his princess; luke hemmings.

Una sonrisa se presentó en el rostro de Luke luego de recordar todo lo sucedido la noche anterior. Pasó ambas manos sobre su rostro, finalmente despertándose y miró a su izquierda, esperando ver a la chica rubia que lo había enamorado.
Ciertamente, la ruba teñida seguía durmiendo a su lado. Lo oscuro de su cabello real se podía notar en sus raíces, y sorprendentemente le quedaban bien. Luke pensó para sus adentros que si viera a una chica con el mismo cabello de ella, le daría dinero para que compre una buena tinta de cabello, pero a ella no. Porque con lo tierno que su rostro era, le quedaba absolutamente perfecto.
Por un momento, en su mente se le ocurrió miles de ideas de que podría suceder luego de esto: ella podría despertarse y marcharse, o podría decirle que no fue nada y que no la llame más. Sin embargo, él sabía que ella no era así.
Luego de un par de minutos observándola felizmente, empezó a creer que era un sueño. Ella estaba acostada a su lado, durmiendo. Si a él, meses atrás, le dirían que eso pasaría se reiría, parecía tan irreal estar con esa chica hace unos pocos meses que ahora estar con ella, parecía un sueño.
Luke esbozó una sonrisa en su dirección y con cuidado colocó su mano sobre la mejilla de ella, acariciándola tiernamente. Ella farfulló algo y quitó la mano de su cara.
—Déjame dormir, Luke.
Él mordió su labio, soltando una pequeña carcajada y bajó su brazo hacia la cintura de ella, acercándola más a él. Ella por su cuenta, se acercó más a él y apoyó su cabeza en el pecho de Luke, él depositó un beso en su frente y cerró los ojos sonriendo.
Finalmente, luego de ocho meses, logró que ella se fijara en él. Y ahora, él nunca iba a dejar ir a su princesa.

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