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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
winter.
O W N :: Originales :: Originales :: One Shot's (originales)
Página 1 de 1. • Comparte
winter.
- ficha:
- •Nombre: winter.
•Autor: yo.
•Adaptación: no.
•Género: romance.
•Advertencia: exceso de cursilerías.
•Otras páginas: no.
Tomé otra palomita de maíz y me la llevé a la boca, mientras la película delante de mí daba comienzo. Me sentí acogedora al mirar a mi alrededor, en la comodidad de mi hogar. Presioné mis piernas contra mí un poco más y me removí en el sillón. Mi nariz se sentía fría, por la temperatura que seguía bajando del otro lado de la ventana. Gracias a la calefacción, podía vestir mi pijama sin sentir frío, con mi buzo y mis pantalones de franela estaba más que a gusto. Aunque las pantuflas peludas que llevaba puestas estaba re-calentando mis pies. Justo cuando la música del comienzo empezaba a sonar, la campana sonó. Dejé el tazón de palomitas de maíz en la mesa y dejé el sótano atrás con una sonrisa.
—Entra. —Murmuré en el portero, sabiendo que era él. Pasé por el espejo antes de que Thomas estuviera en la puerta y aproveché a acomodar mi cabello. Finalmente me rendí y lo sostuve en un rodete bastante flojo, no había tiempo para arreglarse más.
Tok, tok... Tok.
Sus golpes me confirmaron quien era, nuevamente y corrí silenciosamente hasta la puerta.
Al abrir me inundó una ola de frío invernal, pero lo único que me importó fue el chico delante de mí. Abrigado con una gran campera y su bufanda roja, que hace segundos cubría su nariz y boca, ahora dejaba ver su tierna sonrisa. Su nariz estaba roja, y estrechaba sus manos una con la otra, para generar calor. Casi me pierdo en la picardía de sus ojos, pero me apresuré a dejarlo pasar. Cuando estuvo dentro, enredé mis brazos en su cuello, sin importar el frío que me transfería, ya sentía un calor brotando desde mi nuca, enrojeciendo mis mejillas. Sus labios helados se posaron en mi mejilla antes de dejarme nuevamente en el piso.
—Casi llegas tarde. —le reproché. Me tiró su bufanda en la cara como respuesta, llenándome con su perfume varonil.
—Casi. —Me apuntó con el dedo mientras, sacándose la campera, se dirigía al sótano. Yo lo alcancé rápidamente. —¿Qué vamos a ver? —Me preguntó cuando llegó al último escalón.
—Nemo. —dije con una sonrisa, mientras recibía su mirada de suspicacia. Solté una carcajada y me dirigí al sillón. —Ponte tu pijama, que va a empezar. —Salté al sillón y reboté en su cómodo almohadón. Pude sentir su mirada, hasta que la puerta del baño se cerró. No tardó en aparecer en las mismas condiciones que yo: un pantalón de franela bastante gastado y un suéter de lana algo grande con un diseño espantoso, que de alguna manera llegué a adorar. Imitándome, saltó al sillón calló a mi lado, muy cerca de aplastarme. No pude evitar soltar una risa, por las cosquillas que su cercanía me provocaban.
—¿Es en serio, Julie? —tomó una palomita de maíz y miró con mala cara la televisión, donde la película infantil seguía reproduciéndose.
No respondí, tenía la esperanza de no ver la película, no me importaba esa historia, si no pasar un momento con mi novio.
Con su brazo posado en mis hombros me acurruqué junto a él. A pesar de tener las mejillas rojas, aun sentía frío en el resto del cuerpo. Con mis piernas flexionadas me recosté en él. Con mi mano izquierda cruce y abracé su costado derecho, él por su parte me envolvió con el brazo libre y besó mi cabeza. No fue sino hasta que sentí el sonido de su respiración que levanté la mirada para encontrarme con sus grandes ojos negros. Se acercó y depositó un beso en mi frente, yo solo cerré los ojos para concentrarme en la sensación de sus labios en mí. Cuando se separó para mirarme, procuré que mi sonrisa demostrara lo feliz que me sentía. Luego reposó su cabeza sobre la mía y seguimos viendo la película.
A pesar de ser conocida para ambos, verla juntos era intercambiar comentarios y opiniones en cada escena. Lo hacía más divertido, a la película mucho más interesante. En medio de las risas provocadas por una de las escenas finales, mis impulsos fueron demasiado grandes, llevándome a atrapar su sonrisa con mis labios. Quería que fuera mía, quisiera tenerla para mí y la saboreé felizmente, sin pensar que era el primer beso después de muchos días. La imagen de él sonriendome se posó en mis pensamientos e inmediatamente mi sonrisa tonta se escondió detrás sus labios. Deposité muchos besos cortos sobre sus labios, mientras me deleitaba en el sonido de sus carcajadas. Pequeños y rápidos, fueron esparcidos por su barbilla, su mandíbula, su mejilla y hasta debajo de su oreja. Lo amaba, vaya que sí. Intentaba demostrarlo en cada uno de ellos, que amaba tenerlo al lado mío. Él no dejaba de reír animadamente, hasta que un beso dirigido a la punta de su nariz acabó torpemente cerca de la comisura de sus labios, los cuales a continuación selló con los míos.
Al separarnos, quise perderme en sus ojos, mirarlo y permanecer así durante un largo rato. Pero era tan grande la intensidad que éstos transmitían, que el calor quemando mis pómulos me obligó a confesar mi rendición: cuando me miraba así, yo era totalmente vulnerable.
—Te amo. —Esas palabras fueron suficientes para levantar mi rostro, yo quería ver la sinceridad en sus ojos, la misma que que brillaba frente a mí. El corazón dolió dentro de mi pecho, pero no por dolor, estaba palpitando tan fuertemente por la alegría que me quitaba el aliento. Se me hinchaba de dicha al estar acurrucada a su lado, escuchándolo pronunciar esas palabras, bajo su mirada tan intimidante. Me di cuenta de que había pasado varios segundos en silencio cuando en sus reacciones interpreté la interrogante, sus ojos preguntandome si sus sentimientos eran correspondidos. Le di una sonrisa llena de paz y sentí el amor transmitiéndose en mi mirada.
—Te amo más.
—Entra. —Murmuré en el portero, sabiendo que era él. Pasé por el espejo antes de que Thomas estuviera en la puerta y aproveché a acomodar mi cabello. Finalmente me rendí y lo sostuve en un rodete bastante flojo, no había tiempo para arreglarse más.
Tok, tok... Tok.
Sus golpes me confirmaron quien era, nuevamente y corrí silenciosamente hasta la puerta.
Al abrir me inundó una ola de frío invernal, pero lo único que me importó fue el chico delante de mí. Abrigado con una gran campera y su bufanda roja, que hace segundos cubría su nariz y boca, ahora dejaba ver su tierna sonrisa. Su nariz estaba roja, y estrechaba sus manos una con la otra, para generar calor. Casi me pierdo en la picardía de sus ojos, pero me apresuré a dejarlo pasar. Cuando estuvo dentro, enredé mis brazos en su cuello, sin importar el frío que me transfería, ya sentía un calor brotando desde mi nuca, enrojeciendo mis mejillas. Sus labios helados se posaron en mi mejilla antes de dejarme nuevamente en el piso.
—Casi llegas tarde. —le reproché. Me tiró su bufanda en la cara como respuesta, llenándome con su perfume varonil.
—Casi. —Me apuntó con el dedo mientras, sacándose la campera, se dirigía al sótano. Yo lo alcancé rápidamente. —¿Qué vamos a ver? —Me preguntó cuando llegó al último escalón.
—Nemo. —dije con una sonrisa, mientras recibía su mirada de suspicacia. Solté una carcajada y me dirigí al sillón. —Ponte tu pijama, que va a empezar. —Salté al sillón y reboté en su cómodo almohadón. Pude sentir su mirada, hasta que la puerta del baño se cerró. No tardó en aparecer en las mismas condiciones que yo: un pantalón de franela bastante gastado y un suéter de lana algo grande con un diseño espantoso, que de alguna manera llegué a adorar. Imitándome, saltó al sillón calló a mi lado, muy cerca de aplastarme. No pude evitar soltar una risa, por las cosquillas que su cercanía me provocaban.
—¿Es en serio, Julie? —tomó una palomita de maíz y miró con mala cara la televisión, donde la película infantil seguía reproduciéndose.
No respondí, tenía la esperanza de no ver la película, no me importaba esa historia, si no pasar un momento con mi novio.
Con su brazo posado en mis hombros me acurruqué junto a él. A pesar de tener las mejillas rojas, aun sentía frío en el resto del cuerpo. Con mis piernas flexionadas me recosté en él. Con mi mano izquierda cruce y abracé su costado derecho, él por su parte me envolvió con el brazo libre y besó mi cabeza. No fue sino hasta que sentí el sonido de su respiración que levanté la mirada para encontrarme con sus grandes ojos negros. Se acercó y depositó un beso en mi frente, yo solo cerré los ojos para concentrarme en la sensación de sus labios en mí. Cuando se separó para mirarme, procuré que mi sonrisa demostrara lo feliz que me sentía. Luego reposó su cabeza sobre la mía y seguimos viendo la película.
A pesar de ser conocida para ambos, verla juntos era intercambiar comentarios y opiniones en cada escena. Lo hacía más divertido, a la película mucho más interesante. En medio de las risas provocadas por una de las escenas finales, mis impulsos fueron demasiado grandes, llevándome a atrapar su sonrisa con mis labios. Quería que fuera mía, quisiera tenerla para mí y la saboreé felizmente, sin pensar que era el primer beso después de muchos días. La imagen de él sonriendome se posó en mis pensamientos e inmediatamente mi sonrisa tonta se escondió detrás sus labios. Deposité muchos besos cortos sobre sus labios, mientras me deleitaba en el sonido de sus carcajadas. Pequeños y rápidos, fueron esparcidos por su barbilla, su mandíbula, su mejilla y hasta debajo de su oreja. Lo amaba, vaya que sí. Intentaba demostrarlo en cada uno de ellos, que amaba tenerlo al lado mío. Él no dejaba de reír animadamente, hasta que un beso dirigido a la punta de su nariz acabó torpemente cerca de la comisura de sus labios, los cuales a continuación selló con los míos.
Al separarnos, quise perderme en sus ojos, mirarlo y permanecer así durante un largo rato. Pero era tan grande la intensidad que éstos transmitían, que el calor quemando mis pómulos me obligó a confesar mi rendición: cuando me miraba así, yo era totalmente vulnerable.
—Te amo. —Esas palabras fueron suficientes para levantar mi rostro, yo quería ver la sinceridad en sus ojos, la misma que que brillaba frente a mí. El corazón dolió dentro de mi pecho, pero no por dolor, estaba palpitando tan fuertemente por la alegría que me quitaba el aliento. Se me hinchaba de dicha al estar acurrucada a su lado, escuchándolo pronunciar esas palabras, bajo su mirada tan intimidante. Me di cuenta de que había pasado varios segundos en silencio cuando en sus reacciones interpreté la interrogante, sus ojos preguntandome si sus sentimientos eran correspondidos. Le di una sonrisa llena de paz y sentí el amor transmitiéndose en mi mirada.
—Te amo más.
bless.
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
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Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
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Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
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