿Por qué me dices esto ahora?—
—Tal vez porque teniéndote aquí, junto a mi, siento más confianza. No puedes parar a un hombre loco por amor Maggie, es un rival fuerte.—
—¿Tengo que tener miedo?—
—No, para nada, pero seguiré cortando la distancia..—
—Esta.. esta bien. ¿Por qué yo?—
—Porque me vuelves loco Maggie, y ya te lo dije, no puedes parar a un hombre loco por amor.—
Sí, la respuesta era D, a todo. Maggie, Maggie y Maggie. Cada vez dentro de todas las justificaciones. No era culpa de nadie, ni de ella. Pero volvería locos a todos, incluso a ella misma. Locos de amor.
¿Cómo le habrá ido a Sid?
¿Ahora te importa Maggie?
Claro que sí.. ¿o no?
Tenía que volver a Londres, pero antes, recuperar mis cosas, lo que significa volver al hotel y cruzarme a Sid. Tomé mi celular y vi más de 15 mensajes de Derek, Cath, Paul y Sid. Me estaban buscando.
Y cómo no si te vas del maldito concierto Maggie Leonards.
Dios.. ya me estaba volviendo loca.
—Scott.. Scott.. ¿estás despierto?—toque el hombro de mi, ¿amigo? Traté varias veces. Necesitaba saber qué hacía él aquí, y si sabía de mi viaje con la banda. Necesitaba saberlo lo mas antes posible.
Volví a intentar levantarlo posando mis manos en su piel desnuda —pues no llevaba la camiseta puesta— Sí, Scott era lindo, atractivo, pero no me cautivaba, no me llamaba la atención. Me vi interrumpida por la entrada de dos personas a la habitación. Oh vaya ahora encaja todo.
—¡Scott! ¡Pijo holgazán! ¡Levántate! Oh.. no fue tan difícil traer a la ratita curiosa.—dijo nada más ni nada menos que, Gin y junto a ella Lydia. Ahora entendía todo.
—¿Qué hacen aquí?—pregunté mientras a mi lado, Scott se despertaba y observaba somnoliento la situación, para luego caer y entrar en pánico. Mentiroso.
—Bueno.. sabemos bien el por qué estás aquí ¿no? A Sid no le gustaría saberlo.—dijo Gin riendo.
—Joder… Maggie… tiene explicación.—
—Primero, Ginebra, Scott y yo no estuvimos, sólo dormí aquí porque no tenía dónde ¿vale? Y segundo porque gracias a Dios no hay tercero, ¿qué haces en Liverpool con ellas Scott? ¿Viniste a espiarme?—
—No Maggie, vine a buscarte. Debes volver a Londres. Si tu madre se entera, la pasaras mal y lo sabes.—
—Ese es el tema, ella nunca lo sabrá.—
—No estés tan segura linda.—Scott se levantó y se asomó a Gin y Lydia, que miraban fijamente. Tenía miedo, y mucho.
Corrí, me alejé de ellos. Me pone en duda por qué no corrieron detrás de mí, algo planeaban. Saben mucho, incluso siento que deben saber en donde se encuentra la banda. Llamé a Derek pero no respondía y luego contacté a Cath, que respondió rompiéndome el tímpano. Estaba preocupada, y le agradecí que fuese tan buena conmigo. Me dio la dirección del hotel y ahí sería mi próximo destino, ver a Sid.
The view of Sid.
No pude dormir en toda la noche. ¿Por qué? A: alcohol. B: la emoción por mi primer concierto en Londres. C: alguna droga, quién sabe cuál. D: Maggie.Estaba preocupado, confundido también. No entendía por qué ella se fue así, lagrimeando. Abbadie no me dijo nada al respecto y volvería a preguntarle si no fuese porque se encontraba liándose con Derek, y no, no me sorprendía en lo absoluto. Conociéndola y sabiendo como es él con las mujeres.
Decidí levantarme a ver la luz del maldito día sin Maggie. Cigarrillo en la mano, cerveza en la otra. La noche había sido un caos terrible, pero un poco bueno a la vez. La pasamos bien de todas formas. Paul se encontraba en el suelo, durmiendo pues no le atino a la cama. Glenn descansando su mente filósofa en un sillón y Steve, bueno, sobre Paul. Johnny estaba junto a Cath, mirando la pequeña tv que tenía el cuarto de hotel. Ella descansaba como un ángel, sus ojos eran el mismo cielo. Cerrados y tranquilos. Me recordaba a Maggie, tanta pureza. John estaba despierto y noto mi presencia.
—¿Hace cuánto amaneciste?—pregunto relajado para luego levantarse en busca de una cerveza en la heladera.
—Hace unos 15 minutos tal vez.—
—¿Piensas en ella verdad?—
—Lo hago todo el tiempo, ¿no?—
—Yo creo que si ella te dejó en claro que se iba, pues así es, debe estar en Londres.—
—Imposible.—
—Sólo piensa que ella está bien, podría ser que...—
—¡No! ¡La quiero aquí conmigo joder! ¡¿Tan difícil es entenderlo?!—
—Ella está en camino, no se fue a Londres.—dijo Cath, quien había despertado debido a mis gritos. Y me dio la mejor noticia del mundo.
The view of Maggie.
Toque varias veces la puerta de la habitación, hasta que alguien me atendió. Frente a mi se encontraba John, despeinado, con mas ojeras que cara, pero aliviado, ¿feliz? Me abrazó y sólo se rió, se puso a un lado para dejarme a entender que podía pasar, y eso hice. Mis ojos pararon a Cath, que me sonrió y corrió a abrazarme y a gritarme lo estúpida que era y lo mucho que la preocupé. Y por último, Sid se encontraba en la misma sala, me miraba, pero muy diferente que Cath y John, me miraba triste. Ahí comencé a preocuparme, a sentirme una basura por haberlo dejado en su primera gran noche. Y cuando pensé que se iría enojado a su pieza para beber litros de cerveza, quedar inconsciente y "desaparecer", se acercó y me abrazó, y no me solté de su agarre.—Me preocupaste, y mucho, a todos.—dijo, por primera vez, serio.
—Lo sé, soy una idiota, no.. no pensé en lo que hacía.—
—¿Dónde estuviste Maggie?—preguntó John y cuando iba a responder, me interrumpieron. Y vaya quién me interrumpió.
—Quién sabe, ¿no te quedaste en un hotel con un tal Scott?—dijo Abbadie, detrás de ella Derek. Pero Derek me miraba, no enojado, sino confundido.
—¡¿Derek?! ¿Qué haces con ella?—dije.
—No Maggie, responde. ¿Estuviste con Scott?—preguntó Sid.
—Sid yo..—
—Responde Maggie.—retó Abbadie.
—¡Dejala en paz maldita zorra!—gritó Cath apunto de tirarse encima de Abbadie pero John la sostuvo.
—Anda Maggie, dile al pobre de Sid con quién pasaste la noche.—
—¿Sabes qué Abbadie? Sí, pase la noche con Scott, pero él sólo me dio un techo y una cama, nada más. No como tú que puedes estar con la persona que te da la mano en un segundo.—
—¿En serio Maggie?—dijo Sid, apenado.
—Escucha Sid, no estuve con él, recuerda que es sólo mi amigo.—Me miro por unos segundos, pero luego se fue. Salió del hotel, y ni siquiera sabía a dónde se dirigía, pero tenía todo el derecho de estar enfadado, quizás. Comencé a soltar lágrimas, porque ya no sabía qué más hacer para no arruinarlo todo otra vez.
—Ves lo que causas.—dijo Abbadie, siguiendo a Sid.
Y sí, soy un desastre.
The view of Sid.
Corrí lejos del maldito hotel, estaba cansado, el viaje que pensé que sería uno para recordar, ya mismo lo quería olvidar. Tal vez Maggie y yo estábamos exagerando las cosas y sólo debíamos ser amigos, cada quién con quién quisiese, pero ese era el problema, ambos queríamos estar juntos. Pensé varias veces en el día, quedarme con Abbadie y ya, problema resuelto, pero no podía hacer eso. Ella acababa de llegar, y yo no me olvidaba del día en que se fue. No la necesitaba.—¿Vas a volver al hotel? John me dijo que mañana se van.—
—Está bien, tendré que volver, pero no quiero.—
—Quédate aquí Sid, conmigo, podrás tener tal vez tu propia carrera, ¿lo imaginas? Saldríamos a todos lados, iríamos a Nueva York, como tanto lo deseábamos. Sid y Nancy, Sid y Abbadie.—tomó mi brazo y su sonrisa se agrandó. Estaba un poco loca.
—No.. no lo sé. Tengo una banda.. ¡tengo una banda Abbadie! Ven con nosotros Abba, será como antes. Con Maggie y Cath también.—ahora yo enloquecí.
—¿Con Maggie? ¿Luego de lo que te hizo? ¿Estas loco?—
—Sí, y me encanta. ¡Anda vamos al hotel!—corrí tambaleando mis piernas. Sí, tenía estos cambios de sensaciones cada tanto, me estaba volviendo loco, y no me importaba en lo absoluto.
Entré al hotel de un portazo. Todos se fijaron en la puerta. Cath gritó del susto, a su lado John y Maggie. Derek junto a Glenn, ambos con los cabellos para cualquier lado y las ojeras ocupando sus rostros. Paul y Steve me miraban con ganas de asesinarme, los había levantado.
—¡Hoy saldremos a festejar la noche!—grité y me metí al cuarto.
—¿Enloqueció?—
—Sí John.—respondió Abba.
The view of Maggie.
No entendía el comportamiento de Sid, pero me aliviaba saber que todo se encontraba a la normalidad. La última noche en Liverpool caía y Sid ya había inhalado dos tiras de cocaína y sentía que tocaba el cielo. Claro que me asustaba su estado pero se lo veía feliz, y no necesitaba más.—Pensando otra vez eh.—se acercó Derek a mi lado, con una cerveza en su mano y un cigarrillo en la otra. Se tomaron en serio lo de la previa.
—Siempre Derek.—le sonreí.
—No estuvimos mucho en todo el viaje sabes.—
—Lo sé, pero el drama terminó, disfrutemos esta última noche.—
—¿Estas segura?—hizo una mueca. Oh no.
—Derek... ¿qué pasó?—
—¿Recuerdas el tipo de la noche de Disco? Averigüe su nombre.—
—¡¿Qué?! ¿En serio?—
—No sólo eso, está aquí, en Liverpool.—
—Esto es un chiste ¿no Derek?—
—No exactamente.—
—Dios, será una noche peligrosa y lo sabes.—
—No tanto, él no sabe que ambos nos encontramos aquí. Aún no sé el motivo de por qué nos busca tanto, por qué sabe tanto, pero lo averiguaré.—
—Y bien.. ¿cómo se llama?—
—Vincent Denis. Dicen que es el típico mafioso que se la pasa fumando grandes cantidades de tabaco, cliché, pero de todas formas es una molestia.—
—Yo creo que deberías dejar ese tema atrás, no nos pasó nada, estamos bien, fin.—
—¿Y si nos pasa algo? No voy a ponerte en peligro Maggie.—
—Sólo olvídalo, y más en esta última noche. Basta de dramas.—le di un beso en la mejilla y me acerqué a la mesa llena de botellas con líquidos sospechosos, mientras Derek se quedaba pensando, solo, preocupado.
La noche cada vez se veía iluminada por las luces que regalaban los edificios, sólo esa luz artificial, y claro, la de las estrellas. Salimos todos como pudimos del hotel para dirigirnos a una discoteca, más moderna. Música nueva, gente nueva, todo nuevo en esta última noche en el gran Liverpool.
Sid venía a mi lado, mareado, gritando y cantando, pero venía junto a mi. Abbadie observaba desde el otro lado. Nunca entendí cómo supo lo de Scott, pero esperaba que no fuese un gran problema hoy. Estábamos todos tranquilos y no quería que nada alterara esto. Pero era casi imposible.
Vaya sorpresa la que llevamos al entrar la maldita discoteca.
—¡Hey Scott!—gritó Derek al tipo que se encontraba en la barra junto a dos chicas. Gin y Lydia.
—Así que andas de guardería eh.—dijo John.
—¡Ginebra!—gritó Abbadie y corrió a abrazarla. Oh ahora entendía todo.
—Si quieres nos vamos..—susurro Cath a mi lado a lo que negué, nadie arruinaría esto.
—Dime qué pretendes con tener a Maggie en tu habitación de hotel.—habló Sid.
—¿Ser un buen amigo quizás? Una persona normal, buena, no como tú claro está.—
—Sé que algo le hiciste a Maggie, la obligaste, algo, habla maldito idiota.—
—Sid para.—dije.
—Anda Maggie, diles que tú solita entraste a mi habitación, que dormiste en la misma cama que yo sin ningún problema. No te arrastre a este problema, tú misma te metes en el. La mejor amiga del drama ¿o no?—
—Quiero aclararte algo ¿vale? Vas a dejar de ser una molestia en el culo para nosotros y nos dejarás pasar bien la noche ¿queda claro?—amenazó Sid muy cerca de Scott, frente contra frente, fruncida.
Nos alejamos de ellos. Abbadie vino con nosotros luego de estar platicando junto a Gin y Lydia. No me sorprendía. Era de esperarse. Víbora con víbora.
La noche avanzaba bien, música, tragos, amigos. Gran noche. Sid se la estaba pasando bien pero noté como vigilaba a Scott, que se encontraba en la otra punta del lugar.
—Deberías dejar de preocuparte por él ¿si?—tomé su hombro mientras bailábamos.
—No quiero que estés en peligro Maggie.—
—No lo estoy, no junto a ti.—
The view of Derek.
Sentía tensión, necesitaba golpear a alguien y mi primera opción era Scott. Claro que no lo haría porque eso causaría un disturbio en la gran noche que estábamos pasando, pero necesitaba descargar todo ese peso. Lo admito, tenía un poco de miedo. Estaba paranoico. Sentía al tal Vincent Denis detrás mío todo el jodido tiempo. Me estaba atormentando. Un maldito imbécil me seguía por motivos que ni yo entendía. ¿Por qué quería lastimarme? Lo peor de todo, es que Maggie también saldría lastimada de todo esto si nos descuidamos, pero no, no permitiría eso.No me equivocaba en lo absoluto, no era una maldita alucinación, no era el alcohol o las drogas, era Vincent Denis parado en el patio interno del costoso bar. Estaba junto amigos, conocidos de él asumo, tampoco me importaba mucho pero ahora mismo Maggie se encontraba en un lugar inseguro, y era lo menos que quería para ella. ¿Acercarme y hablar con el tal Vincent? ¿Irnos de aquí? ¿Esconderme toda la puta noche? Joder sí, acercarme.
—¡Eh tú!—intenté parecer serio, peligroso, pero en por dentro me temblaba hasta la yugular. Sí.
—Oh miren a quién tenemos aquí, ¿qué haces en Liverpool muchachito?—posó su mano en mi nuca, "amistosamente".
—¿Podemos hablar en un lugar mas privado?—
—Claro joven.—reía junto a sus amigos, quienes prometieron esperarlo en el mismo lugar con mucho respeto, pues eso causaba Vincent en ellos, respeto.
Fuimos a la salida de la discoteca, seguía sosteniéndome fuerte del cuello. Maggie por suerte bailaba alegre junto a los chicos. La maldita canción causaba que el pequeño vestido de Maggie se convirtiera aún más pequeño y me estaba matando, para ser sinceros.
—Muy bien pijo, qué tienes para decirme antes de venirte conmigo, porque hombre, acabas de cavar tu tumba.—
—Joder sí sí, lo que digas. ¿Por qué tan amable ante la presencia de tus amigos? Anda, dime.—
—Sólo no saben quién soy realmente, ¿algún problema con eso? Creo que tú tienes bien claro quién soy y qué quiero.—
—No, no lo sé y tampoco me importa. Sólo quiero que sepas que deberías dejar de molestarnos, no tiene sentido. Eres un pobre hombre desastroso sin vida alguna. ¿Me equivoco?—terminé de decir dichas palabras cuando me golpeó directamente en mi mejilla a lo que respondí con un golpe en el abdomen. Comenzaba la pelea y no lograría ganarme, no hoy.
The view of Maggie.
Comencé a sentir calor, las gotas de sudor caían por mi frente hacía mi cuello y arruinaban mi cabello. Decidí ir al baño, donde nos cruzamos las caras entre todas y vemos el desastre andante que somos frente al espejo. Refresqué mi rostro y luego me acerqué al lugar donde estábamos con los chicos. Tragos vacíos, tragos llenos, todo. Sid tomaba y tomaba, no habían límites para él. Abbadie estaba sentada, obsrevando todo con un rostro no de buenos amigos. Steve y Glenn junto a dos chicas, quién sabe quiénes eran. John junto a Cath, ambos se divertían, y eran lo más lindo que vi. Paul, bueno, en el suelo, K.O. ¿Y Derek? Se encontraba tomando y bailando hace unos minutos, y de la nada se fue. Lo había visto incluso hablando con Abbadie, pero no supe más de él. ¿Dónde se había metido? Juraba haberlo visto con nosotros. Comenzaba a preocuparme.—Sid.. Sid.—toqué varias veces su hombro, debido a la música y el alcohol era difícil que me escuchara.—¡Sid!—
—Que... que.. ¡¿qué pasa Maggie?!—gritó riendo, oh joder el maldito alcohol.
—No encuentro a Derek por ninguna parte, estaba hace rato con nosotros y ahora no. Me preocupa.—
—Va.. vale, iremos a buscarlo ¿va?—y así fuimos.
Salimos de la discoteca y a simple vista no se veía nada, ningún rastro, hasta que escuchamos dos personas insultándose, y una de esas era Derek, reconocía su voz. En dónde se había metido.
—¡Derek!—grité al verlo totalmente golpeado, sobre el suelo, adolorido. Solo.
—¿Qué te pasó Derek?—preguntó Sid mientras trataba de levantarlo pero era tanto el dolor que sentía que el mínimo esfuerzo lo molestaba.
—Vincent Denis, nada más.—
—¿Te encontraste con él? ¡Derek! ¡¿Estas loco?!—
—Sólo peleamos, no me pasó nada, trato de llevarme, pero no se lo permití. No sé qué quiere de nosotros Maggie, es un puto grano en el culo.—
—¿De qué hablan?—dijo Sid.
—Nada, no es momento para explicarte, pero será mejor volver adentro y olvidarnos de todo esto. Derek, vuelve al hotel.—
—No Maggie, de verdad que estoy bien..—
—Sí y yo soy tonta, anda que estas pésimo. Te acompaño al hotel, se conducir la minivan.—
—No te dejaré sola Maggie.—
—Ve adentro Sid, prometo cuidarme y cuidar a Derek. Volveré y la pasaremos bien, tenemos tiempo, la noche aún no termina ¿vale?—asintió y ambos nos fuimos hacía la minivan, para tomar el camino al hotel.
+++
Decidí acomodar algunas cosas antes de irme, mientras Derek se vestía más cómodo y tal vez aliviar un poco el dolor. Sí, también iba a curarlo, como en las típicas novelas y películas. Debía. Todo lastimado por ese tipo que venía molestándonos sin razón alguna.
¿Sentía algo más por Derek? Sí, lo apreciaba, mucho, pero, ¿había algo más? Brillaban mis ojos cuando veía su sonrisa al igual que la de Sid. Sí, varias veces. Y no, no comprendía qué me sucedía con él. ¿Estaba enamorada? ¿De Sid? ¿De Derek?
Enamorado es aquel demente que pierde la cabeza miles y miles de veces con sólo la mirada de dicha persona. Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto. Según John Lennon todo es más claro cuando estas enamorado. Pero te vuelves celoso, y no es lo más cómodo del mundo. Piensas ¿y si hay otra persona? Y te remueves los pensamientos sin estar atento a las consecuencias.
—¿Maggie?—
—Dime Derek.—
—Perdón por arruinar tu última noche sin dramas. No quería que te pasara algo.—
—Esta más que bien Derek, pero te lastimaron a ti. Quería impedir eso.—
—Pero ahora estoy bien ¿si?—
—No lo creo, te duele todo el maldito cuerpo.—reí suave.
—Podría estar mejor sabes.—
—¿Cómo?—
—Me miras así y ya me siento bien Maggie.—
—¡Derek!—
—¡Es la verdad!—
—¿Por qué me dices esto ahora?—
—Tal vez porque teniéndote aquí, junto a mi, siento más confianza. No puedes parar a un hombre loco por amor Maggie, es un rival fuerte.—
—¿Tengo que tener miedo?—
—No, para nada, pero seguiré cortando la distancia..—
—Esta.. esta bien. ¿Por qué yo?—
—Porque me vuelves loco Maggie, y ya te lo dije, no puedes parar a un hombre loco por amor.—
Narrador omnisciente.
La besó, como si el inicio de una canción envolviera la habitación y un grupo de gente cantara a nuestro lado. Como dos estrellas de rock sin límites. Como lo que la noche hace con el día. Como dos simples personas que quieren darse un beso. Como Derek y Maggie, que cada vez estaban, más locos.Sí, la respuesta era D, a todo. Maggie, Maggie y Maggie. Cada vez dentro de todas las justificaciones. No era culpa de nadie, ni de ella. Pero volvería locos a todos, incluso a ella misma. Locos de amor.
ceonella.
Re: love kills
- :lizzena: :
- Aquí viene el comentario, Camille (?) :
Maggie, creo que todos los que conocemos al trío cianuroceonella. escribió:—¡Scott! ¡Pijo holgazán! ¡Levántate! Oh.. no fue tan difícil traer a la ratita curiosa.—dijo nada más ni nada menos que, Gin y junto a ella Lydia. Ahora entendía todo.por no decir "venenoso/tóxico", ahq(???) sabemos que algo malodesastroso, para qué mentirteva a pasar Algo están tramado, y estoy de acuerdo con vos, Maggie... tampoco me cuadra que no te hayan raptado todavía (?) (???)
Y es aquí donde una se pregunta: ¿cómo no amarlo? Con sus cambios de humor y su adicción a cualquier tipo de cosa que lo pueda hacer volarceonella. escribió:—Sólo piensa que ella está bien, podría ser que...—
—¡No! ¡La quiero aquí conmigo joder! ¡¿Tan difícil es entenderlo?!—
—Ella está en camino, no se fue a Londres.—dijo Cath, quien había despertado debido a mis gritos. Y me dio la mejor noticia del mundo.lol(?) , Sid sigue siendo el nene lindo-drogado-al-diez-que-se-hacía-chiquito-para-abrazar-a-John(?) que pensaba que lo entrevistaban para una revista de rock
Ah, ya veo... entonces el trío es un cuarteto Obviamente Abbadie tenía que juntarse con la misma clase de "chusma", ¿cómo no pensé en eso antes? (?) Ughhh, no los soporto... van a acabar con mi pequeña felicidad, ya lo siento :skip: (???)ceonella. escribió:—¡Hey Scott!—gritó Derek al tipo que se encontraba en la barra junto a dos chicas. Gin y Lydia.
—Así que andas de guardería eh.—dijo John.
—¡Ginebra!—gritó Abbadie y corrió a abrazarla. Oh ahora entendía todo.
NO, NO Y NOOOOO Derek me cae re bien, y más luego de que enfrentó él solo al tal Vincent Denis para proteger también a Maggie, ¡¿pero bESAR A LA MUSA DE SID?! NO, DEREK, ESO NO SE HACEceonella. escribió:—¿Tengo que tener miedo?—
—No, para nada, pero seguiré cortando la distancia..—
—Esta.. esta bien. ¿Por qué yo?—
—Porque me vuelves loco Maggie, y ya te lo dije, no puedes parar a un hombre loco por amor.—
Maggie va a matar a Sid en una de estas Creo que ya voy encontrándole sentido al título... y no es lindo (?) Quiero decir que la espera valió la pena, porque creo que es uno de los capítulos más largos de esta fic que he leído hasta ahora Así que gracias por eso Nos leemos luego, Camz .
Última edición por parachutes. el Dom 15 Ene 2017, 5:18 pm, editado 1 vez
Invitado
Invitado
Re: love kills
JURO QUE AMO TUS COMENTARIOS Y TAMBIÉN AMO QUE RECUERDES TODO DESDE EL PRIMER CAP ME MUEROOOOOO so sí, todos se van a matar entre todos (?) bua na mentira pero don't worry, esto siiiiiguee. me encanta, gracias de verdad por tus comentarios que amo con todo mi coraaazón.parachutes. escribió:
- :
Aquí viene el comentario, Camille (?) :Maggie, creo que todos los que conocemos al trío cianuroceonella. escribió:—¡Scott! ¡Pijo holgazán! ¡Levántate! Oh.. no fue tan difícil traer a la ratita curiosa.—dijo nada más ni nada menos que, Gin y junto a ella Lydia. Ahora entendía todo.por no decir "venenoso/tóxico", ahq(???) sabemos que algo malodesastroso, para qué mentirteva a pasar Algo están tramado, y estoy de acuerdo con vos, Maggie... tampoco me cuadra que no te hayan raptado todavía (?) (???)Y es aquí donde una se pregunta: ¿cómo no amarlo? Con sus cambios de humor y su adicción a cualquier tipo de cosa que lo pueda hacer volarceonella. escribió:—Sólo piensa que ella está bien, podría ser que...—
—¡No! ¡La quiero aquí conmigo joder! ¡¿Tan difícil es entenderlo?!—
—Ella está en camino, no se fue a Londres.—dijo Cath, quien había despertado debido a mis gritos. Y me dio la mejor noticia del mundo.lol(?) , Sid sigue siendo el nene lindo-drogado-al-diez-que-se-hacía-chiquito-para-abrazar-a-John(?) que pensaba que lo entrevistaban para una revista de rockAh, ya veo... entonces el trío es un cuarteto Obviamente Abbadie tenía que juntarse con la misma clase de "chusma", ¿cómo no pensé en eso antes? (?) Ughhh, no los soporto... van a acabar con mi pequeña felicidad, ya lo siento :skip: (???)ceonella. escribió:—¡Hey Scott!—gritó Derek al tipo que se encontraba en la barra junto a dos chicas. Gin y Lydia.
—Así que andas de guardería eh.—dijo John.
—¡Ginebra!—gritó Abbadie y corrió a abrazarla. Oh ahora entendía todo.NO, NO Y NOOOOO Derek me cae re bien, y más luego de que enfrentó él solo al tal Vincent Denis para proteger también a Maggie, ¡¿pero bESAR A LA MUSA DE SID?! NO, DEREK, ESO NO SE HACEceonella. escribió:—¿Tengo que tener miedo?—
—No, para nada, pero seguiré cortando la distancia..—
—Esta.. esta bien. ¿Por qué yo?—
—Porque me vuelves loco Maggie, y ya te lo dije, no puedes parar a un hombre loco por amor.—
Maggie va a matar a Sid en una de estas Creo que ya voy encontrándole sentido al título... y no es lindo (?) Quiero decir que la espera valió la pena, porque creo que es uno de los capítulos más largos de esta fic que he leído hasta ahora Así que gracias por eso Nos leemos luego, Camz .
ceonella.
✿ CAPÍTULO 17 ✿
Capítulo 17.
Era hora de volver a casa, y no sentía nada al respecto. Era como si irme de Liverpool dejaba todo lo que hice en la ciudad y volvería a casa, con las manos limpias. No, no era así. Me sentía culpable. Culpable por arruinarle la noche de debut a Sid, estar con Derek y dormir en la misma habitación con Scott. No me agradaba para nada la idea. Era horrible sentirse así, pero la vuelta a casa, no me causaba nada. No sentía absolutamente nada. Tal vez por el echo de que Sid no sabe nada sobre Derek y solucionamos todo el drama la última noche. O porque Vincent Denis se encontraba en manos de la policía. Y no, aún no entendía quién mierda era Vincent Denis y qué quería, pero lejos de nosotros estaba y eso me aliviaba.
El viaje a Londres iba a ser una tortura. Me comería la cabeza durante todo el camino y no, no me alegraba en absoluto. Esos momentos donde te matan los pensamientos y se transforman en tu peor enemigo. No quería sentirme así, pero a la vez sentía que me lo merecía.
Preparamos todo y comenzaba el viaje. Toda la banda más Catherine y yo, dentro. Se venía un largo viaje de cuatro horas, donde mi cabeza probablemente, explote.
—¿Estas bien?—me preguntó Cath, que se encontraba a mi lado. Gracias a dios, otra vez me tocaba la ventana para poder mirar el camino mientras la música del pequeño auto resonaba en mis oídos. Había peleado para poder llegar primera a la ventana, y me sentía una inmadura, pero al fin y al cabo, ¿quién tenía la ventana para comerse la cabeza de pensamientos erróneos o ciertos?
—Sí, sólo estoy cansada, quiero llegar a casa.—
—¿Tú mamá sabe que te encontrabas en Liverpool?—negué la cabeza.—¿Y sabe acerca del temible Vincent Denis?—volví a negar.
—No creo que sepa nada por un largo tiempo.
Y en eso se basó mi viaje. En pensar acerca de Vincent y que quería de nosotros. Pensar en Sid, en Derek, en Abbadie, que prometió quedarse ya que según ella, cuando estaba cerca causaba problemas, y sí, era así. Pensar en dejar mis estudios, de contarle a mamá. Pensar en la posibilidad de que exista otra Maggie. No la aburrida, la fría. Una más transparente, diferente, valiente. Capaz de disfrutar todo lo que se le cruce en el camino. Y gracias a Sid, disfrutaría de la vida que llevaría, de eso estaba segura.
Quería mi alma libre.
A veces parábamos en estaciones de servicio, o en pleno camino. Para fumar, ir al baño, y demás. Pero yo me quedaba dentro del auto, observando a mis, nuevos amigos tal vez, sonreírle a la vida. Veía como Derek se reía y hacía bromas con todos. Con Glenn, Paul, John, Steve, e incluso Sid. Me ponía contenta y desviaba mis horribles y tristes pensamientos.
—¡Maggie! ¡Ven!—gritó Paul desde afuera del auto. Nos encontrábamos en plena carretera, observando como el sol caía y se comenzaba a hacer de noche. Dentro del coche hice señas para hacerle saber, que me quedaría dentro, pensando, descansando. ¿Qué mas podía hacer?
Maggie estuvo rara durante todo el viaje. No sabía los motivos, pero averiguarlos sería difícil. Comencé a pensar mientras los demás arrojaban piedras al vacío y observaban como el sol se iba y la luna iba tomando la escena. Me senté en el capo del auto y traté de recordar si le había echo algo malo a Maggie para que ahora ella se encontrara dentro del auto durmiendo y no saltando o cantando como lo hace cuando esta alegre. Y es cuando más me gusta. Cuando no piensa en nada más que la alegría. Cuando sus cabellos rubios saltan para todos lados, cuando sus pupilas se dilatan, sus mejillas se ponen un poco coloradas y sus brazos los revolea en cualquier dirección. Cuando siento que su corazón estalla y me da paso a que pueda sentirme igual que ella. Abrazar esa sensación de libertad.
Y me di cuenta, que cada vez me enamoraba más. Verla, en un estado de tranquilidad, con sus ojos cerrados y sus pestañas suavemente tocando su piel. Tenía ganas de abrazarla, de preguntarle si se encontraba bien, si sentía algún dolor, si quería irse y llegar a casa lo más rápido posible, si quería que estuviera lejos de ella, quería saber todo acerca de ella.
—Con que pensando eh.—se acercó John.
—Sí, así es amigo.—
—Maggie te tiene loco.—suspiró.—Nunca pensé que te vería así por alguien.—
—¿Soy muy obvio?—
—No, eres sincero a ti mismo.—
Para la noche llegamos a Londres. Despertamos a Cath y a Maggie que venían dormidas. Ambas se quedaron en el departamento de Maggie para luego nosotros irnos cada uno a casa. Mañana iba a ser un nuevo día, lleno de nuevas noticias. Nos esperaba una larga tarde en el bar, por lo que dijo Dan. Quería dormir tranquilo en casa, pero no solo, así que John se ofreció a quedarse conmigo, y acepté. Pero solo, o con compañía, mis pensamientos no se iban. Maggie no se iba.
Era de día y temprano asistimos con la banda al bar. Junto a nosotros estaban Cath y Maggie, que nos apoyaban. Derek también se unió al grupo, y no me molestaba. Podíamos chocar a veces, pero era un gran apoyo para la banda, y un amigo nuevo, que con el tiempo sería uno muy grande. Dan tenía una noticia importante para decirnos, se lo veía muy ansioso. Pero me encontraba neutro, confundido. Tal vez por Maggie, porque aún sentía que estaba rara. Aún así, sea buena la noticia, festejaríamos.
—¡Jovencitos! Al fin están aquí.—
—¿Qué tienes para contarnos querido Dan?—dijo John.
—¡Suéltalo!—dijo Steve.
—¡Conozcan a Malcolm Cudish!—y por la puerta de la barra que da a la cocina, salió un joven, de unos 30 años. Venía contento, junto a un maletín. Ni muy elegante, ni muy casual. Era uno parecido a nosotros. Pero.. quién era.
—Em... ¿Dan?—dijo John.
—¿Qué pasa Johnnyboy?—
—¿Quién es este pijo?—
—¡John!—soltó Dan golpeándole levemente la cabeza.—
—Esta bien Dan, sólo déjenme presentarme. Soy Malcolm Cudish, empresario, y el que les abrirá todas las puertas que quieran muchachos.—dijo coqueto y sonriente.
—¿Y qué planeas con eso?—preguntó Glenn.
—Jovenes... quiero que entiendan, que soy el tipo más indicado para manejar esta banda que tienen, Trooper of Street ¿no?—
—A poco tienes nuestra edad.—saltó Paul.
—No, tengo 35 recién cumplidos.—
—¿Y eso te hace capaz de poder manejar el futuro de nuestra banda?—dije.
—Dan anda, tú me conoces, sabes como soy de responsable. Ya he tenido bandas a mi lado, pero, ninguna como la de ustedes. Llaman la atención. Tienen que entender, que conmigo, todo será más fácil.—
—¿Debemos creerte?—
—¡Claro que sí! Pequeño Vicious.—soltó risas.
—No es que quiera... meterme en sus negocios... pero, deberían considerar la oportunidad de tener un representante junto a ustedes. Sería todo mucho más profesional.—dijo Maggie.
—Oh vaya, no note tu presencia bella jovencita, pero déjame decirte que tienes razón.—tomó lentamente su mano y posó un beso en ella, mientras no dejaba de verla. Oh no.
—Si quieres formar parte de esta banda, primero, aléjate de ella.—
—Eh tranquilo chico punk, tengo novia, comprometida mejor dicho.—sonreía todo el tiempo, trasmitía seguridad, confianza de si mismo, pero no, no me caía bien.
—¿Y? ¿Qué piensan?—preguntó Dan.
—Si nos lo presentaste tú Dan, es porque es un tipo de confianza, inteligente y capaz de poder llevar a cabo el profesionalismo de nuestra banda. Yo creo que sí.—dijo Steve a lo que todos asentimos. Tal vez tenga razón.
—¡Muy bien jovenes! Van a ver que no se arrepentirán.—gritó alegre —como siempre— el tipo pijo de Malcolm.
Estuvimos toda esa tarde tocando canciones para mostrarle a Malcolm nuestro contenido, que raramente, ya conocía. Nos prometió muchas cosas que espero que cumpla. Al próximo día prometió venir al bar con nuevas fechas por el país, e incluso la consideración de una gira por otros países. Era un tipo ambicioso, y muy positivo. Era inteligente, y demostraba saber sobre la industria de la música, lo cual me dio más confianza.
Ya para el atardecer, Maggie me acompañó a casa. La invité a cenar en mi, desastroso, departamento, y ella sin ningún miedo aceptó. Cada día me unía más a ella, tanto como Cath a John. Los chicos también, cada día eran más amigos de Maggie, Cath y Derek. Eramos un grupo, y lo seríamos siempre.
Mi cabeza tonta por fin pensaba bien.
—Sabes, no te vi muy convencido con el chico este, Malcolm.—dijo mientras se encontraba en el sillón del pequeño comedor.
—Pues, no realmente, no lo sé, no lo conocemos bien.—
—Sid, tienes que entender, que esto recién comienza. Si quieres futuro para la banda, debes abrirte a nuevas oportunidades. ¿No?—sostuvo muy segura mientras acariciaba mi cuero cabelludo.
—Sí lo entiendo, pero, se ve sospechoso. Aún así me alegra mucho la idea, no lo sé, me pone muy ansioso por irme de gira, drogarme, tomar y tocar la música que me gusta sabes.—
—¡Tampoco te pases!—
—No lo olvides Maggie... ¡soy una estrella de rock!—reí sin parar.
El viaje a Londres iba a ser una tortura. Me comería la cabeza durante todo el camino y no, no me alegraba en absoluto. Esos momentos donde te matan los pensamientos y se transforman en tu peor enemigo. No quería sentirme así, pero a la vez sentía que me lo merecía.
Preparamos todo y comenzaba el viaje. Toda la banda más Catherine y yo, dentro. Se venía un largo viaje de cuatro horas, donde mi cabeza probablemente, explote.
—¿Estas bien?—me preguntó Cath, que se encontraba a mi lado. Gracias a dios, otra vez me tocaba la ventana para poder mirar el camino mientras la música del pequeño auto resonaba en mis oídos. Había peleado para poder llegar primera a la ventana, y me sentía una inmadura, pero al fin y al cabo, ¿quién tenía la ventana para comerse la cabeza de pensamientos erróneos o ciertos?
—Sí, sólo estoy cansada, quiero llegar a casa.—
—¿Tú mamá sabe que te encontrabas en Liverpool?—negué la cabeza.—¿Y sabe acerca del temible Vincent Denis?—volví a negar.
—No creo que sepa nada por un largo tiempo.
Y en eso se basó mi viaje. En pensar acerca de Vincent y que quería de nosotros. Pensar en Sid, en Derek, en Abbadie, que prometió quedarse ya que según ella, cuando estaba cerca causaba problemas, y sí, era así. Pensar en dejar mis estudios, de contarle a mamá. Pensar en la posibilidad de que exista otra Maggie. No la aburrida, la fría. Una más transparente, diferente, valiente. Capaz de disfrutar todo lo que se le cruce en el camino. Y gracias a Sid, disfrutaría de la vida que llevaría, de eso estaba segura.
Quería mi alma libre.
A veces parábamos en estaciones de servicio, o en pleno camino. Para fumar, ir al baño, y demás. Pero yo me quedaba dentro del auto, observando a mis, nuevos amigos tal vez, sonreírle a la vida. Veía como Derek se reía y hacía bromas con todos. Con Glenn, Paul, John, Steve, e incluso Sid. Me ponía contenta y desviaba mis horribles y tristes pensamientos.
—¡Maggie! ¡Ven!—gritó Paul desde afuera del auto. Nos encontrábamos en plena carretera, observando como el sol caía y se comenzaba a hacer de noche. Dentro del coche hice señas para hacerle saber, que me quedaría dentro, pensando, descansando. ¿Qué mas podía hacer?
The view of Sid.
Maggie estuvo rara durante todo el viaje. No sabía los motivos, pero averiguarlos sería difícil. Comencé a pensar mientras los demás arrojaban piedras al vacío y observaban como el sol se iba y la luna iba tomando la escena. Me senté en el capo del auto y traté de recordar si le había echo algo malo a Maggie para que ahora ella se encontrara dentro del auto durmiendo y no saltando o cantando como lo hace cuando esta alegre. Y es cuando más me gusta. Cuando no piensa en nada más que la alegría. Cuando sus cabellos rubios saltan para todos lados, cuando sus pupilas se dilatan, sus mejillas se ponen un poco coloradas y sus brazos los revolea en cualquier dirección. Cuando siento que su corazón estalla y me da paso a que pueda sentirme igual que ella. Abrazar esa sensación de libertad.
Y me di cuenta, que cada vez me enamoraba más. Verla, en un estado de tranquilidad, con sus ojos cerrados y sus pestañas suavemente tocando su piel. Tenía ganas de abrazarla, de preguntarle si se encontraba bien, si sentía algún dolor, si quería irse y llegar a casa lo más rápido posible, si quería que estuviera lejos de ella, quería saber todo acerca de ella.
—Con que pensando eh.—se acercó John.
—Sí, así es amigo.—
—Maggie te tiene loco.—suspiró.—Nunca pensé que te vería así por alguien.—
—¿Soy muy obvio?—
—No, eres sincero a ti mismo.—
+++
Para la noche llegamos a Londres. Despertamos a Cath y a Maggie que venían dormidas. Ambas se quedaron en el departamento de Maggie para luego nosotros irnos cada uno a casa. Mañana iba a ser un nuevo día, lleno de nuevas noticias. Nos esperaba una larga tarde en el bar, por lo que dijo Dan. Quería dormir tranquilo en casa, pero no solo, así que John se ofreció a quedarse conmigo, y acepté. Pero solo, o con compañía, mis pensamientos no se iban. Maggie no se iba.
Era de día y temprano asistimos con la banda al bar. Junto a nosotros estaban Cath y Maggie, que nos apoyaban. Derek también se unió al grupo, y no me molestaba. Podíamos chocar a veces, pero era un gran apoyo para la banda, y un amigo nuevo, que con el tiempo sería uno muy grande. Dan tenía una noticia importante para decirnos, se lo veía muy ansioso. Pero me encontraba neutro, confundido. Tal vez por Maggie, porque aún sentía que estaba rara. Aún así, sea buena la noticia, festejaríamos.
—¡Jovencitos! Al fin están aquí.—
—¿Qué tienes para contarnos querido Dan?—dijo John.
—¡Suéltalo!—dijo Steve.
—¡Conozcan a Malcolm Cudish!—y por la puerta de la barra que da a la cocina, salió un joven, de unos 30 años. Venía contento, junto a un maletín. Ni muy elegante, ni muy casual. Era uno parecido a nosotros. Pero.. quién era.
—Em... ¿Dan?—dijo John.
—¿Qué pasa Johnnyboy?—
—¿Quién es este pijo?—
—¡John!—soltó Dan golpeándole levemente la cabeza.—
—Esta bien Dan, sólo déjenme presentarme. Soy Malcolm Cudish, empresario, y el que les abrirá todas las puertas que quieran muchachos.—dijo coqueto y sonriente.
—¿Y qué planeas con eso?—preguntó Glenn.
—Jovenes... quiero que entiendan, que soy el tipo más indicado para manejar esta banda que tienen, Trooper of Street ¿no?—
—A poco tienes nuestra edad.—saltó Paul.
—No, tengo 35 recién cumplidos.—
—¿Y eso te hace capaz de poder manejar el futuro de nuestra banda?—dije.
—Dan anda, tú me conoces, sabes como soy de responsable. Ya he tenido bandas a mi lado, pero, ninguna como la de ustedes. Llaman la atención. Tienen que entender, que conmigo, todo será más fácil.—
—¿Debemos creerte?—
—¡Claro que sí! Pequeño Vicious.—soltó risas.
—No es que quiera... meterme en sus negocios... pero, deberían considerar la oportunidad de tener un representante junto a ustedes. Sería todo mucho más profesional.—dijo Maggie.
—Oh vaya, no note tu presencia bella jovencita, pero déjame decirte que tienes razón.—tomó lentamente su mano y posó un beso en ella, mientras no dejaba de verla. Oh no.
—Si quieres formar parte de esta banda, primero, aléjate de ella.—
—Eh tranquilo chico punk, tengo novia, comprometida mejor dicho.—sonreía todo el tiempo, trasmitía seguridad, confianza de si mismo, pero no, no me caía bien.
—¿Y? ¿Qué piensan?—preguntó Dan.
—Si nos lo presentaste tú Dan, es porque es un tipo de confianza, inteligente y capaz de poder llevar a cabo el profesionalismo de nuestra banda. Yo creo que sí.—dijo Steve a lo que todos asentimos. Tal vez tenga razón.
—¡Muy bien jovenes! Van a ver que no se arrepentirán.—gritó alegre —como siempre— el tipo pijo de Malcolm.
Estuvimos toda esa tarde tocando canciones para mostrarle a Malcolm nuestro contenido, que raramente, ya conocía. Nos prometió muchas cosas que espero que cumpla. Al próximo día prometió venir al bar con nuevas fechas por el país, e incluso la consideración de una gira por otros países. Era un tipo ambicioso, y muy positivo. Era inteligente, y demostraba saber sobre la industria de la música, lo cual me dio más confianza.
Ya para el atardecer, Maggie me acompañó a casa. La invité a cenar en mi, desastroso, departamento, y ella sin ningún miedo aceptó. Cada día me unía más a ella, tanto como Cath a John. Los chicos también, cada día eran más amigos de Maggie, Cath y Derek. Eramos un grupo, y lo seríamos siempre.
Mi cabeza tonta por fin pensaba bien.
—Sabes, no te vi muy convencido con el chico este, Malcolm.—dijo mientras se encontraba en el sillón del pequeño comedor.
—Pues, no realmente, no lo sé, no lo conocemos bien.—
—Sid, tienes que entender, que esto recién comienza. Si quieres futuro para la banda, debes abrirte a nuevas oportunidades. ¿No?—sostuvo muy segura mientras acariciaba mi cuero cabelludo.
—Sí lo entiendo, pero, se ve sospechoso. Aún así me alegra mucho la idea, no lo sé, me pone muy ansioso por irme de gira, drogarme, tomar y tocar la música que me gusta sabes.—
—¡Tampoco te pases!—
—No lo olvides Maggie... ¡soy una estrella de rock!—reí sin parar.
ceonella.
✿ CAPÍTULO 18 ✿
Capítulo 18.
The view of Steve.
¿Qué sentía con la llegada de Malcolm? Alivio pero a la vez una ansiedad por conocer nuevos rumbos. La banda iba encaminada hacia arriba y no había nada que pudiera pararnos. Eso sí, era tedioso ser una verdadera estrella de rock. Malcolm nos tenía de arriba abajo. Estuvo casi dos tardes completas enseñándonos la vida de un músico, los horarios, los viajes, las giras, todo. Prometía mucho, pero se veía como alguien que cumple, y eso me tranquilizaba. Un poco pijo, pero inteligente, audaz, y eso sirve. Muchísimo.Ya teníamos una próxima fecha, aquí mismo, en Londres. En un bar con la capacidad de 300 personas y eso, era mucho para nosotros, pero eso sí, el comienzo de algo muy grande.
Sid sospechaba mucho de él. Comenzó a pensar en teorías de que podría ser un secuestrador o un socio del tal Vincent que venía siguiendo a Derek desde hace rato. Pero Sid siempre fue tonto, y de desconfiar. Lo quiero, joder lo amo, pero aún sigue creyendo que Maggie lo entrevista cada vez para una revista. Vaya mentira, pero una muy inocente ya que el amor entre ellos dos, crecía cada vez más. Como el de Cath y John. ¡Ja! Jamás pensé que el cazador feroz de Tasteless estaría tan colado por una jovencita como Catherine. Pero no se confundan, que me cae muy bien, ambas de hecho. Se habían unido a la banda sin pre juzgarnos y eso ya era suficiente. Son dulces, fieles, y a pesar de toda la gente superficial que las rodea, ellas no pierden el tiempo siendo así, sino todo lo contrario. Humildad.
Derek, es difícil de digerir pero es buen chico. Tiene algún pasado raro que lo persigue, pero eso no lo hace mala persona. Es sólo un capullo divertido y simpático, y se lo ve muy amable y buen compañero.
Me gusta el nuevo ambiente que viene llevando la banda. Gente nueva, cosas nuevas, lugares nuevos, toda una vida nueva y no la echaremos a perder.
+++
Luego de varios días que Glenn me venía alojando en la gran casa de su madre y sus compañeras solteras, decidí volver a casa y no, no tenía ganas de ver la cara de mi familia. ¿Por qué? Simple, comenzarían a pedir explicaciones de mi paradero, de mi salud, de mi vida en concreto. Y puede ser que esté bien, que solo se preocupan, pero cuando comienzo a contarles, comienzan a juzgarme. Y es ahí donde no me agrada la conciencia con ellos. “Holgazán” “Inservible” “Sinvergüenza” “Fracaso” y más a la lista.
Mamá era más que nada la que hacía ese tipo de comentarios, y en parte la entendía. La familia perfecta con el hijo desastre. Vaya novela, pero no, no era mi culpa.
Llegué a eso de la cena. Tiempo que no pisaba esta casa y estaba todo exactamente igual. Susie, mi hermana, cepillándose ese gran cabello rubio frente al espejo del pasillo para luego ir a sentarse a comer. Tan sólo 15 años y cuando conocieron a mis amigos John trató de tirársela. Sí, mamá casi lo mata. Y ahí va otra, mis amigos. Mamá no los quiere.
—¡Miren quién llegó!—gritó ¿alegre mamá?
—Autumn, me fui hace menos de dos semanas. No es mucho tiempo ¿sabes?—
—Hijo, no me gusta que me digas por mí nombre.—
—No me queda de otra.—y ella sólo me observó. Que soy malo con mi familia, que soy grosero, que esto, que lo otro, pero ellos son igual, o peor.
—¡Hermano!—vino corriendo Susie a abrazarme y le respondí, con un abrazo más fuerte. A ella si la apreciaba. O tal vez si amo a mi familia, pero, el amor cada día se desgastaba.
—¡Steve! ¡Hijo! ¡Al fin en casa!—vino contento papá a abrazarme. El querido Martín “marioneta de mamá” Keaton.
Sí sí sí, amaba mi familia, pero eso no quitaba el dolor que me hacían sentir a veces. Quizás sólo fue mamá la causante de tanto resentimiento. Sinceramente no lo sabía pero por el momento, quería paz. Nada más.
—Y bien, ¿dónde estuviste? ¿Haciendo nada en ese bar?—oh la paz se iba en tan solo segundos.
—¡Autumn!—retó papá a mamá.
—No Martín, anda, dile lo irresponsable que es. Hazle saber lo mal que le hace a esta familia.—
—Por un momento pienso que puedes ser dulce como antes, pero luego me doy cuenta de lo basura que eres. No tienes límites, “mamá”.—
—¡¿Cómo no quieres que me sienta?! ¡Viéndote en las noticias tocando con una banda cualquiera! ¡Rompiendo instrumentos! ¡Bebiendo, fumando! Tú eres el de los pocos límites.—
—Mamá, son mis amigos, es mí sueño. Esa banda que tanto odias, a mi me hace feliz.—
—Mamá… tal vez estás exagerando y no es nada más que momentos de fiesta, sabes… nada más.—dijo Susie.
—¡¿Exagerando?! ¡Mis compañeras de trabajo me hablan todo el tiempo de esta banda y de los destrozos que hacen en la ciudad! ¡¿Te parece exageración?!—
—¿Entonces sólo te interesa la opinión de tus amigas? ¿No la de tu hijo? Porque por si no lo olvidaste, eso soy, tu hijo.—me levanté de la mesa y fui a mi habitación.
Sinceramente extrañaba echarme en mi cama, pero luego de un buen día. Porque cada vez que recostaba mi cabeza en la almohada las lágrimas caían por mi rostro. Sí, se supone que los chicos no lloramos, pero siento que no tengo familia. Y duele, no tienes a quien contarles tus hazañas, tus nuevas amistades, tus dolores, tus dudas, no tienes a nadie.
+++
La luz del sol caía en mi rostro haciendo que por fin, abra los ojos luego de una larga noche de pensamientos. Me senté en la cama para mirar al vacío de la pared blanca y en ese momento que pensé que me quedaría dormido, papá entró.
—Hijo, despertaste.—sonrió cálidamente y se sentó a mi lado. —Sobre anoche, debes perdonar a mamá, sabes cómo es... ella...—
—No, realmente ya no sé quién es.—
—Debes comprenderla, no quiere dañarte, quiere lo mejor para ti, como cualquier madre.—
—¿Quiere lo mejor para mi, o lo mejor para su reputación?—
—Hijo, tienes que entender, que ella siempre fue así… tú sabes...—
—¿Superficial?—
—¡No joven!—me retó en risas.—Sólo debes saber que ella te ama mucho, tanto como yo, eres nuestra vida.—
—Pues no parece.—
—Oh no digas eso. Anda, ayer se te veía con ganas de contar algo. ¿Cómo está tu banda? ¿John, Glenn, Paul y Sid? ¿Cómo se encuentran?—
—Mmm bien, de hecho muy bien. Quería contarles que, tenemos representante.—
—¡¿En serio?! ¡Eso es buenísimo! No los para nadie hijo mío.—tomó mis manos y las apretó alegremente, no para de sonreír. Estaba incluso más contento que yo.
—Pues sí, así es. Nadie nos para.—
—¡Hay que festejar! En días seguramente ya se irán de gira, quién sabe, sacarán canciones, conocerán productoras. ¡Hay que festejar Steve!—
—Oh no no, es mala idea papá… mejor no… mamá no querrá y no...—
—No se habla más, hoy a la noche invita a tus amigos que yo le avisaré a algunos colegas y a la familia. ¡Tenemos un músico en la familia!—oh en qué me había metido.
Llegué al bar como nos había citado Malcolm. Proponía nuevas ideas, y teníamos que comernos una hora de vídeos sobre la historia del rock, y no entendía bien por qué. El rollo del pijo de Malcolm, pero si servía, pues adelante.
No sabía cómo decirles a los chicos sobre el festejo de hoy. Tenía planeado avisarles a Cath, Maggie y Derek pero, joder, sería un caos. Sid se volvería loco, Paul rompería todo, Glenn estaría alcholizado y recitando poemas hasta las cinco y pico, y John, joder no. Pero no quedaba otra, tenía que estar alegre, tal vez saldría todo bien y no tenía de qué preocuparme. Quien sabe.
—Em... ¿chicos?—dije luego de que termináramos de practicar uno de los temas preparados que le gustaban a Malcolm.
—Si tienes algo para proponer Stevie, anda dilo.—dijo como siempre, sonriente, Malcolm. Y tenía esa jodida manía de ponernos apodos. Era irritante.
—No… bueno sí. Es más que nada una invitación.—
—¿Invitación?—preguntó Paul.
—¿Se puede saber a dónde?—dijo John.
—A casa… a festejar la entrada de Malcolm al grupo. Papá quiere hacer una barbacoa, habrán salsas, bebidas, esas cosas. Un par de familiares, nada más.—respondí tímidamente.
—¿A casa? ¿Barbacoa? ¡Ja! Estas de chiste eh.—dijo Sid entre risas.
—¡Sid!—retó Malcolm.—No es una mala idea Steve, la considero increíble ya que se festeja mi comienzo con ustedes ¿no? ¡Ja!.Cuenta conmigo.—
—Se me hace raro el hecho de que festejemos algo con tu familia ya que tu madre nos odia, pero estoy de acuerdo también amigo.—dijo amablemente Glenn.
—No perdemos nada ¿no? Me apunto.—dijo feliz Paul.
—Sabes amigo, yo también considero buena idea. Esta noche festejamos.—dijo seguro John.
—Bueno, sólo les pediré que se comporten, nada más.—
—¡Ven! ¡A eso voy! Nos mirarán como bichos raros, nos juzgarán, lo de siempre.—bufó Sid.
—Sid, por mucho que tengas razón, es mi familia y la quiero, tanto como a ustedes. Por eso quiero festejar lo bien que nos está yendo, junto a ellos, junto a mi familia. ¿Puede ser?—
—Mmm… esta bien, formó parte.—dijo Sid y estrechamos manos. Por un momento en mi vida estuve muy feliz y con ganas de que llegue la ocasión.
La noche caía y había gente en casa. Amigos de papá, amigos de mamá, amigos de Susie, familiares, mucha gente. En sí la casa era grande pero jamás la había visto con tanta gente dentro. Mamá había decorado el patio interno, velas, luces colores blancos, todo muy elegante. Estaba entusiasmada, no entendía aún cómo estuvo de acuerdo con los festejos de papá, pero por el momento, todo estaba saliendo bien.
Llegó el momento en que llegaron los chicos. Derek, Cath y Maggie también estaban presentes. Y no ocurrió nada malo, nadie miraba mal a nadie. Tal vez porque Malcolm se ocupó en vestir bien a los chicos con la ayuda de Catherine, pero todo estaba bien.
La gente hablaba entre grupos, algunos bailaban. Otros bebían bebidas frutales que preparaba mamá. Sí, cosas de ella. Aún así había un lindo ambiente. La gente me saludaba cariñosamente y me felicitaban. Me sentía bien. Sentía que por fin hacía algo de lo que mis padres estarían orgullosos. Y sólo que antes me dolía recordar a mi familia pero ahora volvía a sentir que éramos como antes. Humildes, dulces, unidos.
Ya habíamos comido todos, llegaba el momento de las palabras emotivas. Sí, en mi familia en cada fiesta que había, algunas palabras se soltaban y hoy no sería la excepción.
—Hijo, a pesar de todo, sabes lo mucho que te amo, que te amamos. La gente que está aquí presente quiere lo mejor para ti y con verte feliz nos haces feliz. Nunca pensé que bueno… tu banda… lograría algo tan digno de admirar. Es un gran comienzo y estoy orgullosa.—dijo mamá entre lágrimas y no dude en abrazarla.
—Bueno Steve, mi hijo, mi hombre, sabes que estoy orgulloso de ti desde el momento en que tuviste esa afición por la música. Jamás dude de ti. Te amo siempre y espero que seas así como eres, no te cambie nadie. —sonrió y me abrazo fuerte sin soltarme.—¿Algún amigo quiere decir algo? ¡Anda! ¡Que pase la banda!—gritó alegre papá y puros aplausos llenaron la noche. Los chicos se levantaron causando bastante alboroto pero por fin llegaron a donde nos encontrábamos con mamá y papá para poder hablar por el micrófono. Y se estaba por venir el desastre que no quería.
—¿Paul? ¿Sid? ¿Glenn? Bueno hablo yo. Por si no saben soy John, cantante de la banda y nada. Estamos juntos en este nuevo camino. Queremos hacerte saber que eres muy importante para nosotros Steve. Que te apreciamos así, como eres. Borracho, mujeriego, ¡joder macho! Eres nuestro hermano. Ven aquí.—corrieron a abrazarme entre risas y la gente confundida aplaudió igual. Mamá sólo revoleo los ojos y dieron por comenzado “la fiesta”.
Música fuerte, luces fuera y lo que menos quería, bebidas. Y estaba preocupado, paranoico, de que todo saliera mal. Tenía miedo. La gente estaba un poco dudosa por el discurso de John, que fue un poco, sincero tal vez. Aún así, no había pasado más que eso, pero tenía mis miedos.
—Hey, Steve, que no te veo bailando con los demás.—se acercó Maggie.
—Quería relajarme un poco, nada más.—
—Tienes una familia preciosa sabes, cuídala, no la sueltes.—
—Jamás lo haré, no te preocupes.—sonreímos y cuando pensamos que teníamos un momento de calma, nos dimos cuenta de que algo andaba mal.
Se escuchaban gritos. Y noté que pasaba. Paul cayó sobre la mesa de comidas rompiendo absolutamente todo. Pero no fue culpa suya, Sid lo había empujado. Gritaba y saltaba por todos lados. Tenía en su mano una botella y John trataba de pararlo a risas, pero él estaba incluso peor.
Los conocidos, los familiares, todos me miraban con miedo. Preguntándome con los ojos, a quienes había metido en la casa. Malcolm trato de pararme pero estaba enfadado, sentía vergüenza de mi mismo.
—Sid hombre, para por favor.—me acerqué a él para calmarlo. No era su culpa ponerse así, él, ya era así.
—¡Anda macho! ¡Baila conmigo!—
—Sid joder mi familia.—le dije despacio.
—¡¿Tu qué?! ¡Ja! ¡Familia! Que yo sepa las familia no abandona ni juzga.—y tal vez tenía razón.
—Estaba en lo cierto, no eres más que la vergüenza familiar. Los días en que te vas de la casa para pasar el tiempo con estos tipos, son los días en que hay paz en esta casa. Eres un desastre Steve.—
—Mamá por favor, entiende que...—
—¿Qué? No sabes qué más hacer para arruinar esta familia.—
—¡No! ¡No es así! ¡Las familias no son así! Por favor mamá, perdóname.—dije entre lágrimas. Era todo un drama y lo odiaba. Odiaba sentirme así.
—Te quiero lejos.—y cuando salieron esas palabras de su boca, corrí. Me fui de la casa donde alguna vez fui feliz.
Corrí sin rumbo. Me sentía una basura. Todo lo que decía mamá le veía sentido. Necesitaba desaparecer. No tenía camino cuál elegir. Estaba cansado de ser un error, de ser lo imperfecto. Quería ser lo que siempre quisieron que fuera. Y me sentía culpable por no lograrlo. Era un fracaso, y lo sería siempre.
The view of Maggie.
Habían pasado ya dos horas y Steve no respondía los llamados ni los mensajes. Autumn pensó que volvería, que no pasaría nada más que eso, porque según ella, él siempre volvía, pero esta vez no fue así. No para de llorar y la gente presente en la fiesta la consolaba. Nadie se iba a ir sin antes saber algo de Steve.—Autumn… yo quería pedirte… perdón. Es todo mi culpa… fui un—
—No no joven Sid. Es todo mi culpa. Juzgué su vida, su forma de ser, sus amigos, su todo. No lo amé, no lo acepte, no lo cuidé. Es todo mi culpa.—muchos familiares estaban agradeciendo que Sid haya pedido disculpas y les sorprendía el hecho de Autumn culpándose por todo, pero tal vez, tenía razón.
+++
No se supo nada de Steve durante toda la noche. Por algún motivo sentía que se encontraría en el negocio de plantas que tanto le gustaba. Se burlaba de la pulcritud de Glenn pero cuando él entraba a tal negocio, sentía el alma limpia, la claridad en los ojos. Y no entendía bien por qué. Con tan solo ver simples cactus y tulipanes, Steve se sentía tranquilo, sereno, limpio. Y supuse que ahora, quería sentirse así.
Corrí a la tienda, estaba a unas, tal vez, ocho cuadras de su casa y no perdía nada en buscarlo. Y no, no me equivocaba. Estaba sentado, dormido en la entrada de la tienda. Era temprano y aún no abrían. Sus ojos estaban agotados, tenía frío y no paraba de temblar. Echado tratando de conciliar el sueño. Vulnerable, con miedo, sensible y con ganas de amar.
—Hey, Steve.—lo llamé despacio mientras tocaba su hombro.
—Oh… ¡Maggie! Joder… me asustaste.—
—No era mi intención.—reí suavemente. —Tienes que volver a casa sabes, todos estaban preocupados.—
—Pues no lo creo, mamá no parecía estar preocupada.—
—Ella lo siente mucho, quiere disculparse contigo.—
—No es cierto.—
—¡Claro que sí! Siente una gran pena, esta triste, te extraña.—
—Yo también la extraño a veces sabes, pero a la anterior, no a la de ahora. No la reconozco.—dijo entre lágrimas y sentí mi corazón partirse.
—Sólo vuelve a casa, no te aseguro que todo volverá a ser como antes, pero por algo se empieza ¿no?—
—No… no lo sé Maggie.—
—Escucha Steve, yo te entiendo perfectamente. Sé que se siente. Incómodo, inseguro, sientes que no perteneces y que debes huir porque lo único que haces es ocupar espacio. Te sientes como un torpe mueble. No formas parte de la familia. Sé que se siente.—él me observó penetrándome con sus ojos. Fijamente. Pensó varias veces y luego de mirar al suelo y luego a mi, asintió. Lo abracé y juntos volvimos a su casa. Evitar problemas, que todo se resuelva.
Llegamos a la gran casa de Steve. Autumn seguía llorando en el sillón de la sala principal. Martín, sólo traía otra taza de café para su mujer. Y fue así toda la noche anterior, donde los imitados de la fiesta no hicieron nada más que disculparse con Autumn y volver a sus respectivas casas, mientras ella se culpaba de lo sucedido.
Sid no había dejado de pedir perdón, al igual que John. Se sentían apenados y causantes de todo el desastre pero los padres de Steve, sabían la causa de todo. El prejuicio. El dolor. La familia perfecta, nunca había sido perfecta.
Toqué la puerta varias veces mientras a mi lado se encontraba un somnoliento Steve. Al abrirnos nos encontramos con los ojos de la misma tristeza, del dolor, de la condena y la culpa máxima. Autumn corrió y abrazó a Steve sin soltarlo, y él dudaba en responder dicho abrazo, pero lo hizo, sin miedo. Y es que el único miedo que tuvo todo este tiempo, fue el miedo al rechazo. A ser olvidado, a no ser aceptado,Pero no tenía por qué temer. Todo cambiaría, o eso esperaba él. Deseaba.
—Perdón hijo... yo fui tan torpe, todos los momentos que te traté pésimo, no puedo llamarme madre.—
—Esta bien mamá, no hay por qué sufrir tanto ¿no?—dijo inocentemente entre risas.
—Sólo pido que me des tiempo, de aceptar toda esta vida nueva que llevas, prometo hacerlo.—
—Siempre voy a darte todo el tiempo que quieras, eres mi madre.—volvieron a abrazarse para luego pasar al interior de la casa. Me invitaron a quedarme, pero me negué y agradecí, obviamente. Debían compartir momentos en familia, y no iba a interrumpir.
+++
Volví a mi departamento, donde me esperaba Sid. Ya era costumbre llegar y que él se encuentre dentro, antes que yo. Me sorprendía a veces, pero él era así, nunca te vas a imaginar con que te va a sorprender. Lo saludé y entre a ponerme ropa más cómoda, hoy iba a ser una tarde donde me la pasaría viendo películas y platicando sobre temas que a Sid le interesaban. Solíamos tener charlas muy sinceras, a la que yo las atribuía como entrevistas para mis trabajos de psicología, porque sí, seguía estudiando y Sid seguía pensando en las entrevistas.
Había visto progresos importantes en él. Sostenía siempre esa mirada perdida, a veces temblaba o transpiraba, pasaba miedo, se asustaba y le agarraban ataques de nerviosismo. Pero él era fuerte. Comenzó a sentirse mejor, tranquilo. Y a mi me alegraba, me aliviaba verlo bien, porque de ahora en además, si él estaba bien, yo también.
ceonella.
Re: love kills
CAMILLEEEEE LAMENTO HABER TARDADO MÁS DE TRES MESES PARA DEJAR ESTA CLASE DE COMENTARIO que además de ser corto, es basura, lol (?) Pero no podía esperar más tiempo para decir que me he releído los dos capítulos completos en son de clemencia aunque no me ves (???) y OH POR DIOS PROMETO COMENTAR COMO DIOS MANDA PRONTO
Invitado
Invitado
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» pseudologia fantastica ✿
» Tú lo empiezas, juntos lo terminamos...[Ziall HOT] •T E R M I N A D A•
» the love kills {audiciones abiertas.
» kids with the pumped up kicks better run.
» - Everything that kills me makes me feel alive.
» Tú lo empiezas, juntos lo terminamos...[Ziall HOT] •T E R M I N A D A•
» the love kills {audiciones abiertas.
» kids with the pumped up kicks better run.
» - Everything that kills me makes me feel alive.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.