another broken story.

Spoiler:

Todo el mundo debería tener un amor verdadero, y ese amor debería durar, cómo mínimo, toda la vida.

Jade recordó aquella frase, de su libro favorito,con melancolía. Realmente no la recordaba por el libro, sino por el chico que le recomendó el libro. Aquel... Aquel era el chico que le prometió cumplir esa frase junto a ella, le prometió una vida llena de amor y felicidad.

Jade era una estudiante de medicina, que se pagaba su carrera trabajando en un Starbucks, junto el dinero de sus padres. Aquello le daba solo para dos cosas : vivir y estudiar. Aunque la primera apenas era cumplida. Jade prefería estudiar más que comer y vivir, quería tener esa carrera que tanto amaba.

Un grito consiguió despertar de sus pensamientos, finalmente, a Jade. Era él, el hombre que no cumplió su promesa. También llamado Sean. Sean era un chico de familia adinerada, mujeriego, ambicioso y narcisista. Nunca ninguna chica se había resistido a los encantos del chico, por eso mismo, cuando Jade se negó a una ardiente noche con Sean, este se pusó como meta conquistarla.

— Jade, tenemos que hablar, ¡por favor! — pidió Sean, agarrando a la castaña del brazo. Ella, mirándolo duramente, se soltó de su agarre con brusquedad.

— ¿Qué quieres?

Jade lo miraba con impaciencia. Apenas podía estar a su lado, después del daño que el chico le había hecho, lo último que quería era ver su rostro. Resumiendo la historia de ambos jóvenes ; el la conquistó durante tres largos meses, hasta enamorarla. Ella cayó en sus redes, y él lo arruino, tirándose a su mejor amiga. Jade los descubrió, y los mando a la misma mierda.

— Explicarte que era un error. No era lo que parecía. — dijo, con una pizca de esperanza.

— Oh....—hizo una falsa mueca de sorprendida—, ¿y qué era, entonces? Oh, dejame adivinar. Ella estaba abierta de piernas, con las bragas bajadas, y tu te caíste entre sus piernas al poner una bombilla.

— No, Jade, no tengo explicación, solo... Te amo. Has enamorado enamorado este mujeriego, ¿eso no te sirve? — sonrió con amargura.

— Solo me vale para mandarte aún más a la mierda, Sean James O'Conner.

— Te amo, Jade Madison Cox. — contestó Sean, ignorando las malas contestaciones de la castaña.

Ella simplemente se dio la vuelta, sin mediar palabra. Su corazón le decía que volviera con él, pero su orgullo dañado era mil veces más fuerte. Metros lejos, Sean caía de rodillas al suelo, lamentándose el no haber sido el buen novio que Jade se merecía. Otros corazones separados, un destino equivocado, otra historia rota. El amor para siempre solo existe en los cuentos de hadas. Esto es la vida real, y el amor es una mieda.