"Un Trato Seductor" (Kevin&Tu) |Terminada|

Chicas, este cap me encantaa!! .-. y creo que se aclaran algunas cosas ahora xdd <3
Y perdon si no les subo muuy seguido, esuqe no estoy en mi casa...

Capitulo 7:

_________ Scott:

—¿Qué? Eso es imposible. No hay forma de…

—Señorita Scott —me interrumpió— si he aprendido algo en el mundo de los negocios, es que nada es imposible. Este hotel va a cerrarse. Punto.

— Pero... no puedo permitirle que haga eso —el imbécil se echó a reír.

—¿Y se puede saber cómo va a impedírmelo?

— Convenciéndole de que esta propiedad es rentable. He preparado informes y proyecciones…

—Usted misma ha dicho que la gente viene aquí por las vistas —el índico con un gesto la ventana por la que se veía el campo envuelto en niebla—. No creo que nadie vaya a perder gran cosa cuando este hotel cierre, ¿no le parece? —anonadada y sintiendo como la rabia aumentaba, cerré las manos en dos puños.

—Es invierno, señor Jonas. Y, en invierno, tenemos niebla frecuentemente. No todos los días, sólo ocasionalmente. Y resulta que hoy es uno de esos días.

—Tres meses, nada más —respondió serenamente. No lo soporte más.

—¡Está loco! ¿Y qué hay de las reservas? Tenemos bodas y conferencias reservadas y la gente ha pagado depósitos. No puede cancelarlos.

—Se cancelarán. Y, por supuesto, se pagarán compensaciones, si es necesario. Como manager, usted se encargara de eso—lance un bufido.

—No, no voy a hacerlo.

—¿Se niega a realizar su trabajo, señorita Scott? De ser así, podría organizar que alguien la sustituya inmediatamente. ¿Qué le parece hoy mismo?

Jadee cuando la dura realidad de que podía salir sin trabajo de allí me golpeo.

Era más afortunada que la mayoría de los empleados, ya que casi había pagado la hipoteca de mi pequeña casa de campo en las colinas debido a que vivía sola y tenía un salario decente; no obstante, ¿Cuánto tiempo podía durar con una compensación por despido?

Por otra parte, si dejaba el trabajo ese mismo día, las posibilidades de que ese hombre descubriera mi identidad eran nulas.

—Dicho así, no me deja alternativa —declaré con voz fría tras tomar una decisión—. Me marchare. Hoy mismo.

Pude ver en su mirada la sorpresa que no pudo ocultar. ¡Él había creído que iba a suplicarle para que me dejara conservar mi trabajo!

Kevin arqueo una ceja con gesto cínico.

—¿Una salida triunfal? No espere que le pida que se quede —me sentí casi liberada. Con poder. Porque ahora no había motivo alguno para no decirle lo que realmente pensaba.

Kevin Jonas:

—Señor Jonas—dijo ella con una sonrisa—, a pesar de lo que habíamos oído decir respecto a su persona, yo creía que se podría hablar con usted, dialogar, apelar a su lado bueno. Pero usted no tiene ningún lado bueno, ¿verdad? Es un sinvergüenza sin corazón.

—Ese es sólo la mitad de mi problema —reconocí también sonriente—. No olvide que tengo que mantener mi reputación.

—¡No comprendo cómo puede dormir por las noches!

—¿Es por eso por lo que me proporciono una mujer? ¿Por qué suponía que necesitaría un entretenimiento ya que mi mala conciencia no me dejaría dormir?

Instantáneamente las mejillas de __________ volvieron a enrojecerse y sus manos volvieron a retorcer automáticamente la servilleta.

—No sé de qué me está hablando. —emboce una falsa sonrisa.

—De la mujer que estaba en mi cama anoche. Usted es la manager, así que no me diga que no fue usted quien lo arreglo todo —sus labios se apretaron y se puso de pie bruscamente.

—No estoy dispuesta a seguir escuchando esto —me levante impidiendo su fuga.

—¿En serio creía que mandando a una prostituta a mi cama lograría convencerme de que mantuviera el hotel abierto? —la vi tragar saliva y cerrar las manos en dos puños.

—Dígame, señor Jonas, ¿Dónde está esa prostituta? ¿esperándole para que repita su, sin duda, magnífica actuación? Me sorprende que se haya levantado de la cama.

Estaba seguro de que ella sabía más de lo que reconocía saber y de que se sentía culpable. Me habían enviado una prostituta con el fin de endulzarme la píldora. Pero, por supuesto, el truco no iba a funcionar.

—Sabe perfectamente que se ha marchado. ¿Por qué, le pagaba por horas acaso?

—Aunque comprendo perfectamente que tenga que pagar para que alguien se acueste con usted, señor Jonas, le aseguro que nadie ha pagado a nadie para que fuera a su habitación. Quizá esa mujer no sea más que un producto de su imaginación. Y ahora, si me lo permite, tengo que ir a vaciar mi despacho.

Vi sus ojos verdes echar chispas…

¿Ojos verdes?

Lo sabía. De repente lo supe. Supe quien era esa mujer.

Lleve mis manos a la cadera, remontando en cólera. No sabía a que había estado jugando esa mujer, pero el juego había terminado.

—Bien, dígame, señorita Scott. ¿Quién es mejor amante, David o yo?

Disfruten!!

:O no puedo creerlo!!
se dio cuenta!!!
que era ella!!
siguela!

Oh oh!
NO PUEDE SER NO PUEDE SER
SE DIO CUENTA SE DIO CUENTA!!!!

la reconocio al fin, despues de todo lo que le dijo... :x que la rayiz lo cachetee un rato para a ver si se le quita lo desalmado... siguela pronto :)

OH Dios la a descubierto ahahhahha como las has podido dejar haci por favor siguela pronto me fasina todo esto de la nove

la descubrio la descubrio!
y la dejas asi!!!
ahhhh Sigue!

Sigueeeee...

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Siento no subir antes, pero como dije, no estaba en mi casa .-.
Bueno con respecto al cap... sepan qe de aqui comienza la historia :¬w¬:
Muchisimas gracias por comentar!!

Capitulo 8:

_________ Scott:

El susto me dejo momentáneamente sin respiración. Hacía semanas que no pensaba en David; al menos, hasta el sueño de la noche anterior… que había resultado no ser un sueño y el amante tampoco había sido David.

Sin embargo, lo realmente importante, era que ese hombre me estaba diciendo que sabía que yo era la mujer que había encontrado en su cama. Diablos.

— Yo… no tengo idea de que me está hablando —mentí.

— ¿Es que David nunca le ha dicho que habla en sueños?

La camarera se acerco en ese momento para retirar los platos del desayuno y decidí que había llegado el momento de continuar aquella conversación en un lugar más privado.

— Señor Jonas, si ya ha terminado de desayunar, creo que podríamos concluir la conversación en mi despacho.

— Si lo prefiere, podríamos ir a mi habitación —sugirió él con fría educación—. Parecía sentirse como en su casa anoche allí.

— ¡Es suficiente! —exclame haciendo lo posible por ignorar la expresión de horror de la camarera, antes de levantarme del asiento y ponerme en marcha hacia mi despacho.

Había decidido dejar el trabajo pensando que, de esa forma, protegería mi identidad. Pero había sido en vano.

— No tenia porque decir esas cosas que ha dicho —declare en el momento que Kevin Jonas entro en mi despacho y cerró la puerta tras de él.

— Y usted no tenía por qué estar acostada en mi cama.

— Yo no he reconocido haber estado en su cama.

— No es necesario que lo haga, su reacción al oírme pronunciar el nombre de David la ha delatado.

Aparte la mirada.

— Eso no demuestra nada. Simplemente, me ha sorprendido con lo que ha dicho.

— En ese caso, ¿Por qué ha salido disparada del restaurante?

— ¿Le extraña, después de hacer semejante acusación?

— Esta evitando reconocer la verdad.

Kevin me miro fijamente durante unos momentos antes de acercarse a la puerta y cerrarla con llave.

— ¿Qué hace? —pregunte con súbito pánico.

— Quería privacidad y me estoy asegurando de que la tenga.

Entonces Kevin se acerco a mí, haciéndome estremecer.

— Bueno, dígame, ¿Qué pensaba obtener con lo de anoche?

Retrocediendo, me refugie detrás del escritorio, pero Kevin lo rodeo, haciéndome seguir retrocediendo hasta hacerme chocar contra el archivador, atrapándome. Crucé los brazos a la altura del pecho con gesto defensivo, demasiado consciente del calor que me subía por el cuerpo en presencia de ese hombre.

— No le veo sentido a continuar esta conversación; sobre todo, teniendo en cuenta que ya ha tomado una decisión respecto al hotel y ha declarado que prescinde de mis servicios. Lo más productivo seria que usted vaya a informar a los empleados de lo que va a hacer mientras yo recojo mis cosas de la oficina.

— Así que no quiere seguir hablando ahora que ha visto que su plan, fuera el que fuese, ha fracasado, ¿eh? —dijo Kevin y, extendiendo el brazo, me acaricio el hombro.

Me estremecí al sentir el fuego de aquel contacto. ¿Cómo era posible? ¿Cómo podía ser que ese hombre me afectara de esa manera, teniendo en cuenta que lo odiaba? Porque ahora que sabía que iba a hacer con Ashton House, lo odiaba.

— ¿De qué plan está hablando?

— De su plan para predisponerme a mostrar generosidad respecto al hotel. Debo admitir que se ha esmerado.

Sacudí la cabeza mientras la mano de él se movía por mi brazo con el pulgar peligrosamente cerca de uno de mis pechos. Podía descruzar los brazos, pero me sentiría demasiado vulnerable, demasiado expuesta a él.

— Y yo debo decir que usted tiene mucha imaginación. Y ahora, ¿Por qué no me deja en paz?

— Anoche no le importo que la tocara. De hecho, parecía disfrutar… y mucho.

No quería seguir oyéndole. Lo que había sentido la noche anterior, lo que sentía en esos momentos con una simple caricia en el brazo…no, aun no lo comprendía.

Todo era demasiado nuevo para mí, demasiado extraño. Y no comprendía porque me ocurría precisamente con ese hombre.

Frustrada, descrucé los brazos e intente empujarlo para abrirme paso.

— Esta usted loco. Déjeme salir de aquí.

Pero Kevin limitandose a sonreír y, moviéndose en la misma dirección que yo, hizo que nuestros cuerpos chocaran. Di un salto hacia atrás, casi sin respiración.

Fue entonces, cuando Kevin me quito las gafas y las dejo encima del escritorio.

— ¡Hey! —exclame y si su sonrisa se agrando.

— Tiene usted unos ojos increíbles —me informo Kevin—. Son como dos esmeraldas. Sabía que los había visto.

Aparte la mirada.

— Hay mucha gente con ojos verdes —dije, al tiempo que sentía su mano en la nuca.

Antes de poder protestar, sentí como el sujetador de pelo se abría y mi cabello caía por mis hombros.

— Así está mejor —declaro Kevin peinándome el cabello con los dedos.

— No.

Kevin bajó su cabeza e inhalo al lado de mi rostro.

— Esta mañana me he despertado con el olor de su cabello en la almohada. ¿Por qué se marchó tan rápido?

— Sigo sin saber de qué me está hablando.

— ¿Aun no quiere reconocer que estaba en mi cama anoche?

— Lo siento, pero creo que usted estaba soñando.

— No, nada de eso. Fue mejor que un sueño. Mucho mejor —dijo con voz aterciopelada, envolvente—. Y mucho más satisfactorio.

Sacudí la cabeza.

— Escuche, señor Jonas…

— Llámame Kevin.

— ¿Qué?

— Después de los de anoche, es lógico que nos tuteemos.

“Niégalo”, me dije a mi misma.

— Anoche no paso nada.

— ¿Por qué te marchaste? Te he echado de menos esta mañana.

— No —respondí sacudiendo la cabeza.

Kevin puso dos dedos sobre mi barbilla y, con el pulgar, me acaricio la mandíbula.

— Podríamos haber hecho muchas cosas más.

Respire profundamente.

— Sigo diciendo que se está equivocando de persona.

Sentí como coloco una mano en mi hombro, peligrosamente cerca de mi pecho.

— Escuche, esto ha ido demasiado lejos. Tengo que recoger mis cosas para marcharme y usted tiene que desmantelar un hotel.

— Si, en efecto. Pero, en estos momentos, creo que los dos preferiríamos hacer otra cosa.

— ¡No!

Él sonrió, pero su sonrisa no llegó a esos ojos fríos y calculadores. Temblé, sintiéndome como animal acorralado.

— Sé que anoche disfrutaste…tanto como yo —declaro

— ¡No es verdad que disfrute! —exclame y, con horror, vi que me había delatado.